Los nazaríes que entraban de guardia al amanecer tiraban ...
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ZAHARA ‘Sentada en la piedra dura’ 78 | Escritura PÚBLICA | septiembre-octubre 2019 | AL ENCUENTRO Para empezar, Zahara, al que suele añadirse “de la Sierra” para que nadie se confunda con la de “los Atunes”, forma parte de ese ramillete de sorprendentes eclosiones de cal en mitad de cultivos, tierras yermas o, como en este caso, peñascos que hemos dado en llamar los Pueblos Blancos. A la vista de la orografía circundante, en plena Sierra de Grazalema, quizás aporte poco decir que, dentro de esta, el municipio se sitúa en la Sierra del Jaral y que está en el lí- mite con la provincia de Málaga. A sus pies, y aquí anima detenerse un poco, el embalse de Zahara-el Gastor. La presa es de mediados de los años 80 del pasado siglo, la alimenta el río Guadalete y su construcción ha sido, probablemente, un punto de inflexión en el desarrollo económico de Zahara. Al margen de las muchas activida- des deportivas que se concitan en sus aguas y de La Pla- yita, área recreativa justo en el sitio donde desemboca el arroyo de los Molinos (Arroyomolinos, vaya) y muy fre- cuentada en verano por familias enteras, las muchas y atractivas rutas de senderismo en su entorno adquieren la sensación de “mar próximo y a la vista” que incremen- ta, si cabe, el atractivo de transitar entre pinsapos, enci- nas, acebuches, algarrobos o quejigos a pie, a caballo o sobre una bicicleta de montaña. Varios miradores aportan también la impresión antes descrita para los menos deportistas o aventureros; dos A SÍ de contundente, como reza el subtítulo, se mostró José de Zorrilla en 1841 cuando escribió un romance en el que la población gaditana es protagonista. Sumidos en un entorno exuberante de montaña, ríos y embalse, el núcleo urbano y los terrenos que lo circundan comunican ese carácter de frontera entre reinos, a veces aliados y casi siempre enemistados, que se aprecia en esos pocos lugares donde la historia forma parte del paisaje natural, no solo el que ha dejado en forma de construcciones bélicas, religiosas o de homenaje la mano del hombre. Texto y fotos: JESÚS ORTIZ. [email protected] @JesOrzAl Jesús Orz Los nazaríes que entraban de guardia al amanecer tiraban unas piedras: si se ahuyentaban las palomas, es que no había nadie intentando trepar por las paredes de la roca Torre del Reloj (s. XVI).
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ZAHARA‘Sentada en la piedra dura’
78 | Escritura PÚBLICA | septiembre-octubre 2019 | AL ENCUENTRO
Para empezar, Zahara, al que suele añadirse “de la Sierra”para que nadie se confunda con la de “los Atunes”, formaparte de ese ramillete de sorprendentes eclosiones de calen mitad de cultivos, tierras yermas o, como en este caso,peñascos que hemos dado en llamar los Pueblos Blancos.A la vista de la orografía circundante, en plena Sierra deGrazalema, quizás aporte poco decir que, dentro de esta,el municipio se sitúa en la Sierra del Jaral y que está en el límite con la provincia de Málaga. A sus pies, y aquí animadetenerse un poco, el embalse de Zaharael Gastor.
La presa es de mediados de los años 80 del pasado siglo,la alimenta el río Guadalete y su construcción ha sido,
probablemente, un punto de inflexión en el desarrolloeconómico de Zahara. Al margen de las muchas actividades deportivas que se concitan en sus aguas y de La Playita, área recreativa justo en el sitio donde desemboca elarroyo de los Molinos (Arroyomolinos, vaya) y muy frecuentada en verano por familias enteras, las muchas yatractivas rutas de senderismo en su entorno adquierenla sensación de “mar próximo y a la vista” que incrementa, si cabe, el atractivo de transitar entre pinsapos, encinas, acebuches, algarrobos o quejigos a pie, a caballo osobre una bicicleta de montaña.
Varios miradores aportan también la impresión antesdescrita para los menos deportistas o aventureros; dos
ASÍ de contundente, como rezael subtítulo, se mostró José de
Zorrilla en 1841 cuando escribió unromance en el que la poblacióngaditana es protagonista. Sumidosen un entorno exuberante demontaña, ríos y embalse, el núcleourbano y los terrenos que locircundan comunican ese carácterde frontera entre reinos, a vecesaliados y casi siempre enemistados,que se aprecia en esos pocoslugares donde la historia formaparte del paisaje natural, no solo elque ha dejado en forma deconstrucciones bélicas, religiosas ode homenaje la mano del hombre.
Texto y fotos: JESÚS ORTIZ.
[email protected] � @JesOrtizAl � Jesús Ortiz
Los nazaríes que entraban deguardia al amanecer tirabanunas piedras: si seahuyentaban las palomas, es que no había nadieintentando trepar porlas paredes de la roca
Torre delReloj (s. XVI).
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de ellos, omnipresentes en el propio núcleo urbano: uno,en la recoleta Plaza del Rey; el otro, un poco más arriba,justo al traspasar lo que fue en su tiempo puerta de acceso a la fortaleza, ora nazarí ora cristiana, por el lugardonde más patente resulta hoy que se trataba de un recinto amurallado. El único punto de discordia con el embalse es el desaparecido “puente viejo” o “puente romano”. Al margen de las discusiones sobre su auténtico origen, lo cierto es que está incluido en la declaración deMonumento Histórico de la villa de Zahara (1983). Puesto que el paso que vadeaba iba a ser anegado, se desmontó y alguien, con cierta autoridad, cabe suponer,prometió que se reconstruiría piedra a piedra. Lo malo es
que no dijo cuándo y por ahí siguen pilares y dovelas tresdécadas largas más tarde, esperemos que bien conservados y correctamente clasificados, a la espera de decidir el dónde… y la partida presupuestaria para reconstruirlo, piedra angular de todo este desatino.
Las rutas, por cierto, son uno de los grandes atractivospara quienes gustan perderse por los caminos. De entreellas, la estrella es la Garganta Verde. Vaya por delanteque es una senda que requiere cierta forma física y algode preparación para salvar algunos obstáculos con el usode cuerdas de escalada (se necesita permiso y guía parahacer la ruta). Pero sus tres kilómetros de cauce son, co
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Más allá de pueblosprehistóricos yasentamientos romanos –de ambos periodos quedanrestos–, la importancia de Zahara se centra en lallegada de los musulmanes
Plano generaldel pueblo y sutorre.
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mo dicen en el Ayuntamiento, “unimpresionante cañón que se va cerrando, cada vez más, para dar pasoa paredes naturales con un desnivelde hasta 200 metros”; y es practicable para niños a partir de los sieteaños, lo que dará una idea de esa “dificultad” antes mencionada. Uno desus grandes atractivos es una oquedad, llamada la Ermita, excavada durante siglos por el agua del río Bocaleones chocando violentamente contra la pared para formar una especiede meandro que se ha ido adentrando en la roca. La cueva, así formada,añadió después estalactitas y estalagmitas que ofrecen su propio espectáculo al margen de la gargantaen sí misma.
Añada el viajero a la lista, si esmuy de bota y mochila, el caminoque va casi paralelo al arroyo de losMolinos –por supuesto, se llama asíporque movía varias instalaciones demolienda–, que lleva a la Cueva delSusto y sus posibilidades de espeleología; o los Llanos del Revés, que esmeterse de lleno en el Parque Natu
ral de la Sierra de Grazalema y dejarse extasiar por lospaisajes que se abren entre pinsapos y quejigos. Y permita el lector que aquí reseñemos el socorrido “entreotras” muchas sendas.
La historia de Zahara la marca una situación privilegiadapara la observación y su condición de frontera. Más alláde pueblos prehistóricos y asentamientos romanos –deambos periodos quedan restos–, o de los destrozos que,cómo no, hicieron las tropas napoleónicas en su huida, suimportancia se centra en la llegada de los musulmanes,pero, sobre todo, en los momentos en que los cristianosempiezan a cercarles, ellos se recluyen en el Reino de Granada y el territorio se convierte en línea divisoria en la quequien dominaba la altura tenía la ventaja. En 1407, el infante Don Fernando, como regente de parte del Reino deCastilla a la muerte de su hermano Enrique III, conquistaZahara, que se mantiene en poder de los castellanos hasta 1481. Ese año, recién celebrada la Navidad, el rey granadino Muley Hacén, en plena tempestad y con nocturnidad y alevosía –en el más puro sentido de la expresiónclásica–, se hizo con la fortaleza y se llevó prisioneros a lacapital granadina a todos los zahareños que no murieronen la batalla o fueron degollados como represalia.
Esto hizo reaccionar a los Reyes Católicos, más ocupados entonces en las disputas con Portugal. Por un lado, los granadinos habían roto la tregua que manteníacierto equilibrio entre nazaríes y castellanos; por otro, la
La Garganta Verde es ‘un impresionantecañón que se va cerrando, cada vez más,para dar paso a paredes naturales con undesnivel de hasta 200 metros’
Vista delembalsedesde latorre.
Santa Maríade la Mesa(s. XVIII).
Garganta Verde desde elpuerto de los Acebuches.
INFORMACIÓNOficina de Turismo de Zahara
Plaza del Rey, 1Tel.: 956 123 004
https://www.zaharadelasierra.es/
Asociación Toma de la Villa de ZaharaFacebook: http://cort.as/N9m
ALOJAMIENTOHotel Arco de la Villa **
Camino Nazarí, S/N.Tel.: 956 123 [email protected]
RESTAURANTES Y TAPEOAl Lago
Félix Rodríguez de la Fuente, 11Tel.: 956 123 032info@allago.es
https://allago.es/esMesón Los Estribos
El Fuerte, 3.Tel.: 956 123 145
Cervecería El GalloSan Juan, 6
Tel.: 607 78 91 16Facebook: http://cort.as/NHou
Mesón OñateFélix Rodríguez de la Fuente, 9
Tel.: 653 368 108Blog: http://mesono.blogspot.com
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frontera se modificaba en su contra y hubieron de destinar recursos para fortificar las zonas colindantes, ya que“era la villa de Zahara, en poder de los moros, una amenaza constante para los cristianos de la frontera, puesdisponiendo de una fortaleza bien firme y ampliamenteguarnecida salían con harta frecuencia a correr los campos próximos, saqueándolos y efectuando en ellos grandestrucción...”.
Las palomas, tres años más tarde, ayudaron, según cuentan las crónicas a medio camino entre la leyenda y la realidad, a cambiar la historia en lo que fueron los primeros indicios de que el Reino de Granada tenía los díascontados. En los lados del impresionante peñasco dondese asienta la Torre del Homenaje, lo único que queda enpie de la antigua fortificación, anidan las aves. Si alguiense acerca o hace mucho ruido, las aves se espantan –¿cabe mejor sistema de “teleseguridad”?–. Por ello, los nazaríes que entraban de guardia al amanecer tiraban unaspiedras desde arriba: si se ahuyentaban las palomas, esque no había nadie intentando trepar por las paredes dela roca, puesto que hasta ese momento se habrían mantenido tranquilas. Sabedores de ello, los hombres de Rodrigo Ponce de León, marqués de Cádiz, sacaron los pájaros una noche de octubre de 1483 mientras dormían,guardaron unos pocos en sacos y por la mañana, cuandocayeron las piedras, dieron vuelo a las torcaces retenidas.Los nazaríes tranquilos y los cristianos, que situaron a
parte de las tropas a las puertas de la fortaleza para quesus ocupantes desatendiesen las alturas sospechandoataque frontal, pudieron escalar para batallar desde dentro sin tener demasiadas bajas. No fue del todo fácil, dicen, pero “en este modo que he contado –refiere el cronista–, se recobró la villa de Zahara al escudo moro delGuadalete y se quitaron los daños que los más días hacían los moros que estaban en ella a las tierras comarcanas de los cristianos, convirtiéndose desde entonces enel más afilado cuchillo sobre el cuello de Granada”. LosCatólicos se pusieron tan contentos que ascendieron aDon Rodrigo de marqués a duque y crearon a su nombreel marquesado de Zahara.
No pierda el viajero, en fin, la oportunidad de experimentar la tranquilidad de esta Andalucía serrana paseando por las empinadas callejas zahareñas, todas de blancoreluciente, subiendo hasta la torre del Homenaje entrelos restos del poblado medieval, dejándose llevar por lasingular arquitectura de la Iglesia de Santa María de laMesa (s. XVIII), con su portada barroca de mármol rosa, operdiendo la vista en la inmensamente nívea Torre delReloj (s. XVI), anexa a la más moderna Capilla de San Juande Letrán (s. XX). Quinientos años más tarde del singularvuelo de palomas, el ambiente de blancos coquetos, azules celestes, aguas turquesas y verdes infinitos huele apaz… Y, de vez en vez, a unos buenos quemones, que hayque ver lo que la mano de la cocina tradicional hace conpan, agua, sal, aceite de oliva, ajo, cebolla y perejil. ●
Forma parte de ese ramillete desorprendentes eclosiones de cal en mitadde cultivos, tierras yermas o peñascos quehemos dado en llamar los Pueblos Blancos
Torre ycúpula deSanta Maríade la Mesadesde elpobladomedieval.
“Pueblo blancocomo esculpidoa los pies de unimpresionantepeñasco...”
Para no perderse� Sierra de Cádiz andalusí: arquitectura y urbanismo islámicos en la fronteraoccidental del Reino de Granada. Alejandro Pérez Ordóñez. Editorial Lulu.com(2009).http://cort.as/It0C
� El viejo “puente romano” de Zahara.Rescatar el patrimonio rural. José yAgustín García Lázaro. Blog En torno aJerez (2017).http://cort.as/N8PM
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Indudablemente, la estética de pueblo blancocomo esculpido a lospies de un impresionante peñasco coronado por un torreón,puede atraer al viajero.Pero, ¿qué más hay?
¿Cómo explicar la importancia de Zahara en el contextohistórico medieval? A esta pregunta respondieron haceseis años un grupo de vecinos creando la Asociación histórico cultural Toma de la Villa de Zahara, que hoy cuenta ya con más de 170 socios muy orgullosos de que su iniciativa concite en los tres días de representación a másde 6.000 visitantes.
Las jornadas son una inmersión en la historia de lastrifulcas entre cristianos y nazaríes, que se recrea congran realismo. Tal es el punto que, según cuenta LuisaRuiz, de la junta directiva de la asociación, “durante la úl
tima edición de Fitur, promocionando nuestra recreación, la mayoría de los países árabes presentes en la feria nos felicitaron por lo conseguido con los atuendos delos nazaríes: nos comentaron que eran iguales que los desus antepasados”. O, también, que “el día de la leyendade las Palomas, se lanza un muñeco a tamaño real querecrea al Moro de Montecorto: un nazarí que se habíasignificado en la toma de Montecorto –una poblaciónpróxima ya en le provincia de Málaga– y mientras los demás se arrodillaban delante del marqués, este corrió porel patio de armas y desde la torre se tiró al vacío. El primer año que se lanzó el muñeco hubo mucha gente quepensó que era de verdad y se asustaron”.
Los tres días son un no parar de actividades, sobre todo a partir de la caída del sol, aunque sábado y domingopor la mañana hay tiempo y espacio para que los más pequeños imiten a los mayores y hagan su propia recreación. Por lo demás, escaramuzas entre soldados de uno yotro bando, celebraciones con bailes y divertimento enlos diferentes campamentos (alternativamente, segúnvencedores), intercambio de alimentos durante las “treguas”, capitulaciones, entrega de armas, desfiles, mercados… Y, por supuesto, el sábado al caer la noche, representación de la leyenda de las palomas, con aguerridos“cristianos” trepando por el peñasco y la torre del homenaje a la luz de las antorchas, viendo, claro, cómo el “moro de Montecorto” prefiere “lanzarse” desde las almenasantes que rendirse al enemigo. Con toda seguridad, el espíritu de Don Rodrigo Ponce de León, al que describen como un hombre de aspecto poco fornido, pero que se lanzó a escalar la torre él mismo cuando vio que sus huestesflaqueaban, no cabe en sí de satisfacción. ●
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VI Recreación Histórica de la Toma de la Villa de Zaharadel año 1483 Zahara de la Sierra, 25, 26 y 27 de octubre de 2019
Celebración en el campamentonazarí.
Escaramuza frente a la Capilla de San Juan de Letrán (s. XX).
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