Los mitos raciales - Juan Comas
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Transcript of Los mitos raciales - Juan Comas
N e NUMERO 6
FEBRERO DE 1956
E J E M P LAR: $ 1.00
LA D NACIO AL AUTO aMA DE MEXICO
LOS MITOS RACIALES
Euna ob ervación muy común
aquella de que no to los los hombre son semejante. En efecto,pre entan é to cierta variaciones
en su aspecto físico que e transmiten to-talo parcialmente de padres a hijos, y losgrupo así formados con una relativa homogeneidad constituyen lo que vulgarmente se denominan "razas". Esta no sólodifieren entre í, ino que e sitúan en nive~es distintos, debido a que unas disponen de los recur os de una civilizaciónavanzada, y otras, por el contrario, e hallan en un estado de mayor o menoratraso.
He ahí la base inicial de todo el proceso racista. De la superioridad real o aparente se pasa con facilidad a la idea deque los éxitos de un pueblo son debidos asus cualidades inherentes. Las diferen-
Por Juan COMAS
clas somática individuale on la quehan motivado el error que cometen CI rtos partidos político, agrupacione nacionali tas y i temas ociales, al fomentar y exalta r el prejuicio de la uperioridad racial de u respectivo grupo. Deahí que en la historia de la humanidadabunden tantos pueblo elegidos, orguI!osos de us supuesta virtude y excelsas cualidades innatas, cada uno siguiencl0 un camino especial que le valdrá losfayores del verdadero Dios.
El mor:ogenismo ortodoxo cristiano leha conducido naturalmente a .ser antirracista por principio, aunque no se puedea fi rma r esto de todos los cristianos. Recuérdese que. según la tradición biblica,
un de lo tre reye mago era negro.El papa Pio X [ cond nó l raci mo; yya en 193 I aticano on ideraba lomovimientos racista como una apo ta íacontraria, en e píritu y en doctrina, a lafé cri tiana.
Tampoco los mahometanos han manife tado nunca intran ig ncia ni intolerancia racialc hacia los otro pueblos, desdeel instante en que ésto adoptaban suscreencias religio as.
Frente a esto- caso deben eñalarse,in embargo, otros que de de los más re
motos tiempos revelan actitude opuesta.Hace do mil año, los griego con ideraban como bárbaros a quienes no pertenecían a su grupo. Y los persas, según Herodoto. se juzgaban uperiores al re tode la humanidad.
Para justificar la a piración de los grie_
, . ,no hay ra::;a. que, guiado por la ro::;Ótl, 110 llegue o. olcon::ar la virlud, , .
. " l' . A gusto Lunel eUMARIO L 't . , J C' e 1 a feria de los díos e C; Ibriel .Vio,reel " el u",sleno ol1looglCO, por u. ,S : os 11M os roelQ es, por uan amas ~ . .'. . _? X i r Ta-
Utl poema autógmfo de Carlos Pellicer e MI'. Mil/el', (fragmento de no:ela) por Jase LUIS GonCzale,z ep
6/P,ero "ub0-J.O_.~' l~~a' :V~ítlj¡1I0, . . "Z r IfOil o Reyes e 1:.1 esenlor y su t'lempo: al' os e ,eer, por . an "
vera Alfara e H'lslona. doemllenlol de 1II1S 1 Jros. po . C'I V Id' L 'Irlls mc",iCOllas en 1955. •. . . J J C de la Serna e El e'ne por alaS a es e as e· ,hOli'eI10¡e, por Tomas Segovla e Aries P'aslleas, poT . . respo . H 'B' d I'b '1' os por Jaim García Te. '
, . d P I t d '\ndres enestrosa e araJa e ,YOS e.l rOtlJeY ,por AJí Chumacero e L'lbros, por Eduardo Llzal e. re e:ros, e. .rrés e Dibujos de Julio Vidrio • Fotos, de Ricardo Salazar y José Verde.
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gc,>s a la hegemonía universal, Af>is~óteles
(384-322 a. de J. C.), admitía la ideade que ciertos pueblos nacen para ..serlibres y otros para ser esclavós. Esa tesis
ué- restablecida en el siglo XVI para legi:,\timar.I~ esd~vitud de los negros e indios'oe Aínérica.
En~a~bi_o, Cice!"ón (103-43 a. de J.C.),. sostenía una opinión contraria: Loshombres se di ferencian por el saber; más,todos son, iguales, por sus aptitudes paraconseguir eS,e saber; no hay raza que,guiada por .1a'....r.azón, no llegue a a~can-
zar la virtud:' , 'Con el comienzo'd~ la colonización en
Africa y ~I 'descub¡-¡'I~li~nto de América,el prejuicio de raza y color se incrementóconsiderablemente, lo que se explica porrazones de orden económico, por el resurgimiento del espíritu imperialista colonial y otros diversos factores.
Juan Ginés de Sepúlveda (1550). enun esfuerzo por justificar la instituciónde la esclavitud. apoyándose en la tesisaristotélica, hablaba de la inferioridad yla perversidad natural de los aborígenesamericanos, afirmando que son seres irracionales y que los indios son tan diferentes de los españoles como la gente cruel loes de la benigna, o como los monos loson de los hombres. Naturalmente, frayBartolomé de las Casas defendió la doctrina cohtraria, luchando incansablementeen favor de la idea de que todos los pueblos del mundo se hallan formados porhombres y no por homúnculos o semihombres predestinados a hacer lo que otrosmandan.
La estratigrafía social en América Latina se basó inicialmente en la discriminación racial según este orden: criollos,mestizos, indios y negros. Teóricamentelas leyes eran y son contrarias a tal discriminación, pero hasta ahora han permanecido sin cump~irse.
Con el antecedente de Montaigne(1533-1592) al decir, refiriéndose a losindios del Brasil, no 'hay nada de bárbaroni de salvaje en esta nación, sino que cadauno denomina barbarie a lo que está fuer:!de sus costumbres, debemos señalar la actitud de algunos de los más ilustres pensadores de los siglos XVIII y XIX, Voltaire(1694-1778), J. J. Rousseau (1712-1778)Y Buffon (1706-1788) fueron, entreotros muchos, partidarios decididos de laidentidad fundamental de la naturalezahumana y, en consecuencia, de la igualdad entre todos los hombres. Por el contrario, D. Hume (1711-1776) afirmaba:"Estoy dispuesto a creer que los negrosson inferiores por naturaleza a los blancos.",Tampoco E: Renan (1832-1892),acepto la supuesta lRualdad humana. Y.H.A. Taine (1828-1893), combatió tambiénesa hip~tesis, negando que griegos, bárbaros, hmdúes, el hombre del Renacimiento 'y el hombre del siglo XVIII procedierande un mismo molde.
A pesar oe !a in fIuencia de algunospensadores, los prejuicios raciales se volv'ieron una verdadera doctrina en los siglos X\'lI! y XIX, El progreso alcanzadopor las hilanderías mecánicas abrió a losproductores de algodón mercados, cadavez más vastos, y en consecuencia unanecesidad creciente de mano de obra servir. Fuf'pqra 'defender esa famosa instituciém par:ticulf\r que filósofos y sociólogos del sur de los Estados Unidos dieronc,u~rpo a t?da t¡na mito~ogia pseudocientIflca, destll1ada a justificar tal estado de
cosas. Había necesidad de convencerse,para apaciguar la conciencia, de que 'elnegro era un ser no solamente inferioral blanco, sino aun mal desasido de laani'fnalidad.
Más tarde, los blancos acogieron con'entusiasmo el darwinismo que, al proclamar la supervivencia del más apto, veníaa afianzar y confirmar la política de expansión y de agresión en menoscabo delos pueblos inferiores; el hecho de queciertos grupos humanos fueran reducidosa la esclavitud o cayeran bajo las balas delas ametral'adoras y fusiles europeos, significaba simplemente el cumplimiento deJa teoría de que un conjunto humano inferior está destinado a ser reemplazado porotro superior.
No es justo atribuir a Darwin -comomuchos han hecho- la paternidad de esateoria odiosa e inhumana. La verdad es
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UN~VEKSIVA~ DE MEXICO
que la existencia de grupos compuestosde hombres de color, convertidos en competidore~ potenciales en los mercados detrabajo, y que r~clamaban las ventajas,sociales que los blancos habían consideradocomo su bien exc~usivo, debía V1ecesariamente conducir a estos últimos a disimular bajo algún pretexto el materialismoeconómico absoluto que les hacía rebusara tales pueblos toda participación en lasituación privilegiada de que ellos disfrutaban. Ese pretexto lo encontraron en parte • en la tesi s biológica clarwiana queacogieron con beneplácito; y, después dehaberla simplificado, deformado y adaptado a sus intereses particulares, la transformaron en 10 que se ha llamado eldarwinismo social., con que pretendieronjustificar sus privilegios socioeconómicos,pero que no tiene nada que ver con losprincipios estrictamente bidlógicos deDarwin. '
De este modo los progresos de la biologia se uti~izaron malévolamente para suministrar explicaciones, en aparienciacientíficas y senci~las, destinadas a resolver las perplejidades anteriores relacionadas con la conducta humana.
Es evidente que la herencia somatopsíquicainfluye en el aspecto y en la conducta de los seres humanos; pero esto noautoriza a admitir y defender, como hacen los racistas: a) que la herencia biológica es el único factor importante; b)que se puede pasar fácilmente, despuésde hablar de las dotes heredadas por losindividuos, a ~as dotes hereditarias de loserupos.
La idea de raza hállase tan cargad:! deelementos emotivos que la discusión objetiva de su significado frente a los problemas sociales resulta sumamente difícil. No existe ninguna base científica paraestablecer una clasificación general de lasrazas según su grado de superioridad ()inferioridad, pero los prejuicios y mitosraciales permiten encontrar una víctimapropiciatoria, cada vez que la seguridady la cohesión del grupo se encuentranamenazadas.
Esta breve síntesis nos sirve de introducción al análisis más detallado de algunos de los mitos sobre los que se apoyala teoría racista.
1. El mestizaje.-En el hombre ha siclo y es tema de múltiples controversias yestá condicionado por la opinión que setenga de las razas y sus diferencias. Elconcepto de raza supone la existencia degrupos que prestan ciertos caracteres somáticos similares que se transmiten segúnlas leyes de la herencia, aunque dejandomargen a la variación individual.
Los pueblos europeos se hallan tan mezclados que cualquier intento de clasificacién aun tomanco como base dos caracteres (color de ojos y pelo), excluiría losdos tercios de la población en cualquierregión escogida para el estudio.
No existen pues razas humanas puras.A lo sumo, se podría hablar de raza puraaludiendo a un determinado carácter somático, pero nunca a todos o a la mayoríade los caracteres hereditarios. La mezclade razas se ha realizado desde los comienzos de la vida del hombre sobre la tierra,incluso en la más remota prehistoria;aunque, evidentemente, las mejores .comunicaciones y el aumento de la poblaciónhan faciliti.do más el mestizaje en los últimos siglos.
(Pasa a la pág, 8)
U IVERSIDAD DE MEXICO 3
NO
MeHO hombres de esta época
exhiben una señalada tendenciaa significar e en términos preponderantemente negativos. Pre
fieren de truir, que no edificar. Matar,antes que dar vida. Contrariar lo ajeno,
LA FERIA
D E
DISTANCIA
PERO entre estos hechos y el defincar en el puro aniquilamientoel sentido y la justificación últim;¡de la existencia, media una distan
Cia definitiva. La misma que separa lo
y COBARDIA
PEREZA
Ili:tc;ral, de lo monstruoso. O la que alejala gallardía razonada, del suicidio insensato.
PORQUE la nada, en cuanto nada,
no representa ningún valor, sinoprecisamente una ausencia total devalor. Y el luchar por ella, sólo
por ella, redunda en un combate estéril,sin objeto y sin nobleza.
J. G. T.,
LA NADA
EN el fondo de dichas anti-doctrinas late un problema de perezamental. De fijo es más cómododerrumbar que construir. Es más
fácil decir "niego aquello", que "afirmoesto". Para lo primero basta un siníplegesto; para lo segundo hace falta un ejercicio mínimo de la inteligencia.
Ytambién se descubre un asomo de
cobardía. De ciega cobardía moral ante los especí fico apremiosdel hombre, que son urgencias de
ser, de crear, de superar los escollos quelo limitan, mediante el enraizamiento enla propia y peculiar sustancia, y :l travésde todos los riesgos y cle toclas las amenazas.
DIASLOS
NEGACIONES VALIDAS
NO pretendemos la invalidez esencial de toda postura negativa.Hay negaciones concretas que seantojan convenientes, y aun in
dispensables, en un momento determina-
do. Y por otra parte, no se concibe unaafirmación que no sea excluyente y negadora, en mayor o me'nor grado, de afirmaciones diversas.
PARTICULAR
DOCTRINAS que, a fin de cuen
tas, resultan anti-doctrinas. Rechazos g~obales y sin discriminación, de un sistema, de un pro
grama, y hasta de una realidad física.Movimientos de escueta agr~sión, quesuelen agotar sus empeños en el exterminio de un adversario absoluto, ci fraobsesiva del mal sobre la tierra; y queno reconocen la alternativa de una oposición fecunda: del encauzar, en suma,por vías de afirmación las posibles razones originales de su antagonismo.
LAS ANTI-DOCTRINAS
• •
EN el orden del pensamiento, talactitud se traduce en la contemporánea abundancia de doctrinas cuyo resorte fundamental está sim-
bolizado por la partícula "anti": el antisemitismo, el anti-dericalismo, el anti-comunismo, el anti-yanquismo ...
mejor que demostrar lo propio. Hab~an delo que no son, de lo malo que es ser comolos otros; y olvidan en cambio lo que síson o pudieren ser ellos mismos.
UNIVERSIDAD DE MEXICO
ESTROFA A ADAM MICKIEWICZOyeme, camarada, estás herido;
por causa de esa herida nadie muere.El que sepa tu nombre y se atrinchereen tu nombre, dará muerte al olvido.
Llamo a tu corazón y es todo oído:El cielo de la noche lo sugiere.
La historia de la luz en tí prefiere
tu oceanía de hombre desmedido.
Yo me quedo mirando tus heridasy veo cómo brotan las cien vidas
que de cien muertes desnuda y sangrante
Polonia entre tus brazos y tus cielossurge a la voluntad como un diamantellevado por magníficos deshielos.
REC1L
bilidad -repetimos- 'es simplemente unaspecto de la desesperación. La mismahumildad de Marcel no es más que unaprofesión de fe, según las palabras que élmismo subraya: "La única esperanza auténtica es la que se dirige a lo que nodepende de nosotros, aquello cuyo móviles la humildad, no el orgullo."
Marcel concluye proclamando el amorcomo un tercer camino entre los excesosde la dog;nática y una simple clasificación de los misterios. Queda así frentea un mar de reflexiones.
¿ Es comunicable el misterio? ¿ La exigencia ontológica no implica otras exigencias que rebasan el puro recogimiento?¿ N o es el amor algo cuya esfera sobrepasa el campo del recogimiento? Si encierta manera somos el misterio o ti misterio es en nosotros como formando partede nuestro ser ¿no sería el orgullo, (que"consiste en no encontrar fuerza másque en sí mismo") una forma de fidelidad a él? Así como la verdadera humildad considera que esperar de sí mismoes desesperar de Dios ¿ un verdaderoorgullo no sería aquel que consideraraque esperar de Dios es desesperar de símismo? Visto así el orgullo, el suicidioque es una desesperación absoluta tantode Dios como de nosotros mismos estaría en la tierra de nadie. ¿ Hasta dóndesomos; cuál es el límite que nos separadel mundo que nos rodea? Esperar delas fuerzas que nos unen a todo, y con lascuales somos indisolubles ¿ no es esperarde nosotros mismos? Si aceptamos queen la exigencia ontológica desaparece loen mí y lo ante mí, el ser sería un vínculo,una cópula. Su fundamento sería el amory esperar de él sería esperar de nosotrosmismos en cuanto somos, no en cuantoalgo no es, Dios por ejemplo.
GABRIEL MARCEL. Posición y.Aproximaciones Concretas al Misterio Ontológico.Prólogo y traducción de Luis Villoro.Ediciones Filosofía y Letras. N9 3. Imprenta Universitaria. México, 1955.
P E LsoLR
GABRIEL
Mas la presencia no es la presencia eleun objeto -esto cabría dentro de lo problemát.i~o- sin? qu~ ~s.tá conmigo. AqUÍla nOClOn de dlsp011lbllldad se hace evid~nte. La presencia implica una reciproCidad que no existe en la relación desujeto a objeto, ni de sujeto a sujetoobjeto. ;
Para Marc~l, como para Kierkegaard,'la desesperaC1,ón es el pecado. La indisponibilidad es un aspecto de la desesperación tal como la ve el filósofo danésen su Tratado. '
Encontramos en la tesis de GabrielMarcel muchos e Íntimos puntos de contacto con la filosofía de Kierkegaard. Elautor de Temor y Temblor define el yocomo "una rela,ción de finito e infinitoreferid,a a sí misma". El recogimientono sena otra cosa que la exaltación delJ:0. conce~ido de tal manera, y la fe suU11lca salIda. En cuanto a la disponibilidad y la fidelidad creadora, caben perfectamen.te dent.r0 de la concepción de fe,que tiene Klerkegaard; y la indisponi-
Por Augusto LUNEL
ONTOLOGICO
MISTERIO
MARCELy EL
CA
EXISTE, nos dice Marcel, una exi
gencia ontológica que tratamos ~esofocar a todo trance. Hemos SIdo limitados a la idea de función.
El amor el nacimiento, la muerte sóloson func'iones. Tanto en la actividad como en el reposo el hombre realiza funciones. No hay nada inexplicab.le:. Haquedado reducida a cero la pOSibIlidaddel asombro.
Sin embargo, esta vida que nos exponea la de esperación no acal1a compl.etamente ciertas potencias ocultas que la Ideade función no puede explicar.
Aquí aparecen las diferencias entre elámbito del misterio y el de lo problemático. El mundo en que vivimos estáreducido a problemas. Hay problemasresueltos y problemas sin resolver, perono hay misterio.
El misterio es meta-problemático. Laexig.~ncia ontológica nos colocaría nosólo ante el problema de si el ser es, yde qué es el ser, sino. también nos l.levaría a preguntarnos SI nosotros que 111
terrogamos podemos estar seguros ele ser.Quién formula el problema, no obstante,se coloca fuera de él y no ciertamenteporque el cogito cartesiano le resuelvanada. El cogito presupone la validez delsujeto pero 110 la del objeto. El yo soyes indivisible; convertir el sujeto en objeto es ponerlo en duda.
Pero la posición cartesiana implicaríaa su vez un dualismo, ya que el interrogante ontológico es ante la totalidaddel ser y ante el sujeto en cuanto totalidad. 1 o estamos pues frente a un problema sino más allá de él. Quién interroga tiene una importancia fundamental.El sujeto es, más bien quien interroga.Nuestra interrogación por el ser es unaafirmación. La realidad sujeto no puedeser objeto ni solución del pensamientoreflexivo. Es meta-problemática.
En efecto, lo meta-problemático trascendería siempre la dualidad de un sujetoque afirmara el ser, y del ser en cuantoafirmado por ese sujeto, que a la vezfunda la dualidad. "Poner algo meta-problemático -dice el autor- es pensar elprimado del ser, respecto del conocimiento (no del ser afir111.ado, sino más biendel ser afirmándose), es reconocer queel conocimiento está envuelto por el ser,que en cierta manera le es interior."
Es difícil por lo tanto refutar las interpretaciones que desde el punto de vistade la idea de función se hacen elel misterio, sin colocarse en un terreno distinto,donde pierden su sentido.
El conocer se suspende en cierta forma de participación: el misterio. El misterio sería un problema que rebasa suspropios datos. Los limites entre misterioy problema no son pues precisos. Tendemos a degradar el misterio en problema: La diferencia estriba en que el mistena rompe las fronteras de lo en mí vlo ante mí. La esfera de lo meta-problemático coincide con la del amor.. Para Mar:cel 110 hay ontología posible,
sin el recogImiento: restablecimiento interior, r-eflexión a la segunda potenciadispo1]ibil idad activa, fidelidad creadora:
La fidelidad creadora se refiere siempre a "liha presencia; y es activa porquesupone una lucha tenaz contra las fuerzas '; de un mundo qüe nos invita y aúnnos ocoacta a la dispersión. La presenciano solo es conservada sino perpetuaday renovada, "su virtud consiste en unamisteriosa incitación a crear",
EL GRAN OIARIO JI: MEXICO
elllllllldOala~i8t8•••
'd de, .. de la V1 aEl "palp1tar d c.araete.rlz.a
mun o senuestro 1 do ritmo.
su ace erapor
inquieta.' de hoY que .
Ese V1V1r reg1stra, de gentes. ,
a ml\\ones b er conOC1-. e de en s .,hechos qu .. 1instante .dos rápidamente. a
" por-, , de notlc1as oLa publicac1on , conocer la
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LeA- -iA-yt~ <4, €CL 1'0 ~ rt ~~-14.. 6'-c:..e..-o~-~ c~ --l:JrJ~_. :; ~~d9- ,,
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6 UNIVERSIDAD DE MEXICO
Por José Luis GONZALEZ
MILLER
El criollo todavía no se decide. Espera.Con lo que ha sembrado siempre no 10pasa mal. Si la caña va a hacer lloverI:laná, como dice el yanqui, ya habrátIempo de agarrar síquiera una llovizna.Pero que se aventure otro primero. Después se verá.
Pasan los años, lentos.El yanqui siempre se deja ver de rato
en rato, "a saludar nada más, don Ramón". Los años 10 van poniendo O"ordo \'cada vez rná rojo, IQ va.n haciend; amiln-
ter a competidores de las compañías tabacaleras ...
-¿ y qué pasaría si se cae el preciodel azúcar, mister Miller ?-, preguntacon malicia mal disimulada don Ramón.
El yanqui sonríe, y pregunta a su vez:-¿ Qué le pasaría ... a quién?-A ustedes ... y a los cosecheros. A
todos.-Pues a nosotros nos forzaría a re
duci r la producción, naturalmente... vquizá hasta a parar algunas centrales. Álos cosecheros, en cambio, los obligaría simplemente a cambiar de cosecha.¿ Qué la caña no deja mucho? Pues a sembrar otra cosa, y se acabó. ¿ No le parece?
El criollo calla un instante, parece meditar sobre una idea que todavía no hamadurado, y al fin plantea:
-¿ y si el precio, en vez de bajar, sube?
Mister Miller vuelve a sonreir y dice:Salimos ganando todos, don Ramón.
¿ Qué mej or que eso?-¿ Y cómo anda en estos días el pre
cio del azúcar, mister Miller?-Pues depende, depende ... Depende
de una serie de cosas. Pero va tener queperdonarme, don Ramón, porque se meva haciendo tarde.
-Pero, hombre, si ni siquiera me hadejado ofrecerle una taza de café.
-No, muchas graci$ls, mi amigo. Yame tomé una en la oficina, antes de salir.y se me va haciendo tarde, créame. Bueno, don Ramón ...
y tiende otra vez la roja manaza.-Hasta luego, mister Miller- dice
el criollo: :Un día de estos le vaya devolver la VISIta, y a 10 mejor hablamos unpoco de negocios, ¿ no ?
-Cuando guste, don Ramón. cuandoguste. Sabe que siempre estamos a susórdenes.
y destrenzado otra vez el camino realbajo las patas de su caballo, el yanquisonríe y se dice: "Ya 10 creo que va adevolver la visita. Estos son todos iguales: lo que temen es perder dos pesetas.Todavía no conocen la palabra in~ciativa,j Cnsto! y nosotros no se la vamos aenseíiar de ba'de, tJz.at's for sure !"
y espoloneando a la I~ontura con violiencia, se lanza en un galope que resuena sobre las vegas y el lamería idílicocomo tambor que llama :.1 un combate decidido de antemano.
NOVELA)D E
te de lo buenos tabacos y del denso caféprieto que otrora se le hiciera intolerable.Ya compra caballos sin necesidad de consejero criollo, y los vendedores no le regatean elogios a su capacidad de selección.Sus paisanos que trabajan en "el Norte"para la misma compañía, amiO'os de lainfancia o antiguos compañero~ de colegio, que vienen a la Isla por unos cuantosdías en gestiones de negocio, tratan deconvencerlo de que ya es tiempo sobradoele ir pensando en un traslado y en .("retorno a los suyos, a donde realmentepertenece. Le recuerdan que ya cumpliólos cuarenta y todavía no se ha casado. Le.cuentan de sus familias, de la buena vidahogareña, de! reposado amor conYl¡<Tal V
de los chiquitines rubios que Jos cs;era;lcon l~ pipa y las pantuflas al regreso dela oflcma cada tarde. Le recuerdan las"Navidades b!ancas" de la tierra lejana,con sus pavos asados, sus trineos sobrela nieve su árbol iluminado,' su SantaClaus para los chicos. Y el yanqui acriollado se enternece un instante (estimuladoel poder de evocación por la botella dtwhisky al alcance de la mano) y se rindea la nostalgia en un trance casi doloroso.Cierra los ojos y asiste a un fascinantedesfile de girls de piel de melocotón yleche, de suave oeluza de maíz en las axilas, su girls de ~1l1a juventud todavía cercana, piernilargas y elásticas, que Jo miran desde el recuerdo con sus ojos deagua clara y le regalan sus sonrisas iguales y distantes. Entonces, de repente:
-Mister Mile, ¿preparo el café?La. voz cantrina de la mulata joven que
mantIene en orden su casa de soltero haceali~cos el encan.to de la evocación. El yanqUI abre los oJos, el rostro contraído enuna mueca de disgusto que asusta por unmomento a la muchacha. Pero la visiónde la hembra joven frente a él, la espléndi?a .es~ultura viva de su cuerpo (cuyosmas llltlmos encantos dejaron hace tiempo ~le guardarle sus secretos), borra enun lllstante la impresión de disgusto causada por la interrupción.
-Sí, María. prepara café para todos.Pero no tan fuerte como de costumbre.
Añade, sonriente, pa ra explicar.-Los señores tienen todavía la sangre
un poco rala.
La muchacha devueke la sonrisa descubrie:l.do una hilera de parejas perlaspequel1ltas. Y entonces es cuando misterMilJer, al volver el rostro, percibe el efecto que la aparición de la muchacha hatenido sobre el grupo de sus paisanos. Sedivierte con la bocaza abierta de uno deellos y con la turbia mirada codiciosa del'n segundo, y de súbito los saca a todosdel embeleso con una carcajada ruidosa:-j Ja! ¿ Decían ustedes de ... ir pen
sando en un traslado?- les lanza las palabras punzantes de ironía. Y ríe, feliz.contento de sí mismo.
Todo eso se lo cuenta a don Ramónque todavía no se decide a sembrar cañ~en sus trescientos cincuenta cuerdas, paradespués decirle, amigable:
T O(FRAGME
MR.DON Eamón se mantiene unos
cuantos años a la expectativa.El, a diferencia del jibaro que yavendió su tierra, sí "sabe de le
tra", y la letra le ha enseñado varias cosas. na de ellas: no esperaren estemundo, y menos sin pagar un precio, e!paraíso que posiblemente sólo existe enel de más allá. Otra: que sólo un desastre justifica un cambio de importancia encualquier aspecto de la vida. Lo que seha sembrado siempre todavía cs dir,ero,y lo otro ... Lo otro, si no se siembra,hay que comprárse'o al vecino. Y mientras haya tierra ...
Pero el yanqui quiere caña. El yanquiecha al suelo los viejos trapiches con susdos bueye lentos y trae de su tierra, parareemplazarlos, maquinaria poderosa quecuesta muchos dólares. Cierto que e amaquinaria es capaz de producir ·?n unashoras 10 que tomaría scmanas a un trapiche, pero los beneficios que eso si~ni fica dependen de que nunca falte qué moler. De ahí que el yanqui quiera caña,caña en abundancia, mucha caña ...
y el futuro colono 10 ve llegar un día,ya mejor jinete, un tanto acriollado, consombrero alón y un tabaco en la boca, ysin intérprete porque ya no le hace falta.Lo ve llegar "como quien no quiere lacosa" :
-A saludar nada más don Ramón-.-Pase usted, mister Miller, tenga la
bondad. Encantado de verlo por aquí.y el yanqui se desmonta, con una agi
lidad que no deja de impresionar al criollo, y sube hasta la galería de la casona.Tiende la roja manaza.
-A saludar nada, don Ramón, porquevoy ver una finquita que venden másallá de la propiedad de su compadre donPepe Miraba!.
-Tome asiento, mister Miller. Y ...¿quién vende, si se puede saber?
-La sucesión de don Leocadio Benítez. ¿Usted quizá conoce don J uan José,el licenciado? Es uno de ellos. y el abogado de la famil ia. El no quería vender,realmente, porque pensaba meterle cañaa la finca. Pero la viuda y otros hijos connegocios en San Juan... i en fin! Yovoy sólo por ver, porque verdaderamente ... ya no tenemos interés en comprar.
-¿ Cómo así, mister Miller?- tanteaclan Ramón.
-Mucho problema, mi amigo. Muchaadministración. La compañía no tiene interés en adquirir más tierras por ahora,sino en producir más azúcar.
-¿ y todo 10 que ha comprado hastaahora?
-¿ De quién, don Ramón? Del pequeño propietario, porque era indisiJcncablecentralizar para reducir los costos deproducción. Pero, ¿ por qué comprarle :11propietario grande ? Nosotros 10 que quererilos es caiia. La tierra la comDramoscuando es necesario. pero si !la .. "... Quéganamos nosotros con hacernos de '~:.Int:.l
tierra?-Caña más barata.-No crea. Nosotros preferimos eco-
nomizar los gastos de administración ytoda esa historia. Hablándole con frariqueza, si mañana viene una crisis en elazúcar, ¿ qué vamos a hacer con la tierra?El agricultor puede cambiar de cosecha,según lo que más le convenga, pero nosotros somos azucareros, don Ramón, ynada más que azucareros. Si se nos caeel precio del azúcar, no nos vamo a me-
U IVERSIDAD DE MEXICO7
***Nada ni nadie detm'o el al'ance de la
marea verde.El finquero la vió llegar, la vió dete
nerse momentáneamente :lI1te sus guardarrayas, la ignoró unos aíios dcsel~ elfondo de su complacenCia tracilCJOnallsta,se juzgó fuerte para "usarla:' en su provecho, y finalmente, con la JIlgenua convicción de que llegaba porque él "le dabapaso", la vió derribar SllS guardarrayas .yacabar de tragárselo todo: hasta las estrlhaciones mismas de la sIerra cafetalera.
***
-El otro día mataron en Europa alArchiduque de Austria.
Y el hacendado, católico e ignorante,comenta por decir algo:
-Los europeos como que se están olvidando de las en eñanzas del Señor.Ojalá que no les salga dema iado ca1'O.
A mister Miller la noticia le ha llegadomucho antes, en un cable desde NuevaYork. El hombre, solo en su oficina enese momento, abandona de un salto ~a illa giratoria y comienza a pasearse de unextremo al otro de la pieza, arrancándolenubes de humo denso a su tabaco. De repente se detiene, abre una puerta y llamaa un secretario.-j Los libros, Martínez!El secretario permanece 'cU10S instantes
en la puerta, vacilante, y el yanqui le adivina la duda:
-Todos, Martínez. Todos.-En s guida, mister Miller.
lope desacostumbrado en dirección de lacentral.
Mister Miller, desde la ventana de suoficina, el rostro iluminado por una sonrisa, lo ve llegar y desmontar. En unasemanas, desde la decla ración de la guerra en Europa, las visitas de los finqueros e han sucedido con una rapidez quesobrepasa por mucho los mejore cálcnlos del yanqui. Don Ramón ciertamente noes de los primeros, pero tampoco de losúltimos. Mister Mil\:r guarda en una dela gavetas de su escritorio la lista quepreparó de antemano, y ha ido tachandolos nombres según los finqueros han acudido. También ha ido anotando. junto :1
cada nombre tachado, el número de cuerdas que arropará la marea verde n lapróxima siembra. Todavía qneda más dela mitad de los nombres sin tachar, inembargo, y hay nombres que mi'ter MilIer, enemigo de todo optimismo mal fundado, no incluye aún en la !ista. Pero elyanqui piensa en el futuro con una feinconmovible de empresario en vísperasde un boom sin precedentes.
Después de media hora de conversación (ya don Ramón puede escribirle asu hermano que, después de todo, 110 eratanta la prisa y que el temor de "llegartarde" no tenia fundamento alguno), unempleado trae dos tazas de café reciéncolado y mister Miller produce de unacaja sobre el escritorio dos de sus tabacos escogidos. Saboreando ambas cosas,don Ramón le confiesa a mister Milleruna preocupación que empieza a intranquilizado en los momentos 110 ocupadospor problemas más inmediatos y concretos:
-Algunos colonos se están viendo endificultades con los trabajadores, misterMiller. Los socialistas ...
El yanqui lo interrumpe con una sonrisa mientras da vueltas al Cigarro humeante' entre el índice y el pulgar de la diestra.
-El socialismo, don Ramón -dice,con un dejo de desprecio-, el socialismo, bajo la bandera amel~icana, es un sarampión inofensivo del SIstema, en comparación con el ti fa que ha llegado a s~r
en la Europa cansada y decadente. Y fljese que esa gente celebra todas sus asam-bleas con las franjas y las estrellas sobre
/~ la pared. Estamos inmunizados. No seY esa madrugada, un jíbaro trasno- preocupe.
chado que regresa a su bohío de un ba- Las pa~abras del yanqui no al~an~an aquiné en casa de un compadre, contemj)'a calmar por completo todas las lIlClplen-intrigado desde el camino la solitaria ven- tes aprensiones ele don Ramón, p.e ro, altana iluminada en el edificio de la Ad- mismo tiempo, suenan tan ... ¿ como seministración de la central. diría? ... j tan autorizadas, casi sabIas!
Aquello de "la Europa cansada y dec~
dente", por ejemplo, es cosa como de lIbros. Y, además, si mister Miller, quetiene tanto o más que perder a manos dela peonada salida de lugar, no se preocupa ...
Don Ramón le echa dos carajas al peónque ensilla el caballo y que no acaba decomprender toda aquella irritación y '~oda
aque!la prisa súbitas. El peón sabe queel hermano de don Ramón, el licenciadodon Antonio, llegó de San Juan anoche,cuando nadie lo esperaba. y de pués volvió a salir para la capital temprano estamañana. Pero no sabe que los dos hombres permanecieron en el despacho de -:\onRamón hasta los primeros claros del alba,y menos sabe en qué consistió la conversación que los mantuvo ocupados hastaesa hora.
El peón ve montar a don Ramón, looye echar otro caraja -esta vez el caballo que caracolea antes de largarse al camino- y después 10 ve alejarse a un ga-
* * *
- Ya ve. Lo que son los huesos de este yanqui se quedan para abono de estatierra.
-Nosotros encantados de que no senos vaya, mi ter Miller - dice el finquera, corté .
Despué de una pausa llena de complacencia, durante la cual ambos dejan vagar sus miradas obre el paisaje multiverde, ahito de sol, el yanqui de repente seva al grano:
-¿ Así que no se decide, don Ramón?-Pues por ahora ... francamente ...
sería un poco aventurado, ¿ no le parece?l,'íjese que no me va mal con lo que heé'é'mbrado siempre.
-Ya lo sé. Pero le podría ir muchomejor. ¿ Por qué no prueba con una cosecha?
-Pero, mister Miller, usted sabe queno se cambia de cosecha como de corbata.
o es posible sembrar una cosa un año y
cúía el siguiente y otra cosa el de másallá. Esos cambios cuestan plata. " mucha vlata.
-¿ Y si nosotros le garantizáramosunas cuantas cosechas, don Ramón? Usted puede hacer sus cálculos. Cuestión denúmeros: dos y dos son cuatro.
El criollo no responde en seguida, pero cuando mira otra vez hacia sus campos, tratando de formular una evasiva, lavisión de los maizales y los platanales sele transmuta como por encanto, y en sulugar aparece -tan claro, tan claro quecasi lo ve- un gran océano verde, Tuti!ante bajo el sol como una inmensa esmeralda increíble. Y el vaivén de las rubiasguajanas al viento se le antoja un millónele olas de oro, de oro que sólo esperaque sus manos ...
-¿ Y si le garantizáramos unas cuantas cosechas, don Ramón?
Y cierto día, en boca de un viajero queviene de San Juan, llega a una de las haciendas la noticia:
UNIVERSIDAD DE MEXICO8
L o s M 1 T o s R A e 1 A L E s(Viene de la. pág. 2)
La historia nos enseña que todas lasregiones donde ha florecido una alta cultura han 'sido el escenario de la conquistade un pueblo indígena por otros grup~s
nómadas. Esas conquistas fueron segLllda por la creación de una nue~~ amal~a
ma considerada como una naClOn raCialmente homogénea, aunque en realidad setratara de un nuevo pueblo integrado porrazas diferentes.
Quienes consideran el mestizaje peligros para el futuro de la ?~ma~lÍdad,
afirman que es fuente de debIlitamIento;que aminora la inmunidad contra ciertasenfermedades; que prostitutas y vagosson más frecuentes entre los tipos mestizos que entre los puros; que se observanen aquéllos la presencia creciente de latubercullosis y otras enfermedades, asícomo una disminusión del equilibrio mental y del vigor; y, finalmente, que el mestizaje hace aumentar la criminalidad.Otros muchos sostienen la tesis de que,como consecuencia de la hibridación conelementos extranjeros, la población norteamericana perdería el carácter armónico y estable que posee en la actualidad; y algunos han llegado a afirmarque tal desarmonía originaría toda suerte de males sociales e inmoralidades.
Un razonamiento que anula el valor deconclusiones como las que comentamoses el que presenta M. Lundborg al probarque el mestizaje es numéricamente másfrecuente entre las clases sociales inferiores que entre la media y superior; portanto, los efectos observados por Mjoeny Davenport se deben no ya a la supuestacorrelación entre hibridismo y degeneración o debilidad, sino a la mezcla de individuos pertenecientes a los sectores másdepauperados en los diferentes gruposhumanos. Y esto ocurriría tanto con laendogamia como con la exogamia; es decir, que el mestizaje no juega aquí ningúnpapel. En realidad, las familias humanasen las que se ha practicado la endogamiade manera constante se caracterizan frecuentemente por un grado de degeneración igual o aun mayor al que se haatribuído a los mestizos. La endogamiasirve, además, para descubrir las potencialidades hereditarias de un grupo, yaque entonces se manifiestan externamentelas características hereditarias recesivasque permanecieron ocultas en tanto sólolas poseía uno de los progenitores. Si elcarácter de que se trata es perjudicial,resulta lógico y necesario proceder a cruzamientos de tipo exogámico (mestizaje)que harán intervenir un factor hereditario dominante, capaz de anular el carácterrecesivo perjudicial. La endogamia hacevisibles o tangibles las anomalías y defectos de tipo recesivo que la exogamia tiende por el contrario a anular o, por lo menos, a contrarrestrar.
Por eso no puede generalizarse diciendo que la endogamia o la exogamia sonbuenas o 'malas en cuanto a sus efectossobre la descendencia, ya que todo depende, en cada caso, de las característicasgenéticas de los individuos que vayan acruzarse.
Ni los partidarios ni los adversarios delmestizaje han delimitado alguans cuestiones que creemos deberían abordarse:
a) efectos producidos por el cruzamie~to
no sólo entre. grupos claramente supenores a la media, sino también de modo especial entre grupos francamente inferiores a la misma; b) forma que adoptan losobstáculos de orden ambiental contra loscuales tienen generalmente que luchar losmestizos.
Si la ley o la costumbre de un país re!ega los tipos mestizos al rango de grupopostergado (en el plano social, económicoy político), es muy prob~ble que sus.contribuciones culturales esten por debajO desus capacidades innatas. En un régimenrígido de castas, donde le fuera absolutamente imposible a un mestizo elevarse sobr el ranao social inferior de uno de susprogenit~res, ,es claro que no deberíajuzaarse la hibridación racial según elniv~l alcanzado por los mestizos. En cambio, en un régimen en que el mérito individual sirva, sin cortapisas, de base a lacategoría social, los éxitos de los mestizosserían una indicación muy clara de suscualidades intrínsecas.
La idea de dividir a la humanidad encompartimientos raciales totalmente separados es arbitraria. Se basa en premisaserróneas, es especial en la teoría sanguínea de la herencia, que es tan falsa comola vieja teoría racista. La comunidad desangre es una expresión sin sentido, yaque los genes o factores hereditarios notienen la menor relación con la sangre,son independientes entre sí, no se mezclan, y aun se segregan.
Aun en la actualidad persiste ese mitode la sangre como criterio decisivo encuanto al valor del mestizaje, y se siguehablando de la sangre como del vehículode la herencia. Así se dice: de "mi propia sangre", "sangre mezclada", "nuevasangre", media sangre", etc. Los términos sangre azul y sangre plebeya han adquirido carta de naturaleza en el lenguajecorriente para designar los supuestos decendientes de familias aristocráticas y delpueblo, usándose esta última palabra entono despectivo.
Las personas que siguen pensando asíse encuentran imposibilitadas de comprender la naturaleza especial de los fenómenos hereditarios, y también de losfenómenos sociales en que la herenciatoma parte.
y es que muchos ignoran el hecho nosólo de que la sangre es totalmente ajenaal proceso genético, sino que inclusive lamadre no proporciona sangre al feto, sinoque éste es quien desde un principio elabora la suya propia. Esto explica ademáspor qué el hijo puede tener distinto grupo sanguíneo que la madre.
Todas las grandes razas son, incontestablemente, de origen híbrido. En el curso de los milenios que han transcurridodesde que el tronco humano común sesubdividió, los cruzamientos se han sucedido sin cesar.
He aquí un ejemplo de mestizaje referente a las que llamamos naciones civilizadas: Inglaterra, desde los tiempos másprimitivos, fué ocupada por grupos humanos de tipo Cro-Magnon, nórdicos, mediterráneos, alpinos, y, más tarde, la invadieron los sajones, noruegos, danesesy normandos. ¿ Puede hablarse hoy deuna raza inglesa pura? Inglaterra es, por
el contrario, un magnífico ejemplo de mOsaico racial.
Todas las regiones poseedoras de unaalta cultura han sido zonas donde ha tenido lugar la conquista de unos pueb!os porotros. Los grupos humanos aislados nohan intervenido -o lo han hecho en mínima proporción-, en el progreso culturalde la humanidad; por el contrario, lascircunstancias que permiten a un grupodesempeñar papel importante en la civilización se ven favorecidas por el cruzamiento con otras razas. Diremos para resumIr:
1. El mestizaje ha existido desde losalbores de la humanidad.
2. El mestizaje fomenta una ampliación en el campo de variabilidad somáticay psíquica, y permite la aparición de nuevas y numerosas combinaciones de factores genéticos que hacen más flexibleslas cualidades hereditarias entre la nuevapoblación.
3. Desde el punto de vista biológico, elmestizaje no es bueno ni malo y dependeen todo caso de las características individuales de quienes sean sujetos de hibridación. Como en general el mestizaje serealiza más frecuentemente entre individuos de capas sociales inferiores, con unasituación socioeconómica deficiente, es aésta y no al mestizaje propiamente dichoa la que hay que atribuir las causas deciertas anomalías que han podido observarse.
4. Son excepcionales los casos de grupos humanos aislados que hayan desarrollado, por su propia iniciativa, una altacultura. Por el contrario, las regiones degran civilización están habitadas por grupos humanos claramente mestizados.
2. El mito negro.-I uestra civilizaciónatribuye particularísima importancia alcolor de la piel. Una pigmentación más omenos oscura constituye para numerososgrupos humanos un signo distintivo quelos condena al desprecio, al ostracismo ya una condición social miserable. Porinfundado que sea el prejuicio del colorno deja, sin embargo, de corresponder, enmuchos países, a un conjunto de sentimientos y actitudes.
La explotación por los blancos de laagricultura y minería en las tierras descubiertas a partir del siglo XIV los condujo a practicar la esclavitud, especialmentede negros e indios americanos. Numeroso fueron quienes en el deseo de mantener la situación quisieron justificarla proc1amado que el negro era inferior a~
blanco. Así, el Rev. Thomas Thompsonpublicó en 1772 su opúsculo Cómo el comercio de esclavos negros en la costa deAfrica se atiene a los principios de humanidad y a las leyes de-la religión revelada;en 1852 el Rev. Josiah Priest editó ABiblie Defence of Slavery; y C. Carral,en su obra The N egl'O as a Beast or inthe 111wge of Cad (1900), consagra uncapítulo a las pruebas bíblicas y "científicas" de que el negro no pertenece a lafamilia humana, afirmando que todas lasinvestigaciones muestran la evidencia desu constitución propiamente simiesca.
Pese a la igualdad de derechos humanos proclamados en la Declaración deIndependencia de los Estado.s Unidos deAmérica yen la enmienda 15 de su Cons-
UNIVERSIDAD DE MEXICO
... los prejlticios raciales se volviel'on doctl'ina ... . .. identidad ftltldamental de la naturale:::a hUlJlana ...
titución, que especifica que no podrán sernegados ni limitados los derechos de lapersona, basándose en un motivo de raza,de color o de anterior condición de servidumbre; pese también a que iguales principios se establecen en las cartas constitucionales de la mayoría de los países y hansido reconocidos solemnemente en el artícu!o 2 de la Declaración Universal de losDerechos del Hombre, suscrita por lasN aciones Unidas el 10 de diciembre de1948, la realidad muestra que la discriminación social, económica y política en contra de los negros y en general de los hombres de color existe muy difundida en elmundo, basada principalmente en falsosconceptos raciales.
Lo que más humiEa al hombre de color son las restricciones sociales y losinsultos personales: la exclusión de viajeros negros en ciertos trenes y autobuses, el acondicionamiento de vehículos detipo exclusivo, salas de espera ad hoc,escuelas especiales, restaurantes y hotelesprohibidos, etc., todas las cosas que resultan denigrantes y ridículas. En Africa delSur, donde tan intenso es el prejuicio decolor, se dió el caso en 1944 de variosfuncionarios que perdieron su puesto pornegarse a cumplir las instrucciones delgobierno para que en los documentos oficiales dirigidos a las personas de colorusaran las mismas formas de cortesía quecon los blancos.
Parece que quienes con más insistencia recuerdan y hacen prevalecer el criterio de discriminación hacia los negrosson los blancos de condición modesta.Son ellos los primeros en temer la competencia negra en el terreno económico.y no disponiendo de otro argumento parajustificar su orgullo ante ellos, recurrenal color de la piel, dando así una desmesurada importancia a la pigmentación.
En tratados de apariencia cien tí fica seha llegado a afirmar que las capacidadesintelectuales de los mulatos son directamente proporcionales a la cantidad de sangre blanca que circula por sus venas; eléxito o el fracaso estarían en relación conese porcentaje.
Pretende vincular al color de la pie!ciertas características psicológicas y socia-
les no sólo es totalmente absurdo, sinoque es una idea falsa que varía según lasci rcunstancias del momento.
En cuanto a los caracteres somatopsíquicos del negro, supuestamente inferiores a los del blanco, hay quienes admiten,con Hankins, que el volumen cerebraldel negro es más pequeño y de este hecho deducen que sus capacidades mentalesson menores. Igualmente, K. L. Gordon(1933), refiriéndose a los negros de Kenia les atribuye una deficiencia cerebralcongénita, también como resultado de sumenor volumen craneal y diferencias deforma.
Más, es sobre todo en el campo psicológico donde con mayor insistencia se haquerido probar la superioridad del blancofrente al negro. Desde luego es cierto quebajo ningún aspecto (físico, intelectualo emotivo) son iguales el negro y e! blanca; sin que por esto pueda afirmarse quetales diferencias implican superioridad deéste sobre aquél.
Los resultados de los estudios de Sergisobre los negros y de Kappers sobre loschinos destruyen las gratuitas afirmaciones de que los grupos de color poseen uncerebro de menor volumen y de menorcomplicación estructural que el de losblancos.
Es cierto que el prognatismo, frecuente en los negros, es un signo físico de evolución menos avanzada; pero en cambiola carencia de vello corporal, el espesorde los labios, la contextura del cabello,etc., implican una etapa evolutiva superior en el negro que en el blanco. Pueoedecirse, con Ruth Bennedict y H. V. \fallois, que ninguna raza tiene el monopoliode haber llegado a la etapa terminal dela evolución humana; ningún argumentopermite afirmar que ciertos rasgos seleccionados hablen en favor de la razablanca.
Bueno o malo, superior o infcrior, sone~presiones subjeti~as, y por lo tantocarentes de un sentido invariable V universal. En cada caso debería especi{icarse,por ejemplo: la mayoría de negros essuperior a la mayoría de blancos por suresistencia al paludismo, o la mayor parte
de los blancos es superior a la mayor parte de negros en su resistencia a la tuberculosis, etc.; y así se vería que lassuperioridades e inferioridades se combinan en cada grupo humano.
Al comparar los pueblos blancos y negros, en la actualidad, cualquiera estaríatentado a admitir la inferioridad de éstos,por el hecho de que su desarrollo económico, político y cultural es inferior al deaquéllos. Sin embargo, no se trata de unainferioridad racial innata, sino accidentaly debida a las condiciones de explotaciónen que actualmente viven casi todos losnegros por razón de la colonización y poruna esclavitud de hecho, si no de derecho.
Muy frecuentemente, el negro se hallatodavía en una semi-esclavitud económica,apresado en una red de restricciones unasveces legales y otras extra~egales. La pobreza, el desprecio y la enfermedad hanhecho de él lo que es hoy.
La supuesta pereza del negro (y ellose puede generalizar al indio americano)es debida sobre todo a la carencia de estímulos. Como Burns lo ha notado justamente, la enorme producción de las colonias del Oeste africano, donde el negroes todavía propietario de algunas tierras,demuestra que no son perezosos por naturaleza. Según Boo!<er T. 'Washington,el mayor daño que se hizo al negro conla esclavitud fué privarle del sentido deautonomía personal, método y espíritu deiniciativa.
Lo que la raza negra como tal, y lo quelos negros individualmente, hayan podidoaportar hasta hoy a los diversos camposde la civiilización mundial no basta paraprejuzgar lo que este grupo humano seacapaz de realizar en el futuro de acuerdocon sus aptitudes en un medio adecuadoy en circunstancias sociales y económicasfavorables. No hay que olvidar, entreotros antecedentes, que en el siglo XII
la Universidad negra de Tumbuctú podíacompararse ventaJosamente con las universidades europeas de su tiempo. Igualcosa puede decirse del nivel gene~al de lacivilización en los tres grandes remos negros de la época; y posiblemente el trab~
jo del hierro, uno de los adelantos m<!,S
10
importantes en la técnica actual, sea unacreación negra.
3. El mito Judío.--EI antisemitismocomo actitud social y política adoptadapor ciertos Estados y por amplios sectoresde población en otros -actitud más omenos justificada por razones de índolereligiosa y económica- es un viejo antagonismo cuyos antecedentes .son remotos. Pero, en la actualidad;le1 ,"$ítf~nitis
mo ha recurrido al mito de la-'I'azu. judíapara tratar de justificar y de cubrir suspolíticos y económicos con argl.ilnentospseudocientíficos.
El hecho de que algunos judíos puedanidentificarse a simple vista se debe menosa los rasgos físicos heredados que :l lasreacciones y disposiciones sentimentalesy de otra índole que traducen ciertas expresiones del rostro, determinadas actitudes corporales, amaneramientos distintivos, tonos de voz y ciertas tendenciastemperamentales y de carácter, cuyo origen hay que buscarlo en las costumbresjudías y en el tratamiento inflingido a losjudíos por los no-judíos.
F:I pueblo .iudío pres~nta variaciones yesta desprOVIsto de umdad morfológica.
El pueblo judío, pese a la opinión corriente, es vario desde el punto de vistaracia}; sus constantes migraciones, susrelacIOnes -voluntarias o no- con lasnaciones y pueblos más diversos, le hansometido a tal mestizaje que en el llamadopueblo de Israel se encuentran rasgosde todos los demás pueblos. Basta comparar el judío de Rotterdam de cara color~da, sólid? ~ pesado, con su correligionano. de Salomca -por ejemplo- de ojosrelucIentes en un rostro enfermizo y cuerpo endeble y nervioso. En el estado actu~l de nuestros conocimientos podemosafirmar que los judíos presentan entre síuna variedad morfológica tan grande como la que pudieran presentar dos o másrazas distintas.
Si desde un punto de vista científicose acepta fácilmente la demostración dela het~roget?-eidad del pueblo judío, y lan~ eXIstencIa de tal raza ¿ cómo se explIca el ~echo de que a la primera ojeadasea posIble reconocer en la actualidad
-y de manera casi infalible- cierto número de judíos? Se trata probablemente'ele los que han conservado alguno de loscaracteres ancestrales: nariz aquilina, cutis claro, cabello y ojos negros. Mas, escapan a nuestro examen e identificaciónincontables judíos -acaso en mayor número que los anteriores·- que pasan desapercibidos por haber tomado los caracteres del pueblo con el cual conviven.
Otra razón fundamental que explicaeste hecho es que los individuos que profesan la misma religión poseen una afinidad hecha de gestos, hábitos, indumentaria, etc., que permiten diferenciarlos. Yen los judíos, cuyos ritos y costumbresson muy dogmáticos, esa semejanza externa -producto de afinidades etnográficas, lingüísticas y religiosas-, es muyacentuada a pesar de la variedad de tiposmorfológicos que componen dicho pueblo.
De este modo, la pretendida existenciade una raza judía carece de fundamento,y ninguna actitud antisemita puede apoyarse sobre este mito biológico.
4. La raza aria o nórdica.-El racismono se satisfizo con decretar la superioridad del blanco sobre los grupos humanosde color, ni con ejercer la discriminacióncontra los judíos, ni ca nrechazar el mestizaje afirmando a priori que conduciríaa la ?egeneració.n racial; sino que creyóademas necesano establecer jerarquíasbiológicas y psíquicas dentro de la mismaraza blanca, tratando de justificar asín~evas prerrogativas de conquista, domi1110 y explotación en beneficio de una casta aún más exclusiva.
Así surge el arian'Ísmo o nordismo como doctrina básica de superioridad racial.El error básico de esta doctrina en cualquiera de sus varias manifestaciones. estáen u~a confusión ele conceptos, muy generalIzada pero a todas luces anticientífica: se habla indistintamente de ra:::a como sinónimo de idioma y de nación.
La raza tiene un exclusivo sentido biológico. A pesar de ello es frecuente oírlas expresiones "raza latina", raza eslava", "raza germana" y, naturalmente"raza aria". Se cae así 'en el engaño d~
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considerar antropológicamente uniformesa grupos humanos que en realidad sóloson homogéneos en el aspecto lingüístico.F. M. Müller, uno de los primeros enu.tilizar el término raza aria (1861), reacCIonó contra la interpretación biolóo-icadada a su expresión y, reiterando el criterio lingüístico. declaró: "En mi opiniónel etnólogo que hable de raza aria, desangre aria, de ojos o cabellos arios, sehace culpable de un pecado tan grande como cometería el lingüísta que hablara deun diccionario dolicocéfalo o de una gramática braquicéfala." Pero el conceptoraza ~ria se había difundido tanto, quela valIente retractación de Müller no tuvoninguna repercusión práctica.
Las investigaciones acerca de la formacraneal y demás características de los individuos o grupos considerados como auténticos arios, teutones, anglosajones yceltas, muestran una variación considerable, tanto en el curso de la historia comoen el presente. Está demostrada la exis~
tencia en Europa, desde los períodos másantiguos, de cabezas redondas y cabezasal~rgadas. L~s trabajos de Van Molder,!.:Issauer y VJrChow (1870-1880) evidencIaron ya que las primitivas poblacionesdel Báltico eran morfológicamente heterogéneas y que en ellas existía un granporcentaje de braquicéfaios. En 1889Virchow afirmó que el ario típico postu~lado por la teoría no ha sido nunca descubierto.. El racismo no surge, pues, de la cien
Cia, sino de la política.Está en lo justo Ruth Benedict cuando
dice: "Ninguna desfiguración de los hechos antr.opomórficos es demasiado paraque la utilIce la propaganda, si a ésta larespaldan la fuerza de las armas y loscampos de concentración."
El último medio siglo ha visto desarrollarse un nacionalismo exagerado que loshorrores de la guerra y las inquietudes dela paz armada contribuyen grandementea mantener. La eliminación, por conven"cimient~ individual y colectivo, de los mit?S raCiales, puede con toda seguridadejercer poderosa influencia en la comprensión y mejoramiento de las relacioneshumanas.
tml mezclados ... . . no existen razas humanas puras . ..
UNIVERSlDAD DE MEXICO,:....
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•e P'E R O HUBO PAZ •
EL eco de los disparos, la polvareda de las cargas de caballería ode las marchas forzadas, el atosigante hUl)1o de la pólvora de la
revuelta de Tuxtepec fueron reduciéndose lentamente después de la batalla deTecoac; solamente dispersos francotiradores de las altas montañas o .de lasabruptas si.erras surianas y los ejércitosque Antillón y Ceballos organizaban enGuanajuato y Jalisco mantenían viva lachispa de la violencia que desde añosatrás venían bloqueando la marcha delpaís. Pronto, sin embargo, la amenaza quepresentaba el iglesismo armado fué disminuyendo a medida que el ejército dePorfirio Díaz avanzaba por el Bajíohasta que la calma volvía por sus fuerosdando con ello una nueva fisonomía alpaís.
Sin embargo, las pugnas políticas desatadas por la ambición del poder, dabanel aspecto, por lo que la prensa dejabatraslucir, de un tempestuoso piélago quepodría hacer naufragar la victoria reciénconquistada. Al regresar el general Díaza la ciudad de México, todos estos peligros parecían conjurarse, y el sometimiento de las voluntades levantiscas desus partidarios iba haciéndose notar.
Los enemigos de la administración lerdista, simpatizadores del movimiento regenerador de Tuxtepec y, no se digan losmismos tuxtepecanos, creyeron ver enPorfirio Díaz al Mesías esperado, al Prometeo que trajera la anhelada paz al revoltoso y agitado pueblo de México. Yésta la veían fácilmente realizable; creíanque lo único necesario para conquistarlaera la aplicación, casi mecánica, del sufragio libre y de la otra fórmula; la no reelección de los funcionarios públicos.
A pesar de este optimismo, hijo de laeuforia del triunfo revolucionario, bienpronto, algunos de los representantes de
Por Xavier TAVERA ALFARO
la opinión pllblica, se dieron cuenta queel sufragio libre 110 operaba como era deesperarse, y que; por tanto, en materiaelectoral se caía en los mismos vicios enque incurrieron las anteriores administraciones. Esto hacía decaer el entusiasmo, y, con la natural desconfianza que dael pesimismo hijo de las frustraciones, sesuponía que aquello estaba causando laruina del nuevo régimen revo~ucionario.
De esta manera vemos aparecer en laprensa de la época que, junto a las calurosas felicitaciones de las que fué objetoDíaz al ascender a la Presidencia de laRepública, había quienes, con tremendaacritud, comentaran que el general Díazhabía derramado la sangre del pueblo einvertido el orden institucional con lamezquina finalidad de escalar el poder yadueí'iarse del sillón presidencial, y no,como él lo decía, con el afán de restablecer el orden constitucional avasallado porla arbitrariedad de don Sebastián Lerdode Tejada.
Mas si esta desconfianza que se advertía hacia el réginwn político emanado deTuxtepec era peligrosa, había aún otrosmayores peligros que realmente amenazaban la estabilidad de la esperada paz.Entre los que presentaron oposición aDíaz durante los días de la revuelta yque más tarde tuvieron que abandonarel campo -lerdista e iglesista-, hubounos que no se resignaron a perder, asíporque sí, su antigua situación. Y aunque, tanto don José María Iglesias comodon Sebastián Lerdo de Tejada, habíantratado de buscar la fórmula de regresaral país como presidentes constitucionalmente investidos, el segundo, o por lo menos sus partidarios, sí llegaron a constituir una seria amenaza para la paz pú-
blica, obtenida apenas a medias en losprimeros años del gobierno del generalDíaz.
Después de haber publicado la prensalos manifiestos que desde el destierro dirigían al pueblo mexicano Iglesias y Lerdo', y en Jos que se incitaba a la revolución y al desconocimiento del gobierno,al que los autores de tales documentos reputaban como ilegal, se pasó del dicho ala obra, y empezaron a llegar, al iniciarsela segunda mitad del mes de abril de1877, noticias alarmantes procedentes dela frontera norte. Se decía que el generalEscobedo había atravesado la frontera alfrente de un grupo de filibusteros, y aunque días má!' tal-de se desmentía la noticia, al finalizar el m(:s crecían los rumores del levantamiento escoh~dista, asegurándose que había pasado al territoriomexicano por el lado de San Antonio Béjar, desapareciendo después misteriosamente. Junto a estas noticia que a todacosta trataba de desmentir la prensa oficial, se sabía que angustiosamente el general Canales pedía al gobierno federalrefuerzos y dinero para fortalecer lafrontera norte, y se aseguraba que la plazade Matamoros había sido atacada por losgenerales rebeldes, Rocha y Escobedo.
Para agl-avar esta tensa situación, enGuerrero y los alvaristas se levantab::mcontra el gobierno impuesto a aquel Estado por los tuxtepecanos, corriendo lasangre y teniendo como uno de sus puntos culminantes el fusilamiento que el general Canuto N eri hizo del general Vicente Jiménez; en tanto que en la Huasteca e levantaba J ulián Herrera y, en Zimapán quinientos hombres se ponían sobre las armas.
Aun cuando en el año siguiente el general Escobedo es reducido a prisión se siguen multiplicando las conspiraciones lerdistas, agravadas ahora por distintos dis-
DOCUMENTAL
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turbios políticos que entre 1878 y 1879tienen lugar en Baja California, Sonora,Sinaloa, ,.Querétaro, Guanajuato y Guerrero, aSí como el descontento que se observaba en el ánimo del general Juan N.Méndez y los serranos de Puebla, la revolución del ayarit que venía a ser unaprolongación de los antiguos movimientoslozadistas, la actitud hostil del generalGarcía de la Cadena en Zacatecas y la supuesta rebelión del general Negrete y,todo esto llega a la cima con la rebeliónque en junio de 79 emprende la tripulación del vapor de guerra "Libertad" yque tiene como epílogo el fusilamientomasivo y sin causa que, en el puerto deVeracruz, lleva a cabo el general LuisMiel' y Terán; a esto se agrega el temorde una nueva conflagración nacional, ante la posibilidad de que las legislaturasde los Estados secundaran, a casi un añode distancia de la próxima elección presidencial, la propuesta reeleccionista dela legislatura del Estado de MOl'elOS.
Con el transcurso de los años esta efervescencia de los primeros tiempos va disminuyendo, mas, se observan, sin embargo, nuevos brotes revolucionarios que intranquilizan al país en los siguientes períodos presidenciales del general Díaz. En1885, sobresaltan a la opinión pública, elconflicto de Coahuila suscitado por lasdiferencias políticas entre Carranza y Herrera contra Garza Galán; la revuelta deN'uevo León que cobra proporciones dealarma con el audaz asalto a Lampazos;los levantamientos de Tamazuncha~e, Sinaloa y Tuxpan Veracruz. y entre losaños de 1885 y 1886 las sublevaciones deIgnacio Martínez, Miguel Negrete, Francisco Naranjo y Trinidad García de laCadena.
Pródigo también en disturbios y sublevaciones es el lustro comprendido entre1891 y 1895 en el que ocurren los levantamientos de Tomóchic, de Guerrero ,Chihuahua, la muerte violenta del generalMartínez, y la sublevación, sin duda alguna la más importante de todas las habidas en este lapso, del general CanutoN eri en el sur de la República. A todoesto habrá que agregar la oposición estudiantil hecha al régimen de Díaz que másde una vez llevó a los dirigentes a la cárcel de Belén? y a otras prisiones, comoaquella protesta del año de 1889 por laque, entre otros estudiantes, fué reducidoa prisión, el más tarde célebre pintor,Claussel.
Mas si todos estos años del porfiriatose encuentran alterados por dichos sucesos, la primera década del siglo xx notiene paralelo. La intranquilidad crece seorganiza mejor la oposición, las cárc~lesse llenan de reos políticos, el número demexicanos en el destierro aumenta, se incrementan la "ley fuga" y los asesinatosclandestinos, los conspiradores aumentanen proporción geom~trica y las huelgasde obreros que culm111an con la matanzade Río Blanco dan la tónica de la inestable paz disfrutada durante el régimenporfírico.
Lo que no se puede establecer en todaesta larga historia de viscisitudes, es lanaturaleza y el móvil de las rebeliones vconspiraciones, que no se nos presentai1homogéneas, ni tampoco puede decirseque los métodos seguidos, por el gobiernode Díaz, para ¡-eprimirlas hayan sido losmismos e invariables.
El origen de estas frustraciones de la
paz oscila entre dos vertientes de diversanaturaleza; entre la personal ambición porel poder y la necesidad colectiva de un saneamiento de la organización política social o económica, Por su parte, ~os sistemas utilizados para la represión de estasmanifestaciones de descontentos recorrenuna variada gama que va desde la amistosa persuación y el halago, como en elcaso de la rebelión de Canuto Neri, hastala violenta y brutal represión, como en
HISTORIAD E··MI S.
LIBl~.:·OSPor Alfonso REYES
VIII. EL AÑO DE 1918
DIVIDIRE la reseña de 1918 en
estos capítulos: A) Materia erudita; B) Esparcimiento y poesía; C) Crítica, crónica y litera
tura periodística; D) Varia; y E) Traducciones.
A) MATERIA ERUDITA
Comencemos la revista por las ediciones y los prólogos o estudios anexos, fundiendo de una vez en uno los conceptos39 y 49 que establecí en el capítulo IV deesta historia documental, y dándome asílibertad para ir y venir a mi gusto entremis recuerdos.
1. Teatro de Ruiz de Alarcón. ClásicosCastellanos de La Lectura, Madrid. Colofón: 8 de abril de 1918. El volumenconsta de un estudio preliminar y el textode dos comedias: La verdad sospechosay Las paredes oyen. Además, al final deltomo, hay apéndices y documentos alarconianos. Se han hecho varias reedicionesde que no conservo noticia.
El estudio preliminar se ha reproducido bajo el título de "Tercera silueta" (deAlarcón) en la primera serie de mis Capítulos de literatura espafíola. En notadel propio volumen (pág. 315), se lee:
La continuación del teatro de Alarcón en"La Lectura" fué confiada, posteriormentea mi salida de España, a un joven erudito,a qUIen tuve el gusto de proporcionar torloel material que había yo reunido, y el textoya casi preparado de Don Domingo de DonB/as. Ignoro lo que será de todo ello.
Para organizar este volumen alarconia.no, ~omo antes lo he dicho, me acerquéprecIsamente al Centro de Estudios Históricos de Madrid, a objeto de poder solicitar desde allí (bajos de la BibliotecaNacional) Jos libros que me hicieran falta. f\~í fué como Federico de Onís yAmenco Castro me vieron trabajar decerca, y propusieron a don Ramón Menéndez Pidal que me incorporase a suSección Filológica. (Ver Hist. documental, cap. 11 y, además, "El reverso", párrafo I1I, en Pasado inmediato).
Comencé, pues, a trabajar en Alarcónpoco después de mi llegada a Madrida fines de 1914. Ya he contado que En~rique Diez-Canedo fué quien me presentó a los directores de "La Lectura". Des-
UNIVERSIDAD DE MEXICO
los casos de Veracruz, Tomóchic Cana-nea o Rio Blanco. '
De todos estos hechos se puede concluir que durante el régimen porfírico nose logró obtener' uno de los anhelos máscaros que tuvieron los mexicanos que vieron ascender a Porfirio Díaz al poder, yque, tanta angre, tanto luto y desolacióndejaron como saldo las revueltas de LaN aria y Tuxtepec fueron, en este sentido, sacrificio infructuoso.
de luego, optamos' por La verdad sospechosa, imprescindible. El 4 de febrero de1915, R. Fou~ché-Delbosc me aconsejabadesde París:
De Alarcón' convendrá no tomar LIS paredes O:l'en,' ya que acaba de public:lrse enuna edición satisfactoria de Yankilanclia.
Se refería' a la' e~kión de Miss C. B.Bourla~d, New York, Holt, 1914. Sinembargo, decidí' recoger también dichacomedia en ese primer tomo, a fin d\aprovechar los textos que me parecieronya más bien fijados, dado el carácter dela colección. .
Por entonces, o poco después, hice sacar fotocopias de la edición prínceps deAlarcón, fotocopias que todavía han servido de base, en México, para el texto alcuidado de Agustín Millares Carla, quepronto publicará el Fondo de CulturaEconómica en su Bib!ioteca Americana.
Los documentos que aparecen al finaldel volumen se refieren a la biografía deAlarcón, a su testamento, a su bibliografía (sobre la cual volví en mi Correo Literario, Monterrey, Río de J aneiro, abrilde 1931, pp. 2-5), a la cronología y representación de las comedias y al catálogo de las obras, no teatra!es. Nada deesto he reproducido aparte, ni tenía yaobjeto, después de los trabajos posteriores: P. Henríquez Ureña, bibliografíaalarconiana selectiva, en el Boletín delInstituto de Cultura Latino-Americanade A. Giménez Pastor, Buenos Aires:enero de 1938; Y singularmente, los apéndices al libro de A. Castro Leal, JuanR.uiz de Alarcón, su vida y su obra, MéXICO, Cuadernos Americanos, N9 2, 1943.
Sólo quiero recordar aquí, como unamuest.ra m~s del genio irritable de algunos hlspal1lstas, a que me he referido yaen estos apuntes (cap. VI, párrafo VII),que costó algún trabajo dar con el testamento de nuestro Alarcón ; porque -aunque yo tenía una vaga noticia de que elacadémico Jacinto Octavio Picón lo había publicado en los Lunes de "El Imparcial", de Madrid, por habérselo proporcionado el descubridor del documento, que lo fué el bibliógrafo CristóbalPérez Pastor-, resulta que el señor Picón se consideró agraviado cuando yo lepedí el dato, y me contestó por carta entérminos despectivos, haciéndome saberCJ.ue ~a una persona entendida y de expenenCla se estaba ocupando en Alarcón.Pero don Francisco A. de Icaza, a quien:onté el caso, !uvo la fineza de acompanarme a examll1ar el archivo de El Imparcial, y al fin dimos con el deseado testamento en el "Lunes" del 27 de febrerode 1899.
Artemio de Valle-Arizpe me ha llamado recientemente la atención sobre estaslíneas de "Azorín":
UNIVERSIDAD DE MEXICO13
De Alarcón se ha editado, también por"La Lectura", un volumen. Ha cuidado deesta edición, con su tacto y finura habilll;tie~.
Alfonso Reyes. Y de Alarcón ha hahladotambién el agudo y delicado crítico PedroHenríquez reña. (Mariposa. en el 1/.~ltI,
A.E.C., Madrid, 17 de marzo de 1924; artículo recogido en "El oasis de los clásicos", Obms completas, Madrid, Aguilar,1954, vol. IX, p. 1015.)
2. Por noviembre de 1917, la Casa Calleja había comenzado a publicar una Revista General a la que yo di mi ensayito"Chateaubriand en América", después recogido en los Retratos reales e iJn~'lJina
rios, 1920; además, los "Ejercicios de literatura española", por abril y mayo de1918, que luego, retocados, habían deaparecer en la revista Universidad de !VIéxico (13 de noviembre de 1931), y después, en la segunda serie de mis Capílulos de literatura espaíiola (1945). En lapropia revista -N9 14, 15 de junio de1918-, publiqué también "De volaterialiteraria", artículo olvidado por SalvadorNovo en sus ami tologías poéticas y que
tes y no debe confundirse con los cursosde vacaciones para estudiantes extranjeros que también estableció la Sección deFilología del Centro, durante los veranosy a los que acudían, sobre todo, norte~americanos, alemanes y austriacos. Yoheredé allí las funciones de Onís, primero provisionalmente y luego de modo definitivo. cuando él partió para los E tado nidos. Recuerdo que me hice cargodel curso precisamente cuando había queexplicar La Cdestil1a: recuerdo que,cuando llegué al culti mo y al conceptismo, el sabio hispani ta Ernest Mérimée-autoridad en Quevedo- salió de suInstituto l'rrlncés (donde él dirigía la ección de Tolosa, y Pierre Paris la de Burdeos) y se me presentó en el aula, dándome la gran sorpresa y proporcionándome una verdadera alegría: porque, naturalmente, aquella tarde mi exposición seconvirtió en diálogo con el viejo maestro, y ambos "toreamos al alimón".
En esa aula me tocó acompañar la iniciación hispánica nada menos que del no-
DON JosÍ': PELLlCEK
elichos artículos, como la soñada enciclopedia y la edición lopesca, pararon enmero proyecto. Los publiqué después enel Boletín de la Academia Argentina deLetras, Buenos Aires, núms. v y VI ele1938. Los recogí más tarde en la egundaserie ele mis Capítulos de literatura espaiiola. Volví a tocar los orígenes del teatro americano en lengua española añosdespués: Letras de la Nueva Espm'ia,México, 1948, cap. IV: "El teatro criolloen el siglo XVI".
4. El artículo sobre "Las dolencias deParavicino" y la "Reseña de estudiosgongorinos, 1913-1918" se publicaronprimeramente en la RFE, v, julio-septiembre de 1918 y luego se recogieron en
1 las Cuestiones gongorinas, Madrid, 1929.. En el dicho artículo, aprovechando pa
peles y noticias inéditas que encontré enla Biblioteca Nacional de Madrid, quisetrazar un boceto elel pred ¡cador de laCorte (hombre alambicado, precioso y"evaporado"), a quien algún día quiso
Páginas de Ul1(/. edición IJffItiglta de Alarcón
TEATRO
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MADRID
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velista John (Roderigo) Dos Passos,quien seguramente ni se acuerda de mí ya quien gastaba yo la broma de llamarlesiempre "Pasos Largos", nombre de guerra de un famoso salteador ele caminosque por entonces hacía de las suyas en nosé qué parte de España.
Tomás Javarro tenia a su cargo uncurso de fonética y, para explicar ]a pronunciación ele la p española a los alem;]nes, les hacía decir: "papel", coloc2neloles una hoja ele papel" cerca de ]a boca.Cuando Navarro pronl1nciaba la palabra.la hoja casi rÍo se 1110v,a; cuanelo la pronunciaba alguno ele los estudiantes alemanes, la hoja temblaba y se agitaba al soplo germánico.
3. No puedo precisar mis elatos. Creoque tanto el artículo sobre "Los autos sacramentales en España y América" comoel artículo sobre la "Influencia elel CicloArtúrico en la literatura castellana" fueron escritos para una' enciclopedia literaria que proyectaba la Casa N elson(Edimburgo), y que ambos -así comola edición de El Peregrino de Lope, mencionada en el cap. v de esta historia- mefueron pedidos por "Azarin". Ello es que
consta en El Cazador. Y por septiembrede ese mismo año, a petición de Saturnino Calleja hijo (carta del 26 de agosto),se reprodujeron en aquella revista dos demis páginas de cine, firmadas en El Imparcial bajo el seudónimo de "Fósforo" :"Noticias del Cine" ("La última evolución del Cine") y "La parábola de laflor".
Los "Ejercicios" surgieron de un cursopráctico para la preparación .de profesores y ayudantes de lengua y literatura españolas en las universidades de EstadosUnidos, curso organizado por el Centrode Estudios Históricos. A Rafael Calleja le interesaron estas notas y me propuso que escribiera yo una historia en forma de la literatura española. Nunca medecidí, aunque el poeta Antonio Machado,cuando volvía de Soria a Madrid, meinstaba siempre a que lo hiciera. Callejallegó a más: quería encomendarme asimismo unas historias de las literatunsfrancesa, inglesa e italiana, lo que yo rehusé definitivamente en carta del 17 de junio, 1918.
El curso a que acabo de referirme sedestinaba a españoles o hispanohablan-
14 UNIVERSIDAD DE MEXICO
BALTASAR GRACrAN
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Coster, en efecto, olvidó en su obra losnumerosos estudios que "Azorín" ha consagrado a Gracián.
Gracias muy expresivas por su amablemención de las páginas de Gracián. Me haproducido viva alegría. Sentía la preteriCiónde Coster (y así se lo dije a él).
... hacia mayo de 1918·...
que me fué concedida. Pero no recuerdocuándo di término a este trabajo.
7. Baltasar Gracián, Tratados: El H éroe, El Discreto, El Oráculo manual yarte de prudencia. Madrid, Calleja, 1918.Seguidos de la carta-descripción de la bat~lla de Lérida (Gracián era capellán mi:lItar). y precedid?s del prólogo que herecogido en la pnmera serie de mis Capítulos de literatura espatiola. (En estevolumen recogí también -10 he dicho enel cap. v de esta historia- la reseña sobre el Gracián de Coster, y "Un diálogoen torno a Gracián", ficticia ch;¡.r1a con"Azorín"). Por mi correspondencia conlos .hermano~ Cal!eja veo que entregué este libro a la Imprenta hacia mayo de 1918.(Ver: "El reverso", párrafo X en Pa-sado inmediato.) ,
El 16 de agosto de ese año me escribió"Azorín": '
B) ESPARCIMIENTO y POEsíA
Literatura "independiente", que yo escribía para mi propio esparcimiento, y decarácter ajeno a la crítica y a la erudición:
1. Algunas páginas de El Cazador-que se habían venido juntando desdeMéxico y París- y de El Calendario;de todo lo cual trataré al llegar a la fecha de las respectivas publicaciones (1921y 1924), puesto que no siempre he conservado la fecha de elaboración. Me consta, sí, que una primera organización deEl Cazador había sido ya aceptada porCalleja el 28 de octubre de 1918; pero,ante su tardanza, le pedí la devolución demi original, que en efecto me fué entregado el 28 de noviembre de 1919, pa~aser sometido a nuevos arreglos. .
2. Algunas páginas de recuerdos y. estampas de viaj e,: que he jüntado después
¿ Apostolados? Yo creo que muchas veces se dicen cosas "por decir algo" y queesta antología de p.áginas alarconianas ;10es un desdoro para el editor que 10 propuso. Los libros escolares en todos lospueblos ¿ no estL llenos de seleccionessemejantes? Igual pasa con los fragmentos de Tirso de Malina recopilados ('n1848 por don Ramón de Mesonero. Romanos, o con la selección de máximas yaforismos, tan agradable, hecha por Antonio Castro Leal: Ingenio y sabiduría deAlarcón (México, 1939).
El tomito que vengo historiando se preparaba desde el año anterior. Rafael Calleja me pedía un retrato de Alarcón destinado a este tomo el 26 de mayo de 1917.y el 26 de julio del propio año, solicitaba yo una prórroga hasta fines de agostopara entregar todo el material, prórroga
69 De aquí surgió mi monografía "Sobre el texto de Las lecciones solemnesde Pellicer". Hechas las investigacionesdel caso, resultó que había dos familiasde textos, y que en unos textos aparecey en otros no el discutido pasaje. Los demás extremos relativos a estas divergencias entre ambas familias no nos interesanpor ahora. Yo advertí que no era la primera vez que Pellicer declaraba la prioridad de Paravicino sobre Góngora, peroque, en una obra posterior a la muerte deParavicino y dedicada a enaltecer su memoria, no vuelve a mencionar el punto.E interpreté que el poco recomendablePellicer -tan poco grato a sus contemporáneos según se ve por las cartas deéstos y se explicará más adelante, en otrocapítulo de esta historia; tan desacreditado ante la posteridad por sus genealogías fantásticas, destinadas a la adulaciónde los señores, según puede estudiarse enla obra de Godoy Alcántara, Historio crítica de los falsos cronicones, Madrid,1868, había simplemente deseado anteshalagar en vida al. predicador del rey.Pero "muerto el perro, se acabó la rabia".
79 Mi trabajo comenzó, pues, a elaborarse por julio de 1916. Naturalmente, 10 ofrecí a la Revue Hispanique, dondeapareció dos años más tarde.
(Ver : Correspondencia entre Ra'ymondFowlché-Delbosc y Alfonso Reyes, enAbside, México, XIX, 3, pp. 354-358.)
6. Páginas escoqidas de Ruiz de Alareón. Madrid, Biblioteca Calleja, 1918. Elprólogo fué recogido bajo el título "Segunda si!ueta" (de Alarcón) en la primera serie de mis CaIJítulos de literaturaespañola, donde la p. 315 debe corregirse,pues la edición no corresponde al añode 1917, como allí se dijo por error, sinoal siguiente, que es la fecha del Copyright. Escogí pasajes de Don Domingode Don Blas, La verdad sospechosa, Lasparedes oyen, Examen de maridos, Lospechos privilegiados, Los favores delmundo y Ganar amiqos, 10 que considerémás alarconiano; y llené los lugares suprimidos con pequeños resúmenes sobreel desarrollo de la acción. No sé si Genaro Estrada fué enteramente justo cuandome escribía:
... No nos gustó esa manera del Alarcónde sobremesa; pero este reparo no tiene importancia. Se ve que es necesario y que elnegocio de Calleja no tiene nada que ver conlos apostolados. Ud. está justificado seg-uramente. En cambio, su magnífico Alarcón de"La Lectura" es un regalo... (México, 6de noviembre de 1918.)
Joseph de Pellicer atribuir el primer paso en la estética cultista, como pronto vamos a recordarlo. Con la dicha reseñaquise limpiar la mesa de todos los antecedentes eruditos que habían precedidoa mis estudios y dejar fijadas las conclusíone . En Mayo de 1919 (pues sólo entonces salieron los mencionados númerosde la RFE correspondientes a 1918), R.Foulché-Delbosc me escribía desde París:"Recibí dos papeles gongorinos, el unomás interesante que el otro". Sin dudaponía en primer lugar la reseña. Las páginas sobre Paravicino pueden interesar alos psiquiatras o a los psicofisiólogos,pues sin duda los males del célebre predicador estaban en esa indefinible frontera donde se pegan el alma y el cuerpo.Yo pond ría hoy el caso junto al de otroenfermo exquisito: aquel Elio Arístides,retórico griego del siglo II, a quien consagré un breve ensayo en el libro Juntade sombras (1949).
5. "Sobre el texto de las Lecciones solemnes de Pellicer" (Revue Hispanique,París XLIII, 1918 -aparecido en 1919-,también recogido en Cuestiones gongorinas) es una monografía de larga histona:
19 Lucién-Paul Thomas (Le lyrismeet la préciosité cultiste en Espagne, 1909),cita un pasaje de Pellicer -que dice haber encontrado en las Leccion.es solemnes de éste, párrafo 252 (?)- en quese declara la prioridad del predicadorParavicino respecto a Góngora en el empleo del estilo "culto".
29 Alfred Coster (Baltasar Gracián,Revue Hispanique, XXIX; 1913) dice quetal pasaje "sería concluyente" - 10 quedista de ser exacto, dadas las mañas dePellicer-, pero que no aparece en la obramencionada.
'39 En mi reseña sobre el Gracián deCoster (RFE, 1915, n, N9 4, p. 383),yo dije a mi vez:' "El pasaje se encuentra, no en el párrafo 252 (?) como diceThomas, sino en el comentario a la estrofa VIII del Polifemo, verso N~ 5, columna60. (Por cierto, en la RFE se puso, porerrata, "N9 4", errata salvada en Cuestiones gongorinas.)
49 El 4 de julio de 1916, R. FoulchéDelbosc, desde París, me escribía: a) Enlas Lecciones solemnes no hay columna60; el impresor puso dos veces los números de las columnas 61 y 62. No importa:la primera 62 (a la izquierda) puede entenderse como 60. b) Lo más grave:" ... el pasaje referido NO se encuentraen el N9 4, ni en los números vecinos."
59 Yo poseo un ejemplar de las Lecciones sofel1mes, obsequio precisamente deR. Fou1ché-Delbosc, y, en efecto, esteejemplar corresponde a la descripciónque él hace y, por consecuencia, no contiene el pasaje sobre Paravicino. Peroyo había hecho la aclaración a Coster sobre un ejemplar de la Biblioteca Nacional de Maárid, ejemplar que casualmente había escapado a Foulché-Delbosc ensu Bibliographie de Góngora (Rev. Hispanique, XVIII, 1908), según 10 advertimos Guzmán y yo en nuestras ya citadas Contribuciones a la bibliografía deGóngora (RFE, 1916, m, N9 2, Y Cuestiones gongorinas, p. 95). Como 10 escribí en mi respuesta a Foulché-Delbosc (16de julio de 1916), en este ejemplar quea él se le había escapado sr constaba elpasaje sobre la pretendida prioridad deParavicino.
UNIVERSIDAD DE MEXICO15
A fines de 1918 fuÍ electo miembro correspondiente de la Academia Mexicanade la Lengua Española, entonces bajo l.adirección de Federico Gamboa, cuyo SI
llón heredaría yo al ser designado miembro de número en México, el año de 1939.Por lo pronto, cuando vine a México .devacaciones diplomáticas, en una senClllay cordial ceremonia -un almuerzo en elCo~ntry Club-, el 24 de junio de 1924,leí el "Discurso académico" que consta enel Relo; de sol.
'de Las vísperas de España (1937). Así,en b sección de este libro que llamé"Fronteras;', los articulitos "Rumbo alSur", "Noche en Valladolid", y algunanota de "Rumbos cruzados". En el mismo libro incorporé las Horas de Burgos,páginas escritas también en 1918, j luego reproducidas como opúsculo aparte enRío de Janeiro, 1932, antes de incluirlasen Las vísperas de Espaíia (1937) JoséMaría Chacón, que me acompañó en misviajes' por la Península, ha recordadotambién nuestro paseo por Burgos. Elfragmento final de Las vísperas, "Huelga", data de 1917'y permaneció veinteaños inédito.
3. En Huellas (1923), aparecen, fechados en 1918, los siguientes poemas:"El mal· confitero", provocado por un obsequio de uvas en aguardiente, a la toledana, que me envió un día Angel Veguey Goldoni -uvas cosechadas en su pro-
. . . 1917-1920 ..
pia huerta de Toledo-, y donde hay ecosdel inolvidab!e Ventanillo, mencionado enpáginas anteriores; el soneto a la muertedel pianista Carlos Lozano, que habíahecho conmigo el viaje a Europa en 1913,a bordo del Espagne; "Voces al viento",uno de los poemas castigados o eliminados en el volumen Obra poética (1952);Y "Anacronismo", que en la Obra poética ha pasado a llamarse "Fonética", nombre mucho más adecuado. En Cortesía(1948), aparece la "Tópica". En la Minu
·ta hay algo que se comenzó desde 1917,pero' ya no acierto a fijar las fechas anteriores a la primera edición (Maestricht,A.A.M. Stols, 1935).
. C) CRÍTICA, CRÓNICA Y LITERATURA
PERIODÍSTICA
1. Ya iniciadas mis colaboraciones enEl Sol y en España, muchas de ellas pasaron a las Simpatías y diferencias, sobretodo a las dos series primeras (1921).No siempre he conservado las fechas, loque me impide hacer una enumeraciónexacta. Citaré, como mero ejemplo, losartículos que llevan expresamente la indicación de haber sido escritos en 1918,o de' cuyo contexto se infiere claramenteeste año:
Simpatías y diferencias, I~ serie(1921): "Visiones del Japón", "El museo privado de un escritor", "En los paraísos de la Guinea española", "La poesía del Archivo"; y acaso otros.
¡bid., 2~ serie (1921) : Tal vez" Sobrela nueva F edra" (de Unamuno) ; tal vez"Panorama de América"; y acaso otros.
¡bid., 3~ serie (1922): Este tomo reúne páginas muy anteriores. A enero de1918 corresponde el ensayo sobre RamónGómez de la Serna, que ya no sé dóndepubliqué primeramente y que, en traducción francesa de la actriz Mme. Moreno, hospedó la revista Hispania, París,julio-agosto de 1918, pp. 234-240, lo queme sirve de indicio para sospechar queantes lo di a alguna revista de lengua española.
Los dos caminos (4~ serie de Simpatías y diferencias, 1923): "Huéspedes:1. Dos italianos" (Mazzoni y Pellizzari).
... se dicen cosas "por dec·ir algo"...
Acaso también "Entre España y América".
Reloj de sol (5~ serie de Simpatías ydiferencias; 1926): "Las representaciones de clásicos".
Oportunamente a la fecha de estas publicaciones, volveré sobre cada una de lascinco series.
2. Igual indicación para los breves ensayos recogidos en los Retratos reades eimaginarios (1920) Y que proceden depublicaciones en revistas y periódicosmadrileños. Parecen corresponder al año1918: "Antonio de Nebrija"; acaso el"Chateaubriand en América" de que hehablado antes; "Don Rodi'igo Calderón";"El Obispo de Orense"; "En la casa deGarcilaso", etc.
3. El tomo Entre libros (1948), yadescrito en el cap. v, nos da, para el soloaño de 1918, la mayor cosecha de reseñas allí contenidas: cuarenta y cuatro publicadas en El Sol, y siete en la Revistade Filología Española.
4. Natas dispersas:(Sobre esta sección, y la "varia" que a
continuación aparece, hay algunas indicaciones en el "apéndice bibliográfico" altomo IV de mis Obras completas, de próxima publicación.)
Rafael Arévalo Martínez, El hombre
que parecía un caballo, San José de CostaRica, 1918. (Ediciones Sarmiento, de J.García Monge.) Un prologuito formadocon un artículo de "Ricardo Arenales'" ymis frases alusivas de El Suicida mencionadas al final del capítulo anterior deesta historia.
Julio Torri, Ensayos y fantasías, lbid.(El Convivio, de J. García Monge) : prólogo formado con pasajes de una cartadirigida al editor y pasajes de aquel ensayo, "Nosotro" (Revista de América,París) que sufrió varios transporte y alfin se incorporó en Pasado inmediato,cuyas emigraciones se describi rán a sutiempo.
"Luis G. Urbina", en Revista de Revistas, México, 1918: artículo obre laobra de Urbina La vida literaria en N[éxico (Madrid, 1917), que se ha aprovechado en ensayos posteriorc .
Pedro Henríquez Ureña, Antología dela vers'ificación r-íf1nica, ¡bid. (El Convivio de J. García Monge). Prólogo formado con palabras del mismo ensayo quese usó para el anterior tomito de JulioTorri.
5. En el tomo Aquellos días (19171920), Santiago de Chile, 1938: artículosfirmados en Madrid y en París con seudónimos, y que se enviaban a varios periódicos de España y de América. Puedodeterminar la fecha de 1918 para los siguientes: "Grandes anales de nuéve meses" (Madrid, 10 de abril), y "El Tronoy la Iglesia de Maurras". En el tomo V
de mis Obras completas, de próximapublicación, se incluye este libro, con notassobre las fechas y procedencias que fuéposible establecer para cada artículo.
D) VARIA
La obra varia o excéntrica se reduce aunas cuantas curiosidades, artículos deocasión, notas anónimas "al servicio delprójimo"; así una presentación, anónima, .para la revista Higiene, publicación' deunos amigos; una carta sobre el libro e,spañol de América para una Revista C?mercial de Exportación Española, de Barcelona; y la Guia del Estudiante costeada por Fernando Pimentel y Fagoaga,para la cual hice el prólogo anónimo yque arreglamos juntamente Antonio G.Solalinde y yo, creyendo que sería exc'elente negocio. El hizo todavía una segunda edición, a solas, bajo los auspicios deEspasa-Calpe.
E) TRADUCCIONES
Desde comienzos de marzo, 1918, sehabla con Calleja de otras traduccionesde Chesterton (además de la Ortodoxiaya reseñada), pero sólo aparecerán al añosiguiente.
NOTICIA FINAL
16 UNIVERSIDAD DE MEXICO
Por Mario PUGA
EL ESCRITOR Y SU TIEMPO
PELLICER
Carlos Pellicer nació el 23 de noviembre de 1899, en Villahermosa. Tabasco.Hijo del coronel Carlos PelIicer y deDeifilia de Pellicer. Su padre hizo lacampaña constitucionalista en las huestesde Obregón. Tenía escasamente catorceaños cuando publicó su prime.r Doema enuna revista de esa capital. "Era un poemainsufrible !", exclama. "I111a~ínese, inspirado en motivos romanos. Darece que renejaba cierta influencia' jlan:hsiana."Sonríe, añadiendo luego:
-Bueno, eso es lo que dijo ]\"fanuelToussaint, quien me conoció por entonces.
Hizo sus estudios de primaria en laescuela pública de VilIahermosa y la secundaria y e! bachillerato en la ciudad deMéxico. Tuvo por compañeros en losúltimos años de estudiante a Luis Enrique Erro, Octavio Barreda y Carlos Chá\'ez.
-En 1915 aprendí a hacer sonetos.Quizas lo menos malo que hago ... Pero,i cómo comencé! Acababa de leer el ¿ QuaVadis? de Sinkiewickz y obrando bajo suinfluencia, muchos jóvenes adoptamos latemática de la decadencia del Imperio. Hice sonetos a Nerón, a Roma, quién sabea cuantos personajes más de esa historia.¡Horribles!
Había recibido otra gran influencia. En1912 escuchó a José Santos Chocano.Poeta oficial del régimen de don Francisco 1. Madero, Chocano alcanzó esa destacada posición gracias a sus excelentes ca'idades.
-La importancia de su obra, su trascendencia continental hispanoamericana,exigen la revalorización urgente. Chocanollegó invitado por un poeta mediocre, perohombre de excelentes cualidades, el Vicepresidente Pino Suárez. Escuché al vateperuano de Odas salvajes y de Alma América en dos grandes recitales. En el Teatro
La iniciación.
otra cosa que su arte, el mismo que seguimos admirando y que nos sorprende en surenovación inagotable.
Le observamos que sus palabras podrían entenderse como rechazo de la naturaleza social del arte.
--No, de ningún modo. Vea usted, encuanto el artista viva profundamente ensu tiempo, la obra revelará una actitud,que comunica al lector o espectador. Daría sufre las sacucEdas de su América.hollada por fuerzas yanquis en los díasdel big-stick. Protesta en versos bellos yfuertes contra e: 'lratado Briand-Chamorro, que humilla 3. Nicaragua; y su vozfue la más alta para anunciar el destinode nuestros pueblos. Pero, j con qué poesía excelente lo dijo todo! Y esta poesíade honda motivación humana, no es deningún modo, poesía de consigna o dedogma. Siempre y por encima de todo,es poesía; arte vivo, arte imperecedero ...
Hace una pausa. Camina de un lado alo~ro de la estancia. Desde el ventanal quemira al poniente, la luz le baña el rostro,los oios encendidos por la fe.
-Sin embargo, no tengo un camet delpartido de la extrema izquierda. No tengoningún camet, aunque mi vida se muevea impulsos del sentimiento de justicia y delibertad, a1in~entacos en la fuente cristiana. El espíritu es el animador de h conducta. Esta es siemnre solidaria con laGUIsa de nuestros fueblos, en todo elorbe hispanoamericano.,._
to de la fraternidad, la emoción comprensiva del dolor y de la injusticia que repugna a su espíritu cristiano. Los muros dela amplia estancia, atestados de libros;anaqueles cargados con cerámica y escultura precortesianas de todos los horizontes. Permanece de pie. Acciona con gestos precisos, subrayando sus palabras.
-El arte no es cosa de partidos ni dedogmas -continúa-; cuando el artistase 'somete a un régimen, a una voluntadextraña a su individualidad, deja de serauténtico. La obra de arte pierde la eternidad modesta, relativa, de que goza.Porque dentro de la temporalidad de lascosas humanas, la obra de arte es la quetiene más larga permanencia. No ha quedado de los ciclos vencidos de la cultura
CARLOS"EL arte, en cuanto tal, funciona
socialmente. Logra su fin en lacomunicación. Sólo hay unarte y, ese, comunica belleza.
Quien vea el salero que Benvenuto Cellinifundió en oro para Francisco 1, sentirágoce estético; y el ateo más empecinadoadmi rará las pinturas de Fra Angélico.No es necesaria, pues, la consigna. Puedeexistir en la motivación íntima del creador,pero, entonces, ha dejado de ser consigna,para converti rse en inspiración, impulso desu obra. j Que a ésta no se vea la fábrica,para que la belleza brille con esplendor !"
Carlos Pellicer, cincuenta y seis años,estatura mediana, pleno de vitalidad ycon la sencillez del poeta de Asís, nos habla entusiasta. De él emana el sentimien-
",
. anaqueles cargados C011 ceráJllica..
UNtVERSIDAD bE MEXréO
Arbeu, cuando fue presentado por esemagnífico orador, el licenciado JesúsUrueta, y poco después, en el An fite:ltrode la Escuela Preparatoria, presentadopor don Alfonso Reyes. Aquella :loche,Chocano recitó treinta y cuatro pOen135 ...Fue una avalancha de emociones. La imagen de América se dibujó en mi alma sacudida por el verbo emotivo y vigoro.;o deChocano.
-El poeta, en impecable frac, recitabasus poemas con voz llena, de timbre flexible y rico. ¿ Dirigía sus versos :11 públicoque llenaba la sala? ¿Los dirigía :1 íosjefes del gobierno que ocupaban los palcos de honor? Estaba yo sentado en ('1pasillo, entre las butacas de la primerafila. Cerca de mí se encontraba una rlam:l.hermosa, como nunca he visto otra, de ':abellos rubios, vestida con elegante :ttavÍoazul. Los ojos de Chocano, jos :tdemaneselegantes que acompañaban su recitación,se dirigían a esta dama ignorada. ¿ Unromance? ¿ Una de las sonadas :1venturasde Chocano? N o se. El poeta ignoró alpúblico toda la noche. El recitaba para jadama, quizás, su dama ...
Quedé tan impresionaGo_ de la poesía
de Chocano, que su influencia fue grandesobre la obra de mi adolescencia. Procuraba encontrarlo. Pero ero yo un niño eletrece años, tímido, sin medios para llegaral lado del poeta. Cierta vez la suertequizo que le descubriera caminando porlas calles de Tacuba. Le seguí, le seguí aunos pasos, por momentos casi pisándolelos talones. Chocano ha sentido que eraobjeto de mi persecución. Se dió vuelta,deteniéndose. "¿ Niño, quieres algo demí ?" Yo estaba mudo. N o pude :trtíctllar palabra alguna de las muchas que ansiaba decirle. Por fin, tras grandes esfuerzos le he dicho: "A usted, señor Chocano,le admi ro mucho ..." Entonces el poetame acarició la cabeza. Y reemprendió supaseo.
Meses después le he oído recitar en lasgrandes celebraciones patrióticas. Recuerdo la polémica que se suscitó alrededor de su poema Las campanas. calificadopor alguien, de ser plagio de otro poemadel mismo título, de Edgar Allan Poe,
os muestra dos obras de Chocano.Poesías escogidas, primera edición, de la
casa Vda. de Ch. Bouret, fechada en París, año de 1912; Y Alma América. Pellicer añade con humildad franciscana:- ifi primer canto a Cuauhtémoc, qneescribí por esos años, nació bajo la incitación de la obra de hocano.
Los ai"ios mozos.
En 1917 se lanza a la aventura editorial. sacando a luz en compar.ía de otrosestudiantes, la revista Gladios, que ::tlcanzó dos números. l~evista de lujosa pre,sentación. contenía n'producciones a colorde obras de arte mexicanas. Recuerda consatisfacción que Gladios reveló al lectorla calidad excelente de las pinturas deSaturnino Herrán.
A aquella le sucedió la revista Sa1'I-even/,' en 1918. semana rio que alcanzó veinte ediciones. I-Ioja de combate, iconoclasta, causó más de un disgusto en el cuerpode profesol'es de la Preparatoria..-¡ Quéescándalo provocamos -nos dice- consus informaciones sensacionales! Al maes_tro Antonio Caso, a quien tanto debe :niformación 'espi ri tual, morti ficamos conuna malhadada nota. El maestro no nos
rectifi,có. Los muchachos habríamos tomado pie para nuevo desaguisados.- Y,luego, añade:
-Figúrese. !La información que dimosfue que e! maestro Caso había raptadoa una joven de la sociedad de Puebla ... !
Para entonces, Pellicer había pasadopor experiencias juveniles decisivas. Loscambios provocados por la Revolución deja ron su huella profunda, tanto en la vidade su familia como en su concepción delmundo. Su familia se trasladó de Tabascoa México. El coronel Pellicer -retiradode! ejercicio de las armas y de la administración pública-, estableció una i110
desta farmacia en el barrio de Guerrno.-En 1915 seguí por las calles --nos
dice-, a los dorados que escoltaban alCentuaro del N arte. Vi. fascinado. desembocar a Villa, cabalgando belicosocorcel, en la Plaza de Armas. rumbo aPalacio Nacional. Su figura imponente,la mirada audaz, penetrante como ninguna que yo recuerde, me galvanizó. Heechado a correr tras suyo, metiéndome entre el gentío. Penetré en el gran patio
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... e/ m'le 110 es rosa de partidos ...
... no es neeeSQ1"a la consigaa ...
... la. obra revelará una. actitud ...
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de Palacio. Ahí he permanecido hastaque pude ingresar al salón, donde Francisco Villa y Emiliano Zapata ocupabansendas illas presidenciales, recibiendo dsaludo del pueblo que desfilaba ante ellos.
El poeta había sufrido, también, el despertar de su admiración a la gran actrizy bailarina Antonia Mercé -a quien obsequió unos versos, recibiendo ;l cambiode ella, una fotografía ;lutografiada-;despertar que culmina en el conocimientodel arte de Tórtola Valencia. "La pl<}Sticidad de su arte -nos confiesa Pellicer-, ejerció influencia definitiva en miexpresión, como antes la fuerza y grandeza de Chocano evocó en mí la iJasiónJi'lás intensa por la poesía. Tórtola Va'encia había estado en el Perú, donde unjoven pintor, José Sabogal, hizo su retrato. Absorto yo en la belleza v -:-n elarte de Tórtola, le dediqué poemas queleí emocionado en su camerino. despuésde una de sus presentaciones más impresionantes. Nadie ha igualado d sentidodel color y del movimiento que Tórto!aValencia derrochaba en sus ;¡ctuaciones.Esa plasticidad, ese sentido del color ('S,
quizás, lo único que anima mi poesía.Pellicer recuerda, como dato curioso de
aquellos años:-En el año de 1917 el maestro Tasé
Vasconcelos había estado en Lima, ¿'amoagente vendedor de discos fonográficospara aprender ing~és.
El delegado de la F. E. M.
Entre 1918 Y 1920, organizada la Federación de Estudiantes Mexicanos, Ílledesignado su delegado. Viajó a Colombi;¡por la vía de Nueva York, donde adi}Ti¡,óen el Museo Metropolitano la obra':!~elmaestro español Joaquín Sorolla.y Ba.stida. Residió en Bogotft durante varios ;neses. En el largo camino que hizo remontando el río Ma~dalena hasta ascendera la planicie de Cundinamarca, conoció aun joven alto. d"lgado. Vestía de negro.Era Germán Arciniegas. Los estudiantescolombianos carecían de organización. Sededicó a esta tarea en la que -dijo Arciniegas- se había fracasado dos veces.Lograron crear la Federación de Estudiantes Colombianos. El suceso le malquistó con el gobierno de ese país. Pellicer era un joven revo!ucionario un 'Villista' -decían los periódicos ~onservadores- y tuvo que abandonar el suelocolombiano. Después de varios incidentes pasó a Venezuela.
. Cu.mp1i1ia .ahí la misma empresa organl~atlva. Eran los días de Juan VicenteGom~z. D.ebió dedicar más tiempo a sustrabillaS hteranos, ante la imposibilidadde. c.ti'ínr::l,i l' las tareas de su empeño. Suadml.raclon por Bolívar le hizo reunir unade las colecciones más completas de obrassobre ~I !--ibertador, uno de Jos orgullosde fa biblIOteca elel poeta. El dictador Gó~llez . ¡?rocur~ discretamente expulsar al1l1qUleto mexicano. Más tarde el estudiante se ocupó de repartir hojas suéltas CO:ltra el dictador venezolano.
A su regreso a ·México. en los finalesele 1920, conoció ~ 'José Vasconcelos, entonces Secretario" de Educación. Hastasus oídos habían llegado los ecos de sucampaña como delegado de la F. E. M.,en Colombia y Venezuela.' Vasconcelos lepnpleó en su Secretaría. Ahí, conoció aPedro Henríquez Ureña, el insigne po-
lígrafo dominicano, uno de los maestrosde América.
Obra inicial.
En 1921 publica su primer libro, Colo?'es en el mar 31 otrOs poemas, que Pellicercalifica de "monstruosamente malo". Sinembargo, en este pequeño volumen se encuentran dos poemas de los cuales, piensa, parte toda su obra posterior: el Poemaa Curazao y Un pueblito de los Andes.El libro fue ilustrado por Roberto Montenegro.
Publicó en 1924 Seis, siete poemas, cjue"ni son seis ni son siete", apunta el poeta. También de este volumen, que cO;lsidera de pobre calidad, sólo se salvan,según el autor, dos poemas breves, lostitu'ados El segador y El sembrador, quemerecieron del maestro Carlos Chávez
otras tantas composiciones musicales.
... fratern'idad, emoción comprensiva ....
Viaje a Europa.
En 1925 llegó a IVléxico, invitado porel gobierno, don José Ingenieros, quienhabía organizado en París una manifestación de obreros y estudiantes en apoyode la Revolución mexicana. El maestroIngenieros se alojó en el Hotel Mancera.Una tarde acudió Pellicer a saludarlo.Charlaba en el restarán, con Julio Torri,Roberto Montenegro y otros amigos. Ingenieros comentó que nada le había impresionado más en Europa, que la Victoria de Samotracia. Montenegro coincidió con el maestro. Pellicer guardó silencio. Don José Ingenieros con su dejoporteño le preguntó: "¿ Querés veria,amiguito?" "Naturalmente que sí", lerespondió.
-Al día siguiente me entregaban enmi domicilio un pasaje para Marse!la, enviado por el maestro Ingenieros. El Secretario de Educación Puig Casauranc, enterado por mí del predicamento en queme hallaba, decidió otorgarme una becade 125 dólares mensuales durante un año,para que estudiara "lo que quisiera". Así,emprendí viaje a Europa, el que por azares de la fortuna, se prolongaría cincoaños.
UN1V~RSlbAD DÉ M~X1CO
Residió un año en París, haciendo frecuentes excursiones al interior y a lascostas. Después viajó a Egipto gracias aque Alfonso Reyes embajador nuestropor esa época, gestionó la renovación desu beca. Luego, residió año y medio enItalia; recorrió a pie muchos de sus caminos, siguiendo al maest.ro admiradoPiero de la Francesca. Hizo, más tarde,una segunda excursión a Egipto, Sicilia,Palestina y Siria, en compañía de Vascancelas.
-Cuál no sería nuestro aspecto, queen Suez, el cantinero del hotel nos tomópor meseros de los barcos Cook's! - Exclama. Y luego añade: En el mercado deesclavas, en Siria, Vasconcelos estuvo tentado de comprar una bella mujer queofrecía el pregonero a precio módico comparado con la belleza de aquélla. Mas elmaestro carecía del dinero suficiente. Así,no pudo cumplir su deseo de entrar aLyons llevando de la ,nano a su preciosaesclava para-admiración de los ci~ilizadosfranceses ...
Durante su visita a las ruinas de Luxar, acompañando a Vasconcelos trepópor el muro de los bajorrelieves. La policíale detuvo. - Pude pasar un mal rato-nos dice-, sin la oportuna intervención del maestro VasconceJos, quien debió exhibir sus documentos diplomáticos ...
Mientras residía en Italia visitó confrecuencia la aldea de Asis y sirvió a loshermanos franciscanos durante cuatrodias, para permanecer con los discípulos.
-En Roma estudió con Giovani Gentile.En la Librería de Alinari conoció a Giovani Papini.
Bueno, -aclara, sonriente-, le conocí, sin tratarlo. Aunque varias vecesme propuse buscarlo en su casa, nunca~legué a hacerlo. ¿ Qué habría podido decirle al maestro italiano que él no lo supiera mejor que yo? Había tenido. unaexperiencia. En Palmira, en el desiertosirio, escuché a Berenson, el gran tratadista de arte italiano. Poco después leconocí. ¿ Sabe qué me preguntó? "¿ Conservan todavía en México esa gran obra,el San Juan, de Angra?"
En 1927 se editó, en París, Hora yveinte. Aparece aquí su Oda ditirámbicaa Bolívar y en el grupo de poemas Laspalomas. El volumen está dedicado a J osé Ingenieros. En el mismo volumen sepublica el poema Variaciones sobre temade viaje, dedicado a don Alfonso Reyes.
En el Teatro de la Opera se presentabaPeleas y Melisenda, de Debussy. El acaudalado mexicano, Francisco Iturbe, 'sorprendido de encontrar a un joven compatriota en tan elegante representaciónescuchando obra tan exquisita, lo invitó. aacompañarlo como secretario. Así, viajópor tercera vez a Medio Oriente. Peroesta última en rango de gran señor comosabe hacerlo don Francisco Iturbe, mecenas de artistas. Estuvo en Delfos. Laimpresión que sus' ruinas causaron enel poeta, la traspasó en su poema Unrecuerdo griego. Este y otros poemas querecogen sus impresiones mediterráneas,paisajes de Italia, el Adriático, Sicilia, elMedio Oriente, Grecia, los recogió en ellibro Camino, aparecido en 1929.
Recuerdos de España.
Eran las postrimerías del reinado deAlfonso XIII, cuando por primera vez
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UNIVERSIDAD DE MEXICO
estuvo en España. Recorrió el país entrenes nocturnos y pasajes de tercera. Seafectó su alud, pues los compañeros deviaje, al enterarse de que era mexicano,le abrumaban de agasajos: todo era bebery comer de sus viandas.
-Estando cierta tarde, en un café dela Gran Vía, vi entrar, apresurado, a Federico García Larca. Traía consigo todoel sol de su tierra andaluza. Preguntó poralguien que no estaba en el local, y semarchó. La visión fugaz del gran cantorgitano permanece en mi memoria. Supedespués, por Salvador Novo, q~e Federico le había hablado con entuS13smo deunos poemas de Las palomas. Traté aE;'rique Diez Canedo, a Eugenio D'orsy a don Ramón del Y~lle-Inc1án, el extraordinario y benemento fabulad01> general de los ejércitos de Tierra CaJ¡e~te.Rufino Blanco Fombona me presento aManuel Machado, cuya obra dramática ypoética conocía.
Siete años después, en 1937, CarlosPellicer fue al Congreso d~ Escritore.s:en Valencia. En esta oportuIl1dad conoclOa Rafael Alberti, Juan Ramón Jiménez yMiguel Hernández con quien hizo particular amistad.
N os unía nuestra común fe cristiana-explica- i Qué hondura de poet~, qu~desgarramiento de español el de MIguel._ exclama, conmovido por e~ recuerdo.
Después, en Madrid, cierta noche, gellicer leyó un romance en una ."1ctuaClon,en un cine popular. André Malraux sesintió impresionado por los versos. Durante su regreso, escribió en el barco lasCanciones de PeFíiscola y unos romance,s,a los que Silvestre Revueltas puso musica.
El poeta en la cárcel.
En 1929 hizo la campaña presidencialde José Vasconcelos. En el jardín de. SanFernando fue muerto el joven estudIanteGermán de Campos. Pellicer dijo la oración fúnebre. No era la primera vez quetomaba cartas políticas en sus manos. Susensibilidad le llevó a participar en elmovimiento universitario. Actuó en lalucha civil conspiró y fue implicado enel atentad~ contra el Ing. Ortiz Rubio,ocurrido el día mismo en que asumió elpoder. En esa oportunidad e~~uvo a punto de ser fusilado. PermaneclO dos mesesdetenido en la Penitenciaría, junto conmuchos otros ciudadanos apresados porla misma causa. Ahí conoció a José Revueltas, muy joven, detenido también, convarios ciudadanos comunistas. Ocuparonceldas de la planta alta. Pellicer y otrosciudadanos no comunistas, ocupaban separados del piso bajo.
-Estoy seguro que la prisión de JoséRevueltas y su largo confinamiento en lasIslas Marías, le movieron a escribir esaextraordinaria novela Los muros de agua,que no ha sido superada en su patéticanarración.
Nuevos libros.
En 1937 apareció su libro Hora deJunio editado por Xavier Villaurrutiaen la colección Hipocampo. En 1941, apareció Recinto, compuesto de poemas deamor. Editado por Fondo de Cultur~
Económica, este volumen inició la colección Tezontle de esa editorial, bajo losauspicios de El. Col.egio de México.
En el mismo año publicó un grupo depequeños poemas de seis líneas cada uno,que tituló Exágonos. Escritos en 1922y sólo vieron la luz casi veinte años después. Seis de los exágonos recibieronmúsica del maestro Carlos Chávez.
Subordinaciones que con Horas de !ltnio y Recinto, son los tres libros másimportantes - y que el autor considerade lo más logrado y estimable de toda suobra, apareció en 1947. Tema dominantees el hombre en su proyección de puebloy de historia, en poemas que tienen fuerteacento civil. Poema singular en estevolumen es el Canto al Usumacinta. En1953 inaugura las ediciones de los Presentes, creadas por Juan José Arreola,con la publicación de la plaquette Sanctas.selecto grupo de inspiración mística.
-Tengo un libro inédito, Pi'áctica devuelo que consta de 86 sonetos, originalmente tracé el libro en 37 sonetos, delos cuales un grupo dedicado a José Bergamin, con quien me hermana el cristia-
... no tengo ningún carnet ...
nismo, es el de mejor factura, en mi modesta opinión.
Pellicer nos habla enseguida de susproyectos. . .
-Tengo varios proyectos, acancladosdurante años y para los cuales necesito disponer de tiempo, tranquilidad y medios.Uno, escribir la Oda Tropical, obra quepienso como una gran orquestación demasas corales. i Tantos años he acariciado este proyecto! Cada vez es más ambicioso y tiene menos posibilidades de realización. Otro proyecto que anhelo cumplir es El libro de mis padres y el tercero,hacer mi Canto al Valle de México.
Tres poetas.
-Nunca entenderé cómo un joven lllarxista de tanta capacidad como era CésarVallejo cuando le conocí en París,' nopudiera librarse de su propio dolor, superándo!o gracias a la esperanza en unmundo menos injusto, más libre, propiodel marxista. En Vallej O pudo más sudrama interior; su dolor propio lo avasél,-
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lIó. Esto explica para mí el dejo pesimista y desgarrado de u poesía excelente,incomparable. Quizá ólo en u cantoEspat'ia aparta de mi este cáliz logra uperar su drama iDterior y avisara un mundo de justicia y dignidad humana. Peroen lo mejor de su obra, Poemas humanos,no. Es el mismo Vallejo desgarrado, dolido de un mundo inju to y contrahecho.
Amo la poesía de Vallejo, pero lo padezco y sufro, porque yo soy u reverso.Para mi la vida es alegría. Tengo alegrí:tde vivir. Y este sentimiento lo her do demi padre, es mi actitud vital. Amo la Juz,el aire libre, la naturaleza, todo cuantoforma y hace la vida. L1nca he creído.por eso, en la oscuridad y la tristeza dela Edad Media. No, esa cdad ,'n la queel arte religioso cobra su más Jita cima,creadora de la arquitectura gótica, no pudo ser triste. Siento en ese arte la alegríade una fe uperadora de la condición concreta y actual de la vida.
Admiro la obra de Pablo N cruda, elPablo de años pasados, a luel dueño deun mundo subterráneo. de formas oscura , de cavernas, de tristes habit:tntes yde fuerzas innominadas. Ese mundo decaos y de asombro que Neruda trajo ensus versos, y que ahora él ha abandonad·,siguiendo una consigna. No le doy la razón en este cambio. La búsquee!;¡ de lasencillez, la expresión descolorida y aje-
, na con que ahora escribe. le ha privadode fuerza. Pero creo que Pablo está rectificando nuevamente, para retomar elhilo de su voz de gran poeta ... Es N eruda la mayor influencia en nuestraAmérica, a la que sólo disputa su dominiola fuerza tremenda de Vallejo, que ahoracrece rápidamente.
Sin duda alguna, Octavio Paz es elmás grande poeta joven de México yuno de los más grandes de Hispanoamérica. Es, además, un gran pensador. Esadmirable su capacidad de intelegir losproblemas de su tiempo y de su pueblo.Ahí está su Label-into de la soledad, quedesentraña aspectos no tocados por elmaestro Samuel Ramos en su obra fundamental de interpretación nacional. Perfil de México ...
Por mi generación pertenezco al grupode .Contemporáneos, que alrededor de larevista de ese nombre piloteó Xavier ViIlaurrutia. Sin embargo, me hallaba enRoma cuando nació aquella publicación ysolo colaboré con poemas en un númerode sus postrimerías. Propiamente Contemporáneos no tenía unidad de orientación. Fué, como Villaurrutia la definió,un grupo sin grupo. Ahí estuvieron Novo,Torres Bodet, Jorge Cuesta -muerto enplena juventud- fueron con Villaurrutia los mejores hombres de letras delgrupo. Pero mi generación ha sido di l' ctamente afectada por la revolución. Pocos logramos títulos universitarios, algunos ni siquiera llegaron a sus aulas.Otros, debieron abandonar las profesiones, sin optar sus grados. Cada uno tomóel rumbo que su sentimiento de la viday las circunstancias le señalaron.
Carlos Pellicer nos ha mostrado tinade las obras de que más orgulloso se siente el último Nacimiento. Los hace desdeq~e tiene memoria y los entreg:a a la devoción de cuantos ql1leran ach11lrarlns. Alsalir de su vivienda, hemos visto un numeroso grupo de vecinos que ,g<;>zaban delpaisaje de este valle de Mexlco, bellamente reproducido ,P?r el poe.ta, y en elque ha situado su ultIma NaVIdad.
20UNIVERSIDAD DE MEXICO
MINIMOHOMENAJE
Por TOl1zás SEGOVIA
LA muerte, el año pasado, de Tho
mas Mann, fué de esas que dejanuna aguda sensación de abandono,como cuando en una sala de tea
tro descubrimos de pronto que todos sehan ido ya. Porque sentimos que el lugarque él ha dejado vacante es de l<?s queno podrán ser llenados en mucho tlempo.Con él se ha extinguido algo que pJrecedi fícil volver a encontrar por ahora. ;¡'Igoque más que una calidad es una estatura.En este sentido es verdad que su obraes de otra época. Pero en otro sentidosigue siendo más verdad que nunca queesa obra es la de nuestra época, y quesi no se parece exactamente a esta épocaes porque 1"5 10 mejor de ella. Tarde otemprano tendrá que verse claramente quela obra de Thomas Mann es casi 10 únicoque tenemos y que el relativo descuidoen que la hemos dejado ~lltimament.e sedebe tan sólo a que las epocas se I11teresan más en 10 que no tienen que en 10que tienen.
Después de todos los homenaje~ máso menos concienzudos que su muerte haprovocado, resulta un poco extemporáneoponerse a escribir un pequeño artículomás bien improvisado, sin releer siquierapreviamente algo de su obra ni proponerse divulgar ningún aspecto nuevo deella. Pero es que hay ocasiones en quehablar de un autor es más un deber paracon uno mismo que para con el público,y en que casi no querríamos más quedar fe de una fidelidad, sin más explicaciones. Los que conservan esta fidelidada Thomas Mann deben de sentir la necesidad de dar fe de ella, porque me temoque se la mantenga actualmente a unarespetuosa distancia - que no deja de serun "segundo término". Ya sé que su prestigio es de los más indiscutidos, pero talvez ahí esté lo malo; tal vez muchos hubieran prefe'rido, por ejemplo, que el señor Auerbach, en su célebre Mi·m.esis,hubiera arremetido contra él con ciertaenergía, en lugar de mencionarlo de pasada. relegándolo, en nombre de no sesabe qué preferencias de explorador, alplano de los buenos escritores un pocoanticuados y sin mayor importancia.
Me parece, sin embargo, que nuestrosiglo sería mucho más triste si no contara con esa obra. Hay épocas en lasque podemos interesarnos todo lo que 'sequiera, pero de las que no podríamosenamorarnos nunca. Puede ',1\10 enamorarse de Grecia, de la Edad Media, delRenacimiento; pero me parece (aunquetal vez sea sólo un sentimiento personal)que nadie puede enamorarse por ejemplodel siglo XVIII, a pesar de ser seguramente uno de los más interesantes queexisten. Para mí la obra de ThomasMann es una de las poquísimas que pueden hacer a nuestro siglo capaz de despertar amor. Buena falta le hace ser amado a ~ste siglo que sin duda es ya
esta época, crear un arte de gran envergadura; que es inútil, por supuesto, fingir que ignoramos nuestra famosa crisisy su gravedad; pero oue tampoco sirvede nada conocerla si es para asfixiarnosen ella. Su obra es una de las últimasgrandes porque es mía de las últimas queno nos asfixian. Sin ella sería fácil llegar a convencernos de que nuestra épocaes totalmente irrespirable, y que tocÍa 10que en ella es 10 bastante serio para renunciar a una ilusoria respiración artificial, se condena y nos condena a esteangustioso ahogo.
Pero lo que distingue a esta obra deotras importantes de nuestra época esprecisamente su salud, su fuerza, su alegría. Es una obra creada alegremente, esdecir ni en malsanos encierro ni a laligera. Una de las pocas en que se sienteel vigoroso gusto de crear, de narrar inc1uso; pero en que este g;;¡sto no se hacenunca ni tiránico como una especie devicio, ni vacuo como una especie de halago. Una de esas obras que, como suelesuceder con las clásicas, parecen hechaspor el puro gustD de hacerlas. Porquesin duda no están hechas por puro gusto,pero tampoco con ninguna clase de <'.sco,incluso sutil. Me parece que las obrasque con menos escrúpulo llamamos clásicas ::on aquellas en las que siempre estamos encontrando coó:as que parecen irnaciendo dentro de ellas. Mientras que escaracter¡stico de casi todo nuestro arteel que por debajo de la obra nunca encontremos más que 10 que previamentehabía sido puesto allí. Esto es 10 quehace la terrible pequeñez de los "ismos"- la terrible pequeñez de la inteligencia.Aunque sabemos mejor que nunca queestas cosas no son las que dan su valora una obra de arte, tampoco parecemoscapaces de construir esta obra sin tomarcomo punto de partida -o pretexto, oandamiaje, o hilo conductor- algo queresulta bien triste descubrir al final. Esto es lo que se hace superfluo cuandouna obra precisamente no ha sido construída, sino que ha brotado. La armazónque la sostiene no es entonces un andamiaje, sino algo también palpitante, también misterio. Hacemos bien, naturalmente, en tomar precauciones ante el espectáculo de tanta obra hecha en el airehecha sin ton ni son; pero echar nuestro~cimientos rellenando con material muertono es evidentemente más que un recursodel que echamos mano a falta de raíces.
Al lado de obras como ésta, todas lasdemás parecen hechas arañando, pegando,raspando, añadiendo. Pero todo 10 quelos demás arañan y pegan está naturalmente aquí, como brotado, como na·cidoespontáneamente; no traído a la obrasino conjurado por ella. Thomas Mal1l~es en efecto, como se ha dicho, un "mago", uno de esos escritores cuya prosaparece irnos hechizando incomprensiblemente, como quien no quiere la cosa, sinperder nunca su aspecto inofensivo. Y almismo tiempo un escritor cargado de extensos y sólidos conocimientos, un verdadero alemán lento y macizo, que depronto, no sabemos cómo, resulta 10 másalado del mundo. Pero este verdadero artí fi.ce de la lengua, del estilo, de la inteligencia, del oficio, no confía nunca a sussolas cualidades la justificación de la obra,ni deja que estas cualidades enturbiensu luminosidad transparente. Allí está,por debajo de todo ('so, la más vasta vsutil gama de intuiciones y de sentimienOtos, de experiencias y de adiYinaciones.
uT1Rps
THOMAS MANN
terriblemente interesante, demasiado interesante acaso. Sería bien tri ste que tampoco él tuviera nada más caluroso queofrecer que Monsieur de Voltaire. Esmuy difícil amar a Monsieur de Voltaire,por más que despierte nuestra admiración.
Pero nuestro siglo no es sólo de críticas y desengaños. Nadie puede negarnos que hayamos sido exploradon:s pertinaces, y hasta un poco vagabundos.Estamos orgullosos de haber recorridoregiones enteras desconocidas antes. Perono, parece que en ninguna de ellas hayamos fincado verdaderamente. hayamosrecogido cosechas suficientes para'podercontar de veras con sus riquezas. Y quépoca cosa resultan los renovadores al ladode los verdaderos creadores. Hay artistas que no tienen que extenuarse escogiendo y preparando el lugar que han deocupar, porque son más grandes que ellugar que ocupan. Mientras que nosotroslos de hoy en día buscamos casi todosuna ubica.ción peculiar y calculada quepueda conferimos una importancia quesin duda no estamos seguros de merecerde otra manera. Que una obra como la deThomas Mann haya podido arraigar ennuestra época -y es evidente que estábien arraigada en ella- me parece importantísimo. Porque es la demostraciónde la posibilidad de un arte grande ennuestros días, y de la nobleza de estearte. Cuántas lecciones podríamos sacarde esto en un momento en que la legitimidad y la posibilidad misma del artetorturan en mayor o menor medida a todo el mundo. Thomas Mann nos pruebaque es posible, sin ren~1I1<;iar a ser de
EyA.RTEL
Por Jorge]. CRESPO DE LA SERNA
PLi-\STICAS
UNlVERS1DAb DE MEXICO
La asombrosa maestría de una novelacomo Doctor Faustus no deja un soloinstante de estar al servicio de una milagrosa sabiduría, de u.n increíble conocimiento de los personajes, de una sobrecogedora intuición de lo diabólico, de unaprofunda perspectiva sobre la época. Yde tantas otras cosas. La visión deslumbrante del "destino" en todos sus personajes, de esa como melodía de sus vidas,su misterioso y último sentido, es absolutamente única en nuestra época - y encasi todas.
Cuando un artista así desaparece, sen-
ART.ES
UNA NUEVA PINTORA:BETTY BERNSTEIN
HACE poco más de tres .años que
esta jóven norteamencana, deorigen juelío, llegó al país. Había ganado, después de sus estu
dios preliminares de pintura en las academias de rigor, una beca para pe:feccionarse. Su destino era San MIguelAllende donde encastíllados en escuelasde "ton'o" los extranjeros que las frecuentan ~con honrosas excepcionesviven lejos de lo realmente auténtico, pormás buena voluntad que tengan.
La sensibilidad despierta de esta muchacha y su ardiente vocación la llevaronpronto a desertar de tal ambiente falso,para .busc~r un 31cercam~ento al arte y .alas vIvencIas mas entranables de MexIca. Sus primeras experiencias .en este sentido fueron en la hermosa capital de Guanajuato; continuadas después..en .prolon,~gadas estancias en pueblos olVIdadoscomo el de la memorable película de esenombre que todos conocen.
En ellos, como por ejemplo en uno delvalle del Mezquital, en donde ha est~doresidiendo hasta hace poco, ha podIdorealizar lo que con gran perspíc~cia anhelaba, después de ,ver .y. est~dlar a. losmUl'alistas y demas dlst1l1gUldos pll1tores nuestros, a saber: conocer al pueblo,sus costumbres, sus penas, sus anhelosocultos o entreabiertos. Para ella no leha arredrado la terminación de su beca.Es mujer de recursos y de sencillas, necesidades porque antes que nada l~ II1teresa vivir la vida en su aspecto mas humano y reflejarla ínteg:a en su p'int~~a.Su jovialidad, su. ~ozal1la, su d~dlcaclOnbenedictina al OfICIO, le han abIerto, depar en par no sólo las puertas sino loscorazones de la gente humilde, con la queha convivido y a la que ha comprendIdoy quiere.
Su arte se nutre de esas vidas en todassus diversas mani festaciones. Traía yaantes una buena preparación técnica queha ido afinando aún más en consonanciacon los propios temas escogidos. ~u respuesta a los estímulos que le ha bn~dacloel ambiente es una respuesta conSCIente,cargada de emoción. Se advierte en quéalto grado se halla identificada con I.aidiosincrasia y el temperamento del mexIcano al contemplar sus cuadros, y cómo,de e~a actitud comprensiva y de tiernaafinidad simpática l~ brota~ c.on rara espontaneidad sus ~nobvos plastlcos (exposición en la galena Arte Moderno - Paseo de la Reforma 34),
timos que nos hemos quedado solos, queestamos en esta tierra un poco más comoen el extranjero. Parecía que estando élnos íbamos a entender mejor con estemundo, como cuando al partir para unaciudad desconocida nos anima la idea deque allí vive algún amigo nuestro, aunqueno nos lo vayamos a encontrar nunca.En su última novela, La engaíiada, queahora se hace significativa de una maneraimpresionante, él nos ha dejado a modode adiós un verdadero canto a la vida,un verdadero testimonio ele fidelidad yde amor a la vida, cuyos engaños, aun
Betty Bernstein. Mujer del Mezqlütal
El color en ella es exuberante y rico.Corresponde fielmente <l; su te,mperat.uraanímica frente a la contll1genCla mexIcana, de la que n~ saca únical~ente pretextos artísticos, Sll10 que ansIa expresa:lacomo testimonio saturado de honda sIgnificación. Sus figuras de mujerucas y deniños indígenas, sus mineros, s~s aldeanos y campesinos, tienen la reCIedumbrey el verismo de las co~a.s que se apo?erandel espíritu y lo sohvlantan emOCIOnalmente al primer vistazo. Pocos han 1<;>grado -como ella- capt3:r .con lenguajeoriginal, de mucha expresl~ldad,.los rasgos étnicos y lo~ gestos e II1tenclOnes denuestra gente, SIl1 t~ner que hacer concesiones de una copIa exacta d~ la naturaleza, sino solamente aprove~andola_ensus aspectos más salientes, mas entranabIes, para poder dar de todo ello la esencia plástica en todo su valor.
La composición de estos factores humanos en el campo pictórico es, en ella,casi siempre de un orden rítmico, acasoun tanto inclinada a la plenitud en ocasiones extremo éste muy natural en quienes a~ometen los problemas espaciales,sin las luces de una experiencia que sóloel tiempo concede. Los colores casi puros o apenas atemperados en sus .tonosdelimitan bien los contornos y ejercenunos sobre otros una fuerza vibratoria de
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descubiertos, no pueden enfriar nuestroamor, y son incluso abrazados con gratituel en nombre de ese amor. A nadiepuede extrañarle que así se despida de lavida un gran artista, un hombre que laha miraelo a los ojo y la ha amado sinremordimientos y sin avaricia, con el único amor que engenelra y que engendrahijos verelaeleramente naturales. Porquela obras naturale , como la suya, hayque engendrarla por amor a la vida yno por amor a la obra, pero con la alegríay la entrega con que se tienen hijos deuna mujer que amamo .
iluminación armónica, bien equilibradaen general. Se nota claramente la euforia con que han sido hechos sus cuadrosy dibujos coloreados.
Betty Bernstein es una trabajadora incansable. N o pertenece a esa clase depintores que sólo se aplican a produciresporádicamente, o cuando se presenta laoportunidad de un certamen. Yo que hepodido seguir ele cerca los pasos de estanovel artista, tan efusiva y cálida, meregocijo ele que nos ofrezca ahora unaexcelente muestra ele su cosecha plástica,lograda bajo el sol y el clima humano deesta tierra, inagotable en sus elonaciones aquien la ame y comprenda ele corazón.
Otro novel artista:Raúl Gamboa Cantón
En esta misma revista hice un comentario admirativo de una tela que estuvocolgada en la exposición colectiva eleinauguración ele la galeria de la Ciudadele México, o ele las pérgolas ele la Alameela: El Cenote. Me habían llamado laatención la solielez tectónica elel tema, sufielelidad al motivo real, la excelente colocación ele capas translúcielas ele colorperfectamente aelaptaelo al misterio y singularidael elel ambiente, la representaciónele las figuras humanas con toelas sus características raciales y su simbolismo arcaico, y el uso armóni.co ele un. ritmoespacial ele rica sustancIa decorativa. Seechaba ele ver, enseguida, que el autor eletal cuadrito (era de pocas dimensiones)era alguien que tenía años. ele experie~cia. Un retrato frontero, fmnaelo por elmismo decía de su picarelía en la resolución d'el problema: no era, pues, ni unaelvenedizo ni un principiante. Si en elretrato se mostraban limitaciones un tanto académicas, con todo se veia que quienlo había hecho sabía dibujar bien y teníanoción ele tonalielades cromáticas afinespara dar el efecto total elesea~o. ~n ElCenote había vokaelo su albedno S1l1 cortapisas' y por ende pensé que. éste ;ra suvereladero estilo, y no me equIvoque. Veoahora confirmaela mi impresión de su arte en los cuaelros (cuatro) que ha enviaelo para la apertura ele una. o~iginalaalería o centro de arte en un nncon del~estaurante "Carmel", en la calle ele Génova 73 donele también exponen tres artistas jó'venes no muy conocidos aún.
Gamboa irrumpe actualmente en la palestra de! arte nacional; antes eliversascircunstancias ele orelen privado, le habíanveelado hacerlo, pero hay ql~e sal1;lelar supresencia con entu~~asmo y slmpatla, pueslo que sigue ofreClendonos ahora en estapequeña exposición ~o elesm.erece en na~da ele su Cenote arnba anahzado, y estaen el mismo carácter. Un. car~cter queparticipa de varia~ sugerencIas bien aprovechadas y digendas: formas. precol.o~binas de códices y de estatuana, esplfltu
moderno de estliizaci6n figurativa universal, rasgos que ev?~an retablo~ populares o pintura de mnos, analoglas conTamayo y con alguna época del mismoRivera y hasta de Julio Castellan?s; enuna palabra, palpitación i~confundlble delo nacional, con un ropaje formal y decolor que es entendible por todo ser humano.
La combinación de colores es en élatrevidísima y sabia: Gamboa tiene unprofundo conocimiento de los valores ylos tonos. Eso se ve en el acto. Sus cuadros son juegos de degradaciones dive~
sas de dos o tres colores: azul y ~oJo
como en La Aguada, o magenta, .roJo Ynegro en Crepúsculo, o verde y rOJo (c,9lores complementarios) como e,: El Banoque se asemeja mucho al ya Clt~do Cenote. Gamboa es de Yucatan, a~l es queal decidirse a exponer los motlvos queha estado largo tiempo rúmia,:do y trabajando, es natural que lo pnmero. seadedicado a expresar escenas y ambientede su terruño regional antes que otracosa. Ha estado acertado hasta ahora,porque lo que .pinta no t~ene nada de anecdótico ni de CIrcunstancIal. Es una expresión de un trozo de vida mexicanJ. traspuesto a imágenes tipo~ógicas de gr.anfuerza simbólica como SIgnos de una 111vención muy suya.
INFORMACION y COMENTARIOS
Abel Ferrater, español, mod.esto, infatigable, ha prese~ta~o un cont111gen~e desus óleos impreslomstas en el vestlbulode la Dirección de Turismo, que francamente no se presta para nada para talesempresas. En los cuadro~ pequeños deeste artista es donde mejor se puedenapreciar la pincelada espontánea, el colortransparente y el .buen gu~to con quesabe escoger sus nncones cmdadanos orústicos.
Casi inmediatamente después de la exposición de Mané, ~atz, estuvo a~ier!aen la Galería ExcelslOr, la de otro JUdlOde nacionalidad polaco-argentina, Rafa'<?lM andelzweig. Ha empleado siempre suarte como instrumento de solidaridad consu pueblo. Retrata en escenas y tipos todala entereza y los anhelos de sus hermanosperseguidos y humillados por siglos. hasta culminar en el tormento que sufneronen la última guerra. Su arte es vigoros?,mezcla de impresionismo que en sus paisajes recuerda a Pissarro, y de un expresionismo muy particular que. exaltaciertos rasgos, sobre todo en sus Ílguras.Sus. cabezas en tinta china, de mucha reciedumbre técnica, fueron de las cosasmás fuertes observadas en su exposición.
En la Galería de Arte Mexicano se hanexhibido sendas muestras del grabado dela escuela francesa. Los nombres de losautores de mayor relieve en este contingente bastan para dar una id~a de la ex.ce,lencia de lo presentado: Ptcasso, Mtro,Clavé, Chagall, Pascin, Maillol, Ma'tisse,Leger, Renoir, Rouault, Vlaminck, Vuillard, Villon, Braque, Bonnard. Muchasde esas estampas estaban hechas en colones, con todo el carácter de la paleta decada uno de los autores.
"He sentido siempre -dice el grabador Francisco Díaz de León- atracciónirresistible por esos paisajes que muestran la simplicidad de una llanura en laque crecen cactus o arbustos espinosos,mas que por aquellos en donde el sueloy la vegetación parecen estar de acuerdoen provocativa suma de elementos pinto-
Raúl Gm'llboa Cantón. E/ baíio
Di/mjo de Fmncisco Díaz de León
loan Miró. Trabajador de sol
UNIVERsf1)AD DE MEXICO
rescos." Al presentar sus dibujos en laCasa del Arquitecto añade: "se apartanpor completo del concepto topográfico.He buscado dar en ellos la sensación deatmósfera transparente, lúcida, que defina y modele, y al mismo tiempo eliminetodo lo accesorio y superficial."
Los cuadros de Atice Rahon -GaleríaEl Eco- son invenciones delicadas deun orden poético del color que las hacecaer de lleno en una cosa decorativa debuen estilo.
W otfgang Paalen expone, después demás de diez años de no hacerlo aquí, enla galería de Arte Mexicano. Si por unaparte sigue siendo un magnífico manejador de los colores en todas sus alquimias,por otra pienso que va perdiéndose enuna maraña de formas informes, en detrimento de la claridad misteriosa queantaño era su tónica. Apenas podríamossalvar de tal naufragio plástico, y con muybuena voluntad, aquellos cuadros comoel retrato de Einstein en que aún se ventrazas de lo humano. Decididamente ensus paisajes, en sus selvas, la pintura sereduce a pinceladas, mas o menos hábiles,pero sinning'una consistencia, ni siquiera la de una organización de pigmentoscon Un orden geométrico, de valor decorativo ...
Procedente de la Escuela de Pinturay Escultura (Esmeralda) exhibe el jóven Jorge Dubon primicias de escuIturaen la galería Proteo. Hay en él un futuro,sin duda. Parece tener concienc:a delproblema en sí y, dentro de una visiónmoderna de él, sabe conservar atisbosde lo ancestral, en 10 cual creo que vaacertado. Sus esculturas con motivos animales tiene muchos aciertos, por el carácter monolítico y sencillo de la formay del gesto. ¿ Tendremos en cierne unPompon o un Marco Hernández nuestro?
Pienso que Feliciano Béjar -Instituto Mexicano Norteamericano de Relaciones Culturales- tiene fantasía y planteabien sus temas. Pero está muy lejos dedesarrollarlos con la técnica y la texturaapropiadas. En consecuencia su obra tiene apariencia de cosa inacabada o dequien está aún dando los primeros pasos.No observo adelanto alguno de este jóven de quien ví en 10 pasado cosas mejores. Hasta sus dibujos tienen caráctersuperficial y apresurado.
Yo no sé hasta qué punto tenga éxitoel centro educativo artístico que en for-
11/olj'gang Páalen. La diosa
e 1 N E
UNIVE.RSIDAD DE MEXICO
ma de galería y de talleres ha inauguradoel INBA a la entrada del bosque de Chapultepec. A mi me simpatiza la idea, claroestá, pero la forma de llevarla a cabocreo que adolece de muchas fallas. Antesque señalarlas todas sólo menciono lade haber puesto, al lado de la obra de lospintores jóvenes y de algunas muestrasdignas de artistas del siglo XIX, comoLandesio, Velasco, etc., vaciados en yesodel Moisés de Miguel Angel, la Venusde Milo, la Cabeza de la Venta, etc., en
EL
LA. escasez de t~xtos cinematográ
. f ICOS en espanol, que en ot:'osidiomas no es tan aguda, obligaa la traducción y al comentario
de los libros escritos en lenguas extranjeras.' Por otra parte, la necesidad d,efundarrientar una estéti,ca del cine, es eVIdente en todo el mundo. Basta ver unapelícula por semana, pa.ra darse .cuentade la inaplazable urgencIa que eXiste defomentar la creación de textos idóneos.Relativamente, son muv pocos los pensadores, literatos, y entendidos en la materiaque han dedicado sus esfuerzos enforma seria a la elaboración de teoríasque fecunden el séptimo arte. Este problema es Un círculo vicioso. Porque haypocos libros sobre esta materia, los escritores no se inclinan a escribir acercade ella, por esto, lógicamente, la producción de textos es. precaria, y a su vez,esta falta de estímulos literarios repercute en perjuicio de la calidad ele laspelículas. El cine, en su aspecto mercantil, es un negocio como otro cualquiera.Mientras que los accionistas de las compañías cinematográficas reciban dividendos, la producción de películas mediocrescontinuará en forma ininterrumpida. Entanto que la literatura especializada noinfluya en el ánimo del público, de talmanera que éste se rebele contra el malgusto de los productores por medio deun boicot a las taquillas, la tiranía capitalista gozará siempre de impunidad. Yno importa que grandes talentos artísticos y técnicos se ocupen en la producción de películas, ya que el criterio delcapital reprime sus capacidades con imperativos económicos: rinden pleitesb a las
lamentable confusión. Lo que más atraeen di,cho conglomerado es el taller de losniños que hacen argumentos, dibujan, esculpen, pintan figuras y decoracionespara el teatro guiñol "El Burro Sabio"'.Verlos hacer todo esto me conmovió. Detodos modos, es posible que de este núcleo salga algo realmente positivo. Por lopronto el público dominguero ha llenadolas salas del edificio que se adaptó paratal fin, yeso hay que aprovecharlo entodo su significado social y cultural ...
PROSAY
POESIA
DEL MOVIMIENTO
Por Carlos VALDES
deidades del mal gusto, o se les prohibela entrada al santuario.
Afirma don Alfonso Reyes que las revistas llenan el espacio que existe entrelos libros. Por mi parte, en este artículo,trataré de ocupar el vacío que hay enrededor del libro Cinematic design de
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Leonard Hacker por medio de comentarios, y la versión libre -que conviene ami labor sintética- al español de susconceptos más importantes.
Hacker, en el prefacio de su libro,denuncia la aparición de la palabra en elcine como trauma cultural para las películas que apenas comenzaban a encontrar el camino del arte.
Su observación me parece pertinente.y casi se podría aventurar una ley al respecto: a cada nuevo avance técnico corresponde un retroceso en la cal~dad, ~lr
tística. Pero ningún adelanto C1~n~lflco
ha sido tan dañoso como el advenimientode la palabra, pues ésta hizo perder ?lcine casi totalmente, su categonade :lledio artístico independiente de laliteratura. La dificultad no sólo está enlos diálogos, de por sí contrap~,estos, alfilm, cuya esencia e' la expreslOn pl~s
tica, sino que principia en el lIbreto 111l~
mo. Los complejos verbales que descnben la acción que se realizará en la pantalla son un elemento perturbador de lapur;za plástica,! .fuente de infini~?s, malentendidos. El unlco adelanto POSldVO alrespecto es el lenguaj~ técnico que se usaen el guión. Si un director se enfrenta,por ejemplo, al término clase 1tp, .es se-guro que sabrá cómo emplearlo S1l1 de-
l , t' de htrimento de los valores p as ICOS ,cinta; pero si debe tran~f~rma~ una acotación en actos, se vera 1I1validado p~rla resistencia que ofrece todo t~::,to 11terario a convertirse en una acc~on determinada, ya que la palabra enC1er.ra elgermen de mil movimientos; pero ningu-no definitivo. '
El teatro hace mucho encontró la ~,anera de traducir las palabras en aCClOny poesía; pero el ~ine aun no enc~entra
un modó independiente d: c~)I1vertlr ~osmateriales del espíritu en Imagene~ plasticas. Ya se ha apuntado el camino enalgunas películas que se guard~n comoobras de arte en los n;useos clnemato~
gráficos; pero la mayona de los J?roducctares filman sin tener la menor I?ea delas posibilidades y los medios propl.o~ del. Y' en todos sus actos se mal1lÍJestacme. , . ' 1
el desprecio ya típico de la mdus.tna y ecapital por el espíritu que aspIra a labelleza.
El cine es un medio mecánico -diceHacker- capaz de captar con precisiónmatemática el ballet de la naturaleza.
El cine es un arte que en combinacióncon la ciencia puede realizar lo que ningún otro: presentar en movimiento eldrama de la naturaleza, tal como sucedeen la realidad, o mejor aun, superándolo,ya que en la pantalla, es posible captarla armonía que existe entre los. seres deluniverso; todo lo que se reql1lere paralograr este espectáculo, son ~nos cuantos objetos naturales, nubes, arbole~, estrellas, y el conocimiento de 9ue, la me~
te, la materia, el espacio y el tiempo, cstan;ntimamente ligados unos con otros.
Hacker llega a la con~lusión de que .elcine, al plasmar pen~~mlentos por med~ode imágenes en aCClOn, es el arte masexcelso de todos.
Creo inoperante discutir cuál es la másgrande de las bellas ~rtes. Me, basta conque al cine se le de categona de a.rteindependiente. El. he~ho de. que el cll:eesté ligado a la ciencia no 11Iega s,u ca1ldad artística, ya que ,no d~pende esta delos adelantos de aquella, smo de la .sen~
sibilidad con que se usen sus matenales.::.
expresivos. Un artista con una cámaray unos cuantos metros de película, sinotro escenario y actores que la naturaleza, puede lograr mej ores resultadosque una compañía que prodm:e películasen masa con amplios recursos científicosy monetarios.
La objeción de que las películas envejecen con las modas, y que esta caducidadniega su categoría de arte: me parece unerror de apreciación. Se acostumbra aver la película como producto de larealidad, y no, como realidad independiente, conjunto estructurado de imágenes capaces de provocar su propia objetividad. Si viéramos cualquier clase deobras de arte desde el mismo punto devista con que apreciamos las películas,resultaría que las ropas de las pinturasclásicas eran anticuadas; el lenguaje dedon Quijote y Hamlet, caduco; las catedrales góticas, inhabitables. Del mismomodo que el cine nos enseña a descubrirlos objetos consabidos, nosotros debemosaprender a mirar las películas con llUe
vas ojos. Pero el más grave error deapreciación es considerar al cine sLlbproducto de la literatura, y no, un arte plástico.
Hacker en el primer capítulo se refierea la importancia que tienen las formasg-eométricas dentro de! cine, y declara quela simplicidad formal debe ser su máxima aspiración.
El cinema es e! único medio artístico,a diferencia de las otras artes plásticas,que funde mente y materia en un elemento móvil. La cámara, guiada por lainteligencia y la sensibilidad, es capaz deseleccionar formas físicas y relacionarlas entre sí, o seguirlas a través de suproceso evolutivo. El cine no sólo combina patrones fijos, sino por ser esencialmente plástico, registra tanto las formas estacionarias como las evolutivas.Así que, los dos procesos fundamentalesdel arte, plasticidad y permanencia, quedan unidos en un medio único, en el queno hay límite para las intenciones filosóficas, satíricas y psicológicas, que sonexpresadas sin necesidad de incluir unapalabra. El cinema, con el movimientopor herramienta selectiva, traduce el caosde formas de la naturaleza en un moldearmónico, fijo e ideal.
El movimiento --opina Hacker- esen sí una historia más interesante quemuchos mitos superficiales que encontramos en cuentos y novelas. En el cinetodos los motivos deben transformarseen imágenes con el sólo acompañamientode la música y uno que otro ruido ocasional. El hecho de emplear sólo e! sentido de la vista no es una limitación, sinouna fuerza, porque los límites de un ntesen un estímulo para acentuar sus características.
En el segundo capítulo Hacker habl3del ritmo. El ritmo es la estructura básica de la existencia, sin él la vida parecería caótica y sin sentido. Este sepresenta en cada movimiento de la vidadiaria; pero como somos parte de ella,no nos damos cuenta de sus relaciones.y para apreciarlo necesitamos algún medio estético, como la música o el cine.
Hay la tendencia en el oyente de música clásica a transformar los sonidos queescucha en imágenes de su fantasía, ya encarnar como la danza, las notas musicales por medio de movimientos plásticos; pero mientras que la mente hace una
labor imaginativa, imprecisa y perecedera, y, el ballet se ve limitado al cuerpohumano, la cámara tiene todo un mundoplástico para crear un ballet con los seres de la naturaleza.
Si se aplica la teoría cinematográficade Hacker al problema de los actores, resulta que estrellas y astros de la pantallaquedan reducidos a sus verdaderas proporciones, las mismas que ocupan en lavida diaria, simples seres de la naturaleza, sin más ni menos categoría que elresto de las criaturas. En las artes plásticas -a las que pertenece el cine- todos los motivos poseen en principio lamisma fuerza expresiva, aquí el cuerpohumano está colocado en igual nivel quelos demás objetos naturales. Mientrasque en e! teatro los actores representan,en el cine se presentan. Este arte de siluetas no soporta a las máscaras del teatro. En una película e! personaje es lo queparece, es exactamente idéntico a su apariencia (Fernando Vela, El arte al cubo).Esta regla vale por igual para los hombres y los demás seres.
Ya que el cine -reflexiona Hackerestá esencialmente unido con la música,es obvio que en las películas e! acompañamiento músical asegure mejores resultados estéti,cos. La música más efectivaes elemental, con ritmos básicos predominantes, como la de! tambor primitivo,insistente, perpetuo, en la que parece palpitar el misterio de todas las edades. Peroel tipo de música que debe elegirse depende de la naturaleza de! diseño que sepresente y del modo como se exprese.En e! film profesional la música se usapara suplir la falta de ritmo en las imágenes que se presentan en la pantalla.
Hacker recomienda el uso del metrónomo, cuando se toman películas, paraaquéllos que no perciben con facilidad elritmo de la naturaleza. Una de las ventajas del movimiento rítmico es su virtudpara fundir escenas y motivos dentro deuna unidad, como se aprecia en la película rusa El fin de San Petesburgo, cuandolos movimientos de las máquinas simbolizan la ira del obrero que denuncia alcapitalista.
Los mejores film s son los que reproducen e! reino de la naturaleza, porquede él se derivan todos los principios delas artes. Los elementos literarios, trama.intriga, y demás, sólo desvían al cine delritmo básico en que descansan todas lascosas. La cámara es un instrumento diseñado para registrar los ritmos naturales y sintéticos del cosmos. T,as cintasserán en verdad cinematog-ráficas cuando manifiesten los nrincipios cósmicosde la forma y el movimiento.
Hacker, a propósito del papel que juega la relatividad en el cine, opina queésta debe ser expresada a través de! medio visual, hermanando líneas, motivos,movimientos y colores, en sucesivas yuxtaposiciones, hasta llegar a la composiciónele un diseño previsto. El artista debeconocer tan bien como el funcionamientode su cámara, la relación que existe cntn~
forma, y movimiento, tono y color. Elcinc es el único arte con poder plásticopara presentar los pensamientos tal comolas producciones y preservarlos en formapermanente. El límite del artista de lacámara cinematográfica está en su capa(idad visual para ver las cosas y relacionarlas entre si, y, con este fin puede hacerjuegos malabares con mente y materia,tiempo y espacio.
tJNIVERSIDAD DE MEXICO
En la literatura, la poesía, por su virtud para fundir imágenes, es la encarg~da de revelar la secreta analogía quevl11cula al cosmos. Dentro de las artesplásticas, el cine, mejor que ninguna otra,es capaz de relacionar formas y movimientos que a simple vista parecen divorciados. Es decir, de crear metáforas ysímbolos plásticos.
Las teorías de Hacker desembocan ('J1
la creación de una poesía del movimiento.Creo que los criterios de lo abstracto
y lo concreto dentro del terreno del arteno se han deslindado en forma suficiente. Por lo general se entiende por abstracto un arte deshumanizado, como lagreca ornamental, que tiene por límite lapureza de las formas geométricas. y, porconcreto, un arte que imita con fidelidadla naturaleza, como la novela realista y lafoto comercial. A mí, por el contrario,me parece que 10 abstracto en el arte esla tendencia a purificar los materiales, sindespojarlos de su esencial humanidad,hasta el momento en que las formas lleguen a ser un conjunto estructurado capaz de crear por sí mismo su objetividad,y, lo concreto, la tendencia a dar vida aia obra por compilación de detalles queofrezcan la ilusión de realidad. En la literatura se encuentra como ejemplo deésta el relato costumbrista, y de aquélla,la poesía lírica. Asimismo, en el cine sepueden distinguir dos clases de películas:las comerciales que se acercan más a laprosa, y las que son producto de la teoríade la relatividad que se asemejan más ala poesía. Aquéllas caducan con los actores y las modas, éstas son intemporalescomo las formas geométricas en que seinspiran.
Estoy en desacuerdo con el principioque establece Hacker sobre el color. N ome parece que este elemento tenga importancia capital. Por el contrario, creoque ocupa un segundo término, como elcolor que se emplea al pintar la superficie de una escultura. El cine es, antetodo, un arte plástico y no, pictórico,excepto las cintas de dibujos animadosque forman una cateogría especial, y queen rigor no emplean el medio propio delarte cinematográfico, sino que son pinturas animadas por la ciencia fotográfica.Un artista de la cámara de cine disponea voluntad, en todo momento, del volumen, como e! coreógrafo de sus bailarines; no as: de los colores, sobre Jos cualesejerce un control superfi(ial, relativo, ynunca s"perará el dominio que el pintortiene sobre la pal~ta. Tampoco me convenTe la razón de que e! color da realismo a las películas, ya que el cine presenta una realidad más real que la de lavida diaria (d. Fernando Vela, loe. cit. ).La tercera dimensión y el color no pres~
tan verosimilitud a las cintas. El principiadel cine se estableció para siempre cuando las primeras manos proyectaron susombra sobre una tela blanca,.y se volviórealidad el día en que las sombras chinescas se perpetuaron en el invento de loshermanos Lumiere, 10 demás es literatura, y lo que es peor, señuelos para cazarbobos: pantalla panorámica, cinemasco-.pio, vista visión ... y todos los trucosque de tiempo en tiempo sacan a relucirlos productores para desviar la atencióndel público de la calidad inferior de laspelículas. Cuando Elie Faure afirmó queel cine había nacido para perpetuar losmovimientos de la danza, no se apartomucho de la verdad cinematográfica.
UNIVERSIDAD DE MEXICO
LAS LETRAS MEXICANASA
ÑO con año lo escritores animan,cada vez con mayor vigor, deseosde discutir, cuando no de polemizar, acerca de cuestiones más
o meno afines a su profesión. El año1955 fué pródigo en comentarios y pareceres inclinados a delatar debilidadespersonales, en lugar de interesar~e, siquiera académicamente, por los asuntospuesto a debate. Como corolario de esasdiferencias privadas, desde los periórlicos diarios -que mejor deberían preocuparse por informar y limitar en lo jJosible el abuso de opiniones sobre asuntosespecializados-, algunos columnistasatrevieron la pluma contra poeta, cuentistas y novelistas que han hecho de laliteratura una experiencia constante.
Ante la escasez de obras que enriquezcan de verdad nuestras letras, se han improvisado "teóricos" listos a enjuiciarpoemas o prosas que les son aj enos. Laconfusión consecuente, amena par:l quienes estamos ante el espectáculo. puedeser poco honrosa para el escritor. Levantados contra una saludable costumbre, desde hace casi dos lustros los poetas de la radio y de las reunionesfamiliares han invadido, sin ningunadiscreción, las publicaciones que deberíanreservarse a quienes creen que la literatura es un oficio modesto en que no seexige alzar la voz desmesuradamente.Hoy el poeta "de los domingos", el queen sus ratos de ocio trasvasa su tristeza,su amor a la patria o sus alegrías a bienmedidos versos, brota al tornar de cualquier puerta y asalta a los desapercibidosoyentes con alguna "teoría" en que sedespejan, definitivamente, los problemasde la estética literaria. El nacionalismo,las inclinaciones revolucionarias de 'cmtexto, lo reaccionario como elementoconstitutivo de algún eneasílabo, le "sofisticado" de una palabra en medi'J deuna frase, todo es motivo de acaloradasfrases en que los "espontáneos" tienen 1:1palabra. Pero si los oradores de la poesía, los redactores de columnas periodísticas o los asistentes a las mesas de cafétienen campo abierto para pontificar acerca de lo que no entienden, la culpa es delos escritores mismos que a una torpezaresponden con otra y que así como deberían conocer con mayor propiedad suprofesión, deberían también reconocer endónde se hallan sus iguales. Mejor haríael escritor en no cultivar más sombra quela propia.
En fin de cuentas, el actual panoramade las letras, para quien no se halle orientado, puede mostrar una apariencia equívoca, pues tal parece que las ideas preponderan -aunque más de boca que depluma- entre los escritores mexicanos.Así, nada raro es que un poema, por hermoso que sea, sugiera comúnmente dislates en los críticos que han aprendido enla "univer idad de la vida". Y si el poema tiende a provocar desavenencias, cscrito con la intención de tocar temas queresultan bárbaros en la poesía de la soledad, entonces el autor se verá a puntode ser injuriado y, por supuesto, defendido por otros que encuentran en aquellasmetáforas parentesco con lo que ellospiensan.
La verdad es que nuestra literatura noentra todavía -por lo menos con esa
EN
1955Por Alí CHUMACERO
frondosidael aparente- en los terrcTOS delas ideas. La política, la mundial de preferencia a la nacional, atrae a algunos.y como ahí los extremos no se t,:;can,estamos asistiendo a nuevas fases de ladiscusión, aplicadas, naturalmente, al fenómeno literario.
Dejadas ele lado estas anotaciones, queseñalan hechos pasajeros cuya evidenciaestá en razón directa a lo lamentable desu ejer,cicio, paso a indicar someramentequé es lo que produjo y con qué calidadesnue tra literatura, en sus diverso géneros, en el año que acaba de transcurrir.
POESIA
En edición limitada (209 ejemplares),Salvador N ovo reunió su obra lírica. Algunos poemas, por conveniencia del autor, 110 ingresaron en el volumen sino
que fueron publicados aparte o bien hanquedado escritos a máquina en manos quelos ocultan a las mil'adas profanas. Ellibro, titulado Poesía: 1915-1955, contiene 10 sobresaliente de la pluma de N ovo,que ha. cultivado con avidez, aunque condilatadas interrupciones, distintas formasy aspectos de 10 lírico.
Una particularidad de Poesía consisteen que agrupa, valientemente, lo escritoen la infancia, además de traduccionesde poetas norteamericanos. En breve"Consideración preliminar", Novo da "lestimonio de su trabajo al referirse a NucvoQ1IIor, que lo sitúa en la historia de lapoesía mexicana: "Cuanto pude sentir yexpresar -clice- está dicho y sentidoen esos poemas." En conjunto, N1!cVO
a1/1.0 l' marca el clímax de las experienci:lsque, en plena juventud, el poeta ha dejado. quizá definitivamente, a la poesíamexicana. De ahí saldrán la mayor parteele las comrosicione~ con oue se rlesee
armar u antología: "Tú, yo mismo, secocomo un viento derrotado", "Junto a tucuerpo totalmente entregado al mío","Glosa incompleta", "Breve romance dausencia", "Elegía", on poemas quecuentan entre los más hondos de la poesía de u generación. El anterior Es/'cjo,que en parte afina a u libro inicial, XXpocmas -renovador, éste, de los ceremoniosos tratamientos que la p sía precedente daba a las cosas-, incluye poemas cuyo interés es al mismo tiempohistórico y artístico: "Epifania". "Elamigo ielo", "La poesía", " mor" ...
De la misma generación que SalvaelorNovo, aunque no elel mismo grupo, esElías Nandino. Su Nocturna suma, sintetiza, sin artificios, una ctapa elistintaele su producción. Olvidado de los adornos, mediante una técnica que hace sugerir elesnudamente el tema evocado, andino aborda problemas que, con pertenecer a la poesía, forman parte de la vidamisma del poeta. Más que la "metafí-ica", le preocupa afrontar, sin otra ar
ma que la palabra, las experiencia personales, sostenidas por el impulso líri~o.
Entre los jóvenes, el recientemente iniciado Antonio Montes de Oca sobresaliócon Contrapunto de la fe, de cuyo desorelen es posible predecir el nacimientode un poeta. La riqueza de las metáforas,en ocasiones desmedidas por lo que tocaa su eficacia, sostiene sin desmayo laintensidad de su emoción. El hombreasentará su denodada juventud y comp:obará lo que hoy empieza a testimoJ1la r.
Con Poemas, Fernando Sánchez Mayans adelanta en su búsqueda interior,todavía apegada a las normas villaurrutianas. Arturo Sotomayor, tras años deabstinencia lírica, publicó El ángel delos goces. En Valle de nada, Salvadorele la Cruz log¡'a sus mejores trabajos.Además de un poema decJi,caelo a la memoria de Alfonso M éndez PlancaiYte(1909-1955), impreso limitadamente(100 ejemplar'es), Alfrec'o Carelona
Peña publicó su Primer paraíso, en elcual persisten las formas coloquiales queél ha sabido manejar con elestreza.
Otros libros que merecen atenciónfueron: Sueíio de la tierra mía de Jorgede Alba, Palabras inútiles de SalvadorVizcaíno Hernández, Interior de A ngeJMiquel, Azulejos y campanas ele LuisSánchez Pontón, El aire libre ele VíctorM. Saneloval, C(JI/1,to hUlllano ele HoracioEspinosa Altamirano, Poemas a la muel'te de Inocencia Burgos, Por la ruta inicial de Abel Tirado Fuentes y Cantos dejuventud de El11'ique Ramos Valdés.
La poesía femenina dio algunos volúmenes: Otro libro de amor ele GuaelaJupe Amor, Del ma'1' )' de la lnuel'te eleLuz Adoración Sánchez Randolph, Niebla ele Teresa ele Silva; y ele escritorasno mexicanas radicadas en lluestro país:Tu nombre Guatemala ele Líliam Jiménez, Pocsía' resiste de Lucila Velázquez,y Espacios de Mercedes Durancl.
Los todav;a jóvenes hi panomex;canos,además de colaborar en periódicos literarios, editaron varios libros. Las Elepías de José Pascual Buxó hacen advertir nuevos caminos y diferentes hallazgos que establecen una posición distintarespecto ele su poesía inicial. Carlos
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Blanco dio a conocer un breve tomo dePoemas en prosa. César Rodríguez Chicharro se muestra más seguro en Eternidad es barro. Ramón Xirau, en catalán, publicó un cuaderno con el títuloLespill soterrat.
"Canciones mínimas, simples canciones: desnudas, directas, clarísimas: comonace el agua de los veneros serranos"comprende el libro Canciones de la pazdel español Juan Rejano. Lo lírico y 10político comparten la defensa de la belleza. No lejos de esas ideas e hallala Danza para Cuaulitémoc, del guatemalteco Raúl Leiva. Y con mucho de desesperación, Las imprecaciones del perL1ano Manuel Scorza, también editadas enMéxico, recogen una incierta fe en el porvenir de su país. Del recientemente fallecido Andrés Eloy Blanco, poeta venezolano, tuvimos Giraluna, y de otro peruano hoy radicado en nuestro país,Augusto Lunel, el poemario Los puentes, de tendencias surrealistas. PedroDuna, escribió N o callaré tu voz.
De las antologías, la de Jesús Arellano -titulada Poetas jóvenes de M éxicofue la que mayormente llamó la atención.En cierta forma completa la que, prep::trada por Rafael Aguayo Spencer -Florde 1noderna poesía-, llegaba a escritoreshoy maduros. Andrés Henestrosa, desdeel Departamento de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes, organizóun útil Anuario de la poesía mexicanaque abarca, en forma antológica, lo quese produjo durante eh año de 1954. Larevista Poesía de Amé1'ica, a su vez, dedicó un número a recordar al poeta chileno Vicente Huidobro (1893-1948).Finalmente, se editó el volumen Poetasy prosistas de la Preparatoria, con colaboración de ex alumnos de esa escuela.
Lugar aparte 111ierece el libro Ochopoetas mexicanos que aunque aparecidoa fines de 1954 no circuló hasta el añopasado. En sus páginas se juntan composiciones de Alejandro Avilés, RobertoCabral del Hoyo, Rosario Castellanos,Dolores Castro, Efrén Hernández, Honorato Ignacio Magaloni, Octavin N ovara y Javier Peñalosa. Quizá sean lospoemas de este último los de mayor intensidad lírica.
Se reeditaron Prosas y versos de Guillermo Prieto y el Libro de fábulas deJ osé Rosas Moreno.
NOVELA, CUENTO, RELATO
Sin apartarse de los temas habitualesen su pluma, Juan Rulfo ensayó enPedro Páramo una técnica muy cercanaa la literartura llamada fantástica. Loshombres del pueblo, que en sus excelentes cuentos rozan la tierra, en estanovela son llevados y traídos a travéselel tiempo y en diversos planos. Los críticos se ensañaron con esta obra de Rulfo',algunos con ataques y otros con defensas.Quién decía era un libro fracasado, quiénque era la mejor novela mexicana rielsiglo y en juicios tan contrarios sólo seadvirtió cómo el prejuicio domir.a comúnmente al enfrentarse a una obra dearte.
Lo elemental es que, a pesar rie queRulfo no acertó del todo en la composición de su novela -la primera queescribe-, en esas páginas se halla siempre de cuerpo entero el escritor que hallegado a ser. Su estilo per anal comoel de muy pocos mexicanos, no desvirtúaaquí el poder evoc;¡do de 1111a infancia
caela día más determinante de su emoción literaria. Escritor sin esperanza,Rulfo no ti,ene otra salvación qu-e elsolaz proporcionado por el mundo de labarbarie, visto al través de un árido encuentro con la violencia de sus entidos.En Pedro Páral'no se encierran algunasde las páginas menos contempori zadorasque haya producido nuestra literatura enel último cuarto de siglo. Lo fantásticoqueda ahí como mero procedimiento,rendido ante la evidencia de un mundo alque el escritor no podría renunciar. D~Imismo Rulfo se hIzo una segunda edIción de los cuentos de El llano en /lamas,libro que, a pesar de sus notables calidades, ha tenido aceptación entre el lectorcorriente.
Mariano Azuela (1873-1952) dejó almorir dos novelas inéelitas. Se publicóuna de ellas: La 11wldición. Escritor fiela las escuelas realistas, afecto al costumbrismo, ell La maldición insiste en '~em:lS
que le fueron propicios: la vida del ranchero y su encuentro con la ciudael. A"la obra purificadora de la provincia"opone aquí la "perversión" ele la capitaldel país, que muy rápidamente incorporaa sus peores muestras de maldad al hombre sencillo que llega en busca de mejoramiento económico. Como en pocas desu obras, Azuela aplicó en ésta procedimientos no tradi.cionales y logró una historia amena y digna de otras de las novelas que tan amplia fama le dieron.
Además de publicar un volumen decuentos, M e lo dijo M aria Kaimlo'vá, escritos en el extranjero y con asuntos enque lo anecdótico y lo imaginario se danla mano, José Mancisidor editó El albaen las Sil1WS. Se trata de una novela inspirada en un acontecimiento ele vivo interés para los mexicanos: la expropiaciónpetrolera. Pero más que la expropiación,a Mancisidor le importa acercar~~ almundo qu¡e la precedió. Co,n agilidada veces reporteril, la novela da la imagen interna de los personajes que de verdad actuaron en aquella época.
U n cuento largo es 114azamitla de Ricardo Garibay, que se aventura a usartécnicas afines a las últimas novelas enlengua inglesa. La acción se reduce propiamente a describir el camino que de lapuerta al fondo de un cementerio recorren un condenado a muerte y los soldados que momentos después lo habrán defusilar. En torno a ese hecho, la evocación hace lo demás, y las escenas anteriores a esos momentos, algunas a añosde distancia, contribuyen a formar elcuerpo del relato. Bellamente escrito,!vIazam.itla es el mejor cuento de los ~lpa
recidos en el año. Gariba)' publicó también Nuestra SeFíora de la Soledad enCo)'oacán.
Un hombre desolado, en un ambienteen que reina el abandono, es el motivoele El personaje de José Alvarado. Acaso la manera reflexiva de contempla¡-sea sí mismo empariente esta pequeña obracon las tendencias existencialistas, enespecial con las ideas ele Albert Camus.En resumidas cuentas, El personaje queda reducido a un embrión de 10 que, conmayor desarrollo, hubiera podido ser.
Un testimonio personal, comúnmenterelacionado con la farsa de algunos políticos, constituye el libro Los fal.\Os ntmores de Gastón García Cantú. Pesimista en su apreciación de 10 que le ha tocado ver, García Cantú descubre la falsedad en que transcurre un sector de lavid;¡ mexicana. DE'sde su provinri;¡ na-
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tal, Puebla, el escritor advierte cómo lamentira se entroniza y contrahace larealidad para provecho de quienes desconocen normas morales. "El barco de papel", "La voz" y "El tigre y el paragua "son tres cuentos que se singularizan eneste volumen.
El primer libro ele Eelmundb Valaelés,La muerte tiene permiso, hizo que suautor entrara con pie seguro en las letras nacionales, sobre todo por el cuentoque le ela título. Con los ganadores enel concurso trimestral de el diario ElNacional se hizo un tomo que contienproducciones de dos mexi,cano : Ramó,nRubín y Jorge Ferrat Alday. De su proximo libro, Antonio Cast:o Leal adelantó Una historia del s1g10 xx, queaúna ingenio e imaginación. María Lombal-do ele Caso dio la sorpresa con Muliecos de niebla, inspirados por sucedidos verdaderos y escritos con mucho deinvención.
Con prosa escrita desde hace tiempo,Mauricio Magdalena compuso su Ritualdel mio, que muestra su dominio en elarte de contar. El ambiente de provinci::tllevó a César Garizurieta a escribir sumejor libro; Juanita "La lloviznitaJJ
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Carlos Ramos Gutiérrez juntó 4 cuentosbreves, que denotan las posibilidades desu pluma. Un primer libro de cuentos esLos mástiles, de Jorge López Páez, armado con recuerdos infantiles. Luis Córdovareunió cuentos de intenciones revolucionarias en Cenzontle. Jorge Aguilar abordó problemas comunes a los hombres dela clase media en su Ecce H 0111,0. CarlosValdés hizo un libro en que la desesperación se advierte por el título: Ausencias. De Salvador Reyes Nevares tuvimosFrontera indecisa, con ecos de la literatura de la Revolución.
La novela, el cuento y el relato dieronalgunas muestras de existencia en .T31'echa en la roca de Héctor Raúl Almanza,El núio y el árbol de Antonio Souza,E ng01iarr con la verdad y deleite paraindiscretos de Artemio ele Valle Arizpe,M etamorfilia de Baltasar Hidalgo, Odisea estudiantil revolucionaria de JoséJuan Ortega, 22 horas ele Margas deVillanueva, Cuentos para vencer ll! la'muerte de José de la Colina, Fragmentosde Eduardo N ovoa, El reloj de CarmenRosenzweig, Roquedal de Ramiro TorresSeptién, M llJqia silvestre ele Alberto Quirozz, La sombra del techincagüe de Ramón Rubín, El hallazgo engmioso, Pancho Rizos y Las Mancuernillas de Ignacio Helguera. Brazos que se van deMaría Luisa Mela de Remes, Redactorde guardia de Clemente Cámara Ochoa,Una voz alada y . .. de un paú inexistente de Margarita Mendoza López,Atitlayapan de María Luisa Ocampo,AutopsiOJ de Pablo Palomino, La muertede 1,m lago ele José Gl1adalupe Zuno,Cruces para el teocali (premio Club España 1954) ele Miguel Sainz López-N egrete, En la sierra de Salvador Villalpando, Complejerías de Eglatina OchoaSandoval, Lo que Dios ha ~tnido de María Ester Arias G., Memorias de unadolescente ele Rafael Cravioto Ml1ñoz,1VIemorias de un camarero lef1'ado deFrancisco Llamosa, Sendero de milagrode Gilberto Chávez jr., Misterios de JuliaHernández Terán, Mitote de la Toloachade Xavier Icaza, B ertín de Roberto López Algo, Girándula (crónicas periodísticas) de David 1 . Arce, y una biografíaanovelada de José Rodríguez A1conedorlebida a Patricia Cox.
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Los mejores cuentos policíac?s 1nexiWIlOS fueron reunidos por Mana ElvlraBermúdez. Agustí Bartra hizo otra a.ntología de CUelltos policíacos y de 1n1~
terio y dio en español su excelente OdIsea. escrito con sentido lírico.
Se reunió en yolumen una biografíapublicada antes en columnas de periódica: Pancho Villa, rayo y azcte ele RafaelF. Muñoz. Fruto de reportazgos a raízde la muerte del llamado "Centau ro delNorte", proporciona una imagen vivazdel guerrillero. Franci ca L. Urquizo reeditó su Tropa vicia, y de José RubénRomero (1890-1952) se hizo otra impresión de Apuntes de un lugareíio, que ape al' de sus tres ediciones anterioresera casi desconocidas por la nueya generación. De Francisco Rojas Gonzá!ezse imprimió por segunda vez su notablelibro El diosero. De Juan José Arreolase junt<!ron en un volumen Varia l/'l_vl'llción y CM/fabulario, que tanto prestiaio le han dado. Otra reedición es Al
,., lA' '-T'filo del agua, la novela ~ e gustll1.l ~l-
ñez. En inglés, traducIdo por DaVIdHeft, tuvimos el Caneh de Ermilo AbreuGÓmez.
Recolecciones o nuevas ediciones fueron los Relatos de José María Roa Bárcena, con prólogo ele Julio Jiménez Rueda: Aires de México ele Ignacio ManuelAltamirano, con prólogo ele Antonio Acevedo Escobedo; Los mariditos de JoséT. Cuéllar (Facundo), con prólogo deDaniel _10reno; La guerra de Tres allos(seguido de poemas inéditos y de~cono
cidos) de Emilio Rabasa, con prólogode Emmanuel Carballo; Cuentos y otraspáginas de Enrique González Martínez.con prólogo de Ana María Sánchez; Eldonador de almas de Amado N ervo yuna antología de Fernández de Lizardi,con noticias preliminares de Barto]ol11euCosta-Amic; los Cnentas frágiles deManuel Gutiérrez N ájera, con prólogode Henrique González Casanova, El diablo en 11'[éxica de Juan Díaz Covarrubias, con un prólogo. que aclara puntososcuros sobre este libro, de Peelro Frankde Andrea.
Con elos títulos opuestos -Ciertoscuentos y Cuentos cie1'tos-, Max Aub
DAN1F;1- Co Ío Vrl-LjiGA
ALFONSO MÉNDEZ PLANCARTE
JUAN RULFO
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reunió buena porción de lo que ha escritoen ese género. Lo real y lo imi\ginado, lorecordado y lo nunca sucedido, le prestan material pal-a escribir estas pequeñasobras. Más libros de géneros cercanosfueron El jmeblo de Roberto Olivera-nda, la segunela edición de Paisa de J o
sé Luis González, Plterto Cholo de Mario Puga, y Los ángeles de GutierreTibÓn.
CRITICA, ENSAYO, BTOGRAFI
En tres títulos diferentes, José LuisMartínez publicó en ayos relacionaelos engran parte ,con las letras nacionales y labúsqueda ele u originalidad. La clllGlIcipación literaria de 1I1éxico es una investigación qu expone las ideas preelominantes desele la époG! de la ] ndcpen lencia hasta los finales del siglo pasado. Laliteratura COlll0 reflejo del pueblo que lacrea fue el tema constante de los mayores escritores de hace una centuri~1.
José Lui Martínez despeja con estocapítulo mucho de lo que se ha de estudiarpara conocer la evolución de esa ideanacionalista que todavía persiste en algunos de nuestros escritores.
En La expresión nacional, otro de loslibros publi,caelos por José Luis Martínez, se estudian varias personalidadesde nuestras letras (Fernández de Lizardi,José María Luis Mora, Altami rano, JustoSierra, Acuña, Peza, Payno, Inclán,Cuéllar, Riva Palacio, Rabasa, Pimentel) y se incluyen páginas sobre temasaledaños. Finalmente, Problemas liten).ríos contiene ensayos sobre las letras nacionales y algunas observaciones acercade teoría literaria. Aquí se halla su "Situación de la literatura mexicana contemporánea", que cuando se publicó por primera vez, en 1948, promovió resonantesdiscusiones y vituperios. En enero de1949, con motivo de la cena anual deCnadernos A1nericanos, el vilipendiadoautor dio contestación a aquellos denuestos con frases ,conciliadoras: "Mi insatisfacción -elijo en su discurso-, respecto a la literat~lra mexicana c?nten~
poránea, parte raellCalmente de un lI1teresprofundo y constante por ella y de lacreencia de que somos capaces ele mejorarla manteniendo al m~nos. la alturay la dignidad que ha tenido 11ldudablemente en épocas anteriores."
Tres espíritus distintos -Stendhal,Dostoievski y Pérez Galdós- díeron tema a Jaime Torres Bodet para escribirTres 'inventores ele realidad. Vi::los desde dentro estudiados como símbolos elesus puebl~s, son dise~ados ~n es~~s P:lginas con la p.ren:eclttacla 11ltenclol~ deseñalar el "terfltono humano de traglcamao'nitud" de que son representantes. Aestgs admirables estudios los precede undiscurso, pronunciado en El Colegio N aciona! acerca del escritor "en su libertad" ' na frase encontrada al azar puede ~ervir para enterarnos del porquéde Torres Bodet al elegir como asunto aquellas figuras literarias: "Lo, queson los sentidos para la representaclOn elelos objetos que no~ circu~dan son losartistas para el afianzamiento de unacultura anhelosa ele integrirlarl."
En 1955, Torres Bodct publicó T.iel1~
po de arena, memorias escntas con preCIsión en donde el estilo absorbe los hechos relatados y convierte en. mU,estrasliterarias las peripecii\s autoblOgraf~cas.Más que la viela ele Torres Bodet, TWlIl
po de arena es la hi taria de su vQca·
clOn de escritor. Desde las primeras página:s, 'Va formándose armoniosamenteel hombre que al correr de los años acabará por reconocer que en la literaturaha de cubierto la más constante de susexpresiones.
La fecundidad se cernió sobre la crítica. Los te'mas nacionales como es deprever e, predominaron y. en algunoscasos la teoría literaria también hizo quese p;odujeran importantes obras. Francisco González Guerrero, hoy quien mejor conoce nuestro modernismo, hizo unaRevisión de G~¿tiérrez Náfera que completa otros escritos suyos acerca eleese poeta precursor. Rafael del Ríopublícó una Poesía mexicana contempordnea que, salvo ciertas fallas de información, es un completo panorama d,elgénero. Alfredo Cardona Peña, ademasde Pablo N eruda y otros ensayos, dioa las prensas Semblanzas mexicanas, enque habla de artistas y escritores actuales. En breves páginas dedicadas alpoeta Xavier Vil1aurrutia ,(1903-1950))transcribe una carta que este le envIoen respuesta a una pregunta acerca decómo había escrito su Décima m~¿erte.
"Mi poesía -dice Vil1aurrutia- es lapresencia de la muerte du.rante toda !avida, ya que el hombre vIve su. propiamuerte. Un poema es por esencia algoinexplicable" .
El norteamericano Ralph E. Warnerhizo públicas sus investiga.ciones sobrela Bibliografía de Ignacio Manuel /lItamirano, libro que agota el tema, de :lcucrdo con lo que hasta hoy se ha recabado.Con buen juicio, vVarner contribuye :l
presentar los materiales de uno de loshombres más admirables que haya producido nuestra literatura.
Alfonso Méndez Plancarte (19091955) dejó editado el tercer tomo de lasObras Completas de Sor Juana Inés dela Cruz que venía preparando. El \'0
lumen inicial (1951) contiene la Líricapersonal, el segundo los Villancicos :vletras sacra'S y el tercero los A utas 'Yloas. Este, aparecido en 1955, se halbprecedido de un prólogo que es ejemplode erudición y conocimiento del tema.Méndez Plancarte también dio a conocer,antológicamente, las Déci11ws a SantaRosalía de Juan José Arriola, poeta dela Nueva España. Póstumamente se editaron sus ClIestiúnculas gongorinas.
De Alfonso Junco leímos este año suControversia con don Antonio Caso,fruto de una polémica sostenida en laspáginas de El Universal hace una docena de años. De El periodis1l10 ell Guadalajara (1809-1905), de Juan B. Iguíniz, tuvimos una edición. Nuevas notasde bibliografía mexicana, complementode una serie anterior, fue un libro deGenaro Estrada (1887-1937). RubénSalazar Mallén atrevió una original tcsis en Las ostras o la literatura. Para ampliar su anterior libro sobre FranciscoGonzál'ez Booanegra, Joaquín AntonioPeñalosa escribió la Entraiia del HimnoNacional, en que juzga el canto patriodesde puntos de vista literarios. Un ordenado Ideario de Hidalgo, el iniciadorde la luchas por la Independencia, nosdio Alfonso García Ruiz. Otro Hidalgofue de Raúl Arreola Cortés. Optimistaes el libro Misioneros con boina, de Felipe Morales, que relata la vida de losespañoles en América. Salvador de laCruz reunió notas en Nuevos novelistasiberoamericallos. Un libro atento a nuestra cultura actual es A1e:ricanos para lahistoria, retratos periodísticos escritos
por Víctor Alba. Del español José Zorrilla, amigo desilusionado de nuestropaís, Andrés Henestrosa hizo la ediciónde un capítulo: México y los mexicanos(1855-1857). Referencias literarias contiene F~¿gas de Ernesto Tarragó M. UnaSemblanza de Altamirano publicó ~uan
R. Campuzano, y Ezequiel Coutiño editóEl pensam'iento wliversitario.
En edición mimeográfica, AdolfoSánchez Vázquez imprimió su tesis paraadoptar un título universitario. En ellaestudia el arte al través de las teoríasmarxistas y 1eninistas, y se titula C0110
ciencia y realidad en la obra de arte.J oaquina Navarro escribió la mejor obracon que hoy contamos sobre La novelarealista mexicana producida de 1880 a1910. Sus observacione,s, apoyadas lenabundante bibliografía, se refieren aRabasa, Juan N. Cordero, Porfirio Parra, Manuel H. San Juan, Salvador Cordero' Delgado, Micrós, López Portillo,Rafael Ceniceros, Rodríguez Beltrán,Gamboa y Quevedo y Zubieta. En F:mdmnento de la historia del arte, ArquelesVela aplica ideas revolucionarias. JorgeAlberto V ázquez recog-e lecciones sobreliteratura en su Perfil y esencia de lapoesía mexicana.
Fueron reediciones: La liferatum esp(J;Jtola, revisada cuidadosamente, de .T ti
lia Torri; el ClI!1uhtémoc de Luis González Obregón; las Once bioqmfím dehéroes 'Y caudillos de la Indepe'11de:¡ciade Alejandro Villaseñor y V., :>1 la Historia de la cultura en la ..1mérica hispánica del dominicano Pedro HenríquezUreña, escritor ele noble influencia en lahistoria de las letras y las ideas en MéXICO.
En cuanto a la crítica de artes plásticas, señalaré algunos libros: Orozco,de la norteamericana Alma Reec1, quees sobre toda una biografía apasionadade uno de nuestro mayores pintores. DeOrozco mismo, J ustino Fernández coleccionó Textos ele importancia para conocer el pensamiento del pintor. TambiénJustino Fernández. con EdmundoO'Gorman. hizo un libro de Documentos para la historia de la litografía enM éxico. Estos dos últimos nulos loseditó la U niversidad. Víctor ManuelVillegas estudió los Hierros colonialesen Zacatecas.
TEATRO
La mejor obra del año, representadaen la temporada de la Unión de Autores,fue Las palabras cruzadas de EmilioCarballido. y la que mayores éxitos obtuvo fue Cada quien Sil vida de Luis G.Basurto. Otras piezas que subieron :l losforos son La paz conti(Jo ele Rafael Ber_nal, El 11ahua,l de Rafael Villegas, r.amujer no hace 11'lila.qros de n'.lestro máximo dramaturgo Rodo1fo Usigli, P01'el ojo de una aguja de Carlos Prieto,Lázaro ha vuelto v El Plm! de rQuala deRafael Solana, Diáloqos de SalvadorNovo, Columna Social de Celestino Gorostiza, Despedida de soltem de AlfonsoAnaya, Breve Kermesse de TeodoroApstein, Hoy invita la C'¡¡.era de FedericoS. Inc1án, y ,de Manuel Eduardo deGorostiza (1789-1851) La pesadilla o lascostumbres de antaiio.
El periódico El Nacional premió, ensu concurso anual de teatro, a Jorge Ibargüengoitia por Clotilde en su casa o eladulterio exquisito, a Antonio MagañaEsqui\'el por Semilla del aire y a EmilioCarballido por La hebra de oro. La hora
UNIVERSIDAD DE MEXICO
de todos, de Juan José Arreola, obtuvotambién un premio en el concurso anualque organiza el Instituto acional deBellas Artes. La escenificación la hizoun grupo teatral de la ciudad de Puebla.
De las múltiples obras extranjeraque e representaron, destacó la de Albert Camus, Los justos, llevada a escenapor el Teatro Universitario.
La niversidad publicó el RabinalAchí, obra teatral prehispánica, con prólogo de Francisco ifonterde. Carlos Solórzano, director del Teatro niver itario, hizo una edición de El hechicero,obra que ya anteriormente había sido llevada a escena. Carmen Toscano se convirtió en la precursora de las edicionesde "telerrelatos" -teatro para la televisión- con Leyendas del México colonial.
La revista mensual Panormna del T eatro en México incluyó en sus páginasvarias obras teatrales, entre otras: Lailustre cuna de Rafael Solana, Provincia de J. Humberto Robles Arenas, Rosalva y los Llaveros de Emilio Carballido, Toda una dama de Luis G. Basurtoy Mi marido es un asesino de ClementeSoto Alvarez.
IDEAS, HISTORIA,OTROS LIBROS
Un acontecimiento en la histol-ia delas ideas ha sido la publicación de Diánoia, Anuario de Filosofía prepara.dopor el Centro de Estudios Filosóficosde la Universidad. Los propósitos de esta publicación consisten en dar a conocer los trabajos de los profesores universitarios y las investigaciones filosóficas que en el Centro se llevan a cabo.Sin embargo, su campo es todavía másamplio, pues Diánoia- recoge asimismoestudios escritos por profesionales defuera del país. En esta primera aparición, colaboran Eduardo García Máynez, Antonio Gómez Robledo, LeopoldoZea, Eli de Gortari, Adolfo García Díaz,Eeluardo Nicol, José Gaos, Robert S.Hartman, Francisco Miró Quesada,Humberto Piñera Llera, Alfred Schütz,Christian Brunet y Agustín Basave jr.
Diánoia es un Anuario que respondeal incremento de los estudios filosóficos en México, y quiere contribuir :l
formar una verdadera comunidad depensamiento. "Formar escuela en estecaso -dice Nicol en la Presentaciónno significa preconizar un determinadosistema; significa más bien promover yé1.creditar un estilo de trabajo."
Leopoldo Zea empieza a el;contrar tema para su pluma. Las ideas en Iberoamérica le han sugerido otro título,Amé1-ica en. la historia, publicado enfrancés como sobretiro de- Com,Prende,revista de la Sociedad Europea de Cultura. Su libro principal en el año ,~s
La filosofía en México, en dos voiúmenes, que abarca sumariamente desde laColonia hasta los momentos presentes.
La ideologia norteamericana soh'e inversiones extmnjeras de Pablo GonzálezCasanova estudia los orígenes y propósitos de los inversionistas en nuestrc país.La caricatura política de las épocas revolucionarias que van de principios desiglo al Gobierno del general Calles fuerecogida, con abundantes muestras, porManuel González Ramírez, con un Proemio de Sergio Fernández. González Ramírez escribió también un folleto: FridaKahlo o el imperativo de vivir. La Universidad inició una serie de textos, pre-
-"
llsted lo ha sugerido
pone en sus manos el Suplemento Dominical "MEXICO EN LA CULTURA"en una edición facslmil debidamente encuadernada de lo publicado en 6años (6 tomos, uno por año) impreso en papel blanco con el sistemaoffset. La edición va precedida de una nota preliminar e Indice por maleorias y por autores - 5,000 colaboraciones - 4.000 nolas bibliogrilficas15,000 grabados, en un tamaño de 51 x 48 ctms.
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19 Se invita a concursar a los estudiantes de la República,a partir de Preparatoria o su equivalente.
29 Telllas: "LA JUVENTUD y LA LIBERTAD DELA CULT RA. (No e admitirán trabajos de tendenCIastotalitarias) .
39 1:'.rlellsiól1 : 8 a 10 hojas tamaiío carta, a renglón abierto.
49 Los trabajos deberán presentarse a más tardar el día30 de junio de 1956.
59 Los premios serán eutregados en un acto público, durantela primera quinceua de agosto de 1956. .
69 Identi ficación de los agraciados: Se hará con una COplaal carbón de los respectivos trabajos y la presentación de sucredencial de estudiante.
]V Jurado: Será presidido por el Lic. Salvador Azuela,Director de la Facultad de Filosofía y Letras, y formaránparte de él otros cuatro maestros universitarios, miembrosde la Asociación Mexican<l. por la Libertad de la Cultura.
89 Los estudiantes que deseen mayores informes sobreeste Concurso pueden pasar a Donceles 91, Desp. 106, Mé.xico, D. F., en días hábiles, de las 13 a las 15 horas, o soliCItarlos por correo a la misma dirección.
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sada y aumentada hasta inclui r datos de1?46. Páginas sobre rincones de provinCIa y del Valle de 1éxico y acerca dehombres de nuestro tiempo' constituyenP?lvo de historia de Jesús Galindo yV J11a. El rey de Colimán se titula unaobra de Carlos Pizano Sauceda. Variosfolletos hizo Alfonso Trueba: Retablofranáscano, Iturbide, El padre Kino . ..Gonzalo Agu irre Beltrán estudió temascientíficos y ele hechicería en M cdicinay magia dél mexicano, en una ediciónmimeografiada. Jnvestigación importanterespecto de algunos grupos humdnos delcentro del país es Las clllturas preclásicas de la cuenca de México de RamónPiña Chan. Se hizo una segund:l impresión de un libro clásico: La civilizació:'¿a~!eca de. Ge.orge C. Vaillant; y en ediClan restnngldas la ]1..1cmoria de los servicios que había hecho Nllrio de Guzmán,desde que fué nombrado gobe1'nador dePánuco en 1523.
Muy discutido fue el México bárbarode Kenneth Turner inserto en las páginas de la revista Problemas A orícolase Industriales de Iv[éxico. La a~ntropo
logía física de Veracruz fue estud iada
por Johanna Faulhaber. Las investigaciones sobre México que desde hacetiempo llevan a cabo F rans Blom y Gertrude Duby dieron como fruto el primertomo de su obra' La selva lacandona.Sobre Guatemala, después del triunfo delos intereses ajenos al país, en Méxicose publicaron tr:es textos de orientadoralectura: Guatemala, las líneas de su mano, análisis de la realidad y la culturanacionales mediante el ágil estilo de LuisCardoza y Aragón; La batalla de Guatemala, libro explicativo de Guillermo Toriello, y finalmente Lo inexplicado en elcaso de Guatemala, ensayo crítico deIldegar Pérez-Segnini.
Contribuyen a la investigación de larealidad hispanoamericana, desde distintos aspectos, La minería y la metalurgiaen la América espaiiola dura11te la épocacolonial de Modesto Bargalló. América,hoy como ayer y M artí, raíz y ala dellibertador de Cuba de Vicente Sáenz, yLos incas, sociedad y Estado de MarioPuga.
La Bibliotheca Scriptorum Graecorumet Romanorum Mexicana que edita laUniversidad ha seguido adelante. Estavez publicó los dos primeros libros deDesde la fundación de Roma de TitoLivio, en versión de Agustín MillaresCarla. La economía y ciencias afines empiezan a producir libros en México. Dignos de ser señalados son El mercado detrabajo: Relaciones obrero-patronales: deGuadalupe Rivera Marín. y Poblaciónde Julio Durán Ochoa.
NOTICIAS VARIAS
El acontecimiento de 1955 fue la celebración de los cincuenta años de actividad literaria pública de nuestro máximoescritor: Alfonso Reves. Salvo dos otres notas menores, drscordantes, en general la total idad de los intelectuales mostraron su adhesión a homenaj es que lefueron rendidos. El mismo Reyes, quenunca está sin la pluma en la mano.publicó Los tres tesoros, la segunda seriede M arginalia y Quince presencias. Porotra parte, inició la edición de su obracompleta con un tomo que contieneCuestiones estéticas, Capítulos de literatura mexicana y Varia.
En la Universidad de Monterrey sellevó a cabo el "Ciclo Alfonsino" en quetomaron parte como conferenciantes Manuel Calvillo, José Alvarado, OctavioPaz, José Luis Martínez y Alfonso iRangel Guerra. Este preparó un útil Catálogo de índices de los libros de AlfonsoReyes. La Revista Mexicana de Literatura y el suplemento cultural del diarioNovedades le dedicaron números de homenaje y en varias instituciones se dieronpláticas acerca de su obra con la participación de Alfredo Cardona Peña, Rodaifa Usigli y José Luis Martínez.
Dos colecciones que prestan especialatención a las letras mexicanas redoblaron sus actividades: Los Presentes y laBiblioteca Mínima Mexicana. Dos revistas comenzaron ese año a publicarse:M etáfora, dirigida por Jesús Arellano,y Revista Mexicana de Literatura cuyosresponsables son Carlos Fuentes y Emmanuel Carballo.
Los normales ciclos de conferenciassobre temas literarios y culturales se llevaron sin interrupción, lo mismo en laUniversidad que en el Colegio Nacionalen el Instituto Nacional de Bellas Artes'en el Instituto Francés de la Améric~
(Pasa a la pág. 32)
letras mexicanas
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OBRAS COMPLETASDE ALFONSO REYE
parados por la Facultad de Filosofía yLetras v destinados a los estudiantes deesa escúela. Se inclui rán antologías delpensamiento universal y del mexicano.En esa colección aparecieron un Schillcrdesde México, preparado por MarianneO. de Bopp, con traducciones del granpoeta alemán hechas por mexicanos, yunas Cartas a la patria de Carlos Guillermo Koppe, viajero por nuestro paísen el año de 1830, traducidas por JuanA. Ortega y Medina.
El mismo Ortega y Medina completósu inteligente estudio sobre NIéxico enla conciencia anglosajona cuyo tomo inicial había aparecido en 1953. Impresaen mimeógrafo, La perspectiva de JI/{éxico: una democracia del pneblo de Vicente Lombardo Toledano trató la realidad nacional. Un breve cuaderno escribió Samuel Ramos con el título Relaciones entre la filosofía y la ciencia. Porsu parte, Oswaldo Robles hizo un análisis concienzudo en Freud a distancia,mientras que Santiago Ramírez contribuyó a los estudios sobre nuestro carácter con una Estructural psicológica delmexicano en que empleó el método psicoanalítico.
Evangelio de la patria comprende discursos sobre temas cívicos pronunciadospor oradores. México y su lucha por lalibertad es de Guillermo Ibarra. Un estudio .bien orientado, Especial111ente delderecho indiano, se debe a Alberto Rosas Benítez. Especialista en temas jurídicos, vistos desde el aspecto de la teoría de los valores, es Eduardo GarcíaMáynez, quien publicó una Lógica deljuicio juríd¡:co. Un Doctorado en pedagogía, en que se dan normas para losestudiantes y se hacen referencias a lastécnicas de investigación más adelantadasen la materia, fue editado por J esú~ Mastache Román. Víctor Gallo se refirió,con datos fieles, a los Problemas educativos de México. En la serie que intentadescubrir desde todos los puntos de vistaal nombre de México, María Elvira Bermúdez publicó La vida familiar del mexicano. Un tema especializado trató César Sepúlveda en La teoría )1 la prácticadel reconocimiento de gobierno. Asuntono menos especializado es el de Responsabilidad criminal ante los tribunalesde José A. Díaz Padrón y Enrique C.Henríquez. Los conceptos fundamentales,las definiciones y los principales problemas de la teoría del Estado fueronmotivo de un libro de Agustín Basavejr.: Teoría del Estado, flfndmnentos defilosofía política. Raúl Carrancá Trujillo publicó sus Principios de sociologíacriminal y de derecho penal.
Se hicieron nuevas ediciones de Elproblema de México :v la ideología nacional de Antonio Caso, con prólogo deLeopoldo Zea; Las civilizaciones desaparecidas de Raúl d'Harcourt; Los aztecao mexica de Alfredo Chavero; Once biografías de héroes y caudillos de la Independencia de Alejandro Villaseñor y V.;Cuauhté111oc, el re)' heroico de los 11W
xicanos de Luis González Obregón;Fase final de la guerra por la Independencia de Julio Zárate; Viaje a la Nueva Espa·íia a fines del siglo XVII de JuanF. Gemelli Carreri.
Apareció el segundo volumen de losseis que comprenderá la Historia moderna de México, investigación que dirigeDaniel Cosía Villegas. José BravoUgarte llegó a la sexta edición de suCompe'Jdio de historia de Méx~o, revi-
30 UNÍVÉRSiDAD DE MEXICO
LIBROSDra. Marianne O. de Bopp.
Schiller (desde México). Ediciones Filosofía y Letras. NQ1. Imprenta Universitaria.México 1955. 100 pp.
La Dra. Marianne O. deBopp ha reunido, en homenaje al 150 aniversario de lamuerte de Schiller, todos lostextos referentes al poet:!(traducciones, críticas, etc.)aparecidos en diarios y revistas mexicanos, del siglo XIX.
El libro está precedido deun prólogo de la autora y entre todos los trabajos recolectados merece especial interésel que, con el título de H ombres y Mitos. Guillermo Tell,publicara Manuel GutiérrezN ájera en la Revista Mexicana, en 1885.
Las traducciones son en general de poemas, (en algunoscasos hay varias de un mismopoema) y aunque éstas nosean siempre muy nobles permiten apreciar el interés quese tenía en la época, por lapoesía de Schiller. Sin embargo, hay que hacer notarque no se tradujo ni su teatro, ni lo más representativode su obra.
Algunas versiones han sidohechas directamente del ale-
mán, pero en su mayor part"han sido tomadas del francés.Fuera de las traduccionesanónimas, podemos leer en este libro las de Gutiérrez Nájera, José Sebastián Segura,'José M. Vigil, Federico Carlos J ens, M. Roa Bárcena, F.Cosmes, José González de laTorre y D. F. Vila.
ROBERTO MACLEAN y ESTENÓS.
Sociología educacional en elantiguo Perú. Imprenta Universitaria. México, 1955.
En este documentado y cuidadoso estudio, el DI'. MacLean y Estenós se ocupa derecoger los datos de las másfidedignas fuentes históricaspara darnos una imagen ciertade los antiguos pueblos indígenas del Perú y, particularmente, de su estructura socialen su inmediata relación conlos problemas educativos y elestado de cultura de aquellassociedades precoloniales.
El investigador nos revelaasí en qué forma actuaban elpoder educativo del Estado yel de la familia y toca finalmente los distintos aspectos dela educación popular.
El trabajo del DI'. MacLeany Estenós cobrará actualidad
si se considera que, en algunos lugares de la AméricaLatina, subsisten numerososgrupos indígenas cuyas condiciones de cultura son muysemejantes a las del antiguoPerú.
PABLO GONZÁLEZ CASANOVA.
La ideología norteamericanasobre inversiones extranjeras.Imprenta Universitaria. México, 1955. 190 pp.
El autor se propone en estelibro hacer un riguroso examen del concepto norteamericano de las inversiones extranjeras, para revelar de unamanera igualmente metódicalas implicaciones sociales e intelectuales de la ideología qne,en el país más poderoso deAmérica, priva sobre la cuestión.
Tras una justa valoraciónde los ideólogos norteamericanos relacionados con este problema y después de consultarautárizados documentos y fieles datos sobre la materia,González Casanova concluyedescribiendo las inversionesextranjeras de los EstadosUnidos como una medida quetiende a solucionar los conflictos económicos de esa misma nación: sobreproducción,subconsumo, sobreinversión,desempleo, acumulación decapi't·ales, disminución de ~a
tasa de utilidades, etc. Las inversiones son entonces unanecesidad del país que invier-
te, pero, por diversos motivos, se presentan como unaobligación moral del mismo.
Finalmente, el autor insiste en la importancia que tienepara países como el nuestrouna visión equilibrada y precisa dd movimiento inversionista.
Textos de Orozco. Con un estudio y un apéndice de Justino Fernández. ImprentaUniversitaria. México, 1955.162 pp.Este libro comprende once
textos del famoso pintor mexicano José Clemente Orozco.La Autobioqrafía del pintorno forma parte d€ la obra porque, a juicio de Justino Fernández, tal texto merece porsu importancia una reediciónespecial. Aquí se intentó, co\110 se anota en el apéndice"reunir más bien los textosmenores que se encontrabandispersos en distintas publicaciones, así como algunascartas de Orozco", y tambiénalgunas notas escritas por elpropio J ustino F ernández conel título general de El tallerde Orozco.
El pintor, en estos brevesescritos, nos brindó ágiles esquemas de su concepción artística y humana que serviránsin duda a los investigadores,y a las nuevas generacionesde profesionales ele la pintura.para penetrar el sentido ele laobra de Orozco.
E. L:
PRETEXTOSPor Andrés HENESTROSA
EL 17 de febrero hizo un siglo de haber muerto EnriqueH eine, aquel ruiseiior alemán que anidó en la pelucade Voltaire. Se cree que vivió 56 años. Se cree. Perola verdad es que no se sabe a punto fifo cuando nació.
La fecha aceptada como buena es la del día. último de diciembrede 1800, pero no es remoto que H eine la haya dado sólo parajugar con el equívoco de que "era. uno de los primeros hombres del siglo", pues él, mismo daba otras fechas: diciembre de97 y diciembre de 99. Lo que no hizo nunca fué explicar larazón última de tamaíia mistificación. N o importa. Lo queimporta es que n~ció judío, un judío sui generis, es cierto, pero'Uno de los más g-randes de esa -raza extrmia :\1 desconcertante.Fué también un gran poeta que resiste el pa-rangón con Goethe y con Schiller. La originalidad de Enrique Heine estribaen el modo cÓl1úco-serio de sentir, en la independencia de pensar y en la franqueza de expresarse. Su forma no revela -escribía Manuel González Prada- nada s·;t/Jerior a Goethe ni aSchiller, aunque se manifiesta más armo';;ioso que Tiecl?, másconciso que Rüc!?ert, más plástico que Uhland. Su poesía eraun vaso de hiel con los bordes azucarados, agregó GonzálezPrada. Según palabras del pl'opio H eine, su poesía contienefrenesí encaminado por la c01'dura, prudencia que desvaría,quejidos de m01'ibundo que repentinamente se transforman en':aI"cajadas.
No se trata, claro está, ni soy :'1'0 quien !,ued~ hacerlo, deresumir en el espacio de este bre'l'e Pretexto el significadode Enrique l-!eine, s'ino solamente de recordarlo en el centenario de su murrte.
Aunque muy imitado e;t A mérica, lo mismo en Méxicoque en el Perú, en Chile que en Argentina, todavía no se estudia con la debida extensión la influencia que Enrique Heineejerció entre nosotros el mediar e! siglo pasado, y un pocohasta los inicios del preseutf. El lector más modfsto, si tiene
cur'iosidad por estas westiones, puede ad.vertir su huella en lapoesía y en la prosa de algunos de los grandes autores hispanoamericanos, lo Inismo en Manuel Gutiérrez N áfera que en Ricardo Palma, pongmnos p01' caso. Aunque se le tradujo poco,los escritores mexicanos lo citaban con frecuencia. -Así 1gnacio Manuel Altamirano que e.ien'tplifica con él al hablar de lainfluencia de los escritores extranferos en nuestro país y lo menciona al ledo de S elgas, en lo que por cierto manifiesta unasorprendente seme.ianza con los .iuicios y las opiniones de M anuel González Prada, que quizá valiera la pena que algunode nuestros estudiosos explicara. No ha de.iado de leerse a Heine en México, ní' de traducirse. El último qu.e lo ha3!a vertidoal espaiiol; según creo, es Julio Torre que en 1918 pubiicóLas noclies florentinas.
Enrique H eine se refiere varias veces a México y las cosas de México, a lo largo de sus libros. Su permanencia en Espaíia, la lectura de El Quijote que llevó a cabo en su niñez,así como su odio a soldados y tiranos -pese a su admiraciónpor N apoleón-, quizá fuera la causa de que hubiera escritoel poema Vitzliputzli, inspirado en la deidad azteca. Altmnirano-como ya está dicho- lo citaba con fl'ccuencia en todas aquellas líneas que pudieran servirle para la afirmación de nuestm independencia política y literaria, y para afianzar en el almamexicana la idea de que la conquista espaliola, fué en más deun aspecto, un gran mal para nuestro pueblo. H eine escribióqt¡e Cortés "Uevaba el/. su cabeza el law"el, y en sus bota-s brillaban espuelas de oro, pero no era un héroe, tampoco un caballe¡·o". Palabras que el maestro mexicano hizo suyas y glosó conaquella su luminosa pasión.
Tal vez fuera btteno que la Universidad Nacional pttsieraen manos de los lectores mexicanas algunos de los. libros delgran poeta que fllé E nriqw! JIcinc,
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CHARLES DE GAULLE. M émoires de guerre. J. L'appel. (Plan. París, 1955).
En un momento determinado de uhistoria, Francia tuvo necesidad oe unhombre capaz de comprender y asumirinaplazables apremios nacionales. L() encontró en el general De Gaulle, cuya orauIJosa valentía pronto sostuvo sobre sí~na muy compleja responsabilidad: política, mílitar, espiritual. Este misn~'-:.o hombre ha comenzado ahora con vi rtuoso decoro a entregarnos sus memorias de guerra, en las cuales se declaran las r;1zonesque gobernaron incesantemente :lquelJosempeños.
E! relato es sobrio, si no carente depasión; digno de un soldado de h edadclásica, con pareja destreza ~n las armasy en las letras. Y es también revelador,no sólo por cuanto nos hace seguír espera\1zados anhelos, hazañas y diversos conflicto ; sobre todo, porque al hilo de tamañas proezas nos va sugirierido la pintura-autorretrato, en rigor- de un caudillodominado por cierta idea de la dignidadnacional, siempre grandiosa, pero a me-nudo un poco vieja. . ".
N o hay en toda esta crónica uná so!alínea que trascienda sin equívocos elestricto nacionalismo; las doctrinas, los íntimos sentimientos de los otros pueblos,especialmente de los pueblos coloniales,son para el general De Gaulle minuciasque nada signi fican, o meras anécdotasdentro de una estrategia unilateral.
Cierto: De Gaulle supo lograr el rescate de una Francia humillada, y esto ,era10 que importaba a la sazón. N o es menoscierto, sin embargo, que una vez consumada la liberacién, el héroe no pudo consolidar ese triunfo ni armonizar las nuevas fuerzas. Quizá la lectura de las presentes memorias a'cance a explicarnos, él
un tiem¡:;o, los profundos motivos de lavi.:roria y Jos del fracaso.
JULES SUPERVIELLE. Le jeu11.e ftolnmedu dimanche et des autres jOttl'S (GaIlimard. París, 1955).
Algunos cuentos de Supervielle sonclaras obras maestras en su género; hacen brillar la suave poesía de la invención y la arquitectura cabal del planteo.Pero en la novela, el francés-uruguayose mueve con menor comodidad V aun olvida la pericía acostumbrada. Le jeu11.ehomme du dimanche, por ejemplo, resulta una creación trunca: los personajesse apagan a mitad de la proeza; la tramaes débil y parece desenvolverse con perezoso desgano. Por otra parte, ni el humorismo frecuente, ni el afán metafísicoque pregonan los editores, compensan semejantes vicios.
JULIEN GREEN. Journal, VI. 1950-1954(Plan. París, 1955).
A pesar de sus orígenes norteamericanos, J ulien Green puede contarse entreJos más distinguidos prosistas de la.literatura francesa. Así lo demuestra, particularmente, este diario que en palabrasdel propio autor, "representa una parte
del que llevó de de 1928. He escogidolos pasajes con el deseo de interesar aun lector al que, in duda, no conoceréjamás. Allí donde hubiera sido precisoreescribir el texto, suavizarlo... c!rreglarlo, he dejado a mis tijeras el ejercicio de una labor más honrada ..." (EnJournal, I. 1928-193-1-.) El sexto ,"aJumenprolonga dicha empresa por los caminoshabituales: registra inquietudes religiosas; anota conversaciones, pensamientos,encuentros; y soslaya, o apenas insinúa,los hechos concretos de la "ida íntima. Enlas últimas páginas se incluye un índicegeneral de los tomos aparec:dos.
J ACQL'ES PlmvERT. La pluic el le bcantemps (GaJlimard. París, 1955).
Prévert era hasta hoy t1l1 :lgl"adab!epoeta de orden menor, que oscilaba profusamente entrc un scntimentalismo delicado y libre, y el acatamiento a premiosas-aunque no menos falsas- convenciones retóricas. Hasta hoy; porque este li-
JULES SUPERVIELLC
,TULlF:N GRF:EN
bro viene a cancelar en definitiva aquella vaga actitud ambivalente. El cantorde Paroles se ha decidido al fin -por elcamino más lastimoso; hundiéndo. e, yasin contrapeso, en la total mediocridaddel guiño fácil y la broma upcrficial.Ha muerto el ligero trovador; Ic sobrevive fatigado el cómico de carpa.
JOHN O'HARA. Ten NortJ¡ Frcdel"iclt(Random House. Nueva York, 1955).
Narrador claro y rotundo, John O'Hara ha conclu ído su novela más ambiciosa.En ella relata la vida de un hombre (;ueluiso, en vano, ser "gran le"; de los otros
hombres y mujeres que 10 ci rcundaban,y del ambiente que 10 condicionó. Y hacee to en cumplidos términos de franqucza y maestria literaria. No es una obraperfecta (aquÍ y allá se advierte ciertodesequilibrio en la armazón), pero sí u.nlibro memorable. Y una de las tentatIvas importantes de la dctual literatur::tnorteamericana.
STEPHEN SPENDER. Collected poe11ls(Faber. Londres, 1955).
Poesía discreta. Sin muchas caídas. yde pocos encumbramientos. Como quiera,Spender ofrece todo ello con una gratalimpieza formal; y su honradez, casi humilde, invita a una reposada simpatía.
GRAHAM GREENE. The quiet cmerican(Heinemann. Londres, 1955).
Este es, sin duda, el Graham GreeneqL'e prefiero. N o el inerte exposit?r(The heart of the 111.atter); menos <'-unel pomposo ti'.rtamudo. (The end of theaffair). The quiet Gmel"'ican reanuda unestilo que ya parecía consumido: el diálogo vivo el trazo malicioso, la provoca'ción in~esante. Hay por cierto muchnqué decir sobre la guerra de Indochina,en donde la acción se desempeña; y Graham Greene no se abstiene de insinuarlo. No cae, sin embargo, en el sermón.Sugiere; cI:,carna; salpica. De un ;nodoo de otro, hace honor al talento comoprobado en sus primeras novelas. Lo CL~al
;:0 es exiguo mérito.
STF:PJ-TF:"'l SrF:Nor:R
LA S LE~rRAS MEXICA A 1955(Viene de la pág. 29)
Latina y en el Colegio de México. Lamá instructiva la dio Antonio Alatorreobre "El idioma de]o mexicano'''. tex
to que luego e publicó en nue Ira revista.
EMILIO CAI<!l,\LI.lDJ
M. A. MONTES IJE OCA
RIC'\IWO GAlOI\\Y
La cademia Mexicana de la lenguaadmitió nuevos ocio : el poeta Jo é Go·roztiza, el periodi ta J e Ú· Gui a y elprofe or ntonio Gómez RabI do.
Lo escándalos mayore lo u citaronOctavio Paz, con u poema El cántaroroto en el primer número de la RevistaAlC'xicana de Literatura., la belleza deus imágene re pondi ron alguno pe
riodista con fra es de incompre i' n. coninsulto y, por otro bando, con expresiones alentadoras. En la revi ta Cause, unantiguo artículo del po~ta ruso \TIa limiroMaiakov ky (189-+-1930), C crito a raízde una visita a México, Jo\'antó verdaderas polvareda entre quiene cre~' ronque se trataba de un artículo rC\'olucionario y denigrante para nuestro pais y losmilitares. La llegada de la segunda ediciónargentina de un libro del inglés GrahamGreene. Caminos sin ley -publicado originalmente en 1939-, que también denigra a México, movió las plumas <1e muchisimos e critores y periodistas. También fue sorpresa la renuncia que deltitulo Honoris Callsa de una universidadnorteamericana hiciera desde México elwllezolano Rómulo Gallegos, que e hadistinguido como novelista y como hombre de moral inq¡;ebrantable.
En el año desaparecieron los cocritores Méndez Planearte, Manul'! Toussaint