44 28 de mayo–3 de junio de 2012. nº 974

LA TRINCHERA DE PAPEL

Por Joaquín Leguina

Después de soportar du-rante tanto tiempo lasocurrencias y bandazosde ZP, uno esperaba que

con la llegada al gobierno de unhombre como Rajoy, que se auto-proclamaba “previsible”, se acaba-rían los sobresaltos. Con esperanzas–que han resultado defraudadas-,también pensábamos que la políti-ca española, acuciada por la crisis,levantaría algo el vuelo y la mirada,saliendo del círculo cerrado del cor-toplacismo y del ‘tú más’. Pero ha si-do en vano: las cosas de la política,para desgracia de todos, siguen tanllenas de ocurrencias y tan vacuascomo cuando ZP mandaba. Da lasensación de que esa enfermedad,que creíamos reducida al frenopáti-co de la calle Ferraz, se ha conver-tido en pandemia. Un ejemplo: ladiscusión en las Cortes de los Pre-supuestos Generales. Todo allí con-sistió en buscar al culpable del des-aguisado que sufrimos y, natural-mente, el PP le echó el muerto a la“herencia recibida” y el PSOE a laintenciones perversas de Rajoy. Apar-te, claro está, de los villanos habi-tuales, es decir, la señora Merkel ylos mudos y lejanos mercados. Todomenos admitir las propias responsa-bilidades: las del PSOE cebando laburbuja inmobiliaria, inaugurandoestaciones del AVE en todos los ape-aderos de Renfe y regalando dinero,como aquella broma del cheque be-bé, y, después, negando que exis-tiera la crisis. Las del PP presentan-do un programa electoral mentirosoy pretendiendo después convertir lanecesidad de recortes en virtud cí-vica.

Allí nadie habló de cómo arreglarel tapón financiero actual ni de lalocura que llevó a los bancos y ca-jas españoles a suscribir créditos con

promotores inmobiliarios que, al es-tallar la crisis, rondaban los 400.000millones de euros.

De la improvisación y la irres-ponsabilidad del actual Gobierno–al menos en el área más delicada,que es la económica- dan sobradascuentas las andanzas de Montoro yde Guindos durante la semana ne-gra (14-20 de mayo de 2012). Veá-moslo con brevedad.

La cosa empezó con el ConsejoFiscal y Financiero que reunía a lascomunidades autónomas con el Go-bierno y al cual Montoro y sus mu-chachos llegaron con la sana inten-ción de suspender las cuentas de An-dalucía y crear un nuevo cristo, sinimportarles una higa los mercados yla prima de riesgo. Menos mal queel catalán Andreu Mas-Colell consi-guió detener el despropósito.

Luego, como todo nos va tan bienen la prensa británica, le metimos eldedo en el ojo a la reina Isabel, in-dicando a la reina Sofía que no asis-tiera al jubileo del 60 aniversario de

aquélla. Basta leer el Times del díasiguiente para enterarse de lo quevalen Gibraltar… y un peine.

Como no existen dudas acerca delsistema financiero español, se inter-vino de un plumazo una entidad quevale, aproximadamente, el 30% delPIB, sin saber qué se iba a hacer conella… y así durante días y días. Y –yade paso- se pidieron unas valora-ciones externas de los bancos espa-ñoles, dejando al Banco de España,literalmente, con el culo al aire. Cla-ro que eso nos ha servido paraecharle el muerto a Miguel ÁngelFernández Ordóñez, que es delPSOE, porque no hay que perder unaocasión tan óptima para hacerle opo-sición a la oposición, aunque conello desprestigiemos hasta la médu-la una de las instituciones básicasde cara a nuestra credibilidad inter-nacional.

Para más inri, la solución de Ban-kia (salida de Rato, entrada de Goi-rigolzarri, nacionalización…) se to-mó siguiendo los consejos de los

Nadie habló enel debate dePresupuestosde cómoarreglar eltapónfinanciero nide la locuraque llevó a losbancos y cajasespañoles asuscribircréditos conpromotoresinmobiliariosque, al estallarla crisis,rondaban los400.000millones deeuros

Los males de la patria

F. MORENO

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ción económica (el 40% se sienteangustiado ante su situación econó-mica familiar). En coherencia conestas sensaciones, casi el 90% de losencuestados piensa que el PP y elPSOE deberían dejar de lado por untiempo sus diferencias y llegar a unacuerdo para sacar al país adelante.No parece que tan buenos deseosvayan a tener futuro. ¿Por las dife-rencias ideológicas y las visiones quesobre la crisis tienen ambos parti-dos? Desde luego que no son ésaslas razones. ¿Cuáles, entonces?

La imposibilidad de unos acuer-dos razonables entre los dos gran-des partidos, los impulsos que leshacen ir cada uno a su bola, aunpor encima del sentido común y delsentido de Estado, nacen de sus per-versiones políticas. Y cuando digopolíticas estoy pensando en discur-sos sectarios de consumo interno yen construcciones ideológicas quesolo buscan desprestigiar al adver-sario realizando una caricatura deél, atribuyéndole intenciones dia-bólicas. Un ejemplo: “la derechaespañola quiere aprovechar la cri-sis para destruir el Estado del bien-estar que tanto nos ha costado cons-truir”. O bien esta otra perla: “La

culpa de la situación actual la tie-ne el Gobierno anterior, que ha de-jado la economía hecha unos zo-rros”. ¿Quién no ha escuchado es-tas y otras demonizaciones pareci-das?

Se dice que una crisis puede ser-vir para cambiar el rumbo de la na-ve, arreglar las cuadernas y remen-dar las velas, pero aquí nadie pare-ce estar dispuesto a hacerse una pre-gunta elemental que afecta a la fal-ta de profesionalidad de los dirigen-tes políticos, sociales y económicosdel país: ¿Cómo se seleccionan enEspaña las élites dirigentes?

Zapatero aseguró en su día que“para ser gobernante sirve cual-quiera”... y lo demostró designandopara muy altos cargos del Estado aauténticos iletrados, poniendo así enpráctica su más íntimo pensamien-to: “Llegas a secretario general delpartido y luego haces lo que te da lagana”. El resultado, por desgracia, ala vista está.

Pero lo de Zapatero no deja de serla caricatura de una perversión ge-neralizada: la cooptación como nor-ma de selección. Norma que con-duce inmediata e irremediablemen-te al nepotismo, al amiguismo, al cu-ñadismo, es decir, a un sistema enel cual el mérito (la experiencia) y lacapacidad (la valía y los saberes téc-nicos) han quedado abolidos sin pie-dad y sin decencia. Pero no solo enla política, también las empresas pri-vadas recurren masivamente a la co-optación. ¿Cómo se llega arriba, alos consejos de administración delas grandes corporaciones, sino es através de la amistad o la influencia?De hecho, para dirigir una gran cor-poración –y disfrutar allí de unos in-gresos desmesurados- no es necesa-rio poseer muchas acciones de esaempresa, es más rentable pertenecera una élite preseleccionada (una oli-garquía de espabilados cuyos méri-tos se desconocen), gente que, porejemplo, lo mismo sirve para dirigiruna empresa tabacalera que una detelefonía móvil. l

presidentes de la competencia(BBVA y Santander)… que, como esobvio, no quieren lo mejor para Ban-kia, sino lo mejor para ellos.

Ya metidos en harina, y como lospartidos políticos en España gozande la más alta estima entre la ciu-dadanía, nos cargamos la indepen-dencia de RTVE y volvemos al año-rado sectarismo de antaño, el quehoy representan esas reliquias queson Telemadrid o Canal Sur. Es de-cir, que preferimos el partidismo des-bocado antes que la decencia infor-mativa. Cosa que, por supuesto, tam-poco estaba en el programa electo-ral de ese hombre que se autopro-clamaba “previsible”. ¡Anda que sino llega a declararse previsible!

Lo dicho: que los cristianos deConstantinopla discutiendo del se-xo de los ángeles mientras los tur-cos tomaban la ciudad o las liebresde la fábula enredadas en dilucidarsi eran galgos o podencos, son mi-nucias frente a Montoro y De Guin-dos que, mientras el país se hunde,ellos se dedican a meter cada día aalguien el dedo en el ojo.

Según la última encuesta de Me-troscopia, el 61% de los españolesse siente angustiado ante la situa-

Como noexisten dudas

acerca delsistema

financieroespañol, De

Guindosintervino deun plumazouna entidadque vale el

30% del PIB,sin saber quése iba a hacer

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