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Los kjarkas
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Los Kjarkas
Los más grandes de entre los grandes, los músicos andinos que han llevado al folklore
latinoamericano a lo más alto, son sin duda alguna Los Kjarkas, un grupo que
revolucionó el arte musical andino hace ya casi 40 años y que a lo largo de toda una
vida nos han deleitado con impagables obras maestras con mayúsculas. Y es que todo
en Los Kjarkas es grandioso: es un gran grupo con grandes músicos, grandes
composiciones y una gran historia, por él han pasado intérpretes y compositores de gran
calibre, manteniendo siempre un núcleo familiar en torno a la familia Hermosa.
El nombre de Los Kjarkas viene de la palabra "Kharka", que en quechua quiere decir
"temblor". Para muchos aficionados Los Kjarkas son desde luego el mejor conjunto de
música andina que existe, y algunas de sus canciones tienen tanta calidad y belleza que a
más de uno nos estremecen y precisamente nos hacen temblar...
Yo personalmente tuve la gran suerte de que este grupo viniera a Bilbao, mi ciudad, a
ofrecer un concierto en una de sus giras por España y Europa, aún conservo como oro en
paño la entrada.
Biografía
Los primigenios Kjarkas de los 60: Castel Hermosa, Édgar Villarroel, Gonzalo Hermosa y Wilson Hermosa.
Los Kjarkas se crearon en la ciudad boliviana de Capinota (Cochabamba) en 1965 de la
mano de tres hermanos adolescentes de una misma familia: Castel Hermosa, Wilson
Hermosa y Gonzalo Hermosa, este último sería el director artístico del conjunto durante
toda su trayectoria, el cuarteto se completaría con Édgar Villarroel.
En principio se trataba de un grupo amateur que se dedicó a ir de pueblo en pueblo
interpretando modestamente pequeñas piezas del folklore boliviano, que en aquel tiempo
casi se limitaba a carnavalitos tradicionales, aunque también ampliaron su repertorio a las
zambas argentinas, que por aquellos años estaban bastante de moda.
Alcides Mejía, Eddy Carpio, Élmer y Ulises Hermosa, y Toño Canelas
Este cuarteto no perduró, tras la muerte de la madre de E. Villarroel, Los Kjarkas pausaron
su actividad. Sin embargo, nuevos familiares integraron y fortalecieron el grupo: el gran
compositor y percusionista Ulises Hermosa y el hermano menor el célebre vocalista y
charanguista Élmer Hermosa. Dirigidos por G. Hermosa, el trío se llamó Punchay, y
más adelante se constituyó como quinteto de la mano de otros grandes nombres que nos
ha dado el folklore andino: el vientista Alcides Mejía, el charanguista Eddy Carpio y el
guitarrista Toño Canelas, a quienes conocemos de sus colaboraciones con otros grupos
andinos.
Y así este conjunto aún no profesional siguió dando tumbos de fiesta en fiesta hasta que
fueron ganando mucho prestigio, llegando incluso a representar a Bolivia en el Festival
de Música Folklórica en Brasil en 1975.
De esta forma es a mediados de la década de los 70 cuando Los Kjarkas definen ya su
constitución clásica, y en 1976 graban su primer álbum de estudio: Bolivia, con el sello
mexicano de Heriba, donde destaca precisamente el grandioso huayño dedicado a Bolivia,
que hoy en día se ha convertido casi en el segundo himno de este país.
En esta época se integran también Guillermo Ponce, el gran compositor Julio
Lavayen tristemente fallecido el 7 de junio de 2013, el vientista Gastón Guardia
y Ramiro de la Zerda, quienes participan en el segundo trabajo del grupo: Kutimuy -
Vuelve. Finalmente G. Hermosa pasa de ser mero director y compositor principal a formar
parte real del grupo con su guitarra.
Durante los próximos años Los Kjarkas se convirtieron por méritos propios en el primer
conjunto folklórico boliviano, obsequiándonos con auténticas joyas musicales de muchos
quilates. Los hermanos Hermosa llegaron incluso a crear una escuela de música propia,
llegando a promocionar un grupo amateur llamado Proyección-Kjarkas, embrión de la
futura Proyección que ya conocemos, y que entre sus alumnos estaban Edwin
Castellanos y Fernando Torrico, quienes se integrarían en Los Kjarkas a principios de
los 80. Es precisamente esta formación la que para muchos supone la edad de esplendor
de Los Kjarkas.
El quinteto de oro de Los Kjarkas: Edwin Castellanos, Élmer Hermosa, Gastón guardia, Ulises Hermosa y
Gonzalo Hermosa. Además del ausente Fernando Torrico.
La enorme fama y prestigio que iban atesorando Los Kjarkas pronto desbordó las
fronteras de Bolivia, y sus canciones pronto fueron interpretadas por diversos países,
especialmente por Latinoamérica, y más adelante por todo el mundo.
1984 es un año importantísimo en la historia de Los Kjarkas, pues el grupo es invitado
para representar a Bolivia en el hoy extinguido Festival de la Música Popular del
Mundo Yamaha en Japón en su edición número XV, en el que quedaron en un muy
meritorio 10º puesto de entre más de 1800 participantes, de hecho, fueron con una de las
mejores canciones andinas compuestas jamás: Florcita azul.
Sin duda es en esta década de los 80 donde Los Kjarkas desarrollan plenamente su gran
talento a la hora de componer e interpretar sus grandes canciones, y es que la cantidad
de obras maestras que sacaron en esta época dorada es prácticamente ilimitada e
inigualable aún por ningún otro conjunto.
Pero a menudo el gran éxito trae consigo problemas, y Los Kjarkas tuvieron que hacer
frente a uno particularmente grave en 1989, cuando un conjunto franco-brasileño
llamado Kaoma sacó su famosa Lambada, que no era más que una variación de cumbia
de la saya de G. y U. Hermosa Llorando se fue, afortunadamente Los Kjarkas ganaron
el juicio contra Kaoma y fueron debidamente reparados.
Poco después, en 1992, Los Kjarkas sufrieron la gran pérdida de uno de sus pilares
básicos: U. Hermosa, en su honor, Los Kjarkas grabaron el álbum Hermanos, con el
tema central Tarajchi del propio U. Hermosa, una de las piezas andinas más conocidas.
En los años 90, se incorporaron al grupo Rolando Malpartida, Eduardo Yáñez, de nuevo Alcídes Mejía, Miguel
Mengoa y José Luis Morales.
En contraposición, en 1995 Los Kjarkas sufren una importante escisión, E. Hermosa, G.
Guardia, E. Castellanos y F. Torrico abandonan el grupo y fundan Pacha, que grabó un
solitario disco y se volvió a desintegrar al año siguiente, retornando Élmer y Gastón a
Los Kjarkas, mientras que E: Castellanos y F. Torrico fundarían aparte el dúo Tupay.
A pesar del evidente receso en la calidad de sus nuevas canciones, Los Kjarkas
seguirían en la cúspide de la música folklórica boliviana.
Con el nuevo milenio a las puertas, Los Kjarkas se vuelven a nutrir de savia nueva,
como el hijo de W. Hermosa Gonzalo Hermosa Jr., Lin Angulo, o el charanguista
japonés Makoto Shishido.
En 2006 Los Kjarkas celebran su XXXV Aniversario con un nuevo trabajo musical,
siendo éste el último álbum de estudio del grupo, con importantes cambios en el estilo
musical respecto a la línea tradicional del conjunto.
FOTOS:
Makoto Shishido ya conocía a Los Kjarkas desde niño, aquí con E. Castellanos y U.
Hermosa.
Gastón Guardia y Élmer Hermosa recogen galardones a su larga trayectoria musical.
Recientemente algunos de los hijos de Los Kjarkas han fundado un nuevo grupo
musical llamado Ch'ila Jatun.
Integrantes
Gonzalo Hermosa González es el segundo de los 8 hermanos Hermosa, nace en
Capinota (Bolivia) el 2 de octubre de 1950.
Médico de profesión, es uno de los fundadores de Los Kjarkas allá por 1965, siendo
desde siempre su director artístico, toca la guitarra con el grupo desde finales de los 70,
a veces también canta distinguiéndose por su profunda y sentimental voz.
Padece una extraña enfermedad que le impide volar grandes distancias, por esta razón,
Gonzalo se suele ausentar de las giras internacionales del grupo. Más recientemente se
ha confirmado que G. Hermosa debido a su estado de salud ya no actuará más con Los
Kjarkas, aunque seguirá siendo su director.
Así mismo es autor de alguna de las piezas más importantes y laureadas de Los Kjarkas,
como Bolivia, Llorando se fue, etc.
Élmer Hermosa González es el menor de los hermanos Hermosa, nacido también en
Capinota el 13 de noviembre de 1960, integró Los Kjarkas siendo apenas un niño desde
finales de los 70.
Su impresionante y potente voz no tiene su igual en toda Bolivia, y gracias a ella las
canciones de Los Kjarkas tienen una calidad añadida. Élmer también es compositor,
como todos los miembros de Los Kjarkas, además toca el charango y el roncoco, una
variedad del mismo más grande y por tanto de sonidos más graves.
Élmer fue invitado por el periodísta Jhon Arandia a su programa "Que no me pierda" de
la cadena televisiva Red Uno, ahí presentó a sus hijos que se estaban iniciando también
como cantantes, y confesó que padecía diabetes.
Ulises Hermosa González fue otro importantísimo miembro de la familia Kjarkas
nacido en Capinota el 22 de febrero de 1954 que integró el grupo casi desde sus inicios.
Él es responsable de algunas de las mejores canciones de Los Kjarkas, pues tenía un
talento innato a la hora de componer, quizás sus obras de mayor trascendencia sean El
árbol de mi destino o Tarajchi, temas póstumos que se grabaron tras su muerte el 3 de
abril de 1992 en Houston (EEUU) tras padecer leucemia.
También compuso junto con Gonzalo la famosa saya Llorando se fue, que más tarde fue
plagiada.
Era el penúltimo de los hermanos Hermosa y estaba casado con Edith Fernández.
Gastón Guardia Bilbao es la voz del viento en Los Kjarkas desde que forma parte de
ellos en 1980.
Nace un 26 de mayo, desconozco el año, es por supuesto compositor, en ocasiones
también canta con una voz muy aguda, y como ya he indicado, ejecuta todo tipo de
quenas y zampoñas. Él fue precisamente quien cantó el tema Llorando se fue.
Por suerte o casualidad, Gastón tiene ascendencia vasca, ya que su segundo apellido,
Bilbao, es la ciudad más importante del País Vasco, que ¡casualidades de la vida! es
donde vivo yo.
En este enlace podeis escuchar una entrevista suya.
Wilson Hermosa González era el hermano mayor de la familia. Nació en Capinota el 1
de junio de 1943 ó 1944 y fue uno de los fundadores de Los Kjarkas en 1965 junto con
sus hermanos Gonzalo y Castel, además de E. Villarroel.
Acompañó al grupo en sus primeros años de existencia, pero a finales de los 70
abandonó Los Kjarkas y se dedicó a fabricar charangos, fue él quien ideó el roncoco, un
charango de mayor tamaño que Élmer se encargaría de ejecutar.
Falleció de un derrame cerebral el 12 de febrero de 2008, tenía 4 hijos: Rosa, Gonzalo,
Wilson y Moisés. Su hijo Gonzalo Hermosa Jr. también forma parte de Los Kjarkas
desde 2005.