Los Jazaros

6
Lionel Banin - [email protected] 1 Los jázaros El imperio jázaro existió en la región del Cáucaso entre los siglos VII y XII, aproximadamente. Durante su mayor extensión (s. IX) abarcó los territorios del mar Caspio a la península de Crimea, y gran parte de la cuenca del Volga. Los orígenes del pueblo jázaro (en hebreo cuzarí), aunque discutidos, parecen estar entre las tribus turcas seminómadas que en un momento determinado emigraron al Cáucaso desde Oriente. También se los ha identificado con la continuación del pueblo akatzir, que fue vasallo de los hunos en el siglo V. Esta nación se encontraba entre los dominios bizantinos, abasíes y varegos (rus). Los jázaros trascendieron principalmente porque, al igual que Carlos Martel, pudieron detener la expansión musulmana hacia Europa oriental, fijando su límite en la cordillera caucásica. Probablemente este gran logro se debiera a «un fenómeno que encontramos en… la periferia del Imperio Árabe en la primera mitad del siglo VIII… Como puede verse en los casos de los Montes Taurus, el Atlas y el Hindu-Kush, los ejércitos árabes, que eran maestros de la guerra en las llanuras, demostraron ser mucho menos eficientes en terreno montañoso». 1 El primer conflicto bélico con los mahometanos tuvo lugar en 642 sobre la línea fronteriza, y finalizó con la derrota de estos últimos en el año 653. Según señala una crónica árabe contemporánea, la ciudad mercantil de Itil (actual Astracán), a orillas del Caspio, se convirtió por entonces en la nueva capital de los jázaros. Hacia finales del siglo VII éstos apoyaron al desterrado emperador bizantino Justiniano II, que retomó la corona en el 705. El jagan, o líder de los jázaros, dio la mano de su hermana Teodora al restituido monarca. Algo similar sucedería bajo el reinado de León III, cuyo hijo Constantino contrajo matrimonio con la princesa jázara Irene, que daría a luz al futuro León IV. La segunda contienda árabo-jázara comenzó en torno al 722. El ejército que conducía Marwan ibn Muhammad obtuvo un triunfo tajante en 737. Por cuestiones de sucesión califal, el futuro Marwan II debió marcharse de Kazaria para resolver las desavenencias entre pretendientes. Esta desaprovechada “victoria” no impediría a los jázaros reorganizarse, pues 1 Collins, Roger (1991). La conquista árabe (710-797). Barcelona: Crítica. Op. cit., página 91.

Transcript of Los Jazaros

Page 1: Los Jazaros

Lionel Banin - [email protected]

1

Los jázaros

El imperio jázaro existió en la región del Cáucaso entre los siglos VII y XII,

aproximadamente. Durante su mayor extensión (s. IX) abarcó los territorios del mar

Caspio a la península de Crimea, y gran parte de la cuenca del Volga.

Los orígenes del pueblo jázaro (en hebreo cuzarí), aunque discutidos, parecen

estar entre las tribus turcas seminómadas que en un momento determinado emigraron al

Cáucaso desde Oriente. También se los ha identificado con la continuación del pueblo

akatzir, que fue vasallo de los hunos en el siglo V.

Esta nación se encontraba entre los dominios bizantinos, abasíes y varegos (rus).

Los jázaros trascendieron principalmente porque, al igual que Carlos Martel, pudieron

detener la expansión musulmana hacia Europa oriental, fijando su límite en la cordillera

caucásica. Probablemente este gran logro se debiera a «un fenómeno que encontramos

en… la periferia del Imperio Árabe en la primera mitad del siglo VIII… Como puede

verse en los casos de los Montes Taurus, el Atlas y el Hindu-Kush, los ejércitos árabes,

que eran maestros de la guerra en las llanuras, demostraron ser mucho menos eficientes

en terreno montañoso».1

El primer conflicto bélico con los mahometanos tuvo lugar en 642 sobre la línea

fronteriza, y finalizó con la derrota de estos últimos en el año 653. Según señala una

crónica árabe contemporánea, la ciudad mercantil de Itil (actual Astracán), a orillas del

Caspio, se convirtió por entonces en la nueva capital de los jázaros.

Hacia finales del siglo VII éstos apoyaron al desterrado emperador bizantino

Justiniano II, que retomó la corona en el 705. El jagan, o líder de los jázaros, dio la

mano de su hermana Teodora al restituido monarca. Algo similar sucedería bajo el

reinado de León III, cuyo hijo Constantino contrajo matrimonio con la princesa jázara

Irene, que daría a luz al futuro León IV.

La segunda contienda árabo-jázara comenzó en torno al 722. El ejército que

conducía Marwan ibn Muhammad obtuvo un triunfo tajante en 737. Por cuestiones de

sucesión califal, el futuro Marwan II debió marcharse de Kazaria para resolver las

desavenencias entre pretendientes. Esta desaprovechada “victoria” no impediría a los

jázaros reorganizarse, pues

1 Collins, Roger (1991). La conquista árabe (710-797). Barcelona: Crítica. Op. cit., página 91.

Page 2: Los Jazaros

Lionel Banin - [email protected]

2

en general, los árabes eran incapaces de extender su dominio a un nuevo

territorio separado de sus bases principales por cadenas montañosas importantes.

Podían, como hicieron con la serie de incursiones anuales en Asia Menor, efectuar

incursiones de éxito en tales zonas, pero nunca lograban convertirlas en

conquistas territoriales.2

Las más recurrentes fuentes acerca de la nación jázara están entre los escritos de

historiadores árabes coetáneos, los cuales evidencian parte de la información que

mantuvo la tradición hebraica. El líder Bulan se habría convertido al judaísmo en torno

al 730 e.c. —como lo explicaba la correspondencia (c. 954-961) supuestamente

mantenida entre el jagan José y Hasdai ibn Shaprut— luego de una exitosa expedición

contra Armenia, destinando el botín a la edificación de un magnífico templo. Cerca del

año 740 la élite, y seguidamente una porción significativa de la población, abandonaban

el politeísmo por la religión judía.

Hay discusiones acerca del carácter religioso de los jázaros. El hecho de que

sean mayormente mencionados por eruditos caraítas que por rabanitas dio origen a la

hipótesis que plantea que el pueblo en cuestión se había convertido en realidad al

caraísmo. Ciertos viajeros judíos medievales dieron fe de sus prácticas caraítas, que

ellos bien repudian.

Dunlop y otros autores han estimado que entre Bulan y Obadiah su nieto (a

grosso modo, entre el 740 y 800) el país abrazó de forma generalizada un tipo de

caraísmo, y que el judaísmo «rabínico» ortodoxo no fue introducido hasta el

advenimiento de la reforma religiosa de Obadiah. El detalle no carece de

importancia, pues, según parece, el caraísmo sobrevivió hasta el fin en Kazaria:

todavía se veía, en tiempos modernos, pueblos de judíos caraítas, de lengua turca,

y sin duda de origen jázaro.3

2 Ibídem. 3 Koestler, Arthur (1980). El Imperio kázaro y su herencia. Barcelona: Ed. Aymá. Op. cit., p. 86.

La letra cursiva es del autor.

Page 3: Los Jazaros

Lionel Banin - [email protected]

3

El Imperio jázaro durante su apogeo (s. VIII–IX).

La fecha más aceptada de la conversión general (c. 740) discrepa con las

propuestas por otras fuentes análogas y no muy alejadas a este suceso. El historiador Al-

Masudi (m. 956) prestó considerable atención a los jázaros, aseverando que el mítico

Bulan habría aceptado la fe mosaica durante el califato de Harun al-Rashid (786-809).

En 860 el emperador bizantino Miguel III el Beodo envió a los hermanos Cirilo y

Metodio para evangelizar a esta nación. Dichos misioneros tuvieron éxito con bastantes

pueblos eslavos, pero tratándose del siglo IX, puede argüirse que no ocurrió igual con

los jázaros, que se mantuvieron constantes en su religión. Los documentos biográficos

de Cirilo y Metodio no sugieren que la conversión al judaísmo tuviera lugar en otra

época, sino que más bien confirman que ese era el credo de sus líderes.

A medida que el rus de Kiev incrementaba su poderío militar en el siglo X, los

jázaros eran desplazados y progresivamente asimilados. Muchos de ellos se instalaron

Page 4: Los Jazaros

Lionel Banin - [email protected]

4

en las zonas comerciales de Ucrania y Rusia, y asimismo de los restantes países eslavos,

como Polonia, Lituania y Hungría. Posiblemente ya hubiera judíos en tales regiones

desde el siglo IX, llegados de Occidente. Lo cierto es que el jázaro se disolvió dentro de

la comunidad hebrea, por lo que en la posteridad se hizo difícil señalar con objetiva

exactitud su auténtica prole. Los estudios historiográficos y científicos apuntan

mayormente a los judíos asquenazíes. Como es el caso del intelectual británico Arthur

Koestler (1905-1983), oriundo de Budapest, autor de un extenso ensayo dedicado

exclusivamente al tema, que elocuentemente tituló La Decimotercera Tribu (1976).4

Serio y sin miramientos, este escritor analizó y desarrolló la plausible teoría que enlaza

a los jázaros con los judíos de Europa oriental.

Koestler recalcó que como la mayoría de los judíos del este de Europa, y por

ende del mundo, no son semitas, es impropio hablar de “antisemitismo”. Los israelitas

que habrían consentido el deicidio de Jesús eran semitas y vivían a «orillas del Jordán y

no en las llanuras del Volga». Dado que el Holocausto liquidó, indiscutiblemente, a más

judíos del género no-semita, surge una interrogante: ¿qué tanto cabe considerar a los

nazis, antisemitas por antonomasia, de tales?

Este asunto merece ser estudiado. El alemán Aribert Heim (1914-1992), alias

Doctor Muerte, era miembro de las Waffen-SS de Hitler y médico de los campos de

concentración de Buchenwald, Sachsenhausen y Mauthausen.5 Como muchos otros

nazis, logró escapar de los Aliados mediante pasaportes falsos. Bajo el nombre de Tarek

Hussein Farid dicho criminal se radicó en Egipto, donde se convirtió al islamismo.

El médico nazi se mantenía activo en El Cairo haciendo una investigación

—que escribía en inglés y alemán— en la que negaba la existencia del

antisemitismo sobre la base de que, según decía, la mayor parte de los judíos no

era de origen étnico semita. Rifai [uno de sus vecinos] recordó que Heim le había

mostrado borradores del trabajo, los cuales estaban en el maletín. También había

una lista que daba cuenta de sus planes de mandar borradores del trabajo a

4 The Thirteenth Tribe. Hay traducción al castellano: El Imperio kázaro y su herencia, Barcelona,

1980.

5 Mekhennet, S., y Kulish, N. (2009, 15 de febrero). “Los silenciosos pasos del Doctor Muerte, un

despiadado médico nazi”. Clarín, Buenos Aires. Artículo consultado el 28 de abril de 2009,

http://www.clarin.com/diario/2009/02/15/um/m-01858626.htm

Page 5: Los Jazaros

Lionel Banin - [email protected]

5

personajes importantes de distintos lugares del mundo: lo haría con el seudónimo

de Youssef Ibrahim. Entre ellos figuraba quien era el entonces Secretario General

de las Naciones Unidas, Kurt Waldheim, un asesor de seguridad nacional

estadounidense —Zbigniew Brzezinski— y el gobernante yugoslavo Tito.6

Koestler fue muy polemizado, especialmente por los círculos sionistas. Se

entendía que si los “apátridas” que participaron en la creación del moderno Estado de

Israel no pertenecían a la etnia de los antiguos israelitas, su ingente reivindicación de la

Tierra Santa carecía de fundamento (en el caso de los que abogaban que la colonización

de Palestina era derecho de los judíos en tanto descendientes de los hebreos

primigenios).

Abraham N. Poliak (1951), citado por Koestler (1980, p. 21), escribió en la

introducción a su obra Kazaria:

Que se aborde con un nuevo espíritu tanto el problema de las relaciones

entre la judería kázara y el resto de las comunidades judías como la cuestión de

saber en qué medida puede considerarse a dicha judería «kázara» como el núcleo

de los grandes centros judíos en Europa oriental… Los descendientes de dichos

centros, tanto los que allí han permanecido como los emigrados a los Estados

Unidos u otros países, y los que se han instalado en Israel, constituyen hoy en día

la gran mayoría de los judíos del mundo entero.7

El diario argentino La Nación publicó en agosto de 1999 una nota sobre los

jázaros, escrita por la investigadora Alicia Dujovne Ortiz. Algunos fragmentos podrían

servir de guía para una eventual profundización del tema. En el texto, la periodista

explicaba por qué varios israelíes se oponen a la teoría mencionada, advirtiendo que si

esta fuera corroborada

6 Ibídem. 7 Segunda edición de la obra, corregida y titulada Kazaria. Historia de un reino judío en Europa,

Tel Aviv, 1951. A. N. Poliak, profesor de la Universidad de Tel Aviv, defendió exhaustivamente el origen

jázaro de casi todos los judíos de la actualidad. Para 1960 se estimaba que la población judía mundial se

componía de once millones de asquenazíes frente al medio millón restante compuesto por judíos

orientales y sefardíes.

Page 6: Los Jazaros

Lionel Banin - [email protected]

6

entonces la guerrilla palestina tuvo razón al declararlos ajenos a la tierra

bíblica… El sionismo no perdía su razón de ser cultural ni religiosa, pero sí

racial…

Koestler sostenía que, tras la derrota de su imperio, los jázaros se habían

refugiado en Crimea. Esto es fácil de comprobar: en el siglo XIV, la República de

Génova poseía un establecimiento comercial en Crimea, que llamaban Gazzaria o

Jazaria. Un siglo después, frente al avance del Imperio Otomano, los

descendientes de esos turcomongoles convertidos al judaísmo huyeron hacia

Ucrania, Polonia y Lituania, donde, siempre según Koestler, se convirtieron en la

masa de judíos asquenazíes de lengua y cultura idisch: los pintados por Chagall,

los asesinados por Hitler…

Entre el 24 y el 28 de mayo [de 1999], tuvo lugar en el Instituto Ben Zvi

un coloquio internacional que reunió a especialistas como Peter Golden, de la

universidad norteamericana de Rutgers, para el cual la conversión de los jázaros

se produjo de manera gradual; Norman Golb,8 de la Universidad de Chicago, que

ha revelado la realidad de un proselitismo judío en la Edad Media, más tarde

completamente abandonado, o Constantin Zuckerman, del Collége de France, para

el cual esa conversión no tuvo lugar alrededor de 740, como siempre se pensó,

sino en 861... Hoy el velo se ha levantado. Los jázaros han dejado de ser tabú.9

8 Norman Golb (1928) descubrió en 1962 un antiguo manuscrito jázaro, datado del siglo X,

proveniente de la Guenizá de El Cairo. Esta carta sincrónica a la Correspondencia del jagan José formaba

parte de una extensa colección importada a Cambridge por Solomon Schechter (1847-1915). Algunos

autores llegan más lejos, diciendo que iba dirigida a Hasdai ibn Shaprut, entregada en Constantinopla al

primer mensajero Isaac ben Nathan, quien no pudo concluir el viaje, y llevada por este último a Córdoba

(de donde la carta volvería a salir hacia El Cairo mucho más tarde, cuando los judíos fueron expulsados

de España). Koestler, op. cit., página 90.

9 Dujovne Ortiz, Alicia (1999, 14 de agosto). “El fantasma de los jázaros”. La Nación, Buenos

Aires. Artículo consultado el 30 de abril de 2009, http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=149550