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LOS ESTUDIANTES NORMALISTAS Y EL
LIDERAZGO TRANSFORMACIONAL
Odete Serna Huesca [email protected]
Cinthia Jessica Sánchez Serrano [email protected]
Gabriela Itzchel Salgado Jaramillo [email protected]
Escuela Normal Superior de México
RESUMEN
El docente debiese ser un líder
académico y ejercer dicho liderazgo en los
diversos espacios educativos en los que
participa porque así lo requiere su profesión,
sin embargo, durante su formación inicial no
es un aspecto que se promueva de forma
sistemática y, mucho menos, se modelice; por
desgracia en los diversos acercamientos a las
escuelas secundarias, la falta de liderazgo
puede tener consecuencias diversas con los
demás actores del proceso educativo. La
presente ponencia señala el avance de una
investigación cualitativa etnográfica para
conocer, a partir del estudiante normalista,
cómo o de qué manera la Escuela Normal
Superior de México (ENSM) coadyuva o no a
la formación de su liderazgo, cómo influye
este en su práctica y cómo impacta en la
calidad educativa. Entre los resultados hasta
el momento encontrados, destaca la
predominancia de un liderazgo transaccional
en ellos aunque, señalan características que
corresponden a otros tipos de liderazgo, así
como la importancia que dan al modelado que
deben realizar sus profesores. En las
conclusiones parciales se señalan las
necesidades de apoyo para desarrollar el
liderazgo en los estudiantes y la de ejercerlo
como formadores en cada uno de los espacios
curriculares de los que son responsables.
PALABRAS CLAVE: docencia, formación docente, formación de profesores, liderazgo, liderazgo transformacional.
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PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
La globalización, caracterizada por la internacionalización, la búsqueda de la calidad,
la diversificación de las estructuras institucionales, el desarrollo de nuevas tecnologías
incorporadas a la educación, la expansión, movilidad y acceso de estudiantes y docentes a
nivel mundial al mercado laboral, la profesionalización de los docentes hacen que las
instituciones de educación superior tengan que adaptar sus funciones laborales (González,
González, Ríos, & León, 2013), debido a que lo anterior repercute de manera global
(Sánchez & Rodríguez, 2011) en la sociedad; el neoliberalismo y los avances científicos y
tecnológicos también son aspectos que promueven la internacionalización de políticas
educativas (Muñoz, 2014), en el caso de nuestro país, estas están centradas en la
formación por competencias, la calidad y la rendición de cuentas.
En los últimos años, para dar respuesta a las demandas sociales, ha cobrado
importancia la figura del líder en todas las esferas de desarrollo a nivel mundial; en la
sociedad y particularmente en la escuela, esto deriva en una mayor autonomía escolar y
mejores resultados educativos y escolares que obligan a reconceptualizar el papel de los
docentes (OCDE, 2009), ya que, se establece que cuando éstos asumen otros
compromisos (como el liderazgo académico), realizan funciones relevantes que impactan de
manera significativa en la calidad educativa; sin embargo, en las instituciones educativas se
refleja la falta de liderazgo en los miembros de la comunidad, particularmente en los
docentes; esta carencia obstaculiza el enfoque de enseñanza planteado en los planes y
programas de estudio en donde se requiere de un líder académico que promueva el
desarrollo de los demás a partir del trabajo colaborativo en términos de igualdad y equidad,
con el fin de afrontar cabalmente lo que la sociedad demanda de su práctica educativa.
Ser un líder implica percibir las inquietudes y necesidades escolares y responder a
las demandas de la sociedad para brindar un servicio de calidad (Agustín, 2014), de esta
manera es indispensable formar docentes con la “…capacidad de guiar, motivar, propiciar
una participación efectiva, conseguir el pleno progreso… y buscar el bien común (p.1). Las
escuelas normales deben formar profesores que propicien ambientes de respeto, confianza
y provean enriquecedoras experiencias en sus lugares de trabajo; en estos tiempos se
vislumbra la importancia de formar docentes líderes, con el fin de que impacten en su
contexto, transformando su imagen profesional.
El objetivo de esta investigación es conocer qué tipo de líderes está formando la
ENSM, cómo esta formación impacta en su práctica e incide en su imagen desde la
perspectiva de los estudiantes normalistas, en aras de coadyuvar al logro del perfil de
egreso de la licenciatura, particularmente cuando las nuevas reformas educativas
establecen la mejora de la calidad educativa a partir de las funciones del docente, al centrar
la atención en los aprendizajes, en las formas de enseñanza, en la profesionalización, en la
reorganización de la gestión educativa, que llevan a reflexionar sobre la importancia del
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liderazgo del profesor en su contexto. Por lo anterior es que decidimos investigar en esta
primera etapa, las concepciones que tienen los estudiantes de la escuela normal sobre el
liderazgo como objeto de estudio, a partir de las siguientes preguntas de investigación:
¿qué significa para ellos ser líder?, ¿qué características debe tener un líder?, ¿cómo
contribuye la ENSM en la formación de líderes?
MARCO TEÓRICO
En un primer momento es importante aclarar que se retoma la definición de liderazgo
proveniente de la psicología social desde el enfoque sistémico de mirar a la escuela como
una organización de distintos capitales entre ellos el capital humano y el intelectual, en
donde ser líder significa “influir en los demás (seguidores) para lograr objetivos en la
organización mediante el cambio” (Lussier & Achua, 2005, p.5) por lo que es necesario
saber dirigir y desarrollar destrezas de un liderazgo eficaz. Sammons, Hilman & Mortimore
(1998) mencionan que para que una escuela sea efectiva es necesario cumplir once
factores, entre los que se encuentra el liderazgo profesional que debe ser firme y dirigido,
con un enfoque participativo y por un profesionista sobresaliente.
Por tanto, el liderazgo no se relaciona simplemente con la calidad de los líderes
individuales, aunque esto sea importante. También resulta fundamental el papel que juegan
en la organización y funcionamiento de la institución, desde su personalidad, su relación con
los demás compañeros, los valores y metas de la escuela, y su manera de enfrentar el
cambio. Específicamente el liderazgo transformacional Leitwood (1999) señala que es el
más “idóneo para ser desarrollado en las instituciones educativas por sus docentes. Este
liderazgo motiva a las personas a hacer más de lo que ellas mismas esperan, produciendo
cambios en los grupos, organizaciones y en la sociedad, acoplándose perfectamente en la
dinámica desarrollada en las organizaciones educativas y en especial las de educación
superior” (citado en González et al. 2013, p. 359).
Ser un líder implica percibir las inquietudes y necesidades escolares y responder a
las demandas de la sociedad para brindar un servicio de calidad (Agustín, 2014), pero ser
un líder transformacional estimula emerger de la conciencia de cada una de las personas,
“los cuales aceptan y se comprometen con el logro de la misión de la organización dejando
de lado sus intereses personales, para enfocarse en los intereses del colectivo” (Mendoza,
2006). Por tanto, es indispensable formar docentes con la “…capacidad de guiar, motivar,
propiciar una participación efectiva, conseguir el pleno progreso… y buscar el bien común
(Agustín, 2014, p.1).
También se concibe en esta investigación como sociedad del conocimiento al
paradigma actual en el que se cuestionan dos componentes sociales esenciales: el
conocimiento y la información. Coincidimos con la definición del conocimiento como la
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apropiación y generación de un conjunto de ideas manejadas por el ser humano y que le
proporcionan datos preliminares, que estructurados lógicamente permiten construir
información para que se pueda tomar decisiones y actuar en consecuencia para transformar
la sociedad” (Silva, 2013; 02).
La información para Davenport & Prusak (1998) es entendida como un conjunto de
mensajes; mientras que para Bollinger & Smith (2001) son datos procesados, organizados o
con significado, necesarios para la creación de conocimiento, de tal manera que un docente
capaz de asumir las múltiples tensiones que la profesión implica, será aquel que posee las
competencias necesarias para gestionar, regular, organizar, dirigir distintos tipos de
conocimiento (sobre los alumnos, la disciplina, la normatividad, las TIC, etc.) y emplearlos
en el diseño de escenarios didácticos y la resolución de problemas cotidianos de manera
asertiva.
A ese respecto la SEP (en Escobedo, 2014, p.11) considera que los buenos
maestros tienen atributos como:
Dominar su campo de enseñanza
Conocer a los sujetos que enseñan y ser capaz de intervenir de manera
positiva en sus procesos intelectuales y afectivos de aprendizaje.
Tener la capacidad didáctica para poner los objetos e enseñanza al nivel de
comprensión de los sujetos que aprenden.
Comprender las relaciones sociales que se desarrollan en la escuela y
desenvolverse constructivamente con los niños, los compañeros, la autoridad,
los padres de familia y los sectores de la comunidad que interactúan en ella.
Poseer las competencias intelectuales que le permitan aprender de manera
continua, así como organizar lo que aprenden y trasladarlo a sus educativos.
Con estos atributos y competencias los docentes podrán resolver necesidades como:
la autoevaluación respecto a lo que sucede en las aulas; conversar de manera referenciada
con los pares y los directivos respecto a su desempeño en el aula; identificar trayectos de
mejora continua; establecer necesidades de formación continua y evaluar de manera justa
su desempeño. Lo anterior se debe desarrollar durante la formación y la experiencia en la
práctica educativa. (SEP, 2011, p.15).
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METODOLOGÍA
La presente es la primera fase de una investigación de corte cualitativo y fundamento
humanista para entender la realidad social o el contexto en donde está adentrado el
estudiante normalista, es una investigación etnografía educativa ya que permite realizar
estudios descriptivos de la cultura escolar, tanto a nivel de la institución como a nivel áulico
(Velasco & Díaz de Rada, 2006, citado en Álvarez, 2011), a través de la aplicación de
diversas técnicas e instrumentos, en este caso, la observación, la entrevista y el
cuestionario. Se plantearon categorías de análisis y se analizaron e interpretaron las
respuestas obtenidas. Se realizó con 49 estudiantes de la ENSM de las once
especialidades de séptimo semestre de la licenciatura durante el ciclo escolar 2017- 2018.
Las observaciones se realizaron durante las visitas del trabajo docente en las
escuelas secundarias, el cuestionario fue aplicado a todos los estudiantes y en algunos
casos, se realizaron entrevistas a informantes que se seleccionaron a partir de las
observaciones realizadas.
DESARROLLO Y DISCUSIÓN
En la investigación se considera importante señalar que fueron planteadas varias
categorías de análisis que son:
a) Concepción de liderazgo el estudiante normalista posee, algunas respuestas que
llamaron la atención, tales como: Mandar al más débil (EA1-2017), Dar órdenes (EA10-
2017), Aquella persona que manda a los demás (EA15-2017), Persona que dice cosas y los
demás acatan (CA20-2017), Alguien que dirige algo (EA25-2017).
Lo anterior denota desde la perspectiva del estudiante normalista que ser un líder
está relacionado con alguien de poder, que sólo se dedica a dar órdenes, a solicitar
rendición de cuentas y que comúnmente se manifiesta por el puesto que tiene,
desafortunadamente en este primer cuestionamiento, pocos conciben a un líder como una
persona con múltiples habilidades, actitudes y/o características, que puede trasformar la
educación. Por tanto, la importancia de ser líder está relacionada con: Ser alguien capaz de
ayudar y ser una persona comprensible (EA22-2017), Motivar a la comunidad educativa
(EA23-2017), es la persona que guía ayuda y apoya a las demás personas, aparte es la que
lleva el control de su grupo (EA2-2017), Alguien que sabe cómo organizar al equipo y que
permite escuchar qué hacer y cómo ayudar (EA5-2017).
Precisamente, el liderazgo está relacionado con ayudar, apoyar y/o guiar a los que
están con ellos, para el cumplimiento de las metas educativas establecidas. Lussier define
el liderazgo como:
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el proceso de influencia recíproca entre líderes y seguidores para alcanzar los
objetivos de la organización mediante el cambio, lo que requiere aprender a dirigir,
comunicar y llevar a la práctica sus ideas y así obtener la aceptación y motivación de
sus seguidores (2004, p.5).
Por lo tanto, el que los fututos docentes se formen como líderes, permitirá que
durante sus prácticas escolares, sean capaces de disfrutar del trabajo con otras personas y
coadyuvar a que los objetivos educativos se logren. El liderazgo es la práctica que permitirá
mejorar la calidad educativa administrativa y académicamente hablando, ya que, los
profesores:
individual o colectivamente, influirán en sus colegas, directores y otros miembros de
la comunidad escolar para mejorar la enseñanza y las prácticas de aprendizaje con el
objetivo de incrementar los logros. La labor de liderazgo de equipo consta de tres
focos intencionales de desarrollo: el desarrollo individual; la colaboración o el
desarrollo del equipo, y el desarrollo organizacional. (YorkBarr en Bolívar, 2011,
p.270).
Esta categoría denota que la concepción que el estudiante posee sobre el liderazgo
está centrada en sus vivencias y creencias, por lo que se requiere promover las
competencias relacionadas con el liderazgo en los futuros docentes más allá del aula.
El liderazgo escolar en todas sus modalidades muestra la necesidad de promover
adecuadas relaciones interpersonales, es decir, quien ejerza esta acción debería
relacionarse positivamente con la comunidad escolar: conocerla, apoyarla, estar en su
realidad, (Muldorf, 2010), para lograr esto, el líder debe poseer ciertas características,
Desde la visión del futuro docente, estas deben ser: Inteligente, Creativo, amable
confianza, poseer inteligencia emocional (EA13-2017); Amable, autónomo, creativo,
autoritario cuando amerita (EA11-2017); Creativo, amable, autónomo, confianza en sí
mismo, sociable (CA10-2017); Directo, organizado, amable, autónomo (EA12-2017); Delega
responsabilidades, crea equipos, provoca entusiasmo (CA20-2017)
Los estudiantes establecen que el líder debe tener rasgos que están relacionados
más al desarrollo de competencias sociales, considerando que estas permitirán obtener el
bien común para alcanzar eficaz y efectivamente el éxito de la institución.
Las características mencionadas concuerdan con Lussier (2004, p.33) quien
menciona que para ser un líder se requiere de: a) Dominio, b) Gran energía, c) Confianza
en sí mismo, d) Estabilidad, e) Locus del control interno, f) Integridad, g) Inteligencia, h)
Inteligencia Emocional, i) Sensibilidad hacia los demás, j) Flexibilidad y, k) Creatividad.
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Los estudiantes consideran que muchos rasgos se incorporan a través de la
influencia externa, del conocimiento y de la misma práctica, por lo que determinan que aún
están en posibilidades de formarse como líderes, ya que, éste está siempre en proceso de
aprender para lograr el desarrollo de las competencias que se requieren para dicho
liderazgo.
b) Formación de Docentes Líderes. En este momento crucial para el futuro de la
educación, se requiere sin lugar a dudas, la formación de docentes líderes que guíen o
establezcan rutas que permitan el desarrollo integral de los estudiantes en esta sociedad
tan cambiante y vertiginosa, que cabalmente compartan intereses y necesidades frente a
las dificultades que se presentan en el ámbito educativo, que promuevan el respeto a la
diversidad en contextos interculturales para promover la sana convivencia en todos los
contextos logrando así una práctica integral que tenga como consecuencia, una imagen
docente distinta con alto valor social.
La importancia de formar líderes en cualquier ámbito es relevante, pues permite que
todas las personas puedan ejercer esa función para dirigir, guiar y colaborar para el logro de
metas comunes; en el caso de la educación y en específico, en la docencia debe ser una de
las características importantes, Elmore defiende que:
si el objetivo del liderazgo es la mejora de la práctica y del desempeño docente,
entonces las competencias y los conocimientos realmente importantes son aquellos
relacionados con crear un entorno para el aprendizaje focalizado en expectativas
claras para la docencia (2010, en Bolívar 2011, p. 271).
Para los estudiantes normalistas formar líderes implica: Impactar en la sociedad y
educación (EA16-2017); transformar la educación (EA11-2017); Creativo, amable,
autónomo, confianza en sí mismo, sociable (EA10-2017); Directo, organizado, amable,
autónomo (EA12-2017); Delega responsabilidades, crea equipos, provoca entusiasmo
(OA20-2017).
De tal manera que formar líderes docentes permitirá que éstos sean parte de los
agentes de cambio, es decir, si se considera que la educación es uno de los pilares
fundamentales para que la sociedad avance; económica, social, cultural, entre otros, son los
docentes un clave fundamental para lograr esta transformación educativa.
No podemos seguir fomentando el individualismo, la envidia, la corrupción, la
violencia, la injusticia, el abuso de poder, sino que, como docentes debemos fortalecer los
procesos colaborativos basados en valores y actitudes que promuevan cambios en la
sociedad, sin lugar a dudas se requiere, formar líderes docentes que incidan en distintos
ámbitos, con una imagen revalorada por sus acciones.
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En este mundo, donde todo cambia a la velocidad de la luz, el valor de la asistencia
educativa no consiste en realizar un trabajo de forma mecánica, por el contrario, se trata de
acompañar y guiar a los estudiantes hacia la creación de un capital intelectual; para ello es
necesario atraer la atención del alumno, de los padres de familia y del sector administrativo
de la escuela hacia el logro de las metas educativas, hacia el logro de la transformación
social, esto solo será posible si se contribuye a la formación de docentes líderes.
c) Estilo de liderazgo. Cuando una persona es líder, no siempre tiene las mismas
características, porque cada persona es diferente, hay líderes carismáticos, formales,
burocráticos, democráticos etc. Para la conformación de esta categoría se preguntó a los
alumnos si identifican los diferentes tipos de líderes y bajo cuál les gustaría formarse, la
mayoría coincide en ser:
a) Un líder ético entendido como una persona que tiene una actitud agradable y
sensible hacia los demás, por esto debe tener un alto autoconcepto, para
saber lo que es correcto y no dejarse llevar por la monotonía, la corrupción y el
conformismo.
b) Un líder de equipo, entendido este como una unidad formada por dos o más
personas con habilidades complementarias, que se comprometen en un
propósito común y fijan objetivos y expectativas de desempeño comunes, de
los cuales se responsabilizan.
c) Liderazgo carismático: Max Weber empleó este término para explicar la
influencia de una persona sobre otras sin necesidad de poder, sino de sus
seguidores que consideran posee un don divino o de cualidades especiales.
(Lussier, 2005).
Dentro de las mismas respuestas de los estudiantes pese a que entienden la
importancia de ejercer liderazgo, pocos establecen la importancia de ser líderes
transformacionales, estratégicos o democráticos, sin embargo, sí desechan rotundamente la
posibilidad de convertirse en líderes autocráticos, es decir, aquellos:
…quienes toman decisiones, inician y dirigen las acciones, así como el control de sus
seguidores, todo lo que sucede se centra en él, es quien se gobierna a sí mismo, el
poder se concentra en manos de una sola persona (Lussier, 2005, p. 151).
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Los estudiantes normalistas entienden la importancia de ser líderes con el fin de
lograr cambios y transformaciones, eso dependerá mucho del estilo que adopten para
ejercer su labor, para esto, el futuro docente debe hacer un alto en el camino de formación y
realizar una reflexión – acción sobre su práctica educativa, con objeto de revalorarla y
descubrir cómo queremos ser concebidos.
Desde una primera perspectiva los estudiantes consideran que la ENSM ha
contribuido parcialmente a la conformación de su liderazgo, con relación a los docentes
determinan que; Los profesores que nos enseñan saben los contenidos, no todos los
dominan (EA18-2017); Sabemos con quién trabajar y con quién no (EA11-2017); No todos
nos impactan cuando nos dan clases (EA10-2017); Tomamos lo bueno y lo malo de cada
uno de ellos (EA12-2017)
En referencia a las actividades escolares (lúdicas, deportivas, entre otras) establecen
que son pocas, que no hay rigurosidad y por tanto, no hay un impacto notable para que
contribuya a la formación del liderazgo. Sin embargo, determinan que en donde es
fortalecido o desarrollado este aspecto, es en la práctica escolar, principalmente durante
séptimo y octavo semestres, en la que algunos tutores los han encaminado y orientado para
entender la necesidad e importancia de ser líderes.
Los estudiantes entienden que actualmente la acción educativa se está llevando a
cabo en una sociedad compleja, por lo tanto, la ENSM debe contribuir más en la
preparación, fortalecimiento, formación o desarrollo de ciudadanos competentes para el
logro y cumplimiento del perfil de egreso, debe enseñarle a afrontar con responsabilidad ese
mundo del que se está hablando de manera participativa.
Y entonces, regresamos al principio como dice Fierro (1999) se trata a partir de aquí,
de hacer un pequeño alto en el camino e iniciar un proceso continuo de reflexión – acción
sobre nuestra práctica educativa, sobre la dirección que deberán llevar los futuros docentes,
indiscutiblemente actualmente las tendencias en cuanto a educación se refieren, exigen un
maestro cada vez más preparado, que entre en contacto con el conocimiento, con el
mundo real y se apropiarse de ellos, para enfrentar las demandas sociales.
Se sabe, como dice Fierro (1999) que actualmente las tendencias en cuanto a
educación se refiere, exigen un maestro cada vez más preparado, a través de la formación
de docentes polifacéticos, del reforzamiento de su identidad y de la actualización constante.
Como parte de la discusión también se encontraron relaciones entre los rasgos del perfil de
egreso de los planes de estudio de la ENSM y los rasgos de líder transformacional.
Recuperamos algunos aspectos referentes al Plan 1999 (ya que es el que cursa la
generación con la que se realizó la investigación) y del Plan 2018 para explicitar la
pertinencia y congruencia que guardan las competencias de un líder transformacional con la
reforma en normales, para fines comparativos centramos nuestra atención en las
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competencias de cada uno de los documentos de referencia siendo estas su punto de
encuentro (Tabla 1).
Tabla 1. Comparación entre competencias didácticas Plan 1999, Competencias
genéricas Plan 2018 y rasgos de un líder transformacional
Plan 1999 Rasgos del perfil de ingreso
Plan 2018 Competencias
genéricas
Líder transformacional Rasgos
Es capaz de establecer un clima de trabajo que favorece actitudes de confianza, autoestima, respeto, disciplina, creatividad, curiosidad y placer por el estudio…
Soluciona problemas y toma decisiones utilizando su pensamiento crítico y creativo
Colabora con diversos actores para generar proyectos innovadores de impacto social y educativo
- Soluciona conflictos con la participación de otros, da crédito y reconocimiento, logra espíritu de equipo y propone análisis de experiencias colectivas. Asume que puede equivocarse, es innovador y creativo. - Promueve la cooperación entre diversos actores para la solución de situaciones específicas. - Es capaz de autorregularse a manera de modelar las conductas de los otros. - Juega un rol de gestión y regulación de recursos internos de los individuos y disponibles en el contexto que tiene a cargo. - Propone una meta o visión hacia dónde dirigir a sus seguidores.
Reconoce las diferencias individuales de los educandos que influyen en los procesos de aprendizaje y aplica estrategias didácticas para estimularlos… Conoce y aplica distintas estrategias y formas de evaluación sobre el proceso educativo que le permiten valorar efectivamente el aprendizaje de los alumnos y la calidad de su desempeño docente... Sabe diseñar, organizar y poner en práctica estrategias y actividades didácticas, adecuadas a las necesidades, intereses y formas de desarrollo…
Aprende de manera autónoma y muestra iniciativa para autorregularse y fortalecer su desarrollo personal.
- Fomenta el uso de la inteligencia y el raciocinio de los seguidores. - Motiva a través de las emociones, brinda sugerencias e invita a la autorregulación, porque está relacionado con las necesidades humanas, con la autorrealización, autoestima y el crecimiento personal.
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Plan 1999 Rasgos del perfil de ingreso
Plan 2018 Competencias
genéricas
Líder transformacional Rasgos
Identifica necesidades especiales de educación que pueden presentar algunos de sus alumnos.
- Ofrece atención y consejo de manera individualizada, es sensible a las necesidades de los otros, se muestra disponible y genera vínculo emocional con los individuos que están a su cargo.
Al analizar la tabla encontramos que los rasgos del líder transformacional se
relacionan con las competencias didácticas del Plan 1999 en lo referente al reconocimiento
de las necesidades y diferencias personales de los individuos con los que se trabaja, así
como en el establecimiento de un clima de trabajo que tome en cuenta la autoestima, el
respecto, la confianza y la cooperación de todos los individuos. Un rasgo más que se tiene
en común es que hay una gestión de recursos disponibles en ambas propuestas.
Por otro lado, si comparamos las competencias genéricas del Plan 2018
encontramos un mayor número de puntos de encuentro con los rasgos de un líder
transformacional, ambas propuestas priorizan: la solución de problemas de manera creativa
y fomentando el pensamiento crítico, la capacidad de autorregulación y fomento del
desarrollo personal de los seguidores, la colaboración y cooperación en la generación de
proyectos y la innovación como rasgo característico.
CONCLUSIONES
Las presentes conclusiones de la investigación son una aproximación de lo que se
realiza, en un primer momento ya que solo nos ha permitido identificar y/o construir
categorías de análisis, y basado en esto se puede determinar de manera general la
imperiosa necesidad de hacer un pequeño alto en el camino e iniciar un proceso continuo
de reflexión – acción sobre nuestra práctica educativa, sobre la dirección que deberán llevar
los futuros docentes, indiscutiblemente actualmente las tendencias en cuanto a educación
se refieren, exigen un maestro cada vez más preparado, que entre en contacto con el
conocimiento, con el mundo real y se apropie de ellos, para enfrentar las demandas
sociales.
Los resultados hasta el momento obtenidos nos permiten tener una visión más clara
sobre los conocimientos de los futuros docentes sobre el liderazgo, no solamente en su
autopercepción sino en su actuación como docentes practicantes en las escuela
secundarias.
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La percepción de los estudiantes sobre si un líder nace o se hace y si ellos poseen o
no estos aspectos, es que cabe la posibilidad de que ambas posturas se gesten, es decir,
una persona puede nacer con ciertos atributos, mientras a otra se le pueden formar y ellos
están en proceso de formarse como líderes.
En definitiva, lo anterior señala que la educación ha evolucionado, y que uno de los
retos de las escuelas normales consiste en repensar la formación de los nuevos docentes,
de tal manera que logren procesos reflexivos, para que las reformas educativas que se
establezcan puedan ser abordadas eficaz y efectivamente.
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