LOS ESPAÑOLE EN MÉXICSO HACIA 1792. -...

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LOS ESPAÑOLES EN MÉXICO HACIA 1792. David A. BRADING Universidad de Y ale I A PESAR de que el flujo sostenido de emigración española hacia el Nuevo Mundo desempeñó un papel fundamental en la formación de la sociedad colonial, poco se sabe del tema. El objetivo de este artículo es examinar los orígenes provinciales, la ocupación y las preferencias matrimoniales de una amplia muestra de los peninsulares españoles resi- dentes en México durante los años 1791-1793. El análisis desarrolla y somete a prueba algunas hipótesis que han apa- recido e n m i trabajo anterior. Para dar cierta perspectiva histórica a nuestra discusión diremos unas cuantas palabras introductorias acerca de los patrones anteriores de emigración. Hasta ahora, la mayoría de las investigaciones se h a n emprendido, en principio, con vistas a l a solución de pro- blemas lingüísticos y se han concentrado en el origen geo- gráfico ele los primeros conquistadores y colonizadores. 1 Boyd- Bowman ha demostrado que durante la época antillana casi el 40% de los inmigrantes provenía de Sevilla y de Andalu- cía. Durante las dos décadas posteriores, 1519-39, cuanelo 1 Ver PEDRO HENRÍQUEZ UREÑA , "Observaciones sobre el español en América", Revista de Filología Española, XVIII, 1931, pp. 120-148. C. PÉREZ BUSTAMANTE , "Las regiones españolas y la población de Amé- rica 1509-1534", Revista de Indias, II, 1941, pp. 81-120. J. RODRÍGUEZ ARZÚA , "Las regiones españolas y la población de América", Revista de Indias, VIII, 1947, pp. 695-748. JUAN FRIEDE , "Algunas observaciones sobre la realidad de la emigración española a América en la primera mitad del siglo xvi", Revista de Indias, XII, 1952, pp. 467-96. V. AUBREY NEASHAM , "Spain's Emigrants to the New World", Hispanic American Historical Review, X I X , 1939, pp. 147-60. 126

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LOS ESPAÑOLES E N MÉXICO HACIA 1792.

D a v i d A . B R A D I N G

Universidad de Y ale

I

A P E S A R de que el f lu jo sostenido de emigración española h a c i a e l N u e v o M u n d o desempeñó u n papel fund a m e nt a l en l a formación de l a sociedad co lon ia l , poco se sabe d e l tema. E l objet ivo de este artículo es examinar los orígenes provinciales , l a ocupación y las preferencias matr imonia les de u n a a m p l i a muestra de los peninsulares españoles resi­dentes en México durante los años 1791-1793. E l análisis desarrol la y somete a p r u e b a algunas hipótesis que h a n apa­rec ido en m i trabajo anterior . P a r a dar cierta perspectiva histórica a nuestra discusión diremos unas cuantas palabras in t roductor ias acerca de los patrones anteriores de emigración.

H a s t a ahora, l a mayoría de las investigaciones se h a n e m p r e n d i d o , e n p r i n c i p i o , con vistas a l a solución de pro­blemas lingüísticos y se h a n concentrado en el or igen geo­gráfico ele los pr imeros conquistadores y colonizadores. 1 B o y d -B o w m a n h a demostrado que d u r a n t e l a época a n t i l l a n a casi e l 4 0 % de los inmigrantes provenía de Sevi l la y de A n d a l u ­cía. D u r a n t e las dos décadas posteriores, 1519-39, cuanelo

1 Ver P E D R O H E N R Í Q U E Z U R E Ñ A , "Observaciones sobre el español en

América", Revista de Filología Española, XVIII, 1931 , pp. 120 -148 . C. P É R E Z B U S T A M A N T E , "Las regiones españolas y la población de Amé­rica 1 5 0 9 - 1 5 3 4 " , Revista de Indias, II, 1 9 4 1 , pp. 81 -120 . J . R O D R Í G U E Z

A R Z Ú A , "Las regiones españolas y la población de América", Revista de Indias, V I I I , 1947 , pp. 6 9 5 - 7 4 8 . J U A N F R I E D E , "Algunas observaciones

sobre la realidad de la emigración española a América en la primera mitad del siglo xvi", Revista de Indias, XII, 1952 , pp. 4 6 7 - 9 6 . V. A U B R E Y N E A S H A M , "Spain's Emigrants to the New World", Hispanic American Historical Review, X I X , 1939 , pp. 147 -60 .

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M é x i c o y Perú quedaron abiertos a l a colonización, el con­t ingente anda luz representaba todavía e l g r u p o más a m p l i o , c o n t r i b u y e n d o con u n 3 2 % del total . E x t r e m a d u r a , a pesar clel prest igio de Cortés y P izarro , sólo contribuyó c o n el 16%. L a s dos Cast i l las p r o p o r c i o n a b a n el 29.6%. T o d a l a costa norte , i n c l u i d a N a v a r r a , mandó u n poco más clel 8 % . 2 N a t u ­ra lmente q u e estas proporciones var iaban de c o l o n i a a colo­n i a , pero l a N u e v a España, que recibía casi l a tercera parte de los inmigrantes , se conformaba m u y de cerca a esta dis­t r ibución general .

E l conocer los antecedentes provinciales de u n emigrante nos dice p o co acerca de su ocupación posterior. James L o c k -h a r t h a hecho nuevos hallazgos sobre e l tema. E n Perú no todos los colonizadores españoles del per iodo 1532-60, eran guerreros o misioneros ; desde e l p r i n c i p i o ha l lamos en sus f i las u n número considerable de artesanos, marineros, co­merciantes, abogados, notarios y mujeres. L o s comerciantes e r a n especialmente ubicuos y actuaban en su mayoría como agentes de las grandes casas comerciales sevillanas. L o c k h a r t concluye q u e " a l Perú se trasladó u n a sociedad española completa , esencialmente i n t a c t a . . 3

E n lo q u e se refiere a los años posteriores sabemos m u y poco, o casi nada , de los cambios que sufr ieron los patrones de migrac ión . 4 L a evidencia cua l i ta t iva sugiere que e n poco t i e m p o los vascos surgieron como u n g r u p o económicamente i m p o r t a n t e y probablemente numeroso. F u e r o n vascos los fundadores de Zacatecas. D u r a n t e l a década ele 1560, u n a expedic ión vasca conquistó l a a m p l i a área clel norte de México que fue baut izada con el n o m b r e de N u e v a V i z c a y a . 5

2 P E T E R B O Y D B O W M A N , índice Geobiográfico de Cuarenta Mil Po­bladores Españoles de América en el Siglo XVI, vol. I , 1493-1519, Bogotá, 1964; vol. I I , 1520-1539, México, 1968.

3 J A M E S L O C K H A R T , Spanish Perú, 1532-1560, Maclison, Wisconsin, 1968, pp. 221, 234-43.

4 La obra de G Ü N T E R V O L L M E R acerca de Puebla de los Ángeles pro­mete resolver muchos de estos problemas.

5 J O S É D E R I V E R A B E R N Á R D E Z , Conde de Santiago de la Laguna, Des­cripción muy breve de la muy noble y leal ciudad de Zacatecas, México,

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D e manera s imi lar , en Potosí, en e l A l t o Perú, ios vascos ocupaban u n lugar predominante en l a i n d u s t r i a m i n e r a , hasta que su éxito provocó u n a h o s t i l i d a d c o m b i n a d a por parte de las demás "nac iones" españolas. 6 E n cuanto a l a profesión, es de suponer que l a creación de los consulados en México y Perú en 1592 y 1613, definió l a formación de u n a poderosa clase de comerciantes coloniales, quienes ha­bían dejado de ser los agentes de Sevi l la , que describe L o c k -hart , y defendían ya intereses locales. P a r a mediados de l si­glo x v u estos hombres habían const i tuido u n patr i c iado urbano, con fortunas que frecuentemente superaban e l m e d i o millón de pesos. 7

P a r a 1689 ya estaba prácticamente asegurado este cambio , tanto en e l or igen p r o v i n c i a l como en l a elección de l a ocu­pación. J . Ignacio R u b i o M a n é h a demostrado q u e de los 1 182 españoles europeos residentes en l a c i u d a d de México , n o menos de 864, o sea e l 72.5%, estaba c o m p r o m e t i d o en a lguna de las variedades de l a empresa comercial , ya sea de venta por mayoreo o de reventa . 8 Además de éstos, los únicos grupos de a lguna i m p o r t a n c i a eran los empleados de l a C o r o n a , 124 personas, y los 72 artesanos. E n términos de origen, los andaluces mantenían e l p r i m e r lugar con 302 per­sonas, o sea e l 25.5%. L o s vascos ( incluyendo Navarra ) esta­b a n en segundo con 218 hombres, y e l tercer lugar corres­pondía a los Montañeses de Santander con 141. T o d a l a costa norte ( inc luyendo N a v a r r a ) representaba 465 personas, o sea el 39.3%. M i e n t r a s que los 32 extremeños y los 126 castella-

1732, pp. 26-33. J . L L O Y D M E C H A M , Francisco de Ibarra and Nueva Vizcaya, Durliam, N. C , 1927, passim.

6 B A R T O L O M É A R Z Á N S DE O R S Ú A Y V E L A , Historia de la villa impe­

rial de Potosí, 3 vols., Providence, Rhode Island, 1965, I, 246-7, 315-6; M A R Í A H E L M E R , "Luchas entre vascongados y vicuñas en Potosí", Revista de Indias, 20, 1960, pp. 81-2.

7 R O B E R T S M I T H , "The institution of the Consulado in New Spain", Hispanic American Historical Review, 24, 1944, pp. 61-83. G R E G O R I O DE G U I J O , Diario, 1648-1684, 2 vols., México, 1953, I, 184, I I , 40, 61, 147.

8 J . I G N A C I O R U B I O M A N É , Gente de España en la Ciudad de México, Año 1689, México, 1966, pp. 356-65.

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nos eran apenas u n poco más d e l 13 .3% d e l total . Evidente­m e n t e que l a disminución de l a población castellana, tan m a r c a d a durante e l siglo x v n , redu jo considerablemente l a emigración en estas provinc ias . 9

E l creciente p r e d o m i n i o de las provinc ias de l norte fue reconoc ido of ic ia lmente cuando en 1742 todos los miembros clel consulado mexicano se v i e r o n obl igados a inscribirse en a l g u n o de los dos part idos que habían formado vascos y montañeses, quienes se distribuían equitat ivamente los pues­tos d e l cab i ldo . T o d o s los relatos l i terar ios de l a época de los borbones dan la impresión de q u e e l gachupín promedio era u n campesino de l norte que se había convert ido en co­merc iante . M i estudio sobre G u a n a j u a t o presenta compro­b a c i ó n estadística a este respecto. Ahí , en 1792, casi las dos terceras partes de todos los inmigrantes con or igen i d e n t i f i -cable provenían de l norte, y casi más de l a m i t a d d e l total se dedicó a l comercio. N o obstante persistía l a d u d a de si G u a n a j u a t o , l a c i u d a d m i n e r a más i m p o r t a n t e de l a N u e v a España, podía considerarse como enteramente representativa ele todo e l p a í s . 1 0 E n lo que resta de este artículo presentaré u n a muestra más a m p l i a de inmigrantes extraída, como en e l anter ior trabajo, del censo a n u a l ele 1792, para compro­b a r esta p o s i b i l i d a d .

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P r i m e r o tenemos que discut i r e l p r o b l e m a de los núme­ros totales. Aquí A l e j a n d r o de H u m b o l d t i n t r o d u j o l a con­fusión en e l cuadro a l hacer u n cálculo obviamente falso que , s in embargo, todavía aparece en algunos l ibros de texto. C a l c u l a n d o sobre l a base re lat ivamente conf iable de que los peninsulares representaban e l 2 .07% de l a población de l a

9 J O H N L Y N C H , Spain under the Habsburgs, 2 vols., Oxford, 1964-69, II, 126-9, 260-2.

10 D A V I D A . B R A D I N G , Miners and Merchants in Bourbon Mexico, 1763-1810, Cambridge, 1971, pp. 103-13, 251-4.

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c i u d a d de México, extrapoló esta proporción y l a aplicó a toda l a población, para obtener u n total de 70 000 europeos . 1 1

Poco después F e r n a n d o N a v a r r o y N o r i e g a , u n f u n c i o n a r i o que tenía acceso a los materiales d e l censo, rechazó esta c i f r a . 1 2 Según él, l a c i u d a d de México desde n ingún p u n t o de vista podía ser aceptada como típica, puesto que siendo e l centro adminis t ra t ivo y comercia l de l a C o l o n i a atraía u n mayor número de inmigrantes que otras ciudades, s i n tomar en cuenta e l campo. Más todavía, e l censo rea l de 1790-93 que se recogió en u n área total en l a que vivían las c inco sextas partes de l a población, únicamente contaba 7 904 eu­ropeos. A p a r t i r de este dato calculaba que había en l a colo­n i a 14 000 españoles. T a n t o Lucas Alamán como comenta­ristas más recientes h a n aceptado l a tesis de N a v a r r o con preferencia a l a de H u m b o l d t . 1 3 Y de hecho, si añadimos l a sexta parte restante, ca lculada según proporción estricta, e i n c l u i m o s los 1 500 europeos que se est iman m i e m b r o s de órdenes religiosas y que n o aparecen en e l censo, entonces el total n o supera los 11 000 . 1 4 Después de 1812, e l número aumentó c o n l a l legada de las fuerzas expedic ionar ias envia­das p a r a combat i r l a insurgencia . S i n embargo, e n 1792 la C o l o n i a n o albergaba ningún regimiento de soldados reclu-tados en l a Península.

U n a s cuantas listas elaboradas por los intendentes nos d a n algunas indicaciones incompletas de l a distribución geo­gráfica de los inmigrantes .

E l contraste entre l a c i u d a d de México y las ciudades de p r o v i n c i a es sorprendente; en total , l a cap i ta l absorbía la

11 A L E J A N D R O D E H U M B O L D T , Ensayo Político sobre el Reino de la Nueva España, Juan A . Ortega y Medina, ed., México, 1966, p. 78.

12 F E R N A N D O N A V A R R O Y N O R I E G A , Memoria sobre la población del Reino de la Nueva España, México, 1954, p. 64.

13 A L A M Á N , Historia de México, 5 vols., México, 1942, I , 393-4; V I C T O R I A L E R N E R , "Consideraciones sobre la población de la Nueva Es­paña (1793-1810), según Humboldt y Navarro y Noriega", Historia Mexicana, X V I I , 1968, 3, pp. 327-348; R O M E O F L O R E S C A B A L L E R O , La

Contrarrevolución en la Independencia, México, 1969, pp. 15-22. 14 F L O R E S C A B A L L E R O , La contrarrevolución, p. 22.

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cuarta parte de los inmigrantes, exc luyendo d e l cálculo a los religiosos. L a Intendencia que l a rodeaba, u n área que comprendía los actuales estados de H i d a l g o , Querétaro, Méxi­co, M o r e l o s y partes de Guerrero , absorbía u n 15%. C o m o ya lo he señalado, l a c i f ra para G u a n a j u a t o está equivocada, y debía reducirse por lo menos a 670 . 1 5

E n cuanto a i resto de l país sobresale lo escaso de l a colo­nización en el norte: apenas 312 personas para todo e l nor­este. D e manera s imi lar , l a v i r t u a l ausencia de mujeres euro­peas fuera de l a capi ta l revela u n patrón de inmigración m u y dis t in to a l de l siglo x v i : en 1792 e l gachupín promedio o se quedaba soltero o se casaba con u n a mujer nac ida en e l país.

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Los volúmenes manuscritos originales , de los cuales fue­r o n tomados estos totales desordenados, son preferibles en tanto que fuente que estos totales mismos. S in embargo, se h a conservado menos de l a m i t a d de ellos y en algunas áreas, como por e jemplo l a de G u a d a l a j a r a , n u n c a fueron levan­tados. F a l t a n los detallados Padrones de 1792 de l a c i u d a d de México , P u e b l a , M o r e l i a , Veracruz , Zacatecas y otras c iuda­des y pueblos más pequeños. L o que resta es u n a fuerte i n c i d e n c i a de mater ia l para las ciudades y los distritos de l Ba j ío , así como para las ciudades y los distritos de O r i z a b a , J a l a p a , T o l u c a , T l a x c a l a , Aguascalientes, l a c i u d a d de O a x a -ca y jurisdicciones desperdigadas más pequeñas. P o r tanto, nos hemos concentrado en l a i n t e n d e n c i a de Guana juato . A u n q u e a u n aquí fa l tan los censos de León, P iedragorda, Salamanca, Salvatierra, Y u r i r i a y San L u i s de l a Paz, u n a omisión q u e en parte queda compensada por l a conservación de ios volúmenes de Querétaro y San J u a n de l R í o . P a r a a m p l i a r l a muestra también hemos i n c l u i d o las ciudades y distritos de O r i z a b a , J a l a p a y T o l u c a , y las ciudades, o m i -

15 B R A D I N G , Miners and Merchants, pp. 247-8; ver también A L A M Á N , Historia de Méjico, II, 75, 399.

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t iendo los distr i tos circundantes, de Aguascalientes, Oaxaca , Pachuca , R e a l de l M o n t e y T l a x c a l a .

H a y que señalar que estos Padrones son contabi l idades domésticas q u e enumeran los nombres, ocupaciones, edades, status étnico y c i v i l de todos los adultos hombres, así como datos más incompletos acerca de sus esposas y famil ias . Re­s u l t a u n a l a b o r m u y lenta y tediosa buscar a unos c ien espa­ñoles perdidos entre los miles de españoles americanos, cas­tizos y mestizos, y es m u y fácil o l v i d a r algunos nombres. S i n embargo, si a l g u i e n tuviera l a o p o r t u n i d a d de reexaminar algunos de estos manuscritos l a tasa de omisiones no supe­rar ía el 1.5%, u n margen de error razonable para u n estudio ele este t ipo .

A h o r a nos planteamos tres preguntas m u y simples: ¿Cuá­les eran los orígenes provinciales de los inmigrantes? ¿Cuál e r a su distribución geográfica dentro de l a Colonia? ¿Cuáles e r a n sus ocupaciones?

D e estas preguntas l a más difícil de responder es l a que se refiere a los orígenes. E n p r i m e r lugar , los intendentes de O a x a c a y V e r a c r u z (en donde estaban situadas O r i z a b a y Ja lapa) registraban a todos los inmigrantes como españoles europeos, s in m e n c i o n a r su p r o v i n c i a de or igen. E n segundo lugar , u n a cierta proporción de los peninsulares de l Ba j ío , especialmente los de Querétaro, aparecía registrada por i g u a l como españoles europeos o como or iginar ios de los reinos de Castilla. Esta u l t i m a designación era más vaga que l a p r i ­mera , puesto que toda España, con excepción de los reinos de N a v a r r a y Aragón ( incluidas Cataluña y Valenc ia ) eran parte de los reinos de C a s t i l l a . N o obstante, tomando en cuenta estas di f icul tades , tal y como lo muestra el cuadro 2, podemos obtener algunas conclusiones útiles.

Después de restar los españoles europeos y los or ig inar ios de los reinos de Castilla, q u e d a n 722 personas, de las cuales e l grupo más numeroso está formado por los montañeses con 210 personas, o sea e l 28%. S iguen los vascos con 151 perso­nas, o sea el 2 0 % . L a costa de l norte c o m b i n a d a ( i n c l u i d a Navarra ) representa e l 6 4 % de este total . A u n cuando su­pusiéramos que l a mayoría de los or ig inar ios de los reinos

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de Castilla provenía de l a l l a n u r a central , los norteños serían todavía e l 5 6 % d e l nuevo total . Estas cifras t ienden a debi ­l i t a r l a idea de u n a preponderanc ia absoluta de personas or ig inar ias de u n a o dos provincias . C a s t i l l a y Andalucía s iempre s iguieron enviando apreciables contingentes de i n ­migrantes a México.

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S i n embargo, n o debe atr ibuirse m u c h a i m p o r t a n c i a a estos porcentajes, puesto que n o hay razón p a r a suponer que nuestra muestra sea representativa. P o r e jemplo, Zacatecas, a juzgar p o r l a evidencia que se d e r i v a de su i n d u s t r i a m i ­nera , seguía estando controlada por los vascos; p o r tanto, su inclusión habr ía aumentado e l porcentaje vasco . 1 6 Más aún, el m i s m o esquema muestra variaciones m u y notables en e l patrón de colonización. Dolores y San M i g u e l aparecen c o m o los bastiones vascos, mientras que Aguascalientes, San F e l i p e , C e l a y a y en menor m e d i d a G u a n a j u a t o , estaban d o m i n a d o s p o r los montañeses. E l contraste entre San M i g u e l y Celaya , separados apenas p o r u n a j o r n a d a de ocho horas a caballo, se acentúa cuando encontramos que siete de los o c h o vascos establecidos en Ce laya vivían en e l dis tr i to cir­cundante y n o en l a c i u d a d . Pero no todos nuestros ejemplos p u e d e n adecuarse a este patrón. E n Querétaro, T o l u c a y P a c h u c a n ingún g r u p o p r o v i n c i a l p r e d o m i n a b a , y en G u a -na juato , los montañeses n o eran más de l 3 8 % de todos los peninsulares c o n orígenes identi f icables . L a causa de estas p r o f u n d a s diferencias sigue siendo u n mister io . Probable­mente Zacatecas atrajo siempre u n mayor número de vascos. Pero , ¿por qué, San M i g u e l , donde l a f a m i l i a más i m p o r ­tante, l a f a m i l i a C a n a l , era de ascendencia montañesa, había s ido tan favorecida p o r los vascos? ¿O C e l a y a por los m o n ­tañeses?

Es más fácil de responder nuestra segunda pregunta, que se refiere a l destino geográfico. Y a hemos visto que u n a cuar ta parte de todos los españoles se dirigía a l a c i u d a d de México . T a l y como l o i n d i c a e l cuadro 3 los demás i n m i ­grantes ev i taban e l campo y se establecían en las ciudades. O b v i a m e n t e nuestra muestra está pre ju ic iada . E l B a j í o era probablemente l a p r o v i n c i a más u r b a n i z a d a de l a N u e v a España. P o r o t r a parte, su agr icul tura , es t imulada por l a p r o x i m i d a d de muchos mercados urbanos, estaba en plena

16 D . A. B R A D I N G , "Mexican Silver Mining in thc eighteenth century: the revival of Zacatecas", Híspanle American Histórica! Review, 1969, 4, pp. 665-81.

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prosperidad y todavía no había sido m o n o p o l i z a d a por unos cuantos grandes la t i fundios . Más aún, l a muestra t iene l a ventaja de c u b r i r u n área compacta y no u n a combinación de distritos desperdigados.

C u a d r o 3

D I S T R I B U C I Ó N D E L O S P E N I N S U L A R E S P O R C I U D A D Y D I S T R I T O

Fuente: Véase el cuadro 2 .

L a proporción ele personas que realmente vivía en e l cam­po era considerablemente m e n o r a l a de las que aparecen bajo el encabezado " jur isdicc ión" . Cas i todos los españoles que en G u a n a j u a t o aparecen en esta lista, de hecho vivían en los pueblos mineros como L a Va lenc iana , Rayas, C a t a y M a r f i l , que se h a l l a b a n alrededor de l a c i u d a d de l a que los separaban distancias de u n o a cinco kilómetros. D e ma­nera s imi lar , 1 0 de cada 28 hombres habitantes de C e l a y a vivían en la pequeña c i u d a d de Apaseo. Otros 10 de Pén-jamo v i v í a n en Cuerámaro, n o m b r e de u n a hac ienda que

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ele hecho era u n pueblo grande. Q u i t a n d o las excepciones de G u a n a j u a t o y Apaseo, de los 768 habitantes d e l campo sólo 130 eran peninsulares. E n el siglo xvm, así como en el x v i , los españoles en el N u e v o M u n d o eran gente de la c i u d a d . 1 7

L a colonización europea en México puede ser representada gráf icamente como u n a red de nudos urbanos conectados por las finas líneas de l crédito comercia l y las relaciones fami­l iares . C a d a c i u d a d co lon ia l tenía sus gachupines residentes. R e s u l t a impor tante señalar su proporción con respecto a l to ta l de l a población u r b a n a . 1 8

L a Preferencia por las ciudades e x p l i c a o se expl ica por l a elección de ocupación de l inmigrante . E l cuadro 4 pre­senta u n patrón.

O b v i a m e n t e que l a elección de las ciudades e n alguna m e d i d a de termina el peso de u n a ocupación específica. L a i n d u s t r i a de l a minería y l a de refinería pueden estar sobre-representadas. S i e l número de peninsulares empleados en G u a n a j u a t o h u b i e r a sido p r o p o r c i o n a l a l a producción de plata , entonces l a i n d u s t r i a n o podía haber empleado más de 500 inmigrantes . Igualmente, dado que la m u e s t r a con-

17 R I C H A R D M . M O R S E , "Some Characteristics of L a t i n American Urban History", The Hispanic American Historical Review, 63, 1962, pp. 317-38.

18 Para la ciudad de México, H U M B O L D T , Ensayo Politico, pp. 78, 94; N A V A R R O y N O R I E G A , Memoria, p. 67; A G N Historia 72, r. 272; 74

expediente 1; para Querétaro ver J O S É A N T O N I O D E L R A S O , Notas Esta­dísticas del Departamento de Querétaro, México, 1848, p. 97; para Guanajuato, A G N , Historia, 523, f. 90; para Oaxaca, A G N , Historia 523, f. 94.

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siste en jurisdicciones urbanas más que rurales, y en algunos casos hasta omite los distritos circundantes, es m u y claro q u e l a agr icu l tura está subrepresentada. E n el Ba j ío , exclu­yendo el m i s m o Guana jua to , sólo 76 de los 465 hombres registrados aparecen como empleados en ese sector. Debe señalarse que mientras que los hacendados const i tuyen u n g r u p o bastante homogéneo, l a segunda categoría agraria es u n a mezcla que inc luye a propietarios y a meros asistentes, así como a los administradores de las grandes propiedades.

C U A D R O 4

O C U P A C I O N E S D E L O S P E N I N S U L A R E S , 1791-1792

Fuente: Véase el cuadro 2.

1 7 9 2 : LOS ESPAÑOLES E N M E X I C O 139

Si comparamos con las cifras de 1689 que d a R u b i o Mané , entonces e l número de artesanos es m u y bajo, más todavía si consideramos que hemos i n c l u i d o 11 obrajeros de Querétaro, propietar ios de grandes talleres textiles. L o s doctores p e n i n ­sulares también eran unos cuantos, así como los abogados y notarios que aparecen bajo e l encabezado de profesionistas; además, 10 de los 36 pertenecían a l clero secular. P o r lo general estos Padrones omit ían a los miembros de las órde­nes religiosas, con l a sola excepción de O r i z a b a donde apa­recen registrados 14 carmelitas europeos y 2 oratorianos, y T l a x c a l a , que registra ocho franciscanos.

Comparat ivamente , l a burocrac ia mantenía su ant igua posición de ocupación favorecida, superada únicamente por e l comercio. E n total l a C o r o n a empleaba 168 personas, o sea e l 12 % de nuestro total . E n este caso n o hay razón para suponer que nuestra muestra n o es representativa puesto q u e inc luye dos capitales de intendencia en Oaxaca y G u a -na juato y u n centro de m o n o p o l i o de l tabaco en O r i z a b a . L a a m p l i t u d de esta categoría der iva en gran m e d i d a de los cambios i n t r o d u c i d o s por José de Gálvez, q u i e n fue vis i tador general y m i n i s t r o de Indias, cuando estableció e l m o n o p o ­l i o del tabaco y puso l a recolección de los impuestos en manos de func ionar ios reales asalariados. Formó estas dos grandes ramas de l a m a q u i n a r i a fiscal en su mayoría con hombres contratados directamente en l a Pen ínsu la . 1 9 P a r a 1792 casi todas las ciudades que ahora nos o c u p a n contaban c o n españoles europeos como magistrados distritales, direc­tores de l m o n o p o l i o de l tabaco, de l servicio de impuestos y d e l servicio de correos. Además, muchos otros trabajaban c o m o guardias, copistas y asistentes. E l grado en e l que las reformas de Gálvez const i tuyeron u n a nueva orientación para l a h is tor ia de l a administración en l a N u e v a España lo de­muestra u n análisis p o r departamento. E n total , cerca de 27 personas eran intendentes, alcaldes mayores, subdelegados y tenientes de justicia. Otros siete estaban empleados en las tesorerías de G u a n a j u a t o y Oaxaca . Diez se ocupaban de l

19 B R A M N G , Miners and Merchants, pp. 35-6, 52-4, 239-42.

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correo, pero no menos de 42 del servicio de impuestos y 63 d e l m o n o p o l i o de tabaco; en esta últ ima c i f ra se i n c l u y e n las dos fábricas de Querétaro y D r i z a b a , P o r tanto, n o es de extrañar que los criol los res int ieran l a i n f l u e n c i a de los nue­vos funcionarios .

Además de l poder burocrático, los gachupines también disponían de u n número considerable de oficinas m u n i c i p a ­les. E n otro trabajo describí cómo en esta época G u a n a j u a t o exper imentó u n v i r t u a l asalto de todas sus instituciones m u ­nicipales por parte de u n g r u p o m u y estrecho de montañe­ses. 2 0 E n otras ciudades l a tendencia no era tan acentuada o evidente, pero e l censo n o inc luye necesariamente todos los datos indispensables, puesto que ser consejero de l a c i u d a d , regidor, n o era u n a ocupación de t iempo completo. S i n em­bargo, en Oaxaca cuatro inmigrantes aparecen registrados como simples regidores además de otro, que era regidor alfé­rez real, y otro que era alcalde ordinario, o magistrado m u ­n i c i p a l . E n O r i z a b a tanto los alcaldes ordinarios, como el regidor decano, e l regidor alguacil mayor y otro regidor más eran todos peninsulares. E n Gelaya l a tendencia era más percept ible : ahí el regidor alférez real, e l regidor alguacil mayor, e l regidor fiel ejecutor, e l regidor depositario y u n s i m p l e regidor , eran todos españoles europeos; tres de ellos hacendados y dos comerciantes . 2 1 P o r otra parte, en San M i g u e l sólo había u n p e n i n s u l a r en e l cab i ldo de l a c i u d a d , y en T o l u c a , aunque en este caso probablemente el censo o m i t e l a información, n o aparece ningún gachupín como f u n c i o n a r i o m u n i c i p a l .

E l tercer g r u p o ' ' o f i c i a l " , los mil i tares , es tal vez l a menos satisfactoria de todas nuestras categorías. Incluye algunos oficiales de l a m i l i c i a s i n n i n g u n a otra ocupación y unos cuantos soldados regulares retirados. Esencialmente contiene

20 ibid., pp. 324-6, 330-1. 21 Para un esquema de los deberes de estos consejeros ver, C O N S T A N -

T I N E B A Y L E , LOS Cabildos Seculares de la América Española, Madrid, 1952, pp. 189-224.

1792: LOS ESPAÑOLES E N MÉXICO 141

e l puñado de oficiales veteranos y de sargentos que entrenó a los regimientos de l a m i l i c i a p r o v i n c i a l .

V

Numéricamente hablando, todas las demás ocupaciones d i s m i n u y e n cuando se comparan con el comercio, e l cual e m p l e a b a a diferentes niveles 770 personas, o sea e l 54 por c iento de nuestro total, u n a proporción que debía ser con­s iderada c o m o apenas u n mínimo de l total de l a c o m u n i d a d i n m i g r a n t e . E n muchas ciudades, como O a x a c a y Aguas-calientes, el porcentaje era más elevado. T a l vez sería útil u n a explicación de los términos. U n comerciante era u n mercader ; pero n o se hacía l a distinción entre comercio por mayoreo y en detalle, especialmente porque las más ricas casas de comercio poseían sus propias tiendas. S i n embargo, e l término i m p l i c a b a u n cierto status social ; casi ningún mes­t izo o m u l a t o era l l a m a d o de esa manera . Igualmente el término cajero, aprendiz o agente via jero se l i m i t a b a inva­r iab lemente a jóvenes españoles, fueran europeos o america­nos. A di ferenc ia de ello, el tratante, e l negociante, podía i n c l u i r a mestizos y mulatos. L o s vinateros o taberneros se s u m a b a n a los tratantes. E n (Drizaba y J a l a p a var iaba u n poco l a aplicación de estos términos. Dependientes se com­b i n a b a c o n cajeros, y tenderos con tratantes. Posiblemente e n los Padrones de l B a j í o muchos de ellos habrían sido re­gistrados como comerciantes.

E l análisis de l a estructura de edades y los patrones ma­tr imonia les que presenta e l cuadro 5 nos permite entender p lenamente e l pape l pecul iar que desempeñaba el g r u p o comerc ia l d e n t r o de l a c o m u n i d a d i n m i g r a n t e española. E n general , los hombres ocupados en e l comercio eran más jó­venes que los que se dedicaban a otras actividades. S i b i e n const i tuían e l 5 4 % de l a inmigración tota l que considera­mos, eran menos de l 7 4 % de los hombres menores de 81 años y como l a mayoría ele los 39 cajeros, de los que n o tenemos información, probablemente pertenecían a l m i s m o

142 DAVID A . BRADING

C u a d r o 5

E D A D E S , E S T A D O C I V I L Y O C U P A C I Ó N D E L O S P E N I N S U L A R E S , 1791-1792

Edades Ocupaciones —— Total

11-20 21-30 31-40 41-50 51-60 61-80 ^

S C s C S C S C S C S y c ^ c Q

noci

5 C r

Comerciantes 14 _ 58 17 70 63 35 59 23 35 5 19 5 205 193 403 Cajeros 79 - 118 - 18 5 14 1 _ 2 1 - 39 230 8 277 Negociantes _ — 9 3 6 15 8. 19 5 17 1 6 1 29 60 90 Mineros 3 - 19 5 19 15 12 16 4 8 1 3 - 58 47 105 Hacendados _ 1 _ 7 6 8 2 17 - 17 _ 7 8 57 65 Agricultores - - 9 3 20 14 7 14 2 11 1 5 39 47 86 Funcionarios 3 - 8 17 15 32 10 43 5 21 - 13 I 41 126 170 Militares - 1 2 2 •5 6 17 2 7 4 6 4 15 37 56 Artesanos - - 5 4 1 6 9 5 5 7 1 1 2 14 23 39 Profesionales - - 5 - 9 4 1 5 1 4 1 3 10 10 16 36 Varios - - 9 1 6 7 4 26 7 20 1 13 2 27 67 96

Total 99 1 241 59 165 174 101 222 54 149 16 76 64 676 691 1421

Fuente: Véase el cuadro 3.

S = Soltero. C •— Casado.

grupo de edad que sus colegas, ésta proporción de hecho era de cerca d e l 80%. E n contraste, apenas e l 4 1 % de los co­merciantes se h a l l a b a entre los cuarenta y los c incuenta años. Más aún, e l p r e d o m i n i o m i s m o de los cajeros que casi por definición eran solteros, hacía bajar m u c h o e l p r o m e d i o de edad de m a t r i m o n i o . N o sólo había muchos inmigrantes que no se casaban; entre quienes lo hacían, bastantes se casa­ban grandes. A u n entre los hombres ele cuarenta años, los casados y los v iudos superaban a los solteros apenas por l a razón de dos a u n o .

E l g r a n número de hombres solteros dedicados a l comer­cio p l a n t e a - e l p r o b l e m a ya discut ido en nuestro estudio de l

1792: LOS ESPAÑOLES E N M E X I C O 143

censo de Guana jua to . ¿Nos enfrentamos aquí a u n patrón d e carrera en el que los hombres eran cajeros a los veinte años, comerciantes y negociantes a los treinta y después diver­s i f i c a b a n sus actividades? ¿O acaso e l censo revela u n f l u j o re la t ivamente reciente de jóvenes atraídos por e l f loreci­m i e n t o económico de los años 1780? Desgraciadamente esas preguntas quedan s in respuesta. U n censo es u n catálogo de personas, de llegadas y salidas, y no u n a guía.

P o r últ imo, e l cuadro 5 demuestra que los funcionarios reales y los terratenientes tendían a seguir líneas distintas d e comportamiento . Desde luego que en promedio eran más vie jos pero se casaban antes y más fácilmente que los comer­ciantes. L a mayoría de l a burocrac ia estaba casada desde los ve inte años. Presumiblemente esto refle jaba las ventajas de u n salario permanente.

C o m o todo i n m i g r a n t e que tiene que hacer y no sólo heredar su for tuna , l a mayoría de los hacendados eran h o m ­bres de más de cuarenta años que también podían casarse. Estos dos ejemplos sugieren que la edad más avanzada de m a t r i m o n i o de l grupo m e r c a n t i l era s implemente el resultado d e l a ausencia de u n ingleso seguro, más que u n a propen­sión i n n a t a a l celibato.

E n conclusión, aparte de ser más jóvenes, los españoles europeos de G u a n a j u a t o n o eran m u y distintos ele los demás i n m i g r a n t e s de l a N u e v a España. P a r a fines del siglo x v i u l a mayoría de los inmigrantes provenía de l a costa norte de l a Península, a u n q u e C a s t i l l a y Andalucía todavía en­v i a b a n contingentes m u y respetables. P a r a esta época y a se h a b í a n establecido ciertas tradiciones y algunas ciudades mexicanas tendían a r e c i b i r hombres or iginar ios de deter­m i n a d a s provincias españolas. Más de l a m i t a d de los i n m i ­grantes se dedicaba a l comercio . E l otro 10 o 1 5 % estaba em­p l e a d o p o r l a C o r o n a y e l resto, dependiendo de l a loca l idad , t raba jaba en l a a g r i c u l t u r a o l a minería . N i las profesiones n i las artesanías eran m u y atractivas. E l grupo comer­c i a l , aparte de ser el más numeroso, era también el más interesante. Sus miembros l legaban a temprana edad y ha­cían u n largo aprendizaje como cajeros. L a mayoría de ellos

144 DAVID A . BRADING

se casaba a u n a edad avanzada, m u c h o más que si se hubie ­r a n quedado en su país o h u b i e r a n nac ido e n el N u e v o M u n d o . C u a n d o se casaban casi s iempre elegían mujeres mexicanas. Este patrón de comportamiento es e l que dis­t inguía a l a inmigración española en México y e l que provocó considerable tensión dentro de l a sociedad c o l o n i a l .