Los Escritos de Santa Teresa de Jesús y Una Carta-Autógrafa de Francisco de Ribera

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334 BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA sus encontró, en el momento más solemne de su vida, afecto amistad, protección y asilo, en la morada señorial de una viuda tan piadosa como ilustre, para poder preparar libre, si no de coac- ciones, ai menos de prejuicios, la Reforma de la Descalcez Car- melitana, dictada por el amor de Dios, que llevó á su corazón el dardo misterioso de un serafín de la gloria. Proceden los cuatro autógrafos de que se trata, como la ma- yor parte de los que atesoran mi colección teresiana, de los Oviedos y Cordovillas que aún existen en Avila, descendientes de antepasados de la Santa, que hace dos siglos sostuvieron, á más de discordias, pleito sobre posesión y pertenencia de in- numerables reliquias de la ínclita Doctora, cuyo pleito tal vez pueda publicar en tiempo no lejano, el autor de estos tan largos como desaunados renglones. Madrid, 25 de junio de 1915. BERNARDINO DE MELGAR, Marqués de San Juan de Piedras Albas. XIV LOS ESCRITOS DE SANTA TERESA DE JESÚS Y UNA CARTA AUTÓGRAFA DEL P. FRANCISCO DE RIBERA De medio siglo á esta parte, mucho ha dado que discurrir, y aun cavilar á diferentes autores una carta del P. Francisco de Ribera, fechada en Salamanca, día 14 de Diciembre, y apostilla- da en Valladolid por la Madre María de Cristo y por el R. Padre Fr. Gregorio Nacianceno, siendo éste Vicario Provincial de Cas- tilla la Vieja, y aquélla Vicaria del monasterio carmelitano de aquella ciudad, á quien la carta fué dirigida. El principal interés histórico de este documento consiste en señalar el punto de partida desde el cual intentó el primer bió-

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Santa Teresa de Jesús, Escritos, poesía, cartas.

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  • 3 3 4 BOLETN DE LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA

    sus encontr, en el momento ms solemne de su vida, afecto amistad, proteccin y asilo, en la morada seorial de una viuda tan piadosa como ilustre, para poder preparar libre, si no de coac-ciones, ai menos de prejuicios, la Reforma de la Descalcez Car-melitana, dictada por el amor de Dios, que llev su corazn el dardo misterioso de un serafn de la gloria.

    Proceden los cuatro autgrafos de que se trata, como la ma-yor parte de los que atesoran mi coleccin teresiana, de los Oviedos y Cordovillas que an existen en Avila, descendientes de antepasados de la Santa, que hace dos siglos sostuvieron, ms de discordias, pleito sobre posesin y pertenencia de in-numerables reliquias de la nclita Doctora, cuyo pleito tal vez pueda publicar en tiempo no lejano, el autor de estos tan largos como desaunados renglones.

    Madrid, 25 de junio de 1915. BERNARDINO DE MELGAR,

    Marqus de San J u a n de P iedras Albas.

    XIV

    LOS ESCRITOS DE SANTA TERESA DE JESS Y UNA CARTA AUTGRAFA DEL P. FRANCISCO DE RIBERA

    De medio siglo esta parte, mucho ha dado que discurrir, y aun cavilar diferentes autores una carta del P. Francisco de Ribera, fechada en Salamanca, da 14 de Diciembre, y apostilla-da en Valladolid por la Madre Mara de Cristo y por el R. Padre Fr. Gregorio Nacianceno, siendo ste Vicario Provincial de Cas-tilla la Vieja, y aqulla Vicaria del monasterio carmelitano de aquella ciudad, quien la carta fu dirigida.

    El principal inters histrico de este documento consiste en sealar el punto de partida desde el cual intent el primer bi-

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    grafo de Santa Teresa ver y reconocer las obras originales, es-critas de puo y letra de tan gran Santa, quien l llamaba su madre, con el fin de hacer en breve plazo edicin fiel y correcta de estas obras, eliminando los defectos que se notaban en la edi-cin de Evora (ao 1583) J en otra de Salamanca, que hasta el presente se ha entendido ser la princeps de Fray Luis de Len; aunque no lo es, conforme lo da demostrado (i) el doctsimo P. Fr. Silverio de Santa Teresa.

    Algunos extractos de este precioso documento public nues-tro sabio inolvidable compaero D. Vicente de la Fuente (2), y todo el texto D. Francisco Herrero Bayona (3); pero la recelo-sa crtica, que no suele fiarse de copias, exige que, si fuere po-sible, se afiance la lectura del texto con su ejemplar fotogrfico.

    La hoja, plegada uso de aquel tiempo, papel original en que esa carta y sus apndices se trazaron, mide 305 milmetros de largo por 205 de ancho. El bellsimo tipo de la letra del Pa-dre Ribera, se reproduce reaparece en el cdice de la Biblio-teca de nuestra Academia, signado estante it, grada j.a} nme-ro 132, cuyo contenido expuse en el tomo LXVI del BOLETN, pginas 426-433. El mismo tipo, autgrafo del P. Ribera, se echa de ver en el cdice, procedente del antiguo colegio de la Com-paa de Jess, en Salamanca, y existente en la Biblioteca de la Universidad, en cuya portada se lee: Este libro est fielmente enmendado por el original de la santa Madre Teresa de Jess. hs. Este tratado, llamado Castillo interior, escribi Teresa de Je-ss, monja de nuestra Seora del Carmen sus hermanas y hijas las monjas Carmelitas Descalzas. Enmendronle el P. Francisco de Ribera y el hermano Antonio Arias. Acabse de enmendar 10 de Febrero de 1588 en servicio de la santa Madre.

    Ambos cdices demuestran que la carta autgrafa del Padre

    (i) Obras de Santa Teresa de Jesis. Libro de sit Vida, tomo 1, pginas LXXXVIII y LXXXIX. Burgos, 191 5.

    (2) Escritos de Santa Teresa, tomo 1, pg. xxvnr. Madrid, 1861. (3) Reproduccin foto-liogrfica y fieles traslados impresos del Camino de

    Perfeccin y el Modo de visitar los conventos, escritos por Sania Teresa^ etc., pgs. xn y xm. Valladolid, 1883.

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    Ribera en cuestin es anterior la edicin sa lamanquina de las obras de la Santa, que sali luz en 1588, y que sta fu prece-dida por otra salamanquina; conviene saber, la del ao 1584 1585, la que la carta se refiere.

    E n esta carta consigna su autor que le bastara escribir la Priora Mara Bautista, ausente en Toledo, para que sta, en razn de su oficio, le otorgase inmedia tamente el prs tamo del aut-grafo de la Santa, que era menes ter para su p ron ta y correcta edicin.

    Cundo empez y cundo se acab semejante ausencia} En qu ao, seguramente anter ior al 1588 y poster ior al 1584, la Madre Mara Bautista, siendo Priora de Valladold, duran te el da isf de Diciembre, estuvo en el monaster io de San Jos de Toledo?

    Por de pronto hay que excluir e l a o 1587 y poner en tela de juicio los dos precedentes (1585 y 1586), en razn de dos escri-turas que me consta posee el archivo del monas ter io valliso-letano:

    1.a Acta de la eleccin de Priora en i. de Octubre de J^8y. Ces de tener este alto cargo, que haba ejercido durante diez y seis aos la Madre Mara Bautista, y en su lugar fu sustituida para el trienio siguiente la Madre Dorotea de la Cruz.

    2 . a R e l a c i n que pocos das despus redac t describiendo toda su vida y los estados de su conciencia la Madre Mara Bau-tista po r manda to del P. Francisco de Ribera, su director espi-ritual. Ha publicado la m a y o r pa r t e de esta Relacin el Dr. Don Jos Mara Gonzlez de Echvarr i ( i ) . E n ella (2), pginas 60 y l , se lee:

    Olvidbaseme decir como despus que vine de visitar el

    (1) Santa Teresa de Jess en Valladold. Estudio histrico en vista de do-cumentos inditos. Valladolid, 1914.Sobre este libro omit un breve Infor-me en el tomo LXVI del BOLETN, pgs. 20-24.

    (2) El primer prrafo de la Relacin lo ha dejado indito el Sr. Gonz-lez Echvarri. Dice as: Mi vocacin la Religin por ser tanta prtelas oraciones de nuestra Santa Madre Teresa de Jess en las mercedes que nuestro Seor me hizo, me ha hecho obedecer Vuestra Merced (P. Ri-bera) escribiendo lo que pudiere.

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    cuerpo de nuestra Madre Teresa de Jess ( i ) , aunque no san del todo, mas los trabajos interiores se me quitaron, sino era al-gunas temporadas.

    Pues al fin de estos diez aos que son por mi cuenta de harta importancia (2), y veinte y cinco que [el Seor] me llam (3), y diez y seis de cuidados de Priora (4), como me vi tan mala y can-sada de tenerlos, crecime el deseo que, haba das, tena de de-jar el oficio; asimismo arroj el Seor otro en mi alma, bien como de su mano; y as no [vacil, sino] lo puse luego por obra.

    En renunciando la carga, qued con tanto alivio, que fu cosa particular el que tuve en mi enfermedad; porque estaba tal y tan flaca que con dificultad poda tenerme ni aun sentada en la cama; y en el mismo da, acabada la eleccin por la maana (5), me pude levantar la tarde y bajar al locutorio, y todos los dems adelante tambin me levant; y se maravillaban los que me ha-ban visto y ahora me vean con tan grande mudanza.

    Qued con grandes deseos de servir al Seor muy de nuevo; y as parece lo acept su Majestad, renovando mi alma con una gran paz y tranquilidad, y otros muchos afectos que sera largo de decir; y aun las fuerzas corporales tuve desde ah poco que muy en breve convalec. Bendito sea por siempre, que as mues-tra su poder y misericordia con quien tan mal se lo ha merecido y servido.

    Corolario.La carta del P. Ribera, fechada en 14 de Diciem-bre, es anterior al ano 1587, La edicin salamanquina de las obras de la Santa, que menciona, no debe, ni puede confundirse con la de 1588.

    Al escribir esta carta, saba su preclaro autor que la Madre

    (1) Mientras estuvo en vila el milagroso cuerpo de la Sauta (24 No-viembre 1585-23 Agosto 1586). La estancia en vila de Mara Bautista dur muchos das y quiz meses.

    (2) Contados desde el 1577, segn arriba lo indic (pg. 53). (3) En Septiembre de 1562 (pg. 51). (4) Para este cargo fu nombrada y constituida por Santa Teresa en

    Septiembre de 1571. Consta en el archivo del monasterio la permanencia sin interrupcin de los diez y seis aos consecutivos.

    (5) Jueves, i. de Octubre de 1587.

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    Mara Bautista se hallaba en Toledo y que, habiendo mejorado de salud, punto estaba de regresar Valladolid. Esto hubo de ser, mi juicio, en I 586, desarrollndose el cuadro histrico de la peregrinacin de la predilecta sobrina de Santa Teresa en tres etapas, al tenor de los documentos que he consultado, y que aguardan de otros, para m todava desconocidos, mayor ilustra-cin y fijeza de pormenores:

    i. Libro antiguo de Profesiones eu el monasterio de Valla-dolid.

    La profesin del 14 de Septiembre de 1585 est firmada por la Priora Mara Bautista, y ella se sigue la del IO de Noviembre de 1586, firmada por la Vicaria Mara de Cristo.

    Nada obsta, en razn de este documento, que un mes despus de esta ltima fecha notificase al P. Ribera la Priora desde To-ledo su mejora de salud y el propsito que abrigaba de regresar en breve su monasterio. Lo cierto es que su partida desde Va-lladolid no puede anticiparse al 14 de Septiembre de 1585. Como ella misma nos lo va referir, dilat cuanto pudo el cumplimiento del dictamen de los mdicos y de sus superiores en orden, que se fuese respirar los aires de Toledo, su ciudad natal, hasta que le vino mandato expreso y obligacin perentoria de ponerse en camino, probablemente reforzada con el aliciente de poder ver, pasando por Avila, el cuerpo de Santa Teresa, que estaba all oculto, y cuya fama no se divulg hasta los primeros das de Enero de 158, segn lo manifest- la Priora de Avila la de Sa-lamanca (i) , en la preciosa carta cuyo texto copi de su propia mano el P. Ribera.

    2.0 Relacin de la Madre Mara Bautista^ pginas 53-55-La Santa despus de muerta (2) se me apareci, y me con-

    sol de lo mucho que padeca, dicindome que no tuviese pena; que mis cosas las tena ella su argo en el cielo; y me asegur de lo mucho que Dios se agradaba de lo que padeca. Con esta visin se esforz mucho mi alma; y por ser la enfermedad tan

    (1) BOLETN, tomo LXVI, pgs. 402-404. (2) Muri en 4 de Octubre de 1582.

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    gravsima mandaron los mdicos me llevasen los aires de Toledo, por ser de all natural; y as lo concedieron los Prelados ( i ) por la gran lstima que todos me tenan, aunque m me hizo gran contradiccin, y as lo dilat todo lo que pude; y cada vez que se dejaba tornaba estar en extremo apretada (2); y como advir-tieron esto, me mandaron ir con resolucin.

    Pasando por Avila (3), entr visitar el cuerpo de nuestra san-ta Madre que entonces estaba en Avila (4); y llevando dos mule-tas, que no poda andar de otra suerte, antes que saliese de all sent tal mejora que las dej luego (5), y anduve sin ellas.

    Estaba en la misma casa una religiosa (6), quien Dios co-municaba muy grandes mercedes; y la mostr su Majestad la glora accidental que nuestra Santa Madre Teresa de Jess tena de verme en su sepulcro, y como haba sido (yo) la que ms haba amado en la tierra, as deseaba y peda Dios fuese la que estu-viese ms cerca de ella en el cielo, y que para alcanzar esto me convena ir por camino ele tantos trabajos como su Majestad me da tan de ordinario; y son tan recios estos accidentes que mu-chas veces se ven llevar nima y cuerpo tan ligero como una pluma; y lo que le da ms pena es no entender en lo que ha de venir parar; porque como el alma est sumida en tan profun-das tinieblas y los sentidos y potencias tan sin luz, por entonces no halla en s ms fuerza para resistir lo que una pavesa (/) ni puede, porque estn las potencias tan ligadas que para ninguna otra cosa queda libertad, y no dan lugar al alma para salir de

    (1) El Provincial de Espaa y el Vicario provincial de Castilla la Vieja. (2) As el original con perfecto sentido. En el texto impreso por el

    Si\ Gonzlez de Echvarri , en lugar de dejaba... apretada, se lee dasau apretado, por error de imprenta.

    (3) Yendo Toledo, quiz pasada la primavera. (4) Estuvo, como arriba lo apunt, desde el 24 de Noviembre de 1585

    hasta el 23 de Agosto de 1586, (5) Las dej en exvoto, segn lo afirma el Sr. Herrera Bayona; pero

    consultada la actual Priora de San Jos de Avila, dice que no hay memo-ria de esto all.

    (6) Ana de San Bartolom. (7) Chispa, envuelta en humo, que salta de una materia inflamada y se

    convierte en ceniza.

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    ello, ni puede tener pode r ni aun entero querer , sino en todo y por todo tan aprisionada como por lo dicho se poda enten-der (i); y cuando vuelve en s siente con dolor aquellas palabras que dijo el santo Job (2): quare posuisti me contrarium tibi?; y muchas otras que se le representan; y se las ponen delante su propsi to as de los salmos como de (los otros) libros de la Sa-grada Escr i tura .

    A n t e s que llegase Toledo la Madre Mara Bautista, y estn-do en Avila, gozndose con la presencia del milagroso cuerpo de la Santa (26 Julio 158 r) aconteci lo siguiente:

    3.0 Historia de la vida, virtudes y milagros de la Venerable Ana de San Bartolom (3), pgs. 4 3 5 - 4 3 8 .

    Es muy propio de la vir tud llevarse los ojos de todos, prin-c ipa lmente de los que la profesan; y ansi fu cosa rara la impre-sin que hizo en los corazones de todas las religiosas la santidad y afabilidad de Teresa (4). A m b a n l a en ex t remo, y aunque por ser sobrina de tai Santa la est imaban, ella con su modo de pro-ceder se haca querer de modo que porfa p rocuraban todas tenerla consigo y comunicarla . Una Priora de cierto Monaste-rio (5), venci las dems en hacer m u y apre tadas diligencias con sus super iores para que se la enviasen su casa; pero con igual valor y constancia se la resisti la Priora de Avila.. . () En esta santa competencia estaban las dos Prioras, y saba de suerte alegar cada una por su par te , que se hallaron los superiores per-plejos, sin resolverse negar ni conceder lo que se les peda. La bendi ta he rmana (7) estaba en la misma indiferencia, no obliga-

    (1) Es el estado del alma, descrito por Santa Teresa en el postrer ca-ptulo de la Morada VI.

    \2) VI, 2 0 . (3) Por el Maestro F. Crisstomo Enrquez, Cronista general de la or-

    den de San Bernardo. Dedicada la Serensima seora doa Isabel Clara Eugenia, Infanta de Espaa, Bruselas, 1632.

    (4) Hija de D. Lorenzo de Cepeda, hermano de la Santa. (5) Consta que era la de Valladolid, Mara Bautista, en el tomo 111 de

    la Historia de Reforma del Carmen, libro nr, cap. xm. (6) Mara de San Jernimo, en cuyo cargo haba recibido y autorizado

    la profesin de Teresa, el da 5 de Noviembre de 1582. (7) Poco despus la Hermana Teresa, en Septiembre Octubre de

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    da de respectos que la moviesen desear ms lo uno que lo otro... porque estaba tan resignada que no quera ms de lo que quisiesen los superiores.

    Finalmente, no hallaron otro medio sino poner la resolucin de este negocio en manos de la santa Madre, determinando entre s hacer aquello que ella diese entender era su voluntad. Llam la Priora la venerable Ana, comunicla el caso, y mandla se fuese al. santo sepulcro de su Madre y la pidiese se sirviese de declararlas cul era a voluntad de Dios, y qu cosa sera ms del servicio suyo. Obedeci Ana, y habiendo consultado lo que le mand la Priora, respondi la Santa: Teresa no ha de salir de aqu jams. Refirilas estas palabras que haba odo; que, aun-que pocas, fueron muy eficaces, pues con ellas se puso trmino las inquietudes en que andaban. Confirm el tiempo la verdad de esta profeca; porque, aunque en diversas ocasiones procuraron sacarla, para nuevas fundaciones, para otros respectos, siem-pre se deshizo. Nunca sali de Avila; all vivi y acab su vida santamente (f viernes 10 de Septiembre de iio).

    Corolario.La carta del P. Ribera es del ao 1586. Leamos ahora su contenido, cuyo texto, fotografiado del original, ha sa-cado y me ha enviado el Sr. Gonzlez de Echvarri.

    + Jhs

    La gragia de Jesuchrsto nuest?'o Seor est en el alma de v. m. (1).

    Es menester que v. m, sea muy liberal en lo que aqu le escre-vire\ pues es servicio de nuestro Seo?'y bien de muchas almas.

    El libro del Pater noster de la santa Madre se imprimi en Evora la primera vez (2) de manera que era lstima verle. La

    15S6, cuando estuvo de paso en vila el P. Ribera, le abri su espritu y le tuvo por confesor, ni ms ni menos que la Madre Mara Bautista. Vase Plit: La familia de Sania Teresa m Amrica, pg. 211, Fri burgo de Bris-govia, 1905.

    (1) Vuestra merced. (2) Aos 1580-1583. Manej y describi un ejemplar de esta primera

    edicin D. Vicente de la Fuente.

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    se quiere imprimir ac ( i) , la tergera; y yo deseava averie las manos primero, para que libro tan bueno saliese como era razn. A querido nuesto Seor que me le an entregado para que le co-rrija; y yo deseo hazer en l toda la diligengia posible para que salga como a de salir, y como yo deseo que salga libro de mi

    ()) En Salamanca.

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    Madre , quien yo tanto quiero. Para esto ( i ) e menester buen original para enmendar le , y aun no querr a uno solo. A n m e dicho que el original de la mano de la misma Madre est en esa casa. V . m. har mucho servicio nues t ro Seor y m grandsima caridad en enbirmele luego, porque ay mucha priesa en el ne-gogio; que yo le guardar como reliquia, tan precioso, y con mensajero m u y gierto se le enbiar v. m. m u y buen recaudo y con mucha brevedad, y con toda fidelidad y verdad que yo devo guardar y v. m. ver . Y si v. m. no t iene acaso el original, m e embe qualquiera que tenga de mano, y m e escriva donde hallare el mismo original (2), y el original de las Moradas, y de la Vida y d e las Fundaciones.

    S no tuviera tanta priesa, escriviera To ledo la Madre Pr io-ra (3) para que por su carta viera v. m. como gustava dello; pero eso bien se en t ende r por ser para lo que es. Su r. (4) y v. m. y todas sus hijas deven desear mucho esto mismo; y creo con ayu-da del Seor lo vern despus, de manera que se consuelen.

    Esta carta embo al pad re gernimo de mendoza para que la d v. m., y cobre respuesta , y me embe el libro por el men-sajero que yo le escrivo. Por caridad v. m. se le d luego, y fese de mi palabra.

    E n c o m i n d e m e v. m. nuestro Seor; y la he rmana Estefa-na (5) la d mis encomiendas; y le diga que desde el da que la habl (fj), la encomiendo en la missa nuest ro Seor cada da

    (r) Semejante encargo sospecho que le hicieron Fr. Luis de Len y la Venerable Ana de jess, que estaban en Madrid y promovan la pronta ejecucin del decreto acordado por el Definitorio en i. de Septiembre de 1586 para que se hiciese la edicin tercera.

    (2) Este original, segn lo certifica al pie de la carta la Madre Mara de Cristo, estaba entonces en el Monasterio de Valladolid, donde per-manece.

    (3) Mara Bautista. (4) Su Reverencia. (5) Era de rostro hermossimo. Profes en Valladoiid el da 6 de

    Agosto de 1573. Hizo de ella grandes elogios Santa Teresa en su carta de 23 de Diciembre de 1574, y fu muy estimada de los reyes Felipe II y Felipe III. Muri en n de Junio de 1617.

    (6) En los postreros das del ano 1580.

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    sin faltar, y que est obligada por la caridad de corresponder esta voluntad.

    Sabido e que est mejor la madre priora. Si de nuevo ay algo deso, de su vuelta, me avise v. m.; y mire v. m. que es menes-ter esto, que digo, luego la hora. El Seor d v. m. mucha gracia suya.

    De Salamanca, 14 de D\ziembre.=:Fran.ea de Ribera ( i ) . (Sobrescrito.) A la madre Mara de Christo, vicaria de las des-

    calzas Carmelitas.== Valladolid.

    (Debajo del sobrescrito.) +

    Por esa ver v. r.a lo que pide el dotor rribera; y como lo te-nemos para drselo que es ste; querra que v. r.a me dijese si se le darr no, por que vaya con bendicin lo que se ycier. Ya enbi el rrecaudo a fray Diego de Yanguas (2); y maana entre las siete y las ocho a de venir .=M. a de christo.

    (Encima del sobrescrito.) +

    Jhs m.a

    Yo no me atrever dar licencia para quese libro se saque de casa; no s si conviene que ande de mano en mano por ser reli-quia de tanta estima; que, aunque es verdad que al P.e Ribera se puede fiar todo, de aqu sus manos ay veinte y dos leguas (3) y muchos peligros. En lo que me resuelbo es que V. R. le d si le paresciere, que en esto no quiero poner mi decreto (4); pero me holgara que con buen modo se escusase.

    Fr. gregorio.

    , (1) AS debe escribirse este apellido, como tambin lo prueban todas las obras de este eminente sabio, estampadas bajo su direccin.

    (2) Dominico y catedrtico de Teologa en Valladolid, famoso por la parte que le haba cabido en la direccin espiritual, fundaciones y escri-tos de Santa Teresa. Muri en 22 de Julio de 1605.

    (3) De Valladolid Salamanca. (4) De Vicario provincial en Castilla la Vieja.

    TOMO LXVII, 2 2

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    Observaciones .

    Para determinar el ano (1586) en que el P. Ribera traz la sobredicha carta del 14. de Diciembre, viene muy propsito lo que advierte el P. Fr . Sverio de Santa Teresa (i) :

    La consulta hecha por la M. Mara de Cristo al Superior de los Carmelitas, y la respuesta de ste, son nueva confirmacin de que la carta del P, Ribera es de fecha anterior 1588. Cons-taba en el libro de Profesiones del Convento de Carmelitas Des-calzos de Valladolid la profesin del P. Francisco de la Trini-dad, fecha 13 de Diciembre de 1586, que fu firmada por el Padre Gregorio Nacianceno; y falt despus este Padre muchos aos de Valladolid por los cargos que le dieron en la Orden.

    Lo que en su rescripto la Madre Mara de Cristo dijo el P, Nacianceno al P. Ribera se puede fiar todo, es prueba de la estima y amistad que le profesaba; lo cual se patentiza an ms por el P. Ribera en su Vida de la Madre Teresa de ests, libro v, captulo r, donde cuenta pormenores que supo de boca del mis-mo P. Nacianceno en 15S 5-

    Durante este ao, andaba ya muy solcito el P, Ribera de re-coger autnticos datos, concernientes la vida y gloria postuma de la Santa, as por los escritos que ella redact, como por las personas que entonces vivan y la trataron ntimamente. Prueba de ello es lo que le cont en 19 de Agosto doa Guiomar de Ulloa (2), y lo que refiere (3) acerca de su estancia en Alcal de Henares, donde visit el monasterio que. llaman de la Imagen, adquiriendo particulares noticias, sobre las Constituciones que observaba aquella Comunidad y que en 156/ le fueron dadas, escritas por Santa Teresa, como es sabido (4).

    (1) Tomo cit., pg. LXXXIX. (2) BOLETN, tomo LXVI, pginas 430-433. (3) Libro J, cap. xvi, pg. 102. (4) De ellas habla extensamente el P. Ribera (libro 11, cap, 11) hizo

    la apologa historiando sus consecutivas aprobaciones hasta el ano 1584. Bien poda haberlo advertido D. Vicente dla Fuente. (Escritos de Sania Teresa, tomo 1, pg, 255.)

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    En 1586, no menos atareado vemos al P. Ribera con igual designio. Copi de su mano muchas Relaciones autgrafas de la Santa, y otras las hizo transcribir ilustrando con breves notas lo transcrito y ajustndolo de todo en todo las piezas origina-les (i)- La descripcin que hizo de su asistencia personal en Alba de Tormes, cuando recobr esta villa el cuerpo de la Santa Madre trado de Avila (2), su estancia en Medina del Campo principios de Octubre y luego despus en Avila (3), son testi-monios irrefragables de lo que voy diciendo.

    El deseo que abrig y manifest el P. Ribera en su carta del 14 de Diciembre de compulsar el autgrafo Teresiano del Camino de perfeccin, ;se satisfizo? Indudablemente, tarde temprano. A todo trance, poco le costaba, aprovechndose de las prximas vacaciones de Navidad, el trasladarse Vallado-lid, y compulsar all las hojas de la preciosa reliquia, notando las variaciones que rectificaban el texto que haban impreso el arzobispo I). Teutonio en Evora y el P. Gradan en Sala-manca.

    Aludiendo esta carta, sac luz (libro 1, cap. 11) el principio y remate y otros muchos extractos del presente cdice valliso-letano, en demostracin del fin que tuvo la Madre Teresa para fundar estos monasterios. Porque quiero msdice-que esto todo se entienda de sus palabras que de las mas, referir aqu lo que este propsito dice en el Camino de perfeccin, en el ca-ptulo primero, no como anda en los libros impresos hasta ahora en Evora y Salamanca, sino como ella lo escribi en el original de su misma mano, de donde yo lo he sacado; y esto quedar dicho para todo lo que de este libro yo alegaren

    Desde el 14 de Diciembre de 1586 hasta principios de Octu-bre de 1587 en que el P. Ribera puso mano la pluma para es-cribir el Prlogo de su insigne volumen, no deba faltarle tiempo para reconocer los originales no solamente del Camino, sino tam-

    (1) BOLETN, tomo LXVI, pgs. 427-430. (2) Libro v, captulos 11 y ni. (3) BOLETN, tomo LXVI, pgs. 404 y 406.

  • 3 4 BOLETN DE LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA

    bien de las Moradas, Vida y Fundaciones, 6 bien hacerse con copias de ellos en te ramente fidedignas ( i ) .

    El volumen manuscr i to , obra maestra de su claro ingenio habiendo pasado por la censura de graves examinadores , fu aprobado para la impresin en I I de ' Junio de 15 89. Cuanto ms vayan descubrindose y estudindose los documen tos que en l se citan, tanto ms se pondrn de relieve y se podrn estimar las intachables p rendas de historiador que distinguan al primer bigrafo de Santa Teresa .

    Madrid, 25 de Junio de 1915. F I D E L F I T A .

    XV

    CARTA AUTGRAFA INDITA DE SANTA TERESA DE JESS SU TA DOA ELVIRA DE CEPEDA

    (vila, 6 de Julio de 1541.)

    Cada autgrafo indito que aparece del personaje cuya histo-ria se investiga, resulta algo as, como la signatura para los gran-des archivos y bibliotecas, medio rpido y eficaz de ob tener la

    (1) Al entrar en prensa este Informe, he recibido de la R. M. Carolina de Jess, actual y dignsima Priora de Valladolid, muy valiosos documen-tos Teresianos, archivados en aquel insigne monasterio. Entre ellos el acta de la eleccin de la M. Dorotea de la Cruz (i. Octubre 1587), en vir-tud de la cual dej de ser Priora la M. Mara Bautista, aparece firmada por el P. Fr. Juan Bautista, Vicario Provincial de Castilla la Vieja. Nueva prueba es sta de que la carta del P. Ribera, apostillada por el P. Fr. Gre-gorio Nacianceno, es anterior este ao, como que fu escrita en 14 de Diciembre de 1586.

    En 11 de Diciembre de 1591, y no en 24 de Noviembre como se ha credo hasta ahora, muri en Salamanca el P. Ribera, segn lo testifica la edicin postuma de sus comentarios sobre la epstola de San Pablo los Hebreos. Doce aos le sobrevivi la Madre Mara Bautista, porque falle-ci en Valladolid 10 de Agosto de 1603. La Relacin sobredicha y las cartas, desgraciadamente perdidas, que ella escribi al sabio Director de su alma, son fuentes que ste cita no rara vez en su hermosa Vida de la Madre Teresa de Jests.