LOS EDUARDO INCENSARIOS PREHISPANICOS - Revista de la ... · el auto sacrificio de la nariz y allí...

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EDUARDO NOGUERA LOS INCENSARIOS PREHISPANICOS I 1 11 Incensarios, sahumadores, sahumerios, braseros, son elementos im- prescindibles en el ceremonial y el ritual de los pueblos prehispáni- coso Los braseros o incensarios nece itan dos elementos indispensa- bles para su función, sin los cuales su utilidad sería nula: el tueg y el incienso. El fuego, al mismo tiemp que ha sido de prilllordi I utilidad para el hombre, puede también ser origen de gran destrucción. Por lo tant ,desde ud cubrimiento y creaci' n, según la leyenda, Tel.catlipoca e lran formó en Mixc all-Cama tll y produjo el fuego en el año 2 Acat!. tra narración no dice que Tezcatlipoca se creó por medio de una pareja ohrcvivi nte al diluvio de la uarta Edad o 01. :1 fuego, por lo tanto, era reverenciado o temido y la deidad ljlle lo prcsidi:t era 'J\lhtecutli o Huhueteotl, "dio viejo". Como iuhtecutli ra "scl1nr del UI o", "señor de la turquesa" o "de la yerba", también . le conoC"1 como Xiuhtccllllitell. Así, tenemos la de cripción del uod '1 fuego (d aClIerdo con los datos del Templo Mayor de Tcnochtillan, rclatados por testigos presen iales a ahagún, y que e conscrvan cn el Códicc HOfCrl1l- no) hecha en lengua núhllatl y lraducida al ca ·tellano por I.(¡pel Austin.' A continuación. ;t1arelllos los párrnfos m;'ls sohre. alicn· tes dcl uso del fu go en el Templo Ma or y olIO cercanos. "POY AUHTLAN: Ahí ayunaban cl frendador dcl "lIcgo de México y el Ofrendador del Fuego de Tlalo ·an. Cada al)o en la veintena ·tzalcualiztli ellos ponían el fu go allí en Po}auhtlan," "TLAXI ca: Ah í iba ac1 car el fuego el Ofrendador del Fuego: Tlillal/. Y ahí se hacía, s610 de noche, no de día. TULA!'A : Ahí se bañaban los orrendadore del ruego, 610 en la noche. Y cuando se habían bañad , enlonces colucaban el fuego allá en el templo de Mixcuapal/. CA LM ECAC DF ME ca: ahí estaban los penitentes que orrecían el ruego en lo alto del Tlalocan, a diario. A IIXICALCO: ahí culocaba el ruego el llamado YOP CHC ALM 'C A DE H ITZ IIUA(': ahí esta- ba el penitente, el ofrendador del ruego: ahí ofrecía el ruego." Por su parte, Zantwijk 2 aporta datos en un estudio del texto del Códice Ramírez que trata "del gran ídolo de los me xicanos llamado Huitzilopochtli, de su templo, sus sacerdotes y de dos monasterios". A continuación expone lo que los infonnantes de Sahagún dijeron respecto a los conventos (calmecac): El "Convento" de México: ahí estaban los penitentes (sacerdo- tes) que ofrecían el fuego en lo alto del templo de T1áloc, a diario. El "Convento" de Huitznáhuac: ahí estaba el penitente (sacerdote), el ofrendador del fuego; ahí ofrecía el ruego sobre el templo que tenía por nombre Huitnáhuac; diariamente se hacía. El "Convento" de Tlamatzinco: ahí permanecían los ofrendadores (los sacerdotes) de los tlamatzincab; ofrendaban el fuego en la eumbre del templo de TIamatzinco. El "Convento" de Tletanman: ahí permaneeía el ofrendador del fuego, penitente (el sacerdote de Cuauxólotl-Chantico, dios del fuego y del hogar). I3astan e tas referencias para entender la importancia que tenían los ritos y ceremonias del fuego, que en los casos citados debió hacerse en los grandes braseros situados en diversos lugares de los tcmplus y de los que conservamos algunos excelente ejemplares. .i el incensari y brasero era de gran importancia y constante u 0, fue una derivación y evolución de otros más antiguos, desde I inici de las civilizaciones en Mesoamérica, empezando por el horil.Ontc prc-c1á ic dIque tenemos referencias en restos de eJemplarcs que han sobrevivido. Una o' las referencias, quizás de las más antiguas, es el Inccnsario oel Preclásico Superior, conforme lo describe Vaillant. 3 I deCir de este aut r puede representar un antecedente del dios , laloc tcnlcndo en cuenta una especie de voluta sobre la boca a modo dc bigolera de esa deidad aunque faltan los anillos de las antcoJcra, propios oe la misma. . A su vel ('umming . en uicuilc0 4 encontró dos incensarios que se dIstinguen p r ofrecer un claro antecedente de los incensarios ocl C1asico corno lo de cribiremos más adelante. Se trata de figuras en cuclillas on la palda doblada y los brazos descansando en las pIerna. I os rasgos faciales están bien ejecutados y ambas sostienen un recipiente. 's un claro antecedente de lo que fue tan abundan- te en el período Clásico y una antiquísima representación del Huehueteotl, el dios del ruego. Un· ejemplar del mismo estilo aunque menos bien ejecutado y hecho en piedra basáltica fue encontrado por Vaillant en Ticoman. s Mas bien ejecutado al llegar al horizonte Clásico, el incensario en rorma del dios Huehuetetotl está más perfeccionado. General· mente es de piedra basáltica y se ve un hombre anciano como dios del fuego con el cuerpo encorvado y sosteniendo un gran recipien· te, es decir el brasero para prender el fuego. Típico del horizonte clásico y que se encuentra por millares son los incensarios conocidos como "Candeleros" como fueron conoci· dos desde la época colonial debido a que se utilizaron para tal fin por tener dos cavidades; hoy tenemos algunas comunidades indíge· nas que los usan para ese objeto. Estos "candeleros" constituyeron un enigma sobre su función; en épocas recientes fueron mejor estudiadas. Ceballos Novelo hace un detenido estudio publicado en la monumental obra de Teotihuacan 6 y los clasifica en diferentes formas: la más predominante es de paralelepípedo irregular con dos cavidades aunque raramente hay de una; su decoración es modelada, rallada, raspada, zoomorfa y antropomorfa.

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EDUARDONOGUERA

LOSINCENSARIOSPREHISPANICOS

I 1

11

Incensarios, sahumadores, sahumerios, braseros, son elementos im­prescindibles en el ceremonial y el ritual de los pueblos prehispáni­coso

Los braseros o incensarios nece itan dos elementos indispensa­bles para su función, sin los cuales su utilidad sería nula: el tuegy el incienso. El fuego, al mismo tiemp que ha sido de prilllordi Iutilidad para el hombre, puede también ser origen de grandestrucción. Por lo tant ,desde u d cubrimiento y creaci' n,según la leyenda, Tel.catlipoca e lran formó en Mixc all-Cama tlly produjo el fuego en el año 2 Acat!. tra narración no dice queTezcatlipoca se creó por medio de una pareja ohrcvivi nte aldiluvio de la uarta Edad o 01. :1 fuego, por lo tanto, erareverenciado o temido y la deidad ljlle lo prcsidi:t era 'J\lhtecutli oHuhueteotl, "dio viejo". Como iuhtecutli ra "scl1nr del UI o","señor de la turquesa" o "de la yerba", también . le conoC"1como Xiuhtccllllitell.

Así, tenemos la de cripción del u o d '1 fuego (d aClIerdo conlos datos del Templo Mayor de Tcnochtillan, rclatados por testigospresen iales a ahagún, y que e conscrvan cn el Códicc HOfCrl1l­no) hecha en lengua núhllatl y lraducida al ca ·tellano por I.(¡pelAustin.' A continuación. ;t1arelllos los párrnfos m;'ls sohre. alicn·tes dcl uso del fu go en el Templo Ma or y olIO edillcio~

cercanos.

"POY AUHTLAN: Ahí ayunaban cl frendador dcl "lIcgo deMéxico y el Ofrendador del Fuego de Tlalo ·an. Cada al)o en laveintena ·tzalcualiztli ellos ponían el fu go allí en Po}auhtlan,""TLAXI ca: Ah í iba a c 1 car el fuego el Ofrendador delFuego: Tlillal/. Y ahí se hacía, s610 de noche, no de día.TULA!'A : Ahí se bañaban los orrendadore del ruego, 610 enla noche. Y cuando se habían bañad , enlonces colucaban elfuego allá en el templo de Mixcuapal/. CA LM ECAC DF ME l·ca: ahí estaban los penitentes que orrecían el ruego en lo altodel Tlalocan, a diario. A IIXICALCO: ahí culocaba el ruegoel llamado YOP CHCALM 'C A DE H ITZ IIUA(': ahí esta­ba el penitente, el ofrendador del ruego: ahí ofrecía el ruego."

Por su parte, Zantwijk2 aporta datos en un estudio del textodel Códice Ramírez que trata "del gran ídolo de los me xicanosllamado Huitzilopochtli, de su templo, sus sacerdotes y de dosmonasterios". A continuación expone lo que los infonnantes deSahagún dijeron respecto a los conventos (calmecac):

El "Convento" de México: ahí estaban los penitentes (sacerdo­tes) que ofrecían el fuego en lo alto del templo de T1áloc, adiario. El "Convento" de Huitznáhuac: ahí estaba el penitente(sacerdote), el ofrendador del fuego; ahí ofrecía el ruego sobreel templo que tenía por nombre Huitnáhuac; diariamente se

hacía. El "Convento" de Tlamatzinco: ahí permanecían losofrendadores (los sacerdotes) de los tlamatzincab; ofrendaban elfuego en la eumbre del templo de TIamatzinco. El "Convento"de Tletanman: ahí permaneeía el ofrendador del fuego, ~l

penitente (el sacerdote de Cuauxólotl-Chantico, dios del fuego ydel hogar).

I3astan e tas referencias para entender la importancia que teníanlos ritos y ceremonias del fuego, que en los casos citados debióhacerse en los grandes braseros situados en diversos lugares de lostcmplus y de los que conservamos algunos excelente ejemplares.

. i el incensari y brasero era de gran importancia y constanteu 0, fue una derivación y evolución de otros más antiguos, desdeI inici de las civilizaciones en Mesoamérica, empezando por elhoril.Ontc prc-c1á ic dIque tenemos referencias en restos deeJemplarcs que han sobrevivido.

Una o' las referencias, quizás de las más antiguas, es elInccnsario oel Preclásico Superior, conforme lo describe Vaillant.3

I deCir de este aut r puede representar un antecedente del dios, laloc tcnlcndo en cuenta una especie de voluta sobre la boca amodo dc bigolera de esa deidad aunque faltan los anillos de lasantcoJcra, propios oe la misma. .

A su vel ('umming . en uicuilc04 encontró dos incensarios quese dIstinguen p r ofrecer un claro antecedente de los incensariosocl C1asico corno lo de cribiremos más adelante. Se trata de figurasen cuclillas on la palda doblada y los brazos descansando en laspIerna. I os rasgos faciales están bien ejecutados y ambas sostienenun recipiente. 's un claro antecedente de lo que fue tan abundan­te en el período Clásico y una antiquísima representación delHuehueteotl, el dios del ruego. Un· ejemplar del mismo estiloaunque menos bien ejecutado y hecho en piedra basáltica fueencontrado por Vaillant en Ticoman.s

Mas bien ejecutado al llegar al horizonte Clásico, el incensarioen rorma del dios Huehuetetotl está más perfeccionado. General·mente es de piedra basáltica y se ve un hombre anciano como diosdel fuego con el cuerpo encorvado y sosteniendo un gran recipien·te, es decir el brasero para prender el fuego.

Típico del horizonte clásico y que se encuentra por millares sonlos incensarios conocidos como "Candeleros" como fueron conoci·dos desde la época colonial debido a que se utilizaron para tal finpor tener dos cavidades; hoy tenemos algunas comunidades indíge·nas que los usan para ese objeto. Estos "candeleros" constituyeronun enigma sobre su función; en épocas recientes fueron mejorestudiadas. Ceballos Novelo hace un detenido estudio publicado enla monumental obra de Teotihuacan 6 y los clasifica en diferentesformas: la más predominante es de paralelepípedo irregular condos cavidades aunque raramente hay de una; su decoración esmodelada, rallada, raspada, zoomorfa y antropomorfa.

Algunos investigadores surgmeron que estaban destinados parael auto sacrificio de la nariz y allí en los dos depósitos verterían lasangre de las narices,7 pero actualmente ya han sido debidamenteestudiados.

Cevallos Novelo procedió a un análisis de los residuos encontra­dos en algunas de las cavidades con el resultado de que era copaly, por lo tanto servirían como incensarios verdaderos.

A este respecto contamos con un reciente estudio de uno de los"candeleros" por Rosa Margarita Brambila,8 de forma muy espe­cial. Es un paralelepípedo rectangular en cuya parte inferior ocurreuna figura antropomorfa que ha sido identificada como Huehue­teotl de igual aspecto que los grandes braseros en piedra tancaracterístico de la cultura clásica ya que carga un recipiente eneste caso de dos bocas y con elementos decorativos simbólicosiguales de los de los braseros.

En períodos más tardíos del Clásico se observa la presencianumerosa de pequeñas piezas de barro en forma de flores, frutos,orejeras, penachos, caracoles, conchas, rostros humanos, cabezas debúho, mariposas, comisas, jambas y otros elementos arquitectóni­cos. Estudios sobre estos hallazgos han señalado que son parte degrandes braseros (amacalli-popochcomitI) representando templos yque han sido encontrados en Teotihuacan y con más abundanciaen Azcapotzalco. Son pues grandes incensarios ceremoniales querepresentan los envoltorios de los muertos rematados por elemen­tos arquitectónicos formando una especie de nichos o altares quesostienen máscaras de muertos acompañadas de las placas de losobjetos citados.

Al llegar a la época postclásica, el mejor exponente fue Tula, laque ha sido estudiada con detenimiento y numerosos han sido losdescubrimientos lo mismo que estudios sobre la cerámica. Aquí enTula tenemos variados tipos de sahumadores o incensarios inicián­dose ahora el incensario provisto de mango que fue tan común ytípico en los períodos tardíos algunos elaborados y calados pero elde mejor 'elaboración y significado es el brasero con la efigie deTlaloc con muy grande distribución en otras partes de Mesoaméri­ca.

Es, sin duda, en el período mexica cuando encontramos unagran variedad de incensarios y sahumadores, pero antes de abordarese interesante tema que dejamos para el fmal de este estudio,veamos cómo son y cuál es la distribución de esas piezas en otrasculturas de Mesoamérica.

Un gran desarrollo y belleza lo vemos en los incensarios decultura maya. Así tenemos en el Altiplano de Guatemala elabora­dos incensarios de 20 a 30 cm. de alto, provistos de tres soportesantropomorfos y recipiente de profundas muescas.

El culto expresado por el incensario empezó en el Altiplanoguatemalteco desde el Preclásico Inferior y fue más elaboradodurante el Preclásico Medio y Superior. Los típicos incensarios de

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tres soportes fueron comunes sólo que en estos últimos períodosobservamos que los incensarios van provistos de cámaras inferior ysuperior. Ya no hay decoración en el cuerpo del ejemplar y lossoportes, tanto los huecos como los sólidos, en lugar de llevarrepresentaciones de hombres viejos y barbados, s n ahora lisos. Porotra parte, la delicada decoración geométri a en la paredes de dichoincensarios ahora lleva representaciones e titizadas y formas m n­truosas quizás representativas de jaguares o deidades serpentina .9

Ya para el Clásico se descartó la fabricación del incen ario detres soportes al recibir inOuencias del centr de México. Allora nde doble cámara con decoraci' n de efigies humana con dobordes salientes verticales. Las figuras humana se representan c nnaturalismo por lo general con los oj cerrad s, grande orejeras ynarigueras, Entre los adornos que los decoran se ven repre enta'i ­nes de elotes. 'n Kaminaljuyú son comunes entonces los incensa­rios provistos d mango a veces en fonna humana y aquí vemoscomo inOuencia de T otihuaC<1I1 la presencia de candel r comoposible incensario. Por otra parte, all í aparecen incensarios tríp >desde sabor Mixteco, que ser atan la inOuencia en el ;Íre¡¡ maya deculturas del centr de M xico.

in embargo, en las ép C¡¡S Po tclásica se 'xpcrimenla sen ibltransformación en la forma de I s incensario, ahora llevan lafigura de T1aloc, o provi to de espiga o en forllla humana defiguras entada con bralOs tubulares, también representando dei­dades.

En el mismo Altiplano hubo inlen a pr ducci' n de incensarios,aunque en ocasiones se usaron como so tenes o plataforma, másque como incensario. Fue predominante la pr ducci6n durante elPreclásico y Clásico Temprano. e ven incen ario antrop morf srepresentando personajes grotescos. Incensarios con tres apéndiceso prolongaciones verticales de elaborada tapas, antropomorfa ysoportes trípodes es la forma que aparece en el i\ltiplan . Haytambién el llamado "tipo mixteca", tan común en axaca, provistode mango y alto recipiente, pero durante la fase spcranza deKaminaljuyú vemos inOuencias de Teotihuacan en incensarios deformas variadas con figu ras an tropomo rfas irviendo a modo deplataforma o tapa.

Durante el Post clásico en la misma región vemos incensariostrípodes "tipo Mixteco" con paredes perforadas y uno de lossoportes alargados constituye el mango del ejemplar.

En Chiapa de Corzo, en el Preclásico Inferior, tenemos incensa­rios típicos de 3 prolongaciones verticales (Threc-pronged). Estetipo de incensario del período Chiapa 11, eñala relaciones religiosascon el altiplano de Guatemala. En el preclásico superior en la zonadel Mirador sobre el Río Soyatenco al oeste de Ocozocouautlaaparece una variante del incensario de tres prolongaciones y estosincensarios compuestos son los más abundantes en esta zona deMirador. lo

Un tipo especial y característico de la Depresión Central dehiapas es un incensario compuesto de un depósito o cajete con

tres prolongaciones en su base interior alrededor de un agujeropara la admisión del aire.

En la porción norte de las tierras bajas del área maya, deacuerdo con Andrews, son antropomorfas de gruesa pasta sin pulir,pero pintadas después del cocimiento en variedades de colores yadornos que al decir de Thompson, algunos exhiben deidades delpante n mexica. 11

ambién tenemos la presencia de incensarios de largo mango enf rma de reloj de arena y de pedestal l2 o con soportes.

-n la p r ión sur de las tierras bajas tenemos elaboradosincensario de largo mango ancho y dentado, donde su manufactu·ra fue muy abundante en el PostcIásico temprano, a los que hayque agregar lo incensarios antropomorfos, aunque los modeladosfuer n más frecuentes en el lásico tardío.

n axaca, contamos con gran profusión de incensarios endiferentes r giones y período. Hay desde luego, los incensarios1I11lropomorf s de M nte Negro, que pertenecen al período MonteAlban 1, de cara terí ticas olmecas.

Empeland por Monte Albán 1, desde esa temprana época,aparecen como ra g aracterístico. Según descripción de Caso,I3e encontrar n II piezas, todas de barro gris con excepción de

UIlO, de barro amarill . Ofrecen características en común. Comoprenden un mango hueco sin comunicación entre éste y elrecipiente, el cual n tiene agujeros para admitir el aire. El interiordel recipiente e circular o elíptico, decorado exteriormente porsalientes o por incisiones; muescas o pequeños adornos agregadospor pastillaje. El ejemplar de forma ovalada de recipiente tienemango hueco y representa una cabeza humana. En contrastecontamos con un magn ífico ejemplar con decoración modelada eincisiones y cuyo mango representa una serpiente como se observapor las cejas, fauces y lengua.

En cambio, en la Epoca JI los sahumadores son más bien raros.Son de recipiente grande con perforaciones y mango hueco, demenor valor artístico y decididamente funcionales.

Se encontró uno de barro gris sin pulir con la particularidad detener una cabeza de serpiente en el mango, hecha con molde. Espieza única entre las muchas halladas en esa época.

De la Epoca II-IIJ A, los sal1Umadores son semejantes a los de laEpoca 11. Constan de recipiente semiesférico con perforacionescirculares y mango cilíndrico. En esta misma época se encontraronen Monte Albán los típicos candeleros teotihuacanos, llevados porcomercio. Uno de ellos es de barro sin pulir, idéntico a los deTeotihuacan; lleva cuatro perforaciones paralelas a la base. Otro deellos es de una sola cavidad, barro café con decoración deacanaladuras y puntos unidos. Un tercero es en forma de conotruncado y dos perforaciones, decorado con líneas incisas.

En la Epoca IIIB-IV, los sahumadores son muy abundantes.Comprenden un recipiente cónico en forma de casquete esférico,base redonda o plana, con o sin perforaciones. Llevan mangoredondo hueco, que por lo general no se conecta con el recipiente.

Teniendo en cuenta el elevado número de sahumadores encon­trados en esta época (440), más del noventa por ciento (423) seencontró en tumbas, de lo cual se deduce que eran objetos confinalidades mortuorias; el sacerdote llevaba los sahumadores concarbón y copal y éstos se enterraban junto con los grandespersonajes en las tumbas. Excepcionalmente se usaba con personasmenos importantes. Al parecer los sahumadores que habían sidoutilizados durante las ceremonias funerarias, eran enterrados con eldesaparecido. Es sin duda, más abundante esta época que lasanteriores; los sahumadores se han hecho de varias clases de barro.Miden por término medio de 23 a 26 CffiS. de largo, pero hay unomayor, de 31 cms. El mango y el recipiente van alisados y nopulidos. Algunos ejemplares llevan una sencilla decoración geomé­trica. Hay un grupo de muy pequeños sahumadores que posible­mente no tuvieron funciones utilitarias sillo sólo simbólicas.

Durante el período Monte Albán IV, son de forma como losanteriores, de barro gris y de cuerpo cónico o cuerpo hemisférico.Las perforaciones son apenas señaladas; el mango es fabricadoaparte y adherido a la vasija antes del cocimiento.

Al llegar al último período de Monte Albán tenemos cerámicarnixteca. Ahora los característicos incensarios son diferentes. Sonmás finos, mejor acabados, de barro rojizo pulido; van provistos delargo mango a menudo terminado en una cabeza de serpiente; elrecipiente o cuerpo del incensario lleva dos soportes y contieneperforaciones triangulares. En ocasiones lleva decoración de líneasnegras de grafito.

Un tipo especial de Sahumador en Oaxaca lo describe Bemal 14

procedente de Yagul. Se distinguen por su barro diferente, a los deMonte Albán. Llevan líneas en el interior del recipiente formandouna cruz, situada paralela al borde. Llevan perforaciones, llamadas"teóricas" por el propio Bernal, por no perforar las paredes delrecipiente, y por lo que no tienen funciones de ventilación paraavivar el carbón. Son más pequeños que los de Monte Albán conmango tubular muy estrecho. Sin embargo, son de tipo mixteco ycorresponden al tipo de barro café.

También en Yagul se encontró típico sahumador mixtecoconforme lo describe Bernal: 1s "Sahumador calado con mango deserpiente y dos soportes al frente terminados en bola. Barro cafépulido con decoración de grafito. El mango tiene abajo dosperforaciones triangulares y aunque hueco, no comunica con lavasija" .

Apareció un tipo de brasero de barro gris cremoso. Lleva baseanular y el recipiente va decorado en la parte superior con líneasradiales incisas que llegan hasta el borde. En el centro se ven

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cuatro líneas paralelas y una banda de puntos igualmente incisos.Se hallaron otros de forma típica mixteca, de largo mango y

dos soportes terminados en bola, el recipiente es ancho y profundocon perforaciones abajo del cuello. Hay también un mango condecoración policroma.

Durante la Epoca V o Mixteca, los sahumadores policromos sonmás elaborados, compuestos de taza semiesférica, f ndo plano, condos pequeilas asas sobresalientes y perf ración en el centro y queguardan semejanza con los braseros me .i a como es el hech deque algunos mangos llevan representaci nes zo m rfas y antropo­morfas. También hay otros tipos de sahumadore semejantes a Ide la época anterior, aunque varían por l' proporcione entre elmango y el recipiente ya que ese último es cónico y sin perforacio·nes y el mango más largo.

En Veracruz y Tabasc ,tenemos lo numero s Incensari s. A íen Tres Zapotes, conforme lo describe [)rucker, 16 hay incensariocon molduras verticales modeladas, hechas dc una pasta rOJ1/acafetosa. 'observan dos forma principales. m:is común cs unincensario de recipiente divergente y provisto de tres asa. quetambién sirven de sop rte. lIay otro en que el recipl nte llcvareb rde superior a vece decorado de mue ·as. Olra forllla deincensarios es la de recipiente abierto bre base anular gcncral·mente alta y con ancha perforaciones o p¡L~tillajc.17

Por su parte, en .erro de las Mesa, Drud.er I~ itusl ra ydescribe incensarios sencillo de recipiente solllero, ll1an¡:u huec ,cilíndrico, a veces terminado en un simple Orn¡1I11Cnto.

En los Tuxtlas, Valenzuela descubre grandc incensari s antro·pomorfos corresp ndiente a la fase Me tacapan. Algunos son deforma de reloj de arena y llevan al pareccr una lIgura de TJ¡iloc,revelando su relación con el período tolteca: algo an:ilogo aparcceen Tula.

Respecto al occidente, tenemos un magníllco incensario un tro·pomorfo con la cara de Tláloc. Procede de El hanal, cercano aColima, y en Cojumatlán Mich., ister l9 encontró ciertos tipos desahumadores. Hay lino con perforaciones y de forma globular. Elmás interesante es lIn gran incensario con la ellgie de Tláloc comose observa por los grandes discos para represen tar los ojos, largoscomillos y nariguera. El incensario que es hueco y se divide en dosporciones: la superior para quemar el incienso la inferior, que euna base an ular.

Es, posiblemente, en el período Mexica cuando la manufacturade braseros sahumadores o incensario tuvo un mayor auge yvariedad. Desde luego, en los códices, tenemos repre entacioncs delfuego y de incensarios lo mismo que de sacerdotes ollciando. Así,encontramos reproducciones de braseros con soportes: las llamas serepresentan con realismo o simbólicamente por medio de unamariposa. Tenemos otros tipos de incensario, de mango o cucharo­nes (77emaitl y 77ecaxitl). También aparece el incensario con la

mano que lo empuña y el cucharón o recipiente del cual emerge elfuego. O bien, grandes braseros rituales profusamente ornamenta­dos y con la representación del fuego.

En barro o piedra, tenemos magníficos ejemplares de incensa·rios de distintas formas y tamaños, desde el enorme brasero queperteneció al templo Mayor y allí fue encontrado, hasta una grangama de sahumadores de cucharón o recipiente y provistos delargo mango, uno terminado en una cabeza de serpiente o simple­mente lisos, para allí, a través del mango, atizar el fuego y quemarel copal como ofrenda. Entre éstos contamos con un tipo deincensarios único en las culturas más tardías. Se trata de una piezageneralmente decorada con pintura policroma. Va provista de dosgrandes asas y soporte circular, interrumpido en su mitad por unaescotadura con el fin de permitir que allí se ajustara una varaamarrada a las asas, la cual serviría de mango.

Son variadas las clases de incensarios usados por los pueblosmexica. Además del incensario clásico, con mango, tenemos incen­sarios con aditamentos, y muy característico es uno al que yahemos hecho referencia, o sea el incensario compuesto de dosconos verticales con asas en forma de cabeza humana.

En el Templo Mayor de Tenochtitlan y posiblemente en lostemplos principales de otras localidades, había numerosos braserosque ardían toda la noche. En el sitio que fue ocupado por elcitado Templo Mayor se han encontrado enormes braseros, comohemos señalado.

Los llamados xantiles sobre los que hicimos un estudio especialen años pasados, en atención a su forma antropomorfa, seencontraban por lo general provistos de gran cabeza y pequeñocuerpo; la boca, por lo general, abierta, de manera que la pieza eracolocada sobre un brasero para que el humo pasara a través de ella.

Los pueblos mexica tenían una complicada y desarrolladareligión, de un elaborado ritual, con clase sacerdotal muy comopleja. Entre las atribuciones de estos últimos figuran las ceremoniasy ofrecimientos al fuego, presididas por su deidad patrona.

El ritual exigía incensar (copaltemaliztli), frecuentemente con elsahumador de mango (tunamaquiliztli). Así, solemos encontrar unsacerdote oficiando con su típica indumentaria. Sostiene en laizquierda una bolsa conteniendo copal y tabaco (yetecomatl) Y enla derecha empuña el sahumerio de mango, a veces intensamentedecorado de policromía de laca. El mango era hueco y en algunosejemplares termina en las fauces de una serpiente. Bellos ejempla­res de ese tipo han sido hallados en excavaciones en el centro de laantigua Tenochtitlan. Tarea del sacerdote era quemar incienso(copaItemaliztli) por lo general con el sahumador de mango(tIenamaquiliztli).

Tratemos ahora acerca de la muy venerada deidad del fuegodedicada a ese elemento tan indispensable en todas las actividades

hum~nas, Xiuhtecutli. Se representaba con magníficas orejeras demosaICOS de turquesa y un escudo también cubierto de mo aicoen, la mano izqu~erda. Algunos autores mencionan brazalete ymascara de mOSaICO de turquesa lo mismo que la corona real(xiuhuitzantli o capilli).

El culto de Xiuhtecutli constituye todo un complejo, es de granantiguedad y de la mayor importancia puesto que el fuego es elcreador del calor y del principio vivificador. Al ser un conceptosagrado, según lo expresa Nicholson 2o , el fuego era indispensabley, por lo tanto una de las principales obligaciones de los sacerdotesera conservar el fuego en los adoratorios y en los templos enforma permanente. Se encendía y preparaba el fuego con motivos dediversos actos del ritual indígena, destacando como ceremonia mássobresaliente la del Fuego Nuevo al terminar el ciclo de 52 alios.

Así pues, Xiuhtecutli, al igual que las deidades primordialesOmeteotl y Tezcatlipoca, era tetea innan, teteto inta "la madre yel padre de los dioses". Sin embargo, Xiuhtecutli llevaba por otrosnombres el de Huehueteotl, el más viejo de los dioses y cuyaveneración aparece desde las épocas del preclásico cuando ya conel conocimiento del elemento fuego reciben gran impulso lasculturas indígenas.

Una descripción muy amplia la obtenemos de Spence.21 Pormando de Xiuhtecutli se producía calor o frío; patrón de lostemazcales o baños de vapor. Su representación consiste en untocado en forma de pájaro de fuego (Xiutétotl), por la espaldalleva una serpiente, la Xiuheóatl y ostenta un disco de turquesascomo símbolo del año.

El siempre cotejado Sahagún nos trae amplias re,fer~nc~as s~brela deidad Xiuhtecutli de las que señalaremos las mas slgl1lficatJvasconforme lo expone ese autor. 22

.

Xiuhtecutli tenía otros nombres, uno de ellos era IxcozauhquJ,que quiere decir "cariamarillo" Y otro. es ,~uezallz~1l ("llama defuego"). Como a Huehueteotl, "dIOS a~tJguo .' lo tel1Jan por ~adre.El dios hace la sal y la miel; el carbon cahenta a los qu~ tIenenfrío, calienta los baños para bañarse. A este diOS se le haCia fiesta

cada año al fin del mes llamado ízealli. .Esta deidad tenía su morada en el centro de la Ilerra, en el

"cercado de la turquesa".Además es conocido por otra serie de nombres menare

Tzoncaztli, Yei itzcuintli, Tloque ahuaq~e,. Tolalxlctenllca, .elc.Se le representa de varias maneras en dlstlOto códIce. ASI en

el Códice Vaticano B, Lám. 19, se le ve de .ple frenle a un templ

haz de leña Va pintado de rOJo y la cara se h lIacon un . . I d B ''d En "arma muy pareCida aparece en e Ice or a,ennegrecJ a. l' • . d deen cambio en el Magliabecchiano esta bailando o en a tJIU

guerrero. rt Sahagún al describir a Xiuhteculli baJO uPor su pa e, d' \ ne r

apelativo de Ixcocauhque, va cubierto e plOturu rOJa J

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sus labios y barba están untados de hule. Ostenta un locada depiedras preciosas y una corona de papel. En la espalda porta laserpiente de fuego. En los pies lleva cascabeles y conchas.

En el manuscrito de ahagún, se le describe como "la ma,dre yel padre de los dioses"; es di s del fuego se halla en medio deflores.

Durante las fiestas de Xoc huetzi, Izcalli y Ce Itlcuintli severificaban grandes ceremonias que s n de crita con detalle porSahagún.

Además de la deidad principal del fuego, había olras menoretales com 'hantico, que era un dioS<! ad rada en especl:t1 enXochimilco. Junt con la anleri r había otra dio~a rclacionada.Quaxolotl, que e una variante de 'hanllco. (\>n moti o de lasfestividades del décim me Xo('oll /111 '(:1 se haCia la flcsLI .tI dIOSdel fuego. Durante e a fiesta cchaban en él fue); IllUdlOS esdavmvivos atados de pies y man s. ahallún descrihe csta crucl ·erc·monia: 2

"De pu 's dc haber veladu tuda la 11ll\.:he 1m caullvos en él 1'11

Y dc pués de haber hecho mu 'has cerernOlllas 'on ellm,empulveridnbanlos las caras con unos polvos <.tue lIallllln 1'/(1I1),1/¡

para quc perdiesen el scnlldo y no Sintiesen tan 10 la IIlUClll',atáhanlo 1 s pies y las manos, asi atados poni:lIllos sohrclos hombro y :Indaban con cllos como ha 'Icndo :lfl'IIO, enrededor dc un gran fuego y 'ran ITlOlllún de hrasa. v .1\1

andando ihanlos arrojandu sohrc el montón de hlasas, ahorauno, y después a un poto otru: el que hahían aflojadudeJábanlc quemar un bucn intervalo. aún cstando VIVO

basqueando sacábanlc fuera arra. lrando, COIl cualqulcl ¡;;Jrahatoy echábanle sobre el tajón ahialU el pecho s:lcáhanlc cltorazón: de esta manera padecian tudos aqllelllls ttlstecautivus. Estaba el úrbul atado con muthas luga de lo alto,como la jarcIa de la nao e ta pendlcnte de la ''lVla: en loaJto de él en pie la imagen de aqucl dios hecha de masa quellaman t:oa/li. Acabando el sacrificIO ya Oleflll arn:met íancon gran impetu todos los man ebo . Otra mucha ccrelllonla~ sehacían, según a la larga está escrito adelante de estafiesta".

Una interpretación muy valiosa nos la da l3eyer.24 acerca deXiuhtecutli, que significa" eilOr de la Turquesa". ". eilar wl" o"Señor del Césped", y también. " elior del Ano". En las fuentesaparece como dios del fuego, en su tocado se ven dos palo quesirven para prender el fuego.

Por otra parte, los emblemas del dios del fuego, sigue diciendoBeyer, adornan la imagen del guerrero muerto y sacrificado entierras del enemigo, puesto quc las almas de los guerreros muertosacompañaban al Sol en su camino diario hacia el zenit.' AdemásXiuhtecutli tiene rasgos iguales a los del dios viejo creador

Ometecutli·Tonacatecutli-Ueuecoyotl Y se identificaba con él, debi­do al hecho de que consideraba al Sol como principio de todas lascosas y creador de la vida.

Además de considerársele como deidad del fuego, era regente delas tre enas y eñor de la noche y del día; también aparece en lasfestividades que se celebraban cada veinte días.

L1s repre entaciones del dios, conforme lo vemos en códices ytras imágene , era la de un ser humano de cabellera amarilla, la

parle superior de la cara, roja, y la inferior, negra; el resto delcuerpo c' también rojo o amarillo. Sobre el tocado lleva dospcqucih> madero alusivos a la producción del fuego y una volutarOj:t ell el labiu uperior o la boca. Su frente, ciñe banda rojaposlhlemenle de euer . Va cubierto del maxtlatl, paño de caderasy .1 veces U/la especie de aco. Porta orejeras, collar azul concascahel de Ofll, pect tal de mosaico de turquesas simulando unamaflpOS;1 est ti i/.ada, pulsera y ajorcas de piel de tigre. En la espaldalIev.1 la c:tr'ltterislica principal de la deidad. Consiste en un adornoque es su dlsfral, el cual e compone de una cabeza de serpientetic fuc¡(o, las fauces abiertas y una prolongación del belfo haciaall:"5 provista de ojus e telare en número de siete. Enonnescabe/as de piedra representativas de Xiuhtecuhtli se encuentransohre pcqucllas plataformas en Tenayuca en los lados norte y surde la plránlldc. 1ambién e aprecia en la Xiuhcoatl colosal deIcnochtltlan. famoso monolito que se exhibe en la Sala Mexica dellusco de Antropulogía.

Como dios vieJO, Iluehueteotl, su mejor representación, yaSCI'.IIaoa, se h:Jcia en los braseros teotihuacanos por medio de unVICJO enJunto, e palda encorvada, desdentado y con arrugas, enpuslción sedellte, con las piernas cruzadas hacia adelante, losbralOs apoyados sobre las rodillas, y con la cabeza como soportede un enorme brasero con relieves alusivos a las funciones de ladeload. Su función en cuanto brasero está claramente indicada:alguno aún tienen reslos de copal, ennegrecidos por el fuego. Estarepre cnlaci' n de lluehueteotl tiene una amplia distribución geo­gráfica. Se encuentra en Michoacán, Cerro de las Mesas, o Tlaxcala.

E ta deidad era igualmente reverenciada en las ceremonias enocasión de la erección de un nuevo templo y más destacadamenteal inaugurarse el fuego nuevo al final el ciclo de 52 años. Era,además. patrona y se le tributaba especial adoración con motivo deot ras fest ividades.

De acuerdo con la cosmogonía azteca, sus antecesores habíanpasado por varias edades o soles. La primera era presidida porTezcatlipoca, convertido en sol, y en esa época jaguares hambrien­to habian devorado a los hombres. Quetzalcóatl regía el siguiente

01 ('edad'), cuando vientos huracanados destruyeron a los hom­bres y los convirtieron en monos. La tercera época es dominadapor T1áloc, y en ella la humanidad fue destruida por lluviastorrenciales. La diosa del agua Chalchiuhtlicue, regía el cuarto sol,

época en la que sobrevinieron grandes inundaciones y los hombresse volvieron peces. Finalmente en la tan temida quinta época,presenciada por los aztecas, la humanidad sería destruida porviolentos temblores. Para evitar dicha catástrofe, que podría ocu­rrir al terminar cualquier ciclo de 52 años, se hacían elaboradasceremonias del Fuego Nuevo. En primer lugar, el fuego sagrado delos altares se apagaba, habiendo estado prendido sin interrupcióndurante el ciclo que terminaba. Junto con este principal aconteci­miento, todas las gentes apagaban sus fuegos, descartaban susmuebles y enseres rompiéndolos y despedazándolos. Temor ylamentos eran emitidos por el común del pueblo ante la posiblecatástrofe que se avecinaba.

Ante ese espectáculo tan deprimente se iniciaba la ceremonia.Al amanecer, los sacerdotes en suntuosos atavíos y representativosde sus dioses tutelares, ascendían al cerro Huizachtecatl, hoy cerrode la Estrella. Allí, en lo alto de dicho cerro y alIado de un altar,los sacerdotes-astrónomos observaban el firmamento hasta llegar auna hora solemnísima en que, según unos autores, las Pléyades, y,según otros, la estrella Aldebarrán pasaba por el cenit del lugar.En ese preciso momento los sacerdotes prendían el fuego sobre elpecho de un sacrificado acabado de inmolar. Si el fuego seencendía, era señal que los dioses se habían apiadado de losmortales y les permitían vivir otro ciclo de 52 años. Inmediata­mente, y como el fuego era visible a gran distancia, por medio devigías sobre las alturas circundantes, se transmitía a todas lascomarcas del vasto imperio. Al mismo tiempo, diversas estafetas ymensajeros del Fuego nuevo, prendían sus hachones del primerfuego sagrado y corrían, unos a encender los de los altares de lostemplos de las calmecas, y otros a los hogares de las casasprincipales. Todas las gentes del común del pueblo aguardabanansiosas y corrían a encender sus fuegos de aquel traído por losmensajeros y entonces se iniciaba un gran jolgorio expresado por ladicha de vivir otro período de años.

Los sacerdotes velaban durante toda la noche, mantenían elfuego y preparaban el incienso.

De toda esta descripción se desprende que los sahumadores,braseros, incensarios, tenían funciones esencialmente religiosas.Eran manejados primordialmente por los sacerdotes y en ciertoscasos en ceremonias menores o de sacrificio personal por particula­res, quizás por el común del pueblo. Además vemos que estosartefactos, dada su función religiosa, se comenzaron a usar desderemota antiguedad. Los pueblos Preclásicos los utilizaban y, con­forme avanza el desarrollo y complejidad de las culturas posterio­res, hay numerosas variedades, tamaños y especialidades queaumentan hasta llegar a la época mexica, en la que hay unanotable gama de incensarios para diversas ceremonias y determina­dos usos. Posiblemente su empleo no fue cortado violentamente almomento del contacto español. Cierto tipo de incensarios siguieron

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empleándose abierta o clandestinamente por parte de la poblaciónindígena que aceptó o simuló recibir la nueva religión traída porJos europeos.

Notas

1 Alfredo López Austin, "El Templo Mayor de México-Tenochtitlan segúnlos informantes indígenas", en Estudios de Cultura Náhuatl, vol V, 1965,pp. 79-82,85.2 Rudolf von Zantwijk, "Los seis barrios sirvientes de ,Huitzolopochtli", enEstudios de Culturo Náhuotl, vol. VI, 1966, p. 178.3 ,eorllc . aillant, "Excavations at Ticoman", American Museum of

atural 111 tory, en Anthropological Papers, vol. 32, Part 2, New York,1931 (Iám. LXXIXc).4 Byron umming.~," uicuileo and the Archaic culture of Mexico", en

nil't.,.istv {JI A rizona, Bulletin. vol. IV, 1933, no. 8, fig. en la p. SO.5 G. C. Vuillant, op. cit., lám. LXXIX, C.b Roque Ccballos ovelo, "Candeleros", en Población del Valle de Teoti­huacan. TOlllo 1, pp. 205-212.7 I oller. elunumea j' n personal.8 Ro"" MJfgurit.1 Urumbila, "Un ~Candelero~ Teotihuacano", en NotosAntmpológiras. Vol. 1,1973, Nota 17.9 Rolx'rt R. Rands y R bcrt E. Smith, "Pottery of the Guatemalalllrhl.lllds '. en I/andbook 01 Middle American Indions, vol. 2, 1965, pp.95·145.10 Guvcth I.owc y J. Aldcn Muson, "Archaeological Survey of the ChiapasCO."t IIIKhlunds and pper Grijalva Basin", en Handbook 01 MiddleAmmcall Indians. v 1. 2, 1965, pp. 195-236.II Wyllys F. Andrews, "Archaeology and Prehistory in Northern MayaLowlalld~ lln tntr duction", en Handbook 01 Middle American Indions, vol.2, 1965, pp. 288-230.12 Robert mith y James . GiITord, "Pottery of Maya Lowlands", enI/andoook 01 Middle American Indians, vol. 2, 1965, pp. 498-534.13 Alfonso Casu, Ignacio Bernal y Jorge Acosta, "La cerámica de MonteAlbán", en Memorias del Inst. Nac. de Antrop. e Hist., XIII, 1967, pp.434-436.14 Ignacio Bernal y Lorenzo Gamio, Yagul el Palacio de los seis patios.Instituto de Investigaciones Antropológicas UNAM. Serie Antropológica: 16.México, 1974. pp. 24.76.15 Bernal,op. cit.. p. 24.16 Philip Drueker, Ceramie Sequences at Tres Zapotes, Veracruz. Smithso­nian lnstitute. Bureau of American Ethnology. Bulletin 140. Washington,1943, lám. 25 g, i.17 Philip Drucker, Ceramic Stratigraphy at Ce"o de las Mesas, Veraeruz.Smithsonian Institute. Bureau of American Ethnology, Núm. 141. Washing­ton, 1943, pp. 69 y 61.18 Drucker,op. cit., pp. 29 y 61.19 Robert H. Lister, Excavations at Cojumatlán, Michoacán, University ofNcw Mexico, Pub. in AnthIopology, Núm. 5. Albuquerque, 1949, pp. 57-58.20 Henry B. Nicholson, "Religión in Prehispanic Centra! Mexico", enHandbook of Middle American Indions, 1971, pp. 412-413.21 Le"is Spencc, The Gods of Mexico. T. Fisher Unwin Ltd., London,1923, pp. 268-278.22 Fray Bernardino de Sahagún, Historia General de las Cosas de NuevaEspaifo. Edición Porrua, México, 1969, pp. 56,59.23 Sahagún,op. cit., pp. 120-122.24 Hermann Beyer, "El origen natural del dios mexicano: Xiuhtecutli" enEl México Antiguo, tomo X, 1965, pp. 309-312.