Los cien aforismos y otros textos sobre estética · Los cien aforismos y otros textos sobre...
Transcript of Los cien aforismos y otros textos sobre estética · Los cien aforismos y otros textos sobre...
Director De la colección
Álvaro Uribe
consejo eDitorial De la colección
Arturo Camilo Ayala OchoaElsa Botello López
José Emilio Pacheco †Antonio Saborit
Juan Villoro
Director FunDaDor
Hernán Lara Zavala
colección
Pequeños GranDes ensayos
Universidad Nacional Autónoma de MéxicoCoordinación de Difusión Cultural
Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial
PGE-70-Cien aforismos.indd 4 21/05/15 11:51
FrANZ MArC
universiDaD nacional autónoma De méxico2015
Selección, traducción y prólogo de
víctor Herrera
Los cien aforismos y otros textos sobre estética
PGE-70-Cien aforismos.indd 5 21/05/15 11:51
Título de la obra original en alemán: Die 100 Aphorismen/Daz zweite Gesicht.
Primera edición en la colección Pequeños Grandes Ensayos: 29 de marzo de 2015
D. r. © 2015 universiDaD nacional autónoma De méxico
Ciudad Universitaria, Delegación Coyoacán, 04510, México, D. F.
Dirección General De Publicaciones y Fomento eDitorial
ISBN de la colección: 978-970-32-0479-3 ISBN de la obra: 978-607-02-6578-5
Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio sin la autorización escrita del titular de los derechos patrimoniales.
Esta edición y sus características son propiedad de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Impreso y hecho en México
Marc, Franz, autorLos cien aforismos y otros textos sobre estética / Franz Marc ; selección, traducción y prólogo de Víctor Herrera. – Primera edición156 páginas. – (colección Pequeños Grandes Ensayos)ISBN 978-970-32-0479-3 (colección)ISBN 978-607-02-6578-51. Aforismos y apotegmas. 2. Escritos de artistas. 3. Expre-sionismo (Arte) – Alemania. I. Herrera, Victor, traductor, prologuista. II. SerieND588.M37.A35 2015
PGE-70-Cien aforismos.indd 6 21/05/15 11:51
Presentación
“Nuestras almas avanzaron detrás de los colores hacia el último abismo”
(aforismo 74)
Todavía hoy constituyen las tormentas de arrebato de aquel agosto de 1914 un enigma moral y un escándalo antropológico…
Sloterdijk
En el año 2014 del Señor hemos presenciado una
explosión nunca vista del sentido histórico. No
creo equivocarme si afirmo que en 1995, al cum-
plirse los 50 años del fin de la Segunda Guerra
Mundial, la euforia productiva de los historiado-
res, articulistas, glosistas y opinadores fue
cuando menos exánime en comparación con el
furor publicístico de ahora. Imagino entrever la
razón: la Primera Guerra Mundial fue el inicio
de una segunda Guerra de los Treinta Años en
el continente europeo. El origen de todos los
males. En algunos casos, de heridas abiertas
hasta la fecha. Y por ello hemos podido leer in-
terpretaciones, explicaciones y disquisiciones
desde todas las ópticas concebibles, ya no sólo
PGE-70-Cien aforismos.indd 7 21/05/15 11:51
8•
desde las diversas narrativas nacionales, como
era anteriormente el uso. En este librito propo-
nemos una visión más, quizás diferente, pues
consiste en la experiencia de primera mano de
un artista; es decir, de un alma excepcional.
Quizás la obra de un creador no tenga que
estar sujeta a su tiempo; su vida, por descontado,
lo estará siempre. Hace cien años redondos, en
agosto de 1914, Franz Marc, el fascinante pintor
neorromántico/expresionista, visionario de la
naturaleza y enamorado, a la vez, del aliento
medular del mundo, se enroló voluntariamente
en el ejército guillermino para sumarse a una de
las más feroces carnicerías que hayan visto nun-
ca los tiempos. La aviesa atracción del apocalip-
sis desactivaba entonces, según parece, cualquier
conato de lógica en la masa de morituri.
Su breve existencia y la fama tardía nos
permiten recordar aquí las contadas crestas de
su trayectoria. Cuando optó por la guerra, ya
había probado Marc las mieles y las hieles de la
profesión, y podía ufanarse de ocupar un sitio
relativamente sólido en el “mundillo”. Si bien
había ido tirando con encargos circunstanciales
hasta los 30 años, casi todos ellos facilitados por
las buenas relaciones de su primera novia, An-
PGE-70-Cien aforismos.indd 8 21/05/15 11:51
9•
nette Simon, al menos tuvo ocasión en ese pe-
riodo de ejercer contento la ingeniosa moral de
su época. Destaca entre sus andanzas el trián-
gulo amoroso que formó con su futura esposa
Maria Frank y la pintora Marie Schnür. Un famo-
so testimonio del idilio es la fotografía de los
tres practicando el nudismo en una ribera
bávara de corte bucólico. Más tarde se encandi-
ló con la prestigiosa poeta judía Elke Lasker-
Schüler, a quien envió durante mucho tiempo
tarjetas postales con los mejores bocetos de sus
obras en ciernes. Pero Franz Marc no empren-
dería el salto cualitativo en su carrera hasta 1910,
cuando conoció en Múnich a August Macke, el
gran amigo de su corta vida (de ambos), y a
Bernhard Kohle, hijo de su primer mecenas. Con
el primero lo vincularía el intercambio de teorías
y pasiones; con el segundo, una renta de 200
marcos anuales. En ese mismo año monta ya su
primera exposición individual, compuesta por
31 pinturas, gouaches y litografías.
En el despuntar de 1911 las estrellas se con-
jugan decisivamente a su favor: el 1 de enero se
topa con Vassily Kandinsky y Gabriele Münter
en el taller de la pintora rusa Marianne von We-
refkin. Al día siguiente empieza a fraguarse el
PGE-70-Cien aforismos.indd 9 21/05/15 11:51
10•
Blaue reiter (El Jinete Azul) sin que ninguno de
ellos lo imaginara aún. Acompañados de Alexej
von Jawlensky, asistieron en grupo al concier-
to histórico de Arnold Schönberg en Múnich.
Programa: el cuarteto de cuerdas op. 10 y las
tres piezas para piano op. 11. Kandinsky quedó
magnetizado por las disonancias, obviamente
a contrapelo del público general; pintó ense-
guida sus Impresiones iii (concierto) e inició
una amistad con el músico. Dos grandes teó-
ricos de sus respectivos entusiasmos se daban
la mano.
Durante un breve periodo concurrieron estos
pintores en la Nueva Asociación de Artistas de
Múnich, fundada por Kandinsky. Pero en diciem-
bre de 1911, como suelen ser los artistas, osaron
rechazar una obra del maestro por su tamaño, y
Kandinsky los mandó al diablo ese mismo día.
Lo acompañaron en su mohína Gabriele Münter,
Franz Marc y Alfred Kubin. Y ése sería el deto-
nante para que Marc y Kandinsky fundaran por
fin el Jinete Azul, el grupo de artistas iluminados
que se ingenió la faceta alpina del expresionismo
alemán: animales y formas abstractas, tornasol
y jovialidad herida: la coincidencia y la divergen-
cia del misterio de la naturaleza con el nuestro.
PGE-70-Cien aforismos.indd 10 21/05/15 11:51
11•
En diciembre de 1911 organizan su primera ex-
posición, ahora ya legendaria, que incluiría a los
hermanos Burljuk, Heinrich Campendonk, ro-
bert Delaunay, Jean-Bloé Niestlé, Elisabeth
Epstein, August Macke, Gabriele Münter, Henri
rousseau y Arnold Schönberg, en su faceta de
pintor, claro está. Más tarde se sumaron Jawlens-
ky y Werefkin, y la exposición emprendió una
gira inusitadamente prolongada. Hasta 1914, se
presentó en Colonia, Berlín, Bremen, Francfort,
Hamburgo, Budapest, Oslo, Helsinki, Trondheim
y Göteborg. La bohemia ya pertenecía definiti-
vamente al pasado. La segunda exposición de El
Jinete Azul se inauguró en febrero de 1912 con
el título de “Blanco y negro” e incluyó a Paul
Klee y los artistas de Die Brücke (El Puente), el
otro polo de la pintura alemana en Dresde. El
expresionismo se había articulado, damas y
caballeros, en un núcleo tan variopinto como
radiante. Paul Klee y Franz Marc trabaron una
estrecha amistad que remitiría, sin embargo, tres
años más tarde por discrepancias ideológicas.
En mayo de 1912, Marc y Kandinsky publican el
memorable almanaque Der Blaue Reiter en
Múnich, el cual, lamentablemente, no pasó nun-
ca de su primera edición. Desde la perspectiva
PGE-70-Cien aforismos.indd 11 21/05/15 11:51
12•
actual, estaríamos tentados de afirmar que ya
tocaban la gloria con la yema de los dedos.
Kandinsky nos recuerda, sin embargo, que cada
día había que limpiar los cuadros de Marc, pues
eran los que más escupitajos concitaban.
En el aspecto estilístico, Franz Marc habría
de dar todavía una vuelta de tuerca. En 1912 via-
ja con Macke nuevamente a París. Si en su primer
viaje como adulto había quedado sobrecogido
por la obra de Van Gogh y Gauguin, en este últi-
mo los dos amigos conocen a robert Delaunay,
cuyo “cubismo órfico” (Apollinaire) constituiría,
junto con el futurismo y algunos rasgos del mero
cubismo, la última influencia importante de
Marc. Se intensifica, pues, el empleo de solucio-
nes geométricas en la descomposición y recom-
posición de las formas. En 1913, Marc proyecta
con Kandinsky, Kubin, Klee, Heckel y Kokoschka
(la gran fiesta de las “kaes”, sin duda) una edición
ilustrada de la Biblia, que ya no prosperaría por
el estallido de la guerra. En 1914 se muda con
Maria al campo de Baviera, a la pequeña pobla-
ción de ried, donde producirá sus últimas pin-
turas, algunas abstractas, otras figurativas.
Este sucinto currículo y la perturbadora
decisión que tomó al alistarse requieren del
PGE-70-Cien aforismos.indd 12 21/05/15 11:51
13•
trasfondo de la época para encontrar una pers-
pectiva. Aun siendo un país joven, Alemania se
sentía afianzada en su identidad pues su poderío
no había hecho más que aumentar desde la
fundación del imperio. La explosión industrial
y el desarrollo de la técnica, las universidades y
la educación básica, el ascenso general del nivel
de vida y la promoción de la seguridad social,
en todos estos aspectos se encontraba Alema-
nia en el grupo a la cabeza de Europa. También
en su creciente militarización. Y así, al igual que
el primer romanticismo había constituido una
respuesta al florecimiento industrial del siglo
xviii, el neorromanticismo de principios del xx
supone una reacción a la “carcasa de acero”
(Max Weber) de la modernidad. Se crean innu-
merables grupos, asociaciones y comunas de los
más diversos pelajes contraculturales. La famo-
sa Nueva Comunidad, por ejemplo, en el entor-
no de rudolf Steiner, se autoconcebía como una
“orden de la vida auténtica que pretendía con-
vertir la vida entera en una obra de arte, basán-
dose en principios ético-religioso-estéticos”. Al
igual que en el romanticismo original, no bastaba
ya con admitir que el misterio yacía más allá del
lenguaje y el pensamiento, sino que pretendían
PGE-70-Cien aforismos.indd 13 21/05/15 11:51
14•
penetrar en la zona prohibida justamente con
ellos. Personajes de la talla de Ludwig Klages o
Stefan George se suman a la búsqueda de una
alternativa mítica a la estulticia del mundo mo-
derno. Eran célebres las fiestas místico-homoeró-
ticas del círculo de Stefan George, que llevaron a
Thomas Mann a hablar del carnaval permanen
te en Schwabing, el barrio bohemio de Múnich.
Incluso una buena parte de la filosofía de Hei-
degger, de la reflexión más vigorosa y más influ-
yente del siglo pasado, viene a inscribirse en este
humus cultural. Pero el espíritu rector de los
nuevos místicos, anarquistas, libertarios, sende-
ristas y nudistas era, obviamente, Nietzsche. Todo
el mundo leía Zaratustra. Quien defendiera “la
vida” contra las convenciones pequeñoburguesas,
el pensamiento pragmático o el racionalismo, se
remitía irremediablemente a Nietzsche. Una cita
del conde y diplomático Harry Kessler no tiene
desperdicio: “[Nietzsche] supuso la entrada de la
mística en una época racionalizada y mecanizada.
Extendió entre nosotros y el abismo de la realidad
el velo del heroísmo”.
El nietzscheano concepto de la “Europa
enferma” se vuelve un lugar común. Y en él coin-
cidían los dos polos, tanto la voracidad industrial
PGE-70-Cien aforismos.indd 14 21/05/15 11:51
15•
y la maquinaria tecnocrática como, en la acera
de enfrente, la mística orgiástica, contemplativa
o artística. reinaba un sentimiento de insatisfac-
ción y tedio como consecuencia del prolongado
periodo de paz. O al menos ése es el pretexto que
se suele aducir. Quizás esa ofuscación no fuera
más que el producto de la desa forada propa-
ganda belicista que lanzaron todas las grandes
potencias europeas, como si hubieran firmado
al unísono un inconsciente pacto con el infier-
no. Es cierto que algunas mentes importantes,
como Max Weber, Carl Schmitt o el socialista
Jean Jaurès en Francia, fustigaron el arrebato
guerrero de los intelectuales. Stefan Zweig nos
pinta en El mundo de ayer la desesperación que
comparte con su amigo romain rolland por el
triunfo de la bestialidad. La carta que envía este
último a los intelectuales alemanes, apelando
al espíritu de Goethe sobre el de la bota militar,
recibió una colérica avalancha de respuestas
pendencieras. La gran mayoría, incluyendo a
Thomas Mann, el héroe intelectual de la Segunda
Guerra Mundial, se perdió en aquella vorágine de
fanatismo nacionalista. El autor de Los Budden
brook llegó a afirmar en esos días que “la guerra
ennoblece al hombre”. El propio rilke escribió
PGE-70-Cien aforismos.indd 15 21/05/15 11:51
16•
su Heil mir, dass ich Ergriffene sehe, acaso la
beligerancia más exquisita de todos los tiempos.
Franz Marc y los muchos otros artistas e intelec-
tuales que acompañaron a las masas al matadero
también pensaban que asistirían a la gran purga
de Europa, a un baño de sangre purificador que
se libraría entre gentileshombres, como soñaban
en su delirio. Muy pronto se verían triturados por
la inclemencia del acero.
Quedémonos nada más en los pintores: Otto
Dix estuvo en “ametralladoras”, Max Beckmann
fue enfermero, Ferdinad Leger, camillero. Oskar
Kokoschka sirvió en la caballería. Georges Bra-
que luchó en los combates del otoño-invierno
de 1914 y André Derain fue artillero. Muchos
fueron heridos o murieron como consecuencia
directa o indirecta de la contienda: Ludwig Kir-
chner, Georg Grosz, Guillaume Apollinaire
(pintor aficionado, hay que decirlo), Erich Hec-
kel, Umberto Boccioni, Egon Schiele. Expresio-
nistas, futuristas, cubistas, los sobrevivientes
nos dejarían testimonios dramáticos de su ex-
periencia. Pero sin duda la baja más dolorosa
para Franz Marc fue la de su gran amigo, el en-
trañable August Macke, apenas un mes después
de iniciadas las hostilidades.
PGE-70-Cien aforismos.indd 16 21/05/15 11:51
17•
Al incorporarse a filas, Marc contaba 34 años
y, como él mismo insiste en los textos que presen-
tamos, había sido y seguía siendo un europeo
militante. Su madre, calvinista de origen alsaciano,
le había proporcionado una educación bilingüe. El
primer escrito que se conserva de él es el diario
juvenil de su primer viaje a Francia, redactado en
francés. Los maestros que adoptó como tradición
personal le llegaron a través de Francia. Se ha di-
cho que la Gran Guerra fue una guerra civil euro-
pea. Fue también una guerra civil en el interior de
los buenos europeos. A principios de 1916 incluyen
a Marc en la “Lista de artistas más importantes de
Alemania”, distinción que lo redimía de seguir
sirviendo en el ejército. El 4 de marzo de 1916,
exactamente un día antes de volver a casa, mien-
tras realizaba una última cabalgata de exploración
cerca de Braquis, a 20 km al este de Verdún, en su
adorada Francia, dos esquirlas de granada fulmi-
nan para siempre el generoso hábitat de las vacas
amarillas, los caballos azules y los ciervos granate.
“La vida de soldado la vivo de forma automática,
sin pensar. Es más, apenas pienso en la guerra…
pero aún me tiene cautivo y me mantiene alejado
de ti, de ried y de mi obra… Yo vivo únicamente
en ella.” (Carta a Maria de enero de 1916).
PGE-70-Cien aforismos.indd 17 21/05/15 11:51
18•
“Estos pensamientos no han surgido del tan
cacareado taller de la modernidad; han
nacido de la silla de montar, bajo el
estruendo de los cañones”
(aforismo 57)
Todos conocemos la formidable fauna multico-
lor de Franz Marc. En 1937 fue incluido por los
nazis en las listas del “arte degenerado”; en no-
viembre de 2007 se pagaron en Sotheby’s 18
millones de dólares por La cascada (mujeres
bajo una cascada), el mayor precio nunca al-
canzado por un expresionista alemán. Así cam-
bian los tiempos. Compite en nuestros días en
las tiendas de los museos con las ironías de Klee,
los girasoles de Van Gogh o las bobadas de Miró.
Algunos tuvimos pósters del Caballo en el pai
saje o el Tigre en nuestra habitación de estu-
diantes. Pero muy pocos pensamos que esa
fiesta del músculo natural, el color enloquecido
y la explosión del espacio obedecía a una per-
cepción religiosa del mundo y el artista que la
enfrenta. Éste es uno de los temas principales
de los textos de Franz Marc. El otro, naturalmen-
te, es la reflexión sobre la pintura, la fe en su
capacidad de intervenir en el mundo, en la so-
PGE-70-Cien aforismos.indd 18 21/05/15 11:51
19•
ciedad, en el futuro y en la moral del hombre. Y
a cierta distancia los siguen la seducción y los
desastres de la guerra, y la meditación sobre
Europa, el europeo y su futuro. La parte central
del libro la constituyen Los cien aforismos,
escritos durante la guerra y publicados en 1920.
A modo de puesta en contexto he agregado unas
cuantas notas de diverso origen que se ocupan
ante todo de la pintura y, hasta donde estoy in-
formado, aparecen en español por primera vez.
Ahora bien, ni Franz Marc es un escritor ni
sus aforismos son aforismos. Se trata de una
suerte de diario de guerra, compuesto de pen-
samientos, sueños, plegarias, crónicas, crítica a
la ciencia y alguna secreta carta al futuro. Son
a la vez reflexión artística y megáfono de una
época trastornada. Marc acarició en la juventud
la idea de estudiar filología y teología, incluso la
fantasía de una carrera eclesiástica (destinos
todos ellos ligados al verbo). Pero era un hombre
abrumado por tal multitud de ideas y ocurren-
cias, que se solían agolpar y atascar en la ante-
sala de la palabra. Tenía tanto que decir que no
había lugar para definir el cómo. La tarea del
traductor para un público que no exige literali-
dad filológica es, sobre todo, salvar el sentido.
PGE-70-Cien aforismos.indd 19 21/05/15 11:51
20•
reproducir “lo que quiere decir” el texto original,
no necesariamente “lo que dice”. Los “aforismos”
nos han llegado tal cual, y el ejercicio de tradu-
cirlos ha sido relativamente ortodoxo. Los textos
sueltos son apuntes que dejaba en cuadernos
para, quizás, perfeccionarlos después. Algunas
veces no sólo no aspiran a un rigor estilístico
sino que se desentienden alegremente de la
sintaxis o incluso de la lógica. Muchos de ellos
ofrecen distintas posibilidades entre paréntesis.
Más preocupado por la legibilidad de la versión
española que de histerias arqueográficas, he
decidido traducir la opción que me parecía me-
jor o, en muy pocos casos, he conservado las
alternativas que aportaban algo a la idea.
Pero todo lo antedicho son menudencias en
comparación con el interés, el deslumbramiento
y, ¿por qué no?, la dicha vital de escuchar una
voz sincera que nos habla desde una situación
límite auténtica, acaso desde la peor de las si-
tuaciones límite. Produce interés observar que
un verdadero artista sigue planteándose proble-
mas estéticos mientras tropieza con los cadáve-
res de sus camaradas o sus enemigos, rodeado
de gritos de dolor y la peste de la descomposi-
ción de la carne. Deslumbran, por descontado,
PGE-70-Cien aforismos.indd 20 21/05/15 11:51
21•
tanto la lucidez como la seriedad con que se
sienta a pensar en la forma o en el sentido de la
abstracción en noches sin duda espeluznantes.
Pero contagia una dicha serena el comprobar que
la libertad del espíritu, la independencia del
cuerpo, no es una expresión hueca: hay vida
todavía en el cadalso. La guerra es una coyuntu-
ra perfectamente seria. Franz Marc fue un artista
que se tomó totalmente en serio. Apenas queda-
ban diminutos resquicios para el humor o la ironía
en su vida. Fue un hombre capaz de morir por sus
ideas. Y quien es capaz de morir por sus ideas,
también es capaz de matar por ellas. Yo creo que,
en el fondo, resulta más humano y más edifican-
te seguir viendo y viviendo vacas amarillas.
Víctor Herrera
PGE-70-Cien aforismos.indd 21 21/05/15 11:51
22•
Bibliografía
Marc, Franz, Briefe, Aufzeichnungen, Aphoris
men, Leipzig y Weimer, 1980.
Safranski, rüdiger, Romantik, Múnich, 2001.
Sloterdijk, Peter, Die schrecklichen Kinder der
Neuzeit, edición Kindle, 2014.
http://de.slideshare.net/jose.marti/la-pintura-en-
la-primera-guerra-mundial-resum.
http://www.zeno.org/Kunst/M/Marc,+Franz/
Schriften/Aus+der+Kriegszeit/35.+Die+100
+Aphorismen.
http://de.wikipedia.org/wiki/Franz_Marc.
PGE-70-Cien aforismos.indd 22 21/05/15 11:51
los cien aForismos*
Y os parecerá la mayor dicha imprimir vuestra mano en los milenios como si de cera se tratase.
Nietzsche
1.
La idea de la relatividad de las cosas es un pen-
samiento completamente secundario, y repre-
senta, en tanto que filosofía, una doctrina
errónea que tan sólo pudo ser concebida por
espíritus agotados, con el objeto de dotar de un
aire de ingenio al fracaso de su juicio.
Todo objeto posee un envoltorio y un núcleo,
una apariencia y una esencia, una máscara y una
verdad. El que tan sólo tanteemos el envoltorio
sin poder alcanzar el núcleo; el que vivamos en
la apariencia, en lugar de contemplar la esencia
de las cosas; el que su máscara nos deslumbre
a tal grado que no podamos encontrar la ver-
dad… ¿Qué importa todo eso frente a la resolu-
ción interna de las cosas mismas?
* Los 100 aforismos / El segundo rostro (principios de 1915). Cuaderno de notas francés con encabezado de la gendar-mería francesa en cada página, en octavo, manuscrito. Núremberg, Museo Nacional Germánico.
PGE-70-Cien aforismos.indd 23 21/05/15 11:51
24•
2.
Angelus Silesius dice:
“Hermano, sé esencial; pues al pasar el mundo,
desaparece el azar y la esencia queda.”
Cuanto más cruel y demente es el azar, el “inci-
dente”, tanto más importante, pero también más
secreta, es la esencia que oculta. La naturaleza
no hace teatro sin un gran argumento.
3.
¿Por qué se esconde la verdad más sencilla de-
trás de una apariencia multifacética?
¿Por qué se requiere una aparatosa comedia
de amor para engendrar una hermosa criatura?
¿Por qué, por qué?
Este porqué, arrogante y pesimista, no es una
pregunta honesta, es una manera de eludir las
verdades donde se tornan concretas y apremian-
tes, en tiempos de cambio, en los que lo estable-
cido enferma y se vuelve pesimista.
PGE-70-Cien aforismos.indd 24 21/05/15 11:51