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INTRODUCCIÓN En la villa de Proaza, capital del concejo homónimo (Asturias) se encuentra una de las más notables torres medievales con que cuen- ta esta región: la torre del Campo. La histo- riografía tradicional la ha vinculado con impor- tantes sucesos de la historia política regional acaecidos entre los siglos XII y XIV. Una recien- te revisión sin embargo la fecha a finales del siglo XV. Nuestro propósito es tanto esclarecer en la medida de lo posible el contexto histórico de este edificio como contribuir a su datación. l. LA TORRE DEL CAMPO Se encuentra en el barrio del Campo de la villa de Proaza (Proaza, Asturias), a pie de monte de la sierra de Linares, en la margen izquierda de la gran vega del río Trubia, a apro- ximadamente unos 205 m.s.n.m., dominando los terrenos de mayor valor agrícola de todo el valle (figs. 1 y 2). La finca donde se localiza presen- ta una topografía ligeramente descendente en sentido N-S. Se halla delimitada por el O, S y E por el cauce del arroyo Payón, afluente del Trubia por su margen izquierda. El emplaza- miento no incluye ningún escarpe natural que facilite el aislamiento. El desnivel respecto al terreno circundante no supera los 5 m. En 1752, fecha de compilación del catastro del marqués de la Ensenada, el lugar de empla- zamiento de la torre era conocido como barrio del Torreyon o Torrexón (ARCHIVO MUNICIPAL DE PROAZA, Catastro del Marqués de la Ensenada, t.lll, fol. 10261 (sic) v; t. ll, fol 806v-807r). Se trata de un edificio de planta circular, articulado en cuatro pisos (lám. 1). La obra es de cuidada mampostería careada, caliza y are- nisca, alcanzando una sección de 1´50 metros en la planta baja, con retranqueos exteriores en el primer y segundo piso, en torno a 20 ó 25 centímetros de pérdida de sección, que se marcan mediante sillares de perfil achaflanado, labrados en arenisca. En el interior, por el con- trario, los paramentos no acusan pérdidas de grosor. En la actualidad, el estado de la torre permite la observación de la sección del muro en dos sectores. En la planta baja, en el vano abierto para facilitar el acceso al interior, clara refacción posterior, se observa un cuidadoso asentamiento de los mampuestos del relleno, trabados con mortero calizo blanco de buena calidad. Bajo el umbral de la puerta originaria del primer piso, se aprecia por el contrario que el muro consta de dos paramentos de mam- postería careada entre los que se dispone un relleno mayoritariamente pedregoso de colo- cación aleatoria y una mayor cantidad de mor- tero, de calidad similar al anterior. Tanto al inte- rior como al exterior se aprecian restos de dos tipos de enfoscados: el más antiguo está for- mado por mortero blanco calizo y se extien- de cubriendo los mampuestos, siendo su com- posición muy similar a la argamasa del aparejo; el posterior, por el contrario, es de color pardo, lo que indica que está compuesto mayoritaria- mente por arena y su función parece ser fun- damentalmente la de rejuntar el paramento. Los Castillos de Proaza César García de Castro Valdés Sergio Ríos González

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INTRODUCCIÓN

En la villa de Proaza, capital del concejohomónimo (Asturias) se encuentra una de lasmás notables torres medievales con que cuen-ta esta región: la torre del Campo. La histo-riografía tradicional la ha vinculado con impor-tantes sucesos de la historia política regionalacaecidos entre los siglos XII y XIV. Una recien-te revisión sin embargo la fecha a finales del sigloXV. Nuestro propósito es tanto esclarecer enla medida de lo posible el contexto históricode este edificio como contribuir a su datación.

l. LA TORRE DEL CAMPO

Se encuentra en el barrio del Campo de lavilla de Proaza (Proaza, Asturias), a pie demonte de la sierra de Linares, en la margenizquierda de la gran vega del río Trubia, a apro-ximadamente unos 205 m.s.n.m., dominando losterrenos de mayor valor agrícola de todo el valle(figs. 1 y 2). La finca donde se localiza presen-ta una topografía ligeramente descendente ensentido N-S. Se halla delimitada por el O, S yE por el cauce del arroyo Payón, afluente delTrubia por su margen izquierda. El emplaza-miento no incluye ningún escarpe natural quefacilite el aislamiento. El desnivel respecto alterreno circundante no supera los 5 m.

En 1752, fecha de compilación del catastrodel marqués de la Ensenada, el lugar de empla-zamiento de la torre era conocido como barriodel Torreyon o Torrexón (ARCHIVO MUNICIPAL DE

PROAZA, Catastro del Marqués de la Ensenada, t.lll, fol.

10261 (sic) v; t. ll, fol 806v-807r).

Se trata de un edificio de planta circular,articulado en cuatro pisos (lám. 1). La obra esde cuidada mampostería careada, caliza y are-nisca, alcanzando una sección de 1´50 metrosen la planta baja, con retranqueos exterioresen el primer y segundo piso, en torno a 20 ó25 centímetros de pérdida de sección, que semarcan mediante sillares de perfil achaflanado,labrados en arenisca. En el interior, por el con-trario, los paramentos no acusan pérdidas degrosor. En la actualidad, el estado de la torrepermite la observación de la sección del muroen dos sectores. En la planta baja, en el vanoabierto para facilitar el acceso al interior, clararefacción posterior, se observa un cuidadosoasentamiento de los mampuestos del relleno,trabados con mortero calizo blanco de buenacalidad. Bajo el umbral de la puerta originariadel primer piso, se aprecia por el contrario queel muro consta de dos paramentos de mam-postería careada entre los que se dispone unrelleno mayoritariamente pedregoso de colo-cación aleatoria y una mayor cantidad de mor-tero, de calidad similar al anterior. Tanto al inte-rior como al exterior se aprecian restos de dostipos de enfoscados: el más antiguo está for-mado por mortero blanco calizo y se extien-de cubriendo los mampuestos, siendo su com-posición muy similar a la argamasa del aparejo;el posterior, por el contrario, es de color pardo,lo que indica que está compuesto mayoritaria-mente por arena y su función parece ser fun-damentalmente la de rejuntar el paramento.

Los Castillos de ProazaCésar García de Castro ValdésSergio Ríos González

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En el interior, la torre tiene un diámetro de7´60 mts., con lo que su superficie interior esde 45´34 metros cuadrados. En la actualidadno se conserva resto alguno de las estructu-ras interiores, apreciándose exclusivamente lashuellas de los forjados y los vanos. La obser-vación de los mechinales permite proponeruna reconstrucción de los forjados. En cadapiso se aprecian dos series de mechinales,correspondientes cada una de ellas a dos tiposde vigas diferenciadas, situados a distinta altu-ra. Los inferiores, en número de seis, afronta-dos tres a tres y separados entre ellos 1`30m., penetran perpendicularmente al paramen-to. Sirvieron de apoyo a tres grandes vigas.Presentan la particularidad de alternar en suorientación: en el piso primero se sitúan a ejeNorte Sur, en el segundo Oeste Este, pararetomar en el tercero el sentido Norte Sur.Sobre esta serie se dispone una corona decajas de menor tamaño, abiertas oblicuamen-te al paramento. Su función fue acoger sobre-vigas dispuestas paralelamente entre sí, a unadistancia de unos 40 centímetros, que se apo-yaban sobre las vigas inferiores. La escasa dis-tancia entre las sobrevigas permite presumir lainexistencia de pontones, con lo que la tabla-zón hubo de clavarse directamente sobre lassobrevigas.

El espacio central delimitado por los crucesentre las vigas maestras verosímilmente pudoservir de asiento a la escalera de circulaciónentre los pisos, cuyo eje formaba a la vez elvástago de soporte de la techumbre. Para laescalera se puede postular como hipótesis másprobable una estructura de dos paños y des-cansillo entre cada piso, apoyados también enlas vigas inferiores.

Dejando al margen el actual acceso a laplanta baja, la torre contó originariamente contres tipos de vanos.

1. La puerta principal

Se abre al Noreste, en el piso primero.Consta de un hueco rectangular rematado alinterior por bovedilla rebajada en sillería are-nisca de despiece perpendicular al paramento.Al exterior, fue labrado un arco ligeramente

apuntado, de una sola rosca lisa, despiezado encuatro dovelas y clave (lám. 2). Las jambas exte-riores constan de tres sillares en cada uno delos lados, cuyo asiento revela enjarje con elparamento circundante. Por el contrario, noexiste trabazón entre el arco y la bóveda yparamentos interiores de este hueco. Tanto enlos sillares interiores como en los exteriores,de arenisca, se aprecian las huellas de la labracon puntero y escoda. Forzosamente, la ine-xistencia de quicios para encaje de los goznesde una puerta de giro horizontal imposibilitaeste tipo de cierre. Abiertas en los paramen-tos laterales del hueco de la puerta, adosadosal marco, se abren dos pares afrontados decajas, de sección cuadrangular. El primero seencuentra a unos 20 cms. sobre la línea depavimento. El segundo par se abre en el ter-cio superior del vano. Esta situación permite pos-tular dos sistemas de cierre.

El primero consistiría en una puerta de girovertical. Los goznes podrían encajar tanto enel par superior de cajas como en el inferior.En el primer caso, se precisaría un dispositivode sujección de la puerta dependiente del for-jado del tercer piso; en el segundo caso, lapuerta descansaría directamente sobre el pavi-mento del hueco de entrada. En los dos casosel par de cajas libres sería utilizado para elencaje de la tranca de seguridad. Ambos sis-temas poseen el inconveniente de dejar sincubrir una par te del vano, provocando unpunto débil.

El segundo se configuraría como una puer-ta movible, apoyada contra el marco de sille-ría y trabada por dos trancas horizontales, enca-jadas en las cajas. En el tiempo en que no seprecisara el cierre, el hueco permanecería abier-to, estando la tabla, bien tumbada sobre el pavi-mento o bien retirada a un lado del muro.

2. Ventanas

Interiormente, constan de un hueco seme-jante en trazado y construcción al de la puer-ta principal, labrado en sillería arenisca. La torrecuenta con tres vanos de este tipo. En el pisosegundo se abre una cortejadora al Este, queal exterior se enmarca en doble vano apunta-

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do, cubierto por dintel monolítico común (lám.3). Ambas disponen de acanaladuras vertica-les. En el tercer piso, se abren otras dos ven-tanas, rematadas en arco semicircular, al Nortey al Sur. Este último sufrió el derrumbe parcialdel tercio superior, siendo reconstruido con unsistema de adintelamiento que suplió la bove-dilla originaria. Se da la circunstancia de queintencionalmente la labra de los elementos decantería fue realizada en todo momento sobrearenisca.

3. Saeteras

La torre cuenta con dos tipos. En plantabaja y dos pisos inferiores, se trata de huecosrectangulares o trapeciales al interior (aproxi-madamente de 60x40 cm.), enmarcados porsillares calizos. En el tercer piso, por el contra-rio, los huecos son de mayor altura, enmar-cándose al exterior mediante sillares de arenisca,adecuadamente insertos en el paramento cir-cundante. En la planta baja se cuentan dos, unoal Suroeste y otra al Sureste. En el primer pisoseis, abiertas respectivamente al Este, Sureste,Sur, Suroeste, Noroeste y Noreste. Esta últi-ma se diferencia por poseer al exterior unhueco en forma de ojo de herradura inverti-do (lám. 4). En el segundo piso, otras seis, abier-tas dos al Sur, una al Suroeste, otra al oeste ydos al Noroeste. Por último, el tercer pisocuenta con otras seis, abiertas al Noreste, Este,Sureste, Suroeste, Oeste y Noroeste.

Dada la configuración del remate superiory la altura del forjado del tercer piso, se puedeexcluir la presencia de almenas, postulándo-se la cubier ta mediante techumbre cónicasobre carpintería de madera, compuesta poraguilones apoyados sobre el muro y el vásta-go central.

La evolución posterior a la construcción noregistra grandes reformas. Se aprecia en pri-mer lugar la apertura del boquete en la plan-ta baja, orientado al Sur, de 2´48 metros dealtura y 0´90 metros de anchura, con remateirregular por desprendimiento de mampuestos.Por su posición y características correspondeclaramente a una fase en la que el edificio haperdido su vocación defensiva. En segundo

lugar, en la fachada Noreste se adosó al para-mento un baluarte rectangular de 5´50 metrosde largo y 3´50 metros de anchura, formadopor un paramento exterior de mamposteríacareada y un relleno interno de mamposteríay cascote trabados con un muy fuerte mor-tero calizo. Se conserva en un alzado máximosituado en torno a 1´50 metros. En tercerlugar, en dirección Este Oeste, se observa unmuro perpendicular a la torre, de unos quin-ce metros de longitud y de anchura no deter-minable con precisión, debido al estado dederrumbe y a su ocultamiento por la cubier-ta vegetal. Al Sur de este muro, el terrenoasciende uniformemente, en tanto al Nortedel mismo se aprecia un claro escalón. El rema-te oriental de esta alineación está formado porel cauce del arroyo Payón, aprovechado comofoso defensivo al dotársele de sendos para-mentos pétreos en ambas márgenes. Por últi-mo, el estado de abandono ha conducido a laruina y destrucción de la techumbre de lacubierta y de los forjados interiores. Los murosse encuentran en aceptable estado de con-servación, si se exceptúa la grieta visible al Sur,que afecta a los tres pisos superiores, habien-do causado la rotura del alféizar de la venta-na del piso superior y probablemente la ruinade su remate, lo que explica la reconstrucciónya descrita.

Tipológicamente, esta torre se inserta den-tro de las torres de planta circular, subgrupocon cierta presencia en Asturias de las torresseñoriales del norte peninsular (Ciaño, Bandu-xo, Olloniego, Mieres -muy desfigurada-...). Nin-guna en Asturias posee los retranqueos exte-riores. Comparte con ellas el emplazamiento,aparejo utilizado, forma de los vanos y sistemade cubierta.

En efecto, las cuatro citadas se encuentranen las inmediaciones de un núcleo de pobla-ción, pero suficientemente separadas de élcomo para generar un barrio propio en suderredor. En el caso de Proaza, el núcleo his-tórico de población, conocido como barrio dePigacero, se generó en la margen izquierda delTrubia, junto al puente de Zarameo, que cruzaeste curso fluvial para facilitar el acceso a la colla-da de Aciera, paso histórico hacia las tierras de

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Quirós y el puerto Ventana, a través del vallede Ricabo y el cordal de Trobaniecho. Igual-mente, comparten una ubicación facilmenteaccesible, sin resaltes ni desniveles apreciablessobre el entorno circundante, lo que excluyeuna intención militar defensiva así como el carác-ter de “castillo roquero” o atalaya -aunque enel caso de Proaza, el cauce del arroyo Payónactúe como foso apreciable por tres de susflancos-. Por ello se les pueden atribuir funcio-nes relacionadas con la explotación señorial delterritorio inmediato.

Constructivamente se caracterizan por elempleo de una mampostería más o menos cui-dada, reservando la obra de cantería para elenmarque de vanos. La torre de Proaza es condiferencia la más elaborada arquitectónicamentede todas ellas. Ello puede ser indicio de la inter-vención de un taller con superior cualificacióntécnica a los que intervinieron en las restantes.

En relación con la función señorial que pre-sumiblemente ha de atribuírsele, no sería deextrañar que, al igual que en los castillos rea-les de Navarra o en los asturianos tenidos porla casa condal de Luna (Oviedo, Avilés, SanMartín, Tineo, Cangas de Narcea y Llanes)(ÁLVAREZ ÁLVAREZ, 1981), la torre de Proazaacogiera la cárcel señorial, así como una guar-nición encargada de ejercer el dominio.

ll. EL TRASFONDO HISTÓRICO

Dejando al margen menciones genéricasal territorio o al lugar de Proaza, ya recogidasdesde el año 863 (GARCÍA LARRAGUETA, 1962:

p. 38), la primera referencia a un castillo en Pro-aza se vincula a la rebelión del conde Gon-zalo Peláez (1132-1137), tenente de los cas-tillos de Alba de Quirós, Proaza y Buanga(SÁNCHEZ BELDA, 1950: pp. 29, 36-38): Ipse comesremansit rebbellis in Pruaza et in Buanga et inAlba de Quiros, quae erant castella valde for-tissima.

Tras un vacío de cincuenta años, en 1177figura Fernando Velaz principante in Tinegio ettenente Buanga et Pruaza, en un documento porel que Gonzalo Suariz divide con sus herma-

nos sus heredades en la villa de San Andrés deTrubia, donando su parte a San Salvador deOviedo (GARCÍA LARRAGUETA, 1962: pp. 465-466).Siete años después, en 1184, Fernando ll donaa San Salvador castellum de Proaza cum omni-bus directuris suis et cum villa de Monte Gaudiicum omni iure regali quod ad ipsa pertinet (GARCÍA

LARRAGUETA, 1962: pp. 484-486).

La infeudación de los territorios del Trubia,con los correspondientes castillos, no se hizoesperar. El 2 de julio de 1224 se tiene la pri-mera noticia de la presencia de un tenente demanu episcopi en el tevergano Valdesampedro,Petrus Gundisalvi, o Petro Gonzalviz (SANZ

FUENTES Y RUIZ DE LA PEÑA SOLAR, 1992: p. 131),el mismo personaje que, un año después, enmayo de 1225, suscribe una venta en el tam-bién tevergano Valdecarzana, como tenenteMiranda et Helesga (FERNÁNDEZ CONDE,

TORRENTE FERNÁNDEZ Y DE LA NOVAL, 1978: p.

122). La aparición de esta institución en el inme-diato concejo de Teverga, que históricamentese vinculó solidariamente con Quirós y Proa-za al dominio de San Salvador (FERNÁNDEZ

SUÁREZ, 1995: pp. 155-157), autoriza suponer queeste fenómeno ya se había dado en Proaza ysu castillo en las mismas fechas. La ausencia dedatos no ha de extrañar, si se considera la abru-madora diferencia en el registro documentalconservado en el valle entre las referencias aTeverga y las alusivas a los otros dos territo-rios del dominio.

Durante las minorías de Fernando IV y Alfon-so XI (1295-1325), la turbulenta situación polí-tica de la corona de Castilla favoreció en Astu-rias el ascenso de la posición política de RodrigoÁlvarez, Conde de Noreña, quien impuso alobispo ovetense Fernando Álvarez la entregaen encomienda de las tierras de Teverga y Qui-rós a su cliente Gutier González de Quirós(1314) (RUIZ DE LA PEÑA SOLAR, 1977: p. 203;

FERNÁNDEZ SUÁREZ, 1995: p. 159). En 1348, elobispo Alfonso Pelaíz concede a Gonzalo Ber-naldo de Quirós la mitad de la encomiendasde Quirós y Valdesampedro y las encomien-das de los cotos de Santo Adriano y Riosa(RODRIGUEZ DÍAZ, 1995: pp. 461-463). El apogeode la familia Bernaldo de Quirós llegó con elacceso al trono de Enrique II de Trastámara,

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monarca que en 1372 concedió a Gonzalo Ber-naldo de Quirós el señorío de Valdecarzana, ala vez que el obispo de Oviedo, Don Alfonso,le encomendaba las tierras de Quirós (RODRI-

GUEZ DÍAZ, 1995: pp. 463-465).

No obstante, la consolidación del dominiode los Bernaldo de Quirós sobre la cuencadel Trubia en general y sobre Proaza en par-ticular hubo de superar las resistencias del obis-po Gutierre de Toledo, quien, a la muerte deGonzalo Bernaldo de Quirós, recuperó la pose-sión del castillo de Proaza el siete de octubrede 1377, de manos de sus tenedores Rodri-go Álvares de Vandujo y Suer Péres de Van-dujo (FLORIANO LLORENTE, 1963: pp. 189-191; 191-

193), quienes lo poseían por poder concedidopor Gonzalo Bernaldo. En el acto de despo-sesión, el legado episcopal, Alfonso Ferrandesde Cabeçón, apoderó nuevamente a los pre-cedentes posesores en nombre del obispoGutierre.

Esta ceremonia simbolizó la retoma efecti-va por parte de la mitra de sus derechos seño-riales en el valle. La reacción de los herederosdel encomendero fallecido, Gutier y Lope Gon-zález de Quirós, no se hizo esperar. El trecede octubre de ese mismo año, apenas seis díasdespués, el mismo Enrique II presionó sobre elobispo Gutierre para que entregase las enco-miendas de Quirós, Teverga y Proaza a los hijosde Gonzalo Bernaldo de Quirós, Gutier y LopeGonzález de Quirós (FLORIANO LLORENTE, 1963:

pp. 164-165; RODRIGUEZ DÍAZ, 1995: pp. 467-468).A este primer requerimiento le siguieron otros,el 22 de febrero de 1379 (FLORIANO LLOREN-

TE, 1963: pp. 170-171; RODRIGUEZ DÍAZ, 1995: pp.

468-469) y el 18 de enero de 1380 (FLORIANO

LLORENTE, 1963: pp. 165-166, RODRIGUEZ DÍAZ,

1995: p. 469)1. La insistencia regia fructificó el 12de junio de ese mismo año. En esa fecha, Gutie-rre González de Quirós se hizo con la enco-mienda de Quirós, Santianes de Teverga y laRibera de Suso (FLORIANO LLORENTE, 1963: pp.

282-286; RODRIGUEZ DÍAZ, 1995: pp. 451-453) y

Lope González de Quirós con las de Valde-sampedro, Proaza, Yernes, Tameza, Coto deSanto Adriano y Tudela (FLORIANO LLORENTE,

1963: pp. 286-290). Seguidamente, el 24 de mayode 1381, Lope González de Quirós hizo cartade pleito y homenaje al obispo Gutierre porla tenencia de los castillos de Proaza y Proaci-na, que habrían de serle entregados por sutenedor, Rodrigo Alvares de Vandujo (FLORIA-

NO LLORENTE, 1963: pp. 304-306).

Años después, en 1398, Lope González deQuirós renovó el pleito homenaje con el obis-po Guillén de Verdemonte por la tenencia delos castillos, a la vez que los entregaba a Alfon-so García de Tuñón, quien prestó pleito home-naje el 18 de abril (MIGUEL VIGIL, 1887: p. 105;

GARCÍA LARRAGUETA, 1957: p. 333), documentoque transcribimos in extenso en el Apéndice 2.

lll. EL PROBLEMA HISTORIOGRÁFICO

De las noticias anteriores consta la exis-tencia de un castillo en Proaza al menos desdeel primer tercio del siglo XII. La historiografíaque se ha ocupado de la actual torre o de losacontecimientos históricos que se vinculan conel castillo de Proaza, ha tomado posición res-pecto a las posibilidades de identificar ambosfenómenos históricos.

Los cronistas regionales de la Edad Moder-na no se detuvieron en la descripción del edi-ficio, aunque relaten con mayor o menor deta-lle la rebelión del Conde Gonzalo Peláez. Así,Carvallo habla del sitio de Gonzalo Peláez enel castillo Precaça (CARVALLO, 1695: p. 323) yRisco alude brevemente a la rebelión del condeen el castillo de Precaza (RISCO, 1793: p. 142).

La primera investigación moderna es obrade Ciriaco Miguel Vigil, quien no se pronunciasobre la cronología de la construcción. Al remi-tir a documentos fechados desde 1184 a 1398,implícitamente parece reconocer una identidad

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1 Floriano Llorente (1963: 165) asigna este documento a Juan l. La copia contenida en la Regla Colorada (Rodríguez Díaz, 1995: 469)viene intitulada: OTRO ALUALA DEL REY DON ENRRIQUE EN QUE ENBIAUA ROGAR AL OBISPO DON GUTIERRE QUEDIESSE LAS COMIENDAS DE QUIROS A GUTIER GONZALEZ, de lo que se deduce que el albalá fue dictado por orden de estemonarca, como reconoce la propia Rodríguez Díaz (222-223).

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entre la torre que él pudo reconocer y el cas-tillo de Proaza mencionado en los citados docu-mentos. A él se debe la primera descripciónobjetiva del edificio (MIGUEL VIGIL, 1887: p. 479).

Elida García García, autora de la últimamonografía sobre el conde Gonzalo Peláez,identifica con claridad el castillo del Conde conla torre de El Campo (GARCÍA GARCÍA, 1975: pp.

56-57), hipótesis que sigue Fernández Conde(FERNÁNDEZ CONDE, 1979: p. 237). Por contra,Avello Álvarez sostiene que el actual torreónde Proaza fue obra de “Don Diego Vázquezde Prada el cual murió en 1491, por lo que latorre debió de ser edificada en fechas muy pró-ximas” (AVELLO ÁLVAREZ, 1991: p. 180).

El problema que ha constituido el eje cen-tral de la investigación precedente radica en laconfusión de las siguientes cuestiones, que hande ser respondidas sucesivamente.

1. La cronología de la actual fábrica.

2. La identificación de los acontecimientos his-tóricos que tuvieron por escenario la torreactual.

3. La posibilidad de la existencia de otras estruc-turas defensivas diferentes de la actual.

1. CRONOLOGÍA DE LA FÁBRICA ACTUAL

Ante la ausencia de excavaciones arqueo-lógicas, epigrafía fundacional y documentaciónacreditativa de la autoría y fecha del edificio, laúnica vía para datar esta construcción es el aná-lisis arqueológico de los elementos formales.

Dado que el aparejo es de mampostería ycarece por tanto de marcas de cantero quepudieran gozar de paralelos cercanos tempo-ral y espacialmente, los únicos elementos atener en cuenta son los vanos y los chaflanesde retranqueo del paramento exterior.

La puerta de acceso

El arco, de ligera ojiva y rosca única lisa, noes anterior en Asturias a los primeros años delsiglo XIII. Así, aparece con una traza muy simi-lar en la crujía oriental del claustro de Santa

María de Valdediós, fundada en el 1200; en SanAntolín de Bedón, cuya construcción se inicióen 1205 o en la portada occidental de Aman-di, en el primer tercio del siglo XIII. Por con-tra, no aparece aún en numerosos edificios bienfechados a finales del siglo XII, tanto en Astu-rias, como San Andrés de Valdebárcena (1189),como en las regiones inmediatas: Santa Maríade Piasca, en Cantabria (1172), el pórtico deRebolledo de la Torre, en Burgos, obra delmismo maestro que la anterior (1186), la puer-ta del Obispo de la catedral de Zamora (1174).Se aprecia igualmente en varias torres asturia-nas, como la de Villamouros (Valdés) o la deAndrín (Llanes).

Ventanas en doble vano apuntado

En Asturias aparecen en las torres de Tru-bia de Cenero (Gijón), fechada a finales delsiglo XV (AVELLO ÁLVAREZ, 1991: p. 131); en lade Báscones (Grao), igualmente asignada a finesdel XV (ID: pp. 133-134); en la de Ciaño (Lan-greo), fechada a fines del siglo XIV (GÓMEZ G.

DE LA BUELGA, 1994), aún cuando una revisiónposterior permite asegurar que se trata deintrusiones posteriores (RÍOS Y GARCÍA DE CAS-

TRO, 1997: p. 101); en la de Villamouros (Valdés),considerada, como las precedentes, salvo la deCiaño, de fines del siglo XV (COOPER, 1991: pp.

351-352; AVELLO ÁLVAREZ, 1991: pp. 146-148). EnCantabria, se encuentra uno de estos vanosen la torre de Cabanzón, datada en el siglo XV(MUÑOZ JIMÉNEZ, 1993: pp. 109-110). En Burgos,en el castillo de Medina de Pomar, datado enel siglo XIV (ZAMORA LUCAS, 1974: pp. 321-322;

CADIÑANOS BARDECI, 1987: pp. 171-174) y en Cas-til de Carrias (ID: 323); Itero del Castillo, cons-truido con anterioridad a 1414 (CADIÑANOS

BARDECI, 1987: pp. 170-171); Valdenoceda, fecha-do a fines del s. XIV (ID: pp. 187-189) y Lezanade Mena, ya citado a fines del s. XIV (ID: pp.

332-333). En Álava, M. Portilla las sitúa en elsiglo XIV avanzado, perdurando durante todoel siglo siguiente, destacando los ejemplos dela torre de los Varonas y Fontecha (PORTILLA,

1978: pp. 206, 207 Y 1030). En Cuenca, en la torredel homenaje del castillo de Santiago de laTorre, “que podría remontarse al siglo XIII”(COOPER, 1991: p. 872; f. 810).

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Saeteras en ojo de herradura invertido

Este vano es interpretado usualmente comola adaptación de las saeteras tradicionales aluso de armas de fuego (PORTILLA, 1978: p. 735;

COOPER, 1991: pp. 65-66; AVELLO ÁLVAREZ, 1991:

p. 107), de lo que usualmente se derivan data-ciones tardías que lo sitúan en la segunda mitaddel siglo XV. Ahora bien, la observación de laiconografía contenida en las miniaturas de Alfon-so X el Sabio (Cantigas 28d, 185b) permitereconocer su existencia ya en la segunda mitaddel XIII (MENÉNDEZ PIDAL, 1986: pp. 273, 280; SOLER

DEL CAMPO, 1993: p. 240, lm. 57; p. 266, lm. 101). Almargen, cabe pensar asimismo en algunos casosen la posibilidad de adaptación de saeteras pre-existentes a las nuevas necesidades impuestaspor las armas de fuego, retallando los sillaresinferiores.

En Asturias, disponen de este vano la torrede Villamouros, ya citada, y la torre norte delpalacio de Anleo (Navia), fechable en la primeramitad del siglo XVI. Sin embargo en este edi-ficio se aprecia que estas saeteras correspon-den a intereses meramente ornamentales, posi-blemente como recuerdo estético de unelemento militar ya desfasado en la fecha deconstrucción de este palacio.

En Cantabria se encuentran en la tambiéncitada torre de Cabanzón. En León, en el cas-tillo de Ponferrada. En La Coruña, en el casti-llo de Celas. En Orense, en Castro Caldelas,en el sector no afectado por la reforma pos-terior a 1468 (COOPER, 1991: pp. 793-795; f. 752).En Lugo, en la torre de Sarria, fechada a media-dos del siglo XII (BALBOA LÓPEZ, 1974: pp. 94-95).En Burgos, en Castil de Carrias. En Valladolid,en el castillo de Medina del Campo. En Sego-via, en el castillo de Turégano, del siglo XV(BORDEJÉ, 1974: pp. 408-409) y en el torreón delos Lozoya, edificado a principios del XIV y

donde se consideran obra posterior (JIMÉNEZ

ESTEBAN, 1995: pp. 109-110). En Ávila, en Villavi-ciosa de Solosancho, también fechado en elsiglo XV (ID: pp.294). En Guadalajara, en elcastillo de Anguix, fechado en la segunda mitaddel siglo XV (COOPER, 1991: p. 879; f. 816). En laRioja, en Sajazana, fechada en el siglo XV (GUI-

TART, 1974: pp. 374-376). En Burgos, la ya citadade Lezana de Mena y Ojeda, cuya fecha es dis-cutida en la investigación (CADIÑANOS BARDE-

CI, 1987: pp. 259-260) 2. En Álava, en la torre deLos Mendietas, fechada en las últimas décadasdel siglo XVI (PORTILLA, 1978: p. 735). En Nava-rra, en la fortaleza de Marcilla, fechada en laprimera mitad del siglo XV (MARTINENA, 1980:

p. 27), en la torre de Olcoz, de fines del XIV oprincipios del XV (ID: p. 137). En Madrid, en elCastillo Nuevo de Manzanares el Real, finaliza-do hacia 1490 (SÁEZ LARA, 1993: pp. 194-195). EnBarcelona, en el Castillo de Sant Vicenç deBurriac, fechado en los siglos XII-XIII (CATALÁ,

1967: l pp. 611, 629; CUADRADA Y MAJÓ, 1986: pp.

179-184). En Gerona, en el castillo de Vilarig,fechado en los siglos XIV-XV (CATALÁ, 1967: II,

p. 397); en el castillo de Palau-Sator (CATALÁ,

1967: II, pp. 698) y en el castillo de Peratallada(CATALÁ, 1967: II, p. 726).

La presencia de estos vanos en edificios conuna vocación preponderantemente residencial,como en los palacios navarros de Acedo (1492),del duque de Granada de Ega (Traibuenas) yde Muruzábal (1691) (MARTINENA, 1980: pp. 105,

116, 129), permite sospechar en algunos casosla posibilidad de un carácter ornamental paraeste tipo de saetera, no necesaria ni exclusiva-mente vinculado con la función militar en edi-ficios que revisten plenamente este carácter.

Chaflanes de retranqueo

Es éste un elemento que particulariza cla-ramente esta torre entre todas las asturianas 3.

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2 Miguel Ojeda (Boletín de la Institución Fernán González, XIV, 718) asigna la torre al siglo XIII, oponión discutida por Cadiñanos Bar-deji, quien asegura que la actual torre es obra de mediados del s. XVII. De la inscripción, conservada, cuyo texto reproduce Cadiña-nos, se deduce la reconstrucción de la torre en la fecha y no su construcción ex novo. Por lo demás, la morfología del edificio cons-tituiría un completo anacronismo dificilmente explicable a mediados del siglo XVII.

3 Algún autor ha querido ver una solución similar en la cercana torre de Banduxo, situada también en el concejo de Proaza (ÁlvarezAvello, 1991: 179). Sin embargo, en esta construcción el retranqueo existente no señala una pérdida de grosor exterior de los murosentre los pisos, sino el diferente diámetro de la torre y el basamento que le sirve de firme. Concretamente, este último sobresaleunos 70 cm. respecto al paramento de aquélla.

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El propio hecho del retranqueo exterior de losmuros ya le confiere originalidad, que se acre-cienta por la presencia de la moldura achafla-nada. Este rasgo estilístico se encuentra en loszócalos de templos románicos, construidos enel último tercio del siglo XII o al filo del 1200.En Asturias, en San Antolín de Bedón (Llanes),San Antolín de Ibias (Ibias), Santa María de Val-dediós (Villaviciosa), Santa María de Narzana(Sariego), San Andrés de Ceares (Gijón), SanPedro de Arrojo (Quirós). En León, en la igle-sia de Robles de Laciana. En Cantabria, en SantaMaría de Piasca, consagrada en 1172 (GARCÍA

GUINEA, 1996: pp. 161, 167-168); en San Andrés deRioseco, fechada a fines del siglo XII (ID: pp. 204-

209); y en Santa María la Mayor, de Villacantid,igualmente adscrita a fines del siglo XII (ID: pp.

261-264). En Palencia, en Santa Eufemia deCozuelos de Ojeda, construida en torno a1185-1186 (GARCÍA GUINEA, 1991: p. 27) 4. EnBurgos, en San Vicentejo de Treviño, consa-grado en 1162 (PÉREZ CARMONA, 1974: pp. 39-

40; fs. 120-121); y La Piedra, fechada en el últi-mo cuarto del siglo XII (ID: pp. 75-82; f. 143). EnOrense, en el monasterio de Santa María deOseira, cuyas obras se iniciaron entre 1183 y1199 (VALLE PÉREZ, 1982: p. 122; lm. 8-262). EnPontevedra, en San Andrés de Orrea, fechadaen torno a 1170 (BANGO TORVISO, 1979: p. 138,

lm. 1b y f); en San Cristobal de Camposancos,de la misma fecha que la anterior (ID: p. 109, lm.

30a); en Santa María de Merza, fechada en elúltimo tercio del siglo XII (ID: p. 133, lm. 31c); enSan Jorge de Codesedos, fechada hacia 1170-1180 (ID: p. 172, lm. 58 b); en San Martín deSobrán, construída poco antes de 1170 (ID: p.

209, lm. 73j). En San Martín de Agudelo y SanMartín de Gargantáns, ambas datadas a finesdel siglo XII (ID: p. 153, lm. 75 h; p. 179, lm. 82a); yen Santiago de Bembrive, fechada entre 1170y 1185 (ID: p. 220, lm. 100 b). En Navarra, en laIglesia del Crucifijo de Puente la Reina.

De este recorrido se desprenden las siguien-tes conclusiones: el elemento de mayor valor

cronológico es la moldura achaflanada de retran-queo entre pisos, que en el ámbito del nortepeninsular aparece en el último tercio del sigloXII y principios del XIIl, caracterizando tem-plos del último románico, en los que es frecuentela presencia de arcos apuntados. La forma oji-val de la puerta y de los arcos de la ventanaremite a los primeros modelos de arco apun-tado, lo que no significa negar su perduracióna lo largo de los siglos bajomedievales.

Por otro lado, la mayor parte de las cro-nologías recogidas para castillos y fortificacio-nes carecen de apoyo documental y arqueo-lógico sólido, pues para ninguno de los citadosconsta la aportación de fechas procedentes deexcavaciones arqueológicas o análisis arqueo-lógico de paramentos. Normalmente, para elestablecimiento de una datación, el procedi-miento a seguir consiste en la asociación ine-quívoca de determinados elementos y rasgosestilísticos con periodos concretos. Ya se hahecho referencia a la improcedencia de estemétodo en lo referente a las saeteras-trone-ras. Del mismo modo, por ejemplo, los mata-canes en piedra, característicos de los edificiosdel siglo XV, figuran con claridad en las minia-turas de la Cantigas de Alfonso X (MENÉNDEZ

PIDAL, 1986: pp. 278-279; Cantigas 13 y 99). Con ello,pretendemos alertar sobre la inseguridad debuena parte de las dataciones de torres y for-tificaciones peninsulares, cuyo valor, por ello,para la datación del ejemplo que nos ocupa essólo relativa.

A nuestro juicio, a través del análisis prece-dente creemos que se puede fijar un terminuspost quem para la torre del Campo de Proazaen torno al 1200. Aunque la forma en ojiva seasocie a los chaflanes de retranqueo a partiraproximadamente de 1170 en territorios veci-nos a Asturias (Galicia, León, Castilla,...), en estaregión no aparecen con anterioridad a la fechaindicada.

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4 García Guinea considera que este templo fue levantado en dos momentos constructivos, adscribiendo el ábside a la primera fase,correspondiente a la inscripción fechada en 1132. Sin embargo, el análisis del edificio no permite apreciar soluciones de continuidaden el proceso de edificación, y sí percibir la unidad constructiva. Dado que los arcos triunfales y torales son apuntados, conviene ads-cribir el momento de construcción a la fecha arriba indicada (1185-1186).

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2. LA IDENTIFICACIÓN DE LOS ACON-TECIMIENTOS HISTÓRICOS QUE TUVIE-RON POR ESCENARIO LA TORRE ACTUAL.

A partir de lo dicho se deduce que resul-ta imposible vincular este edificio con los suce-sos descritos en la Chronica Adefonsi Imperato-ris, relativos a la rebelión del conde GonzaloPeláez frente a Alfonso VII, en los años 1132-1137. Por tanto, ha de buscarse otro escena-rio para la ubicación de estos acontecimientos.

En 1177 y 1184 contamos con otras dos refe-rencias documentales a un castillo en Proaza. Porla primera, sabemos que su tenente era Fer-nando Velaz; por la segunda, sabemos que fuedonado por Fernando ll a la catedral de SanSalvador de Oviedo, junto con la villa de MonteGaudii. De acuerdo con las conclusiones sur-gidas del análisis estilístico, no es posible iden-tificar la torre del Campo con el edificio men-cionado en estos documentos.

El siguiente paquete documental corres-ponde a los años 1377-1398, estando relacio-nado con la entrega en encomienda del casti-llo de Proaza por parte del obispo de Oviedoa miembros de la clientela del linaje Bernaldode Quirós. En estas fechas sí es posible que elescenario de estos acontecimientos pueda iden-tificarse con la actual torre.

Por último, hemos de aclarar la afirmaciónde Avello Álvarez (1991: pp. 180, 213) segúnla cual “esta torre fue levantada, como ya hemosdicho, por don Diego Vázquez de Prada el cualmurió en 1491, por lo que la torre debió seredificada en fechas muy próximas”. Para sus-tentar esta afirmación, Avello remite en la nota211 al estudio realizado sobre la torre de laCasa Fuerte de Prada, en el mismo concejo deProaza y distante aproximadamente 1000metros al norte de la que nos ocupa. En esta

monografía (ID: pp. 178-179), el autor se refie-re a la casa de Prada, como “casa solar dePrada” y lugar de defunción de Diego Vázquezde Prada en 1491. Este personaje es uno delos protagonistas del suceso conocido como“Crimen del Notario de Tuñón”, narrado porCarvallo (1988: pp. 445-446), que tuvo lugaren tiempos de los Reyes Católicos:

Entre los casos atroces que en Asturias preten-dió castigar el rey, fue muy notable el de DiegoVazquez de Prada, llamado assi por tener suscasas en el Lugar de Prada, aunque era hijo deAlonso Vázquez de Quirós, descendientes de losBernaldos de Quirós... Ayundaronle a esta fero-cidad Alonso Vázquez y Andrés Vázquez, sushermanos, por lo qual todos tres se ausentaronde la tierra, temiendo la justicia del Rey Católi-co; más después Diego de Prada se volvio amorir a su casa en el año de 1491.

De esta noticia sólo se deduce la relaciónentre Diego Vázquez de Prada y la casa solarde Prada. Desde ningún punto de vista sepuede extraer dato alguno que permita rela-cionar a este personaje con la torre del Campode Proaza 5.

3. POSIBILIDAD DE LA EXISTENCIA DEOTRAS ESTRUCTURAS DEFENSIVAS DIFE-RENTES DE LA ACTUAL.

Del discurso precedente se deduce la exis-tencia de un castillo anterior a la torre delCampo. La prospección arqueológica del con-cejo, realizada por encargo de la consejería deCultura del Principado de Asturias, permitiólocalizar en el paraje denominado Vegamande,situado en las inmediaciones de la casa fuertede Prada, los restos de lo que puede identifi-carse como un recinto defensivo, con el arran-que de una torre en uno de los extremos(RíOS GONZÁLEZ, 1995: p. 202).

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5 En la misma monografía, la nota 207 cita como referencias bibliográficas de apoyo, aparte de la obra de Carvallo ya reseñada, lamonografía concejil de Proaza, a cargo de R. Pulido en la obra colectiva Asturias (BELLMUNT-CANELLA, 1895-1900), y al códiceRegla Colorada, folio 99 del Archivo Capitular de Oviedo. A este respecto es preciso señalar lo siguiente: La monografía de Proazaseñalada no se debe a R. Pulido sino a Valeriano López Fernández (tomo IIII pp. 151-159). En ella se recoge el suceso del crimen delNotario de Tuñón, con un colofón no documentado en el que se contiene la noticia del regreso de Diego Vázquez de Prada “a sucasa de Prada, alcanzando perdón y merced para levantar de nuevo otro castillo, que es el del Campo, y morir en 1491 en su solarde Prada, sin otro castigo que el de su conciencia” (LÓPEZ FERNÁNDEZ, 1900: p. 155). De aquí indudablemente procede la afir-mación de Avello Álvarez.

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A este lugar se accede en la actualidaddesde la casa-fuerte de Prada, a través de uncamino que bordea el cauce del río Trubiaunos 75 metros, para después doblar hacia elO en dirección a una plataforma artificial, situa-da en la vertiente, sobre la margen izquierdadel río Trubia. La pequeña llanada sobre la quese levantan los restos de construcciones apa-rece delimitada por el O por la propia laderaen la que fue abierta, mientras que por el restode su lados lo hace por medio de un terra-plén, en el que se encuentran al menos dostaludes, uno en el extremo superior y otro enel inferior (fig. 2).

En el extremo septentrional de este ate-rrazamiento de unos 100x50 metros se yer-gue el arranque de un recinto sin vanos quepresumiblemente pertenece a un torreón cua-drangular (lám. 5). Levantado con obra demampostería y sillares en las esquinas, esta for-mado por cuatro paredes con un grosor mediode unos 60 centímetros, midiendo cada uno delos lienzos lo siguiente: el N, 7,40 metros; el S,7,20 metros; el E, 7,30 metros y el O: 7,10metros.

La altura máxima que alcanzan estos lien-zos oscila en torno a los dos metros. Por elexterior, se aprecian a sus pies los amontona-mientos producidos por el derrumbe de laconstrucción, especialmente en los flancos S yO. La vegetación y derrumbes impide la obser-vación del interior.

En el extremo opuesto de la plataforma,junto a la rampa, se conserva una segundaestructura constructiva. Mide unos 4 mts. delargo por 3,70 mts. de ancho y se encuentraempotrada en el sustrato rocoso por el flancoO. En el lado opuesto se abre el único vanoexistente, adintelado y de reducido tamaño. Elinterior está colmatado por el derrumbe de latechumbre de madera. Dado su estado actual,resulta dificil determinar la función de esta cons-trucción.

A 40 metros al N de ésta se encuentra untercer túmulo de piedras, invadido por la vege-tación, que pudiera corresponder a otro ele-mento defensivo. Se da la circunstancia de que

estos dos elementos meridionales ocupan elextremo oriental de la plataforma, situándosejusto sobre la línea de ruptura de pendiente.

La superficie de la plataforma está dedica-da hoy a pradería. Pese a ello se aprecian abun-dantes afloramientos rocosos que hacen supo-ner un sustrato eminentemente calizo, lo cualhizo innecesaria la excavación de fosos paracimentar la cerca que hubo de delimitar esterecinto. Esta circunstancia pudo favorecer eldesmonte de toda la muralla hasta su base.

Ya se ha aludido anteriormente al hecho deque estas ruinas se encuentran muy próximas(en torno a unos 450 metros) del edificio cono-cido en la actualidad como Casa de Prada. Laprimera mención documental a la misma apa-rece en la carta de donación del 29 de octu-bre de 1391 por la que Lope González deQuirós dona a Alfonso Vázquez (véase apén-dice 1): el myo suelo con suas [...as] et con sosentradas et salidas et con todos los myos here-damientos et tierras et llantadas que jacen ade-rredor del. Al qual suelo dicen la casa de Prada,que jaz en el concello de Pruaza.

Este texto define líneas después el conteni-do de la donación, del siguiente modo: tal sueloet muries et heredamientos que jazen aderredor del.

De estas dos citas se deduce que en 1391el lugar ya era denominado Casa de Prada,aunque en la donación no se haga referenciaexpresa a una construcción completa y sí sóloa muros arruinados (muries).

Los Bernaldo de Quirós, tenentes de la enco-mienda del concejo de Proaza desde inicios delsiglo XIV, como hemos visto anteriormente,hubieron de hacerse con un notable patrimo-nio inmobiliario en el territorio sujeto a enco-mienda, entre el que figuró este solar que enla fecha de donación contaba con unas ruinasvisibles. El nuevo propietario pudo haber iniciadola construcción de su casa solar, que se encon-traba ya construida un siglo después, en 1491,según el testimonio de Carvallo enunciado ante-riormente. Con ello poseemos las dos fechasextremas entre las que fue levantado el núcleoprimitivo de la actual casa de Prada, formado

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por una torre cuadrangular 6. En su construc-ción sin duda se emplearon mampuestos aca-rreados de las ruinas próximas, en un procesode desmonte que continuó con las ampliacio-nes de la casa solar en los siglos XVI-XVIII.

No resta sino identificar el origen de las rui-nas de Vegamande. El topónimo ha de derivarde un Amandus, formándose a partir de ungenérico *Vaika más un nomen en genitivo. Así*Vaika Amandi derivaría en Vegamande (BOBES,

1961: p. 22). El acondicionamiento del terrenorevela una obra de gran envergadura, superioren dimensiones a las habituales torres señorialesdel norte de la Península Ibérica, que Cooperagrupa en el tipo 7 de su estudio sobre los cas-tillos señoriales (COOPER, 1991: p. 30). En estecaso la torre se integra en un recinto defensi-vo de grandes dimensiones, sólo comparablesa las fortificaciones de iniciativa regia asturleo-nesas (Tudela de Agüeria, Llanos de Alba, LaValcueva, etc.), cuya función era fundamental-mente la de configurar una malla que permi-tiera el dominio estratégico del territorio (GUTIÉ-

RREZ GONZÁLEZ, 1995: pp. 46-49; 251-254; 304-306).Dado que en 1184 la monarquía se despren-de del dominio directo del territorio al cederel castillo de Proaza y la villa de Monte Gaudiia la catedral de Oviedo, cabe pensar que eneste lugar de Vegamande se encontraba el cas-tillo objeto de la donación. Reforzaría esta hipó-tesis el relato de los acontecimientos bélicosde la rebelión de Gonzalo Peláez contra Alfon-so VII (1132-37). El conde asturiano se hizo fuer-te en un castillo que hubo de ser sometido aasedio continuado por el propio Alfonso VII ysus condes Suario Bermuti y Pedro Adefonsi.El aparato militar necesario para el asedio delos castillos de Buanga, Alba de Quirós y Pro-aza, calificados por la Chronica Adefonsi Impe-ratoris de valde fortissima, no parece aplicable auna torre de tamaño semejante a la del Campo.Más bien parece que nos encontramos ante unrecinto capaz de acoger una importante guar-nición, con las suficientes reservas de víveres yagua, al cual se somete a asedio cortando los

accesos, mediante una actuación destinada ainfundir terror en cualquier individuo que alber-gase la intención de acercarse a las fortalezasen poder del rebelde, tal y como recoge condetalle la Chronica Adefonsi Imperatoris.

IV. CONCLUSIONES

Por sus características tipológicas -ampliorecinto, con edificios interiores- Vegamande escapaz de acoger un crecido número de com-batientes, con caballerías si fuese preciso. Estecontingente puede adoptar una defensa pasivade resistencia ante un asedio llevado a cabo porun ejército muy superior numéricamente, o eje-cutar acciones de ruptura de cerco, en el casode que la relación numérica les fuese favorable.

El hecho de que se encontrara arruinada en1391 implica la pérdida de función. No pode-mos rastrear el inicio y desarrollo de este pro-ceso debido a la ausencia de documentación.Ahora bien, parece lógico vincular la pérdidade función y consiguiente abandono con latransferencia de su dominio a la Mitra oveten-se en 1184. A ésta le habría resultado super-fluo mantener un conjunto militar ajeno a susintereses y necesidades, a la vez que peligro-so, desde el momento en que el territorio yfortalezas incluidas eran entregados en enco-mienda a los miembros de un linaje, el de losBernaldo de Quirós, caracterizado por la con-tumacia en la desobediencia a los compromi-sos de fidelidad adquiridos.

Por el contrario, la torre del Campo se adap-ta perfectamente al cometido encargado al tenen-te de la encomienda. La carta ya citada, de 18de abril de 1398, por la cual Lope González deQuirós entregó en encomienda las torres deProaza y Proacina a Alfonso García de Tuñón,torres que a su vez había recibido, junto con eltevergano castillo de Miranda, de manos delobispo Guillén de Verdemonte, menciona el per-sonal de servicio en las citadas fortalezas:

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6 Esta torre es la estudiada por Avello Álvarez (1991: pp. 178-179). Este autor cita el documento que transcribimos en extenso (véaseapendice documental) según los regestos de Ciriaco Miguel Vigil y Santos García Larragueta. El primero considera que el objeto dedonación es la Casa de Prada, mientras que el segundo alude a un suelo y heredad en Prada. Como hemos visto, García Larragueta esquien interpreta correctamente el contenido. Por ello, no podemos afirmar que la Casa de Prada existiese con anterioridad a 1391.

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Et a saber, la de Miranda con tenençia de cua-tro ommes et la de Proaza et Proazina contenençia de seis ommes.

Esta cifra puede ser interpretada en térmi-nos extremos y opuestos: o bien se trata dela cantidad mínima a mantener por parte delencomendero, o bien de la cantidad máximaautorizada por parte del obispo. Sin poderdecidir apodícticamente esta disyuntiva, nosinclimos hacia la segunda opción. En cualquiercaso, y en lo tocante a la torre de Proaza, laguarnición no podría ser muy superior, dada lacapacidad del edificio. La comparación con laguarnición del castillo Real de Tineo, que Álva-rez estima en veinte personas (ÁLVAREZ ALVA-

REZ, 1981: p. 209) y los castillos reales navarros,que Martinena considera habitados por entredoce y quince personas en tiempos de paz(MARTINENA, 1994: pp. 471-472), puede ser ins-tructiva, confirmando la estimación a la bajapues la capacidad de los recintos analizados esmucho mayor. Por ello, la torre del Campo nopudo nunca desempeñar el mismo papel mili-tar que describiamos líneas arriba a propósitodel recinto de Vegamande. En efecto, cualquiertentativa de encastillamiento prolongado anteuna tropa bien pertrechada y preparada parael asedio está condenada al fracaso, por la mani-fiesta incapacidad de almacenaje de víveres yagua, la facilidad que ofrece a un cómodo ase-dio, la dependencia estricta en la que se encuen-tra respecto al curso del arroyo Payón, muy vul-nerable, y la imposibilidad de una ruptura decerco mediante una salida en tropel.

Insistiendo en lo anterior, estimamos queesta construción se ajusta al modelo de forta-leza señorial que pudiera convenir a los inte-reses de la Mitra Ovetense, permitiendo suentrega en encomienda sin dotar al encomen-dero de medios susceptibles de ser utilizadosen contra del señor. Efectivamente, el edificioreúne las características necesarias al cometi-do al que se destina: imponente presencia arqui-tectónica, suficiente capacidad defensiva ante unconflicto armado derivado del ejercicio delseñorío (insurrección campesina), eficaz reclu-sión de los condenados en el ejercicio de lajusticia señorial. Se trata pues de una auténti-ca casa fuerte. Significativamente, la carta de

encomienda del dieciocho de abril del año1398, transcrita en el apéndice 2, califica indi-ferentemente a los tres edificios de Miranda,Proaza y Proacina como castiellos, fortaleças,fuertes y casas fuertes. De ello se deduce que,a ojos de los protagonistas del acto de la enco-mienda, lo esencial no es la morfología del edi-ficio entregado sino la función que vaya a desem-peñarse a partir de él.

En conclusión estimamos que la construc-ción de la torre del Campo es una conse-cuencia de la entrada en dominio de la mitraen las tierras de Proaza y de la infeudación deeste dominio a señores laicos. El proceso his-tórico arrancó en 1184, fecha de la donaciónde Fernando ll del castillo de Proaza (Vega-mande) y la villa de Monte Gaudii, en la proxi-midad del anterior (vega de Buyeres), a San Sal-vador de Oviedo. El fin se situó con laencomendación de castillos y territorios, queaparece plenamente conseguida en 1224.

Los paralelos estilísticos y morfológicos supo-nen un terminus post quem en torno al 1200.El rasgo estilístico cronológicamente más aco-tado son las molduras achaflanadas que seña-lan los retranqueos exteriores del muro. Ine-quívocamente, se fechan todos en los últimosaños del Xll y primeros del Xlll. Los arcos oji-vales aparecen igualmente en el mismo perio-do. Aunque se puede admitir la perduraciónde las ojivas simples en puertas y ventanasgeminadas en épocas posteriores, este edificiocarece absolutamente de aquellos rasgos quedefinen la arquitectura civil y eclesiástica delúltimo gótico: arcos carpaneles, conopiales ylobulados, frisos y alfeizares de bolas, alfices, ...,que se encuentran presentes en algunos edifi-cios asturianos de similar entidad que se atri-buyen con más fundamento al siglo XV o prin-cipios del XVl . Entre ellos podemos citar la casade la Rúa (Oviedo), la torre de Ponte (Sotodel Barco), el palacio de Cienfuegos (Allande),la casa palacio de los Maldonado (Tineo), etc.

La adscripción cronológica que proponemospara la torre del Campo, primer cuarto delsiglo Xlll, nos hace dudar de las cronologías pro-puestas para la mayor parte de las torres seño-riales asturianas, que nos parecen fechadas con

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criterios apriorísticos. No creemos que hayaque esperar a los últimos decenios del siglo XV,fecha en la que se ubican habitualmente la casitotalidad de estos edificios, para apreciar enAsturias las manifestaciones arquitectónicas delpoder señorial, fenómeno bien consolidadodesde centurias atrás.

APÉNDICE 1

1391, Octubre, 29. Pola de Lena.

Lope González de Quirós, hijo de Gonzalo Bernaldo deQuirós, mayordomo mayor del duque de Benavente, da aAlfonso Vázquez, su primo, la heredad conocida como Casade Prada, en el concejo de Proaza.

A.- Pergamino. 304x163 mm, deteriorado en su margenderecha. A.C.O. Serie A, carpeta 24, nº16. EDT.- InéditoREG.-Miguel Vigil: A.M.E.D., l, p.480; García Larragueta: Catá-logo de los pergaminos de la catedral de Oviedo, nº964, p.328. CITA.- Avello Álvarez: Las torres señoriales de la Baja EdadMedia Asturiana, p.178.

En el nombre de Dios Amén. Sepan quantos estacarta viren como yo, Lope González de Quirós, fillo deGonzalo Bernaldo, que Dios perdone, et maiordomo mayordel duque de Benavente, en todo mio poder et en mioentendimiento, claramyente, de mya bona voluntad, fagocarta de donaçion et de bon fecho a Alfonso Vasquez, myoprimo. Dovos et dono vos en pura donaçion el myo suelocon suas [...as] et con sos entradas et salidas et con todoslos myos heredamientos et tierras et llantadas que jacenaderredor del. Al qual suelo dicen la casa de Prada, quejaz en el concello de Pruaza de lo qual me [...] heredé deldicho myo padre lo qual vos do porque sea vestro parasiempre por jur de heredat o de quien en vuestros [...].De lo qual por esta carta me amortefico et vos do e otor-go dello et juro et la posesión et propiedat para que guar-dedes delo entrar et tomar et labrar et rodar et domaret trocar et facer dello et con ello toda vostra veluntadasy en vida como a vuestra muerte asy como de vuestracosa propia. La qual donaçion vos fago por mucho servyçioet mandado que me feçisteis et por ende quel quien quebien faz debe reçebir bon galardón. Et yo, conçediéndo-lo asy, otorgo esta carta et remiçión, et parto de mi todosfueros et derechos et lees et usos, escriptos et no escrip-tos, et toda exepaçión de [forçia] et de contrario, que yoo otro por mi podría aver para [pasar] contra esta donaçionque non me iba recibido ni oydo en juycio ni fuere delantes. Ruego et pido a que los quales justiçias juyzes etalcalles maiores et alguaziles ballesteros et porteros anteque esta carta for presentada que vos la fagan gardar etcumplir que se en ella contien, asy como se pasase porsu [...] et se yo o otro de mya parte contra ella vos qui-sier ir o pasar sea maldito de Dios padre et de Santa Maríasua madre et a las penas del infierno sea condepnado et

con Datán et Abirón que sorbió la tierra por su pecadoyaga abraçado quando morir et demás peche a vos o alque lo vos dicha carta por vos tobyer otro tal suelo etmuries et heredamientos que jazen aderredor del en otrotal logar et tan bono et en pena dos myll [...] de real mone-da et a la parte del rey otros tanto peche et la dicha cartaet donaçion finque firme et bala per siempre et porqueesta sea cierta et non venga en dulda rogé a Pedro Álva-rez, notario público del rey en el concello de Lena, queescrebies esta carta et la robores de so signo.

Que foe fecha en la vylla de Lena beynte e nuevedias del mes de ochobre de año del nascemyento delnostro señor Ihesucristo de mille et treçientos e noven-ta e hun años.

Testes Iohan de [...] et Alvar de Lena et Iohán Pérezdel Campo et otros omes et yo, Pedro Álvarez, notariopúblico sobredicho, fui presente a esto que dicho es etporque [...] et por el dicho ruego escriby esta carta etpas en ella este myo signo que es a tal. Pedro Álvarez,notario.

APÉNDICE 2

1398, abril, 14, 18, 23. Priorio y Pola de Lena

Alfonso García de Tuñón hace pleito y homenaje a LopeGonzález de Quirós por la entrega de los castillos de Proa-za y Proacina. Fernán García Fernández, dicho García Pin-toria, hace pleito y homenaje a Lope González de Quiróspor la entrega del castillo de Miranda. Alfonso García de Tuñóny Fernán García Fernández solicitan al notario Alvar Fer-nández traslado de la carta de encomienda por la que elobispo Guillén de Verdemonte entrega a Lope González deQuirós los castillos citados.

A. - Inédito. Pergamino. 355x490 mm, buena conserva-ción, pequeñas roturas en las dobleces. A.C.O. - Serie B, carpeta 7, nº22.EDT.- InéditoREG.- Miguel Vigil: A.M.E.D., l, p. 105; García Larragueta:Catálogo de los pergaminos de la Catedral de Oviedo, nº979, p. 333. CITA.- Fernández Suarez, A.:”Señorio y encomiendas enlas tierras episcopales del valle del Trubia”, p.159.

Jueves, diez et ocho días de abril del año del nasci-miento del nuestro señor Ihesu Christo de mill et tre-sientos et noventa et ocho años.

En la Puebla de Lena et en presensia de my, AlvarFernández, notario público del rey en el concello de ladicha Puebla de Lena, et de los testimonios de yuso escrip-tos. Alfonso García de Tuñón fizo pleito et omenaje a LopeGonzález de Quirós, que estaba presente, en las suasmanos, por los castiellos de Pro[a]za et Proazina, que sondel obispo de Oviedo, et otorgóse por entrego et apo-derado dellos en lo alto et en lo baxo, et rescebio los deldicho Lope González con las tenençias et por las con-deçiones por que los el dicho Lope Gonçález tenía deldicho señor obispo. Por una su carta escripta en per-

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gamyno de cuero et firmada de su nombre et del nom-bre del dicho Lope Gonçález et seellada con sus seellosde çera pendientes et signada de escribano público, de laqual será el tresllado della escripto en la fin desta con tes-timonios. Que fueron presentes por Pero Martínez, abbatde Riello, et por Alfonso, de la dicha Puebla, Diego etGutier Díaz de Lena, escribano, et Fernán Alonso, fillodel dicho Alfonso García, et otros.

Et después desto, martes, veinte et tres días del dichomes de abril de la dicha era, en la dicha Puebla de Lenaet en presençia de mí, el dicho Alvar Fernández, notario,et de los testigos de yuso escriptos, paresció de que Fer-nán García Fernández, de Teverga, dicho García Pintoria,et dixo quél tenía fecho pleito et omenaje al dicho LopeGonçález en las suas manos por el castiello de Miranda,que es del dicho señor obispo. Et por mayor abondo quelo rectificava et otorgava otra vez et fizo pleito et ome-naje en las manos de my, el dicho notario, por el dichocastiello de Miranda de lo tener por el dicho Lope Gonçá-lez, con la tenençia et por las condeçiones quelo el dichoLope Gonçález resçebiera del dicho señor obispo segundse contenía en la dicha su carta. Et otorgóse por entre-go et apoderado en el dicho castiello, en lo alto et en lobaxo. Et desto ey commo pasó, los dichos Alfonso Garçíaet Garçía Suárez mandaron a mí, el dicho notario, quediese a cada uno dellos una carta, con el tresllado de ladicha carta que el dicho señor obispo, que se leeó de lamitat de [ca]da uno dellos, et que las firmase el dichoLope Gonçález de su nombre et las seellase con su see-llo; et yo, el dicho notario que las signase de mio signo.Et que feziese ende fazer otra tal carta para el dichoseñor obispo, et otra tal quarta para el dicho Lope Gonçá-lez. Testimonios que fueron presentes por Pero Martí-nez, abbat de Riello, et Gutier Díaz de Lena, escribano,et Gonçalo de Anieves el moço, et Alfonso Rodríguezde Toriezo, et Gonçalo Suárez de Oviedo, alfayate, et otros.

Sepan quantos esta carta bieren como nos, don Gui-llén, por la gracia de Dios et de la santa iglesia de Romaobispo de Oviedo, confiando de vos, Lope Gonçález deQuirós, nuestro vasallo, et por vos facer bien et merçedpor muchos servicios et bonos que nos fecísteis et espe-ramos que nos faredes et de aquí adelante a nos et a ladicha nuestra eglesia, dámosbos que tengades de nos entenençia et en guarda et en defendemyento de nos etde la dicha nuestra eglesia las nuestras fortaleças et nues-tros fuertes de Miranda, et de Proaza et de Proazina. Eta saber, la de Miranda con tenençia de quatro ommes,et la de Proaza et Proazina con tenençia de seys ommes.Que han de aver cada omme, desde este día que estacarta es fecha en adelante en cada un año mentre lanuestra [...] o de los nuestros suçesores que dignos denos venyeren, que las dichas fortaleças de nos et dellostengades a cada uno de los dichos ommes ocho fanegasde pan, una vaca para carne o çincuenta maravedies porella, et senas capas de valençina o cincuenta maravediesper cada una dellas. Et yo, el dicho Lope Gonçález asírescebo de vos, el dicho señor obispo, las dichas vues-tras fortaleças de Miranda, et de Proaza, et de Proazina,con las dichas tenençias, et dégoboslo en merçed et otor-go me por entrego et apoderado en las dichas fortaleças

et en cada una dellas, en lo alto et en lo baxo, et las resçi-bo de vos con estas condeçiones que se siguen. Prime-ramiente, otorgo de tener et guardar por vos et por ves-tros suçesores las dichas casas fuertes et facer dellas porvos et por vuestro mandado guerra et paz a vuestro ser-viçio et de la dicha vuestra eglesia. Et otrosy, que a todotiempo et razón que me las dichas casas fuertes o qual-quier dellas foren requeridas por vos o por vuestro man-dado, o por vuestros procuradores o procurador, o porvuestros suçesores, o por el deán et cabillo de la dichavuestra eglesia la vuestra sevacante, que sea tenido a lasdar et entregar sin defensión alguna. Et otrosy, que den-tro el dicho [...] mente las yo de vos o de vuestros suçe-sores tovier, que resçiba en ellas et en cada una dellas avos, el dicho señor obispo, et a los dichos vuestros suçe-sores, et al dicho deán, et cabillo la dicha vuestra seva-cante o a qualesquier dellos siendo me requerido es, etresçiva a vos et a cada unos dellos en las dichas forta-leças onrados et pagados con pocos o con muchos,veniendo vos o qualesquier de vos et dellos en vuestropoder. Et otrosy, por raçón que por aventura podría aca-esçer, que yo et los que por mí tovieren los dichos cas-tiellos a vuestro serviçio sería el [...] tal que vos, el dichoseñor obispo, o los dichos vuestros suçesores, o el dichodeán et cabillo de la dicha vuestra sevacante, vos reçelá-redes, o vuestros procuradores, de ir o enviar buscar amí o a los que las dichas casas por mí tovieren; por endeotorgo que del día que me foren requeridas o qualquierdellas o a los que las por mí tovieren en la dicha vues-tra eglesia, a día de domingo, ante la pístola (sic) et enel avangelio (sic), a voz alta por notario público, que fastasesenta días sea yo tenido, et los que las por mí tovie-ren, de nos las entregar, sin embargo nin maliçia alguna,et de vos apoderar en ellas o a quien vos o a los dichosvuestros suçesores et el dicho deán et cabillo de la dichavuestra sevacante mandar. Et que non podamos dicerquelo non sabíemos et allegado lo nos nombrala. Etotrosy, por raçón que los ommes son naturales a morirquando Dios quier et yo podría ser preso en batalla derey o [...] ocasión alguna, porque yo non sería en mio poderpara entregar los dichos castiellos, o porque mios here-deros et sucessores podrían ser rebeldes, et en este casoo podría acaesçer que si yo, el dicho Lope Goncález (sic),pasase deste mundo en qualquier manera, que vos, el dichoseñor obispo, nin los sobredichos vuestros sucessores, etdeán et cabillo la dicha vuestra sevacante non podríanpor aventura ser bien entregados a la razón en las dichasfortaleças. Por ende, otorgo que yo de las dichas casasfuertes a tales et personas que sean pertenesçientes etpara las tener et sean omes fillosdalgo et qualles las dépor estas mismas condiçiones et sobre dichas, para quelas ellos entreguen et fagan dellas querra et paz, et todaslas otras cosas que yo de suso otorgo en esta carta, etsobre las penas que se adelante siguieran et que adelan-te esta dicha carta otorgare. Otrosy, que yo et los quelas dichas casas fuertes et por mí tovieren a vuestro aser-viçio, que rescibamos en ellas a nuestro señor el rey oinfante heredero, honrado et pagado, con pocos o muchos,a todo tiempo et razón que foren requeridos a mí o aellos por el dicho señor rey, o por el dicho infante here-dero, venyendo en su poder, así como yo o los que lasdichas casas por mí tovieren resceberíamos a vos, el dicho

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señor obispo. Otrosy, que desde el día que esta carta esfecha fasta veynte días primeros siguientes, que yo, quede las dichas casas a los que las de mí hobieren de tener[...] servicio con las condiçiones et en esta carta conte-niades. Que fasta el dicho plazo que lo envíe signado deescribano público et firmado de myo nome et seelladocon myo seello a vos, el dicho señor obispo, o al arce-diano de Gordón, et para lo así tener et guardar et com-plir segund se en esta carta contiene. Fago pleito et ome-naje como ome fillo dalgo en las manos de Iohan Estébanizde Oviedo, cavallero que está presente, rescebiendo eldicho omenaje en nombre de vos, el dicho señor obis-po, et de vuestros sucesores et del dicho deán et cabi-llo et de la dicha vuestra sevacante de tener et guardartodo lo en esta dicha carta contenido. Et así lo prome-to et juro en las manos de vos, el dicho señor obispo, etnon lo >compliendo< en todo así como sobre dicho es,que sea por ende per juro et xogoncoso en todas lasplaças, como a qual que face pleito et omenaje como omefillodalgo et juramyento a su señor et lo non cumple ninlo guarda. Et demás, que vos dé et peche a vos, o a quienlo ovier de recabdar por vos, por pena et postura con-diçional, que yo con vosco pongo sobre my et sobretodos mios bienes muebles et rayces, los quales vos yoobligo por ello, sólo así non cumplir et guardar, dos milldoblas de oro. Et por esta quarta pido por merçed a miseñor el rey que me lo faga así tener et complir et guar-dar en todo segund se de suso contiene. Et otrosy, ruegoet requiero et pido a todas las justiçias del dicho señorrey et de la su corte, et de todos los sus regnos, et aquales quier o qualquier dellos que por ello for requeri-do, que yo, non compliendo esto sobredicho, que faganexecución en myos bienes et doquiera que los fallarenpor las dichas dos mill doblas de oro, et las fagan dar etpagar a vos, el dicho señor obispo, o a quien las ovier derecabdar por vos, bien et complidamente, sin alonga-miento et sin furto et sin otro plazo alguno que yo hayao pueda aver por mí, en qualquier manera, sobre estarazón. Et porque esto sea firme et non venga en dubda,mandamos ende facer dos cartas en hun tenor. La unapara vos, el dicho señor obispo, et la otra para mí, el dichoLope Gonçález, firmadas de nuestros nombres et sella-das con los seellos de cada uno de nos en çera pendientes.Et por maior servidumbre rogamos et mandamos a Gonça-lo Fernández de Oviedo, notario público por nuestroseñor el rey en la su corte et en todos los sus regnos,que las signase de su signo.

Que foe fecha en Priorio, catorze días del mes deabril del año del nascemyento del nuestro señor IhesuChristo de mill et trecientos et noventa et ocho años.

Testimonios que fueron presentes. Don GonçaloGarçía, archidiácono de Grado en la eglesia de Oviedo,et el dicho Iohan Estébaniz de Oviedo, cavallero, et Hugo-nín de Verdemonte, sobrino del dicho señor obispo, etPero Iohan Caniello, mercader, et Alfonso Suárez, escu-dero del dicho señor obispo, moradores en Oviedo, etIohan de Oviedo, camarero del dicho señor obispo, etLorenço, criado del dicho señor obispo, et Pero Martí-nez, abbat de Riello, et Iohan Alfonso de Casaprín, bene-fiçiado curado del dicho señor obispo et otros. Testes,

Petrus Ovetensis. Testes, Lope Gonçález. Testes, yo,Gonçalo Fernández, notario público sobredicho, fuy pre-sente a esto todo, signándose de suso contiene, et porel dicho ruego et mandamiento de los dichos señor obis-po et Lope Gonçález fice escrebir esta carta para el dichoLope Gonçález et otra tal para el dicho señor obispo, fechasambas en hun tenor. Et fiz aquí myo signo.

Hyo, Alvar Fernández, notario público sobredicho, foipresente a esto que dicho es, et a ruego del dicho LopeGonzález et de los dichos Alfonso García et [FernánGarçía] Fernández fize escribir esta carta para el dichoseñor obispo, fecha en el tenor sobredicho, donde va sobreescripto entre renglones, donde dice compliendo, nonenpiesca, y asy ha de dicer. Flize (sic) en ella este miosigno en testimonio de verdat. Alvar Fernández, notario.

Al dorso: Deanato. Carta de merced del obispo donGuillén a Lope Gonçález de Quirós del benefiçio de loscastillos de Miranda y de Proaza y de Proazina. El dichoLope Bernaldo cedió despues esta tenencia a otros. Tale-gón 4. Marº Vll. Ano 1398. Pleito de homenaxe de Alfon-so García Tuñón al beneficiario por los castillos de Proa-za y Proazina. Son del obispo y cabildo. Transversal a loanterior: Homagium Luppi Gonzalvi. Carta del homenaje.

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RESUMEN

Se estudia la torre señorial de Proaza (Asturias, Espa-ña), fijando su cronología en torno a los inicios del sigloXlll. Paralelamente, se discuten parte de los argumentoscronológicos habitualmente empleados en la datación delas torres señoriales medievales. La fecha propuesta per-mite reinterpretar los hechos históricos asociados tradi-cionalmente al edificio (revueltas de Gonzalo Peláez con-tra Alfonso Vll), situando éstos en un segundo asentamientodefensivo inmediato, ubicado en Vegamande.

PALABRAS CLAVE: Torre de Proaza, torres seño-riales medievales, Gonzalo Peláez.

ABSTRACT

We study the manor tower of Proaza (Asturias, Spain)dating it around the beginnings of the 13th century. More-over, we call into doubt some of the chronological rea-sonings usually argued to date medieval manor towers.

The suggested date has allowed us to re-examinesome historical events traditionally associated with thatbuilding (Gonzalo Peláez´s rise against king Alfonso the7th), placing them in a different defensive settlement loca-ted in Vegamande, near Proaza.

KEY WORDS: Tower of Proaza, medieval manortowers, Gonzalo Peláez.

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RIO

TRU

BIA

0 500PROAZA

Figura 1. Situación de los castillos de Proaza en Asturias

Figura 2. Detalletopográfico de la situa-ción de los castillos enel valle del Trubia1. Torre del Campo2. Vegamande3. Casa de Prada

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Lámina 1. Torre del Campo, vistageneral desde el E.

Lámina 2. Torre delCampo, puerta de acceso.

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Lámina 3. Torre del Campo, ventana geminada.

Lámina 4. Torre del Campo, saetera cerrada en ojo de herradura invertido.

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Lámina 5. Vegamande, vista general desde el Sur.