Los caminos de la comunicación: la telegrafía eléctrica en España

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1 Los Caminos de la Comunicación: La Telegrafía Eléctrica en España. María Victoria Crespo Gutiérrez. Directora del Museo Postal y Telegráfico y Miembro de la Asociación de Amigos del Telégrafo. Inicios de la Telegrafía Eléctrica. En Inglaterra las compañías de ferrocarril utilizaban el telégrafo para su servicio ferroviario, la electricidad les proporcionaba la rapidez necesaria para que sus trenes circularan con seguridad. Es hacia 1840, cuando se instalaron los primeros enlaces telegráficos, ya que los ingleses comprendieron la utilidad que tendría para cualquier persona, el envío rápido de mensajes. Así comenzaron a publicitarlo y crearon la necesidad de probar el sistema. Los telegramas con la telegrafía eléctrica llegaban en pocos minutos, a ciudades distantes entre sí. Nacía entonces el servicio telegráfico que cambiaría la dimensión espacio-temporal y contribuiría a la modernización de los Estados. Para hacer posible este servicio se tendió una red de alambres metálicos, de hierro o de cobre, colocados sobre postes de madera, que conectaban un aparato telegráfico que emitía el mensaje con otro aparato que lo recibía.

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Los Caminos de la Comunicación: La Telegrafía Eléctrica en España.

María Victoria Crespo Gutiérrez. Directora del Museo Postal y Telegráfico y Miembro de la Asociación de Amigos del Telégrafo.

Inicios de la Telegrafía Eléctrica.

En Inglaterra las compañías de ferrocarril utilizaban el telégrafo para su servicio

ferroviario, la electricidad les proporcionaba la rapidez necesaria para que sus

trenes circularan con seguridad. Es hacia 1840, cuando se instalaron los

primeros enlaces telegráficos, ya que los ingleses comprendieron la utilidad

que tendría para cualquier persona, el envío rápido de mensajes. Así

comenzaron a publicitarlo y crearon la necesidad de probar el sistema.

Los telegramas con la telegrafía eléctrica llegaban en pocos minutos, a

ciudades distantes entre sí. Nacía entonces el servicio telegráfico que

cambiaría la dimensión espacio-temporal y contribuiría a la modernización de

los Estados.

Para hacer posible este servicio se tendió una red de alambres metálicos, de

hierro o de cobre, colocados sobre postes de madera, que conectaban un

aparato telegráfico que emitía el mensaje con otro aparato que lo recibía.

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Algunos países europeos también construyeron líneas telegráficas, pero a

mediados del siglo XIX era difícil la interconexión entre países por las distintas

tecnologías empleadas en los aparatos telegráficos. Los más interesados en

lograr esta conexión fueron los periodistas y los operadores de las Bolsas

primeros clientes potenciales del telégrafo, porque el sistema venía a

revolucionar su profesión.

El sistema de telegrafía morse

Samuel Morse había inventado, en 1845, un sistema telegráfico que se

componía de : un manipulador, que era una palanca simple que conmutaba la

línea a la pila, para emitir, o a un electroimán, para recibir; un receptor que era

siempre un electroimán y podía ser de los que no imprimían la señal o

receptor acústico, o que imprimían las señales sobre una cinta (en cuyo caso al

electroimán se le añadía un dispositivo de relojería y un sistema de impresión).

El inventor norteamericano lo probó con éxito en la línea que unió las ciudades

de Washington y Baltimore. El texto del primer telegrama enviado desde la

sala del Tribunal Supremo de los Estados Unidos, con sede en Washington,

decía lo siguiente: "¡Qué cosas tan grandes hace Dios!".

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El código o alfabeto morse, que favoreció la expansión del telégrafo, estaba

formado por una combinación de puntos y rayas que representaban las letras,

las cifras y los signos necesarios en la escritura.

Las características del código morse, su codificación binaria, le han hecho

sobrevivir más de un siglo, compitiendo con todos los sistemas que se fueron

inventando después como la telefonía y la radio. La radio se denominó, en su

primera época, “Telegrafía sin hilos” (TSH) y sólo después de mucho tiempo

se identificó “radio” con radiodifusión.

Hay que hacer constar que cuando el italiano Marconi envió la primera señal de

radio a través del Atlántico, la señal fue una S – tres puntos – en morse. Para la

inmensa mayoría de las personas, morse y telégrafo han sido sinónimos.

También en la actualidad los astronautas, aún disponiendo de modernos

sistemas de comunicaciones, llevan en sus mochilas elementos adecuados

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para utilizar el morse en casos de emergencia y las letras SOS, en código

morse, han sido adoptadas, de forma universal, como señal de socorro.

La aparición del telégrafo eléctrico tuvo una gran acogida y en poco tiempo se

logró que las ciudades más importantes de todo el mundo estuvieran

interconectadas, a través de extensas redes telegráficas que atravesaban

países y salvaban mares mediante cables submarinos. En 1860 la

administración telegráfica española ofrecía el envío de telegramas a todos los

países del mundo. Se vislumbraba la idea de un mundo sin fronteras,

antecesora de la globalización. Durante más de cien años, a pesar de la

aparición de la telefonía y la radio, la telegrafía fue el medio de

telecomunicación por excelencia.

El desarrollo de la telegrafía eléctrica en España: del telegrama al SMS y al whatsApp

El telégrafo eléctrico se inició en España en 1854, era el comienzo del bienio

progresista (1854-1856) con ideas modernizadoras, que con respecto al

telégrafo supusieron grandes inversiones en red y la adopción de nuevas

tecnologías.

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La Administración del Estado, en ese año, construyó una primera línea de

prueba entre Madrid e Irún, para poder enlazar con la red telegráfica francesa

y, a través de ella, con algunos países europeos. Cuando empezó a funcionar

esta línea sólo se enviaban telegramas oficiales.

El primer telegrama qué se envío y cruzó la frontera fue el discurso de la reina

Isabel II inaugurando las Cortes Constituyentes el 8 de noviembre de 1854.

Debido al éxito de la prueba y los beneficios que podría traer el telégrafo

eléctrico para la Administración y para los particulares, el Ministerio de

Fomento pidió un Informe a la Real Academia de las Ciencias de Madrid sobre

la telegrafía eléctrica, para la implantación de la red telegráfica en España y los

aparatos telegráficos transmisores y receptores que fueran más idóneos.

El Informe se aprobó el 29 de diciembre de 1854 y gracias a este Informe

solicitado por Fomento el Gobierno envió a las Cortes un proyecto de ley para

la construcción una de red telegráfica que uniera Madrid con todas las capitales

de provincia y departamentos marítimos, y que llegara además a las fronteras

de Francia y Portugal. La ley se aprobó, el 22 de Abril de 1855 fecha que se

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considera como la del nacimiento del telégrafo en España. Así pues, desde

sus orígenes el telégrafo eléctrico nace con vocación de servicio público.

En agosto de 1855 se expide un Real decreto disponiendo que el estudio,

construcción y conservación de las líneas telegráficas pasasen a cargo del

Ministerio de Fomento., Dirección de Obras Públicas. Terminadas las líneas, la

conservación y el manejo pasaron a la Dirección General de Telégrafos. Se

destinaron 15 millones de reales de vellón para la construcción de las líneas

telegráficas.

Durante este año, España se integraría en la Unión Telegráfica de Europa

Occidental, junto con Francia, Bélgica, Cerdeña y Suiza. En el seno de esta

organización, se llegó al acuerdo de establecer una tarifa uniforme y adoptar el

alfabeto y el aparato morse como sistema de comunicación internacional.

La red telegráfica: la primera red de Comunicaciones.

La red telegráfica inicial de 1855 tenía una configuración radial, con centro en

Madrid y en los años sucesivos se fue cerrando en forma de polígono con

líneas transversales. La estructura radial respondía al carácter centralista de la

construcción del estado liberal en España.

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Hacia 1857 la estructura de la red telegráfica española quedó configurada,

entendiendo como tal los medios necesarios para unir dos puntos de la

península.

La red básica estaba ya muy completa hacia 1864, tenía una longitud de mas

de 10.000 Km. de líneas, 194 Oficinas telegráficas y se cursaba casi un millón

de telegramas al año. La red incluía todas las capitales de provincia y ciudades

principales de territorio peninsular, las islas Baleares y Ceuta, quedando fuera

Melilla y las islas canarias que no tendrían comunicación telegráfica submarina

hasta la década de 1880.

Las líneas de hilos telegráficos formaron parte del paisaje de las carreteras y

de las vías férreas y lo transformaron. Sin embargo, uno de los problemas de

las líneas telegráficas aéreas fue a demás de los fenómenos meteorológicos, el

robo de hilos conductores, como sigue ocurriendo en la actualidad que se dan

sustracciones de materiales en determinadas redes.

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Cuando terminó el siglo, en 1900, Telégrafos era una entidad plenamente

consolidada y compleja y el telégrafo era el único medio de comunicación que

cubría todas las necesidades sociales. El personal que lo atendía superaba los

4.000 funcionarios en 1.491 oficinas y los telegramas nacionales habían

aumentado a 3.779.000.

Años Long. Líneas Km. Nº de oficinas

1864 10.000 194

1900 29.030 1.491

1910 42.934 1.902

1920 53.714 2.904

1930 53.135 2.902

Estadística de la Dirección General de Correos y Telégrafos.

Entre 1860 y 1900 se puede hablar de un proceso de socialización del telégrafo

debido a una política de tarifas más baratas y de los efectos derivados de la

extensión de la red telegráfica española. En 1861 se unifican las tarifas, un

telegrama de 10 palabras enviado a cualquier oficina de la Península pagaba 5

reales y tres años más tarde se bajó a 4 reales, manteniéndose este precio

hasta 1900.

Con el tiempo, el telégrafo que comenzó su andadura siendo utilizado por la

Administración, se introdujo después en el mundo empresarial y en las clases

medias, y el primer tercio del siglo XX, lo fueron utilizando las clases populares.

El aumento del número de telegramas propició mayores ingresos para el

Estado, que a su vez revertió en la mejora técnica de la red telegráfica.

Desde 1875 a 1924, puede considerarse la época dorada del telégrafo, ya que

era el único medio de comunicación que cubría ampliamente las necesidades

de la sociedad. El tráfico de telegramas se había pasado de unos 2 millones,

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en 1877, a más de 15 millones, en 1922, habiéndose triplicado en los últimos

quince años.

Sin embargo, en España hacia 1878 van apareciendo los primeros teléfonos,

medio de comunicación que con el paso del tiempo tendría una gran

repercusión social. La telefonía dependía como servicio de comunicaciones de

la Dirección General de Telégrafos y así fue hasta 1924 en que se crea la

Compañía Telefónica, a pesar de que las primeras promociones de ingenieros

de Telecomunicación formados en la Escuela Superior de Telegrafía

presentaron varios planes de Telefonía Nacionales para que la telefonía se

gestionara desde Telégrafos.

En los Talleres de la Dirección General de Telégrafos fue donde se construyó

el primer aparato telefónico por el que hablaron la infanta María de las

Mercedes que se encontraba en Aranjuez con el Rey Alfonso XII, la víspera de

su boda. En esa época los telegrafistas implantaron una red de telefonía oficial

para unir todos los departamentos Ministeriales en Madrid. Esta red ha dado

servicio durante más de un siglo.

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El progreso tecnológico.

Los aparatos telegráficos fueron evolucionando, para tratar de conseguir un

mayor rendimiento en las comunicaciones y responder a las demandas de la

sociedad, entre ellas la consolidación de una prensa de opinión, la expansión

de una red financiera y la atención a los particulares Se trataba de dar una

respuesta ágil y conseguir mediante el progreso tecnológico la simplificación

del código telegráfico y del manejo de los aparatos.

En 1855 el norteamericano Hughes inventó un nuevo aparato telegráfico, que

se instaló en España hacia 1875 y que permitía que los mensajes telegráficos

se recibieran impresos en caracteres alfabéticos. Con este aparato los

operadores expertos podían llegar a una velocidad de transmisión de 70

palabras por minuto . El hughes fue aceptado por todas las Administraciones

telegráficas para usarlo en las comunicaciones internacionales. En nuestro

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país, hasta 1910, fue el aparato destinado a las comunicaciones más

importantes, y se mantuvo en servicio hasta la década de 1950-1960.

En el último cuarto del siglo XIX, la Administración francesa adoptó el sistema

múltiple telegráfico baudot, que se impuso en el resto de países, al permitir

multiplicar por cuatro el rendimiento de una línea y recibir los mensajes en

caracteres alfabéticos. En 1906 se introdujo en España, en la línea Madrid-

París y funcionó durante cincuenta años.

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En la década 1920-1930 aparecieron los primeros teleimpresores o “teletipos”.

Aparatos que sustituyeron a los demás terminales telegráficos. Los primeros

aparatos de este tipo utilizados fueron los Morkrum norteamericanos y,

enseguida, los Siemens alemanes y los Creed ingleses. Sin embargo, la

importancia de los teleimpresores en el conjunto de la red era mínima, ya que

al finalizar la guerra, en 1940, en la red telegráfica había 1.312 aparatos morse,

295 hughes, 112 baudot y 422 teletipos. Tuvieron que pasar veinte años para

que los teleimpresores se convirtieran en los únicos aparatos telegráficos.

Los avances de la tecnología facilitaron que los teleimpresores pudieran ser

manejados por personas sin conocimientos telegráficos específicos, por su

gran semejanza a las máquinas de escribir convencionales y que entraran en

las oficinas y después en los domicilios particulares con el servicio telex con el

que el telégrafo se subía a la modernidad.

El factor humano en Telégrafos

Con la red telegráfica nació la profesión de telegrafista, que siempre gozó de

prestigio social, por ser capaz de manejar los aparatos telegráficos y sus

códigos, y por conseguir la comunicación entre personas de distintas

poblaciones. Concibieron su trabajo como un servicio a la sociedad y lo

demostraron en numerosas situaciones, en la guerra intentando salvaguardar

las comunicaciones, o en proyectos de colaboración con científicos

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encargándose, por ejemplo, de la difusión de los datos meteorológicos que

ellos mismos tomaban.

Telégrafos tuvo un servicio pionero, el giro telegráfico, implantado en 1922, que

se anticipó a los bancos con las transferencias bancarias, y permitió en los

años 50 y 60 que los inmigrantes enviaban dinero, en pocas horas, a sus

pueblos de procedencia, y que muchas familias remitieran dinero a sus hijos

que estaban haciendo el servicio militar.

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Los fines de semana las oficinas de Telégrafos de numerosas poblaciones

actuaban como los actuales cajeros automáticos, se formaban colas para

retirar dinero.

Los telegramas llevaban a los destinatarios buenas y malas noticias. En las

casas temían la recepción de un telegrama, porque muchas veces

comunicaban una enfermedad o una defunción. Sin embargo en las fiestas

navideñas, cuando las personas querían transmitir deseos de felicidad, se

enviaban miles de telegramas de felicitación. Los repartidores solían entregar

una tarjeta con versos navideños pidiendo el aguinaldo.

El Télex. La red y los enlaces de radio. Las grandes empresas, la prensa, los bancos querían disponer de enlaces

telegráficos que conectaran directamente sus oficinas. Para satisfacer estas

necesidades se ideó un sistema que permitiera la conexión entre si de

abonados, empresas o particulares, por medio de teleimpresores. Este sistema

que utilizaba los mismos procedimientos que las centrales telefónicas se

denominó Telex.

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En España el servicio Télex se inició en 1954, con 20 abonados en Madrid, y

fue prestado por Telégrafos. La Administración telegráfica española quería

ofrecer un telégrafo moderno, con buenas prestaciones. Para ello fue necesario

modernizar la red, adaptar las líneas, aumentar el número de circuitos y

adquirir e instalar centrales de conmutación, en las que las conexiones se

realizaban en tiempo real.

Las primeras líneas que se adaptaron fueron las de Madrid a Irún para conectar

con Francia y las de Madrid-Badajoz para conectar con Portugal, facilitando así

las conexiones internacionales. Estas líneas seguían siendo de hilos de cobre

sobre postes, pero sobre ellas ya no se encaminaban los aparatos telegráficos,

sino que su conexión se hacía sobre equipos de portadoras con mayor número

de circuitos.

Las conexiones Télex ofrecían algunas ventajas sobre las comunicaciones

telefónicas. Además de recibirse los mensajes impresos, no hacía falta que el

receptor estuviera presente para recibirlos, lo que facilitaba el enlace entre

países con horarios diferentes. En el mensaje enviado figuraba la hora de envío

y, por último, los mensajes eran mas baratos al poder enviar hasta 24 enlaces

telegráficos por un solo enlace telefónico.

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El servicio telegráfico convencional aprovechó el establecimiento de la red

Télex y se creó un servicio Géntex, que era la conexión directa de las oficinas

telegráficas de todo el mundo utilizando las mismas soluciones técnicas y las

mismas infraestructuras que la red Télex.

La red telegráfica fue incorporando las novedades técnicas a medida que se

iban produciendo. A partir de 1975 se cambió la red de hilos y postes, por una

red de radioenlaces que cubrían las rutas principales y permitía obtener más

capacidad de enlaces y mejores prestaciones.

A mediados de los 70 las centrales de conmutación fueron incorporando

tecnologías electrónicas, eran centrales de conmutación de mensajes, que ya

no tenían elementos mecánicos, sino que eran ordenadores convencionales

que almacenaban y enviaban la información en circuitos especializados. Los

teletipos también cambiaron y se asemejaron a los ordenadores de las oficinas.

El servicio Télex tuvo un gran desarrollo, creciendo, tanto el número de

abonados como en transmisión de mensajes, hasta 1987 que tenía 40.000

abonados. Los avances en las prestaciones telefónicas, la aparición de los

sistemas de fax y, sobre todo, la implantación de redes de transmisión de

datos, provocaron su regresión. Sin embargo la red telex puede considerarse

un ensayo de Internet.

Otro servicio de comunicación electrónica nacía en 1983, el burofax que

permitía reproducir al momento y a distancia cualquier documento o imagen

con exactitud a través de las oficinas de Correos y Telégrafos, con la ventaja

de tener efectos legales. En el siglo XXI el burofax se presta on line a través de

un ordenador personal, de la oficina virtual de Correos y Telégrafos o de la red

convencional de oficinas.

En los años 90 tuvo lugar la liberalización de los servicios de Telecomunicación

y la Secretaría General de Comunicaciones creó la Red Integrada de

Comunicaciones Oficiales para dar un servicio integral de voz y datos a las

dependencias de la Administración utilizando la red de telégrafos, que en esa

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fecha disponía de radioenlaces digitales que cubrían todo el país y de enlaces

por satélite, tanto para sus oficinas pequeñas, mediante estaciones VSAT,

como para las capitales de provincia mediante enlaces de gran capacidad,

todos proporcionados por el satélite HISPASAT.

En la actualidad la telecomunicación está muy presente en nuestra sociedad,

los cerca de 6000 millones de internautas, disponemos de numerosos aparatos

de telecomunicación: ordenadores multimedia desde donde enviamos y

recibimos correos electrónicos, y accedemos a las redes sociales y teléfonos

móviles desde los que además de admitir y recibir llamadas, disponen de

numerosas funciones como la navegación Internet, navegación GPS , el envió

y recepción de mensajes cortos SMS y los whatsApps, etc.

Podemos afirmar que los telegramas que los telegrafistas transmitían equivalen

a los correos electrónicos y a los mensajes SMS, que hoy envía cualquier

usuario de un ordenador o de un teléfono móvil. Si consideramos que estas

formas de comunicación son de las más modernas y entendemos por

telegrama un mensaje escrito enviado por cualquier medio de

telecomunicación, como lo define el diccionario de la Real Academia Española,

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al chatear, al mandar whatsApps estamos usando la comunicación escrita, la

telegráfica, no la voz.

Nuestros jóvenes que están todo el día interconectados, prefieren, gracias a las

tarifas planas telefónicas, enviar mensajes a descolgar sus smartphones y

hablar. Por tanto el telégrafo le está ganado la partida al teléfono y está

inmerso en la modernidad.

BIBLIOGRAFÍA

BAHAMONDE MAGRO, Angel; MARTINEZ, Gaspar; OTERO, Luís Enrique. Las Comunicaciones en la construcción del estado contemporáneo en España: 1700-1936: el correo el telégrafo y el teléfono. Madrid, Secretaría General de Comunicaciones, 1993 OLIVE ROIG, Sebastián. Historia de la Telegrafía óptica en España. Madrid, Secretaría General de Comunicaciones, 1990. OLIVE ROIG, Sebastián. El Nacimiento de la Telecomunicación en España: El Cuerpo de Telégrafos: historia del nacimiento del telégrafo en España (1854-1868).Madrid, Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicación, Universidad Politécnica, 2004. OLIVE ROIG, Sebastián. Primeros pasos de la telecomunicación. Madrid, Fundación Airtel, 1999. OLIVE ROIG, Sebastián. “Historia de la Telegrafía en España. (1855-1905)”.150 Aniversario del Telégrafo en España”. Madrid, Correos, 2005. OLIVE ROIG, Sebastián. “150 Aniversario del Telégrafo en España”. 150 Aniversario del Telégrafo en España”. Madrid, Correos, 2006. OLIVE ROIG, Sebastián. Las Navidades de los telegrafistas.Telegrafistas.com. Revista de la Asociación de Amigos del Telégrafo. Nº 6. 2010. RODRIGUEZ MAROTO, Estanislao. Pequeña Historia de la Telecomunicación española: crónica abreviada del Cuerpo de Telégrafos en sus cien años de vida. Original mecanografiado. Madrid, 1955.

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RELACIÓN DE IMÁGENES

1. Grabado del siglo XIX de dos Telegrafistas . 2. Cartel Morse en el Museo Postal y Telegráfico. 3. Manipulador morse. Museo Postal y Telegráfico. 4. Receptor de cinta morse. Museo Postal y Telegráfico. 5. Estación radiotelegráfica. Museo Postal y Telegráfico. 6. Receptor morse de punzón. Museo Postal y Telegráfico. 7. Retrato de Samuel morse y estación morse portátil. Museo Postal y

Telegráfico. 8. Mapa de España de la red telegráfica.1861. Museo Postal y Telegráfico. 9. Mapa de España de la red telegráfica.1864. Museo Postal y Telegráfico. 10. Primitivo teléfono Bell. Museo Postal y Telegráfico. 10. Centralita de Gabinete Telegráfico. Museo Postal y Telegráfico. 11. Aparato transmisor receptor Hughes. Museo Postal y Telegráfico 12. Sala de Aparatos de Barcelona y telegrafista transmitiendo en Baudot. Asociación de Amigos del Telégrafo. 13. Teletipos Creed y Teletype. Museo Postal y Telegráfico. 14. Sala de Aparatos del Palacio de Comunicaciones. Madrid.1958. Museo

Postal y Telegráfico. 15. Celadores arreglando tendido telegráfico. Asociación de Amigos del

Telégrafo. 16. Celadores con avería en la línea por nieve. Asociación de Amigos del

Telégrafo. 17. Repartidora telegráfica. Asociación de Amigos del Telégrafo. 18. Central Telex de Conde de Peñalver. Museo Postal y Telegráfico. 19. Repetidor. Asociación de Amigos del Telégrafo.