Actas XV Congreso AIH (Vol. IV). ÁLVARO RUIZ ABREU. El género, la máscara y el mito en Payno -

EL GÉNERO, LA MÁSCARA Y EL MITO EN PAYNO

La vasta y excelente obra de Manuel Payno (1810-1894} se ha convertido en pieza clave de la literatura mexicana y ha despertado no pocas preguntas a los investigadores. Gracias a la curiosidad de Margo Glantz por el siglo XIX mexicano debemos un libro excepcional, dedicado a explorar las variables de esa obra1

• El enorme trabajo de Robert Duelas, que escribió la única biografía que existe sobre Payno, ha enriquecido la visión, la vida, los contratiempos y el mundo del autor de Los bandidos de Río Frío. Así, una obra un poco relegada ha pasado a ocupar un primer plano en la atención de la crítica y de la industria editorial. Si los libros de Payno se habían publicado de manera desordenada, y muchos ya estaban agotados, esta falta la vino a sustituir el esfuerzo editorial del Conaculta, que ofrece en catorce tomos las Obras completas de Manuel Payno, en una edición de primera.

El asombro crece aún más cuando los lectores de Payno descubrimos que su imagen del robo, de las relaciones entre el poder y la corrupción, el paisaje urbano de los miserables y de la opulencia, son muy semejantes a los que nos permite ver a veces la televisión y escuchar la radio. Aquella hipérbole del ladrón incrustado en el centro del gobierno es similar a la que el ciudadano cuenta y reconoce en su vida cotidiana actual.

Esa obra es un expediente preciso y lleno de imaginación del siglo XIX, que invita a preguntarse: ¿Qué tipo de escritura fue la que produjo la pluma de un romántico, liberal y naturalista mexicano del siglo XIX como Manuel Payno? ¿Cuáles son los géneros que combinó en su novela última para que se le llame no sin razón un "clásico" de nuestras letras? Diplomático, periodista, viajero, escritor, político, Payno resume al siglo XIX mexicano. Escribió en una época en que la novela de folletín cumplía varias funciones morales en una sociedad rural, porque era el género solicitado, y el "ámbito donde el melodrama, la historia patria, las pasiones, las traiciones y la aventura, combinados, lo explican todo o explican la ausencia de sentido". México podía llamarse y verse como una "novela de folletín"2

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1 MARGO GLANTZ (coord.), Del fistol a la linterna. Homenaje a ]osé Tomás de Cuéllar y Manuel Payno en el centenario de su muerte, UNAM, México, 1997.

2 CARLOS MONSIVÁIS, "Manuel Payno: México, novela de folletín", en MARGO GLANTZ (coord.), Del fistol a la linterna, p. 241.

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Payno escribió crónicas de viaje, artículos y ensayos, novelas y cuentos. Sus crónicas periodísticas son notables pero más aún sus relatos breves, cuyo ejemplo irremplazable es El hombre de la situación ( 1861 ), una novela escrita después de El fistol del diablo, y en la que abarca al menos tres períodos: el de la última etapa de la Colonia en el siglo XVIII, las guerras de independencia que comprenden entre 1810 y 1821, y por último, una parte del comienzo de la vida de la República.

Pero sin duda su libro de madurez es Los bandidos de Río Frío (1891Y\ una puesta en escena del drama étnico y racial, miserable y atrasado, que vive el país como un sino de su historia. Y es un ejemplo magnífico de la poética, el arte de la composición literaria, que llegó a dominar Payno. La estructura del libro descansa en realidad en la variedad de estilos y géneros; Payno echa mano del recorte de periódico y del habla popular, del cuadro de costumbres y el mensaje naturalista. Ahí aparece desnuda esa nobleza criolla que se daba aires de legitimidad europea en plena mitad del siglo XIX, y la clase rica, que el autor compara con el pueblo descalzo y humillado, objeto de toda clase de abusos. De la opulencia salta con facilidad a la miseria más hiriente. El dinero no sólo es valor de cambio, sino una ética y un futuro, en un país de clases sociales polariza-das.

Los personajes de esa novela encarnan verdaderos mitos. Evaristo parece héroe de la novela romántica, en su doble representación: la del bandido audaz y atrevido que desafía a la autoridad y al mundo entero porque su voluntad es de acero, y la del pobre diablo que forma parte de una red de corrupción política y social. Su contraparte es Juan Robreño, héroe positivo, que se levanta del desprecio y de la basura donde es aventado como un desperdicio; y desde la pobreza se consolida su temperamento que será ejemplo de justicia y libertad, en un juego siempre peligroso que lo conduce al encuentro de su identidad perdida. Don Pedro Martín de Olañeta es el hombre puro y virgen que ha pasado su vida sirviendo a los demás, que despierta un día a sus sesenta años enamorado de Casilda, la cocinera, encarnación de la paciencia y del trabajo pero principalmente del deseo puro.

En Casilda, Payno depositó un puñado de virtudes indescifrables; belleza pura que seduce, su temperamento corresponde a la heroína romántica. Evaristo padece un delirio amoroso, perverso, por ella; el adolescente Juan no puede sino tocarle el cabello y soñar con una sola

3 MANUEL PAYNO, Los bandidos de Río Frío, ed. Manuel Sol, en Obras completas, ts. 9-10, Conaculta, México, 2000.

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caricia de Casilda, que más que mujer del pueblo parece ángel bajado del cielo. Y policías, señores prominentes donde ha servido, abogados, maridos, una vez que la han visto y han escuchado su voz, quieren poseerla.

En su novela, Payno emplea a menudo el contrapunto; así convierte sus situaciones y sus historias en una visión de contrastes de su tiempo; pero no es el contrapunto entre pobres y ricos, sino un viaje al pensa-miento liberal y a la novela de folletín. Como se sabe, este género nació en Francia hacia 1836, y en México tuvo como fundadores ajusto Sierra O'Reilly y Manuel Payno. Impulsada por la prensa, la novela folletinesca era el gran género del xrx, en ella era posible casi todo: el crimen,

el amor imposible o funesto, traiciones y maleficios, ascensos vertiginosos y derrumbes brutales, vicios públicos y vergüenzas privadas ... regodeo en la violencia, sexualidad omnipresente pero siempre velada, dinero, ambición, culto de las apariencias, dobles identidades, reconocimientos y desconocimientos repentinos, mujer fatal y hombre diabólico4,

y una lista muy vasta de temas y personajes. Y sobre todo fue una radiografía del bandido, de "villanos que se vuelven héroes" y "héroes que se vuelven villanos".

En el folletín encontró Payno su verdadera escritura. Pero el género no fue entendido a tiempo. En su comentario a Los bandidos de Río Frío, Mariano Azuela le encuentra varios defectos; el más notable lo veía en los personajes que son leves porque el autor no supo crearles una estructura compleja. Además, "su vieja educación y su tendencia renovadora lo hacen producir una revoltura híbrida"5•

El reproche es lo que salva precisamente a la gran novela de Payno, ya que gracias al folletín, la pudo dotar de esa "revoltura híbrida", es decir, de un compendio de géneros que le dan movimiento y verosimili-tud a su historia. En cuanto a los personajes basta recordar que Evaristo o Relumbrón, por citar dos casos, son personajes difíciles de definir; se dedican al robo pero su conciencia a cada momento parece herida, contrariada entre lo que desean y lo que la existencia les ofrece. Aquél tiene sin duda una mentalidad neurótica, que busca encontrar su estrella

4 JOSÉ EMILIO PACHECO, "Inventario. Bandidos de ayer y hoy", Proceso, núm. 441, 19 de abril de 1985, pp. 52-53.

5 Véase MARIANO AZUELA, Cien años de novela mexicana, Eds. Botas, México, 1947, pp. 73-92.

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en esta vida a través del asalto, aprovechando la corrupc10n y la incertidumbre del país y sus instituciones. Y Relumbrón es un genio del mal, en cuyo centro laten ecos de la lucha entre el Diablo y el Ángel, entre el poder y la razón.

Los bandidos de Río Frío tiene mucho de la "novela de enredos", en la que la madeja no se aclara y cuando parece a punto de despejarse, un incidente trenza de nuevo el tejido que sigue su curso para prolongar el relato y, además, intensificar la trama. Esto es visible en la historia de Casilda y Evaristo. Payno no desenreda de inmediato el nudo del texto, sino que lo mantiene bien agarrado, es decir, oculto para el lector y para los personajes. El relato avanza dando enormes rodeos, retrocediendo en el tiempo, cortando acciones que vuelve a rescatar ocho o diez capítulos más adelante. Hay por tanto una combinación acertada de tiempos y de escenarios, de tramas y temas que el narrador va desenredando. Galería de personajes pero también de anécdotas y de enredos sentimentales, Los bandidos es novela que sirve de gran escaparate para exhibir las calamida-des sociales y políticas de un tiempo sin nombre. Es, como dice Margo Glantz, la predilecta. "Su hilo narrativo es novelesco, pero también histórico y antropológico. Numerosas voces, vastas fabulaciones, discursos diversos entreverados hacen de su novela un extraordinario laberinto, aún por descifrarse"6

•

Novela de costumbres, Los bandidos de Río Frío está construida con un lenguaje plural que muestra paso a paso que la vida es una máscara, igual la sociedad, las clases sociales tanto las de arriba como las de abajo, la política y el poder ejecutivo que dirige a la nación. Y una máscara fue el siglo XIX mexicano, sus leyes, sus jueces y autoridades, su iglesia y sus curas, los proyectos de regeneración del país. Consecuente con su misión, político equilibrado, Payno fue un escritor dedicado al estudio de la poesía y la literatura universal. Un rasgo que define su obra es el escepticismo a ultranza, propio de un siglo de luchas internas, invasiones del extranjero, golpes de Estado, incertidumbre política, y el comienzo de la dictadura de Porfirio Díaz. La suya es una escritura descreída y un retrato del XIX. Pero el "retrato" no es lineal, su narrativa no obedece el canon de la época, más bien trata de romper la armonía de la obra de arte y colocarse en la historia, es decir, en el reino de los hechos insólitos y fragmentados, propio de las vanguardias del siglo XIX. Creo que

6 MARGO GLANTZ, "Huérfanos y bandidos: Los bandidos de Río Frío'', en Del fistol a la linterna, p. 222.

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Ruedas de la Serna ha puesto el dedo en la llaga al decir en el prólogo de El hombre de la situación, que Payno evoca el Arte poética de Horado:

Si el gran poeta latino, siguiendo a Aristóteles, hablaba de la armonía que debía reinar entre el todo y las partes de la obra, y que ésta debía tener necesariamente principio, medio y fin, Payno anuncia que su novela romperá con los cánones clásicos, porque, como él sabía y lo sabían los autores que impulsaron la revolución romántica, era ya la historia, con su falta de congruencia y de sentido común, la que debía servir de marco a la ficción7

•

La novela de Payno fue una subversión del género, aunque se haya reconocido tarde. Los bandidos no sólo pertenecen al hampa, son "máscaras" de la honradez, máscaras de grandes figuras de alta sociedad. En el fondo del pensamiento de Payno late la idea de que la esencia del país está podrida, y que en el alma nacional no hay más que violencia. El instinto de la raza aparece como un gesto salvaje. Vemos en esa historia de complicidades sociales a un mexicano a la deriva. Cuando Relumbrón habla de la magna organización de la delincuencia que no perdonará nada ni nadie, es muy claro:

Estamos hablando sin máscaras, compadre -le dice Relumbrón al platero, su padre verdadero pero a quien reconoce solamente como compadre-, y la máscara de la honradez es la que usan de preferen-cia los que más roban. ¿Cree usted que yo soy el primero que roba a la nación?

El éxito de esa novela, Monsiváis lo atribuye al uso del folletín que es el melodrama de la sociedad que "le da sentido a la Historia". En "el folletín, los espacios se marcan: el baile de máscaras es el laberinto de la buena y la mala suerte, en la zona rural se esconden las utopías, a los huérfanos los adoptan mentalmente los lectores ... y, siempre, lo que acontece es sólo la punta del iceberg"8

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El mito puebla el horizonte narrativo de Los bandidos de Río Frío. El de la riqueza, el del bandido y el que nos ofrece el aventurero. El robo es sin duda un motivo central; tratado con cruda veracidad y bajo la lupa del realismo, en la acción de robar Payno encontró una historia sin principio

7 Véase, JORGE RUEDAS DE LA SERNA, Estudio crítico de "El hombre de la situación", Alfaguara, México, 2004, p. 239.

8 C. MONSIVÁIS, art. cit., pp. 243-244.

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ni fin. ¿Quién fue el primero en ejercer tan antigua profesión? La ficción le toma prestado a la historia a don Antonio López de Santa Anna, el "hombre del siglo'', el gobernante "reiterativo" tan polémico como misterioso. Para Monsiváis

es el déspota a quien las turbas aplauden y encumbran a nombre de la libertad, es el militar que contamina a la sociedad del placer de la derrota y es el caudillo que vende el territorio nacional... es soberbio, pupulachero, enloquecido por los placeres de la Corte, irresponsable, enemigo de los derechos civiles, venal, rencoroso, adulador, valiente y cobarde a sus horas (p. 247).

Es el dictador que la ficción busca con avidez; en su figura lejana, Payno encuentra el motivo de los males nacionales. Para el pueblo, la redención parece imposible. El pensamiento de Payno es positivista: ve en el robo una denigración de la raza. Robar por hambre, por costumbre, también el robo hecho vida cotidiana, parte del ocio y de la cultura popular, alegato público, hábito del poder y del sistema de gobierno. Robar, como en los cuentos infantiles, para aliviar el mal ajeno, pero además para alimentar la maldad y el destino de los mexicanos. El robo, visto así, se vuelve emblema de las mitologías diurnas y nocturnas de la ciudad de México. Margo Glantz vio con claridad el sentido utópico que tiene el robo en Los bandidos de Río Frío, es un fin en sí mismo.

Su género, lo ha anotado la crítica, es diverso: novela de folletín, novela de aventuras, novela picaresca y novela costumbrista; "a ellas se aúna el melodrama, la farsa, la sátira, la caricatura, las memorias, la nota periodística, la correspondencia amorosa y de ocasión, y el proceso judicial'', que no son más que "formas de extracción eminentemente popular, expresadas con frecuencia por medio de la ironía, la estilización paródica, cuando no la pura parodia y el relato oral"9

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Basada en un hecho real, Los bandidos de Río Frío rebasó esa misma realidad. Quería contar o denunciar la historia de una red de ladrones dirigida por el general Juan Yáñez, colaborador cercano del presidente don Antonio López de Santa Anna a mediados de siglo.

Los bandidos de Río Frío es varias cosas a la vez: la novela más ambicio-sa que se haya escrito en el siglo XIX, la más representativa novela de

9 Véase MARÍA TERESA SüLÓRZANO PüNCE, "Cultura oficial y tradición popular en Los bandidos de Río Frío", en R. OLEA FRANCO (ed.), Literatura mexicana del otro fin de siglo, El Colegio de México, México, 2001, pp. 341-342.

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costumbres del siglo pasado, la historia de, al menos, dos grandes personajes de nuestra narrativa, Relumbrón y el licenciado Pedro Martín de Olañeta10

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Es, en síntesis, una novela abierta a los lectores de hoy y de mañana.

ÁLVARO Rurz ABRE U

Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco

10 RAFAEL PÉREZ-GAY, "Avanzaba el siglo por su vida", Biblioteca de México, marzo-abril de 1994, núm. 20, pp. 21-24.

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