Los 15 pecados de la Iglesia según el Papa Francisco

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  LA REFORMA DE LA CURIA VATICANA Carta Pastoral del obispo de Palencia al comienzo del Año Nuevo 2015 A todos los sacerdotes, consagrados y fieles laicos de la diócesis. Al comenzar un nuevo año, en el que estamos celebrando el 500 aniversario del nacimiento de Santa Teresa, maestra de oración, y en el que nos disponemos a celebrar el 50 aniversario de la clausura del concilio Vaticano II, con lo que supuso de renovación de la pastoral y de las estructuras de la Iglesia, yo quisiera dirigirme a todos vosotros, sacerdotes, consagrados y fieles laicos para desearos un año de paz interior y de renovación personal y comunitaria en el Señor. En repetidas ocasiones ya he comentado que las reformas que está impulsando el Papa Francisco van en una triple dirección y, precisamente por este orden: la renovación del corazón (la espiritualidad), la renovación de la acción pastoral (“salida misionera” y apertura a las “periferias existenciales” del mundo) y cambio de estructuras de la Iglesia (huir del “siempre se ha hecho así”). El pasado 7 de Diciembre, hace menos de un mes, el Papa Francisco concedió una amplia entrevista al periódico La Razón de Buenos Aires. Entre otras muchas cosas fue preguntado por las reformas de la Iglesia que él quiere impulsar, empezando por lo que tiene más cercano, el Vaticano y sus variadas instituciones. Habló de las reformas económicas, buscando una total transparencia, y de la reforma de la Curia, en la que

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Carta Pastoral del Obispo de Palencia (enero 2015), sobre el discurso del Papa a la Curia Romana en Navidades de 2014

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  • LA REFORMA DE LA CURIA VATICANA

    Carta Pastoral del obispo de Palencia al comienzo del Ao Nuevo 2015

    A todos los sacerdotes, consagrados y fieles laicos de la dicesis. Al comenzar un nuevo ao, en el que estamos celebrando el 500 aniversario del nacimiento de Santa Teresa, maestra de oracin, y en el que nos disponemos a celebrar el 50 aniversario de la clausura del concilio Vaticano II, con lo que supuso de renovacin de la pastoral y de las estructuras de la Iglesia, yo quisiera dirigirme a todos vosotros, sacerdotes, consagrados y fieles laicos para desearos un ao de paz interior y de renovacin personal y comunitaria en el Seor.

    En repetidas ocasiones ya he comentado que las reformas que est impulsando el Papa Francisco van en una triple direccin y, precisamente por este orden: la renovacin del corazn (la espiritualidad), la renovacin de la accin pastoral (salida misionera y apertura a las periferias existenciales del mundo) y cambio de estructuras de la Iglesia (huir del siempre se ha hecho as).

    El pasado 7 de Diciembre, hace menos de un mes, el Papa Francisco concedi una amplia entrevista al peridico La Razn de Buenos Aires. Entre otras muchas cosas fue preguntado por las reformas de la Iglesia que l quiere impulsar, empezando por lo que tiene ms cercano, el Vaticano y sus variadas instituciones. Habl de las reformas econmicas, buscando una total transparencia, y de la reforma de la Curia, en la que

  • intervienen los jefes de los dicasterios romanos y los nueve cardenales (el conocido G-9), encargados de revisar la Constitucin Pastor Bonus, que regula la composicin y funcionamiento de las estructuras pastorales de la Santa Sede. Quizs la clave que revela el fondo de su pensamiento est en una de las frases que respondi al periodista argentino: la reforma de la Curia lleva mucho tiempo, es la parte ms complejaEl IOR [Instituto para las Obras de Religin] est funcionando fenmeno y se hizo bastante bien eso. Lo de la economa est yendo bien. Y la reforma espiritual es lo que en este momento me preocupa ms, la reforma del corazn. Estoy preparando la alocucin de Navidad para los miembros de la Curia. Es precisamente sobre este discurso sobre el que quisiera centrar mi reflexin del ao nuevo.

    El lunes 22 de Diciembre del ao pasado, 2014, hace apenas unos das, el Papa Francisco felicit la Navidad a los miembros de la Curia Vaticana con un discurso a todas luces sorprendente. Las palabras con que los comentaristas en Roma han calificado el discurso no dejan de ser por lo menos chocantes. Valga como ejemplo dos titulares aparecidos en peridicos espaoles. En un peridico poda leerse lo siguiente: El Papa abomina del alzhimer espiritual extendido en la Curia. Y lo calificaba de discurso dursimo y de radiografa despiadada del Vaticano. Y otro afirmaba categricamente: El Papa acusa a la Curia de sufrir alzheimer espiritual, calificando tambin el discurso como una enumeracin de las quince dolencias que padecen los altos cargos vaticanos. Afirmaciones tales como abominar, acusar, radiografa despiadada, sufrir alzheimer espiritual, padecer quince dolencias, etc. no parecen ser el estilo directo pero misericordioso, con que el Papa nos ha ido acostumbrando en sus homilas, audiencias y escritos de los ltimos meses.

    Una posible explicacin de estos titulares puede deberse a que la pgina web del Vaticano no public el discurso completo hasta el da siguiente y el pequeo resumen que su agencia de noticias difundi primeramente slo contena alusiones a las famosas quince enfermedades, sin hacer mencin del marco en que el Papa las encuadr, antes y despus de enumerarlas.

  • Todo esto ha ayudado a favorecer un estereotipo, que viene ya desde hace tiempo, de un Papa descontento de sus cardenales y obispos, que se complace en fustigarles y que llega incluso a la extraa propuesta de Papa s, Iglesia no. Quizs una lectura completa del discurso nos ayudar a comprender las intenciones del Papa y a quienes iba realmente dirigido. Ya en los comienzos del discurso, Francisco afirma que es bonito concebir la Curia Romana como un pequeo modelo de la Iglesia, es decir como un cuerpo que intenta, seria y diariamente, ser ms vivo, ms santo, ms armonioso y estar ms unido en s mismo y con Cristo y reconoce que la Curia Romana es un cuerpo complejo, formado por muchos dicasterios, consejos, oficinas, tribunales, comisiones y numerosos elementos que no tienen todos ellos el mismo cometido, sino que estn coordinados con vistas a un funcionamiento eficaz, edificante, disciplinado y ejemplar, pese a las diferencias culturales, lingsticas y nacionales de sus miembros. La Curia, contina diciendo el Papa, al igual que la Iglesia, no puede vivir sin mantener una relacin vital, personal, autntica y slida con Cristo. Un miembro de la Curia que no se nutra a diario de ese alimento se convertir en un burcrata (en un formalista, un funcionario, un empleado); en un sarmiento que se seca y poco a poco muere y es arrojado lejos. La oracin diaria, la participacin asidua en los sacramentos especialmente en la eucarista y en la reconciliacin, el contacto diario con la Palabra de Dios y la espiritualidad que se traduce en caridad vivida, son el alimento vital para cada uno de nosotros. Quede claro a todos nosotros que sin l no podremos hacer nada (Jn 15, 5). Por eso, tras haberles presentado los elementos fundamentales de toda vida espiritual cristiana, desea animarles a preparar el corazn para la fiesta del nacimiento de Jess mediante una buena confesin, para lo cual el Papa quiere ofrecerles un examen de conciencia. No habla de evitar los pecados graves contra los mandamientos de la ley de Dios, que da por supuesto en toda vida cristiana, sino de esos posibles pecados que muchas veces no se les da la importancia debida y que, sin embargo, pueden apartar de una vida en plena comunin con Cristo.

  • As explica que la Curia est llamada a mejorarse, a mejorar siempre y a crecer en comunin, santidad y sabidura para realizar plenamente su misin. Pero ella, al igual que todo cuerpo, al igual que todo cuerpo humano, tambin se encuentra expuesta a enfermedades, a mal funcionamiento, a dolencias. Y quisiera mencionar aqu algunas de estas enfermedades probables, de estas enfermedades curiales. Son enfermedades ms habituales en nuestra vida como Curia. Son enfermedades y tentaciones que debilitan nuestro servicio al Seor. Creo que nos ayudar el catlogo de las enfermedades siguiendo las huellas de los Padres del desierto, que hacan dichos catlogos de las que hablamos hoy; nos ayudar a prepararnos para el sacramento de la reconciliacin, que ser un buen paso para la preparacin de todos nosotros a la Navidad. Es de notar que el Papa no acusa, no abomina de nadie, no hace una radiografa despiadada del Vaticano, sino que habla de un catlogo de enfermedades y tentaciones probables que pueden ayudar a los cardenales, obispos, e incluso a l mismo, a examinar sus conciencias. As el Papa, empleando la primera persona del plural, reconoce que estas dolencias debilitan nuestro servicio al Seor, por lo que las enumera para prepararnos para el sacramento de la reconciliacin. Una vez enmarcado el elenco de las enfermedades que pueden afectar a los miembros de la Curia, es preciso preguntarse sobre si los destinatarios de este examen de conciencia eran solamente los curiales. Ciertamente, el Papa se dirige a la Curia, pero parece ir ms all cuando afirma, antes de finalizar el discurso: Hermanos: estas enfermedades y estas tentaciones constituyen, naturalmente, un peligro para todo cristiano y para toda curia, comunidad, congregacin, parroquia, movimiento eclesial, etc., y pueden afectar tanto individual como comunitariamente. El Papa Francisco quiere, ciertamente, renovar la Curia Vaticana, hacerla ms santa, pero su mirada se dirige tambin a todos los sacerdotes, religiosos y laicos, poniendo la reforma espiritual de los catlicos como base indispensable para las necesarias reformas estructurales que deseara hacer en toda la Iglesia. Es lo mismo que repiti una vez ms en la entrevista que concedi al peridico La Razn de Buenos Aires, cuando dijo: La

  • reforma espiritual es lo que en este momento me preocupa ms, la reforma del corazn. Una vez comprendido el alcance del discurso, ya se puede hablar de las enfermedades que pueden afectar a los prefectos y oficiales de la Curia, pero que tambin pueden anidar en el corazn de los obispos, sacerdotes, religiosos y laicos de toda la Iglesia, invitndonos a hacer un sincero examen de conciencia, antes de acercarnos al sacramento de la reconciliacin. Estas enfermedades son quince. 1) La enfermedad de sentirse indispensable, superior a los dems. 2) La enfermedad de martalismo (aludiendo a Marta, la hermana de Lzaro, en el Evangelio): la excesiva actividad, sin detenerse a contemplar a Cristo ni pasar tiempo con los familiares. 3) La enfermedad de la insensibilidad humana, hacindonos perder los sentimientos de Jess. 4) La excesiva planificacin, que convierte a la persona de Iglesia en un mero comercial. 5) La enfermedad de la mala coordinacin, que aparece cuando los miembros de la Iglesia van cada uno por su lado y no colaboran entre s. 6) La enfermedad del alzheimer espiritual, que olvida la memoria del encuentro con el Seor, el primer amor. 7) La enfermedad de la rivalidad y de la vanagloria, que aparece cuando los sueos de gloria se convierten en el primer objetivo del trabajo. 8) La enfermedad de la esquizofrenia existencial, la de vivir una doble vida, fruto de la hipocresa y el vaco espiritual. 9) La enfermedad del cotilleo y de la murmuracin, que el Papa denomina terrorismo del cotilleo y que es grave. 10) La enfermedad de los que cortejan a sus superiores para obtener beneficios personales. 11) La enfermedad de la indiferencia hacia los dems, que aparece cuando uno slo piensa en s mismo. 12) La enfermedad de la cara fnebre, que lleva a tratar con dureza y arrogancia a los dems. 13) La enfermedad de acumular bienes materiales, no por necesidad, sino para sentirse seguro. 14) La enfermedad de la divisin entre los seguidores de Cristo, que calific como fuego amigo entre soldados del mismo bando. Y, finalmente, 15) la enfermedad del provecho mundano, que transforma el servicio en poder, buscando siempre insaciablemente ms poder.

  • Para terminar, record la cura de todas estas enfermedades: vivir en la verdad y la caridad. Es el Espritu el que secunda todo esfuerzo sincero de purificacin y toda buena voluntad de conversin. l es quien nos da a entender que todo miembro participa en la santificacin del Cuerpo y en su debilitamiento. l es el promotor de la armonaLa curacin es fruto tambin de la toma de conciencia de la enfermedad y de la decisin personal y comunitaria de curarse, soportando con perseverancia y paciencia la cura. Aludindolos en nota al pie de pgina, el Papa quiere recordarnos unos pargrafos de su Exhortacin Pastoral Evangelii Gaudium, bajo el ttulo Pastoral en conversin, en cuyo nmero 26, citando la encclica Ecclesiam suam de Pablo VI, se puede leer: Pablo VI invit a ampliar el llamamiento a la renovacin, para expresar con fuerza que no se dirige slo a los individuos aislados, sino a la Iglesia entera. Recordemos este memorable texto que no ha perdido su fuerza interpelante: La Iglesia debe profundizar en la conciencia de s misma, debe meditar sobre el misterio que le es propio [] De esta iluminada y operante conciencia brota un espontneo deseo de comparar la imagen ideal de la Iglesia -tal como Cristo la vio, la quiso y la am como Esposa suya santa e inmaculada (cf. Ef 5,27)- y el rostro real que hoy la Iglesia presenta [] Brota, por lo tanto, un anhelo generoso y casi impaciente de renovacin, es decir, de enmienda de los defectos que denuncia y refleja la conciencia, a modo de examen interior, frente al espejo del modelo que Cristo nos dej de s. Feliz y Santo Ao Nuevo 2015. Os bendice con afecto vuestro obispo

    +Esteban.