Lope de Vega: Vida y obra

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Curso de Preparación para las Pruebas de Acceso a la RESAD 2013 GrumelotFormación MATERIAL TEÓRICO: Lope de Vega Lope de Vega 1.- Vida de Lope Infancia Félix Lope de Vega Carpio nació en Madrid a finales de 1562. Hay discusión acerca de la fecha exacta. El primero de sus biógrafos, su discípulo Juan Pérez de Montalbán, señaló el 25 de noviembre, «día de San Lope, obispo de Verona». (W. T. McCready ha apuntado que el día de San Lope es el 2 de diciembre, por lo que también se apunta esta última fecha). Sus padres fueron Félix de Vega y Francisca Fernández Flórez, naturales -al parecer- del Valle de Carriedo, en la Montaña santanderina. Parece que la quietud del matrimonio fue turbada por un pasajero devaneo del marido, quien, abandonando a la familia, escapó a Madrid, en seguimiento de una mujer. Francisca Fernández Flores no se amilanó por eso, y, con la decisión necesaria, se encaminó también hacia la recién estrenada corte –hasta entonces la corte había estado en Toledo-, en persecución de su legítimo esposo. De la subsiguiente reconciliación, a principios de 1562, con la regular reanudación de la vida matrimonial, nació Lope de Vega. La familia Vega se había instalado en la Puerta de Guadalajara, en la calle Mayor, en el trozo que los madrileños han llamado hasta hace muy pocos años La Acera Ancha, entre la Cava de San Miguel y la calle de Milaneses, casi frente a donde, años después, moriría Calderón de la Barca. Era un barrio típico de gremios y de artesanos o comerciantes. El sosiego de la vida familiar en el hogar de Félix de Vega y Francisca Fernández Flores se vio aumentado con nuevos hijos: Juliana, que pasó por la vida sin dejar huellas; y Juan, que acompañó a Lope en la expedición a 1

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Breve resumen de la vida y obra del Fenix de los ingenios.

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LOPE DE VEGA.

Curso de Preparacin para las Pruebas de Acceso a la RESAD 2013 GrumelotFormacinMATERIAL TERICO: Lope de Vega

Lope de Vega1.-

Vida de Lope InfanciaFlix Lope de Vega Carpio naci en Madrid a finales de 1562. Hay discusin acerca de la fecha exacta. El primero de sus bigrafos, su discpulo Juan Prez de Montalbn, seal el 25 de noviembre, da de San Lope, obispo de Verona. (W. T. McCready ha apuntado que el da de San Lope es el 2 de diciembre, por lo que tambin se apunta esta ltima fecha). Sus padres fueron Flix de Vega y Francisca Fernndez Flrez, naturales -al parecer- del Valle de Carriedo, en la Montaa santanderina. Parece que la quietud del matrimonio fue turbada por un pasajero devaneo del marido, quien, abandonando a la familia, escap a Madrid, en seguimiento de una mujer. Francisca Fernndez Flores no se amilan por eso, y, con la decisin necesaria, se encamin tambin hacia la recin estrenada corte hasta entonces la corte haba estado en Toledo-, en persecucin de su legtimo esposo. De la subsiguiente reconciliacin, a principios de 1562, con la regular reanudacin de la vida matrimonial, naci Lope de Vega.

La familia Vega se haba instalado en la Puerta de Guadalajara, en la calle Mayor, en el trozo que los madrileos han llamado hasta hace muy pocos aos La Acera Ancha, entre la Cava de San Miguel y la calle de Milaneses, casi frente a donde, aos despus, morira Caldern de la Barca. Era un barrio tpico de gremios y de artesanos o comerciantes. El sosiego de la vida familiar en el hogar de Flix de Vega y Francisca Fernndez Flores se vio aumentado con nuevos hijos: Juliana, que pas por la vida sin dejar huellas; y Juan, que acompa a Lope en la expedicin a Inglaterra en 1588, en la Armada Invencible, de donde no volvi. Flix de Vega, el padre, muri repentinamente en Madrid, en 1578, cuando Lope tena diecisis aos. La madre, Francisca Fernndez Flores, vivi 11 aos ms

Lope se jact siempre de su origen montas y de la nobleza que le vena de sus antepasados. Esa hidalgua estaba ms en su imaginacin que en los documentos o en la consideracin social. Se ha insinuado la posibilidad de que Lope fuera de origen converso (judo convertido al catolicismo). En los textos de Lope se recrea con cierta frecuencia el caso del hombre valioso cuyo ascenso se ve injustamente dificultado por su origen. Pero la hidalgua autntica no debi poseerla, ya que, por ejemplo, habra sido nombrado caballero de Santiago, como lo fue Caldern. En cambio, Lope habl repetidas veces de su humilde sangre y de la humilde casa de sus padres, etc. Frente a estas declaraciones, hay que recordar el uso del escudo de Carpio, con 19 torres, del que se burlaron cumplidamente Gngora, Cervantes y otros, y al que tena un derecho muy dudoso. No obstante, en otras obras no faltan puntazos antijudaicos, que reafirman los viejos tpicos de la comunidad cristianovieja y nos muestran que el poeta haba asimilado los valores imperantes en la sociedad de su tiempoPrimeros aos de estudioEl que sera conocido como Fnix de los ingenios espaoles comenz estudiando en la escuela de Madrid que regentaba Vicente Espinel, a quien siempre trata con veneracin y respeto en sus escritos. Continu su formacin en el estudio de la Compaa de Jess, que ms tarde se convertira en Colegio Imperial. Posteriormente, parece que curs cuatro aos (1577-1581) en Alcal de Henares, aunque sin alcanzar ningn ttulo. Haba entrado siendo muy joven al servicio del obispo de Cartagena, inquisidor general y ms tarde obispo de vila, don Jernimo Manrique.

Iba a la escuela, excediendo conocidamente a los dems en la clera de estudiar las primeras letras; y como no poda, por la edad, formar las palabras, repeta la licin ms con el ademn que con la lengua. De cinco aos lea en romance y en latn; y era tanta su inclinacin a los versos, que, mientras no supo escribir, reparta su almuerzo con los otros mayores porque le escribiesen lo que l dictaba. Pas despus a los estudios de la Compaa, donde en dos aos se hizo dueo de la Gramtica y la Retrica, y antes de cumplir doce tena todas las gracias que permite la juventud curiosa de los mozos, como es danzar, cantar y traer bien la espada, etc.() Estuvo familiarizndose con los textos de Horacio y de Ovidio, y de Virgilio.() Dentro de los colegios jesuitas exista un frecuente y destacado teatro escolar, representado en las festividades, en las que Lope, colegial, no dejara de intervenir, despertndose as su orientacin.() La Universidad alcalana, pasado el gran brillo erasmista y renaciente de sus primeros aos, le dio una instruccin de honda raigambre medieval.Elena Osorio e Isabel de Urbina: Madrid y el destierro.

En junio de 1583 zarp Lope de Lisboa, tras alistarse en la escuadra que, al mando del marqus de Santa Cruz, tena como objetivo reducir la resistencia que en la isla Terceira (Azores) opona el prior de Crato, aspirante al trono portugus, a la autoridad de Felipe II. Al regreso, conoci a la primera de las numerosas mujeres que am: Elena Osorio, Filis como personaje literario, actriz e hija del empresario teatral Jernimo Velzquez.Los amores de Lope y Elena no debieron ser obstaculizados por el marido de ella, Cristbal Caldern, quien estaba siempre ausente. En 1587, al saber que un importante personaje, el indiano enriquecido con el oro de las Amricas- Francisco Perrenot Granvela, lo desplazaba del amor de Elena, hizo circular por los mentideros de la corte poemas insultantes contra ella y su familia. A fines de 1587, corran, pues, por Madrid unos poemas (uno en castellano y otro en latn macarrnico) altamente ofensivos para la familia Velzquez por los que Lope fue acusado judicialmente. Durante la marcha del proceso, Lope de Vega neg ser el autor de tales libelos, disculpndose o atribuyndoselos a otros, como, por ejemplo, el poema latino al licenciado Ordez, antiguo compaero en los estudios de la Compaa, ya muerto por esa fecha. Lope fue condenado a cumplir pena de crcel por difamacin pero continuaba, desde la crcel, escribiendo injuriosas lneas para todos los Velzquez y Osorios. La celda de Lope, la noche del 7 al 8 de febrero de 1588, fue registrada y recogidos sus papeles. Los ultrajados volvieron a quejarse, y los jueces intervinieron. Fue condenado a cuatro aos de destierro de Madrid..

La historia de los amores de Elena y la sustitucin de Lope por el caballero con posibles econmicos parece estar recreada en La Dorotea, novela que Lope escribiera al final de su vida, denominndola accin en prosa; est dividida en cinco actos, y es un largo texto irrepresentable, en la estela de La Celestina, en donde los personajes encubren apenas a los protagonistas de aquellos episodios juveniles.Este transformar lo vivido en lo escrito ser una constante en la literatura lopesca sin que nunca sepamos a ciencia cierta cunto de lo escrito ha sido vivido, cunto pertenece a la imaginacin del poeta e incluso cunto de lo vivido lo vivi Lope para contarlo, para rescribirlo, es decir, hasta qu punto fue Lope un personaje de s mismo.La maana siguiente a la noche del registro en su celda de Madrid, sale Lope a cumplir su condena de destierro. Sale de la crcel y sale de Madrid. Acompaado, al parecer, del empresario Gaspar de Porres, y de Claudio Conde, amigo y colega de hazaas juveniles, a quien al final de su vida escribira la gloga a Claudio, un ajuste de cuentas del poeta consigo mismo y con el mundo que le toc vivir. Podramos suponernos a Lope escarmentado, cansado de declaraciones judiciales y de enredos amorosos, dispuesto a marchar a su destierro y a conllevarlo de la forma ms sosegada y plcida posible. Y vamos a tropezarle, por el contrario, en plena locura desbordada. Los azares se suceden violentamente, con todos los rasgos de una de sus comedias de capa y espada o de intriga. El Lope que va a cuestas con su condena, campo de Castilla abajo, con las amenazadoras conclusiones: el destierro, no lo quebrante, so pena de muerte, aparece de inmediato quebrantndolo, y para raptar a una mujer, esta vez una mujer principal, como entonces se deca: doa Isabel de Urbina Alderete y Cortinas, hermana de don Diego de Ampuero y Urbina, que haba sido regidor de Madrid y rey de armas de Felipe II (y Felipe III). Es probable que estuvieran en relaciones desde algo antes, quiz al sobrevenir la ruptura con Elena Osorio. En tal caso, Lope habra comprendido que la distinguida y linajuda familia Urbina no vera con buenos ojos el matrimonio, ni las relaciones siquiera, con un joven de sus cualidades y fama, y lograra persuadir a Isabel para que se dejase raptar, como solucin oportuna. El proceso por el rapto se ha perdido, pero queda su registro en el Inventario de las causas criminales: Lope de Vega, Ana de Atienza y Juan Chaves, alguacil, por el rapto de doa Isabel de Alderete. La familia denunci a Lope, como medida de urgencia, pero despus debe de haber mediado un perdn, ya que en vez de seguir adelante el proceso nos encontramos con un matrimonio por poderes, verificado en Madrid, en la parroquia de San Gins (curiosamente una Iglesia famosa por cobijar forajidos escondindolos de la justicia), el da 10 de mayo de 1588. Es, pues, muy de suponer que Lope no se hubiese alejado mucho de Madrid, escasamente la distancia impuesta por la condena, y desde luego resulta evidente que viol la prohibicin de regresar a la ciudad: que haba quebrantado el destierro est comprobado documentalmente.

Despus de esa boda por poder un 10 de mayo, Isabel de Urbina, en un nuevo derrotero de mujer casada con un hombre en cierto modo fantasmal, y viviendo a la espera de reunirse con l, es abandonada. Lope se alista en Lisboa el 29 de ese mismo mes de mayo, es decir, un par de semanas despus de la boda, en la Armada Invencible, como voluntario.Elena e Isabel, como dos modelos opuestos de amada la hermosa y cruel, interesada en el dinero frente a la pura y honesta-, parecen ser el referente real de las Lucinda y Belisa (anagrama de Isabel, que Lope us extensamente en su poesa dedicada a su primera esposa) de Las Bizarras de Belisa, obra que pudo ser la ltima escrita por Lope antes de su muerte. En ella, Don Juan de Cardona, galn soldado recin llegado de Flandes, muere de amores por Lucinda, quien le da celos con otros galanes, hasta que la bizarra Belisa, que se crea inmune a los efectos del amor, le salva la vida en una pendencia subindole a su carruaje.

Valencia y Toledo: acercamiento a Madrid y muerte de Isabel.

En diciembre de 1588 (cuando Lope contaba 25 aos) volvi derrotada La Invencible y con ella debi regresar Lope. Desembarc en Cdiz, y, despus de una corta estancia en Toledo (con violacin asimismo de la anterior condena), se rene con Isabel de Urbina, su mujer, y se dirige a Valencia, donde encontramos al matrimonio establecido ya a principios de 1589 y donde el autor afianza su esttica teatral junto a notables dramaturgos como Trrega, Gaspar Aguilar, Guilln de Castro, Carlos Boil y Ricardo del Turia. Valencia fue para el matrimonio un lugar de ntegra felicidad y bienestar. Los crculos literarios de Valencia se dejaban influir gustosamente por el aire de la literatura castellana, renunciando definitivamente a la literatura en lengua verncula, hasta el punto de que en aquella ciudad surgi una brillante produccin en castellano. No es ajena a este desarrollo la presencia de Lope all, por lo menos en lo que al teatro se refiere.

En 1590, pasado el tiempo del destierro fuera del reino, Lope, convertido en el mayor poeta de Espaa (y an no tiene treinta aos), solamente est falto de una cosa para sentirse seguro y totalmente feliz: poder volver a Madrid, al lugar donde naci, la gran Babilonia del siglo XVII, y para lograrlo empieza a moverse. Para ello, y visto que puede pisar suelo de Castilla, se encamina a Toledo, donde se establece, esperando que pasen los aos que faltan del destierro de la Corte, cinco leguas por medio, aunque quebrant al parecer su condena algunas veces: Lope se pintaba solo para tales escapadas.

En Alba de Tormes [Toledo] se acomod como secretario del duque de Alba. El cargo de secretario era una ocupacin medio cortesana medio literaria, que se avena muy bien con los hbitos del joven poeta. Lope lo desempe durante cinco aos, hasta la muerte de Isabel de Urbina que acaeci al nacer su hija Teodora. sta muri en seguida.

La peticin de indulto para Lope fue hecha el 18 de marzo de 1595 y en diciembre de ese mismo ao por servicio de Dios nuestro Seor y por la voluntad que tiene de servirle como cristiano, [las familias Velzquez y Osorio] tiene por bien de perdonarle al dicho Lope de Vega de todo el delito que cometi y por el que le tiene acusado..., y le remite y perdona y consiente y tiene por bien que el susodicho libremente pueda entrar en esta corte. Inmediatamente despus de esta concesin de perdn, estamos en 1596, Lope vuelve a Madrid.El retorno a Madrid. Micaela y Juana.

En 1598, ya en Madrid, donde es acogido calurosamente, contrae Lope matrimonio en segundas nupcias, tal vez por dinero, con Juana de Guardo, hija de un rico abastecedor de carnes, vulgar y poco agraciada. Slo en los poemas dedicados a su amado hijo Carlos Flix (el matrimonio tuvo, adems, tres hijas) asoma la figura borrosa de la esposa.

Esta poca fue prdiga en impresiones de obra lopesca. Debemos tener presente que en el Siglo de Oro los poetas, por timidez o despreocupacin, se resistan a imprimir los frutos de su ingenio. La obra de Lope se haba difundido manuscrita y a travs de ediciones que el autor no haba promovido ni autorizado mientras ste esperara hasta los treinta y ocho aos -siendo famoso desde los veintipocos- para resolverse a patrocinar con su nombre las ediciones.

Los primeros momentos de su regreso a Madrid, Lope los vivi como pasajero secretario del marqus de Malpica, pero ya en 1598 le encontramos como secretario del marqus de Sarria, futuro conde de Lemos. Este acomodo hubo de buscarlo empujado seguramente por una viva necesidad: poco antes de su segunda boda, muri la infanta Catalina Micaela, duquesa de Saboya, hija de Felipe II, y ste, en seal de duelo, prohibi las representaciones teatrales, que no se reanudaron hasta que, al ao siguiente, ya muerto Felipe II, se celebraron las bodas de Felipe III con Margarita de Austria. El conde de Lemos, don Pedro Fernndez de Castro, tuvo a su lado a Lope de Vega hasta 1600, y su secretario le conserv siempre viva gratitud.

Una nueva pasin le aguarda: Micaela Lujn, Celia o Camila Lucinda en sus versos, mujer bella, actriz, y tambin casada. Con ella mantendr Lope relaciones, sin romper su propio matrimonio, hasta 1608, y con ella tendr cinco hijos, entre ellos dos de sus predilectos: Marcela (1606) y Lope Flix (1607). Esta relacin quiz viniera, silenciada, de ms atrs, quiz incluso de antes de la segunda boda de Lope. Con el tiempo, dadas las cualidades de nuestro poeta, el trato con la hermosa comedianta alcanzar la mxima desenvoltura, sin el menor reparo ni encubrimiento.

Cuando en 1604 Micaela acepta el cargo de tutora de sus hijos, declara que la mayor, Agustina, tiene catorce aos, y el menor, Flix, tres meses. Diego Daz, difunto marido de Micaela, haba partido para las Indias en 1596, ocho aos antes

En 1605 naci Marcela, la hija dilecta del poeta, en Toledo; y en 1607, en Madrid, naci el ltimo, Lope Flix de Vega Carpio, Lope el mozo. Por cierto que en la partida de bautismo de este ltimo, en la parroquia de San Sebastin, se le inscribe como hijo de Lope de Vega Carpio y de Micaela de Lujn.

Durante largos aos, Lope de Vega se sinti unido a Micaela de Lujn por un afecto tranquilo, conyugal, muy diferente del atormentado y gesticulante de Elena Osorio o de la propia Belisa. El perodo que lleva a 1610, fecha de su asentamiento definitivo en Madrid, es un tiempo de ajetreado ir y venir para el Fnix, que tiene que dividirse entre sus dos hogares. Juana de Guardo, la mujer legtima, residi en Madrid hasta 1604, y en Toledo de 1604 a 1610, fecha en que la familia se vuelve definitivamente a Madrid. Micaela de Lujn residi primero en Toledo, luego en Sevilla (donde Lope pas temporadas entre 1602 y 1604), despus anduvo de nuevo por Toledo (donde nace Marcela), y por ltimo en Madrid, donde Lope alquil su casa en la calle del Fcar (1607) para vivienda de la familia ilegal. La legtima segua en Toledo, donde en 1606 haba nacido Carlos Flix, el segundo hijo de doa Juana de Guardo, bautizado en la iglesia de San Justo.

En 1605 muere en Madrid su hermana Isabel; y Lope ha entablado ya trato de amistad estrecha con el duque de Sessa, don Luis Fernndez de Crdoba y de Aragn, su mecenas y protector, con el que estar ya en estrecha relacin toda su vida.: una extraa relacin en la que se mezclan los papeles de secretario, confidente y alcahuete.

A partir de 1608 se pierde el rastro literario y biogrfico de Micaela de Lujn. Lucinda es la nica de las amantes mayores del Fnix cuya separacin no dej huella en su obra. Es tambin en 1608 cuando Lope se titula Familiar del Santo Oficio de la Inquisicin.

En 1609 aparece el Arte nuevo de hacer comedias, excelente alegato en pro de su comedia y en contra del academicismo y los preceptistas aristotlicos. Aunque sin voluntad de serlo Lope no pretendi escribir un tratado terico, sino un discurso para ser ledo frente a un pblico concreto- el Arte Nuevo es para nosotros uno de los textos crticos fundamentales para entender la Comedia Nueva Espaola.

En septiembre de 1610 Lope, ya instalado en Madrid, compra la casa de la calle Francos (hoy Calle Cervantes, en el barrio de Huertas), en la que vivir el resto de sus das. En 1609 haba ingresado en la Congregacin de Esclavos del Santsimo Sacramento en el oratorio de Caballero de Gracia y al ao siguiente se adscribi al oratorio de la calle del Olivar.

La casa de Lope, donde ya vivi para siempre y muri, podemos hoy verla admirablemente reconstruida y viva, con sus salas y su huerto, y sus recuerdos inmediatos. Para ello, trae a su casa a Marcela y a Lope Flix, los dos hijos ms pequeos habidos con Micaela de Lujn

Doa Juana sufre frecuentes enfermedades y en 1612 Carlos Flix, muere de unas calenturas. El 13 de agosto del ao siguiente Juana de Guardo muere tambin, al dar a luz a Feliciana. El ao ha acabado para Lope con abundantes penas. Enfermedades, la muerte de Carlitos, la desaparicin de Juana de Guardo, la soledad. La felicidad aquella que llenaba la casa de la calle de Francos se ha resquebrajado gravemente. Lope saca fuerzas de flaqueza, y todava en setiembre de ese mismo ao figura en el squito que acompaa a Felipe III y a la real familia en un viaje por Segovia, Burgos y Lerma. Reanuda galanteos, y se insina otro nombre de mujer, Jernima de Burgos, tambin comedianta y vieja amiga de nuestro poeta: haba figurado como madrina en el bautizo de Lopito. Pero parece que eso no fue otra cosa que un episodio ms entre otras aventuras ms importantes.

Seguro de la Iglesia, nuevos escarceos y muerte.

Y llegamos a 1614. Lope cuenta ya con cincuenta y dos aos. Es entonces cuando decide acogerse al seguro de la iglesia, ordenarse, y vestir con un manto de tranquila santidad su vida tumultuosa. El 24 de mayo de 1614 decide ordenarse de sacerdote. La huella literaria de esta crisis espiritual y sus arrepentimientos ir a parar a las Rimas sacras, publicadas en 1614, que contienen quiz algunos de los ms bellos sonetos sacros del Barroco.

El recin ordenado entr enseguida en la carrera de los beneficios eclesisticos. Por medio del duque de Sessa consigui una prestamera en la dicesis de Crdoba y en 1615 solicit una capellana que instituy en vila su antiguo protector Jernimo Manrique. En octubre de ese mismo ao acompa a su seor en la comitiva que acudi a Irn con la infanta Ana de Austria y dio escolta de honor hasta Madrid a Isabel de Borbn, la futura esposa de Felipe IV.

Todo este tiempo, Lope ha sido secretario del duque de Sessa. La correspondencia con el noble, desde Toledo, nos hace seguir detalladamente los incidentes de su ordenacin, que no fue tan rpida como Lope pensaba. La espera parece que le ayud a sobrellevarla Jernima de Burgos, la comedianta, que estuvo a punto de ser madrina de Feliciana, la nia que naci dando muerte a Juana de Guardo, y que quiz no lo fue porque el padrino, el duque de Sessa, no lo vio con buenos ojos, dadas las condiciones de la mujer

A fines de 1616, Lope sale inesperadamente para Valencia, segn dijo para visitar un hijo franciscano que all tena. Es de suponer, sin embargo, que su viaje tiene que ver con otra comedianta, Luca de Salcedo, que por aquellos das regresaba de Npoles en la compaa de Snchez. Esta comedianta, a la que Lope llama La loca en sus cartas, es un amor desdibujado, del que sabemos muy poco, probablemente una locura pasajera, como tantas otras en el nimo del poeta.

Poco dur la castidad del nuevo sacerdote. Adems de la relacin con La loca durante su viaje a Valencia de 1616, Lope tiene el ltimo gran amor de su vida en otra mujer casada, Marta de Nevares, a la que en los textos literarios llamar Amarilis y Marcia Leonarda. Cuando se conocieron, la muchacha tena veintisis aos y el poeta rondaba los cincuenta y cuatro. Estos amores sacrlegos se divulgaron muy pronto por Madrid y no tardaron en aparecer crticas mordaces y sangrientas. Marta, que apenas alcanzaba los treinta aos cuando enviud, gozaba, a juzgar por el retrato que nos dej Lope, de una singular belleza. Lo espiritual no iba por detrs de lo fsico. Amarilis tena verdadera aficin al arte y anim a Lope a proseguir su carrera literaria e incluso a experimentar nuevos gneros que hasta entonces no haba cultivado.

En 1621 Marcela, la hija de Micaela Lujn, ingres en el cercano convento de las trinitarias. Por las mismas fechas, quiz algo antes, Marta de Nevares pierde la vista, lo que ser el prlogo de otra serie de desgracias familiares que acometern al viejo poeta. En tanto, Lope trata de acercarse a los nuevos gobernantes. Desde 1621 reinaba Felipe IV y gobernaba don Gaspar de Guzmn, conde-duque de Olivares. A ste y a su hija Lope alguna obra, pero no consigue el favor buscado. El desaire de los poderosos ir engendrando un sentimiento de desengao y frustracin que impregnar sus obras de vejez.

Parece que en 1628 Marta sufri ataques de locura. A pesar de todo, el Fnix sigue publicando: el conjunto potico El Laurel de Apolo (1629), la tragedia El castigo sin venganza (1631), la novela La Dorotea (1632). En este ltimo ao, el 7 de abril, muere, con poco ms de 40 aos, Marta de Nevares. El entierro lo pag oficialmente Alonso Prez, librero amigo del poeta.

Con la muerte de Amarilis no terminaron las desdichas y las inquietudes de Lope, porque en 1634 mora su hijo Lope Flix, y su hija Antonia Clara, la que tuvo con Marta de Nevares, se fugaba de casa con Cristbal Tenorio, lo que lamentar bellsimamente Lope en la gloga Filis. Sigue, no obstante, dando a la escena nuevas comedias, como Las bizarras de Belisa, y, en medio de este torbellino de sucesos, tiene Lope el humor de publicar las Rimas humanas y divinas del Licenciado Tom de Burguillos, uno de los libros ms encantadores y llenos de humor de la poesa espaola de todos los tiempos. En el prlogo, Lope asegura con gracia haber conocido a Tom de Burguillos en Salamanca y que pareca filsofo antiguo en el desprecio de las cosas que el mundo estima. Quevedo, en su Aprobacin, dice: El estilo es, no slo decente, sino raro, en que la lengua castellana presume victorias de la latina, bien parecido al que solamente ha florecido sin espinas en los escritos de fray Lope de Vega Carpio, cuyo nombre ha sido universalmente proverbio de todo lo bueno, prerrogativa que no ha concedido la fama a otro nombre.

Lope no dej de escribir hasta cuatro das antes de su muerte. Muchos de estos poemas de los ltimos tiempos se publicaron pstumamente en La vega del Parnaso (1637). El 25 de agosto de 1635 sufri un desmayo que le oblig a guardar cama. Dos das despus, el lunes 27, mora en su casa de la calle de Francos cuando contaba setenta y tres aos. El martes lo enterraron solemnemente en la iglesia de San Sebastin. Las honras fnebres las coste el duque de Sessa y se convirtieron en un homenaje multitudinario. El funeral acordado por el ayuntamiento de Madrid fue prohibido por el Consejo de Castilla; la vida irregular que haba llevado el poeta le persigui aun despus de muerto.

Lope de Vega cultiv la mayor parte de los gneros vigentes en su tiempo, muchas veces con extraordinaria calidad. Y tan copiosamente, que ello le vali el ttulo de Monstruo de la naturaleza.

Prolonga en sus composiciones ms refinadas la lrica que Garcilaso haba instaurado, pero no olvida la poesa octosilbica del Cancionero y revitaliza formas lricas populares, que suele insertar en sus comedias. Contribuye, adems, a la creacin del Romancero nuevo; muchos de sus romances constituan una crnica de sus amores y gozaban de enorme popularidad. Pero Gngora, prestigioso entre los doctos, lo ataca cruelmente. Lope se defiende, lo zahiere sobre todo en sus comedias, lo envidia y admira a la vez. Y, sin modificar su conducta potica -sencillez, conceptos al modo cancioneril, adorno moderado compatible con la claridad-, cede a veces al estilo gongorino.

Lope declar haber escrito 1.500 piezas dramticas; se conservan 426 comedias a l atribuidas (de las que slo 314 son seguras) y 42 autos sacramentales, amn de los conjuntos poticos. Se conservan adems casi 800 cartas dedicadas, en su mayor parte, al duque de Sessa, de enorme valor biogrfico.

2.- La Espaa y el teatro de Lope de Vega

La escena espaola en tiempos de Lope

En lneas generales, podemos hablar de varias clases de teatro, al acercarnos al siglo XVII.

Un teatro cortesano, representado con notoria pompa y esplendor, en las fiestas y ceremonias cortesanas; otro, de idntica riqueza externa, el religioso, o ms bien eclesistico, destinado a fines de los fcilmente deducibles de su nombre. Y un tercero, el que nos interesa, un teatro urbano, popular, pblico, que vive o se desvive con arreglo a su trabajo, su gracia, sus merecimientos y lo que puede sacar de la venta de las entradas. Lope escribi para los tres tipos de teatro. Pero es al tercero al que hemos de asociarle, pues en l se encontr su talento a gusto y el teatro a gusto con l. Cmo eran esos teatros?

En 1580, fecha en la que Lope cuenta con dieciocho aos, es decir, cuando empieza a asistir a las representaciones, a familiarizarse con las gentes de teatro, y a escribir, la escena espaola era muy rudimentaria. Recordemos que Madrid era capital de un gigantesco imperio haca relativamente poco: 1561-1562. Con el traslado, la capital flamante comenz a crecer rpidamente en poblacin, en riquezas, en apetencias. Y entre estas ltimas no sera la menor el afn de espectculos y diversiones. Y con ste surgi la necesidad de que las viejas farndulas, errantes y desmedradas, se redondearan en personajes y repertorio, y dispusieran de locales a propsito para las representaciones.

Un hecho sin relacin aparente con las diversiones pblicas vino a condicionar el teatro. En 1565 (Lope tiene tres aos de edad, parece que el mundo se dispone a recibirle), unos madrileos entregados a las obras de caridad fundaron una de tantas innumerables cofradas como pulularon por la Espaa de los Austrias: Cofrada de la Sagrada Pasin. Los cofrades se ejercitaban en la misericordia: dar de comer al hambriento y vestir al desnudo. En la peculiar estructura hispnica, sin barreras concretas entre el cielo y la tierra, esta cofrada estaba llamada a prosperar, o a contar con numerosos apoyos. Cuando lleg la ayuda del Rey y la del Consejo de Castilla, la cofrada pudo hacer un hospital para mujeres pobres. (La ayuda oficial, por otra parte, era muy explicable: Madrid se vio, sbitamente, en la urgencia perentoria de tener de todo, ya que no bastaban sus instituciones a su crecer.) Este hospital necesit dineros. Dineros son calidad, dir la letrilla. El Cardenal Espinosa, presidente del Consejo de Castilla, dio a la Cofrada de la Pasin un extrao privilegio: que pudiera disponer de un lugar donde se representaran comedias y, cobrando, se quedara con ese dinero para sus fines caritativos. En 1567 (parece que el porvenir se le va afianzando a Lope, que ya habr cumplido cinco aos), se cre otra Hermandad anloga: Cofrada de Nuestra Seora de la Soledad. Esta tena los mismos propsitos caritativos que la anterior, pero en mayor escala: fund otro hospital en las proximidades de la Puerta del Sol. En 1574 (Lope ya ir haciendo sus pinos literarios adolescentes: tiene doce aos), esta Hermandad solicit el mismo derecho sobre las comedias que ya se haba concedido a la anterior.

Varios locales tuvieron las cofradas para las representaciones. La de la Pasin tuvo tres: uno en la calle del Sol, otro en la calle del Prncipe, propiedad de doa Isabel de Pacheco (el Corral de la Pacheca) y un tercero en la misma calle. Las dos cofradas llegaron a un acuerdo sobre el reparto de los locales y de las ganancias. Estos teatros eran, estrictamente, los patios traseros de las casas; apenas tenan comodidades, sin toldos, sin asientos; solamente los que se podan aprovechar de las ventanas de las casas circundantes. En 1574, la compaa italiana de Ganassa logr que se le permitiera construir un teatro en el Corral de la Pacheca. Estamos en 1574. Madrid comienza a sentirse a gusto como capital: le han nacido teatros, crece su poblacin de una manera alarmante, surgen grandes monumentos por todas partes. Y a la vez, le va creciendo el poeta que llenar todas sus exigencias, paralelamente, concienzudamente, sin dejar fuera de su mirada entera nada de lo que la gran ciudad de los Austrias, capital del mundo, le brinda.

El teatro construido en el Corral de la Pacheca, tena cubierto solamente el escenario y los lados del patio con un tejadillo. Sobre el patio, un toldo resguardaba a los espectadores de los rigores del tiempo; en realidad, solamente del sol, ya que, si llova, sola suspenderse el espectculo. En el patio, a pie, contemplaba la representacin un compacto pblico masculino, los mosqueteros de los que dependa la suerte de la comedia y que, con frecuencia, provocaban enormes alborotos. Los balcones y ventanas de los muros de las casas servan, a manera de palcos, para espectadores de ms calidad. Andando el tiempo, se alquilaron muy cumplidamente esos huecos, y hasta se hicieron aposta algunos nuevos: todo se traduca en dinero. Las mujeres tenan reservado un lugar al final del patio, la cazuela, que era una galera independiente. Cuando las cosas fueron mejorando, se construyeron unas graderas de madera, en forma de anfiteatro, colocadas a lo largo de los muros: eran las gradas o bancos. An quedaba otro tipo de localidad: los desvanes, encima de las ventanas o aposentos. Las funciones, que duraban dos horas, o a veces tres, eran siempre por la tarde. Sufrieron distintas reglamentaciones, pero, en general, no las haba todos los das, sino solamente los festivos, y entre semana, un par de veces o tres. El Mircoles de Ceniza se terminaban las funciones, que se reanudaban en el estreno forzoso del Sbado de Gloria, en la Pascua de Resurreccin. Lo ms temible para el autor y para los cmicos eran las furias de los mosqueteros. Estos asistan armados de carracas, pitos, cascabeles, etc., para manifestar su desaprobacin ruidosamente, e incluso, cuando se pretenda combatir al autor, con objetos malolientes alimentos putrefactos, estircol de caballo-, que, arrojados en el patio en el momento oportuno, acababan con la representacin. Tambin era temible el escndalo al manifestar su aprobacin a la comedia. Abundan los testimonios del verdadero pavor que el comportamiento del patio provocaba en algunos escritores: Dios nos libre de la furia mosqueteril!, dice Surez de Figueroa en El pasajero. Ruiz de Alarcn, acostumbrado a numerosas desventuras acaecidas contra l desde el patio, en el prlogo de sus comedias se encara as con esa masa, puntual asistente a las representaciones:

Contigo hablo, bestia fiera, que con la nobleza no es menester, que ella se dicta ms que yo sabra. All van esas comedias, trtalas como sueles, no como es justo, sino como es gusto, que ellas te miran con desprecio y sin temor, como las que pasaron ya el peligro de tus silbos y ahora pueden slo pasar el de tus rincones. Si te desagradaren, me holgar de saber que son buenas, y si no, me vengar de saber que no lo son el dinero que te han de costar.

Pero quiz con este ejemplo que revela la irritacin que Ruiz de Alarcn senta contra el pblico en ese momento, no tengamos una visin certera de ese pblico. S, se podra pensar que era la masa inculta, siempre ostentosa, y en primer lugar en las aglomeraciones de las grandes ciudades. Sin embargo, se trataba de una multitud que, sin lecturas amplias, sin conocimientos exquisitos en ciencia o literatura, tena, adems de la cultura teatral adquirida a fuerza de asistir a todas las representaciones, un horizonte mental de una enorme precisin, claridad y, sobre todo, cohesin. Todos ellos podran diferenciarse y sentirse encontrados en opiniones sobre aspectos secundarios o circunstanciales; pero en los supuestos bsicos necesarios sobre los que se asentaba el vivir de la gran mquina imperial espaola no les caba a ninguno la menor duda, y todos reaccionaban por igual ante determinados hechos. Toda esa masa haba recibido una educacin frrea, idntica, dentro de las normas de la ortodoxia catlica y de la monarqua. Estaban acordes sobre el honor, la hidalgua, las conveniencias, la palabra empeada, el amor. Para todos ellos la leyenda tradicional de la historia o de los sucedidos patrios era la voz de la ms intocable verdad. Saban y estaban convencidos del papel divino que desempeaban en la poltica europea y en la conquista de Amrica. En los labios de todos poda afluir para cada situacin un verso de romance, viejo de siglos y de experiencia, en que apoyar, unnimes, sus decisiones. Era el pueblo, y no el populacho; el pueblo, unin del noble y del villano ante la circunstancia histrica, del seglar y del clrigo ante la preocupacin por la otra vida. En una palabra: todos los supuestos sobre los que se va a asentar el teatro del madrileo Lope.

Pero volvamos a la disposicin del teatro. La afluencia de pblico a las representaciones hizo que las Cofradas decidieran construirse ellas unos locales. En 1579 (Lope tena diecisiete aos) se construy el Teatro de la Cruz, en la calle de ese nombre, teatro que alcanz un gran xito, compartido con el Corral de la Pacheca. El fruto anim a hacer otro ms, el del Prncipe, en 1582 (Lope estar ya estrenando su trato con Filis Elena Osorio-). Este teatro segua el modelo del de la Cruz, y he aqu una descripcin de l: Hicieron tablado o teatro para representar, vestuario, gradas para los hombres, bancos porttiles, que llegaron al nmero de 95; corredor para las mujeres, aposentos o ventanas con balcones de hierro, ventanas con rejas y celosas, canales maestras y tejados que cubran las gradas. Y finalmente, Francisco Ciruela, empedrador, empedr el patio, sobre el cual se tenda una vela o toldo que defenda del sol, pero no de las aguas. Andrs de Aguado, albail, se oblig a hacer cuatro escaleras: una para subir al corredor de las mujeres, con sus pasamanos de ladrillo y yeso, y sus peldaos de madera labrados, y sus cerramientos alrededor de yeso por la parte de abajo, y por la de arriba, ni ms ni menos; de manera que las mujeres que subiesen por la dicha escalera y estuviesen en el mismo corredor no se puedan comunicar con los hombres, y de la mesma manera otras tres por donde se sube a los asientos de los hombres y al vestuario, y as mesmo un aposento en el corral por donde entran las mujeres para una ventana que cae al dicho teatro..., y un tejado a dos aguas encima de la dicha ventana hasta el caballete del tejado del aposento de la calle.

Toda esta complicada maraa de escaleras y pasillos la conocera bien el joven Lope, ya escritor de comedias. Ese teatro del que queda sealada tan enrevesada descripcin, hubo de inaugurarse sin estar terminado, tal era el afn del pblico. Lope lo ira viendo terminarse, adaptarse a los caprichos y a la gritera del pblico. Y para la morfologa de ese teatro, para las particularidades de ese edificio teatral, como Shakespeare para el Globe, escribira Lope.

El teatro, pues, se haba ido convirtiendo en un negocio estimable. Tanto, que el Consejo de Castilla mand que tambin el Hospital General de Madrid entrase a partir en las ganancias. Pero no faltaban remedios. Las Cofradas se arreglaron el privilegio de vender, en sus locales y durante la representacin, agua, frutas, aloja, dulces. Ah hemos de ver el lejano precedente de la costumbre, an viva en nuestras salas de espectculos.

La puesta en escena del espectculo era sencilla. No haba decorado alguno. La mayor parte de las escenas se dividan con una simple cortina de un solo color, cortina que posea el trascendente don de convertirse en todo lo posible y an ms: una huerta, una sala un templo, una encrucijada nocturna. La fantasa del espectador participaba as de la trama con evidente derroche. Los actores se limitaban a salir por un sitio y entrar por otro. Y en esa escapada caban mares, montaas, siglos. En ocasiones, el teatro permita tambin el uso de una galera superior con puertas practicables que hacan las veces de ventanas o balcones para la escena.

En un principio no trabajaban mujeres, y sus papeles los hacan muchachuelos. Ya en 1581 aparecen mujeres en escena. Sobre si deban trabajar o no, como asimismo sobre si deba haber o no comedias (con frecuencia se supriman), hubo un largo debate, de muy vario resultado.

La funcin comenzaba con una introduccin o loa, en ocasiones cantada. Segua la comedia. Entre los dos primeros actos se haca un entrems y entre el segundo y el tercero, se cantaba una jcara. Hubo a veces un fin de fiesta burlesco. A partir de 1620, la loa se suprimi en las funciones ordinarias, poniendo en su lugar la jcara, y en el lugar de la jcara se colocaba un baile, corto entrems o pieza anloga, cantada y bailada. Las tonadillas aparecieron mucho ms tarde. La comedia central, si era de indudable calidad, se mantena en cartel unas ocho representaciones. Las otras, mucho menos.

Los primeros actores que representaron en las ciudades espaolas debieron de ser italianos. Compaas profesionales espaolas no aparecen hasta 1575. Esos actores italianos seran, como es de esperar, muy dados a la Commedia dell'Arte, y de ellos Lope debi recibir el afn de la improvisacin, del gesto rpido y oportuno. As, en las primeras comedias lopescas abundan los nombres de personajes italianizantes, que hacen pensar en recuerdos muy cercanos: Flavio, Fortunio, Silvana, Lelio, Curcio. Esas compaas italianas haban dejado su lugar a espaolas, que ya a fines del XVI eran por lo menos ocho. En 1615 haba doce compaas teatrales profesionales.

El empresario o director de tales compaas se llamaba autor. Adems de estas compaas, que ya trabajaban en escenarios que hemos de considerar los mejores que haba, quedaban por el campo de la vida espaola cmicos de menor importancia como organizacin, pero de sin iguales trabajos, que, errantes, representaban la supervivencia de los medievales farsantes. Ha llegado hasta nosotros la deliciosa descripcin que de estos tipos de cmicos hizo Agustn de Rojas Villandrando, en su Viaje entretenido, publicado en 1602: Habis de saber que hay bulul, aque, gangarilla, cambaleo, garnacha, bojiganga, farndula y compaa [] El bulul es un representante solo, que camina a pie y pasa su camino, y entra en el pueblo y habla al cura, y dcele que sabe una comedia y alguna loa, que junte al barbero y sacristn y se la dir porque le den alguna cosa para pasar adelante. aque es dos hombres... hacen un entrems... tocan el tamborino, cobran a ochavo... duermen vestidos, caminan desnudos... esplganse el verano entre los trigos... Gangarilla ya es ms gruesa... tres o cuatro hombres... un muchacho que hace de dama... duermen en el suelo... representan en cualquier cortijo... Cambaleo es una mujer que canta y cinco hombres que lloran; estos traen una comedia, dos autos, tres o cuatro entremeses... llevan a ratos a la mujer a cuestas... representan en los cortijos por hogaza de pan, racimo de uvas y, olla de berzas... Garnacha son cinco o seis hombres, una mujer que hace la dama primera y un muchacho la segunda... llevan cuatro comedias, tres autos, y otros tantos entremeses... el arca en un pollino, la mujer a las ancas gruendo y todos los compaeros detrs arreando... Estn ocho das en un pueblo, duermen en una cama cuatro... En la bojiganga van dos mujeres y un muchacho, seis o siete compaeros, y an suelen ganar muy buenos disgustos... Farndula es vspera de compaa... tres mujeres, diez y ocho comedias... entran en buenos pueblos... En las compaas hay todo gnero de gusarapas y baratijas... y hay gente muy discreta... y aun mujeres muy honradas (que donde hay mucho es fuerza que haya de todo)... diez y seis personas que representan, treinta que comen, uno que cobra y Dios sabe el que hurta....

Abundan los testimonios literarios que aluden a estos cmicos, herederos de la tradicin medieval y renacentista que iban de pueblo en pueblo, con su repertorio de herosmos y de palabras enamoradas por todo alimento. Entre ellos, el encuentro de Don Quijote con la carreta de Las cortes de la muerte en el captulo XI de la Segunda Parte.

La escenografa se fue complicando y lleg a ocupar un lugar importante en los ltimos aos de la vida de Lope (y es fundamental en el teatro del ciclo calderoniano), con gran disgusto por parte del Fnix que estaba acostumbrado a conjurar todo lo que hiciera falta con sus palabras. En 1626, bajo Felipe IV, se encarg de la escenografa al florentino Cosimo Lotti, pintor y escengrafo de poderosa inventiva. Este artista arregl los teatros de los Sitios Reales, especialmente el del Buen Retiro, con enorme suntuosidad. Lope siempre fue enemigo de las tramoyas complicadas. Cuando en una ocasin una pieza suya, La selva sin amor, fue representada con cuidada escenografa, Lope no deja de decir su parecer, aunque se sintiese halagado, y no son raras frases de este tipo: ...aunque lo menos que en ella hubo fueron mis versos.... Narra los artificiosos decorados, un mar en perspectiva, que descubra a los ojos (tanto puede el arte) muchas leguas de agua hasta la ribera opuesta... peces que fluctuaban segn el movimiento de las ondas... El bajar los dioses y las dems transformaciones requera ms discurso que la gloga, que, aunque era el alma, la hermosura de aquel cuerpo haca que los odos se rindiesen a los ojos.

Toda esta limitacin del escenario es una franca supervivencia medieval. Vossler ha sealado muy certeramente el sentido de trascendencia hacia un ms all que todo tena para el espaol medio del tiempo: el sentido de lo simblico era muy claro y operante. La herencia de la escena medieval, no slo se conserv en Espaa como espacioso tablado con su parte destinada al cielo y al infierno y las necesarias mansiones terrenales, sino, sobre todo, como forma de visin, como sentido para lo simblico, como costumbre de no tomar al pie de la letra los fenmenos y el orden de la representacin en el tiempo y en el espacio, sino refirindolos a un ms all, interpretndolos espiritualmente. Los espectadores, adiestrados por las doctrinas de la Iglesia y las santas imgenes en esta clase de interpretaciones, se contentan con cualquier decoracin escnica y se adaptan de buena voluntad a todo artificio escnico, ya sea rgido y primitivo o fastuoso y animado.

Al lado de estos escenarios elementales y pobres, donde un par de rboles de cartn representaban el bosque, y una o dos fachadas mal pintadas eran la ciudad (y esto slo en casos excepcionales) haba la complicada disposicin y realizacin de los autos sacramentales, con sus carretas mviles, trasladables, que permitan la representacin de varias cosas a la vez, y dar una muy notoria flexibilidad a las mutaciones. El tpico auto espaol surgi en los aos de la Contrarreforma, y encierra una exposicin del misterio de la Eucarista, por esos aos tan debatido. Esto se haca con lujo de medios, especialmente en las grandes ciudades. Varios carros se agrupaban en torno a un tablado principal, con lo que aumentaba prodigiosamente la posibilidad de entradas y salidas, etc., de movimiento, en una palabra. Los carros es muy posible que estuviesen influidos por los de triunfo y procesin muy corrientes en Italia, a los que ahora, al vestirlos de religiosidad y de milagrera ultraterrena, se les dot de mayor pompa, ms honda calidad de magia y de misterio. La festividad del Corpus Christi se llenaba as de significacin y de vida. La Corona, a partir de Felipe III, protegi visiblemente la realizacin de la fiesta, aumentndola en brillo, y los municipios se encargaron de la preparacin y ejecucin de los Autos. Una Junta se encargaba de todo lo relacionado con las representaciones, con lo cual el escritor estaba mucho ms despreocupado que en las comedias normales, pues no se le planteaban problemas de orden tcnico.

Las Comedias, con su visin y dramatizacin de las leyendas nacionales, vinieron, en cierta forma, a sustituir al Romancero. Y el propio Romancero pas a la escena: Juan de la Cueva, anterior a Lope, fue el primero que recurri a l, con la tragedia sobre los Infantes de Lara. La primera comedia que conocemos de Lope (la nica en cuatro actos), Los hechos de Garcilaso de la Vega y Moro Tarfe, que debi de escribirse antes de 1585, emplea el romancero en su trama. Tambin lo hizo en otras varias posteriores. El teatro volvi su mirada decidido a los temas nacionales. La antigedad se retir del campo de lucha, refugindose en los libros de los sabios, o tuvo que resignarse a ser interpretada de un modo bien distinto a su empaque nativo. El mundo pastoril, en sus novelas, glogas, etctera, tambin encontr un refugio. Pero del teatro desapareci muy pronto. Los temas sagrados, que haban sido cultivados durante la primera mitad del siglo XVI, en loas, autos, etc. (la herencia de Juan del Encina, de Lucas Fernndez, de Gil Vicente), se fueron materializando en otros tipos de religiosidad, predominando el sistema de actualizar, desde un ngulo de sencillez terrena, el misterio religioso, la voz de la gracia. Todo se fue relegando a una zona de erudicin o de inactualidad, para dejar paso a la brillante verdad del teatro, que hizo de todo una visin, un espejo, de la vida.

Tambin fracas el intento de acomodar las tragedias humansticas. Juan del Encina, y en cierta forma Torres Naharro, lo haban intentado. Hoy los nombres fieles a ese sistema quedan relegados a la erudicin o a las curiosidades de los historiadores. Pero no concebimos de manera alguna su mensaje. Juan de la Cueva, que empez con tragedias de temas antiguos, recay en lo popular. Y en su Ejemplar potico expone ideas que andan muy cerca, en lo esencial, de las de Lope.

Cervantes haba escrito comedias. Su afn habra sido el de ser un trgico, no un novelista. Resulta interesante por dems la actitud de Cervantes, renunciando a la tarea de dramaturgo por reconocimiento de las excelsas calidades de Lope. Sin embargo, en La Numancia, Cervantes haba logrado la fusin del sentido de la tragedia antigua, de corte clsico, con el colectivo mensaje de la realidad espaola. En fin, por numerosas vas, que vemos venir, desde dentro y desde fuera, se va dando extraamente, como un prodigio ms, la conjuncin de caminos y de actitudes que lleva a una confluencia: Lope de Vega. El tiempo, las modas, las necesidades materiales, las curiosidades literarias, todo se va disponiendo para dejarle paso, milagrosamente casi, en la escena. Una vez llegado a ella, la va a llenar durante medio siglo gloriosamente. Las bizarras de Belisa, su ltima comedia, tiene el frescor y la verdad que puede tener cualquiera otra escrita diez, veinte o treinta aos antes.

Antes de Lope: Precursores renacentistas

La polmica entre los seguidores de las unidades clsicas de la retrica aristotlica accin, espacio y tiempo: una sola accin desarrollada en un da en un solo espacio- y sus contraventores ha levantado una polvareda que quiz ha imposibilitado la visin clara de muchas cosas. Lope no decidi, realmente, su manera de hacer teatro, sino que se la encontr ya presentida. El problema de las unidades es secundario: lo importante era mirar el mundo, la circunstancia, y sacar de ella los conflictos universales. Y esto ya lo haba hecho Lope de Rueda, a quien Lope recuerda con elogio, al que Cervantes cita con amor y nostalgia, al que celebran como padre del teatro multitud de escritores agudos de su tiempo. En Lope de Rueda se daba junta la doble circunstancia de ser autor y representante l mismo, y haber recorrido ciudades y ciudades de Espaa representando, mirando. Tena Lope de Vega este ejemplo vivo y fructfero de cmo es menester entregarse al pblico, cmo la escena impone tambin sus condiciones. En lo que a teatro se refiere, eso era lo ms inmediato y deslumbrante que la especial naturaleza del Fnix haba conocido, ya que La Celestina otra influencia para su literatura dramtica- era un libro de pura lectura, venero de experiencias interiores, como lo prueban las huellas que deja en Lope, pero no algo que entre por los ojos, con el timbre de voz de cada da.

Con Lope de Rueda logr la escena espaola, gracias a la conjuncin en una sola persona del autor y el representante, improvisador y empresario, un estrecho contacto con la realidad. Y a la vez, dado el origen italianizante de sus tramas y de su ademn teatral, no perda de vista muchas cosas que el Renacimiento haba puesto en circulacin. Se juntaban ya en l las corrientes que veremos plenas de sentido y resueltas en frutos en la obra de Lope de Vega. De esa vertiente renacentista, de unin del autor y el representante (como Shakespeare y Johnson en Inglaterra; Fiorillo en Italia; o Molire en Francia), Lope de Rueda fue en Espaa la experiencia con ms valiosos resultados.

Pero queda una identificacin an ms fructfera para el lado espaol de la comedia: la del autor teatral con el hombre de religin. Ms vieja, ms remota unin que la del autor y el actor. Con el Renacimiento esa unin se quebranta en muchos sitios o cambia de signo. En Espaa sigue fluyendo, viva, recreadora, y hasta podramos decir que se anuda con nuevas dimensiones. La lista de religiosos, curas y frailes, que en los siglos XVI y XVII escribieron para el teatro espaol, es magnfica y brillante sin par: Encina, Naharro, Castillejo, Palau, Cueva, Bermdez, Argensola, Amescua, Valdivielso, Trrega, Montalbn, Arteaga, Diamante, Villaviciosa y muchos ms, eclipsados todos por los tres astros: Lope de Vega, Tirso de Molina y Caldern de la Barca. Desde que la Compaa de Jess cultiv el teatro en sus escuelas de latn, puede decirse que la participacin de la gente de hbito en la produccin escnica se generaliz. Por muy impetuosamente que afluyesen desde el mundo antiguo y desde Italia, antiguos y profanos temas y formas eran impulsados al viejo lecho que la corriente eclesistica y popular abriera. Los reparos opuestos reiteradamente por gentes posedas de celo religioso a la admisibilidad o a los abusos de las representaciones dramticas (sobre todo entre 1586 y 1600) fueron arrollados o pudieron ser sorteados. Una vez que Lope hubo alcanzado sus primeros xitos, los defensores de las categoras aristotlicas de tiempo y espacio fueron desodos o se ri de ellos la gente.3.- Concepcin teatral:

El Arte Nuevo de hacer Comedias()

Acomode los versos con prudencia

a los sujetos de que va tratando:

las dcimas son buenas para quejas;

el soneto est bien en los que aguardan;

las relaciones piden los romances,

aunque en otavas lucen por extremo;

son los tercetos para cosas graves,

y para las de amor, las redondillas;

las figuras retricas importan,

como repeticin o anadiplosis,

y en el principio de los mismos versos

aquellas relaciones de la anfora,

las ironas y adubitaciones,

apstrofes tambin y exclamaciones.

El engaar con la verdad es cosa

que ha parecido bien, como lo usaba

en todas sus comedias Miguel Snchez,

digno por la invencin de esta memoria;

siempre el hablar equvoco ha tenido

y aquella incertidumbre anfibolgica

gran lugar en el vulgo, porque piensa

que l solo entiende lo que el otro dice.

Los casos de la honra son mejores,

porque mueven con fuerza a toda gente; ()

En el metatexto Arte Nuevo de hacer comedias podramos encontrar un resumen de la concepcin teatral lopesca. Analizamos aqu los principales rasgos de la esttica propuesta por su autor: su resignificacin del drama, sus partes, el lenguaje y la temtica, con los que rompe con la postura neoclsica del siglo XVI y domina la esttica teatral del siguiente siglo, perpetundose en el teatro de Caldern, Tirso o Moreto.

Todo el teatro de Lope supuso una rebelda frente a las normas cultas, eruditas, de la escena hasta entonces literaria, es decir, contra las normas que l aprendera en los tratados de retrica y potica que manejase, ya nio, en el Estudio Imperial de los Jesuitas, y ms tarde en la Universidad de Alcal. Una codificacin que someta al Arte riguroso de las unidades de lugar, tiempo y accin todo el desenvolvimiento de la comedia. Lope de Vega era consciente de este problema y sabedor de la superioridad de sus procedimientos. En Lo fingido verdadero, omos el siguiente dilogo:

CARINO

Representa como sueles,

que yo no gusto de andar

con el arte y sus precetos.

GINS

Cnsanse algunos discretos.

CARINO

Pues djalos t cansar;

deleita el odo y basta,

como no haya error que sea

disparate que se vea.

En 1620, en la dedicatoria de La mal casada, dirigida a un jurista ilustre, don Francisco de la Cueva, dice el Fnix: Atrevimiento es grande dar a luz en nombre de vuestra merced esta comedia, pues sindole tan notorios los preceptos, no le ha de parecer disculpa haberse escrito al uso de Espaa, donde fueron culpados de su mala observancia los primeros por quien fue introducido... En ellos tuvo principio; no ha sido posible corregirle en tantos aos, as en los que las oyen como en los que las escriben, pues aunque se ha intentado, sale con infelice aplauso las ms veces, dando mayor lugar a los espectculos y invenciones brbaras que a la verdad del arte, tan lamentada de los crticos intilmente. Cuatro aos ms tarde, en la dedicatoria de Virtud, pobreza y mujer, hecha al poeta italiano Juan Bautista Marino, expresa con toda precisin: En Espaa no se guarda el arte, ya no por ignorancia, pues sus primeros inventores, Rueda y Navarro, le guardaban, que apenas ha ochenta aos que pasaron, sino por seguir el estilo mal introducido de los que les sucedieron.

Sin duda alguna, en los medios cultos, la comedia de Lope tena que ser atacada. Abundan testimonios de Lope que as lo reflejan. El teatro de Lope estaba en franca rebelda frente a las minoras acadmicas partidarias de la rgida retrica y del respeto a la tradicin grecolatina. La polimetra abrumadora, la reparticin de las escenas en lugares muy alejados y el salir los personajes en diferentes pocas de su vida era una larga serie de herejas contra la norma aristotlica. Lope se crey en la necesidad de escribir una especie de justificacin o de disculpa de su teatro. En 1609, a los cuarenta y siete aos, Lope public el Arte nuevo de hacer comedias en este tiempo, poema en endecaslabos sueltos, inestimable para ver lo que l pensaba, en la cumbre de su madurez y de su facilidad creadora, sobre su teatro.

Muchas veces, en prlogos y cartas alude a que escribe por dinero, y no le importa lo que digan los crticos; que sus versos son mercantiles, etc. Desprecia siempre que puede al auditorio, y, en fina mezcla de socarronera y verdad, le llama brbaro e ignorante. Del mismo Arte nuevo son los versos que se han convertido ya en muletilla de cualquier aficionado a la literatura espaola:

y escribo por el arte que inventaron

los que el vulgar aplauso pretendieron;

porque, como los paga el vulgo, es justo

hablarle en necio para darle gusto.

Sin embargo, no es tan ligera broma el Arte nuevo. Si tiene alguna concesin a las circunstancias, tiene tambin muchas afirmaciones tiles, necesarias de todo punto para la comprensin de la comedia lopesca, hechas, por aadidura, por la persona ms capaz para hacerlas: nada menos que por el fundador de todo un sistema de dramaturgia que alcanz el ms alto nivel: el de ser expresin total de una colectividad.

El Arte Nuevo debe ser considerado con cuidado y generosamente, ya que es la justificacin hecha por el hombre que llev a cabo una de las aventuras artsticas ms importantes de los tiempos modernos, como es la creacin de un teatro nacional.

Tradicin e innovacin: El Romancero

Cuando Lope nace a la produccin potica, el romancero era la expresin ms clara de una poesa natural, que brotaba lozana y espontnea, sin necesidad de primores ni de cultivos extraos. Muchos de sus romances fueron recogidos por el Romancero general. Cuando este romancero se reedit en 1604, el prlogo encareca la calidad de la poesa natural, la romancstica, que no se preocupaba de las imitaciones y adorno de los antiguos. Por el contrario, son manifestacin de un mpetu altsimo, que no excluye las preocupaciones del Arte, sino que las vence, pues lo que la naturaleza acierta sin el arte es lo perfecto. Ideas parecidas se encuentran fcilmente por Europa, como consecuencia de la valoracin renacentista y neoplatnica de la naturaleza, de donde haba salido exaltada. Lope estaba lleno de estas ideas, ya desparramadas y diluidas en la cultura general de mediados del siglo XVI. Lope conoca el dicho ciceroniano de que eran mejores las [cosas] que la naturaleza haca que las que el arte perficionaba. Por eso justifica la aparicin de unos romances entre otras poesas en verso largo (aparte de decir que l juzga anlogo y aun superior ese verso a los italianos que habieran sido introducidos en Espaa en el Renacimiento por Juan Boscn y, sobre todo, Garcilaso de la Vega), de esta manera: y soy tan de veras espaol, que por ser en nuestro idioma natural este gnero, no me puedo persuadir que no sea digno de toda estimacin. Si ahora recordamos en qu honda y misteriosa profundidad del teatro y de la obra de Lope est infiltrado el Romancero, no nos extraar que tambin el teatro sea una poesa natural, alejado de los tratadistas y retricos. Y, sin embargo, esa va de lo natural es tambin renacentista, como lo era la erudita y libresca de las unidades clsicas. Lope escoge esta va de lo natural, la que mejor iba con su ndole propia, y abandona la otra, que acaba por extinguirse, vaca de sentido, o reaparecer solamente en perodos de erudita exacerbacin. Lope no se cans en toda su vida de predicar, con elogio, este camino, valorndolo como inspiracin innata, comparndolo con la fertilidad de la Naturaleza: la abundancia, que algunos desestiman, a m me persuade con el ejemplo de los campos; que el concierto breve de los cultivados jardines es inferior a la inmensa copia de la naturaleza, que en su variedad ha puesto hermosura.

Frente a natural, en tiempo de Lope, arte significaba el artificio con que el poeta poda perfeccionar lo que la naturaleza daba; para Lope, adems, significaba arte los preceptos tradicionales para guiar al escritor, encauzarle, preceptos intiles en su mayora. Que Lope lo saba muy bien lo revelan testimonios de sus comedias. En Del mal, lo menos, se lee:

hay preceptos en los cuentos,

hay arte tambin o artesa,

que hay personas que sin arte

no escribirn a su abuela,

porque lo manda Platn

y Aristteles lo ensea.

Y en otro pasaje de la ya recordada Lo fingido verdadero, lo leemos sin que nos quede reserva alguna:

-Quieres el Andria de Terencio? -Es vieja.

-Quieres de Plauto el Mlite glorioso?

-Dame una nueva fbula que tenga

ms invencin, aunque carezca de arte,

que tengo gusto de espaol en esto,

y como me lo d lo verosmil,

nunca reparo tanto en los preceptos,

antes me cansa su rigor, y he visto

que los que miran en guardar el artenunca del natural alcanzan parte.

Ya sabemos que para Lope, Naturaleza es ms que Arte. Y, de alguna manera tambin, la nobleza, lo generoso del espritu, ms valioso que la simple virtud, normativa o hueca. Y efectivamente: en esas estimaciones totales, con una sola parcelacin, Lope destaca que el delito de amores es siempre perdonable, siempre justificado. Tambin el amor es natural: El Lope que tantas y tantas encontradas opiniones hallara por su natural apasionado lo sabe: Ya estos delitos mos corren con mi nombre; gracias a mi fortuna, que no me han hallado otra pasin viciosa, fuera del natural amor. Y estos yerros, como tantsimas veces a lo largo de sus comedias, eran yerros muy dignos de alcanzar el perdn. Si tantas veces estamos viendo cmo en Lope de Vega vida y literatura andan aunadas, estrechamente entrelazadas, no nos puede extraar nada este estrecho correlato entre lo natural de su mejor creacin y lo natural de sus yerros.

En consecuencia: despus de estas observaciones, queda claro que Lope ve la relacin entre lo vital y lo literario. La virtud se puede atropellar, especialmente por el amor, y entonces la nobleza es un gran refugio. El arte puede, y an debe, ser violado o menospreciado, para conseguir esa poesa alta, sin trabas, que proyecta, caudalosa, la naturaleza.

Con todos estos supuestos, el Arte Nuevo se perfila agudamente. Los cnones no podan servirle a Lope ms que para coartar lo mejor de su prodigiosa fluencia, y para desfigurar la vida que l vea a su alrededor, contradictoria, entremezclada y siempre natural y portentosa. El verso recordado, en el que se dice que los que miran de guardar el arte nunca alcanzan parte del natural, es definitivo y clarividente. El Arte Nuevo se declara no guardador del respeto a la potica aristotlica, para mejor reflejar lo natural y as dar cabida en el teatro, a la vez, a lo cmico y a lo trgico, lo noble y lo plebeyo. Este tipo de comedia era anatematizado por todos los tratadistas renacentistas, que llamaban a su fruto monstruo hermafrodito. Lope, bromeando, se hace dueo de ese calificativo y desva el cauce con eficacia hacia su creacin:

[...] es forzoso

que el vulgo con sus leyes establezca

la vil quimera deste monstruo cmico.

Lessing, en su Dramaturgia, ya en las puertas del romanticismo del XIX, valor y destac este fragmento del Arte Nuevo, viendo que Lope probaba la superioridad de la imitacin de la naturaleza. El Arte Nuevo, entre broma o no broma, arrincona toda la preceptiva neoaristotlica, reverencialmente acatada en todas partes, y descubre que la mezcla de lo trgico y lo cmico es del agrado del hombre moderno. En esos versos se est estrenando una fuente nueva de belleza o de placer esttico hasta entonces desconocida. Despus de declarar esta falta de respeto a los preceptos,

[...] pues contra el Arte

me atrevo a dar preceptos y me dejo

llevar de la vulgar corriente, adonde

me llamen ignorante Italia y Francianos encontramos con la segunda afirmacin importante del Arte Nuevo: el gusto o placer motivado por la obra literaria ha de ser norma superior a cualquiera otra. Necesidad que da sentido al instruir deleitando renacentista.As es como Lope impone en el teatro leyes hasta entonces desusadas, que colmaran de indignacin a los buenos observadores de la tradicin cultural grecolatina: el ordenar el inters de la trama con arreglo al mantenimiento de la intriga; la polimetra del verso; el no hacer caso de las unidades clsicas (unidad de espacio, tiempo y accin), etc. En lo que a las unidades se refiere, Lope declara su acatamiento a la unidad de accin. Las otras dos son consideradas intiles y molestas. Se declara partidario de poner en la comedia todo cuanto interese y divierta al espectador; recordemos la identificacin de Lope con su pblico, y esto es lo que hay que leer en los versos famosos, ya citados atrs:[...] es justo

hablarle en necio para darle gusto.

Interpretarlos desde el lado vulgar es olvidarnos de quin los escribi, con su conciencia plena de transformador, de rebelde. No poda pensar solamente lo negativo quien, versos despus, aade, orgulloso de su trabajo:

Pero qu puedo hacer si tengo escritas

con una que he acabado esta semana

cuatrocientas y ochenta y tres comedias?

Porque fuera de seis, las dems todas

pecaron contra el arte gravemente.

Sustento en fin lo que escrib, y conozco

que, aunque fuera mejor de otra manera,

no tuvieran el gusto que han tenido:

porque a veces lo que es contra lo justo,

por la misma razn deleita el gusto.

Por otra parte, no se debe pedir al Arte Nuevo una erudicin improcedente. Lo que en l se dice est respaldado por los tratadistas ms en circulacin de su tiempo. Lope no se empeaba en desentraar a Aristteles, como har despus Corneille, porque no lo necesitaba. Corneille es un sbdito de la retrica antigua; Es intil comparar el Arte Nuevo con el manifiesto del Cromwell, de Victor Hugo (otra concepcin potica sobre el arte), al que acostumbramos a juntar la victoria romntica. No: Victor Hugo rea una batalla triunfal, pues la victoria romntica estaba obtenida ya en Alemania y en Inglaterra, mientras que Lope no era posible soase con derribar de un primer golpe las aras del clasicismo, que no podrn caer sino dos siglos despus. Y digamos que Victor Hugo recordaba, en ocasin memorable (el Prefacio del Cromwell), los versos del Arte nuevo:

y cuando he de escribir una comedia

encierro los preceptos con seis llaves.

En consecuencia, el Arte nuevo es el acto por el cual Lope saca la comedia de las pginas envejecidas de los retricos para llevarla, con todo mimo, en medio de la vida. Y esto desde sus principios hasta la ltima comedia escrita, sin desmayos que alterasen su decidido caminar. Dice en El remedio en la desdicha:Hacer versos y amar,

naturalmente ha de ser,

4.-

La obra de Lope de Vega

Ningn problema tan difcil de resolver satisfactoriamente como el que plantea la necesidad de presentar con cierto rigor metodolgico la inmensa produccin de Lope de Vega. Cmo ordenar, previamente, esa ingente e intrincada selva teatral, sin dejar fuera ningn aspecto importante?RUIZ-RAMN, Francisco: Historia del teatro espaol. Desde sus orgenes hasta 1900, Ctedra, Madrid, 1979

La inmensa produccin dramtica de Lope de Vega fue publicada en 25 tomos o partes, en la siguiente forma: los ocho primeros salieron a la luz sin la intervencin de Lope, segn se deduce del prlogo que encabeza la Parte IX, donde Lope se queja de las intervenciones de libreros, etc., y de que sus obras no fueran en realidad suyas: Viendo imprimir cada da mis comedias de suerte que era imposible llamarlas mas, y que en los pleitos de esta defensa siempre me condenaban los que tenan ms solicitud y dicha para seguirlos, me he resuelto a imprimirlas por mis originales; que aunque es verdad que no las escrib con este nimo, ni para que de los odos del teatro se trasladaran a la censura de los aposentos, ya lo tengo por mejor que ver la crueldad con que despedazan mi opinin algunos intereses. ste ser el primer tomo, que comienza por esta novena parte, y as irn prosiguiendo los dems. Lope imprimi por s mismo las partes IX a XX; su yerno, Luis de Ustegui, imprimi hasta la XXV. Otros tomos se llaman extravagantes, fuera de la serie impuesta. Adems, muchas comedias han llegado a nosotros en ediciones sueltas, donde abunda la irrespetuosidad para con el texto original, mediante adiciones, retoques, supresiones de trozos enteros por razones de la adaptacin a escena, etc. Se conservan adems manuscritos de comedias de Lope en las bibliotecas Nacional y Real de Madrid, en la de Parma, en Londres, Estados Unidos y Viena. Entre estos manuscritos hay algunos autgrafos.

Para clasificar el teatro de Lope de Vega podis usar la propuesta terica de varios autores. Si los estudiis detenidamente veris que todos guardan un denominador comn, y que las pequeas diferencias son de criterio personal. Pero, si por ejemplo, podis clasificar la obra Fuenteovejuna por los criterios de ms de dos tericos, demostrarais un nivel de conocimiento que muy probablemente estara por encima de la media para el examen de la Resad. Por ejemplo, segn Ruiz Ramn, Fuenteovejuna corresponde a los Dramas de poder injusto, aunque Alonso Zamora Vicente prefiere clasificarlo dentro del bloque temtico Comedia de historia y leyendas espaolas. Os podis estudiar una clasificacin solamente si queris (la de Ruiz Ramn es de las ms sencillas y de las ms utilizadas), pero aunar material de varios estudiosos es siempre ms interesante.

CLASIFICACIN segn ALONSO ZAMORA VICENTE

Se trata, bsicamente, de una clasificacin temtica y/o por las fuentes de las que parte el argumento.Autos y piezas cortas

Comedias religiosas

Comedias mitolgicas

Adonis y Venus, El Vellocino de Oro, El Amor enamorado.Comedias sobre historia clsica

Comedias de historia extranjera

Comedias de historia y leyendas espaolas

El mejor Alcalde, el Rey, La Estrella de Sevilla, El mdico de su honra, Peribez y el Comendador de Ocaa, El Duque de Viseo, Fuente Ovejuna, La Serrana de la Vera, El Alcalde de Zalamea (antecesora de la de Caldern) etc.Comedias pastoriles

Comedias caballerescas

Comedias extradas de novelas

El castigo sin venganza, El anzuelo de Fenisa,etc.

Comedias de enredo y de costumbres (amor, capa y espada, etc.)

La dama boba, El acero de Madrid, Las bizarras de Belisa, Santiago el Verde, La noche toledana, El perro del hortelano, La moza de cntaro, La hermosa fea, Amar sin saber a quin, El mayor imposible, La discreta enamorada, El rufin Castrucho, La noche de San Juan, etc.

CLASIFICACIN segn MARCELINO MENNDEZ PELAYOQuien fuera uno de los primeros editores modernos del teatro lopesco, dividi sus obras en cinco grandes bloques:Comedias religiosas De historia testamentaria extrada del Antiguo o Nuevo testamento-, vidas de santos y leyendas piadosas. La creacin del mundo (1631-35). La hermosa Ester (1610). Barlaan y Josafat (1611) [sobre Buda]. El divino africano (1610), sobre la vida de San Agustn. San Isidro de Madrid (1604-06). San Diego de Alcal (1613). Tambin tiene autos sacramentales como El tirano castigado, obra de la que se conserva hoy una copia manuscrita de Ignacio de Glvez.Comedias mitolgicas y de historia antigua y extranjera Inspiradas fundamentalmente en las Metamorfosis de Ovidio. Son dramas cortesanos, escritos para la alta aristocracia. A veces los mismos reyes o nobles actuaban en ellas. Tambin son llamadas "comedias de teatro, comedias de cuerpo, o comedias de ruido", pues se daba gran importancia a los efectos teatrales de la puesta en escena [vestuario, escenografa con efectos de tramoya como el deus ex machina-, efectos sonoros, etc]

Adonis y Venus. El vellocino de oro (1620). El laberinto de Creta (1612-15). Entre las de historia extranjera, El duque de Viseo [1608-09]. Roma abrasada (1598-1600). El gran duque de Moscovia (1606). La reina Juana de Npoles (1597-1603).Comedias de recuerdos y tradiciones histricas espaolas. Se fundan en estereotipos culturales espaoles. El villano en su rincn (1614-1616), sobre la vida rural de Juan Labrador, que desarrolla el tema del beatus ille. La campana de Aragn (h. 1600), recoge la leyenda de la Campana de Huesca, e historia los reinados de Pedro I de Aragn, Alfonso I el Batallador y Ramiro II el Monje. Castelvines y Monteses (1606-12), basada sobre una novela del italiano Bandello, utilizada por Shakespeare para su Romeo y Julieta. En la obra de Lope los amantes terminan casndose y las familias quedan en paz. Comedias de pura invencinCaballerescas, pastoriles, novelescas y de origen incierto. A finales del siglo XVI romances populares empezaron a ser publicados en Espaa; tenan su origen en la Edad Media y son de tradicin oral, y se recopilaron en el Romancero general (1600). De estas historias, en muchos casos,

El caballero de Olmedo (1622), sobre tiempos de Juan II (1406-54), El Perro del Hortelano, La Dama Boba, etc

Las pastoriles son de imitacin italiana renacentista, principalmente inspiradas en la Arcadia de Sannazaro y las glogas de Juan del Encina y Garcilaso de la Vega, la Diana de Jorge de Montemayor, etc. El pastor Fido (1585).Comedias de costumbres (de malas costumbres, urbanas y palatinas).

Las Bizarras de Belisa, El Acero de Madrid, Las Ferias de Madrid, etc

AUBRUN reduce la categora temtica de la comedia lopesca a tres grupos: el amor, el honor y la fe. FRANCISCO RUIZ RAMN, sin embargo, prefiere hablar de Dramas del poder injustoEn torno al ejercicio injusto del poder por parte de un poderoso, que puede ser un noble que abusa de villanos o el mismo rey abusando de nobles. Dramas centrados en el villano noble, honrado y virtuoso elevado a la categora de hroe. En torno a un sentimiento de la honra, adscrito al ncleo ntimo del individuo. En estos dramas, Lope aporta una visin espiritual del hombre coherente con la concepcin renacentista, humanista, del mundo pero adems, crea una nueva imagen teatral del hombre: genera una manera nueva de entender al ser humano en escena.El mejor alcalde, el Rey; Peribez y el Comendador de Ocaa; Fuenteovejuna; El Duque de Viseo; La Estrella de Sevilla

Dramas de honor En los que el ser individual entra en conflicto con el ser social: la naturaleza humana en conflicto con las reglas y convenciones, con los cdigos del honor y la honra. Este tema del honor mancillado ser brillantemente desarrollado por Caldern.

El castigo sin venganza

Dramas de amor y muerteEl Caballero de OlmedoComedias del amorRuiz Ramn ana en este bloque todas aquellas piezas que, llamadas por otros de costumbres, de capa y espada o de enredo, reflejan la vida de la villa y corte, en las que el escenario predilecto son las casas, plazas y calles de Madrid an cuando este Madrid sea transmudado en, por ejemplo, el imaginario Condado de Belflor- y en las que, siempre, el motor dramtico es el amor. La dama boba, El perro del hortelano, Las bizarras de Belisa, El acero de Madrid, La noche toledana, La moza de cntaro, Santiago el Verde, La nia de Plata, La viuda Valenciana, etc

Obra NO dramticaObra en prosa

La Arcadia

Los pastores de Beln

El peregrino en su patria

Novelas a Marcia Leonarda

La Dorotea

Poemas narrativos

La Gatomaquia

Obra lrica

Romances

Sonetos

Letras para cantar

Epstolas, glogas, canciones

5.- Caractersticas del Teatro de Lope de Vega Aprovechando hallazgos de precursores como los valencianos citados ms arriba, Lope de Rueda, Juan de la Cueva, o La Celestina, fija la frmula de la comedia (nombre genrico dado a cualquier pieza teatral larga), que obtiene una triunfal acogida popular. Quebranta las unidades de lugar, tiempo y accin, exigidas por los preceptistas (y tambin por escritores como Cervantes, frustrado como autor dramtico por el triunfo de Lope). Y mezcla lo cmico y lo trgico tratando, dice, de imitar a la naturaleza. Al servicio de este ideal, forja la figura del donaire -o gracioso-, que media con su sentido comn y su buen humor entre los espectadores y la escena.

Al postular tal mezcla, renuncia a la tragedia (El castigo sin venganza podra considerarse, sin embrago, excepcin a esta regla) y se predispone para componer comedias propiamente dichas, y tragicomedias, entre las que destacan las de comendadores, con asuntos de honra.

Escribe en verso, con variedad de metros (predomina el octoslabo y, en menor medida, el endecaslabo) y estrofas conforme a las exigencias de la peripecia.

Adopta la divisin en tres actos o jornadas.

Acoge temas de muy variada naturaleza, sumindolos en un clima intensamente espaol: de historia antigua (El esclavo de Roma) y extranjera (El gran duque de Moscovia), religiosos (La buena guarda), mitolgicos (El laberinto de Creta), de enredo inventado (El acero de Madrid, La dama boba y El perro del hortelano), etc. Especialmente importantes son las obras inspiradas en temas de la Historia y leyendas espaolas, con que contribua a la forja de una conciencia nacional quiz como Shakespeare, segn Harold Bloom, invent o defini lo humano, Lope defini lo espaol, la identidad espaola, pues probablemente, ningn otro escritor ha interpretado tan profundamente a su pueblo - (El mejor mozo de Espaa, El mejor alcalde el rey, Fuente Ovejuna, Las paces de los Reyes y juda de Toledo; se le ha atribuido, pero no es suya, La Estrella de Sevilla). Algunas de sus mejores tragicomedias se inspiran en canciones populares (Peribez y el comendador de Ocaa, El caballero de Olmedo). Otras comedias (El villano en su rincn) dramatizan tambin motivos folklricos..

En ese teatro est todo, lo antiguo y lo moderno, lo culto y lo popular; Lope supo fundir en una unidad admirable todos los elementos, formas o procedimientos que en las letras espaolas corran antes de l, ya maduros, ya embrionarios. Esquilm al servicio de su comedia lo mismo lo sagrado (narraciones bblicas, leyendas hagiogrficas) que lo profano, culto y artificioso (lo pastoril, lo caballeresco). Supo vestir todo ese mundo libresco con elementos extrados de la realidad inmediata, especialmente con los de tradicin popular (cantarcillos, refranes, supersticiones); conoci todo el arsenal literario que su poca tena en circulacin: historias antiguas (Herodoto, Ovidio, Horacio) y renacentistas italianas (Boccaccio, Bandello, Giraldi Cintio). Utiliz de manera asombrosa las Crnicas espaolas y el Romancero pico. Manej y adapt los hallazgos dramticos y cmicos de La Celestina y supo apreciar su trascendencia humana y artstica; llegan a su voz, transformados en aliento nuevo, los recuerdos de Juan del Encina, de Torres Naharro, de Lope de Rueda. Aprovecha y encamina definitivamente los atisbos de Juan de la Cueva en lo que supona acercarse a la tradicin oral. Todo ello fue seleccionado, meditado e incorporado a su ms honda vena y recreado en el inmenso caudal de sus comedias.

Lope fij en una frmula, seguida con extraordinarios frutos por sus discpulos y continuadores, el teatro nacional. l supo entrever cul era, en lo esencial, el medio dramtico que llegara ms hondamente a sus contemporneos. Volviendo a la historia nacional, se adentraba en un trasfondo confuso, donde vivan, adormecidas, las justificaciones de un proceder y de una actitud histrica. Sera ingenuo pensar que el espectador de Lope, como el de Shakespeare, siguieran minuciosamente, como el selecto pblico actual de los teatros, el complicado desarrollo del nimo en los personajes, en Hamlet, en el Rey Don Pedro. El pblico se diverta con las procacidades, las bromas, los cantos, la pompa de la declamacin, las venganzas, los crmenes: la accin, en una palabra. El teatro espaol y el ingls han hablado directamente a un pblico que ya estaba enterado de muchas de las cosas que en la escena iban a suceder, a diferencia de lo que pas con el teatro francs, que sigui otros rumbos. Pero tanto Lope como Shakespeare supieron bordear en sus dramas las dos vertientes, la culta y la popular, y as, sin perder pie en la tierra sobre la que realmente vivieron y padecieron, el Cid, el Rey Don Pedro, Enrique V o Ricardo III eran, a la vez, nueva creacin. Un romance, una cancin, un episodio o aventura conocidos bastaban para realizar el portento.

Lope buce en lo hondo de todas las tradiciones de matiz heroico. Plante problemas de los que al final del siglo XV surgieron a cada paso, con la liquidacin de las formas feudales; en ellas el pueblo vea cmo se asentaban sus derechos y sus formas de vida (las que an estaban vigentes, las que causaban su gloria imperial, ya en declive) y se imponan gracias a la ayuda de la Corona. El sentimiento monrquico es clave para la inteleccin de toda esta ladera del teatro lopesco. El villano se siente identificado con su rey, por encima de intereses privados o momentneos, y unido con l en la comn lucha contra el noble levantisco o cruel y contra los enemigos externos. Peribez, Fuenteovejuna, El mejor alcalde el Rey, etc., son las pruebas de esta maravillosa identidad.

Todo esto est, adems, respaldado por otra identificacin. La unidad nacional, el acorde de la colectividad en la historia ha tenido un evidente rasgo: la ortodoxia religiosa. Todo espaol se saba heredero de una casta que luch durante siglos por imponerse a otras de distinta, aunque cercana, religin. Despus de las meditaciones de Amrico Castro sobre la forma de vida hispnica, vemos claramente lo que supona para el espaol, ya instalado en la monarqua de derecho divino, su condicin de catlico. Sobre este signo, la comedia de Lope es nacional, dando a la palabra una resonancia que difcilmente ha tenido en las hasta ahora fras elucubraciones histricas. Representa cumplidamente a esas almas de creencias translcidas y sin tacha, como signo de la dimensin hispanocristiana del espaol imperativo y triunfante sobre los no cristianos dentro de su tierra, sobre los protestantes en Europa y contra toda forma de religiosa discrepancia, en un sueo delirante de dominacin universal. Lope de Vega supo integrar as, en personajes de una sola pieza, las dimensiones sociales e individuales del espaol.

Por esto nos entendemos que los personajes de Lope sean intolerantes en materia de fe y en todo lo que a extirpacin de herejas o a luchas con otras castas se refiera. Que despus acuda a esa religiosidad elemental y sencilla, materializada, que venimos destacando largamente, es cosa secundaria. Lo importante es que, en materia fundamental, el dogma y el orgullo que acarrea ser su guardador y propagador est intocable. Los moros que salen en el teatro lopesco, aparte de los casos de burla ingenua, estn tratados como un episodio ms del tradicional herosmo, de los valores inmanentes del castellano. Estn tratados a la espaola. As ocurre con la historia de Abindarrez y Jarifa, en El remedio en la desdicha.

Ya hemos destacado atrs, por otras causas, la presencia en el nimo de Lope de la tradicin oral, del romancero y las tradiciones, no slo renacentistas sino de la herencia incluso medieval.

De esas minsculas letras para cantar, Lope saca una comedia entera, un drama estrechamente vivido. La cancin andara de boca en boca. Cuando sonaba en el escenario, el espectador se senta, sbitamente, dueo del misterio, del desenlace, de la escondida razn que haba producido aquello. Una estrecha corriente de simpata y de agradecimiento deba establecerse de inmediato. De esa aquiescencia, de esa complicidad han salido los momentos ms llenos de temblorosa poesa en el teatro de Lope. Todo El Caballero de Olmedo, por ejemplo. Todos saben que Don Alonso va a morir, que terminar por morir. El gran personaje de la comedia es la muerte, con su secuela natural de tristezas y desencantos. Personaje que anda a nuestro lado a las primeras palabras, y que no se ve. Los pinares, la nocturnidad, la terquedad y nobleza innatas en el hidalgo, todo son caminos para morir. La cancin suena y resuena en los momentos de mayor desasosiego y patetismo. Si a esto aadimos que la cancin la hemos cantado en la escuela y que los pinares donde Don Alonso muere existen todava, vemos cmo Lope es todava nuestro, nacional, popular, voz entera de cada circunstancia.

Y todo el mundo de lo popular hay que vestirlo, al dramatizarlo, con armnicos de igual sentido. De ah la excelente maquinaria de estas comedias en lo que se refiere a tradiciones locales, refranero, apariciones, ageros, milagrera, etc. El presagio est a la vuelta de cada escena. No se obra por razn, sino por corazonadas. El Caballero de Olmedo es ejemplo siempre excepcional; lo mismo ocurre con El rey don Pedro en Madrid.

El tema del honor es otra gran cuerda de la comedia clsica. Se ha venido diciendo mucho tiempo que el teatro de Caldern era el que verdaderamente estaba preocupado con los temas del honor en la comedia espaola. Pero, en esto como en todo, el tema y el desenvolvimiento ya estaban en Lope de Vega. La diferencia est simplemente en que Lope, siempre mirando al hombre concreto, dramatiza las complicadas o dolorosas situaciones que puedan producirse en un conflicto de este tipo, en tanto que Caldern, intelectual, dramatiza el tema mismo. Por eso Caldern da forma dramtica a muchos casos que en Lope estaban solamente insinuados, entrevistos. O vistos y no totalmente desarrollados. Todas las ideas sobre la honra, la fama, etctera, ya estn expresas en el teatro de Lope. Y llevadas hasta el villano, al que se hace depositario de este noble caudal porque en su ignorancia o su no ocuparse en tareas que antes haban sido exclusivas de las castas vencidas (judos, moriscos, etc.) se le vea exento de mcula, es decir, cristiano viejo, de lo que alardeaba tantas veces y tan seriamente Sancho Panza, o lo que es Peribez, o el alcalde de Zalamea.

Este aliento popular que llena el mundo de la dramaturgia lopesca hace que sea muy difcil, en multitud de ocasiones, hallar un personaje fundamental que tenga los acusados perfiles del prototipo, destacado de la pgina al mito. El teatro de Lope, generalmente, no es teatro de un protagonista, sino que a veces es de varios, y en ocasiones es difcil establecer una jerarqua, dado el papel preponderante, o muy importante al menos, que varios personajes desempean. En El Caballero de Olmedo, por ejemplo, de los personajes visibles (ya he dicho que el verdadero personaje es la muerte, amenazante desde el principio, colgada de cada presagio), Don Alonso es, s, el primero. Pero no podemos negar igual validez a Fabia, reencarnacin de Celestina, o a Doa Ins, la amada del caballero. En Peribez vemos cmo van adquiriendo modos, estilos de vida y de pensamiento los labriegos que en torno a Peribez se mueven. Y Casilda o el Comendador tienen tambin derecho a ser considerados eminentes. Cuando el valor colectivo desborda, por as decir, el marco de la comedia, es cuando podemos apreciar mejor el problema del personaje en Lope: Fuenteovejuna es el ejemplo insigne. El protagonista es la colectividad, sin nombre destacado, annimo conjunto del mediano y el bajo, del artesano y el labriego, del clrigo y del laico. Pueblo. Esta dispersin de un valor dramtico existente en otras zonas de teatro es lo que lo ha hecho tachar, equivocadamente (el teatro de Lope es as, y no hay por qu aplicarle criterios vlidos para otros), de rpido, de improvisado, de desdibujado, etc. Lope ve sus hroes como en la vida estn, hacindose da a da, en lucha continuada con otros personajes que a su lado pululan. No es mal hallazgo haber visto los conflictos. Destacarlos entre esquemas o hroes concretos lo har luego Caldern. Buen punto de referencia es El alcalde de Zalamea. Lope ha hecho un alcalde que es un buen hombre, sin el acusado rasgo del calderoniano: como seguramente es un alcalde. Y le dio dos hijas, seducidas las dos. Caldern, teatralmente ya, supo condensar la accin, y poner el acento sobre las situaciones de ms congojoso patetismo.

Tambin pasa de Lope a sus seguidores, adems de la estructura externa de la comedia, la distribucin de ciertos personajes. As ocurre con el gracioso, contrafigura del hroe, al que Lope da lmites definidos y sistemticos, incorporndole a la comedia para siempre. Es la dignificacin, o la dotacin de categora esttica, literaria, del antiguo bobo, parvo, o pastor del teatro primitivo, que se haba ido desenvolviendo durante el siglo XVI. Como contrafigura que es del hroe, representa lo contrario de lo que sublima constantemente el personaje central. El hroe es la nobleza, el gracioso no tiene sentido del honor, ni le preocupa; el seor es animoso y decidido, valiente: por cualquier menudencia sacar su espada y estar dispuesto a lmites heroicos de abnegacin y de sacrificio: el gracioso est siempre en la puerta del miedo, y con la puerta bien abierta. El seor amar con encendidos conceptos, con palabrera enamorada y jugosa, presenta unos caracteres que el plebeyo no comprender jams; aparte del gozo de la amada, el caballero se enreda en celos, en apasionamientos, en venganzas y despechos, en delicados tormentos espirituales. Para el gracioso, el amor es su faceta ms baja y elemental. Mientras el seor ve en su amor ideales, el lacayo recuerda solamente sus frecuentes relaciones con mujeres asequibles y nada dadas a la literatizacin. En fin, la glotonera, etc., son rasgos suyos. Esto no impide que, en alguna ocasin, el gracioso desempee algn cometido importante.

Las criadas suelen andar en correlato con el gracioso, si bien no tengan tan acusados sus rasgos pardicos o de contrafigura. Lope sabe presentar estas parejas secundarias, que acaban en boda casi forzosamente, ya que sus seores se casan. Casi es una obligacin para la criada el casarse con el criado, sin que hayan mediado los