LOMAS de Amancaes

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LOMAS "LA FLOR DE AMANCAES", CERCA AL CIELO DEL RÍMAC A 15 minutos de la Plaza Mayor de Lima, se elevan las Lomas del Rímac, una de las pocas áreas que conforman el grupo de ecosistemas que aún perduran en la desértica costa de la capital, y que de junio a noviembre se tornan verdes y se cubren de musgo, tabaco silvestre, especies de la sierra peruana y la emblemática flor de amancaes. Localización de las Lomas Flor de Amancaes Las lomas, se encuentran ubicadas al norte del Rímac, entre el límite de este distrito e Independencia y parte de San Juan de Lurigancho. Es de fácil acceso. El circuito por estas lomas es de tres horas. Pero normalmente, los visitantes se quedan más tiempo para disfrutar del viento fresco del lugar. Fascinación en las Lomas...

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LOMAS "LA FLOR DE AMANCAES", CERCA AL CIELO DEL RÍMAC

A 15 minutos de la Plaza Mayor de Lima, se elevan las Lomas del Rímac, una de las pocas áreas que conforman el grupo de ecosistemas que aún perduran en la desértica costa de la capital, y que de junio a noviembre se tornan verdes y se cubren de musgo, tabaco silvestre, especies de la sierra peruana y la emblemática flor de amancaes.

Localización de las Lomas Flor de Amancaes

Las lomas, se encuentran ubicadas al norte del Rímac, entre el límite de este distrito e Independencia y parte de San Juan de Lurigancho. Es de fácil acceso. El circuito por estas lomas es de tres horas. Pero normalmente, los visitantes se quedan más tiempo para disfrutar del viento fresco del lugar.

Fascinación en las Lomas...

“Me encuentro conmigo misma, allá en las lomas, me gusta subir con mis amistades. Apreciar el amanecer en lo alto, es lo más fascinante que me puede ocurrir”. La Flor de Amancaes, el poblado que faldea gran parte de las Lomas de la Flor de Amancaes. Es de temer que otras personas continúen construyendo sus casas sobre la loma y arruinen la majestuosidad de este lugar.

El paraje más hermoso....

Caminábamos, una mañana, todos los compañeros de clases, por las calles del nuevo el Rímac. De pronto, escalámos los cerros que se veían a lo lejos como montañas verdes. Todos asentimos y, al día siguiente, emprendimos la expedición hacia las lomas. Llevamos algunas provisiones (panes, agua, refrescos, palos, fósforo, etc.). Escalar la loma fue algo fenomenal, cada vez ésta se hacía más verde y se respiraba paz y ¡oxígeno! Cuando llegamos a la cima, encontramos una explanada llena de plantas, flores silvestres y un concierto de rocas multiformes.Corrimos con tal libertad por el perímetro como cuando éramos apenas unos niños. Entre las piedras más pequeñas, renacía un punto amarillo -un amarillo vivaz-, era la flor de Amancaes la que, según decían mis padres, ya nunca más volvió a florecer en El Rímac debido a la superpoblación de este Distrito. Fue una fiesta para nuestra vista encontrar aquel tesoro. Ya no queríamos volver a nuestras casas. Pero nos habíamos ausentado por varias horas. El frío y el hambre, nos hizo cambiar de idea.Nuestro pacto de caballeros fue convertir el lugar en nuestro refugio y visitarlo siempre. Entonces, bautizamos las lomas como “el paraje más hermoso” en una Lima que se llenaba de contaminación. Reflexionemos acerca de que, por su belleza e historia, debemos preservar este ecosistema –uno de los pocos que quedan en la costa de Lima- y estudiar el modo de condicionarlo para que muchas personas puedan visitarlo y apreciar sus bondades durante las épocas de otoño e invierno.Asimismo, cuidar y proteger las especies silvestres que crecen en la loma, sobre todo la flor de Amancaes que se encuentra en extinción.