Lo que va de ayer a hoy... La Semilla

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Mateo 13, 31-33

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    Lo que va de ayer a hoy

    Historias bblicas de ayer

    que se repiten hoy

    LA SEMILLA ayer

    Esto es un grano

    de mostaza.

    Cada grano tiene

    guardado dentro,

    hasta que se

    siembra y sale a

    la vida, un

    arbusto como ste.

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    Los campesinos de galilea lo enteneran muy bien

    cuando Jess se lo explicaba. Mateo 13:31-33

    Y para qu serva en aquel tiempo la mostaza, si

    todava no la usaban los franceses en su cocina?

    Nos cuentan los que saben que en aquellos

    tiempos: Los griegos la utilizaban como planta para

    condimentar sus platos y Pitgoras la recomendaba

    por creer que aumentaba la memoria y daba alegra

    al espritu; tambin se sabe que el botnico Teofrasto

    la cultivaba en los jardines Los romanos la tenan

    como planta medicinal, la consideraban excelente

    contra los dolores de cabeza o como digestivo, y

    como condimento (Carlos Azcoytia).

    No sabemos si Mara de Nazaret se la pona en la

    lentejas a Jess, pero l y todos los de su tierra la

    citaban cuando hablaban de algo muy pequeo.

    Deban de encontrarse muchos de esos arbustos,

    que no rboles, por aquellos campos. Todava hay

    alguno en Jerusaln agarrado a las ruinas del

    templo.

    Jess que como campesino de un pueblito de

    Galilea conoca bien las plantas de su tierra,

    pona ejemplos de todo lo que tiene vida y crece,

    como el arbusto de la mostaza.

    Otras veces hablaba del grano de trigo, el que sus

    vecinos sembraban a voleo por los campo cercanos.

    Unas semillas se convertan en espigas y otras no,

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    segn donde caan, pero todas cuando se

    sembraban tenan que hundirse en tierra,

    aparentemente morir, para que el campo se

    transformase en un trigal.

    Jess y los que le siguieron, campesinos,

    pescadores, labradores, cobradores de impuestos

    contaban a los cuatro vientos su sueo de aquella

    semilla, idea pequeita que sembraron junto al

    lago, y que se iba convirtiendo en trigal, en arbusto

    donde hacan nido los pjaros, en vid cargada de

    uvas, en red llena de peces .

    Todo en algo palpitante, creciendo lentamente

    bajo las manos de los trabajadores temblando de

    cansancio y esperanza de nuevas cosechas.

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    Lo que planteaba el carpintero de Nazaret no eran

    nunca reglamentos, situaciones repetidas, lo que

    siempre se haba hecho as. l siempre conaba

    historias de semillas, flores, cosechas, frutos u

    ovejas todo lo que se pudiera repartir,

    compartir y volviera a brotar en semillas, frutos, y

    nuevas siembras. Eso a pesar de que les vinieran

    prohibiciones, persecuciones, crucifixiones.

    Eso fue lo que intent el sempbrador, carpintero

    de Nazaret e intentaron sus seguidores. Aunque no

    todos.

    HOY

    Pasaron los siglos, uno tras otro, hasta ms de

    veinte.

    Pasaron los sembradores sembrando la buena

    semilla y, detrs de ellos, otros pasaron

    esparciendo cizaa, palma africana, semillas

    trasgnicas, marihuana Muchos tambin

    sembrando piedra, cemento, asfalto, acero lo

    que no creca como la mostaza ni como el trigo o

    el maz. Creca de otra manera.

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    Unas plantas crecan matando a todo lo que

    intentaba crecer a su alrededor. Eran hierbas

    venenosas. Mataban tierras, aguas, aves y peces,

    cerebros y conciencias.

    La semilla que no creca desde pequea, la que no

    haba que sembrar, porque estaba ya hundida y

    grande en lo profundo de la tierra; en vez de

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    sembrarla haba que cosecharla a golpes, con palas

    mecnicas y tractores. Cuando sala al aire dejaba

    una herida grande en el terreno donde ya no creca

    nada, solamente llagas de xido, de cianuro que

    no era posible curar.

    Pero no seamos pesimistas.

    A pesar de todos siguen saliendo al campo los

    buenos sembradores a sembrar sus semillas.

    Adems de las semillas vegetales, otras surgen

    de sus cerebros, de sus corazones de sus labios.

    Salen al campo, al espacio sembradores

    inteligentes, con mejores ideas que los hijos de las

    tinieblas.

    Han sido capaces esos sembradores de utilizar

    papel, mquinas, plstico, cables y torres de

    hierro, hasta aprovechar material desechable para

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    que vibre el aire y la luz y acaricien los ojos, los

    oidos, el cerebro y el corazn de los humanos; que

    se les desintoxique el cuerpo y el espritu de los

    venenos y la cizaas que otros haban sembrado.

    Siguen saliendo sembradores por las aldeas y las

    afueras de las grandes ciudades de cemento y acero

    y van con paciencia sembrando. Unas semillas caen

    en tierra buena (que todaa queda alguna) otras

    caen en los tiestos de las humildes ventanas, otras

    en las grietas de los edificos o en los tejados y

    terrazas de las casas populares. Y ah sigue

    creciendo la semilla pequea como un granito de

    mostaza. Semilla de palabras, de canciones e

    imgenes que anuncian otro mundo posible con

    buenos frutos.

    Los sembradores, que desde jvenes esparcan la

    semilla, haban credo, pesimistas, que sus trabajo

    se haban perdido. Pero un da amigos les contaron

    que en tiestos humildes, en pequeos jardines, en

    tejados y terrazas y hasta en las grietas de los

    grandes edificios, iban creciendo las semillas que

    ellos haban arrojado a voleo; y ahora tambin

    brotaban flores y frutos en los corazones de

    muchos, de los que ellos casi haban perdido la

    memoria.

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    Es que, por si no lo recuerdan

    Esto es un grano de mostaza