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III Guerra Mundial

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El mundo se aproxima sigilosamente y a media voz hacia una nueva guerra mundial. Peridicamente aparecen voces que quieren hacernos tranquilizar, pero en la retaguardia los ejrcitos de los principales pases y las principales plataformas blicas en juego se preparan y ponen a punto sus piezas para lo que viene.Los economistas insisten en que la crisis mundial que estamos atravesando se parece mucho ms a la de 1929 que a la del petrleo de 1979. El crack financiero de 1929 se produjo entre dos guerras mundiales, y tuvo como corolario la prdida de financiacin de las principales economas de Norteamrica y Estados Unidos, la devaluacin del valor del dinero y la consiguiente deflacin de las economas (hundimiento del precio de los bienes). La pobreza se generaliz, y con ello el hambre. Las economas occidentales salieron de aquella crisis poniendo en marcha los primeros planes del Estado de bienestar (de socializacin de la riqueza), en consonancia con el capitalismo y sus intereses para superar su propia crisis, el resultado fue que se engord an ms la deuda de los pases y una nueva guerra mundial se gest al cabo de la crisis econmica, que ech por tierra los esfuerzos socializadores del bienestar (en sanidad, educacin, bienes de consumo, etc.). De la crisis social, econmica y militar de la primera mitad del Siglo XX salimos con un mundo dividido en dos mitades (polticas, econmicas y culturales) y embarcados en planes de capitalizacin e industrializacin intensiva que permitieron la reconstruccin de las economas de Europa y la hegemona indiscutible de EE.UU. en el mundo capitalista, por un lado, y de la URSS en el mundo socialista, por otro.Entre medias de las dos grandes guerras del Siglo XX hubo un breve periodo de paz en donde pareci que el destino trgico de las guerras se hubiera disipado tras la carnicera de la primera guerra mundial, fue en la dcada de 1920, cuando se crey que la Humanidad haba escarmentado y que se ponan los cimientos de un progreso civilizado y en paz de las naciones. Pero el final de la I Guerra Mundial no se haba hecho todo lo limpiamente que hubiera sido deseable, las potencias vencedoras de la guerra impusieron unos planes de reparacin cainitas a Alemania que slo sirvieron para que en este pas cundiera el resentimiento y la desazn, que la crisis econmica subsiguiente contribuy a aumentar. El nacionalismo econmico y poltico como respuesta, sirvi para contrarrestar la crisis y reponer el orgullo patrio herido. Para el capitalismo, tambin sirvi como medio para enfrentar un peligro an mayor que se gestaba en las sociedades capitalistas, el peligro de una clase obrera consciente y en crecimiento, que encontraba en las ideas socialistas y en la URSS un ejemplo de lucha y de organizacin social, poltica y econmica.La dcada de 1990 del siglo pasado vio desmoronarse todo ese bloque de pases socialistas que se forj en las dcadas inmediatamente anteriores. La crisis econmica y poltica que atraves el mundo en la dcada de 1970 (guerra de Vietnam, crisis del petrleo, procesos de descolonizacin), y que en un primer momento pareca que iba a ganar el bloque socialista, termin por cebarse con las economas de esos pases gestionadas mediante la centralizacin socializada de la produccin y los acuerdos econmicos de mutua cooperacin, que no se basaban en el beneficio econmico de las ventajas competitivas sino en el intercambio econmico de la produccin sobrante (la URSS enviaba cereales a Cuba a precio de produccin y a cambio reciba de esta pltanos, por ejemplo; la Unin Europea hoy, en cambio, pone una "cuota de produccin" para cada pas, de tal forma que Espaa, que es autosuficiente en productos lcteos, pueda competir en "igualdad de oportunidades" con los productos lcteos de otros pases dentro del mercado de la UE, siendo tericamente el "consumidor europeo" quien decide la leche del pas que quiere comprar).El mundo capitalista sorte la crisis de los 70 y se la hizo pagar al mundo socialista. Cmo, descompensando la relacin comercial con estos pases, garantizando una relacin ventajosa con los pases productores de petrleo a travs de acuerdos comerciales bilaterales basados en la relacin petrleo por dlares, e imponiendo un bloque econmico a los pases socialistas en bienes de consumo, especialmente en equipos tecnolgicos (pretextando la guerra fra). La punta de lanza de esa poltica agresiva en contra de los pases socialistas fue la "guerra de las galaxias"; una supuesta poltica de defensa de EE.UU. que garantizara su inmunidad contra los misiles nucleares soviticos. Esta agresiva poltica defensiva supuso el refuerzo de las bases de misiles estadounidenses en Europa y la intensificacin de la guerra de propaganda contra el bloque socialista, cuya unidad, as como la unidad de la izquierda occidental, haba quedado puesta en tela de juicio tras la crisis poltica de Checoslovaquia de 1968.La respuesta sovitica a la agresiva polticareaganianaprovino de un hombre joven que se haba curtido en poltica en las provincias, Mijal Gorbachov. Gorbachov, cuyos inicios despertaron suspicacias en Occidente por su perfil "oficialista", pronto dio un giro a la situacin iniciando un acercamiento al mundo capitalista y tomando la iniciativa en la poltica de desarme nuclear, empujando en esa direccin a su contraparte norteamericana.El lgubre mundo de los 80 se iba alejando, as como la amenaza de una guerra nuclear mundial. Pero la "asuncin de responsabilidades" del mundo socialista fue tan lejos que llev a la propia desintegracin de aquel sistema y a su incorporacin casi total al mundo capitalista. Ahora bien, que el mundo de la libertad comercial ganara en extensin no quiere decir que las crisis del capitalismo desaparecieran. De hecho, se cebaron con el mundo ex-socialista: su sector pblico sufri un duro golpe, se privatizaron unas empresas y se cerraron otras, los pases del antiguo bloque oriental sufrieron una desindustrializacin relativa, con el consiguiente paro, pobreza y emigracin de su poblacin. A lo que hay que aadir que el terreno que no poda ganar el capitalismo por la rendicin de sus lites polticas lo ganaba mediante la guerra: esos "felices aos 90" caracterizados por el triunfo econmico del capitalismo, tambin fueron los aos de una largusima, dolorossima y muy sangrienta guerra en Yugoslavia que, poco a poco, fue desgajando repblicas y territorios del pas hasta hacer de Yugoslavia un recuerdo de los libros de historia, como antes ocurri con la URSS.Y cuando ya pareca que habamos pasado lo peor, cuando nos desperezbamos de la crisis de las empresas .Com (la burbuja de internet), lleg el 9 de septiembre de 2001 y la "guerra contra el terror". Muchos se han preguntado si el 9 de septiembre de 2001 no es un nuevo captulo de los autoatentados y de los chivos expiatorios para dar un golpe de Estado y preparar una nueva guerra de agresin, como lo fue el incendio del Reichstag (del que se acus falsamente a los comunistas) para que los nazis se apropiaran de todo el poder del Estado alemn y prepararan su guerra europea (que devendra en la II Guerra Mundial).A la guerra contra el terror se embarc a todo un pas (EE.UU.), inundado de patriotismo, y al resto del mundo, por la compasin que despertaba el pas que haba sufrido el atentado. EE.UU., lleno de ardor patritico y pasin justiciera, se lanz a conquistar pases por el mundo, construyendo su propia prisin para tales efectos en Guantnamo (Cuba). La "guerra contra el terror" aceler la mquina de hacer dinero del capitalismo, necesitaba liquidez, y se embarc en una nueva burbuja financiera, la inmobiliaria. Crdito fcil para la construccin y compra de viviendas. Esta nueva burbuja financiera, tras la de internet, y en medio de una guerra global que supona un nuevo reparto de los recursos energticos y reconstruccin de pases, se extendi por todo el mundo. Porque hay un viejo dicho entre los comunistas: cuando el capitalismo va a la guerra, la guerra la pagamos todos (y los muertos los ponen los de siempre), y el capitalismo tiene el medio para que los trabajadores paguen sus guerras y todo tipo de aventuras especulativas, el dlar. Tambin es cierto que en esta nueva empresa blica el dlar ha dejado de ser una moneda de refugio, porque ha aparecido el euro. Pero el euro resulta que tambin ha sido una vctima de esta nueva crisis econmica generada por la voracidad y destructividad del capitalismo norteamericano.De manera que cuando la burbuja inmobiliaria pincha, en plena resaca de la guerra contra el terror, nos encontramos con una zona euro que paulatinamente empieza a darse cuenta de la aventura econmica y militar en la que la ha metido EE.UU. Unos pases se van a enterar antes que otros, unos pases van a capear mejor el temporal que otros, pero al final todos los pases de la zona euro se van a dar cuenta.Contra la resaca de la guerra contra el terror/burbuja financiera se ha actuado revitalizando los planes de socializacin capitalista que el capitalismo impuls tras la crisis de 1929 (keynesianismo), en medio de un cada lenta pero inexorable de las economas industrializadas; como esta receta ("de los brotes verdes") ha sido insuficiente para evitar lo inexorable (la depresin de la economa, tocar fondo) llega de nuevo el capitalismo con sus viejas recetas para "reactivar" la economa: guerra militar, y guerra econmica y social. En definitiva, prolongar el robo a las rentas ms humildes para que no sean las otras, las ms gordas, las que tengan que pagar el pato por mantener un sistema (el capitalista) que es, precisamente, la razn de ser de todas las injusticias sociales, de todos los crmenes de este mundo y de todas las guerras.Y en estas estamos, con guerras y planes de "shock" econmicos (ajuste, privatizacin, recorte). Lo que parece mentira y, a juzgar por el breve recorrido histrico que hemos hecho, no lo es tanto, es que el capitalismo, precisamente, para sacarnos de su crisis, nos vuelva a meter en una empresa blica mil veces mayor que todas las que se han desarrollado.Porque parece que es a eso a lo que nos aboca, sigilosamente y a media voz. La destruccin de Libia tiene como consecuencia un pas inestable y sin una autoridad clara. La crisis militar en Libia se extiende a los pases fronterizos (Mali, Argelia). La anterior destruccin de Irak tampoco ha dado lugar a un pas seguro y con perspectivas de progreso, sino a un pas inseguro e inestable, con peridicos episodios muy sangrientos de terrorismo. Adems, la crisis regional, con protestas sociales y episodios de terrorismo, se extiende a Yemen, a Barein. En Siria, americanos y europeos suean con reproducir el escenario libio, teniendo al lado a un Irak que ya sufre lo que supone ese tipo de aventuras, y a un Irn totalmente enfrentado a Israel, y para el que cualquier cambio de status en Siria supondra una amenaza para su propia estabilidad... Eso por no hablar de Turqua, de Lbano, de Israel (que ya ha atacado DOS VECES a Siria).Y como una sola crisis regional no parece que al capitalismo le preocupe. Recalienta tambin la situacin en el extremo este, en el Mar de China. Se presiona a Corea del Norte con sanciones diplomticas y econmicas, Corea del Norte responde cortando cualquier relacin con quienes considera sus agresores y enemigos, y se declara en Estado de Guerra.Con una salvedad, la prxima gran guerra, la prxima guerra mundial, puede que ya no cuente con el mismo nmero de efectivos humanos que fueron necesarios para las dos guerras mundiales anteriores. Pero cuenta con armas mil veces ms destructivas que las que se emplearon en aquellas guerras (con excepcin de las bombas nucleares lanzadas sobre las poblaciones Hiroshima y Nagasaki, por cierto lanzadas por EE.UU., el nico pas que hasta el momento ha empleado tal armamento en una guerra).Verdaderamente, quiere el capitalismo morir matando?, y cuntas vctimas sern necesarias para aplacarlo? Benito Garca Pedraza (*)(*) Licenciado en Sociologa, y en Documentacin (a falta de dos meses). Militante comunista por necesidad, y anti-imperialista como consecuencia de lo anterior; anti-revisionista.