Lo que más gusta a los hombres Nuevos estilos para...

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m w EL MUNDO, SAN JUAN, P. R. - SAIADO 26 DE NOVIEMBRE DE 1938. 13 Lo que más gusta a los hombres Por Patricia Lindsay UN CUENTO BREVE Una vida frustrada Por Edna I. Asmus Frfvi eomo ana roaa lne*. la b»ll» Ellzaheth Alian. El cuidado exquisito que pone en »u persona,, añadido a ras encantos naturales, habla por solo de su strayente personalidad. tos nombres detestan el descuido I pues no permiten el más pequeflo y desarreglo. Es más, yo me Incli- no a creer que, en realidad, los hom- bres son más exigentes acerca de nuestra persona que nosotras mis- mas. Esta aseveración mía proba- blemente traerá una avalancha de correspondencia contradiciendo mi idea, pero de todas maneras, es un hecho que a los hombres les gusta vernos bien vestidas, perfumadas, en una palabra, bien arregladas. No es muy fácil conservarse fres- ca como una flor en los días calu- rosos. Para conseguir esto se re- quiere cierto tiempo. Deben tomarse baños con más frecuencia y se ha de poner más cuidado en los mis- mos. También debe pensarse en apli- car un deodorante en polvo o liqui- do debajo de los brazos, en los pies y a través de la espalda (si es en esos lugares donde usted más suda). Las aguas de colonias con perfu- mes florales ayudan a conservar el cuerpo fresco y perfumado, pues el alcohol que éstas contienen juega un papel muy importante en la lim- pieza personal. Pero, además de esto, debemos ser precavidas y usar la ropa interior y medias bien limpias, cambiándolas cada día. Si usted no tiene una re- serva grande debe formarse el hábi- to de lavarlas cada noche. Otros pequeños detalles Esta temporaca esegn muy en bo- ga los vestidos y blusas transparen- tes. Todas sabemos que los materia- les transparentes son un problema, La actividad natural del niño Por ANGELO IWTRI Si Joaquín hiriera sus labores es , clon no constituya, en realidad, na- colares con la misma energía que dedica a sus juegos, más aún, con un décimo de esa energía, no sola- mente naüle se atreverla a pedirle más, sino que se agotarla en pocos instantes. En sus juegos no obs- tante, usa hasta el último átomo su capacidad, olvidándose de *-> do, excepto sus entretenimientos, hasta que la oscuridad ya no le de- ja ver. Ahora la cuestión consiste en estudiar por qué denota tan'o entusiasmo para el recreo y tanto despego para sus labores. El asunto es sencillo: en el niño sus Juegos constituyen la expre- sión cabal de su personalidad, de sus Inclinaciones, y cuando se dí- dlca a expresarlas, a desarrollar- las, haciendo lo que realmente quiere, experimenta el goce máxi- mo de todo ser humano: la libertad de su espíritu. Mientras trabaja, porque mientras juega realmente "trabaja" deja correr sin freno su imaginación, su personalidad. Aho- ra, en el momento en que esa acti- vidad se somete a dirección, p Im- posición, su mente trabaja, pero con freno, perdida su libertad de arción. Esto hace evidente que al dejar su imaginación libre de tod\ reglaclón o imposición, Joaquín es incansable. Cuando se le dirige y 'hoy imposición, en seguida se can- sa. Por este motivo, y teniéndolo íiempre en cuenta, los maestros de- ben poner todos los medios par* lograr que la labor escolar sea pla- centera y agradable para la mente de loa discípulos. Haciéndolo asi. los niños se absorben sin dificultad en ella. El maestro debe pensar que al asignar una lección, la men- te de] nlfto funciona bajo la im- posición de otra y por lo tanto esta imposición no debe dejarse sentir: dehe tratarse de que la lec- La señorita Shumway miró ner- viosamente hacia el reloj y después hacia el pupitre de Lulsin. Se apro- ximaba el momento de despedir la case, pero la maestra todavía va- cilaba en ordenar a Lulsin que quedase, aunque realmente merecía •er castigado por tu mal comporta- miento. Sin embargo, se decía preocu- pada, st le hacia quedar perde- rla la oportunidad de ver la pelícu- la sensacional de Lawrence Lorraln, pues sus medios no la permitían pa- gar el precio de la función noctur- na y ai no le detenía, tendría tiem- po para la vespertina. Su deseo de ver la película y su deber de maestra libraban rudo combate en su cerebro. Las frecuen- tes victorias del deber se denotaban ampliamente en su barbilla firma y en aus labios apretados; pero el deseo brillaba, a veces chispeante, en sus pequeños ojos oscuros, siem- pre protegidos con espejuelos de gruesos lentes y montura de carey. La campana sonó al fin y la clase entera se puso en pie, lista para la sellda. antes de que la señorita pu- diera darse cuenta. Los alumnos es- peraban anhelantes y ávidos de lan- zarse por la puerta a la acostum- brada palabra de libertad. La seno- fita paseó su mirada sobre ellos y al cabo pronunció el mágico sésame que ae abogó en ruidosa algazara al dirigirse los chicos en tropel ha- da la puerta. La alegre avalancha le recordó su vacilación y. decidién- dose al puto, llamó con voz firme y severa: —¡Lulsin, ven aquí! ¡Necesitó ver- te» Pero Lulsfn. con m/antll astucia, habla aprovechado bien los pocos instantes espera y ae hallaba ya en la puerta al sonar la palabra trágica. Cuando la señorita decidió detenerse estaba ya a distancia res- petable y muy lejos del alcance de las palabras de la maestra. Mo- mentáneamente Irritada por la es- capatoria de Lulsin, la señorita ga- rrapateó una nota en el bloc del calendario que tenia ante si y la subrayó. Lnisin recibirla su casti- go al día siguiente. Tranquilizada y gozosa, como ha- biendo obtenido un triunfo, la seño- rita ae ajustó los gruesos espejue- los y se preparó para salir. Perdida en la penumbra del tea- tro, como una sombra entre som- bras, la señorita Shumway ae oul- el abrigo, perdió la reserva ha- bitual que le Imponía su profesión y se dispuso a presenciar a sus an- chas el emocionante drama gue se desarrollaba en la pantalla, sintién- dose la heroína de la dolorosa his- toria, absorbiéndose la anécdota y viviéndola como si se tratara de su propia vida. Era ella la que recibía v devolvía los apasionados besos de Lawrence Lorraln, su actor favori- to; ella la que se dejaba arrastrar ñor una pasión abrumadora: el'a la que. al cabo, era la madre si hijo, al oue veía crecer cada dta rnAn parecido a su padre... Las lacrimas empañaban los ojos de la señorita Shumway y corrían por sus flácldas mejll'as. En aque- l'o« momentos de su vida frustrada, sedienta de amor, experimentaba de modo punrante todo lo que siem- pre habla soñado ser. lo que lamas serla: todo lo que siempre habla anhelado pero punca lograrla. La señorita Shumvay no podt* rrcnrdar la última escena que vid en la pantalla, pues estaba ahsor- ccr. Igualmente, para este fin. los I u m , a „,.„,„„,,. fra ««„ a de , u da fundamentalmente distinto rron . a v |^ a «otaria y en la vldi descuido. Las hombreras no deben aparecer nunca con atados o pren- didos. Si se lleva más de una hom- brera, deben arreglarse de manera que luzcan como si fuera una sola a través del vestido o blusa. Un re- fajo que esté algo sudo lucirá de- sastroso, y bajo ningún concepto debe permitir que el refajo se vea fuera del dobladillo o en el lado del vestido. El único modo de acortar un refajo demasiado largo es ha- ciéndole un dobladillo nuevo —nun- ca haga nudos en las hombreras. Otros pocos, "no" Los zapatos abiertos en el frente son muy confortables e indudable- mente sirven como ventilación para el pie, pero en cuanto a las medias se refiere, son algo "duros", puesto que éstas deben conservarse bien limpias. Al usar esta clase de zapa- tos debe tener mucho cuidado al lavar su medias de restregar bien las puntas, para que éstas, al aso- mar por las aberturas, no luzcan su- cias, pues no hay efecto más malo que ese. Y ya que nos encontramos hablan- do de calzado, es una costumbre muy eficaz el dejar que los zapatos se refresquen con frecuencia. Una buena idea es echarle un polvo deo- dorante una vez a la semana y de- jarlos asi toda la noche. Antes de volver a usar dichos zapatos, sacu- da el polvo. Esto ayuda también a conservar los pies frescos. Nuevos estilos para reuniones sencillas ' ' Por Elizabeth M. Boykin " En la casa moderna Impera una zas hechas a mano, en uno de esos nueva tendencia. Las señoras de colores ricos como el turquesa o hoy tienen nuevas ideas en lo que el marrón, aunque la porcelana no respecta a etiqueta y rechazan la se verla mal. ' Para laa reuniones numerosas, una cafetera como ésta es un apropiado centro de atracción. Con el café pueden servirse buñuelos u otros boca- dillos por el estilo, que requieren muy poco o ningún esfuerzo por parte del ama de casa. tradición dando más importancia a loa buenos amigos que a los enca- jes costosos. Parece que consideran que una conversación brillante pus» Otra manera elegante de servir el café es utilizando las altas y es- beltas cafeteras persas, de cobre o de latón, revestidas interiormente de metal, hay unas que tienen dos compartimientos, uno de ellos pa- ra las hojas, y cuando el ha lle- gado al grado que se desea, se in- clina U tetera en un ángulo distin- to y las hojas quedan fuera del agua. En cuestión de belleza no es de las más bonitas, pero hace un realmente delicioso. Para las co- nocedoras se ofrecen muy diversas cacerolas para calentar el agua en la mesa, primer requisito esencial si se quiere un verdaderamente bueno. Han hecho su aparición nueva- mente los cubrebotes, pero lo más moderno es el de vidrio, formando un pie en que va una vela y más arriba un aro de metal para colo- car la tetera. También hay tete- ras de porcelana con un capacete de metal para conservar el calor, pero en este respecto, una vez más la plata pura no tiene rival, aun- que no haga la bebida de sabor más exquisito. Las damas muy exi- gentes con frecuencia hacen el en una vasija de porcelana y des- pués lo transfieren a la tetera de plata. También se usa una vasija de plata para el agua callente y una de porcelana para la precios esencia. El samovar de latón es algo difícil de manejar, pero el efecto que hace es sorprendente... pues sentarse alrededor de un sa- movar es como sentarse alrededor de una chimenea donde chispean hermosos laftos. Para evitar traba- Jo y dificultades con el samovar hoy dia los hay eléctricos. Colorido brillan- te y llamativo Para cocktahs y otras bebidas hay enorme variedad de vasos, mu- chos de forma extraña, en brillan- tes colores de gran atracción. Es- to elimina la necesidad de surtirse de vasos en las tiendas baratas y sin gasto extraordinario puede pre- sentarse una cristalería verdadera- mente original. Para servir cana- pés y otros bocadillos, debe usarse un poco de imaginación. Al pre- CRUCIGRAMA El ama de casa avisada, está siempre dispuesta con tafé o para las visitas casuales, y una pieza para el azafate, tejida al crochet, presta siempre una at- mósfera agradable, aún en laa visitas más inopinadas. Un refrigerio muy apropiado es el vino, servido con queso y pan, realzados con accesorios muy sencillos que dan un encantador aire de distinción. / * 3 * o >r 4 se ¿Que error hay aquií Si no encuentre el error busque la toludón en loa anuncios clasificados sus ideas y conducta natural. De este modo el niño gana en conoci- mientos, en técnica, en habilidad, en capacidad mental, porque la en- señanza asi practicada deja correr su propia personalidad y el niño usa estas facultade para sus pro- pios fines. El enseñar de otro mo- do es provocar hostilidad mental el e! BifOi y de ella nace una actitud negativa, poco dispuesta a mol- dearse bajo las Indicaciones del maestro. La pedagogía, tal como se prac- tica en nuestros dias, no ofrece al nlfto campo para la expresión li- bre y natural de sus facultades, pues el maestro, sometido a una pauta de estudios cuyo éxito se mide por las notas que obtiene :1 discípulo, y teniendo por toda fa- cilidad el desnudo salón de clase con sus bancos, sus libros, sus pa- peles y su pizarra, carece en ab- soluto de material y estlmu'o pa- ra desarrollar la expresión creati- va de cada niño. Con los sistemas actuales, esto es imposible y asi mismo poco justo, acusar a los maestros del fracaso, porque verdaderamente, con loa medios de que disponen puede decirse que hacen milagros. Tampoco es justo pedir al maev tro que adopte métodos de ense- ftanra que exijan más disciplina y labor mis ardua, sin estar seguros ríe que será recompenssda con e! éxito. Cuando a una clase de pe- queños de primer grado, que apren- den a leer con un primer libro de lectura, se Implanta el sistema de aprender a leer por actividad, ésta se traduce en cortar figuras, cal- carlas, colorearlas, y poner el nom- bre del discípulo bajo el resutlado. Sin embargo, esto no puede llamar- se actividad natural, puse el cortar una figura bajo las Indicaciones del maestro no es la expresión na- tural de una Idea: es una lección Impuesta aunque el maestro pre- gunte al nlfto si le gustarla "hacer un caballo". Por si. los niftos pre- ferirían cualquier otra cosa antes que "hacer un caballo", pero de todos modos, es una alternativa entre "hacerlo" o sentarse en la clase inactivo, esperando que le llegue un tumo. Es un alivio, pero no es una expresión de actividad propia. En las escuelas elementales se debe enseñar al nifto los principios fundamentales, s I n escatimarlos. Una vez logrado ésto, el programa escolar, el edificio y la dotación de la escuela deben haberse prepa- rado para ofrecer tiempo suficien- te, espacio v oportunidad para 'a labor que los niftos prefieran ha- f*e la heroína «"el drama oue venia de presenciar. Pero las risas provo- cadas por la comedia oue simuló a la película principal, pronto la tra- jeron de nuevo a la triste realidad y como una sombra salló de la sa- la para el foyer, donde trató de re- parar de modo furtivo los efectos t'u su profunda emoción. Pensando en ella se sentía complacida de ios gruesos espejuelos, con los que a pesar de sentir un nudo en la gar- ganta, podía ocultar la pena que revelaban sus ojos. Cuando salló a la calle ya habla anochecido. Algo más tranquila se alegró de tener que caminar varias cjedras hasta llegar a la esquina donde lomarla el ómnibus que la llevarla hasta su casa. El paseo le permitirla recobrar su aplomo. Ya sentada en el ómnibus y con una buena distancia por recorrer, sus pensamientos volvieron a su Irterior. La vida real era totalmen- te distinta a la que se representa- ba en el cine y en las tablas. Por ejemplo, ahí estaba Gertrudis, la heroína de "Hacia el Otoño", maes- tra -como ella, con espejuelos, pero que con solo quitárselos se convitrló en bella muchacha amada y codi- ciada por el comerciante acomoda- do. Recordando esta película, la se- ñorita Shumway sonrió con amar- gura. En el caso de ella, si se qui- taban los espejuelos, se vela más fea que nunca, pues se ponían en evidencia aus rasgos macilentos, profundamente acentuados por su miopía. No, no era posible. Jamás hombre alguno se fijarla en ella. Sus amorosos anhelos nunca serian satisfechos, como no fuera viviendo la vida de otros, tal como Justa- n-ente venia de vivirla en el teatro F.p lugar de tener un hijo propio (Continúa en la página 15, CoL 1) de fácilmente cubrir la falta los damascos y la orfebrería. Las limitaciones de la actualidad Con el espacio tan pequeño de. que disponen hoy, las señoras tie- nen que dedicar mayor cuidado a los detalles y á los distintos ele- mentos del servicio que las damas de antaño, que disponían de espa- cio y profusión de cristalería y pla- tería. La dama inteligente de hoy es la que se da cuenta de sus li- mitaciones y no trata de dar una comida formal sin contar con un comedor apropiado. La que ofrece comidas sencillas, pero perfectas y la que escoge los elementos para servirlas con el mismo cuidado con que sigue la moda en sus propios vestidos, buscando siempre la indi- vidualidad. Al presente, el café y el están en su apogeo. Se ven hermosas ca- feteras, de diseño moderno, que pue- den ser el centro de deliciosas reu- niones intimas. Se hacen de las nuevas aleacciones modernas, de brillo opaco, que no se empañe. Su aspecto de hechas a mano y su gran capacidad las hacen aparecer como algo especial. En una de esas noches frias no hay nada mejor para animar a los amigos, reuni- dos alrededor de la cafetera. Pa- ra servir el café pueden usarse ta- cón peltre, acompaftadas de su azu- carero y su pichel en azafate ha- ciendo juego. Esta es una nota de gran elegancia en cualquier am- biente moderno. El colador de cristal a prueba de fuego es también muy cómodo si se desea un grado exacto, pues in- dica cuando está hecho. A mi mo- do de ver, no hay café mejor que el que se hace en estas cafeteras de cristal, aunque muchas prefte ren el colador de estilo francés o italiano. Para verdadero lujo, na- turalmente, no hay nada que subs- tituya las cafeteras de plata pura y aún las señoras de medios limi- tados, pero dadas a la más alta formalidad, pueden alcanzar el má- ximo de la distinción con sólo pre- sentar un servicio de café de pla- ta y tazas de delgadez extrema. La difícil sencillez del En lo que respecta al té, no tra- taré ni con mucho de indicar cuál es el mejor modo de hacer y ser- vir tan delicada bebida, pues has- ta ahora nadie ha convenido en un medio único de hacer una sencilla taza de té. En vista de esto, me limitaré a decir lo que he visto en lo tocante a servicios de y te- teras para que cada cual escoja lo que mejor le cuadre. En teteras de barro, que para el sabor de la bebida son mucho mejores que las Conocimientos y Curiosidades Breves muy breves ' Entre recién casados —¿No te mojestará que fume, querida? ¿No crees que el humo da- ñará las cortinas? —Eres encantador, querido, siem- pre perrssndo en el bien de la ca- sa antes que tus guatos. Pues bien yo creo que el humo si hará daño a las cortinaa. —Pues entonces, querida, quita las cortinas porque voy a samar. (Pearson's) msestros y los supervisores, espe- cialmente estos últimos, deben es- tar debidamente preparados. El he- cho de que se pongan palabras más o menos en el programa no altera el resultado de la labor edu- cativa. NO TENGA MIEDO DE VOLAR > LAS RECIENTES ESTADÍSTICAS PRUEBAN QUE EN AVWLIC5N t SUFRE SOLO SE UN ACCII LA LIMPIEZA AYUDA PARA EVTTAR LAS IMFIASAACJO- NES DE VA PIEL, NO HAY ^ NADA MEJOR QUE MANTENSR.- IA VJMPl/s,- ICIDEKTE P ATAL EN PROPOUOON DE DARLE l&l VECES l_A\VUCLT*\ A LA TIERRA. senté están muy de moda las ces- tas chatas para florea, ofreciendo en ellas galletas, panecillos, etc. Las cucharas de madera para el maíz tostado, y los azafates tam- bién de madera tallada imitando hojas, animales, etc., están igual- mente en su apogeo. Las tiendas ofrecen, además, una gran varie- dad de combinaciones de fantasía, entre ellos bandejas de cobre con adornos cromados, para empareda- dos y refrigerios. Si se desea servir algo más com- plicado que las bebidaa solamente, se ofrecen también azafates de compartimientos con una base pa- ra agua caliente que conservan los manjares a buena temperatura. Es- tos azafates pueden obtenerse con calentadores eléctricos en lugar del agua callente. Para los fiambres se requieren grandes bandejas y para los manjares callentes se ofrece una gran variedad de platos cubiertos de estilo muy moderno, de metal o de barro, imitando legumbres como la coliflor, la col, y muchos otros. Sin embargo, a mi entender na- da toma el lugar de los botes, aza- fates y cacerolas de barro, france- ses o espartóles para cierta clase d% servicio de buffet, ya sea para judias horneadas, sopa de cebollas, chile con carne y muchos otros pla- tos deliciosos y muy prácticos para el ama de casa. Igualmente, para sopas no hay nada mejor que las tazas cubiertas para cada persona. Servilletas grandes En lo que respecta a servilletas, éstas deben proveerse en abundan- cia y de un tamaño que las haga verdaderamente servilletas, aunque no sean más que de gingham con una franja alrededor. Las diminu- tas servilletas para cocktalls, por lindas que sean, no deben servir para otra cosa que cocktalls. Si se pone una mesa para la ce- na, el té, un desayuno, etc., las es- terillas son de gran ayuda, pero si la mesa no es todo lo perfecta que fuera de desear para dejarla ver entre las esterillas, puede usar- se un mantel de tarlatana, de co- lores brillantes, de los que hay lin- das combinaciones, con servilletas, verdaderas servilletas, haciendo jue- go. Lo Importante para toda ama de casa es que sus amigos e Invitados gocen de la reunión, y este resulta- do pueden lograrlo con el mismo éxito laa señoras que no disponen de mayordomo que las que viven en el ambiente de mayor formali- dad. Horizontales 1—Máa pequeflo. 6—Parte inferior del espolón de los barcos. 13—Derribo, echo en tierra, 14—Que tiene ojales. 15—Choza, casa de los indios. 16—Mujer mora. 17—Renta que produce al año un empleo. 38—Que tiene alas. 20—Titulo de los pares ingleses. (PL) 21—Está en Oberón. 22—La primera mitad del día. 23—Pieza cómica de los latinos parecida al saínete 25—Terminación que se tftade a los números cardinales. (Femenino). 29—Antiguo nombre de los mandatarios rusos. - 30—Mandadero, hombre grosero. 31—Es. (En nlglés). 34—Apócope de casa. 35—Limitados, escasos. 40—Padecer, sufrir una pena. 42—Lepidóptero de China parecido al gusano de seda. 43—Estado de la India Inglesa, capital Baroda. 44—Monte peñascoso. 45—Pedazos de Piedra seca. 46—Visionario, loco. 4T—Conturbara, sobresaltara. 48—Astros. Verticalea 1—Banco de peces. 2—Árbol de madera negra, pesada y pura, muy estimado. 3—Substancia Irisada y dura que se encuentra en algunas conchas. 4—Especie de bambú. 5—Das vueltas en redondo. 6—Conquista de una ciudad. 7—Animal antlflbio del que se saca un aceite medicinal. 8—Cierto baile del Bajio. 9—Tubos de barro que se usan en los hornos donde se calcina el cinabrio. 10—Conjunto de veinticinco hojas de papel. 11—Rio de Italia. 12—Nombre de letra griega. 19—Califa sucesor de Abu-Bekr. 22—Nombre femenino. 24—Símbolo del ázoe. 26—Del verbo Ir. 27—Agustín Nava. 28—Pieza de metal corrediza, que sirve para cerrar una puerta, ventana. etc. 31—Convertir en acero. 32—Mazorca. 35—Vilano de los cardos. (Pl.) 36—Cerro aislado en una llanura. 37—Cañaveral. 38— Especie de pino resinoso. 39—Sonidos agradables. 40—Peldaño de una escalera. Acción de pasar. 41—Raleza de un tejido. * 43—Apellido. 45—Tomás Agulrre. LA CIENCIA AL DIA Haca siete años que en las lineas férreas de Estados Unidos habla únicamente 30 trenes que corría 60 millas o más por hora. Ahora hay centenares de ellos. e En Alemania se ha diseñado un motor Diesel comparativamente aplastado para las alas de los avio- nes de modo que dichas alas pue- dan construirse en forma que me- nos resistencia ofrezcan al aire. * Los aviones con motores Diesel producidos en Alemania en el 1931 volaron por lo menos 25,000 millas por semana durante el año passdo y se espera que este afto dupliquen la cifra. * En una finca en el estado de Nue- va York se están criando visiones de los que se espera obtener un tamaño mayor y una piel tan va- llosa como la que se obtiene de los visones de Labrador y Yukón. * Para estimular la construcción de barcos en Italia, el Gobierno le permitirá a loa constructorea im- portar metales y maderas en for- ma de materia prima o semimam.- facturada Junto con ciertas partes mecánicas libres de impuestos du- rante diez años, * Con la idea de que la use la Po- licía, un individuo en Nueva York ha preparado una pequeña cámara que se adhiere debajo del cañón de las pistolas y fot'..rafia los fugiti- vos exponiendo el "film" y enrollán- dolo cuando se oprime el gatillo. * Se ha producido una balanza con un dispositivo para dejar registra- dos los pesos después de removidos los objetos pesados. * * Un aeroplano que ya no podia usarse para volar fué montado so- bre una torre en un frutal de Ohlo desde donde revoluciona su hélice lentamente enviando una corriente de aire que Impide la formación de escarcha en los árboles. Dos húngaroa han Inventado una máquina para h acer cigarri- llos envueltos en tabaco en ves de papel. FIGURAS PERDIDAS CON PIMIENTA Por DIOGENES El matrimonio es sin duds una lotería pero es el único Juego de asar que los sacerdotes no prohi- ben. Fenómeno es el hombre que nun- ca ha perdido un manojo de llaves. El mejor amigo del abogado es el hombre que redacta él mismo su testamento. 81, Roberto, la belleza de la mu- jer ea la roca donde encalla la In- teligencia del hombre. Busque otra bailarina. Solución en loa Anuagloa Qastflcadoa, I

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EL MUNDO, SAN JUAN, P. R. - SAIADO 26 DE NOVIEMBRE DE 1938. 13

Lo que más gusta a los hombres Por Patricia Lindsay

UN CUENTO BREVE

Una vida frustrada Por Edna I. Asmus

Frfvi eomo ana roaa lne*. la b»ll» Ellzaheth Alian. El cuidado exquisito que pone en »u persona,, añadido a ras encantos naturales, habla

por sí solo de su strayente personalidad. tos nombres detestan el descuido I pues no permiten el más pequeflo

y desarreglo. Es más, yo me Incli- no a creer que, en realidad, los hom- bres son más exigentes acerca de nuestra persona que nosotras mis- mas. Esta aseveración mía proba- blemente traerá una avalancha de correspondencia contradiciendo mi idea, pero de todas maneras, es un hecho que a los hombres les gusta vernos bien vestidas, perfumadas, en una palabra, bien arregladas.

No es muy fácil conservarse fres- ca como una flor en los días calu- rosos. Para conseguir esto se re- quiere cierto tiempo. Deben tomarse baños con más frecuencia y se ha de poner más cuidado en los mis- mos. También debe pensarse en apli- car un deodorante en polvo o liqui- do debajo de los brazos, en los pies y a través de la espalda (si es en esos lugares donde usted más suda). Las aguas de colonias con perfu- mes florales ayudan a conservar el cuerpo fresco y perfumado, pues el alcohol que éstas contienen juega un papel muy importante en la lim- pieza personal.

Pero, además de esto, debemos ser precavidas y usar la ropa interior y medias bien limpias, cambiándolas cada día. Si usted no tiene una re- serva grande debe formarse el hábi- to de lavarlas cada noche. Otros pequeños detalles

Esta temporaca esegn muy en bo- ga los vestidos y blusas transparen- tes. Todas sabemos que los materia- les transparentes son un problema,

La actividad natural del niño Por ANGELO IWTRI

Si Joaquín hiriera sus labores es , clon no constituya, en realidad, na- colares con la misma energía que dedica a sus juegos, más aún, con un décimo de esa energía, no sola- mente naüle se atreverla a pedirle más, sino que se agotarla en pocos instantes. En sus juegos no obs- tante, usa hasta el último átomo d« su capacidad, olvidándose de *-> do, excepto sus entretenimientos, hasta que la oscuridad ya no le de- ja ver. Ahora la cuestión consiste en estudiar por qué denota tan'o entusiasmo para el recreo y tanto despego para sus labores.

El asunto es sencillo: en el niño sus Juegos constituyen la expre- sión cabal de su personalidad, de sus Inclinaciones, y cuando se dí- dlca a expresarlas, a desarrollar- las, haciendo lo que realmente quiere, experimenta el goce máxi- mo de todo ser humano: la libertad de su espíritu. Mientras trabaja, porque mientras juega realmente "trabaja" deja correr sin freno su imaginación, su personalidad. Aho- ra, en el momento en que esa acti- vidad se somete a dirección, p Im- posición, su mente trabaja, pero con freno, perdida su libertad de arción. Esto hace evidente que al dejar su imaginación libre de tod\ reglaclón o imposición, Joaquín es incansable. Cuando se le dirige y

'hoy imposición, en seguida se can- sa.

Por este motivo, y teniéndolo íiempre en cuenta, los maestros de- ben poner todos los medios par* lograr que la labor escolar sea pla- centera y agradable para la mente de loa discípulos. Haciéndolo asi. los niños se absorben sin dificultad en ella. El maestro debe pensar que al asignar una lección, la men- te de] nlfto funciona bajo la im- posición de otra y por lo tanto esta imposición no debe dejarse sentir: dehe tratarse de que la lec-

La señorita Shumway miró ner- viosamente hacia el reloj y después hacia el pupitre de Lulsin. Se apro- ximaba el momento de despedir la case, pero la maestra todavía va- cilaba en ordenar a Lulsin que a» quedase, aunque realmente merecía •er castigado por tu mal comporta- miento.

Sin embargo, se decía preocu- pada, — st le hacia quedar perde- rla la oportunidad de ver la pelícu- la sensacional de Lawrence Lorraln, pues sus medios no la permitían pa- gar el precio de la función noctur- na y ai no le detenía, tendría tiem- po para la vespertina.

Su deseo de ver la película y su deber de maestra libraban rudo combate en su cerebro. Las frecuen- tes victorias del deber se denotaban ampliamente en su barbilla firma y en aus labios apretados; pero el deseo brillaba, a veces chispeante, en sus pequeños ojos oscuros, siem- pre protegidos con espejuelos de gruesos lentes y montura de carey.

La campana sonó al fin y la clase entera se puso en pie, lista para la sellda. antes de que la señorita pu- diera darse cuenta. Los alumnos es- peraban anhelantes y ávidos de lan- zarse por la puerta a la acostum- brada palabra de libertad. La seno- fita paseó su mirada sobre ellos y al cabo pronunció el mágico sésame que ae abogó en ruidosa algazara al dirigirse los chicos en tropel ha- da la puerta. La alegre avalancha le recordó su vacilación y. decidién- dose al puto, llamó con voz firme y severa:

—¡Lulsin, ven aquí! ¡Necesitó ver- te»

Pero Lulsfn. con m/antll astucia, habla aprovechado bien los pocos instantes d» espera y ae hallaba ya en la puerta al sonar la palabra trágica. Cuando la señorita decidió detenerse estaba ya a distancia res- petable y muy lejos del alcance de las palabras de la maestra. Mo- mentáneamente Irritada por la es- capatoria de Lulsin, la señorita ga- rrapateó una nota en el bloc del calendario que tenia ante si y la subrayó. Lnisin recibirla su casti- go al día siguiente.

Tranquilizada y gozosa, como ha- biendo obtenido un triunfo, la seño- rita ae ajustó los gruesos espejue- los y se preparó para salir.

Perdida en la penumbra del tea- tro, como una sombra entre som- bras, la señorita Shumway ae oul- tó el abrigo, perdió la reserva ha- bitual que le Imponía su profesión y se dispuso a presenciar a sus an- chas el emocionante drama gue se desarrollaba en la pantalla, sintién- dose la heroína de la dolorosa his- toria, absorbiéndose la anécdota y viviéndola como si se tratara de su propia vida. Era ella la que recibía v devolvía los apasionados besos de Lawrence Lorraln, su actor favori- to; ella la que se dejaba arrastrar ñor una pasión abrumadora: el'a la que. al cabo, era la madre d« si hijo, al oue veía crecer cada dta rnAn parecido a su padre...

Las lacrimas empañaban los ojos de la señorita Shumway y corrían por sus flácldas mejll'as. En aque- l'o« momentos de su vida frustrada, sedienta de amor, experimentaba de modo punrante todo lo que siem- pre habla soñado ser. lo que lamas serla: todo lo que siempre habla anhelado pero punca lograrla.

La señorita Shumvay no podt* rrcnrdar la última escena que vid en la pantalla, pues estaba ahsor-

ccr. Igualmente, para este fin. los I u m ,a „,.„,„„,,. fra««„a de ,u

da fundamentalmente distinto d« rron.a v|^a «otaria y en la vldi

descuido. Las hombreras no deben aparecer nunca con atados o pren- didos. Si se lleva más de una hom- brera, deben arreglarse de manera que luzcan como si fuera una sola a través del vestido o blusa. Un re- fajo que esté algo sudo lucirá de- sastroso, y bajo ningún concepto debe permitir que el refajo se vea fuera del dobladillo o en el lado del vestido. El único modo de acortar un refajo demasiado largo es ha- ciéndole un dobladillo nuevo —nun- ca haga nudos en las hombreras.

Otros pocos, "no" Los zapatos abiertos en el frente

son muy confortables e indudable- mente sirven como ventilación para el pie, pero en cuanto a las medias se refiere, son algo "duros", puesto que éstas deben conservarse bien limpias. Al usar esta clase de zapa- tos debe tener mucho cuidado al lavar su medias de restregar bien las puntas, para que éstas, al aso- mar por las aberturas, no luzcan su- cias, pues no hay efecto más malo que ese.

Y ya que nos encontramos hablan- do de calzado, es una costumbre muy eficaz el dejar que los zapatos se refresquen con frecuencia. Una buena idea es echarle un polvo deo- dorante una vez a la semana y de- jarlos asi toda la noche. Antes de volver a usar dichos zapatos, sacu- da el polvo. Esto ayuda también a conservar los pies frescos.

Nuevos estilos para reuniones sencillas ' ' Por Elizabeth M. Boykin "

En la casa moderna Impera una zas hechas a mano, en uno de esos nueva tendencia. Las señoras de colores ricos como el turquesa o hoy tienen nuevas ideas en lo que el marrón, aunque la porcelana no respecta a etiqueta y rechazan la se verla mal. '

Para laa reuniones numerosas, una cafetera como ésta es un apropiado centro de atracción. Con el café pueden servirse buñuelos u otros boca-

dillos por el estilo, que requieren muy poco o ningún esfuerzo por parte del ama de casa.

tradición dando más importancia a loa buenos amigos que a los enca- jes costosos. Parece que consideran que una conversación brillante pus»

Otra manera elegante de servir el café es utilizando las altas y es- beltas cafeteras persas, de cobre o de latón, revestidas interiormente

de metal, hay unas que tienen dos compartimientos, uno de ellos pa- ra las hojas, y cuando el té ha lle- gado al grado que se desea, se in- clina U tetera en un ángulo distin- to y las hojas quedan fuera del agua. En cuestión de belleza no es de las más bonitas, pero hace un té realmente delicioso. Para las co- nocedoras se ofrecen muy diversas cacerolas para calentar el agua en la mesa, primer requisito esencial si se quiere un té verdaderamente bueno.

Han hecho su aparición nueva- mente los cubrebotes, pero lo más moderno es el de vidrio, formando un pie en que va una vela y más arriba un aro de metal para colo- car la tetera. También hay tete- ras de porcelana con un capacete de metal para conservar el calor, pero en este respecto, una vez más la plata pura no tiene rival, aun- que no haga la bebida de sabor más exquisito. Las damas muy exi- gentes con frecuencia hacen el té en una vasija de porcelana y des- pués lo transfieren a la tetera de plata. También se usa una vasija de plata para el agua callente y una de porcelana para la precios esencia. El samovar de latón es algo difícil de manejar, pero el efecto que hace es sorprendente... pues sentarse alrededor de un sa- movar es como sentarse alrededor de una chimenea donde chispean hermosos laftos. Para evitar traba- Jo y dificultades con el samovar hoy dia los hay eléctricos. Colorido brillan- te y llamativo

Para cocktahs y otras bebidas hay enorme variedad de vasos, mu- chos de forma extraña, en brillan- tes colores de gran atracción. Es- to elimina la necesidad de surtirse de vasos en las tiendas baratas y sin gasto extraordinario puede pre- sentarse una cristalería verdadera- mente original. Para servir cana- pés y otros bocadillos, debe usarse un poco de imaginación. Al pre-

CRUCIGRAMA

El ama de casa avisada, está siempre dispuesta con tafé o té para las visitas casuales, y una pieza para

el azafate, tejida al crochet, presta siempre una at- mósfera agradable, aún en laa visitas más inopinadas.

Un refrigerio muy apropiado es el vino, servido con queso y pan, realzados con accesorios muy sencillos

que dan un encantador aire de distinción.

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sus ideas y conducta natural. De este modo el niño gana en conoci- mientos, en técnica, en habilidad, en capacidad mental, porque la en- señanza asi practicada deja correr su propia personalidad y el niño usa estas facultade para sus pro- pios fines. El enseñar de otro mo- do es provocar hostilidad mental el e! BifOi y de ella nace una actitud negativa, poco dispuesta a mol- dearse bajo las Indicaciones del maestro.

La pedagogía, tal como se prac- tica en nuestros dias, no ofrece al nlfto campo para la expresión li- bre y natural de sus facultades, pues el maestro, sometido a una pauta de estudios cuyo éxito se mide por las notas que obtiene :1 discípulo, y teniendo por toda fa- cilidad el desnudo salón de clase con sus bancos, sus libros, sus pa- peles y su pizarra, carece en ab- soluto de material y estlmu'o pa- ra desarrollar la expresión creati- va de cada niño.

Con los sistemas actuales, esto es imposible y asi mismo poco justo, acusar a los maestros del fracaso, porque verdaderamente, con loa medios de que disponen puede decirse que hacen milagros.

Tampoco es justo pedir al maev tro que adopte métodos de ense- ftanra que exijan más disciplina y labor mis ardua, sin estar seguros ríe que será recompenssda con e! éxito. Cuando a una clase de pe- queños de primer grado, que apren- den a leer con un primer libro de lectura, se Implanta el sistema de aprender a leer por actividad, ésta se traduce en cortar figuras, cal- carlas, colorearlas, y poner el nom- bre del discípulo bajo el resutlado. Sin embargo, esto no puede llamar- se actividad natural, puse el cortar una figura bajo las Indicaciones del maestro no es la expresión na- tural de una Idea: es una lección Impuesta aunque el maestro pre- gunte al nlfto si le gustarla "hacer un caballo". Por si. los niftos pre- ferirían cualquier otra cosa antes que "hacer un caballo", pero de todos modos, es una alternativa entre "hacerlo" o sentarse en la clase inactivo, esperando que le llegue un tumo. Es un alivio, pero no es una expresión de actividad propia.

En las escuelas elementales se debe enseñar al nifto los principios fundamentales, s I n escatimarlos. Una vez logrado ésto, el programa escolar, el edificio y la dotación de la escuela deben haberse prepa- rado para ofrecer tiempo suficien- te, espacio v oportunidad para 'a labor que los niftos prefieran ha-

f*e la heroína «"el drama oue venia de presenciar. Pero las risas provo- cadas por la comedia oue simuló a la película principal, pronto la tra- jeron de nuevo a la triste realidad y como una sombra salló de la sa- la para el foyer, donde trató de re- parar de modo furtivo los efectos t'u su profunda emoción. Pensando en ella se sentía complacida de ios gruesos espejuelos, con los que a pesar de sentir un nudo en la gar- ganta, podía ocultar la pena que revelaban sus ojos.

Cuando salló a la calle ya habla anochecido. Algo más tranquila se alegró de tener que caminar varias cjedras hasta llegar a la esquina donde lomarla el ómnibus que la llevarla hasta su casa. El paseo le permitirla recobrar su aplomo.

Ya sentada en el ómnibus y con una buena distancia por recorrer, sus pensamientos volvieron a su Irterior. La vida real era totalmen- te distinta a la que se representa- ba en el cine y en las tablas. Por ejemplo, ahí estaba Gertrudis, la heroína de "Hacia el Otoño", maes- tra -como ella, con espejuelos, pero que con solo quitárselos se convitrló en bella muchacha amada y codi- ciada por el comerciante acomoda- do. Recordando esta película, la se- ñorita Shumway sonrió con amar- gura. En el caso de ella, si se qui- taban los espejuelos, se vela más fea que nunca, pues se ponían en evidencia aus rasgos macilentos, profundamente acentuados por su miopía. No, no era posible. Jamás hombre alguno se fijarla en ella. Sus amorosos anhelos nunca serian satisfechos, como no fuera viviendo la vida de otros, tal como Justa- n-ente venia de vivirla en el teatro F.p lugar de tener un hijo propio (Continúa en la página 15, CoL 1)

de fácilmente cubrir la falta d« los damascos y la orfebrería.

Las limitaciones de la actualidad

Con el espacio tan pequeño de. que disponen hoy, las señoras tie- nen que dedicar mayor cuidado a los detalles y á los distintos ele- mentos del servicio que las damas de antaño, que disponían de espa- cio y profusión de cristalería y pla- tería. La dama inteligente de hoy es la que se da cuenta de sus li- mitaciones y no trata de dar una comida formal sin contar con un comedor apropiado. La que ofrece comidas sencillas, pero perfectas y la que escoge los elementos para servirlas con el mismo cuidado con que sigue la moda en sus propios vestidos, buscando siempre la indi- vidualidad.

Al presente, el café y el té están en su apogeo. Se ven hermosas ca- feteras, de diseño moderno, que pue- den ser el centro de deliciosas reu- niones intimas. Se hacen de las nuevas aleacciones modernas, de brillo opaco, que no se empañe. Su aspecto de hechas a mano y su gran capacidad las hacen aparecer como algo especial. En una de esas noches frias no hay nada mejor para animar a los amigos, reuni- dos alrededor de la cafetera. Pa- ra servir el café pueden usarse ta-

cón peltre, acompaftadas de su azu- carero y su pichel en azafate ha- ciendo juego. Esta es una nota de gran elegancia en cualquier am- biente moderno.

El colador de cristal a prueba de fuego es también muy cómodo si se desea un grado exacto, pues in- dica cuando está hecho. A mi mo- do de ver, no hay café mejor que el que se hace en estas cafeteras de cristal, aunque muchas prefte ren el colador de estilo francés o italiano. Para verdadero lujo, na- turalmente, no hay nada que subs- tituya las cafeteras de plata pura y aún las señoras de medios limi- tados, pero dadas a la más alta formalidad, pueden alcanzar el má- ximo de la distinción con sólo pre- sentar un servicio de café de pla- ta y tazas de delgadez extrema. La difícil sencillez del té

En lo que respecta al té, no tra- taré ni con mucho de indicar cuál es el mejor modo de hacer y ser- vir tan delicada bebida, pues has- ta ahora nadie ha convenido en un medio único de hacer una sencilla taza de té. En vista de esto, me limitaré a decir lo que he visto en lo tocante a servicios de té y te- teras para que cada cual escoja lo que mejor le cuadre. En teteras de barro, que para el sabor de la bebida son mucho mejores que las

Conocimientos y Curiosidades

Breves muy breves '

Entre recién casados —¿No te mojestará que fume,

querida? ¿No crees que el humo da- ñará las cortinas?

—Eres encantador, querido, siem- pre perrssndo en el bien de la ca- sa antes que tus guatos. Pues bien yo creo que el humo si hará daño a las cortinaa.

—Pues entonces, querida, quita las cortinas porque voy a samar. (Pearson's)

msestros y los supervisores, espe- cialmente estos últimos, deben es- tar debidamente preparados. El he- cho de que se pongan palabras más o menos en el programa no altera el resultado de la labor edu- cativa.

NO TENGA MIEDO DE VOLAR > LAS RECIENTES ESTADÍSTICAS PRUEBAN QUE EN AVWLIC5N

t SUFRE SOLO SE UN ACCII

LA LIMPIEZA AYUDA PARA EVTTAR

LAS IMFIASAACJO- NES DE VA PIEL, NO HAY ^ NADA MEJOR QUE MANTENSR.- IA VJMPl/s,-

ICIDEKTE P ATAL EN PROPOUOON DE DARLE l&l VECES

l_A\VUCLT*\ A LA TIERRA.

senté están muy de moda las ces- tas chatas para florea, ofreciendo en ellas galletas, panecillos, etc. Las cucharas de madera para el maíz tostado, y los azafates tam- bién de madera tallada imitando hojas, animales, etc., están igual- mente en su apogeo. Las tiendas ofrecen, además, una gran varie- dad de combinaciones de fantasía, entre ellos bandejas de cobre con adornos cromados, para empareda- dos y refrigerios.

Si se desea servir algo más com- plicado que las bebidaa solamente, se ofrecen también azafates de compartimientos con una base pa- ra agua caliente que conservan los manjares a buena temperatura. Es- tos azafates pueden obtenerse con calentadores eléctricos en lugar del agua callente. Para los fiambres se requieren grandes bandejas y para los manjares callentes se ofrece una gran variedad de platos cubiertos de estilo muy moderno, de metal o de barro, imitando legumbres como la coliflor, la col, y muchos otros.

Sin embargo, a mi entender na- da toma el lugar de los botes, aza- fates y cacerolas de barro, france- ses o espartóles para cierta clase d% servicio de buffet, ya sea para judias horneadas, sopa de cebollas, chile con carne y muchos otros pla- tos deliciosos y muy prácticos para el ama de casa. Igualmente, para sopas no hay nada mejor que las tazas cubiertas para cada persona. Servilletas grandes

En lo que respecta a servilletas, éstas deben proveerse en abundan- cia y de un tamaño que las haga verdaderamente servilletas, aunque no sean más que de gingham con una franja alrededor. Las diminu- tas servilletas para cocktalls, por lindas que sean, no deben servir para otra cosa que cocktalls.

Si se pone una mesa para la ce- na, el té, un desayuno, etc., las es- terillas son de gran ayuda, pero si la mesa no es todo lo perfecta que fuera de desear para dejarla ver entre las esterillas, puede usar- se un mantel de tarlatana, de co- lores brillantes, de los que hay lin- das combinaciones, con servilletas, verdaderas servilletas, haciendo jue- go.

Lo Importante para toda ama de casa es que sus amigos e Invitados gocen de la reunión, y este resulta- do pueden lograrlo con el mismo éxito laa señoras que no disponen de mayordomo que las que viven en el ambiente de mayor formali- dad.

Horizontales 1—Máa pequeflo. 6—Parte inferior del espolón de los barcos.

13—Derribo, echo en tierra, 14—Que tiene ojales. 15—Choza, casa de los indios. 16— Mujer mora. 17—Renta que produce al año un empleo. 38—Que tiene alas. 20—Titulo de los pares ingleses. (PL) 21—Está en Oberón. 22—La primera mitad del día. 23—Pieza cómica de los latinos parecida al saínete 25—Terminación que se tftade a los números cardinales. (Femenino). 29—Antiguo nombre de los mandatarios rusos. - 30—Mandadero, hombre grosero. 31—Es. (En nlglés). 34—Apócope de casa. 35—Limitados, escasos. 40—Padecer, sufrir una pena. 42—Lepidóptero de China parecido al gusano de seda. 43—Estado de la India Inglesa, capital Baroda. 44—Monte peñascoso. 45—Pedazos de Piedra seca. 46— Visionario, loco. 4T—Conturbara, sobresaltara. 48—Astros.

Verticalea 1—Banco de peces. 2—Árbol de madera negra, pesada y pura, muy estimado. 3—Substancia Irisada y dura que se encuentra en algunas conchas. 4— Especie de bambú. 5—Das vueltas en redondo. 6—Conquista de una ciudad. 7—Animal antlflbio del que se saca un aceite medicinal. 8—Cierto baile del Bajio. 9—Tubos de barro que se usan en los hornos donde se calcina el cinabrio.

10—Conjunto de veinticinco hojas de papel. 11—Rio de Italia. 12—Nombre de letra griega. 19—Califa sucesor de Abu-Bekr. 22—Nombre femenino. 24—Símbolo del ázoe. 26—Del verbo Ir. 27—Agustín Nava. 28— Pieza de metal corrediza, que sirve para cerrar una puerta, ventana.

etc. 31—Convertir en acero. 32—Mazorca. 35—Vilano de los cardos. (Pl.) 36—Cerro aislado en una llanura. 37—Cañaveral. 38— Especie de pino resinoso. 39—Sonidos agradables. 40—Peldaño de una escalera. Acción de pasar. 41—Raleza de un tejido. * 43—Apellido. 45—Tomás Agulrre.

LA CIENCIA AL DIA Haca siete años que en las lineas

férreas de Estados Unidos habla únicamente 30 trenes que corría 60 millas o más por hora. Ahora hay centenares de ellos. e

• • • En Alemania se ha diseñado un

motor Diesel comparativamente aplastado para las alas de los avio- nes de modo que dichas alas pue- dan construirse en forma que me- nos resistencia ofrezcan al aire.

• * • Los aviones con motores Diesel

producidos en Alemania en el 1931 volaron por lo menos 25,000 millas por semana durante el año passdo y se espera que este afto dupliquen la cifra.

• * • En una finca en el estado de Nue-

va York se están criando visiones de los que se espera obtener un tamaño mayor y una piel tan va- llosa como la que se obtiene de los visones de Labrador y Yukón.

• * • Para estimular la construcción

de barcos en Italia, el Gobierno le permitirá a loa constructorea im- portar metales y maderas en for-

ma de materia prima o semimam.- facturada Junto con ciertas partes mecánicas libres de impuestos du- rante diez años,

• • * Con la idea de que la use la Po-

licía, un individuo en Nueva York ha preparado una pequeña cámara que se adhiere debajo del cañón de las pistolas y fot'..rafia los fugiti- vos exponiendo el "film" y enrollán- dolo cuando se oprime el gatillo.

• * • Se ha producido una balanza con

un dispositivo para dejar registra- dos los pesos después de removidos los objetos pesados.

• * * Un aeroplano que ya no podia

usarse para volar fué montado so- bre una torre en un frutal de Ohlo desde donde revoluciona su hélice lentamente enviando una corriente de aire que Impide la formación de escarcha en los árboles.

• • • Dos húngaroa han Inventado

una máquina para h acer cigarri- llos envueltos en tabaco en ves de papel.

FIGURAS PERDIDAS

CON PIMIENTA

Por DIOGENES El matrimonio es sin duds una

lotería pero es el único Juego de asar que los sacerdotes no prohi- ben.

• • • Fenómeno es el hombre que nun-

ca ha perdido un manojo de llaves. El mejor amigo del abogado es el hombre que redacta él mismo su testamento.

• • • 81, Roberto, la belleza de la mu-

jer ea la roca donde encalla la In- teligencia del hombre. Busque otra bailarina. Solución en loa Anuagloa Qastflcadoa,

I