Llegó la Navidad yz abcdefghijklmnopqrstuvwxyz ... · barcaciones de aquel mar ... plástico de 35...

5
adefghijklmnopqrstuvwxyz abcdefghij yz abcdefghijklmnopqrstuvwxyz abcdefghijklmnopq jklmnopqrstuvwxyz abcdefghijklmnopq H oy quiero traeros y haceros partícipes de una ilusión. La de ha- cer un alto en el tra- bajo, en vuestras aficiones actuales, dejando de lado las preocupaciones que nos abruman y volver por unos instantes a aquellos felices años de nuestra infancia, donde vivíamos sin proble- mas, o por lo menos ajenos a ellos, porque nuestros pa- dres velaban para que así fuese y, pudiésemos vivir la gran ilusión de la Navidad, aquella que siempre dejó una alegría en nuestro cora- zón de niño. Esta vez os preparo una sorpresa, estamos en el mes de la Navidad, de aquella Navidad de nuestros lejanos días de niños que, aunque poco o nada se parece a la de hoy; sin embargo siem- pre será la misma Navidad. La que ininterrumpidamente viene repitiéndose desde ha- ce más de dos mil años. Quizás la de este año re- vise cierta particularidad; dicen que por efecto de la crisis que nos ha llegado y que siempre se nos ocultó, las iluminaciones navideñas se restringirán y de paso cumplirán con el protocolo de Kioto del 97 que hará la ilusión de los sandías. La ver- dad es que éste es un cuen- to más del alto mando, pues si quieren ahorro, ¿porqué Llegó la Navidad a nuestros talleres Queridos amigos modelistas, familias y amigos de los amigos: Cuando algunos de vosotros hayáis leído este artículo, seguro que ya se habrá encendido la primera candela que nos anuncia el comienzo del Adviento; si así fuese, todavía tenéis tiempo para sacar el máximo partido a esta lectura. Texto y fotos: Jesús Mª Lizarraga ARTÍCULO

Transcript of Llegó la Navidad yz abcdefghijklmnopqrstuvwxyz ... · barcaciones de aquel mar ... plástico de 35...

adefghijklmnopqrstuvwxyz abcdefghijklmnopqrstuvwxyz abcdefghijklmnopqyz a

bcd

efg

hijklm

nopqrst

uvw

xyz a

bcd

efg

hijklm

nopq

adefghijklmnopqrstuvwxyz abcdefghijklmnopqrstuvwxyz abcdefghijklmnopq

adefghijklmnopqrstuvwxyz abcdefghijklmnopqrstuvwxyz abcdefghijklmnopq

adefghijklmnopqrstuvwxyz abcdefghijklmnopqrstuvwxyz abcdefghijklmnopq

Hoy quiero traeros y haceros partícipes de una ilusión. La de ha-cer un alto en el tra-

bajo, en vuestras aficiones actuales, dejando de lado las preocupaciones que nos abruman y volver por unos instantes a aquellos felices años de nuestra infancia, donde vivíamos sin proble-mas, o por lo menos ajenos a ellos, porque nuestros pa-dres velaban para que así fuese y, pudiésemos vivir la gran ilusión de la Navidad, aquella que siempre dejó una alegría en nuestro cora-zón de niño.

Esta vez os preparo una sorpresa, estamos en el mes de la Navidad, de aquella Navidad de nuestros lejanos días de niños que, aunque poco o nada se parece a la de hoy; sin embargo siem-pre será la misma Navidad. La que ininterrumpidamente viene repitiéndose desde ha-ce más de dos mil años.

Quizás la de este año re-vise cierta particularidad; dicen que por efecto de la crisis que nos ha llegado y que siempre se nos ocultó, las iluminaciones navideñas se restringirán y de paso cumplirán con el protocolo de Kioto del 97 que hará la ilusión de los sandías. La ver-dad es que éste es un cuen-to más del alto mando, pues si quieren ahorro, ¿porqué

Llegó la Navidad a nuestros talleresQueridos amigos modelistas, familias y amigos de los amigos: Cuando algunos de vosotros hayáis leído este artículo, seguro que ya se habrá encendido la primera candela que nos anuncia el comienzo del Adviento; si así fuese, todavía tenéis tiempo para sacar el máximo partido a esta lectura.

Texto y fotos: Jesús Mª Lizarraga

ARTÍCULO

adefghijklmnopqrstuvwxyz abcdefghijklmnopqrstuvwxyz abcdefghijklmnopq

adefghijklmnopqrstuvwxyz abcdefghijklmnopqrstuvwxyz abcdefghijklmnopq

adefghijklmnopqrstuvwxyz abcdefghijklmnopqrstuvwxyz abcdefghijklmnopqyz abcdefghijklmnopqrstuvwxyz abcdefghijklmnopq

adefghijklmnopqrstuvwxyz abcdefghijklmnopqrstuvwxyz abcdefghijklmnopq

gastan tanto, arramplando del erario público en su be-neficio o en el de sus fami-lias mientras los demás nos quedamos a dos velas?.

De todos modos se mire como se mire la decisión

tiene algo de positivo, es una buena medida, porque lo único que hacían era po-ner luces y más luces col-gadas de edificios, postes y fachadas, como si con esas luminarias quisieran darnos

a entender que eran como una añoranza de las que a ellos siempre les faltaron. Tan solo eran vanidad de vanidades, cuanto más luces o adornos ponían mayor era la horterada. El caso era no

comprender la fiesta que ce-lebraban.

Por eso, no quiero que os falte mi sincera felicitación en una fiesta tan universal y entrañable que hasta los gentiles la celebran, si no

adefghijklmnopqrstuvwxyz abcdefghijklmnopqrstuvwxyz abcdefghijklmnopqyz a

bcd

efg

hijklm

nopqrst

uvw

xyz a

bcd

efg

hijklm

nopq

adefghijklmnopqrstuvwxyz abcdefghijklmnopqrstuvwxyz abcdefghijklmnopq

adefghijklmnopqrstuvwxyz abcdefghijklmnopqrstuvwxyz abcdefghijklmnopq

adefghijklmnopqrstuvwxyz abcdefghijklmnopqrstuvwxyz abcdefghijklmnopq

en su esencia, porque no la comprenden, sí la compar-ten en el gasto y folklore que es precisamente lo que no-sotros no comprendemos. Pero entremos un poco en la historia de aquella prime-ra familia cristiana; porque familias las ha habido desde el comienzo de lo que llama-mos nuestra civilización, pe-ro con el calificativo de cris-tiana espero que se acepte como la primera. Familia, entendida como centro de gestación de sociedad y pro-creación de la misma.

El padre de esta familia, el bueno de José era car-pintero y, estimo que no es un disparate el pensar que más de una vez trabajaría en alguno de los botes o em-barcaciones de aquel mar interior o lago de Tiberíades llamado en su tiempo tam-bién Kinnéret. Embarcacio-nes mayores o menores en las que posiblemente años después su Hijo las utilizaría como atalaya para contar-nos algunas cosas.

Tampoco me resigno a creer que en el propio taller o en un reservado altillo de la carpintería un avispado muchacho no encontraría maderas o restos de astillas

que poner en las corrientes de algún riachuelo, en algu-na charca, algún abrevadero de ganado o simplemente en la palma de la mano y con la imaginación volar hacia lo desconocido; sitio al que to-dos los marinos han querido llegar los primeros.

Recordemos nuestra in-fancia, muchos de nosotros, cuando no conocíamos esta sociedad consumista, nues-tros primeros barcos fueron

tapones de corcho cortados por la mitad, para quilla un palillo de los planos metido en una cortada que había-mos hecho con el cuchillo de cocina, pues los palillos redondos eran para los res-taurantes de ricos, donde los agraciados trinchaban con ellos las olivas del vermouth dominical.

Para el palo mayor, lo me-jor era un palillo, ya que un clavo lo hacía caer de cos-

tado. Todavía no sabíamos nada sobre centros de grave-dad o metacentros; en aque-llos juegos nuestros todo era experimental. Otros hacían los cascos de las carracas con la cáscara de media nuez. La arquera era miga amasada y la vela o velas, trozos de papel recortados y trinchados en el palo.

Por todos esos razona-mientos es por lo que al Belén de este año le he aña-dido un bote. El bote que el bueno de San José había hecho para su Hijo.

La Navidad nos trae el mejor ejemplo de la fami-lia, la del trabajo que une, la de los padres que enseñan a sus hijos, la célula vital de cualquier sociedad. Sin fa-milia la sociedad no existe, la cultura, el saber, las tradi-ciones no tienen continuidad si falta ese eslabón que nos permite remontarnos hasta donde nuestra imaginación se pare.

Por eso la navidad de hoy se escribe con minúscula, es pobre, sin carácter, vacía de todo, transmite a los jóvenes tan pocas cosas; solo fies-tas, regalos, luces, bebidas y algún que otro polvo sin definir que mañana lamen-taremos.

ARTÍCULO

adefghijklmnopqrstuvwxyz abcdefghijklmnopqrstuvwxyz abcdefghijklmnopq

adefghijklmnopqrstuvwxyz abcdefghijklmnopqrstuvwxyz abcdefghijklmnopq

adefghijklmnopqrstuvwxyz abcdefghijklmnopqrstuvwxyz abcdefghijklmnopqyz abcdefghijklmnopqrstuvwxyz abcdefghijklmnopq

adefghijklmnopqrstuvwxyz abcdefghijklmnopqrstuvwxyz abcdefghijklmnopq

Mi Navidad, la Navidad que os deseo es la del amor, la del cariño, la de la zam-bomba, los turrones, la de los juegos con los niños, la del encuentro con amigos, familiares y hasta con algún pobre de la parroquia que esta vez nos atrevimos a in-vitarlo a nuestra fiesta. La del recuerdo de aquél otro Niño que nació en Belén, se hizo mayor, nos enseñó a vivir en el respeto, nos dijo que los enemigos también eran nuestros hermanos. Di-jo más cosas no convenien-tes y por eso lo traicionaron, lo entregaron y .... Pero al final, Él triunfó.

La verdad es que a los mo-delistas o maquetistas sólo nos hace falta un rato de si-lencio para transformar tro-zos de porexpan con ayuda de un soldador en verdade-ras obras de arte. Los pese-bristas de hoy ya no trabajan con la escayola. Manchan menos, y sus obras pesan

también mucho menos. Yo me he valido para hacer ese Belén de un sencillo solda-dor JBC de 16W, aunque el de 11 también sirve pa-ra estos tamaños. Antes de empezar a usarlo es preciso

afilar la punta, dado la esca-la pequeña que he elegido, la he curvado un poco con los alicates y he ido tallan-do piedras, arcos, suelos. Para dar un poco de calidad al conjunto, con madera de

balsa he construido los mar-cos de puertas y ventanas.

Si no queréis estropear la punta del soldador, cosa que me parece bien; quitar la punta y haceros una arti-ficial con un tubo de latón

adefghijklmnopqrstuvwxyz abcdefghijklmnopqrstuvwxyz abcdefghijklmnopqyz a

bcd

efg

hijklm

nopqrst

uvw

xyz a

bcd

efg

hijklm

nopq

adefghijklmnopqrstuvwxyz abcdefghijklmnopqrstuvwxyz abcdefghijklmnopq

o cobre de unos 20 mm de largo encamisáis la varilla calefactora, que es de casi 4 mm Ø, antes le tenéis que soldar en su costado una aguja hecha con alambre de cuerda de piano de 0,5 mm (soldadura plata). Esa nueva

prótesis que colocáis le bajáis la punta en forma de pico para que os permita trabajar el porexpan cómodamente. Para esta escala os vienen bien las figuras italianas de plástico de 35 mm. El mis-terio completo no llega a los

8 €. El conjunto os entra en una caja de zapatos a la que previamente le habréis abierto una gran ventana a modo de escenario. La ima-ginación al poder, eso tam-bién lo dijeron algunos en Mayo y se convirtieron en

políticos. Vosotros os con-vertiréis en artistas por una noche divina.

Hasta ahora nada del otro mundo. Lo difícil viene aho-ra, ser artista para pintar con pintura al agua, en mi caso plástica. Hasta ahora tu Belén está como cuando terminas tu barco y lo de-jas como si fuese un mue-ble. Luego viene tu mano, mano de artista para enve-jecer, sacar brillo a los ángu-los, desgastar los peldaños de las escaleras en la parte central...... en fin, ¿qué os voy a enseñar yo viendo en la revista vuestros trabajos y consejos sobre pinturas?.

Estoy seguro que si os po-néis a ello daréis una alegría a los pequeños de la casa; la misma que os dieron vuestros padres cuando erais unos na-nos; aunque sea por unos días vivir la Navidad de vues-tros sueños, contársela a los demás. Os aseguro que gasta-réis menos y sonreiréis más.

Desde estas líneas os de-seo Una Feliz Navidad

ARTÍCULO