Literaturas posautónomas

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Literaturas postautnomasJosefina LudmerYale UniversityEstoy buscando territorios del presente y pienso en un tipo de escrituras actualesde la realidadcotidiana que se sitan enislas urbanas [en zonas sociales] de la ciudad de Buenos Aires: por ejemplo,el bajo Flores de los inmigrantes bolivianos [peruanos y coreanos] deBolivia construccionesde Bruno Morales [seudnimo de Sergio Di Nucci, Buenos Aires, Sudamericana,2007], y tambin el deLa villade Csar Aira [Buenos Aires, Emec, 2001], elMonserratde Daniel Link [BsAs, Mansalva, 2006] , el Boedo de Fabin Casas enOcio[Buenos Aires : Santiago Arcos, 2006],el zoolgicode Mara Sonia CristoffenDesubicados[Sudamericana, 2006], y en su compilacinIdea crnica[Beatriz Viterbo, 2006].Pienso tambinen las puestas del proyecto Biodrama de Vivi Tellas, y en cierto arte.As como muchas veces se identifica la gente en los medios [Rosita de Boedo, Martn de Palermo], en estos textos los sujetos se definen por su pertenencia a ciertos territorios.Estoy pensando en la reflexin de Florencia Garramuo ["Hacia una esttica heternoma. Poesa y experiencia en Ana Cristina Cesar y Nstor Perlongher" a aparecer enelJournal of Latin American Cultural Studies].Y tambin pienso en la reflexin deTamara Kamenszain[La boca del testimonio. Lo que dice la poesa. BsAs. Norma, 2007] sobre cierta poesa argentina actual: el testimonioes la prueba del presente, no un registro realista de lo que pas.Mi punto de partida es este.Estas escriturasno admiten lecturas literarias; esto quiere decir que no se sabe o no importa si son o no son literatura. Y tampoco se sabe o no importa si son realidad o ficcin. Se instalan localmente y en una realidad cotidiana para fabricar presente y se es precisamente su sentido.I.Imaginemos esto. Muchas escrituras del presente atraviesan la frontera de la literatura [los parmetros que definen qu es literatura] y quedanafuera y adentro, como en posicin diasprica: afuera peroatrapadas en su interior. Como si estuvieran en xodo. Siguen apareciendo como literatura y tienen el formato libro (se venden en libreras y por internet y en ferias internacionales del libro) y conservan el nombre del autor (se los ve en televisin y en peridicos y revistas de actualidad yreciben premios enfiestas literarias), se incluyen en algn gnero literario como novela, y se reconocen y definen a s mismas como literatura.Aparecen como literatura pero no se las puede leer con criterios o categoras literariascomo autor, obra, estilo, escritura, texto, ysentido. No se las puede leer como literatura porque aplican a la literatura una drstica operacin de vaciamiento: el sentido (o el autor, o la escritura) queda sin densidad, sin paradoja, sin indecidibilidad, sin metfora,yes ocupado totalmente por laambivalencia: son y no son literatura al mismo tiempo, son ficcin y realidad.Representaran a la literatura en el fin del ciclo de la autonoma literaria, en la poca de las empresas transnacionales del libro o de las oficinas del libro en las grandes cadenas de diarios, radios, TV y otros medios. Ese fin de ciclo implica nuevas condiciones de produccin y circulacindel libro que modifican los modos de leer.Podramos llamarlas escrituras o literaturas postautnomas.II.Las literaturas posautnomas [esas prcticas literarias territoriales de lo cotidiano] se fundaran endos[repetidos, evidentes] postulados sobre el mundo de hoy. El primero es que todo lo cultural [y literario] es econmico y todo lo econmico es cultural [y literario]. Y el segundo postulado de esas escrituras sera quela realidad [si se la piensa desde los medios, que la constituiran constantemente] es ficcin y que la ficcin esla realidad.III.Porque estas escrituras diaspricas no solo atraviesan la frontera de la literatura sino tambin la dela ficcin [y quedan afuera-adentro en las dos fronteras]. Y esto ocurre porque reformulan la categorade realidad: no se las puede leer como mero realismo,en relaciones referenciales overosimilizantes. Toman la forma del testimonio, la autobiografa, el reportaje periodstico, la crnica, el diario ntimo, y hastade la etnografa (muchas veces con algn gneroliterario injertado en su interior: policial o ciencia ficcin por ejemplo). Salen de la literatura yentran a la realidad y a lo cotidiano,a la realidad de lo cotidiano [y lo cotidiano es la TV y los medios, los blogs, el email, internet, etc]. Fabrican presente con larealidad cotidiana y esa es una de sus polticas. La realidad cotidiana no es la realidad histrica referencial y verosmil del pensamientorealista y de su historia poltica y social [la realidad separada de la ficcin], sinouna realidad producida y construida por los medios, las tecnologas y las ciencias. Es una realidad que no quiere ser representada porque ya es pura representacin: un tejido de palabras e imgenes de diferentes velocidades, grados y densidades, interiores-exteriores a unsujeto, que incluye el acontecimiento pero tambin lo virtual, lo potencial, lo mgico y lo fantasmtico.La realidad cotidiana de las escrituras postautnomas exhibe, como en una exposicin universal o en un muestrario global de una web, todoslos realismos histricos, sociales, mgicos, los costumbrismos, los surrealismos y los naturalismos. Absorbe y fusiona toda la mmesis del pasado para constituirla ficcin o las ficciones del presente. Una ficcin que es la realidad. Los diferentes hiperrealismos, naturalismos y surrealismos, todos fundidos en esa realidad desdiferenciadora, se distancianabiertamente de la ficcin clsica y moderna.En la realidad cotidiana no se oponen sujeto y realidad histrica. Y tampoco literatura e historia, ficcin y realidad.IV.La idea y la experiencia de una realidad cotidiana que absorbe todos los realismos del pasado cambia la nocin de ficcin de los clsicos latinoamericanos de los siglos XIX y XX. En ellos, la realidad era la realidad histrica, y la ficcin se defina por una relacinespecfica entre la historia y la literatura. Cada una tena su esfera bien delimitada, que es lo que no ocurre hoy. La narracin clsica cannica, o del boom [Cien aos de soledad, por ejemplo] trazaba fronteras ntidasentre lo histrico como "real"ylo literario como fbula, smbolo, mito, alegora o pura subjetividad, y produca una tensin entre los dos:la ficcin consista en esa tensin. La ficcin era la realidad histrica [poltica y social] pasada [o formateada] por un mito, una fbula, un rbol genealgico, un smbolo, una subjetividad o una densidad verbal. O, simplemente, trazaba una frontera entre pura subjetividad y pura realidad histrica (comoCien aos de soledad,Yo el Supremo,Historia deMaytade Mario Vargas Llosa [1984],El mandatode Jos Pablo Feinmann [2000], y las novelas histricas de Andrs Rivera, comoLa revolucin es un sueo eterno).Estas escrituras sin metfora [como las que analiza TamaraKamenszain]seran las ficciones [o la realidad] en la era de los medios y de la industria de la lengua (en la imaginacin pblica). Seran la realidad cotidiana del presente de algunos sujetos en una isla urbana (un territorio local). Formaran parte de la fbrica de presente que es la imaginacin pblica.V.En la realidad-ficcin de alguna gente en alguna isla urbana latinomericana, muchas escrituras de hoy dramatizan cierta situacin de la literatura: el proceso del cierre de la literatura autnoma, abierta por Kant y la modernidad. El fin de una era en que la literaturatuvo una lgica interna y un poder crucial. El poder de definirse yser regida por sus propias leyes, con instituciones propias [crtica, enseanza, academias] que debatan pblicamente su funcin, su valor y su sentido. Debatan, tambin, la relacinde la literatura [o el arte] con las otras esferas: la poltica, la economa, y tambin su relacin con la realidad histrica. Autonoma, para la literatura, fue especificidad y autorreferencialidad, y el poder de nombrarse y referirse a s misma. Y tambinun modo de leerse y de cambiarse a s misma.La situacin de prdida de autonoma de la literatura [o de lo literario] es la del fin de las esferas o del pensamiento de las esferas [para practicar la inmanencia de Deleuze]. Como se ha dicho muchas veces: hoy se desdibujan los campos relativamente autnomos (o se desdibuja el pensamiento en esferas ms o menos delimitadas) de lo poltico, lo econmico, lo cultural. La realidad-ficcin de la imaginacin pblica las contieney las fusiona.VI.En algunas escrituras del presente que han atravesado la frontera literaria [y que llamamos posautnomas] puede verse ntidamente el proceso de prdida de autonoma de la literaturay las transformaciones que produce. Se terminan formalmente las clasificaciones literarias; es el fin de las guerras y divisionesyoposiciones tradicionales entre formas nacionales o cosmopolitas, formas del realismo o de la vanguardia, de la "literatura pura" o la "literatura social" o comprometida, de la literatura rural y la urbana, y tambin se termina la diferenciacin literariaentre realidad [histrica] y ficcin. No se pueden leer estas escrituras con o en esos trminos; son las dos cosas, oscilan entre las dos o las desdiferencian.Y con esas clasificaciones formales parecen terminarse los enfrentamientos entre escritores y corrientes; es el fin delas luchas por el poder en el interior de la literatura.El fin del campo de Bourdieu, que supone la autonoma de la esfera [o el pensamiento de las esferas]. Porque se borran, formalmente y en la realidad, las identidades literarias, que tambin eran identidades polticas. Y entonces puede verse claramente que esas formas, clasificaciones, identidades, divisiones y guerrassolo podan funcionar enuna literatura concebida como esfera autnoma o como campo. Porque lo que dramatizaban era la lucha por el poder literario y por la definicin del poder de la literatura.Se borran las identidades literarias, formalmente y en la realidad, y estoes lo que diferencia ntidamente la literatura de los 60 y 70 de las escrituras de hoy. En los textos que estoy leyendo las clasificaciones responderan a otra lgica y a otras polticas.VII.Al perder voluntariamente especificidad y atributos literarios, al perder el valor literario [y al perder la ficcin] la literatura posautnoma perdera elpoder crtico, emancipadoryhasta subversivo que le asignla autonomaa la literatura como poltica propia, especfica. La literatura pierde poder o ya no puede ejercer ese poder.VIII.Las escrituras posautnomas pueden exhibir o no sus marcas de pertenencia a la literatura y los tpicos de la autorreferencialidad que marcaron la era de la literatura autnoma: el marco, las relaciones especulares, el libro en el libro, el narrador como escritor y lector, las duplicaciones internas, recursividades, isomofirmos, paralelismos, paradojas, citas yreferencias aautores ylecturas (aunque sea en tono burlesco, como en la literatura de Roberto Bolao). Pueden ponerse o no simblicamente adentro de la literatura yseguir ostentando los atributos que la definan antes, cuando eran totalmente literatura. O pueden ponerse como Basura [Hctor Abad Faciolince.Basura. I Premio Casa de Amrica de Narrativa Americana Innovadora. Madrid, Lengua de Trapo, 2000]o Trash [Daniel Link.La ansiedad(novela trash). Buenos Aires, El cuenco de plata, 2004]. Eso nocambia su estatuto de literaturasposautnomas.En las dos posiciones o en sus matices, estas escrituras plantean el problema del valor literario. A m me gustan y no me importa si son buenas o malas en tanto literatura. Tododepende de cmo se lea la literatura hoy. O desde dnde se la lea.O se lee este proceso de transformacin de las esferas [o prdida de la autonoma o de literaturidad y sus atributos] y se cambia la lectura, o se sigue sosteniendo una lectura interior a la literatura autnomay a la literaturidad, y entonces aparece el valor literario en primer plano.Dicho de otro modo: o se ve el cambio en el estatuto de la literatura, y entonces aparece otra episteme y otros modos de leer. O no se lo ve o se lo niega, y entonces seguira habiendo literatura y no literatura, o mala y buena literatura.IX.Las literaturas postautnomas del presente saldran de la literatura, atravesaran la frontera, y entraran en un medio [en una materia] real-virtual, sin afueras, la imaginacin pblica: entodo lo que se produce y circula y nos penetra y es social y privado y pblico y 'real'. Es decir, entraranen un tipo de materia y en un trabajo social [la realidad cotidiana] dondeno hay ndice de realidad o de ficcin y que construye presente. Entraran en la fbrica de presenteque es la imaginacin pblica paracontar algunas vidas cotidianas en alguna isla urbana latinoamericana. Las experienciasde la migracin y delsubsuelode ciertos sujetosque se definen afuera y adentro de ciertos territorios.X.As, postulo un territorio, la imaginacin pblica o fbrica de presente, donde sito mi lectura o donde yo misma me sito. En ese lugar no hayrealidad opuesta a ficcin, no hay autor y tampoco hay demasiado sentido. Desde la imaginacin pblica leo la literatura actual como si fuera una noticiao un llamado de Amelia de Constitucin o de Ivn de Colegiales.