Literatura Venezolana y El Ensayo

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El texto comprende una compilación de la literatura venezolana desde su comienzo con imágenes incluidas.

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El siguiente texto pertenece a la obra Historia y Antologa de la Literatura Venezolana, Tomo I y II, publicada por el autor en el ao 1986. Las primeras crnicas sobre los sucesos del Nuevo Mundo y especialmente sobre el escenario sobrecogedor que se ofreci a los ojos de los conquistadores, se deben a los propios protagonistas del gran encuentro entre dos mundos, hasta entonces solamente presentido. El que inicia la secuencia es sin duda el Almirante Cristbal Coln. Sus cartas a los Reyes Catlicos en las que expresa su admiracin por el paisaje y sus habitantes de las tierras por l descubiertas abren una tradicin y toda una corriente descriptiva del Nuevo Mundo, que contar en lo adelante con extraordinarios cultivadores, muchos de los cuales nos toca enumerar en esta resea. como cronistas de la nueva realidad histrica de Tierra Firme. Es indudable que ante los sucesos singulares de los que los Conquistadores son testigos con frecuencia, surge la expresin asombrada del Cronista. En vez de la historia reflexiva, sujeta a ciertos cnones de tipo acadmico, como dijera Luis Alberto Snchez, la funcin del cronista fue la de ver y contar. Se extasiaron en la soberbia naturaleza americana, para entonces de una virginidad a toda prueba, e impelidos por el reclamo de lo maravilloso convirtieron en relatos fantsticos muchos de los sucesos que les toc narrar. La lista de los llamados Cronistas de Indias es verdaderamente numerosa. De ellos hemos seleccionado unos cuantos nombres muchos de los cuales estn intimamente relacionados con la aparicin de Venezuela como entidad geogrfica, en el escenario de Tierra Firme. La lista comprende los siguientes nombres: Cristbal Coln, Gonzalo Fernndez de Oviedo, Fray Bartolom de las Casas, Pedro Mrtir de Anglera, Francisco Lpez de Gmara, Juan de Castellanos, Fra CRISTOBAL COLN (1451-1506) El navegante genovs Cristbal Coln al pisar Tierra Firme en su tercer viaje en las postrimeras del siglo XV, al entrar por Macuro, en la regin oriental de nuestro pas, se sinti sorprendido por la belleza del paisaje y la amabilidad de los habitantes de aquella regin. Sus impresiones las verti en pasajes, que podemos extraer de su correspondencia con los Reyes Catlicos. En uno de ellos dice: Cuando yo llegu a esta punta del Arenal, alli se hace una boca grande de dos leguas de poniente a levante, la isla de la Trinidad con la tierra de gracia, y que para haber de entrar dentro para pasar el septentrin haba unos hileros de corrientes que atravesaban aquella boca y traan un rugir muy grande. El testimonio del Almirante, mediante el cual bautiza la desconocida regin, como tierra de gracia, constituye desde entonces toda una corriente exaltativa del paisaje, que funda una tradicin en todos los cronistas dedicados a revelar al universo la sorpresiva y soberbia naturaleza del Nuevo Mundo.

Caratulas de la obra de Marmontiel: los Incas o la destruccin del Imperio del Per

y Pedro de Aguado, Fray Pedro Simn, Jos Oviedo y Baos, Jos Gumilla y Fray Antonio Caulin.GONZALO FERNANDEZ DE OVIEDO Y VALDES (1478-1557) Gonzalo Femndez de Oviedo y Valds fue otro de los personajes que escribi acerca del nuevo continente. Nace Oviedo en Madrid en agosto de 1478 Y durante su existencia se dedic a recorrer las vastas tierras hasta entonces desconocidas. De todo aquel caudal de experiencias nacen sus crnicas en las que describe con estilo sencillo. pero elegante. la belleza de los paisajes y la naturaleza americana. Su obra fundamental se titula Historia General y Natural de las Indias, Islas y Tierra Firme del Mar Ocano. Este documento histrico es uno de los que ofrece mayor informacin acerca de la poca. En sus descripciones no escapa ningn detalle acerca de la fauna. la flora y las costumbres de los primitivos habitantes. A tal respecto. resalta su crnica sobre la isla de Cubagua en la cual Oviedo y Valds demuestra su desarrollado espritu de observacin. En el libro XXV de la Historia General y Natural de las Indias. hay un captulo en el que el cronista resea algunas informaciones sobre la provincia de Venezuela. En cuanto al origen de las informaciones. Oviedo seala: Preguntando yo a un testigo de vista tan reverendo Y Sabio y de tanta autoridad, como es el seor Obispo don Rodrigo de Bastidas, las cosas de los indios de la provinzia de Venezuela sabiendolo l tan bien como pastor de aquellas nimas, assi en sus ritos e ceremonias como en la fertilidad de la tierra otras particularidades, me dixo las que en este captulo dir. Aunque l no fue testigo directo. su narracin est llena de precisiones. En un primer momento. nos refiere la fertilidad y las bondades que ofrecen los paisajes naturales de la provincia; para luego ahondar en las costumbres y rituales de los aborgenes, habitantes de la regin. FRAY BARTOLOME DE LAS CASAS (1484-1566) Nace Fray Bartolom de las Casas en el ao 1484 en la ciudad espaola de Sevilla. Este hom bre abnegado cumpl en las Indias Occidentales una gran labor como protector de los primtivos habitantes, y an se conservan sus crnicas en las que narra episodios histricos del Nuevo Mundo. con cierto apasionamiento. Entre las obras escritas por el clebre religioso se encuentran las siguientes: Historia de las Indias. La Destruccin de las Indias. Relaciones y Cartas de Cristbal Cln, etc. En el libro titulado Historia de la Indias, hace Fray Bartolom de las Casas un anlisis de las leyes que regan a los habitantes del Nuevo Continente. Su bsqueda se centra en los puntos negativos que contenan los preceptos, dictados por las autoridades supremas de la colonia. La explotacin del indigena; por parte de los colonos es una de las principales preocupaciones del ilustre prelado. No concebia l una justicia a media en la que se desobedeciera la premisa mxima del respeto por la condicin humana. Por eso, se convirti en portavoz y luchador a tiempo completo a favor de los antiguos pobladores de nuestra Amrica. Sus apreciaciones en cuanto al proceso de evangelizacin resultan agudas y reveladoras de que el pensamiento de Fray Bartolom de las Casas era de avanzada para la poca. Veamos el siguiente fragmento, extraido de la Historia de las Indias: Por la tercera ley se mandaba que cada uno de los espaoles que tenian indios hiciese una casa de paja, para que fuese iglesia (...) y que fuese una persona con ellos para les decir el Ave Maria, y el Paternoster, y el Credo la Sawe-Regina: esta persona era el minero de las minas y el estanciero de las estancias o granjas, para escarnio de la fe y la religin cristiana, que; como arriba dijimos, las dijesen las dichas oraciones en latin o en romance, que no entendian ms que si en algarabia se las dijeran, ni ms ni menos, como si a papagayos instruyeran. (Gabaldn, Joaquin: Muestrario de Historiadores Coloniales de Venezuela. (Caracas, ME. 1948, p. 56.)

Fray Bartolom de Las Casas

PEDRO MARTIR DE ANGLERIA (1457-1526) A Pedro Mrtir de Angleria se le conoce como el primer historiador de Amrica. Nace en 1457 en Italia, especificamente en Miln. Se tiene conocimiento de que gran parte de su vida permaneci residenciado en Espaa y alli se destac como miembro del Real y Supremo Consejo de Indias. Debido a su vinculacin con el mximo organismo, Pedro Mrtir de Angleria tuvo contacto con un caudal de informaciones acerca de las, nuevas tierras descubiertas por la Corona Espaola. Esto lo anima a recoger por escrito los testimonios de un mundo que se caracterizaba por la exuberancia de sus paisajes, la extraa y desconocida cultura de sus aborigenes habitantes y por la cantidad de riquezas que ofrecia a los conquistadores, vidos de hacer fortuna.

FRANCISCO LOPEZ DE GOMARA (15102-1560) Uno de los ms destacados cronistas de la poa del descubrimiento del Nuevo Continente fue Francisco Lpez de Gmara. Nacido en Sevilla hacia el ao de 1510, dedica su vida por completo a mltiples empresas. Entre ellas se encuentra el viaje que emprendiera, como Capelln de Hernn Corts, a tierras de las Indias Occidentales. Se sabe que Lpez de Gmara estudi en Alcal y alli regent la ctedra de retrica. Por tal motivo, se podr deducir que fue uno de los ms cultos personajes que se dedic a la escritura de lo que acontecia en la llamada Tierra de Gracia. Lpez de Gmara es sin duda, uno de los que mejor capta con su pluma certera las escenas del proceso de conquista y colonizacin. De los documentos escritos por este cronista se conocen la Historia de las Indias y Conquista de Mxico, as como su Crnica de la Nueva Espaa. 'Apreciemos un pequeo trozo que forma parte del primer libro mencionado, como muestra fehaciente de las consideraciones hechas con anterior:idad. Estaba la costa cubierta de hombres. mujeres y nios, que salian a mirar los navos, cosa para ellos extraa. El seor de Cuman, que ans llamaban aquella tierra y rio, envo rogar al capitn de la flota que desembarcase y sera bien recibido. Ms l, aunque hacan gestos de amor los mensajeros, no quiso ir, temiendo alguna zalagarda, porque los suyos no se quedasen alli si haba tantas perlas como en Cubagua. El estilo de Francisco Lpez de Gmara es llano y de perfecta construccin. En la primera parte de su libro La Historia General de las Indias, se refiere a Venezuela. Nos relata cmo fueron descubiertas las perlas de Cubagua y retazos sobre las poblaciones de Cuman y Maracapana. Su visin de los autctonos habitantes, si bien puede calificarse de etnocentrista, no deja de presentar cierto inters. Detalla con precisin los hbitos de los nativos de aquellas regiones y deja constancia de su habilidad para la escritura. JUAN DE CASTELLANOS(1522-1607) El poeta Juan de Castellanos es uno de los ms clebres cronistas con los que cont nuestra Amrica, Naci en Sevilla y vino al Nuevo Mundo como soldado. Puerto Rico, las costas de Paria, Margarita, Coro, Cartagena, Tunja, Bogot hasta Popayn, conocieron su inquieta actitud de viajero y de cronista. Se seala que !uego de haber llenado una etapa de su vida en la empresa de la conquista, se ordena como sacerdote. Con excepcin de los datos sealados,las noticias que se conservan sobre Juan de Castellanos son vagas y poco precisas. Pero, en todo caso, no podemos dudar de la importancia de este personaje, como uno de los primeros que recogi por escrito el testimonio de un mundo hasta entonces desconocido. Elegas de Varones Ilustres de Indias es el poema en el que Juan de Castellanos logra plasmar paisajes. costumbres. riquezas y la vida en general de los primeros habitantes de nuestro continente. El poema est construido en octavas reales de versos en decaslabos con rima consonante. All. el famoso cronista demuestra tener excelentes condiciones de estilo y el tono anecdtico de sus narraciones rimadas conquista a los lectores. Copio de seguida el siguiente fragmento para reforzar las apreciaciones sealadas. A Cubagua con estas variedades Acontecianle ni ms ni menos. Pues el tiempo de las prosperidades Habia plazas, calles, puertos llenos: Y en el rigor de las adversidades Huyeron los que se hallaron buenos. Pues all no qued sino desnudo. O quien por ser ya viejo ms no pudo

FRAY PEDRO DE AGUADOA Fray Pedro de Aguado se le conoce mejor como el primer historiador de Venezuela. Ciertos pasajes de su vida son hoy un misterio y a pesar del esfuerzo hecho por los investigadores no se han conseguido mayores frutos. Sin embargo, se tiene conocimiento de que naci en la Villa de Valdemoro en la provincia de Madrid. Ya para el sexto decenio del siglo XVI emprende viaje como misionero al Nuevo Reino de Granada y se seala que, luego de un largo periodo de permanencia en Amrica, regresa a Espaa al parecer por asuntos relacionados con sus actividades religiosas. Pasado un buen tiempo, Fray Pedro de Aguado se residencia en el Convento Franciscano de Cartagena de Indias. Su vida entera la consagr a la misin de cristianizar a los aborigenes del territorio conquistado por la Corona Espaola. En cuanto a los documentos escritos por Fray Pedro de Aguado, son muchas las consideraciones que se han hecho. La Historia de Santa Marta y Nuevo Reino de Granada y La Historia de Venezuela, son las dos obras en las que el insigne religioso recoge episodios del proceso de asentamiento de las huestes espaolas. Son sumamente conocidas las crnicas sobre el tirano Lope de Aguirre que escribiera Fray Pedro de Aguado y que estn contenidas en el Segundo de los libros citados en esta resea. Observemos las siguientes lineas: Sabido esto Aguirre se torn a endemoniar y a embravecer y, airar mucho ms de lo que antes haba estado, tornando a hacer mayores fieros y amenazas de las que antes haba hecho y novando otros nuevos fieros contra el fraile y los soldados que se le haban pasado, y para asegurarse ms antes que el navo llegase a tomar puerto (...) y doblando las prisiones a Don Juan de Vllandrando. Gobernador, y a los dems que con l tena presos de antes. vituperndolos y tratndolos muy mal de palabra, afjrmndoles que haba de baar todo aquel pueblo en sangre de los propios vecnos que presentes estaban. (Gabaldn. Joaqun. Obra citada. Pg. 148-149). Como bien se podr apreciar, los escritos del Padre Aguado resultan pintorescos. No pudiera hablarse de que en ellos exista un verdadero rigor histrico. debido a que la concepcin de estos documentos presentan un aire a veces de leyenda y otras de crnica sencillamente.FRAY PEDRO SIMON (1581-1623) Fray Pedro Simn es uno de los autores fundamentales que se dedic a dejar testimonio de lo que ocurra en el Nuevo Mundo. Al igual que Fray Pedro de Aguado dedica gran parte de sus escritos a sucesos ocurridos en lo que hoy forma parte de nuestro territorio y, por tal motivo, Aristides Rojas tambin le concede el titulo de primer historiador de Venezuela. En verdad, son estos primeros cronistas quienes con gran esfuerzo recopilan las pginas iniciales de un proceso histrico que asombra al mundo. Los relatos de Fray Pedro Simn se presentan como piezas extraordinarias en las que el autor hace gala de su imaginacin. Leamos con detenimiento la siguiente cita: (De los nombres de las Indias). El primero fue llamarles Nuevo Mundo, y llamronle as no porque estas tierras estn fuera del globo y esfera de donde estn las dems, con otro centro, otros cielos y elementos, pues todo lo descubierto en ellas es una parte de todo el universo que se comprende debajo de los mismos cielos y en orden a un mismo centro y polos que lo dems del mundo; pero llamronle asi de comn consentimiento de todos, por otras mil razones que concurren, de que pondremos dos o tres. La primera, porque no slo se tuvieron noticias ciertas antes que se descubrieran de que estas tierras estuviesen aqui en esta parte del mundo con gente. La narracin del ilustre cronista contina, pero lo importante es observar como con estilo sencillo y directo construye este autor su obra principalsima Noticias Historiales de las Conquistas de Tierra-Firme.

JOSE DE OVIEDO Y BAOS (1671-1738) Con Jos de Oviedo y Baos se inicia una nueva etapa en el proceso constitutivo de la historia nacional. Es verdad que entramos en el prtico del siglo XVIII. La influencia de Solis y de Melo. afirma el rumbo de nuestra historiografia. Ya la labor de Oviedo y Baos no es la de ver y contar simplemente, sino que estudia, coteja, consulta documentos. Su vida misma se diferencia absolutamente de la de sus antecesores. Ya no anda el historiador en busca de hazaas y de gloria. En su casa posee biblioteca y tranquilidad. Es casi un profesional de las letras. Sus largos ratos de estudio y su holganza econmica le permiten imprimir a su obra histrica un sello distinto al de sus antecesores. Ya Oviedo y Baos precisa la necesidad de un estilo. Como el infante Don Juan Manuel en el siglo XIV espaol, Oviedo es presa de cierto narcisismo literario. Julio PlanChart, en su magnfico trabajo sobre el historiador, incluido en su libro Temas Crticos, asienta que Lo pintoresco, lo colorido y lo musical distinguen la prosa de Oviedo y constituyen las cualidades caractersticas de ella. El historiador transitaba por rumbos definidos. Si realmente todava la Historia no contaba con una orientacin cientfica, como la del siglo XIX. Oviedo y Baos, a pesar de no haber superado en forma absoluta la etapa de las crnicas, echa las bases de lo que vendra a ser, andando el tiempo, la verdadera literatura nacional. Aunque nacido fuera de Venezuela, Oviedo y Baos am como el que ms esta tierra y en ella acab los ltimos dias de su vida. Por eso Julio Panchart en el estudio citado afirma: Los cronistas vieron con ojos espaoles los hechos narrados por ellos: Oviedo los mira con ojos venezolanos. En las reflexiones que de cuando en cuando inserta en su narracin est el inters y el sentido del criollo y, sobre todo, am esta tierra y dej demostracin de ello escribiendo su Historia como no lo hicieron otros venezolanos por nacimiento y con races venezolanas ms hondas en el tiempo, el gusto por el estilo sugerente y adornado es cosa muy venezolana y se repite en la historia literaria con caracteres muy' definidos: los escritores ms glorificados entre nosotros son los que gustan del saboreo de la palabra. Oviedo, por su vida y por el hecho esencial de ella. es un venezolano tipco y su gloria nos pertenece. El entronque literario de Oviedo y Baos con nuestros mejores poetas y prosistas subsiguientes a l es notorio y elocuente. Su descripcin de Caracas, de aquella ciudad apacible en la que vivi y quiso. tuvo profundas resonancias en poetas romnticos del siglo XIX, como Heriberto Garcia de Quevedo, Prez Bonalde y muchos otros que siguieron repitiendo la imagen de la perpetua primavera que el viejo historiador, en su Historia de la Conquista y Poblacin de la Provincia de Venezuela, aplic al paisaje y al clima de la ciudad fundada por Diego de Losada.

Jos de Oviedo y Baos

Portada del libro Historia de la Conquista y poblacin de la provincia de Venezuela

JOSE gumilla (1686-1750) El padre Jos Gumilla nace en Crcer, localidad espaola. Lleg al Nuevo Mundo como novicio jesuita, en 1705. Se gradu en la Universidad javeriana de Bogot y se dedic a las misiones. Particip en la reinstalacin de las misiones del Orinoco, en 1731. De su extensa bibliografa podemos sealar El Orinoco Ilustrado y Defendido y la Historia Natural, Civil y Geogrfica de las Naciones situadas en las riveras del Rio Orinoco. Ya para la poca en que vivi el padre Gumilla la situacin en Amrica estaba cambiando. Los das iniciales de la conquista haban finalizado y eso se refleja, por supuesto, en la obra del destacado religioso, historiador y lingista. En el tratamiento de los temas hay un inters marcado por la descripcin geogrfica y a ratos hasta etnogrfica. Su estilo carece de rebuscamientos, ms bien se convendr que la naturalidad es una de sus caractersticas ms precisas. El mismo seala: En el estilo slo tirar a darme a entender, con la mayor claridad que pueda, y no ser poca dicha si lo consiguiere; porque acostumbrado largos aos a la pronunciacin brbara, a la colocacin y clusula de los lenguajes speros de aquellos indios, ser casualidad si corriere mi narracin sin tropiezo....

El padre Jos Gumilla

fray antonio caulin (1719-1802) Fray Antonio Caulin naci en la pequea ciudad de Bujalance que perteneci al antiguo reino de Crdoba. Sus primeros aos de vida transcurren en la tranquilidad de su pueblo natal. Se presume que ya para el ao de 1734 ha ingresado en el Convento Franciscano de Bujalance. Luego de 1739 a 1741. permaneci en la ciudad de Cdiz. El joven franciscano. al ser escogido entre los diez misioneros asignados al Comisari'o Delegado Fray Francisco del Castillo. emprende viaje a las misiones de Pritu en Nueva Andaluca. Dura su estancia en Amrica diecseis aos y regresa el prroco a Espaa donde se establece definitivamente. En la ltima etapa de su vida ocup el cargo de Secretario General de la Orden y Provincia de Granada y realiza una gran labor en el campo educativo. Con respecto a su obra, se tiene conocmiento de que public dos ttulos: Historia Corogrfica, Natural y Evanglica de la Nueva Andalucia. Provincia de Cuman. Guayana y Vertientes del Rio Orinoco; as como El Perfecto Cristiano Moralmente Instruido en sus. Principales Obligaciones. Como se podr deducir, los escritos de Fray Antonio Caulin son fuente fundamental para quien pretende estudiar el proceso literario venezolano.

LITERATURA colonialRealmente no podra hablarse de una literatura colonial propiamente dicha en la historia cultural venezolana. Nuestras manifestaciones en este gnero, como en el caso de la msica y de la pintura, fueron realmente limitadas. Sin entrar a considerar nuestro pasado indgena, en el que sin duda, a pesar de su cultura elemental, han debido existir manifestaciones reveladoras de la consistenca espiritual de los naturales, se puede afirmar que en el perodo colonial nuestro las letras no llegaron a florecer, como sucedi en otras regiones de nuestro continente, en las que como el caso de Mxico y del Per. alcanzaron un desarrollo notable, no slo de acuerdo con la cultura trasplantada, sino atendiendo al sedimento de su propia cultura, cuyo refinamiento de milenios segua imponindose, por encima de toda cirunstancia de carcter histrico. Sin embargo. avanzado el perodo colonial en el desarrollo de nuestro proceso histrico, se observa que el gnero de mayor auge entre nosotros es el de la poesa. El famoso crtico y acadmico Julo Calcao, en el prlogo a su "Parnaso Venezolano", publicado en 1892. asienta al respecto: Cundo, en qu momento, histrico apareci entre nosotros la poesa, habitadora del alczar y de la choza, amiga del magnate y del pastor? Dnde estamp por vez primera la sandalia de oro? Puls acaso la sonante lira. Llev el arco sobre las cuerdas del rabel, o dej or los ecos poderosos de la trompa?.Estos interrogantes categricos son respondidos por el mismo critico, con aseveraciones tajantes, producto de sus incursiones por las etapas de la conquista y la pacificacin colonial. Calcao escribe: No! la poesa no pudo ni poda aparecer con esplendor ninguno durante el rgimen colonia, ni siquiera con el sereno y seguro paso con que apareci en Mxico, en el Per y en la Nueva Granada, porque aquellos pases, que constituan los mperios de los aztecas, los incas y los chibchas, tenan relativamente una civilizacin que haba de facilitar el proceso de toda senda; en tanto que Venezuela slo era un pas enteramente salvaje donde haba que buscar y aun crear lo ms precioso para la existencia del hombre culto, dilatandose as con exceso su advenimiento a la vida civilizada. Durante los siglos XVI y XVII en que hubo en pases como los mencionados manifestaciones importantes en el campo de la literatura, en Venezuela se sucedieron tmidos asomos en este sentido. Los nombres que podran citarse en el cultivo de la poesa en estos periodos han llegado hasta nosotros, sin sus testimonios, por las menciones que de ellos hizo en su Elega de Varones Ilustres de Indias, Juan de Castellanos. Seran los de D. Jorge de Herrera, D. Fernando de Vires. D. Fermn Mateos y D. Diego de Miranda. Julio Calcao en su Parnaso Venezolano cita a D. Alonso de Escobar y a D. Ruy Fernndez de Fuenmayor. El primero escribi en decasilabos una a Caracas y el segundo dedic unas dcimas al historiador Jos Oviedo y Baos.

LA TERTULIA DE LOS USTARIZ En los ltimos decenios de rgimen colonial, la afimacin por la musica la pmtura y la literatura, se afianza. A principios del siglo XIX, una lite refinada de la sociedad caraquea se da cita en la casa de los Ustriz, especie de Mecenas de las incipientes actividades artisticas, que empezaban a florecer en la ciudad. Una extensa biblioteca servia de estimulo a los contertulios. Se alternaba la msica con la poesa. En los poetas se descubre n cierto aire neoclsico, que procede de las lecturas de los mejores poetas latinos. El ambiente apacible, propenso a la meditacin, estimulaba a los ms jvenes para dar a conocer sus producciones en aquellas tertulias, que terminaban en fiestas campestres, a las que concurran lo ms selecto del pensamiento criollo de aquel momento. A los salones de la rica mansin de los Ustriz acudi, llevado por sus admiradores, el notable poeta espaol Juan Bautista Arreaza. de visita en Caracas hacia 1806. All lee sus propias producciones. Y las de Cienfuegos y Melndez Valds. Julio Calcao observa en el prlogo de su Parnaso Venezolano, que no era Arreaza uno de los mejores poetas espaoles de su tiempo, y seala por encima de l a Quintana, Gallego, Lista, Burgos y Martnez de la Rosa. Sin embargo, su presencia en la Caracas colonial, deseosa de mantener viva la llama de la poesa, el poeta espaol encontr eco, sobre todo en el entusiasmo de los ms jvenes, cuya formacin requera un estimulo de esa naturaleza. En aquellas tertulias se encontraban con frecuencia, Luis y Francisco Javier Ustriz, Vicente Thjera, Jos Luis Ramos, Andrs Bello, Domingo Navas Spnola, Jos Mara Pelgrn, Vicente Salias, Miguel Jos Sanz, Montenegro, Daz y Gonzlez. Indudablemente, del grupo, el que alcanz la posteridad como poeta fue Bello. De Vicente Tejera, Calcao menciona su Parfrasis del Miserere. Entre las manifestaciones poticas de esta poca es muy estimada la muestra salvada de una obra ms extensa, perteneciente a la monja Sor Mara Josefa de los Angeles. Ella tradujo e imit. En este ltimo aspecto, se reconoce en su poesa la huella de Santa Teresa. Sor Mara Josefa de los Angeles, haba nacido en Caracas el ao de 1765. Fueron sus padres D. Blas Paz del Castillo y D. Juana Isabel Padrn. Su nombre de pila fue el de Mara Josefa Paz del Castillo. Segn sus contemporneos, Mara Josefa brillaba en los salones de la sociedad caraquea por su rara hermosura y su temprano ingenio; revelado a los 16 aos. En 1790 empez a profesar en el Convento de las Reverendas Madres Carmelitas de Caracas. Su nico poema conocdo hasta ahora es el sigue, intitulado Anhelo. Es mi gloria mi esperanza. Es mi vida mi tormento. Pues muero de lo que vivo y vivo de lo que espero. Espero gozar mi vida En la muerte que padezco. Yen cada instante que vivo Un siglo forma el deseo. Deseo morirme. y cuando Efecto juzg mi afecto. La muerte traidora huye Para dejarme muriendo. Muriendo vivo y me aqueja El dolor de no haber muerto. Que. ausente del bien que adoro. Ni salud ni vida quiero. Quiero en alas del amor Sacrificar mis alientos. y como el vital no rindo Por rendirlo desfallezco. Desfallezco. gimo. lloro. y; triste trtola. peno., Siendo tristes mis arrullos Indice de mi tormento. Tormento que me reduce Al llegar a tal extremo. i Que. sin admitir alivio. " Lgrimas son mi sustento. Como se observa, la voz fresca de esta monja sobresale entre las de sus comtemporneos, muchos de ellos seguidores sumisos de los ms conocidos poetas de la pennsula. Lstima que otras muestras de Sor Mara Josefa se hayan perdido en los reservados archivos del Convento. Entre las figuras que daban lustre a la tertulia de los Ustrz debemos destacar, entre otros, antes de referrnos en especial a Bello, las de Jos Luis Ramos y Miguel Jos Sanz. jose luis ramos Naci en Caracas y con gran voluntad adquiri por propio esfuerzo, una cultura humanstica de profunda erudicin. Muy joven se haba iniciado en el servicio pblico, no obstante la mayor parte de su vida la dedic al estudio, a su preparacin intelectual. Con Bolvar, entrar a Caracas, despus de la gloriosa campaa del ao 13 y prestar servicios en Hacienda y Relaciones Exteriores hasta 1814, ao de la emigracin a Oriente. Hasta 1819 vivi el humanista prcticamente exiliado en las Antillas. Reaparece ese ao en Guayana, para poner al servicio de la causa emancipadora, ya en vas de consolidacin, su inmenso saber y decidida voluntad republicana.De 1820 a 1821 ejerce funciones como redactor de El Correo del Orinoco. El ao 21 vuelve a Caracas. Desde entonces prestar los ms altos servicios a la administracin pblica. Por ms de tres dcadas estar al frente de importantes destinos nacionales, hasta que un incidente desagradable para su dignidad y eficiencia, le hacen retirar a la vida privada. En 1846 se radica en Maiquetia. Quiere labrar el campo. Busca paz para su espiritu y descanso para su cuerpo. A su retiro irn de nuevo en solicitud de sus sabios servicios. Pero ya sus fuerzas y su propio temperamento personal. no le permiten regresar a sus antiguas funciones. Agotado, achacoso, su familiares intentan trasladarlo a Caracas, a su casa de Santa Rosalia, pero en la noche del 5 de julio, aniversario de la Declaracin de la Independencia , que el gran humanista haba ayudado a forjar, muri en su residencia de Maiqueta, a los 66 aos de edad. Con la desaparicin de Ramos, perda la Repblica a uno de sus hijos ms eminentes. Patriota fiel y puro lo llama Baralt en su Resumen de Historia de Venezuela. En su compleja vida pblica, Ramos reserva tiempo para el aprendizaje de lenguas vivas y muertas. Llega a ser profesor de griego. Cuando estuvo encargado de la Direccin General de Estudio e Intruccin Pblica. l mismo habia tratado de proveer a los estudiantes de textos escolares, acordes con las necesidades pedaggicas de entonces. Por eso redacta una Gramtica Castellana, una Gramtica Greco-espaola, un Silabario Ortolgico y escribe en forma de epstola un erudito tratado de Mtrica, conocido con el nombre de Disertacin acerca del verso endecaslabo castellano. A la par que escribe libros de enseanza, Ramos cultiva la crtica literaria y explora el mundo de la poesa. Sin embargo, su sera obra de humanista es ctedra de permanente proyeccin. Ms que haber conformado Ramos una obra literaria, de gusto refinado y viva creacin, logra con su vastos conocimientos humanisticos ofrecer a grandes rasgos, las mejores orientaciones estticas dentro del rigor clsico, para ejemplo de una poca de bsqueda y de estructuracin en todo los rdenes de la vida nacional y en especial en el regin de nuestra literatura. A este respecto, el escritor Luis Beltrn Guerrero, quien en nuestros das se ha ocupado con detenimiento y seguro dominio de la obra del antiguo humanista venezolano ha anotado: En rigor todo el quehacer intelectual de Ramos tiene una fundamental preocupacin educativa. Y no podrla ser de otro modo entonces, y aun ahora, porque Amrica ha demandado y demanda, antes que nada de sus hombres ms idneos, el ensear, sea desde la ctedra, desde el peridico o el libro. En realidad Ramos fue un maestro en toda la extensin de la palabra. Pasma lo que supo y lo pudo ensear en medio de su azarosa vida pblica. Sin embargo, su final ser de desconsuelo en un clima de ingrata indiferencia. Luis Beltrn Guerrero cita un artculo de Manuel Norberto Vetancourt, coetneo de Ramos, publicado en El Patriota, en el que se lee: El que fue leal y ardiente defensor de nuestros derechos muri oscuro y pobre, casi olvidado de sus compatriotas: nosotros ignoramos por muchos das su muerte. Ramos, humanista de la talla de Bello, sin haber salido del pas, dej un legado de incalculable trascendencia para el desarrollo de la cultura nacional. miguel jose sanzNaci en Valencia en 1756 y muri en 1814 en la accin de Urica. a manos de Morales. En su juventud, Sanz fue uno de los frecuentes contertulios en la casa de los Ustriz. Lleg a poseer un saber impresionante en cuestiones jurdicas. Por eso se le llam en su tiempo el Licurgo de Venezuela. Fue el redactor de las leyes municipales de Caracas. en su tiempo. Hombre de una ilustracin poco comn entre sus contemporneos, fue uno de los que se encarg de atender a Depons en su viaje a Tierra Firme, as como tambin al sabio Alejandro de Humboldt. Este ltimo dijo que valia la pena hacer un viaje a estas tierras por conocer y tratar a un sabio como Sanz. Indudablemente fue Sanz uno de los milagros de la educacin colonial. Forma parte de esa plyade de prohombres, que a esfuerzo propio adquirieron una cultura extraordinaria pese a la restriccin de las aduanas espaolas y a las pocas oportunidades que los establecimientos educativos oficiales ofrecan a la juventud criolla.En medio de su sobriedad fue Sanz, hasta los das de su muerte trgica en Urica, un ferviente divulgador de las ideas de Rousseau y de Voltaire. Fue fundador del Colegio de Abogados de Caracas y creador de la ctedra de Derecho Pblico en la Universidad. Curador de Bolvar en sus primeros aos, dej un anlisis del estado de la educacin durante la colonia que insert Depons en su libro Viaje a la parte Oriental de Tierra Firme (1806-1807). Mucho se ha sealado que este informe de Sanz contribuye a enriquecer los testimonios que sobre el atraso de la educacin en estas colonias mantena Espaa, para algunos en forma deliberada. Se suma su testimonio al de algunos viajeros, como Dauxin Lavaysse, quien pinta nuestra educacin universitaria de aquella poca como eminentemente latinizada, abundante en conocimientos de retrica y de teologa. Es indudable que esta tendencia a desentraar la realidad acerca del proceso educativo, vivido en la colonia entre nosotros, despert el inters de otros analistas, que han encontrado, naturalmente, algunos rasgos positivos en la forma de impartir Espaa la enseanza entre sus colonias, lo cual ha dado origen al nacimiento de dos corrientes histricas al respecto, bautizadas la primera como Leyenda Negra y la segunda como Leyenda Dorada.

Miguel Jos Sanz

ANDRES BELLO (1781-1865)Es Andrs Bello la figura cimera, en la primera etapa de su vida tanto fisica como intelectual, de nuestra literatura colonial. Sus padres fueron de posicin social y econmica modesta. Sin embargo, recibe una educacin en la que sobresalieron las virtudes y los mejores sentimientos humanos. Su padre, don Bartolom Bello, era abogado. Su madre, doa Ana Lpez, descendia de una familia de religiosos. A muy temprana edad el nio mostr inclinacin por el estudio. Sus principales conductores los encontr muy cerca de su casa natal: los padres mercedarios cuyo convento y residencia quedaban al frente. Precisamente el fraile mercedario Cristbal de Quesada lo inicia en los estudios humansticos. Ms tarde ingresa a la Universidad. Una carrera brillante le granjea el respeto de sus maestros y de sus condiscpulos. En 1800 obtiene el grado de bachiller en artes. Posteriormente hace estudios de derecho. Fuera de la Universidad , el joven Bello prosigue su formacin humanstica. Aprende idiomas modernos como el ingls, el francs y el italiano. Ya en sus primeros aos haba ganado fama, como ha dicho Luis Correa, de Insigne Latinista. En Londres perfeccionar el griego. De 1801 hasta 1810 Bello desempea el cargo de Oficial 20 grado de la Secretaria del Capitn General, que habia ganado por concurso. Antes haba ejercido el magisterio. Entre sus alumnos se cont al futuro Libertador Simn Bolivar, apenas unos dos aos menor que el maestro. Como empleado de la Corona, Bello realiza una labor eficaz y de gran correccin. En el ambiente refinado de las ltimas dcadas de la Colonia, encuentra su bien cimentado humanismo, clima propicio para el mejor florecimiento. Los das transcurren plcidos. En la incipiente metrpoli venezolana, la familias ms cultas ostentan una preferencia excepcional por las ms altas manifestaciones artsticas. Como habamos anotado anteriormente, la tertulia en la Casa de los Ustriz y los conciertos al aire libre, bajo la dulce frescura de las campias de Chacao, son claro testimonio de las mejores preocupaciones estticas de la gente de aquellos das memorables. Bello es para entonces el joven maestro que cultiva una poesia neo-clsica, en contraposicin a la vaporosa e intelectualizada poesa barroca colonial. Virgilio y Horacio guan sus primeros pasos. Por eso su poesa respira un suave aliento buclico. Su tendencia por las prdicas filosficas de los fisicratas, en las que un intenso naturalismo predomina, produce en Bello su culto por la paz, por la serenidad de los campos, por alcanzar una vida retirada en medio de los valles venezolanos. De aqu que escriba: Tu verde y apacible ribera del Arauco, para mi ms alegre, que los bosques idalios y las vegas hermosas de la plcida Pafos. resonars continuo con mis humildes cantos. (Al Anauco)Otras veces, sin las aristocrticas citas del mundo griego y latino, con modestia de labriego que se identifica con la naturaleza. evoca el paisaje criollo. Bello es el primer poeta venezolano que canta emocionado a los valles de Aragua. En su anhelo de paz y de retorno a un mundo primitivo. en el que la belleza natural y el candor del espritu encontrarn su mxima expresin, el poeta confiesa: Sabes, rubia, qu gracia solicito cuando de ofrenda cubro los altares? No ricos muebles, no soberbios lares. ni una mesa que adule al apetito. De Aragua a las orillas un distrito que me tribute fciles manjares, do vecino a mis rsticos hogares entre peascos corra un arroyito. Para acogerme en el calor estivo, que tenga una arboleda. tambin quiero. do crezca junto al sauce el coco altivo. Felice yo si en este albergue muero; y al exhalar mi aliento fugitivo. sello en tus labios el adis postrero! (Mis deseos) Se adelantaba asi el joven poeta al encuentro de una poesia en la que el alma nacional fuese su esencia ms importante. Inauguraba Bello con este soneto de juventud el movimiento potico nativista venezolano, cuyo representante ms importante en los valles de Aragua fue Sergio Medina. Y en escala nacional, Francisco Lazo Marti. La primera jornada de la vida humanstica, transcurritda en Caracas, es como puede observarse, de influencia decisiva en su obra posterior. Su formacin era ya de slidas bases. Por otra parte, su actividad en el campo cultural era ya diversa. Como lo han anotado los ms portantes estudiosos de la obra de Bello, entre los que se destaca Pedro Grases, el perodo vivido por el humanista en Venezuela es de trascendental importancia para la seguridad de su carrera intelectual, cumplida aos despus en Londres y en Santiago de Chile. En Caracas Bello concibi e inici su Anlisis Ideolgica de los Tiempos de la Conjugacin Castellana y su Resumen de la Historia de Venezuela. En el campo divulgativo fue frecuente colaborador de la Gaceta de Caracas, como lo ha demostrado hace ya algunos aos el Dr. Hctor Garca Chuecos en su Historia de la cultura intelectual de Venezuela , y se conoce con precisin hoy el proyecto de un peridico que el humanista haba proyectado fundar junto con Don Francisco Iznardi en 1809, con el nombre de El Lucero, antecedentes firmes de la Biblioteca Americana y El Repertorio Americano, fundados aos ms tarde en Londres. En 1810 termina la etapa caraquea de Bello. Con los sucesos del 19 de abril del mismo ao, se abren nuevos horizontes al joven humanista. Una misin, en compaia de Bolvar y Luis Lpez Mndez, como agentes de la nueva situacin politica del pas ante el gobierno ingls, le aleja para siempre de su patria. Tenia entonces Bello 29 aos. La misin iba en solicitud de proteccin para Venezuela, amenazada entonces por los franceses, al ser depuesto Fernando VII. La misin se instala en Londres. Los incipientes diplomticos experimentaron desde el principio situaciones diversas y contrapuestas. Casi sin ningn resultado positivo, Bolvar regresa poco despus a su patria. Bello y Lpez Mndez se quedarr como encargados de la misin. Pero despus vendran los reveses del Gobierno Revolucionario de Venezuela. Vendran los das terribles de la prdida de la Primera Repblica. El cuadro se completara con la aparicin oficial de la Guerra a Muerte. Reinar entonces una tremenda anarqua en la administracin pblica y no habr comunicacin sistemtica con los agentes exteriores del Gobierno patriota. Por eso Bello pierde contacto con las autoridades de su pas. Queda prcticamente a la deriva en Londres. Sin recursos econmicos, acude a sus facultades intelectuales para poder subsistir. Da clase de espaol y trabaja en la Legacin de la Gran Colombia , otras veces en la de Chile. Refirindose a estas circunstancias, el historiador chileno Guillermo Feli Cruz anota lo siguiente: Bello, por esos das, despus de las labores en que ganaba una msera pensin, atento siempre a sus investigaciones que no dejar de mano ni en los momentos rns precarios de su angustiada situacin, concurra casi diariamente al Museo Britnico; y el Ministro de Chile, que entenda como hombre mundano alternar las expansones de la vida social con las horas de quietud que el estudio proporciona, llegaba hasta alli atrado por su espiritu curioso y zahor. Bello consagraba de preferencia sus atenciones al estudio pacienzudo de los monumentos literarios primitivos del idioma y en estas busquedas consultbase con el erudito Bartolom Jos Gallardo, con el heterodoxo Jos Mara Blanco White, con el gramtico Salv, con el hispanista Puigblanch y con los literatos Mora, Villanueva y Mendevil. Ms adelante seala el mismo Feli Cruz que Bello poco despus iniciaba otras investigaciones sobre derecho romano, derecho de gentes, sobre la conjugacin de los verbos, sobre la mtrica y las literaturas helnica y latina. Todos los contratiempos sufridos por el humanista en la lejana Londres, parecan ms bien acerar su espritu. La pasin por el estudio se acrecentaba en l. En 1814 se casa con la dama inglesa Mara Ana Boyland. En 1821 enviuda. Tres aos ms tarde, volvi a contraer matrimonio con doa Isabel Antonia Duna, quien le sobrevivi a su muerte en Chile. De ambos matrimonios advino numerosa prole. En Londres Bello ejerce un magisterio americano. Su obra de entonces es vasta y fecunda. Aprende el griego y lee en su idioma original a Homero, a Sfocles y a tantos otros genios del mundo heleno. Estudia, religiosamente, el Poema del Cid. Su empeo estaba centrado en la reconstruccin de los versos perdidos en el antiguo texto del primer monumento escrito de la literatura castellana. En nuestros das, Pedro Grases destacar con justicia el alcance de la labor desarrollada por Bello en la reconstruccin y estudio del Poema del Cid. Tambin Bello emprende el anlisis de la Crnica de Turpin. Escribe esbozos sobre temas diversos y en su afn de proyeccin americana, funda y redacta dos revistas: La Biblioteca Americana y El Repertorio Americano. La primera aparece en 1821 y la segunda en 1826. Pedro Grases en su libro Tiempo de Bello en Londres, examina minuciosamente, desde el punto de vista bibliogrfico, el contenido de las dos publicaciones. La existencia sucesiva de estos dos voceros en la capital inglesa en los das cruciales de la emancipacin americana tiene una significacin extraordinaria. En ella se agruparon los hombres ms representativos del Nuevo Mundo, para entonces en el exilio. Colaboradores de tan importantes publicaciones fueron entre otros: Jos Fernndez Madrid, Juan Garca del Ro, Agustin Gutirrez Moreno, Luis Lpez Mndez. Bello dedicar su mejores ratos a la produccin de artculos y secciones variadas para las revistas por l dirigidas. Su firme propsito de crear y encauzar una conciencia americana, encontraba asidero considerable en sus desvelos periodsticos. Junto a la labor de investigacin y de divulgacin en el campo de la cultura hispanoamericana, Bello no descuida su obra de creador, atendiendo a los ms caros objetivos trazados por su pasin de americano, escribe dos poemas de aliento continental: Alocucin a la Poesia y Silva a la Agricultura de la Zona Trrida. En los ltimos aos de aquel destierro que ya se prolongaba indefinidamente en Londres, la pobreza acosa con mayor intensidad a Bello, que para entonces ve crecer su familia. Su amigo y protector Antonio Jos de Irisarri, Enviado Extraordinario y Ministro plenipotenciario del Supremo Gobierno de Chile, cay en desgracia y fue sustituido en la capital inglesa por Don Mariano Egaa, con el que Bello tuvo tropiezos al principio, que posteriormente fueron superados, hasta nacer entre los dos diplomticos una sincera y entraable amistad. Bello miraba con tristeza su lejana de Venezuela y su imposibilidad de acercarse. Haba relizado gestiones ante el Gobierno de Colombia para regresar. No haba obtenido xito. El (asunto) que hoy me ocupa en preferencia a todos los otros es volver a Colombia. Tengo una familia: palpo la imposibilidad de educar a mis hijos en Inglaterra, reducido a mis medios actuales, los que debo a la bondad del Gobierno, por mejor decir, del Sr. Irisarri, no me bastan. Por otra parte me es duro renunciar al pas de mi nacimiento, y tener tarde o temprano que ir a morir en el polo antrtico entre los toto divisos orbe chilenos, que sin duda me miraran como un advenedizo. El sabio vacilaba. Sus noches de Londres estaban llenas de reflexiones. Sintindose abandonado de los suyos. de su patra, por la seguridad y subsistencia de su familia. acepta la oferta del Gobierno chileno para prestar sus servicios en el propio territorio de la Repblica del Sur. La gestin la hizo Egaa desde Pars, en 1827, ante el Ministro de Relaciones Exteriores. Presbitero Jos Miguel Soler. en los siguientes trmnos: En ninguna circunstancia. habra omitido dar a U.S. cuenta de la oportunidad que hoy se ofrece a Chile de hacer una adquisicin importante en la persona de un excelente empleado: pero en el da que, segn concibo, se halla vacante, por renuncia de don Ventura Blanco el destino de Oficial Mayor del Ministerio de Relaciones Exteriores, recibo particular satisfaccin en avisar a U.S. que se puede llenar esta plaza con gran ventaja del Servicio pblico. Don Andrs Bello, ex secretario de la Legacin Chilena en Londres y que lo es actualmente de la Legacin colombiana en la misma corte, se halla dispuesto a pasar a Chile, y a establecerse all con su familia, si le confiere el destino insinuado de Oficial Mayor, o algn otro equivalente, anlogo a su carrera y a sus aventajados conocimientos. La feliz circunstancia de que existan en Santiago mismo, personas que han tratado a Bello en Europa, me releva en gran parte de la necesidad de hacer el elogio de este literato; bstame decir que no se presentara fcilmente una persona tan a propsito para llenar aquella plaza. Educacin escogida y clsica, profundos conocimientos en literatura. Posesin completa de las lenguas principales, antiguas y modernas, prctica de la diplomacia, y un buen carcter, al que da bastante realce la modestia, le constituyen, no slo capaz de desempear muy satisfactoriamente el cargo de Oficial Mayor, sino que su mrito justificara la preferencia que le diese el Gobierno respecto de otros que solictanse igual destino.Asi entre pesaroso y alegre, despus de tantos aos de miseria y de estudio, Bello abandona la capital inglesa, en la que haba encontrado sabidura y amor, para radicarse definitivamente en Santiago de Chile. En los ltimos dias de junio de 1829, llega el humanista a Valparaso. Inmediatamente se traslada a Santiago y el da 11 de julio, firmado por el Presidente accidental Francisco Pinto, recibe el nombramiento de Oficial Mayor en el Ministerio de Hacienda; en 1830 se le nombra Rector del Colegio de Santiago; y de 1834 a 1852 se desempea como Oficial Mayor del Ministerio de Relaciones Exteriores. Cuando Bello llega a Chile, todavia en el pais sureo los diversos aspectos organizativos, acusaban claramente la herencia colonial. La legislacin. dispersa y antigua; se mezclaban en ella el Fuero Real y el Fuero Juzgo. En cuanto a educacin, el panorama era desolador como el que presentaban todos los pueblos hispanoamericanos, salidos del yugo colonial. Miguel Luis Amuntegui seala en su obra Vida de don Andrs Bello que El estado de la instruccin pblica se hallaba muy distante de ser satisfactorio. Faltaban profesores y textos y elementos escolares. No se conocan los buenos mtodos. La sociedad en general era inculta. No haba aficin a leer ni a aprender. La inmensa mayora se figuraba que el nico fin de los estudios era defender un pleito o medir un terreno. Eran muy contados los chilenos que a la sazn supiesen expresar verbalmente sus ideas, sea de viva voz, sea por escrito.En estos prrafos de Amuntegui se observa con dureza y claridad el estado catico de la cultura chilena para entonces. Frente a esta realidad, Bello se multiplica como en los das de Londres, frente a las adversidades crece su decisin. En el periodo de fuertes contornos que dirige el Ministro Portales, Bello descuella por su capacidad y por su desmedida voluntad de trabajo. Desde el Colegio de Santiago inicia su labor educativa. Cuando los recursos del Estado fallaron, traslad el Liceo a su casa. As comenzaba el primer ncleo de la futura Universidad de Chile. Sus clases eran complementadas con la labor del peridico. Por eso utiliza las pginas de El Araucano. All da cuenta de sus enseanzas y formula con frecuencia sus orientaciones. El prestigio del sabio y del maestro crece. Su rectora en todos los rdenes de la vida chilena de entoces, es indiscutible. Al calor de sus enseanzas se forma una de las ms brillantes generaciones literarias chilenas, como lo fue la generacin de 1842. Estuvo integrada entre otros nombres, por los de Miguel Luis Amuntegui, Diego Barros Arana, Gregorio Vctor Amuntegui, Jos Victorino Lastarria, Vicua Mackenna y otros, que sera prolijo enumerar ahora. Como se puede observar a simple vista, el perodo vivido en Chile por Bello, es el ms fecundo en su accin de adelantado y constructor de pueblos. En Chile, Bello es legislador, maestro, periodista, internacionalista, filsofo, gramtico, crtico literario y poeta. En este periodo publica sus Principios de Ortologia y Mtrica de la Lengua Castellana (1835), Anlisis ideolgica de los tiempos de la Conjugacin Castellana (1841), Gramtica de la Lengua Castellana (1847). A estas obras se aaden su Filosofa del Entendimiento, su Historia de la literatura y sus Principios de Derecho de Gentes. A la par de sus graves quehaceres, el sabio no abandona su culto por la poesa. Traduce a poetas romnticos como Vctor Hugo y Byron. La Oracin por todos, Moiss Salvado de las Aguas y un fragmento de Sardanapalo, corresponden a sus desvelos de imitador y traductor. Destacar por separado la importancia de cada una de las obras de Bello, especialmente las correspondientes a este perodo sera tarea larga y compleja. Cabra sealar que tanto su Gramtica de la Lengua Castellana , como su Proyecto del Cdigo Civil fueron las ms fuertes columnas en las que descans su vasta labor no slo de maestro sino de eficiente constructor de la moderna cultura chilena. Con la Gramtica, Bello salva el preciado tesoro del idioma castellano, en vas de corrupcin, tanto en Chile como en otros pases del continente. Al respecto el eminente lingista colombiano, Marcos Fidel Surez, dijo: Bello fue el inventor de un sistema gramatical tan profundo, armonioso y acabado, cual quiz no lo posee hoy otro idioma.En cuanto a su Cdigo Civil aplicable en la legislacin chilena, representa el primer intento en Amrica de sustituir por leyes nacidas de la realidad nacional, la vieja legislacin espaola. A avanzada edad, admirado por todos los pueblos del continente, como un gran patriarca de su cultura, fallece el maestro el 15 de octubre de 1865 en Santiago. En Caracas, al saberse la noticia infausta, el eximio escritor Juan Vicente Gonzlez exclam: Conque muri Bello, el que yo juzgaba no haba de morir nunca como el grande Elas?.

Andres Bello

Trascendencia americana de la obra de Bello. Toda la obra del humanista venezolano adquiri en su tiempo y despus de su muerte una trascendencia extraordinaria. Siempre trabaj en funcin de esa proyeccin. Su labor periodstica, su labor de investigacin, sus estudios gramaticales, sus preocupaciones de legislador, sus desvelos de maestro y sus sueos de poeta, tuvieron el supremo objetivo de Amrica. Su poesa logr dejar resonando en el odo de todas las generaciones, su invitacin pletrica de amor al continente de sus ms caras esperanzas. Nadie podria negar que tanto en su Alocucin a la Poesa, como en Silva a la Agricultura de la Zona Trrida, Bello concibe el ms hermoso y profundo mensaje para el naciente destino de nuestros pueblos. En esos dos poemas empieza a latir por primera vez con toda intensidad el alma americana. Rica en plsticas imgenes es la Silva. La naturaleza, el paisaje del Nuevo Mundo se insina en La caa hermosa, de do la miel se aceridra, en las rojas urnas del cacao, que en la espumante jcara rebosa, en el carmn viviente de la cochinilla que se aloja en los nopales, en las rubias pomas de la patata y en el velln de nieve del algodn; en la presencia del maz, jefe altanero de la espigada tribu y en los jazmines del arbusto sabeo. La invitacin hacia el cultivo y gusto de lo nuestro no podia ser ms elocuente y edificante. As despertar en nuestra vasta geografa el amor por nuestro paisaje y nuestras cosas. La proyeccin se hace presente en la obra de otros poetas americanos como Olmedo, Melgar, Jos Mara de Heredia y Jos Mart.Se ha tratado de definir con exactitud la escuela potica a la que perteneci Bello. Aparte del contenido de su mensaje telrico, todo el esplendor de su poesa pertenece al mundo equilibrado de los clsicos. No hay duda de que sus primeros mentores fueron Virgilio y Homero. Sin embargo su vasta cultura y su capacidad creadora, le autorizaban para explorar la naturaleza de otros gustos. El mismo escribi que el gusto vara de un tiempo a otro, aun sin salir de lo razonable y legtimo. Por eso bebi en las fuentes de poetas como Vctor Hugo y Byron, sin que ese paso pueda autorizar su inclusin, siquiera entre los que anunciaban la vigencia de la escuela romntica en nuestro continente.

REPUBLICA Y ROMANTICISMO El perodo de la Repblica en el campo literario, corresponde propiamente a la etapa en la que comienza la desintegracin de la Gran Colombia. Es cierto que muchos de los hombres que van a tener figuracin destacada en ese perodo, nacieron en los ltimos aos del rgimen colonial, pero no es menos cierto que su madurez intelectual, no la van a alcanzar sino en la dcada de los aos 30. Es en este lapso histrico en el que se perfila definitivamente la nueva Repblica. A este respecto, ha escrito Ramn Daz Snchez: Los hombres que han creado la nueva Repblica la llevan entre sus brazos con ternura de padres. En el amanecer de su historia los vemos andar de puntillas, como temerosos de despertar los fermentos que duermen en ella. Conmueve ver a Paz en esta actitud de celo y amor, tratando de ocultar las garras para no herir la piel de los hombres, pero con los ojos muy abiertos cual si quisiese penetrar hasta el fondo de los corazones que le rodean. El 24 de septiembre de 1830 el pas tuvo una Constitucin orientada hacia un Gobierno Centro-Federal. Y en octubre del mismo ao fue designada Valencia como capital provisional de la Repblica, por el Congreso. En Venezuela renace la pasin por construir, ya separados de la Gran Colombia, la patria que haba asomado en los das iniciales de la emancipacin. Los ms destacados polticos, intelectuales y hombres de empresa rodean a Pez. Muerto Bolvar, el destino del pas se identifica con las glorias, el buen sentido y la mano fuerte del famoso guerrero de los llanos. Por ms de dos dcadas, Pez ser el caudillo indiscutible de la poltica venezolana. Sin su consentimiento, sin su orientacin, ser dificil imprimir rasgos distintos a los suyos, a las cuestiones pblicas del pas. En 1831 la capital de la Repblica es Caracas. En su casa de La Vieta. el viejo Centauro de los llanos, realiza sus frecuentes tertulias con amigos y colaboradores de su gobierno. En 1835, despus de la instalacin del Congreso, cumplido su perodo presidencial, deposita el mando en manos del Vicepresidente Narvarte. La nueva Repblica encuentra su cauce democrtico en la eleccin del Dr. Jos Mara Vargas, para presidir los destinos del pas. El proceso de conciencia social empieza su desarrollo desde entonces en Venezuela. Las ideas y las ambiciones diversas se cruzan. Una plyade de hombres eminentes se disputan la direccin de la Repblica. Surgen en el panorama poltico e intelectual figuras como las de Fermn Toro, Rafael Mara Baralt, Juan Vicente Gonzlez, Antonio Leocadio Guzmn, Monseor Talavera, Juan Manuel Cajigal, Manuel Felipe de Tovar, Valentn Espinal, Toms Lander, Jos Mara de Rojas, Pedro Gual y otros. A las nuevas ideas y al nuevo estilo poltico, sirve de cauce un fogoso periodismo revolucionario. Desde el ao de 1830, perodo de afianzamiento de las nuevas instituciones republicanas y presidido por el signo de la oligarqua, aparecen las ms diversas manifestaciones periodsticas. As pueden anotarse sucesivamente: El Copiador, redactado por el presbtero Jos Cecilio Avila, Gaceta de la Sociedad Republicana , editado en la imprenta de Valentin Espinal, la Gaceta Constitucional de Caracas editada en la imprenta de Toms Antero, El Patriota Venezolano, El Conciso y Los Venezolanos editados en la imprenta de Fermin Romero, El Nacional editado en la imprenta de Damirn y Dupouy, El Republicano, redactado por Pedro Carujo, Reformas Legales redactado por Francisco Michelena, La Verdad, editado en la imprenta de Valentn Espinal, El Venezolano redactado por Antonio Leocadio Guzmn, La Unin, editado en la imprenta de Carvallo y Vizcarrondo, La Noche Buena de la Oligarqua, editado en la imprenta de Toms Antero, El Patriota redactado por Felipe Larrazbal, El Independiente, editado en la Nueva Imprenta, El Diario de la Tarde redactado por Juan Vicente Gonzlez y muchos otros voceros que revelan las complejas caractersticas del perodo de dieciocho aos, en el que el pas, bajo la direccn de la oligarqua criolla orienta los pasos de lo que cronolgicamente habr de llamarse en nuestros anales hstricos, la Tercera Repblica. Todos estos peridicos canalizarn sus prdicas hacia dos metas bien definidas: o la defensa de las ideas conservadoras o la defensa de las ideas liberales. Con la defensa de las ideas liberales nace en Venezuela la lucha social. La figura ms destacada en esos primeros aos de lucha es, sin dudas, Antonio Leocadio Guzmn. Mariano Picn Salas lo llama en su libro Cinco discursos sobre el pasado y el presente de la nacin venezolana, Temperamento el ms diablicamente tentado por la poltica que haya producido nuestro pas. Desde las pginas de su peridico El Venezolano alborota por primera vez los sectores sociales hasta entonces marginados de las cuestiones polticas en el pas. Sus enemigos lo tildan de demagogo. Su adversario ms poderoso ser el brillante polemista Juan Vicente Gonzlez. Pero a Guzmn no lo detiene nada. Desde un principio se haba trazado una meta. Y de su camino no podrn desviarlo. Su peridico le haba abierto amplios horizontes. Sigiloso y prudente haba formado parte del gobierno de Pez. Electo Vargas, ocup el cargo de Ministro. Pero su puesto definitivo estaba en las barreras de la instigacin popular. Como anota Gil Fortoul en su Historia Constitucional de Venezuela, Guzmn supo avivar el instinto nivelador de la democracia, abrir horizontes nuevos a la mirada de la multitud, y pintar en ellos a toscos brochazos paisajes de libertad y redencin. En 1840 se funda el Partido Liberal Venezolano. Ideas confusas, resentimientos personales nacidos de supuestos errores del gobierno, ambiciones y una compleja gama de factores, sirven de asidero al nuevo Partido. Al principio, una rara mezcla de personalidades: terratenientes, banqueros, comerciantes y pocos idelogos, constituyen la agrupacin. Despus se franquear el camino. El peridico El Venezolano es el vocero del movimiento. Las dos figuras intelectuales de mayor relieve que trazarn la orientacin del peridico, sern en definitiva, Toms Lander y Antonio Leocadio Guzmn. Lander es una especie de filsofo poltico del socialismo. Predica desde los primeros das de la nueva Repblica, la necesidad de la democracia para que desaparezcan las desigualdades sociales y seala fundamentales procedimientos que tendrn como base la equitativa distribucin de las riquezas y de las tierras. Guzmn es ms prctico. Acta con tacto. Sus prdicas tal vez no tengan el fundamento ideolgico que tienen las de Lander; pero sabe llegar a los intereses de las grandes mayoras nacionales, desposedas y marginadas desde un principio del debate pblico. As, la lucha social que se inaugura en el pas con la llegada a la Presidencia de la Repblica del Dr. Jos Mara Vargas, desembocar en la larga y cruenta Guerra Federal. Con ese episodio sangriento, fenece el predominio de la oligarqua conservadora. Aun cuando no se estabiliza la democracia, porque a la Guerra Federal sigue una autocracia militar, en los campos de batalla y en la nueva orientacin de la cosa pblica, se resuelve primero que en otros pases de Amrica la nivelacin social, de acuerdo con nuestras caractersticas presididas por nuestra composicin de pueblo mestizo. Antonio Leocadio Guzmn llegar a ver a su hijo, Antonio Guzmn Blanco, como el verdadero ejecutor de sus ideas, cuando el triunfo de las huestes federales le convierten en el nuevo constructor del pas. La generacin de hombres que nace al calor de los primeros dieciocho aos de la Nueva Repblica se distingue por la presencia en sus filas de tres grandes maestros en el arte de escribir y manejar el pensamiento: Fermn Toro, Juan Vicente Gonzlez y Rafael Mara Baralt. FERMIN TORO (1807-1865)

No se sabe a ciencia cierta cundo naci Fermn Toro. Se ha dado desde hace muchos aos como verdica la fecha de 1807. El lugar de su nacimiento con mayores posibilidades, es Caracas. Jos Antonio de Armas Chitty, historiador e investigador acucioso, en su libro Fermn Toro y su poca afirma: Ni en el archivo de la Catedral de Caracas, ni en el de la parroquia El Valle hemos hallado su partida de nacimiento. No pudo nacer en septiembre de 1807 porque su hermana Mara del Rosario naci el 12 de enero de 1808. Se sabe que la infancia de Toro transcurre en la entonces pequea aldea de El Valle, cercana a Caracas. Su primer maestro fue el padre Benito Chacn. Despus de diez aos de estada en El Valle, la familia de Toro se traslada a la capital. En 1827 Bolvar designa al padre de Fermn Toro, Antonio, Administrador Principal de las Rentas Internas en La Guaira. El joven Toro ser primer oficial de la Tesorera en la misma aduana y, posteriormente, oficial cuarto. En 1828 contrae matrimonio, con su prima Mercedes Tovar. Ya para esta fecha ha entrado en contacto con destacadas figuras del pensamiento venezolano de su poca, entre los que se contaba el Dr. Jos Maria Vargas. Hacia 1830 se encuentra Fermn Toro en Margarita. Desempea un alto destino en la renta pblica. En el Congreso de 1832, Toro aparece como diputado electo por Margarita. En este ao, a pesar de las reservas que haba todava sobre la memoria del Libertador, pide en la Legislatura Provincial de Caracas la traslacin de los restos del Padre de la Patria. En los sucesos que enturbiaron el perodo civilista de Vargas, Toro estuvo al Iado del Presidente. En 1839 el General Carlos Soublette designa a Toro secretario de la Legacin de Venezuela en Londres. En Europa ensancha sus horizontes culturales y polticos. Visita Francia, Blgica y parte de Alemania. Hacia 1842 Toro se encuentra de nuevo en su patria. Los signos que presiden la poltica criolla son contradictorios. Las prdicas liberales ya haban cobrado auge con Guzmn a la cabeza, desde las pginas de El Venezolano. En este ao Toro cumple la misin que le encomienda el Congreso para hacer la Descripcin de las honras fnebres consagradas a los restos del Libertador Simn Bolvar. En los aos inmediatos, Toro desarrolla una intensa labor intelectual. Colabora en El Liceo Venezolano con trabajos de crtica y creacin. Escribe sobre el Resumen de Historia de Venezuela de Baralt y publica Los Mrtires. Por otra parte ejerce la docencia en el Colegio de la Independencia, regentado por Feliciano Montenegro y Coln. En 1846 Thro es Enviado Extraordinario en Espaa y en la Gran Bretaa , as como en Francia. En 1847 lo encontramos de nuevo en el Congreso de la Repblica. Das borrascosos se avecinan. Pez ve tambalear su hegemona, sostenida por casi dos dcadas. Un nuevo caudillo se apoderar de la direccin de la Repblica, con el apoyo del viejo centauro. Llega a escena Jos Tadeo Monagas. Das ms tarde romper con Pez. Y se establecer en el pas un perodo de diez aos, en el que se observar el desarrollo de una verdadera dinasta. Los dos hermanos Monagas: Jos Tadeo y Jos Gregorio, cargados anteriormente de las glorias en los campos de batalla de la Guerra de la Independencia, se reparten durante ese lapso el poder. Un hecho resonante, que conmovi la historia venezolana, acaeci en los primeros das de la presidencia de Jos Tadeo Monagas. Fue lo que se ha llamado en nuestros anales, el asesinato del Congreso. Aunque las causas y las culpas no estn bien claras a la luz de los testimonios conocidos hasta ahora sobre tan desagradable suceso, lo cierto es que Monagas manifest arrepentimiento por sus consecuencias. En esa oportunidad, Fermn Toro, que no asisti a la sesin del Congreso por motivos personales, al ser instado al da siguiente por el Presidente de la Repblca para que se incorporara a las sesiones, pronunci estas palabras lapidarias: Decidle al General Monagas que mi cadver podrn llevarlo, pero que Fermn Toro no se prostituye. El balance de la nefasta sesin haba sido catastrfico: el poder legislativo de la Repblica atacado por turbas con beneplcito del Gobierno y un nmero de muertos, entre los que se cont el eminente ciudadano Santos Michelena. Desde aquel da, 24 de enero de 1848, Fermn Toro se retira a la vida privada. Como un antiguo patricio romano va en busca de la paz campesina. Busca un exilio interno. Se refugia en su hacienda Togo en los Valles de Aragua, cercano al lago de Valencia. All pinta, lee, escribe versos y desarrolla su pronunciada aficin por las ciencias naturales. Su correspondencia con Vargas es cada vez ms devota en esta hora. Monagas, que por su temperamento autoritario no pudo plegarse a los halagos de ninguno de los partidos polticos tradicionales en el pas, se vio solo al final, y todas las fuerzas polticas que haban intervenido en la orientacin de la Repblica desde los momentos de la separacin de la Gran Colombia, precipitaron la cada del dictador. En la hacienda de Toro se ultimaron los detalles para el derrocamiento de Monagas. Alli acudieron polticos, intelectuales y militares para el golpe final.

el maestro y el politico La personalidad de Fermn Toro como maestro y como poltico se desprende de su propia actuacin pblica y de su obra. La influencia de la obra de Toro en el posterior desenvolvimiento cultural y poltico del pas, es innegable. Su gil cultura filosfica le convierte en uno de los pocos polticos doctrinarios de su generacin. Es reposado, equilibrado y penetrante. Observa los hechos histricos con profunda inteligencia. En literatura, aun cuando en su poca predomina el romanticismo, l concilia lo antiguo y lo moderno en su formacin. En poltica conoce y aprecia en todo su valor el utilitarismo ingls, de ascendencia liberal; admira e intuye el gran sentido patritico de la naciente filosofa norteamericana. En Toro confluyen todos los factores necesarios para la formacin de un poltico moderno. Sus conocimientos, su vasta cultura le convierten en el estadista ms completo que haya tenido la Repblica en las dos primeras dcadas en que predomin la oligarqua conservadora. A pesar del cmulo de teoras y su compleja preparacin intelectual que presiden su actuacin pblica, sus concepciones se apoyan en la realidad. Por eso, cuando en la Convencin de Valencia en 1858 hace a travs de su oratoria el examen de los problemas sociales y polticos del pas, sus verdades son impresionantes. En su discurso pronunciado en aquella memorable convencin el 29 de septiembre del ao citado, sobre la federacin y centro-federacin, Toro adelanta el ms efectivo diagnstico de una realidad, cuyos fundamentos todava perduran en las estructuras polticas venezolanas. Al considerar como maestro a Toro, nos daremos cuenta que sus enseanzas se proyectan ms desde el rea de su actuacin pblica, desde sus libros, desde la ctedra de su ejemplo. Como maestro en funcin docente, sus enseanzas se reducen a una pocas clases en el Colegio de la Independencia de Feliciano Montenegro y Coln. Sus discursos, sus opiniones pblicas, su constante desvelo por el destino de la patria, le hacen acreedor a ser considerado como uno de los grandes forjadores de la nacionalidad. As lo reconoci, once aos despus de su muerte, Antonio Guzmn Blanco. Del Cementerio de Los Hijos de Dios, donde reposaban, los restos del ilustre hombre pblico fueron trasladados por su iniciativa al Panten Nacional, al lado de los hroes de la Primera Repblica. Juan Vicente Gonzlez que haba compartido con Toro los das ms turbulentos de la patria, al morir el gran repblico escribi una de sus ms hermosas Mesenianas para decir: Cuando escritores como Toro juntan a un noble carcter un bello talento, son semidioses, hroes y salvadores de su patria; son los sumos sacerdotes de un templo, donde se precipitan todos para ofrecer al cielo sus temores y esperanzas, y donde los oprimidos respiran el aire de la libertad, mezclando alegrea cantos al triste son de sus cadenas (Gonzlez, Juan Vicente: Mesenianas, compiladas por Manuel Segundo Snchez y Luis Correa. Caracas, Ed. Sur Amrica. 1932.)juan vicente gonzalez (1810-1866)A la generacin de la nueva Repblica, que nace con la desmembracin de la Gran Colombia, pertenece Juan Vicente Gonzlez. Junto con Toro, Baralt, Valentn Espinal, Juan Manuel Cajigal y otros. Gonzlez uno de los tericos constructores de la Tercera Repblica. Su nacimiento ocurri en Caracas, el 28 de mayo de 1810. Sus padres han permanecido en la anonimia. El mismo escribir aos ms tarde: Una mujer del pueblo form mis entraas, y una mujer que amaba al pobre, que era compaera del que sufra, cuid de mis primeros aos. Sus primeros estudios corrieron a cargo del presbtero Jos Alberto Espinosa, quien le protegi y orient con sus consejos. Sus estudios universitarios contaron con la ayuda del Padre Jos Cecilio Avila, a quien Gonzlez aos ms tarde, rendir encendido tributo de admiracin y agradecimiento. En 1830 se grada de Licenciado en Filosofa. La primera doctrina religiosa que alumbr el camino de su fe, fue la cristiana. Interno en el presbiterio de los Neristas durante su infancia, realiz estudios de teologa y sagrados cnones; pero por motivos que se ignoran, al final no coron su carrera eclesitica. En 1836 cas con la seorita Josefa Rodil, virtuosa dama descendiente de una familia realista. Al matrimonio siguieron varios hijos: Juan Vicente, Jorge, Luis Eduardo e Isabel. De todos se distingui el segundo, quien lleg a ser escritor y pedagogo de notables condiciones. Desde la separacin de Venezuela de la Unin Grancolombiana, en el ao de 1830, Gonzlez empieza a participar en la vida poltica del pas. Se le haba atribuido erradamente la obra Epistolas Catilinarias sobre el 8 de julio de 1835, momento en que el gobierno de pura extraccin civilista que preside el Dr. Jos Maria Vargas es amenazado de muerte por la insurgencia militar, representada por Carujo. Luego, se determin que tal obra es de Francisco Javier Yanes. Son los das en que empiezan a aparecer las partidos polticos. Gonzlez titubea: una vez ser liberal y despus abrazar definitivamente el bando conservador. Su vida transcurre en uno de los perodos ms oscuros y turbulentos de la Repblica. El mismo escribe: Nacido un ao despus que Venezuela dio su grito de independencia, criado en medio de los furores de la Guerra a Muerte y el ruido de sus combates, crecido entre las tempestades que precedieron a su organizacin definitiva y a su breve edad de oro, testigo y actor de los ltimos acontecimientos, pertenezco a todas sus pocas por algn punto, conozco sus hombres y las pasiones e intereses que los movieron. En 1840 figura el Licenciado Gonzlez entre los fundadores de El Venezolano, al lado de Toms Lander, Valentn Espinal, Urbaneja y Antonio Leocadio Guzmn. Pronto se distancia, sin embargo. Y cobra un odio feroz contra Guzmn, en torno al cual har girar posteriormente toda su actuacin pblica. En 1859 funda El Heraldo. Su consigna es: Contraer el solemne compromiso de refutar El Patriota, El Diario y todo bicho guzmancista que alce golilla y la haga de escritor. Durante el ao de 1846, siendo Gonzlez el Jefe poltico del Cantn de Caracas, experimenta el placer de hacer prisionero a su diablico enemigo, Antonio Leocadio Guzmn, solicitado con urgencia por conspirador. La escena es pintoresca y revela el matiz de la lucha politica que se desarrolla en la Venezuela de entonces. Llegando Monagas al poder, la situacin poltica de Gonzlez cambia. Su ms encarnizado enemigo de ayer, humillado y por gracia de Monagas desterrado, despus de haber sido condenado a muerte por el tribunal, aparece poco despus en la direccin del Gobierno. Empieza para Gonzlez su via-crucis. Sombras y tinieblas pueblan en las noches sus reflexiones. Los Monagas se perpetan en el poder. Una dcada, que pareca un siglo, caa pesadamente sobre la libertad de los venezolanos que no compartan sus opiniones con las del dictador. Durante esa poca acontece el asesinato del Congreso, el 24 de enero de 1848. Era para entonces el Licenciado Gonzlez, diputado. Aun cuando al da siguiente cedi a las presiones de Monagas para empatar el hilo constitucional y asisti a la sesin convocada, con este acto sell su retiro de la vida poltica de aquel momento. Entonces se dedic a la enseanza. Ya no como simple catedrtico, lo cual haba sido habitual en l desde su egreso de la Universidad , sino como propietario de un nuevo colegio: El Salvador del Mundo Su esposa lo secunda en la honrosa empresa. En los bancos del colegio se forma una generacin brillante: Eduardo Blanco, Pedro Arismendi Brito, Julio Calcao, Rafael Villavicencio, Marco Antonio Saluzzo, Agustn Aveledo y su propio hijo Jorge Gonzlez Rodil. Los estudios en El Salvador del Mundo, de acuerdo con las exigencias de la poca, adquirieron la mayor seriedad humanstica. Los alumnos aprendan el latn y el griego, y los exmenes eran verdaderos acontecimientos sociales y literarios en aquella Caracas de reducidos contornos.

Marco Antonio Saluzzo

Las crnicas de los peridicos de la poca dan cuenta de la magnitud del suceso. Gonzlez parece entretenerse, dedicado al estudio, con sus nuevas funciones. Sin embargo, su fogoso temperamento no era para medias tintas. En su obra literaria de entonces, su muda protesta imprime un tono de reticente melancola a muchos de sus escritos. Gonzlez piensa que se vive en Venezuela la poca del Bajo Imperio, en la que se suceden las invasiones de los Brbaros. Para l, Jos Tadeo no es ms que un brbaro de las Galias o de Espaa; Jos Gregorio era Gondelbaldo, y Antonio Leocadio Guzmn sera Arcadio el hijo de Lidonio, vendido a los tiranos. En 1858, por el mes de marzo, Monagas es derrocado por la unin de liberales y conservadores. Gonzlez vuelve a la vida pblica. Funda El Heraldo. Con el mismo nombre Lander fund en 1846 otro peridico. El 1 de abril de 1859 empieza a aparecer el nuevo vocero. Con los mismos bros de siempre el Licenciado Gonzlez vuelve a mezclarse en el acalorado debate de la poltica nacional. En el primer nmero el peridico reza: Se enviar a los que el redactor cree amigos suyos en poltica. El que no quiera suscribirse le devolver el nmero al repartidor. No obstante, das terribles se avecinaban. Durante el perodo dictatorial de Pez, el Licenciado Gonzlez ir a parar a las mazmorras de la Guaira. Escribir entonces su Ecos de las Bvedas. Desde el 60 la guerra haba encendido nuevamente sus hogueras. Los federales Zamora, Falcn y Guzmn Blanco sern los jefes del movimiento. Gonzlez se mantiene entre los dos fuegos. Su honradez poltica le impeda plegarse sumisamente a Pez y sus convicciones ideolgicas le empujaban a odiar a los federales. Para Gonzlez, Zamora era un Atila, y Jos Laurencio Silva, que en nombre del gobierno de Pez pacta con los federales, es un eunuco que abre las puertas del imperio a los brbaros. Desde su peridico no se cansaba de exclamar: Que sea la ltima que se derrame sobre esta tierra, cuyos frutos van a saber a sangre, refirindose a la guerra. Triunfante la Guerra Federal , Gonzlez se refugia en las letras. Funda su famosa Revista Literaria, escribe artculos de crticas y traduce a los grandes poetas universales. Falcn, el caudillo de la revolucin victoriosa, a su vez hombre de letras, lo acoge con respeto y deferencia. Como el Licenciado careca de recursos econmicos para su subsistencia, el caudillo disimuladamente le compra su biblioteca. Ya eran los das finales. Recluido en su lecho estaba a mediados de 1866, apunta Enrique Bernardo Nez, y el primero de octubre por la tarde entra Arvelo, para entonces Presidente Encargado de la Repblica : No, amigo - responde sonriendo a sus palabras de consuelo - el sol de maana no alegrar mis tristes ojos. En efecto, la misma noche del 10 de octubre de 1866, morira Juan Vicente Gonzlez. Caracas entera se conmovi y los restos del infatigable luchador fueron acompaados por una multitud silenciosa hasta las faldas del Avila, donde quedaba el viejo cementerio de Los Hijos de Dios. Una cruz, con las iniciales JVG estuvo muchos aos esperando la mano generosa que salvara del olvido aquellos restos venerables. La espera fue intil. Y aquel hombre cuyo origen se diluye en la oscuridad de las informaciones, no deja ni siquiera el testimonio de sus cenizas para la posteridad. Su vida pareci presidida por el signo de lo desconocido.

Caricatura de Juan Vicente Gonzlez

Anlisis de su obra literaria. A pesar de su inquieta vida poltica en la que embarga con pasin lo mejor de su tiempo, Juan Vicente Gonzlez es uno de los escritores venezolanos que posee una erudicin abundante, en la que se mezclan sus diversos conocimientos de la historia, de lenguas clsicas, de matemticas, de literatura, de filosofa en forma desordenada. Su poderoso temperamento literario se consume en la diaria diatriba de una vida politica enconada y aldeana. Fruto de su personalidad inquieta y avasallante, son sus inconclusas incursiones por el campo de la biografa. la crtica literaria, la poesa, el ensayo, el periodismo, la didctica y la historia. La biografa que cultiva Juan Vicente Gonzlez en los primeros aos de la Repblica, no es, sin lugar a dudas la que alcanza su mayor auge en las primeras dcadas de nuestro siglo con Lytton Strachey, Maurois, Ludwig, Hackett y Zweig. Es una biografa a su manera de prosador impulsado por sus pasiones y por su desbordante caudal imaginativo. Por eso su Biografa de Jos Flix Ribas no obedece a un plan, a unas normas elementales en el desarrollo del gnero. Es ms bien una coleccin de cuadros en los que pinta a grandes rasgos la Guerra a Muerte. A ratos podra descubrirse cierto hilo novelesco como en la biografa moderna. Pero esto sucede sin continuidad. Ms que la biografa de Ribas, esta obra es la historia social de Venezuela en aquellos tiempos. Bien seal Mariano Picn Salas en sus primeras incursiones por el campo de nuestra literatura, que Gonzlez en torno a la figura central de Ribas, agrupa la sensibilidad y pensamientos de toda una sociedad de los primeros das de la guerra: 1810- 1814 (Picn Salas, Mariano; Pginas Escogidas de Juan Vicente Gonzlez. Manrique Ramirez Angel, Editores. Caracas. 1921. P. 193). Por su parte, Rufino Blanco Bombona, refirindose al Facundo de Sarmiento, anota: El Facundo, la biografa de Juan Facundo Quiroga, por Sarmiento, no puede tal vez parangonarse, dentro de la literatura americana de promedios del siglo XIX, sino con la biografa del general Jos Felix Ribas, por Juan Vicente Gonzlez. Ambos escogieron como centro de cuadro de barbarie que pintan la figura de un hombre: el argentino, la de Facundo; el venezolano, la de Ribas, y no sabe uno con qu cuadro quedarse, si con aquel de los beduinos de la pampa, donde se ven las campias del sur nadando en sangre, o con el que describe las blancas pirmides de osamentas que dej la Guerra a Muerte en los campos del norte. (Blanco Fombona, Rufino: Obras Selectas, Ediciones Edime. Caracas. 1958. P. 966.). La biografa de Jos Flix Ribas es la obra fundamental de Gonzlez. En ella el vigor del escritor resalta en el trazo de las figuras humanas, de las que deja impresionantes epopeyas, como las de Boves, Arismendi, Briceo y muchas otras ms. Como observamos ms adelante, con el pretexto biogrfico Juan Vicente Gonzlez logra constituirse en esta obra en el pionero de una conciencia nacional en nuestra literatura. Como crtico literario, Gonzlez deja pocos testimonios, su inquietud fecunda y la autoridad con que estaba investido en los ltimos aos de su carrera pblica, le impulsaron tal vez a penetrar con recelo en ese campo, en un momento en que nuestra literatura comienza. Impulsado por su deber de maestro, Gonzlez seala con certeza la orientacin del gnero entre nosotros. Ms que dedicarse a la labor crtica. echa sus bases. Formula los principios de una crtica que se adelanta a muchos de los carcomidos cimientos del gnero de las letras peninsulares. As por ejemplo asienta: Es preciso abandonar la pequea y fcil crtica de los defectos, por la grande y difcil crtica de las bellezas. Deseando corregir el autor, se irrita y se obstina en los defectos o bien se desanima, verdadera desgracia si el que empezaba tena talento. Hay defectos por otra parte que son inherentes a bellezas y que forman las naturalezas y en algn modo la constitucin de ciertos espritus (Gonzlez. Juan Vicente: Pginas Escogidas, Critica Literaria. P. 71). En nuestros anales literarios, es Juan Vcente Gonzlez el primero que comprende perfectamente la misin de la crtica. Por eso aconseja: Para ser literaria, la crtica debe ser amena, y que sin bondad, ella turba el gusto y emponzoa los sabores (Gonzlez, Juan Vicente; Obra Citada). Estos principios los observa el propio escritor, cuando en su Revista Literaria escribe sobre La Historia de Julio Csar por Napolen Tercero, sobre La Condesa de Salisbury de Alejandro Dums, sobre Leopardi y sobre el Jess de Renn. Cuando impulsado por su torrentoso genio creador, invade el campo de la poesa, su expresin slo encuentra cauce en su prosa abigarrada, apasionada y romntica. Sus intentos en verso carecen de viveza creadora. Son meros ejercicios de versificacin. En cambio sus pginas poticas en prosa estn cargadas de una belleza extraordinaria, imbuidas de un aliento humano inextinguible. En este sentido, sobresalen entre todas sus producciones, las que l llam Mesenianas. Tomaba el nombre el escritor de una antigua regin griega -Mesenia- cuyos habitantes, heroicos y decididos lucharon contra pueblos invasores. Ante su tragedia entonaban cantos de lamentacin, los cuales vendran a ser llamados Mesenianas. Para Gonzlez, la tragedia de aquel pueblo invadido era como la que sufra Venezuela en los das oscuros de Monagas. La patria, para entonces, era pasto de caudillos; el crimen y el destierro ensombrecan las esperanzas del pueblo. Esos cantos elegacos estaban llenos de una protesta colectiva. La juventud asesinada, los ideales perseguidos, los viejos prceres en el destierro, condensan el reticente dolor en esos cantos que brotan del poderoso corazn romntico de Juan Vicente Gonzlez. En la Meseniana dedicada a Tefilo Rojas, Gonzlez confiesa: Publicar los sueos de mis largas noches, cantos en mi prosa, lgrimas condensadas, preludios fugitivos del canto eterno al dolor que suena en mi alma?. Andese sta en silencio, sorda germinacin del espritu; que se lance a contemplaciones abstractas, atmsfera del pensamiento tranquilo; o que despedazada, cautiven sus fragmentos las realidades crueles, mis das son tristes sobre la tierra. Como se ve, en estas pginas Gonzlez se dispuso a verter toda su pasin de romntico y toda su sapiencia clsica. En ellas hace desembocar todo su rencor, todo su odio contra los enemigos y todo su amor a Venezuela, sublimados por el tono elegaco. profundamente lirico de su poesa en prosa. La razn de ser de estas pginas tal vez las ms vehementes y perdurables en la literatura venezolana, est en aquellos preceptos del propio escritor: La poesa consiste sobre todo en la espiritualidad de las ideas. Para que las palabras sean poticas es preciso calentarlas al soplo del alma, humedecerlas con su aliento. Esto ltimo es lo que confirman las Mesenianas de Gonzlez: todava estn calientes y hmedas, como una prolongacin de su vida. Entre las Mesenianas ms conocidas, de mayor dimensin humana pueden mencionarse las dedicadas a Mateo Ballenilla, a Fermn Toro, Andrs Bello, a Avelino Pinto y la ya citada, a Tefilo Rojas. La muerte de estos venezolanos de su poca, produce en Gonzlez el estado espiritual proclive a la creacin de sus reticentes elegas. De Toro dice: Es que acaba de abrirse una tumba, y ha cado en ella el ltimo venezolano.... De Bello concluye: Salvse el Nstor de las letras de la gloria del martirio. Y de Pinto, en medio de una viva evocacin griega, bosqueja: Ya llega el coro de los vencedores semejantes al de las Mnades sobre el antiguo Citern. A travs de la ciudad desierta, ellas pasean sus gritos, sus vivas y cantos, Cmo alternan con los melanclicos ecos, que se alzan alrededor de la patria moribunda!. En el ensayo, tal como se le reconoce hoy en da, Juan Vicente Gonzlez posiblemente no haya dejado obra de consistencia. Pero en cierta forma pudieran destacarse en este aspecto su trabajo sobre la Elocuencia Politica el de Mirabeau, orador y hombre de estado. Como periodista Gonzlez sobresale. En este campo es un coloso. Nadie ha podido igualarle en Venezuela. Su pasin desbordante, su estilo admonitivo, de una soberbia lapidaria, le colocan como la ms singular figura del periodismo venezolano de todos los tiempos. Arturo Uslar Pietri ha dicho al respecto: No lo ha habido ms brillante, ms poderoso, ms potico. Es en veces una sibila que vislumbra visiones de espanto, en veces un orador de torrentosa elocuencia, y siempre un poeta, por el poder de la sntesis y por la fulguracin de la imagen (Uslar Pietri, Arturo: Letras y Hombres de Venezuela. FCE. Mxico. 1948. p. 97). Con sus arrebatos personales, transplantados a su funcin diaria de periodista, Gonzlez imprime a sus editoriales y a todas sus dems pginas, una fuerza humana caracterstica, una energa vital inagotable. Lisandro Alvarado, en relacin con la figura de Gonzlez, ha anotado lo siguiente: En caso de necesidad llenaba todas las columnas de su peridico sin colaboracin y con producciones apasionadas, y a veces salvajes por el nervio y la vigorosa entonacin, por el descuido y la clera que las animaban. Ms adelante precisa el mismo historiador: Llam a Sotillo 'viejo criminal', a Angel Quintero 'histrin sonoro', a Antonio Leocadio Guzmn 'bicho pedantesco que recibi de su padre la empalagosa charla y las maas del gitano'; y luego nunca le faltaban saetas enarboladas y crueles invectivas contra los que por esto o por aquello fomentaban su clera o no andaban tan presto como lo deseara su venganza (Alvarado, Lisandro: Historia de la Revolucin Federal en Venezuela. ME.-Caracas. 1956. p. 177). Como autor de obras didcticas, Gonzlez cumple una labor provechosa para la entonces incipiente educacin venezolana. En sus das de recogimiento en su colegio El Salvador del Mundo, se dedc por entero a la enseanza. Y entonces escribi un texto de Gramtica Castellana, en la que segua la teora gramatical de Bello. Asmismo escribe sus lecciones de Literatura Espaola y una Gramtica Latina. Aun cuando no corresponde a su poca de El Salvador del Mundo, es necesario aadir a la lista de obras didcticas, su Manual de Historia Universal. Esta ltima obra, escrita casi de memoria en los das de prisin bajo la dictadura de Pez, se destaca por sus poticas descripciones y por su fervorosa admiracin hacia la cultura clsica de Grecia y de Roma. En el campo de la historia, ciertamente Gonzlez ocupa un sitial de pionero. Con l la historiografa romntica venezolana. Sus lecturas de adolescente, recin salido del presbiterio de los Neristas, la vuelca an en su madurez, en sus pginas histricas, vehementes y desordenadas. Gonzlez fue un permanente cronista de nuestros grandes sucesos. El testigo ms dispuesto de su poca, puede llamrsele por su incansable labor histrica. Su historia, sin embargo como hemos anotado ya, posee singulares caractersticas. Los modelos que sigue Gonzlez no son los que tena a mano en la literatura castellana. Fueron los grandes romnticos franceses que l haba ledo en su juventud: Chateaubriand, Lamartine, Michelet, Thierry. La hstoria que l escribe est caldeada por su pasin potica. La historia de Venezuela para Gonzlez empieza a ser de contornos homricos. El la ve con aire de epopeya. No pierde oportunidad para establecer comparaciones entre nuestros guerteros y los de la antigedad clsica; entre la escena de nuestra historia y la de los casi legendarios pueblos greco-latinos. Pero, al Iado de la cita erudita, florece la expresin potica, teida por su aliento personal. Aun cuando su poderosa vocacin de escritor parece desembocar en el campo de la historia, Gonzlez deja en este gnero una obra inconclusa, de retazos, de intentos sin continuidad. El haba abrigado la esperanza de escribir la Historia del Poder Civil en Colombia y Venezuela o Vida de sus Hombres ilustres. Y no pas esta idea de ser ms que esperanza. Apenas escribi algunos esbozos biogrficos, como los de Jos Manual Alegra, Jos Cecilio Avila, Martn Tovar Ponte y el ms completo, el de Jos Flix Ribas. No obstante, sin llegar a realizar una obra histrica de ordenados fundamentos, Gonzlez crea una escuela, a la que imprime su sello personal. Aos ms tarde, su discpulo ms brillante ser Eduardo Blanco, autor de Venezuela Heroica.

rafael maria baralt (1810-1860) A la historia de Gonzlez se opone en nuestros orgenes la historia de corte clsico de Baralt. Rafael Mara Baralt es un contemporneo de Juan Vicente Gonzlez. Haba nacido el 3 de Julio de 1810 en Maracaibo. Nio an, su familia se residenci en Santo Domingo, de donde proceda su madre. A los once aos volvi a Maracaibo. Y all se residenci hasta 1826, cuando acompaa a su to Luis Baralt a Bogot donde realiz sus primeros estudios humansticos. Curs, aunque no en forma muy regular, latinidad, filosofa y derecho. Luis Correa, en su libro Terra Patrum, cita el testimonio de uno de los compaeros de aula de Baralt Juan Francisco