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    Loshombresdel centenario: EfranHuerta,

    OctavioPaz yAdolfoBioyCasaresAutor: Rubn vila AlonsoDirigido a: Jvenes de 15 a 18 aosDuracin: 5 sesiones de 90 minutos

    IntroduccinEn este ao 2014, se cumplen 100 aos de los nacimientos de varios escritoresimportantes. Sus obras, ingeniosas y sensibles, puedes encontrarlas en la

    biblioteca pblica, y es importante difundirlas para que las conozcan y disfruten lasnuevas generaciones de lectores. El taller es una propuesta que puedes adaptar omejorar, pues las obras, cuentos y poemas son una pequea muestra de laenorme creatividad e imaginacin de los autores.

    Por medio de actividades de escritura creativa, lectura de cuentos y poemas, y lalectura de las biografas de los autores, los jvenes participantes del tallerconocern un poco del poeta-saurio, Efran Huerta, y sus divertidos poemnimos;disfrutarn poemas del gran escritor mexicano, galardonado con el Premio Nobelde Literatura, Octavio Paz; y conocern algunos aspectos de la obra del escritorargentino Adolfo Bioy Casares.

    Recuerda, compaero bibliotecario, que puedes difundir los libros de los autoresen una muestra bibliogrfica, y compartir las fotografas de los escritores en elperidico mural; o en la red social de la biblioteca pblica.

    Conoce un poco ms de los tres escritores, en los libros o en internet, y compartecon los jvenes usuarios sus libros. Recuerda que los mejores homenajes que seles pueden hacer a los escritores, es leerlos; as nos recreamos con sus ideas, yperduran a travs del tiempo sus obras.

    ObjetivoDifundir la obra de los poetas y escritores mexicanos Efran Huerta y Octavio Paz,y del escritor argentino Adolfo Bioy Casares, a 100 aos de su nacimiento.

    RequerimientosHojas de rotafolios y reso; bolgrafos, lpices; crayolas; computadora coninternet; can; papel kraft; tijeras. En caso de que t (o los jvenes asistentes altaller) quieran subir fotografas de los trabajos realizados durante el taller, cmarasfotogrficas y cables usb.

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    esin 1El poeta saurio : Efran Huerta

    Al iniciar la sesinSaluda a los jvenes y comenta que esperas que disfruten mucho el taller. Di queabordarn la lectura de algunos poemas y cuentos, de tres escritores muydiferentes, pero creativos e imaginativos: los mexicanos Efran Huerta yOctavio Paz, y el argentino Adolfo Bioy Casares.

    Invtalos a conocer la muestra bibliogrfica, (previamente preparada por ti) conlos libros que usarn en el taller. Recuerda que tambin puedes compartir lasbiografas y fotografas de los escritores en el peridico mural, o en la redsocial de la biblio teca.

    Dinmica de presentacinNombres y palabras

    Di a los jvenes que se presenten; dirn su nombre y alguna palabra favorita; conesas palabras realizarn posteriormente una actividad de escritura. Pide queescriban su nombre en su gafete y que sus palabras favoritas las anoten en unahoja de rotafolio, que estar a la vista de todos. Ejemplo:

    Yo soy Rubn y mi palabra favorita es silencio.

    Mi nombre es Erika y mi palabra favorita es alegra.

    Cuando hayan terminado de presentarse, tendrn ya varias palabras escritas. Pideque tomen asiento y que escuchen con atencin.

    Actividad de lecturaLee en voz alta la biografa del poeta mexicano Efran Huerta, el poeta saurio.

    Efran Huerta naci en Silao, municipio de Guanajuato, el 18 de junio de 1914 ymuri en la ciudad de Mxico el 3 de febrero de 1982. Realiz sus primerosestudios en Len y en Quertaro. Estudi la preparatoria en la ciudad de Mxico ylos primeros aos de la carrera de leyes. Comenz a trabajar como periodista en

    1936 y trabaj en los principales peridicos y revistas de la capital y en algunos dela provincia. Tambin trabaj como crtico cinematogrfico. Edit la revista Taller,

    junto con los escritores Rafael Solana, Neftal Beltrn y Octavio Paz (de 1938 a1941). Dentro del grupo de escritores que formaron la generacin de la revistaTaller, Efran Huerta destac por sus poemas; sus temas incluan la justicia, elhombre y la sociedad, la modernidad y la soledad, el amor, la vida y la muerte, larebelda contra la injusticia, la poltica y la ciudad de Mxico, entre muchos otros.

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    Pudo viajar por los Estados Unidos y Europa. El gobierno de Francia le dio en1945 las Palmas Acadmicas. En 1952 visit Polonia y la Unin Sovitica. Recibiel Premio Nacional de Poesa en 1976.

    Fue muy destacado como poeta. Como tambin reflejaba mucha vitalidadexpresiva y rebelda en sus escritos, fue muy importante en su generacin. Supoaprovechar su sentido del humor, que iba de lo fino y elegante, hasta el totalsarcasmo y la irona. No dud en escribir sobre el desprecio, el hasto, elasolamiento; con mucha picarda, habilidad verbal e ingenio, creo lo que llampoemnimos, breves poemas donde incluso se re de s mismo.

    Con una visin aguda, crtica y sensible al mismo tiempo, expres en sus poemasel amor a la vida; el deseo y la belleza femenina; la urbanizacin y los cambios enlas ciudades; el jugueteo ertico; el desamparo, el desengao, la injusticia Fuemuy creativo y sensible con las palabras. Rebelde, inconforme, tierno, pcaro;bromeaba o solemnizaba, pero se inclua en sus escritos.

    Entre sus principales obras se cuentan Absoluto amor (1935); Los hombres delalba (1944); La rosa primitiva (1950); El Tajn (1963); Poemas prohibidos y deamor (1973); Circuito interior (1977) y Estampida de poemnimos (1980), entreotros libros. Su poesa completa se public en 1988.

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    Al terminar de leer, muestra a los jvenes los libros de Efran Huerta con los quecuentes en la biblioteca.

    Hora del poema. Organiza la lectura de los siguientes poemas. Sugiero quecomiences a leer t, procurando dar entonacin y musicalidad a los primerospoemas, y posteriormente invitando a los jvenes a hacer lo mismo.

    La ciudad.

    La maana en los hombres milagriza

    doloridos deseos, y tiernas plumas

    de palomas infames se levantangritando amor sin vida por la calle,

    alarmando campanas y jardines,

    fabricando con vidrios el invierno.

    Duras plumas: castigo merecido

    por evitar el fuego del candor!

    El da.

    El da ha llegado a mis ojos.

    El da que muere es una lluvia dorada.

    El da es tierno como el agua. Como el amor que nace.

    El da es delgado y dulce. El da es el amor.

    El da es una espada. Una rosa caliente.

    El da me dijo: Buenos das. Y am al da.

    El da estaba en tus ojos de fino oriente.

    El da eran tus ojos oscuros. T clara sonrisa.

    El da quiso decirme adis. Y no me dijo nada.

    El da y t haban llegado a mis ojos.

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    El da eras t. T eras el Buenos das. Y el Adis.

    El da, siempre el da. Es decir, siempre t.

    Siempre ma.Criatura irresistible, nube, voz de mi sueo,

    suave espejo nupcial, escchame en tu vida,

    vveme con tu vida, mame con tu amor,

    y djame a tus plantas como raz despierta.

    Eres el rbol vivo de mi antiguo paisaje,

    criatura hecha de amor, amorosa criatura,

    eres la estatua dcil y la violenta lluvia,

    y eres canto y silencio en mi templo de carne.

    Criatura, piel de mi alma y sangre de mis labios,

    deja que mi dolor se apoye en tu valiente

    y clara juventud; deja que mis deseos

    sean el vivo reflejo de tu propio deseo.

    Criatura hecha de besos, criatura siempre ma:

    una orqudea en tu cuerpo me llama desde siempre,

    y yo la bebo entera con mis labios-cuchillos

    y me muero de fiebre sobre tu pecho abierto.

    Eres diosa en mi sueo, hembra de mi delirio,

    espejo de mi piel y azucena en mis brazos.

    Djame ser la espina nupcial y soberana

    de tu soberbia vida. Djame ser feliz.

    Ternura.

    Lo que ms breve sea:

    la paloma, la flor,

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    la luna en las pupilas;

    lo que tenga la nota ms suave:

    el ala con la rosa,

    los ojos de la estrella;lo tierno, lo sencillo,

    lo que al mirarse tiembla,

    lo que se toca y salva

    como salvan los ngeles,

    como salva el verano

    a las almas impuras;

    lo que nos da ventura e igualdad

    y hace que nuestra vida

    tenga el mismo sabor

    del cielo y la montaa.

    Eso que si se besa purifica.

    Eso, amiga: tus manos.

    Absoluto amor .

    Como una limpia maana de besos morenos

    cuando las plumas de la aurora comenzaron

    a marcar iniciales en el cielo. Como recta

    cada y amanecer perfecto.

    Amada inmensa

    como una violeta de cobalto puro

    y la palabra clara del deseo.

    Gota de ans en el crepsculo

    te amo con aquella esperanza del suicida poeta

    que se meci en el mar

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    con la ms grande de las perezas romnticas.

    Te miro as

    como miraran las violetas una maana

    ahogada en un roco de recuerdos.Es la primera vez que un absoluto amor de oro

    hace rumbo en mis venas.

    As lo creo te amo

    y un orgullo de plata me corre por el cuerpo.

    La rubia del metro. Milonga triste.

    Llevaba la manzana

    del da en la minifalda,

    la tristeza de marzo

    en la mirada.

    En la estacin Balderas

    dej pasar el Metro;

    se sent y slo vimos

    a una nia deshecha.

    Casi lloraba y ya casi gema

    la rubita del Metro,

    con sus muslos de leche,

    su atroz melancola.

    Ay desdichado amor

    escolar y maldito.

    Ay la rubia del Metro!

    Jams nadie ver

    un dolor como el suyo,

    ni angustia parecida

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    ni tanta soledad

    El amor.

    El amor viene lento como la tierra negra,como luz de doncella, como el aire del trigo.

    Se parece a la lluvia lavando viejos rboles,

    resucitando pjaros. Es blanqusimo y limpio,

    largusimo y sereno: veinte sonrisas claras,

    un chorro de granizo o fra seda educada.

    Es como el sol, el alba: una espiga muy grande.

    Yo camino en silencio por donde lloran piedras

    que quieren ser palomas, o estrellas,

    o canarios: voy entre campanas.

    Escucho los sollozos de los cuervos que mueren,

    de negros perros semejantes a tristes golondrinas.

    Yo camino buscando tu sonrisa de fiesta,

    tu azul melancola, tu garganta morena

    y esa voz de cuchillo que domina mis nervios.

    Ignorante de todo, llevo el rumbo del viento,

    el olor de la niebla, el murmullo del tiempo.

    Ensame tu forma de gran lirio salvaje:

    cmo viven tus brazos, cmo alienta tu pecho,

    cmo en tus finas piernas siguen latiendo rosas

    y en tus largos cabellos las dolientes violetas.

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    Yo camino buscando tu sonrisa de nube,

    tu sonrisa de ala, tu sonrisa de fiebre.

    Yo voy por el amor, por el herico vino

    que revienta los labios. Vengo de la tristeza,de la agria cortesa que enmohece los ojos.

    Pero el amor es lento, pero el amor es muerte

    resignada y sombra: el amor es misterio,

    es una luna parda, larga noche sin crmenes,

    ro de suicidas fros y pensativos, fea

    y perfecta maldad hija de una Poesa

    que todava rezuma lgrimas y bostezos,

    oraciones y agua, bendiciones y penas.

    Te busco por la lluvia creadora de violencias,

    por la lluvia sonora de laureles y sombras,

    amada tanto tiempo, tanto tiempo deseada,

    finalmente destruida por un alba de odio.

    Al terminar la lectura de los poemas, pregunta a los jvenes: qu imgeneslograron evocar?, qu sensacin les produce escuchar poemas? Ponganatencin a los comentarios.

    Actividad creativaJuguemos a escribir poemas!

    Con las palabras que escribieron al presentarse en la hoja de rotafolios, y lassugeridas a continuacin, los jvenes se inspirarn para crear poemas. Puedenusar varias, y hacerlo de forma libre; sugiero palabras porque as es ms fcil quese inspiren. Cuando terminen de escribir, anotarn sus poemas en hojas derotafolio o carteles de reso y las leern frente al grupo.

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    Palabras sugeridas: red, seda, hojas, olas, montaa, caballo, nube, camarn,mejilla, ojos, nocturna, vapor, frutal, seco, pasto, libres, manos, bolsa, zapato,caluroso, cable, pantalla, flama, queso, alba, pregunta, puerta, huesos, aire,cambios.

    Recuerda que pueden compartir sus trabajos en una exposicin al final deltaller o haciendo comentarios escritos en la red social de la bibl ioteca.

    Dinmica de animacinLos abrazos poticos

    Forma un crculo con los jvenes, de pie. A cada uno le dars cinco papelitosdoblados; cada papelito tendr escrita una palabra, puedes copiarlas de algunospoemas.Pide que caminen, mezclndose entre ellos. T dirs un nmero; segn el nmeroque digas, los jvenes se abrazarn en conjuntos. Ejemplo: si dices dos! se

    abrazarn por parejas; si dices seis! se abrazarn seis personas. Cuando dejende abrazarse, los jvenes abrirn al azar un papelito y crearn una oracin o unverso junto con otras palabras que dirn al resto del grupo. Repite la dinmicahasta que se terminen los papelitos. Propicia un ambiente cordial y animado.

    Actividad de lecturaLee en voz alta para los jvenes:

    Efran Huerta supo jugar muy bien con las palabras y su forma de expresarlas. Esen los poemnimos en donde resume y sintetiza, con humor e ingenio, suspuntos de vista de la vida cotidiana, la poltica, el amor a la vida, la frustracin, enfin, sus impresiones acerca de lo que viva. Semejantes a los haikus orientales, lospoemnimos del poeta-saurio son breves, divertidos, ingeniosos. En sus propiaspalabras:

    Creo que cada poema es un mundo. Un mundo y aparte. Un territorio cercado, alque no deben penetrar los totalmente indocumentados, los huecos, losdesapasionados, los censores, los lricamente desmadrados. Un poemnimo es unmundo, s, pero a veces advierto que he descubierto una galaxia y que los aosluz no cuentan sino como referencia, porque el poemnimo est a la vuelta de laesquina o en la siguiente parada del Metro. Un poemnimo es una mariposa loca,capturada a tiempo y a tiempo sometida al rigor de la camisa de fuerza. Y no lo

    toques ya ms, que as es la cosa. La cosa loca, lo imprevisible, lo que te caeencima o tan slo te roza la estrecha entendedera y ya se te hizo. Efran Huerta,en Transa potica.

    Hora del poema.Lee con los jvenes los siguientes poemnimos:

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    Ttem.

    Siempre

    am

    con lafuria

    silenciosa

    de un

    cocodrilo

    aletargado.

    ngel 1.

    El

    ngel

    al

    elevadorista:

    Llveme

    al

    ltimo

    piso.

    Despus

    sigo

    slo.

    Benaventina.

    Por

    soarla

    quien

    la suea

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    la llaman

    la

    biensoada.

    Becqueriana.

    La llamaron

    as

    y con razn.

    Se pasaba la vida

    de cama en rima

    de rima en cama.

    Terminaron dicindole

    la Becquerendona.

    Pueden leer ms poemnimos, consulta la bibliografa.

    Organiza un crculo de lectura con el siguiente poema.

    Mi pas, oh mi pas!

    Ardiente, amado, hambriento, desolado,

    bello como la dura, la sagrada blasfemia;

    pas de oro y limosna, pas y paraso,

    pas-infierno, pas de policas.

    Largo ro de llanto, ancha mar dolorosa,

    Repblica de ngeles, patria perdida.

    Pas mo, nuestro, de todos y de nadie.

    Adoro tu miseria de templo demolido

    y la montaa de silencio que te mata.

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    Veo correr noches, morir los das, agonizar las tardes.

    Morirse todo de terror y de angustia.

    Porque ha vuelto a correr la sangre de los buenos

    y las crceles y las prisiones militares son para ellos.Porque la sombra de los malignos es espesa y amarga

    y hay miedo en los ojos y nadie habla

    y nadie escribe y nadie quiere saber nada de nada,

    porque el plomo de la mentira cae, hirviendo,

    sobre el cuerpo del pueblo perseguido.

    Porque hay engao y miseria

    y el territorio es un spero edn de muerte cuartelara.

    Porque al granadero lo visten

    de azul de funeraria y lo arrojan

    lleno de asco y alcohol

    contra el maestro, el petrolero, el ferroviario,

    y as mutilan la esperanza

    y le cortan el corazn y la palabra al hombre-

    y la voz oficial, agria de hipocresa,

    proclama que primero es el orden

    y la sucia consigna la repiten

    los micos de la Prensa,

    los perros voz-de-su-amo de la televisin,

    el asno en su curul,

    el len y el rotario,

    las secretarias y ujieres del Procurador,

    y el poeta callado en su muro de adobe,

    mientras la dulce patria temblorosa

    cae vencida en la calle y en la fbrica.

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    Este es el panorama:

    botas, culatas, bayonetas, gases

    Viva la libertad!

    Buenavista, Nonoalco, Pantaco, Veracruz...

    Todo el pas amortajado, todo,

    todo el pas envilecido,

    todo eso, hermanos mos,

    no vale mil millones de dlares en prstamo?

    Gracias, Becerro de oro! Gracias, FBI!

    Gracias, mil gracias, Dear Mister President!

    Gracias, honorables banqueros, honestos industriales,

    generosos monopolistas, dulces especuladores;

    gracias, laboriosos latifundistas,

    Mil veces gracias, gloriosos vendepatrias,

    gracias, gente de orden.

    Demos gracias a todos

    y rompamos

    con un coro solemne de gracia y gratitud

    el silencio espectral que todo lo mancilla.

    Oh pas mexicano, pas mo y de nadie!

    Pobre pas de pobres. Pobre pas de ricos.

    Siempre ms y ms pobres!

    Siempre menos, es cierto,

    pero siempre ms ricos!

    Amoroso, anhelado, miserable, opulento,

    pas que no contesta, pas de duelo.

    Un nio que interroga parece un nio muerto.

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    Luego la madre pregunta por su hijo

    y la respuesta es un mandato de aprehensin.

    En los peridicos vemos bellas fotografas

    de mujeres apaleadas y hombres nacidos en Mxicoque sangran y su sangre

    es la sangre de nuestra maldita conciencia

    y de nuestra cobarda.

    Y no hay respuesta nunca para nadie

    porque todo se ha hundido en un dorado mar de

    dlares

    y la patria deja de serlo

    y la gente suea en conjuras y conspiraciones

    y la verdad es un sepulcro.

    La verdad la detentan los secuestradores,

    la verdad es el fantasma podrido de MacCarthy

    y la jaura de turbios, torpes y mariguanos inquisidores

    de huaraches.

    La grande y pura verdad patria la poseen,

    oh pas, pas mo, los esbirros,

    los soldadones, los delatores y los espas!

    No, no, no. La verdad no es la dulce espiga

    sino el nauseabundo coctel de barras y de estrellas.

    La verdad, entonces, es una democracia nazi

    en la que todo sufre, suda y se avergenza.

    Porque maana, hoy mismo,

    el padre denunciar al hijo

    y el hijo denunciar a su padre y a sus hermanos.

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    Porque pensar que algo no es cierto

    o que un boletn del gobierno

    puede ser falso

    querr decir que uno es comunistay entonces vendrn las botas de la Gestapo criolla,

    vendrn los gases, los insultos,

    las vejaciones y las calumnias

    y todos dejaremos de ser menos que polvo,

    mucho menos que aire o que ceniza,

    porque todos habremos descendido

    al fondo de la nada,

    muertos sin atad,

    soando el sueo inmenso

    de una patria sin crmenes,

    y arderemos, impos y despiadados,

    tal vez rodeados de banderas y laureles,

    tal vez, lo ms seguro,

    bajo la negra niebla

    de las ms negras maldiciones...

    Al terminar la lectura pide que reflexionen y que externen que visin tienen de supas.

    Cierre de sesinAgradece a los jvenes su asistencia al taller, invtalos a conocer ms acerca de

    la obra del escritor Efran Huerta, e invtalos a la sesin de maana, dondeconocern un poco del gran escritor mexicano Octavio Paz.

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    esin 2Octavio Paz. La llama doble

    Al iniciar la sesinSaluda a los jvenes y recurdales que pueden tramitar su credencial deprstamo a domicilio para poder llevarse los libros que quieran leer a su hogar. Dique hoy conocern algunos cuentos del reconocido poeta y escritor mexicano,Octavio Paz. Y llevarn a cabo una tertulia con fragmentos del libro La llamadoble.

    Lee en voz alta a los jvenes la biografa de Octavio Paz.

    Octavio Paz Lozano naci en la ciudad de Mxico el 31 de marzo de 1914.Falleci el 19 de abril de 1998. Fue diplomtico, ensayista, escritor y poeta,

    distinguido con el Premio Nobel de Literatura en 1990. Su obra literaria es muyextensa, abarca ensayos y poemas.

    Cuando era pequeo fue criado en Mixcoac. Gracias a la biblioteca de su abuelo,Ireneo Paz, pudo leer a Benito Prez Galds, a Lope de Vega, a Caldern de laBarca, a Juan Ruiz de Alarcn y muchos otros. Su educacin formal inici enEstados Unidos; en 1920 regresa con su familia a Mxico. Al morir su padre,Octavio Paz viaja a Espaa para combatir en el bando republicano de la guerracivil, y particip en la Alianza de Intelectuales Antifascistas. A su regreso a Mxicofunda junto con Efran Huerta, Neftal Beltrn y Rafael Solana la revista Taller, en1938.

    Estudi en el Colegio Williams, la preparatoria en el Colegio Francs Morelos, y lalicenciatura en Derecho en la Facultad de Filosofa y Letras en la UniversidadNacional Autnoma de Mxico (UNAM).

    Viaj a Yucatn formando parte de las misiones educativas del General LzaroCrdenas en una escuela para hijos de obreros y campesinos en Mrida. Ahescribe un poema sobre la explotacin del campo yucateco, Entre la piedra y laflor. (1941). Se cas tres veces: con Elena Garro, de 1938 a 1959, con quien tuvouna hija, Laura Helena; en 1959 se cas con Bona Tibertelli de Pisis, y estuvocasado con ella hasta 1965. En 1966 se cas con Marie Jos Tramini, su esposa

    hasta el final de sus das.En 1943 estuvo becado y comenz estudios en la Universidad de California,Berkeley, en los Estados Unidos. En 1945 comenz a servir como diplomticomexicano, y viaj a Francia donde permaneci hasta 1951 y colabor en la revistaEsprit. Publica en 1950 El laberinto de la soledad, un ensayo acerca de laidentidad de los mexicanos y que sigue siendo influencia para entender la formade pensar del mexicano actualmente.

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    En 1952 trabaj en la embajada mexicana en la India, y en 1953 en Japn.Retorna a la ciudad de Mxico y dirige la oficina de Organismos Internacionales dela Secretara de Relaciones Exteriores. Fue profesor en diversas universidadesestadounidenses, como en Texas, Austin, Pensilvania, y Harvard, entre otras.Funda en 1971 la revista Pluraly en 1976 la revista Vuelta.

    En diciembre de 1996 Octavio Paz y su esposa sobrevivieron a un incendio en sucasa, al parecer causado por un cortocircuito en una televisin. Parte de labiblioteca personal del escritor fue destruida, afortunadamente l y su esposaresultaron ilesos; se destruyeron muebles, pinturas, alfombras; regalos que recibiPaz durante toda su vida, y algunos libros, herencia de su abuelo Ireneo Paz.

    Luego de esos hechos, la presidencia de la repblica mexicana traslada al poeta ala Casa de Alvarado, situada en el Barrio de Santa Catarina, en Coyoacn, Ciudadde Mxico. Octavio Paz muri el 19 de abril de 1998. Durante un tiempo, la Casade Alvarado, donde muri, fue sede de la Fundacin Octavio Paz y actualmente es

    sede de la Fonoteca Nacional.La obra de Octavio Paz es muy extensa; siempre procur estar atento a loscambios en la poesa, siempre experiment y se expres de una forma original ymuy personal. Era un extraordinario pensador, un hombre muy culto, agudo en susreflexiones, inquieto, creativo. Tuvo mltiples influencias al escribir. Sus versoscontienen imgenes muy bellas.

    Entre sus obras importantes se cuentan:

    En la poesa: Libertad bajo palabra (1960); Blanco (1966); La centena (1969); Elmono gramtico(1974, versin en castellano); Pasado en claro (1975); El fuego

    de cada da(1989); en ensayos: El laberinto de la soledad(1950); Conjunciones ydisyunciones (1969); El signo y el garabato(1973); Sor Juana Ins de la Cruz o lastrampas de la fe(1982); Tiempo nublado(1983); La otra voz. Poesa y fin de siglo.(1990); La llama doble (1993); y Vislumbres de la India (1995), entre muchasotras.

    En cuanto a sus premios y distinciones: Premio Xavier Villaurrutia por El arco y lalira (1957); Miembro de El Colegio Nacional (1967); Premio Nacional de Ciencias yArtes en Lingstica y Literatura (1977); Doctorado Honoris Causa por laUniversidad Nacional Autnoma de Mxico (1978); Premio Ollin Yoliztli (1980);Doctorado Honoris Causa por la Universidad de Harvard (1980); Premio Cervantes(1981); Premio Internacional Alfonso Reyes (1985); Premio Nobel de Literatura(1990); Miembro honorario de la Academia Mexicana de la Lengua (1997); y elPremio Nacional de Periodismo de Mxico (1998), entre muchos otros.

    Comenta a los jvenes usuarios que pueden encontrar mucha informacinrelevante acerca de Octavio Paz en la biblioteca pblica y en internet; y que ser

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    motivo de mltiples homenajes editoriales y culturales en todo Mxico.

    Actividad de lecturaCrculo de lectura. Forma 3 equipos, cada uno leer un texto de Octavio Paz envoz alta. Los encuentras en el libro guila o sol?(ver bibliografa). Los textossugeridos son: Prisa , El ramo azul y Mi vida con la ola.

    A continuacin transcribo Mi vida con la ola , me parece un texto divertido, ricoen imgenes, y muy sugerente en cuanto al tema amoroso.

    Mi vida con la ola.

    Cuando dej aqul mar, una ola se adelant entre todas. Era esbelta y ligera. Apesar de los gritos de las otras, que la detenan por el vestido flotante, se colg de

    mi brazo y se fue conmigo saltando. No quise decirle nada, porque me daba penaavergonzarla ante sus compaeras. Adems, las miradas colricas de las mayoresme paralizaron. Cuando llegamos al pueblo, le expliqu que no poda ser, que lavida en la ciudad no era lo que ella pensaba en su ingenuidad de ola que nunca hasalido del mar. Me mir seria: No, su decisin estaba tomada. No poda volver.Intent dulzura, dureza, irona. Ella llor, grit, acarici, amenaz. Tuve quepedirle perdn.

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    Al da siguiente empezaron mis penas. Cmo subir al tren sin que nos vieran elconductor, los pasajeros, la polica? Es cierto que los reglamentos no dicen nadarespecto al transporte de olas en los ferrocarriles, pero esa misma reserva era unindicio de la severidad con que se juzgara nuestro acto. Tras de mucho cavilar mepresent en la estacin una hora antes de la salida, ocup mi asiento y, cuando

    nadie me vea, vaci el depsito de agua para los pasajeros, luego,cuidadosamente, vert en l a mi amiga.

    El primer incidente surgi cuando los nios de un matrimonio vecino declararon suruidosa sed. Les sal al paso y les promet refrescos y limonadas. Estaban a puntode aceptar cuando se acerc otra sedienta. Quise invitarla tambin, pero la miradade su acompaante me detuvo. La seora tom un vasito de papel, se acerc aldepsito y abri la llave. Apenas estaba a medio llenar el vaso cuando meinterpuse de un salto entre ella y mi amiga. La seora me mir con asombro.Mientras peda disculpas, uno de los nios volvi a abrir el depsito. Lo cerr conviolencia. La seora se llev el vaso a los labios.

    -Ay, el agua est salada.

    El nio le hizo eco. Varios pasajeros se levantaron. El marido llam al Conductor:

    -Este individuo ech sal al agua.

    El Conductor llam al Inspector:

    -Conque usted ech substancias en el agua?

    El Inspector llam al polica en turno:

    -Conque usted ech veneno al agua?El polica en turno llam al Capitn:

    -Conque usted es el envenenador?

    El Capitn llam a tres agentes. Los agentes me llevaron a un vagn solitario,entre las miradas y los cuchicheos de los pasajeros. En la primera estacin mebajaron y a empujones me arrastraron a la crcel. Durante das no se me hablo,excepto durante los largos interrogatorios. Cuando contaba mi caso nadie mecrea, ni siquiera el carcelero, que mova la cabeza, diciendo: El asunto es grave,verdaderamente grave. No haba querido envenenar a unos nios? Una tarde

    me llevaron ante el Procurador:

    -Su asunto es difcil repiti-. Voy a consignarlo al Juez Penal.

    As pas un ao. Al fin me juzgaron. Como no hubo vctimas, mi condena fueligera. Al poco tiempo, lleg el da de la libertad.

    El jefe de la Prisin me llam:

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    -Bueno, ya est libre. Tuvo suerte. Gracias a que no hubo desgracias. Pero que nose vuelva a repetir, porque le costar caro

    Y me mir con la misma mirada seria con que todos me vean.

    Esa misma tarde tom el tren y luego de unas horas de viaje incmodo llegu a

    Mxico. Tom un taxi y me dirig a casa. Al llegar a la puerta de mi departamentoo risas y cantos. Sent un dolor en el pecho, como el golpe de la ola de lasorpresa cuando la sorpresa nos golpea en pleno pecho: mi amiga estaba all,cantando y riendo como siempre.

    -Cmo regresaste?

    -Muy fcil: en el tren. Alguien, despus de cerciorarse de que slo era aguasalada, me arroj en la locomotora. Fue un viaje agitado: de pronto era unpenacho blanco de vapor, de pronto caa en lluvia fina sobre la mquina. Adelgacmucho. Perd muchas gotas.

    Su presencia cambi mi vida. La casa de pasillos obscuros y muebles empolvadosse llen de aire, de sol, de rumores y reflejos verdes y azules, pueblo numeroso yfeliz de reverberaciones y ecos. Cuntas olas es una ola y cmo puede hacerplaya o roca o rompeolas un muro, un pecho, una frente que corona de espumas!Hasta los rincones abandonados, los abyectos rincones del polvo y los detritusfueron tocados por sus manos ligeras. Todo se puso a sonrer y por todas partesbrillaban dientes blancos. El sol entraba con gusto en las viejas habitaciones y sequedaba en casa por horas, cuando ya haca tiempo que haba abandonado lasotras casas, el barrio, la ciudad, el pas. Y varias noches, ya tarde, lasescandalizadas estrellas lo vieron salir de mi casa, a escondidas.

    El amor era un juego, una creacin perpetua. Todo era playa, arena, lecho desbanas siempre frescas. Si la abrazaba, ella se ergua, increblemente esbelta,como el tallo lquido de un chopo; y de pronto esa delgadez floreca en un chorrode plumas blancas, en un penacho de risas que caan sobre mi cabeza y miespalda y me cubran de blancuras. O se extenda frente a m, infinita como elhorizonte, hasta que yo tambin me haca horizonte y silencio. Plena y sinuosa,me envolva como una msica o unos labios inmensos. Su presencia era un ir yvenir de caricias, de rumores, de besos. Entraba en sus aguas, me ahogaba amedias y en un cerrar de ojos me encontraba arriba, en lo alto del vrtigo,misteriosamente suspendido, para caer despus como una piedra, y sentirmesuavemente depositado en lo seco, como una pluma. Nada es comparable adormir mecido en esas aguas, si no es despertar golpeado por mil alegres ltigosligeros, por mil arremetidas que se retiran, riendo.

    Pero jams llegu al centro de su ser. Nunca toqu el nudo del ay y de la muerte.Quiz en las olas no existe ese sitio secreto que hace vulnerable y mortal a lamujer, ese pequeo botn elctrico donde todo se enlaza, se crispa y se yergue,

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    para luego desfallecer. Su sensibilidad, como la de las mujeres, se propagaba enondas, slo que no eran ondas concntricas, sino excntricas, que se extendancada vez ms lejos, hasta tocar otros astros. Amarla era prolongarse en contactosremotos, vibrar con estrellas lejanas que no sospechamos. Pero su centro no,no tena centro, sino un vaco parecido al de los torbellinos, que me chupaba y me

    asfixiaba.Tendidos el uno al lado del otro, cambibamos confidencias, cuchicheos, risas.Hecha un ovillo, caa sobre mi pecho y all se desplegaba como una vegetacin derumores. Cantaba a mi odo, caracola. Se haca humilde y transparente, echada amis pies como un animalito, agua mansa. Era tan lmpida que poda leer todos suspensamientos. Ciertas noches su piel se cubra de fosforescencias y abrazarla eraabrazar un pedazo de noche tatuada de fuego. Pero se haca tambin negra yamarga. A horas inesperadas muga, suspiraba, se retorca. Sus gemidosdespertaron a los vecinos. Al orla el viento del mar se pona a rascar la puerta dela casa o deliraba en voz alta por las azoteas. Los das nublados la irritaban,

    rompa muebles, deca malas palabras, me cubra de insultos y de una espumagris y verdosa. Escupa, lloraba, juraba, profetizaba. Sujeta a la luna, a lasestrellas, al influjo de la luz de otros mundos, cambiaba de humor y de semblantede una manera que a m me pareca fantstica, pero que era fatal como la marea.

    Empez a quejarse de soledad. Llen la casa de caracolas y conchas, depequeos barcos veleros, que en sus das de furia haca naufragar (junto con losotros, cargados de imgenes, que todas las noches salan de mi frente y sehundan en sus feroces o graciosos torbellinos). Cuntos pequeos tesoros seperdieron en ese tiempo! Pero no le bastaban mis barcos ni el canto silencioso delas caracolas. Tuve que instalar en la casa una colonia de peces. Confieso que nosin celos los vea nadar en mi amiga, acariciar sus pechos, dormir entre suspiernas, adornar su cabellera con leves relmpagos de colores.

    Entre todos aquellos peces haba unos particularmente repulsivos y feroces, unospequeos tigres de acuario, de grandes ojos fijos y bocas hendidas y carniceras.No s por qu aberracin mi amiga se complaca en jugar con ellos, mostrndolessin rubor una preferencia cuyo significado prefiero ignorar. Pasaba largas horasencerrada con aquellas horribles criaturas. Un da no pude ms, ech abajo lapuerta y me arroj sobre ellos. giles y fantasmales, se me escapaban entre lasmanos mientras ella rea y me golpeaba hasta derribarme. Sent que me ahogaba.

    Y cuando estaba a punto de morir, morado ya, me deposit suavemente en laorilla y empez a besarme, diciendo no s qu cosas. Me sent muy dbil, molido yhumillado. Y al mismo tiempo la voluptuosidad me hizo cerrar los ojos. Porque suvoz era dulce y me hablaba de la muerte deliciosa de los ahogados. Cuando volven m, empec a temerla y odiarla.

    Tena descuidados mis asuntos. Empec a frecuentar a los amigos y reanudviejas y queridas relaciones. Encontr a una amiga de juventud. Hacindole jurar

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    que me guardara el secreto, le cont mi vida con la ola. Nada conmueve tanto alas mujeres como la posibilidad de salvar a un hombre. Mi redentora emple todassus artes, pero, qu poda una mujer, duea de un nmero limitado de almas ycuerpos, frente a mi amiga, siempre cambiante y siempre idntica a s misma ensus metamorfosis incesantes?

    Vino el invierno. El cielo se volvi gris. La niebla cay sobre la ciudad. Llova unallovizna helada. Mi amiga gritaba todas las noches. Durante el da se aislaba,quieta y siniestra, mascullando una sola slaba, como una vieja que rezonga en unrincn. Se puso fra, dormir con ella era tiritar toda la noche y sentir cmo sehelaban paulatinamente la sangre, los huesos, los pensamientos. Se volvi honda,impenetrable, revuelta. Yo sala con frecuencia y mis ausencias eran cada vezms prolongadas. Ella, en un rincn, aullaba largamente. Con dientes acerados ylengua corrosiva roa los muros, desmoronaba las paredes. Pasaba las noches envela, hacindome reproches. Tena pesadillas, deliraba con el sol, con playasardientes. Soaba con el polo y en convertirse en un gran trozo de hielo,

    navegando bajo cielos negros en noches largas como meses. Me injuriaba.Maldeca y rea; llenaba la casa de carcajadas y fantasmas. Llamaba a losmonstruos de las profundidades, ciegos, rpidos y obtusos. Cargada deelectricidad, carbonizaba lo que tocaba, de cidos, corrompa lo que tocaba. Susdulces brazos se volvieron cuerdas speras que me estrangulaban. Y su cuerpo,verdoso y elstico, era un ltigo implacable, que golpeaba, golpeaba, golpeaba.Hu. Los horribles peces rean con risa feroz.

    All en las montaas, entre los altos pinos y los despeaderos, respir el aire fro yfino como un pensamiento de libertad. Al cabo de un mes regres. Estabadecidido. Haba hecho tanto fro que encontr sobre el mrmol de la chimenea,

    junto al fuego extinto, una estatua de hielo. No me conmovi su aborrecidabelleza. La ech en un gran saco de lona y sal a la calle, con la dormida acuestas. En un restaurante de las afueras la vend a un cantinero amigo, queinmediatamente empez a picarla en pequeos trozos, que depositcuidadosamente en las cubetas donde se enfran las botellas.

    Actividad creativaCuando terminen de leer los textos, pide a los jvenes que intercambien

    impresiones y que dibujen en hojas de rotafolio las imgenes que ms les hayangustado, junto a las palabras que ms los hayan cautivado de los textos.

    Posteriormente las mostrarn al grupo. Recuerda que pueden mostrar sustrabajos nuevamente en una exposicin al final del taller, o escribir suscomentarios o alguna foto en su red social o en la red social de la biblioteca.

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    Para reflexionarTertulia o charla literaria. La llama doble.

    Te sugiero que leas primero las siguientes frases y reflexiones un poco acerca deellas. Los temas a tratar en la tertulia son la sexualidad, el erotismo y el amor.Preprate y consulta el libro La llama doble de Octavio Paz (ver bibliografa).Prepara los textos siguientes en tarjetas; pide a los jvenes que los lean en vozalta y comenten sus opiniones acerca de ellos. Todos fueron extrados del libro Lallama doblede Octavio Paz.

    1.- Para m la poesa y el pensamiento son un sistema de vasos comunicantes. Lafuente de ambos es mi vida: escribo sobre lo que he vivido y vivo. Vivir es tambinpensar y, a veces, atravesar esa frontera en la que sentir y pensar se funden: lapoesa.

    2.- Lo mismo al soar que en el acoplamiento, abrazamos fantasmas. Nuestrapareja tiene cuerpo, rostro y nombre pero su realidad real, precisamente en el

    momento ms intenso del abrazo, se dispersa en una cascada de sensacionesque a su vez, se disipan. Hay una pregunta que se hacen todos los enamorados yen ella se condensa el misterio ertico: quin eres? Pregunta sin respuesta

    3.- La relacin de la poesa con el lenguaje es semejante a la del erotismo con lasexualidad.

    4.- Sexo, erotismo y amor son aspectos del mismo fenmeno, manifestaciones delo que llamamos vida.

    5.- En todo encuentro ertico hay un personaje invisible y siempre activo: la

    imaginacin, el deseo.6.- El erotismo es invencin, variacin incesante; el sexo es siempre el mismo.

    7.- El libertino necesita siempre al otro y en esto consiste su condenacin:depende de su objeto y es el esclavo de su vctima.

    8.- El erotismo es un ritmo: uno de sus acordes es separacin, el otro es regreso,vuelta a la naturaleza reconciliada. El ms all ertico est aqu y es ahora mismo.Todas las mujeres y todos los hombres han vivido esos momentos: es nuestraracin de paraso.

    9.- No hay pueblo ni civilizacin que no posea poemas, canciones, leyendas ocuentos en los que la ancdota o el argumento el mito, en el sentido original de lapalabra- no sea el encuentro de dos personas, su atraccin mutua y los trabajos ypenalidades que deben afrontar para unirse. La idea del encuentro exige, a su vez,dos condiciones contradictorias: la atraccin que experimentan los amantes esinvoluntaria, nace de un magnetismo secreto y todopoderoso; al mismo tiempo, esuna eleccin. Predestinacin y eleccin, los poderes objetivos y los subjetivos, el

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    destino y la libertad, se cruzan en el amor. El territorio del amor es un espacioimantado por el encuentro de dos personas.

    10.- No hay amor sin erotismo como no hay erotismo sin sexualidad. Pero lacadena se rompe en sentido inverso: amor sin erotismo no es amor y erotismo sinsexo es impensable e imposible.

    11.- Cada vez que el amante dice te amo para siempre, confiere a una criaturaefmera y cambiante dos atributos divinos: la inmortalidad y la inmutabilidad. Lacontradiccin es en verdad trgica: la carne se corrompe, nuestros das estncontados. No obstante, amamos. Y amamos con el cuerpo y con el alma, encuerpo y alma.

    12.- Somos los juguetes del tiempo y de sus accidentes: la enfermedad y la vejez,que desfiguran al cuerpo y extravan al alma. Pero el amor es una de lasrespuestas que el hombre ha inventado para mirar de frente a la muerte.

    13.- Por el amor le robamos al tiempo que nos mata unas cuantas horas quetransformamos a veces en paraso y otras en infierno.

    14.- Ms all de felicidad e infelicidad, aunque sea las dos cosas, el amor esintensidad: no nos regala la eternidad sino la vivacidad, ese minuto en el que seentreabren las puertas del tiempo y del espacio: aqu es all y ahora es siempre.En el amor todo es dos y todo tiende a ser uno.

    15.- El amor no busca nada ms all de s mismo, ningn bien, ningn premio;tampoco persigue una finalidad que lo trascienda. Es indiferente a todatrascendencia: principia y acaba en l mismo. Es una atraccin por un alma y un

    cuerpo; no una idea: una persona. Esa persona es nica y est dotada de libertad;para poseerla, el amante tiene que ganar su voluntad. Posesin y entrega sonactos recprocos.

    16.- Somos el teatro del abrazo de los opuestos y de su disolucin, resueltos enuna sola nota que no es de afirmacin ni de negacin sino de aceptacin. Qu vela pareja, en el espacio de un parpadeo? La identidad de la aparicin y ladesaparicin, la verdad del cuerpo y del no-cuerpo, la visin de la presencia quese disuelve en un esplendor: vivacidad pura, latido del tiempo.

    17.- Segn el Diccionario de Autoridadesla llama es la parte ms sutil del fuego,que se eleva y levanta a lo alto en figura piramidal. El fuego original y primordial,la sexualidad, levanta la llama roja del erotismo y sta, a su vez, sostiene y alzaotra llama, azul y trmula: la del amor. Erotismo y amor: la llama doble de la vida.

    Recuerda animar a los jvenes a participar con sus comentarios, y propicia unambiente clido, amable y respetuoso. Pon atencin a sus comentarios, a suspreguntas, a sus dudas; recomienda el libro La llama doble, de Octavio Paz.

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    Actividad creativaLa llama doble de la vida

    Forma 5 equipos. De forma libre, dibujarn una llama (con su fuego rojo, y otra

    llama adentro, con fuego azul). Escribirn un breve poema rojo, acerca deldeseo, apasionado, ertico; otro poema azul, relativo al amor; y otro poemadonde la pasin y el amor se funden.

    Como expresin creativa, pueden hacerlo de forma libre: dibujar la llama y escribirlos poemas en papel kraft; crear la llama doble con papel lustre de colores azul yrojo y escribir sus poemas a un lado; dibujar el abrazo de una pareja y simularfuego adentro; o hacer un collage; o fotografar la llama de una vela y escribir suspoemas en el cuerpo de la foto, etctera.

    Recuerda que pueden fotografiar sus poemas y trabajos terminados y compartirlas

    en la red social de la biblioteca.

    Cierre de sesinAgradece a los jvenes su asistencia e invtalos a conocer ms del gran escritor

    Octavio Paz. En la sesin de maana disfrutarn algunas poesas.

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    esin 3Octavio Paz y la poesa

    Al iniciar la sesin

    Da la bienvenida a los jvenes y pide que alguien lea el siguiente texto:Cada lector busca algo en el poema. Y no es inslito que lo encuentre: ya lo

    llevaba dentro. Octavio Paz.

    Pregunta a los jvenes su opinin acerca de la frase, intercambien comentarios.

    Actividad de lecturaHora del poema. Lean los siguientes poemas. Sugiero que comiences a leer t,procurando dar entonacin y musicalidad a los primeros poemas, yposteriormente, invita a los jvenes usuarios a leerlos y pide que conecten sussentidos para que puedan disfrutarlos.

    Conversar.

    En un poema leo:

    conversar es divino.

    Pero los dioses no hablan:

    hacen, deshacen mundos

    mientras los hombres hablan.

    Los dioses, sin palabras,juegan juegos terribles.

    El espritu baja

    y desata las lenguas

    pero no habla palabras:

    habla lumbre. El lenguaje,

    por el dios encendido,

    es una profeca

    de llamas y un desplome

    de slabas quemadas:

    ceniza sin sentido.

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    La palabra del hombre

    es hija de la muerte.

    Hablamos porque somosmortales: las palabras

    no son signos, son aos.

    Al decir lo que dicen

    los nombres que decimos

    dicen tiempo: nos dicen,

    somos nombres del tiempo.

    Conversar es humano.

    Silencio.

    As como del fondo de la msica

    brota una nota

    que mientras vibra crece y se adelgaza

    hasta que en otra msica enmudece,

    brota del fondo del silencio

    otro silencio, aguda torre, espada,

    y sube y crece y nos suspende

    y mientras sube caen

    recuerdos, esperanzas,

    las pequeas mentiras y las grandes,

    y queremos gritar y en la garganta

    se desvanece el grito:

    desembocamos al silencio

    en donde los silencios enmudecen.

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    Relmpago en reposo.

    Tendida,

    piedra hecha de medioda,

    ojos entrecerrados donde el blanco azulea,entornada sonrisa.

    Te incorporas a medias y sacudes tu melena de len.

    Luego te tiendes,

    delgada estra de lava en la roca,

    rayo dormido.

    Mientras duermes te acaricio y te pulo,

    hacha esbelta,

    flecha con que incendio la noche.

    El mar combate all lejos con espadas y plumas.

    Vida entrevista.

    Relmpagos o peces

    en la noche del mar

    y pjaros, relmpagos

    en la noche del bosque.

    Los huesos son relmpagos

    en la noche del cuerpo.

    Oh mundo, todo es noche

    y la vida es relmpago.

    Delicia.

    Como surge del mar, entre las olas,

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    una que se sostiene,

    estatua repentina,

    sobre las verdes, lquidas espaldas

    de las otras, las sobrepasa,vrtigo solitario, y as misma

    a su cada y a su espuma,

    se sobrevive, esbelta,

    y hace quietud su movimiento,

    reposo su oleaje,

    brotas entre los ridos minutos,

    imprevista criatura.

    Entre conversaciones y silencios,

    lenguas de trapo y de ceniza,

    entre las reverencias, dilaciones,

    las infinitas jerarquas,

    los escaos del tedio,

    los bancos del tormento,

    naces, delicia, alta quietud.

    Cmo tocarte, impalpable criatura?

    Inmvil en el movimiento,

    en la fijeza, suelta.

    Si msica, no suenas;

    si palabra, no dices:

    qu te sostiene, lquida?

    Entrevisto secreto:

    el mundo desasido se contempla,

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    ya fuera de s mismo, en su vaco.

    El pjaro.

    En el silencio transparenteel da reposaba:

    la transparencia del espacio

    era la trasparencia del silencio.

    La inmvil luz del cielo sosegaba

    el crecimiento de las yerbas.

    Los bichos de la tierra, entre las piedras,

    bajo la luz idntica, eran piedras.

    El tiempo en el minuto se saciaba.

    En la quietud absorta

    se consumaba el medioda.

    Y un pjaro cant, delgada flecha.

    Pecho de plata herido vibr el cielo,

    se movieron las hojas,

    las yerbas despertaron

    Y sent que la muerte era una flecha

    que no se sabe quin dispara

    y en un abrir los ojos nos morimos.

    Al concluir la lectura, pregunta si los poemas que acaban de leer les despertalgn sentimiento, Qu color le daran a los poemas? A qu saben? Qu

    texturas encontraron? Da tiempo para que reflexionen y expresen suspensamientos.

    Actividad creativaEscribe el siguiente poema, Decir, hacer de Octavio Paz en una hoja de

    rotafolio. Comenta a los usuarios que lo leern entre todos, en voz alta, un versocada participante.

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    Decir, hacer.

    Entre lo que veo y digo,

    entre lo que digo y callo,

    entre lo que callo y sueo,entre lo que sueo y olvido,

    la poesa.

    Se desliza entre el s y el no:

    dice

    lo que callo,

    calla

    lo que digo,

    suea

    lo que olvido.

    No es un decir:

    es un hacer.

    Es un hacer

    que es un decir.

    La poesa

    se dice y se oye:

    es real.

    Y apenas digo

    es real,

    se disipa.

    As es ms real?

    Idea palpable,

    palabra

    impalpable:

    la poesa

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    va y viene

    entre lo que es

    y lo que no es.

    Teje reflejosy los desteje.

    La poesa

    siembra ojos en las pginas

    siembra palabras en los ojos.

    Los ojos hablan

    las palabras miran,

    las miradas piensan.

    Oir

    los pensamientos,

    ver

    lo que decimos

    tocar

    el cuerpo

    de la idea.

    Los ojos

    se cierran.

    Las palabras se abren.

    Al terminar la lectura del poema Decir, hacer, forma 5 equipos. Los jveneselegirn algunos de los versos, y los usarn para escribir otros versos nuevos,originales, en hojas de rotafolios. Puedes ponerles msica instrumental. Alterminar, leern sus versos ante el grupo.

    Recuerda que pueden compartir sus trabajos en la red social o en la red social dela biblioteca.

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    Cierre de sesinExplica a los usuarios que en la biblioteca pblica pueden encontrar muchos

    libros interesantes de Octavio Paz, que sus pensamientos y poemas vuelven abrillar cuando lo leemos. Recurdales que se llevarn a cabo en todo el pas

    diversos eventos por los 100 aos de Paz para que estn atentos.En la sesin de maana aprendern acerca del escritor argentino Adolfo BioyCasares.

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    esin 4Adol fo Bioy Casares. Biografa y cuentos.

    Al iniciar la sesinSaluda a los jvenes y pregunta cmo se han sentido durante el taller? Les hangustado los poemas de Efran Huerta y de Octavio Paz, y las actividades delectura? Diles que cada escritor busca expresar sus anhelos, ideales eimaginacin en sus cuentos y poemas, y que ahora conocern un poco acerca deotro autor nacido hace 100 aos, el escritor argentino Adolfo Bioy Casares.

    Lee en voz alta para los jvenes la biografa:

    Adolfo Bioy Casares naci en Buenos Aires, Argentina, el 15 de septiembre de

    1914 y muri el 8 de marzo de 1999. Escribi literatura fantstica, policial y cienciaficcin. Fue gran amigo de Jorge Luis Borges, y colabor literariamente con l envarias ocasiones.

    Fue el nico hijo de Adolfo Bioy Domecq y Marta Ignacia Casares Lynch,hacendados bonaerenses. Pudo dedicarse a la literatura desde muy joven, puessu familia era acomodada, y sus padres estimularon con gusto su vocacinliteraria. Escribi su primer relato, Iris y Margarita a los 11 aos. Curs estudiossecundarios en el Instituto Libre de Segunda Enseanza de la Universidad deBuenos Aires. Comenz a estudiar y dej las carreras de Derecho, y Filosofa yLetras. Se sinti decepcionado por el ambiente universitario; as que se retir auna estancia de su familia y se dedic a la lectura, leyendo muchas horas por da,obras de la literatura universal. Aprendi a expresarse con fluidez en ingls y enespaol.

    En 1933, publica un libro de cuentos: Diecisiete disparos contra lo porvenir.Pocodespus se uni al crculo de escritores de la Revista Sur. En 1932, su amigaVictoria Ocampo le presenta a Jorge Luis Borges, quien ser su gran amigo hastala muerte y con quien escribira en colaboracin varios cuentos policiacos usandodiversos seudnimos: el ms conocido fue el de Honorio Bustos Domecq.Tambin us los seudnimos de B. Surez Lynch, B. Lynch Davis y Gervasio

    Montenegro. Con Jorge Luis Borges escribi: Seis problemas para don IsidroParodi (1942); Dos fantasas memorables (1946); Un modelo para la muerte(1946); Cuentos breves y extraordinarios (1955); Libro del Cielo y del Infierno(1960); Crnicas de Bustos Domecq(1967) y Nuevos cuentos de Bustos Domecq(1977).

    En 1940, Adolfo Bioy Casares se cas con la hermana menor de Victoria, SilvinaOcampo, tambin escritora y pintora. Junto con ella y Borges publicara la

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    Antologa de la Literatura Fantstica ese mismo ao; y la Antologa PoticaArgentinael ao siguiente. Tambin con su esposa, escribi Los que aman, odian(1946).

    El mismo ao de su boda con Silvina Ocampo public La invencin de Morel(1940), su obra literaria ms famosa, y clsica de la literatura contempornea. Ensu compleja y fascinante trama, se mezclan los delirios de un nufrago cansado;su pasin amorosa, casi una obsesin; y la idea de un cientfico y su invento quebusca perpetuar la vida. En el prlogo del mismo libro, Borges califica la obracomo perfecta.

    Fue autor, adems, de La trama celeste(1944); Plan de evasin(1945); El perjuriode la nieve (1948); El sueo de los hroes (1954); Historia prodigiosa (1956);Guirnalda con amores(1956); El lado de la sombra(1962); El gran serafn(1967);Diario de la guerra del cerdo(1969); Dormir al sol(1973); El hroe de las mujeres(1978); La aventura de un fotgrafo en La Plata (1985); Historias desaforadas

    (1986); Una mueca rusa(1991); y Una magia modesta(1998), entre otras obras.Fue distinguido con el Gran Premio de Honor de la Sociedad Argentina deEscritores (1975); los premios Cervantes y el Premio Internacional Alfonso Reyes(1990); Miembro de la Legin de Honor de Francia (1981) y Ciudadano Ilustre dela Ciudad de Buenos Aires (1986).

    Fue un gran escritor, y podra decirse que imagin mucho en colaboracin conJorge Luis Borges; ambos lean, criticaban y disfrutaban la obra del otro. Y su obraliteraria brilla por s misma, como caractersticas expresa un racionalismocalculado y un anhelo de geometrizar sus obras literarias; utiliza muchas

    paradojas y un agudo sentido del humor.

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    Actividad de lecturaCrculo de lectura. Organiza la lectura de los siguientes textos de Adolfo BioyCasares.

    La francesa.

    Me dice que est aburrida de la gente. Las conversaciones se repiten. Siempre loshombres empiezan interrogndola en espaol: usted es francesa? y continancon la afirmacin en francs Jaime la France. Cuando, a la inevitable preguntasobre el lugar de su nacimiento ella contesta Paris, todos exclaman Parisienne,con sonriente admiracin, no exenta de grivoiserie como si dijeran comme vouzdevez ter cochonne!. Mientras la oigo recuerdo mi primera conversacin conella: fue minuciosamente idntica a la que me refiere. Sin embargo, no estburlndose de m. Me cuenta la verdad. Todos los interlocutores le dicen lo mismo.La prueba de esto es que yo tambin se lo dije. Y yo tambin en algn momento lecomuniqu mi sospecha de que a m me gusta Francia ms que a ella. Parece que

    todos, tarde o temprano, le comunican ese hallazgo. No comprendo nocomprendemos- que Francia para ella es el recuerdo de su madre, de su casa, detodo lo que ha querido y que tal vez no volver a ver.

    Retrato del hroe.

    Algunos al hroe lo llaman holgazn. l se reserva, en efecto, para altas ytemerarias empresas. Llegar a las islas felices y cortar las manzanas de oro,encontrar el Santo Grial y del brazo que emerge de las tranquilas aguas del lagoarrebatar la espada del rey Arturo. A estos sueos los interrumpe el vuelo de una

    reina. El hroe sabe que tal aparicin no le ofrece una gloriosa aventura, nisiquiera una mera aventura desdea la acepcin francesa del trmino- perotampoco ignora que los hroes no eluden entreveros que acaban en la victoria yen la muerte. Porque no se parece a nuestros hroes criollos, no sobrevive paracontar la ancdota. Quines la cuentan? Los sobrevivientes, los rivales que lvenci. Naturalmente, le guardan inquina y se vengan llamndolo zngano.

    Las vsperas de Fausto.

    Esa noche de junio de 1540, en la cmara de la torre, el doctor Fausto recorra losanaqueles de su numerosa biblioteca. Se detena aqu y all; tomaba un volumen,

    lo hojeaba nerviosamente, volva a dejarlo. Por fin escogi los Memorabilia deJenofonte. Coloc el libro en el atril y se dispuso a leer. Mir hacia la ventana.Algo se haba estremecido afuera. Fausto dijo en voz baja: Un golpe de viento enel bosque. Se levant, apart bruscamente la cortina. Vio la noche, que losrboles agrandaban. Debajo de la mesa dorma Seor. La inocente respiracin delperro afirmaba, tranquila y persuasiva como un amanecer, la realidad del mundo.Fausto pens en el infierno. Veinticuatro aos antes, a cambio de un invenciblepoder mgico, haba vendido su alma al Diablo. Los aos haban corrido con

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    celeridad. El plazo expiraba a medianoche. No eran, todava, las once. Fausto oyunos pasos en la escalera; despus, tres golpes en la puerta. Pregunt: Quinllama?. Yo, contest una voz que el monoslabo no descubra, yo. El doctor lahaba reconocido, pero sinti alguna irritacin y repiti la pregunta. En tono deasombro y de reproche contest su criado: Yo, Wagner. Fausto abri la puerta.

    El criado entr con la bandeja, la copa de vino del Rin y las tajadas de pan ycoment con aprobacin risuea lo adicto que era su amo a ese refrigerio.Mientras Wagner explicaba, como tantas veces, que el lugar era muy solitario yque esas breves plticas lo ayudaban a pasar la noche, Fausto pens en lacomplaciente costumbre, que endulza y apresura la vida, tom unos sorbos devino, comi unos bocados de pan y, por un instante, se crey seguro. Reflexion:Si no me alejo de Wagner y del perro no hay peligro. Resolvi confiar a Wagnersus terrores. Luego recapacit: Quin sabe los comentarios que hara. Era unapersona supersticiosa (crea en la magia), con una plebeya aficin por lo macabro,por lo truculento y por lo sentimental. El instinto le permita ser vivido; la necedad,

    atroz. Fausto juzg que no deba exponerse a nada que pudiera turbar su nimo osu inteligencia. El reloj dio las once y media. Fausto pens: No podrndefenderme. Nada me salvar. Despus hubo como un cambio de tono en supensamiento.; Fausto levant la mirada y continu: Ms vale estar solo cuandollegue Mefistfeles. Sin testigos, me defender mejor. Adems, el incidente podacausar en la imaginacin de Wagner (y acaso tambin en la indefensairracionalidad del perro) una impresin demasiado espantosa.-Ya es tarde,Wagner. Vete a dormir. Cuando el criado iba a llamar a Seor, Fausto lo detuvo y,con mucha ternura, despert a su perro. Wagner recogi en la bandeja el plato delpan y la copa y se acerc a la puerta. El perro mir a su amo con ojos en quepareca arder, como una dbil y oscura llama, todo el amor, toda la esperanza ytoda la tristeza del mundo. Fausto hizo un ademn en direccin de Wagner, y elcriado y el perro salieron. Cerr la puerta y mir a su alrededor. Vio la habitacin,la mesa de trabajo, los ntimos volmenes. Se dijo que no estaba tan solo. El relojdio las doce menos cuarto. Con alguna vivacidad, Fausto se acerc a la ventana yentreabri la cortina. En el camino a Finsterwalde vacilaba, remota, la luz de uncoche. Huir en ese coche, murmur Fausto y le pareci que agonizaba deesperanza. Alejarse, he ah lo imposible. No haba corcel bastante rpido nicamino bastante largo. Entonces, como si en vez de la noche encontrara el da enla ventana, concibi una huda hacia el pasado; refugiarse en el ao 1440; o msatrs an: postergar por doscientos aos la ineluctable medianoche. Se imagin al

    pasado como a una tenebrosa regin desconocida: pero, se pregunt, si antes noestuve all cmo puedo llegar ahora? Cmo poda l introducir en el pasado unhecho nuevo? Vagamente record un verso de Agatn, citado por Aristteles: Niel mismo Zeus puede alterar lo que ya ocurri. Si nada poda modificar el pasado,esa infinita llanura que se prolongaba del otro lado de su nacimiento erainalcanzable para l. Quedaba, todava, una escapatoria: volver a nacer, llegar denuevo a la hora terrible en que vendi su alma a Mefistfeles, venderla otra vez y

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    cuando llegara, por fin, a esta noche, correrse una vez ms al da del nacimiento.Mir el reloj. Faltaba poco para la medianoche. Quin sabe desde cuando, se dijo,representaba su vida de soberbia, de perdicin y de terrores; quin sabe desdecuando engaaba a Mefistfeles. Lo engaaba? Esa interminable repeticin devidas ciegas no era su infierno?

    Fausto se sinti muy viejo y muy cansado. Su ltima reflexin fue, sin embargo, defidelidad hacia la vida; pens que en ella, no en la muerte, se deslizaba, como unagua oculta, el descanso. Con valerosa indiferencia posterg hasta el ltimoinstante la resolucin de huir o de quedar.

    La campana del reloj son

    El amigo del agua.

    El seor Algaroti viva solo. Pasaba sus das entre pianos en venta, que por lovisto nadie compraba, en un local de la calle Bartolom Mitre. A la una de la tarde

    y a las nueve de la noche, en una cocinita empotrada en la pared, preparaba elalmuerzo y la cena que a su debido tiempo coma con desgano. A las once de lanoche, en un cuarto sin ventanas, en el fondo del local, se acostaba en un catre enel que dorma, o no, hasta las siete. A esa hora desayunaba con mate amargo ypoco despus limpiaba el local, se baaba, se rasuraba, levantaba la cortinametlica de la vidriera y sentado en un silln, cuyo filoso respaldo dolorosamentese henda en su columna vertebral, pasaba otro da a la espera de improbablesclientes.

    Acaso hubiera una ventaja en esa vida desocupada; acaso le diera tiempo alseor Algaroti para fijar la atencin en cosas que para otros pasan inadvertidas.

    Por ejemplo, en los murmullos del agua que cae de la canilla al lavatorio. La ideade que el agua estuviera formulando palabras le pareca, desde luego, absurda.No por ello dej de prestar atencin y descubri entonces que el agua le deca:Gracias por escucharme. Sin poder creer lo que estaba oyendo, an oy estaspalabras: Quiero decirle algo que le ser til. A cada rato, apoyado en ellavatorio, abra la canilla. Aconsejado por el agua llev, como por un sueo, unavida triunfal. Se cumplan sus deseos ms descabellados, gan dinero encantidades enormes, fue un hombre mimado por la suerte. Una noche, en unafiesta, una muchacha locamente enamorada lo abraz y cubri de besos. El aguale previno: Soy celosa. Tendrs que elegir entre esa mujer y yo. Se cas con la

    muchacha. El agua no volvi a hablarle.Por una serie de equivocadas decisiones, perdi todo lo que haba ganado, sehundi en la miseria, la mujer lo abandon. Aunque por aqul tiempo ya se habacansado de ella, el seor Algaroti estuvo muy abatido. Se acord entonces de suamiga y protectora, el agua, y repetidas veces la escuch en vano mientras caade la canilla al lavatorio. Por fin lleg un da en que, esperanzado, crey que elagua le hablaba. No se equivoc. Pudo or que el agua le deca: No te perdono lo

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    que pas con aquella mujer. Yo te previne que soy celosa. Esta es la ltima vezque te hablo.

    Como estaba arruinado, quiso vender el local de la calle Bartolom Mitre. No loconsigui. Retom, pues, la vida de antes. Pas los das esperando clientes queno llegaban, sentado entre pianos, en el silln cuyo filoso respaldo se hunda ensu columna. No niego que de vez en cuando se levantara para ir hasta el lavatorioy escuchar, intilmente, el agua que soltaba la canilla abierta.

    Al finalizar las lecturas comenten sus impresiones.

    Dinmica de animacinPoemas y cosas fantsticas. Forma un crculo con los jvenes, dales bolgrafos

    y hojas. Pide que escriban cada uno una palabra en un papelito, y que lo doblen;t tomars una bolsa de plstico y all revolvers los papelitos con las palabrasescritas. Coloca una moneda junto a la bolsa, al centro del crculo.

    Dales la siguiente instruccin: cada usuario pasar al centro, sacar un papelito ytomar la moneda; aventar un volado; si cae sol, improvisar un poema con lapalabra que tenga; si cae guila, crear un enunciado fantstico, con la palabraque tenga. Recuerda que el propsito es divertirse; los dems usuarios, mientrasno pasen al centro, tomarn nota; es decir, escribirn los poemas improvisadosque digan o los enunciados fantsticos, por absurdos que parezcan. Estos escritosles servirn para jugar a crear poemas y cuentos fantsticos en la quinta sesin.Ejemplo: Palabra: agua.

    Si cae sol en el volado, improvisar poema:

    El agua alegra mis das,

    agua festiva, agua inquieta,

    agua que todo lo anima

    y que en la tierra hace fiesta.

    Si cae guila, improvisar enunciado fantstico:

    El agua es mgica. A determinadas horas, es una pantalla que refleja lospensamientos; ciertas veces, sus gotas te permiten viajar en el tiempo; otras vecesamplifica tus emociones. El agua es mgica

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    Actividad creativaLee en voz alta el siguiente cuento, para los jvenes. (Nota: ste cuento no es de

    Bioy Casares, viene en Antologa de la literatura fantstica, que l prepar juntocon Borges y Silvina Ocampo).

    La secta del loto blanco.

    Haba una vez un hombre que perteneca a la secta del Loto Blanco. Muchos,deseosos de dominar las artes tenebrosas, lo tomaban por maestro.

    Un da el mago quiso salir. Entonces coloc en el vestbulo un tazn cubierto conotro tazn y orden a los discpulos que los cuidaran. Les dijo que no descubrieranlos tazones ni vieran lo que haba adentro.

    Apenas se alej, levantaron la tapa y vieron que en el tazn haba agua pura, y enel agua un barquito de paja, con mstiles y velamen. Sorprendidos, lo empujaroncon el dedo. El barco se volc. Deprisa, lo enderezaron y volvieron a tapar el

    tazn.El mago apareci inmediatamente y les dijo:

    -Por qu me habis desobedecido?

    Los discpulos se pusieron de pie y negaron. El mago declar:

    -Mi nave ha zozobrado en el confn del Mar Amarillo. Cmo os atrevis aengaarme?

    Una tarde, encendi en un rincn del patio una pequea vela. Les orden que lacuidaran del viento. Haba pasado la segunda vigilia y el mago no haba vuelto.

    Cansados y soolientos, los discpulos se acostaron y se durmieron. Al otro da lavela estaba apagada. La encendieron de nuevo. El mago apareciinmediatamente y les dijo:

    -Por qu me habis desobedecido?

    Los discpulos negaron:

    -De veras, no hemos dormido. Cmo iba a apagarse la luz?

    El mago dijo:

    -Quince leguas err en la oscuridad de los desiertos tibetanos, y ahora querisengaarme.

    Esto atemoriz a los discpulos.

    De los Chinesische Volsmaerchen (1924), de Richard Wilhelm. EnAntologa de laliteratura fantstica.

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    Al finalizar la lectura del cuento La secta del loto blanco, forma 5 equipos. Pide alos jvenes que le pongan mucha imaginacin, y que escriban un tercer encargodel mago, y la reaccin de los discpulos. Pueden volver a revisar el texto, si lodesean. Al terminar, leern sus escritos ante el grupo. Recuerda que puedenescribir y compartir sus comentarios en su red social o en la red social de la

    biblioteca.

    Cierre de sesinRecomienda la Antologa de la literatura fantsticay otros libros de Adolfo Bioy

    Casares.

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    esin 5La invencin de Morel. Jugando a escribir poemas y cuentos fantsticos.

    Al iniciar la sesinSaluda a los jvenes. Muestra la siguiente imagen, y pregntales: se hanenamorado alguna vez de una imagen, en una fotografa, o de una imagen en elcine? Escucha sus respuestas.

    Vuelve a preguntar: qu pasara si alguien se enamorara de la imagen de unamujer, que por estar en otro plano, no puede verlo? qu pasara? Escucha sus

    respuestas.

    Actividad de lecturaBusca y pon la meloda Te para dos(ver videografa, dura 2:37). Y cuando terminela meloda lee para ellos el siguiente fragmento de La invencin de Morel:

    Las damas ocuparon las sillas; a su alrededor los hombres se echaron en elpasto. Record tardes en la patria. Faustine cruz hacia las rocas. Es ya molesto

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    cmo quiero a esta mujer (y ridculo: no hemos hablado ni una vez). Estaba con untraje de tenis y un pauelo, casi violeta, en la cabeza. Lo que ser recordar esospauelos cuando Faustine se haya ido. Tena ganas de ofrecerme para llevarle elbolso o la manta. La segua de lejos; la vi dejar el bolso en una roca, estirar lamanta; quedarse inmvil contemplando el mar o la tarde, imponindoles su calma.

    Se iba la ltima ocasin de tener suerte con Faustine. Podra arrodillarme,confesarle mi pasin, mi vida. No lo hice. No me pareci hbil. Es cierto que lasmujeres acogen naturalmente cualquier homenaje. Pero ms vala dejar que lasituacin se aclarara sola. Resulta sospechoso un desconocido que nos cuenta suvida, nos dice espontneamente que ha estado preso, condenado a prisinperpetua y que somos la razn de su existir. Uno teme que todo sea un chantajepara vender una lapicera labrada con Bolivar-1783-1830 o una botella con unvelero adentro. Otro sistema sera hablarle mirando al mar, como un loco muycontemplativo y sencillo: comentar los dos soles, nuestra aficin a los ponientes,esperar un poco sus preguntas; referirle, de todos modos, que yo soy un escritor,

    que siempre he querido vivir en una isla solitaria; confesar la irritacin que tuve ala llegada de su gente; contarle mi confinamiento a la parte inundable de la isla(esto permitira amenas explicaciones de los bajos y sus calamidades) y as llegara la declaracin: ahora temo que se vayan, que venga un crepsculo sin ladulzura, ya habitual, de verla.

    Se levant. Me puse nerviossimo (como si Faustine hubiera odo lo que yo estabapensando, como si la hubiera ofendido). Fue a buscar un libro que haba dejado,medio salido de un bolso, en otra roca, a unos cinco metros. Volvi a sentarse.Abri el libro, pos la mano en una hoja y qued como adormecida, mirando latarde.

    Cuando se entr el ms dbil de los soles, Faustine se levant de nuevo. Lasegu corr, me tir de rodillas y le dije, casi gritando:

    -Faustine, la quiero.

    Hice esto porque pens que, tal vez, lo ms conveniente fuera sacar partido de lainspiracin, dejarla imponer su notable sinceridad. Ignoro el resultado. Meahuyentaron unos pasos, una sombra densa. Me escond atrs de una palmera.La respiracin, alteradsima, casi no me dejaba or.

    Morel le deca que necesitaba hablarle. Faustine contest:

    -Bueno, vamos al museo (o esto claramente).

    Hubo algunas discusiones. Morel se opona:

    -Quiero aprovechar esta ocasin fuera del museo y de las miradas de nuestrosamigos.

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    Le o tambin: ponerte sobre aviso; eres una mujer distinta; dominio de losnervios.

    Puedo afirmar que Faustine se neg obstinadamente a quedarse. Morel trans:

    -Esta noche, cuando todos se vayan, hazme el favor de quedarte.

    Estuvieron caminando entre las palmeras y el museo. Morel hablaba mucho yhaca ademanes. En uno de esos movimientos, tom el brazo de Faustine.Despus caminaron en silencio.

    Cuando los o entrar en el museo, pens que deba prepararme alguna comidapara estar bien toda la noche y poder vigilar.

    T para dosy Valenciapersistieron hasta ms all de la madrugada. Yo, a pesarde mis propsitos, com poco. Ver a la gente ocupada con el baile, ver y probar lashojas viscosas, las races de sabor a tierra, los bulbos como ovillos de hilosnotables y duros, no fueron argumentos ineficaces para determinarme a entrar enel museo y buscar pan y otros verdaderos comestibles.

    Invita a los jvenes a leer completa la novela La invencin de Morel, de AdolfoBioy Casares. No les cuentes el final, slo comenta que tienen que leerla conmucha atencin, pues la trama es compleja. Y comenta que la cinta est en youtube (ver videografa). Pero que es mejor que lean la novela primero; puedenconfundirse mucho si desean ver primero la pelcula.

    Actividad creativaJugando a escribir poemas y cuentos fantsticos

    Forma tres equipos. Pide que se renan y que relean sus escritos de la sesin deayer, poemas y cosas fantsticas. Indica que se pongan de acuerdo, y queescriban de forma libre, basndose en sus escritos anteriores, poemas breves oun cuento fantstico. Al terminar, lo compartirn en el grupo.

    Recuerda que pueden compartir sus comentarios por escrito en su red social, o enla red social de la biblioteca.

    Cierre del tallerComenta a los jvenes que esperas que hayan disfrutado del taller. Y que fue slouna pequea muestra del talento de los tres escritores nacidos hace un siglo.Efran Huerta y Octavio Paz tenan en comn que fundaron la revista Taller, ynacieron en Mxico; Octavio Paz y Adolfo Bioy Casares tenan en comn quefueron galardonados con los Premios Cervantes y el Premio Internacional AlfonsoReyes; los tres escritores tenan en comn que nacieron hace 100 aos, en 1914,crecieron con el siglo y fueron testigos de sus transformaciones, y que tenan unaimaginacin fascinante, divertida, aguda.

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    Sentados en crculo, cada joven comentar brevemente qu fue lo que ms legust del taller.

    Agradece su atencin, e invtalos a conocer ms de los tres escritores. Yrecurdales que la biblioteca pblica, y el legado potico y fantstico de muchosescritores ms, estn a su disposicin para inspirarlos y para su recreacin.

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    ibliografa

    808.83872/M44 Bioy Casares, Adolfo. Los mejores cuentos policiales.2000.

    808.838766A58 1999 Bioy Casares, Adolfo; Borges, Jorge Luis (compiladores).Antologa de la literatura fantstica.Buenos Aires: Sudamericana, 1999. 407 p.

    861M/H82/P35 Huerta, Efran. Piel de cocodrilo. 2004, SM Ediciones, 139pginas.

    861M/H82/P575 Huerta, Efran. Poemnimos.Mxico: Verdehalago, 2004.159 p.

    861M/H844/P6 Huerta, Efran. Efran Huerta.Poesa.1935-1968. EditorialJoaqun Mortiz.

    861M/H83/ P63 Huerta, Efran. Poemnimos.2005. Verdehalago. 178 pginas.

    861M/H82/T72 Huerta, Efran. Transa potica.Mxico: ERA, 2000. 132 pginas.

    861.44/P39/U57 Paz, Octavio. Un sol ms vivo: antologa potica de OctavioPaz.Mxico: El Colegio Nacional-Era, 2009.

    861.44/P39/O27 Paz, Octavio. Obra potica: 1935-1988/ Octavio Paz.Barcelona:Seix Barral, 1990.

    861.44/P39/O27 Paz, Octavio. Lo mejor de Octavio Paz: el fuego de cada da.

    Mxico: Seix Barral. 1989.863.08A/B63 1997R1 Bioy Casares, Adolfo; Borges, Jorge Luis. Cronicas debustos Domecq.

    863.44/P39/A38/1990 Paz, Octavio. Aguila o sol? Mxico: Fondo de CulturaEconmica, 1990.

    863A/B534/I569 Bioy Casares, Adolfo. La invencin de Morel; El gran serafn.

    863A/B534/M86 1991 Bioy Casares, Adolfo. Una mueca rusa.

    863A/B534/T74 Bioy Casares, Adolfo. La trama celeste.1999

    863A/B56 Bioy Casares, Adolfo. Una magia modesta.1998.

    Bibliografa complementaria

    Paz, Octavio. La llama doble: amor y erotismo. Mxico: Planeta, 1994. 223 p.

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    Videos en YouTube

    Te para dos (Tea for Two), Fox trot de Youmans en Pianola x Hora Subido porloracio Duracin: 2:37 Publicado el 09/11/2013 Reproduccin en Pianola de lameloda TE PARA DOS: Fox trot, autor V. Youmans, Rollo de 88 notas PAMPA B3738 Interpretado por Emilio Brameri.

    Referencia en Internet

    Acerca del incendio en el departamento de Octavio Paz:

    http://elpais.com/diario/1996/12/24/cultura/851382003_850215.html

    http://elpais.com/diario/1996/12/24/cultura/851382003_850215.htmlhttp://elpais.com/diario/1996/12/24/cultura/851382003_850215.htmlhttp://elpais.com/diario/1996/12/24/cultura/851382003_850215.html