Lineas de Tiempo Profeticas, Jeff Pippenger

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    Lneas de Tiempo Profticas

    ndice

    Captulo 1: La Lnea de Tiempo Proftica ............................................ 01

    Captulo 2: El Padrn Proftico .................................................................... 04

    Captulo 3: Confirmando el Padrn Proftico ............................................ 09

    Captulo 4: A Travs de Mi Espritu Dice el Seor .................................... 15

    Captulo 5: Lnea Tras Lnea .................................................................... 19

    Captulo 6: Colocando las Lneas ............................................................ 24

    Captulo 7: Pensamientos Finales ............................................................ 27

    La Lnea de Tiempo Proftica

    Para que tengis memoria de las palabras que antes han sido dichas por los santos profetas, y del mandamiento del Seor y Salvador dado por vuestros apstoles. 2 Pedro 3:2.

    1.- Somos llamados a ser estudiantes de la profeca.-

    Cualquiera que sea el avance intelectual del hombre, que no piense ni por un momento de que no hay necesidad de continua y completa bsqueda de ms luz en las Escrituras. Como pueblo somos

    llamados individualmente a ser estudiantes de la profeca. Debemos observar con sinceridad que

    debemos discernir cada rayo de luz que Dios pueda presentarnos. Debemos captar los primeros deste-

    llos de la verdad; y a travs de un estudio con oracin se podr obtener una luz ms clara, la cual puede

    ser llevada a otros. 5T:708.

    2.- La profeca es el fundamento de nuestra fe.-

    Los ministros debieran presentar la segura palabra de la profeca como el fundamento de la fe de los adventistas del sptimo da. Las profecas de Daniel y Apocalipsis debieran ser cuidadosa-

    mente estudiadas, y en relacin con ellas las palabras, He aqu el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Evangelismo:196.

    3.- Una profeca explica otra profeca.-

    Cada Evangelio es un complemento de los dems; cada profeca, una explicacin de la otra; cada verdad, el desarrollo de otra verdad. El Evangelio explica los smbolos del sistema judaico. Cada

    principi de la Palabra de Dios tiene su lugar; cada hecho, su relacin. Y la estructura completa,

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    tanto en su propsito como en su ejecucin, da testimonio de su Autor. Slo el Ser infinito pudo conce-

    bir y dar forma a esa estructura. Educacin:123-124.

    4.- El Evangelio eterno se encuentra dentro de los tipos y smbolos de la Biblia.-

    El templo terrenal no existe ms. Su misterioso velo fue rasgado de arriba a bajo; sus sagrados vasos fueron quebrados, y el pueblo Judo fue dispersado a travs de todo el mundo. Pero los juicios

    que cayeron sobre esa nacin son un smbolo de aquellos que caern sobre todos los que, al igual

    que Jerusaln, no conocen el tiempo de su visitacin. Que ningn hombre se mofe de la antigua eco-

    noma Juda, de la cual Cristo fue el Originador, y Aquel que los tipos y smbolos apuntaban. En esos

    tipos y sombras est revelado el Evangelio eterno.

    La idea de que el Antiguo Testamento no posee ms un inters vital, debido a que fue escrito el

    Nuevo Testamento, es una idea fatal para el alma que la cree. Tanto el Antiguo Testamento como el

    nuevo son necesarios. El Nuevo Testamento no contiene otro Evangelio, una nueva religin. Es el

    desdoblamiento del Antiguo. Las edades pasadas son de peculiar valor para nosotros; y aquellos

    que son ignorantes de las Escrituras, y del poder de Dios tal como se manifest en la historia de Su

    pueblo, entienden muy poco de cmo l trabaja. ST, 13 de Enero de 1898.

    5.- Las circunstancias, la forma en que es dada la profeca y los eventos deben ser considerados.-

    El Espritu Santo ha modelado las cosas de tal suerte, en la forma de dar las profecas y tambin en los acontecimientos descritos, como para ensear que el agente humano ha de ser mante-

    nido fuera de la vista, oculto en Cristo, y que el Seor Dios del cielo y su ley han de ser exaltados. Leed

    el libro de Daniel. Evocad, punto por punto la historia de los reinos all representados. Contemplad a

    los hombres de estado, los consejos, los ejrcitos poderosos, y ved cmo Dios obr para abatir el orgu-

    llo de los hombres, y arroj la gloria humana en el polvo...

    Considerad las circunstancias de la nacin juda cuando las profecas de Daniel fueron dadas.

    Dediquemos ms tiempo al estudio de la Biblia. No entendemos la Palabra como debemos. El libro del

    Apocalipsis se inicia con una orden a entender la instruccin que contiene. "Bienaventurado el que lee,

    y los que oyen las palabras de esta profeca -declara Dios-, y guardan las cosas en ella escritas: porque

    el tiempo est cerca". Cuando como pueblo comprendamos lo qu significa este libro para noso-

    tros, se ver entre nosotros un gran reavivamiento. No entendemos plenamente las lecciones que

    ensea, a pesar del mandato que nos fue dado de escudriarlo y estudiarlo. TM:109-110.

    6.- La definicin de profeca.-

    Viven actualmente algunas personas que, mediante el estudio de las profecas de Daniel y Juan, recibieron gran luz de Dios al pasar por lugares donde profecas especiales estaban en proceso de cum-

    plimiento en el orden correspondiente. Proclamaron el mensaje del tiempo a la gente. La verdad brill

    ntidamente como el sol en el medioda. Se expusieron ante la gente los acontecimientos histricos

    que mostraban el cumplimiento directo de la profeca, y se vio que las profecas constituan una

    delineacin simblica de los acontecimientos que conducen al final de la historia terrena. 2MS:117.

    7.- La profeca tiene que ser trazada sobre una lnea.-

    Tenemos que tener un conocimiento de las Escrituras, para que podamos trazar las lneas de la profeca, y entender las especificaciones dadas por los profetas, y por Cristo y los apstoles; para que

    no seamos ignorantes; sino que seamos capaces de ver que el da se est acercando, de manera que con

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    un creciente celo y esfuerzo, podamos exhortarnos unos a otros hacia la fidelidad, piedad y santidad. RH, 31 de Julio de 1888.

    8.- La profeca es repetida sobre la misma lnea proftica.-

    El Apocalipsis es un libro sellado, pero tambin es un libro abierto. Registra maravillosos even-tos que van a suceder en los ltimos das de esta historia terrenal. Las enseanzas de este libro son de-

    finidas, no son msticas ni ininteligibles. En l se sigue la misma lnea proftica que en Daniel. Dios

    ha repetido algunas profecas, mostrndonos que les debemos dar alguna importancia. El Seor no

    repite cosas que no son de gran consecuencia. 9ML:7-8.

    9.- La historia tambin se repite y debiera ser estudiada.-

    Estudie Apocalipsis en conexin con Daniel, porque la historia ser repetida. Maranata:30.

    El Antiguo y el Nuevo Testamento estn unidos a travs del broche de oro de Dios. Necesitamos familiarizarnos con las Escrituras del Antiguo Testamento. La inamovilidad de Dios debiera ser cla-

    ramente vista; la similitud de su trato con su pueblo del pasado en la antigua dispensacin y en la ac-

    tual, debiera ser estudiado. Bajo la inspiracin del Espritu de Dios, Salomn escribi: Aquello que fue, ya es; y lo que ha de ser, fue ya; y Dios restaura lo que pas. Ecle. 3:15. Debido a Su misericordia, Dios repite sus actuaciones pasadas. l nos ha dado un registro de sus actuaciones en el pasado. Nece-

    sitamos estudiarlas cuidadosamente; porque la historia se repite a s misma. Somos ms respon-

    sables que aquellos cuyas experiencias se cuentan en el Antiguo Testamento; porque sus errores,

    y los resultados de sus errores, han sido registrados para nuestro beneficio. RH, 20 de Abril de 1897.

    10.- La profeca tiene un orden especfico, el cual tenemos que conocer.-

    Se ha cumplido todo lo que Dios ha especificado en la historia proftica, y se cumplir todo lo que an deba cumplirse. Daniel, el profeta de Dios, permanece firme en su lugar. Juan tambin lo

    est. En el Apocalipsis, el Len de la tribu de Jud ha abierto el libro de Daniel a los estudiosos de la

    profeca, y as es como Daniel permanece firme en su sitio. Da su testimonio, el cual le fue revelado

    por Dios por medio de visiones de los grandes y solemnes acontecimientos que debemos reconocer

    en este momento cuando estamos en el mismo umbral de su cumplimiento.

    Mediante la historia y la profeca, la Palabra de Dios describe el prolongado conflicto entre la

    verdad y el error. Ese conflicto sigue en desarrollo. Las cosas que han acontecido volvern a repetir-

    se. 2MS:124-125.

    11.- Los mensajes de los profetas eran primariamente para nuestros das.-

    Cada uno de los profetas de antao hablaron menos para sus propios tiempos y ms para los nuestros, de tal manera que su profetizar es para nosotros. Estas cosas les sucedieron por ejemplo, y fueron escritas para advertir a los que han llegado al fin de los siglos. 1 Cor. 10:11. A ellos, que no ministraban en beneficio propio, sino en nuestro favor, les fue revelado este mensaje que ahora os

    anuncian los que os predican el evangelio, por el Espritu Santo enviado del cielo; mensaje que aun los

    ngeles ansan contemplar. 1 Pedro 1:12. La Biblia ha acumulado y reunido sus tesoros para esta ltima generacin. Todos los gran-des eventos y las solemnes transacciones de la historia del Antiguo Testamento, han sido repeti-

    das y se estn repitiendo en la iglesia en estos ltimos das. 3MS:387.

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    12.- Los profetas presentan la misma historia, solo que desde un punto de vista diferente.-

    Los ltimos libros del Antiguo Testamento nos muestran obreros que fueron tomados de entre los trabajadores del campo. Otros eran hombres de gran capacidad y extenso conocimiento, pero el Se-

    or les dio visiones y mensajes. Estos hombres del Antiguo Testamento hablaron de cosas que ocurran

    en sus das, y Daniel, Isaas y Ezequiel no solamente hablaron de cosas que concernan a ellos y

    que entonces eran verdad presente, sino que su visin alcanz al futuro, a lo que deba ocurrir en

    estos ltimos das (Carta 132, 1898). 3MS:479-480.

    13.- Tenemos que identificar los hitos si queremos preservarlos.-

    Los grandes hitos de la verdad, que nos muestran nuestro rumbo en la historia proftica, deben ser cuidadosamente protegidos para que no sean demolidos y reemplazados con teoras que pro-

    duciran confusin antes que luz verdadera. 2MS:116.

    14.- Los tres mensajes son hitos que han sido especficamente localizados.-

    La proclamacin del primer, segundo y tercer mensaje anglico ha sido localizada por la pala-bra de la Inspiracin. Ni una clavija ni un alfiler debe ser removido. Ninguna autoridad humana tiene

    la autoridad como para cambiar la localizacin de estos mensajes como tampoco la tienen para cambiar

    el Nuevo Testamento por el Antiguo. Consejos para Escritores y Editores:26-27. 15.- Los tres mensajes han estado localizados histricamente (1843-1844). Tenemos que repetir la

    proclamar mostrando su orden; y cmo la profeca nos lleva al tercer mensaje; e ilustra estos principios, profecas, e hitos a travs del uso de una lnea de tiempo proftica.

    No puede haber un tercero, si no hay un primero y un segundo

    El primer mensaje y el segundo se dieron en 1843 y 1844, y ahora estamos bajo la proclamacin del tercero; pero aun ahora hay que seguir proclamando los tres mensajes. Ahora es tan esencial

    como en cualquier tiempo pasado que se los repita a los que estn buscando la verdad. Debemos

    hacer resonar su proclamacin mediante la pluma y la voz; debemos mostrar su secuencia y la apli-

    cacin de las profecas que nos conducen al mensaje del tercer ngel. No puede haber un tercer

    mensaje sin un primero y un segundo. Debemos proclamar al mundo estos mensajes mediante publi-

    caciones y conferencias que muestren en la lnea de la historia proftica las cosas que han sido y las

    que sern. 2MS:120.

    El Padrn Proftico

    Ciertamente el Seor Dios no har nada, sin que le revele su secreto a sus siervos los profetas. Ams 3:7.

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    16.- Los estudiantes diligentes de la profeca sern recompensados.-

    La Biblia tiene que ser nuestro libro gua, y en vez de consultar la sabidura de los hombres, y aceptar como verdad divina las aserciones de mortales finitos, deberamos buscar la segura palabra

    de la profeca. Dios ha hablado, y su palabra es confiable, y tenemos que hacer descansar nuestra fe

    sobre un As dice el Seor. Dios quiere que estudiemos los eventos que estn sucediendo a nuestro alrededor, y que los comparemos con las predicciones de Su palabra, para que podamos entender

    que estamos viviendo en los ltimos das. Queremos nuestras Biblias y queremos saber lo que en ella

    est escrito. El diligente estudiante de la profeca ser recompensado con claras revelaciones, por-

    que Jess dijo: Tu palabra es verdad. ST, 1 de Octubre de 1895.

    17.- La profeca es la base de nuestra fe.-

    La Palabra de Dios, tal como se lee, es la base de nuestra fe. Esa Palabra es la segura pala-bra proftica, y exige fe implcita de todo aquel que dice creer en ella. Es autoritativa, conteniendo

    en ella misma la prueba de su origen divino. Porque no hemos seguido fbulas ingeniosas, cuando os hemos hablado del poder y de la venida de nuestro Seor Jesucristo, sino que fuimos testigos oculares

    de su majestad. 2 Pedro 1:16. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. 1 Juan 5:12. ST, 2 de Junio de 1898.

    18.- El padrn proftico.-

    La profeca se ha estado cumpliendo, lnea tras lnea. Mientras ms firme permanezcamos bajo la bandera del mensaje del tercer ngel, ms claramente entenderemos la profeca de Da-

    niel; porque el Apocalipsis es el complemento de Daniel.

    La bandera del Tercer ngel

    Mientras ms completamente aceptemos la luz presentada por el Espritu Santo a travs de los

    siervos consagrados de Dios, ms profunda y seguramente, aun como el trono eterno, aparecern las

    verdades de la antigua profeca; debemos tener certeza que hombres de Dios hablaron a medida que

    eran movidos por el Espritu Santo. Los hombres tienen que estar bajo la influencia del Espritu Santo

    para poder entender las expresiones del Espritu a travs de los profetas. Estos mensajes fueron dados,

    no para aquellos que dijeron las profecas, sino que para nosotros que estamos viviendo entre las

    escenas de su cumplimiento. 2MS:114.

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    19.- Tinieblas espirituales preceden la reforma.-

    La oscuridad precede el Primer Mensaje

    Vio por doquiera hipocresa, tinieblas y muerte. Su nimo estaba desgarrado en s mismo. Dios le llamaba para que abandonara su granja, como haba llamado a Eliseo para que dejara los bueyes

    y el campo de labranza y siguiese a Elas. Tembloroso empez Guillermo Miller a declarar ante la gen-

    te los misterios del reino de Dios, conduciendo a sus oyentes por medio de las profecas al segundo ad-

    venimiento de Cristo. Se iba fortaleciendo con cada esfuerzo. As como Juan el Bautista anunci el

    primer advenimiento de Jess y prepar el camino para su venida, tambin Guillermo Miller y los que

    se le unieron proclamaron al mundo la inminencia del segundo advenimiento del Hijo de Dios. PE:229-230.

    20.- El primer mensaje es un mensaje de reforma.-

    El primer mensaje es un mensaje de reforma

    Millares de personas abrazaban la verdad predicada por Guillermo Miller, y se levantaban sier-vos de Dios con el espritu y el poder de Elas para proclamar el mensaje. Como Juan, el precursor de

    Jess, los que predicaban ese solemne mensaje se vean movidos a poner la segura raz de los rboles,

    y exhortar a los hombres a que diesen frutos de arrepentimiento. Propenda su testimonio a influir pode-

    rosamente en las iglesias y manifestar su verdadero carcter. Al resonar la solemne amonestacin de

    que huyesen de la ira venidera, muchos miembros de las iglesias recibieron el salutfero mensaje, y

    echando de ver sus apostasas lloraron amargas lgrimas de arrepentimiento, y con profunda angustia

    de nimo se humillaron ante Dios. Cuando el Espritu de Dios se pos sobre ellos, ayudaron a difundir

    el pregn: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado. PE:233.

    21.- El segundo mensaje es un mensaje de reavivamiento.-

    El segundo mensaje es un mensaje de reavivamiento

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    Oscuridad Luz

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    Como marea creciente, el movimiento se extendi por el pas. Fue de ciudad en ciudad, de pue-blo en pueblo y hasta a lugares remotos del campo, y consigui despertar al pueblo de Dios que estaba

    esperando. El fanatismo desapareci ante esta proclamacin como helada temprana ante el sol naciente.

    Los creyentes vieron desvanecerse sus dudas y perplejidades; la esperanza y el valor reanimaron sus

    corazones. La obra quedaba libre de las exageraciones propias de todo arrebato que no es dominado por

    la influencia de la Palabra y del Espritu de Dios. Este movimiento recordaba los perodos sucesivos de

    humillacin y de conversin al Seor que entre los antiguos israelitas solan resultar de las reconven-

    ciones dadas por los siervos de Dios. Llevaba el sello distintivo de la obra de Dios en todas las edades.

    Haba en l poco gozo exttico, sino ms bien un profundo escudriamiento del corazn, confesin de

    los pecados y renunciacin al mundo. CS:451-452.

    22.- El tercer mensaje es un mensaje de juicio.-

    El tercer mensaje es un mensaje de juicio

    Las profecas presentan una sucesin de acontecimientos que llevan al comienzo del juicio. Esto es particularmente cierto del libro de Daniel. Pero la parte de su profeca que se refera a los lti-

    mos das, deba Daniel cerrarla y sellarla "hasta el tiempo del fin". Un mensaje relativo al juicio, ba-

    sado en el cumplimiento de estas profecas, no poda ser proclamado antes de que llegsemos a aquel

    tiempo. Pero al tiempo del fin, dice el profeta, "muchos corrern de aqu para all, y la ciencia ser au-

    mentada". (Daniel 12:4, V.M.). CS:404-405.

    23.- El desengao sigue al tercer mensaje.-

    Como los primeros discpulos, Guillermo Miller y sus colaboradores no comprendieron ellos mismos enteramente el alcance del mensaje que proclamaban. Los errores que existan desde haca lar-

    go tiempo en la iglesia les impidieron interpretar correctamente un punto importante de la profeca. Por

    eso si bien proclamaron el mensaje que Dios les haba confiado para que lo diesen al mundo, sufrieron

    un desengao debido a un falso concepto de su significado. CS:400.

    24.- El tercer mensaje comienza una obra de restauracin.-

    No puedo instar demasiado a todos los miembros de nuestras iglesias, a todos los que son verda-deros misioneros, a todos los que creen el mensaje del tercer ngel, a todos los que apartan su pie del

    sbado, para que consideren el mensaje del captulo 58 de Isaas. La obra de beneficencia ordenada

    en dicho captulo es la que Dios requiere que su pueblo haga en este tiempo. Es obra sealada por

    l. No nos deja en duda en cuanto a dnde se aplica el mensaje, y al momento de su cumplimiento se-

    alado, porque leemos: "Y edificarn los de ti los desiertos antiguos; los cimientos de generacin y ge-

    neracin levantars: y sers llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar". (ver-

    so 12). El monumento recordativo de Dios, el sbado o sptimo da, recuerdo de la obra que hizo al

    crear el mundo, ha sido desplazado por el hombre de pecado. El pueblo de Dios tiene una obra espe-

    cial que hacer para reparar la brecha que ha sido abierta en su ley; y cuanto ms nos acercamos al

    fin, ms urgente se vuelve esta obra. todos los que amen a Dios demostrarn que llevan su sello obser-

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    vando sus mandamientos. Son los restauradores de la senda en que se ha de andar. El Seor dice: "Si

    retrajeras del sbado tu pie, de hacer tu voluntad en mi da santo, y al sbado llamares delicias, ... en-

    tonces te deleitars en Jehov; y yo te har subir sobre las alturas de la tierra". (versos 13-14). De este

    modo, la verdadera obra misionera mdica est inseparablemente vinculada con la observancia de los

    mandamientos de Dios, entre los cuales se menciona especialmente el sbado, puesto que es el gran

    monumento recordativo de la obra creadora de Dios. Su observancia se vincula con la obra de restau-

    rar la imagen moral de Dios en el hombre. Este es el ministerio que el pueblo de Dios debe realizar

    en este tiempo. Este ministerio, debidamente cumplido, impartir ricas bendiciones a la iglesia. 2JT:503-504.

    25.- Despus del tercer mensaje los malos se instalan.-

    Si los adventistas, despus del gran chasco de 1844, se hubieran aferrado a su - fe y hubieran ido unidos en pos de la providencia de Dios que abra el camino, y si hubieran recibido el mensaje del ter-

    cer ngel y si lo hubieran proclamado al mundo con el poder del Espritu Santo, habran visto la salva-

    cin de Dios, el Seor hubiera obrado con poder mediante sus esfuerzos, la obra se habra terminado y

    Cristo habra venido para recibir a su pueblo y darle su recompensa. Pero en el perodo de duda e in-

    certidumbre que sigui despus del chasco, muchos de los creyentes del advenimiento perdieron

    su fe... En esta forma la obra fue estorbada y el mundo qued en tinieblas. Si todo el cuerpo adventista

    se hubiera unido en torno de los mandamientos de Dios y de la fe de Jess, Cun ampliamente diferen-

    te habra sido nuestra historia!. Evangelismo:504.

    26.- El cuarto mensaje repite el segundo mensaje para salir de Babilonia.-

    Despus vi otro ngel poderoso, al que se orden que bajase a la tierra y uniese su voz a la del tercer ngel para dar fuerza y vigor a su mensaje. Ese ngel recibi gran poder y gloria, y al descender

    dej toda la tierra iluminada con su gloria. La luz que rodeaba a este ngel penetraba por doquiera

    mientras clamaba con fuerte voz: "Ha cado, ha cado la gran Babilonia, y se ha hecho habitacin de

    demonios y guarida de todo espritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible". Apoc.

    18:2. Aqu se repite el mensaje de la cada de Babilonia, tal como lo dio el segundo ngel, con la

    mencin adicional de las corrupciones introducidas en las iglesias desde 1844. La obra de este ngel

    comienza a tiempo para unirse a la ltima magna obra del mensaje del tercer ngel cuando ste se in-

    tensifica hasta ser un fuerte pregn. As se prepara el pueblo de Dios para afrontar la hora de la tenta-

    cin que muy luego ha de asaltarle. Vi que sobre los fieles reposaba una luz vivsima, y que se unan

    para proclamar sin temor el mensaje del tercer ngel. PE:277.

    27.- El fuerte pregn se une al tercer mensaje, as como el clamor de media noche se uni al se-

    gundo mensaje.-

    Otros ngeles fueron enviados desde el cielo en ayuda del potente ngel, y o voces que por do-quiera resonaban diciendo: "Salid de ella, pueblo mo, para que no seis partcipes de sus pecados, ni

    recibis parte en sus plagas; porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de

    sus maldades". Este mensaje pareca ser un complemento del tercer mensaje, pues se le una como

    el clamor de media noche se aadi en 1844 al mensaje del segundo ngel. La gloria de Dios repo-

    saba sobre los pacientes y expectantes santos, quienes valerosamente daban la postrera y solemne amo-

    nestacin, proclamando la cada de Babilonia y exhortando al pueblo de Dios a que de ella saliese para

    escapar a su terrible condenacin. PE:277-278.

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    28.- El segundo y el cuarto mensaje son mensajes de purificacin.-

    Cuando Jess comenz su ministerio pblico, limpi el templo de su profanacin sacrlega. Entre los ltimos actos de su ministerio figura la segunda purificacin del templo. As tambin en la

    obra final de amonestacin al mundo, se hacen dos llamados distintos a las iglesias. El mensaje del

    segundo ngel es: "Ha cado, ha cado Babilonia, la gran ciudad, porque ha hecho beber a todas las

    naciones del vino del furor de su fornicacin" (Apoc. 14:8). Y en el alto clamor del mensaje del tercer

    ngel, se oye una voz que dice desde el cielo: "Salid de ella, pueblo mo, para que no seis partcipes de

    sus pecados, ni recibis parte de sus plagas; porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha

    acordado de sus maldades" (Apoc. 18:4-5) (RH, 6 de Diciembre de 1892). 2MS:137.

    29.- El segundo y el cuarto mensaje son mensajes de prueba que purifican la iglesia.-

    El amor de Dios por Su iglesia es infinito. Su cuidado sobre Su herencia es incesante. l no su-fre ninguna afliccin al venir sobre su iglesia, pero de la manera que es esencial para su purifica-

    cin, su actual y eterno bien. l purificar Su iglesia as como purific el templo al comienzo y al

    trmino de Su ministerio terrenal. Todo lo que l le trae a la iglesia en pruebas y juicios es para que

    Su pueblo pueda obtener una piedad ms profunda y ms fuerza para llevar los triunfos de la cruz a to-

    das las partes del mundo. 9T:228.

    30.- La parbola de las diez vrgenes se repite en el cuarto mensaje.-

    Cuando el mensaje del tercer ngel es predicado como debe ser, un poder acompaa su procla-macin, y se transforma en una influencia duradera. Se le debe prestar atencin con divino poder, o no

    se cumplir nada. A menudo se me refiere la parbola de las diez vrgenes, donde cinco eran sabias y

    cinco fatuas. Esta parbola ha sido y ser cumplida hasta la ltima letra, porque posee una aplica-

    cin especial para este tiempo, y, as como el tercer mensaje anglico, se ha cumplido y continuar

    siendo verdad presente hasta el trmino del tiempo. RH, 19 de Agosto de 1890.

    31.- El segundo y el cuarto mensaje obtienen el poder del Espritu Santo.-

    El ngel que se une en la proclamacin del tercer mensaje iluminar toda la tierra con su gloria. Una obra de extensin mundial y de un poder inusitado es mostrada aqu. El movimiento adventis-

    ta de 1840-1844 fue una manifestacin gloriosa del poder de Dios; el primer mensaje fue llevado a

    toda estacin misionera en el mundo, y en este pas hubo el mayor inters religioso que se haya presen-

    ciado en cualquier pas desde la Reforma del siglo XVI; pero esto ser largamente excedido por el po-

    deroso movimiento bajo el alto clamor del tercer mensaje. La obra ser similar a aquella del da de Pen-

    tecosts. 4SP:429.

    Confirmando el Padrn Proftico

    Cuando se levantaron por la maana, salieron por el desierto de Tecoa. Y mientras salan, Josa-fat se puso en pie, y dijo: "Odme, Jud y habitantes de Jerusaln, creed al Seor vuestro Dios, y estar-

    is seguros; creed a sus profetas, y seris prosperados". 2 Cron. 20:20.

    32.- Debemos ser sinceros estudiantes de la profeca.-

    Como pueblo, debemos ser estudiantes fervorosos de la profeca; no debemos descansar hasta que entendamos claramente el tema del santuario, que ha sido presentado en las visiones de Daniel y

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    Juan. Este asunto arroja gran luz sobre nuestra posicin y nuestra obra actual, y nos da una prue-

    ba irrefutable de que Dios nos ha dirigido en nuestra experiencia pasada. Explica nuestro chasco de

    1844, mostrndonos que el santuario que haba de ser purificado no era la tierra, como habamos su-

    puesto, sino que Cristo entr entonces en el lugar santsimo del santuario celestial, y all est realizando

    la obra final de su misin sacerdotal en cumplimiento de las palabras del ngel comunicadas al profeta

    Daniel: 'Hasta dos mil y trescientos das de tarde y maana; y el santuario ser purificado'. Cristo en Su Santuario:22-23.

    33.- La profeca es ms fuerte que los milagros.-

    Es la voz de Cristo que habla por los patriarcas y los profetas, desde los das de Adn hasta las escenas finales del tiempo. El Salvador se revela en el Antiguo Testamento tan claramente como en

    el Nuevo. Es la luz del pasado proftico lo que presenta la vida de Cristo y las enseanzas del Nuevo

    Testamento con claridad y belleza. Los milagros de Cristo son una prueba de su divinidad; pero una

    prueba aun ms categrica de que l es el Redentor del mundo se halla al comparar las profecas

    del Antiguo Testamento con la historia del Nuevo. DTG:740.

    34.- Cmo establecer la verdad proftica.-

    Esta es la tercera vez que vengo a vosotros. Por boca de dos o tres testigos ser establecida toda palabra. 2 Cor. 13:1.

    35.- Tinieblas y cautividad preceden al mensaje de reforma.-

    Hoy la iglesia de Dios tiene libertad para llevar a cabo el plan divino para la salvacin de la humanidad perdida. Durante muchos siglos el pueblo de Dios sufri la restriccin de sus libertades. Se

    prohiba predicar el Evangelio en su pureza, y se imponan las penas ms severas a quienes osaran des-

    obedecer los mandatos de los hombres. En consecuencia, la gran via moral del Seor qued casi com-

    pletamente desocupada. El pueblo se vea privado de la luz que dimana de la Palabra de Dios. Las ti-

    nieblas del error y de la supersticin amenazaban con borrar todo conocimiento de la verdadera reli-

    gin. La iglesia de Dios en la tierra se hallaba tan ciertamente en cautiverio durante ese largo

    plazo de implacable persecucin, como estuvieron los hijos de Israel cautivos en Babilonia duran-

    te el destierro. PR:527.

    36.- La Reforma fue la condicin de liberacin de la cautividad.-

    As dice el Seor: Cuando en Babilonia se cumplan los setenta aos, yo os visitar, y despertar sobre vosotros mi buena palabra de volveros a este lugar. Yo s los pensamientos que tengo acerca de

    vosotros - dice el Eterno - pensamientos de paz y no de mal, para daros el fin que esperis. Entonces

    me invocaris, vendris, oraris a m, y yo os escuchar. Me buscaris y me hallaris, cuando me

    busquis de todo vuestro corazn. Y ser hallado de vosotros - dice el Eterno - os har volver de

    vuestro cautiverio, os juntar de todas las naciones y de todos los lugares adonde os arroj - dice el Se-

    or - y os har volver al lugar de donde os hice llevar. Jer. 29:10-14.

    37.- Daniel simbolizaba a aquellos que aceptaron el llamado a la reforma.-

    Todava preocupado acerca de Israel, Daniel estudi nuevamente las profecas de Jeremas. Es-tas eran muy claras, tan claras, en realidad, que por los testimonios registrados en los libros entendi "el

  • Pg. 11

    nmero de los aos, del cual habl Jehov al profeta Jeremas, que haba de concluir la asolacin de Je-

    rusaln en setenta aos". (Dan. 9:2).

    Con una fe fundada en la segura palabra proftica, Daniel rog al Seor que estas promesas se

    cumpliesen prestamente. Rog que el honor de Dios fuese preservado. En su peticin se identific ple-

    namente con aquellos que no haban cumplido el propsito divino, y confes los pecados de ellos

    como propios.

    Declar el profeta: "Y volv mi rostro al Seor Dios, buscndole en oracin y ruego, en ayuno, y

    cilicio, y ceniza. Y or a Jehov mi Dios, y confes". (Dan. 9:3-4). PR:406-407.

    38.- Tres decretos comienzan con los 2300 das.-

    Ese decreto se encuentra en el captulo sptimo de Esdras. (versos 12-26). Fue expedido en su forma ms completa por Artajerjes, rey de Persia, en el ao 457 a.C. Pero en Esdras 6:14 se dice que la

    casa del Seor fue edificada en Jerusaln "por mandamiento de Ciro, y de Daro y de Artajerjes rey de

    Persia". Estos tres reyes, al expedir el decreto y al confirmarlo y completarlo, lo pusieron en la

    condicin requerida por la profeca para que marcase el principio de los 2300 aos. Tomando el

    ao 457 a.C. en que el decreto fue completado, como fecha de la orden, se comprob que cada especi-

    ficacin de la profeca referente a las setenta semanas se haba cumplido. CS:373.

    39.- El segundo decreto es identificado como un llamado a salir de Babilonia.-

    Haban transcurrido veinte aos o ms cuando un segundo decreto, tan favorable como el pri-mero, fue promulgado por Daro Histaspes, el monarca de aquel entonces. As provey Dios en su mi-

    sericordia otra oportunidad para que los judos del reino medo-persa regresaran a la tierra de sus padres.

    El Seor prevea los tiempos dificultosos que iban a seguir durante el reinado de Jerjes, el Asuero del

    libro de Ester, y no slo obr un cambio en los sentimientos de los hombres que ejercan autoridad, si-

    no que inspir tambin a Zacaras para que instase a los desterrados a que regresasen.

    El mensaje dado a las tribus dispersas de Israel que se haban establecido en muchas tierras dis-

    tantes de su antigua patria fue: "Eh, eh, huid de la tierra del aquiln (Norte), dice Jehov, pues por

    los cuatro vientos de los cielos os esparc, dice Jehov. Oh Sin, la que moras con la hija de Babilo-

    nia, escpate. Porque as ha dicho Jehov de los ejrcitos: Despus de la gloria me enviar l a las gen-

    tes que os despojaron: porque el que os toca, toca a la nia de su ojo. Porque he aqu yo alzo mi mano

    sobre ellos, y sern despojo a sus siervos, y sabris que Jehov de los ejrcitos me envi" (Zac. 2:6-9). PR:440.

    40.- El desengao sigue al tercer decreto.-

    Esdras haba esperado que una gran multitud regresara a Jerusaln, pero se qued chasqueado por lo reducido del nmero de los que haban respondido al llamamiento. Muchos, que haban ad-

    quirido casas y tierras, no deseaban sacrificar estos bienes. Amaban la comodidad, y estaban perfecta-

    mente contentos de quedarse donde estaban. Su ejemplo result un estorbo para los que sin esto habran

    decidido echar su suerte con la de quienes avanzaban por fe. PR:450.

    41.- El tercer mensaje comienza una obra de restauracin.-

    La restauracin espiritual de la cual fue smbolo la obra realizada en tiempos de Nehemas, se halla esbozada en estas palabras de Isaas: "Edificarn los desiertos antiguos, y levantarn los asola-

    mientos primeros, y restaurarn las ciudades asoladas."(Isa. 61:4) "Edificarn los de ti los desiertos an-

  • Pg. 12

    tiguos; los cimientos de generacin y generacin levantars: y sers llamado reparador de portillos, res-

    taurador de calzadas para habitar." (Isa. 58:12). PR:500.

    42.- Despus del tercer mensaje, los malos se .-

    Solemne y pblicamente el pueblo de Jud se haba comprometido a obedecer la ley de Dios. Pero cuando por un tiempo dej de sentir la influencia de Esdras y Nehemas, muchos se apartaron

    del Seor. Nehemas haba vuelto a Persia. Durante su ausencia de Jerusaln se infiltraron males

    que amenazaban con pervertir a la nacin. PR:494.

    Esta reforma no fue permanente. El propio Nehemas, despus de volver de una extensa visita a la corte de Persia, encontr un mal estado de cosas. Con su celo caracterstico quiso purificar la igle-

    sia de su maldad. The Southern Watchman, 3 de Enero de 1905.

    43.- Nehemas segura el cuarto decreto.-

    La peticin que dirigi al rey tuvo acogida tan favorable que Nehemas se sinti alentado a pedir aun ms ayuda. A fin de dar dignidad y autoridad a su misin, as como para estar protegido durante el

    viaje, solicit y obtuvo una escolta militar. Consigui cartas reales dirigidas a los gobernadores de las

    provincias de allende el Eufrates, por cuyo territorio deba cruzar en viaje a Judea; y obtuvo tambin

    una carta en la cual se ordenaba al guarda del bosque real en las montaas del Lbano que le proveyese

    la madera que necesitara. A fin de que nadie tuviese motivo para quejarse de que se haba excedido,

    Nehemas tuvo cuidado de que la autoridad y los privilegios que se le otorgaban se definiesen clara-

    mente. PR:467-468.

    44.- Nehemas ejecuta una obra de limpieza.-

    Cuando Nehemas volvi de Persia supo de la audaz profanacin y tom prestamente medidas para expulsar al intruso. Declara: "Dolime en gran manera; y ech todas las alhajas de la casa de

    Tobas fuera de la cmara; y dije que limpiasen las cmaras, e hice volver all las alhajas de la casa de

    Dios, las ofrendas y el perfume". PR:494-495.

    Orden que limpiasen las cmaras, y volv a llevar all los utensilios, las ofrendas y el incienso de la casa de Dios... Por eso, oh Dios, acurdate de m, y no borres los beneficios que hice en la casa

    de mi Dios, y en su servicio. Neh. 13:9,14. Y orden a los levitas que se purificasen, y viniesen a guardar las puertas, para santificar el sbado. Tambin por esto acurdate de m, Dios mo, y perdname segn la grandeza de tu amor. Los limpi, pues, de todo extranjero, y puse a los sacerdotes y levitas por sus grupos, a cada uno en su obra, para la ofrenda de la lea en el tiempo sealado, y para las primicias. Acurdate de m,

    Dios mo, para bien. Neh. 13:30-31.

    45.- Tinieblas preceden el da de Cristo.-

    Antes de los das de Cristo, los hombres preguntaban en vano: Qu es la verdad?. Las tinie-blas cubran la tierra, y la oscuridad a los pueblos. Aun Judea estaba envuelta en oscuridad, a pesar

    de que la voz de Dios les hablase en sus orculos. La verdad de Dios fue reducida al silencio por las

    supersticiones y tradiciones de sus pretensos intrpretes, y las contiendas, los celos y los preconceptos

    dividan a los profesos hijos de Dios. Entonces fue enviado un Maestro por Dios, el mismo que era el

    Camino, la Verdad y la Vida. Fundamentos de la Educacin Cristiana:238-239.

  • Pg. 13

    46.- El primer mensaje est en el mensaje de Elas.- (Ver tambin tem 18)

    Lo que experimentaron los discpulos que predicaron el "evangelio del reino" cuando vino Cris-to por primera vez tuvo su contraparte en lo que experimentaron los que proclamaron el mensaje

    de su segundo advenimiento. As como los discpulos fueron predicando: "Se ha cumplido el tiempo,

    y se ha acercado el reino de Dios", as tambin Miller y sus asociados proclamaron que estaba a punto

    de terminar el perodo proftico ms largo y ltimo de que habla la Biblia, que el juicio era inminente y

    que el reino eterno iba a ser establecido. La predicacin de los discpulos en cuanto al tiempo se basaba

    en las setenta semanas del captulo noveno de Daniel. El mensaje proclamado por Miller y sus colabo-

    radores anunciaba la conclusin de los 2300 das de Daniel 8:14, de los cuales las setenta semanas for-

    man parte. En cada caso la predicacin se fundaba en el cumplimiento de una parte diferente del

    mismo gran perodo proftico. CS:399-400.

    47.- La entrada triunfal es un segundo mensaje as como lo fue el mensaje del clamor de media-noche.-

    El mensaje: "He aqu que viene el Esposo!" no era tanto un asunto de argumentacin, si bien la prueba de las Escrituras era clara y terminante. Iba acompaado de un poder que mova e impulsaba

    al alma. No haba dudas ni discusiones. Con motivo de la entrada triunfal de Cristo en Jerusaln, el

    pueblo que se haba reunido de todas partes del pas para celebrar la fiesta, fue en tropel al Monte de los

    Olivos, y al unirse con la multitud que acompaaba a Jess, se dej arrebatar por la inspiracin del

    momento y contribuy a dar mayores proporciones a la aclamacin: "Bendito el que viene en el

    nombre del Seor!" (Mateo 21:9). Del mismo modo, los incrdulos que se agolpaban en las reuniones

    adventistas -unos por curiosidad, otros tan slo para ridiculizarlas- sentan el poder convincente que

    acompaaba el mensaje: "He aqu que viene el Esposo!". CS:454.

    48.- La cruz fue un mensaje de juicio.-

    Quinientos aos antes, el Seor haba declarado por boca del profeta Zacaras: "Regocjate en gran manera, oh hija de Sin! Rompe en aclamaciones, oh hija de Jerusaln! he aqu que viene a ti tu

    rey, justo y victorioso, humilde, y cabalgando sobre un asno, es decir, sobre un pollino, hijo de asna".

    (Zac. 9:9, V.M.) Si los discpulos se hubiesen dado cuenta de que Cristo iba al encuentro del juicio y

    de la muerte, no habran podido cumplir esta profeca.

    Del mismo modo, Miller y sus compaeros cumplieron la profeca y proclamaron un mensaje que

    la Inspiracin haba predicho que iba a ser dado al mundo, pero que ellos no hubieran podido dar si

    hubiesen entendido por completo las profecas que indicaban su contratiempo y que presentaban otro

    mensaje que deba ser predicado a todas las naciones antes de la venida del Seor. Los mensajes del

    primer ngel y del segundo fueron proclamados en su debido tiempo, y cumplieron la obra que

    Dios se haba propuesto cumplir por medio de ellos. CS:456-457.

    49.- El tercer mensaje (la cruz), fue seguido por el desengao.-

    Como los discpulos se equivocaron en cuanto al reino que deba establecerse al fin de las seten-ta semanas, as tambin los adventistas se equivocaron en cuanto al acontecimiento que deba produ-

    cirse al fin de los 2300 das. En ambos casos la circunstancia de haber aceptado errores populares, o

    mejor dicho la adhesin a ellos, fue lo que cerr el espritu a la verdad. Ambas escuelas cumplieron la

    voluntad de Dios, proclamando el mensaje que l deseaba fuese proclamado, y ambas, debido a su ma-

    la comprensin del mensaje, sufrieron desengaos.

  • Pg. 14

    Sin embargo, Dios cumpli su propsito misericordioso permitiendo que el juicio fuese procla-

    mado precisamente como lo fue. El gran da estaba inminente, y en la providencia de Dios el pueblo

    fue probado tocante a un tiempo fijo a fin de que se les revelase lo que haba en sus corazones. El

    mensaje tena por objeto probar y purificar la iglesia. Los hombres deban ser inducidos a ver si sus

    afectos pendan de las cosas de este mundo o de Cristo y del cielo. Ellos profesaban amar al Salvador;

    deban pues probar su amor. Estaran dispuestos a renunciar a sus esperanzas y ambiciones mundanas,

    para saludar con gozo el advenimiento de su Seor? El mensaje tena por objeto hacerles ver su verda-

    dero estado espiritual; fue enviado misericordiosamente para despertarlos a fin de que buscasen al Se-

    or con arrepentimiento y humillacin.

    Adems, si bien el desengao era resultado de una comprensin errnea del mensaje que anun-

    ciaban, Dios iba a predominar para bien sobre las circunstancias. Los corazones de los que haban

    profesado recibir la amonestacin iban a ser probados. CS:401-402.

    50.- El tercer mensaje comienza una obra de restauracin.-

    "En tres das lo levantar". A la muerte del Salvador, las potencias de las tinieblas parecieron prevalecer, y se regocijaron de su victoria. Pero del sepulcro abierto de Jos, Jess sali vencedor.

    "Despojando los principados y las potestades, saclos a la vergenza en pblico, triunfando de ellos en

    s mismo" (Col. 2:15). En virtud de su muerte y resurreccin, pas a ser "ministro del santuario, y de

    aquel verdadero tabernculo que el Seor asent, y no hombre'. (Heb. 8:2). Los hombres haban cons-

    truido el tabernculo, y luego el templo de los judos; pero el santuario celestial, del cual el terre-

    nal era una figura, no fue construido por arquitecto humano. "He aqu el varn cuyo nombre es

    Vstago: [V.M.] ... l edificar el templo de Jehov, y l llevar gloria, y se sentar y dominar en su

    trono, y ser sacerdote en su solio" (Zac. 6:12-13). DTG:137-138.

    51.- El Pentecosts fue el cuarto mensaje.-

    Cuando Jess estaba para dejar a sus discpulos, les dijo: No se turbe vuestro corazn; creis en Dios, creed tambin en m. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si as no fuera, yo os lo hubie-

    ra dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparara lugar, vendr otra vez,

    y os tomar a mi mismo, para que donde yo estoy, vosotros tambin estis. (Juan 14:1-3). Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; Porque si yo no me fuese, el Consolador no vendra a vo-

    sotros; mas si me fuere, os lo enviar. Y cuando l venga, convencer al mundo de pecado, de justi-

    cia y de juicio. De pecado, porque no creen en m. De justicia porque voy al Padre, y no me veris

    ms. Y de juicio, por cuanto el prncipe de este mundo ahora ya est condenado. An tengo muchas co-

    sas que deciros, pero ahora no las podis llevar. Cuando venga el Espritu de verdad, l os guiar a toda

    la verdad; porque no hablar de s mismo, sino que hablar todo lo que oiga, y os har saber lo que ha

    de venir. El me glorificar, porque tomar de lo mo, y os lo comunicar. Todo lo que tiene el Padre es

    mo. Por eso dije que tomar de lo mo, y os lo comunicar. Juan 16:7-15. No sera bueno para los miembros de las iglesias devotar algn tiempo a la sincera oracin, y a

    estudiar las palabras de Cristo relacionadas con el Consolador? Cristo envi el Consolador sobre sus

    discpulos cuando ellos estaban sinceramente orando por l, y estaban todos unnimes en sus deseos y

    peticiones. Cuando lleg el da de Pentecosts. Estaban todos unnimes juntos en un mismo lugar. Y de repente vino un sonido del cielo como el de un viento impetuoso, y llen toda la casa donde ellos es-

    taban sentados. Y aparecieron ante ellos lenguas como de fuego, asentndose sobre cada uno de ellos.

    Y todos fueron llenados con el Espritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, segn el Espri-

    tu se los permita. Hechos 2:1-4. RH, 20 de Enero de 1891.

  • Pg. 15

    La Lnea de Cristo

    A Travs de Mi Espritu Dice el Seor

    Adems tenemos la palabra proftica an ms segura, a la que hacis bien en estar atentos, como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el da esclarezca, y el Lucero de la maana salga

    en vuestro corazn. Ante todo, sabed que ninguna profeca de la Escritura vino por una interpreta-

    cin privada del mismo profeta. Porque ninguna profeca vino jams por voluntad humana, sino que

    los santos hombres de Dios hablaron inspirados por el Espritu Santo. 2 Pedro 1:19-21.

    52.- Necesitamos volvernos estudiantes de la profeca.-

    Necesitamos volvernos estudiantes de la profeca. Necesitamos trabajar por todos aquellos que puedan ser ayudados. Ahora, mientras hay oportunidad, coloquemos la luz delante de las personas.

    Nunca habr un tiempo ms favorable para trabajar que este; porque los juicios de Dios vendrn sobre

    la tierra ms y ms. RH, 25 de Marzo de 1909.

    53.- La profeca es la ms fuerte evidencia para la fe.-

    Empezando con Moiss, alfa de la historia bblica, Cristo expuso en todas las Escrituras las co-sas concernientes a l. Si se hubiese dado a conocer primero, el corazn de ellos habra quedado satis-

    fecho. En la plenitud de su gozo, no habran deseado ms. Pero era necesario que comprendiesen el

    testimonio que le daban los smbolos y las profecas del Antiguo Testamento. Su fe deba estable-

    cerse sobre stas. Cristo no realiz ningn milagro para convencerlos, sino que su primera obra consis-

    ti en explicar las Escrituras. Ellos haban considerado su muerte como la destruccin de todas sus es-

    peranzas. Ahora les demostr por los profetas que era la evidencia ms categrica para su fe. DTG:739-740.

    54.- Pecado justicia juicio.-

    En relacin al advento del Espritu Santo, Jess dijo: Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; Porque si yo no me fuese, el Consolador no vendra a vosotros; mas si me fuere, os lo

    enviar. Ahora lea cuidadosamente, para que usted pueda discernir cul es la obra del Espritu Santo. Y cuando l venga, convencer al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado, por-que no creen en m. Si no crean en Jess como un Salvador personal, no tenan ninguna promesa de salvacin; porque es a travs de la fe en Cristo solamente que hay esperanza para el perdido. De justi-cia porque voy al Padre, y no me veris ms. Desde el tiempo en que l ascendi hasta Su Padre, ha

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  • Pg. 16

    representado al hombre, como su seguridad y substituto. El Padre mira al Hijo en la perfeccin de su

    carcter, como alguien que ha llevado las penalidades del pecado, y que ha trado perfecta justicia para

    el alma arrepentida, y l est reconciliado con todos los que creen en Cristo como Alguien completa-

    mente habilitado para salvar del pecado.

    Es esencial que nosotros que estamos cayendo a travs del pecado, debiramos ponernos las ves-

    tiduras de la justicia de Cristo, las cuales han sido preparadas para nosotros. El Espritu Santo debe

    convencer de juicio, porque el prncipe de este mundo ha sido juzgado. RH, 25 de Abril de 1893.

    55.- Las profecas llevan al juicio.-

    Las profecas presentan una sucesin de acontecimientos que llevan al comienzo del juicio. Esto es particularmente cierto del libro de Daniel. Pero la parte de su profeca que se refera a los lti-

    mos das, deba Daniel cerrarla y sellarla "hasta el tiempo del fin". Un mensaje relativo al juicio, basa-

    do en el cumplimiento de estas profecas, no poda ser proclamado antes de que llegsemos a aquel

    tiempo. Pero al tiempo del fin, dice el profeta, "muchos corrern de aqu para all, y la ciencia ser au-

    mentada". (Daniel 12:4, V.M.). CS:404-405.

    56.- El fundamento y la piedra angular.-

    Entonces respondi: "Esta es la Palabra del Seor a Zorobabel, que dice: 'No con ejrcito, ni con fuerza, sino con mi Espritu' dice el Eterno Todopoderoso. Quin eres t, oh gran monte? An-te Zorobabel sers reducido a llanura. El pondr la principal piedra, con gritos, llanto, gracia y ms

    gracia. Adems, el Seor me dirigi esta Palabra: Las manos de Zorobabel echaron el fundamento a es-

    ta casa, y sus manos la acabarn. Y conocers que el Eterno Todopoderoso me envi a vosotros. (Zo-robabel: 2216. descendiente de Babilonia, nacido all. Concordancia de Strong. Ver comentarios sobre

    Zorobabel en el Diccionario Bblico Adventista:1224).

    57.- El tiempo del zarandeo.-

    "Di a Zorobabel, gobernador de Jud: Yo sacudir el cielo y la tierra. Trastornar tronos y re-inos, y destruir la fuerza del reino de las naciones. Trastornar los carros y los que en ellos suben, y

    caern caballos y jinetes, cada cual por la espada de su hermano. En ese da - dice el Eterno Todopode-

    roso - te tomar, oh Zorobabel hijo de Salatiel, siervo mo - dice el Eterno - y te pondr como anillo

    de sellar; porque yo te eleg" - dice el Eterno Todopoderoso. Ageo 2:21-23.

    Estamos en el tiempo del zarandeo, en el tiempo en que todo lo que puede ser sacudido ser sa-cudido. El Seor no disculpar a los que conocen la verdad y no obedecen a sus mandamientos en pala-

    bras y acciones. Si no hacemos ningn esfuerzo para ganar almas para Cristo seremos considerados

    responsables por el trabajo que podramos haber hecho, pero no lo hicimos debido a nuestra indolencia

    espiritual. Aquellos que pertenecen al reino del Seor tienen que trabajar sinceramente para salvar al-

    mas. Tienen que hacer su parte para atar la ley y sellarla entre los discpulos. Ministerio de Colporta-je:12-13.

    Ninguno de nosotros recibir jams el sello de Dios mientras nuestros caracteres posean una mancha o arruga. Nosotros tenemos que remediar los defectos de nuestros caracteres, para limpiar el

    templo del alma de cada contaminacin. Entonces la lluvia tarda caer sobre nosotros as como

    cay la lluvia temprana sobre los discpulos en el da de Pentecosts. 5T:214.

  • Pg. 17

    58.- El mensaje de reforma antecede el cuarto mensaje.-

    No sera bueno que usted buscara al Seor as como lo hicieron los discpulos antes del da de Pentecosts? Despus de la ascensin de Cristo, sus discpulos hombres de variados talentos y ca-pacidades estaban reunidos en una cmara superior para orar por el don del Espritu Santo. En esta sa-la todos estaban unnimes juntos orando y suplicando. Ellos hicieron su obra de arrepentimiento confesando sus propios pecados. Sobre ellos no fue colocada ninguna carga para que confesasen sus

    pecados unos a otros. Dejando a un lado todas las diferencias y alineaciones, estaban unnimes juntos,

    y oraron con unidad de propsito durante diez das, al trmino de los cuales estaban todos llenos con el Espritu Santo, y comenzaron a hablar otras lenguas, a medida que el Espritu se los permita. 5ML:94-95.

    La mayor y ms urgente de todas nuestras necesidades es la de un reavivamiento de la verdadera piedad en nuestro medio. Procurarlo debiera ser nuestra primera obra. Debe haber es-

    fuerzos fervientes para obtener las bendiciones del Seor, no porque Dios no est dispuesto a conferir-

    nos sus bendiciones, sino porque no estamos preparados para recibirlas. Nuestro Padre celestial est

    ms dispuesto a dar su Espritu Santo a los que se lo piden que los padres terrenales a dar buenas ddi-

    vas a sus hijos. Pero es nuestra obra, mediante la confesin, la humillacin, el arrepentimiento y la

    oracin ferviente nos corresponde cumplir con las condiciones en virtud de las cuales ha prometido

    Dios concedernos su bendicin. Slo en respuesta a la oracin debe esperarse un reavivamiento. 1MS:141.

    El espritu de la verdadera reforma ser alcanzado en nuestros das, as como fue alcanzado en los das de antao. Aquellos que son celosos por el honor de Dios, y que no aprueban el pecado, ya sea

    en los ministros o en el pueblo, no deben esperar un descanso o placer en esta vida. Una vigilancia es-

    tricta debe ser la palabra de alerta para todos los que guardan los intereses de la iglesia de Cristo. Du-

    rante la ausencia de Nehemas de Jerusaln, se introdujo el mal amenazando pervertir la nacin.

    Los mismos peligros existen en nuestro tiempo. Si aquellos que velan por la iglesia dejan sus cargos,

    los no consagrados, diciendo creer en la verdad pero no teniendo ninguna conexin con Dios, sacarn

    ventaja de su ausencia y harn mucho dao. ST, 24 de Enero de 1884.

    59.- El cuarto mensaje es seguido por un mensaje de juicio.-

    La semana -siete aos- termin en el ao 34 de nuestra era. Entonces, por el apedreamiento de Esteban, los judos sellaron finalmente su rechazamiento del Evangelio; los discpulos, dispersados

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    Reforma

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    Juicio

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  • Pg. 18

    por la persecucin, "iban por todas partes anunciando la palabra;"* poco despus, se convirti Saulo el

    perseguidor, y lleg a ser Pablo, el apstol de los gentiles. DTG:200-201.

    En la visin me fue mostrado cun preciosa es la promesa: Entrar a l, y cenar con l, y l conmigo. Oh, qu admirable es el amor de Dios! A pesar de toda nuestra tibieza y nuestros pecados nos dice: Tornaos a mi y yo me tornar a vosotros, y sanar todas vuestras rebeliones. El ngel lo re-piti unas cuantas veces: Tornaos a mi y yo me tornar a vosotros, y sanar todas vuestras rebeliones. Vi que algunos volvern gozosamente. En cambio otros no permitirn que este mensaje dado a la

    iglesia de Laodicea ejerza influencia sobre ellos. Seguirn actuando ms o menos como antes, y la

    boca del Seor los vomitar. nicamente aquellos que se arrepientan celosamente recibirn el favor

    de Dios. 1T:136.

    Cuando Nehemas volvi de Persia supo de la audaz profanacin y tom prestamente medidas para expulsar al intruso. Declara: "Dolime en gran manera; y ech todas las alhajas de la casa de

    Tobas fuera de la cmara; y dije que limpiasen las cmaras, e hice volver all las alhajas de la casa

    de Dios, las ofrendas y el perfume". PR:494-495. Vea el tem 26.

    60.- Es identificado el tiempo de las plagas.-

    Cuando el Salvador vio en el pueblo Judo una nacin divorciada de Dios, tambin vio una profesa iglesia cristiana unida al mundo y al papado. Y as como estuvo en el monte de los Olivos, llo-

    rando sobre Jerusaln hasta que el sol se escondi por detrs de las montaas del Oeste, as l est llo-

    rando nuevamente y est pleiteando con los pecadores en estos ltimos momentos de tiempo. Muy lue-

    go le dir a los ngeles que estn reteniendo los cuatro vientos: Suelten las plagas; que las tinieblas, la destruccin y la muerte caigan sobre los transgresores de mi ley. Ser l obligado a decirle a aquellos que han tenido gran luz y conocimiento, tal como le dijo a los Judos: Si hubieses sabido, aunque fue-se en este da, las cosas que pertenecen a tu paz! Pero ahora estn ocultas de tus ojos? RH, 8 de Oc-tubre de 1901.

    La profeca del Salvador referente al juicio que iba a caer sobre Jerusaln va a tener otro cum-plimiento, y la terrible desolacin del primero no fue ms que un plido reflejo de lo que ser el se-

    gundo. En lo que acaeci a la ciudad escogida, podemos ver anunciada la condenacin de un mundo

    que rechaz la misericordia de Dios y pisote su ley. Lbregos son los anales de la humana miseria

    que ha conocido la tierra a travs de siglos de crmenes. Al contemplarlos, el corazn desfallece y la

    mente se abruma de estupor; horrendas han sido las consecuencias de haber rechazado la autoridad del

    Cielo; pero una escena aun ms sombra nos anuncian las revelaciones de lo porvenir. La historia de lo

    pasado, la interminable serie de alborotos, conflictos y contiendas, "toda la armadura del guerrero en el

    tumulto de batalla, y los vestidos revolcados en sangre" (Isaas 9:5, V.M.), qu son y qu valen en

    comparacin con los horrores de aquel da, cuando el Espritu de Dios se aparte del todo de los imp-

    os y los deje abandonados a sus fieras pasiones y a merced de la saa satnica? Entonces el mundo

    ver, como nunca los vio, los resultados del gobierno de Satans.

    Pero en aquel da, as como sucedi en tiempo de la destruccin de Jerusaln, el pueblo de Dios

    ser librado, porque sern salvos todos aquellos cuyo nombre est "inscrito para la vida". (Isaas 4:3,

    V.M.) Nuestro Seor Jesucristo anunci que vendr la segunda vez para llevarse a los suyos: "Entonces

    se mostrar la seal del Hijo del hombre en el cielo; y entonces lamentarn todas las tribus de la tierra,

    y vern al Hijo del hombre que vendr sobre las nubes del cielo, con grande poder y gloria. Y enviar

    sus ngeles con gran voz de trompeta, y juntarn sus escogidos de los cuatro vientos, de un cabo del

    cielo hasta el otro." (Mateo 24:30-31). Entonces los que no obedezcan al Evangelio sern muertos con

    el aliento de su boca y destruidos con el resplandor de su venida. (2 Tes. 2:8). As como le sucedi an-

  • Pg. 19

    tiguamente a Israel, los malvados se destruirn a s mismos, y perecern vctimas de su iniquidad. De-

    bido a su vida pecaminosa los hombres se han apartado tanto del Seor y tanto ha degenerado su natu-

    raleza con el mal, que la manifestacin de la gloria del Seor es para ellos un fuego consumidor. CS:40-41.

    61.- La segunda venida identificada.-

    En los das de los primeros cristianos, Cristo vino una segunda vez. Su primer advento fue en Beln, cuando vino como un infante. Su segundo advento fue en la isla de Patmos, cuando l se

    revel a S mismo en gloria a Juan el Revelador, el cual cay a Sus pies como muerto cuando Lo vio. Pero Cristo le dio fuerzas para soportar la vista, y entonces le dio un mensaje para que lo escribiera pa-

    ra las iglesias de Asia, cuyos nombres son descriptivos de las caractersticas de cada iglesia. 19ML:40-41.

    Lnea Tras Lnea

    El que recibe un profeta por cuanto es profeta, recompensa de profeta recibir; y el que recibe a un justo por cuanto es justo, recompensa de justo recibir. Mat. 10:41.

    62.- Los estudiantes de profecas le prepararn el camino al Seor.-

    Ahora es tiempo de buscar sinceramente al Seor para que todos puedan saber cul es la volun-tad de Dios y qu parte le va a tocar desempear en el conflicto; y cuando usted vea una oportunidad

    para trabajar, obedezca las indicaciones del Seor. Cristo le est diciendo a su pueblo: Podis discernir

    las seales de los tiempos? Es deber del atalaya reconocer estas seales, y al grito de la iglesia: Atala-ya, qu hay de la noche?, pueda responder correctamente, y no presentar aquello que desviar y oca-sionar ruina. Aquellos que han sido, y los que aun son, diligentes estudiantes de la profeca, le prepa-rarn el camino al Seor, y harn que su camino sea recto. RH, 21 de Febrero de 1893.

    1 2

    1

    3 4 1 3

    Tinieblas

    Preceden

    Juan el

    Bautista

    Entrada

    Triunfal

    Cruz y

    Desengao

    Discpu-

    los se

    arrepien-

    ten

    antes del

    Pente-

    costs

    P

    E

    N

    T

    E

    C

    O

    S

    T

    S

    Puerta

    de la

    gracia

    se cie-

    rra pa-

    ra Je-

    rusaln

    Des-

    truc-

    cin

    de

    Jeru-

    saln

    y 7

    lti-

    mas

    pla-

    gas

    Pat-

    mos

    y se-

    gunda

    veni-

    da

  • Pg. 20

    63.- La profeca es la clave.-

    La misma noche l se revel a s mismo a los discpulos reunidos en Jerusaln. l no apunto a las grandiosas obras que haba hecho, para despertar su fe en l como siendo el prometido Re-

    dentor. Sino que l volvi hacia Moiss y los profetas y explic las Escrituras relacionadas con l

    mismo. El Antiguo Testamento, la segura palabra de la profeca, es la nica clave que abrir las Escrituras del Nuevo Testamento, y mostrar que el Jesucristo revelado en el evangelio es el Hijo de

    Dios, el tan esperado Mesas. RH, 14 de Septiembre de 1886.

    64.- Debemos colocar lnea sobre lnea.-

    A quin se ensear conocimiento, o a quin se har entender doctrina? A los destetados? A los recin retirados de los pechos? Porque ha de ser precepto tras precepto, mandato sobre mandato,

    rengln tras rengln, lnea sobre lnea, un poquito all, otro poquito all. Porque con labios extranje-

    ros, en extraa lengua, Dios hablar a este pueblo, a quien dijo: "Este es el reposo, dad reposo al cansa-

    do; ste es el refrigerio". Pero no quisieron escuchar. As, la Palabra del Eterno les ser precepto tras

    precepto, mandato sobre mandato, rengln tras rengln, lnea sobre lnea, un poquito all, otro poqui-

    to all; hasta que vayan y caigan de espalda, y sean quebrantados, enlazados y presos. Isa. 28:9-13.

    65.- La lnea de Moiss.-

    En su servidumbre los israelitas haban perdido hasta cierto punto el conocimiento de la ley de Dios, y se haban apartado de sus preceptos. El sbado haba sido despreciado por la generalidad, y las

    exigencias de los "comisarios de tributos" haban hecho imposible su observancia. Pero Moiss haba

    mostrado a su pueblo que la obediencia a Dios era la primera condicin para su liberacin; y los es-

    fuerzos hechos para restaurar la observancia del sbado haban llegado a los odos de sus opresores. PP:263.

    Fue la mano de Dios, y no la influencia ni el poder de origen humano que poseyeran Moiss y Aarn, lo que obr los milagros hechos ante Faran. Aquellas seales y maravillas tenan el propsi-

    to de convencer a Faran de que el gran "YO SOY" haba enviado a Moiss, y que era deber del rey

    permitir a Israel que saliera para servir al Dios viviente. Los magos tambin hicieron seales y maravi-

    llas; pues no obraban por su propia habilidad solamente, sino mediante el poder de su dios, Satans,

    quien les ayudaba a falsificar la obra de Jehov. PP:267-268.

    El primer juicio acerca del cual se advirti a Egipto haba de ser el ltimo en llegar. Dios es paciente y muy misericordioso. Cuida tiernamente a todos los seres creados a su imagen. Si la prdi-

    da de sus cosechas, sus rebaos y manadas hubiera llevado a Egipto al arrepentimiento, los nios no

    habran sido heridos; pero la nacin haba resistido tercamente al mandamiento divino, y el golpe final

    estaba a punto de caer. PP:279.

    Los hebreos estaban acampados junto al mar, cuyas aguas presentaban una barrera aparentemen-te infranqueable ante ellos, mientras que por el sur una montaa escabrosa obstrua su avance. De pron-

    to, divisaron a lo lejos las relucientes armaduras y el movimiento de los carros, que anunciaban la van-

    guardia de un gran ejrcito. A medida que las fuerzas se acercaban, se vea a las huestes de Egipto en

    plena persecucin. El terror se apoder del corazn de los israelitas. Algunos clamaron al Seor,

    pero la mayor parte de ellos se apresuraron a presentar sus quejas a Moiss: "No haba sepulcros

    en Egipto, que nos has sacado para que muramos en el desierto? Por qu lo has hecho as con noso-

  • Pg. 21

    tros, que nos has sacado de Egipto? No es esto lo que te hablamos en Egipto, diciendo: Djanos servir

    a los Egipcios? Que mejor nos fuera servir a los Egipcios, que morir nosotros en el desierto". PP:289.

    Sobre nosotros est brillando la luz acumulada de las edades pasadas. El registro del perdn de Israel ha sido preservado para nuestra iluminacin. En esta era Dios ha colocado su mano para reunir

    consigo mismo un pueblo de cada nacin, tribu y lengua. En el movimiento del advento l ha formado

    su heredad, as como reuni a los Israelitas para sacarlos de Egipto. En el gran desengao de 1844

    la fe de su pueblo fue probada as como lo fue la de los Hebreos en el Mar Rojo. Si los adventistas

    de antao hubiesen confiado en la mano guiadora que estaba con ellos en su experiencia pasada, habr-

    an visto la salvacin de Dios. Si todos los que trabajaron unidos en la obra de 1844 hubiesen recibido

    el tercer mensaje anglico y lo hubiesen proclamado con el poder del Espritu Santo, el Seor los habra

    reunido poderosamente en sus esfuerzos. Un diluvio de luz se habra diseminado por el mundo. Algu-

    nos aos atrs, los habitantes de la tierra habran sido advertidos, la obra de encerramiento se habra

    completado, y Cristo habra venido para la redencin de Su pueblo. 8T:115-116.

    Dios estaba elevndolos del estado de degradacin, y preparndolos para ocupar un puesto honorable en el concierto de las naciones, a fin de encomendarles importantes cometidos sagrados. Si

    en vista de todo lo que haba hecho por ellos, hubiesen tenido fe en l, habran soportado alegremente

    las incomodidades, privaciones y hasta los verdaderos sufrimientos; pero no estaban dispuestos a con-

    fiar en Dios ms all de lo que podan presenciar en las continuas evidencias de su poder. Olvidaron su

    amarga servidumbre en Egipto. Olvidaron las bondades y el poder que Dios haba manifestado en su

    favor al liberarlos de la esclavitud. Olvidaron cmo sus hijos se haban salvado cuando el ngel exter-

    minador dio muerte a todos los primognitos de Egipto. Olvidaron la gran demostracin del poder di-

    vino en el mar Rojo. Olvidaron que mientras ellos haban cruzado con felicidad el sendero abierto es-

    pecialmente para ellos, los ejrcitos enemigos, al intentar perseguirlos, se haban hundido en las aguas

    del mar. Vean y sentan tan slo las incomodidades y pruebas que estaban soportando, y en lugar de

    decir: "Dios ha hecho grandes cosas con nosotros, ya que habiendo sido esclavos, nos hace una nacin

    grande", hablaban de las durezas del camino, y se preguntaban cundo terminara su tedioso peregrina-

    je.

    La historia de la vida de Israel en el desierto fue escrita para beneficio del Israel de Dios

    hasta el fin del tiempo. El relato de cmo trat Dios a los peregrinos en todas sus idas y venidas por el

    desierto, en su exposicin al hambre, a la sed y al cansancio, y en las destacadas manifestaciones de su

    poder para aliviarlos, est lleno de advertencias e instrucciones para su pueblo de todas las edades.

    Las variadas experiencias de los hebreos eran una escuela destinada a prepararlos para su prometido

    hogar en Canan. Dios quiere que su pueblo de estos das repase con corazn humilde y espritu dcil

    las pruebas a travs de las cuales el Israel antiguo tuvo que pasar, para que le ayuden en su preparacin

    para la Canan celestial. PP:298-299.

    Dios se propuso hacer de la ocasin en que iba a pronunciar su ley una escena de imponente grandeza, en consonancia con el exaltado carcter de esa ley. El pueblo deba comprender que todo lo

    relacionado con el servicio de Dios debe considerarse con gran reverencia. El Seor dijo a Moiss: "Ve

    al pueblo, y santifcalos hoy y maana, y laven sus vestidos; y estn apercibidos para el da tercero,

    porque al tercer da Jehov descender, a ojos de todo el pueblo, sobre el monte de Sina". Durante esos

    das, todos deban dedicar su tiempo a prepararse solemnemente para aparecer ante Dios. Sus personas

    y sus ropas deban estar libres de toda impureza. Y cuando Moiss les sealara sus pecados, ellos deb-

    an humillarse, ayunar y orar, para que sus corazones pudieran ser limpiados de iniquidad... "Y todo el

    monte de Sina humeaba, porque Jehov haba descendido sobre l en fuego: y el humo de l suba

    como el humo de un horno, y todo el monte se estremeci en gran manera". "Y el parecer de la gloria

    de Jehov era como un fuego abrasador en la cumbre del monte", ante los ojos de la multitud all con-

  • Pg. 22

    gregada. "Y el sonido de la bocina iba esforzndose en extremo". Tan terribles eran las seales de la

    presencia de Jehov que las huestes de Israel temblaron de miedo, y cayeron sobre sus rostros ante el

    Seor. Aun Moiss exclam: "Estoy asombrado y temblando" (Heb. 12:21). PP:310-312.

    Al descender del monte, Moiss "cont al pueblo todas las palabras de Jehov, y todos los dere-chos: y todo el pueblo respondi a una voz, y dijeron: Ejecutaremos todas las palabras que Jehov ha

    dicho". Esta promesa, junto con las palabras del Seor que ellos se comprometan a obedecer, fueron

    escritas por Moiss en un libro.

    Entonces se procedi a ratificar el pacto. Se construy un altar al pie del monte, y junto a l se le-

    vantaron doce columnas "segn las doce tribus de Israel", como testimonio de que aceptaban su

    pacto. En seguida, jvenes escogidos para ese servicio, presentaron sacrificios a Dios. PP:321.

    De una raza de esclavos, los israelitas fueron ascendidos sobre todos los pueblos, para ser el te-soro peculiar del Rey de reyes. Dios los separ del mundo, para confiarles una responsabilidad sagrada.

    Los hizo depositarios de su ley, y era su propsito preservar entre los hombres el conocimiento de s

    mismo por medio de ellos. En esa forma la luz del cielo haba de alumbrar a todo un mundo que

    estaba envuelto en tinieblas, y se oira una voz que invitara a todos los pueblos a dejar su idolatr-

    a y servir al Dios viviente. Si eran fieles a su responsabilidad, los israelitas llegaran a ser una poten-

    cia en el mundo. Dios sera su defensa y los elevara sobre todas las otras naciones. Su luz y su verdad

    seran reveladas por medio de ellos, y se destacaran bajo su santa y sabia soberana como un ejemplo

    de la superioridad de su culto sobre toda forma de idolatra. PP:324.

    La "multitud mixta" fue la primera en entregarse a la murmuracin y la impaciencia, y de su seno salieron los cabecillas de la apostasa que sigui. Entre los objetos considerados por los egipcios

    como smbolos de la divinidad estaba el buey, o becerro; y por indicacin de los que haban practicado

    esta forma de idolatra en Egipto, hicieron un becerro y lo adoraron. El pueblo deseaba alguna imagen

    que representara a Dios, y que ocupara ante ellos el lugar de Moiss.

    Dios no haba revelado ninguna semejanza de s mismo y haba prohibido toda representacin

    material que se propusiera hacerlo. Los extraordinarios milagros hechos en Egipto y en el mar Rojo

    tenan por fin establecer la fe en Jehov como el invisible y todopoderoso Ayudador de Israel, como el

    nico Dios verdadero. Y el deseo de alguna manifestacin visible de su presencia haba sido atendido

    con la columna de nube y fuego que haba guiado al pueblo, y con la revelacin de su gloria sobre el

    monte Sina. Pero estando la nube de la presencia divina todava ante ellos, volvieron sus corazones

    hacia la idolatra de Egipto, y representaron la gloria del Dios invisible por "la imagen de un buey."

    (Vase xodo 32-34). PP:326.

    Mientras Moiss estaba en el monte, se le comunic la apostasa ocurrida en el campamento, y se le indic que regresara inmediatamente. "Anda, desciende -fueron las palabras de Dios,- porque tu

    pueblo que sacaste de tierra de Egipto se ha corrompido: presto se han apartado del camino que yo les

    mand, y se han hecho un becerro de fundicin, y lo han adorado, y han sacrificado a l". Dios hubiera

    podido detener el movimiento desde un principio; pero toler que llegara hasta este punto para

    ensear una leccin mediante el castigo que iba a dar a la traicin y la apostasa. PP:328.

    Aunque al perdonar la vida a Israel, Dios haba concedido lo pedido por Moiss, su apostasa haba de castigarse sealadamente. Si la licencia e insubordinacin en que Aarn les haba permitido

    caer no se repriman prestamente, concluiran en una abierta impiedad y arrastraran a la nacin a una

    perdicin irreparable. El mal debe eliminarse con inflexible severidad.

    Ponindose a la entrada del campamento, Moiss clam ante el pueblo: "Quin es de Jehov?

    Jntese conmigo". Los que no haban participado en la apostasa deban colocarse a la derecha de

  • Pg. 23

    Moiss; los que eran culpables, pero se haban arrepentido, a la izquierda. La orden fue obedecida. Se

    encontr que la tribu de Lev no haba participado del culto idlatra. Entre las otras tribus haba muchos

    que, aunque haban pecado, manifestaron arrepentimiento. Pero un gran grupo formado en su mayora

    por la "multitud mixta", que instigara la fundicin del becerro, persisti tercamente en su rebelin.

    En el nombre del Seor Dios de Israel, Moiss orden a los que estaban a su derecha y que se

    haban mantenido limpios de la idolatra, que empuaran sus espadas y dieran muerte a todos los que

    persistais en la rebelin. "Y cayeron del pueblo en aquel da como tres mil hombres". Sin tomar en

    cuenta la posicin, la parentela ni la amistad, los cabecillas de la rebelin fueron exterminados; pero

    todos los que se arrepintieron y humillaron, alcanzaron perdn. PP:333-334.

    Mientras Moiss estaba en el monte, Dios le orden. "Hacerme han un santuario, y yo habitar entre ellos" (Exo. 25:8); y le dio instrucciones completas para la construccin del tabernculo. A

    causa de su apostasa, los israelitas haban perdido el derecho a la bendicin de la presencia divina, y

    por el momento hicieron imposible la construccin del santuario de Dios entre ellos. Pero despus que

    les fuera devuelto el favor del cielo el gran caudillo procedi a ejecutar la orden divina. PP:356.

    Abandonando su campamento en los bosques de acacias de Sitim, el ejrcito descendi a la ori-lla del Jordn. Todos saban, sin embargo, que sin la ayuda divina no podan esperar cruzar el ro. Du-

    rante esa poca del ao, la primavera, las nieves derretidas de las montaas haban hecho crecer tanto el

    Jordn que el ro se haba desbordado, y era imposible cruzarlo en los vados acostumbrados. Dios quer-

    a que el cruce del Jordn por Israel fuese milagroso. Por orden divina, Josu mand al pueblo que

    se santificase; deba poner a un lado sus pecados y librarse de toda impureza exterior; "porque -

    dijo- Jehov har maana entre vosotros maravillas". El "arca del pacto" haba de encabezar el ejrcito

    y abrirle paso. Para cuando vieran ese distintivo de la presencia de Jehov, cargado por los sacerdotes,

    moverse de su sitio en el centro del campamento y avanzar hacia el ro, la orden era: "Vosotros partiris

    de vuestro lugar, y marcharis en pos de ella". Las circunstancias del cruce del ro fueron predichas mi-

    nuciosamente; y Josu dijo: "En esto conoceris que el Dios viviente est en medio de vosotros, y que

    l echar de delante de vosotros al Cananeo... He aqu, el arca del pacto del Seoreador de toda la tierra

    pasa el Jordn delante de vosotros". PP:517.

    A corta distancia del Jordn, los hebreos levantaron su primer campamento en Canan. All Jo-su "circuncid a los hijos de Israel", "y los hijos de Israel asentaron el campo en Gilgal, y celebraron

    la pascua". (Jos. 5:3, 10). La suspensin del rito de la circuncisin desde la rebelin ocurrida en Cades

    haba sido para Israel un testimonio constante de que haba sido quebrantado su pacto con Dios, del

    cual la circuncisin era el smbolo sealado. Y la suspensin de la pascua, ceremonia conmemorativa

    del libramiento de la servidumbre egipcia, haba evidenciado el desagrado que causara al Seor el de-

    seo de Israel de volver a esa servidumbre. Pero haban terminado los aos de repudiacin. Dios reco-

    noca nuevamente a Israel como su pueblo, y se restableca la seal de su pacto. El rito de la circunci-

    sin se aplic a todo el pueblo que haba nacido en el desierto. Y el Seor le declar a Josu: "Hoy he

    hecho rodar de sobre vosotros el oprobio de Egipto" (Jos. 5:9, V.M.), y en alusin a este gran aconte-

    cimiento llamaron el lugar de su campamento Gilgal, o sea "rodadura". PP:519.

    En la tomada de Jeric el poderoso General de los ejrcitos planific la batalla con tal simplici-dad que ningn ser humano pudo hacerse de la gloria para s mismo. Ninguna mano humana derrumb

    las murallas de la ciudad, para que no se apropiasen de la gloria de la victoria. As tambin hoy da

    ningn ser humano puede aduearse de la gloria debido al trabajo que cumple. Solamente el Seor tie-

    ne que ser magnificado. Oh esos hombres veran la necesidad de mirar a Dios en busca de Sus orde-

    nes! El Espritu Santo descender, y habitar en el corazn de los sinceros suplicantes que se allegan a

    la silla de la misericordia. Somos animados a ir confiadamente al trono de la gracia, creyendo que Dios

  • Pg. 24

    escucha y responde las oraciones. Tenemos un gran Sumo Sacerdote, el cual est en el cielo, Jess, el

    Hijo de Dios. Su promesa a los hijos de los hombres es: Yo le pedir al Padre, y l os dar otro Conso-lador, para que l pueda habitar con vosotros para siempre. Su lugar de habitacin es en toda localidad donde los hombres estn buscando con corazones honestos hacer su obra. La gloria que t me diste a mi yo se las he dado a ellos, or Cristo; que ellos puedan ser uno, as como nosotros somos uno. Yo en ellos, y t en mi, para que ellos puedan ser perfectos en uno; y para que el mundo sepa que t me has

    enviado, y los has amado, as como me amas a mi. RH, 16 de Octubre de 1900.

    Colocando las Lneas

    Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero de que no tiene de qu aver-gonzarse, que maneja bien la Palabra de verdad. 2 Tim. 2:15.

    66.- El estudio de la profeca requerir un sincero esfuerzo de nuestra parte.-

    Nuevamente Cristo dice: Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mi. Somos estudiantes en la escuela de Cristo, para aprender nuestro deber, y esto envuelve un deber de estudiar diligente-

    mente las Escrituras. En ellas Dios, a travs de Sus profetas, ha dado instruccin de cmo asegurar la

    vida eterna. Seremos indiferentes a esta instruccin? Entender la verdad requerir esfuerzo de nues-

    tra parte, pero podemos obtener aquel conocimiento necesario con la ayuda de Cristo. l ha muerto

    por nosotros, l aprecia todos nuestros esfuerzos, y l est siempre dispuesto para asistir a aquellos que

    se estn esforzando para obtener el conocimiento necesario. 3ML:72.

    67.- La fe de Daniel.-

    Con una fe fundada en la segura palabra proftica, Daniel rog al Seor que estas promesas se cumpliesen prestamente. Rog que el honor de Dios fuese preservado. En su peticin se identific

    plenamente con aquellos que no haban cumplido el propsito divino, y confes los pecados de ellos

    como propios. PR:406-407.

    1 2

    1

    3 4 1 3

    Ver tem 65.

    Las tinieblas

    llevan a la

    Reforma

    Ver tem

    65.

    Reavi-

    vamiento

    Ver tem 65

    Juicio.

    Ver tem 65

    Desengao.

    Ver tem 65

    Apostasa

    Ver tem

    65

    Reforma

    Pentecosts

    Ver tem 65

    Ver

    tem

    65

  • Pg. 25

    Y los espritus de los profetas estn sujetos a los profetas. 1 Cor. 14:32.

    68.- La Alfa y la Omega localizadas.-

    Ahora estoy autorizada a decir que ha llegado el tiempo de tomar una accin decidida. El desa-rrollo visto en la causa de Dios es similar al desarrollo visto cuando Balan hizo con que Israel pecara

    justo antes que entraran en la tierra prometida. Cun peligroso es entonces exaltar a cualquier hombre

    que est confundido, y que confunda las mentes de otros en relacin a las verdades que por los ltimos

    50 aos el Seor le ha estado dando a Su pueblo. Battle Creek Letters:79.

    69.- Tres mensajes y despus uno.-

    Al escuchar las palabras del profeta, Balac qued abrumado por la frustracin de su espe-ranza, por el temor y la ira. Le indignaba el hecho de que Balaam se hubiera atrevido a darle la menor

    promesa de una respuesta favorable, cuando todo estaba resuelto contra l. Miraba con desprecio la

    conducta transigente y engaosa del profeta. El rey exclam airado: "Hyete, por tanto, ahora a tu lu-

    gar: yo dije que te honrara, mas he aqu que Jehov te ha privado de honra". La contestacin que reci-

    bi el rey fue que se le haba prevenido que Balaam slo podra pronunciar el mensaje dado por Dios.

    Antes de volver a su pueblo, Balaam emiti una hermossima y sublime profeca con respecto al

    Redentor del mundo y a la destruccin final de los enemigos de Dios. PP:480.

    70.- La ley dominical precede a la lluvia tarda.-

    Cuando el domingo es exaltado y sostenido por ley, entonces el principio que acta sobre el pueblo de Dios se har manifiesto, como el principio de los tres Hebreos se hizo manifiesto cuando

    Nabucodonosor les orden que adorasen la imagen de oro en la planicie de Dura. Podemos ver cul es

    nuestro deber cuando la verdad es pasada a llevar por la falsedad. 13ML:71.

    Un sbado idoltrico ha sido colocado, as como la imagen de oro fue colocada en la planicie de Dura. Y as como Nabucodonosor, el rey de Babilonia, emiti un decreto diciendo que todo aquel

    que no se inclinase y no adorase esa imagen sera matado, as se har una proclamacin diciendo que

    todo aquel que no reverencie la institucin del domingo, ser castigado con la prisin y la muerte. As

    el Sbado del Seor es pisoteado. Pero el Seor ha declarado: Ay de los que dictan decretos injustos, y prescriben tirana Isa. 10:1. 14ML:91.

    71.- Zacaras vio el Da de la Expiacin y la obra final de la iglesia.-

    Vino a m la Palabra del Eterno, que dijo: Toma una ofrenda de los la cautividad, aun de Hel-dai, de Tobas y de Jedaas, que volvieron de Babilonia, y en el mismo da entra en casa de Josas,

    hijo de Sefanas. Toma plata y oro, haz una corona y ponla en la cabeza del sumo sacerdote Josu, hijo

    de Josadac. Y le dirs: As dice el Eterno Todopoderoso: El varn llamado Retoo brotar de su raz, y

    edificar el templo del Eterno. Edificar el templo del Eterno, ser revestido de majestad real, y se sen-

    tar en su trono a gobernar. Ser un sacerdote en su consejo de paz entre los dos. Las coronas servirn

    de memoria en el templo del Eterno para Helem, Tobas, Jedaas y Hen hijo de Sefanas. Y los que

    estn lejos vendrn, y edificarn en el templo del Seor. Y conoceris que el Eterno Todopoderoso me

    envi a vosotros. Esto suceder si escuchis obedientes la voz del Eterno, vuestro Dios". Zac. 6:9-15.

  • Pg. 26

    72.- La lnea de No.-

    En los das de No los habitantes del antiguo mundo se rieron para burlarse de lo que ellos lla-maron los temores supersticiosos del predicador de la justicia. Fue denunciado como teniendo un carc-

    ter visionario, un fantico, un alarmista. As como fue durante los das de No, as tambin ser du-rante los das del Hijo del hombre. Los hombres rechazarn el solemne mensaje de advertencia en nuestros das, as como lo hicieron en los das de No. Ellos se referirn a aquellos falsos enseadores

    que han predicho el evento y que han colocado el tiempo correcto, y dirn que ellos no tienen ms fe en

    nuestra advertencia que en las suyas. 5T:308.

    En este mismo da entraron No, Sem, Cam y Jafet, hijos de No, la mujer de No, y las tres mujeres de sus hijos, con l en el arca. Gen. 7:13.

    73.- La lnea de Elas.-

    El mensaje de reforma viene primero: Respndeme, oh Eterno. Respndeme, para que conoz-ca este pueblo que t, Seor, eres el Dios verdadero, y que t ests volviendo el corazn de ellos". El

    mensaje de reavivamiento viene en segundo lugar. Entonces descendi fuego del Eterno y consumi

    el holocausto, la lea, las piedras, el polvo y hasta lami el agua que estaba en la zanja. Al verlo, todos

    se postraron y exclamaron: "El Eterno es Dios! El Eterno es Dios!". El mensaje de juicio viene en

    tercer lugar. Entonces Elas les dijo: "Prended a los profetas de Baal, que no escape ninguno". Y ellos

    los prendieron. Elas los llev al arroyo Cisn, y all los degoll. Entonces Elas dijo a Acab: "Sube,

    come y bebe; porque una gran lluvia suena". Acab subi a comer y a beber. El desengao sigue al ter-

    cer mensaje. Y Elas subi a la cumbre del Carmelo, se postr en tierra, con su rostro entre las rodillas.

    Y dijo a su criado: "Sube, y mira hacia el mar". El subi, mir y dijo: "No hay nada". Elas le dijo:

    "Vuelve siete veces". El cuarto mensaje es la lluvia tarda. A la sptima vez el criado dijo: "Veo una

    pequea nube como la palma de una mano, que sube del mar". Elas le mand: "Ve, y di a Acab: 'Un-

    ce y desciende, para que la lluvia no te ataje'". En eso el cielo se oscureci con nubes y viento, y hubo

    una gran lluvia. Y Acab subi y se fue a Jezreel. 1 Reyes 18:37-45.

    Elas, que haba sido trasladado al cielo sin ver la muerte, representaba a aquellos que estarn viviendo en la tierra cuando venga Cristo por segunda vez, aquellos que sern "transformados, en

    un momento, en un abrir de ojo, a la final trompeta;" cuando "esto mortal sea vestido de inmortalidad,"

    y "esto corruptible fuere vestido de incorrupcin". DTG:390.

    74.- La lnea de Geden.-

    Geden lleg al Jordn y lo cruz con los trescientos hombres que traa consigo, cansados pero todava persiguiendo. Jueces 8:4.

    Los tres escuadrones tocaron las trompetas, y quebrando los cntaros tomaron las teas en la ma-no izquierda, y en la derecha las trompetas para tocar. Y gritaron: "La espada del Eterno y de Ge-

    den!". Jueces 7:20.

    Geden envi mensajeros por todo Manass que tambin se junt con l. Tambin envi men-sajeros a Aser, Zabuln y Neftal, que salieron a su encuentro. Jueces 6:35.

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    Pensamientos Finales

    "La obra de Dios en la tierra presenta, siglo tras siglo, sorprendente analoga en cada gran movi-

    miento reformatorio o religioso. Los principios que rigen el trato de Dios con los hombres son siempre

    los mismos. Los movimientos importantes de hogao concuerdan con los de antao, y la experiencia de

    la iglesia en tiempos que fueron encierra lecciones de gran valor para los nuestros.

    Ninguna verdad se ensea en la Biblia con mayor claridad que aquella de que por medio de su

    Santo Espritu Dios dirige especialmente a sus siervos en la tierra en los grandes movimientos en pro

    del adelanto de la obra de salv