LIBROS OBJETIVIDAD YCOMPROMISO EN LAS CIENCIAS · En el problema de la objetividad del...
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OBJETIVIDADY COMPROMISO ENLAS CIENCIASSOCIALESpor Miguel Bautista
Michel Lowy es uno de los más lúcidosexponentes del marxismo concebido comofilosofía de la praxis. Filósofo francés, participante en discusiones alrededor de lavalidez e importancia del aporte de LouisAlthusser a la mosofía, se ha opuesto a lastendencias que tratan de hacer del marxismo una teoría cientificista, es decir, unapura teoría epistemológica autosuficiente ydesvinculada de los problemas de la práctica. Ahora, en un ensayo titulado "Objetividad y punto de vista de clase en lasciencias sociales", * nos entrega una valiosacontribución al esclarecimiento de unacuestión central en las ciencias sociales: larelación entre "conocimiento" y "posiciónsocial" del investigador de tales disciplinas.Se trata de una temática ampliamente discutida desde hace más de un siglo y concretada en cuestiones tales como: ¿es posiblela objetividad en las ciencias sociales? ¿Noestán éstas influidas y comprometidas en eljuego de los in tereses sociales y las ideologías? ¿Es la objetividad de la sociología, lahistoria, la poi ítica y la economía del fTÚS
mo tipo que la de las ciencias de la naturaleza? Del tratarrúen to que se dé a estasinterrogantes depende no sólo una respuesta a problemas epistemológicos importantes, sino el obtener una conciencia clara delas responsabilidades y posibilidades delcientífico social.
En el problema de la objetividad delconocimiento, apunta Lowy, se debe partirde la confrontación y crítica del positivismo, cuyos principios epistemológicos (teoría del conocimiento) son de "una simplicidad evangélica": "En las ciencias socialesasí como en las ciencias de la na turaleza, e~necesario desprenderse de los prejuicios ylas presuposiciones, separar los juicios dehecho de los juicios de valor, la ciencia dela ideología. El fm del sociólogo o delhistoriador debe ser alcanzar la neutralidadserena, imparcial y objetiva, propia del físico, del químico y del biólogo". Comte,padre del positivismo y cuyas ideas lleganhasta nuestros días, decía que los fenó-
menos sociales debían ser estudiados y"considerados con el mismo espíritu quelos fenómenos astronómicos físicos, químicos y fisiológicos, es decir, sujetos aleyes naturales invariables, cuyo descubrimiento es el fm especial de sus investigaciones". De ahí que se pueda afirmar que elpositivismo se funda en dos premisas: a)identificación epistemológica de sociedad ynaturaleza; b) La idea de que la sociedadestá regida por leyes naturales, es decir,invariables, independientes de la voluntad yde la acción humana. Esta epistemología,.,que Lowy califica muy acertadamente de"naturalismo positivista", deriva en consecuencias importantes, ciertamente retrógradas, en el enfoque de los fenómenossociales: si la sociedad se asimila a unorden natural; si las leyes sociales son leyesnaturales, ¿qué sentido tiene hablar de latransformación de la sociedad? La aceptación positivista de "leyes naturales" queoperarían en el proceso social en formaanáloga a su cumplimiento en el campo dela naturaleza, acarrea la aceptación fatalistay pasiva, del statu qua sociál. En estesentido, el positivismo es un enfoque quese revela falso en su homogenización. decampoS epistemológicos diferen tes y actúaasí como una ideología conservadora.
Esto no debe extrañar si se sitúa en sucontexto histórico. Y es que el positivismosurgió en un momento en que la burguesíaabjuraba de sus principios democráticos yde progreso, expresando en sus ideas deuna ciencia positiva el temor ante el panorama social en que aparecía la nueva fuerzaopositora del proletariado. "Positivo" quería decir opuesto a "revolucionario". EnMéxico se constata que el positivismo inspira un orden social fundaméntalmente injusto, el porfirismo, intentado ocultar conel lema de "Orden y progreso", una realidad lacerante de explotación del hombremexicano en favor de una aristocracia ausentista y de capitalistas extranjeros. Verdad es que la Escuela positivista formósabios como Gabino Barreda, que a su horacumplieron proyectos fecundos de educación nueva, laica y opuesta a la clerical,pero ello no debe hacemos olvidar la ideología conservadora del positivismo en losocial.
Ahora bien, de aquella identificaciónsimple, falsa, carente de transiciones, entreel dominio de la naturaleza y el de lasociedad -campo de la praxis humana- elpositivista arriba a la siguiente exigencia:"Que el sociólogo adopte la disposiciónmental de los físicos, químicos y fisiólogos,cuando abordan una región todavía inexplorada de su campo científico" (Durkheimp. 14). Pero ante esta exigencia de neutralidad, preguntamos: ¿es posible para el estu·diosa de lo social adoptar semejante talante, el del quírTÚco o físico, limitándose adescribir hechos, no haciendo juicios devalor cuando aborda un campo impregnadode intereses y en el que se libra un combate político entre diferentes concepcionesdel mundo que corresponden a las clasessociales existentes en la sociedad contemporánea? Para nosotros es claro que la respuesta debe ser negativa. En primer lugar,porque el observador forma parte de la
sociedad, participa de los intereses e ideasque en ella se dan. Pero antes de responder a esta cuestión clave, digamos:para el positivista la solución ha consistidosimplemente en ignorar los candentes problemas sociales. "La respuesta· de Durk·heim, escribe Lowy, es de una ingenuidadanonadante , impregnada de "buena voluntad" positivista: 'Así entendida, la sociología no será ni individualista, ni comunista,ni socialista, en el sentido que vulgarmentese da a estas palabras. Por principio, ignorará esas teorías a las cuales no podríareconocer valor científico, ya que tiendendirectamente no a expresar los hechos, sinoa reformarlos'." (p. 14) Esta es, pues, la tesisprincipal del positivismo, corriente fIlosófica que ha resurgido en nuestros díastomando un auge explicable tanto por laactual fase del capitalismo, como por elesfuerzo de ideólogos empeñados en mediatizar el conocimiento científico y comprometido con la causa del progreso social.Para los pensadores y. sociólogos marxistas,en cambio, es claro que la metodología y laconcepción misma d.el objeto de la cienciasocial se plantea en otros términos, términos diferentes a los de las ciencias de lanaturaleza. La falla principal del positivismo y neopositivismo radica en su incomprensión de esta diferencia, en el hecho deque no considera la especificidad métódicade las ciencias sociales, determinada por:
1) El carácter histórico de 1.0s fenómenos sociales, transitorios, perecederos, susceptibles de ser transformados por la acciónde los hombres.
2) La identidad parcial entre el sujeto yel objeto del conocirTÚento.
3) El hecho de que en los problemassociales están en juego las miras antagónicasde las diferen tes clases sociales..
4) Las implicaciones político-ideológicasde la teoría social: el conocimiento de laverdad puede tener consecuencias directassobre la lucha de clases,
En relación al punto tres, observamoscómo el neopositivismo actúa hoy comouna corriente de pensamiento que mezcla laneutralidad ante los conflictos sociales conla manipulación de las conciencias en lasociedad de consumo. El positivismo es,con su bagaje de "objetivismo" y neutralidad, la ideología de una burguesía queconfía en el poderío tecnológico comomedio de ocultar las insalvables· contradiciones económicas del sistema en los díasque corren.
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Así explicita Lowy los principios de unacorrecta sociología del conocimiento: "Larealidad social, como toda realidad, es infinita. Toda ciencia implica una elección, yen las ciencias históricas esta elección no esproducto del azar, sino que está íntimamente ligada a una perspectiva global determinada. Las visiones del mundo de lasclases sociales condicionan entonces no sólola última etapa de la investigación científicasocial, la interpretación de los hechos, laformulación de teorías, sino la elecciónmisma del objeto de estudio, la deftniciónde lo que es esencial y de lo que esaccesorio, las preguntas que se plantean a larealidad; en pocas palabras, condicionan laproblemática de la investigación" (p. 18).
Reconociendo estos hechos, Mannheimha planteado este problema en términos deun eclecticismo inadmisible para nosotros.Para Mannheim es puntualmente cierto quela situación social influye la perspectiva delteórico. Pero según él, a cada situaciónsocial corresponde una "verdad", tan válidacomo la originada en otra situación. De ahísu relativismo, el igualar las tesis del marxismo, liberalismo, etc. De ahí, en suma,una posición de huida y abstracción ante elproblema, al pretender' Mannheim que sedebe lograr "una síntesis de las perspectivas", hecha por la "inteligencia sin ligas",que así llama él a los núcleos universitarios.
Pues bien, si se ha de contemplar adecuadamente esta cuestión, es necesario reconocer que la ciencia social está condicio·nada por las pautas ideológicas de las clasessociales, partidos, etc. Estos influyen laperspectiva, el campo teórico del investigador. Pero no sólo eso, sino como sostieneLowy:en cada situación histórico-social elpunto de vista de la clase revolucionaria essuperior, abre mayores posibilidades teóricas "porque es el único capaz de reconocer y proclamar el proceso de cambio social" (p. 38). Esta es la situación del proletariado en nuestros días, que como clasesocial avanzada es el potencial elementotransformador de las relaciones sociales caducas. Esta es también la situación delmarxismo, que, como ideología que expresalos más avanzados intereses sociales constituye "el horizonte científtco de nuestrotiempo" (Sartre).
La expresividad del marxismo no obstruye su carácter científtco. Ambos aspectosse complementan.
Por el contrario, la perspectiva de laclase burguesa es históricamente limitada,no importando los aislados elementos deciencia objetiva que maneje. Lukács dice alrespecto: "La barrera que hace de la con-
. ciencia de clase de la burguesía una conciencia 'falsa' es, pues, objetiva; es la situación de la clase misma. Es la. consecuenciaobjetiva de la estructura económica de lasociedad y no algo arbitrario, subjetivo opsicológico". (Historia y conciencia de clase.)
A manera de ejemplo cabe citar, dentrode múltiples posibilidades, que en nuestropaís la problemática del subdesarrollo y ladependencia cae directamente en el focodel interés de clases determinables por supatriotismo, su interés nacional auténtico ygenuino, lo cual explica su "capacidad" en
comprender global, científtcamente, el fen~meno int~macional de la dependencianusma -característico de Hispanoaméricay las perspectivas de superarlo.
Las tesis expuestas implican por parte deLoWJ:' un planteamiento y desarrollo muyplausIbles de la sociología marxista del conocimien too Esa sociología plantea el reconocimiento de que el trabajo teórico enmateria de ciencias sociales es influido porlas visiones del mundo de las clases socialesexistentes en la sociedad donde subsistenlos antagonismos básicos de clases. Y elloderiva, ciertamente, en una necesidad deubicación para los científicos sociales quequieran servir a las fuerzas del progreso:adoptar sus puntos de vista que permitan
. forjar una imagen crítica y objetiva de nuestra sociedad y nuestro tiempo.
* Michel Lowy y otros: "Sobre el método marxista". Traducción de Carlos Castro. EditorialGrijalbo. Colección Teoría y Praxis, dirigida porAdolfo Sánchez Vázquez. México 1974, 226 pp.
RAFAEL CADENAS.OLA ASCESIS DELA POESIApor Enrique Arenas
En 1946 publica Cadenas su primer libro:Cantos iniciales. Asoma en ellos una líneaque más tarde recorrerá toda su poesía: eldesamparo. Poesía del exilio, serenamentenostálgica, a ratos de un ligero clima vallejiano, inten ta una comunicación de la tristeza, del dolor contenido, de una orfandadque tiene raíces muy hondas, más allá delhogar, la patria o la historia. El poemaempieza aquí a revelar solicitaciones raigales que desembocarán más adelante en unatónica de asumisión de la renuncia, deldestierro como una actitud ontológica omoral:
Hoy se ha hundido mi sueño simple·mente. ..
mi casa está sola, nuestra casa, hermano,está sola
y ni sé qué habrá quedado allá adentro.
El tiempo se encargará de revelar lodejado al fondo de la casa y de revelarse élmismo como enemigo implacable del hombre, del escritor. Cuando en 1960 salgan ala luz los Cuadernos del destie"o (un librode una sensualidad secretamente desgarrada,de un ritmo encantatorio pero al mismotiempo desolado, terrible; rito y canto deabandono del paraíso de alguien que quierehuir pero que sabe que su tentativa esinútil), ei poeta todavía podrá decir siguiendo casi una continuidad subrepticia:
.. .desertado de la realidad, de las pala-
bras y sus vínculos, del silencio y susseparaciones, de los acoplamientos espantosamente dulces, de los naipes y lasestaciones y de la imaginación sin fronteras, dí en buscar nuevos rostros.Yo acariciaba alguna sombra inmortal.
1. LO OTRO NO ES DEL YO NI DE LALETRA.
Pero en Cuadernos del destierro continúa el poeta prisionero de un gusto, de unregusto de la sensualidad, de la actitud, dela elaboración del poema como un poemalujoso, atado todavía a las adherencias delartificio, del ritmo, la cadencia, el bellosonido cuidadosamente planeados paracrear en el lector un efecto retórico; ellector no es concebido como el "tú esen·cial" (Machado) sino como el depositario yreiterador de los egocentrismos verbales delyo poético, todo ello sin que el autor tengaaún plena conciencia de que las palabras,los mitos de la escritura, los procesos de lacreación, ocultan su vibración auténtica suplena, verdadera coincidencia con la vivencia real, concreta, de la existencia del mundo. Cadenas ha llamado a esta distanciaobnubilante y narcista, el "personaje". JoséBalza, por su parte, ha preferido denominarlo el "hablante" o el "calígrafo". Comoquiera que se le llame, esa barrera interpuesta es una figura retórica, un ademán"literario" que impide que la vida en todasu constante ebullición asalte al poeta en elriesgo, en la desnudez, en la indefensión, enla penuria del ser. Cuadernos del destie"ohace aparecer ante nuestros ojos una voluptuosidad del vocablo, un añorar, una nostalgia de los lastres y los impedimentos de loscuales más tarde la poesía asumirá losaspectos más esenciales: los rescoldos sudispersión en el viento, su disolución e~ lasaguas, su conversión en llama. El espacio dela seguridad y del centrarniento, la casa, lapersonalidad en un país, en una patriaajena por falsa e inauténtica, una-entidadde pie sobre un yo ciego y soberbio, las