Libros franceses en catálogos

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Revista General de Informacin y Documentacin ISSN: 1132-1873Vol. 23 (2013) 173-201 http://dx.doi.org/10.5209/rev_RGID.2013.v23.n1.41452

Un soplo de aire fresco:libros franceses en los Catlogos del siglo

XVIII de la librera Malln de Valencia1Nicols BAS MARTNUniversidad de Valencia

[email protected]

Recibido: Noviembre 2012Aceptado: Enero 2013

Resumen: Los Catlogos de libros constituyen junto a las subastas de libros y los inventariosde bibliotecas las fuentes ms importantes para el estudio del mundo del libro durante el sigloXVIII. A travs del estudio de los libros franceses procedentes de los Catlogos de la familiaMalln de libreros de Valencia se pretende conocer mejor los autores y obras que circularon enla ciudad, adems de los circuitos, proveedores y clientes de tal comercio. Un negocio quecontribuy a modernizar las estructuras culturales y polticas del momento.

Palabras clave: Catlogos de libros, siglo XVIII, Valencia, Francia

A breath of fresh air: french books in the Catalogues of the 18th centuryof the bookshop Malln of Valencia

Abstract: The Catalogues of books constitute close to the auctions of books and the inventoriesof libraries the most important sources for the study of the world of the book during the 18thcentury. Through the study of French books from the catalogues of the family booksellers'Malln of Valencia it is tried to know the authors and works that circulated in the city, besidesthe circuits, suppliers and clients of such a trade. A business that helped to modernize the cul-tural and political structures of the moment.

Keywords:Catalogue of books, 18th century, Valencia, France

1 INTRODUCCIN

En 1984 el hispanista francs Franois Lopez al analizar el panorama de la his-toria del libro en Espaa sealaba que sobre el siglo XVIII puede afirmarse quecasi todo queda por hacer2. Afirmacin rotunda pero clarificadora que animaba a

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1Este trabajo ha sido posible gracias al Proyecto de Investigacin titulado Fuentes para elanlisis de la produccin y distribucin del libro en el Antiguo Rgimen, HAR2011-27188, delMinisterio de Ciencia e Innovacin, Convocatoria 2011.

2LPEZ, Franois. Estado actual de la historia del libro en Espaa, en Revista de Histo-

ria Moderna, 4. Libros, libreros y lectores, Alicante, 1984. p. 20.


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los investigadores a acercarse a los archivos a desempolvar la historia de la edicinespaola durante la Ilustracin. El propio Lopez predic con el ejemplo, y pruebade ello son los numerosos trabajos dedicados a la imprenta en Espaa durante el

setecientos. Mencin especial merecen sus estudios sobre la librera valenciana delsiglo XVIII, donde apuntaba a la necesidad de profundizar en el estudio de la li-brera valenciana en su conjunto para conocer la historia cultural de la ciudad3.

Han pasado muchos aos de aquellas afirmaciones y la situacin, si bien hacambiado un poco, se mantiene en niveles parecidos. Los conocimientos que te-nemos de la librera valenciana del siglo XVIII son an muy escasos. Las razonesson muy diversas: dispersin y carencia de fuentes archivsticas, falta de instru-mentos de consulta (Catlogos, Bibliografas) adecuados, ausencia de investigado-res, y carencia de doctorados especializados, entre otras razones, que explican queel acercamiento al mundo de las libreras valencianas sea todava muy complejo.

Realidad que en nada desmerece las certeras aproximaciones que algunos autores,como el citado Lopez, Genaro Lamarca o Antonio Mestre, entre otros, han realiza-do sobre la situacin de los libreros valencianos del siglo XVIII, tanto desde una

perspectiva ms local como europea4.Un vaco historiogrfico que, a diferencia de otros pases, como Francia5, nos

impide tener una imagen ms o menos ntida de la actividad de estos profesionalesdel libro. Las pocas noticias que tenemos nos hablan de manera parcial de algunosde estos libreros, sin ahondar demasiado en sus biografas, actividad y mercado alque iban dirigidos. Aproximaciones que nos presentan un mundo dominado por

libreros de escaso relieve, dedicados en su mayora al mercado local, minoristas, y a_____________

3LPEZ, Franois. Sobre la imprenta y la librera en Valencia en el siglo XVIII, en Lailustracin espaola (Actas del Coloquio Internacional celebrado en Alicante, 1-4 octubre1985), Valencia: Instituto Juan Gil-Albert, 1986. p. 220.

4Desde un punto de vista ms local destacan los trabajos de LAMARCA, Genaro. Las li-breras en Valencia en la segunda mitad del siglo XVIII, en Bulletin Hispanique. Tomo 99,n1, 1997; La cultura del libro en la poca de la Ilustracin, Valencia , 1740-1808.Valencia:Edicions Alfons el Magnnim, 1994. Para una proyeccin ms internacional de los librerosvalencianos vanse los trabajos de MESTRE, Antonio. G. Mayans y Siscar. Epistolario XII.

Mayans y los libreros, Valencia, 1993; Libreros y difusin de las ideas ilustradas. En Estudiosdieciochistas. Oviedo: Instituto Feijoo de Estudios del siglo XVIII, 1995.

5 Hay que destacar de manera notable el trabajo realizado desde la Biblioteca NacionalFrancesa (BNF): LESAGE, Claire; NETCHINE, ve; SARRAZIN, Vronique. Catalogues delibraires, 1473-1810, Paris: Bibliothque Nationale, 2006; as como las obras coordinadas porAnnie CHARON et lisabeth PARINET (coord.), Les ventes de livres et leurs Catalogues,XVIIe-XXe sicle, Paris: cole des chartes, 2000; y por CHARON, Annie; LESAGE, Claire; etNETCHINE, ve. Le livre entre le commerce et lhistoire des ides. Les catalogues de libraires(XVe-XIXe sicle), Paris: Honor Champion, 2011. Estudios estos ltimos auspiciados porlcole Nationale de Chartes, que ha realizado un inventario de los Catlogos de venta delibros de los siglos XVII y XVIII conservados en las bibliotecas parisinas, con excepcin de la

Biblioteca Nacional de Francia, bajo el nombre de Esprit des livres.


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la venta de libros principalmente de temtica popular y religiosa. El libro se presentams como conservador de un mundo tradicional que como difusor de uno nuevo.

Ante tal panorama siempre existen excepciones. Y una de ellas ya la sealaba

Franois Lopez en sus comienzos:

Entre las mejores tiendas [libreras] estaban sobre todo las deJuan Antonio Malln, cuyo rico surtido admir el Subdelegado deimprentas Caro de Briones, que hizo aadir al apellido de Malln: denacin francs6.

Desde entonces, he tratado de seguir la pista de esta familia de libreros proce-dentes del Delfinado, que llegaron a Valencia en la dcada de los aos cuarenta,emparentado posteriormente con una importante saga de editores valencianos, los

Salv7. De orgenes franceses, los Malln pronto vieron oportunidades de negociocon los pases de habla francesa en la persona del erudito de Oliva, Gregorio Ma-yans, que mantuvo una estrecha correspondencia con importantes libreros extran-

jeros, especialmente suizos, como los Tournes, Gosse, Cramer, Grasset; y france-ses, como los Deville de Lyon, poniendo en evidencia su enorme inters pordifundir la cultura espaola en Europa8.

De todo ello se desprende la importancia de los Catlogos de librera que, junto alas subastas (ventes aux encheres) y los Catlogos de bibliotecas particulares, consti-tuyen las fuentes ms importantes para el conocimiento de la circulacin y produccin

de libros durante el Antiguo Rgimen Tipogrfico. Evidentemente, los Catlogos delibrera tenan un enfoque ms comercial, si bien, con el tiempo, se convirtieron eninstrumentos de referencia bibliogrfica de biblifilos e intelectuales.

Bajo este doble prisma analizaremos los cuatro Catlogos conservados de la li-brera Malln, con un nico matiz, estudiar del fondo slo los libros franceses. Larazn, considerar stos como los ms novedosos y extraordinarios del momento.Algo que tambin debieron pensar algunos de los principales libreros italianos delmomento (Bouchard (Florencia), Faure (Parma)), que curiosamente procedantambin del Delfinado9. Ventajas lingsticas que curiosamente se asociaban ahoracon la modernidad literaria.

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6LPEZ, Franois. Sobre la imprenta., op. cit. p. 219.7REIG SALV, Carola. Vicente Salv, un valenciano de prestigio internacional, Valencia, 1972.8MAYANS Y SISCAR, Gregorio. Epistolario XII. Mayans y los libreros, Transcripcin y

estudio preliminar por Antonio Mestre. Valencia, 1993.9GIOIA TAVONI, Maria. Les accroches comerciales dans les Catalogues de libraires ita-

liens du XVIIIe sicle, en CHARON, Annie; LESAGE, Claire; et NETCHINE, ve. Le livreentre le commerce et lhistoire des ides. Les catalogues de libraires (XVe-XIXe sicle), Paris:Honor Champion, 2011. p. 132.


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2 UNA LIBRERA ABIERTA A EUROPA

Gracias a la gestiones de Mayans, un sinfn de libros europeos llegaron a la Pe-

nnsula. Y de ello se hicieron pronto eco los Malln, que vieron ante s una magn-fica oportunidad de negocio. Un matiz que los diferenciaba ya del resto de librerosvalencianos, ms abocados al mercado local. De esta manera, los libreros valen-cianos se convirtieron en el paradigma del librero europeo del siglo XVIII. Buensurtido de libros, multidisciplinar, multilinge, y lo que es ms importante, conuna enorme proyeccin europea. Como veremos, su vinculacin a algunas de lasms importantes casas editoriales europeas, hizo de su puesto de libros un espejode modernidad y una parada obligatoria para todos aquellos que queran conocerlas nuevas corrientes de renovacin cultural.

Todo este comercio de libros se produca adems en una coyuntura muy com-pleja desde el punto de vista de la legislacin del libro, que tena una explicacinlgica. El libro espaol del siglo XVIII evidenciaba una enorme dependencia delos centros editoriales europeos, que impriman y editaban un nmero muy impor-tante de libros espaoles. Las razones a tal subordinacin eran mltiples: intereseseconmicos (como la impresin del Nuevo Rezado de Amberes que beneficiaba alos jernimos de El Escorial); escaso apoyo oficial a las imprentas nacionales; alas que se unan razones obvias vistas en primera persona por viajeros europeos,como el librero Antoine Boudet de Pars, que criticaba la falta de dinero de losimpresores espaoles, la existencia de obreros poco cualificados, en especial para

las obras latinas; y la presencia de materiales, en especial el papel, muy caros.Fundamentos ms que suficientes para entender el enorme aprovisionamiento delibros espaoles por parte de las prensas extranjeras durante todo el siglo XVIII, yen especial, y para el caso que nos ocupa de Suiza, principalmente de Ginebra.

Ante tal situacin la lgica imperaba. Slo haba una solucin ante tal sangraeconmica y esa pasaba por un proteccionismo a ultranza, que defendiera la pro-duccin nacional de libros. Y esta vino de la mano del Juez Privativo de Impren-tas, Juan Curiel, y de su clebre Auto del ao 1752. En los captulos 13 y 14 delcitado documento se trata de poner coto a la dependencia del extranjero, prohi-

biendo que nadie pueda introducir en Espaa o vender libros espaoles impresosen el extranjero, bajo pena de muerte y prdida de bienes, as como que los li-

bros impresos en el extranjero deben ser tasados en el Consejo antes de introducir-se en Espaa o venderse. Unas medidas calificadas por algunos, como Mayans,de abusivas y centralistas, pero que en definitiva trataban de limitar las importa-ciones de libros.

Todo ello se produca justamente en el momento en que Mayans ya haba des-plegado una intensa actividad de contacto con los principales editores europeos,del que se iban a beneficiar los Malln. No en vano, por esos mismos aos, loslibreros suizos Franois Grasset y Gabriel Cramer viajaban a Valencia, visitando a

Mayans para cerrar proyectos editoriales. Un engranaje bsico en toda esta empre-


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sa era contar con un intermediario fiable para poder cerrar sus negocios, y nadiemejor que el primero de los Malln, Juan Antonio Malln, que adems tena orge-nes franceses y conoca su lengua a la perfeccin.

As se iniciaba un tringulo editorial que comenzaba en Suiza, donde residan loslibreros mencionados, continuaba en Valencia, a donde llegaban los libros proceden-tes de aquel pas a la librera Malln, y finalmente nos conducan a Oliva, donde seencontraba uno de los principales clientes, Mayans. Una de las primeras noticias deeste circuito nos retrotrae al ao 1746, cuando Juan Antonio anunciaba a Mayans lallegada de algunas obras de Van Espen, de las que el erudito valenciano fue su prin-cipal difusor en Valencia. Obras sin encuadernar, como era corriente en la poca, yque el librero se dispona a encuadernar10. A primera vista todo pareca normal, perono lo era. Van Espen no era un autor cualquiera, sino un intelectual poco ortodoxo,

pues sus teoras, cercanas al jansenismo y al galicanismo, provocaron que sus obras

fueran expurgadas por la Inquisicin espaola11. Razones ms que suficientes paraentender que las obras del autor flamenco no eran fciles de obtener en Espaa, conlo que claramente el librero valenciano apuntaba a la existencia de proveedores ex-tranjeros, en este caso suizos.

Y es que la librera de Juan Antonio Malln ya tena merecida fama en Valen-cia en el comercio de libros prohibidos, como atestiguan los hechos siguientes. El 4de marzo de 1748, el jesuita Agustn Garca delataba ante la Inquisicin que estereo, en relacin a Juan Antonio, tena de venta muchos libros prohibidos, y otrosdignos de censura12. Estos libros eran, la Philosophia del escolapio Eduardo Corsi-

no, otra obra philosophica de Juan Pedro Crosa, los Coloquios familiares deErasmo, y las Institutiones juris eclesiastici de Claudio Fleuri con notas, y sinellas. Seguramente esta ltima obra le lleg a Juan Antonio a travs de Cramer, quea partir de 1747 envi diversas obras jurdicas a Mayans, entre ellas sta de Fleury,con notas de Bohemer13, a las que hace referencia el informe inquisitorial.

Los comienzos de la dinasta de libreros no podan ser ms prometedores. Li-bros prohibidos, casas editoriales sediciosas, y doctrinas poco ortodoxas. Y detodo ello se iban a aprovechar los intelectuales ms avezados y abiertos a las nue-

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10 MAYANS., Epistolario XII., Carta de J.A. Malln a G. Mayans, 28 de septiembre de1746. op. cit. p. 467.

11MESTRE SANCHIS, Antonio. La influencia del pensamiento de Van Espen en la Espa-a del siglo XVIII, en Revista de Historia Moderna, n 19, 2001. p. 12.

12 AHN [Archivo Histrico Nacional]. Inquisicin, 3725, Exp. 141. Alegacin fiscal delproceso de fe de Antonio Mallen, mercader de libros, originario de Valencia, seguido en elTribunal de la Inquisicin de Valencia, por vender libros prohibidos.

13MESTRE SANCHS, Antonio. La formacin de la biblioteca de un erudito de la Ilustra-cin: Mayans y Siscar, en De libros, libreras, imprentas y lectores (El libro antiguo espaol,

VI), Salamanca: Universidad, 2002. p. 225.


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vas corrientes de pensamiento, caso de Mayans o Juan Bautista Hermn14, por citaralgunos, que reciban peridicamente, una nmina de libros de la casa Malln15.Un Catlogo que a su vez Mayans completaba con los libros que le llegaban de

otros libreros y editores europeos, como los citados hermanos Cramer de Ginebra,o Francisco Grasset de Lausanne16, de quienes Juan Antonio se convertira en in-termediario en Espaa17. En alguna ocasin, Mayans se quejaba ante los ginebri-nos de que los libros de Mr. Malln los vende carssimos18, y propona a otroslibreros para la mediacin, sin xito alguno.

Establecida la red de clientes y libreras necesarias para abastecer sus bibliote-cas y colmar sus ansias intelectuales, otro problema acuciaba a los intelectuales delmomento ante Catlogos como los de los Malln, la imposibilidad de leer todo loque se publicaba, y sobre todo, de comprarlo. Los libros constituan un objeto delujo al alcance de muy pocos, por razones mercantiles e intelectuales. Nadie mejor

que Mayans para reflejar la impotencia que senta ante la incapacidad de leer ycomprar todo lo que se editaba por entonces:

Todos los aficionados a la erudicin padecemos en quanto a loslibros la concupiscencia de los ojos, porque quisiramos tener i leertodos los del mundo i por esso estamos condenados a no tener dinero.Pero conviene que la refleccin modere este deseo. Yo he estado enessa ciudad i sabiendo que en la librera de Malln ava algunos li-bros de mi gusto no he querido ni comprarlos ni verlos; i solamente

he gastado nueve de plata en libros, porque ava otros gastos msprecissos i inevitables i me esperan otros que me impiden quitar al-_____________

14 MAYANS Y SISCAR, Gregorio. Epistolario XVIII. Correspondencia de los hermanosMayans con el cannigo Juan Bautista Hermn, 1, Estudio preliminar, transcripcin y notaspor Vicente Len Navarro, con la colaboracin de Erena Len Parra. Valencia, 2001. Hermnmenciona en alguna ocasin al librero Juan Antonio Malln, como cuando dice que Mallntiene un Ctulo en cuya prefacin he ledo que est corregido segn un cdigo antiqussimo.Carta de J.B. Hermn a G. Mayans, 10 de noviembre de 1751. p. 89.

15MAYANS., Epistolario XII. Mayans y los libreros. op. cit. p. 467. Carta de J.A. Malln a

G. Mayans. 20 de diciembre de 1746.16Ibidem., p. 436. Carta de F. Grasset a G. Mayans, 27 de octubre de 1767. En ella el editorsuizo seala haberle enviado a Mayans a travs de Jacques Mallen las Orationes clarorumvalentinorum, adems del Catlogo de su librera, donde poda encontrar ms de diez mil librosdiferentes en diversas lenguas, latn, orientales, espaola, italiana, francesa, inglesa, etc., detodas las materias.

17Ibidem., p. 468. Carta de J.A. Malln a G. Mayans. 11 de septiembre de 1748. Para ver larelacin entre Mayans y los libreros ginebrinos es fundamental el trabajo de Antonio MESTRE,Los libreros ginebrinos y la Ilustracin espaola, en Influjo europeo y herencia hispnica.Mayans y la Ilustracin valenciana. Valencia, 1987. p.135-157.

18MAYANS., Epistolario XII. Mayans y los libreros., op. cit. p. 257. Carta de G. Mayans a

hermanos Cramer, 11 de noviembre de 1747.


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gunos censos, aunque lo deseo en estreno. Vm. haga cuenta de quepara las conveniencias que merece tiene hartos libros para satisfacera otros, ya que no a s mismo, i en hacindolo as vivir con disgusto.

Tiempo vendr en que Vmd. podr comprar ms libros. Quando yotena la edad de Vmd. ni tena tantos ni tan buenos. No podemos leer-lo todo, contentmonos, pues, con que tenemos harto que leer19.

La cautela de Mayans al referirse a la parada de los Malln quiz no vinieratanto de lo costoso de sus libros como de su peligrosidad. Un hecho que no porconocido llev a tomar las precauciones necesarias, incluso por parte de los pro-

pios libreros. De esta manera, Juan Antonio Malln lleg incluso a informar a laInquisicin, que ltimamente acta con grande rigor, de algunas remesas que

podan poner en peligro su negocio20. Bien es cierto que Mayans posea licencia

para leer libros prohibidos y eso le otorgaba ciertas licencias, que le llevaban avulnerar las prohibiciones inquisitoriales. Pero en su empeo, el olivense no estabaslo y por ello deba ser prudente para salvaguardar la seguridad de otros, comolos Malln, evitando imprevistos innecesarios como la visita del Sto. Oficio a lalibrera de Juan Antonio requisando algunas obras, como las Instituciones theol-gicas de Juenin, que el Santo Tribunal las ha recogido21.

La amistad de Mayans con Juan Antonio se estrech con el tiempo a travs deproyectos como la Compaa de Libreros e Impresores de Valencia, de la que Ma-lln formaba parte como Director22. A Juan Antonio le sucedi su hijo Diego Ma-

lln en el negocio de la librera. ste amplio su red de contactos a libreros euro-peos como Francisco Grasset de Laussana, que envi a Mayans a travs del librerovalenciano los dos tomos en folio de Liturgia mozarbica Isidoriana23. Fue ade-ms la librera de Diego Malln en la que pensaron los Mayans para reimprimir laRhetrica, y el Orador christiano de Gregorio24; as como las Epstolas de ManuelMart, a la que se podran aadir algunas obras inditas del Den de Alicante25.

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19MAYANS. Epistolario XVIII. Correspondencia de los hermanos Mayans con el cannigo JuanBautista Hermn, 1. op. cit. p.117. Carta de G. Mayans a J.B. Hermn, 14 de diciembre de 1752.

20MAYANS., Epistolario XII. Mayans y los libreros.p. 467. Carta de J.A. Malln a G. Mayans.20 de diciembre de 1746. op. cit. p. 468. Carta de J.A. Malln a G. Mayans. 9 de abril de 1749.

21MAYANS., Epistolario XVIII. op. cit. p.249. Carta de J.B. Hermn a G. Mayans, 11 defebrero de 1762.

22FRANCH, Ricardo; MESTRE, Antonio. La Compaa de libreros e impresores de Va-lencia: finanzas y cultura en el siglo XVIII, en Revista de Historia Moderna, 4. Libros, libre-ros y lectores. Alicante, 1984. p.23-47.

23MAYANS., Epistolario XII. Mayans y los libreros. op. cit. p. 472, Carta de Diego Mallna G. Mayans, 24 de junio de 1763.

24MAYANS., Epistolario XII. Mayans y los libreros. op. cit. p. 473, Carta de J.A. Mayansa Diego Malln, 12 de junio de 1784.

25Ibidem., p. 473. Carta de D. Malln a J.A. Mayans, 14 de noviembre de 1793.


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Libros del extranjero, ediciones valencianas y por supuesto del resto de la Pe-nnsula26, pasaron a engrosar los fondos de la librera de los Malln. A lo quehaba que aadir los libros que procedan de la estrecha colaboracin que manten-

an los bibliopolas con algunas instituciones valencianas, caso de la Universidad deValencia. Relacin que comienza en 1787, ao de implantacin del Plan de Estu-dios del rector Blasco, y que se prolonga hasta principios del siglo XIX. El inno-vador Plan significaba la adopcin de una serie de textos obligatorios en las dife-rentes Facultades o Claustros que integraban la Universidad. Razn por la que secre una Imprenta universitaria, que no funcionaba como tal, sino como lugar dedepsito de libros y de papel necesario para la impresin de las obras27. De estalabor, se encargaran una serie de impresores, que, a modo de concierto con laUniversidad, pactaran las condiciones con la misma (tiradas, precio del papel,honorarios de correctores, costes de encuadernacin, precios de venta, y descuen-

tos de los libreros). Similar contrato se firm con algunas libreras valencianas,entre las que figuran las de Diego Malln, y Pedro Juan Malln. Desde el ao 1791tenemos constancia de la venta de libros por parte de los Malln de textos univer-sitarios, concretamente de los siguientes:

Almici. Instituciones iuris naturae et gentium. 1 v. 4. Guillermo Estio. In magistrum sententiarum. 10 v. 4. Heineccio. Instituta con Recitaciones de Heineccio. 4 v. 4. Jacquier. Instituciones philosophicae. 6 v. 4. Juenin. De locis theologicis. 1 v. 4. Segismundo Lackies. Praecongnita iuris eclesiastici universi. 2 v. 4. Martini. Historia iuris civilis. 1 v. 4. Lorenzo Selvagio. Antigedades cristianas.

La Junta del Ramo de Impresores, rgano que cre la Universidad para el con-trol de las impresiones y su venta posterior, controlaba los pagos (descargos) eingresos (cargos) de todos los libreros28, en este caso los Malln, as como losdescuentos que se le aplicaban, que eran del 4%. De esta manera, Diego Malln seencarg de la venta de estas obras, con la obligacin de remitir a la Universidad

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26Sirva como ejemplo la suscripcin de Diego Malln, Librero en Valencia, a la Historiade la conquista de Mxico, escrita por Don Antonio Sols. Madrid, 1784.

27ESTEBAN, Len. Textos, impresores, correctores y libreros en la Universidad de Va-lencia de finales del XVIII (1778-1802), en Universidades espaolas y americanas. pocacolonial, Valencia: Generalitat Valenciana, 1987. p. 114.

28AHUV [Archivo Histrico de la Universidad de Valencia]. Sign. 127. Libro de caxa exis-tente en la arquilla del fondo de impresiones de la M.I. Universidad de Valencia. Desde el ao

1797 en adelante. .


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los beneficios de la misma, restando sus ganancias29. Tales cantidades se deposita-ban en la arquilla de la Universidad. Los libros se vendan completos o a qua-dernos (pliegos), siendo ms caros si estaban encuadernados. Por su parte, Pedro

Juan Malln fue uno de los que aportaron los mximos ingresos por venta de librosa la Universidad30. Evidentemente, gran parte de estos textos figuraban en los Ca-tlogos de la librera, que posteriormente estudiaremos.

Una fuente de ingresos extraordinaria que los Malln completaban con las ope-raciones que les generaba su amistad con Mayans, y que se centraban exclusiva-mente en el espacio suizo, especialmente Ginebra. All se encontraba uno de losgrandes centros editoriales, cuyas exportaciones procedan no solo de sus impren-tas locales, sino de libros que compraban en toda Europa, y que enviaban poste-riormente a Valencia31. Gracias a la calidad de sus impresiones, red de comunica-ciones y organizacin bancaria, contaron con una destacada red de negocios. La

ruta ms utilizada para Espaa era va Lyon, Avin, y Marsella, y de aqu a Va-lencia. Una ruta no demasiado segura, dada la temtica de algunos de los librosque viajaban, si bien supieron sortear gracias a las amistades que tenan dentro delas mismas instituciones, caso de las Cmaras sindicales francesas32.

Ventajas ms que suficientes para continuar manteniendo relacin con los li-breros suizos, y que explican el intenso comercio entre Ginebra y la Pennsulaentre 1730 y 1760. Un comercio desigual, pues las prensas suizas imprimieron unnmero considerable de autores y obras espaolas, alrededor de noventa autoreshan sido identificados33, mientras que los libreros espaoles, en este caso valen-

cianos, quedaron reducidos a meros intermediarios. Un negocio demasiadolucrativo como para dejarlo, aun siendo slo intermediarios. Y eso debi pensarJacques Malln. Un miembro de la saga de libreros valencianos hasta ahora desco-nocido, que por el nombre, parece que vino de la regin del Delfinado, y se esta-

bleci en Valencia como librero. Cabe pensar que bajara a la Pennsula para ayu-dar en el negocio familiar, especialmente en sus relaciones con los libreros suizos.Y en este caso, no ya con los mencionados libreros, sino con la famosa y sediciosaSociedad Tipogrfica de Neuchtel (STN). Una casa editorial que durante dosdcadas suministr de livres philosophiques a toda Europa. Bajo tal denominacinse agrupaban libros masnicos, pornogrficos, filosficos, sediciosos, y sobretodo

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29AHUV. Sign. 110. Libro mayor de ventas de las obras impresas por la M. Il. Universidadliteraria de Valencia, pertenecientes a su fondo particular de impresiones. 1791-1805. El 7 deabril de 1796, se depositaron en la arquilla del depsito de impresiones y ventas de libros 1.073reales velln, de libros vendidos a D. Diego Mallnt.

30ESTEBAN, Ibidem., p. 118.31BONNANT, Georges. La librairie genevoise dans la Pninsule Ibrique au XVIIIe si-

cle, en Le livre genevois sous l ancien rgime, Genve: Droz, 1999. p.35.32Ibidem., p. 40.33Ibidem., p. 52-54.


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falsificaciones, las famosas contrafaons. En su empresa, contaban con un Cat-logo surtido y variado, que les aportaba una extensa red de intermediarios, infor-madores, libreros y editores dispersos por toda Europa.

Un mercado demasiado tentador como para no hincarle el diente. Y eso hizopor primera vez Jacques Malln que en 1776 solicitaba a la STN un total de seisejemplares de una de sus obras emblemticas, el Dictionnaire des arts et metiersde Bertrand34. Unos aos ms tarde, en 1781, hacia un pedido de veinticuatro vo-lmenes de la citada obra35. Ocasin que aprovechaba para solicitar el Catlogo dela STN particulierement des livres latins, en caso de tener, y con los preciosmarcados36. Esta relacin epistolar y cultural la continu el citado Jacques, desde1776 hasta 1785, momento en que la legislacin espaola se endureci37 y el co-mercio de libros con Suiza se detuvo38. En ella figuran obras como la edicin en 4de la Encyclopdie,prohibida en sus apartados de religin por la Inquisicin; las

obras de Necker; las prohibidsimas ediciones de Louis-Sbastien Mercier, comoMon bonnet de nuit (1784); o las obras de William Robertson, que seala Mallnestn prohibidas en Espaa, as como otras la plus part ce sont des ouvrages quine peuvent entrer en Espagne39. No todo fueron obras prohibidas las que llegarona Valencia gracias a las gestiones de los Malln, tambin lo ms granado de laliteratura de viajes, como las obras de Saussure, Le Gentil de la Galaisire, Pococ-ke, o Niebuhr, entre otros, as como algunas obras de Historia Natural, entre otrasdisciplinas. Obras que llegaban principalmente por dos vas: a travs de la pequeavilla noritaliana de Gnes, donde trabajaba la Compaa Weber & Gouhard, y de

ah en barco a Valencia; o va Marsella, y desde all a travs de pequeas embar-caciones se dirigan a Valencia. Igualmente se utiliz la va martima de Cdiz,donde operaban diversas compaas comerciales.

Intensa importacin de libros, mayoritariamente franceses, que obedecen aunos criterios definidos. De una parte, eran obras imposibles de obtener en Espaa,y ah radica su inters; y de otra, tenan una clientela fija, que inclua a intelectua-

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34BAS MARTN, Nicols. Apertura poltica e intelectual de los impresores valencianos,de la Ilustracin al Liberalismo, en Cinta Canterla (Ed.). Nacin y Constitucin. De la Ilustra-

cin al Liberalismo, Sevilla, 2006. p. 88.35LPEZ VIDRIERO, M Luisa. Le rle de l Espagne dans le commerce du livre, en Lelivre voyageur. Constitution et dissmination des collections livresques dans l Europe moderne(1450-1830), Paris: Klinksieck, 2000. p. 146.

36 BPUN [Bibliothque Publique et Universitaire Neuchtel]. Ms. 1177. Carta de JacquesMalln a la STN. 2 de setembre de 1776.

37En 1784 un decreto de Carlos III someta a censura previa todos los libros en lenguas ex-tranjeras. Los libreros ginebrinos trataron de vulnerar estos decretos a travs de: falsos colofo-nes, impresiones clandestinas, falsos ttulos, y del contrabando.

38BONNANT, La librairie., op. cit. p. 55. Hacia 1780 el comercio de Ginebra con Espaase detuvo, momento en que los grandes editores (Tournes, Cramer, Gosse) dejaron su actividad.

39BAS MARTN. Apertura., op. cit. p. 91.


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les, libreros, y hombres de negocio, entre ellos parte de la poblacin francesa de laciudad de Valencia. Ahora bien, los clientes principales lo constituan individuosde la talla de Mayans, el historiador Juan Bautista Muoz, o el botnico Cavani-

lles, que formaron magnficas bibliotecas40

, y que mantuvieron siempre una ampli-tud de miras que les llev a relacionarse con editores y libreros de toda Europa,especialmente en lengua francesa41.

Aunque Mayans no tena un concepto demasiado favorable de los libreros es-paoles, pobres encuadernadores, lo cierto es que su relacin con ellos, y espe-cialmente con los Malln, era de beneficio mutuo. Al olivense le permita contarcon intermediarios adecuados para importar libros extranjeros, y nutrir su espln-dida biblioteca; y a los libreros, la red de contactos de Mayans, les facilit ampliarsu mercado, si bien ste fue ms de importacin que de exportacin.

Con esta red de contactos europeos es lgico entender las ventajas sustanciales

de los Malln respecto a sus compatriotas. El gnero con el que comerciaban dife-ra notablemente del de la mayora de libreros de la ciudad. Libros de mayor cali-dad, ms caros, y evidentemente ms difciles de conseguir. Razones que explicanel coraje empresarial de los libreros valencianos.

En este sentido, nuestra aproximacin consistir en acercarnos un poco ms ala actividad profesional de estos libreros a travs de una de las fuentes ms impor-tantes para reconstruir la historia del libro durante el siglo XVIII, los Catlogos delibrera, que, junto a las subastas de libros, e inventarios de bibliotecas, constitu-yen las fuentes ms notables para conocer el mundo del libro del Antiguo Rgimen

Tipogrfico.De esta manera obtendremos una visin general de la trayectoria de los Mallnen Valencia a finales del siglo XVIII. Analizaremos hasta que punto su papel co-mo intermediarios en el negocio editorial de Mayans y su relacin con importantescasas editoriales europeas, caso de la STN, signific en el plano prctico, los Cat-logos, la llegada a Valencia de autores y obras desconocidas, y lo que es ms im-

portante, renovadoras de las conciencias._____________

40 Sobre la biblioteca de Mayans, que inclua mltiples libros prohibidos vase ASTOR-

GANO ABAJO, Antonio. La venta de los libros prohibidos de la biblioteca mayansiana(1801), en Actas del Congreso Internacional sobre Gregorio Mayans. Valencia-Oliva, 6 al 8de mayo de 1999. Valencia, 1999. p.625-659; la biblioteca de Muoz puede verse en BASMARTN, Nicols. Una aproximacin a la biblioteca del ilustrado valenciano Juan BautistaMuoz (1745-1799), en Saitabi, 48. Valencia, 1998. p. 113-148; La biblioteca de Cavanillespuede verse en BAS MARTN, Nicols; LPEZ TERRADA, M Luz. Una aproximacin a labiblioteca del botnico valenciano Antonio Jos Cavanilles (1745-1804), en Segundo centena-rio de la muerte de un gran botnico, Valencia: Real Sociedad Econmica de Amigos del Pasde Valencia, 2004. p. 201-285.

41BAS MARTN, Nicols. Voyage aller-retour: de la circulation des livres entre Pariset Valence au temps de lEncyclopdie, en Revue Franaise d Histoire du Livre, n 128,

2007. p. 187-201.


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3 LOS CATLOGOS DE LOS MALLN

Dado que la librera Malln comenz su andadura en el siglo XVIII pero conti-

nu hasta bien entrado el siglo XIX, nuestro anlisis se reducir nicamente a losCatlogos del periodo de la Ilustracin.

En este sentido, y de entrada, conviene precisar algunas carencias que tienen es-tos Catlogos valencianos en relacin a los modelos de Catlogos de libreras delmomento, los franceses. En primer lugar, los catlogos de los Malln carecen todosellos de prefacio o Avertissement, que nos ofrezcan detalles tan significativoscomo el mtodo de ordenacin de los libros, los precios, e incluso datos sobre clien-tes, proveedores, etc. Y es que los Catlogos permitan no slo conocer la produc-cin de libros, cuanto la difusin, y el consumo de los mismos. Algo que en estecaso resulta muy complejo. Adems, no precisan los Catlogos valencianos si setrata de catalogues de fonds,o d assortiments, es decir si son stocks, libros de oca-sin, novedades, o libros procedentes de bibliotecas particulares, entre otros datos.Otra carencia, si bien fue bastante comn en la poca, fue fijar el precio de los li-

bros42, algo comprensible en los primeros Catlogos de la dinasta valenciana, sibien ilgico en los ltimos, de finales del siglo XVIII, cuando, por influencia de losCatlogos de subastas de libros, comenzaron a ponerse los precios en la mayora deCatlogos de libreras. Momento en que, adems, las descripciones de los libros sehicieron ms complejas, sustituyendo los ttulos abreviados por ttulos completos.Mejoras que tenan una explicacin mercantil, y era ampliar el espectro social y

geogrfico de la librera43.Razones que apuntan a que el mercado de los Malln se reduca a una clientela

eminentemente local, que buscaba la proximidad personal con el librero, y paraquienes el precio no era sustancial44. Circunstancia que hace pensar que no conta-

ban los libreros valencianos con demasiados corresponsales o clientes en otrasciudades espaolas o europeas. Realidad que no implica que la librera no hiciera

publicidad de sus fondos. As encontramos diversos anuncios en peridicos, pros-

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42A este respecto vanse los trabajos de CLEMENTE SAN ROMN, Yolanda. Un modelode la venta de libros en la Europa del Antiguo Rgimen: el catlogo de los hermanos de Tournesde 1733, en V Foro Internacional de Interculturalidad: Desafos de la Interculturalidad en elMarco del Bicentenario de la Independencia del 23-25 de septiembre en la Universidad deGuanajuato, Mxico; Los catlogos de librera de las sociedades Anisson-Posuel y Arnaud-Borde conservados en la Biblioteca Histrica de la Universidad Complutense, en Revista Gene-ral de Informacin y Documentacin, vol. 20 (2010). p.353-389.

43SARRAZIN, Vronique. L affichage des prix et la promotion des livres dans les annon-ces de librairie au XVIIIe sicle, en Annie CHARON; Claire LESAGE; et ve NETCHINE, Le livre entre le commerce et lhistoire des ides. Les catalogues de libraires (XVe-XIXe si-cle), Paris: Honor Champion, 2011. p.109.

44Ibidem., p.105.


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pectos, como el Diario de Valencia45, el Mercurio de Espaa46, o la Gazeta deMadrid47.

Por ltimo, otra de las ausencias notables de los Catlogos de la librera valen-

ciana de los Malln es la falta de datos de encuadernacin. En el siglo XVIII por logeneral los libros se vendan: en feuilles (hojas o pliegos), brochs(encuadernadosen rstica), o relis, es decir encuadernados, a la manera de relieure de libraire, esdecir con una cubierta simple, sin florituras. Una encuadernacin ms de conserva-cin que de decoracin. Pues bien, nicamente en uno de los Catlogos de los Ma-lln, concretamente el de (ca. 1776), aparece un smbolo de tres puntos, para sealarque son libros enquadernados a la francesa, y estn nuevos, o bien tratados.

Dicho esto, los Catlogos de los Malln se ajustaron bastante bien a los parme-tros de los Catlogos de las libreras europeas del momento. Y sobre todo en lo refe-rente a la ordenacin de los libros, donde encontramos una anarqua bastante acusa-

da. Por lo general los libros eran ordenados alfabticamente por autor o ttulo, por locomn abreviado. Pronto los propios libreros se dieron cuenta de tales deficiencias,tomando cartas en el asunto, en beneficio tanto de los profesionales del libro (libre-ros, impresores), como de los coleccionistas. Y de ello nacieron los primeros siste-mas de catalogacin, que vinieron de la mano de dos importantes libreros, ProsperMarchand y el parisino Gabriel Martin que, desde 1705 hasta su muerte, haba parti-cipado activamente en la redaccin y edicin de ms de ciento cuarenta Catlogos.De tal experiencia naci el sistema denominado de los libreros de Pars, que seimpuso a partir de entonces en la mayora de Catlogos. De ah salieron los primeros

repertorios bibliogrficos, especialmente de libros raros

48

, as como la clasificacinmetdica, basada en cinco grandes categoras, con divisiones y subdivisiones siste-

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45 Diario de Valencia.Num. 71. Del martes 10 de diciembre de 1799. Recoge esta referen-cia: En casa de Malln, junto a San Martin, se hallarn las obras y cdulas siguientes: Cartaafricana, o relacin de lo sucedido en Oran la noche del 8 al 9 de octubre de 1790. Por D. JuanSnchez Cisneros. Quaderno en 4; La filosofa por amor, o cartas de dos amantes virtuosos.Un tomo en 12; Real decreto, por el qual se simplifica la administracin y recaudacin de lasrentas de la corona, por medio de las juntas provinciales. Quaderno en folio; Real Cdula de

S.M. sobre incorporacin a la corona de oficios enagenados. Quaderno en folio; Real Cdulasobre el reparto entre los pueblos del reyno, con proporcin a sus riquezas, y por va de subsi-dio, de trescientos millones. Quaderno en folio; Real Cdula sobre contribuciones de criados,coches, mulas, tiendas, &c. Quaderno en folio.

46 Mercurio de Espaa,julio de 1792. p. 373. Suscripcin en la librera de Diego Malln dela obra, Diario de los nuevos descubrimientos de todas las ciencias fsicas del francs Four-croy.

47Gazeta de Madrid, 3 de enero de 1783. p.64. Suscripcin en la librera de Diego Malln ala obra de Juan Andrs, Del origen, progresos y estado actual de toda la literatura.

48SORDET, Yann. Le recours au Catalogue de vente de Gabriel Martin a Seymour de Ric-ci, en Annie Charon et lisabeth Parinet (coord.), Les ventes de livres et leurs Catalogues,

XVIIe-XXe sicle, Paris: cole des chartes, 2000. p. 106-108.


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mticas. stas hacan referencia a las diferentes facultades: teologa, jurisprudencia,ciencias y artes, bellas letras, e historia49.

De nuevo una vez ms, y de manera incomprensible, los Malln no hicieron

uso de estas ventajas, sino que utilizaron un sistema de ordenacin propio, quevena a dividir los libros en las siguientes categoras:

1) Biblias, Concilios, Santos Padres y Concordancias.2) Libros de Jurisprudencia civil y eclesistica.3) Libros de Medicina, ciruga y botnica.4) Libros en otros idiomas (espaol, francs, italiano).5) Miscellaneas

Omisin que no impide que para nuestra ordenacin y anlisis de los fondos de

los Catlogos de la librera Malln utilicemos el sistema homologado de Mar-chand y Martin.

Empecemos por el primero de ellos, el Catalogus librorum theologicorum(1747)50, de la librera de Juan Antonio Malln. Pese al nombre, el Catlogo incor-

pora tambin libros cientficos, jurdicos, miscelneos, as como libros en espaole italiano. No hay ninguna mencin especfica de libros en francs. El orden quesigue es alfabtico de autor o ttulo, siempre abreviado, e incluye una descripcinfsica del ejemplar (tamao, n de tomos), indicacin de ilustraciones, con la abre-viatura fig., y finalmente lugar de edicin y ao. Entre los libros latinos encon-

tramos ya a autores clsicos como Fleury, el jansenista Natal Alexandre, Calmet, oMontfaucon, con su Bibliotheca bibliothecarum, impresa en Pars en 1739. Peroms curioso resulta el listado de libros espaoles, donde ya se constata la depen-dencia espaola de las prensas europeas. Prcticamente ninguno de los aproxima-damente cien libros espaoles est impreso en Espaa, siendo en su mayora im-

presiones francesas (Pars), y holandesas (Amberes). Entre ellas traduccionesespaolas, como el Catecismo histrico de Fleury, tanto para adultos, como abre-viado para los nios. Por supuesto, El Quijote, en una edicin de Lyon en dostomos en 8; y la no menos famosa en Francia, Gramtica de Francisco Sobrino,impresa en Pars. Maestro de la lengua espaola en Bruselas, la obra lingstica de

Sobrino, aunque poco original, tuvo un xito enorme en toda Europa, tanto entre laclientela aristocrtica, a la que atenda directamente Sobrino, como entre los mer-

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49MASSON, Nicole. Typologie des Catalogues de vente, en Annie Charon et lisabethParinet (coord.), Les ventes de livres et leurs Catalogues, XVIIe-XXe sicle, Paris: cole deschartes, 2000. p. 124-125.

50BV [Biblioteca Valenciana]. Bibliograf. Valenciana. BV2000/4996. Catalogus librorumtheologicorum. Valentiae, apud Joannem Antonium Mallen, prope parocial Divi Martini. Vena-

les prostantium, 1747.


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caderes y comerciantes, que vean el conocimiento de la lengua espaola de granrentabilidad para su negocio.

De esta manera, la librera Malln demostraba de manera temprana un com-

promiso intelectual con su tiempo, al incorporar en su librera autores y obras degran xito fuera de Espaa. Y ello gracias en gran parte a Mayans, que le abri elmercado editorial europeo. El segundo Catlogo del que tenemos noticia de lafamilia Malln es el Catlogo de los libros que quedan existentes de la librera delcannigo Theodoro Thoms (ca. 1776)51, y que se venden en la librera de JuanAntonio Malln. El orden es tambin alfabtico de autor y ttulo pero, a diferenciadel anterior, incorpora una novedad, y es que distingue entre los libros en castella-no, que aparecen por orden alfabtico, los libros en folio, en 4, y en 8. Contieneuna extensa nmina de libros latinos, as como libros en portugus, italiano, yfrancs. Son precisamente estos ltimos donde vamos a ver ya algunas caracters-

ticas propias del resto de Catlogos del siglo XVIII de la familia. Lo que ms lla-ma la atencin es la abundancia de libros relacionados con los temas militares y

blicos, que incluye obras de geometra, mecnica y arquitectura, fortificacin,tcticas de infantera, y libros de equitacin, entre otros. Obras destinadas en sumayora a la nobleza, en cuya formacin era habitual incluir deportes como laesgrima, la equitacin, adems de la instruccin en las artes militares y en mate-mticas.

3.1 LA LIBRERA DE DIEGO MALLN

Al igual que en el resto, el orden del Catlogo de la librera de Diego Malln52es alfabtico de autor o ttulo, siempre abreviado. Ahora bien, el repertorio carecede datos muy valiosos, presentes en inventarios anteriores, como el ao de edicin,que s aparece en otros apartados del Catlogo, como el de los libros latinos; y enocasiones el lugar. Por su parte, hace mencin a las ilustraciones. En total son 711los ttulos que ofrece. Al igual que en el resto, el formato del Catlogo es in 8,

para hacerlo ms manejable entre el pblico. El ao habra que situarlo a partir de1785, fecha del ltimo libro publicado aparecido en el fondo de la librera.

Casi la mitad de los libros de la parada de Diego lo constituan las Ciencias yArtes, seguidas por la Teologa, que an continuaban teniendo un peso especfico

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51BV. Bibliograf. Valenciana. BV 2000/4995. Catlogo de los libros que quedan existentesde la librera del Sr. Cannigo lectoral Don Theodoro Thoms, y se hallan venales en casa deJuan Antonio Malln, mercader de libros, junto a S. Martin. (ca. 1776).

52BPMV [Biblioteca Pblica Municipal de Valencia]. Coleccin Serrano Morales. SM. A-22/483. Catlogo de los libros de todas Facultades, as latinos, como franceses, italianos yespaoles, que se hallan venales en Valencia, en la librera de Diego Malln, junto a S. Martin.

[s.l.]. [s.n.]. [s.a.].


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importante. Le seguan la Historia, y las Bellas Letras. Por ltimo, la Jurispruden-cia, cuyo valor dentro de la librera era insignificante.

Dentro de las obras de Ciencias y Artes encontramos un gnero que en Franciaalcanz gran predileccin entre la nobleza, el de la equitacin, y de las artes rela-cionadas con la guerra. Ello conformaba un espritu militar y de disciplina entrelos jvenes de la nobleza, que los dotaba de una fortaleza fsica, que se comple-mentaba con la intelectual.

Este inters por los libros de arte ecuestre y militar, que se potenci a partir de1750 en Francia53, modelo a seguir por los Malln, formaba parte de una tendenciaeuropea, muy en boga por aquellos aos. De esta manera toda una generacin fuemovilizada en el arte de la tctica, el empleo coordinado de las armas, la educa-cin de los caballeros, en definitiva, en la pequea guerra54. Adems, el arte ecues-tre se relacion con otras disciplinas como la caza o la agronoma, que formaron

parte de la sociabilidad de las culturas privilegiadas de la nobleza europea del sigloXVIII55. A la sombra del arte ecuestre se produjeron importantes cambios socialesy econmicos, que alteraron la vida cotidiana de los campos y las ciudades, mejo-rando sensiblemente la circulacin de personas e ideas. Transformaciones quecontribuyeron a asentar los cimientos de la vida moderna56.

De todo ello se hizo amplio eco la librera de los Malln, que posea en su Ca-tlogo un total de veintiocho obras relacionadas con el arte de la guerra y la equi-

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53ROCHE, Daniel. Le livre d quitation du XVIe au XVIIIe sicle: esquisse d une r-flexion, en Frdric Barbier et alii, Le livre et l historien. Etudes offertes en l honneur duProfesseur Henri-Jean Martin, Genve: Droz, 1997. p. 193-194.

54Ibidem., p. 193.55Ibidem., p. 194-196.56 ROCHE, Daniel. La culture questre occidentale XVIe-XIXe sicle. L ombre du

cheval. T. I. Le cheval moteur, Paris: Fayard, 2008.


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tacin, un 11% del total de los libros de Ciencias y Artes. Al librero valencianodebi de generarle cierto recelo esta superioridad francesa, similar a la que le pro-voc al annimo marqus italiano que, en 1787, y tras un periodo de formacin en

Pars, remiti una carta a un editor de Madrid solicitndole la necesidad de elabo-rar un Catlogo de Albeyteria, poseyendo los espaoles los ms hermosos caba-llos de la Europa. Una sugerencia que suscit el Catlogo de algunos autoresespaoles que han escrito de veterinaria, de equitacin y de agricultura (1790) deBernardo Rodrguez.

Episodio que pone en evidencia el eco que este tipo de literatura gener en Es-paa, y del que la librera Malln no fue ajena. Entre las obras ms significativasque se podan encontrar en su parada destacan ttulos como el Art vtrinaire deClaude Bourgelat, creador de las escuelas de Veterinara, y fundador de una de lasAcademias ecuestres ms importantes de Francia. En esta misma lnea figura la

obra, Lart de taque cheval(1737) del barn dEisemberg, en este caso con unamplio despliegue de grabados, cincuenta y nueve, alusivos a la doma del caballo.

Catlogo de libros francesesde la librera de Diego Malln

Junto al arte ecuestre, la arquitectura constitua otro de los grandes gneros que cul-

tivaron con pasin los Malln. Y es que dentro de esta disciplina se incluan dos gran-des campos: la arquitectura civil, y la arquitectura militar, tambin llamada fortifica-cin. Ttulo que dio ya nombre a uno de los clebres tratados, el XVI, del CompendioMathematico(1757) del valenciano Vicente Tosca57. Y es que dentro de la formacin

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57GALINDO DAZ, Jorge Alberto. El conocimiento constructivo de los ingenieros milita-res del siglo XVIII, Tesis doctoral indita (leda en la Universidad Politcnica de Catalunya enmarzo de 1996). p.2. [Consulta: 20 de septiembre de 2012]. Disponible en:

http://www.tdx.cat/bitstream/handle/10803/6105/01TESIS.pdf;jsessionid=E418887C1D770

7A2303433AE764ACEC7.tdx2?sequence=1


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del arquitecto militar se incluan enseanzas como la aritmtica, la trigonometra, lageometra y el uso de instrumentos matemticos58. Razn ms que suficiente paraexplicar la abundancia de estos libros en los fondos de la librera de los Malln. Su

librera fue el mejor reflejo de los gustos literarios del momento.En el Catlogo de Diego Malln encontramos dos de los clsicos tratados defortificacin del siglo XVIII, los del francs Sebastin Le Prestre de Vauban yBelidor. Del primero de ellos, Diego venda una de sus obras ms enigmticas, elTrait de l taque et de la dfense des places (La Haya, Pierre dHondt, 1737),que seguramente le debi llegar gracias a la amistad de Mayans con DHondt.Pues bien, esta obra, segn se puede leer en la traduccin espaola de 1743, seconserv manuscrita como tal durante muchos aos con gran cuidado en la bi-

blioteca del rey Christianissimo para que las mximas de este autor no pudieranpracticarse en perjuicio de la Francia59. Seguidor incondicional del francs fue

Belidor, que utiliz algunos de los esquemas conceptuales y constructivos de Vau-ban en su obra Science des ingenieurs (La Haya), otra de las obras que curiosa-mente venda tambin Diego en su parada.

La caracterstica comn de los libros de Ciencias y Artes, que los haca muyatractivos, es que estaban muy ilustrados. Independientemente de la materia que setratara, los libros contaban con lminas y grabados, algunos de ellos desplegables,que servan de apoyo documental al texto. Fue el siglo XVIII el que hizo del gra-

bado un instrumento de informacin si cabe ms importante que el texto, por suprecisin y por su informacin, complementaria a la meramente textual.

Adems de los citados, encontramos en el fondo Malln otros importantes li-bros cientficos. En el campo de la Medicina, destacan especialmente los librossobre el tratamiento de las enfermedades venreas; en el mbito de la Poltica,inscrito dentro de las Ciencias y Artes, figuran obras como los Annales politiquesdel abad de Saint-Pierre. Una Crnica histrico-poltica de la situacin de Europadesde 1658 a 1739. Curiosamente, y de las tres nicas ediciones impresas conoci-das, la impresa en Londres en 1757 en dos volmenes en 8; la tambin de Lon-dres de 1758 en dos tomos en 12; y la impresa en Ginebra de 1767 en dos vol-menes en 12, Diego Malln, nos ofrece una edicin desconocida, o tal vezerrnea de la obra, una edicin en diecinueve tomos en 12.

Por supuesto, no podan faltar las obras de Historia Natural, uno de los gnerosms en boga en el siglo XVIII, especialmente entre la nobleza europea. Los libros dehistoria natural fueron buscados no slo por sus contenidos sino por sus magnficasediciones, que hicieron de algunas de estas obras piezas de bibliofilia. Entre ellas,una de las obras que figuran en la librera de Malln son las conocidas Oeuvresdhistoire naturelle de Charles Bonnet, impresas en las perseguidas prensas de la

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58Ibidem., p. 7.59Ibidem., p. 108.


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STN. De la obra, que constituy uno de los emblemas editoriales de la casa suiza, sehicieron dos ediciones: una en 4, en diez volmenes; y otra, la que encontramos enla librera Malln, en 8, en dieciocho tomos, si bien el librero valenciano slo ofre-

ca diecisiete60

. Una magnfica edicin con un total de cincuenta y cinco planchas,que fue publicada en tres momentos, en 1779, 1781 y 1783 por el impresor SamuelFauche, que no tuvo el xito de venta esperado en Europa, y que Malln sac almercado seguramente en un intento de quitarse parte de su stock.

No podan faltar en el Catlogo de Malln dos de las obras que mayor xito tu-vieron en Europa sobre Historia Natural, y que conocieron un gran impacto enEspaa. La obra Histoire naturellede Buffon, y el Spectacle de la naturedel abad

Nel-Antoine Pluche. De la primera de ellas, uno de sus principales divulgadoresfue el botnico Cavanilles, que a su regreso a Espaa, tras su estancia en Pars,adquiri numerosos ejemplares de la obra, tanto para l como para su crculo ms

cercano, entre los que se encontraban los Mayans, Muoz, etc. Por su parte, laobra de Pluche se public en Pars en nueve volmenes entre 1732 y 1742, y tenaun alto contenido religioso. Pronto se tradujo al castellano, hacindose cinco edi-ciones antes de acabar el siglo61.

Dentro de las Ciencias y Artes se inclua tambin la Filosofa, ahora representadapor disciplinas como la Lgica, con obras representativas de la corriente jansenista,como La Logique ou l art de penser, ms conocida como la Logique de Port Royal,obra de Antoine Arnauld y Pierre Nicole, que apareci de forma annima en Parsen 1662. Destacan igualmente los Magasins didcticos y moralistas de Madame de

Beaumont, y el curioso Magasin des enfants, des pauvres et des adolescents, dondea travs de cuentos se trataba de adoctrinar a los jvenes.Entre las obras de Teologa figuran algunas obras prohibidas como el Abreg

de lhistoire ecclsiastique de Racine, en la edicin de Colonia, censurada por elExpurgatorio del ao 1747, y que aparece tambin en el ndice ltimo de los librosprohibidos y mandados expurgar por Carlos IV (1790), por considerarse una apo-loga del jansenismo.

Igual de receptiva estuvo la librera Malln hacia corrientes como la del galica-nismo, de quienes venda las obras de sus mximos representantes, Bossuet yFleury. De este ltimo concretamente su Cathecisme historique, y el clebre

Abreg ecclsiastique, impreso en Avin, que fue una de las obras clandestinas

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60 SCHLUP, Michel. tude d un processus editorial et typographique: l impression desOeuvres de Charles Bonnet par Samuel Fauche (1777-1783), en Jacques RYCHNER et MichelSCHLUP (publies), Aspects du livre neuchatelois, Neuchtel: Bibliothque Publique et uni-versitaire, 1986. p. 272.

61GOMIS, Alberto. La divulgacin de la Historia Natural en la Espaa del siglo XVIII,en Luis Espaol Gonzlez, Jos Javier Escribano Benito, Mara Angeles Martnez Garca (co-ord.), Historia de las ciencias y de las tcnicas,Vol. I. Logroo: Universidad de la Rioja, 2004.

p. 4.


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prerrevolucionarias ms importantes62. Por el contrario, figuran libros que suponenun ataque frontal contra los philosophes, concretamente contra Diderot y sus Pen-ses philosophiques, en la obra de Marin, Le baron Van-Hesden, ou la Rpublique

des incredules,publicada en cinco tomos en Toulouse en 1762; o la defensa de lareligin cristiana, que aparece en los Penses de Pascal.Entre las obras histricas cabe mencionar el Atlas historique de Guedeville, in-

cluido en el ndice ltimo de los libros prohibidos y mandados expurgar por Car-los IV (1790). Del Dictionnaire historique de Moreri venda Diego Malln dosediciones: la de Pars en diez tomos, y la de Amsterdam en ocho tomos. Ahora

bien, si hay un gnero dentro de la historia que destaca es el de la literatura deviajes. Entre los libros de viajes que aparecen en su Catlogo destacan el libro deCharles de Brosses, Histoire des navigations aux Terres Australes, uno de loslibros ms importantes consagrados a las primeras exploraciones en el Pacfico

Sur. No podan faltar tampoco los viajes de Cook, Jorge Juan y Ulloa, as como LaCondamine. La magnfica compilacin de viajes editados por La Harpe, Abrg delhistoire gnrale des voyages (1780), cuyos veintin tomos venda Diego. Losmismos que recopil La Harpe, pues la obra contino posteriormente por iniciativade Delpuech de Comeiras hasta llegar a los treinta y dos tomos.

En el campo de las Bellas Letras no poda faltar el clebre Telmaco de Fene-lon, en ediciones en ingls y francs. Abundan los Diccionarios y gramticas, enespecial la Gramtica de Sobrino. Destaca sobre todo la esplndida Histoire litt-raire de la France, dirigida por los monjes maurinos, y que fue editada en trece

volmenes in 4 entre 1733 y 1763, constituyendo uno de los grandes monumentosde la erudicin nacional francesa, y germen del jansenismo y galicanismo fran-cs63, y de los que Diego Malln nicamente venda los nueve primeros tomos.Tampoco poda faltar El Quijote, en la edicin francesa de Jean Pierre Claris deFlorian, impresa en Pars en seis volmenes en 1798-1799.

Entre los autores y obras prohibidas encontramos los Contes moraux de Mar-montel, que estaban prohibidos incluso para los que tenan licencia por el Edictode 24 de mayo de 1789. Una obra que podemos encontrar entre otras en la biblio-teca de libros prohibidos de Mayans64. En esta misma tendencia se encontrabanautores libertinos como Crebillon, de quien Diego venda sus obras en dos tomos

in 12. A todos estos haba que aadir los clsicos franceses como Fontenelle,Boileau-Despraux, Corneille, y Molire, as como las obras literarias de Rous-seau, en especial sus poemas y cartas.

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62 DARNTON, Robert. The corpus of clandestine literatura in France 1769-1789, NewYork-London: W.W. Norton & Company, 1995. p. 11. Darnton menciona la edicin traducidadel ingls de Berna de 1766, y otra edicin de 1767.

63NEVEU, Bruno. Lhistoire littraire de la France et l rudition bndictine au siclede Lumieres, en Journal des savants, 1979. p.73-113.

64ASTORGANO, La venta., op. cit. p. 625-659.


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3.2 LA LIBRERA MALLN Y COMPAA

La librera Malln continu con Diego Mallen hasta aproximadamente el ao

1795, falleciendo unos aos ms tarde en 1799. A su muerte le sucedi en el nego-cio familiar su hijo, Pedro Juan Malln, que se asoci familiarmente con uno delos grandes editores valencianos del siglo XIX, Vicente Salv, ampliando el nego-cio de la librera no slo a Europa sino tambin a Amrica. Igualmente continucon la tradicin familiar de comerciar con libros y autores prohibidos65. A partir deentonces la librera llev el nombre de Malln, Salv y Compaa. El afrance-samiento intelectual y profesional de la dinasta de libreros se potenci an mscon Salv, que introdujo importantes autores romnticos franceses, adems derealizar algunas innovaciones en el negocio.

Una de las primeras novedades que introdujo en ella Salv [en la librera] fue

la apertura al pblico de un pequeo Catlogo en francs, clasificado por materias,al que se aadi ms tarde un breve suplemento66.

Catlogode la librera Malln y Compaa (1796)

Seguramente el primer Catlogo editado por esta nueva empresa, en la que par-ticipara activamente Diego, fue el Catlogo de los libros existentes en casa losseores Malln y Compaa de Valencia (1796)67, que sigue el orden alfabtico deautor o ttulo, abreviado, incorporando tamao del libro, volmenes, lugar de edi-cin, y ao.

Tenemos noticia de un segundo Catlogo, con el nombre de Suplemento prime-ro al Catlogo impreso en 1796, que incorpora los libros franceses, que poste-riormente han adquirido los seores Malln y Compaa de Valencia, y se hallan

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65RAMREZ ALEDN, Germn. Rousseau en la revolucin liberal espaola: la primeraedicin en Espaa de El contrato social (1812), en Cuadernos dieciochistas, 13, 2012.

66REIG SALV, Vicente, op. cit. p. 41.67BPMV. Coleccin Serrano Morales. SM. A-22/207.


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venales en su casa, si bien no hemos podido hallar ningn ejemplar, pese a que elbibligrafo Rodrguez Moino posea uno68. Este Catlogo ya fue editado por Pe-dro Juan Malln, y la fecha de impresin debi ser la de 179969. El tercer y ltimo

Catlogo del que tenemos constancia del siglo XVIII, pero no prueba documental,es un Catlogo de los libros en castellano existentes en casa de los seores Mallny Compaa, al parecer publicado tambin en Valencia en 1799.

Detengamos pues en el primer Catlogo, que ofrece un total de 1.077 ttulos.La prctica totalidad de los libros son del siglo XVIII, nicamente aparece algnlibro del siglo XVII, menos de veinte ttulos, y con un predominio absoluto dePars como lugar de edicin. La tendencia sigue la tnica dominante de la poca,un incremento de los libros de Ciencias y Artes, e Historia, y un paulatino descen-so de los libros de Teologa. Por su parte, las Bellas Letras se mantienen en unasituacin similar.

De nuevo, dentro de las Ciencias y Artes, son las artes militares, ecuestres y laagronoma las que representan un porcentaje ms elevado de ttulos. Curiosamenteencontramos algunos de los ttulos ms significativos de la poca como el Parfaitmarechal de Garsault, una obra de vulgarizacin sobre los caballos; o el Diction-naire raisonn d Hipiatrique, cavalerie, manege & marchalerie, de Lafosse,entre otros. Entre las obras matemticas que aparecen en el Catlogo encontramos

algunos de los Manuales que se utilizaron para la formacin de los militares enEspaa, caso de la Academia de Barcelona, concretamente el Cours de mathema-tique (Paris, 1693) de Ozanam. De esta manera, los Malln solventaron una de lascarencias de los centros militares espaoles de la poca, que se vieron obligados a

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68 RODRGUEZ MOINO, Antonio. Historia de los Catlogos de librera espaoles(1661-1840). Estudio bibliogrfico, Madrid, 1966.

69REIG SALV, Vicente., op. cit. p. 40.


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traducir o adaptar las principales obras francesas del momento70. Entre stas lasobras de Vauban y Belidor, que sern difundidas en Francia en la segunda mitaddel siglo XVIII a travs de autores como Le Blond, autor de unos Elemens de for-

tification, que fueron pronto traducidos al castellano en 1739; o el Trait de lataque des places (Paris, 1743), traducido tambin en 1777, ambas obras en ventaen la librera de los Malln. Por su parte, el editor Charles Antoine Jombert, autorde un Dictionnaire portatif de l ingenieur et de l artilleur (Paris, 1768), llev atrmino una idea manuscrita de Belidor71, que ahora se poda cotejar en la librerade los Malln y Compaa. Una vez ms la librera valenciana se adaptaba perfec-tamente a los nuevos tiempos, en este caso a la demanda militar.

Abundan las obras de medicina y matemticas, si bien notamos una excesivarepeticin de ttulos aparecidos en Catlogos anteriores. No as ocurre con camposcomo la economa, donde figuran autores y obras nuevas, como Mathieu de la

Porte, cuya Science des negociants et teneurs de livres (1743), constituye el primermanual moderno de contabilidad editado en Francia. Igualmente importantes sonlas obras econmicas de Necker, cuyas obras fueron prohibidas en Espaa, por el

peligro de contagio de las doctrinas revolucionarias y su cercana al jansenismo.Concretamente Malln ofreca su obra de Administration des finances (1784), cuyatraduccin espaola fue censurada rpidamente por la Inquisicin72. Una demos-tracin ms de cmo los libreros valencianos se adelantaron a su tiempo, ofrecien-do obras sediciosas en su parada de la Calle San Vicente.

En el campo de la Filosofa merecen especial atencin las obras filosficas de

Condillac, con su famoso Essai sur l origine des connoissances humaines (1746),y las de su hermanastro Mably. Ms ortodoxas son obras como Les Helviennes oulettres philosophiques (1785) del padre Barruel, que suponen un ataque a las inco-herencias de las ideas filosficas modernas. Por su parte, en el campo de la Histo-ria Natural destaca uno de los best sellerde la poca, el Spectacle de la nature(1750) del abad Pluche, en nueve tomos.

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70CAPEL, Horacio; SNCHEZ, Joan Eugeni; MONCADA, Omar. De Palas a Minerva. Laformacin cientfica y la estructura institucional de los ingenieros militares en el siglo XVIII,

Barcelona: Serbal; Madrid: CSIC, 1988. p. 232.71GALINDO DAZ., El conocimiento., op. cit. p. 161.72ASTIGARRAGA, Jess. Necker en Espaa, 1780-1800, en Revista de Economa Apli-

cada, vol. VIII, num. 23, 2000. p.123-124. En 1789, el Duque de Villahermosa, Embajador deEspaa en Versalles y miembro del crculo de amistades privadas de Necker, a la vista de labuena acogida de la obra en los principales pases protestantes europeos, aconsej a Florida-blanca la realizacin de una traduccin espaola de la misma. Lejos de ser as, el libro fueprohibido de inmediato por la Inquisicin, buena muestra de que, al mismo tiempo que las ideaseconmicas de Necker le acercaban a la poderosa corriente jansenista espaola, su profesin defe calvinista constituy una importante rmora para la aceptacin general de su obra. No obs-tante, a partir de 1789 toda ella fue puesta bajo sospecha y comenz a ser sometida a un estricto

control aduanero.


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Entre las obras de Teologa encontramos pocas novedades. Aparecen los clsi-cos libros que ya encontramos en Catlogos precedentes, como las obras de Bos-suet, las obras de Fleury, y las obras de San Agustn, entre otras. Junto a estas

obras ms heterodoxas, el Catlogo de los Malln, vende una serie de obras queatacan duramente doctrinas como el jansenismo, el materialismo, o el desmo. Laprimera de ellas, Le libertinage combattu (1747), que ataca duramente a los auto-res libertinos, philosophes en su mayora, a los que aconseja ne donnons jamaisentre chez nous leurs crits, qui ont deja mrit par leur contagion que Dieu lesfit prir73. Espritu reafirmado en otro de los libros que aparecen en el Catlogo, yque supone un ataque frontal a los incrdules, es decir a la lnea de flotacin dela Ilustracin. La obra, Le baron Van Hesden ou la Rpublique des Incrdules(1762), de Michel-Ange Marin, describe a modo de narracin el dilogo en barcodesde Lyon a Avignon a travs del Rdano de cuatro personajes: un barn, que se

las da de desta; un sacerdote, que a travs de sus rplicas consigue convencer atodos; un capitn y un caballero de la orden de Malta. La esencia de la discusingira en torno a la Repblica de incrdulos, que pretende crear el barn. Un mo-delo poltico en el que los philosophes constituiran la esencia de la vida pblica, yque se fundamentara en el desarrollo de las artes, las ciencias y el bien pblico. Elrelato concluye con la derrota de los incrdulos y su conversin al catolicismo74.

En el campo de la Historia, encontramos Bibliografas importantes como lamagnfica coleccin del Cabinet de la bibliothque de Ste. Genevive (1692), unade las mejores bibliotecas parisinas, con fondos como los de Gabriel Naud, o el

cardenal de la Rochefoucauld, entre otros; o la primera Bibliografa orientalista,obra del francs Herbelot, con la colaboracin de Antoine Galland, el primer tra-ductor de las Mil y unas noches. Se hallan tambin obras tan significativas como laHistoria de Roma de Edward Gibbon en ocho tomos; y los Fragments sur lInde(1773) de Voltaire, en la que vuelve sobre la Historia de las Indias, y los estragosde la colonizacin europea. Por supuesto el Catlogo abunda en un gnero muy en

boga en aquel momento, los libros de viajes, de los que ofrece importante noveda-des, como el apasionante Voyage en Arabie (1780) de Carsten Niebuhr, que abriel camino para descifrar las escrituras cuneiformes; los viajes de Volney por Siriay Egipto; el viaje a los Alpes de Saussure, impreso por la STN; y los no menos

interesantes relatos del almirante Anson, impresos en Pars en dos tomos, donde senarran los hostigamientos del oficial ingls contra los puertos espaoles del mardel Sur, y su posterior regreso a Europa dando la vuelta al mundo.

Dentro de las Bellas Letras, la librera de Malln ofreca varias de las novelasms en boga por aquellos aos, algunas autnticos best seller, como Pamela o

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73 Le libertinage combattu par le tmoignage des auteurs profanes. Par un religieux de laCongrgation de Saint Vanne. A Charleville, 1747.

74 TROUSSON, Raymond. Michel-Ange Marin et les Penses philosophiques, en

Recherches sur Diderot et sur l'Encyclopdie,1992, volumen 13, numero 13. p. 51.


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Clarise de Richardson. Dos obras que traspasaron fronteras y que influyeron nota-blemente en la sociedad del siglo XVIII. La novela epistolar Pamela consiguiganarse al pblico burgus mediante la tcnica de deleitar enseando. Moralizar, al

estilo de los libros de conducta y ensayos de contenido religioso, y entretener co-mo los romances y las novelas de amor. Dos temticas que a buen seguro agrada-ron al pblico valenciano del momento, que tena ante s dos obras cumbres de laliteratura europea.

Igual impacto debi causar entre los valencianos de la poca saber que en la pa-rada de los Malln se hallaba una novela que estaba causando furor en Francia, elGil Blas de Santillana de Ren Lesage. Una novela francesa antipicaresca, que narralas aventuras del joven Gil Blas desde su salida en Cantabria hasta su retiro en lascercanas de Valencia. Un hecho que no pas desapercibido para los impresoreslocales, caso de Benito Monfort que hizo tres ediciones en siete aos de la obra.

Y es que si algo tena la librera de Malln era su precocidad para presentar alpblico valenciano las novedades literarias europeas. Y para ello existin pocosmedios. Uno de ellos era a partir de las cartas, los peridicos, y de los propioslibros. Y dentro de los libros estaban las obras que, a modo de antologa de crti-cas, nos presentaban las obras que iban editndose en Europa. Una de estas obrases el Nouveliste du Parnasse (1731), que a modo de peridico comunicaba lasltimas ediciones de autores como Voltaire, Montaigne, Milton, o Rollin, entreotros. De ste ltimo nos ofrece Malln en su librera una de las obras pedaggicasque mayor impacto tuvieron en Europa, su clebre Trait des tudes, del que ofre-

ca dos ediciones de Pars, la de 1728 y 1775.Un autntico Parnaso literario francs desfila por el Catlogo de la librera Ma-lln. All es posible encontrar, adems de los citados, a los Racine, Boileau, Crebi-llon, Molire, Fontenelle, Riccoboni, y Madame de Genlis, entre otros.

4 CONCLUSIONES

A raz de lo dicho es evidente que la librera de los Malln fue paradigmticadurante todo el siglo XVIII. Es cierto que sus orgenes franceses debieron influiren su postura siempre abierta y proyectada hacia Europa, concretamente hacia los

pases de habla francesa, como Suiza. Y para ello contaron con un intermediariode excepcin, Gregorio Mayans. A partir de entonces una relacin de reciprocidadhizo posible la llegada a Espaa de libros desconocidos e incluso perseguidos,

procedentes de casas editoriales tan sediciosas como la STN.Un escaparate de novedades, que hicieron de la librera Malln el punto de

referencia de la ciudad de Valencia en cuanto a modernidad y renovacin cultural.Aquella parada de libros fue algo ms que un lugar de compraventa, al convertirseen lugar de tertulia, discusin y opinin pblica sobre temas muy variados. Y quemejor carta de presentacin que su Catlogo, en este caso de libros y autores fran-


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ceses, donde era posible bucear en algunas de las obras ms representativas deallende los Pirineos.

Catlogos que cuentan con luces y sombras. De un lado, siguen los parmetros

metodolgicos del momento. Anrquicos en su ordenacin, y parcos en descrip-ciones, si bien no se adaptaron a los avances (libreros de Pars) que se produjerona finales de siglo. En este sentido, les falt una mayor adaptacin a los nuevostiempos de la librera europea, al carecer de datos (palabras preliminares, precio,encuadernacin, divisin por categoras homologadas, distincin de tipo de libros(nuevos, stock)), que hubieran mejorado en mucho sus Catlogos, y que segurohubieran agradado a sus clientes. Igualmente, y en lo relativo a los contenidos,aunque se observan tendencias similares a las que encontramos en algunas librer-as europeas, con un marcado predominio de las Ciencias y Artes, e Historia, frenteal descenso, aunque menor que en otros pases, como Francia, de la Teologa, exis-

te una excesiva repeticin de ttulos y autores. Se echa en falta una mayor actuali-zacin del fondo, y un exceso de stocks. Ante tal realidad cabe preguntarse si talcarencia era fruto de un escaso estudio de mercado o bien responda a los gustosde la sociedad valenciana del momento. Cuestin an difcil de abordar debido a laescasez de trabajos sobre la alfabetizacin valenciana del siglo XVIII.

Entre la ortodoxia y la sedicin, los libreros valencianos se movieron con des-treza siempre al filo de lo prohibido, contando para ello con una selecta clientela,que inclua a algunos de los mejores intelectuales de la poca. Slo de esta maneraera posible justificar la presencia de autores y obras prohibidas en los anaqueles de

las bibliotecas de estos eruditos. Una realidad que conoca la Inquisicin, y queexplica su estricta vigilancia de la librera de los Malln.Adems del deber hacia sus clientes, los Malln demostraron un compromiso

aadido, al hacer de sus libros un fermento intelectual de renovacin poltica quecuajara a principios del siglo XIX, con su filiacin con el liberalismo valenciano.De nuevo, los libreros abrazaron la causa de la modernidad, haciendo de su librerael ltimo bastin de la libertad.

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