Libro Traza Bien La Palabra de Verdad

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TRAZA BIEN LA PALABRA DE VERDAD INTRODUCCION En la segunda epístola a Timoteo, capítulo dos, el creyente nos es presentado bajo siete aspectos: como hijo, v. 1; soldado, v. 3; atleta, v. 5; labrador, v. 6; obrero, v. 15; vaso, v. 21; y siervo, v. 24. Cada uno de esos caracteres va acompañado de una exhortación adecuada. Como hijo, Timoteo es exhortado a ser fuerte en la gracia; la gracia acompaña al hijo, como la ley al siervo — así lo aprendemos de los Gálatas. Como soldado, Timoteo es exhortado a sufrir trabajos, y a no embarazarse en los negocios de la vida; estos son los buenos elementos de la buena milicia. Como vaso, debe ser limpiado, reservado; como siervo, manso, paciente; y así sucesivamente. En el versículo 15, le es indicado cuanto de él se requiere como obrero: "Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, corno obrero que no tiene de qué avergonzarse, que traza bien la palabra de verdad". Así pues, la palabra de verdad tiene sus propias divisiones, y debe ser evidente que sin observarlas, no es posible ser "obrero que no tiene de qué avergonzarse", de manera que todo estudio de la Palabra, ajeno a esas divisiones, debe ser en gran medida falto de claridad y de provecho. Muchos cristianos confiesan francamente cuan pesado hallan el estudio de la Biblia; mayor es el número de los que no se atreven a confesarlo. El objeto de este tratado es indicar las divisiones más importantes de la Palabra de Verdad. Es evidente la imposibilidad de hacerlo por completo sin un análisis exacto de la Biblia; pero damos lo suficiente para que el estudiante aplicado 1

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TRAZA BIEN LA PALABRA DE VERDADINTRODUCCION

En la segunda epístola a Timoteo, capítulo dos, el creyente nos es presentado

bajo siete aspectos: como hijo, v. 1; soldado, v. 3; atleta, v. 5; labrador, v. 6;

obrero, v. 15; vaso, v. 21; y siervo, v. 24.

Cada uno de esos caracteres va acompañado de una exhortación adecuada.

Como hijo, Timoteo es exhortado a ser fuerte en la gracia; la gracia acompaña al

hijo, como la ley al siervo — así lo aprendemos de los Gálatas. Como soldado,

Timoteo es exhortado a sufrir trabajos, y a no embarazarse en los negocios de la

vida; estos son los buenos elementos de la buena milicia. Como vaso, debe ser

limpiado, reservado; como siervo, manso, paciente; y así sucesivamente.

En el versículo 15, le es indicado cuanto de él se requiere como obrero:

"Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, corno obrero que no tiene de

qué avergonzarse, que traza bien la palabra de verdad".

Así pues, la palabra de verdad tiene sus propias divisiones, y debe ser evidente

que sin observarlas, no es posible ser "obrero que no tiene de qué avergonzarse",

de manera que todo estudio de la Palabra, ajeno a esas divisiones, debe ser

en gran medida falto de claridad y de provecho. Muchos cristianos confiesan

francamente cuan pesado hallan el estudio de la Biblia; mayor es el número de los

que no se atreven a confesarlo.

El objeto de este tratado es indicar las divisiones más importantes de la Palabra

de Verdad. Es evidente la imposibilidad de hacerlo por completo sin un análisis

exacto de la Biblia; pero damos lo suficiente para que el estudiante aplicado

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pueda percibir los mayores rasgos de la verdad, y algo de la belleza y simetría

ordenadas de la Palabra de Dios que, a primera vista, parece una mera confusión

de ideas sin armonía ni enlace.

Exhortamos al estudiante a no recibir una sola doctrina fundándose en la autoridad

de este tratado, sino que escudriñe diariamente las Escrituras, como los de Berea

(Hech. 17:11), para averiguar su veracidad. No apelamos a la autoridad humana.

La unión "recibida de él, mora en vosotros, y no tenéis necesidad que ninguno os

enseñe". (1 Juan 2:27).

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EL JUDIO, EL GENTIL Y LA IGLESIA DE DIOSClave: 1 Cor. 10:32

Leyendo la Biblia con algo de atención no es posible dejar de ver que más de la

mitad de su contenido se refiere a un pueblo — los Israelitas. Se nota también que

tienen un lugar muy señalado en las disposiciones y consejos de Dios: separados

de la masa de la humanidad, Jehová hace con ellos pacto, les da promesas

especiales, no concedidas a otras naciones. Sólo su historia es referida en el

Antiguo Testamento, y tan sólo se habla de otros pueblos en su relación con el

Judío. Parece, también, como nación se refieren a la Tierra. Si es fiel y obediente,

la nación recibirá grandeza terrestre, riquezas, y poder; si es desobediente e infiel,

será esparcida "por todos los pueblos, desde el un cabo de la tierra hasta el otro

cabo de ella". (Deut. 28:64). Hasta la promesa del Mesías es de bendición a todas

las familias de la tierra.

Continuando su investigación, el estudiante halla en la Escritura mucha referencia

a un cuerpo diferente, llamado la Iglesia. Este cuerpo también tiene una relación

especial con Dios, y, cual Israel, ha recibido de El promesas específicas. Pero

aquí acaba el parecido y empieza el mayor contraste. En vez de ser formado

únicamente de los descendientes naturales de Abrahám, es un cuerpo en que

se pierde la distinción de Judío y Gentil; en vez de ser la relación sólo por medio

del pacto, lo es por nacimiento; en vez de ser la obediencia acreedora a una

recompensa de grandeza terrestre, la Iglesia es estimulada a contentarse con

comida y vestido, a esperar persecución y odio; y se percibe que la relación de la

Iglesia con las cosas espirituales es tan grande como la de Israel con las cosas

terrestres y temporales.

Además, la Escritura enseña que ni Israel ni la Iglesia ha existido siempre; el

principio de Israel está en el llamamiento de Abrahám. Indagando el nacimiento de

la Iglesia hallará (contrario, tal vez, a sus expectaciones, pues le ha sido

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probablemente enseñado que Adan y los Patriarcas, está en la Iglesia) que por

cierto no existió antes ni durante la vida terrenal de Cristo. Pues El habla de Su

Iglesia en el futuro al decir, (Mat. 16:18) "Sobre esta piedra edificaré mi Iglesia".

No dice "he edificado" ni "estoy edificando", sino "edificaré".

Se ve, asimismo, (Ef. 3:5-10) que no se menciona la Iglesia en la profecía del

Antiguo Testamento, que en aquellos tiempos era un misterio escondido en Dios.

En la Escritura, hallamos el nacimiento de la Iglesia en Hechos 2, y el término de

su carrera en la tierra en 1 Tes. 4.

El estudiante observa también, en la división que de la raza hace la Escritura, otra

clase, nombrada con rareza, y diferente bajo todo punto de vista de Israel y de la

Iglesia, los Gentiles. La posición comparativa del Judío, del Gentil, y de la Iglesia

la vemos en los siguientes textos:

El Judío El Gentil La Iglesia

Juan 4:22. Mar. 7:26-28. Ef. 1:22, 23.

Rom. 3:1, 2. Ef. 2:11, 12. Ef. 5:29-33.

Rom. 9:4, 5. Ef. 4:17, 13. 1 Ped. 2:9.

Comparando, pues, cuanto la Escritura dice con referencia a Israel y a la Iglesia,

ve que en origen, vocación, promesa, alabanza, norma de conducta, y destino

futuro, el contraste es absoluto.

VocaciónIsrael Iglesia

Empero Jehová había dicho a Por tanto, hermanos santos,

Abrahám: Vete de tu tierra y de tu participantes de la vocación celestial.

parentela, y de la casa de tu padre, Heb. 3:1.

a la tierra que te mostraré. Gén. Mas nuestra vivienda es en los

12:1. cielos. Fil. 3:20.

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Porque Jehová tu Dios te introduce en la buena tierra, tierra de arroyos, de aguas,

de fuentes, de abismos que brotan por vegas y montes; tierra de trigo y cebada, y de

vides, e higueras, y granados; tierra de olivas, de aceite, y de miel; tierra en la cual no

comerás el pan con escasez. Deut. 8:7-9.

Entonces dijo: Yo soy criado de Abrahám; y Jehová ha bendecido mucho a mi

amo, y él se ha engrandecido: y le ha dado ovejas y vacas, plata y oro, siervos y siervas,

camellos y asnos. Gén. 24:34, 35.

Pondrá Jehová a tus enemigos que se levanten contra ti, de rota batida delante de ti: por

un camino saldrán a ti, por siete caminos huirán delante de ti. Deut. 28:7.

Y te pondrá Jehová por cabeza y no por cola: y estarás encima solamente, y no

estarás debajo. Deut. 28:13.

Por supuesto, no se deduce que un Judío santo no vaya al cielo a su muerte; es

evidente que la recompensa terrenal, no celestial, era el premio de su santidad. No

es necesario decir que, en esta dispensación, ni el Judío ni el Gentil puede

Para una herencia incorruptible, y que no puede contaminarse, ni marchitarse,

reservada en los cielos para nosotros. 1 Ped. 1:4, 5.

Hasta esta hora hambreamos, y tenemos sed, y estamos desnudos, y somos heridos de

golpes, y andamos vagabundos. 1 Cor. 4:11.

Entonces Jesús, mirando alrededor, dice a sus discípulos: ;Cuán difícilmente entrarán en

el reino de Dios los que tienen riquezas! Mar. 10:23.

Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios los pobres de este mundo, ricos en fe,

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y herederos del reino que ha prometido a los que le aman? Sant. 2:5.

Os echarán de las sinagogas; y aun viene la hora, cuando cualquiera que os matare,

pensará que hace servicio a Dios. Juan 16:2.

Así que, cualquiera que se humillare como este niño, éste es el mayor en el reino de los

cielos. Mat. 18:4.

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ser salvo fuera del ejercicio de aquella fe en el Señor Jesucristo por la cual

vuelven a nacer (Juan 3:3, 16), y son bautizados en aquel "cuerpo" (1 Cor. 12:13)

que es "la Iglesia" (Ef. 1:22, 23). En la Iglesia desaparece la distinción del Judío

y Gentil. (1 Cor. 12:13; Gál. 3:28; Ef. 2:14; Ef. 2:11, "en otro tiempo... Gentiles". I

Cor. 12:2, "cuando erais Gentiles".)

El contraste entre Israel y la Iglesia se muestra más adelante en las reglas dadas

para la Conducta de ambos. Comparen:

IGLESIAMas yo os digo: amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen,

haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen.

Mat. 5:44.

Nos maldicen, y bendecimos: padecemos persecución, y sufrimos: somos

blasfemados, y rogamos. 1 Cor. 4:12, 13.

Mas yo os digo: No resistáis al mal; antes a cualquiera que te hiriere en tu

mejilla diestra, vuélvele también la otra. Mat 5:39. Luc. 15:20-23.

ISRAELCuando Jehová tu Dios te hubiere introducido en la tierra en la cual tú has de

entrar para poseerla, y hubiere echado de delante de ti muchas gentes... y las

hirieres, del todo las destruirás: no harás con ellas alianza, ni las tomarás a

merced. Deut. 7:1, 2.

Ojo por ojo, diente por diente, mano por ,mano, pie por pie, quemadura por

quemadura, herida por herida, golpe por golpe. Ex. 21:24, 25.

También,

Deut. 21:18-21.

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También hallamos un contraste en cuanto a los lugares propios para la Adoración.

Israel sólo podía adorar en un lugar, y a cierta distancia de Dios, acercándose a El

sólo por medio del sacerdote. La Iglesia adora donde dos o

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tres están reunidos, se atreve a entrar en el lugar santísimo, y está compuesta de

sacerdotes.

Comparen:

Lev. 17:8, 9 con Mat. 18:20. Luc. 1:10 con Heb. 10:19, 20.

Núm. 3:10 con 1 Ped. 2:5.

La diferencia es aun más sorprendente en las predicciones referentes al Porvenir

de Israel y de la Iglesia. La Iglesia será por completo quitada de la tierra, pero

Israel restaurado tendrá aún su mayor resplandor y poder terrenales. Véanse:

La Iglesia"En la casa de mi Padre muchas moradas hay: de otra manera, os lo hubiera

dicho: voy pues a preparar un lugar para vosotros. Y si me fuere, y os aparejare

lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mi mismo: para que donde yo estoy, vosotros

también estéis". Juan 14:2, 3.

"Por lo cual, os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos,

que habremos quedado hasta la venida del Señor, no seremos delanteros a los

que durmieron. Porque el mismo Señor con aclamación, con voz de arcángel, y

con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán

primero: luego nosotros, los que vivimos, los que quedamos, juntamente con ellos

seremos arrebatados en las nubes a recibir al Señor en el aire, y así estaremos

siempre con el Señor". 1 Tes. 4:15-17.

"Mas nuestra vivienda es en los cielos; de donde también esperamos al Salvador,

al Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de nuestra bajeza, para ser

semejante al cuerpo de su gloria". Fil. 3:20, 21.

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"Muy amados, ahora somos hijos de Dios, y aun no se ha manifestado lo que

hemos de ser; pero sabemos que cuando él apareciere, seremos semejantes a él,

porque le veremos como él es". 1 Juan 3:2.

"Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque son venidas las bodas del

Cordero, y su esposa se ha aparejado. Y le fue dado que se vista de lino fino,

limpio, y brillante: porque el lino fino son las justificaciones de los santos. Y él me

dice: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena del Cordero". Apoc.

19:7-9.

"Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda

muerte no tiene potestad en éstos; antes serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y

reinarán con él mil años". Apoc. 20:6.

Israel"Y he aquí, que concebirás en tu seno, y parirás un hijo, y llamarás su nombre

Jesús. Este será grande, y será llamado Hijo del Aitísimo: y le dará el Señor Dios

el trono de David su padre: y reinará en la casa de Jacob por siempre; y de su

reino no habrá fin". Luc. 1:31-33.

(De estas siete promesas a María, cinco han sido ya cumplidas al pie de la letra.

¿Qué nos autoriza a dudar del cumplimiento de las dos restantes?).

"Simón ha contado cómo Dios primero visitó a los Gentiles, para tomar de ellos

pueblo para su nombre; y con esto concuerdan las palabras de los profetas, como

está escrito: Después de esto volveré, y restauraré la habitación de David, que

estaba caída; y repararé sus ruinas y la volveré a levantar". Hech. 15:14-16.

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"Digo pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera. Porque

también yo soy Israelita, de la simiente de Abrahám, de la tribu de Benjamín...

Digo pues: ¿Han tropezado para que cayesen? En ninguna manera; mas por

el tropiezo de ellos vino la salud a los Gentiles, para que fuesen provocados a

celos... Porque si tú eres cortado del natural acebuche, y contra natura fuiste

ingerido en la buena oliva, ¿cuánto más éstos, que son las ramas naturales, serán

ingeridos en su oliva? Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio,

para que no seáis acerca de vosotros mismos arrogantes: que el endurecimiento

en parte ha acontecido en Israel, hasta que haya entrado la plenitud de los

Gentiles; y luego todo Israel será salvo; como está escrito: Vendrá de Sión el

Libertador, que quitará de Jacob la impiedad". Rom. 11:1, 1, 24-26.

"Asimismo acontecerá en aquel tiempo, que Jehová tornará a poner otra vez su

mano para poseer las reliquias de su pueblo... y levantará pendón a las gentes,

y juntará los desterrados de Israel, y reunirá los esparcidos de Judá de los cuatro

cantones de la tierra'. is. 11:11, 12.

"Porque Jehová tendrá piedad de Jacob, y todavía escogerá a Israel, y les hará

reposar en su tierra: y a ellos se unirán extranjeros, y allegaránse a la familia de

Jacob". Is. 14:1.

"Empero he aquí vienen días, dice Jehová, que no se dirá más: Vive Jehová, que

hizo subir a los hijos de Israel de tierra de Egipto; sino: Vive Jehová, que hizo subir

a los hijos de Israel de la tierra del aquilón, y de todas las tierras a donde los había

arrojado: y volverélos a su tierra, la cual di a sus padres". Jer. 16:14, 15.

"He aquí que vienen los días, dice Jehová, y despertaré a Davie renuevo justo, y

reinará Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra. En sus

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días será salvo Judá, e Israel habitará confiado: y este será su nombre que le

llamarán: Jehová, Justicia nuestra". Jer. 23:5, 6.

"He aquí que yo los juntaré de todas las tierras a las cuales los eché con mi furor,

y con mi enojo y saña grande; y los haré tornar a este lugar y harélos habitar

seguramente; y me serán por pueblo, y yo seré a ellos por Dios". Jer. 32:37, 38.

"Canta, oh hija de Sión: da voces de júbilo, oh Israel; gózate y regocíjate de todo

corazón, hija de Jerusalem. Jehová ha apartado tus juicios, ha echado fuera tus

enemigos: Jehová es Rey de Israel en medio de ti; nunca más verás mal". Soph.

3:14, 15.

Se puede impunemente decir que al tratar de judaizar la iglesia se ha impedido su

progreso, pervertido su misión, y destruido su esencia espiritual en forma superior

a la de todas las demás causas juntas. En vez de proseguir a su camino señalado

de separación, persecución, odio del mundo, pobreza, y abnegación, la Escritura

Judía le ha servido para justificarse en rebajar su influencia en la civilización del

mundo la adquisición de fortuna, el empleo de un ritual, la erección de iglesias

magníficas, la invocación de la bendición de Dios sobre los conflictos de ejércitos,

y la división de una hermandad igual, en "clero" y "laicos".

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LAS SIETE DISPENSACIONES

Las Escrituras dividen el tiempo comprendido en el período que media entre la

creación de Adan al "cielo nuevo y tierra nueva" de Apoc. 21:1 en siete períodos

desiguales, generalmente llamados "dispensaciones" (Ef. 3:2), aunque también se

llaman "siglos" (Ef. 2:7), y "días", como "el día del Señor" (Hechos 2:20), etc.

Esos períodos están señalados en la Escritura con algún cambio en el modo de

tratar Dios con la humanidad, o parte de ella, con respecto a las cuestiones de

pecado y de responsabilidad humana. Cada una de estas dispensaciones puede

ser considerada corno una prueba del hombre natural, y cada una termina con el

juicio que indica su fracaso completo.

Cinco de esas dispensaciones han tenido ya efecto; vivimos en la sexta,

probablemente cerca de su fin; y tenemos en perspectiva la séptima y última el

milenio.

1. El hombre inocente. Esta dispensación se extiende desde la creación de Adan

(Gén. 2:7) hasta la expulsión. Adan, creado inocente, ignorante del bien y del mal,

fue colocado en el jardín del Edén con Eva, su mujer, con orden de abstenerse

del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal. La Dispensación de Inocencia

dio por resultado la primera y en sus efectos consiguientes la más desastrosa

caída del hombre natural. Su término fue el juicio, "echó, pues, fuera al hombre".

Véanse:

Gén. 1:26. Gén. 3:6. Gén. 2:16, 17. Gén. 3:22-24.

2. El hombre bajo la conciencia. Con la caída adquirieron Adan y Eva el

conocimiento del bien y del mal, legado suyo a la raza. Eso dio a la conciencia una

base para el recto juicio moral, y, por consiguiente, la raza fue sometida a esta

medida de responsabilidad: hacer el bien y evitar el mal.

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El resultado de la Dispensación de la Conciencia fue la corrupción de la tierra;

y "la malicia de los hombres era mucha en la tierra, y todo designio de los

pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal". Y Dios puso

fin a la segunda prueba del hombre natural con un juicio: el diluvio. Véanse:

Gén 3:7, 22. Gén. 6:5, 11, 12. Gén. 7:11, 12, 23.

3. El hombre con autoridad sobre la tierra. Del juicio terrible del diluvio, Dios

salvó ocho personas; a las cuales, cuando se bajaron las aguas, dio la tierra

purificada, con pleno poder para gobernarla. Eso correspondía a Noé y a sus

descendientes. La Dispensación de Gobierno Humano resultó en el atentado

impío de hacerse independiente de Dios en la vega de Shinar; su término fue el

juicio de confusión de lenguas. Véanse:

Gén. 9:1, 12. Gén. 11:1-4. Gén. 11:5-8.

4. El hombre bajo la promesa. Dios llama a Abrahám, uno de los descendientes

dispersos de los constructores de Babel, y con él hace pacto. Algunas de las

promesas hechas a Abrahám y a sus descendientes eran puramente de gracia

e incondicionales, y ya han sido, o serán aún, cumplidas literalmente. Otras

promesas tenían por condición la fidelidad y obediencia de los Israelitas. Cada una

de esas condiciones fue violada, y la Dispensación de la Promesa trajo consigo la

caída de Israel; y su fin fue el juicio de la opresión egipcia.

El libro de Génesis, que empieza con las sublimes palabras "En el principio crió

Dios", termina con "en un ataúd en Egipto".

Gén. 12:1-3. Gén. 26:3. Gén. 13:14-17

Gén. 28:12, 13. Gén. 15:5. Ex. 1:13, 14.

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5. El hombre bajo la ley. De nuevo acudió la gracia de Dios al socorro

del hombre destituto, y redimió el pueblo escogido de la mano del opresor.

En el desierto de Sinaí, El les propuso el pacto de la ley. En lugar de

rogar humildemente por una continuada relación de gracia, contestaron

arrogantes: "Todo lo que Jehová ha dicho haremos". La historia de Israel en el

desierto y en la tierra es una larga serie de violaciones de la ley. Por fin, tras

muchas amonestaciones, Dios cerró la prueba del hombre con la ley en el juicio;

y primero Israel, y luego Judá, fueron expulsados de la tierra y su dispersión

continúa. Un resto débil regresó bajo Esdrás y Nehemías, y de él nació a debido

tiempo el Cristo, "hecho de mujer, hecho súbdito a la ley" (Gál. 4:4). Y los Judíos y

los Gentiles conspiraron para crucificarle. Véanse:

Ex. 19:1-8. 2 Rey. 17:1-18. Rom. 3:19,20.

2 Rey. 25:1-11. Gál. 3:10. Hech. 7:51.52.

6. El hombre bajo la gracia. El sacrificio que de Su vida hizo el Señor Jesucristo

introdujo la Dispensación de Gracia, que significa favor inmerecido, Dios dando

justicia en vez de exigiria, bajo la ley.

Salvación, perfecta y eterna, es ahora ofrecida gratuitamente al Judío y al Gentil,

siendo la fe condición única.

"Respondiendo Jesús, y díjoles: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha

enviado". Juan 6:29.

"De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna". Juan 6:47.

"DE cierto, de cierto os digo: el que oye mi palabra, y cree al que me ha enviado,

tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas pasó de muerte a vida". Juan

5:24.

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"Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen; y yo les doy vida eterna: y

no perecerán para siempre". Juan 10:27,28.

"Porque por gracia sois salvos por la ve; y esto no de vosotros, pues es don de

Dios: no por obras, para que nadie se gloríe". Ef. 2:8,9.

El resultado predicho de esta prueba del hombre bajo la gracia es: juicio sobre un

mundo incrédulo y una Iglesia apóstata.

Luc. 17:26-30. 2 Tes. 2:7-12. Luc. 18:8.

Apoc. 3:15,16.

El primer acontecimiento al término de esta dispensación será la venida del

Señor del cielo, cuando los santos que duermen serán levantados, junto con los

creyentes vivos aún, para ser "arrebatados en las nubes a recibir al Señor en el

aire, y así estaremos siempre con el Señor". (1 Tes. 4:16,17).

Sigue luego el breve período llamado "la gran tribulación".

Mat. 24:21,22. Dan. 12:1. Soph. 1:15-18.

Jer. 30: 5-7.

Tras esto, tiene lugar el regreso personal del Señor a la tierra en poder y gran

gloria, y los juicios que introducen la séptima y última dispensación.

Mat. 24:29,30. Mat. 25:31-46.

7. El hombre bajo el reino personal de Cristo. Después de los juicios

purificadores asociados con el regreso personal de Cristo a la tierra, El reinará

sobre Israel restaurado y sobre la tierra durante mil años. Ese es el período

comúnmente llamado el milenio. El trono de Su poder será Jerusalem, y los

santos, incluso los salvados en la Dispensación de Gracia, o sea la Iglesia,

participarán de Su gloria.

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Page 17: Libro Traza Bien La Palabra de Verdad

Veánse:

Hech. 15:14-17. Apoc. 19:11,12. Is. 2:1-4.

Apoc. 20:1-6. Is. 11:1-16.

Pero al ser suelto, Satanás, halla el corazón natural tan inclinado al mal como

de costumbre, y fácilmente reúne las naciones para pelear contra el Señor y Sus

santos; y esta última dispensación concluye, como las otras, con juicio. El "gran

trono blanco" es preparado, los muertos malos son levantados y finalmente

juzgados, y luego vienen "un cielo nuevo, y una tierra nueva" ha empezado la

Eternidad.

Apoc. 20:3, 7-15. Apoc. 21 y 22.

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Page 18: Libro Traza Bien La Palabra de Verdad

LOS DOS ADVENIMIENTOSClave: 1 Ped. 1:11.

Al considerar con atención las profecías del Antiguo Testamento, nos sorprenden

en gran manera dos clases de predicciones, al parecer contradictorias, con

respecto a la venida del Mesías. Una clase de profecía Le anuncia débil y

humillado, varón de dolores y experimentado en quebrantos, raíz en tierra seca,

sin parecer ni hermosura, sin atractivos, Su rostro ultrajado, Sus manos y Sus pies

heridos, desechado de los hombres, sepultado entre los impíos.

Is. 53. Dan. 9:26. Is. 7:14.

Zac. 13:6,7. Sal. 22:1-18. Mar. 14:27.

Las otras profecías anuncian un Soberano hermoso e irresistible, que purgará la

tierra con juicios terribles, reunirá los dispersos de Israel, restaurando el trono de

David con magnificencia superior a la de Salomón, e introducirá un reinado de paz

profunda y de justicia perfecta Ejemplos:

Deut. 30:1-7. Dan. 7:13,14. Is. 9:6,7.

Miq. 5:2. Is. 11:1,2, 10-12. Mat. 1:1.

Is. 24:21-23. Mat. 2:2. Is. 40:9-11.

Luc. 1:31-33. Jer. 23:5-8.

A debido tiempo empezó el cumplimiento de la profecía sobre el Mesías con el

nacimiento del Hijo de la Virgen conforme a Isaías, en Bethlehem según Miqueas,

y procedió literalmente hasta la plena realización de las predicciones de la

humillación del Mesías. Pero los Judíos no quisieron recibir a su Rey, "manso,

y sentado sobre una asna, y sobre un pollino, hijo de animal de yugo", y Le

crucificaron:

Zac. 9:9 y Mat. 21:1-5. Juan 19:15,16.

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Pero no debemos llegar a la conclusión de haber la maldad humana anonadado

el propósito firme de Dios, pues Su palabra habla de un segundo advenimiento

de Su Hijo, cuando las predicciones referentes a la gloria terrenal del Mesías

obtendrán el mismo cumplimiento exacto que cuantas se refieren a Sus

padecimientos terrenales.

Oseas 3:4,5. Mat. 24:27-30.

Luc. 1:31-33 (el 31 ya cum- Hech. 1:6,7.

plido al pie de la letra) Hech. 15:14-17.

Los Judíos se resistían a creer cuanto los profetas habían dicho sobre los

padecimientos de su Mesías; nosotros nos resistimos a creer cuanto han dicho

sobre Su gloria. Nuestra falta es mayor, pues debiera ser más fácil creer en la

venida del Hijo de Dios, en las nubes y con poder y gloria, que creer en Su venida

como Niño de Tethlehem, como Carpintero de Nazaret. En verdad, lo creemos

porque ha sucedido, no porque lo predijeron los profetas, y ya es hora de que

cesemos de echar en cara a los Judíos su incredulidad. Si se nos pregunta

cómo podían ser tan ciegos al significado evidente de tantas profecías tan

inequívocas, la respuesta es que estaban cegados de igual modo que muchos

cristianos lo están al significado, en igual medida evidente, de un mayor número

de predicciones de Su gloria terrenal. En otros términos, los antiguos escribas

dijeron al pueblo que las profecías de los padecimientos del Mesías no debían

ser interpretadas literalmente, de igual modo que algunos escribas modernos

dicen a la gente que las profecías de la gloria terrenal del Mesías no deben ser

interpretadas al pie de la letra.

Pero el segundo advenimiento es una promesa hecha, a la par, a la Iglesia y al

Judío.

Las siguientes palabras fueron dirigidas, entre otras, por nuestro Señor a Sus

discípulos perplejos y tristes, antes de Su sacrificio en la cruz:

19

Page 20: Libro Traza Bien La Palabra de Verdad

"No se turbe vuestro corazón: creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de

mi Padre muchas moradas hay: de otra manera os lo hubiera dicho: voy, pues, a

preparar lugar para vosotros. Y si me fuere, y os aparejare lugar, vendré otra vez,

y os tomaré a mí mismo: para que donde yo estoy, vosotros también estéis". Juan

14:1-3.

Ahí habla el Señor de Su regreso en exactamente los mismos términos que de Su

partida.

Esta fue, como sabemos, personal y corporal. Si decimos que Su venida es

impersonal y "espiritual", debernos hacerlo fundándonos en la Escritura, y esto no

es posible.

Mas no hay duda en cuanto a ese punto vital. En el momento preciso de la

desaparición de nuestro Señor a la vista de Sus discípulos, "dos varones se

pusieron junto a ellos en vestidos blancos, los cuales también les dijeron: Varones

Galileos, ¿qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús que ha sido tomado

desde vosotros arriba en el cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo" (Hech.

1:10,11).

Al mismo efecto es 1 Tes. 4:16, 17, "Porque el mismo Señor con aclamación, con

voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en

Cristo resucitarán primero: luego nosotros, los que vivimos, los que quedamos,

juntamente con ellos seremos arrebatados en las nubes a recibir al Señor en el

aire, y así estaremos siempre con el Señor".

"Esperando aquella esperanza bienaventurada, y la manifestación gloriosa del

gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo". Tito 2:13.

20

Page 21: Libro Traza Bien La Palabra de Verdad

"Mas nuestra vivienda es en los cielos; de donde también esperamos al Salvador,

al Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de nuestra bajeza, para ser

semejante al cuerpo de su gloria, por la operación con la cual puede también

sujetar a sí todas las cosas". Fil. 3:20,21.

"Muy amados, ahora somos hijos de Dios, y aun no se ha manifestado lo que

hemos de ser; pero sabemos que cuando él apareciere, seremos semejantes a él,

porque le veremos como él es". 1 Juan 3:2.

"Y he aquí, yo vengo presto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno

según fuere su obra". Apoc. 22:12.

Para aquella "esperanza bienaventurada" se nos enseña a "velar" (Mar.

13:33,35,37; Mat. 24:42; 25:13); a "esperar" (1 Tes. 1:10); y a "estar apercibidos"

(Mat. 24:44). La última operación en la Biblia es para el pronto regreso de Cristo.

(Apoc. 22:20).

Estos textos indican claramente que el segundo advenimiento será personal y

corporal; que, por consiguiente, no implica la muerte del creyente, ni la destrucción

de Jerusalem, ni el descenso del Espíritu Santo en Pentecostés, ni la difusión

gradual del cristianismo; sino que es la "esperanza bienaventurada" de la Iglesia,

el momento del despertar de los santos dormidos que serán, junto con los santos

vivos entonces, "transformados" (1 Cor. 15:51,52), arrebatados para recibir al

Señor; el tiempo en que nosotros, hijos de Dios actualmente, seremos como El,

y cuando los santos fieles recibirán la recompensa de las obras hechas en Su

nombre.

Los textos siguientes evidenciarán más el contraste entre los dos advenimientos

de nuestro Señor. Comparen:

21

Page 22: Libro Traza Bien La Palabra de Verdad

Primer AdvenimientoY parió a su hijo primogénito, y le envolvió en pañales, y acostóle en su pesebre,

porque no había lugar para ellos en el mesón. Luc. 2:7.

Mas ahora una vez en la consumación de los siglos, para deshacimiento del

pecado se presentó por el sacrificio de sí mismo. Heb. 9:26.

Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. Luc.

19:10.

Y el que oyere mis palabras, y no las creyere, yo no le juzgo; porque no he venido

a

juzgar al mundo, sino a salvar al mundo. Juan 12:47.

Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para que condene al mundo, mas para

que el mundo sea salvo por él. Juan 3:17.

Segundo AdvenimientoY entonces se mostrará la señal del Hijo del hombre en el cielo; y entonces

lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del hombre que vendrá

sobre las nubes del cielo, con grande poder y gloria. Mat. 24:30.

Así también Cristo fue ofrecido una vez para agotar los pecados de muchos; y la

segunda vez, sin pecado, será visto de los que le esperan para salud. Heb. 9:28.

Y a vosotros, que sois atribulados, dar reposo con nosotros, cuando se

manifestará el Señor Jesús del cielo con los ángeles de su potencia, en llama de

fuego, para dar el pago a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al

evangelio de nuestro Señor Jesucristo. 2 Tes. 1:7,8.

Por cuanto ha establecido un día, en el cual ha de juzgar al mundo con justicia

por aquel varón al cual determinó: dando fe a todos con haberle levantado de los

muertos. Hech. 17:31.

22

Page 23: Libro Traza Bien La Palabra de Verdad

El estudiante puede multiplicar tales contrastes casi infinitamente. Pero ya se

ha dicho lo suficiente para demostrar que tanto las promesas a Israel como las

hechas a la Iglesia exigen imperiosamente un regreso de nuestro Señor a la tierra.

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Page 24: Libro Traza Bien La Palabra de Verdad

(Nota. Tal vez los que comienzan el estudio de la Biblia hallarán auxilio en la

breve consideración de las teorías opuestas a la doctrina bíblica del segundo

advenimiento, personal y corporal de Cristo).

Por supuesto, se comprenderá que los textos referentes a Su venida visible y

corporal al término de esta dispensación, deben distinguirse de los relativos a

Sus divinos atributos de omnisciencia y omnipresencia, por virtud de los cuales el

está al corriente de todo y en todas partes presente. Mat. 18:20 y Mat. 28:20 son

ejemplos de ello.

Así que, en tal sentido, tenemos la bendición de su compañía siempre, hasta el fin

del mundo.

Pero el "Hombre Cristo Jesús" está ahora personal y corporalmente a la diestra de

Dios.

"Mas él, estando lleno de Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria

de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios, y dijo: He aquí, veo los cielos

abiertos, y al Hijo del hombre que está a la diestra de Dios" Hech. 7:55,56.

"Habiendo hecho la purgación de nuestros pecados por sí mismo, se sentó a la

diestra de la Majestad en las alturas". Heb. 1:3.

"Si. habéis pues resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está

Cristo sentado a la diestra de Dios". Col. 3:1.

Ilustración: Durante la guerra Franco — Prusiana, Von Moltke, con su genio y

habilidad, y por medio de una red telegráfica, estaba en realidad presente en todos

los campos de batalla, aunque visible y personalmente en su despacho

24

Page 25: Libro Traza Bien La Palabra de Verdad

en Berlín. Mas tarde, se unió al ejército frente a París y entonces su presencia

visible estaba ahí. De igual modo, nuestro Señor, por virtud de sus atributos

divinos, está en realidad presente ahora en Su Iglesia, pero a Su segundo

advenimiento será personalmente visible en la tierra.

1. Las profecías referentes al regreso del Señor no se cumplieron al descender el

Espíritu Santo en Pentecostés, ni en Su manifestación en cultos y reuniones de

resultados benditos

Porque:

1. Esta interpretación anula prácticamente la doctrina de la Trinidad –haciendo

del Espíritu Santo tan sólo una manifestación de Cristo.

2. En la promesa que del descenso del Espíritu Santo hizo Cristo, El habla

distintamente de "otro Consolador" (Juan 14:16); y en Juan 16:7, Cristo

dice: "Si yo no fuese, el Consolador no vendría a vosotros; mas si yo fuere,

os le enviaré".

3. Los inspirados escritores de los Hechos, de las Epístolas, y del Apocalipsis,

mencionan el regreso del Señor más de ciento cincuenta veces después de

Pentecostés, y siempre en el futuro.

4. En Pentecostés no se realizó ninguno de los acontecimientos profetizados

como simultáneos al Segundo Advenimiento de Cristo, tales como: la

resurrección de los santos que duermen (1 Cor. 15:22,23; 1 Tes. 4:13-

16); la "transformación" de los creyentes aún vivos, por medio de la cual

se vestirán de incorrupción – el "cuerpo de bajeza", y serán "arrebatados

a recibir al Señor en el aire" (1 Cor. 15:51-53; Tes. 4:17; Fil. 3:20,21); y

la aflicción de todas las tribus de la tierra a la venida visible del Hijo del

hombre en poder y gran gloria. (Mat. 24:29,30; Apoc. 1:7).

He aquí los fenómenos asociados con el acontecimiento del regreso

del Señor. Nada de eso ocurrió en Pentecostés, ni en cualquiera otra

manifestación del Espíritu Santo.

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Page 26: Libro Traza Bien La Palabra de Verdad

1. La conversión de un pecador no es la venida del Señor. Esta teoría

parece demasiado pueril para ser expuesta corno suficiente explicación de

profecías tan numerosas y circunstanciales.

1.Según la Escritura, sucede justamente lo contrario. La conversión

es la venida de un pecador a Cristo, no de Cristo al pecador. Mat.

11:28; Juan 5:40; Juan 6:37; Juan 7:37.

2.Ninguno de los acontecimientos profetizados como simultáneos al

regreso del Señor acompaña la conversión del pecador.

2. La muerte de un cristiano no es la venida de Cristo.

1.Cuando los discípulos oyeron que el Señor decía que uno de ellos

quedaría hasta Su venida, se esparció el dicho de que "aquel

discípulo no había de morir". (Juan 21:22-24).

2.Los escritores inspirados hablan siempre de la muerte de un

creyente como su partida. Ni una sola vez está relacionada la

venida del Señor con la muerte de un cristiano. Véanse Fil. 1:23;

2 Tim. 4:6; 2 Cor. 5:8. Esteban moribundo vió los cielos abiertos y

el Hijo del hombre — no viniendo, sino "que estaba a la diestra de

Dios" (Hech. 7:55, 56).

3.Ninguno de los acontecimientos profetizados como simultáneos al

regreso del Señor acompaña la muerte de un cristiano.

3. La destrucción de Jerusalem por los Romanos no fue la segunda venida de

Cristo

1.En Mat. 24 y Luc. 21, tenemos la predicción de tres sucesos: la

destrucción del templo, la venida del Señor y el fin del mundo,

Véanse Mat. 24:3. La confusión innecesaria de estos tres hechos

tan diferentes entre si dio lugar a la noción de ser el cumplimiento

de uno el de todos.

2. El apóstol Juan escribió el Apocalipsis después de la destrucción de

Jerusalem, pero habla aún de la venida como de un acontecimiento

futuro. Apoc. 1:4,7; 2:25; 3:11; 22:7, 12, 20. La última promesa de

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Page 27: Libro Traza Bien La Palabra de Verdad

la Biblia es, "Vengo en breve"; la última oración, "Amén, sea así.

Vén, Señor Jesús".

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Page 28: Libro Traza Bien La Palabra de Verdad

3.Ninguno de los acontecimientos profetizados como simultáneos al

regreso del Señor ocurrió a la destrucción de Jerusalem. Véanse 1

Tes. 4:14-17; Mat. 24:29-31; Mat. 25:31,32, etc.

4. La propagación del cristianismo no es la segunda venida de Cristo

1. La difusión del cristianismo es gradual, y las Escritura hablan del regreso

del Señor como repentino e inesperado. Mat. 24:27, 36-42,44,50; 2 Ped.

3:10; Apoc. 3:3.

2. La difusión del cristianismo es un proceso; las Escrituras hablan

invariablemente del regreso del Señor como un acontecimiento.

3. La difusión del cristianismo trae salvación a los malos, mientras !a venida

de Cristo, según se nos dice, no trae salvación sino "destrucción de

repente". 1 Tes. 5:2,3; 2 Tes. 1:7-10; Mat. 25:31-46.

Pero estas explicaciones y teorías, aunque muy extendidas, no se encuentran

en los libros de teólogos famosos de cualquiera escuela o denominación, ni las

sostiene ninguna eminencia universalmente reconocida. Todos está conformes en

cuanto al segundo advenimiento, corporal y visible, de Cristo.

Sin embargo, se dice a veces que esa venida no puede verificarse hasta después

de la conversión del mundo por medio de la predicación del Evangelio, y hasta

la sumisión al reinado espiritual de Cristo durante mil años. Esta opinión es

absolutamente errónea porque:

1. La Escritura describe claramente la condición de la tierra a la segunda

venida de Cristo como una condición de maldad terrible, no de

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Page 29: Libro Traza Bien La Palabra de Verdad

bienaventuranza. Luc. 17:26-32; Gén. 6:5-7; Gén. 13:13; Luc. 18:8; Luc. 21:25-27.

2. La Escritura describe todo el curso de esta dispensación, desde el principio

al fin, en tales términos que queda excluida la posibilidad de un mundo

convertido de cualquiera de sus pasajes. Mat. 13:36-43,47,50; Mat. 25:1-10;

1 Tim. 4:1; 2 Tim. 3:1-9; 4:3,4; 2 Ped. 3:3,4; Jud. 17-19.

3. El propósito de Dios en esta dispensación se nos dice ser, no la conversión

del mundo, sino el "tomar de ellos (los Gentiles) pueblo para su nombre".

Después de esto, El "volverá" y entonces, y no antes, será convertido el

mundo. Véanse Hech. 15:14-17; Mat. 24:14 (por testimonio); Rom. 1:5 ("en"

no "de" todas las naciones); Rom. 11:14; 1 Cor. 9:22; Apoc. 5:9 ("de todo",

no "todo").

4. Sería imposible "velar" y "esperar" la venida de un acontecimiento cuya

realización sabemos no tendrá lugar hasta, por lo menos, dentro de mil

años.

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Page 30: Libro Traza Bien La Palabra de Verdad

LAS DOS RESURRECCIONES

La Palabra de Verdad nos dice en términos claros y positivos que los muertos

serán levantados. Ninguna doctrina de fe es más vital para la cristiandad que ésta,

ni reposa sobre un punto de mayor autoridad enfática en la Escritura.

"Porque si no hay resurrección de muertos, Cristo tampoco resucitó. Y si Cristo

no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe". 1

Cor. 15:13,14.

Pero importa notar que las Escrituras no enseñan que todos los muertos se

levantarán a un tiempo. Una resurrección parcial de santos ha tenido ya lugar.

"Y abriéronse los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se

levantaron; y salidos de los sepulcros, después de su resurrección, vinieron a la

santa ciudad, y aparecieron a muchos". Mat. 27:52,53.

Hay dos resurrecciones, aún futuras, diferentes en cuanto a tiempo y a personas.

Se las distingue con los títulos de "vida", de "condenación", etc.

"no os maravilléis de esto; porque vendrá hora, cuando todos los que están en

los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron bien, saldrán a resurrección de vida;

mas los que hicieron mal, a resurrección de condenación". Juan 5:28,29.

Y si a esto algunos oponen que la palabra "hora" indicaría una resurrección

simultánea de esas dos clases, se les puede responder que la "hora" del versículo

25 ha durado ya diez y ocho siglos. (Véanse también "día" en 2 Ped. 3:8; 2 Cor.

6:2; Juan 8:56).

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Page 31: Libro Traza Bien La Palabra de Verdad

"Mas cuando haces banquete, llama a los pobres, los mancos, los cojos, los

ciegos; y serás bienaventurado; porque no te pueden retribuir; mas te será

recompensado en la resurrección de los justos". Luc. 14:13,14.

En ese pasaje el Señor habla solamente de la primera resurrección. En el capítulo

15 de 1 Corintios aparece aún más la distinción:

"Porque así como en Adan todos mueren, así también en Cristo todos serán

vivificados. Mas cada uno en su orden: Cristo, las primicias; luego los que son de

Cristo, en su venida". 1 Cor. 15:22,23.

"Tampoco, hermanos, querernos que ignoréis acerca de los que duermen, que

no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos

que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con él a los que durmieron

en Jesús. Por lo cual, os decimos esto en palabras del Señor: que nosotros

que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no seremos

delanteros a los que durmieron. Porque el mismo Señor con aclamación, con voz

de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo

resucitarán primero". 1 Tes. 4:13-16.

Esta resurrección de "vida", de "los justos", de "los muertos en Cristo", es la misma

de que habla Pablo en Fil. 3:11.

En Apocalipsis 20:4-6 hallamos de nuevo juntas las dos resurrecciones, con la

importante adición del tiempo que media entre la resurrección de los salvos y la de

los no salvos.

"Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos, y les fue dado juicio; y vi las almas de los

degollados por el testimonio de Jesús, y por !a palabra de Dios, y que no habían

adorado la bestia, ni a su imagen, y que no recibieron la señal en sus frentes, ni

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Page 32: Libro Traza Bien La Palabra de Verdad

en sus manos, y vieron y reinaron con Cristo mil años. Mas los otros muertos

no tornaron a vivir hasta que sean cumplidos mil años. Esta es la primera

resurrección. Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección;

la segunda muerte no tiene potestad en éstos; antes serán sacerdotes de Dios y

de Cristo, y reinarán con él mil años".

Los versículos 12 y 13 describen la segunda resurrección para "condenación".

El testimonio de la Escritura es claro en cuanto al hecho de que los cuerpos de los

creyentes son levantados de entre los cuerpos de los incrédulos, y van a recibir al

Señor en el aire mil años antes de la resurrección de los últimos. La doctrina de la

resurrección sólo afecta los cuerpos de los muertos; sus espíritus, independientes

del cuerpo, entran inmediatamente en bienaventuranza o en tormento. Fil. 1:23; 2

Cor. 5:8; Luc. 16:22,23.

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Page 33: Libro Traza Bien La Palabra de Verdad

LOS CINCO JUICIOSLa expresión "juicio general", tan frecuente en la literatura religiosa, no se halla en

las Escrituras, y, cosa aún de mayor importancia, la idea que pretende encerrar e

igualmente extraña a la Biblia.

Con razón dice el Dr. Pentecost: "Una mala costumbre impulsa al mundo cristiano

a hablar del Juicio cual si fuera un grande acontecimiento que tendrá efecto al

fin del mundo, cuando todos los seres humanos, santos, pecadores, Judíos y

Gentiles, los vivos y los muertos, estarán ante el gran trono blanco, para ser

juzgados. Nada puede diferir más de la enseñanza de las Escrituras".

Las Escrituras hablan de cinco juicios, diferentes en cuatro respectos generales:

1. Con respecto a los sujetos del juicio;

2. con respecto al lugar del juicio;

3. con respecto al tiempo del juicio;

4. con respecto al resultado del juicio.

1. Los pecados de los cre entes han sido juzgados. Tiempo: A. D. 30. Lugar:

la Cruz, Resultado: la muerte para Cristo, justificación para el creyente.

"Y llevando su cruz, salió al lugar que se dice de la Calavera, y en hebreo,

Gólghota; donde le crucificaron", Juan 19:17,18.

"El cual mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero". 1 Ped.

2:24.

"Porque también Cristo padeció una vez por los pecados, el justo por los injustos,

para llevarnos a Dios" 1 Ped. 3:13.

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Page 34: Libro Traza Bien La Palabra de Verdad

"Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición;

(porque está escrito: Maldito cualquiera que es colgado en madero)". Gál. 3:13.

"Al que no conoció pecado, hizo pecado por nosotros, para que nosotros

fuésemos hechos justicia de Dios en él". 2 Cor. 5:21.

"Mas ahora una vez en la consumación de los siglos, para deshacimiento del

pecado, se presentó por el sacrificio de sí mismo". Heb. 9:26.

"Habiendo hecho la purgación de nuestros pecados por sí mismo.". Heb. 1:3.

"Ahora pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús". Rom.

8:1.

"De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me ha enviado,

tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas pasó de muerte a vida". Juan

5:24.2. El

2. yo del creyente debe ser juzgado. Tiempo: cualquier momento. Lugar:

cualquier parte. Resultado: castigo.

"Que si nos examinásemos a nosotros mismos, cierto no seríamos juzgados.

Mas siendo juzgados, somos castigados del Señor, para que seamos

condenados con el mundo". 1 Cor. 11:31,32.

"Si sufrís el castigo, Dios se os presenta corno a hijos; porque ¿qué hijo es

aquel a quien el padre no castiga?" Heb. 12:7.

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Page 35: Libro Traza Bien La Palabra de Verdad

Veánse también 1 Ped. 4:17; 1 Cor. 5:5; 2 Sam. 7:14,15; 2 Sam. 12:13,14; 1 Tim.

1:20.

3. Las obras de los creyentes deben ser juzgadas. Tiempo: a la venida

de Cristo. Lugar: "en el aire". Resultado: recompensa o pérdida para el

creyente, pero salvación.

Es un pensamiento muy solemne que, no obstante haber llevado Cristo nuestros

pecados en su cuerpo sobre el madero, y aunque Dios ha hecho pacto con

nosotros y no se acordará más de ellos (Heb. 10:17), toda obra debe ser juzgada.

"Por tanto procuramos también, o ausentes, o presente, serle agradables: porque

es menester que todos nosotros parezcamos ante el tribunal de Cristo, para que

cada uno reciba según lo que hubiere hecho por medio del cuerpo, ora sea bueno

o malo". 2 Cor. 5:9,10.

"Mas tú ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menospreciais a tu

hermano? Porque todos hemos de estar ante el tribunal de Cristo". Rom. 14:10.

Conviene observar que ambos pasajes están limitados al creyente, cual lo indica

el contexto. En el primero, el apóstol se ha dirigido a nosotros considerándonos

en uno de dos estados: estando en el cuerpo y ausentes del Señor, o ausentes

del cuerpos y presentes del Señor; y no podría servirse de tal lenguaje con

los incrédulos. "Por tanto procuramos también, o ausentes, o presentes, serle

agradables: porque es menester que todos nosotros parezcamos", etc. 2 Cor.

5:9,10.

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Page 36: Libro Traza Bien La Palabra de Verdad

En el otro pasaje, las palabras "todos" y "hermanos" se limitan al creyente. El

Espíritu Santo nunca une así a los salvos y. los perdidos. Entonces, para que

no parezca increíble que un santo redimido pueda entrar en un juicio cualquiera,

cita un texto de Isaías para probar que "toda rodilla" se doblará, etc., y añade "de

manera que cada uno de nosotros dará a Dios razón de sí"

El pasaje siguiente de la base del Juicio de las Obras.

"Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual

es Jesucristo. Y si alguno edificare sobre este fundamento oro, plata, piedras

preciosas, madera, heno, hojarasca; la obra de cada uno será manifestada:

porque el día la declarará; porque el fuego será manifestada; y la obra de cada

uno cuál sea, el fuego hará la prueba. Si permaneciere la obra de alguno que

sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno fuere quemada, será

perdida: él empero será salvo, mas así corno por fuego". 1 Cor. 3:11-15.

Los textos siguientes fijan el tiempo de ese juicio.

"Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y

entonces pagará a cada uno conforme a sus obras". Mal. 16:27.

"Y serás bienaventurado; porque no te pueden retribuir; mas te será

recompensado en la resurrección de los justos". Luc. 14:14 (véanse 1 Cor.

15:22,23).

"Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual

también aclarará lo oculto de las tinieblas, y manifestará los intentos de los

corazones: y entonces cada uno tendrá de Dios la alabanza". 1 Cor. 4:5.

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Page 37: Libro Traza Bien La Palabra de Verdad

"He aquí, yo vengo presto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno

según fuere su obra". Apoc. 22:12.

"Por lo demás me está guardando la corona de justicia, la cual me dará el Señor,

juez justo, en aquel día". 2 Tim. 4:8.

El lugar de ese juicio: 1 Tes. 4:16,17. Véanse también Mat. 25:24-30.

4. Las naciones deben ser juzgadas. Tiempo: a la gloriosa aparición de

Cristo. Lugar: el Valle de Josaphat. Resultado: algunos salvados, otros

perdidos.

Tiempo: Mat. 25:31,32; Mat. 13:40,41. Lugar: Joel 3:1,2,12-14.

Base: tratamiento de aquellos que Cristo llama "mis hermanos". Mat. 25:40,45;

Joel 3:3,6,7. Se cree que esos "hermanos" son los Judíos que han reconocido

a Jesús como su Mesías durante "la gran tribulación" que sigue el rapto de la

Iglesia y se termina con la gloriosa aparición de nuestro Señor. Mat. 24:21,22;

Apoc. 7:14; 2 Tes. 2:3-8. La prueba es demasiado extensiva para ser aducida

aquí. Es, sin embargo, evidente que esos "hermanos" no pueden ser creyentes

de esta dispensación, pues sería imposible hallar un número considerable de

cristianos tan ignorantes que no Sepan que los actos de cariño a los creyentes

son verdaderamente ministraciones al mismo Jesús.

Resultado: Mat. 25:46.

Como ese juicio de las naciones vivas es a veces confundido con el del "gran

trono blanco" (Apoc. 20:11), conviene observar los siguientes contrastes entre

las dos escenas.

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Page 38: Libro Traza Bien La Palabra de Verdad

Naciones VivasNinguna resurrección.

Las naciones vivas juzgadas. En la tierra.

Ningún libro.

Dos clases: ovejas, cabritos. Tiempo: cuando Cristo aparezca.

Gran Trono BlancoUna resurrección.

"Los muertos" juzgados.

Los cielos y la tierra desaparecieron. "Libros abiertos".

Una clase: "los muertos".

Cuando El haya reinado 1000 años.

Los santos serán asociados con Cristo en ese juicio y, por consiguiente, no

pueden ser sujetos. Véanse 1 Cor. 6:2; Dan. 7:22; y Jud. 14,15.

En verdad, el juicio del "gran trono blanco" y el juicio de los pueblos vivos sólo

tienen una cosa en común — el Juez.

5. Los muertos malos deben ser juzgados. Tiempo: un día determinado,

después del milenio. Hech. 17:31; Apoc. 20:5,7.

Lugar: ante el "gran trono blanco" (Apoc. 20:11).

Resultado: Apoc. 20:15.

(Nota. Las Escrituras también hablan de un juicio de ángeles. 1 Cor. 6:3;

Jud. 6; 2 Ped. 2:4. Luc. 22:30 se refiere probablemente a jueces bajo la

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Teocracia, oficio más bien administrativo que judicial. Véanse Is. 1:26).

Algunos se turbarán ante la palabra "día" en pasajes tales como Hech.

17:31 y Rom. 2:16. Véanse los siguientes, en que "día" significa un largo

período: 2 Ped. 3:8; 2 Cor. 6:2; Juan 8:56. La "hora" de Juan 5:25 ha

durado ya más de dieciocho siglos.

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LEY Y GRACIA

No hay en la Palabra de Verdad división más evidente que la establecida entre la

Ley y la Gracia. En efecto, esos principios de tanto contraste caracterizan las dos

dispensaciones más importantes: la judía y la cristiana. "Porque la ley por Moisés

fue dada: mas la gracia y la verdad por Jesucristo fue hecha". Juan 1:17.

Eso no implica, por supuesto, que no existía ley alguna antes de Moisés ni que

antes de Jesucristo no había ni gracia ni verdad. Vemos la ley cuando Dios

prohibió a Adan que no comiese del fruto del árbol de ciencia del bien y del mal. Y

ciertamente la gracia fue dulcemente manifestada cuando el Señor Dios buscó a

Sus criaturas desobedientes, y vistiólas con túnicas de pieles (Gén. 3:21) hermoso

tipo de Cristo "hecho", por nosotros, "justificación" (1 Cor. 1:30). La ley, en el

sentido de alguna revelación de la voluntad de Dios, y la gracia, en el sentido de

alguna revelación de Su bondad, han existido siempre, y con frecuencia lo testifica

la Escritura. Pero "la ley", doquiera la mencionan las Escrituras, fue dada por

Moisés y, desde Sinai al Calvario, domina, caracteriza, el tiempo, de igual modo

que la gracia domina, o da un carácter peculiar, a la dispensación que empieza en

el Calvario, y tiene su término profetizado en el arrobamiento de la Iglesia.

Es, sin embargo, de importancia vital observar que la Escritura nunca mezcla

esos dos principios, en dispensación alguna. La ley tiene siempre un lugar y un

trabajo distintos y totalmente diferentes de los que la gracia. La ley es Dios que

prohibe y exige; la gracia es Dios que amonesta y concede. La ley es un ministerio

de condenación; la gracia de perdón. La ley maldice; la gracia redime de aquella

maldición. La ley mata; la gracia vivifica. La ley cierra toda boca ante Dios; la

gracia abre toda boca para alabarle. La ley establece una distancia grande y

culpable entre Dios y el hombre; la gracia acerca el hombre culpable a

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Dios. La ley dice, "Ojo por ojo, y diente por diente"; la gracia dice, "No resistáis al

mal; antes a cualquiera que te hiere en tu mejilla diestra, vuélvele también la otra".

La ley dice, "Odia a tu enemigo"; la gracia, "Amad a vuestros enemigos, bendecid

a los que os maldicen". La ley dice, "Haz y vive"; la gracia, "Cree y vive". La ley

nunca tuvo un misionero; la gracia debe ser predicada a toda criatura. La ley

condena por completo al hombre mejor; la gracia justifica gratuitamente al peor.

(Luc. 23:43; Rom. 5:5; 1 Tim. 1:15; 1 Cor. 6:9-11). La ley es un sistema de prueba;

la gracia, de favor. La ley apedrea a una adúltera; la gracia dice "Yo tampoco te

condeno". Bajo la ley, la oveja muere por el pastor; bajo la gracia, el Buen Pastor

muere por la oveja.

Por todas partes las Escrituras presentan la ley y la gracia en esferas de sumo

contraste.

La unión de ambas en mucha de la enseñanza corriente de hoy día las echa a

perder, pues priva a la ley de su terror, y a la gracia de su libertad.

El estudiante debería notar que la "ley" en el Nuevo Testamento significa siempre

la ley dada por Moisés (Rom. 7:23 es la sola excepción) pero a veces implica

toda a ley moral y ceremonial; a veces sólo los mandamientos; clase de pasajes

tenemos ejemplos en Rom. 6:14; Gái. 2:16 y 3:2. De la segunda, Rom. 3:19 y 7:7-

12. De la tercera, Col. 2:14-17.

Conviene también recordar que la ley ceremonial encierra tipos maravillosos:

las hermosas representaciones de la Persona y obra del Señor Jesús corno

Sacerdote y Sacrificio, que deben ser siempre la maravilla y delicia de los hijos

de Dios. Hay expresiones en los Salmos que serían inexplicables si fuesen

comprendidas sólo como "el ministerio de muerte en la letra grabado en piedras"

(2 Cor. 3:7); nos son reveladas cuando vemos que se refieren también a los tipos

hermosos cuadros de gracia:

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"Antes en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche".

Sal. 1:2.

"Vengan a mi tus misericordias, y viva; por que tu ley es mi deleite". Sal. 119:77.

"¡Cuánto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi meditación". Sal. 119:97.

Tres errores han turbado a la Iglesia con respecto a las verdaderas relaciones de

ley y gracia:

Antinomianismo1. La negación de toda regla sobre las vidas de los creyentes; la afirmación de que

el hombre no está obligado a vivir una vida santa por cuanto le salvó la gracia de

Dios sin exigir mérito alguno.

"Profésanse conocer a Dios; mas con los hechos lo niegan, siendo abominables y

rebeldes, reprobados para toda buena obra". Tito 1:16.

"Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los cuales desde antes

había estado ordenados para esta condenación, hombres impíos convirtiendo la

gracia de nuestro Dios en disolución, y negando a Dios que solo es el que tiene

dominio, y a nuestro Señor Jesucristo". Jud. 4.

Ceremonialismo

2. El hecho de exigir que los creyentes observasen las ordenanzas levíticas.

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"Entonces algunos que venían de Judea enseñaban a los hermanos: Que si no os

circuncidáis, conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos". Hech. 15:1.

La forma moderna de ese error es la enseñanza de que las ordenanzas cristianas

son esenciales para la salvación.

Galacianismo3. La mezcla de la ley y la gracia, enseñando que la justificación es en parte por

medio de la gracia, en parte por medio do la ley; o que la gracia es dada para

permitir al pecador desvalido que guarde la ley.

Contra tal error, el más extendido de todos, hallamos la respuesta terminante

de Dios en las solemnes amonestaciones, en la lógica indiscutible, en las

declaraciones enfáticas de la epístola a los Gálatas.

"Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la

ley, o por el oír de la fe? ¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu,

ahora os perfeccionáis por la carne?" Gál. 3:2,3.

"Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis traspasado del que os llamó a la

gracia de Cristo, a otro evangelio: no que hay otro, (no podía haber otro Evangelio)

sino que hay algunos que os inquietan, y quieren pervertir el evangelio de Cristo.

Mas aun si nosotros o un ángel del cielo os anunciare otro evangelio del que os

hemos anunciado, sea anatema". Gál. 1:6-8.

Los textos siguientes serán acaso un buen auxiliar en este asunto importante. Los

pasajes citados se refieren tan sólo a la ley y moral.

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1. Lo que es la ley"De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, y

justo, y bueno". Rom. 7:12.

"Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido a

sujeción del pecado". Rom. 7:14.

"Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios": Rom. 7:22.

"Sabernos empero que la ley es buena, si alguno usa de ella

legítimamente". 1 Tim. 1:8.

"La ley también no es de la fe". Gál. 3:12.

2. Uso legal de la ley"¿Qué pues diremos? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Empero

yo no conocí el pecado sino por la ley: porque tampoco conociera la

conscupiscencia, si la ley no dijera: No codiciarás". Rom. 7:7; véase

también 13.

"Porque por las obras de la ley ninguna carne se justificará delante de él;

porque por la ley es el conocimiento del pecado". Rom. 3:20.

"¿Pues de qué sirve la ley? Fue puesta por causa de las rebeliones". Gál.

3:19.

"Empero sabemos que lodo lo que la ley dice, a los que están en la ley lo

dice, para que toda boca se tape, y que todo el mundo se sujete a Dios".

Rom. 3:19.

(La Ley solo habla para condenar).

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"Porque todos los que son de las obras de la ley, están bajo de maldición. Porque

escrito está: Maldito todo aquel .que no permaneciere en todas las cosas que

están escritas en el libro de la ley, para hacerlas". Gál. 3:10.

"El ministerio de condenación". 2 Cor. 3:9.

"Porque cualquiera que hubiera guardado toda la ley, y ofendiere en un punto, es

hecho culpado de todos". Sant. 2:10.

"El ministerio de muerte en la letra grabado en piedras". 2 Cor. 3:7.

"Así que, yo sin la ley vivía por algún tiempo: mas venido el mandamiento, el

pecado revivió y yo mori". Rom. 7:9.

"La potencia del pecado, la ley". 1 Cor. 15:56.

Es, pues, evidente que el propósito de Dios al dar la ley, después de haber

existido la raza veinticinco siglos sin ella (Juan 1:17; Gál. 3:17), era llevar al

conocimiento del culpable su pecado en primer lugar, y luego su incapacidad de

cumplir con cuanto requería Dios. Es pura y exclusivamente una ministración de

condenación y muerte.

3. Lo que no puede hacer la ley "Porque por las obras de la ley ninguna carne se justificará delante de él; porque

por la ley es el conocimiento del pecado". Rom. 3:20.

"Sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe

de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para que fuésemos

justificados por la fe de Cristo, y no por las obras de la ley; por cuanto por las

obras de la ley ninguna carne será justificada". Gál. 2:16.

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"No desecho la gracia de Dios: porque si por la ley fuese la justicia, entonces por

demás murió Cristo". Gál. 2:21.

"Mas por cuanto por la ley ninguno se justifica para con Dios, queda manifiesto:

Que el justo por la fe vivirá". Gál. 3:11.

"Porque lo que era imposible a la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios

enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado, y a causa del pecado,

condenó al pecado en la carne". Rom. 8:3.

"Y de todo lo que por la ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en éste es

justificado todo aquel que creyere". Hech. 13:39.

"Porque nada perfeccionó la ley; mas hizolo la introducción de mejor esperanza,

por la cual nos acercamos a Dios". Heb. 7:19.

4. El creyente no está bajo la leyEl capítulo sexto de la epístola a los romanos, después de declarar la doctrina

de la identificación del creyente con Cristo en Su muerte, de la cual es símbolo

el bautismo (versículos 1-10), empieza, con el versículo 11, las declaraciones de

los principios que deberían gobernar la senda del creyente, la regla de su vida.

Tal es el asunto de los últimos doce versículos; el 14 da el gran principio de su

separación, no de la culpa del pecado (pues esto es obra de la sangre de Cristo)

sino del dominio del pecado, de sus cadenas.

"Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino

bajo la gracia": Rom. 6:14.

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Y para que nadie abrigue la horrible creencia de que no sea, por consiguiente,

importante vivir una vida santa, el Espíritu añade inmediatamente:

"¿Pues qué? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo de la gracia?

En ninguna manera". Rom. 6:15.

De fijo, todo corazón renovado responde, Amén y Amén.

El capítulo séptimo introduce otro principio de emancipación de la ley.

"Así también vosotros, hermanos míos, estáis muertos a la ley por el cuerpo de

Cristo, para que seáis de otro, a saber, dei que resucitó de los muertos, a fin de

que fructifiquemos a Dios. Porque mientras estábamos en la carne, los afectos de

los pecados que eran por la ley, obraban en nuestros miembros fructificando para

muerte. Mas ahora estamos libres de la ley, habiendo muerto a aquella en la cual

estábamos detenidos, para que sirvamos en novedad de espíritu, y no en vejez de

letra" Rom. 7:4-6.

(El versículo 7 nos indica que eso no se refiere a la ley levítica).

"Porque yo por la ley soy muerto a la ley, para vivir a Dios". Gál. 2:19.

"Empero antes que viniese la fe, estábamos guardados bajo la ley, encerrados

para aquella fe que había de ser descubierta. De manera que la ley nuestro ayo

fue para llevarnos a Cristo, para que fuésemos justificados por la fe. Mas venida la

fe, ya no estamos bajo ayo": Gál. 3:23-25.

"Sabemos empero que la ley es buena, si alguno usa de ella legítimamente;

conociendo esto, que la ley no es puesta para el justo". 1 Tim. 1:8,9.

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5. ¿Qué es la regla de vida del creyente?"El que dice que está en él, debe andar corno él anduvo". 1 Juan 2:6.

"En esto hemos conocido el amor (de Cristo), porque él puso su vida por nosotros:

también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos". 1 Juan 3:16.

"Amados, yo os ruego corno a extranjeros y peregrinos, os abstengáis de los

deseos carnales que batallan contra el alma". 1 Ped. 2:11. Véase también 12-23.

"Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis corno es digno de la vocación

con que sois Mamados, con toda humildad y mansedumbre, con paciencia

soportando los unos a los otros en amor". Ef. 4:1,2.

"Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados: y andad en amor, corno

también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros". Ef. 5:1,2.

"Porque en otro tiempo erais tinieblas; mas ahora sois luz en el Señor: andad

como hijos de luz". Ef. 5:8.

"Mirad, pues, cómo andéis avisAdanente; no como necios, mas como sabios;

rendimiento el tiempo, porque los días son malos". Ef. 5:15, 16.

"Digo pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis la conscupiscencia de la carne".

Gál. 5:16.

"Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también

hagáis". Juan 13:15.

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"Si guardareis mis mandamientos, estaréis en mi amor; como yo también he

guardado los mandamientos de mi Padre, y estoy en su amor". Juan 15:10.

"Este es mi mandamiento: Que os améis los unos a los otros, como yo os he

amado". Juan 15:12.

"El que tiene mis mandamientos, y los guarda, aquél es el que me ama". Juan

14:21.

"Y cualquier cosa que pidiéremos, la recibiremos de él, porque guardamos sus

mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él. Y éste es

su mandamiento: Que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos

unos a otros corno nos lo ha mandado". 1 Juan 3:22,23.

"Y este es el pacto que haré con ellos después de aquellos días, dice el Señor:

Daré mis leyes en sus corazones, y en sus almas las escribiré". Heb. 10:16.

Es instructivo recordar, con relación a esto, que el lugar indicado por Dios para

las tablas de la ley era dentro del arca del testimonio. Allí las tablkas estaban

ocultas por el áureo asiento de misericordia rociado con !a sangre de expiación.

El ojo de Dios podía ver Su ley quebrantada a través de la sangre que vindicaba

completamente Su justicia, y propiciaba Su ira. A edades posteriores era

reservado tomar esas tablas santas y justas para colocarlas en iglesias cristianas

como reglas de la vida cristiana.

6. ¿Qué es gracia?

"Mas cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para

con los hombres". Tito 3:4.

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"Para mostrar eh los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su

bondad para con nosotros en Cristo Jesús". Ef. 2:7.

7. ¿Qué es el propósito de Dios en la Gracia? "Porque por gracia sois salvos por la fe; y esto no de vosotros, pues es don de

Dios: por obras, para que nadie se gloríe". Ef. 2:8,9.

"Porque la gracia de Dios que trae salvación a todos los hombres, se manifestó,

enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos,

vivamos en este siglo templada, y justa, y píamente, esperando aquella esperanza

bienaventurada, y la manifestación gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro

Jesucristo". Tito 2:11-13.

"Para que, justificados por su gracia seamos hechos herederos según la

esperanza de la vida eterna'. Tito 3:7.

"Siendo justificados gratuitamente por su gracia, por la redención que es en Cristo

Jesús" Rom. 3:24.

"Por el cual también tenernos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos

firmes". Rom. 5:2.

"Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia: el cual es

poderoso para sobreedificar, y daros heredad con todos los santificados". Hech.

20:32.

"Para la alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el

Amado: en el cual tenemos redención por su sangre, la remisión de pecados por

las riquezas de su gracia". Ef. 1:6,7.

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"Lleguémonos pues confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar

misericordia, y hallar gracia para el oportuno socorro". Heb. 4:16.

¡Qué plenitud! ¡Qué abundancia!

La gracia salva, justifica, edifica, hace acepto, redime, perdona, da herencia,

posición, un trono al cual podemos acudir osadamente en busca de misericordia y

socorro, nos enseña cómo vivir, y nos da una esperanza bendita.

Resta observar que esos diversos principios no pueden ser entremezclados.

"Y si por gracia, luego no por las obras; de otra manera la gracia ya no es gracia.

Y si por las obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra". Rom.

11:6.

"Empero al que obra, no se le cuenta el salario por merced, sino por deuda. Mas

al que no obra, pero cree en aquél que justifica al impío, la fe le es contada por

justicia". Rom. 4:4,5. Véanse también Gál. 3:16-18; 4:21-31.

Finalmente:

"De manera, hermanos, que no somos hijos de la sierva, mas de la libre". Gál.

4:31.

"Porque no os habéis llegado al monte que se podía tocar, y al fuego encendido,

y al turbión, y a la oscuridad, y a la tempestad, y al sonido de la trompeta, y a

la voz de las palabras, la cual los que la oyeron rogaron que no se les hablase

más; porque no podían tolerar lo que se mandaba: Si bestia tocare al monte, será

apedreada, o pasada con dardo. Y tan terrible

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cosa era lo que se veía, que Moisés dijo: Estoy asombrado y temblando. Mas

os habéis llegado al monte de Sión, y a la ciudad del Dios vivo, Jerusalem la

celestial, y a la compañía de muchos millares de ángeles, y a la congregación de

los primogénitos que están alistados en los cielos, y a Dios el Juez de todos; ya

a los espíritus de los justos hechos perfectos, y a Jesús el Mediador del nuevo

testamento, y a la sangre del esparcimiento que habla mejor que la de Abel". Heb.

12:18-24.

No se trata, pues, de dividir en "leyes morales" y "leyes ceremoniales" las palabras

que Dios habló en el Sinaí: el creyente no se acerca al monte aquel.

El autor de "El Peregrino" dice:

"Por fe en el Señor Jesús, está el creyente ahora a la sombra de una justicia tan

perfecta y bendita que la ley tonante de Sinaí no halla objeción alguna en ella.

Esto es llamado justicia de Dios sin la ley.

(Si esto es leído por un incrédulo, le exhortamos cariñosamente a que acepte

la verdadera sentencia de la ley santa y justa que ha violado: "Porque no

hay diferencia; por cuanto todos pecaron, y están destituídos de la gloria de

Dios" (Rom. 3:23), y hallan salvación perfecta y eterna creyendo de corazón y

confesando con la boca que "el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel

que cree". Rom. 10:4,8,9.)

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LAS DOS NATURALEZAS DEL CREYENTE

Las Escrituras enseñan que hay dos naturalezas en todo ser regenerado: una,

recibida por el nacimiento natural, completa e irremisiblemente mala; y la otra

naturaleza, recibida por el nuevo nacimiento, que es la naturaleza de Dios mismo,

y, en consecuencia, completamente buena.

Los textos siguientes manifiestan lo que Dios piensa de la naturaleza vieja o de

Adan:

"He aqui, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre". Sal.

51:5.

"Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo

conocerá?" Jer. 17:9. (Según el Dr. Young, la traducción literal de este versículo

es: "Deforme es el corazón más que todas las cosas, y es incurable: ¿quién no lo

sabe?").

"No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios;

todos se apartaron, a una fueron hechos inútiles; no hay quien haga lo bueno, no

hay ni aun uno". Rom. 3:10-12.

Dios no dice que ninguno de los no regenerados es refinado, o instruido, o capaz,

o de buen genio, o generoso, o caritativo, ni aun religioso; pero dice que ninguno

es justo, ninguno busca a Dios, ninguno Le entiende.

Aceptar la opinión divina de la humana naturaleza es una de las más duras

pruebas de la fe; realizar que nuestros amigos geniales y morales que, con

frecuencia, cumplen fielmente todo deber, que rebosan simpatía hacia todos los

dolores y todas las aspiraciones de la humanidad, y que insisten en los

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derechos humanos, desconocen aún los derechos de Dios, no les ha conmovido

el sacrificio de Su hijo, cuya Divinidad niegan con insolencia inexplicable, y cuya

Palabra rechazan con desdén. Personas hay, finas y amables, que por nada del

mundo desmentirían a sus semejantes pero que no vacilan en dudar de Dios a

diario. (1 Juan 1:10; 5:10). Y esta dificultad es muy aumentada por millares. ¡Cuán

grande era el contraste entre apariencias y realidades en el tiempo antes del

diluvio!

"Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que entraron los

hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos: éstos fueron los

valientes que desde la antigüedad fueron varones de nombre". Gén 6:4.

Y parecía que el mundo mejoraba y el resultado aparente de la unión de los hijos

de Dios con las hijas de los hombres fue la elevación de la naturaleza humana a

mayor altura. Pero, véanse:

"Y vio Jehová que la malicia de los hombres era mucha en la tierra, y que todo

designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el

mala. Gén. 6:5.

También más adelante:

"Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos,

los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las

maldades, el engaño, las desvergüenzas, el ojo maligno, las injurias, la soberbia,

la insensatez. Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre"

Mar. 7:21-23.

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"Mas el hombre animal no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios,

porque le son locura: y no las puede entender, porque se han de examinar

espiritualmente". 1 Cor. 2:14.

"Por cuanto la intención de la carne es enemistad contra Dios; porque no se sujeta

a la ley de Dios, ni tampoco puede. Así que, los que están en la carne no pueden

agradar a Dios". Rom. 8:7,8.

"Entre los cuales todos nosotros también vivimos en otro tiempo en los deseos de

nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos; y éramos

por naturaleza hijos de ira". Ef. 2:3.

Así que el hombre no convertido es de triple incapacidad. Puede estar dotado, o

instruido o ser amable, o generoso, o religioso. Puede pagar sus deudas legitimas,

ser veraz, aplicado, buen esposo y padre o todo a la vez pero ni puede obedecer a

Dios, ni agradarle. ni comprenderle.

El creyente, al contrario, aunque no se ha desprendido de su vieja naturaleza

inmutable, ha recibido una nueva naturaleza de justicia y santidad.

Los textos siguientes muestran el origen y carácter del nuevo hombre.

Se verá que la regeneración es una creación, no una mera transformación: la

introducción de una cosa nueva, no el cambio de una vieja. De igual modo que

recibimos naturaleza humana por medio de la generación natural, recibimos

naturaleza divina por medio de la regeneración.

"De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere otra vez, no puede ver el reino

de Dios". Juan 3:3. (Palabras dirigidas a Nicodemo, persona religiosa y moral).

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"Mas a todos los que le recibieron, dióles potestad de ser hechos hijos de Dios,

a los que creen en su nombre: los cuales no son engendrados de sangre, ni de

voluntad de carne, ni de voluntad de varón, mas de Dios". Juan 1:12,13.

"Porque todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús". Gál. 3:26.

(Se habla mucho hoy día de "la paternidad universal de Dios, y de la fraternidad

universal del hombre", expresión peligrosa por lo menos por cuanto su última

cláusula encierra tan sólo una media verdad. No todos los nacidos sino todos los

re-nacidos son hijos de Dios. La Escritura nos dice, en efecto, que Adan era el hijo

de Dios pero también ha tenido cuidado en añadir que Seth fue hijo de Adan. I

Luc. 3:38).

"Y vestir el nuevo hombre que es criado conforme a Dios en justicia y en santidad

de verdad". Ef. 4:24.

"De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas

pasaron; he aquí todas son hechas nuevas". 2 Cor. 5:17.

Y esa "nueva criatura" está unida a Cristo.

"Con Cristo estoy juntamente crucificado, y vivo, no ya yo, mas vive Cristo en mí; y

lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó, y se

entregó a sí mismo por mi”. Gal. 2:20.

"A los cuales quiso Dios hacer notorias las riquezas de la gloria de este misterio

entre los Gentiles; que es Cristo en vosotros la esperanza de Gloria". Col. 1:27.

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"Porque muertos sois, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.

Cuando Cristo, vuestra vida, se manifestare, entonces vosotros también seréis

manifestados con él en gloria". Col. 3:3,4.

"Porque para mí el vivir es Cristo". Fil. 1:21.

"Por las cuales nos son dadas preciosas y grandísimas promesas, para que por

ellas fueseis hechos participantes de la naturaleza divina". 2 Ped. 1:4.

"Empero si Cristo está en vosotros, el cuerpo a !a verdad está muerto a causa del

pecado; mas el espíritu vive a causa de la justicia". Rom 8:10.

"Y este es el testimonio: Que Dios nos ha dado vida eterna: y esta vida está en su

Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida: el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la

vida". 1 Juan 5:11,12.

Pero esta naturaleza nueva y divina, que es de Cristo, subsiste en el creyente

junto con la vieja naturaleza. Es el mismo Pablo que decía, "No ya yo, mas vive

Cristo en mí", que también dice, "Y yo sé que en mí (es a saber, en mi carne) no

mora el bien" (Rom. 7:18); y, "Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley:

Que el mal está en mí" (Rom. 7:21). Job, el "hombre perfecto y recto", dijo "Me

aborrezco". Daniel, varón de Dios, al ver el Anciano de grande edad glorificado,

dijo, "Mi rostro se mudó".

Hay un conflicto entre estas dos naturalezas. Estudien con atención la lucha

entre los dos "Yo", el viejo Saulo y el nuevo Pablo, en Romanos 7:14-25. Una

experiencia semejante descorazona y hace vacilar a los recién convertidos.

Enfríase el primer gozo de la conversión y el convertido desmaya al ver cómo la

carne, con sus costumbres y deseos, procura ocupar su primitivo lugar, y duda

que Dios le haya aceptado. Ese es el momento de su mayor peligro. Pablo, en

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esa crisis, clama por auxilio. La ley sólo aumenta su agonía (aunque Pablo ya es

convertido); y él no se libra de la "carne", ni por esfuerzo, ni por afanarse para

guardar la ley, sino "por Jesucristo Señor nuestro" (Rom. 7:24,25).

La presencia de la carne no es, sin embargo, una excusa para andar según ella.

Hemos visto que el viejo hombre es crucificado con Cristo; que, en tal sentido,

estamos muertos, y esto debe ser nuestra experiencia continua, mortificando

nuestros miembros que están aquí en la tierra.

El poder para ellos es el del Espíritu Santo que mora en todo creyente (1 Cor.

6:19), y cuyo oficio bendito es de someter la carne.

"Digo pues: Andar en el Espíritu, y no satisfagáis la conscupiscencia de la carne.

Porque la carne codicia contra e! Espíritu, y el Espíritu contra la carne: y estas

cosas se oponen la una a la obra, para que no hagáis lo que quisiereis". Gál.

5:16,17.

"Porque si viviereis conforme a la carne, moriréis; mas si por el espíritu mortificáis

las obras de la carne, viviréis". Rom. 8:13.

En vez, pues, de hacer frente a las exigencias de la vieja naturaleza con fuerza de

voluntad, o con buenas resoluciones, acudamos al Espíritu de Dios en nosotros.

El capítulo séptimo de la epístola a los Romanos expone el conflicto del hombre

regenerado con su vieja personalidad, y es, por consiguiente, muy personal. "Lo

que quiero, no hago", "lo que aborrezco, hago", es la triste confesión de una

derrota que halla eco en muchos corazones cristianos. En le capítulo octavo, sigue

la lucha, pero ya no es personal; no hay ya agonía, pues Pablo no torna

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Page 59: Libro Traza Bien La Palabra de Verdad

en ella parte; el conflicto tiene entonces lugar entre la "carne", o sea Saulo de

Tarso, y el Espíritu Santo. Pablo ha obtenido paz y victoria.

(Entiéndase que esto se refiere a la victoria sobre la carne, sobre tendencias

internas a la conscupiscencia, al orgullo, al enojo, etc.; las tentaciones externas

son combatidas por medio de Cristo nuestro Sumo Sacerdote).

Consideren atentamente los textos siguientes: "Sabiendo esto, que nuestro viejo

hombre juntamente fue crucificado con él, para que el cuerpo del pecado sea

deshecho, a fin de que no sirvamos más al pecado". Rom. 6:6.

"Porque nosotros somos la circuncisión, los que servimos espiritu a Dios, y nos

gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne". Fil. 3:3.

"Porque muertos sois, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios". Col. 3:3.

"Así también vosotros, pensad que de cierto estáis muertos al pecado, mas vivos a

Dios en Cristo Jesús Señor nuestro". Rom. 6:11.

"Mas vestíos del Señor Jesucristo, y no hagáis caso de la carne en sus deseos".

Rom. 13:14.

"Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a

la carne" Rom. 8:12.

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Page 60: Libro Traza Bien La Palabra de Verdad

POSICION Y ESTADO DEL CREYENTE

Para comprender bien las Escrituras, es preciso establecer, especialmente en

las Epístolas, la inmensa diferencia entro la posición del creyente y su estado.

La primera es el resultado de la obra de Cristo y es perfecta y completa desde

el momento en que Cristo es recibido por fe. Sólo la fe da una posición a la vista

de Dios; ninguna otra cosa influye en la seguridad perfecta del creyente en su

vida posterior. Ante Dios el ser más débil, más ignorante, más desvalido, tiene

precisamente el mismo título que el santo más ilustre: la sola condición estriba en

ser un verdadero creyente en el señor Jesucristo.

Los versículos siguientes indican la equivalencia de tal posición:

"Mas a todos los que le recibieron, dióies potestad de ser hechos hijos de Dios, a

los que creen en su nombre". Juan 1:12.

"Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios". 1 Juan 5:1.

"Y si hijos, también herederos; herederos de Dios, y coherederos de Cristo". Rom.

8:17.

"Para una herencia incorruptible, y que no puede contaminarse, ni marchitarse,

reservada en los cielos para nosotros que somos guardados en la virtud de Dios

por fe". 1 Ped. 1:4,5.

"En quien asimismo tuvimos suerte". Ef. 1:11.

"Muy amados, ahora somos hijos de Dios y, aun no se ha manifestado lo que

hemos de ser; pero sabemos que cuando él apareciere, seremos semejantes a él".

1 Juan 3:2.

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Page 61: Libro Traza Bien La Palabra de Verdad

"Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, gente santa" 1 Ped. 2:9.

"Al que nos amó, y nos ha lavado de nuestros pecados con su sangre, y nos ha

hecho reyes y sacerdotes para Dios y su Padre". Apoc. 1:5,6.

"Y en él estáis cumplidos, el cual es la cabeza de todo principio y potestad". Col.

2:11.

"Justificados pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro

Señor Jesucristo. Por el cual también tenernos entrada por la fe a esta gracia en la

cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios". Rom.

5:1,2.

"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para

que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna". Juan 3:16.

"Estas cosas he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para

que sepáis que tenéis vida eterna". 1 Juan 5:13.

"Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el santuario por la sangre de

Jesucristo". Heb. 10:19.

"Bendito el Dios y Padre del Señor nuestro Jesucristo, el cual nos bendijo con toda

bendición espiritual". Ef. 1:3.

"Para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el

Amado". Ef. 1:6.

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Page 62: Libro Traza Bien La Palabra de Verdad

"Empero Dios, que es rico en misericordia, por su mucho amor con que nos amó,

aún estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo;

por gracia sois salvos; y juntamente nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en

los cielos con Cristo Jesús" Ef. 2:4-6.

"Mas ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis

sido hechos cercanos por la sangre de Cristo". Ef. 2:13.

"En el cual también desde que creísteis, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de

la promesa". Ef. 1:13.

"Porque por un Espíritu somos todos bautizados en un cuerpo". 1 Cor. 12:13.

"Porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos". Ef. 5:30.

"¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo?" 1 Cpr. 6:19.

Cada cosa es característica de cada creyente en el Señor Jesucristo. No es

posible alcanzar un solo detalle de este inventario glorioso por medio de la

oración, o de diligencia en el servicio, o yendo regularmente a la iglesia, o siendo

caritativo: ni con abnegación, ni santidad de vida, ni por buenas obras de cualquier

género sean. Todo es don de Dios, por Cristo, a la fe, y todo pertenece por

igual a todos los creyentes. En el momento preciso en que el carcelero brutal de

Filipo creyó en el Señor Jesucristo fue hijo de Dios, coheredero con Cristo, rey

y sacerdote, y dueño de una herencia incorruptible. En el instante en que creyó

con su corazón y confesó con su boca que Jesús es el Señor, fue justificado

por completo, alcanzó paz con Dios, recibió Su gracia y a la firme esperanza

de gloria. Recibió el don de vida eterna, fue acepto en Cristo, sellado con el

Espíritu Santo, lleno del Espíritu Santo, y bautizado en el cuerpo místico de Cristo.

Inmediatamente fue revestido de la justicia de Dios

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Page 63: Libro Traza Bien La Palabra de Verdad

(Rom. 3:22), vivificado con Cristo, con El resucitado, con El sentado en los cielos.

Pero su estado era tal vez muy diferente, de fijo muy inferior a su exaltada

posición ante Dios. Esa fue inmediata y su estado no. Los textos siguientes

indicarán cómo las Escrituras tratan de ambas cosas:

EstadoPorque me ha sido declarado de vosotros, hermanos míos, por los que son de

Cloé, que hay entre vosotros contiendas. 1 con 1:11.

De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como

a carnales... Porque todavía sois carnales: pues habiendo entre vosotros celos, y

contiendas, y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres? 1 Cor. 3:1-

3.

Mas algunos están envanecidos. 1 Cor. 4:18.

Y vosotros estáis hichados, y no más bien tuvisteis duelo, para que fuese quitado

de en medio de vosotros él que hizo tal obra. 1 Cor. 5:2.

Así que, por cierto es ya una falta en vosotros que tengáis pleitos entre vosotros

mismos. 1 Cor. 6:7.

¿Quitaré pues los miembros de

PosiciónA la iglesia de Dios que está en Corinto, santificados en Cristo Jesús, llamados

santos... Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que

os es dada en Cristo Jesús; que en todas las cosas sois enriquecidos en él, en

toda lengua y en toda ciencia; así como el testimonio de Cristo ha sido confirmado

en vosotros: de tal manera que nada os falte en ningún don, esperando la

manifestación de nuestro Señor Jesucristo: el cual también os confirmará hasta el

fin, para que seáis sin falta en el día de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es Dios, por

el cual sois llamados a la participación de su Hijo Jesucristo. 1 Cor. 1:2-9.

Mas ya sois lavados, mas ya sois santificados, mas ya sois justificados en el

nombre del Señor Jesús, y por

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Cristo, y los haré miembros de una ramera? 1 Cor. 6:15.

Entonces él, volviéndose dijo a Pedro: Quítate de delante de mí, Satanás; me eres

escándalo; porque no entiendes lo que es de dios sino lo que es de los hombres.

Mat. 16:23.

Mas ahora, dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia,

maledicencia, torpes palabras de vuestra boca. No mintáis los unos a los otros,

habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos. Col. 3:8,9.

el Espíritu de nuestro Dios. 1 Cor. 6:11.

¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? 1 Cor. 6:15.

Entonces, respondiendo Jesús, le dijo: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás;

porque no te reveló carne ni sangre, mas mi Padre que está en los cielos. Mat.

16:17.

Dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la suerte de los

santos en luz: que nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al

reino de su amado Hijo. Col. 1:12,13.

El estudiante no dejará de observar que el orden Divino, bajo la gracia, es dar

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Page 66: Libro Traza Bien La Palabra de Verdad

primero la más elevada posición posible y luego exhortar al creyente a sostener

un estado en conformidad con ella. El mendigo es alzado del polvo y puesto entre

príncipes (cual en 1 Sam. 2:8.), luego se le exhorta a portarse como un príncipe.

Ejemplos:

EstadoPues si sois muertos con Cristo cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué como si vivieseis al mundo, os sometéis a ordenanzas? Col. 2:20.Así alumbre vuestra luz

PosiciónSabiendo esto, que nuestro viejo hombre juntamente fue crucificado con él, para

que el cuerpo del pecado sea deshecho. Rom. 6:6.

Vosotros sois la luz del mundo. Mat. 5:14.

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Page 67: Libro Traza Bien La Palabra de Verdad

delante delos hombes para que . vean vuestras obras buenas, y glorifiquen a

vuestro padre que está en los cielos. Mat. 5:16.

Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mí

presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra

salvación con temor y temblor. Fil. 2:12. (1)

Si habéis pues resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está

Cristo sentado a la diestra de dios. Col. 3:1.

Amortiguad, pues, vuestros miembros que están sobre la tierra. Col. 3:5.

Andad como hijos de luz. Ef. 5:8.

Por tanto, no durmamos como los demás; antes velemos y seamos sobrios. 1 Tes.

5:6.

Por lo cual consolaos los unos a los otros, y edificaos los unos a los otros, así

como lo hacéis. 1 Tes. 5:11.

Santifícalos en tu verdad: tu

Que nos salvó y llamó con vocación santa, no conforme a nuestras obras, mas

según el intento suyo y gracia, la cual nos es dada en Cristo jesús antes de los

tiempos de los siglos. 2 Tim. 1:9.

Y juntamente nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los cielos con Cristo

Jesús. Ef. 2:6.

Cuando Cristo, vuestra vida, so manifestare, entonces vosotros también seréis

manifestados con él en gloria. Col. 3:4.

Porque en otro tiempo eráis tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor. Ef. 5:3.

Porque todos vosotros sois hijos de luz, e hijos del día; no somos de la noche, ni

de las tinieblas. 1 Tes. 5:5.

Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salud por nuestro Señor

Jesucristo; el cual murió por nosotros para que o que velemos, o que durmamos,

vivamos juntamente con él. 1 Tes. 5:9,10.

En la cual voluntad somos santificados por la ofrenda del cuerpo de Jesucristo

hecha una sola vez. Heb. 10:10.

Mas de él sois vosotros en Cristo

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(1) Observen, al leer este texto de que tanto se ha abusado, que la salvación de que tanta no es la del alma, sino de las tentaciones que impiden al cristiano hacer la voluntad de Dios.

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palabra es verdad. Juan 17:17.

Y el Dios de paz os santifique en todo. 1 Tes. 5:23.

No que ya haya alcanzado, ni que ya sea perfecto. Fi!. 3:12.

Por tanto, dejando la palabra del comienzo en la doctrina de Cristo, vamos

adelante a la perfección. Heb. 6:1.

El que dice que está en él, debe andar como él anduvo. 1 Juan 2:6.

Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios... santificación. 1 Cor. 1:30.

Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados. Heb.

10:14.

Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos. Fil. 3:15.

En esto es perfecto el amor con nosotros, para que tengamos confianza en el día

del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este mundo. 1 Juan 4:17.

Es muy grande el número de versículos que establecen la diferencia entre la

posición y el estado del creyente. Es fácil ver que no está sometido a una prueba

de ser digno de una posición tan exaltada, pero que, empezando con la confesión

de su bajeza, recibe por completo la posición como resultado de la obra de Cristo.

En cuanto a su posición, es "perfecto para siempre" (Heb. 10:14); pero mirando

al interior a su estado, debe decir, "No que ya haya alcanzado, ni que ya sea

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Page 70: Libro Traza Bien La Palabra de Verdad

perfecto". Fil. 3:12.

Puede decirse que toda la obra posterior de Dios a favor suyo, la aplicación de

la Palabra a su camino y a su conciencia (Juan 17:17; Ef. 5:26), los castigos

del Padre (Heb. 12:10; 1 Cor. 11:32), el ministerio del Espíritu (Ef. 4:11,12), las

dificultades y pruebas en el camino de la vida (1 Ped. 4:12-14), y la transformación

final cuando El aparezca (1 Juan 3:2), tienen efecto simplemente para poner

el carácter del creyente en acuerdo perfecto con la posición que es suya en el

instante de su conversión. Crece en gracia pero no dentro de la gracia.

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Page 71: Libro Traza Bien La Palabra de Verdad

Cada verdadero hijo del Rey de reyes y Señor de señores crece hasta poder

ocupar dignamente su regia posición. Al fin, la posición y el estado, el carácter

y la situación, serán iguales. Pero la posición no es la recompensa del carácter

perfeccionado -- el carácter se desarrolla de la situación.

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Page 72: Libro Traza Bien La Palabra de Verdad

SALVACION Y RECOMPENSAS

Las Escrituras del Nuevo Testamento contienen una doctrina de salvación para el

PERDIDO, y una doctrina de recompensas por los servicios fieles del SALVADO;

y es de suma importancia para la debida comprensión de la Palabra que el

estudiante vea en qué estriba su diferencia. Esa diferencia puede verse en los

contrastes siguientes:

1. La salvación es un don gratuito"Respondió Jesús y dijole: Si conocieses el don de Dios, y quién es el que te dice:

Dame de beber: tú pedirías de él, y él te daría agua viva". Juan 4:10.

"A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid,

comprad y comed. Venid, comprad. sin dinero y sin precio, vino y leche". Is. 55:1.

"Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: ven. Y el que tiene sed,

venga: y el que quiere, tome dei agua de la vida de balde". Apoc. 22:17.

"Porque la paga del pecado es muerte: mas la dádiva d€ Dios es vida eterna en

Cristo Jesús Señor nuestro". Rom. 6:23.

"Porque por gracia sois salvos por la fe; y esto no de vosotros, pues es don de

Dios: no por obras, para que nadie se gloríe". Ef. 2:8,9.

Pero en contraste con la Salvación gratuita, nótense que:

Las recompensas son alcanzadas por obras

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Page 73: Libro Traza Bien La Palabra de Verdad

"Y cualquiera que diere a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría

solamente, en nombre de discípulo, de cierto os digo, que no perderá su

recompensa". Mat. 10:42.

"He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo

demás, me está guardada la corona de justicia". 2 Tim. 4:7,8.

"Y he aquí, yo vengo presto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno

según fuere su obra". Apoc. 22:12.

"¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, mas uno

lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Y todo aquel que lucha,

de todo se abstiene: y ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible; mas

nosotros, incorruptible". 1 Cor. 9:24,25.

"Y él le dice: Está bien, buen siervo; pues que en lo poco has sido fiel, tendrás

potestad sobre diez ciudades". Luc. 19: 17.

"Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual

es Jesucristo. Y si alguno edificar sobre este fundamento oro, plata, piedras

preciosas, madera, heno, hojarasca; la obra de cada uno será manifestada:

porque el día la declarará; porque por el fuego será manifestada; y la obra de

cada uno cuál sea, el fuego hará la prueba. Si permaneciere la obra de alguno

que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno fuere quemada, será

perdida: él empero será salvo, mas así como por fuego". 1 Cor. 3:11-15.

"No tengas ningún temor de las cosas que has de padecer. He aquí, el diablo ha

de enviar algunos de vosotros a la cárcel, para que seáis

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Page 74: Libro Traza Bien La Palabra de Verdad

probados, y tendréis tribulación de diez días. Sé fiel hasta la muerte y yo te daré la

corona de la vida". Apoc. 2:10.

No dará "vida" sino una "corona de vida". Las coronas son símbolos de

recompensas, de distinciones alcanzadas. Obsérvese que hay cuatro coronas: la

de gozo, recompensa del ministerio (Fil. 4:1; 1 Tes. 2:19); de justicia, recompensa

de la fidelidad en el testimonio (2 Tim. 4:8); de vida, recompensa de la fidelidad

bajo la prueba (Sant. 1:12; Apoc. 2:10); y de gloria, recompensa de la fidelidad

bajo el sufrimiento (1 Ped. 5:4; Heb. 2:9).2.

La salvación es una poseción presente

"El que cree en el Hijo, tiene vida eterna". Juan 3:36.

"De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me ha enviado,

tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas pasó de muerte a vida". Juan

5:24.

"De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna". Juan 6:47.

"Que nos salvó y llamó con vocación santa, no conforme a nuestras obras, más

según el intento suyo y gracia". 2 Tirn. 1:9.

"Y dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado, ve en paz". Luc. 7:50.

"No por obras de justicia que nosotros habíamos hecho, mas por su misericordia

nos salvó, por el lavacro de la regeneración, y de la renovación del Espíritu Santo".

Tito 3:5.

"Y este es el testimonio: Que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su

Hijo". 1 Juan 5:11. Pero,

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Las recompensas pertenecientes al futuro"Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y

entonces pagará a cada uno conforme a sus obras". Mat. 16:27.

"Te será recompensado en la resurrección de los justos". Luc. 14:14.

"Y he aquí, yo vengo presto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno

según fuere su obra". Apoc. 22:12.

"Y cuando apareciere el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona

incorruptible de gloria": 1 Red. 5:4.

"Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el

Señor, Juez justo, en aquel día". 2 Tim. 4:8.

"Y después do mucho tiempo, vino el señor de aquellos siervos, e hizo cuentas

con ellos" Mat. 25:19.

El propósito de Dios al prometer recompensar con honores celestiales y eternos el

servicio fiel de Sus santos, es apartarles de los goces mundanos, sostenerles en

las persecuciones, y animarles al ejercicio de las virtudes cristianas. Véanse:

Heb. 11:8-10, 24-27. Col. 3:22-21. Heb. 12:2,3.

Mat. 5:11,12. Luc. 14:12,14. Juan 4:35,36.

Mat. 10:41,42. Dan. 12:3. Heb. 6:10.

Luc. 12:35-37. 2 Tim. 4:8.

Finalmente, no olvidemos el aviso – Apoc. 3:11.

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LOS CREYENTES Y LOS QUE PRETENDEN SERLO

Desde que Dios tiene un pueblo Suyo en la tierra, ese pueblo ha experimentado

la presencia de los que pretender ser, pero no son, de su número. Tal estado de

cosas, lo cual empezó aún en el huerto del Edén, continuará hasta que "enviará el

Hijo del hombre sus ángeles y cogerán de su reino todos los escándalos, y los que

hacen iniquidad... entonces los justos resplandecerán corno el sol en el reino de

su Padre". Mat. 13:41,43.

El hecho de reconocer la Escritura esta mezcla de trigo y cizaña – de los que tan

sólo pretenden creer entre los verdaderos creyentes – confunde en gran manera

a muchos estudiantes de la Palabra, que aplican a los hijos de Dios los avisos y

exhortaciones reservados exclusivamente a los engañados o hipócritas.

Veánse:

Gén. 4:3-5. Mat. 13:24-30, 37-43. Ex. 12:38.

2 Cor. 11:13-15. Núm. 11:4-6. Gal. 2:4.

Neh. 13:1-3. 2 Ped. 2:1,2. Neh. 7:63-65.

Es imposible, en una breve lectura de la Biblia hacer referencia a cuantos pasajes

establecen la diferencia entre los verdaderos creyentes y la multitud de hipócritas

y engañados que trabajan por su propia salvación, una salvación ya obtenida

como don gratuito. (Fil. 2:12, 13 y Ef. 2:8, 9).

He aquí algunos ejemplos:

1. Los creyentes están salvados; los que pretenden serlo están perdidos.

Comparen:Y dijo a la mujer: Tu fe te ha El mismo Simón creyó también

salvado, ve en paz. Luc. 7:50. entonces, y bautizándose, se llegó a

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º

Felipe... Entonces Pedro le dijo... No tienes tú parte ni suerte en este negocio:

porque tu corazón no es recto delante de Dios. Hech. 8:13, 20, 21.

Salieron de nosotros, mas no eran de nosotros; porque si fueran de nosotros,

hubieran cierto permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase

que todos no son de nosotros. 1 Juan 2:19.

Cuando el espíritu inmundo ha salido del hombre, anda por lugares secos,

buscando reposo, y no lo halla. Entonces dice: me volveré a mi casa de donde

salí: y cuando viene, la halla desocupada, barrida y adornada. Entonces va, y

toma consigo otros siete espíritus peores que él, y entrados, moran allí; y son

peores !as cosas últimas del tal hombre que las primeras. Mat. 12:43-45.

Mas hay algunos de vosotros que no creen. Porque Jesús desde el principio sabía

quiénes eran los que no creían, y quién le había de entregar. Y dijo: por eso os he

dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre. Desde esto,

muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él. Juan 6:6466.

Y después vinieron también las otras

Y Perseveraban, en la doctrina de los apóstoles, y en la comunión y en el

partimiento del pan, y en las oraciones. Hech. 2:42.

Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen; y yo les doy vida eterna: y

no perecerán para siempre, ni nadie las arrebatará de mi mano—Mi Padre que me

las dio, mayor que todos es: y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.

Juan 10:27-29.

Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera.

Y esta es la voluntad del que me envió, del Padre: Que todo lo que me diere, no

pierda de ello, sino que lo resucite en el día postrero. Juan 6:37,39.

Y mientras que ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban

apercibidas, entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. Mat. 25:10.

La Justicia de Dios por la fe de Jesucristo, para todos los que creen en él; porque

no hay

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vírgenes, diciendo: Señor, Señor, ábrenos. Mas respondiendo él, dijo: De cierto os

digo, que no os conozco. Mat. 25:11,12.

Así también vosotros de fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres;

mas de dentro, llenos estáis de hipocresía e iniquidad. iSerpientes, generación de

víboras! ¿cómo evitaréis el juicio del infierno? Mat. 23:28,33.

Y entró el rey para ver los convidados, y vió allí un hombre no vestido de boda. Y

ie dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí no teniendo vestido de boda? Mas él cerró la

boca. Entonces el rey dijo a los que servían: Atado de pies y de manos tomadle, y

echadle en las tinieblas de afuera. Mat. 22:11-13.

Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y

en tu nombre lanzamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y

entonces les protestaré: Nunca os conocí; apartaos de mí, obradores de maldad.

Mat. 7:22,23.

Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron el don

celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, y asimismo gustaron la

buena palabra de Dios, y las virtudes del

diferencia. Rom. 3:22.

Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque son venidas las bodas del

Cordero, y su esposa se ha aparejado. Y le fue dado que se vista de lino fino,

limpio y brillante: porque el lino fino son las justificaciones de los santos. Apoc.

19:7,8.

Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen. Juan 10:14.

Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los

que son suyos. 2 Tim. 2:19.

De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna. Juan 6:47.

Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, ellos estén también

conmigo; para que vean mi gloria que me has dado; por cuanto me has amado

desde antes de la constitución del mundo. Juan 17:24.

Estando confiado de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la

perfeccionará

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siglo venidero, y recayeron sean otra vez renovados para arrepentimiento. Heb.

6:4-6.

Ahora el justo vivirá por fe; mas si se retirase, no agradará a mi alma. Heb. 10:38.

hasta el día de Jesucristo. Fil. 1:6.

Pero nosotros no somos tales que nos retiremos para

perdición, sin fieles para ganancia del alma. Heb. 10:39.

Los creyentes son recompensados; los que pretenden serio son condenados.

Comparen:

Mat. 25:19-23 con Mat. 25:24-30. Luc. 12:42-44 con Luc. 12:45-47.

Col. 3:24 con Mat. 7:22, 23.

Algunos textos son difíciles de comprender, pero con oración, estudio diligente,

y recordando que es una regla importante no servirse jamás de algún pasaje

dudoso u obscuro para contradecir uno claro y positivo, desaparecerá sin duda !a

dificultad. No os sirváis de un "si" para contradecir un "de cierto"; de Heb. 6:6 para

contradecir Juan 5:24.

Los casos de Judas Iscariote y de Pedro no deben ofrecer dificultad: Judas no

creyó jamás (Juan 6:68-71); Pedro nunca dejó de creer (Luc. 22:31, 32).

Finalmente: Debemos recordar siempre que estos principios son tan sólo para

guiarnos a dividir bien la Palabra de Dios, y que nunca deben ser aplicados a ser

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alguno en vida. El juicio de los que pretenden creer no nos ha sido encomendado;

de ello se ocupará el Hijo del Hombre.

Estudien con cuidado, Mat. 13:28, 29; 1 Cor. 4:5.

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INDICE

INTRODUCCION 1

1. EL JUDIO, EL GENTIL Y LA IGLESIA DE DIOS 3

2. LAS SIETE DISPENSACIONES 11

3. LOS DOS ADVENIMIENTOS 16

4. LAS DOS RESURRECCIONES 26

5. LOS CINCO JUICIOS 29

6. LEY Y GRACIA 35

7. LAS DOS NATURALEZAS DEL CREYENTE 48

8. POSICION Y ESTADO DEL CREYENTE 55

9. SALVACION Y RECOMPENSAS 63

10. LOS CREYENTES Y LOS QUE PRETENDEN SERLO 67

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