Libro Malestares contemporáneos (páginas muestra)

15
Malestares contemporáneos Calidad y estilos de muerte Georgel Moctezuma Araoz Malestares contemporáneos Calidad y estilos de muerte Georgel Moctezuma A.

Transcript of Libro Malestares contemporáneos (páginas muestra)

Malestares contemporáneos

Calidad y estilos de muerte

Georgel Moctezuma Araoz

6

Geo

rgel

Moc

tezu

ma

Ara

oz

6MONOGRAFÍAS

ISBN 978-607-9152-04-8

En esta obra despliega elementos teórico-clínicos que puedan sostener la práctica de quien ha asumido la difícil tarea de hacer psicoanálisis, y que de cierta forma, trabaja en el campo de los “malestares contemporáneos”. ¿Por qué entrecomillar el término? Porque nos parece absurda esta desig-nación y creemos que a partir de la práctica de la burla, del desprecio y la ironía podremos, si no destruir, por lo menos debilitar las supuestas certezas que vienen del orden sociopolítico y cultural que establece dinámicas de dominio y de aplastamiento de la subjetividad. No hay tales malestares contemporáneos. Lo moderno, posmoderno, hipermoderno, contemporáneo, etcétera, en el campo de la clínica psicoanalítica consti-tuyen nominaciones que borran el orden histórico y arqueológico necesario para acercarnos a estos complicados problemas con elementos conceptuales consistentes.

Georgel Moctezuma Araoz estudió la licenciatura en psicología en la Universidad Intercontinental, donde es docente e investigador. Cursó la maestría en psicología clínica y el doctorado en psicología y salud en la Universidad Nacional Autónoma de México. En 2009 realizó una estancia posdoctoral en la Facultad de Medicina dentro del Programa de Maestría y Doctorado en Ciencias Médicas, de la Salud y Odontoló-gicas. Ha publicado diversos trabajos sobre autismo, psicosis infantil, homicidas, abusadores sexuales y violadores de niños, maltrato infantil y otros temas relacionados con la violencia. En la actualidad, es coordi-nador de las clínicas de autismo, psicosis infantiles y alteraciones en el desarrollo y de la de maltrato infantil y adolescente del Centro de Aten-ción a la Salud Integral (asi) en la Universidad Intercontinental. Fundador y director del Centro de Investigaciones Marginales.

9786079152048

MA

LEST

ARE

S CO

NTE

MPO

RÁN

EOS.

CA

LID

AD

Y E

STIL

OS

DE

MU

ERTE

Malestares contemporáneosCalidad y estilos de muerte

Georgel Moctezuma A.

Índice

Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7

Introducción . Depeche mode-health, moda efímera y semblante (engaño) en el discurso sobre la salud . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

Lo borderline: obstáculo epistémico y nocividad en el campo de la clínica psicoanalítica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13

Clínica del vacío y psicosis no desencadenadas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19

El niño autista y el discurso materno: fragmentos clínicos de una intervención psicoanalítica en el autismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31

Sobre el concepto teológico de limbo y sus relaciones con el autismo y el lenguaje: a propósito de Bartleby y la negación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37

Tiempo y (de) cocaína . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51

Criminalidad y psicoanálisis: Freud, Klein y Lacan frenteal problema del sujeto-delincuente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63

Notas sobre el canibalismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79

Familicidio: una revisión sobre sus antecedentes de investigación y algunas puntualizaciones teóricas . . . . . . . . . . . . . . . . 87

Bibliografia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95

Presentación

¿Una “clínica del limbo”? Aseveración casi delirante, si no se cuenta con los referentes que hacen posible esta construcción semántica; significante vacío, si no se han recorrido las intrincadas rutas de este libro . No es una propuesta del autor, sino mi conclusión como lector .

En uno de los capítulos, Georgel Moctezuma nos habla sobre un lugar llamado limbo, hipótesis teológica nacida en el siglo xiii que implicaba la concepción de un espacio a donde iban los no bautizados nacidos con el pecado original pero sin cometido de pecados mortales; se pensaba, en-tonces, como un destino principalmente para los bebés y los niños que murieron sin haber recibido el bautismo . En el limbo quedaban atrapadas las almas, se les negaba la visión de Dios . Si nos remitimos a la raíz etimo-lógica de la palabra, limbo significa “límite” o “borde”, esto es, quienes iban al limbo permanecían en el borde entre el cielo y el infierno . En 2007, el Papa Benedicto xvi autorizó la publicación del documento La esperanza de salvación para los niños que mueren sin el bautismo, suma de las conclu-siones de la Comisión Teológica Internacional, que analizaba el tema desde 1994 . La idea del limbo, que nunca llegó al nivel de dogma o doctrina, fue eliminada .

Los habitantes del limbo, según nos relata el autor, eran considerados seres con sentimiento de extravío de sí mismos y que conservaban el sen-tido de dolor . Era el hogar de los a-nónimos, los sin-nombre . De ahí que una clínica entendida como “del limbo” dirigiría su foco a estos seres, a quienes se les ha negado todo derecho a la palabra y, por tanto, a la defensa . Han caído en la borrosidad de las categorías, dejando de ser sí mismos para convertirse en borderlines, adictos, criminales, etcétera .

Georgel Moctezuma, quien escribe como fugitivo del limbo que retor-na convertido en un Adán dispuesto a poner nombre a todos los seres lím-bicos, presta su voz para que hablen a través de él, dejando de lado el riesgo de extraviarse a sí mismo . Así, en la acción, Georgel se afirma como sujeto, al ubicarse como antagonista de Bartleby, aquel personaje de Melville que prefiere no preferir, y protagoniza uno de los capítulos del libro .

8 Malestares contemporáneos

Transitando por los bordes, el autor nos sorprende al revelarnos las raí-ces amorosas de los actos de canibalismo o la herencia subjetiva de los familicidas, nos lleva al terreno de las psicosis no desencadenadas y del autismo, congrega a todos en la categoría de “mal-estar” . Sin embargo, al recorrer el libro, el lector se pregunta si acaso existirá un “mal-ser”, idea que rompería con la tradición occidental que reconoce la “esencia” del ser humano como libre de todo mal .

Aun desde el limbo, Moctezuma reconoce su intención de promover la salud, al afirmar que “de lo que se trata en el asunto de la salud, es produ-cir más deseo y menos goce”; esto es, confía en la vida como impulso para cruzar la frontera que da acceso a lo simbólico, para ser en el mundo algo más allá que un cuerpo reactivo y mortal .

El autor cita el concepto “ágalma”, utilizado por Lacan para referirse al ornamento o adorno que recubre al objeto amado, “es el brillo que atrae al sujeto hacia ese objeto que intenta situar como objeto de su amor” . Los protagonistas de los capítulos de este libro son incapaces de percibir estas ágalmas, pues el brillo del amor sólo puede ser reconocido por aquellos que han sido deslumbrados, al menos una vez en su vida, por él .

Georgel Moctezuma se ha propuesto obsequiarnos recursos clínico-teóricos que logren irradiar algo de amor sobre los seres límbicos; en mi opinión, lo logra con creces, lo cual agradezco como clínico, investigador y ser humano .

Juan Pablo Brand Barajas

Introducción

DEPECHE MODE-HEALTH, MODA EFÍMERA Y SEMBLANTE (ENGAÑO) EN EL DISCURSO SOBRE LA SALUD

El término depeche mode alude a un discurso irónico donde se plantea lo efímero; justo por hacerse explícito prevalece y se instala en todos los ór-denes de la vida cotidiana . Incluso se erige como estilo. El problema de la imagen, la ficción, lo falso se relacionan directamente con el semblante; señuelo que permite capturar a los otros con un efecto de fascinación que impide el surgimiento de cualquier cuestionamiento . En la actualidad, la idea y el discurso sobre la salud están ubicados precisamente allí . Nadie la cuestiona (es algo muy obvio), y cuando se pregunta al respecto apare-cen respuestas venidas del sentido común; se alude a la calidad de vida, al cuidado de sí, a la idea del bienestar . Hay que tomar en cuenta que la clínica (me refiero a la psicoanalítica, lo cual para nada significa que haya que estructurar políticas públicas en salud psicoanalíticas o psicoanalizar lo político-público en materia de salud) todo el tiempo nos indica que los seres humanos tendemos e insistimos hacia lo peor, el dolor, la tragedia, la desgracia, la autodestrucción . Basta que ustedes cuestionen su propia exis-tencia, el modo que tienen de relacionarse con los otros, sus estructuras y constelaciones familiares, etcétera . Hay una lógica del “mientras peor, mejor”. Sin embargo, el psicólogo-buen pastor está allí para decirnos “las drogas destruyen y tú… mereces vivir”. El psicólogo, el médico, el peda-gogo, el juez, el sacerdote… Dios: todos quieren nuestro bien, todos pro-curan nuestra salud . ¿Por qué será que nosotros no nos dejamos? ¿A qué se deberá que lo que nos señalan como nuestro bien y nuestra salud, eso, justamente eso, no lo queremos? ¿Qué es lo que insiste y da consistencia al verdadero y absoluto infierno que todos llevamos dentro y que, en el mo-mento menos pensado, nos anoticia su existencia? Todo esto sí lo contem-

10 Malestares contemporáneos

pla, recibe y trabaja cierto psicoanálisis; las políticas públicas en materia de salud definitivamente no .

¿Por qué hablar de depeche mode y de semblante-engaño al referirnos a la idea, la conceptualización y el discurso sobre la salud? Porque, por des-gracia, la salud es una mercancía, y a partir de esto, por fuerza debemos hablar de política, economía, procesos sociales… de modas y engaños; de manipulaciones y controles ejercidos desde diversos lugares de poder que siempre, siempre (ellos nos dirán) buscan nuestro bien, procuran nuestra salud .

¿Qué tipo de investigación subyace al planteamiento e instrumentación de políticas públicas en materia de salud? La cuantificación, la medición, permiten predecir; la predicción permite controlar . Palabra clave . El su-jeto es borrado, pues lo que en realidad interesa es la generalización . ¿Pero la generalización, lo político y lo público tienen que ir necesariamente de la mano?, ¿es que no hay lugar para la subjetividad en lo que nos toca a cada uno de manera singular, como, por ejemplo, la enfermedad?

¿En qué consiste la salud? No debe forzosamente hacerse referencia a la noción de bienestar ni a la idea de “ausencia de enfermedad”; mucho menos tiene por qué aludirse al ideal de “calidad de vida” . La salud radica en no quejarse, en producir las condiciones para que un sujeto pase a otra cosa . Consiste en asumir la responsabilidad por el propio deseo e incluso por el propio goce; reside en asumir responsablemente lo que uno dice, piensa y hace . Radica en hacer de mi sufrimiento algo que me concierne de manera activa, es decir, enunciado en primera persona . No existe, en el plano del sujeto de lo inconsciente, la victimización; lo que hay es mor-tificación frente al ser . De lo que se trata en el asunto sobre la salud es de producir más deseo y menos goce.

¿Conclusión? Las políticas públicas en materia de salud están diseña-das para que no funcione y ni siquiera aparezca un sujeto responsable de lo que le acontece en tanto sujeto de lo inconsciente . El efecto de fascinación que produce el discurso sobre la salud y lo saludable es una mercancía cuya oferta-demanda se encuentra subordinada a una infinidad de mo-das con una lógica universal, es decir, que anula la diversidad .

Esta obra parte de un interés que vengo desarrollando desde hace más de 17 años: el interés por la clínica psicoanalítica y los problemas que plantea tanto en diversas instituciones como en la práctica privada . En las

11Introducción

próximas páginas, presentamos enunciados y advertencias relativas a que en modo alguno tenemos la intención de que nuestros planteamientos sean aceptados o rechazados . Nos interesa desplegar elementos teórico-clínicos que puedan sostener la práctica de quien ha asumido la difícil tarea de hacer psicoanálisis, y que de cierta forma, trabaja en el campo de los “malestares contemporáneos” . ¿Por qué entrecomillar el término? Porque nos parece totalmente absurda esta designación y creemos que a partir de la práctica de la burla, del desprecio y la ironía podremos, si no destruir, por lo menos debilitar las supuestas certezas que vienen del orden sociopolítico y cultural (discurso del amo) que establece dinámicas de dominio y de aplastamiento de la subjetividad . No hay tales malestares contemporáneos; si ponemos atención, la clínica de estos casos (autismo, psicosis no desencadenadas, adicciones, canibalismo, familicidio) se halla activa desde la antigüedad . Para nosotros lo moderno, posmoderno, hipermoderno, contemporáneo, etcétera, en el campo de la clínica psicoanalítica constituyen nominaciones que borran el orden histórico y arqueológico necesario para acercarnos a estos complicados problemas con elementos conceptuales consistentes . Malestares contemporáneos. Calidad y estilos de muerte trata de mostrar que la escucha y la clínica psicoanalítica puede ponerse en práctica en cualquier ámbito, siempre que exista un sujeto inmerso en el sufrimiento, el deseo de saber (y una renuncia al mismo), un dispositivo transferencial y el desplie-gue de la repetición del fracaso donde, quizá al final del trabajo realizado, aparezca en medio de la desolación un trágico desamparo, para así volver a empezar .

Este texto constituye una unidad de investigación presentada como una secuencia de apartados, cuyo eje articulador es el interés y la atención prestada a la pulsión de muerte desde la clínica . En el despliegue de las siguientes problemáticas, presenciaremos la imperiosa necesidad de diver-sos sujetos por renunciar de manera casi total a la vida, siendo prioritario el que los mismos mantengan en todo momento una lógica de la aniquila-ción del otro-Otro y de la autodestrucción .

LO BORDERLINE: OBSTÁCULO EPISTÉMICO Y NOCIVIDAD EN EL CAMPO DE LA CLÍNICA PSICOANALÍTICA

Quizá haya que subtitular el trabajo de la siguiente forma: Apuntes acerca de la confusión, obstaculización, inutilidad, daños y perjuicios contenidos en la categoría borderline, que nada tienen que ver con lo que se supone es el psicoanálisis . A partir de este momento, nos situamos desde un supuesto muy particular: no hay relación alguna entre el trastorno limítrofe de la personalidad y lo que el psicoanálisis (leído, discutido y replanteado con y desde Freud) plantea . Lo borderline obedece, más que a una reconceptuali-zación de la clínica, a procesos políticos de psiquiatrización-medicalización de la así llamada psicopatología . Lo que en este trabajo se plantea son los ar-gumentos (a manera de puntualizaciones) que sostienen dichos supuestos .

Muchos son los autores y líneas de pensamiento que desde la prácti-ca de distintos psicoanálisis han dado la pauta para proponer desarrollos teórico-clínicos que apuntan al problema de los límites (o de lo borderline), a partir de la crítica referente a la intervención clínica . Centrémonos en sólo algunos cuantos de estos desarrollos .

Breve y fragmentada (además de tendenciosa) historia de la aparición y desarrollo de la noción de lo border

Entre 1967 y 1968, Herbert Rosenfeld publica Estados psicóticos, una com-pilación de trabajos, todos ellos sobre particulares problemas clínicos que se presentan en el campo de las psicosis . Dentro de tales textos, aparece de manera continua la noción de “estados confusionales”, con lo cual se alude al complicado problema de definición (de diagnóstico) entre las neurosis y las psicosis . Antes, como ya lo mencionamos, se habían realizado intentos

14 Malestares contemporáneos

por conceptualizar estos fenómenos; sin embargo, la referencia a Rosenfeld nos parece muy importante, puesto que en ningún momento de su obra plantea ninguna necesidad de “inventar” una categoría psicopatológica que dé cuenta de lo que en la clínica acontece con relación a este orden de fenó-menos . Rosenfeld mantiene el uso del término “confusional” con la firme intención de resaltar, según apuntamos nosotros, que la clínica muestra dos facetas delimitadas desde y en la confusión subjetiva del psicótico (y, como veremos, también del “psicoanalista”): el orden fenoménico y el estructural, aceptando (o no) la cuestión de que la teoría kleiniana de las posiciones constituye la herramienta más sólida para Rosenfeld, sostenida estructural-mente —y entendiéndose por estructura el conjunto de elementos vincula-dos entre sí, cuyas relaciones se subordinan a leyes específicas, las del incons-ciente— . Por estos años, aparecen dos situaciones que de ninguna manera podemos dejar pasar por alto: 1) en 1967, Otto Kernberg publica Borderline Personality Disorders; en 1971, Heinz Kohut publica The Analysis of the Self, y 2) recientemente se forma la American Psyquiatric Association, se publica la primera versión del dsm y empiezan a realizarse fuertes inversiones eco-nómicas concernientes al desarrollo y posicionamiento en el mercado de la “psicofarmacología” . Habrá quien considere absurdo discutir la relación psicoanálisis-psiquiatrización-medicalización en la clínica; siempre existirá la opción de ubicarse en el terreno de la ingenuidad .

En 1970, aparece Les états limits y, en 1977, una recopilación de varios textos, escritos por psiquiatras, vigente y muy recurrida: Borderline Perso-nality Disorders . En 1980, se realizan esfuerzos por sistematizar el asunto e incluso, en 1982, se publica Los borderlines, diagnóstico de moda . Ya desde estos años el problema de la clínica de lo border surge de las vicisitudes en la transferencia, más específicamente, de la supuesta categorización sobre los tipos de transferencia . Debe plantearse la pregunta acerca de qué es hacer clínica en y desde el psicoanálisis, puesto que resulta de vital importancia ubicar sólidamente su campo, diferenciándolo con precisión de la práctica médico-psiquiátrica .

En 1986, en Estados Unidos, se publica 42 vidas en tratamiento, traba-jo que consiste en el seguimiento del tratamiento (¿psicoanalítico?) de 42 sujetos, por 30 años, en la Menninger Clinic, de la cual era el director el propio Kernberg . Hasta aquí lo que deseamos describir en relación con cierta historia del border .

15Lo borderline

Planteamiento de una definición con “efectos confusionales”

Ya desde los setenta puede definirse lo border como un diagnóstico de es-tructura marcado por una detención del desarrollo de las funciones del yo . Por completo necesario es discutir tres puntos que amarran esta defi-nición .

Estructura

El concepto no está en Freud; desde él tenemos diversas problematizacio-nes sobre la estructura de la personalidad, la teoría estructural, la con-formación del aparato psíquico . Recordemos que entre 1955 y 1956 La-can dicta su seminario nombrado Las psicosis, aunque el título inicial era Las estructuras freudianas; en él, problematiza la relación de las psicosis, los llamados síntomas psicóticos, los fenómenos elementales, el mecanismo formador de las psicosis y, en específico, la necesidad de plantear las con-sistencias de la estructura, diferenciándola de la noción de personalidad . Desde el comienzo de su obra, Lacan plantea y replantea, desde el estruc-turalismo, la idea fundamental de que el inconsciente está estructurado como un lenguaje, siendo los tres elementos —inconsciente, estructura, lenguaje— equiparables en función de las leyes que los rigen . De ahí que esta “nueva categoría diagnóstica”, lo border, deberá discutirse a la luz de que lo que los pacientes hacen no es decisivo; lo en verdad fundamental consiste en lo que los pacientes dicen acerca de lo que hacen . Los síntomas no son conductas, son hechos de lenguaje .

Desarrollo

¿Qué entienden quienes utilizan la categoría de lo border como desarrollo? Creemos que la perspectiva genética predomina dentro de sus conceptuali-zaciones, y ubican una lógica lineal que echa mano de la tríada frustración-fijación-regresión, en tanto idea dogmática, y da cuenta de las llamadas detenciones, fallas, fracturas en el desarrollo y en la personalidad, lo cual los lleva a plantear la existencia de unas “estructuras” más evolucionadas que otras, es decir, de borders con mejor o peor pronóstico . Recordemos que ciertamente Freud aporta elementos para pensar en estas situaciones;

16 Malestares contemporáneos

sin embargo, también debe pensarse que ya en Complemento metapsicológico a la doctrina de los sueños (1914) nos plantea una idea fundamental acerca de lo que es desde el psicoanálisis . Nos referimos al término Zeitlicht-ent-wichelungsgeschichte, el cual se traduce como “el tiempo de la historia del desarrollo” . Tres nociones que nos advierten sobre la cautela que hay que preservar al momento de ubicar en la clínica lo que se despliega por parte de los analizantes, en tanto discurso en transferencia . Uno de los proble-mas centrales al respecto se refiere a la idea del tiempo no como elemento cronológico-lineal; el sujeto se ve afectado por el tiempo en función de dos principios básicos: la retroactividad y la anticipación, los cuales sostienen el papel fundamental de la historia (o de la historización-significación de los acontecimientos) con relación al hecho de que las así llamadas “fallas en el desarrollo” se ubican prioritariamente en una dimensión discursiva y en relación con su consistencia significante o representacional . Por mencio-nar un ejemplo, situado en la clínica de la regresión, quienes abonan por lo borderline otorgan importancia a la regresión del sujeto a pautas de relación precarias o primitivas; desde otro psicoanálisis (el lacaniano), la regresión es básicamente el regreso de significantes que pueden o no dar consistencia a fenómenos considerados en tanto síntomas . El desarrollo abordado des-de el psicoanálisis es un hecho de significación-historización-subjetivación; nada tiene que ver con nociones tales como madurez o evolución .

Funciones del yo

Sabido es que para el psicoanálisis que se sostiene de la psicología del yo, éste tiene una función prioritaria: la adaptación a la realidad y la integración tanto de las experiencias como del sujeto . Sabidas son también las innume-rables críticas de Lacan hacia dicha corriente de pensamiento; aquí nos in-teresa resaltar el hecho de que el yo tiene una función de desconocimiento, se juega entre las experiencias de insuficiencia y anticipación y se ubica, en relación con el semejante, de manera permanente en un lugar de tensión agresiva . Para los psicólogos del yo, es esta instancia con la que se intervie-ne; el otro psicoanálisis apunta al trabajo con el sujeto de lo inconsciente .

Estas puntualizaciones, extraídas de la definición de lo border, dan la pauta para señalar lo que desde nuestro punto de vista establece una serie de confusiones conceptuales que ni siquiera son puestas a discusión .

17Lo borderline

Un último comentario de orden político relativo a la concepción de lo borderline: fines de los setenta es el momento en que existen estrechos vínculos entre la Columbia University, el New York State Hospital, la apa (con su biblia, el dsm) y la industria “psico”farmacológica, sostenidos por los esfuerzos de Kernberg para consolidar la intersección entre psiquiatría y psicoanálisis —más bien, psicología del yo— en Estados Unidos . Con la aparición del dsm III, hubo cierto movimiento psicoanalítico; todas las instancias mencionadas —incluyendo, por supuesto, la persona de Kern-berg— “disipan” estas cuestiones, lo que trajo como resultado un incre-mento estadístico-económicamente significativo en la prescripción de psicofármacos realizada por los psiquiatras-psicoanalistas “contra” (todos) los borders . Desde allí a la actualidad, es común escuchar: “la clínica con-temporánea es la clínica de los borders” .

Para terminar esta sección, proponemos como un hecho necesario re-plantear los siguientes aspectos centrales en la práctica del psicoanálisis que, en efecto, afectan directamente nuestro modo de concebir el espinoso asunto de la psicopatología y que de forma muy llamativa se centran (las confusiones) en el problema relacionado con la manera de teorizar lo nom-brado como border .

• Sujeto (del inconsciente) vs . individuo, persona, organismo, el yo .• Síntoma . Singular, portador de significado, es una contradicción, es

una formación de compromiso vs . es un indicio de enfermedad, de mal funcionamiento del organismo .

• Realidad . Construida y significada por el lenguaje, además el sujeto la adapta a él vs . la realidad es objetiva, está afuera, es el entorno y la persona tiene que adaptarse a ella .

• Clínica . De la escucha, de la lectura-escritura vs . clínica de la mirada (médica) .

• Ética . Asumir la responsabilidad por el propio deseo, asumir la cas-tración vs . ética del Soberano Bien (el “psicoanalista” procura la sa-lud de su paciente, la cual constituye un verdadero consenso moral a prescribir “caso por caso”) .

18 Malestares contemporáneos

Algunos apuntes como propuesta para no recurrir a la categoría de lo border en y desde la clínica psicoanalítica

Es un hecho que las psicosis —también las neurosis y las perversiones— desplegadas en la clínica constituyen un difícil problema en cuanto a su abordaje; sin embargo, apoyándonos en Lacan, y con la claridad de que los enunciados expuestos a continuación se alejan de cualquier intento didáctico-simplificador de situar al orden clínico, podemos desplegar lo siguiente .

Una posible lectura de la subjetividad y de la aparición y desarrollo del sujeto desde el psicoanálisis es imposible si no se recurre a los registros real, simbólico e imaginario . A partir de aquí, podemos preguntarnos sobre la configuración y definición de estos tres órdenes de la experiencia huma-na, donde cada sujeto se apropiará e historizará tal proceso, dando como resultado la asunción de un lugar particular frente a una diversidad de elementos que, juntos bajo las leyes del lenguaje y de lo inconsciente, con-forman la estructura . Estos elementos, en tanto propuesta tentativa, son los relativos a la relación del sujeto con el yo, el otro, el cuerpo, el ideal, las identificaciones, la ley, la falta, el Otro, el goce, el placer, el amor, el deseo, la sexuación . La particular forma de posicionarse frente a todos y cada uno de estos elementos define la estructura: neurosis, perversión o psicosis . Es importante destacar la relevancia del “pasaje” por el estadio del espejo y el complejo de Edipo, como “momentos” estructurales y estructurantes de la subjetividad . Señalemos también que, desde Lacan, podemos referirnos a la clínica de las estructuras, la cual hemos desarrollado un poco aquí, como coordenadas y referentes para intervenir; sin embargo, no debemos dejar de lado la clínica de la “holofrase y el intervalo”, la cual no expondre-mos en esta ocasión . Ciertamente, y para finalizar, afirmamos que el recur-so a la categoría de lo border, lo limítrofe, lo fronterizo, propuesto por los personajes aquí criticados, es del todo innecesario y hasta nocivo; de esta “conceptualización” sólo se desprende una práctica de la “neosugestión”, donde la adaptación, de nueva cuenta, orienta las intervenciones .