“El año 2440” y los libros

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El año 2440Louis-Sébastien Mercier (1740-1814), fue un intelectual de la Ilustración y uno de los creadores del género literario de la ucronía. [La ucronía es una novela en la que un hecho histórico determinado permite elaborar una trama, por ejemplo, un argumento para una novela ucrónica sería que los chinos hubieran descubierto y colonizado América]

En 1771 publica su obra “El año 2440”. En esta novela, Mercier plasma su particular visión de lo que es el progreso en la historia. La novela narra las vicisitudes del autor que se duerme en el año 1770 en París y despierta de su sueño 700 años después, en 2440. El escritor describe a esta sociedad parisina del futuro, fruto de una revolución pacífica y feliz.

Este modelo le sirve para expresar de manera crítica el contraste entre la realidad política y social existente en 1770, con un sistema político absolutista y represor y unas élites aristocráticas que sólo con el privilegio del nacimiento imponen su voluntad a sus semejantes política, social y económicamente. En 2440, Mercier describe una sociedad meritocrática. Los méritos prevalecen sobre los privilegios del nacimiento. Los abusos y las arbitrariedades son cosa del pasado y en esta sociedad del futuro predomina la justicia de las leyes y la razón.

El año 2440 y los libros

En su novela Mercier nos expone su visión del futuro sobre los libros. Conocedor de la Biblioteca Nacional de su tiempo, con una considerable cantidad de libros, el autor imaginaba que en 2440 encontraría muchísimos más ejemplares. Pero, sorprendentemente apenas observa una sala que contiene unos cuantos libros colocados en cuatro únicas estanterías. Desconcertado, Mercier pregunta cómo puede darse esa situación y le responden que una comisión de expertos revisó todos los libros publicados y consideraron oportuno suprimir todas aquellas obras que contuvieran datos erróneos y falsedades. El resultado sería un reducido número de ejemplares que contendrían las verdades más importantes y los preceptos éticos y morales necesarios para la sociedad.

¿No anuncia acaso el futuro de una sociedad sin libros?