Libertad y Responsabilidad

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Libertad y responsabilidad La libertad interior o constitutiva La libertad tiene cuatro grandes planos, que se superponen e implican mutuamente. El primer nivel de consideración es la libertad constitutiva, también llamada fundamental o trascendental. Es el nivel más radical y profundo: la persona humana es un ser libre. La libertad constitutiva consiste en ser una intimidad libre, un espacio interior que nadie puede poseer si uno no quiere, y en el cual yo estoy, de algún modo, a disposición de mí mismo. Soy independiente, autónomo, puedo entrar dentro de mí, y ahí nadie puede apresarme ni quitarme la libertad. Se trata de un espacio interior inviolable, que puede definirse como un poseerse en el origen, ser dueño de uno, mismo y, en consecuencia, de las propias manifestaciones y acciones. Ningún cautiverio, prisión o castigo es capaz de suprimir este nivel tan profundo de libertad: se puede mantener una creencia, un deseo o un amor en el interior del alma, aunque externamente se decrete su abolición absoluta. Todas las formas de perseguir la religión o la libertad de pensamiento se saldan con un fracaso, porque jamás llegan al interior de la conciencia, que es siempre libre e inviolable. Ningún poder humano tiene la capacidad ni legitimidad para quebrantar esta libertad. Esta libertad interior o constitutiva de la que mana la dignidad de la persona es la base de los derechos humanos y del ordenamiento jurídico. Su importancia en este aspecto es enorme porque de ella brotan_ Los derechos a la libertad de opinión y expresión: El derecho a la libertad religiosa El derecho a vivir según dicten las propias creencias y convicciones “Se puede indudablemente establecer contacto con el ser psíquico del otro, pero no se le puede apropiar” N. Hartman 1

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Libertad y responsabilidad

La libertad interior o constitutivaLa libertad tiene cuatro grandes planos, que se superponen e implican mutuamente.

El primer nivel de consideración es la libertad constitutiva, también llamada fundamental o trascendental. Es el nivel más radical y profundo: la persona humana es un ser libre.

La libertad constitutiva consiste en ser una intimidad libre, un espacio interior que nadie puede poseer si uno no quiere, y en el cual yo estoy, de algún modo, a disposición de mí mismo. Soy independiente, autónomo, puedo entrar dentro de mí, y ahí nadie puede apresarme ni quitarme la libertad. Se trata de un espacio interior inviolable, que puede definirse como un poseerse en el origen, ser dueño de uno, mismo y, en consecuencia, de las propias manifestaciones y acciones.

Ningún cautiverio, prisión o castigo es capaz de suprimir este nivel tan profundo de libertad: se puede mantener una creencia, un deseo o un amor en el interior del alma, aunque externamente se decrete su abolición absoluta. Todas las formas de perseguir la religión o la libertad de pensamiento se saldan con un fracaso, porque jamás llegan al interior de la conciencia, que es siempre libre e inviolable. Ningún poder humano tiene la capacidad ni legitimidad para quebrantar esta libertad.

Esta libertad interior o constitutiva de la que mana la dignidad de la persona es la base de los derechos humanos y del ordenamiento jurídico. Su importancia en este aspecto es enorme porque de ella brotan_

Los derechos a la libertad de opinión y expresión: El derecho a la libertad religiosa El derecho a vivir según dicten las propias creencias y convicciones

“Se puede indudablemente establecer contacto con el ser psíquico del otro, pero no se le puede apropiar” N. Hartman

Síntesis pasiva: Sin embargo es muy importante advertir que el hombre no es pura libertad, sino que ésta convive con lo que el hombre ya es, es decir, con todo lo pre-conciente o inconsciente. Lo preconsciente e inconsciente es, en primer lugar, mi propio cuerpo. Además está el conjunto de elementos biológicos, genéticos, cognitivos, afectivos, educacionales y culturales que el hombre lleva consigo cuando comienza su vida consciente y mientras desarrolla ésta. A este conjunto lo llamamos síntesis pasiva.

La síntesis pasiva es cronológicamente anterior a la libertad, pero cuando ésta se constituye, la asume. Yo no soy libre de tener un determinada constitución psicobiológica, pero sí soy libre de asumirla o no en mi proyecto biográfico. Mi dotación afectivo-valorativa, la urdimbre afectiva en la que me he criado, la configuración biológica, física y material de mi situación, etc., son las condiciones prácticas iniciales de mi libertad. Imaginarse una libertad pura, carente de esas condiciones y de síntesis pasiva, sin limitación, es una utopía. Una libertad así no existe, pues todos estamos determinados inicialmente en nuestras decisiones por la situación en la que vivimos y por el tiempo en el que hemos nacido. Dicho de otro modo: nuestra libertad es una libertad situada, parte de una situación determinada.

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La libertad de elección o arbitrioNosotros tenemos conciencia de que podemos elegir o no (podemos ejercer la

libertad o no) y de que podemos elegir esto o aquello (podemos especificar la libertad de una u otra manera). Estas dos capacidades, de ejercicio y de especificación, integran la capacidad de autodeterminación de la voluntad que se conoce como libertad de arbitrio o libertad psicológica, según la cual efectuamos la elección. La libertad de elección se experimenta espontáneamente en nuestra conciencia: todos tenemos experiencia de que algunas de nuestras acciones proceden de nuestra libre elección.

Hay tres maneras de entender la libertad de elección: La primera forma consiste en decir que la libertad de arbitrio no es

real, sino sólo aparente. Según esta opinión, nuestras elecciones y decisiones están previamente determinadas por motivaciones que nosotros ignoramos la mayor parte de las veces, pero que son causas eficientes de nuestro comportamiento.

Estas motivaciones deterministas procederían, precisamente de la síntesis pasiva: el código genético, los sistemas de condicionamiento debidos al aprendizaje infantil, las frustraciones psicológicas, el subconsciente, el ambiente familiar, el medio geográfico, la clase social, el sistema económico... Todos estos factores reducirían casi a cero, según esta explicación, el margen de la libertad de elección: uno actúa siempre determinado por un motivo que hace que la libertad sea sólo una apariencia de libertad. Cuando uno cree actuar libremente, en realidad está siguiendo un interés fáctico predeterminado, incluso sin saberlo. Los intereses sustituyen a la libertad.

En una posición radicalmente opuesta encontramos una sobre valoración de la elección. Ésta consiste en decir que la libertad significa, ante todo y sobre todo, elección, y que basta elegir para ser libre, independientemente de que uno elija bien o mal. La idea es que si una persona posee suficiente sentido común y experiencia, su propio modo de disponer de su existencia es el mejor, no porque sea el mejor en sí mismo, sino porque es su modo propio.

Sin embargo también se advierten algunas deficiencias en esta concepción de la libertad. Se plantea un problema difícil cuando mi libertad se relaciona con la de los demás: ¿hasta dónde debo ser tolerante con la elección ajena, en la que no debo interferir, ya que cada uno es muy libre de actuar según unos valores que pueden ser diferentes, o incluso contrarios a los míos? ¿Con qué criterio puedo juzgar si algo es perjudicial para los demás y por tanto no debo hacerlo?

Por otra parte olvidamos que el hombre es un ser creador de valores y cada vez que elige, de alguna manera está validando su elección como posible para todo hombre, al elegir el hombre elige al Hombre que quiere para lo sociedad. Pero evidentemente es inconciente de ello.

Pero entre el determinismo y la libertad como pura elección, existe un justo medio para colocar la libre elección en el lugar que le corresponde. Esta tercera postura afirma lo siguiente:

a) Algunas decisiones humanas son fruto de la libertad de elección, pero quizá el número de ellas es menor de lo que nos gustaría

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a) La elección puede ser acertada o desacertada, porque podemos elegir bien, y mejorar nuestra condición, o mal, y equivocarnos respecto de lo que nos conviene.

b) Por otra parte hemos de prestar atención a las consecuencias de nuestros actos, tanto en nosotros como en los demás: las elecciones repetidas provocan hábitos, y los hábitos hacen a los hombres mejores o peores. Se requiere un criterio ético para juzgar las decisiones, pues producen un enriquecimiento o un empobrecimiento personal

La realización de la libertad: el proyecto vitalDentro de una perspectiva vital y existencial, la libertad consiste en el desarrollo de

la misma a lo largo del tiempo, es decir, en la tarea de vivir la propia vida, y configurar una determinada biografía e identidad: la de uno mismo. La realización de la libertad consiste en el conjunto de decisiones que van diseñando la propia vida y en la incorporación de los resultados que producen esas decisiones. Con ello se llega a ser auténticamente uno mismo, o no se llega; se hace uno mejor o peor de lo que era, y desde luego, distinto; se opta por un determinado camino, y se dejan los demás:”la vida humana consiste en un mecanismo de elección, de preferencia y postergación. Toda elección es a la vez una exclusión...” Al diseño y realización de ese conjunto de decisiones, preferencias y postergaciones se le llama proyecto vital.

La realización de un proyecto vital propio, libremente decidido y realizado, es lo que da autenticidad y sentido a la propia vida

Podemos finalmente advertir que los tres niveles de libertad se encuentran estrechamente relacionados; por una parte la libertad constitutiva o de pensamiento es la forma particular que tenemos de comprender el mundo y la vida, es el conjunto de valores que guían nuestra operatividad. Esta libertad de pensamiento se concreta en la libertad de arbitrio, pues las elecciones se realizan en virtud del criterio teórico que hemos ido forjando a través del uso de nuestro pensamiento. La coherencia esperable del ser racional supone que la praxis tiene un fundamento teórico que la sostiene.

El proyecto de vida sería la trayectoria biográfica en la que cada quien va forjando su vida según las convicciones anteriormente señaladas. Sin embargo es importante advertir que la vida humana se desarrolla siempre en un contexto social y material determinado y la realización de un proyecto vital exige una sociedad en la cual este proyecto sea posible. Al conjunto de elementos materiales e inmateriales (leyes, moral, técnica, educación, política, economía, etc) existentes en cada sociedad y que permiten el desarrollo pleno de la libertad humana, se le denomina libertad social. El proceso a través del cual los pueblos han ido accediendo a estos bienes ha sido lento y dificultoso, sin embargo no cabe duda que la primera forma para liberar al hombre es el acceso a la educación.

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ActividadesAnalizar el siguiente texto y responder las preguntas que siguen a continuación

La Libertad ConstitutivaLa incomprensión teórica y práctica del verdadero sentido de la libertad humana

procede del acostumbrado reductivismo que se aplica a ella y que nos hace entenderla exclusivamente como libertad de elección o arbitrio. En esta actitud sesgada suele soslayarse las distintas dimensiones que configuran precisamente la autonomía humana, especialmente la más importante, a saber, la libertad constitutiva o de pensamiento.

La libertad de pensamiento evidencia que el hombre es una interioridad con un conjunto de creencias, sentimientos, convicciones y valores que han de constituirse en nuestra forma particular de estar en el mundo. Así mismo esta forma de estar en el mundo irá concretándose tanto en las elecciones particulares como en la configuración del proyecto de vida. El poder humano de disponer su forma de comprender el mundo y de asentarse reflexivamente en él nos habla de un mundo interior intransferible, en el que nadie puede penetrar si es que nosotros no lo consentimos.

El psiquiatra Víctor Frankl descubrió la importancia de la libertad constitutiva en su experiencia como prisionero en Auschwitz. Según su testimonio, los hombres poseedores de una rica vida interior tuvieron la fortaleza para enfrentar la crudeza de la experiencia constrictiva en el campo nazi. En esta profunda comprensión antropológica, el psiquiatra retoma la frase de Niezche “Quien tiene una meta por qué vivir siempre sabrá cómo” para explicar que sólo aquel hombre que piensa la vida y ordena las prioridades de la misma sabrá cómo salvar las dificultades que las circunstancias del devenir le ofrecen.

El Hombre en busca del sentido (extracto)Víctor FranklTras este intento de presentación psicológica y explicación psicopatológica de las

características típicas del recluido en un campo de concentración, se podría sacar la impresión de que el ser humano es alguien completa e inevitablemente influido por su entorno (entendiéndose por entorno en este caso la singular estructura del campo de concentración, que obligaba al prisionero a adecuar su conducta a un determinado conjunto de pautas). Pero ¿Y qué decir de la libertad humana? ¿No hay una libertad espiritual con respecto a la conducta y a la reacción ante un entorno dado? ¿Es cierta la teoría que nos enseña que el hombre no s más que el producto de muchos factores ambientales condicionantes, sean de naturaleza biológica, psicológica o sociológica? ¿El hombre es solo un producto accidental de dichos factores? Y, lo que es más importante ¿las reacciones de los prisioneros ante el mundo singular de un campo de concentración son una prueba de

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que el hombre no puede escapar a la influencia de lo que le rodea? ¿Es que rente a tales circunstancias no tiene posibilidad de elección?

Las experiencias de vida en un campo demuestran que el hombre tiene capacidad de elección. Los ejemplos son abundantes, alguno heroicos, los cuales prueban que puede vencerse la apatía, eliminarse la irritabilidad. El hombre puede conservar un vestigio de la libertad espiritual, de independencia mental, incluso en las terribles circunstancias de tensión psíquica y física.

Los que estuvimos en campos de concentración recordamos a los hombres que iban de barracón en barracón consolando a los demás, dándoles el último trozo de pan que les quedaba. Puede que fueran pocos en número, pero ofrecían pruebas suficientes de que al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades humanas –la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias- para decidir su propio camino.

Y allí, siempre había ocasiones para elegir. A diario, a todas horas, se ofrecía la oportunidad de tomar una decisión que determinaba si uno se sometería o no a las fuerzas que amenazaban con arrebatarle su yo más íntimo, la libertad interna; que determinaba si uno iba o no iba a ser el juguete de las circunstancias, renunciando a la libertad y a la dignidad, para dejarse moldear hasta convertirse en un recluso típico.

Aún cuando condiciones tales como la falta de sueño, la alimentación insuficiente y las diversas tensiones mentales pueden llevar a creer que los reclusos se veían obligados a reaccionar de cierto modo, en un análisis último se hace patente que el tipo de persona en que se convertía un prisionero era el resultado de una decisión íntima y no únicamente producto de la influencia del campo. Fundamentalmente cualquier hombre podía, incluso bajo tales circunstancias, decidir lo que sería de él –mental y espiritualmente-, pues aún en el campo de concentración puede conservar su dignidad humana.

También es positiva la vida que está casi vacía tanto de creación como de gozo y que admite una sola posibilidad d conducta; a saber, la actitud del hombre frente a su existencia, una existencia restringida por fuerzas que son ajenas.

La pregunta que personalmente me angustiaba era la siguiente: ¿Tiene algún sentido todo este sufrimiento, todas estas muertes? Si carecen de sentido, entonces tampoco lo tiene sobrevivir al internamiento. Una vida cuyo último sentido consistiera en superarla o sucumbir, una vida que dependiera en último caso de la casualidad no merecía la pena de ser vivida.

Preguntas1) Señale tres características de la libertad constitutiva2) Explique cual es el valor de la libertad constitutiva

Explique cómo testimonia el autor la existencia de la libertad constitutiva

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