Libertad en El Ser y La Nada

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Jean Paul Sartre: Libertad En El Ser y La Nada “La angustia cuando manifiesta nuestra libertad a nuestra conciencia, es testigo de una modificabilidad perpetua de mi proyecto inicial. Así, estamos completamente comprometidos en nuestra elección, y somos perpetuamente conscientes de que nosotros mismos podemos invertir bruscamente esa elección y virar en redondo, pues proyectamos el porvenir con nuestro propio ser, y lo roemos completamente con nuestra libertad existencial, anunciándonos a nosotros mismos lo que somos por medio del porvenir, y sin dominio alguno sobre este porvenir, que parece siempre posible sin pasar jamás a la categoría de real. Así estamos perpetuamente sometidos a la amenaza de la nihilización de nuestra elección actual, a la amenaza de elegirnos -y por consiguiente, de volvernos- otro de lo que somos. Por el solo hecho de que nuestra elección es absoluta, es también frágil, que al poner en medio de ella nuestra libertad, ponemos al mismo tiempo su posibilidad perpetua de convertirse en un aquende preverificado por un allende que seré”: Ser y la nada.

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Ensayo sobre la libertad en la obra "el ser y la nada" de Sartre

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Jean Paul Sartre: Libertad En El Ser y La NadaLa angustia cuando manifiesta nuestra libertad a nuestra conciencia, es testigo de una modificabilidad perpetua de mi proyecto inicial. As, estamos completamente comprometidos en nuestra eleccin, y somos perpetuamente conscientes de que nosotros mismos podemos invertir bruscamente esa eleccin y virar en redondo, pues proyectamos el porvenir con nuestro propio ser, y lo roemos completamente con nuestra libertad existencial, anuncindonos a nosotros mismos lo que somos por medio del porvenir, y sin dominio alguno sobre este porvenir, que parece siempre posible sin pasar jams a la categora de real. As estamos perpetuamente sometidos a la amenaza de la nihilizacin de nuestra eleccin actual, a la amenaza de elegirnos -y por consiguiente, de volvernos- otro de lo que somos. Por el solo hecho de que nuestra eleccin es absoluta, es tambin frgil, que al poner en medio de ella nuestra libertad, ponemos al mismo tiempo su posibilidad perpetua de convertirse en un aquende preverificado por un allende que ser:Ser y la nada.

Segn Jean Paul Sartre para analizar la dicotoma entre determinismo y libre arbitrio, es preciso explicitar las estructuras contenidas en la idea misma de accin.El concepto de acto contiene distintas nociones que se deben jerarquizar: por ejemplo, actuar es modificar la figura del mundo. Pero segn Sartre lo primordial del anlisis del concepto de accin, es que es intencional.

La accin adems implica necesariamente como su condicin el reconocimiento de un desidertum, es decir, de una falta objetiva o bien de una negatividad. Esto quiere decir que la conciencia puede retirarse de su ser como conciencia y abandonara ese terreno para abordar el del no-ser. Esto tiene que ver directamente con la visin del en s y el para s en Sastre Ejemplo:-Decir que un 60% de los impuestos provistos han sido recaudados puede pasar, en rigor, por una apreciacin positiva de la situacin tal cual es. Decir que ingresan de un modo irregular, es considerar la situacin a travs de una situacin puesta como el fin absoluto, que, precisamente, no es.

En tanto que el hombre est sumido en la situacin histrica, ocurre que no llega ni siquiera imaginar que pueda ser de otro modo. Si sucediera que el hombre victoriosamente se encuentra con la capacidad de cambiar el estado de las cosas ser menester que ponga un estado de las cosas ideal como pura nada presente; y por otra, que ponga la situacin actual como nada respecto a ese estado de cosas ideal.

Es por eso que Sartre concluye con este ejemplo que en primer lugar que ningn estado de hecho es susceptible de motivar por s mismo ningn acto. Puesto que un acto es una proyeccin del para s hacia algo que no es, y lo que es no puede por s mismo determinar algo que no es. La segunda conclusin es que ningn estado de hecho puede determinar a la conciencia a captarlo como negatividad o como falta, es ms, a definirlo y circunscribirlo.

Esto implica, que la conciencia, es posibilidad permanente de efectuar una ruptura con su propio pasado, posibilidad de arrancarse a l para poder considerarlo a la luz de un no-ser y para poder conferirle la significacin que tiene a partir del proyecto un sentido que no tiene.De ninguna manera, el pasado puede por s mismo producir un acto, es decir, la posicin de un fin que se vuelve sobre l para iluminarlo. Es por eso que desde que se atribuye a la conciencia ese poder negativo respecto del mundo y de s misma, desde que la nihilizacion forma parte integrante de la posicin de un fin, ha de reconocerse que la condicin indispensable y fundamental de toda accin es la libertad del ser actuante.

Todo acto implica un motivo, puesto que es producto de una intencin. Hablar de un acto sin motivo es hablar de un acto al cual falta la estructura intencional de todo acto, y los partidarios de la libertad, al buscarla en e l nivel del acto en vas de ejecucin, no podran sino terminar por volverla absurda. Pero los deterministas, a su vez, se facilitan demasiado las cosas al detener su investigacin en la pura designacin del motivo y del mvil. La cuestin esencial, en efecto, est allende la organizacin compleja: Motivo-intencin-acto-fin.

El motivo debe ser experimentado como tal, es decir, que el para s debe conferirle su valor de mvil o de motivo. El mvil no se comprende sino por el fin, es decir, por lo no-existente; el mvil es, pues, en s mismo una negatividad. Ejemplo: si acepto un salario de miseria, es sin duda por miedo, y el miedo es un mvil. Pero es medio de morir de hambre; es decir, que ese medio no tiene sentido si no fuera de s, en un fin puesto idealmente que es la conservacin de una vida a la que capto como en peligro. Y ese miedo, no se comprende, a su vez, sino con la relacin con el valor que implcitamente doy a la vida, es decir, se refiere a ese sistema jerarquizado de objetos ideales que son los valores. As, el mvil se hace ensear lo que l mismo es por el conjunto de seres que no son, por las existencias ideales y por el porvenir.

Motivos y mviles no tienen sentido sino en el interior de un conjunto proyectado, que es justamente un conjunto de no existentes. Y este conjunto es, finalmente, idntico de m mismo como trascendencia, soy tanto que tengo- de- ser yo mismo fuera de m. El proyecto resuelto hacia un cambio no se distingue del acto, el mvil, el acto y el fin; se constituyen en un solo surgimiento. Cada una de estas tres estructuras reclama como significacin propia a las otras dos. El acto decide de sus fines y sus mviles, y el acto es expresin de libertad. La libertad se hace acto y por lo comn la alcanzamos a travs del acto que ella organiza con los motivos, los mviles y fines que ese acto implica

Segn Jean Paul Sartre no se puede encontrar una esencia en la libertad, puesto que no es simplemente un concepto. Esto quiere decir que no se puede describir una libertad comn al otro y a m. Al contrario, la libertad es fundamento de todas las esencias, puesto que el hombre devela las esencias intramundanas trascendiendo el mundo hacia sus posibilidades propias. El hombre es un existente que se entera de su libertad por sus actos; pero tambin un existente cuya existencia individual y nica se temporaliza como libertad. Por ende, la libertad es cuestin de la libertad en el ser del existente, por lo tanto no es una propiedad de la naturaleza sino es exactsimamente la textura del ser individual que a la vez comprende esa libertad.

El hombre est condenado a ser libre, esto quiere decir que no podran encontrarse en su libertad otros lmites que ella misma. El hombre es libre porque no es s mismo, sino presencia de s. Esto quiere decir que la libertad es precisamente la nada que es sida en el meollo del hombre y que obliga a la realidad humana a hacerse en vez de ser. As, para Sartre el ser es elegirse; nada viene de afuera ni tampoco de adentro que ella pueda recibir o aceptar. As la libertad, no es un ser: es el ser del hombre, es decir, su nada de ser.Asimismo eleccin y conciencia son una y la misma cosa; si est bien establecido que la conciencia es nihilizacion, se comprender que el tener conciencia de nosotros mismos y el escogernos a nosotros mismos es una y la misma cosa.

La voluntad es necesariamente negatividad y potencia de nihilizacion, si ha de ser libertad. La voluntad es manifestacin nica de la libertad, que a la vez supone como todo acaecimiento del para s, el fundamento de una libertad originaria para poder constituirse como voluntad. La voluntad, en efecto, se pone como decisin reflexiva con relacin a ciertos fines. Pero estos fines no son creados por ella, sino que la voluntad es ms bien una manera de ser con respecto a ella. Decreta que la prosecucin de esos fines ser reflexiva y deliberada. Y estos fines son los que definen a la realidad humana. As, La libertad, siendo asimilable a mi existencia, es fundamento de los fines que intentar alcanzar, sea por la voluntad, sea por esfuerzos pasionales; la libertad no es sino existencia de nuestra voluntad o de nuestras pasiones, en cuanto esta existencia es nihilizacion de la facticidad, es decir, la existencia de un ser que es su ser en el modo de tener de serlo.

Motivo: Segn Sartre es la razn de un acto, es decir, el conjunto de consideraciones racionales que lo justifican. Adems es la captacin objetiva de una situacin determinada en cuanto esta situacin se revela, a la luz de cierto fin, como apta para servir de medio para alcanzarlo

Mvil: Es considerado comnmente como un hecho subjetivo. Es el conjunto de deseos, emociones y pasiones que me impulsan a cumplir un determinado acto. As como el surgimiento del para s hace que haya un mundo, as tambin aqu su ser mismo, en tanto que este ser es puro proyecto hacia un fin, hace que haya cierta estructura objetiva del mundo merecedora del nombre de motivo a la luz de aquel fin. El para s es, pues, conciencia de ese motivo. Pero esta conciencia posicional del motivo es, por principio, conciencia no-ttica de s como proyecto hacia un fin. En este sentido, es mvil, sea que se experimenta a s misma no-tticamente como proyecto ms o menos spero, ms o menos apasionado, hacia un fin, en el momento mismo en que se constituye como conciencia relevante de la organizacin del mundo en motivos.

As, motivo y mvil son correlativos, exactamente como la conciencia nottica (de) s es el correlato ontolgico de la conciencia ttica del objeto. As como la conciencia de algo es conciencia (de) s, as tambin el mvil no es sino la captacin del motivo en tanto que esta captacin es conciencia (de) s. Pero se sigue de ello, evidentemente, que el motivo, el mvil y el fin son los tres trminos indisolubles del brotar de una conciencia viva y libre que se proyecta hacia sus posibilidades y no se hace definir por ellas.

En lo concreto seria: Yo he querido esto o aquello: esto es lo que permanece irremediable y lo que, incluso, constituye mi esencia, puesto que mi esencia es lo que he sido. Pero sobre el sentido que este deseo, ese temor, aquellas consideraciones objetivas sobre el mundo tienen para m cuando actualmente me proyecto hacia mis futuros, solo yo puedo decidir. Y decido, precisamente, por el acto mismo por el acto mismo por el cual me proyecto hacia mis fines.

Al mismo tiempo, la libertad aparece como una totalidad inanalizable: los motivos, mviles y fines, as tambin como la manera de captar los motivos, mviles y fines, son unitariamente organizados en los marcos de esa libertad y deben comprenderse a partir de ella.

Luego de la definicin y aclaracin del concepto de motivo y mvil. Sartre har necesario dar a ese proyecto por el cual la reflexin est subtendida al nombre de intencin. En la medida, pues, en que la voluntad es un caso de reflexin, el hecho de situarse para actuar en el plano voluntario reclama por fundamento una intencin ms profunda. Luego, si la voluntad es por esencia reflexiva, su objetivo no consiste tanto en decidir qu fin ha de alcanzarse, pues, de todos modos, el dado est echado; la intencin profunda de la voluntad recae ms bien sobre la manera de alcanzar ese fin puesto ya.

Finalmente respecto a la voluntad no se puede entender como una manifestacin privilegiada de la libertad, sino un acaecimiento psquico dotado de una estructura propia, que se constituye en el mismo plano que los dems acaecimientos psquicos y est sustentado, ni ms ni menos que los otros, por una libertad originaria y ontolgica.

Luego de tales reflexiones de orden tanto formal como existencial desde el punto de vista ms ontolgico Sartre plantea tales resultados: La libertad se identifica con el ser para-s ; la realidad humana es libre en la exacta medida en que tiene-de-ser esta nada, como hemos visto, en mltiples dimensiones: primero temporizndose, es decir, siendo siempre a distancia de s misma, lo que implica que no puede dejarse determinar jams por su pasado para ejecutar tal o cual acto. Surgiendo como conciencia de algo y ( de) s misma, es decir,siendo presencia de s misma y no slo s misma, lo que implica que nada existe en la conciencia que no sea conciencia de existir y que, en consecuencia, nada exterior a la conciencia puede motivarla; por ltimo, siendo trascendente, es decir, no algo que primeramente sea para ponerse despus en relacin con tal o cual fin, sino, al contrario, un ser que es originariamente proyecto, es decir, que se define su fin.

En Sartre como en Heidegger el ser es ser-en-el-mundo; as se encuentra en las cosas , en tanto que hay cosas para el hombre en perpetuo llamado hacia la integracin, que nos hace descender para captarlas, desde la integracin total, inmediatamente realizada, hasta cual o tal estructura singular, que se interpreta slo por relacin con esa totalidad. Pero si, por otra parte, hay un mundo, se debe a que surgimos al mundo de una vez y en totalidad.

De esta manera se esboza el acto fundamental de la libertad: este acto da su sentido a la accin particular que puedo considerar en un momento dado; ese acto, constantemente renovado, no se distingue de mis ser; es eleccin de m mismo en el mundo y, al mismo tiempo, descubrimiento del mundo. El mundo nos devuelve exactamente, pos su propia articulacin, la imagen de lo que somos, trascendindolo hacia nosotros mismos lo hacemos aparecer tal cual es. Nosotros elegimos al mundo- no son su contextura en s sino en su significacin- al elegirnos. Y si se objeta, que segn tales observaciones, seria menester tener conciencia de no habernos elegido sino de elegirnos, respondemos que esa conciencia se traduce por el doble sentimiento de la angustia y de la responsabilidad; estas son la cualidad de nuestra conciencia en tanto que sta es pura y simple libertad

Al trmino de esta larga discusin conviene retomar la comprensin ontolgica a de la libertad en Sartre: 1 una primera mirada a la realidad humana nos ensea que, para ella, ser se reduce a hacer. As, no encontramos nada dado en la realidad humana, en el sentido de que el temperamento, las pasiones, los principios de la razn, etc., serian elementos dados, adquiridos a innatos, existentes en la manera de las cosas. Ser ambiciosos o irascible es simplemente conducirse de tal o cual manera en tal o cual circunstancia. As, la realidad humana no es primero para actuar despus, sino que para ella ser es actuar, y cesar de actuar es cesar de ser.2 si la realidad humana es accin, esto significa, evidentemente que su determinacin a la accin es a su vez accin. La existencia del acto implica su autonoma.3 si el acto no es puro movimiento, debe definirse como intencin. Como quiera que se considere esta intencin, no puede ser sino un trascender lo dado hacia un resultado de obtener. Si la tendencia o el acto han de interpretarse por su fin, ello se debe a que la intencin tiene como estructura el poner su fin fuera de s. De este modo, la intencin se hace ser eligiendo el fin que la anuncia.4 siendo la intencin eleccin del fin y revelndose el mundo a travs de nuestras conductas, la eleccin intencional del fin revela el mundo, y el mundo se revela tal o cual (en tal o cual orden) segn el fin elegido. El fin, al iluminar el mundo, es un estado del mundo por obtenerse y aun no existente.5 Si lo dado no puede explicar la intencin, es menester que sta realice, por su propio surgimiento, una ruptura con lo dado, cualquiera que ste sea. La realidad humana, siendo acto, no puede concebirse sino como ruptura con lo dado, rompiendo con ello e iluminndolo a la luz de lo aun-no-existente.6 tal eleccin, que se hace sin punto de apoyo y se dicta a s misma sus motivos, puede parecer absurda y, en efecto, lo es. Pues la libertad es eleccin de su ser, pero no fundamento de sus ser. La realidad humana puede elegirse como bien lo entienda, pero no puede no elegirse

[ 1 ]. Nihilizacion: el ser , es sin razn , sin causa , sin necesidad , la tensin hacia la nada[ 2 ]. Ttico: Poner delante, ah, un hecho. Un mundo habitado por hechos