Libertad de expresión y censura en internet
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Libertad de expresión y censura en la Era de
Internet
MPD Jorge E. Lomelí López
Al menos en las últimas dos décadas, Internet ha representado el avance tecnológico
más importante del hombre, a raíz de que en 1969 dos universidad Estadounidenses, la UCLA
y la Stanford, decidieron probar una conexión entre ambas por medio de una línea telefónica,
dando píe así a la primera red interconectada, conocida hasta ahora como ARPANET.
Se trata de una red que empezaron a utilizar entre una y otra para el traspaso de
información, seccionada en pequeños paquetes a través de diferentes caminos para, una vez
alcanzado su destino, ordenarse y reconstruirse en forma de una comunicación con sentido.
Esta idea y el trabajo en conjunto de desarrolladores muy pronto generarían la “Red
de Redes” literal para nombrar a la Web, WWW o simplemente Internet. Nada menos que
un tejido de redes electrónicas interconectadas entre sí con alcance mundial y con
posibilidades de comunicación entre personas u organizaciones afines, separados
geográficamente. De aquí parten algunas definiciones que surgieron a la par de Internet,
como la Conmutación, para representar la conexión que realizan los diferentes nodos que
existen en distintos lugares y distancias, logrando un camino apropiado para conectar dos
usuarios de una red de telecomunicaciones. La conmutación permite la descongestión entre
los usuarios de la red disminuyendo el tráfico y aumentando el ancho de banda
También se habla de que Internet surgió como un invento militar durante los años
60’s cuando Estados Unidos, durante la guerra fría, creó una red para uso militar, con el
objetivo de que en dado caso de una ataque ruso, se pudiera tener acceso a la información
militar desde cualquier punto del país. Sin adjudicar todavía el origen preciso de Internet a
una cierta persona, institución o país, su uso ha sido genérico, inimaginable y global.
Se habla de que en la actualidad alrededor de dos mil seiscientos millones de personas
permanecen conectadas a Internet (Internet World Stats 2012), algo así como dos terceras
partes del mundo, con fines recreativos, comerciales, educativos o de investigación. Así,
Internet se ha convertido en uno de los motores de la economía del siglo XXI: por la facilidad
que aporta de llegar a un público global incalculable con simples acciones digitales. Los
halagadores de esta tecnología hablan de que en los próximos años, los trabajos y actividades
profesionales serán completamente desarrolladas en casa, los estudios y recamaras se
convertirán en salas de junta, de redacción y sitios de compra venta de mercancía, todo por
las enormes características de facilitar el trabajo a distancia a partir del uso de Internet.
Posiblemente desde la invención de la prensa por el alemán Gutenberg o del teléfono
por parte de Alexander Graham Bell, ninguna invención humana ha ofrecido tantas
oportunidades económicas, sociales y culturales a tantos y ha ofrecido tantas posibilidades
de beneficiar al ser humano.
La Organización de las Naciones Unidas a través de sus periódicos informes sobre
Desarrollo Humano, ha señalado que el boom de la economía digital y de Internet es un
peligro para propiciar una distancia más grande entre los pueblos ricos y los pobres. Lo
anterior se entiende que se debe por la diferencia de posibilidades de acceso a las tecnologías.
Por ejemplo, para estar en condiciones de recibir los nuevos y avanzados servicios de
telecomunicaciones que se lanzarán en los próximos años, la población necesita contar con
redes de telecomunicaciones de gran capacidad, y sólo los que dispongan de éstas, estarán en
condiciones de acceder a la basta fuente de información y conocimiento que proporcionarán.
El hecho es que los habitantes de grandes urbes tendrán enlaces de gran calidad y
velocidad con redes de fibra óptica hasta sus casas y oficinas, los habitantes de los pueblos,
incluso los que tengan un nivel de economía similar a los de las ciudades se verán
imposibilitados de acceder a este tipo de servicios. Esta diferencia tan marcada ha sido
definida por varios autores como la brecha digital.
Para el sociólogo Español, Manuel Castells, no es otra cosa más que la división entre
inforricos, aquellos que tienen acceso a un gran caudal de información; e infopobres quienes
permanecen marginados de ese acceso a la información.
Aunque muchos investigadores sobre el fenómeno que supone Internet para el
hombre han señalado más pros que contras, los datos anteriores han evidenciado que el gran
problema de esta tecnología es que no el acceso no es democrático ni garantizado, y menos
regido por buenas prácticas o leyes de las demanden.
Estos es, que cualquier persona con conexión a Internet, tiene acceso a un caudal
importante de aplicaciones, información y posibilidades de realizar cualquier actividad en
esta plataforma digital. El usuario promedio en el mundo, sin conocimientos avanzados sobre
las TIC’s puede publicar cualquier mensaje en foros, blogs, web’s y plataformas sociales, y
no siempre con calidad, buen gusto y apegados a la legalidad y criterio que un medio de
comunicación requiere. El gran dilema es, no quien, sino qué publica.
Si bien Internet se ha convertido en la década reciente no sólo en un importante medio
de comunicación y transmisión de cultura, y principalmente en un sistema de relaciones entre
los usuarios, es también un campo de acción para grupos con ciertas prácticas. Al margen de
las carentes reglas y legislaciones en la mayoría de los países del mundo con acceso a
Internet, se registran diversos tipos de delincuencia asociados a la red, mostrando así cada
vez con mayor frecuencia, una realidad que siempre ha existido.
Para tal caso, la pornografía infantil, que ahora más que nunca en la historia muchos
pedófilos han sido detenidos, gracias justamente a la capacidad de Internet de concentrarlos
entorno a servidores o usuarios bien identificados. Otro de los grandes males que se ha
asociado con Internet, es la piratería, que se ha convertido en una amenaza para industrias
cinematográficas o discográficas, aunque también verdad que ha venido a poner un poco de
orden en un mercado en dónde los márgenes de utilidad eran exagerados.
Para estos caso, la inexistencia de un marco legal regulador de lo que se publica,
comparte o produce en y para Internet, permitieron el crecimiento de estas prácticas ilegales,
que ahora al paso de los años se han convertido en toda una industria generando ganancias
alrededor del mundo.
¿Cómo pasa esto? Es posible decir que parte de la educación, los valores y ética de
los propios usuarios de Internet para conducirse en la vida diaria, pero las malas prácticas
que detonan en actos ilegales y delitos van acompañadas siempre por el interés económico y
las grandes ganancias que en la mayoría de las veces se generan con estas acciones.
Y resulta que para publicar, buscar y recibir información de y para Internet, los
usuarios necesitamos de un sinnúmero de intermediarios (proveedores de acceso, buscadores,
administradores de plataformas, entre otros) que se vuelven agentes decisivos dentro de la
arquitectura abierta y descentralizada de Internet. Estos intermediarios son, entonces, actores
necesarios para que todas las personas podamos ejercer nuestro derecho a la libertad de
expresión en el ámbito digital.
Los incentivos hacia la censura privada pueden reducirse si se establece un régimen
legal que evite la responsabilidad de los intermediarios por los contenidos generados por los
usuarios, y que dé intervención al Poder Judicial para resolver sobre los derechos en juego,
con todas las garantías que establece el debido proceso.
Pero aquí entra al tema, el punto más coyuntural en el debate, la regulación de Internet
por parte del estado o la iniciativa privada. Asegura Castells que al ser una red global con
poder de procesamiento de información y comunicación multinodal, Internet no distingue
fronteras y establece comunicación irrestricta entre todos sus nodos. La única censura directa
posible de Internet es no tener presencia en la red, pero esto es muy costoso para los
gobiernos, las sociedades, las empresas y los individuos. Ya no se puede estar ausente en
Internet (CASTELLS, 1995).
Ahora bien, la red de redes es global y se hace a través de un servidor, es aquí donde
está el espacio para el control más directo. Ya se hace y en muchos países, negar acceso al
servidor, cerrar el servidor o controlar quién comunica qué y a quién mediante una vigilancia
electrónica de la información que circulan por el servidor.
Muchos casos reales como este, el más reciente La Primavera Árabe, la serie de
sucesos registrados entre 2010 y 2013 en países árabes y que corresponden a manifestaciones
populares de los ciudadanos artos de los abuso de sus gobiernos, señalan a la población
Tunecina de iniciar las revueltas en diciembre de 2010 y como efecto dominó muchos países
se unieron a las demandas.
Muchas manifestaciones como estas surgieron en décadas en varios países de África,
pero terminaban pronto con la opresión del gobierno con ayuda del ejército. Pero lo que hizo
realmente diferentes a estas rebeliones populares, motivadas por el desempleo y las
injusticias del gobierno, fue el inequívoco uso de la tecnología para comunicar al mundo lo
que ahí pasaba.
La gente usó como principal arma de defensa, la comunicación instantánea a través
de las redes sociales por medio de Internet, miles de usuarios con sus dispositivos móviles
compartían al mundo mensajes con fotografías y videos de lo que acontecía en esos
momentos en las calles de las principales ciudades de Túnez y Egipto. De esa forma en un
hecho insólito, el resto del mundo se enteraba de los sucesos en esa región de África, lo que
antes era impensable, que los mensajes fueran conocidos más allá de sus fronteras.
Al tiempo de las revueltas populares, la radio y la televisión árabes, mantenían al aire
su programa nación habitual, sobre todo los canales internacionales, vendiendo una imagen
pacífica y bajo control de la situación que vivían, muy diferente a la realidad, pero acorde al
compromiso con el gobierno.
Miles, millones de mensajes de apoyo se expresaban en Facebook y Twitter para esos
pueblos, por parte de la comunidad europea y americana principalmente. Carentes de
regulación legal pero si con oportunidad de suprimir el servicio de Internet, el gobierno
Egipcio, uno de los más señalados en la revuelta, no pudo evitar la salida de mensajes vía
redes sociales de sus ciudadanos. La radio y la televisión pudieron mantener bajo control,
pero no al medio de comunicación inmediato, sin fronteras geográficas de menor costo,
Internet. No obstante, luego de este primer evento, los gobiernos de estos países iniciaran con
una limitación importante de los servicios de internet para sus habitantes.
Tanto fue el impacto en redes sociales que se acuñaron definiciones para recordar al
suceso en Internet, la “revolución Facebook” y la “revolución twitter” que tomaron el papel
protagónico de los medios tradicionales que no pudieron mostrar su importancia.
Sobre estos hechos Ethan Zuckerman, investigador en el Centro Berkman de la
Universidad de Harvard para Internet y Sociedad, cree que los medios de comunicación
social - en especial Facebook - "probablemente jugaron un papel importante" en el
levantamiento de los países árabes.
Por todo el mundo sabido la censura de Internet en China, un control del gobierno
bajo distintas leyes y reglamentos administrativos creados año 1996. Para aplicarlas han
construido un gran firewall capaz de filtrar el contenido que se publica, esta filtración puede
realizarse por listas de IP bloqueadas, palabras claves censuradas, envenenamiento de DNS
entre otros. Además se estima que cuenta con brigadas de Internet conformadas por 30,000
miembros, quienes buscan controlar el contenido mediante la aplicación de las leyes.
Además, por si fuera poca la represión en Cuba, los ciudadanos están limitados
también en el acceso a Internet, limitados casi borrados de los mapas de calor que muestran
las regiones del mundo que tienen usuarios de esta tecnología.
El debate ha sido por años en torno a la regulación, legislación o censura que habría
de imponerse en Internet por parte de gobierno, instituciones, empresas o demás.
Si bien, cualquier usuario con mínimos conociemitos tecnológicos pueden crear con
libertad un foro de expresión en Internet y publicar cualquier mensaje, mismo que llegará a
miles y millones de lectores, y sin restricciones legales, es importante la autorregulación
como medida para evitar desinformación. La mayoría de Instituciones, empresas, medios de
comunicación y profesionales independientes han adoptado la cultura de la autorregulación,
a partir del diseño y aplicación particular de un Código de Ética, Manual de Estilo o de buenas
prácticas para publicaciones en Internet. Es el documento que explica a los agremiados como,
qué, cuándo y para qué publicar mensajes en Internet.
Por ello decimos que en Internet se tiene que apostar por la libertad y no por el control,
pues es justamente esta característica la que ha hecho de la red en gran parte lo que es hoy en
día, no solo en un importante medio de comunicación y transmisión de cultura, sino
principalmente en un sistema de relaciones entre los usuarios. Por ello hay que asegurarse de
que las empresas y los gobiernos no consigan el control, que eso es lo único que les queda
como meta.
REFERENCIAS
- CASTELLS, M.; KISELYOVA, E. (1995). The collapse of the Soviet Union: the
View from the Information Society. Berkeley: University of California,
International & Area Studies Book Series.
- Deibert, Ronald J. Black. “Code Redux: Censorship, Surveillance, and the
Militarization of Cyberspace”. En Boler, Megan (ed).Digital Media and Democracy:
Tactics in Hard Times. Cambridge, Mass: MIT Press, 2008. Pp. 137-164.
Disponible en el sitio http://static.ow.ly/docs/9657-
digital_media_and_democracy_7fM.pdf
- Theodoulou, Michael. “Twitter and Facebook are the new weapons of Middle East
protest.” The National, Enero 2011, edición electrónica, sec. Middle-East.
Recuperado en Internet el 28 de agosto de 2013 en el sitio
http://www.thenational.ae/news/worldwide/middle-east/twitter-and-facebook-are-
the-new-weapons-of-middle-east-protest.
- Ramírez Plascencia, David. “La Naturaleza de Internet y sus Repercusiones
Legales.” Alfa-Redi Revista de Derecho Informático, No. 108, Julio de 2007.
Recuperado el 28 de agosto de 2013 en el sitio
http://www.avizora.com/publicaciones/derecho/textos/0094_naturaleza_de_internet
_y_repercusiones_legales.htm
- The Economist. Briefing The future of the internet / September 4th 2010
- http://royal.pingdom.com/