Leyendo Campos de Castilla -...

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EL INGENIOSO HIDALGO “Me fui con tu libro allí y luego no hacía falta, todos tus libros, Antonio, el Duero me los cantaba: siempre los canta.” (Ángela FIGUERA) D D ESOCUPADO lector: cumplimos en abril un cen- tenario; en 1912, don Antonio Machado publicaba Campos de Castilla hacia la segunda quincena de abril, unos meses antes de la muerte de su esposa (Leonor dejaría de existir el 1 de agosto, a los dieciocho años de edad). Hablar ahora de algo tan eruditamente tratado en todas partes, implica repetir si no plagiar. Por lo tanto, tú, lector inteligente, sé benévolo y toma mis palabras como un mínimo recuerdo-homenaje al Poeta; perdona si te suenan a ya oídas y ojalá su amable Sombra nos transmi- tiera un ápice de la sencillez y sensibilidad que le confor- maron. El 20 de septiembre de 1911, Antonio había escrito a Juan Ramón Jiménez: “En breve publicaré un libro que le remitiré. Es un intermedio. Mi libro vendrá más tarde. Em- piezo a verlo hoy y lo escribiré en unos cuantos años”. Así, el poeta le da un carácter provisional por aquellas fechas; piensa por lo demás, en otro texto que nunca vio la luz. Abrimos Campos de Castilla y lo primero que nos deja dicho su autor es aquello de “Mi infancia son recuer- dos de un patio de Sevilla”, “mi historia algunos casos que recordar no quiero” y anticipa su final con “me en- contraréis a bordo, ligero de equipaje / casi desnudo, como los hijos de la mar”. De este modo, fija –ante pro- pios y extraños– los límites de su biografía y… de su vida. Vamos leyendo: podemos ver al buitre de ala ancha asomándose hacia Aragón por la barbacana de Soria; pensamos los secretos tallados en las piedras del viejo hospicio provinciano, caído en la voltaria rueda de la for- tuna, contemplado impíamente por la doble faz de amor y de venganza del dios ibero, a veces revestido de la vie- ja armadura de un Cid equívoco y legendario; ¿advertiría don Quijote los ojos turbios de envidia o de tristeza, de aquellos castellanos corriendo con el Duero “por siempre hacia la mar”, que tan dolorosa- mente impresionaron las pupilas oscuras del poeta? Aunque no todo es sombrío, la esperanza cabe; por más que la encina, ennegrecida, viva como puede, mes- nadas de robles, cho- pos, hayas, álamos co- pian del agua del río, “sus vivas ondas de plata” deslumbrantes al sol; todos hallan su promesa de eternidad en la humildad del olmo seco, con sus pocas hojas verdes brotadas en la primavera. Estamos contemplando, pues, el fluir eterno de la vida con su incansable monotonía (por lo demás, fundamento de toda la obra machadiana). Continuamos la lectura a rá- fagas, como en el vaivén del viento: desde el vagón de tercera del modesto profesor de francés, que fue don An- tonio –también en este instituto– se deja atrás al loco vo- ciferando “a solas con su sombra y su quimera”; a un acu- sado pálido y lampiño” (los de ahora, ya no enderezan hipérbatos latinos). Atrás van quedando Soria, “árida y fría”, y la Laguna Negra da lo viejo al olvido, definitiva- mente. Un punto hondo de melancolía nos acude al observar el “alto Espino donde está su tierra”; en nuestra soledad dorada (la del viajero inmóvil), reabrimos los caminos que, lo hasta entonces gris e innominado, daba a la voz del poeta; por esa leve tristeza del soñador que somos con él, en la armonía alojada en sus versos, meditamos por qué “lo nuestro es pasar /pasar haciendo caminos / cami- nos sobre la mar”. La morada del hombre en la realidad se fundamenta sobre el acto poético. El arte se imbrica en la vida con la función permanente de manifestarse como su conciencia; Hölderlin lo ha dicho: lleno de méritos y con todo, poéticamente, habita el hombre sobre la tierra. La existencia entera constituye el material de los sueños, nutre la verdad interior del hombre (“Converso con el hombre que siempre va conmigo…”). También la voz del poeta resuena íntimamente y se proyecta a la conciencia del “otro”, retratando (“Al fin, una pulmonía / mató a don Guido”), pidiendo acción (“Mas otra España nace, / la España del cincel y de la maza”, después, en su elogio a Giner será aquel grito: “Yunques, sonad; enmudeced, campanas”), sin otro con- tenido, ni otro fin que su servicio a la causa del hombre. Nuestra vida es tiempo; la poesía, palabra en el tiem- po; la palabra lo crea todo. De ahí estos versos que cifran su dimensión en “inventar nuevos poemas de lo eterno humano”; “algunas de sus rimas revelan las muchas horas de mi vida gastadas –alguien dirá perdidas– en meditar sobre los enigmas del hombre y del mundo”, como afirma de sí mismo en el prólogo a Campos de Castilla en la edi- ción de 1917, sereno en su estado reconocido de poeta que –al decir de Rubén– “cantaba en versos profundos / cuyo secreto era de él”. En fin, lector amigo, era ésta la tercera obra del poe- ta, ya contaba con el reconocimiento de los más grandes y a este tenor, nos apunta su hermano José: “A todos, en general, nos parecería que un hombre que ha alcanzado a realizar una obra de la envergadura –metamos la palabre- ja– de la suya, debería en justa compensación haber sido feliz alguna vez, al menos. Sin embargo, los que hemos estado gran parte de su vida a su lado, creemos poder afir- mar que en ningún momento de ella lo ha sido”. Repasa tú, despacio, este libro; hazlo materia cons- ciente de tu propia vida. Si juzgas vano, interesado o fútil mi deseo, yo –emulando a Sir Walter Raleigh– diré y aun juraré por mi ánima y la tuya, aquello de: “Si se me acu- sa el día del Juicio de haber enseñado Literatura, diré en mi descargo que nunca creí en eso y que, además, tenía mujer e hijos que mantener”. VALE. Pilar Gil Soler Profesora de Lengua y Literatura Leyendo Campos de Castilla INSTITUTO DE EDUCACIÓN SECUNDARIA CERVANTES C/. Embajadores, 70. 28012 MADRID II Época - N.º 16 - Abril 2012 E E STE año se conmemora el bicen- tenario de la primera constitución española, la Constitución de Cá- diz, conocida popularmente como La Pepa porque fue promulgada el 19 de marzo de 1812, festividad de San Jopéela Constitución de1812fue obra de las Cor- tes extraordinarias convocadas por la Jun- ta Central en plena Guerra de la Indepen- dencia. Ante el arrollador avance de los ejércitos franceses, que ocuparon casi toda la península, las Cortes hubieron de reunirse en 1810 en San Fernando, trasla- dándose poco después a la vecina ciudad de Cádiz, la única de España que logró es- capar del dominio francés gracias a su es- tratégico emplazamiento y sus poderosas defensas. En esta ciudad sitiada, a la que sólo se podía acceder por mar, se reunie- ron los diputados de las Cortes y realiza- ron una ingente labor legislativa, que cul- mina con la Constitución. En ella se reconocieron por vez primera en España principios como la soberanía nacional y la división de poderes, fueron abolidas la tortura y la Inquisición –ésta última no en la constitución, sino en una disposición posterior– y se consagraron los derechos políticos y las libertades de los españoles, que pasaron de súbditos a ciudadanos. La Constitución de 1812, nacida en el fragor de una guerra a la que siguieron treinta años de cruentos conflictos civiles, tuvo una vida breve y nunca fue plena- mente aplicada. Pese a ello, la Constitu- ción de Cádiz ocupa un lugar destacado en la Historia de España. Primer hito del constitucionalismo español, inició el ca- mino de las reformas liberales que condu- jeron a la desaparición del Antiguo Régi- men. Apenas estuvo en vigor media docena de años en los veinticinco siguien- tes a su promulgación: de 1812 a 1814, durante el Trienio Liberal y en los pocos meses transcurridos entre el Motín de La Granja y la aprobación de la Constitución de 1837, la cual, asumiendo buena parte del discurso progresista de 1812, arrinco- nó definitivamente a la Pepa. En los años convulsos del reinado de Fernando VII, el rey felón y la Regencia de Mª Cristina de Borbón tuvieron lugar los enfrentamien- tos civiles entre dos Españas, cada una de las cuales se identificaba con una de las dos exclamaciones contrapuestas: ¡Viva la Pepa!, ¡Vivan las caenas! Para una de las Españas, la tradicional y conservadora, la Constitución de Cádiz, con sus peligrosas (Continúa en pág. 2) 1812-2012: Razones de una conmemoración

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EL INGENIOSO HIDALGO

“Me fui con tu libro allíy luego no hacía falta,todos tus libros, Antonio,el Duero me los cantaba:siempre los canta.”

(Ángela FIGUERA)

DDESOCUPADO lector: cumplimos en abril un cen-tenario; en 1912, don Antonio Machado publicabaCampos de Castilla hacia la segunda quincena de

abril, unos meses antes de la muerte de su esposa (Leonordejaría de existir el 1 de agosto, a los dieciocho años deedad). Hablar ahora de algo tan eruditamente tratado entodas partes, implica repetir si no plagiar. Por lo tanto, tú,lector inteligente, sé benévolo y toma mis palabras comoun mínimo recuerdo-homenaje al Poeta; perdona si tesuenan a ya oídas y ojalá su amable Sombra nos transmi-tiera un ápice de la sencillez y sensibilidad que le confor-maron.

El 20 de septiembre de 1911, Antonio había escrito aJuan Ramón Jiménez: “En breve publicaré un libro que leremitiré. Es un intermedio. Mi libro vendrá más tarde. Em-piezo a verlo hoy y lo escribiré en unos cuantos años”. Así,el poeta le da un carácter provisional por aquellas fechas;piensa por lo demás, en otro texto que nunca vio la luz.

Abrimos Campos de Castilla y lo primero que nosdeja dicho su autor es aquello de “Mi infancia son recuer-dos de un patio de Sevilla”, “mi historia algunos casosque recordar no quiero” y anticipa su final con “me en-contraréis a bordo, ligero de equipaje / casi desnudo,como los hijos de la mar”. De este modo, fija –ante pro-pios y extraños– los límites de su biografía y… de suvida.

Vamos leyendo: podemos ver al buitre de ala anchaasomándose hacia Aragón por la barbacana de Soria;pensamos los secretos tallados en las piedras del viejohospicio provinciano, caído en la voltaria rueda de la for-tuna, contemplado impíamente por la doble faz de amory de venganza del dios ibero, a veces revestido de la vie-ja armadura de un Cid equívoco y legendario; ¿advertiríadon Quijote los ojos turbios de envidia o de tristeza, de

aquellos castellanoscorriendo con el Duero“por siempre hacia lamar”, que tan dolorosa-mente impresionaronlas pupilas oscuras delpoeta?

Aunque no todo essombrío, la esperanzacabe; por más que laencina, ennegrecida,viva como puede, mes-nadas de robles, cho-pos, hayas, álamos co-pian del agua del río,“sus vivas ondas deplata” deslumbrantes alsol; todos hallan su promesa de eternidad en la humildaddel olmo seco, con sus pocas hojas verdes brotadas en laprimavera.

Estamos contemplando, pues, el fluir eterno de la vidacon su incansable monotonía (por lo demás, fundamentode toda la obra machadiana). Continuamos la lectura a rá-fagas, como en el vaivén del viento: desde el vagón detercera del modesto profesor de francés, que fue don An-tonio –también en este instituto– se deja atrás al loco vo-ciferando “a solas con su sombra y su quimera”; a un acu-sado “pálido y lampiño” (los de ahora, ya no enderezanhipérbatos latinos). Atrás van quedando Soria, “árida yfría”, y la Laguna Negra da lo viejo al olvido, definitiva-mente.

Un punto hondo de melancolía nos acude al observarel “alto Espino donde está su tierra”; en nuestra soledaddorada (la del viajero inmóvil), reabrimos los caminosque, lo hasta entonces gris e innominado, daba a la vozdel poeta; por esa leve tristeza del soñador que somos conél, en la armonía alojada en sus versos, meditamos porqué “lo nuestro es pasar /pasar haciendo caminos / cami-nos sobre la mar”. La morada del hombre en la realidadse fundamenta sobre el acto poético. El arte se imbrica enla vida con la función permanente de manifestarse como

su conciencia; Hölderlin lo ha dicho: lleno de méritos ycon todo, poéticamente, habita el hombre sobre la tierra.La existencia entera constituye el material de los sueños,nutre la verdad interior del hombre (“Converso con elhombre que siempre va conmigo…”).

También la voz del poeta resuena íntimamente y seproyecta a la conciencia del “otro”, retratando (“Al fin,una pulmonía / mató a don Guido”), pidiendo acción(“Mas otra España nace, / la España del cincel y de lamaza”, después, en su elogio a Giner será aquel grito:“Yunques, sonad; enmudeced, campanas”), sin otro con-tenido, ni otro fin que su servicio a la causa del hombre.

Nuestra vida es tiempo; la poesía, palabra en el tiem-po; la palabra lo crea todo. De ahí estos versos que cifransu dimensión en “inventar nuevos poemas de lo eternohumano”; “algunas de sus rimas revelan las muchas horasde mi vida gastadas –alguien dirá perdidas– en meditarsobre los enigmas del hombre y del mundo”, como afirmade sí mismo en el prólogo a Campos de Castilla en la edi-ción de 1917, sereno en su estado reconocido de poetaque –al decir de Rubén– “cantaba en versos profundos /cuyo secreto era de él”.

En fin, lector amigo, era ésta la tercera obra del poe-ta, ya contaba con el reconocimiento de los más grandesy a este tenor, nos apunta su hermano José: “A todos, engeneral, nos parecería que un hombre que ha alcanzado arealizar una obra de la envergadura –metamos la palabre-ja– de la suya, debería en justa compensación haber sidofeliz alguna vez, al menos. Sin embargo, los que hemosestado gran parte de su vida a su lado, creemos poder afir-mar que en ningún momento de ella lo ha sido”.

Repasa tú, despacio, este libro; hazlo materia cons-ciente de tu propia vida. Si juzgas vano, interesado o fútilmi deseo, yo –emulando a Sir Walter Raleigh– diré y aunjuraré por mi ánima y la tuya, aquello de: “Si se me acu-sa el día del Juicio de haber enseñado Literatura, diré enmi descargo que nunca creí en eso y que, además, teníamujer e hijos que mantener”. VALE.

Pilar Gil SolerProfesora de Lengua y Literatura

Leyendo Campos de Castilla

INSTITUTO DEEDUCACIÓNSECUNDARIA C E R V A N T E S

C/. Embajadores, 70. 28012 MADRID

II Época - N.º 16 - Abril 2012

EESTE año se conmemora el bicen-tenario de la primera constituciónespañola, la Constitución de Cá-

diz, conocida popularmente como LaPepa porque fue promulgada el 19 demarzo de 1812, festividad de San JopéelaConstitución de1812fue obra de las Cor-tes extraordinarias convocadas por la Jun-ta Central en plena Guerra de la Indepen-dencia. Ante el arrollador avance de losejércitos franceses, que ocuparon casitoda la península, las Cortes hubieron dereunirse en 1810 en San Fernando, trasla-dándose poco después a la vecina ciudadde Cádiz, la única de España que logró es-capar del dominio francés gracias a su es-tratégico emplazamiento y sus poderosasdefensas. En esta ciudad sitiada, a la que

sólo se podía acceder por mar, se reunie-ron los diputados de las Cortes y realiza-ron una ingente labor legislativa, que cul-mina con la Constitución. En ella sereconocieron por vez primera en Españaprincipios como la soberanía nacional y ladivisión de poderes, fueron abolidas latortura y la Inquisición –ésta última no enla constitución, sino en una disposiciónposterior– y se consagraron los derechospolíticos y las libertades de los españoles,que pasaron de súbditos a ciudadanos.

La Constitución de 1812, nacida en elfragor de una guerra a la que siguierontreinta años de cruentos conflictos civiles,tuvo una vida breve y nunca fue plena-mente aplicada. Pese a ello, la Constitu-ción de Cádiz ocupa un lugar destacado

en la Historia de España. Primer hito delconstitucionalismo español, inició el ca-mino de las reformas liberales que condu-jeron a la desaparición del Antiguo Régi-men. Apenas estuvo en vigor mediadocena de años en los veinticinco siguien-tes a su promulgación: de 1812 a 1814,durante el Trienio Liberal y en los pocosmeses transcurridos entre el Motín de LaGranja y la aprobación de la Constituciónde 1837, la cual, asumiendo buena partedel discurso progresista de 1812, arrinco-nó definitivamente a la Pepa. En los añosconvulsos del reinado de Fernando VII, elrey felón y la Regencia de Mª Cristina deBorbón tuvieron lugar los enfrentamien-tos civiles entre dos Españas, cada una delas cuales se identificaba con una de las

dos exclamaciones contrapuestas: ¡Viva laPepa!, ¡Vivan las caenas! Para una de lasEspañas, la tradicional y conservadora, laConstitución de Cádiz, con sus peligrosas

(Continúa en pág. 2)

1812-2012: Razones de una conmemoración

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La riqueza, ¿la base del mundo?

EEN un primer momento, podríamosdecir que la riqueza nos soluciona-ría la vida o que nos llenaría de fe-

licidad, pero eso no es así, y nos acaba-mos dando cuenta al paso del tiempo. Lariqueza al igual que la vida u otras muchascosas, siempre lleva consigo unas etapas;en la primera parece que con una cartillaen el banco, llena de ceros siempre irábien en todos los sentidos, sin ningún es-fuerzo, sin problemas; pero éstas son fal-sas ilusiones: una nube de luz y de colorque se le pone a la gente en la cabeza,cuando se está sumamente aturdido y ce-gado por el dinero. Terminada la primeraetapa, como es normal, pasamos a la se-gunda, en la que todavía se sube aún másel dinero a la cabeza y se cambia de amis-tades, todo es gente diferente, se da delado a quienes antes eran irreemplazables.En esta segunda etapa es también, cuandose comienza a recibir llamadas de anti-guos amigos, de esos a los que no les im-porta nada el dinero y que llaman por elmero hecho de saber de nosotros o paradecirnos “¿te vienes a tomar algo?” Pero,sumidos en la nueva vida social, contesta-mos, “en otro momento será”. La terceraetapa, simplemente, cae como un jarro deagua fría, pilla desprevenido y descoloca-do y es que en ella notamos que a la horade una enfermedad, por ejemplo, nos en-contramos solos, porque esos supuestosamigos con los que últimamente estába-mos, sólo nos quería en las épocas buenas,en la alegría y desenfreno, en las que éra-mos el más fiestero y siempre lo pagába-mos todo; pero ahora, en momentos ma-los, esos nos dicen “tú te las apañes”. Eneste período, sólo da tiempo a pensar enuno mismo, en nuestro comportamiento...por ese motivo, ya pasamos a la etapa cua-tro, en la que volvemos a ser los de siem-pre, aún teniendo dinero, y valoramos elsimple abrazo de un amigo como si fueralo más bonito del día; por eso cuando algocambie en nuestra vida y sea para bien,debemos dejar que sólo lo nuevo sea esoque ha entrado, y no uno mismo.

Ana Hernández Gómez - 2.º ESO, C

Sr. Director:Últimamente quien no note cambios brus-

cos en su vida es que no vive. Los cambiosque siento yo, como joven, son las deforma-ciones de mis supuestos planes de futuro, pen-sando que veía todo con claridad, muchasaves se acercan a fastidiar mi visión. Los mal-ditos cambios a peor son para que en otro su-puesto futuro todo cambie a mejor. Espere-mos que tantos recortes hagan un bonitomural. Aunque la mayoría de gente joven pasede estas situaciones hay otra inmensa mayoría(como se pudo escuchar por las calles) queestá reclamando lo que es un derecho, quetambién como todos ha sufrido cambios.

Entre los baches de mi futuro está el traba-jo, que si ahora mismo nadie es capaz de en-contrarlo a corto plazo seré un pez más sin pe-cera y sin mar. Pero… ¿Quién sabe? ¿Existencambios a mejor? Si… sí, habrá que creer.Que sean realidad es cosa del tiempo y quehallamos perdido la ilusión y cómo no la es-peranza, también es su culpa. Atado a cuatrocaballos lo único que nos queda es esperar,pero mientras tanto no estemos sentados sinode pie, al pie del cañón, siempre.

Otro cambio en mi borroso futuro es el demi mente, o mejor dicho, mentalidad. Nopienso igual que en los años multicolores.Siento más columnas sobre mí con más pesoque el de Atlas. Nos estamos jugando un futu-ro incierto con un pasado terrible y con unpresente fugaz. Pero… ¿de eso trata la vida,no? De vivirla lo buenamente que puedas,unos con más mala suerte que otros.

Al fin y al cabo venimos del agua y somosagua, tenemos nuestros ciclos, podemos estaresperando en una nube, ansiosos de salir, in-tentar esquivar megalitos y simplemente el fi-nal. Como buenos sobrevivientes (de nosotrosmismos incluso) sabemos o tratamos de adap-tarnos a las situaciones y eso no quiere decirque tenemos que ser títeres de malos trabaja-dores. Intentemos cambiar el ceño de vez encuando, poner más curvas en la cara cuesta re-lativamente poco y tener más arrugas, nada.

Y yo como joven y con mis continuas me-tamorfosis voy a intentar hacer un cambio ¿Amejor o a peor? Eso todavía no está planeado.

¿Ha notado que últimamente solo se escri-be de lo mismo? ¿Por qué no hacemos un pe-queño…?

Angello Vivar Cabrera - 4.º ESO, B

UERIDA Ana Frank:Me he enterado de todo lo que te

ocurrió años atrás, cuando tú y tufamilia os visteis obligados a permanecerescondidos en un apartamento de Ámster-dam debido a la persecución nazi. Te pre-guntarás porque sé todo eso, tal vez recuer-des que tu padre te regaló un diario el día detu decimotercero cumpleaños en el que re-dactaste todas tus vivencias durante este te-rrible genocidio. Este fue encontrado y pu-blicado, tuvo y sigue teniendo gran éxito ypor ello hoy en día eres un personaje famo-so y todo el mundo conoce tu historia. Gra-cias a tu diario podemos conocer como sevivía en aquél tiempo y como tú, como tan-tos otros millones de judíos, tuviste que so-portar esos duros años y permanecer escon-dida junto a tu familia, evitando así el sertrasladada a un campo de exterminación. Deesta manera, hemos podido saber de ti y delo que debiste vivir por ser judía. No logroentender la obsesión de Hitler de conseguiruna raza pura y su antisemitismo, siendo élde familia mitad judía y mitad alemana. Tu-

viste que ser una niña valiente y fuerte parahaberte enfrentado ha dicha situación a tantemprana edad. Nadie se merece tal desgra-cia, privándote de tener una infancia digna,como la de cualquier otro niño. Me maravi-lla la gran fuerza mental que demostrastetras soportar tanto tiempo privada de liber-tad y viviendo con el temor de ser descu-bierta por las fuerzas nacionalsocialistas.

Mientras leo párrafos de tu diario, se meeriza la piel y me entran ganas de llorar, yaque estos son muy emotivos y duros. Nopuedo imaginarme lo que sufriste y, la ver-dad, no sé si yo hubiese aguantado como tú.

Me hubiera gustado conocerte en personay así haber podido preguntarte sobre todo loque viviste, dudas y curiosidades.

Ana, el haber podido leer tu diario me haservido de referente para darme cuenta deque las guerras son absurdas y que todos so-mos iguales sea cual sea nuestra raza, sexo oreligión.

Laura García García2.º ESO, C

E L I N G E N I O S O H I D A L G OE L I N G E N I O S O H I D A L G O222

reformas liberales, era la fuente de todoslos males que aquejaban a España. Uncarlista de finales del siglo XIX, la califi-caba de “monstruo informe de partes abi-garradas, exóticas en España, contraria anuestras costumbres y leyes”. Esta visióncrítica fue también la mantenida por elfranquismo, cuyo discurso oficial relegaráal olvido los hechos de 1812, poniendo elénfasis en la sublevación popular del 2 demayo de1808 contra el dominio extranje-ro. Considerada como precursora de otrosalzamientos nacionales posteriores, seconstruye así uno de los eslabones funda-mentales del nacionalismo español, la delpueblo indómito celoso de su independen-cia: “que no puede esclavo ser/ puebloque sabe morir”.

Por el contrario, para la otra España, laliberal y progresista, la Constitución deCádiz fue el primer paso hacia la revolu-ción burguesa en España, que cristalizó enel imaginario liberal como icono de la li-bertad y de la democracia. Sin embargo,dentro de la valoración positiva, tampocohubo unanimidad en la consideración dela Constitución gaditana entre los políti-cos e historiadores progresistas. Unos elo-giaron la revolución que realmente fue,subrayando los logros conseguidos, por

modestos que estos fueran. Otros, en cam-bio, la vieron como la ocasión perdida,mitificando los aquellos aspectos más ra-dicales de la Constitución que pudieronser y no fueron. Dos lecturas de un mismohecho, la optimistay la victimista, laEspaña que real-mente fue y la Es-paña que podría ha-ber sido. Aludiendoal título de la prime-ra historia de laguerra de la Inde-pendencia publica-da en España –His-toria dellevantamiento, gue-rra y revolución deEspaña, del Condede Toreno–, pode-mos afirmar que ala España tradicio-nal le interesó el al-zamiento y la gue-rra, mientras quepara la España pro-gresista lo importante fue la revolución.

La historiografía actual nos da una vi-sión más ajustada y realista de la Consti-tución de Cádiz, basada más en análisisobjetivos que en pasiones ideológicas, que

dejan a La Pepa en un justo medio. Nitanto ni tan calvo, que diría un castizo.Así, la constitución gaditana fue una cartamagna moderada que no pretendía tantouna ruptura radical con el pasado como un

compromiso entrela implantación delas nuevas formaspolíticas emanadasde la Revoluciónfrancesa y el mante-nimiento de nume-rosos elementostradicionales, uncompromiso entrelo viejo y lo nuevo.Hay que tener encuenta que los dipu-tados liberales tu-vieron la gran habi-lidad de presentarmucho de lo nuevoque introducíancomo una restaura-ción de las viejastradiciones y liber-tades medievales

españoles, perdidas ante el avance del ab-solutismo monárquico de Austrias yBorbones. En ella, principios tan conser-vadores como la declaración de la confe-sionalidad católica del Estado, el no reco-

nocimiento de la libertad religiosa o elmantenimiento de la esclavitud, se alter-nan con otros tan avanzados como la li-bertad de imprenta y la necesidad de laeducación universal. Este carácter mode-rado ha llevado a algunos historiadores abuscar paralelismos con la actual Consti-tución española de 1978. Ambas tratan deponer fin a antiguos regímenes políticos,ambas tiene el afán por lograr el consen-so, conseguir dos textos que satisficieran,si no a todos, a la inmensa mayoría. Laprimera de ellas no lo logró, la segundaaparentemente sí. Quizás lo más destaca-ble de los actuales actos de conmemora-ción del bicentenario sea su carácter deconsenso, el hecho de que, por primeravez, la Constitución de Cádiz pueda sercelebrada por todos y que los valores querepresenta sean asumidos como un patri-monio común por todos los españoles.Como afirmó en su discurso del pasado 10de enero la nueva presidenta del Consor-cio del Bicentenario y vicepresidenta delGobierno, “Conmemoramos un espírituque hay que fortalecer; esta efeméridesdebe servir para la regeneración institu-cional.” Que así sea.

Elías RodríguezProfesor de Geografía e Historia

1812-2012: Razones de una conmemoración

Cartas al Director

(Viene de la pág. 1)

Carta a Ana Frank

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EESTE curso está siendo muy complicado en la en-señanza pública. Lo habéis vivido –sufrido– muyde cerca. La normativa dictada por la Consejería

de Educación en el mes de Julio dio al traste definitiva-mente con el equilibrio y la organización de los Institutos.Dos fueron los puntos clave de esta normativa: aumentarel número de horas de clase para los profesores y eliminarla hora que los tutores tenían semanalmente con los gru-pos de la ESO. Con ello pretendía la Administración pres-cindir de una buena parte de los profesores interinos, es

decir, los que han de contratarse cada año para completarlas plantillas de los centros. Pero hicieron mal las cuentas,–o bien, quién sabe–, y el aumento de horas de trabajo dequienes nos quedamos no ha podido compensar las de loscompañeros que se han ido a la calle. Ha sido necesariosubir el número de alumnos por aula, quitar asignaturasoptativas, cerrar bibliotecas, atender peor al alumnadoque más lo requiere, reducir las actividades fuera del cen-tro o prescindir de los planes de acción tutorial. Hay me-nos profesores disponibles en las guardias, es más difícilcoordinarse para desarrollar proyectos multidisciplinareso de innovación, no hay tiempo suficiente para coordinary mantener los medios informáticos en los centros.

Las primeras huelgas y protestas –ya desde el mes dejulio muchos profesores y directores de centros nos movi-lizamos–, sirvieron, al menos, para frenar otras situacio-nes escandalosas como que hubiera profesores dandoasignaturas ajenas a su especialidad o grupos excediendoel número legal de alumnos. Y muchos centros decidie-ron, y lograron, recuperar la hora de tutoría. Desgraciada-mente en nuestro Instituto, y a pesar de que el Claustro yel Consejo Escolar lo han considerado muy necesario y lohan pedido reiteradamente a la Dirección, ésta decidióprescindir de las tutorías grupales.

Frente a este recorte de personal en los centros públi-cos, y también del presupuesto para los gastos de funcio-namiento, la Consejería de Educación sí parece tener di-nero para ceder a empresas privadas algunas de lasfunciones que tradicionalmente hemos asumido los profe-sores. Con el famoso plan Refuerza, de apoyo al alumna-do con peores resultados académicos, estas empresas sub-contratan por sueldos irrisorios a personal que, en elmejor de los casos y contando con que tenga la titulacióny especialidad adecuada, no ha pasado por un proceso deselección como sí lo hemos hecho los profesores tantofuncionarios como interinos. Algo similar ocurre con au-xiliares de conversación ingleses o irlandeses a quienesquieren convertir en profesores de Ciencias o de Sociales.Hay muchos más ejemplos de desvío de fondos: la Co-munidad cedió el uso de los Institutos –el nuestro entreellos– como alojamiento a los peregrinos que acudieronal encuentro con el Papa el pasado mes de agosto, co-rriendo los gastos a costa de nuestro presupuesto; tambiénaumentó la desgravación de impuestos a las familias queenvían a sus hijos a colegios privados.

Pero lo que pasado este curso 2011-2012 no es un he-cho aislado. La disminución de plantillas, de presupuestopara los centros, de programas educativos o de formacióndel profesorado se venía produciendo desde hace años.Las famosas “instrucciones de principio de curso” hansido la gota que ha colmado el vaso y ha desencadenadouna gran marea... verde. Desde el comienzo del conflicto–nueve días de huelga en el primer trimestre, encierros,manifestaciones, acciones de todo tipo–, la sociedad hapercibido claramente que no era un conflicto laboral más;que, a pesar de los esfuerzos de la Administración en de-sacreditar al profesorado tildándonos de vagos, no nosmovilizamos por dar dos horas más de clase a la semana.

Muchas familias, muchos alumnos, han comprendido quela calidad de la educación pública, en la que han confia-do, está en riesgo: la implicación de todos los sectores dela comunidad educativa es una de las señas distintivas dela Marea Verde. En nuestro Instituto estamos trabajandomuy estrechamente. Celebramos dos asambleas conjuntas–en octubre y enero–, en las que hemos informado y de-batido sobre las consecuencias de los recortes. Nos ence-rramos juntos en el Instituto la noche del 19 de Octubre.Nos hemos manifestado juntos bajo el “Don Quijote in-dignado” en multitud de ocasiones. Y estamos planeandorealizar más actividades para el próximo trimestre.

¿Dónde estamos ahora? ¿En un compás de espera? Des-de principios de febrero, la Consejería de Educación está¡al fin! manteniendo reuniones con nuestros representan-tes sindicales. Han sido necesarias muchas jornadas dehuelga y manifestaciones para lograr algo que está regula-do por nuestra Constitución: el diálogo entre trabajadoresy patronos. En este momento no hay aún resultados; soypesimista y creo sinceramente que no los va a haber. Nivolver a las plantillas de hace 4 años, ni sacar un númerosuficiente de plazas a oposición, ni frenar la privatizaciónde la enseñanza, ni promover la formación del profesora-do… Al menos, los Sindicatos se han comprometido a nofirmar ningún acuerdo sin pasarlo previamente a consultaentre los profesores como, afortunadamente, se han toma-do casi todas las decisiones en este proceso. Por el mo-mento esperamos, seguimos movilizados y nos manifesta-mos. Llegado el momento, valoraremos entre todos siprocede volver aactuaciones máscontundentes.

Permit idmeque retrocedaunos cuantosaños atrás parahacer un balan-ce más amplio.Comencé a tra-bajar en la ense-ñanza públicaallá por media-dos de los años70, muerto yaFranco, en elmismo Institutodel que habíasido alumna.Los años de latransición fueron muy intensos; como ahora, hubo movili-zaciones de profesores y alumnos reivindicando mejorescondiciones y mayor democracia para la vida de los cen-tros. La Constitución del 78 sentó unas bases que se fue-ron desarrollando posteriormente: considerar la enseñanzabásica como un derecho fundamental de toda la ciudada-nía, obligatoria y gratuita; la libertad de cátedra dentro delrespeto a las leyes y a las personas, así como el derecho aque los profesores, padres y alumnos intervinieran en elcontrol y gestión de los centros públicos. Conseguimosmuchas cosas, entre otras la elección de la Dirección porel claustro; el reforzamiento de la figura de los delegados,que participaban en las sesiones de evaluación; los Conse-jos Escolares, donde intervenían todos los sectores de lacomunidad educativa, se pusieron en marcha. Y los Insti-tutos volvieron a ser mixtos, después de décadas de segre-gación por sexo.

Por tanto, la enseñanza pública se configura a lo largode las últimas décadas del siglo XX como un serviciopara toda la población en edad escolar, con los valores

constitucionales y los currículos de cada materia como re-ferencias básicas. El profesorado se selecciona por sucompetencia, sin importar qué ideas, creencias u opcionespersonales profese, lo que garantiza la calidad del siste-ma. Se recibe a todos los alumnos, sin discriminación al-guna, respetando igualmente sus características persona-les. Y se intenta adecuar la enseñanza para lograr lo mejorde cada cual: atendemos a alumnos con problemas deaprendizaje junto a otros muy aventajados. Los centrospúblicos son por tanto un reflejo de la diversidad queexiste en la sociedad; este entorno, según reconocen losexpertos en educación, proporciona el mejor ambiente deaprendizaje vital e intelectual.

Pero vivimos en unos momentos de desprestigio de lopúblico. La presidenta de la Comunidad de Madrid se hahartado de comentar que las familias prefieren enviar asus hijos a los centros concertados, porque ofrecen mejoreducación. Que los centros públicos son un caos, y suprofesorado –no digamos–, unos gandules. No han duda-do en airear casos excepcionales, ofrecer datos sesgados einformes mal hechos para intentar justificar estas afirma-ciones. Toda esta estrategia de desprestigio, propia de lasideologías neoliberales, tiene un fin muy claro: convertircualquier servicio, incluido la educación, en un negocioprivado más. Quien pueda pagársela, bien; para quien nopueda, el Estado mantendrá unas redes públicas muy pre-carias, minando así la igualdad de oportunidades para to-dos los ciudadanos desde su componente más básica, laeducación. Por el momento, los resultados nos dicen que

Madrid es la co-munidad conmayor índice deenseñanza pri-vada o concerta-da, mientras queestá en las últi-mas posicionesde rendimientoescolar segúnestudios interna-cionales de cuyaseriedad nadieduda.

La famosa cri-sis en que nose n c o n t r a m o sahora, y que engran parte hanprovocado estas

mismas políticas neoliberales de “menos estado y más mer-cado”, da una oportunidad más a nuestros políticos paraprecarizar lo público. Hay que recortar, no importa si es acosta de destruir algo que nos ha costado tanto articularcomo es el sistema educativo público. Un sistema que es re-conocido en toda Europa como el que mejor garantiza laigualdad de oportunidades y que ha hecho que nuestro paíssea, en toda la unión europea, uno de los que consiguió te-ner un mayor crecimiento de las medias de rendimiento.

Quienes nos hemos movilizado este otoño en Madrid,profesores y profesoras, familias, estudiantes, lo hemoshecho fundamentalmente para que no se destruyan losavances de tantos años en la educación pública, y de losque tantas generaciones se han beneficiado.

Nos movilizamos porque, a pesar de lo negro que nospinta el futuro nuestra clase política, sabemos que la lu-cha no está perdida y seguimos conservando la esperanza.La historia es así, caprichosa, y a veces retrocede un pasopara que aprendamos del pasado y tomemos fuerzas paraavanzar cinco pasos más. Comienzan a oírse voces críti-cas que analizan la realidad de otra manera. Que se nie-gan –nos negamos– a ser gobernados desde la sombra por“los mercados”, los poderosos, que no tienen rostro y aquienes nadie ha elegido. Que reivindican –reivindica-mos– una sociedad sostenible de bienestar para todos.Que piden –pedimos– más participación, más transparen-cia, más democracia en suma. Y que confiamos en gentecomo nuestros estudiantes, bien formada, animosa, conganas de pelear su futuro y de ganarlo. No dejéis que cier-tos políticos os metan miedo, que os empequeñezcan. Ha-ceos grandes uniendo vuestras fuerzas: seguro que aún re-correremos juntos parte del camino.

M.ª Jesús Luelmo - Profesora de Matemáticas(y varias firmas más)

En tiempos difíciles para lo público

O P I N I Ó N

E L I N G E N I O S O H I D A L G OE L I N G E N I O S O H I D A L G O 333

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E L I N G E N I O S O H I D A L G OE L I N G E N I O S O H I D A L G O444

LLOS resultados obtenidos en la encuesta efectuada entreun número de alumnos con edades comprendidas entre12 y 18 años, muestran que sólo un porcentaje del_

alumnado realiza un desayuno adecuado e, incluso, un alto por-centaje no desayuna. Estos datos revelan que muchos jóvenesdesconocen la importancia del desayuno y su relación con elóptimo desarrollo físico e intelectual. Mientras dormimos, nues-tro organismo consume nutrientes, como fuente de materia y deenergía. La energía es utilizada por las células en las reaccionesquímicas intracelulares como, por ejemplo, la respiración celu-lar. Otros nutrientes aportan la materia para formar nuevas célu-las favoreciendo el crecimiento y la regeneración celular. Aldespertar, las células necesitan reponer los nutrientes consumi-dos durante la noche. La falta de nutrientes (hidratos de carbo-no, grasas, proteínas, vitaminas y minerales) podría ocasionarimportantes trastornos en nuestro organismo como: decaimien-to general, mal humor, falta de concentración o bajo rendimien-to físico e intelectual, debido todo ello, fundamentalmente, a lafalta de glucosa. Trastornos que se harán más serios a lo largode la mañana. Invertir 15 ó 20 minutos para desayunar es muyrentable para nuestro organismo, porque el desayuno aporta laenergía necesaria para afrontar el día; es el “combustible ini-cial” y mejora el rendimiento tanto físico como intelectual, yaque ayuda a memorizar, concentrarse y aprender.

Un desayuno sano y equilibrado es aquel que proporcionael 25% de las calorías consumidas diariamente. Lo ideal es di-vidirlo en una toma a primera hora de la mañana y otra a me-dia mañana, para repartir las calorías y mantener estables losniveles de glucosa en la sangre.

El desayuno de primera hora de la mañana debe in-cluir tres grupos de alimentos:

Leche y productos lácteos: Principales nutrientes queaportan: Proteínas, calcio, vitaminas A, D y complejo B. La le-che es el alimento más completo, contiene la mayoría de lassustancias nutritivas. Sus proteínas son de alto valor biológicoy son fundamentalmente estructurales, es decir, constituyenlos materiales de construcción y reconstrucción de los tejidos.La leche y los derivados lácteos también nos aportan calcio,necesario para el desarrollo y mantenimiento de la masa ósea.Su consumo es muy importante, sobre todo en las etapas decrecimiento y desarrollo.

Cereales: Pan, cereales de desayuno y galletas. Principalesnutrientes que aportan: Carbohidratos, proteínas, fibra, sales mi-

nerales y vitaminas del grupo B. Son alimentos fundamental-mente energéticos, que aumentan considerablemente la sensa-ción de saciedad, debido a su alto contenido en hidratos de car-bono de absorción lenta. El pan, sobre todo integral, es unalimento idóneo con un poco de aceite de oliva, o bien, conmantequilla y mermelada, miel, queso fresco, jamón, tortilla….

Los cereales de desayuno, además de trigo, arroz, maíz yavena, llevan adicionados azúcares, miel, chocolate, frutos se-cos o caramelo. Una ración suele cubrir una parte importantede las necesidades de vitaminas y minerales para un individuosano y, dado que estos productos se suelen tomar con leche, elalimento resultante tiene gran valor nutritivo.

Frutas: Principales nutrientes que aportan: vitamina C,carbohidratos, agua, fibra y sales minerales. Las frutas actúancomo alimentos reguladores, proporcionando al organismo através de la dieta diaria vitaminas y minerales. Son la fuenteprincipal de vitamina C, se puede afirmar que una naranja o unzumo de naranja natural, nos proporciona la dosis diaria de vi-tamina C que necesitamos, ayuda a regular nuestro intestino yrefuerza las defensas. Además, su alto contenido en hidratosde carbono de absorción rápida, aumenta los niveles de gluco-sa en la sangre y proporciona energía de forma inmediata quenos ayuda a cargar las pilas.

Un desayuno equilibrado proporciona una serie una se-rie de ventajas:

–Aporta los nutrientes que la persona necesita a lo lar-go del día, contiene menos grasa y es más rica en hidratos decarbono, proteínas, fibra, vitaminas y minerales.

–Ayuda a controlar el peso. Curiosamente, la costumbrede no desayunar, o el hecho de realizar un desayuno deficientefavorece la aparición de obesidad. Estudios científicos han de-mostrado que la grasa corporal disminuye en ambos sexos alaumentar el porcentaje de calorías en el desayuno.

–Permite repartir mejor la energía .Fraccionar las calo-rías diarias en 4 ó 5 tomas no propicia las comidas copiosas ypermite un mejor reparto de la energía durante el día.

–Reduce el riesgo de que aumente el colesterol. Un de-sayuno adecuado evita picotear entre horas, algo muy impor-tante a la hora de controlar el peso, y por otra parte disminuyereduce el riesgo de un aumento de colesterol y de déficits devitaminas y minerales.

–Reduce el riesgo de tener caries dental. El consumo deproductos de pastelería, bollería y golosinas debe ser modera-do, ya que éstos tienen un alto valor energético y un valor nu-tricional bajo. Además, estos productos causan inapetencias

por saturar las ganas de comer y contribuyen a la aparición decaries dental y obesidad.

–Mejora el rendimiento escolar, físico e intelectual. Sino se desayuna, el organismo pone en marcha una serie de me-canismos hormonales para mantener los niveles de glucosa ensangre. Estos cambios hormonales pueden alterar o condicio-nar la conducta e influir negativamente en el rendimiento físi-co y escolar (déficit de atención, de memoria y de aprovecha-miento del aprendizaje).

El refranero español dice con respecto al desayuno: “Desa-yuna como un rey, come como un príncipe y cena como unmendigo”.

Catalina BernalProfesora de Ciencias Naturales

IIN the autumn of 1986, producer Sue Birtwistle askedwriter Andrew Davis to make an adaptation of JaneAusten’s novel Pride and Prejudice (1813) for a TV se-

rial. “And make it clear that,” she said, “though it’s aboutmany things, it’s principally about sex and it’s about money:those are the driving motives of the plot” (Birtwistle and Con-klin v). It took nine years to broadcast it on BBC 1. From 24th

September to 29th October 1995, the six fifty-five minute epi-sodes of the apparently most read novel in the English lan-guage in the world were available to the audience. The Ame-rican A&E Network aired the series in double episodes onthree consecutive nights beginning 14th January 1996.

Filming arrangements started in January 1994 and on June1st the location in Wiltshire and Derbyshire was like an enor-mous circus: large trucks for equipment, lights, props, catering,caravans for the actors, make-up and wardrobe, a double-deck-er dining bus, horses and carriages, dozens of actors in costumeand make-up and the entire crew busy at work. Writers, pro-ducers, actors, director, assistants … all of them were as accu-rate as possible, always going for the spirit of the original book.

But filming is not always fun. If one listens to actors andactresses, it is far from a bed of roses and the glamour of a bigproduction. Anglo-American actress Jennifer Ehle plays Eliza-beth Bennet, and, although at the beginning she thought herselfthe luckiest person in the world to spend an entire summer be-ing Elizabeth, after two weeks of filming, she felt exhausted. Ittook nearly two hours every day to get costumed and made-upas she was physically so different from Lizzie. Her call timeswere always very early, between 5:30 and 6:00 a. m. and shesometimes fell asleep between set-ups, while the lightning wasbeing changed. The last scene she had to shoot was the one withLady Catherine de Bourgh. When it ended she was in a com-pletely state of shock. Filming a TV series for five months wasnot like acting in a play in the theatre for that same time, be-

cause there you have a life of your own during the day. This hadbeen five months away from everything normal. “It was good toget back to my own life,” said Ehle. But she also added, “it wassad too that it was finished: my summer as Elizabeth Bennethad been wonderful” (Birtwistle and Conklin 85).

Lizzie is definitively central in Pride and Prejudice. Darcyis a bit of an outsider. Oscar winning British actor Colin Firthwas Mr Darcy. He said that the thing he disliked most aboutthe filming was the fact that Darcy is absent from a lot of it.When the shooting started, the film seemed to be stretching outin front of the actors to infinity but, suddenly, Firth comment-ed, “I was banished for five weeks. It was awful” (Birtwistleand Conklin 100).

So why be an actor? Surely because playing intricatescenes must be tantalizing and having the recognition of theaudience a sort of ego booster. One of the most insightfulscenes in the series for Firth was when Darcy slights Elizabethat the Meryton assembly. Here Austen, so keen on psychologi-cal descriptions, clearly describes the outer and inner man.Darcy agrees to go to a party with his friend Bingley. That wasnot a place where he would have normally gone. He is terriblyshy in social situations and he does not know how to talk topeople out of his own circle. So he decides to protect himselfbehind a mask of snobbiness and rejection. Things get worsewhen Bingley dances with Jane—the prettiest girl in the room.It is then when Darcy feels even less secure of himself. As Bin-gley tells Darcy to ask Elizabeth for a dance, he replies that sheis not good enough for him but, what he really means is: “I’mbetter than you, so I’m not supposed to have the plain sister.I’m not even going to consider her.” Keeping Will Darcy’spride in mind, Firth “found that the scene actually played it-self” (Birtwistle and Conklin 101).

Dancing is an important element in Pride and Prejudice.Significant things happen during the dances. The two most im-portant gatherings in the film are the assembly at Meryton and

the elegant private ball at Netherfield. Lydia and Kitty dancedevery single dance during filming. Actresses Julia Sawalha andPolly Maberly had to learn fifteen dances over a three-day pe-riod! They spent practically twenty-four hours dancing! Thescene at the Netherfield ball when Elizabeth and Darcy dancedtogether for the first time is an electric moment. Andrew Davisdescribes it as a sort of combat, almost like a fencing matchcaught in dance. For director Simon Langton it was one of themost challenging aspects of the filming because it is five and ahalf pages in the novel, with Elizabeth and Darcy having todance and talk at the same time.

But what Langton was really scared of was the fact thatthey only had three days to film the ball. The mansion they hadhired was costing them a fortune and the money started tickingaway they moment they arrived. There were also technicalproblems. The wooden floor was so polished that it was aslethally slippery as an ice rink. Someone said that Coca-Colawould fix the problem. Everybody rushed to the canteen andcans of Coke were poured on the floor and spread with mops.It eventually worked. The piano started playing and peoplewent dancing!

Despite hard work and difficulties, the BBC 1 serial ofPride and Prejudice was a popular success all over the world.It was honoured with several awards, including a BAFTA Tele-vision Award for Jennifer Ehle for “Best Actress” and anEmmy for “Outstanding Individual Achievement in CostumeDesign for a Miniseries or a Special.” The role of Mr Darcy el-evated Colin Firth to stardom. The serial inspired the BridgetJones novels. In fact, the screen adaptations featured Firth asBridget’s Mark Darcy. As the novel, the serial is an indispens-able companion to everyone who wants to know how a younggirl loses her pride and a man does the same with his prejudice.It is a reference for those interested in the survival of tradition,it is a treasure for those concerned with the dignity of humanbeings.

Works cited:Birtwistle, Sue and Susie Conklin. The Making of Pride

and Prejudice. London: Penguin Books. BBC Books, 1995.

M. Teresa González MínguezDpto. de Inglés

“Is Acting that Fun? Jane Austen’s Prideand Prejudice and TV”

O P I N I Ó N

Menos prisas y más tiempo para la comidamás importante del día

Versos(Las viejas fotografías nos acusan del tiempomalgastado)

Abres el álbum que hasta hoy habíasolvidado entre postales, cartas, papeles, hojas sueltasde tu antigua existencia, llenando aquella esquina del armario empotradoen el que nunca miras, dejándole apostadocomo una vieja momia que resultara ajenaa tus horas de antes y a tu tiempo de ahora.De repente percibes que te observan, extraños,todos aquellos seres perdidos entre cándidosrestos de un mundo malgastado, acaso real sólo en matices de tantas cartulinas.Sus brillos y sus tonos anuncian la tristezaencubierta en momentos tan mal aprisionados,que mudos e impotentes, añoran su albedrío,huérfanos en aquellos oscuros recintos de madera,donde iban transcurriendo en siglos de silencio.Unos rayos de sol entrando hasta tus manosde repente, subrayan el tiempo derrochado,nublan toda visión que pueda redimirlos.

(Atrapar los instantes no da la vida eterna)Es la señal: los rompes.

Bárbara ValeroEx alumna

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EEL pasado 6 de marzo el IES Cer-vantes tuvo el honor de recibir a laprestigiosa investigadora Eva

Martín del Valle. Graduada con honoresen la Universidad de Salamanca, ganado-ra de numerosos premios a la investiga-ción y el desarrollo, y acreedora de algu-nas de las becas más prestigiosas para eldesarrollo de proyectos de investigación,del Valle se revela como una de las inves-tigadoras más importantes del momento,tanto a nivel nacional como internacional.

—¿Cuántos años ha tenido usted queestudiar para llegar aquí?

—Vamos a ver… Cinco años de carre-ra, cuatro años de doctorado, otros cuatroaños de doctorado. Digamos que eso sonestudios de forma evaluada, pero un in-vestigador nunca deja de estudiar. Unacosa es la formación evaluada por agentesexternos, la instrucción, y otra cosa es lainvestigación. Nosotros estamos estudian-do todos los días. El trabajo que hacen losdemás es una pauta de aprendizaje para

uno mismo. Es decir, que la investigaciónva asociada directamente al estudio conti-nuo.

—¿La ingeniería química está másenfocada hacia el área biomédica o ha-cia el área industrial? ¿Se es más inge-niero que biólogo o químico?

—La ingeniería química como titula-ción te da la materia prima, unas asignatu-ras fundamentales, que son la base paraque tú puedas, bien dedicarte a la indus-tria, bien dedicarte a la investigación.

—¿La salida al mercado laboral estáenfocada hacia el mundo anglosajón oexiste en Europa un mercado importan-te también, en países como Alemania oFrancia?

—Hay un mercado muy importanteaquí en Europa. La mayoría de las multi-nacionales tienen sedes aquí. Podría decir-te que, por ejemplo, yo formé parte de unacompañía que se llama Procter & Gam-ble, que son los que hacen Ariel, Pantene.Yo trabajé en Inglaterra, pero ellos estántambién en Bruselas, en Alemania, Italia,

México, China,Japón… No sepuede limitar unoa trabajar en Es-paña; en cuantote mueves y tras-pasas fronteraslas posibilidadesson mucho mayo-res.

—¿Está ustedtrabajando en al-gún proyecto enestos momentos,o tiene planes detrabajar en algún proyecto importante?

—Sigo trabajando en terapia celular, yestamos trabajando en sistemas de admi-nistración de quimioterapia e hipertermiaa la vez. La combinación de quimiotera-pia y la apoptosis (muerte de las células)provocada por un pico de temperaturapuede ser un tratamiento efectivo para al-gunos tipos de cáncer. ¿Qué ocurre? Queel cáncer es una enfermedad muy comple-

ja: incluso en un mismo órgano puedendesarrollarse varios tipos de tumores com-pletamente distintos. Entonces, el perso-nalizar un tratamiento es hacia lo que setendrá que enfocar el desarrollo a partir deahora. Pero eso es algo complicado, y lle-va mucho tiempo.

Miguel Ángel Van Rysselberghe2.º BT, B

Hablamos con Eva Martín del Valle

E N T R E V I S T A S

TTEATRAL, y sin embargo, real;serio, pero inclinado a la risa –ymás si es burlona–; exigente,

aunque benévolo; profesor sobre todaslas cosas. Admirable y admirado. Así esdon José Carlos Menéndez, actor y di-rector de teatro en sus ratos libres; pro-fesor todo su tiempo... Es el actual Jefedel Departamento de Lengua castellanay literatura. A él nos dirigimos para quenos acerque a ese mundo que tan bienconoce, el que se vive detrás y delantedel telón.

—¿La vida es un teatro?

—A veces sí, ya que el teatro es unamentira que parece verdad, todo dependede si te la crees o no.

—Entonces, ¿quién es su director?—Cada uno de nosotros somos los

directores de nuestras vidas, actores y es-cenarios también, además nosotros decidi-mos el final.

—¿Qué es lo más difícil de conseguirpara un director?

—Que el proyecto inicial imaginado enla cabeza del director, se lleve a cabo en elescenario igual que se había imaginado.Eso no solo depende de los actores y el

director, sino acertando con el públicoadecuado

—¿Qué significa el teatro para usted?—Depende, a veces más y otras menos,

en alguna etapa de mi vida ha significadomucho. Siempre he creído en un teatrocon final social, ¿por qué?, porque el tea-tro tiene que ir con el propósito de cam-biar algo. Además el teatro es un ejercicioartístico fundamental para el desarrollo dela raza humana.

—Con los avances tecnológicas, ¿elteatro ha ganado o perdido importancia?

—Ha ganado muchísimo: todo es másfácil y espectacular. El teatro no le hace la

competenciaa nada y vi-ceversa. Ni lamejor pelícu-la es compa-rable. El tea-tro, enrealidad, lohace el es-pectador. Se-gún PeterBrook, “elteatro es unapersona enun espaciovacío y otraque lo mira”

— ¿ C r e een las su-persticiones

teatrales?—No, pero son muy bonitas, porque

dan vidilla al mundo del teatro. Cosascomo no vestir de amarillo, ver un clavotorcido...

—¿Hay alguna diferencia entre ac-tuar y enseñar teatro? ¿Cuál es?

—A veces se dice que el profesor deteatro es un actor fracasado, pero en mu-chos casos hay gente que es mejor profe-sor que actor y también en muchos casoses más difícil enseñar que dirigir.

—¿Algún alumno suyo ha llegado atriunfar en el teatro?

—Sí, ahora mismo uno de ellos es unode los mejores en recitar versos; otro, lla-mado Israel sale en Amar en tiempos re-vueltos; hay otros también como RobertoDoctor... Muchos de ellos crecieron en ba-rrios poco adinerados y lucharon por salirde allí. Claro que para ser actores, salencien y llega uno, pero hay que luchar porser ese uno.

—¿Sigue siendo moderno el teatroclásico?

—Sí, si se hace bien, sí. La palabra clá-sico, va unido a lo moderno. Si es clásicoes porque aún está vivo. Cuando vas a ha-cer teatro clásico, lo importante es la voz,puedes recitar a Shakespeare en vaquerosy si lo haces bien, al público le llegarámás que si lo recitas con vestidos y atuen-dos pero lo recitas mal.

—¿Desde cuando siente afecto por elteatro?

—Desde niño. Al principio no me gus-taban las letras porque mis padres eranprofesores de historia los dos, pero huboun profesor que me inculcó un gran amorpor la literatura. Me matriculé en teatroen Barcelona a escondidas, ya que mispadres no me dejaban ser actor o direc-tor.

—¿Qué género dramático cree que esel preferido por el público?

—La comedia, sin duda, aunque hacerllorar es más fácil que hacer reír.

—Al dirigir una obra, ¿cree que estácreando arte?

—Claro. A veces los actores no lo sa-ben o no se dan cuenta de ello, lo cual esincluso mejor. Es como pintar un cuadro.También son los actores los que son cono-cidos y los directores desconocidos.

—¿Cuál cree que es la mejor obra es-crita hasta ahora?

—Uff... la verdad es que siempre hepensado que es Edipo rey, donde el prota-gonista va a buscar al asesino cuando enrealidad el asesino es él mismo. En el tea-tro español no sabría decir. En conclusión,creo que sí, Edipo rey es la mejor.

—¿Qué obra de las que usted ha diri-

gido ha tenido más éxito?—Como director, ninguna en realidad,

pero como actor sí.—¿Cómo hace un actor para entrar

en su papel?—Como puede. El buen actor nace

buen actor de todas formas, y por lo tantono le cuesta meterse en su papel. Pero unbuen actor tiene que diferenciar entre es-tar en el escenario y fuera de él.

—¿Cree que el público consigue en-tender lo que la obra quiere decir enrealidad?

—Si no lo entiende, vamos listos...Aunque a veces ha habido hasta peleas enel público por el mensaje de la obra; esoes lo que hay que intentar conseguir. Si elpúblico no entiende la obra, es que no seha elegido el público adecuado.

—¿Cuál es la característica que másse aprecia de un actor?

—La sinceridad. Siempre tienes que ac-tuar como si fuera la primera vez que ac-tuaras aunque mejor que la última. Lo queno tiene que pasar es que el público seaburra.

—¿Con qué actores o directores fa-mosos ha trabajado?

—Bueno, tuve la suerte de estudiar conBrook en “Les Bouffes du Nord”. Duran-te años he trabajado con Sergio PerisMencheta.

—¿Cómo es un actor fuera del esce-nario?

—Hay un chiste que dice: “Oye, elotro día te vi saliendo del metro” y res-ponde el otro: “¿Sí? y ¿cómo estaba?...Algunos actores no saben desconectar,pero la mayoría son personas como tú yyo.

—Después de la entrevista, ¿siguecreyendo que la vida es un teatro?

—¿Por qué no?

Nuestro agradecimiento al profesorJosé Carlos por su tiempo y su dedica-ción.

2.º ESO, D

Entrevista a José Carlos Menéndez

E L I N G E N I O S O H I D A L G OE L I N G E N I O S O H I D A L G O 555

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E L I N G E N I O S O H I D A L G OE L I N G E N I O S O H I D A L G O666

SSUSANA Urdiales Monje, nacidaen el año 1995, frecuenta el primercurso de bachillerato en nuestro

Centro. Además de ser una excelente estu-diante, es portera de balonmano del ClubBase Villaverde de categoría juvenil. Su-sana es titular indiscutible no solamenteen su equipo, sino también en la SelecciónAutonómica de Madrid, y es una firmecandidata a formar parte del Equipo Na-cional de la categoría. Haber sido elegidala mejor portera del Campeonato de Espa-ña en la pasada temporada es una creden-cial difícilmente superable.

—¿Susana, cómo comenzó tu aficiónpor el balonmano?

—Estudiaba en el colegio Montserrat,era muy inquieta y me gustaba mucho eldeporte, sin embargo, en nuestro Centrosólo se nos ofrecía la posibilidad de practi-car fútbol o balonmano. El fútbol no meatraía mucho, así que opté por apuntarme a

balonmano, teníasólo nueve años y apartir de entoncesno he dejado estedeporte.

—Para tu juven-tud ya posees unbrillantísimo histo-rial, cuéntanos unpoco de ello.

—La verdad esque he sido muyafortunada; del co-legio pasé a formarparte del equipoBase Villaverde, unclásico dentro delos conjuntos deMadrid. Con elloshe conseguido doscampeonatos de Es-paña en categoríainfantil y cadete,

además de un subcampeonato de Españaen categoría juvenil.

También he for-mado parte de la Se-lección Autonómicade Madrid en todaslas categorías eigualmente los resul-tados han sido estu-pendos: dos campeo-natos de España y unsubcampeonato.

—¿Cuáles sontus ídolos deporti-vos?

—Por mi puestome fijo mucho enlos porteros, JosefaHombrados y Ster-vick, creo que sonlos mejores.

—Sabemos queno habitas cercadel Instituto: ¿Porqué viniste a estu-diar con nosotros?

—En mi colegio de toda la vida no seofrecía cursar el bachillerato, así que ha-bía que elegir. Y como siempre los amigosme ayudaron, me hablaron muy bien delCentro y aquí estoy.

—¿Qué tal tu integración?—Muy bien, estoy sorprendida, mis

nuevos compañeros parecen como si losconociera de toda la vida. Los profesoresme gustan, aunque son muy exigentes.

—¿Cuáles son tus materias favoritas?—Cómo no, la Educación Física y el

dibujo técnico. Por el contrario las mate-máticas me cuestan y tengo que esforzar-me mucho.

—Además, de realizar unos entrena-mientos tan exigentes, de ir muy bienen tus estudios, aprendes francés en laescuela de idiomas de Villaverde: ¿Dedónde sacas el tiempo?

—El secreto es saber organizarse, re-nunciar a ciertas cosas y sobre todo apro-vechar bien el fin de semana

Eduardo Ruiz de VinuesaProfesor de Educación Física

Caminando hacia la ¿selección?

E N T R E V I S T A S

LLICENCIADO en Música (Compo-sición) en el Instituto Superior deArte; en Educación Superior (Es-

pañol-Literatura) en la Universidad de LaHabana; graduado de Guitarra en el Con-servatorio “Amadeo Roldán”; Diploma deEstudios Avanzados en Historia y Cien-cias de la Música por la UniversidadComplutense de Madrid, estudió con Vi-cente González-Rubiera (“Guyún”), Ha-rold Gramatges, Félix Guerrero y CarlosFariñas (Armonía, Composición y Or-

questación) e Isaac Nicola, Leo Brouwer,Alirio Díaz, Selvio Carrizosa, MarthaCuervo y Leopoldina Núñez (Guitarra).Ha escrito para instrumentos solistas, vozy piano, coros, diversas agrupaciones yorquesta, y realizado trabajos electroacús-ticos y música con secuenciadores y pro-cesadores de sonido. Trabaja habitual-mente como guitarrista, bajista, profesor,orquestador, productor discográfico y di-rector musical. Ha realizado música paraobras teatrales y espectáculos, y bandas

sonoras de filmes, telenovelas, dibujosanimados y promocionales de cine, radioy televisión, participando en diversos fes-tivales y concursos como jurado y comoespecialista en música, cine y música paraespectáculos.

La “Intro”

Jorge Maletá es un conocido composi-tor y guitarrista cubano que, en la actuali-

dad, realiza una tesis doctoral enMadrid acerca del vínculo existen-te entre la música y los dibujosanimados de su archipiélago natal:Cuba.

Su obra musical es muy ampliay abarca diversas áreas dentro deesta expresión del arte. De estaforma, ha compuesto (y tambiéncreado arreglos*, en ocasiones)para acompañar a cortos televisi-vos (como la serie Para curiosos olos Filminutos, de carácter didácti-co -los primeros- y corte humorís-tico, -ambos, pero destacando fun-damentalmente la ironía, elsarcasmo y el doble juego presen-tes en los Filminutos-), largome-trajes (como Cuba, El Exilio, LaPájara Pinta y Más de Cien Años,todos del director Pedro Carvajal),

series y documentales, por sólo mencionaralgunos de sus trabajos.

Ha realizado Talleres y Cursos sobreComposición y creación de Bandas So-noras en la Escuela Internacional de Cinede San Antonio (Cuba) y las Universida-des Carlos III, de Salamanca, de Vallado-lid y Complutense de Madrid. En Cubase le condecoró con la Distinción Por laCultura Nacional. Su nombre figura enel Diccionario Enciclopédico de la Músi-ca Española e Hispanoamericana y en elDiccionario del Cine Iberoamericano(ambos editados por el Instituto Complu-tense de Ciencias Musicales) y constitu-ye una referencia para aficionados y en-

tendidos de lamúsica encuanto a la ar-monización,la técnica y laejecución deobras para laguitarra.

—¿Cuándodecides dedi-carte de llenoa la música?

—Siempreestuve vincu-lado a ella ycuando estu-diaba la carre-ra de Literatu-ra ya tocaba laguitarra en pú-blico. Habíaempezado aestudiarla des-de los 15 años.

— ¿ T u sprofes…?

—Leopoldi-na Núñez, unencanto depersona. Lue-go, la técnicade la guitarracon Marta Cuervo y, mientras tanto, estu-diaba todo lo relacionado con la armoníaaplicada a este instrumento con “Guyún”.

—¿Fue profe tuyo durante muchotiempo?

—Sí, bueno. Era ese tipo de personaque, nada más que con conocerlo, ya es tumaestro para toda la vida.

—¿Cuáles fueron tus primeras com-posiciones musicales?

—Yo antes, cuando estudiaba el Bachi-llerato, siempre quería ser compositorpara cine. Me leía un libro y entonces es-cribía la música que yo pensaba se le ajus-taba más…

—Son notorias, por quienes te cono-

cen, algunas de las situaciones “raras”en las que te ha puesto la vida.

—Bueno, sí algunas de ellas son deli-ciosas. Pero no son más, al fin y al cabo,que cosas que pasan. Ahora mismo re-cuerdo la ocasión en que fue un conductora recogernos al aeropuerto a la cantanteMarta Justiniani y a mí, y no me permitíaentrar en el vehículo simple y llanamenteporque él, fiel a sus órdenes solo habíaacudido a recoger a “Marta y maleta”.

Para más información:http//www.maletismo.jimdo.com.

2.º BT, D

Entrevista a Jorge Maletá, guitarrista, arreglista, compositor, profesor de Lengua y padre de familia

* Arreglo: transformación que permite interpre-tar una pieza con voces o instrumentos diferentes alos originales.

Fragmento de música compuesta para una obra de teatro.

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E L I N G E N I O S O H I D A L G OE L I N G E N I O S O H I D A L G O 777

ARTAAA! –oí que una voz muy cercana megritaba.

Quizá más lentamente de lo propicio, levan-té cabeza y abrí todavía más lentamente los ojos. No, otravez no, me había vuelto a quedar dormida en clase de histo-ria.

—Marta, la próxima vez tendré que llamar a tus padres–me comunicó mi maestra, pero para mi sorpresa, esta vezno utilizó el tono severo y casi cruel al que estaba acostum-brada, sino uno mas bien dulce con un toque de cierta preo-cupación.

Desde aquel verano, mi comportamiento cambió drástica-mente. Ahora no demostraba ser la alegre y soñadora niñaque todos conocían y apreciaban; ya no.

Era 2007, yo apenas tenía ocho años cuando todo ocurrió.Mi vida entera se volcó hacia aquel pequeño animalito quecompartió conmigo tantas aventuras. En una tarde de aquelverano inolvidable, volvía a casa acompañada por mi herma-no mayor y mi primo, cuando nos pareció oír un suave mau-llido, lo dejamos pasar, pero se volvió a repetir y esta vez mu-cho más intensamente. Con mucha curiosidad nospropusimos encontrar el causante de tan melancólico llama-do. En algunos momentos perdíamos todo rastro, pero si es-perábamos unos minutos, proseguía. Así estuvimos un buenrato, pero conseguimos encontrar al dueño de esa tímida vo-cecita. Se trataba de un gato de no mas de dos semanas de na-cido, tenía los ojos de un dorado intenso, la piel manchada deblanco y negro y en la nariz una pequeña manchita a modo debigote. Inmediatamente me sentí atrapada por esa mirada tra-viesa e inocente. En un acto que nunca llegué a comprender,vino corriendo a mis brazos y en cuanto lo levanté, empezó aronronear. Aún recuerdo ese dulce ronroneo. No me lo podíacreer, un gato callejero, apenas de unas semanas de vida, ha-bía venido corriendo hacia mí como si él hubiera decididoque yo sería su dueña a partir de ese instante. No, no podíallevármelo a casa, allí estaba Deja-vú, el gato de mi hermano.Además ya nos había costadoconvencer a nuestros padrespara poder tenerlo en casa,simplemente no permitiríanotro gato. ¿Que podría hacerentonces?

Lo único que se me ocurriófue llevarlo al piso de mi pri-mo, que vivía en la mismacasa que yo, suplicando que aél si le dejaran tener masco-tas. Todo fue en vano, mistíos no querían saber nada deun animal callejero, y menosaún de un gato, pues estrope-aría los muebles que acababan de comprar. ¿Cómo era posi-ble que prefirieran unos trastos a darle un hogar a un anima-lillo indefenso? Abatidos, fuimos camino a un parque paraabandonarlo a su suerte. Yo me negaba a dejarlo solo y des-protegido, pero ¿qué mas podía hacer? Al dejarlo en el sue-lo el gatito nos observó en silencio, un silencio desgarrador.Nos alejamos de él muy lentamente, sencillamente porqueno me resignaba a perderlo, aunque solo le conocía desdehace unos minutos. El gatito –al que no nos había dado tiem-po a bautizar– nos siguió un buen trecho del camino a casa,pero al final comprendió que no podíamos llevarlo con no-sotros. Se quedó sentado, mirándonos, con esos ojos doradosy resplandecientes, capaces de conmover al más cruel cora-zón. No fui capaz, no pude dejarlo allí, volví con él y lo cogíen brazos. A pesar de intentar abandonarlo, al cogerlo, él mevolvió a ronronear. No sé que pretendía hacer, ni donde loiba a resguardar, ni que le iba a dar de comer, pero aun así lollevé a casa. Imploré a todos los santos que nadie me hicierademasiadas preguntas. Nuestra casa contaba con un tercerpiso –en el primero vivía mi primo y en el segundo misabuelos, cuando estábamos de vacaciones, siempre nos alo-jábamos con ellos– prácticamente abandonado, en el que nosería muy difícil esconder al gatito. Una vez allí, acomodéuna habitación con algunas mantas y un cojín roto que nadieecharía de menos. Me las ingenié para coger prestada comi-da de Deja-vú, además de algo de leche. Mi nuevo amiguitose sentía como en casa y descubrí que posiblemente no ha-bría comido en días. Se habría escapado de su casa al faltar-le el alimento. Pasaron los días y todo marchaba estupenda-mente, solo faltaba ponerle un nombre. Yo nunca he sidomuy buena poniendo nombres así que estuve discutiendomucho tiempo con mi primo, pero al final, decidimos lla-

marlo Nacho. Hubo muchas ocasiones en las que faltó muypoco para que descubrieran al nuevo habitante y un buen díasucedió. Mi madre subió al tercero con la excusa para buscarno se que cosa, pero en realidad solo quería confirmar sussospechas, le parecía muy raro lo poco que duraba la comi-da de Deja-vú, así que al final lo descubrió todo. Para misorpresa, Nacho fue muy bien recibido en mi casa, ya que to-dos habían previsto que yo lo hubiese cuidado en secreto.

Yo estaba más que contenta. A partir de ese día, Nacho nodejó de acompañarme en mis viajes imaginarios. Igual queun día nos encontrábamos luchando contra malvados piratas,otro viajábamos a un planeta en busca de seres extraterres-tres, o vivíamos un día normal haciéndolo todo al revés o in-vestigábamos algún misterio sin resolver. Cada día era unanueva aventura cada una más emocionante que la del día an-terior. En esos dos meses, simplemente, nos volvimos inse-parables.

Pero todo lo bueno tiene un final, el verano se había aca-bado, tendría que volver a Madrid para seguir en el colegioy lo peor es que tendría que dejar a Nacho al cuidado de misabuelos. No podía permitirlo, no en esta vida, no por el he-cho de que lo cuidase otra persona, sino porque ya no le vol-

vería a ver hasta el próximoverano. Luché contra vientoy marea para convencer a mispadres de que nos fuéramosen el último segundo, peronada. O Nacho iba conmigoo yo no me iba a ninguna par-te. Finalmente, no conseguínada. Volví a mis estudiospensando en todo lo que po-dríamos estar haciendo si hu-biéramos tenido la ocasión.Siempre pensaba en nuevas yfascinantes aventuras, perosin mi compañero no iban a

ningún sitio. Cada vez me sentía más sola y abandonada,pues mis amigas habían optado por abandonarme al saberque estaba así por un gato. ¿Qué sabrán ellas? Todo me dabaigual, solo quería volver a verle una vez más, solo una. Na-die parecía hacerme caso. El año escolar tardó demasiado,nunca me había parecido tan largo y aburrido, en verdad solopensaba en una cosa, volver a ver a mi compañero de aven-turas. Cada día de clases me quedaba dormida y en mis sue-ños siempre estaba él, esperándome. Mis padres, al fin com-prendieron lo que me pasaba, y decidieron ir a visitar a misabuelos. Esa noticia me subió el ánimo más que cualquierotra cosa en el mundo. No cabía en el sitio de tanto júbilo,solo tendría que esperar un poco más, solo un poco más.Dentro de dos semanas iríamos a ver a mis abuelos. En esalarga espera, recibimos una inesperada llamada. Eran misabuelos. Yo nunca llegué a saber por qué llamaban, pero gra-cias a ella mis padres insistieron en ir cuanto antes. Agrade-cí profundamente ese repentino cambio. Pero cuando llega-mos nos aguardaba una triste noticia. Nacho había muerto.Nadie sabía muy bien por qué, él era muy joven, no deberíahaber muerto. Yo estaba simplemente impresionada, todavíaera muy pequeña para comprender que ya se había ido parasiempre. No lo podía creer, ni tampoco quería. Me dolió,cómo negarlo, me dolió profundamente la perdida de eseanimalito que había conseguido llegarme al alma en solo dosmeses. Tristemente, comprendí que jamás, jamás, volvería atener un amigo como él.

Y a él, y a todas las personas que han amado a sus peque-ños amigos, les dedico este relato.

Daniela Moreno Caballero1.º ESO E

Nacho

N U E S T R O S P R E M I O S L I T E R A R I O S C E R V A N T E S

CCOMO todos los años, el Departamento de Lengua Castellana yLiteratura ha convocado nuestro ya tradicional Concurso Lite-rario.Este curso se han presentado más de 40 textos. Reunido el

Jurado, formado por doña Esperanza Cabezas, doña Natividad de laFuente, don Pedro Hernández y don Guillermo de la Puente, coordi-nados por el Jefe del Departamento, don José Carlos Menéndez, hadecidido otorgar los siguientes Premios en la convocatoria 2011-2012:

Premio de Primer Ciclo: Nacho, de Daniela Moreno Caballero(1.º ESO E). Mención especial: La jaula de mi corazón, de Lúa Ma-yenco Cardenal (2.º ESO VA).

Premio de Segundo Ciclo: La despedida, de Alba Caballero Bar-berán (4.º ESO VB). Mención especial: Un paso, de Tamara RamosMorán (4.º ESO VB).

Premio de Bachillerato: La Muerte también miente, de MiguelÁngel Van Rysselbergue Parra (2.º BTO. B). Mención especial: Elrastro de tu sangre en la nieve, de Blanca Rodríguez de la Torre (1.ºBTO. E).

¡Muchas felicidades a todos!

¡¡MM

En esta tierra de pesadilla

Mientras contemplaba un viejo cuadro y leía su historia,que hablaba de antiguos esclavos y tiranos, no pude evitar que a mi mente oprimieraeste triste grito que ya contener no puedo:Mira a tu alrededor,a este mundo decadente,a esta tierra de pesadilla.Y no verás más que sonrisas.Donde mienten los que mandan,y los que obedecen,Mienten.Mienten los que gritan y protestan,y los que callan,Mienten.Dicen que miran por nosotros,y nos roban hasta los ojos.Que ya no hay Dios,sino Mercado,y es nuestro condenaabrir la fosa donde yaceremosy pagar mientras cavamos,vivir en la carterade nuestros nuevos tiranos,y soñar con vivir de la tarjeta.Que Dios ha hablado: la nueva Virtud es la Ambiciónsin límites, sin compasión.Robar, quebrar, y seguir robando.Que en crisis los que se salvan son los bancosy ya están nuestros ataúdes, los de los esclavos,hipotecados.

Miguel Ángel van Rysselberghe Parra2.º BT, E

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E L I N G E N I O S O H I D A L G OE L I N G E N I O S O H I D A L G O888

O era como me lo esperaba.Era un extenso baldío, gris como el cielo encapo-

tado que lo coronaba siempre. Recuerdo habervagado durante horas. Acabé por sentarme en el suelo; dabaigual hacia dónde fueras, durante cuánto caminaras o co-rrieras, nunca llegabas a ningún lugar.

Me tumbé y miré largo rato al cielo; el sol, siempre en elcénit, apenas se intuía, tapado por un espeso manto de nu-bes. Fue entonces cuando se acercó aquella figura, y oí porvez primera su voz.

—Sabía que vendrías.Aquella voz… No la había oído nunca… Pero había algo

en ella que me parecía haber escuchado siempre. Era comosi en su voz hubiese algo de todas las voces del mundo.

Me pidió que le contase todo lo que recordaba.—Lo siento. No recuerdo demasiado. Veo claramente

esta llanura, pero todo lo que no sea este lugar apenas lo re-cuerdo... Sensaciones, impresiones, eso es casi todo de lopoco que aún guardo.

—No importa. Cuéntamelo todo. Empieza por dondequieras.

Hablé durante mucho tiempo. Una eternidad. Le hablé deun mundo lejano, tan diferente… No, no era diferente. Te-nía colores, eso sí. Y había mucha gente. Pero en el fondo…En el fondo era gris. En el fondo no había nadie.

Intento recordar las caras. Sólo recuerdo animales. Burrosy corderos, sobre todo. Todos iban derechos al matadero.También había perros y lobos. Y cerdos.

Era como un enorme camino donde se formaban filas yfilas. Todo eran filas y caminos. Y luego estaba lo de fuera.Pero nadie salía.

A veces los cerdos se peleaban. Se mataban entre sí in-gentes cantidades de perros y lobos y demás. Y al finalsiempre se acababan dando la mano los cerdos. Y pagándo-se mutuamente con la sangre de los corderos.

Por supuesto, la mayoría no sabían de estas cosas. La ma-yoría seguía su propio rumbo, dentro del camino. Bastantetiene uno ya con mirar por dónde va como para dedicarse apensar sobre cómo va el resto.

También había cosas divertidas, comedias. Pero cuandose mira con perspectiva, las cosas felices y bonitas se en-marcaban en la tragedia. Por eso muchos decidían no mirarmás allá de unos palmos de distancia. Era lo más sabio.

Así que del gran rebaño rara vez se separaba nadie. Y losque lo hacían, no volvían. O volvían diciendo que era mejorno separarse. Mejor no adelantarse. Ni quedarse atrás.

Las cosas no habían sido así siempre. Aparte de tiemposabismales que ya nadie recordaba, se sabía que tiempo atráslos caminos eran mucho más estrechos, y se contaba conprecisión cuánto se tardaba en recorrerlos, a qué velocidadse iba, si era mejor que fuera recto o en curva, cómo hacerque se notara más, o menos, la pendiente… Los lobos eranestrictos; en cuanto alguien se desviaba lo despedazaban.Pero se habían peleado con los cerdos y, por suerte, los cer-dos habían ganado.

La cuestión, en realidad, era que ahora éramos tantos quedaba igual por dónde fuéramos. El camino, los perros, noeran más que marionetas sin significado real. Muy de vezen cuando se necesitaba de los lobos. Había tal cantidad degente que con que las cosas funcionaran a medias ya basta-ba para que los cerdos vivieran como los reyes que eran.

Supongo que a mí no me gustaba aquello.—¿Entonces no había nada bueno?—Había muchas cosas buenas. Pero no había nadie bue-

no. Quiero decir, sí lo había, pero la gente como yo no con-taba. No éramos nadie.

Estaba claro que no éramos nadie. Que allí no había na-die. Y que si lo había mejor era que no estuviera. De entrelos del camino ninguno contaba; de los que vigilaban tam-poco; los que iban en los grandes carros y tronos que arras-traban los del camino eran los que contaban. Pero ningunomiraba más que por él mismo.

Hubo tiempos en que parecía que el camino se iba a des-hacer. Los cerdos se peleaban, y nadie sabía por dónde ir.Algunos empezaron a ir por sus propios caminos. Pero en-tonces los hubo que clamaron contra los que se marchaban.“Debemos ir por el camino”, decían. “La Ley ordena ir porel camino, y sin Ley nos comerán los lobos”. Los que ha-bían hecho amago de irse volvían, asustados. Y las cosas se-guían así. Los del camino seguían, se paraban; se mirabanasustados y confusos y luego seguían, y después se para-ban… Los cerdos se peleaban y se pagaban con sangre decordero. Éramos tantos que a nadie le importaba nadie ninada. Y en el fondo siempre había sido así, así que tampocoes que nadie creyera en serio que fuera a cambiar.

Supongo que me cansé.

Ver más allá de dos palmos es agotador, y letal a la larga.Al principio es algo maravilloso: ves como nadie ve, en-tiendes como nadie puede, o quiere, entender. Pero cuandocomprendes que poder entender algo no significa, ni de le-jos, que puedas cambiarlo, las cosas empiezan a parecercada vez peor. Empiezan a parecerse a lo que son, y no a loque tú quisieras que fueran.

—Callas… ¿Has terminado?—Sí… No recuerdo nada más.Y callé… Toda una vida había pasado desde que oí por

vez primera su voz.“Así se entiende que estés aquí, hijo mío.”, dijo entonces

el Demonio posando su mano en mi hombro. “Cómo mealegra que el Mundo siga como debe”, dijo, mientras reíasuavemente, mientras acariciaba con sus dedos las marcasde la soga, que aún seguían en mi cuello.

Miguel Ángel Van Rysselbergue Parra2.º BT, B

La muerte también miente

N U E S T R O S P R E M I O S L I T E R A R I O S C E R V A N T E S

NN

PPARA que no se entere de que me hemarchado. Nunca pensé que unadiós me pareciera tan duro, yo sé

que él es más valiente que yo, él no haría loque estoy a punto de hacerle ni aunque lasituación le apretara las entrañas como meaprietan ahora mismo, son las cinco de lamañana y como siempre el despertador estásonando, él lo apaga rápidamente, da un re-soplido y espera cinco minutos más tumba-do en la cama, esa magnífica manera quetiene de levantarse de la cama me deja porun momento sin aliento, por un segundo es-toy a punto de decirle que me marcho, quele abandono pero vuelvo a cerrar los ojospara que no sepa que estoy despierta, cadados por tres abro los ojos y le veo ponién-dose el traje de esa manera peculiar que tie-ne de moverse, esa graciosa torpeza que mehizo enamorarme de él pero sigo sin poderdecirle nada, me parece cruel, malvado yegoísta pero sobre todo sé que yo soy muycobarde para decirle adiós, cierro los ojosde nuevo con ganas de llorar, no quiero queél me vea así, no quiero que me vea sufrir,no quiero que sienta pena ni que empiece apreguntarme qué me pasa, porque ahora nopuedo contestarle, no puedo decirle que memarcho, no, de verdad no puedo. De repen-te el calor de sus labios se acaba de clavaren mi mejilla derecha, él así, como siempre,cálido, cariñoso, cuidadoso para no desper-tarme, otra vez empiezo a notar esa sensa-ción angustiosa dentro de mí, me duele has-ta la última gota de mi alma, de repente lapuerta suena, se ha ido, se ha marchado y nisiquiera he tenido valor para decirle adiós,no sé cuánto tiempo puedo llevar tumbada

sin poder moverme, solo sé que desde quesonó la puerta ya no sé si puedo ser perso-na, si queda una pizca en mí de humanidad,pero abro los ojos tengo que dejar de pensaren eso, tengo que marcharme, lo primeroque debo hacer es ir al baño, mientras queme ducho empiezo a pensar cosas que élsiempre me reprocha y después de un ratorecuerdo lo primero que me dice cuando élva al baño todaslas noches.

—Alba ya hasdejado la tapa dela pasta de dien-tes abierta, cómotengo que expli-carte que eso seseca.

Recuerdo quecuando todo ibabien, cuando to-davía nos quería-mos, esos peque-ños detalles no leimportaban, y no como ahora que hasta mecritica la manera que tengo de mirarle.

Llegando a la cocina me doy cuenta de lodifícil que está siendo pensar todos mis mo-vimientos, esos movimientos que hago en undía normal, no en un día como hoy, porquehoy ya no es un día como siempre, hoy mevoy, hoy ya no voy a volver, me parece difí-cil pensar en algo así, porque hoy hubiera ce-rrado la pasta de dientes si no hubiera sidoporque lo he pensado, esto está siendo dema-siado duro. Como siempre echo tres cuchara-das de azúcar en el café y lo dejo en la mesade la cocina sin recoger, él siempre me repli-ca que no limpio, que si fuera por mí viviría-mos en una pocilga, pero si fuera por mí hoylo recogería, pero no debo, no puedo hacerlo,él notaría que yo no vuelvo si hago eso.

La habitación, hacía mucho tiempo que noveía la habitación tan pequeña, ayer la veíagigante, la veía como las últimas noches,como nuestras últimas noches: gigantes, va-cías, eternas, frías, pero me estoy acordandode esos momentos en los que llegábamos acasa y esa habitación, esas cuatro paredeshan sido las únicas cómplices de nuestros se-cretos, de nuestros gemidos, de nuestros

abrazos, de losmil susurros aloído diciéndonoste quiero, necesi-to sentarme, es-toy empezando asentirme mal, mesiento en la sillacolocada enfren-te del espejo,¡zas!, recuerdoque tengo quedejar el pijamacomo siempre,colgado en la

parte derecha del respaldo de la silla, tengoque empezar a vestirme, se me hace imposi-ble pensar qué ponerme para la ocasión, séque no puedo ponerme lo primero que pillepero tampoco puedo ponerme de gala por-que hoy hace frío y él sabe que los días enlos que hace frío suelo vestirme muy norma-lita, no puedo creer que esté viendo el jerseymarrón que me regaló él hace un año, quéganas tengo de ponérmelo, de ver si sigueoliendo a esa última noche que me lo puse, sisigue oliendo a amor, a cariño y ternura, sisigue oliendo a esa noche de pasión, pero nopuedo hacerlo, hace como mínimo dos me-ses que no me pongo nada que me regaló él,así que voy a optar por el jersey azul y losvaqueros claros y las botas grises, grises ytristes como el día.

Ya está, venga Alba, queda poco, piensa,en el salón todo pasa rápido, cojo las llaves,el abrigo y como hago siempre voy a cerrarla puerta corredera del salón, pero de repen-te noto la fuerza de sus ojos clavados delan-te de mí, ahí estaba su foto, él con su sonri-sa, esa maravillosa sonrisa que tiene, buenoque tenía, porque últimamente se le ha bo-rrado de la cara, ¡qué ojos!, ¡Dios, quéojos!, creo que nunca ni siquiera en estemomento puedo desenamorarme de susojos, sus ojos como siempre profundos, esenegro de sus ojos deja sin habla hasta elmayor depredador de esta tierra, porque susojos no tienen nombre ni dueño, ni nada, nose puede comparar con nada, ni aún ahoraque cuando los miro parecen tristes y apa-gados, ya está, no debo mirarlo más, cierrolas puertas, por último pienso en que siem-pre me dice:

—A ver, una cosa es que dejes la puertacerrada y otra muy diferente es que paraabrir la puerta necesite un tanque, madremía echas la llave cuatro veces.

Cierro la puerta cuatro veces, y miraqué mala suerte que me suena el móvil eneste momento, un mensaje, siento que memuero, abro el mensaje, es él, pone “Tequiero”, hacía más de cuatro meses queno me decía te quiero, es imposible, escomo si supiera que me marcho, que mevoy, y que soy tan cobarde que ni siquierame atrevo a decirle que me marcho, perotengo que hacerlo, esta relación se estávolviendo un infierno, salgo del portal,¡joder!, no sé qué hacer con mi vida, no sépara qué lado tirar de la calle, pero sé queal salir no puedo evitar de reojo mirar lapuerta del apartamento.

Alba Caballero Barberán 4.º ESO B-VA

La despedida

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E L I N G E N I O S O H I D A L G OE L I N G E N I O S O H I D A L G O 999

N U E S T R O S P R E M I O S L I T E R A R I O S C E R V A N T E S

YYA ha terminado, de nuevo nadie seha percatado de mi presencia, siem-pre una del montón, una de las dece-

nas de chicas que pretenden ser iguales parano llamar la atención y dejar paso a la pri-mera bailarina. Creo que si encontrara el va-lor de intentarlo, lo conseguiría, llegaría aser la estrella de la función. Siempre he cre-ído que tenía algo especial, pero no consigomostrarlo. Cuando bailo siempre estoy de-masiado preocupada por la técnica, por lapostura, por la primera impresión. Pero elalma, el alma se me escapa, la pierdo comosi de una mota de polvo se tratara, ese espí-ritu que se muestra al bailar se ha quedadoencerrado, mi corazón es ahora una jaulaque impide a mi imponente canario volar.Nunca he podido mostrarlo al público. Creoque es peor tenerlo, aprisionarlo, y sentir esapresión que te impide disfrutar de tu pasión,que directamente carecer de ello. Es tu puraexistencia encerrada.

Me quedo sentada en el camerino, obser-vándolo todo, hasta que el teatro comienzaa vaciarse, se ha quedado desierto, solo fal-ta que pasen a limpiarlo para la próximafunción. Ahora, es mi momento, me dirijoal escenario, no hay nada que respire en ellugar más mágico del universo, únicamentese escuchan los latidos de mi corazón. Midisco, aquel que llevo siempre encima con

mi canción favorita, está en mi bolsa, locojo y lo pongo en el radiocasete abandona-do una vez que la tan esperada orquesta lle-gó. La música roba cada brizna de aire, loinunda todo.

Solo me dejo llevar, las manos se muevensuavemente, mis pies comienzan a marcar elritmo, mi cuerpo comienza a retorcerse conunas ganas horribles de liberarse, cierro losojos, cada célula de mi cuerpo se convierteen música, corro, giro, mi sangre no es aho-ra nada más que partituras que circulan pormi ser, los glóbulos rojos son las notas y micuerpo el instrumento, salto, soy arte. Notocómo las lágrimas comienzan a correr pormi rostro, humedeciéndolo. Ahora bailo unadanza desenfrenada, los dedos de los pies seaferran al suelo para luego liberarse de él enun salto impresionante, vuelo.

Siento que comienzo a desaparecer, miesencia se está fundiendo con la de la músi-ca, ya no hay suficiente espacio para mí.Algo comienza a desgarrarse dentro de mí,la jaula de mi corazón se ha abierto y todoaquello que se encontraba entre sus barrotes

está saliendo, me mantengo en un equilibrioimperturbable. Mi respiración es ahoraacompasada, ya no veo mis pies, ni mis ma-nos, ni mi torso, me he desvanecido. Me hetransformado en un espíritu encerrado en lamúsica, que se introducirá en las entrañas detodo aquel que la escuche. Ahora soy el per-fume de la danza, sencillamente he pasado aformar parte de otro mundo, aquel que solose puede percatar con los más finos senti-dos, el del puro sentimiento.

Nadie me volvió a ver, me convertí enuna verdadera leyenda, la bailarina que que-dó encerrada en las entrañas del teatro. Peroal cabo de varios días, en la última funciónde la temporada, cuando la primera bailarinasalió a ejecutar su solo estelar en el últimoacto, un canario salió del patio de butacas yse posó en la cabeza de la bailarina. De allíno se movió hasta los aplausos finales, entrelos vítores y el homenaje a la estrella despe-gó, y aquel imponente canario se desvanecióen un vuelo sin fin.

Lúa Mayenco Cardenal - 2.º ESO-VA

La jaula de mi corazón

Stalingrado, 25 de diciembre, 1942

quien pueda interesar, sabed que voy amorir.

Hemos amontonado la nieve, tra- zando la línea de trincheras, formando unmuro gélido que nos protege parcialmente delviento, y contra el que se estrellan las balas;pero las galerías se colapsan y nos sepultanallí donde estallan los obuses. Una muertefría, pero incruenta. Si atravesamos nuestrahelada muralla, las balas inundan el aire, invi-sibles hasta que una punzada de dolor ardien-te te golpea, y todo se vuelve oscuro. Conalgo menos de suerte, te derriba, y tendido so-bre la nieve, tu propia sangre, espesa y calien-te, gotea sobre tu cuerpo. Una muerte cálida,pero sangrienta. En esta guerra de ratas unhombre tiene total libertad de elegir su muer-te, y que les jodan a los deterministas.

El tiempo pasa con lentitud agónica, y lainactividad exalta los nervios. El cielo, grisá-ceo como una sábana de acero pero luminoso,se refleja en la nieve con un brillo que hierelos ojos. En las largas zanjas excavadas en latierra, el miedo se convierte en un ente tangi-ble, y el odio inflama el aire. La muerte duer-me en el interior de los fusiles. Fuera seacompasan el canto de las ametralladoras conel de las granadas de mano, como un dueto decuerda y percusión. Aún lejanos por la distan-cia y la espesa capa de nieve, los sonidos re-sultan extrañamente sordos y aislados.

La línea del horizonte, no permite distinguirel fin de la tierra y el nacimiento del cielo.Toda la escena resulta increíble, irreal, imposi-ble, y yo confío en que si el frío se vuelve másinsoportable, si el cielo engulle por completo

el horizonte, cruzaremos el límite de lo real, ytodo esto no será más que un mal sueño.

Pero no puedo despertarme; el final nuncallega.

Estamos fuera. Avanzamos penosamente, ycalados hasta los huesos nos arrastramos por lanieve. Nos hacinamos detrás de la escasa co-bertura que encontramos en la llanura helada.A lo lejos se adivina el contorno de una pila deescombros, más allá un muro de trazado irre-gular, antaño un ba-rracón o una fábrica.Sin descanso y sinpiedad las líneas decañones descargansobre nosotros todoel odio, la ira, el ho-rror de la guerra.

Pero al este, másallá, está el cobijode los troncos grisá-ceos de ramas es-queléticas. Más alláestá la muerte, contanta seguridadcomo aquí. Más allá no hay nada. Pero tam-poco miedo. Más allá no se siente el olor a pu-trefacción de los cadáveres, no se oye gemir alos compañeros agonizantes. Abandono el fu-sil y echo a correr

La nieve a mi alrededor permanece inma-culada, lejos de las pisadas caóticas, de los es-tallidos que dispersan metralla cortante en to-das direcciones, de la sangre caliente que abreregueros escarlata sobre la superficie helada.

Lejos del calor de la batalla, de las balasque silban por el aire acerado, de los gritos in-terminables (y gemidos y aullidos y lamentos

y explosiones) que llenan el aire, el frío seconvierte en un enemigo implacable. Muerdelos huesos, y el sudor cristaliza en gotas defrío. La temperatura desciende a cada pasoque me aparto del combate.

Si me detengo, pierdo totalmente la con-ciencia de mi propio cuerpo, como si los ner-vios se congelaran y estallaran como carám-banos que caen del alero de un tejado;mantengo por inercia un paso regular. Batallocontra la nieve, que envuelve por completomis piernas hasta la cintura.

El mundo a mi alrededor está muerto, silen-cioso, vacío, y yo, tan solo como puede estar-

lo un hombre en suvida. Ya no quedanadie. Mientras miscompañeros mueren,yo corro. Mientras,otros hombres másvalientes o más estú-pidos que yo, tal vezdeciden el curso dela historia en un bos-que enfermo, aqueja-do de guerra y del te-rrible invierno ruso,yo corro.

No soy el único.En un claro, donde la nieve y la tierra se jun-tan, revueltas en un cráter humeante, te en-cuentro sentado, quieto como un cadáver. Medigo a mi mismo que es el agotamiento, queme nubla la vista, el culpable de que el colorde tu uniforme se confunda con el gris de layerma vegetación. Pero los dos sabemos queno me importa.

Ahora, frente a frente, me miras, te miro, ytú y yo somos una sola persona, un solo co-barde aterrado que creyó poder escapar a lamuerte y se equivocó. Un solo iluso que cre-yó oír en el rugido de los cañones y las des-

lumbrantes banderas un mensaje de gloria ysólo encontró dolor.

Me detengo delante de ti. Tienes la miradaperdida, y me pregunto si mis ojos son ahoramismo un reflejo de los tuyos, si también sehan vuelto tan opacos y apagados, velados porla pérdida de toda esperanza. Quiero hablar,pero siento que he perdido la voz. Las pala-bras están grabadas en mi mente, pero se des-hacen en mi garganta. ¿Qué voy a decirte queno sepas ya? Si tú eres yo, y yo soy tú, si tuscircunstancias y las mías convergen en la mis-ma encrucijada de miedo y vergüenza, ¿quétenemos que decirnos?

Señalo débilmente el rastro abierto en lanieve, en dirección contraria al que dejo trasde mí; no necesito preguntar, y tú niegas conla cabeza. No hay nada más allá, salvo lamuerte de la que huyo por los bosques hela-dos. Mas allá, montículos de nieve que siguenla línea de trincheras, muertes frías o cálidas,enterradas en nieve o bañadas en sangre. Medejo caer junto a ti. El sol desciende rápida-mente, ya casi prendido de las ramas descar-nadas de los árboles.

La sangre que empapa la pechera de tu uni-forme, como una brillante estrella roja, trazauna línea sobre el surco cavado en la nieve, unacicatriz escarlata sobre la deslumbrante blancu-ra. Hombro con hombro, esperamos el final.Hombro con hombro, mientras la fría sombrade la muerte desciende, planeando en círculos.

Y cuando la pálida imitación del sol, queilumina sin calentar, se pierde al caer detrásdel horizonte no queda nada más que silenciobajo los árboles yertos, y una línea que ser-pentea y muere al pie de un árbol, en un claro,donde la nieve y la tierra se juntan, revueltasen un cráter humeante: el rastro de tu sangreen la nieve.

Blanca Rodríguez de la Torre - 1.º BT, E

El rastro de tu sangre en la nieve

UUN paso, dos, vuelta. Un paso, dos, vuelta. Un paso,dos, observo la pared con esperanzas de encontraruna pequeña ranura, aunque sea sólo de tanto mirar.

Me vuelvo a dar por vencida. Vuelta. Un paso, dos, ¿esamancha estaba antes? Supongo, claro. ¿Qué estará pasandofuera? ¿Se habrán percatado de mi ausencia? Un paso, gironoventa grados y me pongo frente a la puerta metálica viejacon tono verdoso y grasa incrustada. ¿Habrá ratas aquí?Siempre he sido muy dramática, no, estoy segura de que nohay. Ahora mismo me gustaría ser una rata, podría salir deaquí más fácilmente. Bueno, el sitio no es tan feo, un pocooscuro eso sí, y le falta decoración. Lo mismo con un buta-cón de IKEA y un cuadro de la sección de marcos mejoraríaun poco. ¿Pero qué estoy diciendo? No pierdas la cabezaahora, no después de tantos días. Habría estado bien escribirlos días que llevo aquí en una pared o algo, como en las pe-lículas. Hablando de películas, ¿estrenaron ya la nueva pelí-cula de Ashton Kutcher? Quería haber ido al estreno, quéguapo es. Qué gente, ni siquiera un mísero periódico. ¿Ha-brán puesto mis padres un anuncio en el periódico? No melo imagino, ¿qué van a poner de mí? Chica de quince años,

bajita y de pelo rizado ha desaparecido en Madrid el... ¿Quédía desaparecí? No, suena muy frío. Al final no me he ente-rado de la historia de Andrea y Dani, con lo interesante queera, cuando noté el tirón en el brazo me disponía a ver en laBlackberry un mensaje privado suyo con una conversación,¡qué rabia!, si hubiera sido un poco después ahora mismono tendría estas dudas. Viéndolo positivamente esto escomo Gran Hermano, pero por lo menos no discuto con na-die. Voy a sentarme. ¡Uf, qué frío está el suelo!, si ese día envez de ponerme shorts me hubiera puesto unos vaqueros lar-gos ahora no tendría este problema. ¿Cuándo vendrá el se-ñor este a darme la comida? Seguro que se le ha olvidado,el estómago no para de rugirme, y al final me traerá las so-bras de sus espaguetis y un yogur, como si lo viera... Algoes algo, a algunas personas, al ser secuestradas, las matan dehambre, o eso me ha dicho este hombre. Sí, tiene razón, conél no me puedo quejar, aunque a veces se le escape algúngolpe, pero es normal supongo. Lo que no entiendo es quéhago yo aquí, todos los días son iguales: abre la puerta ver-dosa haciendo que la horrible luz impacte contra mis ojos,me hace quitarme la ropa, me echa agua, me seco, me visto,me da algo de desayunar, doy vueltas hasta que vuelve a ve-nir para darme la comida (cuando se acuerda) y si no hagoejercicio que si no cuando salga voy a parecer una vaca,luego me manda algún trabajo como coserle algún pantalón

o limpiarlealguna ca-misa conmanchas im-posibles, yf inalmenteme da algúnresto de sucena y adormir hastael día si-guiente. Yaquí está, eldulce sonido de los cerrojos de la puerta. ¡Ayyyyyy! ¡Esaluz! Será mi comida, por fin, qué hambre tengo. ¿Pero quéhace? A este hombre le falta un hervor, ¡no me ha traídonada de comer! Madre mía, nunca le he visto así, parece unbarco en medio de una tormenta, me da miedo. ¿Qué hace?¿Por qué se me acerca de ese modo? No entiendo nada, ¿porqué está acercando su mano regordeta y sucia hacia micara? Cerrar los ojos será lo mejor. ¡Bum! Un dolor frío re-corre mi cabeza y noto cómo ésta ya ha pasado a formarparte de la oscura pared.

Tamara Ramos Morán - 4.º ESO B- VA

Un paso

AA

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E L I N G E N I O S O H I D A L G OE L I N G E N I O S O H I D A L G O111 000

V I V E N C I A S Y C R E A C I O N E S

EEL pasado 23 de noviembre los alumnos de 1.º de Bachillerato B, el único prime-ro de bachillerato de ciencias biológicas de este año, fuimos al Instituto Nacional,situado al lado del prestigioso Instituto Cardenal Cisneros, a una charla y presen-

tación sobre los programas de restauración y conservación de los materiales históricosque se encuentran en diferentes institutos históricos de Madrid.

El IES Cervantes no fue el único que presentó su proyecto, con sus correspondientesresultados, sino que también estuvieron los Institutos Cardenal Cisneros, Isabel la Cató-lica y San Isidro.

Cada uno de estos institutos históricos presentó su proyecto de conservación y recupe-ración de su patrimonio histórico-didáctico mediante una breve introducción, unas pre-sentaciones de Power Point y una pequeña intervención de algunos alumnos participantesen ella. Nuestro querido instituto cerró la charla, con cierta prisa por falta de tiempo en elhorario, con la intervención de la profesora Catalina Bernal, profesora del departamento deCiencias Naturales, que expuso un brevísimo inventario de nuestro patrimonio histórico-di-dáctico con una serie de fotografías que mostraban distintos estados de los materiales (fo-tografías del antes y el después de los proyectos) y distintas fases de los procesos de res-tauración.

Después de estas presentaciones pudimos disfrutar de un agradable desayuno, cortesíadel Instituto Nacional, a base de café o chocolate y unos minibollos muy ricos, de los quealegremente los alumnos dimos cuenta.

Laura Garcés Bernáldez - 1.º B Bachillerato

Visita al Instituto Nacional

TTAN pronto vienes como te vas, teacercas como una ola, te alejas lla-mado por el océano. Sentimientos,

duda, abrazo, cariño… y de repente todo sedesvanece; discusión.

Risas junto con llanto, la forma en la quesomos bipolares el uno con el otro. Tanpronto me quieres como me odias, tan pron-to quiero acercarme como alejarme de ti.Tomas mi mano, no quieres que me vayanunca más, quieres que esta vez sea parasiempre, tenerme a tu lado para todo. Mevuelvo a alejar, pero no es de la misma for-ma que antes, siento una sensación de vacío.Nostalgia por aquellos buenos momentosque hemos vivido juntos, esos abrazos, esosbesos, esas caricias. Y de repente, olvido.

Los portazos, las discusiones, los gritos.Poco a poco y sin darnos cuenta nos aleja-mos el uno del otro.

Por casualidad te encuentro, magia. Pasa-mos la tarde juntos recordando. Vuelvo a verese brillo en tus ojos, otra vez, sentimientos.Hubo tanto y ahora qué nos queda; nada, va-cío, solo recuerdos. Ganas de volver a em-pezar de cero y otra vez te marchas. Sensa-ción de frío, no quedan sentimientos.Sentimientos, vacío, te vas, vuelves; con eltiempo sufrimiento. Ganas de que no te mar-ches nunca más, de que esta vez sí que seapara siempre.

Y otra vez, adiós, olvido. Te veo con otray no puedo reprimir ese sentimiento de fu-ria, celos. Te has marchado para siempre yyo ni siquiera me he dado cuenta de ello. Loúnico que nos queda, amistad.

Andrea Lázaro - 2.º BT, D

Tú y yo

EENTRÉ en el vagón buscando a al-guien que llevara en la mano aquelperiódico que publicaba todos los

martes en su página 5 la sección Relatos delos lectores.

Me senté justo en frente de una mujerque leía la portada con un gran titular a

cuatro columnas. Abrió el periódico y ojeórápidamente las páginas 2 y 3 para volver acerrarlo mientras se desabotonaba el abri-go. Pasó su mano izquierda por el cabello ycontinuó con la lectura, depositando su mi-rada en el relato de la página 5 de ese mar-tes que aparecía en la columna junto almargen derecho. Sus dedos iban descen-diendo como si fueran bajando la escaleraformada por las distintas líneas, y así desta-par el texto que sus ojos perseguían. Inca-paz de leer el texto al revés terminé si-guiendo toda la lectura mentalmente hastaque al terminar levantó su mirada, encon-trando mis ojos que buscaban entrar másallá de lo que un rostro refleja. Bajó la ca-beza y pasó página.

Rafael M. CoboProfesor de Economía

Pasando página

TTAL vez ahora mismo se ha dado unavuelta por tu mente una idea brillante,un best seller, un premio Cervantes,

un Nobel, un número 1, un Music Award, unGoya, un Óscar, un lo que sea y a falta de pa-piro y pluma intentas retener la obra que des-bancará al Quijote, La Iliada y La Odisea, ala Biblia, a toda la saga Crepúsculo y los li-bros de Harry Potter juntos, los CDS del ReyJackson y de la Reina, el Titanic, Avatar y sudirector y al que inventó el 3D. De camino aÍtaca intentas lustrar tu idea pero pretendesque no sea de betún sino de lucimiento. Ledas giros de 390 grados. Lo recolocas y te si-gue sin gustar. Pruebas a encuadrar tu idea enun marco añejo y caes en que no has sido elúnico que lo ha ensayado. Miras a un lado ycoges una original idea pero miras a otro y si-gues viendo otra inédita conjetura. ¿Qué ha-cer? Llegarás a casa y tendrás que ir corrien-do a escribir tu iluminación en algo queimpregne oportunamente tus ideas pero nolas tienes muy relucientes aún. Recortas deun lado, ves a un ser amorfo en el que tu ilu-

sión juega un papel importante, aumentas porotro, ves un esperpento y en esta ocasión daigual de qué color sea el cristal con que lomires, es un esperpento. Alguien pasa por tuderecha y te ha mirado a la pupila y tú a lasuya y ese simple acto te ha dado un púlpitodonde mostrar la idea. Otro pasa por tu iz-quierda te ha mirado el pelo y tú el suyo yeste te da un pupilo en la busca de la perfec-ción. Este se queda en los laureles y dice quequiere dormitar. Miras al cielo y te vienen ca-ras de gente que conoces porque si te vienencaras de las que no conoces sería preocupan-te. Piensas en lo que su fisonomía te recuer-da. Prefieres mirar al suelo. Ves a miles dehormigas trabajando para que una hormigamás grande se reproduzca y te ríes.Pasas poruna tienda y ves muchos pósters en las pare-des ¡Avalancha de ideas! Seleccionas exqui-sitamente alguna. Apartas la mirada y ves quea un ciudadano se le ha caído un billete, co-rres a por él (el billete). Mientras unos perrosen un callejón discuten sobre la comida delcontenedor. Un ave ha depositado amable-mente un residuo en el coche de otro. Te ríesen tus adentros. Las farolas empiezan a co-brar vida y llegas muy tarde a casa. Subes co-rriendo a tu habitación, te descalzas, sacas unpapel y eliges el bolígrafo especial. Te sientasy estás cara a cara con tu futuro. “¡Mi mo-mento ha llegado!” Pero te vuelves a parar(sentado) a pensar ¿Qué pasó con la inmacu-lada idea? La memoria no daba abasto. Pasandos horas y mil. Y sigues frente al papel in-tentando recordar el porqué de estar allí sen-tado recordando.

Angello Cabrera Vivar - 4.º ESO, B

Dememory

EJO esta carta como único testigo demi muerte.

Yo, que soy trabajadora, que nohago daño a nadie, que soy honrada y hu-milde y me desvivo por mi familia, sientoun gran desprecio hacia mi persona. Quizássea porque soy negra, bajita, calva…, no losé.

Voy por la calle y nadie me saluda, ni si-quiera se dignan a mirarme y si lo hacen espor encima del hombro.

Cuando entro al trabajo, me pisotean, notienen en cuenta lo que hago, es más: enocasiones me lo destrozan todo. sin impor-tarles lo mucho que me ha costado, me in-fravaloran.

Cuando vuelvo a casa nadie se percata demi llegada ni me preguntan qué tal mi día. Sime ven cogiendo algo de comida, hacen carade asco.

Estoy tan desesperada que me ido deaquel sitio tan espantoso y ahora duermo enel jardín.

¿Será que me odian sólo por ser calva, ba-jita y negra?

Ahora se empeñan en echar no sé quéspray que me marchita la nariz, me mareamucho y me da dolor de cabeza.

¡Qué duro es esto de ser hormiga!

Danna Dávila y Clara Ramírez - 1.º BT A

Adiós mundo cruel...

EEL fauno corría por el bosque, raudocomo el viento. Llegó a un claro,donde había una hermosa criatura de

triste e inmensa mirada esperando al envia-do. É l recorrió la distancia que los separabay, jadeante, se desplomó a sus pies.

La frágil criatura no dijo nada. Se limitó amesar sus largos cabellos níveos, que en-marcaban con dulzura sus facciones delica-das.

—No queda mucho tiempo –su voz crista-lina pareció rasgar elvelo oscuro de la no-che griega.

El fauno la miró.Vaciló por un instan-te, y después la alzóen brazos con la ma-yor ternura quepudo.

Con paso ligero,abandonaron el bos-que y se aproxima-ron al templo.

Dejaban tras de sí un rastro de sangre, si-milar a un camino de voluptuosas rosas car-mesíes.

Se escondieron tras una columna de már-mol, esperando a que pasara un grupo de sa-cerdotisas. Cuando las nubes ocultaron elbrillo de la luna llena, volvieron a confun-dirse con las sombras y avanzaron hasta laescalinata. Rápidamente llegaron a la salade culto, allí donde les aguardaba la grandiosa de oro y marfil. Al lado del estanquedonde se reflejaba Atenea, las ninfas canta-ban, era la suya una melodía esperanzadora,que intentaba levantar el ánimo a los más

desalentados. Pero ellas mismas flaquearonal ver la palidez espectral de la criatura traí-da por el fauno, y su canto se tornó lastime-ro. Invocaban a la diosa protectora, suplica-ban que no arrebatara aún aquella vida.

El fauno la depositó sobre el frío suelo.Ella, sonriendo débilmente, observó con ca-riño a los seres que, temerosos, apenas seatrevían a respirar.

Estaba herida de muerte, todos lo sabían,ella también. Pero, ¿quién podía pensar en la

ausencia de semejan-te criatura? ¡Aquella,predestinada por losastros a hacer grandescosas, aún inconclu-sas! De ella fue dichoque era la encarna-ción de una voz quenunca supo expresar-se. La hija de los dio-ses hostigada en laagonía de la soledad.¿Cómo podía morir

la frágil criatura de los pies ligeros, la de se-reno mirar?

Ni una sola palabra salió de sus labios. Sise sentía aliviada o temerosa de dejar la cár-cel de su cuerpo, no lo dijo. Y cuando Eoscomenzó a extender sus dedos rosados porla faz de la Tierra, cerró los ojos y durmióeternamente.

Una ninfa besó su frente de mármol.Uno a uno, los seres abandonaron en si-

lencio el templo, muy quedamente para noser descubiertos.

Aurora González - 2.º BT, D

Τα εελληνικα

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V I V E N C I A S Y C R E A C I O N E S

MMARCHAR hacia el centro, gritar en alto que nonos representan. Juntarse y ocupar un sitio,compartiendo cara a cara el hastío y las posibles

salidas. Recuperar en suma la comunidad viva y la pre-sencia real, libres de la dispersión conectada propia de estacultura informativa y su mitología técnica. Atravesar lacomplejidad de las tecnologías urbanas para aterrizar alotro lado en una plaza y sentir el gesto de los cuerpos.

Durante meses, el 15M pareció decirle adiós a muchascosas. Convirtió en residencia habitable, en acampada, laprecariedad nómada a que nos obliga el orden reinante, elhartazgo de ser día a día ninguneado y engañado. Y tam-bién la zozobra de no tener trabajo, ni casa, ni medio al-guno de independencia. Tardaremos tiempo en olvidar laemoción de sentir el nacimiento de otra ciudad a nuestrospies, en el kilómetro cero del derrotismo habitual.

El pasado mes de mayo significó también una rupturainsólita con la “cultura de la Transición”, con su gestióninterminable y la prohibición de romper el consenso, conla alternancia cómoda entre las coartadas conservadoras ylas progresistas. Muchos entonces compartimos ese entu-siasmo. Después, en el umbral de esta inflexión actual, nosempezó a cansar tanto activismo, tanta reunión y comi-sión, que pronto amenazó con levantar una caricatura delpoder. De pronto necesitamos otra vez la discontinuidad,volver al secreto.

No debemos olvidar que la “crisis” actual la ha facili-tado la sobresaturación de lo social, una masificación glo-bal intrínsecamente depredadora (¿recordáis esas tomas dela Big Apple desde arriba, en Incide Job?), la complejidad

tecnológica, la interactividad constante. Parte de la crisisconsiste en hablar todo el día dela crisis. ¿No será la crisisuna astucia de la razón histórica para perpetuar esta cone-xión perpetua que necesita un capitalismo que odia elafuera?

En todo caso, ¿es suficientemente político estar cansa-do de un movimiento? Por decirlo en otras palabras, hoyuna pregunta clave sería: ¿Dónde se comen el 15M? Másdifícil todavía, ¿dónde se vive, sin más, sin enemigos?¿Qué tipo de riqueza real, de independencia real, de dife-rencia vital se ha generado?

Tal vez sería tiempo, como han hecho en cierto modolos precedentes árabes de nuestro movimiento, de invertiresa fabulosa energía juvenil y colectiva en la generaciónde nuevas formas de producción, de supervivencia y con-vivencia reales, de individualidad. ¿Cooperativas, talleres,tiendas, comedores, escuelas? Por supuesto, y nuevas em-presas. Y nuevas formas de vida, de fuga… ¿Para cuándoestas iniciativas reales, sin esperar a que el poder tome lasconsabidas medidas tardías, superestructura les? ¿No seríaéste el paso subsiguiente del movimiento, en paralelo a lasconsignas políticas de que se dote? O incluso dejando a unlado nuestra obsesión por la crítica y la política. Nuevasformase amor, de violencia, de relación. Otras músicas,nuevas formas de librarse de esta pesadilla que es la histo-ria. ¿Para cuándo?

Hay muchas cosas, sin duda, que todavía se puedencompartir en la estela de las acampadas. Entre otras, esaidea de que ya no se busca cambiar el mundo, sino defen-derlo, en lo que tiene de inmenso, contra quienes lo quie-ren convertir en un solar transparente. Si el conservaduris-mo genial del sistema es el remozamiento perpetuo, uncontinuo cambio de decorado que impide experimentar laangustia y la vida local, hoy es preciso darle estabilidad a

algunas decisiones. Es urgente conservar terrenos libresdel temporal de precariedad a que nos somete una “crisis”que liquida por igual el trabajo y los afectos, la estabilidadmental y la naturaleza de los alimentos.

Por ende, la idea de que hay que defender un únicomundo no nos coloca fácilmente en la nómina de los “nos-tálgicos” frente a la dinámica de los nuevos tiempos. No,porque se trata sólo de conservar la apertura del mundocomo tal, la infinitud de sus formas de vida, amenazadapor la poda que se articula desde el orden social vigente.La insistencia en que el mundo a conservar es el únicomundo real y posible, contra cuyo latido común el capita-lismo representaría un furioso mecanismo “antisistema”,no deja de ser un logro importante del 15 de mayo. Gra-cias precisamente a su temperamento híbrido, esa voca-ción apolítica del movimiento es lo que podría hacerloperdurable, más allá de las vicisitudes electorales y parti-darias.

La frase de aquella militante es ciertamente preciosa:los “abstractos” son ellos, pues nosotros estamos en loconcreto, luchando por nuestras vidas sin programa, con-virtiendo en resolución nuestro temor. Juntos y compar-tiendo con una generosidad casi infinita la igualdad decualquiera que se acerque. Muy buen comienzo. Por ellomismo, ¿el 15M se hizo pronto un poco abstracto, dema-siado político e ideológico? No lo era en cada una de susmanifestaciones indignadas, pero después, cuando pasan aexplicar un esbozo de programa los distintos portavoces…¡Sonaba tanto al partidismo de siempre!

¿No es suficientemente político vivir la propia vida,poder comer y tener una casa donderecibir a los amigos? Parece que a ve-ces olvidamos la importancia cotidia-na de lo impolítico para resistir la infa-mia inevitable de cualquier poder. Laimportancia del humor, la violencia delos sueños, el amor y el odio que ja-más pasarán a la información. Ahorala pregunta es: ¿el 15M empieza a mo-rir en cuanto pretende estabilizarsecomo estructura política? Democraciareal ya es un grito que expresa un sen-timiento justo como consigna cataliza-dora de fuerzas nuevas, impertinentes.Pero es una idea impracticable comoprograma, hay que decirlo. Por defini-ción, lo real queda fuera de cualquiermovimiento político. La “libertad na-tural” queda fuera de la “libertad ci-vil”, aunque ésta tuviera esa enérgica

limpieza que tantos quisimos ver en el 15M. Creer lo con-trario es la enfermedad metafísica occidental, que ha cam-biado a Dios por la Sociedad y la Historia. Y tal vez el mo-vimiento de mayo entró demasiado pronto en esta vía,olvidando la alegría de su insolencia inicial.

Cultura consensual y cultura de la movilización pue-den ser parte de la misma cultura normativa cuando losdos lados se ponen edificantes y pretenden salvarnos deldesamparo de vivir sin cobertura histórica. Es el mundomismo el que resiste a la mundialización. No tenemos niidea de hasta qué punto nosotros, incluso con el 15M yOcupa Wall Street, somos una pequeña secta en medio dela polvareda de pueblos de la tierra.

“Anónimos” una palabra que casi siempre pronuncia-mos personas cargadas de nombre propio, pretendiendocon ella un alcance universal de algo bastante más locali-zable. A veces parece que el afán de visibilidad del 15M,después de los primeros meses de encantadora ambigüe-dad, resultó bastante cercano a la eficacia informativa. Sedebe insistir además en que el “anonimato “lo defiendencon frecuencia figuras investidas de nominación, que hanhecho su carrera cerca del pensamiento crítico tradicional.¿Baudio, Ranciare, Tiqqun? Algunos adoramos esos nom-bres, pero el hecho de que los líderes iniciales del movi-miento, aquellas caras encantadoramente desconocidas delos primeros meses, hayan desaparecido y ahora sean por-tavoces respetables intelectuales que pertenecen a la tradi-ción crítica de los últimos años, vuelve a arrojar algunasdudas sobre el futuro de mayo.

Cuando el aire de Sol ya puede ser caricaturizado enlos anuncios, mala cosa. Si el PSOE y los sindicatos, tansospechosos ambos, hacen pronto guiños e intentan tenderpuentes (el mismo PPha tomado buena nota de alguna rei-vindicación) es debido a que, a pesar de todo, se ha trans-

formado gradualmente en un movimiento bastante recono-cible. Y esto no está mal, pero le quita al 15M la naturale-za nueva que querríamos asignarle. Llegará un día en queaquella heroica indefinición inicial, que tanto inquietaba apolíticos y periodistas, termine definitivamente.

El movimiento, de hecho, pronto fue tentado por unaposible identidad política que podía reclamar su parte enel pastel de la gestión. ¿Cómo salir de ese dilema? Si serechaza la politización, la protesta se disolverá en algo ale-gremente provocador y alternativo. Si la acepta, el movi-miento acabará siendo previsible, una parte más del círcu-lo consensual. Llegado el momento, ¿no es preferible laprimera opción? Además, la precariedad fue un arma neu-rálgica del 15M. ¿Por qué no entonces extenderla a su ac-tual forma de organización, hasta la sorpresa de su desa-parición? Otros vendrán a recoger la llama, a ocupar elvacío. La naturaleza rechaza el vacío, es cierto, pero es ne-cesario acercarse a él, rozarlo, aguantar su vértigo. Des-pués del incendio, la tierra sigue ardiendo por debajo. Esecambio de clima mental que señaló el mes de mayo pare-ce ya irreversible. Mientras seguimos ejerciendo nuestrointermitente activismo en esta tragicomedia diaria, ace-chamos la espera de otra llamarada colectiva.

Se puede acusar de “individualista” a una postura así,es cierto. Pero es que la comunidad misma es individual,necesariamente contingente, esporádica. Antes de la dis-tinción entre lo privado lo público existe una vida, comúne individual a la vez, que es mucho más política que todoel campo visible de la representación y la movilización.Lo histórico jamás podrá absorber esa primera instanciapolítica de la vida primaria, anónima. Una idea que el15M nos alegado es que los pueblos no caben en la histo-ria más que momentáneamente, a ráfagas. La vida populares demasiado sanguínea para ser encauzada. En ciertomodo, es posible que las masas sepan de esta fuga perpe-tua, bajo la terraza de la Historia, algo más queros parti-dos, siempre sumergidos en su activismo sectario. Los ciu-dadanos que votan cada cuatro años le dedican sólo una

pequeña parte de su energía y su tiempo a la actividad y ladiscusión política. Antes y después, se funden Enona vidacomún pre o post ideológica. Sólo la militancia activa deuna movilización emergente permite olvidar esto. En elloconsiste su capital y también su hipoteca.

Igual que la economía, también la resistencia puedeser sumergida, informal. Precisamente en nombre de mayoes necesario recordar que la “lucha” puede tomar mil for-mas, no todas abiertamente colectivas y programáticas, nisiquiera en la forma de ese registro de anonimato que ge-nerosamente le concedimos al nuevo movimiento. La gen-te lucha de mil maneras, algunas inconcebibles. La resis-tencia puede consistir en callarse, defenderse con elcinismo o con una aparente indiferencia, desaparecer obuscar nuevas formas de vida. A veces parece que algunosactivistas solitarios de esta época, se llamen Moore o Gua-rín, saben delos límites de lo político más que los líderescrepusculares, sumergidos en un activismo salvador.

Ignacio Castro ReyProfesor de Filosofía

Acechando la espera

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E L I N G E N I O S O H I D A L G OE L I N G E N I O S O H I D A L G O111 222

EEL sol marcaba el inicio de las 17,00 de un martescualquiera, en un lugar cualquiera, en un enerocualquiera. Era un sol potente, un sol resplande-

ciente, un sol invernal, de estos que no te dejan ver, que tenubla, que te ciega, era luminoso pero a la vez frío. Llega-mos a Puerta de Toledo, en realidad ambos íbamos a unpaso lento, caminando lentamente, con a veces pequeñosindicios de querer acelerar, aunque en realidad, creo quelos dos deseabamos que ese paseo no acabase jamás. Dis-cutíamos. Él chillaba, hablaba fuerte, yo asentía y callaba,él no me miraba, yo, por el contrario, no pude evitarecharle un vistazo de reojo en lo que llevabamos de tarde,creo que le miré como unas dos mil veces, claro está, sinque él se diera cuenta, eso me encantaba, cada vez que lohacía en mi interior salía esa sonrisilla pícara y en mi ex-terior se formaba una pequeña mueca alrededor de mis la-bios, muy placentera. Sinceramente deseaba que se callase, deseaba que no ha-blase, porque desde luego no le reconocía… Impotencia,es la palabra más adecuada, más exacta para definir cómome sentía, con ganas de gritar, saltar, correr… y sobre todode llorar.

Únicamente habían pasado unos 35 minutos desde quela discusión empezó, aunque para mi fueron eternos, fue-ron como 35 horas, meses, años… Ahora pienso y refle-xiono en que, en realidad, ¿qué había pasado? ¿Cómo ha-bíamos llegado hasta estas transituras? ¿Cómo, qué,cuándo, por qué…? Preguntas sin respuesta que me hicedesde que le vi a las 16,25 en esa calle, él en una acera yyo en otra, él con su sudadera azul y yo con mi ponchonuevo. Fue una situación extraña, complaciente pero rara,estábamos ahí, solos, sin nadie alrededor o esa fue mi per-cepción, él en frente mía y yo enfrente suya, pero un abis-mo, una carretera nos separaba, nos miramos, yo le miré através de mis gafas oscuras y él me miró a través de susdulces ojos color miel.

Me decidí y crucé, tenia miedo, perjuicios, estaba asus-tada, y justo cuando llegue al umbral del mismo caminoen el que él se situaba, me sonó el teléfono, mis ideas sedesvanecieron, lo cogí, era una amiga, “ufff, mi salvación”pensé, me uní a él. Caminamos calle arriba, él no dijonada, yo hablaba por teléfono. Una vez subida la calle lle-gamos al cruce, colgué, cruzamos, y ya mirando hacia lamaravillosa explanada de la Mahou, me ofreció un cara-melo. “Venga, elige, en plan matrix, ¿rojo o amarillo?”,dijo. No pude evitar sonreír y mirarle amorosamente.“Rojo”, dije satisfecha por mi elección, me lo dio y me locomí; el otro aún perduraba en su mano.

Volvimos a cruzar e hicimos el camino rumbo a Pirámi-des, en realidad, no sé cómo empezamos a hablar, no sécómo empezamos a discutir, chillar, gritar…, a formar un

espectáculo andante, dimos un paseo que sin duda fueenorme, a la vez que eterno.

Pasamos Pirámides, pasamos Peñuelas, subimos haciael Paseo de Acacias y volvimos otra vez hacia Pirámi-des… A todo lo que me decía, a todo, le contestaba “nosé”, “no lo sé”; solo asentía, medio cabizbaja y escuchabaatentamente, a veces disimulaba las pequeñas gotitas quediscurrían por mis pupilas y pensaba “menos mal que mehe cogido las gafas…”. No le reconocía, todo lo que decía,todo lo que me contaba, todos los hechos, reacciones…era una máscara, me sentí defraudada y me sentí herida,me sentí mal…

Él me decía: “CONTESTA, ¿POR QUÉ?, ¿POOORQUÉÉÉ?”, y sinceramente no sabía ni qué decir, me chi-llaba y eso lo odiaba, en esos momentos le odiaba en sí, atodo él, a él entero, a su mirada, a su sonrisa, a sus cari-cias, a sus besos, a sus abrazos… Me sentía sin fuerzas,sin contestaciones, porque en realidad ¿ Qué contestacio-nes le puedes dar a una persona que “no conoces”? Diosmío, me sentía tan pequeña, tan diminuta en el mundo,mientras el seguía y seguía contado, y hablando alto, másalto y mas alto…

Ya pasamos Pirámides y en una de sus endiabladas si-tuaciones, tiró el caramelo que sostenía en su mano, justoel caramelo que no me dio a mí, lo tiró con rabia, con fu-ria, no titubeó, ya no sabía qué decir porque ya no sabía nicómo actuaba. Tiramos toda la calle Toledo hacia arriba, laverdad es que cuando subimos esta calle rumbo a Puertade Toledo, desconecté de él, desconecté de todo y solopensaba en que llegase la hora de irme, cuando pasamospor el estanco me acordé de las veces que había entrado acomprar tabaco mientras estudiaba en la biblio… y enton-ces vino a mí una imagen que jamás se me olvidará, y laverdad es que era una imagen suya, sí de hacía un año maso menos, no le conocía, ni yo a él, ni él a mí, pero la ver-dad es que sé que por un momento nuestras miradas secruzaron, y sí, efectivamente, lo rememoré, él allí, sentadoen la terraza de los 100 Montaditos con algunos amigostomándose una cerveza burbujeante y chispeante, yo salíadel estanco con algunas amigas, hacía calor, estaríamos enprimavera o casi en verano, y sí, verdaderamente no le co-nocía, pero le miré, con esa mirada cautivadora con lamisma que le enamoré, me acordé perfectísimamente,como si tratase de aquel mismo día. ¿Quién me lo diría amí? Quién me diría que lo recordaría justo el mismo díaque me estaba hablando como un loco, que me estabaechando tanto en cara, aquel mismo día el cual parecíamosunos extraños…

Mientras en mi memoria ocurrían esas imágenes, nole escuchaba. Ya pasamos la que en verano forma la “laterraza de los 100 Montaditos” y paramos y cruzamos yparamos y casi nos pilla un coche. “Estás loca, haber simiras bien, joder”, y volvimos a cruzar y ya llegamos almismo lugar en el que me situé al principio, ya habien-do dejado atrás ese recuerdo, vagamente rondando pormi cabeza, por mi mente, vacilé un momento en contár-selo, pero sabía que jamás lo recordaría, o que me to-maría por loca, ingenua, o algo así…

El sol no dejaba de dar con sus preciosos rayos de luz,volví al mundo y le volví a escuchar detenidamente, úni-camente asintiendo. ¡Dios!, había momentos en los queme hubiera encantado ponerme super borde o estúpida-mente sarcástica e irónica, pero no, no era el momento,desde luego que no, aunque cuando subimos la calle tuvemi oportunidad de lucir esa pequeña virtud o mas bien deese pequeño defecto que hacía llevarlo todo a peor. Subi-mos y subimos, y ya llegados a La Latina dijo que se mar-chaba, porque para que no hablase, él no perdía el tiempo.No vacilé, asentí y le dejé ir…

Paró, me miró, cruzó y se marchó. Ahí sí que vi mi vidairse, ahí sí que me sentí como una mierda, acababa de de-

jar marchar a esa persona que me había enseñado a unir lavida con el amor, le dejé marchar a… él, a el único, a la ex-cepción de mi vida, le dejé como cuando dejas ir una lágri-ma, me sentí mal, pero mi orgullo y mi pequeña debilidadme impidieron volver, me dijeron NO, me dijeron que si-guiera para adelante, que no mirase atrás, quise pero nopude, las lágrimas ya me anidaron y no tuve más remedioque llamar a una amiga: “Espérame en Sol, por favor, hapasado algo…”, y entonces me retiré el móvil de la oreja yvi “llamada entrante...”. Era él. “¿Qué?, buff, me da igual”,pensé y corrí, corrí…, pero justo nada más llegar al IESSan Isidro, alguien me cogió del brazo: “Hasta que no medigas qué piensas, de aquí no te vas”, dijo super cabreado.

Había vuelto, me sentí aliviada y feliz, lo que yo no ha-bía tenido narices ha hacer, él lo hizo, me sentí afortunada,al fin y al cabo significaba que le importaba…, aunquefuese un poco. Las gotas terminaron en mi rostro y se si-tuaron en mi corazón, me sentía enormemente desdichada,era una bomba de emociones, feliz, triste, alegre, fría… Lapersona que más quería estaba ahí delante, había vuelto apor mí, estabamos allí, los dos solos ante el mundo, lagente pasaba y miraba, pero qué importaba, estábamos ély yo frente a frente, esta vez no me atreví a mirarle, no sési me daba miedo o vergüenza, volvió a hablar, y esta vezpeor que antes, chillaba, intente huir, no quería oír más, nopodía oír más, me iban a estallar los ojos en lagrimas, élno debía verme llorar. “Eres fría, eres fría, nada te afecta”,recordaba en mi mente; le mandé a la mierda unas dos milveces, aun así no me dejó marchar. Ya no pude más y losolté desde el dolor más grande de mi corazón: “En serio,¿quieres saberlo? Te has cansado de mí, no es un hecho niuna probabilidad, es una realidad.”

Dicho esto fui corriendo, huí de allí, le deje solo, no megiré ni un instante… Bueno en realidad miré un poco dereojo, allí estaba, patidifuso, sin saber qué decir… Encuanto giré la esquina, paré… Pensé: “Debo volver, debovolver a por él.” No sabía qué hacer, pero mi cobardía, mimiedo, el shock de no saber qué decir, de no reconocerle,de no saber quién era ese con el que estaba hablando, den-tro de mí sabía que le quería, que le adoraba, y aunquenunca se lo dijese, es que me encantaba, ya fuera su sonri-sa o la forma en la que me decía “yeeeeaaaahhh” y me ha-cía sonreír, ya sé que nunca se lo demostraba, y me costa-ba reconocer pero, era único.

Y, ¿qué significaba un triste “te quiero” en estas trasitu-ras? Para mí, dicho de sus labios sin duda hubiera sido…lo más grande dicho jamás por nadie, pero a pesar de to-das las ideas disparatadas que me venían a la mente, aunasí, todos mis prejuicios me impidieron volver; ya llegabatarde, seguí mi camino y así fue como terminó nuestro pa-seo una tarde de invierno cualquiera.

Por supuesto aún piensó en aquella tarde, en aquella tar-de de invierno con un sol esplendido, y en cómo acabónuestro paseo por Madrid.

Carlota Mazuecos Velázquez - 2.º B BT

V I V E N C I A S Y C R E A C I O N E SUn paseo por Madrid

CCUANDO vi a Elizabeth la primeravez estaba confundida y tenía lamirada perdida.

Siempre había sido una chica extrañapero muy inteligente. No tenia amigos,sólo estudiaba y su manera de vestir eraun tanto peculiar. Cuando M.ª José (nues-tra profesora de laboratorio) nos pusocomo parejas, empecé a saber mas deella…

Era de Croacia, sus padres habían veni-do a Madrid en busca de una vida mejor y

un trabajo digno. Una vez mecontó que tuvieron que venir aEspaña a escondidas porqueno tenían papeles, su padrehabía conseguido un trabajocomo repartidor y era asícomo podían comer cada día.Se esmeraba tanto en estudiar,para poder lograr de mayor loque sus padres intentaban.Ella sólo quería ser feliz y quesu familia viviera bien.

Un domingo por la tardeme la encontré sola sentada enun banco cerca de un parque yestuvimos hablando. Llegaronaquí hace cinco años, todo eranovedoso pero no entendíancasi nada. Se alojaron en lacasa de una amiga que tam-bién era croata y había venidoaquí por el trabajo, pero undía la despidieron y su tuvie-ron que ir a dormir a la calle.Sus padres ya no le podían darde comer y decidieron darlaen adopción.

El año pasado había conse-

guido unos padres nuevos con una vidadigna y un buen trabajo, pero ella seguíavistiendo igual y tenía las mismas costum-bres. No dejaba que le compraran ropa ysu paga se la daba a sus padres. Incluso,los regalos que le hacían, me explicó quelos vendía para que su madre pudiera aho-rrar para una casa.

Desde que conocí a Elizabeth no hevuelto a ser la misma. Me he dado cuentade todas las cosas inútiles que tengo y quenuca me van a servir para nada, soy unaafortunada y nunca me había dado cuenta.

Ahora veo la vida diferente…

Raquel Serrano Ruano - 2.º ESO C

Elizabeth

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E L I N G E N I O S O H I D A L G OE L I N G E N I O S O H I D A L G O 111 333

V I V E N C I A S Y C R E A C I O N E S

PPUEDE que no tenga motivoscomo para justificar los hechos,pero ha de saber que nadie se

arrepiente como yo de lo que hice, el mássevero juicio es el que yo me hago a mimismo, y créame si le digo que la cargaque soporto hace que me encuentre en unestado de shock perpetuo e inalterable.Los hechos transcurrieron así: yo iba a lamisma cafetería día tras día, en mi monó-tona y aburrida vida, cuando en la estro-peada y mugrienta televisión del localvislumbré el anuncio que lo cambiaríatodo, era un anuncio de la teletienda ofre-ciendo un “dos por uno’’ en una máquinaejercitadora de músculos. Cuando la ima-gen del increíble Chuck Norris apareció

sujetando el producto con una sonrisa delado a lado, no dudé un instante. Sabíaque ese era mi destino.

Pasaron días y mi triste y monótonavida se vio reconfortada por el cambio.Me sentía imponente, el efecto de ese pro-ducto empezó a darme la chispa que nece-sitaba en mi vida, fue un cambio ansioso yreconfortante hacia mi persona, pero nimucho menos saludable. Con el tiempomi ansiedad me llevó al consumo de este-roides y al uso abusivo de utensilios pen-sados para culturistas compulsivos. Teníaun cuerpo ideal, competitivo con la altaélite de dicho género, y es que, aunquehabía alejado mi trabajo, e incluso a mifamilia de lado, por falta de tiempo, habíaalgo que seguía haciendo todos los días, yera el visitar la misma cafetería dondecomo la gran mayoría de las veces pedíaun bocadillo de chorizo.

Si hay una cosa clara, es que, no bastacon tener una apariencia robusta, parecerfuerte y sentirse importante, ya que hastamasticar con prisa una inofensiva lonchade chorizo en el momento inadecuado,puede causar un daño lo suficientementegrande como para mantenerte en un hos-pital al margen de la sociedad durante unlargo período de tiempo.

Y fue allí donde me desperté, en esablanca habitación, solo. Mi mente no llega-ba a comprender los hechos por los cualespodría haber acabado en un lugar como ese,me sentía mareado, aunque tenía la vista losuficientemente clara como para distinguirla cantidad, nada despreciable, de aparatosmédicos y cables asentados en torno a mí.

Me fijé en la úni-ca ventana de lasala. Dejaba en-trever los suavesmovimientos deun árbol a pocosmetros del recin-to. Una mujer demediana edad,vestida de blanco,entró sonrientepor la puerta. Lle-vaba en la manoun parte médicocon datos míos deinterés entre los

que se incluían mi antiguo peso, así comomi masa muscular dados antes del brutalcambio que sufrí estos últimos días.

Se dispuso la mujer a completar su ruti-na diaria, para ello se inclinó en un inten-to de reconfigurar algunos de esos extra-ños utensilios, durante aquel instante, mimagullado cuello no pudo girar lo sufi-ciente como para lograr ver la silueta de ladoctora.

Sin previo aviso, la cama se tambaleósobre sí misma. Sólo consigo recordar labrusca sacudida y el golpe seco de ésta alcaer, las paredes se mancharon de rojo, yla sombra del árbol dejó de ser tan nítidacomo antes en la habitación. Todo sucedióen un abrir y cerrar de ojos mientras yo,pensando en acabar, escrib….

José Luis Rupérez y Pedro Delgado1.º BT, A

Carta de un suicida (al juez)

FFUE espantoso, lo recuerdo perfectamente. Sentíamiedo, mucho. Era una noche de invierno, yo ca-minaba de vuelta a casa; había hecho un

trabajo con una compañera sobre la Guerra Civil.¿Por dónde iba? ¡Ah, sí! Paseaba tranquilamente,cuando de un callejón no hacían más que salir ja-deos y frases como: “No, por favor. ¡No lo ha-gas!”. Era la voz de un hombre.

Mi cerebro decía “huye” pero mis piernasandaban por sí solas hacia ese callejón. Cuandollegué, pude ver a un joven –no mayor de trein-ta años– acorralado entre la pared y otros treshombres, uno más cerca del joven que losotros.

Vi cómo ese hombre metía la mano en subolsillo y sacaba algo, no pude ver bien lo queera debido a la escasa luz; pero al oír un ensor-decedor ruido y al joven cayendo al suelo, supeinmediatamente que era una pistola. ¡Habían

matado al joven! ¿Qué hacer en estos casos? “¡Correr!”pasó por mi cabeza, era lo más lógico. Aún así no sabía

qué hacer, mis pies no respondían a lo que ordenaba elcerebro.

No supe cuándo, pero esos hombres me tenían ro-deada.

En ese momento corrí, solo en ese momento. Corrí lomás rápido que pude, torciéndome el tobillo.Cuando vi la puerta del edificio donde vivía, co-rrí más y saqué las llaves a toda prisa. ¡No abría!Miré hacia atrás con miedo, pero no había nadie.Tras varios intentos, conseguí abrir aquella puer-ta. Al cerrarla, estando yo ya dentro, miré fuera yvi como unas sombras se acercaban corriendo.No lo dudé y subí alarmada las escaleras. Abrí lapuerta que me adentraba en casa y lo primero quegrité fue: “¡Policía! ¡Mamá, papá! ¡Llamad a lapolicía!”. Ellos me miraron extrañados. En esemomento tocaron el telefonillo y al ver mi carade terror, llamaron.

Lo demás, como suele decirse, es historia...

Paloma Cristina Alves Almeida2.º ESO, C

Lo demás, como suele decirse, es historia...

LLOS jóvenes de hoy en día tenemosla imagen de ser unos vagos que niestudiamos ni trabajamos. Que es-

tamos todo el día de botellón y que no te-nemos ni idea de quien escribió el Quijo-te, cuando todos sabemos que fueCalderón de la Barca (¡mentira, fue Cer-vantes!).

Siendo bebedores, fumadores, ya he-mos mantenido relacciones sexuales antesde llegar a la mayoría de edad, tenemos alos padres domesticados y presumimos desaber lo que es el sufrimiento en la vidapregonándolo en nuestras entradas y esta-dos de tuenti o faceboook o en cualquierred social con las que estamos tan obse-sionados.

Solo nos importa el co-legueo, tener más amigosen estas webs, tener siem-pre un plan por la tarde ypor la noche, demostrar alresto que somos másadultos de lo que jamásseremos.

Lo importante es publi-car una foto en tuenti he-cha en el baño de mi casacon nuestras nuevas ymagnificas blackberryscon ropa a la última o di-rectamente ni eso, ense-ñando carne. No conozconi a la mitad de gente que tengo en Tuen-ti, pero si conozco sus baños.

Escuchando una música actual pésimacomercial sin siquiera mirar su calidad,solo nos fijamos en que sea lo nuevo.

Olvidamos obligaciones y matamos adisgustos a nuestros seres queridos.

¿Cuánta gente ve cómo estamos aca-bando? Ya hay gente de doce años o me-nos que ya esta dando caladas a un porroporque “es la moda”. ¿Tan mal lo estamosen la vida para arrojarnos al alcohol o alos porros tan rápido?

Se supone que el futuro está en nuestrasmanos, y si la cosa ahora esta mal... cuan-do nos pasen las riendas a nosotros... sál-vese quien pueda.

Cegados por falsos ídolos como el fút-bol, la ideología, o sexualidad marcadapor la educación recibida o el ambiente enel que uno se ha criado.

La nueva rebeldía sería hacer caso a losprofesores, aprobar, no fumar, no beber,no ser popular en redes sociales, no verpelículas malas, ni escuchar música co-mercial.

Diciendo que somos anti-sistemas ¡ytodavía vivimos en casa de papi y mami!

Presumiendo de que todos somos unosrebeldes... Si todos son rebeldes entoncesnadie lo es, todos rebeldes: ¡TODOSIGUALES!

Si todos son rebeldes, el que no lo sea...es el autentico rebelde por no dejarse lle-var como a un títere .

Todos estamos enganchados a algo, sino es al consumo de sustancias X, a lascompras, si no a los videojuegos, si no a

un movimiento político tanto de derechascomo de izquierdas, de arriba o abajo, oreligioso, si no a uno de Star Treck, si noa liarse con varias chicos y chicas, si no aun grupo de música, o poner a parir a susamig@s o examig@s o ex... lo que sean...

Esperemos que esta drogadicción quetenemos ahora sea una simple moda, por-que bien es sabido que todas las modastienen fecha de caducidad.

Quizá todo este caos juvenil sea debidoa que nos han dado demasiada libertad yhemos perdido el control. Quizá una liber-tad que ellos no tuvieron.

Hay un descontrol en la inmensa mayo-ría de jóvenes. Antes existía, pero cadavez va a más.

Ante esto solo podemos decir: ¡SÉ re-belde...!

Daniel Viejo - 2º BT, D

Rebeldes

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E L I N G E N I O S O H I D A L G OE L I N G E N I O S O H I D A L G O111 444

PPIENSO que en la democracia ac-tual, normalmente, los políticos nocumplen su función, incluso, hay

casos en los que los ni siquiera son elegi-dos democráticamente, sino por elecciónde otros países debido a la situación eco-nómica del país , en ambos casos, los po-líticos se olvidan de su verdadera labor ysolo se preocupan de sus intereses. Vea-mos qué me ha llevado a pensar esto.

El término “democracia” proviene delantiguo griego y fue acuñado en Atenas enel siglo V a.C. a partir de los vocablos“demos” que significa pueblo y de “kra-tos”, que puede traducirse como gobierno.Es pues el gobierno del pueblo. Pero lademocracia no es solo elección sino tam-bién participación en los medios que elsistema proporciona a los ciudadanos.

Lógicamente, el pueblo mismo, comogrupo, como individuos, no puede gober-nar, y por ello necesita una persona o ungrupo de personas que dicten las leyes ylas hagan cumplir.

Algunos pensadores consideran a la de-mocracia ateniense como el primer ejem-plo de un sistema democrático, sin embar-go solo una pequeña minoría del 10% dela población tenía derecho a participar dela llamada democracia ateniense, quedan-do automáticamente excluidos de la mis-ma la mayoría de trabajadores, campesi-nos, esclavos y mujeres.

Con la aparición y ascenso de la bur-guesía, y tras la Revolución Francesa,(que fue el verdadero detonante de lasideas democráticas modernas), se fue abo-liendo la distinción de los estamentos ysus respectivos privilegios y se introdujola democracia liberal republicana, en laque políticamente, hay un solo estado: elde los ciudadanos, que abarca a todas lasclases sociales que pasan a formar el“electorado”.

La democracia liberal se asienta en dosideas básicas: igualdad de derechos eigualdad de deberes.

Sus rasgos esenciales son los siguien-tes:

• Elección de los gobernantes por losgobernados.

• Separación de poderes (ejecutivo, le-gislativo y judicial).

• Garantía de los derechos individualesy de las libertades fundamentales.

• Pluripartidismo.• Respeto de los derechos sociales y

económicos.Los fines que busca alcanzar son:• La libertad individual.• La igualdad ante la Ley.• El sufragio universal.• La educación.Pero, ¿Quiénes son los verdaderos pro-

tagonistas de una democracia? ¿En manos

de qué grupos de individuos está el poderde gobernar?

En mi opinión el poder en una demo-cracia reside en tres grupos:

1. Los ciudadanos. Con sus votos sonlos que deciden quien debe gobernar y enqué materias debe reflejarse ese gobierno.Hay que saber que los ciudadanos no solopueden exigir sus derechos, también de-ben cumplir con sus deberes. Y por des-gracia, esto muchas veces se olvida, porejemplo, uno de esos deberes es contribuiral sostenimiento de los gastos públicos,mediante un sistema tributario justo. Peroactualmente el fraude fiscal está a la ordendel día haciendo de la economía sumergi-da uno de los cánceres del sistema econó-mico español.

2. Los jueces. Deben guardar, respetary hacer cumplir las leyes del estado. Pero

en muchas ocasiones traicionan lo que de-bería ser su objetivo principal que es labúsqueda de la verdad y sobre todo la im-parcialidad. En una democracia real unjuez debería aplicar las leyes sin diferen-cias de sexo, religión, origen, clase social,etc. Pero ¿Se juzga igual a un político quea un traficante, a un rico que a un pobre?Probablemente sí, pero aunque las leyesson objetivas, quienes las aplican son sereshumanos con debilidades y necesidades.

3. Los políticos. En su origen la pala-bra, griega también, significaba el que sededicaba a la Polis, a la ciudad. El que tra-baja por la ciudadanía. Un político debetener como única intención el bien co-mún, el servicio a la comunidad y la ayu-da a los ciudadanos que son en realidadlos que lo eligen para representarlos y de-fender sus derechos. Pero el elector mu-chas veces no recibe lo que le prometieron

en las campañas electorales. Los políticosno son libres como representantes de suselectores porque se deben a lo que le dic-ta su partido político. Algunos observa-dores han denominado a este poder “LAPARTITOCRACIA”. Según esta teoría,son los partidos y no los ciudadanos, losque en realidad eligen a los representantesdemocráticos y ésto se consigue por me-dio de listas cerradas de nombres de mili-tantes, elaboradas por los propios parti-dos.

Ante todo lo dicho anteriormente, comoresponder a la pregunta de si ¿Vivimos enDemocracia?

Veamos si cumplimos las reglas. Anali-cemos si España puede vestirse el unifor-me de una Democracia. Según los defen-sores de que en España hay unademocracia real esto se demuestra porque:

• Tenemos una Constitución que limitalos diferentes poderes y controla el fun-cionamiento del Gobierno. Es por lo tan-to un estado de derecho.

• Existe realmente la división de pode-res: Ejecutivo, Legislativo y Judicial (in-dependientes según ellos).

• Existe el sufragio universal. Es decir,derecho a votar y ser votado en unas elec-ciones.

• Se protege el derecho a la propiedadprivada.

• Existen varios partidos políticos quecompiten (¿en igualdad de condiciones,con democracia interna?) en las eleccionesgenerales, autonómicas o municipales.

• Hay libertad de expresión. Libertadde prensa (¿No hay temas tabú que cuestasacar a la luz pública porque comprome-ten a miembros de determinados gruposde élite?).

• Existe un respeto total a los derechoshumanos.

• Educación para todos. Efectivamentesegún parece existe una relación entre de-mocracia y pobreza en el sentido de queaquellos países con mayores niveles de de-mocracia poseen también un mayor pro-ducto interior bruto per cápita, un mayoríndice de desarrollo humano y un menoríndice de pobreza. Este mayor índice derenta favorece mayores niveles educativos,lo cual crea una ciudadanía mejor informa-da y preparada para la organización

• Finalmente, parece ser que en todaslas sociedades en las que es posible el de-bate público, se dice que la democracia esel menos malo de los sistemas políticos.

Frente a esta postura que defiende queen España la democracia funciona comotal, existe otro grupo de analistas que nolo ven tan claro. Personalmente me incli-no por esta última opción.

Abunda cada vez más un tipo de políti-co que olvida su verdadero fin: el serviciopúblico y sitúa por delante su propio inte-rés y si es necesario el interés de su parti-do. La elección de los representantes delos partidos muchas veces no es democrá-tica. Y el político se aprovecha de su posi-ción en determinados puestos para obrarcon poca honestidad.

Algunos denuncian que el poder judi-cial no es verdaderamente independiente.El Tribunal Constitucional y el ConsejoSuperior del Poder Judicial son ambos,según diferentes procedimientos, escogi-dos por el Congreso y el Senado, lo cualimpide su independencia real.

Muchos periodistas e intelectuales de-nuncian la reducción de libertades a la quenos puede llevar la crisis económica, po-nen de ejemplo lo que está sucediendo enpaíses de nuestro entorno como Grecia oItalia en los que los tecnócratas van a sus-tituir a los políticos en el gobierno. Estepaso encierra un peligro evidente, puessupone confiar la responsabilidad del go-bierno de países en grave crisis económi-ca a quien no deriva su legitimidad deunas elecciones, sino de la confianza queen él depositan los mercados e institucio-nes internacionales.

Si este método fracasa, se corre el ries-go de recurrir al populismo expresado enhombres fuertes (como ocurrió en la Eu-ropa de entreguerras tras la crisis de 1929)tipo Hitler, Mussolini y otros más cerca-nos a nosotros.

Por todo lo anteriormente expuesto yocreo que vivimos en un sistema democrá-tico, pero, las personas que lo deben de-fender a veces olvidan su verdadero senti-do. La democracia está en peligro por elmiedo, miedo a perder nuestro trabajo,nuestros derechos sociales, miedo a tenerque retroceder.

Asier Ruano1.º BT, A

¿En qué democracia vivimos?

V I V E N C I A S Y C R E A C I O N E S

LLOS sueños son representaciones de lo que, incons-cientemente, queremos que pase, nos da miedo oya ha pasado en la vida real.

La mayoría de las personas piensan que soñar es unapérdida de tiempo, cuando en realidad esas personas tam-bién sueñan con poder ser ricos, famosos, etc. (lo queellos deseen).

Los sueños nos dan libertad de hacer lo que queramos.Personalmente pienso que soñar demasiado, ya es excesi-vo, puede que esa persona viva en un mundo en el quecree que es de una manera y, al darse cuenta que es deotra (frecuentemente muy distinta), se desaniman y, hastaa veces, entran en depresión.

Por otra parte las personas que, dicen no soñarporque es inverosímil, tienen una opresión en suinterior que necesita ser liberado de algún modo,pero como “no sueñan”, posiblemente se estresendemasiado.

Hay que tener un punto medio, soñador y realis-ta, creo que esa es la manera perfecta de tener unamente sana, aparte de otros aspectos más. Opinoque el soñar es ideal para liberar tensiones. Yo porejemplo, sueño con ser una gran cantante (aunquesé que nunca sucederá), y cuando me pasa algo queme deprime, pienso en eso y empiezo a sonreírcomo antes.

Por eso animo a esas personas a que sueñen deverdad.

Paloma Alves - 2.º ESO, C

Los sueños

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E L I N G E N I O S O H I D A L G OE L I N G E N I O S O H I D A L G O 111 555

AAQUÍ me hallo, en el mismo bar desiempre, ahogando mis penas en elmismo vaso de la misma bebida

de siempre, sin nadie que me acompañe,totalmente sola. Resulta irónica la razónde esta carta, puesto que siempre he creí-do que el suicidio es algo de egoístas yaquí estoy escribiendo mi propia carta desuicidio con la tinta de un bolígrafo aho-gado y una servilleta decorada con man-chas.

No encontrareis un motivo aparente,puesto que para todos vosotros mi vidaera perfecta, nunca hubo ni nada ni nadieque me parara los pies, y la facilidad conla que conseguía todas las cosas que que-ría no era normal; pero esta situación detenerlo todo no me hacía feliz porque miperfecta vida era lo que más odiaba en el

mundo, adoraba las imperfecciones y todoel mundo no paraba de empeñarse en miperfección.

Me dejé llevar por la gente y llegué apensar que las perfecciones eran realmen-te lo que importaba dentro de una personay claro, yo estaba llena de imperfecciones

a si que empecé a odiarme a mí misma y amandar todo el trabajo que estaba hacien-do a la basura.

Poco a poco he ido echando a toda per-sona a la que quería de mi vida y así meha pasado, que ahora estoy sola, vacía,hueca por dentro; no me queda nada porlo que luchar a si que aquí estoy relatandomi vida entre servilletas que se van a tirary que creo que nada ni nadie va a leernunca.

La reacción más egoísta que puedo de-jar de tomar es esta, pero es la única queme queda; solo pido que nadie se culpede mi muerte, que únicamente es y hasido un problema conmigo misma. Creoque es la única vez que he tomado unadecisión por mí misma en esta vida ytambién creo que ha sido es y siempre

será una decisión buena, tanto para todoscomo para mí.

A todos los que he apartado, os quiero;a los que no, os veré en el infierno.

Andrea Lázaro2.º BT D

Carta de suicidio

LLA primera vez que salí de Españafue un verano en el que visité Mar-sella. Al salir del aeropuerto y ver

la ciudad me pareció que no era comocualquier otra ciudad o pueblo de España.Cuando entré en una cafetería, me sor-prendió ver que la gente hablaba en vozbaja y sin gritar: era un lugar muy tran-

quilo. Intenté comprobar mis conocimien-tos de francés y hablé con una mujer lla-mada Jacqueline que me citó algunoslugares de interés turístico. Las personasde allí eran un poco secas.

Después visité el castillo de la Isla deIf. Como me recomendó Jacqueline. Aldía siguiente compre algún recuerdo delas vacaciones. No sé por qué, pero algu-nas personas me miraron de forma extra-ña. Seguramente sería porque tenía pintade extranjera. Los lugareños se comporta-ban de forma distinta a los españoles, asíque esa también podría ser otra razón.

Más tarde volví al hotel donde me alo-jaba y bajé al restaurante para comer. Pedícomida francesa, naturalmente. Estabamuy rica, aunque fuera diferente a la es-pañola, pero me gustó mucho.

Fue muy fácil pagar cada comida por-que en Francia también tenían el Euro,aunque los menús eran muy caros respec-to a algunos de España. Lo que no megustó fue que las cafeterías y tiendas ce-

rraran, algunas, tan pronto, porque a lasdos de la tarde ya estaban a punto de ce-rrar. La gente de allí desayunaba, comía ycenaba a horas muy tempranas, lo cual fueextraño para mí y me costó mucho acos-tumbrarme. Era muy raro que todo fueratan diferente, ya que no me había alejadodemasiado de España.

En general, al principio me sentía algoincómoda, pero poco a poco me fuiacostumbrando a aquel lugar. Cuandovolví a España también me costó unpoco volver a acoplarme, pero no fue tandifícil como en Marsella, ya que aquelera mi país natal.

Sara Zaira Merino Zapata2.º C

Un viaje a Marsella

LLAS grandes ciudades tienen un es-pecial atractivo para los jóvenes,se trata de un mundo por explorar.

Nos ofrecen muchas posibilidades: zonasdeportivas, parques, cines, centros comer-ciales…

Sin embargo, detrás de estas atraccio-nes se puede esconder un mundo lleno depeligros para los jóvenes. Así, la magnitudde la ciudad y nuestra falta de conoci-mientos de ella puede, en primer lugar,

hacer que nos perdamos o que sin darnoscuenta nos encontremos en una zona peli-grosa. También nuestra falta de experien-cia y nuestra inocencia hace que seamosuna presa fácil para que determinada gen-te pueda hacernos daño o simplemente en-gañarnos. Por último, también hemos deafrontar los peligros propios del tráfico yde la masificación de gente.

A pesar de que debemos ser conscientesde estos peligros, creo que debemos deafrontarlos con responsabilidad y disfrutarde las ventajas que nos ofrece una granciudad. Debemos tener presente que fren-te a estos peligros siempre vamos a poderencontrar gente desinteresada que nosayude en situaciones complicadas y espe-cialmente tenemos que confiar en las per-sonas que trabajan en los servicios públi-cos como la policía.

Tomás Pérez Martínez 2.º ESO C

Los peligros que encierran lasgrandes ciudades para los jóvenes

TTODAS las mañanas me levanto aregañadientes, me visto, me pei-no, desayuno (poco), cojo a mi

perra la doy una vuelta. Vuelvo a casa, me

despido, voy a clase. Se terminan, como,descanso, hago deberes, meriendo, saco ami perrita, vuelvo a casa y juego con ella.Veo la tele, me pongo ñoña con mis pa-dres, llamo a Jara y me voy a su casa (acinco minutos de la mía). Me voy a entre-nar llego a casa, me ducho, me seco elpelo (obligada), me peino, pongo la mesa,ceno, la quito, me peleo con mi hermana aver quien friega, llega mi madre nos rega-ña, fregando mi padre, me voy a mi habi-tación, escucho música, leo, veo la tele yme acuesto; para volver a levantarme a re-gañadientes, vestirme, etc…

Julia Pérez2.º ESO, C

El mismo rollo de siempre…

V I V E N C I A S Y C R E A C I O N E S

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E L I N G E N I O S O H I D A L G OE L I N G E N I O S O H I D A L G O111 666

L I B R O S

RREFLEXIONAMOS un poco sobre este libro.¿Por qué se titula así ? De la anciana que apare-ce en el libro, se dice que tejía la muerte; ella, te-

jía franjas, y cuando acababa su labor, alguien moría; lapersona fallecida tenía los mismos años que franjas cosíala anciana…

Destacamos un personaje… M.ª Francisca es la hermana de Rosa, la difunta em-

pleada de la casona. Ella se encarga, ahora, de cuidar lacasa. Su papel en la obra es importante, da información

sobre la tejedora de la muerte a Andrea. Y gracias a lo quecuenta, se sabe más sobre las causas de los hechos.

¿Qué espacios son los más importantes? La casona.Dentro de esta, la habitación de Andrea cuando era pe-queña, donde se encuentra la tejedora, en la que se hallala malvada anciana, y en la que desarrollan la mayor par-te de los hechos…

¿Moraleja o tesis?La moraleja de la obra es que laacumulación de sentimientos negativos, no sirve paranada, cuando te liberas de esos sentimientos, puedes sen-tirte en paz.

Unas frases que destacar: “Lo único que percibo es undesagradable olor a polvo envejecido. Es el olor deltiempo muerto, de las cosas que fueron y ya no son”. Loque nos sugiere que…

El paso del tiempo nos hace recapacitar, tomar deci-siones que nos contradicen, darnos cuenta de lo que pu-diera haber sido y no fue así porque no tomamos una de-terminada decisión; hace ver la imposibilidad de volver alpasado.

Hoy, pensando en mi infancia me he dado cuenta delo rápido que pasa el tiempo, que cuando tenía cinco añosquería tener el doble y cuando tengo el triple, quiero tenerla mitad; volver al pasado donde las cosas eran de otramanera, mejores para mi, peores para otros.

Creo que se podría poner en marcha una alocada idea,la de construir una maquina del tiempo, para aquellos quequieren cambiar las cosas, que se quedaron con las ganasde decir algo y lo dejaron para mas tarde, y ese mas tardeya pasó...

A veces, vemos la vida como un juego de ordenadoren el que vas pasando niveles hasta llegar al mas alto, site mueres resucitas de la nada, si ganas una vida por tuslogros, vives dos veces, si salvas a la princesa, te casascon ella, si derrotas a un monstruo, los problemas desapa-recen, si olvidas coger una moneda, presionas un botón, yvuelves a empezar, teniendo las posibilidades de hacerlomejor.

Ojalá la vida fuera así, que no influyese para nada elpaso del tiempo. Que a la televisión que te comprastehace unos años, no se le haya acabado la garantía, que pu-dieses elegir la edad con la que vivir, que nada envejecie-se, pero que la mente se desarrollase, que no llegaras tar-de a ningún sitio y los lugares siempre estuviesen en elmismo lugar.

Con esto quiero decir que se debe aprovechar el tiem-po, pensar antes de actuar y imaginarse el futuro para sa-ber como vivir el presente. Que el paso del tiempo nosolo nos sirve para darnos cuenta de lo que podríamos ha-ber hecho mejor, si no que también hace ver lo bien quedisfrutamos cada momento o que lo que hicimos bien ennuestro pasado y que entonces nos parecía que no servíapara nada, ahora ha sido recompensado, te das cuenta delas personas que te quieren y han estado a tu lado siem-pre, y que las cosas que te decían y que entonces no en-tendías, ahora tienen sentido. Te das cuenta de que las co-sas han sucedido por algo, y que para bien o para mal loque eres ahora depende de lo que has hecho o has dejadode hacer en el pasado.

Paula Fernández Catalán2.º ESO, C

La tejedora de la muerte

EEL libro “La Perla” nos enseña la ambición delhombre por sentirse poderoso y por tener riqueza,anteponiéndolo a todo. Este hecho puede ser muy

perjudicial, pues dejamos de ser libres y de ser felices ysólo dependemos de algo material, algo que nos hace sen-tir más ricos: el dinero, sin que esto suponga ser mejorespersonas, ser más simpáticos o tener mayor razón.

Destacamos a Kino: Kino es un humilde pescador quevive a las afueras de la cuidad de la Paz, en la zona cos-tera. Es de tez morena y pelo oscuro. Vive en una peque-ña cabaña junto a su mujer Juana y su hijo Coyotito.

Es poco hablador y muy autoritario. Es violento ymuy machista, pega a su mujer sin remordimientos.

Siempre lleva con él un cuchillo.Todo su mal carácter aumenta al encontrar la perla y

convertirse en un desgraciado al intentar conservarla, matasin piedad a todo aquel que se interpone en su camino yhace creer a su mujer que, al ser un hombre, es Dios.

Celia Rodríguez Longobardo2.º ESO, C

La Perla

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E L I N G E N I O S O H I D A L G OE L I N G E N I O S O H I D A L G O 111 777

A R T E , C I N E Y T E A T R O

TTEMAS…: La soledad, el dolor, el sufrimiento, elamor, la esperanza… Hannah representa la sole-dad, el dolor, el sufrimiento, el amor… Josef es el

dolor, el amor, y (con el oceanógrafo y el cocinero) la es-peranza…

Todos los personajes de la película viven en un pro-fundo aislamiento: se presta a ello la plataforma petrolífe-ra, en alta mar, metálica, en medio de la nada, abandona-da por el tiempo y continuamente encharcada, dondeconviven unos pocos trabajadores intentando huir de larutina jugando al baloncesto o haciendo karaoke.

De los personajes que mejor recuerdo,puedo añadir:

Josef: es un trabajador de la plataformapetrolífera que sufrió un accidente debidoa un incendio y quedó con grandes quema-duras por todo el cuerpo y una ceguerapermanente. Está en una cama todo el díay su enfermera (Hannah) lo cuida. Afrontasus problemas con esperanza y humor,para que se hagan más llevaderos. Tienemucha curiosidad por Hannah y le abre sucorazón. También se emociona cuandoésta le cuenta sus problemas y su pasado,que evolucionan en un amor profundo porHannah, con la que quiere pasar el resto desu vida.

Hannah: es una trabajadora de una fá-brica textil que toma unas vacaciones y con astucia llegaa la plataforma petrolífera como enfermera para cuidar deJosef. Es una joven solitaria e hipo acústica que sufrió du-ramente la Guerra de los Balcanes, por lo que quedó trau-matizada. Al principio rechazaba la compañía y las pre-guntas de Josef, pero poco a poco va aceptando laevidente conexión que ay entre ellos y le cuenta cosas desu pasado.

Simon: es el cocinero que trabaja en la plataforma.Cada día prepara una comida de un país distinto y ponemúsica de éste para no caer en la rutina y en la tristeza.Encuentra en Hannah una gran amiga.

El oceanógrafo: sueña con que las máquinas de ex-tracción y perforación de petróleo se usen para accioneslimpias con el medio ambiente. Estudia los mejillones ycree que si no extrajeran petróleo la plataforma serviríade hogar para muchas especies marinas.

El pasado pesa mucho a los personajes por lo queocurrió y por los daños que sufrieron, pero también elpresente, pues tienen que vivir con ello todos los días yquizás el futuro, por lo que pueda pasar y piensan si algúndía podrán salir de ese sufrimiento.

¿Escenas más interesantes?

Por ejemplo, cuando Hannah cuenta lo que hicieroncon ella a Josef, pues hiere la sensibilidad y sorprendeque, después de toda la película prácticamente sin hablar,muestre sus sentimientos y las desgracias ocurridas, quenos van poniendo la piel de gallina.

También me ha encantado la escena en la cual Josefpide a Hannah que se vaya con él, apenas sin conocerla yqueriendo pasar el resto de su vida juntos. El momentomás bonito es el que Hannah dice que no, porque, tal vezun día, empiece a llorar y llorar y nada ni nadie podrá pa-rarla y la habitación se llene de lágrimas, pero Josef con-testa que aprenderá a nadar.

En la película hay espacios o momentos muy lentosque favorecen el aburrimiento. Esto guarda relación conel contenido, pues nos involucra en la soledad, la rutina,el aburrimiento y la tristeza que sufren los personajes dela película. Les cuesta mucho expresar sus sentimientos yemociones, pues sufrieron mucho en el pasado y, al vivirindependientemente y en soledad, no están muy acostum-brados a largas conversaciones.

Celia Rodríguez Longobardo2.º ESO C

La vida secreta de las palabras

EEL curso pasado, a la par que leía-mos Orgullo y Prejuicio, la másconocida de las novelas de Jane

Austen publicada en 1813, vimos dos ver-siones cinematográficas de la misma: Or-gullo y Prejuicio (2005) del inglés JoeWright y Bodas y Prejuicios (2004) deGurinder Chadha, directora de origen hin-dú afincada en Gran Bretaña. La diferen-cia entre ambas versiones es la época enla que están basadas. En la adaptación deWright se puede apreciar la seriedad y las

costumbres de principios del siglo dieci-nueve en Inglaterra. En la de Chadha, po-demos observar tanto los modos de vidaoccidentales como las costumbres actua-les del pueblo hindú, sus bailes y su formade vestir y pensar.

En Orgullo y Prejuicio, Austen criticala sociedad inglesa del periodo de la Re-gencia e intenta transmitir una perfectaimagen a través de los distintos persona-jes. El tema principal de las dos adapta-ciones es el matrimonio y las distintas ma-

neras que existían, y todavía existen, deenamorarse. Tras dos siglos, la señoraBennet y la señora Bakshi comparten esaobsesión por ver a todas sus hijas casadassin preocuparse por sus sentimientos. Am-bos directores ofrecen al espectador unaamalgama de diferentes técnicas para con-quistar. Wright muestra la rigidez social ylas buenas maneras imperantes. Chadhamuestra la espontaneidad y el acercamien-

to gracias a la liberalización de costum-bres del siglo veintiuno. Sin embargo, pormucho tiempo que pase, la familia y elmatrimonio siempre serán un pilar social.A pesar de que las costumbres cambien,todos seguimos actuando de forma similarpara llegar a conseguir los mismos objeti-vos.

En conclusión, sin importar la localiza-ción histórica, pienso que las dos pelícu-las han conseguido plasmar lo que Austendeseaba conjugar en su novela: Wrightofrece la visión romántica y Chadha otramucho más fresca y divertida.

Irene Parra LaraAntigua alumna

Austen y el cine: Orgullo y Prejuicio, Bodas y Prejuicios

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E L I N G E N I O S O H I D A L G OE L I N G E N I O S O H I D A L G O111 888

¿¿QQUÉ han de hacer las mujerespara dictar las leyes que hande regir el comportamiento

de los hombres? La respuesta es sencilla:ponerse barba. Así nos lo cuenta Aristófa-nes y lo escenifica durante este curso elGrupo de Teatro del instituto, en el que

participan más de 20 alumnos y alumnasde ESO y Bachillerato, bajo la direcciónde Esther Lorente.

La depresión ateniense tras su derrotafrente a Esparta en la guerra del Pelopone-so (s. IV a.C.) arruina su sistema democrá-tico para dar paso a la tiranía; este nuevopanorama borra de las obras de Aristófa-nes todo tipo de alusiones políticas –a lasque nos tenía acostumbrados– y abre unapuerta a la idealización y a la fantasía,donde de nuevo emerge la mujer comoprotagonista. Ellas serán capaces de cons-truir una sociedad utópica en la que la re-gulación de todos los aspectos de la vidacotidiana de los atenienses obligará a loshombres a adoptar los cánones del idealfemenino. A buen seguro, Dionisos, encuyo honor se compuso esta obra con mo-tivo de las Leneas del año 392, quedó muysatisfecho con la ofrenda de su autor.

¿Qué tendrían que hacer las mujereshoy, veinticuatro siglos después? Proba-blemente, ponerse barba.

Julio CésarProfesor de Latín

La Asamblea de las MujeresGrupo de Teatro del Instituto

A R T E , C I N E Y T E A T R O

EES la versión animada que hizo Dis-ney a lo Titan A.E. para acercar alos jóvenes el clásico La Isla del

Tesoro. En vez de la época pirata. era el espacio

exterior los barcos y navíos eran naves es-paciales, en vez de una isla era un planeta,los piratas eran temibles extraterrestres ybla bla bla, ya os hacéis a la idea.

La Isla del Tesoro es de las pocas nove-las que un servidor ha disfrutado a la horade leerla. Este libro consiguió encandilar-me. Me chiflaba ver la genial idea decomo un villano y el protagonista podían

ser amigos. Algo muy poco visto. La rela-ción de Long John Silver y Jim Hawkins.Un posadero adolescente y un pirata. Sim-plemente un clásico memorable.

La película, como adaptación, se ciñebien. Omiten unas cuantas cosas y ponennuevas unas “chulas” otras, algo cuestio-

nables, y unas cuantas transformacionespero siendo cine infantil-familiar se per-donan. Como adaptación no está nadamal. Entretiene de principio a fin.

Los personajes con un diseño muy bue-no y muy acertado, y un doblaje excelen-te en castellano (tenemos a Josema Yustedoblando a uno de los personajes).

Lo bueno, bueno de la película es laanimación y el diseño; son excelentes. Alo Príncipe de Egipto, o Titan A.E. Unaanimación con un aire manga pero ameri-canizado. Muy épico. Se sale de la técnicaclásica Disney, lo que la hace fresca ynueva. Lo mismo que hicieron con Atlan-tis.

Hasta la banda sonora es buena, inclusoen castellano aunque la cante el archiescu-chado de Alex Ubago. Hasta en eso hanacertado. Clava la canción original.

El único incoveniente de este filme esque desarrollan la trama y los personajes aun ritmo demasiado ligero para cuadrar lahistoria en 90 minutos. Le falta metraje.Una media hora o 20 minutos más de de-sarrollo y habría sido perfecta. En 10 mi-nutos ya se despacharon de historia hastala parte en la que destruyen la posada enla trabaja Jim.

Al ser una peli infantil es lógico y en-tendible que la hagan de hora y media,pero esta historia debía ser contada conmás paciencia. Si la hubieran hecho máslarga, habrían acertado y seguro que seconvertía en un clásico Disney. Los perso-najes y sus relaciones habrían evoluciona-do a su ritmo y no hubiera sido tan apre-surado. Pero no pudo ser, porque no quisola productora. Fue una mala decisión.

Como cine familiar, de entrenimiento yadaptación aprueba, pero la historia po-dría haber dado mucho mas. Sobre todogracias a su diseño y su excelente anima-ción.

Es curioso cómo este tipo de películas

se condenan al olvido teniendo una cali-dad bastante notable. El príncipe de Egip-to, Titan A.E. Atlantis, El Planeta del Te-soro...

Una verdadera lástima.

Daniel Viejo2.º BT, D

El Planeta del Tesoro

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E L I N G E N I O S O H I D A L G OE L I N G E N I O S O H I D A L G O 111 999

A R T E , C I N E Y T E A T R O

TTODO comenzó en el instituto alas siete de la tarde; quedamos alas siete menos cuarto pero me re-

trasé y llegué en punto. Pese a todo, espe-rando… salimos a las siete y cuarto para

el teatro. Andando por lascalles viejas de Madrid alfin llegamos, y a las ochomenos cuarto ya estábamosallí y con mucha intriga to-dos, con las entradas en lamano (para no pocos era laprimera vez) y el acomoda-dor nos sentó. Nos quitamoslos abrigos, cómodos en lasbutacas y por el altavoz avi-saron que apagáramos losteléfonos móviles, porque laobra iba a comenzar. Senta-da desde la fila ocho, visua-lizando la luz, la obra co-menzó.

Y fue con Tristán el sier-vo de Teodoro, secretario dela condesa, que salió co-rriendo por el escenario con

Teodoro, porque había ido a ver a Marce-la su enamorada, pero tuvo que irse de lacasa el estar en la habitación de las sir-vientas de la condesa.

El acto transcurre y la condesa Diana se

entera de que Teodoro y Marcela habíanpasado la noche juntos y se da cuenta deque, a pesar de otros pretendientes, Teo-doro le gusta y siente algo por él. Sus pre-tendientes no se quedan atrás, uno era elconde Federico y el otro, el Marqués Ri-cardo con sus respectivos criados, anun-ciando de forma llamativa, para que el pú-blico se riera.

Todo esto transcurrió en la primerahora. La obra se hizo un poco densa yaque se repetían varias veces las mismasescenas.

A partir de la siguiente hora, empezabala parte más activa, donde la condesa sedeclara a Teodoro, pero ni come ni dejacomer: expresa su amor con una carta,

pero diciendo ser una amiga. Al final,Tristán se va a España a buscar al supues-to padre de Teodoro para hacerle marquésy así poderse casar con la condesa Diana.

El final de la obra es precioso, porqueocurre lo que todo el público quiere queocurra. Es una obra para todos los públi-cos o se considera para todos los públicos.

Se terminó la obra y todo, todo, el pú-blico aplaudimos exhaustivamente; losactores se merecían esos aplausos. Final-mente, salimos del teatro y con el frío dela calle comentamos lo que habíamos vis-to.

Sara Blanco1.º BT, D

Crónica de una espectadora interesada

CCREO que jamás me paré a pensaren la edad, ni qué edad debo tenerpara ciertas cosas, todo es impul-

sivo en mi mundo, y me acabo arrepin-tiendo.

Con quince años, siento que he des-perdiciado bastantes cosas en mi vida ytiempo del que, al final, me he arrepenti-do de no haberlo cogido con dos manos,ya que el tiempo jamás se vuelve a recu-perar.

Creo que me hubiera gustado ser me-jor estudiante, poder sacar un diez en todoy hacer que mis padres estén orgullosossiempre de mí y de mis actos, pero supon-go que para eso ya es algo tarde, y máscuando me siento de esta forma.

Puede que esté capacitada para mu-chas cosas, que tenga talento para otrasmiles más, pero también sé que si no sepuede de pequeña, cuando se crezca tam-poco se podrá.

Cuando miramos a la muerte cara acara, sentimos un vacío llenando el pecho,sin poder salir de él, como en una encru-

cijada sin poder esquivarla de ningunaforma.

Tampoco notamos todo lo que seechará de menos: como los seres queri-dos, si algún día se van, para siempre.

Intentamos ponernos en el lugar de losdemás, cuando alguien (en su vida, muyimportante) falta y se llora todos los díaspor esa persona, pero, nadie, jamás puedeponerse al cien por ciento en el lugar deotro.

Veo fotos mías de pequeña y me sien-tes mayor al mirarme en el espejo, siendomás alta, y con más cuerpo de personaadulta, pero, para algo está la edad, parasaber cuándo es tiempo de hacer algo ypara dejar de hacer otras cosas.

Por ejemplo, la vida de Tania:Tania tenía nada más doce años cuan-

do cogió su primera borrachera. Trececuando tuvo su primera experiencia se-xual. A los dieciséis años, no logró el gra-duado de ESO, sino que tuvo su primerhijo. Con dieciocho, tuvo que trabajar díay noche para poder sacar adelante a su

hijo, como madre soltera. A los veintidóssufrió una sobredosis de pastillas antide-presivas, que la llevaron a la muerte, de-jando atrás un hijo de seis años que jamásconoció a su padre.

¿Qué podemos sacar de esto? Que cuando se es un bebé solo existe

la preocupación de conseguir llegar alotro lado del salón para no caerse; cuandose es un niño, la preocupación consiste ensalir al parque y cuando llega la adoles-cencia, nos preocupamos de los amigos,los novios, la popularidad y la moda. Sivamos por mal camino, el cuarto será vera la cara a la muerte, ahí será cuando nosabremos qué decirle, ni cómo reaccionar.

Cada edad está hecha para algo; lavida, en realidad, es larga, y cada día su-pone un pasito más en ella, hasta que lle-gar a las metas. No intentemos jugar su-cio, porque nos descalificarán.

Amal Serroukh3.º ESO, B

Las tres edades y la muerteReflexiones mirando un cuadro del Museo del Prado

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Filosófico es el pregun-tar y poético el hallazgo.

María ZAMBRANO

LLA gran pensadora y poeta MaríaZambrano (Vélez-Málaga, 1904 -Madrid, 1991), Premio Cervantes

en 1988, fue profesora de Filosofía ennuestro Instituto durante el curso 1935-1936. Por ello, a petición de buena partedel profesorado, tanto el Claustro como

el Consejo Escolar del Cervantes aproba-ron por unanimidad bautizar nuestra Bi-blioteca con el nombre de la ilustre ensa-yista.

Con este motivo, decidimos llevar acabo una serie de actividades en el Centroque honraran la memoria de la autora deClaros del bosque y El sueño creador, en-tre otros muchos libros. Los actos comen-zaron con la inauguración de una Exposi-ción sobre María Zambrano, que pudovisitarse desde el 28 de febrero hasta fina-les de abril. La muestra estaba formadapor los espléndidos paneles biográficoscedidos por la Fundación “María Zambra-no”, por carteles elaborados por los alum-nos de Bachillerato sobre las mujeres dela República y por varias vitrinas expues-

tas en la antebiblioteca,con obras de y sobrela filósofa mala-gueña y ejem-plares origina-les de lasdiferentesr e v i s t a sliterariasy depensa-mientoen quec o l a -b o r ó( M a -n a n -t i a l ,Revistade Oc-cidente,Los Cua-tro Vien-tos, Cruz yRaya, Horade España,etc.). Se mostra-ban también los do-cumentos que tenemosen el Instituto sobre su expe-

diente personal.El 8 de marzo

de 2011, día de laMujer Trabaja-

dora, tuvo lu-gar la impo-

sición de laplaca enn u e s t r aBiblio-t e c a .Enca -b e z óe la c t od o ñ aC a r -m e nMaes -t r o ,

P r e s i -denta del

C o n s e j oEscolar del

Estado, quevisitó primero

la Exposición,acompañada de la

Directora del Centro,doña Julia Pérez, profesores y

alumnos. La Muestra fue explicada porlos alumnos de 1.º de Bachillerato JudithAres, Chaima Laroussi y Miguel Ángelvan Rysselbergue, que demostraron con

creces su saber hacer. A continuación, enla antebiblioteca, don José Carlos Menén-dez, profesor de Lengua y Literatura, leyóunos textos de María Zambrano publica-

E L I N G E N I O S O H I D A L G OE L I N G E N I O S O H I D A L G O222 000

P E R S O N A J E S I L U S T R E SA ñ o Z a m b r a n o

Doñ

a C

arm

en M

aest

ro.

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E L I N G E N I O S O H I D A L G OE L I N G E N I O S O H I D A L G O 222 111

P E R S O N A J E S I L U S T R E S

dos en la revista Hora de España (1937),donde la ensayista pedía a los intelectua-les españoles un compromiso con el Go-bierno legítimo frente a los militares gol-pistas en plena guerra civil. Acto seguido,y tras la lectura de las actas correspon-dientes por parte del secretario del Centro,don Rafael Cobos, se impuso oficialmen-te el nombre de “María Zambrano” anuestra Biblioteca y se inauguró la placaconmemorativa.

La comitiva pasó a las salas de la Bi-blioteca, donde se hizo entrega a las muje-res que asistían de una rosa blanca parafestejar el día. Como recordó la profesorade Historia, doña Josefa Otero, la rosablanca (Die weisse Rose) era un homenajeal grupo de resistencia, así llamado, quedurante la segunda guerra mundial abogópor la lucha no violenta contra el régimennazi. Lo formaron mujeres y hombres,alumnos y profesores de la Universidadde Munich. Tras el reparto de las flores,asistimos en la Biblioteca a un breve reci-tal de poemas de Zambrano, declamadospor Darío Manzano e Inés Portillo, alum-nos de 2.º de Bachillerato.

Culminaron los actos del 8 de marzocon una mesa redonda en el Salón de Actossobre nuestra homenajeada. Intervinieron

doña Patricia Cañada, ex-perta en María Zam-brano (María Zam-brano comoeducadora);don Luis Fe-rrero, filó-sofo y exdirectordel Ins-t i t u t o(La fi-losofíad eMaríaZ a m -b r a -n o ) ;d o ñ aP i l a rGil, pro-fesora deLengua yL i t e r a tu ra(La poesía deMaría Zambra-no); doña JosefaOtero, profesora deHistoria, que moderó laMesa y glosó la legislación re-publicana sobre la mujer, además de refe-

rirse a las mujeres destaca-das de la Segunda Re-

pública. Completóel acto el alumno

Olmo Masa, de2.º de Bachi-

llerato, quereseñó labiografíade lai lustrem a l a -gueña.P o rú l t i -m o ,los ac-tos dehome-naje se

cerraronel 27 de

abril, díaen que tuvi-

mos el honorde recibir en

nuestro Centro adon Ángel Gabilon-

do, ministro de Educa-ción, que nos visitaba en cali-

dad de catedrático de Filosofía de la

Universidad Autónoma, para pronunciaruna conferencia sobre María Zambrano.Acompañaban al Ministro, que fue recibi-do por María José García-Patrón, directo-ra general de Educación Secundaria Obli-gatoria de la CAM, además de laDirectora del Instituto y del profesor deFilosofía don Ignacio Castro, diversos re-presentantes de la Dirección de Área Te-rritorial, de la Inspección, directores delos Colegios Bilingües adscritos al “Cer-vantes”. En el acto, que fue muy cordial,el profesor Gabilondo disertó, ante más deun centenar de alumnas y alumnos de Ba-chillerato y profesores del Instituto, sobreel significado humano, filosófico y políti-co de la obra de María Zambrano. Subra-yó la importancia de que una mujer, enaquellos momentos, tomase públicamentela palabra. Se extendió después sobre laimportancia ciudadana de la palabra en lavida de los hombres. “Es gravísimo que alser humano le falten las palabras –dijo– yMaría Zambrano se encargó de que todaslas inquietudes del momento llegasen a laluz del lenguaje.” Al finalizar la conferen-cia, tras un animado debate, la Directoradel Centro, doña Julia Pérez, impuso alMinistro la banda azul de la Beca Oficialdel Cervantes.

Los actos terminaron y pasaron las ce-remonias. Pero nos ha quedado el recuer-do y la obra de María Zambrano en losanaqueles de nuestra Biblioteca y en nues-tra memoria. ¡Una gran pensadora y unamujer ejemplar!

Consejo de Redacción

A ñ o Z a m b r a n o

Don Ángel Gabilondo fue investido con la banda azul de la Beca oficial del Cervantes.

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G A L E R Í A D E F O T O S

Paula Bartolomé y Silvia Albacete entrevistaron

al ministro Gabilondo.

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Visita de estudiantes alemanes.

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(55-

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Entre todos hicimos el trabajo: redactores y dibujantes, alumnos y profesores de ayer y de hoy, colaboradores desinteresadosque nos han regalado su talento y su tiempo.

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¿Habéis visto este cuadrado mágicopor el barrio del Instituto?La suma de los números de cada una desus filas, columnas o diagonales es la misma,y está relacionada con el edificiodonde está colocado.

M.ª Jesús LUELMO Profesora de Matemáticas

Para saber algo más…En términos generales, se trata de unaconstrucción formada por un cuadrado dividido enun número igual de casillas por lado, que contienennúmeros naturales, ordenados de tal forma que lasuma de los números que aparecen en las casillasde cada una de las líneas horizontales es constantee igual a la suma de las casillas verticales, así comoa la de las dos diagonales principales. Dicha sumarecibe el nombre de suma mágica o constantemágica… Los siglos XI y XII corresponderán a laépoca de oro de los cuadrados mágicos.En este momento, se llegará a la mayorsofisticación en la descripción y variedadde los métodos de construcción.Hasta entonces, la finalidad erapredominantemente matemática;a partir del XII, el elemento mágicoirá ganando importancia.

Cuadro mágico de Durero.

Cuadro mágico de Yu el Grande.Es el más antiguo que se conoce y data de

hace unos cuatro mil años.