Leyendas de Sullana

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ueves, 20 de mayo de 2010 LEYENDAS DE SULLANA LEYENDAS DE LA PROVINCIA DE SULLANA “EL LAGARTO DE ORO” Hace mucho tiempo, cientos de años, según cuentan los antiguos; el río Chira era un personaje protagonista de leyendas, cuentos y mitos variados, que los chicos de hace poco, escuchamos de ciertas abuelas o vecinas del barrio ya sea en la puerta de casa o alrededor del fogón de la cocina. Contar esta clase de narraciones era casi una obligación de los mayores en la Sullana de antes, cuando la luz eléctrica era escasa y no había radio ni televisión. La tradición oral era aquel entonces un medio muy efectivo de conservar el pasado. Era como la voz de los tiempos, el grito telúrico del Tallan y la Capullana. Según dicen las viejas narradoras de ese, entonces, ellas cumplían un encargo ancestral y lo hacían con aire misterioso, lo que se notaba en su voz quebrantada y en el gesto. Si. Indudablemente había cierto miedo o tal vez reverencia por las historias mágicas que se han transmitido de generación en generación y que se guardan en el mundo de los recuerdos. “Así me lo contaron. Así lo cuento yo”, solían decir, quienes desempeñaban el papel de abuelitas relatoras. La historia que vamos a narrar la contaba Ña Panchita y así la cuento yo. Ella, entre tantas, era la más conocida del Barrio Sur. Vivía en una vieja casa de paja y barro ubicada sobre una alta loma blanca y suave. La casa miraba con una puerta al río, los noventa y pico de años de edad de ella se podían ver en su cara cobriza, surcada por un laberinto de arrugas. Su mirada tenía la extensión del recuerdo. Estas arrugas, decía entre orgullosa y triste son los golpes de la vida. Ustedes churres (niños), alguna vez también las tendrán. Sin embargo su mente era lúcida y ágil. En su cabeza guardaba como muestra de ello una mina de ayeres tan bien ordenados como páginas de un libro. Una noche de esas de Sullana antigua, rodeada de chicos y grandes, como de costumbre, sentada frente al río, para pasar la noche, con actitud solemne casi misteriosa y haciéndole una cruz en la frente, dijo como si fuera a cumplir un rito:

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ueves, 20 de mayo de 2010

LEYENDAS DE SULLANA LEYENDAS DE LA PROVINCIADESULLANA

“EL LAGARTO DE ORO”

Hace mucho tiempo, cientos de años, según cuentan los antiguos; el río Chira era un personaje protagonista de leyendas, cuentos y mitos variados, que los chicos de hace poco, escuchamos de ciertas abuelas o vecinas del barrio ya sea en la puerta de casa o alrededor del fogón de la cocina. Contar esta clase de narraciones era casi una obligación de los mayores en la Sullana de antes, cuando la luz eléctrica era escasa y no había radio ni televisión.

La tradición oral era aquel entonces un medio muy efectivo de conservar el pasado. Era como la voz de los tiempos, el grito telúrico del Tallan y la Capullana. Según dicen las viejas narradoras de ese, entonces, ellas cumplían un encargo ancestral y lo hacían con aire misterioso, lo que se notaba en su voz quebrantada y en el gesto. Si. Indudablemente había cierto miedo o tal vez reverencia por las historias mágicas que se han transmitido de generación en generación y que se guardan en el mundo de los recuerdos. “Así me lo contaron. Así lo cuento yo”, solían decir, quienes desempeñaban el papel de abuelitas relatoras.La historia que vamos a narrar la contaba Ña Panchita y así la cuento yo.Ella, entre tantas, era la más conocida del Barrio Sur. Vivía en una vieja casa de paja y barro ubicada sobre una alta loma blanca y suave. La casa miraba con una puerta al río, los noventa y pico de años de edad de ella se podían ver en su cara cobriza, surcada por un laberinto de arrugas. Su mirada tenía la extensión del recuerdo.

Estas arrugas, decía entre orgullosa y triste son los golpes de la vida. Ustedes churres (niños), alguna vez también las tendrán. Sin embargo su mente era lúcida y ágil. En su cabeza guardaba como muestra de ello una mina de ayeres tan bien ordenados como páginas de un libro.Una noche de esas de Sullana antigua, rodeada de chicos y grandes, como de costumbre, sentada frente al río, para pasar la noche, con actitud solemne casi misteriosa y haciéndole una cruz en la frente, dijo como si fuera a cumplir un rito:

Esto que voy a contar es de encantos y gentiles, ¡que Dios nos libre de ellos!. ¡Taitita Dios me perdone porque hay cosas que no deben escuchar los churres!... bueno, bueno,...son cosas pasadas en esta tierra de ayer y en este río que quien sabe que cosas habrá visto. Por el aire se escucha el grito de alguna lechuza, el canto tétrico de alguna gallareta de mal agüero.

Ustedes, continuó diciendo Ña Panchita. Habrán oído hablar a sus padres o a sus abuelos o a sus maestros quienes tienen escuela o quien sabe a quien, que aquí donde estamos nosotros, en estas tierras, vivieron unas gentes de las cuales dicen llevamos su carne, sus huesos y su sangre. Así será porque blancos no somos. Mírense nomás el pellejo, indicaba a los oyentes que no le apartaban la mirada. Luego, continuaba y llamaba la atención para ello.

Escuchen bien, hace muchos años, no recuerdo cuando el río Chira, que desde aquí se divisa, era un gran señor del mundo de entonces. Era bueno con toda la gente y hasta con los animales que había. Por eso lo querían y respetaban mucho casi como si fuera un dios. Los hombres gentiles de entonces que no conocían a nuestro Dios, lo adoraban y le tenían miedo, especialmente, cuando crecía y bramaba como un toro suelto por todo el valle. Dicen, que la gente le ofrecía muchas cosas para calmarlo. En sus orillas sembraban como ahora lo hacen los chacareros, pues de juro saben ustedes que somos un pueblo que vivimos como antes, del fruto y las raíces del campo. ¡Bendito sea!.

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Cuentan, seguía Ña Panchita, que para tener más tierras y sembrar más los gentiles hicieron canales de los cuales hay ahorita por allí algunas señas. Eran muy inteligentes y trabajadores los antiguos. Los animales del campo, afirmaba como si ella la hubiera visto, eran cuidados. Nacían y se reproducían sin que nadie los robará. El de aquel entonces era un mundo diferente. No se conocían los Mandamientos de la Ley de Dios, que ahora nos enseñan, pero habían pensamientos sabios que daban los que mandaban en esta tierra. Por ejemplo, decían: no mientas, no seas ocioso y había que cumplir porque sino, ¡qué caracho!, te aventaban al río para que te conviertas en barro o te coman los lagartos del río que habían bastantísimos. Había un amor que nosotros no entendemos entre todos los seres y cosas la naturaleza. Oí de mis abuelos que el río Chira que entonces se llamaba, se llamaba, se llamaba...y se rascaba la cabeza Ña Panchita..Era considerado como el marido de la luna, por eso cuando ella salía en las noches, - así como la ven ahora por ese cielo azul-, se alegraba todo y hasta los animales se alunaban. Y el río, en medio del rumor de sus aguas, la besaba y brillaba más y más. Miren, igual que ahora que parece un camino de oro culebreándose por aquí y por allá. ¡Que hermosos se ven la Luna y el Río, cómo se abrazan! Los gentiles creían que esto era amor, amor sin palabras, inmenso silencio vestido de luz... Bueno, bueno churres ya se quieren dormir. Entonces voy a contar lo del Lagarto de Oro, un lagarto que vivía en este río junto con otros lagartos. Estos vivían en el río, eran grandes como los cocodrilos de las figuritas, con una boca llena de muelas como cuchillos. Eran buenos nadadores y comían carne de toda clase, especialmente de gente cuando estaban con hambre. Dormían en las orillas y en las playas del río. Según cuentan, en la época de los gentiles cuando un hombre o una mujer se portaba mal y cometían un grave delito, el cacique o cacica que eran los jefes, ordenaban que esa persona se le echara al río para que se la comieran los lagartos. ¡Así era la justicia de los antiguos!El tiempo pasaba y a na Panchita se le secaba la boca y la garganta y llegado un momento, se detuvo y dijo: Malhaya, denme un poquito de chicha que las palabras ya no

quieren salir... Y hubo que ir a traer un bien lleno donde la vecina para que continuara. Bebió y respiró hondo.

Bueno, sigo y no se vayan a dormir. Cuentan que el río Chira, ¡quién lo ve!, tenía un Lagarto de Oro encantado que salía en las noches de luna para revolcarse en las arenas de las playas y jugar con la amada del río, que en medio de la noche se convertía en una hermosa joven de dorados cabellos y hermosa figura. El Lagarto de Oro era hermoso también.

La joven y el Lagarto de Oro pasaban horas y horas jugando al amor, entrando y saliendo de las aguas, hasta que apuntaba el amanecer, entre cantos y chilalos, choquecos y zoñas y los mudos algarrobos.Las escenas de amor entre la Luna y el Lagarto de Oro, que era el mismo Chira convertido así, no podían ser vistas de cerca por algún humano, pues si ello ocurría, éste quedaba encantado para siempre. Si era hombre amanecía muerto en alguna orilla, despedazado por los lagartos Si era mujer, no aparecía por ningún lugar, pues era encantada por el lagarto de Oro que se la llevaba para hacerla su amante. ¡Taitita Dios, como sería!, exclamaba Ña Panchita. Se me escarapela el cuerpo de pensar en esto. Por eso yo siempre digo a las mujeres, especialmente a las maltonas, que tengan cuidado con el río, que se cuiden del Lagarto de oro. Tantas cosas se dicen de éste. Se afirmaba que durante el día y en las noches sin luna, estaba escondido en la Nariz del Diablo, en ese cerro que se ve desde aquí en Marcavelica. En ese cerro cuentan que se oyen gritos de mujeres, seguramente, de las amantes del Lagarto de Oro.Hace tiempo, años, de estas narraciones escuchadas de los labios de la viejita del barrio sur. Ella ya no existe. La Sullana de los tiempos idos, su río Chira, el cerro de la Nariz del Diablo, son personajes de estas historias mágicas. Los churres de ayer han pasado también, pero las tradiciones siempre vivirán. El Lagarto de Oro ya no sale en el río Chira ni de día ni de noche, el hombre y el tiempo lo han matado sin piedad. Ahora sólo quedan como decían algunas Panchitas modernas, los lagartos que se comen el tesoro público.

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LA LAGUNA ENCANTADA DE LA CHORRERAEn el distrito de Lancones- provincia de Sullana- departamento de Piura, se encuentra ubicado un pintoresco caserío de belleza natural incomparable llamado “La Chorrera”, este peculiar nombre proviene de la presencia de diferentes quebradas y quebradillas cuyos chorros de agua cristalina discurren al cauce de la quebrada principal. Es importante resaltar que en temporada de lluvias torrenciales se forma un enorme chorro de agua que al caer genera un fuerte estruendo, sonido que se escucha a varios kilómetros de distancia. Este caudal de agua con el correr del tiempo ha ido labrando la roca formando enormes e impresionantes paredes de piedra. Lo espectacular de esta quebrada es que a lo largo de su recorrido se han creado pequeñas y medianas pozas de agua cristalina: destacando la más grande de belleza indescriptible, que los lugareños la conocen como “laguna” por ser la más extensa y profunda.Este regalo de la naturaleza sirve de límite con la República del Ecuador. El área geográfica está colmada de una fecunda y variada flora sobresaliendo la belleza de flores color lila de la planta conocida como borrachera, que combinado por el jabonillo con sus frutos color amarillo- anaranjado engalanan y hacen más atractivo al paisaje. Tenemos la presencia de frondosos y esbeltos árboles de las variedades : Hualtaco, Charán, Palo Santo, Faique, Oreja de León, Oberal, que sirven de guarida a las víboras. También existe una extraordinaria fauna formada por bandadas de palomas de la especie cuculí; las elegantes chirocas luciendo su hermoso plumaje amarillo y

negro, admiradas por su melodioso canto. La inquietas putíllas exhibiendo su pecho de plumaje rojo escarlata; los negros, chiscos, luisas, zorzales, chilalos que alegran el ambiente con la sinfonía de sus trinos. Una nota agradable son las parvadas de bullangueros loros que cruzan adornando el cielo en raudo vuelo. Entre las aves de rapiña sobresalen los cernícalos, halcones y gavilanes.Un hecho singular es la llegada a este espejo de agua de aves migratorias especialmente gansos y patos americanos. Por otro lado, es el hábitat de pacazos, iguanas y lagartijas; así como de variedad de víboras entre las que figuran macanches, macanchillos, corales, coralillos y colambos.Después del período lluvioso y durante la noche las luciérnagas inician un deslumbrante espectáculo exhibiendo con su inquieto vuelo de luces intermitentes que al conjugarse con el centelleo de los luceros en el firmamento, forman un espléndido escenario que invita al romance y a la inspiración poética.Sobre esta fuente de agua, se han tejido una serie de versiones fantásticas. Cuentan antiguos moradores que desde épocas pre hispánicas, esta zona estuvo poblada por gente laboriosa dedicada principalmente a tareas de pastoreo y agricultura, prueba de ello son los vestigios encontrados por huaqueros, quienes han desenterrado cerámicos de excelente calidad, hermosas chaquiras, utensilios domésticos y herramientas, etc. Otro hecho que ha permitido conocer estas reliquias han sido las lluvias torrenciales, especialmente en las temporadas del fenómeno El Niño.La llegada de los conquistadores a la ciudadela incaica de Poechos, una de las más importantes del lugar, sembró temor y preocupación en los habitantes, entre otras razones por la ferocidad en el trato hacia ellos y sobre todo por el saqueo indiscriminado de los tesoros de sus templos. Ante tal hecho el cacique de esta comarca ordenó que parte del tesoro sea ocultado en un lugar seguro y decidieron esconderlo en la laguna más grande, junto al cerro que se yergue como un coloso; desde entonces se convirtió en el guardián celoso de tan preciado tesoro. Comentan que la sombra que se proyecta en la laguna produce oscuridad y por consiguiente causa temor en la

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gente y nadie se atreve a bañarse en esta laguna por el miedo de quedar sumergido en sus profundidades.Sostienen que allí mora un gran pez de oro que guía por un laberinto de túneles hacia el corazón del cerro, a las personas que se atreven buscar el tesoro, lugar donde se encuentran extraordinarias y cuantiosas reliquias de oro, plata y piedras preciosas;; luego de quedar deslumbrados de tanta riqueza, permanecen retenidos por siempre en las entrañas de la laguna, según dicen, para que no revelen el misterioso secreto. Desde entonces se le conoce como “LA Laguna Encantada de la Chorrera”.El Cerro se levanta como coloso junto a la laguna, es de imponente majestuosidad y en tiempos pre hispánicos fue reconocido como APU, cerro con poderes sobrenaturales, protector del pueblo e idolatrado por los habitantes. Será por ello, que permanece todo el año con un verdor maravilloso; pero lo que llama realmente la atención es que los animales de la zona no se alimentan de su verde pasto, atribuyéndose tan raro fenómeno a la existencia de una fuerza malévola que los aleja del lugar como por arte de magia. Por otro lado, la memoria ancestral de los pobladores de este caserío afirma, que a media noche y con la luna llena, se escucha salir del cerro una música pavorosa que se expande por todo el caserío, cundiendo pánico y temor.

“EL CARBUNCLO DE ORO”

El tiempo es un testigo que nos habla a través de muchas cosas; a través de la historia de los cuentos, de los mitos y leyendas. Unos años van y otros vienen y así los años van pasando pero, algo de la vida y del pensamiento; de lo insólito y profundo va quedando de este mundo, como una huella imborrable en el tiempo; en el tiempo que es el ayer, el presente y el mañana. He aquí una antigua leyenda que según dicen desde antes de los caciques Almotaxe, Maizavilca, Lachira, Tangarará y todos los demás, a nuestros antepasados les contaron.Cuentan de un pájaro enorme, cuadrúpedo, nocturno y errante al cual llamaron carbunclo. Antes de ser un pájaro, dicen que

fue un príncipe legendario de los tallanes, hombre bueno, en este mundo incomprensible, quien cumplió con todos los honores y mandatos del dios WALAC y éste en gratitud y recompensa, lo convirtió en pájaro después de su muerte para darle vida eterna y lo envió a la tierra en busca de hombres buenos como había sido él, para darles los grandes y sagrados tesoros de cacicazgos y principados enterrados en huacas sagradas y de cerros encantados.Desde hace muchos siglos cuenta mucha gente, haberlo visto salir de la Silla de Paita, con gran ráfaga de luz brillante debajo de sus alas, emprendiendo un grande vuelo llegó a los valles donde un día en el pasado se enamoró, valle ubérrimo de las princesas NOKA-ARAC Y PUCUS-ULAC; luego volando alto cruzaba el serpentuoso río que sus tierras irrigó, y en cada noche que pasaba su nombre recordaba, que en lengua tallán, TURICARA se llamó y recorría muchos lugares como: Guallipirá Gualliquiquirá, Cocañira, Tiopairá, Cucungará, Tillingará, Alcará, Bullirá, Bulliquiquirá, Huangalác y Chalacalác. Volando en gran suspiro siempre llegaba a la Loma de Teodomiro y después de haber recorrido mucho, llegó hasta la Huaca del Cucho, para de regreso descansar por largo rato, en las Huacas Sagradas del cacique Garabato.

En busca de hombres buenos, seguía y seguía recorriendo más lugares y mucho visitaba los valles del cacique TANGA-ARAC, las Huacas Sagradas del Cerro de la Mita. La Coneja y la Loma Rica, donde dicen que hay grandes tesoros.Un día lo vieron venir del valle del cacique POECHOS correteando por las laderas asustaba a los venados, volando alto y volando bajo recorrió por largos trechos, los lugares de Tambara, Corcovados y Salados. A JAGUAY GRANDE cansado llegó, subiendo montañas y peñascos en el Cerro La Mesa descansó, el carbunclo siempre tuvo por rutina, recorrer y vigilar el mentado Cerro de la Mita. Muchos cuentan con espanto que una gran luz en este cerro aparecía, todos dicen que era un viernes santo, era el carbunclo que su gran luz resplandecía, el enviado de WALAC, que un día de allí bajó recorriendo el gran cañón de la franca, y en vuelos elegantes, recorrió el valle de los cardos gigantes y que por mandato de

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WALAC a todos los hizo sagrados, por eso hoy lo llamamos El Valle de los Cactus Sagrados, los cactus de visiones profundas y transportaciones en el tiempo del pasado. Cuenta la leyenda que antes que apareciera el carbunclo en este valle estos cactus no tenían espinas, sino, que, este bondadoso pájaro cautivado por su gran hermosura y queriendo proteger la naturaleza, de los hombres malos que la destruyen y no saben amarla, puso en todo su contorno muchísimas espinas, para que así nadie les haga daño, tocara ni cortara. Recorriendo el gran cañón, llegó hasta el Valle de los Fósiles, de las conchas y caracoles petrificados, donde hace millones de años hasta allí llegó el mar y en el Valle de las Huacas Sagradas de JAGUAY GRANDE. Otra vez, aquí, se puso a descansar, pues ya casi terminaba su triste y largo recorrido. Aquí en este valle sagrado recordó de su vida pasada como principado, vida de pompas y alegrías; de festines y comidas donde un día con mucho oro fue coronado y, ataviado con finas pieles de puma y de venado. Allí lloró recordando su vida pasada: lloró, lloró y lloró porque hasta allí no pudo encontrar un hombre bueno en todo su recorrido.Ya cansado de tanto volar y volar, llegó hasta el final del gran cañón de La franca, de JAGUAY GRANDE y se baño en El Sitán y en las Lagunas Encantadas de AGUA DE LA LECHE; cómo quería ser humano para gritar fuerte y con su grito romper el silencio de la noche, y así pedir a su gran dios WALAC, el perdón por todos los hombres malos de la tierra, dicen que de pronto la noche se tornó como el Día y una gran voz se dejó

escuchar, era la omnipotente voz de WALAC, el dios de la tierra, de las estrellas y del mar; el dios de las semillas y las cosechas de los felinos de los reptiles; de los vegetales; del rayo, del trueno y de la lluvia, que en ella le dijo “No encontraste hombre bueno a quien regalarle los tesoreros de caciques y principados, pues recógelos y en gran vuelo, todos llévalos al cielo, y estas aguas que a las seis de la mañana son blancas como la leche y frías como el granizo y que aplacaron la gran sed que tú traías, serán sagradas y benditas, hoy, siempre y por todos los días”, Después que los aires fueron

tronados por truenos y rayos, vino una fuerte lluvia y luego un gran silencio se apoderó de la noche y el carbunclo muy dormido se quedó. Antes que despunte el alba del día sabatino, una gran luz desde allí al cielo resplandeció era de agua, el enviado de WALAC, que esparciendo de sus alas gotas de agua, como leche un alto y largo vuelo emprendió, y dicen que en las Cavernas del cacique PARI-ÑACS, este pájaro nocturno, cuadrúpedo y errante desapareció, para siempre recordarlo y no verlo nunca, nunca jamás.Cuenta que un soldado que con Pizarro llegó, esta leyenda escuchó y ambicioso por el oro capturar o matar a aquel pájaro nocturno pensó. Pasaron muchas noches hasta que un día aparecer lo vio y junto con otros soldados en pos de su captura salió, con largos lazos, los mejores caballos y buen arcabuz, este tirador selecto tras el carbunclo corrió y su gran luz se encendía y se apagaba cuando ya parecía darle alcance, pensando tenerlo muy cerca, su arcabuz disparó, violando el silencio de la noche el gran estruendo de los fierros se escuchó, pensaron haberlo matado, pero grande fue su sorpresa cuando lo vieron volar a gran altura, con su luz refulgente y destellante, que resplandecía en sus cuerpos cubiertos de metales, retirándose hacia el mar. Después de unos días, durante siete días los atormentó y en sus sueños los encantó y devoró, hasta que un día por última vez se les apareció y con el gran poder de su luz, ciegos y locos los volvió.Un día a un pobre campesino, que dicen que la suerte le llegó, porque este de pies nació el carbunclo se le apareció y parte de un tesoro de la Loma Rica le dio, no sabiendo aprovechar esta riqueza, en las cosas mundanales malgastó y mísero y más pobre este campesino murió.¡OH CARBUNCLO, pájaro nocturno, cuadrúpedo y errante!, tienes enormes alas y debajo de ellas mucho oro, guardián de los tesoros de mi raza Tallán, raza que un día con el sudor de los tiempos, sobre el yunque de los metales, mi raza de acero nació.¡OH CARBUNCLO, pájaro nocturno, cuadrúpedo y errante!, enviado de WALAC, amigo de MEC-NON; tú que viviste buscando hombres buenos para regalarles los tesoros de los cacicazgos y principados y en todo su recorrido a ninguno

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encontraste y aquel que intentó matarte, con tu luz y tu mirada lo encantaste y luego después tú mismo lo devoraste. En las noches de viernes santo aparecías, llevando en tu frente una piedra de rutilante rubí, que como carbón encendido en la oscuridad brilla, si algún día te me apareces, ¡Oh carbunclo!, regálamela a mí, que yo de ti tus tesoros, desde hace tiempo con paciencia, espero todavía. De los cerros por las laderas, correteas y correteas, irradiando luz o apagándote misteriosamente, cuando a tu alcance quiere matarte o herirte la mala gente, por eso vuelas y correteas por los bosques y las praderas. ¿OH CARBUNCLO, pájaro nocturno, cuadrúpedo y errante, razón tuvo la gente de llamarte CARBUNCLO DE ORO, porque un hermoso y rutilante rubí llevas en tu frente, eres pájaro sagrado y una leyenda que yo adoro.Ahora dicen que el CARBUNCLO DE ORO ya no sale, ni saldrá nunca más, porque se llevó al cielo sus tesoros, por mandato de WALAC o tal vez a otros lugares de la tierra a donde exista gente buena, que humilde y sabiamente sepa aprovechar, los tesoros y la suerte, que este pájaro sagrado, nos quiere y nos sabe dar.

“EL CERRO ENCANTADO”Cuentan antiguos moradores que, en el caserío "Monte Abierto" del distrito de Ignacio Escudero, existía un cerro al

cual se le atribuye que en tiempos pasados operaban fuerzas sobrenaturales. En este cerro poco a poco las sombras se apoderaban del paisaje, el cerro se tornaba cada vez más pétreo y alucinante como una gran mancha negra, profunda e infernal y la luna como queriéndose refugiar se perdía detrás del vestido negro del cerro. Pero a raíz de un hecho que permitió liberarlo de dichas fuerzas demoníacas, actualmente se le conoce como el "Cerro Encantado". La vida de este pueblo por mucho tiempo se desarrolló en paz y armonía; porque todos trabajaban ;aunque el patrón nunca pagaba lo justo; hasta que la situación empeoró y no tuvieron más alternativa que emigrar a otros lugares en busca de un trabajo seguro, otros se trasladaron a la margen derecha de la Panamericana Norte con el mismo propósito; pero para trasladarse tenían que hacerlo muy de madrugada, a fin de pasar a una hora apropiada por las faldas de un cerro y así evitar que algo siniestro les ocurriera.Cuentan algunos caminantes que tuvieron la osadía de transitar por esta ruta en horas de la noche, sobre un hecho insólito y espeluznante, que a partir de las 12 de la noche aparecía el "Carbunclo" (ser demoníaco) volando en forma de águila y que cuando agitaba sus largas alas resplandecían y cuando las cerraba se oscurecían, era como una luz cárdena que brillaba lejos y corría por los repliegues del cerro. Afirman que salía desde el "Cerro Ovejería" y llegaba volando hasta el cerro Monte Abierto y desaparecía. Cuando esto sucedía, de rato en rato un trueno estridente golpeaba las nubes y en los montes se alargaba su voz cual un alarido lejano y las montañas emitían otro muy similar al aullido de los perros cuando ven al "Diablo". También afirman que se escuchaba como si mucha gente estuviera interpretando con instrumentos temas musicales y que por momentos el ruido era tan fuerte que hacía estremecer en los alrededores. Estas versiones despertaron curiosidad en algunas personas que se vieron tentadas a subir al cerro para dar fe de lo que se comentaba y es aquí cuando sucede algo inesperado e inexplicable; la desaparición de personas, sin dejar rastro alguno, como si el cerro encantado se hubiera apoderado de ellos para siempre. Otros llegaron a subir y sólo dieron

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testimonio de haber visto a un hombre muy grande, negro y peludo que poseía una sonrisa diabólica; era el " Carbunclo" ; ya que luego de verlo caían privados y echando espuma. Algunos quedaban enfermos y luego morían; otros se volvían locos y otros nunca más tuvieron paz.Ante estos hechos y la impotencia de los pobladores de no poder hacer nada que evite que la gente siga desapareciendo en el cerro encantado. Decidieron acudir a la Iglesia para que intervenga con sus sacramentos y fueron dos sacerdotes que acudieron al lugar y realizaron con agua bendita el conjuro o exorcismo. Terminado el acto dispusieron que en la parte alta del cerro se coloque una CRUZ, con lo que se logró la desaparición de los fuertes ruidos y el encantamiento del cerro.

LA PASTORA Y EL MACANCHE”

En la cálida y acogedora provincia de Sullana, existe hace muchos años el caserío de MONTE ABIERTO, situado en el distrito de Ignacio Escudero, en cuyos campos se encuentran cerros de aspecto peculiar y mágica belleza, en los cuales crecen altivos y pintorescos algarrobos, que sirven de refugio y descanso a pastores y sus rebaños. En estos lugares abundan toda clase de insectos, especialmente zancudos ;así como

variedad de aves y entre otro tipo de animales ardillas, zorros, pacazos. Pero lo que todos temen es la presencia de "Macanches", por ser una de las víboras venenosas y más grandes de la región. Esta zona se caracteriza porque en la falda de los cerros existen muchas cuevas cubiertas de peñascos y cuando el radiante y majestuoso "Astro Rey" se encuentra en el cenit, se dibujan en las pampas las sombras de gallinazos que luego de volar en círculos y a gran altura, presurosos orientan su vuelo hacia alguna carroña que han detectado, dándose un suculento festín..Cuentan antiguos moradores, que en estos campos en uno de esos días sombríos sucedió un hecho espeluznante, el romance de la "Pastora " y un "Macanche " y cuyo nido de amor era una de las cuevas que existen en esta zona.Este insólito romance se inicia cuando cierto día en que la Pastora conducía su rebaño de cabras por estos parajes, al pasar cerca de una de las cuevas, sintió de pronto curiosidad y un deseo irresistible que la impulsó a ingresar a una de ellas. Su asombro fue muy grande, cuando dentro de la cueva divisó a un enorme "Macanche", en su madriguera. Pasado el susto, la pastora experimentó una extraña sensación en todo su ser y así temblando por el espanto, se sintió atraída por el magnetismo del reptil que la miraba con la fuerza hipnótica de sus inmóviles ojos, cautivándola y seduciéndola como si fuera un enamorado. Así fueron pasando los días y en el corazón de la pastora iba creciendo con más fuerza un sentimiento febril, de tal manera que acudir a la cueva era como si se tratara de una ineludible cita de amor.Los padres de la Pastora ignoraban lo que le estaba sucediendo a su hija, hasta que una noche algo raro experimentaron, pues tuvieron la impresión de que alguien había ingresado a su dormitorio, preocupados por su seguridad e integridad física y temiendo que algo malo le pasara se decidieron ingresar en horas de la madrugada y grande fue la sorpresa, cuando en la cama de su hija encontraron algunos extraños y raros huevos, pero al no encontrar explicación de lo sucedido, llenos de asombro optaron por retirarse.La Pastora aprovechó el momento para cogerlos y con infinita ternura los colocó junto a su pecho y presurosa los trasladó a

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un lugar más seguro; pero como esta escena la repitió varias veces, sus padres sospecharon que algo raro le estaba sucediendo. Una mañana la siguieron y grande fue su sorpresa al constatar que los huevos que encontraron en la cama, ahora estaban en la madriguera del "Macanche", y al cuidado amoroso de ella, fue entonces tal la indignación que se apoderó de ellos que no tuvieron más remedio que armarse de palos y machetes dándole al instante cruel muerte al animal, sin pensar en las consecuencias que esta acción generaría. Este inesperado final causó tanta pena y dolor a la Pastora, tal como sucede cuando perdemos un ser amado. Poco a poco el sufrimiento la fue consumiendo e irremediablemente dejo de existir.Desde entonces cuentan que en los cerros del barrio San Miguel (Monte Abierto), especialmente en las noches de luna llena, se escucha a la distancia un sonido parecido a un gemido lastimero de una mujer, que cual eco misterioso resuena en toda la zona y todos coinciden que debe ser la Pastora que murió de amor evocando a su "Macanche"

"LA NIÑA MARGARITA"Cuando los hombres de Francisco Pizarro estuvieron de paso por Poechos, muchos de ellos quedaron maravillados de estas tierras. En aquellos tiempos era costumbre repartir grandes extensiones de terrenos a los hombres que habían contribuido de una forma u otra a que la empresa del conquistador fuera un éxito. Es así, como con el devenir del tiempo y en los albores de la Colonia, los lugares conocidos hoy como La Margarita, El Empreñadero y la "Horca", entraron a formar parte de las posesiones de un rico terrateniente.

Este hombre tenía una hermosísima hija llamada Margarita, de escasos dieciocho años, criada y educada en un colegio de señoritas dirigido por religiosas en España. Margarita dueña de una belleza sin igual, solamente comparada con la hermosura de una "Capullana", había llegado a la tierra que la vio nacer , gracias al llamado que le hiciera su padre, debido a que este, presintiendo su muerte quería que antes que se produjera el fatal desenlace, casarla con su joven sobrino de rancia aristocracia y alta alcurnia ,asegurando así, que su futura descendencia sería de ilustre linaje y noble cuna.Más el hombre propone y Dios dispone, y escrito estaba que esto no sucedería, pues al llegar la niña Margarita -como le llamaba la servidumbre-, se encuentra con su antiguo compañero de juegos, el hijo del capataz, Francisco, muchacho fuerte, dos años mayor que ella, de porte atlético, aspecto saludable , expresión bondadosa, tez morena curtida por el sol ardiente, ojos color ámbar y pelos lacios un poco desgreñados. Este encuentro tuvo como escenario el ancho ventanal de la casa donde juntos recordaron las travesuras infantiles, renaciendo en ellos el amor que germinó en sus primeros años. El lugar que hoy se conoce con el nombre de la "La Margarita", sirvió de marco a este amor sublime que llegó a concretarse en un nuevo ser.Hasta que llegó lo inevitable. El padre al enterarse de estos amoríos, encolerizado y herido en lo más profundo de su orgullo y linaje , decretó la horca para el muchacho. Margarita se enteró de sus siniestros planes y huye a avisar al dueño de su corazón, pero ya era demasiado tarde ¡ Todo se había consumado!. Ella llena de dolor sólo atina a correr al lugar que fue testigo mudo de su amor y deja caer su cuerpo exánime para no volver a levantarse jamás. El padre abrumado por la desgracia ocurrida, en pago a su soberbia abandona sus inmensas tierras y nunca más se vuelve a saber de él. Desde entonces, el lugar donde la niña Margarita conoció el amor y solía deleitarse con la belleza de sus paisajes ,se le conoce como “La Margarita”,donde concibió un nuevo ser al que llamaron” El Empreñadero “ y el sitio en que se ahorcó a Francisco se le denomina “La Horca”. Este es el origen de los

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caseríos que llevan hoy tales nombres, en recuerdo a personajes y sucesos de otros tiempos.

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INNOVACIONES PEDAGÓGICAS: LEYENDAS DE SULLANA

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Datos personales

wilmer alejos madrid PROFESOR DE LA ESPECIALIDAD DE BIOLOGÍA Y QUÍMICA

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DATOS PERSONALES

EDUARDO RAÚL FLORES ROJAS, nace en Cajamarca, el 12 de octubre de 1941. Realiza sus estudios secundarios en el colegio nacional “San Ramón” y sus estudios superiores en la Universidad Nacional de Cajamarca de su ciudad natal, optando el título de Profesor, en la Especialidad de Filosofía y Ciencias Sociales.

Su vida profesional la inicia en Sullana en 1970, laborando como profesor en los colegios “08 de Diciembre” de Bellavista e INIF 48 de Sullana hasta l973. A partir de ese año se desempeña como Promotor en el Núcleo Educativo de Bellavista y luego como Especialista en Educación en la Sub Región “Luciano Castillo Colonna” (actualmente Unidad de Gestión Educativa Local de Sullana.) En la actualidad, integra la Junta Directiva del Patronato del Museo de Cultura de Sullana.

Desde 1970 incursiona en el campo del periodismo con artículos de corte cívico y político, con los títulos: “Si tuviéramos conciencia cívica” y “Por nuestra identidad cultural”, publicándolos en el prestigioso diario “El Norte” y”La Primicia” hoy desaparecido.

LA DIRECCIÓN SUB REGIONAL “LUCIANO CASTILLO COLONNA” DE SULLANA, En fecha 19.05.02, mediante RSR Nº 01024; Reconoce, Agradece y Felicita al profesor Eduardo Raúl Flores Rojas, por ser autor de obras intelectuales que significan un aporte valioso para el desarrollo de la educación, la ciencia, la tecnología y la cultura.

PRODUCCIÓN INTELECTUAL:

√ “Identidad Cultural de Sullana” Prologado por el prestigioso Escritor y Abogado Víctor BORRERO VARGAS.

√ “Antología Patriótica” Prologado por el Profesor Jorge MONROY GÁLVEZ, Ex Director de la Sub Región de Educación de Sullana.

√ Guía “Atractivos Turísticos de Sullana”, Prologado por el Antropólogo Luis CHAPARRO FRÍAS, Director del Instituto Nacional de Cultura de Piura.

√ “Significado de los Nombres de los Caseríos del distrito de Lancones” (Toponimia), trabajo de investigación prologado por el renombrado Historiador e Investigador Reynaldo MOYA ESPINOSA.

√ “Leyendas de Nuestros Pueblos”, prologado por el Historiador e Investigador Miguel Arturo SEMINARIO OJEDA.

√ “Antología a Sullana” prologado por el Escritor y Poeta Houdimi Guerrero.

02 PROLOGO

Vivimos en una época especial, en la que pese a que no se ha desintegrado totalmente la Edad Contemporánea, ya hemos ingresado a la Edad Universal, tiempo en el que –por causa de las nuevas tecnologías de la información- los medios de comunicación masiva se han convertido en agentes de integración, y también de desintegración económica que con afán canibalístico agrede las manifestaciones culturales de los pueblos, situación que nos permite entender los esfuerzos que se hacen al interior de las ciudades del Perú y del mundo tratando de destacar su presencia local o regional, según sea la magnitud del trabajo, para enfrentar las consecuencias de la globalización.

El trabajo del profesor Eduardo Raúl Flores Rojas, se inscribe en esta línea. Sus esfuerzos y su experiencia docente se muestran en “LEYENDAS DE NUESTROS PUEBLOS”, título de su obra, que es la materialización de ese deseo que, en una loable actitud de compromiso va, sin lugar a dudas, a contribuir a que los sullaneros y habitantes de las zonas aledañas se encuentren con su pasado a través del mundo mágico de la lectura. El Profesor Flores ha compilado una serie de leyendas recogidas por sus colegas y que, gracias a su visión, hay aparecen juntas en forma de libro.

Flores Rojas, abre su publicación con la escena legendaria “El lagarto de oro” recogida por su colega Manuel Chinchay Curay, docente de larga y prestigiosa trayectoria en Sullana. En esta leyenda aparece un personaje que se ha quedado en la memoria colectiva de los sullanenses y que le da el título; el lagarto es un saurio que sin lugar a dudas fue una deidad entre los antiguos tallanes, que seguro le edificaron templos al establecer entre ellos y el reptil, una relación totémica. Lo cierto es que al presente ya no quedan lagartos en el Chira, y que esta especie muy venerada en Piura en la época prehispánica, desaparecerá

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Totalmente si no se ponen en práctica acciones que impidan su exterminio total; hoy los herederos de los tallanes no rinden culto al lagarto pero su recuerdo ha quedado para siempre en el relato que lo mantiene vivo.

En “El carbunclo de oro”, leyenda vinculada al Chira, encontramos rezagos de la toponimia local y regional recogidos por el profesor Fernando Vilchez Espinoza, relato en que se mezcla la imaginación con algunos

03rasgos de la realidad. Las leyendas “El cerro encantado” y “La pastora y el macanche”, geográficamente nos ubican en Ignacio Escudero, sitio cuya presencia se refleja en estos trozos de literatura regional.

No menos novedosa es la temática relacionada al cerro “El Ereo”, y la referida a los hechos que recuerdan la inspiración de Enrique López Albújar en su obra “Mata laché” en el drama del enamoramiento imposible que aparece en la leyenda de “La niña Margarita”.

En este trabajo se ha compilado leyendas de los pueblos de la Sub Región “Luciano Castillo Colonna” actualmente Unidad de Gestión Educativa Local-Sullana, conservadas vía oral y transmitidas de generación en generación entre los pobladores de las riberas del Chira y zonas de influencia. La presencia ayabaquina se expresa en la leyenda sobre el origen de la imagen y culto del Señor Cautivo, y entre otras como “El cerro de Aypate”, “El puente Tondopa”, “El encanto del cerro Cuchallín”, “El cerro de Liguasnio”, “El hombre que se convertía en león”, “El encanto de las huancas de Chocán” y “La imagen de la Virgen Pura y limpia de Sapillica”, que aunque no consignan el nombre de su compilador, retratan las creencias que se mantienen hasta hoy en la mentalidad colectiva de los ayavaquinos.

En el mundo de las leyendas en el escenario de Talara no podía faltar el mar, en el relato de “Teófilo el pescador”. Y en el de Paita, son indesligables del mar “La luna de Paita y el sol de Colán” narrada por Creysler Sandoval Jiménez y Carola Valdez Camacho; de Paita se rescata también la leyenda “El hombre del perro”, recogida por Pablo Medina Sanginés, y se incluye el relato “La Virgen de las Mercedes” que aparece en “Historia de Paita” de Abraham Gonzáles Castillo.

El trabajo del profesor Eduardo Flores merece nuestra consideración ya que contribuye a que los peruanos en general, y los piuranos en particular, conozcamos de una sola vez ese manojo literario que se mantuvo disperso hasta hoy, que aparece en un solo contenido; esperamos que nuevos trabajos del Profesor Flores, y de otros

compiladores, llenen los vacíos que aún quedan entre los piuranos que seguro agradecerán la aparición de este libro.

Miguel Arturo Seminario Ojeda.

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INTRODUCCIÓN

Para nadie es un secreto que en nuestro país, un elevado porcentaje de la población entre niños, jóvenes y adultos no muestran interés por la LECTURA y como consecuencia lógica encontramos en la actualidad un bajo nivel cultural.

Esta situación se torna muy preocupante en el Sector de Educación. En el caso de los educandos se refleja en el bajo rendimiento en sus aprendizajes, al extremo que en la última encuesta para medir los conocimientos de lenguaje y matemática aplicado a los alumnos de sexto grado de primaria a nivel latinoamericano, ocupamos los últimos lugares.

Consideramos que ésta realidad debe revertirse por el bien de nuestra sociedad; sin embargo, para que este propósito se logre, es importante que interaccionen padres de familia, docentes y educandos y tomen conciencia que uno de los recursos para subsanar la deficiencia de los aprendizajes es la LECTURA, porque a través de ella la persona adquiere cultura, información científica y humanística, y como es natural mejoran indefectiblemente los niveles de comunicación.

Uno de los principales retos de nuestra educación peruana, es lograr superar a corto plazo el divorcio que existe en la mayoría de la población por la LECTURA; realizando un serio análisis de esta problemática encontramos entre otros factores, la falta de formación temprana de hábitos de LECTURA en los niños, así como la motivación permanente que permita considerar al LIBRO como el mejor amigo y aliado para la cultura.

El presente trabajo: “LEYENDAS DE NUESTROS PUEBLOS” representa el esfuerzo esmerado, en la recopilación, selección y adaptación de las leyendas más importantes de los pueblos del ámbito jurisdiccional de la Sub Región de Educación “Luciano Castillo Colonna” de Sullana y se ofrece como un valioso recurso para promover el interés, gusto, hábitos y vocación por la LECTURA entre niños, jóvenes y adultos.

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Se ha tenido especial interés de considerar a las LEYENDAS como temática de este trabajo, porque se trata de breves narraciones sobre hechos y sucesos fantasiosos y maravillosos más tradicionales que históricos, pero que en el fondo reflejan la espiritualidad de los pueblos. 05Espero que este modesto trabajo cumpla exitosamente su cometido.

Prof. Eduardo Raúl Flores Rojas.LEYENDAS DE LA PROVINCIA

DESULLANA

“EL LAGARTO DE ORO”

Hace mucho tiempo, cientos de años, según cuentan los antiguos; el río Chira era un personaje protagonista de leyendas, cuentos y mitos variados, que los chicos de hace poco, escuchamos de ciertas abuelas o vecinas del barrio ya sea en la puerta de casa o alrededor del fogón de la cocina. Contar esta clase de narraciones era casi una obligación de los mayores en la Sullana de antes, cuando la luz eléctrica era escasa y no había radio ni televisión.

La tradición oral era aquel entonces un medio muy efectivo de conservar el pasado. Era como la voz de los tiempos, el grito telúrico del Tallan y la Capullana. Según dicen las viejas narradoras de ese, entonces, ellas cumplían un encargo ancestral y lo hacían con aire misterioso, lo que se notaba en su voz quebrantada y en el gesto. Si. Indudablemente había cierto miedo o tal vez reverencia por las historias mágicas que se han transmitido de generación en generación y que se guardan en el mundo de los recuerdos. “Así me lo contaron. Así lo cuento yo”, solían decir, quienes desempeñaban el papel de abuelitas relatoras.

La historia que vamos a narrar la contaba Ña Panchita y así la cuento yo.

Ella, entre tantas, era la más conocida del Barrio Sur. Vivía en una vieja casa de paja y barro ubicada sobre una alta loma blanca y suave. La casa miraba con una puerta al río, los noventa y pico de años de edad de ella se podían ver en su cara cobriza, surcada por un laberinto de arrugas. Su mirada tenía la extensión del recuerdo.

Estas arrugas, decía entre orgullosa y triste son los golpes de la vida. Ustedes churres (niños), alguna vez también las tendrán. Sin embargo su mente era lúcida y ágil. En su cabeza guardaba como muestra de ello una mina de ayeres tan bien ordenados como páginas de un libro.

Una noche de esas de Sullana antigua, rodeada de chicos y grandes, como de costumbre, sentada frente al río, para pasar la noche, con actitud

solemne casi misteriosa y haciéndole una cruz en la frente, dijo como si fuera a cumplir un rito:

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Esto que voy a contar es de encantos y gentiles, ¡que Dios nos libre de ellos!. ¡Taitita Dios me perdone porque hay cosas que no deben escuchar los churres!... bueno, bueno,...son cosas pasadas en esta tierra de ayer y en este río que quien sabe que cosas habrá visto. Por el aire se escucha el grito de alguna lechuza, el canto tétrico de alguna gallareta de mal agüero.

Ustedes, continuó diciendo Ña Panchita. Habrán oído hablar a sus padres o a sus abuelos o a sus maestros quienes tienen escuela o quien sabe a quien, que aquí donde estamos nosotros, en estas tierras, vivieron unas gentes de las cuales dicen llevamos su carne, sus huesos y su sangre. Así será porque blancos no somos. Mírense nomás el pellejo, indicaba a los oyentes que no le apartaban la mirada. Luego, continuaba y llamaba la atención para ello.

Escuchen bien, hace muchos años, no recuerdo cuando el río Chira, que desde aquí se divisa, era un gran señor del mundo de entonces. Era bueno con toda la gente y hasta con los animales que había. Por eso lo querían y respetaban mucho casi como si fuera un dios. Los hombres gentiles de entonces que no conocían a nuestro Dios, lo adoraban y le tenían miedo, especialmente, cuando crecía y bramaba como un toro suelto por todo el valle. Dicen, que la gente le ofrecía muchas cosas para calmarlo. En sus orillas sembraban como ahora lo hacen los chacareros,

pues de juro saben ustedes que somos un pueblo que vivimos como antes, del fruto y las raíces del campo. ¡Bendito sea!. Cuentan, seguía Ña Panchita, que para tener más tierras y sembrar más los gentiles hicieron canales de los cuales hay ahorita por allí algunas señas. Eran muy inteligentes y trabajadores los antiguos. Los animales del campo, afirmaba como si ella la hubiera visto, eran cuidados. Nacían y se reproducían sin que nadie los robará. El de aquel entonces era un mundo diferente. No se conocían los Mandamientos de la Ley de Dios, que ahora nos enseñan, pero habían pensamientos sabios que daban los que mandaban en esta tierra. Por ejemplo, decían: no mientas, no seas ocioso y había que cumplir porque sino, ¡qué caracho!, te aventaban al

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río para que te conviertas en barro o te coman los lagartos del río que habían bastantísimos. Había un amor que nosotros no entendemos entre todos los seres y cosas de la naturaleza. Oí de mis abuelos que el río Chira que entonces se llamaba, se llamaba, se llamaba...y se rascaba la cabeza Ña Panchita..

Era considerado como el marido de la luna, por eso cuando ella salía en las noches, - así como la ven ahora por ese cielo azul-, se alegraba todo y hasta los animales se alunaban. Y el río, en medio del rumor de sus aguas, la besaba y brillaba más y más. Miren, igual que ahora que parece un camino de oro culebreándose por aquí y por allá. ¡Que hermosos se ven la Luna y el Río, cómo se abrazan! Los gentiles creían que esto era amor, amor sin palabras, inmenso silencio vestido de luz...

Bueno, bueno churres ya se quieren dormir. Entonces voy a contar lo del Lagarto de Oro, un lagarto que vivía en este río junto con otros lagartos. Estos vivían en el río, eran grandes como los cocodrilos de las figuritas, con una boca llena de muelas como cuchillos. Eran buenos nadadores y comían carne de toda clase, especialmente de gente cuando estaban con hambre. Dormían en las orillas y en las playas del río. Según cuentan, en la época de los gentiles cuando un hombre o una mujer se portaba mal y cometían un grave delito, el cacique o cacica que eran los jefes, ordenaban que esa persona se le echara al río para que se la comieran los lagartos. ¡Así era la justicia de los antiguos!El tiempo pasaba y a Ña Panchita se le secaba la boca y la garganta y llegado un momento, se detuvo y dijo:

Malhaya, denme un poquito de chicha que las palabras ya no quieren salir... Y hubo que ir a traer un bien lleno donde la vecina para que continuara. Bebió y respiró hondo.

Bueno, sigo y no se vayan a dormir. Cuentan que el río Chira, ¡quién lo ve!, tenía un Lagarto de Oro encantado que salía en las noches de luna para revolcarse en las arenas de las playas y jugar con la amada del río, que en medio de la noche se convertía en una hermosa joven

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de dorados cabellos y hermosa figura. El Lagarto de Oro era hermoso también.

La joven y el Lagarto de Oro pasaban horas y horas jugando al amor, entrando y saliendo de las aguas, hasta que apuntaba el amanecer, entre cantos y chilalos, choquecos y zoñas y los mudos algarrobos.

Las escenas de amor entre la Luna y el Lagarto de Oro, que era el mismo Chira convertido así, no podían ser vistas de cerca por algún humano, pues si ello ocurría, éste quedaba encantado para siempre. Si era hombre amanecía muerto en alguna orilla, despedazado por los lagartos Si era mujer, no aparecía por ningún lugar, pues era encantada por el lagarto de Oro que se la llevaba para hacerla su amante. ¡Taitita Dios, como sería!, exclamaba Ña Panchita. Se me escarapela el cuerpo de pensar en esto. Por eso yo siempre digo a las mujeres, especialmente a las maltonas, que tengan cuidado con el río, que se cuiden del Lagarto de oro. Tantas cosas se dicen de éste. Se afirmaba que durante el día y en las noches sin luna, estaba escondido en la Nariz del Diablo, en ese cerro que se ve desde aquí en Marcavelica. En ese cerro cuentan que se oyen gritos de mujeres, seguramente, de las amantes del Lagarto de Oro.

Hace tiempo, años, de estas narraciones escuchadas de los labios de la viejita del barrio sur. Ella ya no existe. La Sullana de los tiempos idos, su río Chira, el cerro de la Nariz del Diablo, son personajes de estas historias mágicas. Los churres de ayer han pasado también, pero las tradiciones siempre vivirán. El Lagarto de Oro ya no sale en el río Chira ni de día ni de noche, el hombre y el tiempo lo han matado sin piedad. Ahora sólo quedan como decían algunas Panchitas modernas, los lagartos que se comen el tesoro público.

Autor: Profesor Manuel Chinchay Curay

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LA LAGUNA ENCANTADA DE LA

CHORRERA

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En el distrito de Lancones- provincia de Sullana- departamento de Piura, se encuentra ubicado un pintoresco caserío de belleza natural incomparable llamado “La Chorrera”, este peculiar nombre proviene de la presencia de diferentes quebradas y quebradillas cuyos chorros de agua cristalina discurren al cauce de la quebrada principal. Es importante resaltar que en temporada de lluvias torrenciales se forma un enorme chorro de agua que al caer genera un fuerte estruendo, sonido que se escucha a varios kilómetros de distancia. Este caudal de agua con el correr del tiempo ha ido labrando la roca formando enormes e impresionantes paredes de piedra. Lo espectacular de esta quebrada es que a lo largo de su recorrido se han creado pequeñas y medianas pozas de agua cristalina: destacando la más grande de belleza indescriptible, que los lugareños la conocen como “laguna” por ser la más extensa y profunda.

Este regalo de la naturaleza sirve de límite con la República del Ecuador. El área geográfica está colmada de una fecunda y variada flora sobresaliendo la belleza de flores color lila de la planta conocida como borrachera, que combinado por el jabonillo con sus frutos color amarillo- anaranjado engalanan y hacen más atractivo al paisaje. Tenemos la presencia de frondosos y esbeltos árboles de las variedades : Hualtaco, Charán, Palo Santo, Faique, Oreja de León, Oberal, que sirven de guarida a las víboras. También existe una extraordinaria fauna formada por bandadas de palomas de la especie cuculí; las elegantes chirocas luciendo su hermoso plumaje amarillo y negro, admiradas por su melodioso canto. La inquietas putíllas exhibiendo su pecho de plumaje rojo escarlata; los negros, chiscos, luisas, zorzales, chilalos que alegran el ambiente con la sinfonía de sus trinos. Una nota agradable son las parvadas de bullangueros loros que cruzan adornando el cielo en raudo vuelo. Entre las aves de rapiña sobresalen los cernícalos, halcones y gavilanes.

Un hecho singular es la llegada a este espejo de agua de aves migratorias especialmente gansos y patos americanos. Por otro lado, es el hábitat de pacazos, iguanas y lagartijas; así como de variedad de víboras entre las que figuran macanches, macanchillos, corales, coralillos y colambos.

Después del período lluvioso y durante la noche las luciérnagas inician un deslumbrante espectáculo exhibiendo con su inquieto vuelo de luces intermitentes que al conjugarse con el centelleo de los luceros en el

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firmamento, forman un espléndido escenario que invita al romance y a la inspiración poética.

Sobre esta fuente de agua, se han tejido una serie de versiones fantásticas. Cuentan antiguos moradores que desde épocas pre hispánicas, esta zona estuvo poblada por gente laboriosa dedicada principalmente a tareas de

pastoreo y agricultura, prueba de ello son los vestigios encontrados por huaqueros, quienes han desenterrado cerámicos de excelente calidad, hermosas chaquiras, utensilios domésticos y herramientas, etc. Otro hecho que ha permitido conocer estas reliquias han sido las lluvias torrenciales, especialmente en las temporadas del fenómeno El Niño.

La llegada de los conquistadores a la ciudadela incaica de Poechos, una de las más importantes del lugar, sembró temor y preocupación en los habitantes, entre otras razones por la ferocidad en el trato hacia ellos y sobre todo por el saqueo indiscriminado de los tesoros de sus templos. Ante tal hecho el cacique de esta comarca ordenó que parte del tesoro sea ocultado en un lugar seguro y decidieron esconderlo en la laguna más grande, junto al cerro que se yergue como un coloso; desde entonces se convirtió en el guardián celoso de tan preciado tesoro. Comentan que la sombra que se proyecta en la laguna produce oscuridad y por consiguiente causa temor en la gente y nadie se atreve a bañarse en esta laguna por el miedo de quedar sumergido en sus profundidades.

Sostienen que allí mora un gran pez de oro que guía por un laberinto de túneles hacia el corazón del cerro, a las personas que se atreven buscar el tesoro, lugar donde se encuentran extraordinarias y cuantiosas reliquias de oro, plata y piedras preciosas;; luego de quedar deslumbrados de tanta riqueza, permanecen retenidos por siempre en las entrañas de la laguna, según dicen, para que no revelen el misterioso secreto. Desde entonces se le conoce como “LA Laguna Encantada de la Chorrera”.

El Cerro se levanta como coloso junto a la laguna, es de imponente majestuosidad y en tiempos pre hispánicos fue reconocido como APU, cerro con poderes sobrenaturales, protector del pueblo e idolatrado por los habitantes. Será por ello, que permanece todo el año con un verdor maravilloso; pero lo que llama realmente la atención es que los animales de la zona no se alimentan de su verde pasto, atribuyéndose tan raro fenómeno a la existencia de una fuerza malévola que los aleja del lugar como por arte de magia. Por otro lado, la memoria ancestral de los

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pobladores de este caserío afirma, que a media noche y con la luna llena, se escucha salir del cerro una música pavorosa que se expande por todo el caserío, cundiendo pánico y temor.

Recogida por el Prof. Eduardo Flores Rojas.

“EL CARBUNCLO DE ORO”

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El tiempo es un testigo que nos habla a través de muchas cosas; a través de la historia de los cuentos, de los mitos y leyendas. Unos años van y otros vienen y así los años van pasando pero, algo de la vida y del pensamiento; de lo insólito y profundo va quedando de este mundo, como una huella imborrable en el tiempo; en el tiempo que es el ayer, el presente y el mañana. He aquí una antigua leyenda que según dicen desde antes de los caciques Almotaxe, Maizavilca, Lachira, Tangarará y todos los demás, a nuestros antepasados les contaron.

Cuentan de un pájaro enorme, cuadrúpedo, nocturno y errante al cual llamaron carbunclo. Antes de ser un pájaro, dicen que fue un príncipe legendario de los tallanes, hombre bueno, en este mundo incomprensible, quien cumplió con todos los honores y mandatos del dios WALAC y éste en gratitud y recompensa, lo convirtió en pájaro después de su muerte para darle vida eterna y lo envió a la tierra en busca de hombres buenos como había sido él, para darles los grandes y sagrados tesoros de cacicazgos y principados enterrados en huacas sagradas y de cerros encantados.

Desde hace muchos siglos cuenta mucha gente, haberlo visto salir de la Silla de Paita, con gran ráfaga de luz brillante debajo de sus alas, emprendiendo un grande vuelo llegó a los valles donde un día en el pasado se enamoró, valle ubérrimo de las princesas NOKA-ARAC Y PUCUS-ULAC; luego volando alto cruzaba el serpentuoso río que sus tierras irrigó, y en cada noche que pasaba su nombre recordaba, que en lengua tallán, TURICARA se llamó y recorría muchos lugares como: Guallipirá Gualliquiquirá, Cocañira, Tiopairá, Cucungará, Tillingará, Alcará, Bullirá, Bulliquiquirá, Huangalác y Chalacalác. Volando en gran suspiro siempre llegaba a la Loma de Teodomiro y después de haber recorrido mucho, llegó hasta la Huaca del Cucho, para de regreso descansar por largo rato, en las Huacas Sagradas del cacique Garabato.

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En busca de hombres buenos, seguía y seguía recorriendo más lugares y mucho visitaba los valles del cacique TANGA-ARAC, las Huacas Sagradas del Cerro de la Mita. La Coneja y la Loma Rica, donde dicen que hay grandes tesoros.

Un día lo vieron venir del valle del cacique POECHOS correteando por las laderas asustaba a los venados, volando alto y volando bajo recorrió por largos trechos, los lugares de Tambara, Corcovados y Salados. A JAGUAY GRANDE cansado llegó, subiendo montañas y peñascos en el Cerro La Mesa descansó, el carbunclo siempre tuvo por rutina, recorrer y vigilar el mentado Cerro de la Mita. Muchos cuentan con espanto que una gran luz en este cerro aparecía, todos dicen que era un viernes santo, era el carbunclo que su gran luz resplandecía, el enviado de WALAC, que un día

de allí bajó recorriendo el gran cañón de la franca, y en vuelos elegantes, recorrió el valle de los cardos gigantes y que por mandato de WALAC a todos los hizo sagrados, por eso hoy lo llamamos El Valle de los Cactus Sagrados, los cactus de visiones profundas y transportaciones en el tiempo del pasado. Cuenta la leyenda que antes que apareciera el carbunclo en este valle estos cactus no tenían espinas, sino, que, este bondadoso pájaro cautivado por su gran hermosura y queriendo proteger la naturaleza, de los hombres malos que la destruyen y no saben amarla, puso en todo su contorno muchísimas espinas, para que así nadie les haga daño, tocara ni cortara. Recorriendo el gran cañón, llegó hasta el Valle de los Fósiles, de las conchas y caracoles petrificados, donde hace millones de años hasta allí llegó el mar y en el Valle de las Huacas Sagradas de JAGUAY GRANDE. Otra vez, aquí, se puso a descansar, pues ya casi terminaba su triste y largo recorrido. Aquí en este valle sagrado recordó de su vida pasada como principado, vida de pompas y alegrías; de festines y comidas donde un día con mucho oro fue coronado y, ataviado con finas pieles de puma y de venado. Allí lloró recordando su vida pasada: lloró, lloró y lloró porque hasta allí no pudo encontrar un hombre bueno en todo su recorrido.

Ya cansado de tanto volar y volar, llegó hasta el final del gran cañón de La franca, de JAGUAY GRANDE y se baño en El Sitán y en las Lagunas Encantadas de AGUA DE LA LECHE; cómo quería ser humano para gritar fuerte y con su grito romper el silencio de la noche, y así pedir a su gran dios WALAC, el perdón por todos los hombres malos de la tierra, dicen que de pronto la noche se tornó como el Día y una gran voz se dejó

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escuchar, era la omnipotente voz de WALAC, el dios de la tierra, de las estrellas y del mar; el dios de las semillas y las cosechas de los felinos de los reptiles; de los vegetales; del rayo, del trueno y de la lluvia, que en ella le dijo “No encontraste hombre bueno a quien regalarle los tesoreros de caciques y principados, pues recógelos y en gran vuelo, todos llévalos al cielo, y estas aguas que a las seis de la mañana son blancas como la leche y frías como el granizo y que aplacaron la gran sed que tú traías, serán sagradas y benditas, hoy, siempre y por todos los días”, Después que los aires fueron tronados por truenos y rayos, vino una fuerte lluvia y luego un gran silencio se apoderó de la noche y el carbunclo muy dormido se quedó. Antes que despunte el alba del día sabatino, una gran luz desde allí al cielo resplandeció era de agua, el enviado de WALAC, que esparciendo de sus alas gotas de agua, como leche un alto y largo vuelo emprendió, y dicen que en las Cavernas del cacique PARI-ÑACS, este pájaro nocturno, cuadrúpedo y errante desapareció, para siempre recordarlo y no verlo nunca, nunca jamás.

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Cuenta que un soldado que con Pizarro llegó, esta leyenda escuchó y ambicioso por el oro capturar o matar a aquel pájaro nocturno pensó. Pasaron muchas noches hasta que un día aparecer lo vio y junto con otros soldados en pos de su captura salió, con largos lazos, los mejores caballos y buen arcabuz, este tirador selecto tras el carbunclo corrió y su gran luz se encendía y se apagaba cuando ya parecía darle alcance, pensando tenerlo muy cerca, su arcabuz disparó, violando el silencio de la noche el gran estruendo de los fierros se escuchó, pensaron haberlo matado, pero grande fue su sorpresa cuando lo vieron volar a gran altura, con su luz refulgente y destellante, que resplandecía en sus cuerpos cubiertos de metales, retirándose hacia el mar. Después de unos días, durante siete días los atormentó y en sus sueños los encantó y devoró, hasta que un día por última vez se les apareció y con el gran poder de su luz, ciegos y locos los volvió.

Un día a un pobre campesino, que dicen que la suerte le llegó, porque este de pies nació el carbunclo se le apareció y parte de un tesoro de la Loma Rica le dio, no sabiendo aprovechar esta riqueza, en las cosas mundanales malgastó y mísero y más pobre este campesino murió.

¡OH CARBUNCLO, pájaro nocturno, cuadrúpedo y errante!, tienes enormes alas y debajo de ellas mucho oro, guardián de los tesoros de mi raza Tallán, raza que un día con el sudor de los tiempos, sobre el yunque

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de los metales, mi raza de acero nació.

¡OH CARBUNCLO, pájaro nocturno, cuadrúpedo y errante!, enviado de WALAC, amigo de MEC-NON; tú que viviste buscando hombres buenos para regalarles los tesoros de los cacicazgos y principados y en todo su recorrido a ninguno encontraste y aquel que intentó matarte, con tu luz y tu mirada lo encantaste y luego después tú mismo lo devoraste. En las noches de viernes santo aparecías, llevando en tu frente una piedra de rutilante rubí, que como carbón encendido en la oscuridad brilla, si algún día te me apareces, ¡Oh carbunclo!, regálamela a mí, que yo de ti tus tesoros, desde hace tiempo con paciencia, espero todavía.

De los cerros por las laderas, correteas y correteas, irradiando luz o apagándote misteriosamente, cuando a tu alcance quiere matarte o herirte la mala gente, por eso vuelas y correteas por los bosques y las praderas. ¿OH CARBUNCLO, pájaro nocturno, cuadrúpedo y errante, razón tuvo la gente de llamarte CARBUNCLO DE ORO, porque un hermoso y rutilante rubí llevas en tu frente, eres pájaro sagrado y una leyenda que yo adoro.

Ahora dicen que el CARBUNCLO DE ORO ya no sale, ni saldrá nunca más, porque se llevó al cielo sus tesoros, por mandato de WALAC o tal vez a otros lugares de la tierra a donde exista gente buena, que humilde y sabiamente sepa aprovechar, los tesoros y la suerte, que este pájaro sagrado, nos quiere y nos sabe dar.

Autor: Profesor Fernando Vilchez Espinoza

“EL CERRO ENCANTADO”

Cuentan antiguos moradores que, en el caserío "Monte Abierto" del distrito de Ignacio Escudero, existía un cerro al cual se le atribuye que en tiempos pasados operaban fuerzas sobrenaturales. En este cerro poco a poco las sombras se apoderaban del paisaje, el cerro se tornaba cada vez más pétreo y alucinante como una gran mancha negra, profunda e infernal y la luna como queriéndose refugiar se perdía detrás del vestido negro del cerro. Pero a raíz de un hecho que permitió liberarlo de dichas fuerzas demoníacas, actualmente se le conoce como el "Cerro Encantado".

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La vida de este pueblo por mucho tiempo se desarrolló en paz y armonía; porque todos trabajaban ;aunque el patrón nunca pagaba lo justo; hasta que la situación empeoró y no tuvieron más alternativa que emigrar a otros lugares en busca de un trabajo seguro, otros se trasladaron a la margen derecha de la Panamericana Norte con el mismo propósito; pero para trasladarse tenían que hacerlo muy de madrugada, a fin de pasar a una hora apropiada por las faldas de un cerro y así evitar que algo siniestro les ocurriera.

Cuentan algunos caminantes que tuvieron la osadía de transitar por esta ruta en horas de la noche, sobre un hecho insólito y espeluznante, que a partir de las 12 de la noche aparecía el "Carbunclo" (ser demoníaco) volando en forma de águila y que cuando agitaba sus largas alas resplandecían y cuando las cerraba se oscurecían, era como una luz cárdena que brillaba lejos y corría por los repliegues del cerro. Afirman que salía desde el "Cerro Ovejería" y llegaba volando hasta el cerro Monte Abierto y desaparecía. Cuando esto sucedía, de rato en rato un trueno estridente golpeaba las nubes y en los montes se alargaba su voz cual un alarido lejano y las montañas emitían otro muy similar al aullido de los perros cuando ven al "Diablo". También afirman que se escuchaba como si mucha gente estuviera interpretando con instrumentos temas musicales y que por momentos el ruido era tan fuerte que hacía estremecer en los alrededores.

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Estas versiones despertaron curiosidad en algunas personas que se vieron tentadas a subir al cerro para dar fe de lo que se comentaba y es aquí cuando sucede algo inesperado e inexplicable; la desaparición de personas, sin dejar rastro alguno, como si el cerro encantado se hubiera apoderado de ellos para siempre. Otros llegaron a subir y sólo dieron testimonio de haber visto a un hombre muy grande, negro y peludo que poseía una sonrisa diabólica; era el " Carbunclo" ; ya que luego de verlo caían privados y echando espuma. Algunos quedaban enfermos y luego morían; otros se volvían locos y otros nunca más tuvieron paz.

Ante estos hechos y la impotencia de los pobladores de no poder hacer nada que evite que la gente siga desapareciendo en el cerro encantado. Decidieron acudir a la Iglesia para que intervenga con sus sacramentos y fueron dos sacerdotes que acudieron al lugar y realizaron con agua bendita el conjuro o exorcismo. Terminado el acto dispusieron que en la

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parte alta del cerro se coloque una CRUZ, con lo que se logró la desaparición de los fuertes ruidos y el encantamiento del cerro.

Colaboración: EPM N14879 Monte Abierto

LA PASTORA Y EL MACANCHE”

En la cálida y acogedora provincia de Sullana, existe hace muchos años el caserío de MONTE ABIERTO, situado en el distrito de Ignacio Escudero, en cuyos campos se encuentran cerros de aspecto peculiar y mágica belleza, en los cuales crecen altivos y pintorescos algarrobos, que sirven de refugio y descanso a pastores y sus rebaños. En estos lugares abundan toda clase de insectos, especialmente zancudos ;así como variedad de aves y entre otro tipo de animales ardillas, zorros, pacazos. Pero lo que todos temen es la presencia de "Macanches", por ser una de las víboras venenosas y más grandes de la región. Esta zona se caracteriza porque en la falda de los cerros existen muchas cuevas cubiertas de peñascos y cuando el radiante y majestuoso "Astro Rey" se encuentra en el cenit, se dibujan en las pampas las sombras de gallinazos que luego de volar en círculos y a gran altura, presurosos orientan su vuelo hacia alguna carroña que han detectado, dándose un suculento festín..

Cuentan antiguos moradores, que en estos campos en uno de esos días sombríos sucedió un hecho espeluznante, el romance de la

"Pastora " y un "Macanche " y cuyo nido de amor era una de las cuevas que existen en esta zona.

Este insólito romance se inicia cuando cierto día en que la Pastora conducía su rebaño de cabras por estos parajes, al pasar cerca de una de las cuevas, sintió de pronto curiosidad y un deseo irresistible que la impulsó a ingresar a una de ellas. Su asombro fue muy grande, cuando dentro de la cueva divisó a un enorme "Macanche", en su madriguera. Pasado el susto, la pastora experimentó una extraña sensación en todo su ser y así temblando por el espanto, se sintió atraída por el magnetismo del reptil que la miraba con la fuerza hipnótica de sus inmóviles ojos, cautivándola y seduciéndola como si fuera un enamorado. Así fueron pasando los días y en el corazón de la pastora iba creciendo

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con más fuerza un sentimiento febril, de tal manera que acudir a la cueva era como si se tratara de una ineludible cita de amor.

Los padres de la Pastora ignoraban lo que le estaba sucediendo a su hija, hasta que una noche algo raro experimentaron, pues tuvieron la impresión de que alguien había ingresado a su dormitorio, preocupados por su seguridad e integridad física y temiendo que algo malo le pasara se decidieron ingresar en horas de la madrugada y grande fue la sorpresa, cuando en la cama de su hija encontraron algunos extraños y raros huevos, pero al no encontrar explicación de lo sucedido, llenos de asombro optaron por retirarse.

La Pastora aprovechó el momento para cogerlos y con infinita ternura los colocó junto a su pecho y presurosa los trasladó a un lugar más seguro; pero como esta escena la repitió varias veces, sus padres sospecharon que algo raro le estaba sucediendo. Una mañana la siguieron y grande fue su sorpresa al constatar que los huevos que encontraron en la cama, ahora estaban en la madriguera del "Macanche", y al cuidado amoroso de ella, fue entonces tal la indignación que se apoderó de ellos que no tuvieron más remedio que armarse de palos y machetes dándole al instante cruel muerte al animal, sin pensar en las consecuencias que esta acción generaría. Este inesperado final causó tanta pena y dolor a la Pastora, tal como sucede cuando perdemos un ser amado. Poco a poco el sufrimiento la fue consumiendo e irremediablemente dejo de existir.

Desde entonces cuentan que en los cerros del barrio San Miguel (Monte Abierto), especialmente en las noches de luna llena, se escucha a la distancia un sonido parecido a un gemido lastimero de una mujer, que cual

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eco misterioso resuena en toda la zona y todos coinciden que debe ser la Pastora que murió de amor evocando a su "Macanche"

Colaboración: EPM N° 14879 Monte Abiert

"LA NIÑA MARGARITA"

Cuando los hombres de Francisco Pizarro estuvieron de paso por Poechos, muchos de ellos quedaron maravillados de estas tierras. En aquellos tiempos era costumbre repartir grandes extensiones de terrenos a los hombres que habían contribuido de una forma u otra a que la empresa del conquistador fuera un éxito. Es así, como con el devenir del tiempo y en los albores de la Colonia, los lugares conocidos hoy como

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"La Margarita, El Empreñadero y la "Horca", entraron a formar parte de las posesiones de un rico terrateniente.

Este hombre tenía una hermosísima hija llamada Margarita, de escasos dieciocho años, criada y educada en un colegio de señoritas dirigido por religiosas en España. Margarita dueña de una belleza sin igual, solamente comparada con la hermosura de una "Capullana", había llegado a la tierra que la vio nacer , gracias al llamado que le hiciera su padre, debido a que

este, presintiendo su muerte quería que antes que se produjera el fatal desenlace, casarla con su joven sobrino de rancia aristocracia y alta alcurnia ,asegurando así, que su futura descendencia sería de ilustre linaje y noble cuna.

Más el hombre propone y Dios dispone, y escrito estaba que esto no sucedería, pues al llegar la niña Margarita -como le llamaba la servidumbre-, se encuentra con su antiguo compañero de juegos, el hijo del capataz, Francisco, muchacho fuerte, dos años mayor que ella, de porte atlético, aspecto saludable , expresión bondadosa, tez morena curtida por el sol ardiente, ojos color ámbar y pelos lacios un poco desgreñados. Este encuentro tuvo como escenario el ancho ventanal de la casa donde juntos recordaron las travesuras infantiles, renaciendo en ellos el amor que germinó en sus primeros años. El lugar que hoy se conoce con el nombre de la "La Margarita", sirvió de marco a este amor sublime que llegó a concretarse en un nuevo ser.

Hasta que llegó lo inevitable. El padre al enterarse de estos amoríos, encolerizado y herido en lo más profundo de su orgullo y linaje , decretó la

horca para el muchacho. Margarita se enteró de sus siniestros planes y huye a avisar al dueño de su corazón, pero ya era demasiado tarde ¡ Todo se había consumado!. Ella llena de dolor sólo atina a correr al lugar que fue testigo mudo de su amor y deja caer su cuerpo exánime para no volver a levantarse jamás.

El padre abrumado por la desgracia ocurrida, en pago a su soberbia abandona sus inmensas tierras y nunca más se vuelve a saber de él.

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Desde entonces, el lugar donde la niña Margarita conoció el amor y solía deleitarse con la belleza de sus paisajes ,se le conoce como “La Margarita”,donde concibió un nuevo ser al que llamaron” El Empreñadero “ y el sitio en que se ahorcó a Francisco se le denomina “La Horca”. Este es el origen de los caseríos que llevan hoy tales nombres, en recuerdo a personajes y sucesos de otros tiempos.

Publicado en la revista PANORAMA- Sullana

LEYENDAS DE LA PROVINCIA

DE AYABACA

Leyenda del Señor Cautivo

Recostada sobre la cordillera de los Andes, al pie del cerro "El Calvario" está la ciudad de Ayabaca 2,715 metros sobre el nivel del mar.

La mayor riqueza del cristiano pueblo de Ayabaca es la imagen del Señor Cautivo que durante años, y en forma creciente, atrae a miles de peregrinos de todo el Perú y de la República del Ecuador.

La imagen del Señor Cautivo es una hermosa talla, cuyo origen, no tan antiguo, está mezclado con la leyenda.

El año de 1,751 un grupo de moradores encabezados por el padre García Guerrero, quisieron dar a su pueblo una imagen de Jesús, para lo cual llevaron un tronco de madera, del que al ser cortado brotó un líquido rojo con toda la apariencia de sangre. Al ver esto, los moradores se apresuraron a buscar la mejor manera de santificar este madero y tener una imagen de Jesús para su pueblo. Pronto encontraron a unos artistas de alta calidad, que parecían haber sido enviados por la Providencia.

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Según cuenta la leyenda, los misteriosos personajes pusieron estas condiciones para realizar la obra :

Que nadie los viera trabajar ni interrumpiera hasta que la obra estuviera terminada. Que se les alcanzara por una ventana los alimentos una sola vez al día al amanecer y, que el precio lo arreglarían al concluir el trabajo.

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Así transcurrieron muchos días y meses, apenas vistos a través de las ventanillas por donde recibían sus alimentos. Pero como se prolongaba la espera, los ayabaquinos perdieron la calma, y deseando conocer como iba la obra, se acercaron a la casa, llamaron y al no obtener respuesta, forzaron la puerta en cuyo interior no encontraron persona alguna é intactos los alimentos provistos; pero ante ellos se levantaba imponente la imagen del Señor Cautivo. Este hecho los impresionó de tal manera que cayeron postrados ante la presencia de su imagen.

Se cree que los tres misteriosos escultores volaron al cielo después de haber cumplido con su genial obra, por eso cuando se habla del origen de la imagen, se dice que es obra de ángeles.

Desde entonces, la devoción al Señor Cautivo de Ayabaca se acrecienta con el paso de los años, y constituye una verdadera fe para propios y extraños.

A su fiesta, que se celebra en el mes de octubre, y cuyo día central es el 13, acuden de los sitios más lejanos tanto del país como del extranjero.

Miles de fieles que forman grandes romerías en pos del milagro, o en agradecimiento por los favores recibidos.

Colaboración: ADE de Ayabaca

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"EL CERRO DE AYPATE"

Leyenda

El cerro de AYPATE" considerado monumento histórico, patrimonio de la provincia de Ayabaca (Piura), se encuentra ubicado a unos 23 kilométricos al Noroeste de la ciudad Capital del distrito y provincia de Ayabaca. Se dice que este legendario monumento histórico, fue un lugar de ocupación incaica. Presenta construcciones de planta cuadrangular, con piedras irregulares y la parte central con sillar labrado, de estilo poligonal cusqueño. Posiblemente se trata de un Tambo Estatal del período Inca. Tiene una extensión de 600 por l00 metros sólo la llamada ciudadela. Los edificios están ordenados en hileras, separados por calles y pasadizos. Tiene asimismo una plazuela central.

ORIGEN DE SU NOMBRE

En cuanto al origen de su nombre "Cerro Aypate", según se remonta a la tradición, refiere que el cacique Jefe de los Ayllus, quien tenía una hija casamentera y viendo que habían muchos pretendientes, propuso que aquel individuo que cazara un venadito sin que hubiera sufrido daño alguno, se casaría con su hija. Fueron tantos los que llevaban sus trofeos de caza, pero al examinarlos, se les encontraba alguna lesión.

Cierto día, se presentó un indio llamado AYPATE, con un venadito que al ser revisado se le encontró exento de daños; sin esperar más se realizó el matrimonio y sentó residencia en el lugar. Durante su gobierno AYPATE, fue justo; pero a la vez severo e invencible, en mérito a lo cual sus huestes denominaron al lugar con el simple nombre de "AYPATE", tal como en la actualidad se conoce a la FORTALEZA y a las Ruinas que dejaron los Ayahuacas, cultura Pre-Inca que habitaban en estos territorios.

LAS CAMPANAS DE ORO

Asimismo la Leyenda sobre el cerro AYPATE refiere, que una vez sus pobladores, habían oído contar que éste Cerro encerraba en su interior un misterioso tesoro, consistente en gigantes Campanas de Oro. Unos blancos codiciosos, desesperados, organizaron trabajos de excavación en busca de los fabulosos tesoros del Cacique (Jefe) AYPATE en los profundos subterráneos del Cerro Granillo, lugar éste cercano al Cerro Aypate.

Para lograr su descabellado propósito, utilizaron a los comuneros del lugar y a uno de ellos; joven, fuerte y vigoroso, lo hicieron descender con

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una soga amarrada a la cintura por las faldas del Cerro Aypate, hasta que llegó a un túnel,. y después de un rato lo subieron. El joven se encontraba al borde de la muerte, pálido y arrojando sangre por boca y nariz. Ya con voz moribunda comenzó a narrar la gran cantidad de objetos de oro macizo y las codiciadas campanas que había visto y que todo se encontraba iluminado con una lámpara de oro. Luego el joven murió. Fue la primera víctima del antimonio, gas nocivo que expiden los tesoros enterrados y penetran al organismo humano con nefastas consecuencias. Pero los comuneros creen que el demonio (antimonio) es el guardián de los fascinantes tesoros o riquezas del Inca.

Los trotamundos, después de escuchar lo dicho por el pobre hombre, se lanzaron con más ahínco a cavar, cavar, cavar sin resultado alguno por la presencia del antimonio. Fue entonces que al treintavo día, el Cerro Aypate desató toda su furia, comenzó la tormenta día y noche acompañado de lluvias, granizo relámpagos, fuertísimos ventarrones que durante varios días asolaron la región, provocando un alud en la falda de un cerro hacia la quebrada de Aypate, llevándose los sembríos que se encontraban en sus orillas. Los comuneros sufrieron por motivo de que no habían cosechas.

Este perjuicio, según dicen los habitantes de esta región, fue causado por hombres blancos.

Colaboración: ADE de Ayabaca

LEYENDA:

EL PUENTE TONDOPA”

Este puente, se halla ubicado sobre el río Quiroz, entre la carretera que conduce del distrito de Paimas a la ciudad Capital del distrito y provincia de Ayabaca.- Departamento de Piura.

La leyenda relata, que este legendario Puente carrozable, fue construido por "Satanás", quien deseando cambiar de territorio, dejó sus abrazadores dominios y vino a sentar sus reales pezuñas en las frescas regiones del río Quiroz. Desde entonces, a orillas de este pintoresco río, pasaba sus días maquinando nuevos y macabros planes para la conquista del mundo y la perdición de la humanidad.

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Así el tiempo fue transcurriendo, hasta que un día le asaltó a su mente enfermiza una macabra inspiración, que sin pérdida de tiempo, puso inmediatamente en práctica, por "vía de entrenamiento". Desde entonces, a todo cuanto viajero que transitaba por estos lugares fulminaba con la fuerza maléfica de sus fulgurantes ojos. Luego utilizaba, su sangre como amalgama para unir los peñascos de las riberas del río, e ir formando de esta manera, las bases sólidas de un infernal puente.

Refiere también la leyenda, que "El Diablo" ser maligno que por su naturaleza le fascina estar en todas partes y de ninguna manera vegetar en una sola zona, de un momento a otro, emigró a otros lugares, dejando inconclusa su diabólica "obra.".

Andando el tiempo, estos espléndidos basamentos, sirvieron posteriormente para tender sobre ellos el Legendario Puente de Arraypíte - TONDOPA, por donde se transita a la ciudad de Ayabaca.

Desde entonces, todo aquel visitante que se detiene en este caserío, siente un impulso irresistible y una gran curiosidad de observar con asombro y cierto temor las bases de este puente.

Colaboración: ADE de Ayabaca

"EL ENCANTO DEL CERRO CUCHALLIN"

Cuenta la historia que un caminante se perdió una noche en el bosque del Cerro Cuchallín, (distrito de Montero - Provincia de Ayabaca) Su extraña desaparición causó gran preocupación entre sus familiares y conocidos que, inmediatamente, se dispusieron a buscarlo.

Refieren que en esta búsqueda pasaron varios días sin tener noticias, pero nunca se dejaron abatir por las historias ocurrentes que comenzaron a circular sobre aquel extraño caso.

Finalmente, aquel largo período de búsqueda dio su fruto, y aquel desafortunado hombre fue encontrado. Sin embargo, este hecho mas que alegría causó mayor desconcierto, especialmente a quienes presenciaron el hallazgo, en razón de que se encontraba muy escuálido,

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enfermo y sin habla. Tras muchas interrogantes que jamás pudieron ser contestadas y después de varias indagaciones, uno de los presentes se percató, con sorpresa, que aquel pobre desdichado había perdido su

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sombra. Algún tiempo después se supo que se la habían robado sus ancestros en el cerro CUCHALLIN. .

El desafortunado hombre sin sombra pasó toda su vida tratando de encontrarla, pero nada pudo hacer contra aquel encanto que lo sorprendió una triste noche en el bosque.

Pasado algún tiempo, la muerte lo llamó a su lado y él acudió sin haber podido recuperar la sombra que le fue arrebatada por el encanto del "CERRO CUCHALLIN".

Curiosamente, esta misma historia se repetirá con pocos cambios entre los poblados cercanos en diversos centros de culto de los "GUAYACUNDOS".

Colaboración: ADE de Montero.

EL CERRO DE LIGUASNIO”

Dagoberto Encalada, un hombre viejo y golpeado por la vida, natural del caserío de Liguasnío, perteneciente al distrito de Jililí- Provincia de Ayabaca, nos reunió una tarde de invierno, cuando el crepúsculo teñía de rojo el cielo a nuestro alrededor, para contarnos la leyenda del CERRO DE LIGUASNIO relato que, por cierto, le habíamos pedido nos cuente hacía mucho tiempo.

El viejo se acomodó sobre su deteriorada perezosa de madera de chachacomo, que como un péndulo, se balanceaba lentamente al son del rechinar del vetusto entablado que cubría el piso del recinto. El humo que exhalaba de sus labios, se disipaba lentamente mientras brotaban de su boca suaves y apagadas palabras :Antes que ustedes nacieran, empezó; de tras del CERRO DE LIGUASNIO, existió una laguna de extraordinaria belleza. Tal era su atractivo que en las noches de luna llena, brillaba como un fino diamante, rodeada de un hermoso jardín colmado de dalias, geranios, cucardas y caracuchos.

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Cuando el sol se encontraba en el ocaso en todo el contorno del cerro aparecía una aureola luminosa impresionante. Los habitantes del pueblo, se sentían muy orgullosos de poseer un majestuoso paraje, un verdadero

edén serrano. Muchos de los moradores sintieron la irresistible necesidad de bañarse en las cristalinas aguas de la laguna por puro placer, otros, en

cambio con la creencia de que al hacerlo podían curarse o encontrar alivio a sus males.

Así fueron transcurriendo los años hasta que inexplicablemente la gente empezó a dejar de concurrir a este lugar, según parece debido a que iba tomando cada día mayor fuerza los rumores sobre hechos sobrenaturales que venían ocurriendo, a la media noche, persistentes y escalofriantes alaridos. Según versiones a los animales se los tragaba la laguna, en cambio, las personas sufrían el "encantamiento" del cerro quedando convertidos en huancas (piedras grandes),las mismas que hasta la fecha permanecen allí, como fervientes guardianes del tiempo y como mudos testigos de lo que sucedió. El temor se fue apoderando de la población hasta que ya no pudieron resistir más. Decidieron entonces poner punto final al "maleficio" secando la laguna llenándola de sal. Fue tal la cantidad que le pusieron que esta se cristalizó como un gigantesco cuarzo. Instantáneamente, como por arte de magia, el "encantamiento" desapareció, reinando desde entonces la calma y armonía en el bello y pintoresco paisaje andino.

Los moradores de Liguasnío nunca más vieron sus sueños interrumpidos por aquellos espeluznantes bramidos que habían trastornado sus vidas. Ahora sólo les queda el recuerdo de aquella hermosa laguna que en otro tiempo admiraron, pero que a la vez les hizo tanto daño.

El anciano terminó su relato diciendo: Si algunas vez se detienen a contemplar al CERRO DE LIGUASNIO, constatarán asombrados que se impone y se yergue como un coloso, protegiendo al vulnerable pueblito, formado por casas de paredes blancas y tejados rojizos, que se enclava firme y apasionadamente en el corazón de la serranía piurana.

Colaboración: CN"Dagoberto Torre Agurto” Jililí - ADE de Montero

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EL HOMBRE QUE SE CONVERTIA

EN LEON”

En un hermoso pueblo de la serranía piurana, un grupo de vecinos que tenían por costumbre reunirse en la Plaza Principal a entablar amenas y picarescas conversaciones; Casimiro Flores el más entrado en años, un

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tanto acongojado lamentaba como poco a poco se habían perdido algunas buenas costumbres de carácter familiar, se refería a los relatos amenos e ilustrativos ,que los abuelos solían contar a sus nietos, historietas que por cierto ellos también habían escuchado de sus antecesores y lo relataban para que las tradiciones que son el alma de los pueblos no mueran. Entonces vino a su memoria un relato que su abuelo le contó cuando aún era niño y empezó : Cuentan que en los primeros años del siglo pasado en el caserío El Almendro, perteneciente al distrito de Paimas- Provincia de Ayabaca, sucedieron hechos increíbles, que pusieron a la gente en zozobra. Por aquel entonces las actividades principales eran la agricultura y la ganadería, las mismas que se desarrollaban en un ambiente de paz y armonía, hasta que a partir de cierto día empezaron a suceder hechos raros, como cosas del demonio, se trataba de la desaparición de algunos animales de rebaños que llevaban a pastar. Ante tal situación, un vecino impulsado por la curiosidad de averiguar la verdad de los que se comentaba, se armó de coraje y se dirigió al campo dispuesto a descubrir el misterio de las desapariciones y ¡ Cual fue su sorpresa ! cuando a lo lejos divisó a Pedro Huaygua, un hombre de pocos amigos, tal vez por su carácter introvertido y taciturno, que vivía aislado del pueblo. Nunca se casó ni tuvo hijos.

Cautelosamente lo siguió sin que se diera cuenta que estaba siendo observado, cuando de pronto no muy lejos del lugar, junto a una peña lo vio completamente desnudo y comiendo flores de simora (planta alucinógena); de repente sucedió lo increíble, paulatinamente fue transformándose hasta convertirse en un temible y feroz león. El miedo se apoderó él, no salía de su asombro, como también no dejaba de persignarse, por lo que no tuvo más remedio que, emprender veloz carrera de regreso al pueblo, como alma que lo lleva el diablo; inmediatamente reunió a los vecinos y les contó con lujo de detalles lo

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que había presenciado. Muchos no le creyeron, otros un tanto atónitos simplemente le escuchaban, al final nadie le dio importancia por ser fantasioso. Sin embargo, no pasó mucho tiempo y nuevamente volvieron a perderse los animales de los rebaños, sin dejar rastro, como si los

hubiese tragado la tierra, ocasionando graves pérdidas económicas a sus dueños.

Estos hechos, dieron lugar para que el pueblo reaccione, se organice y armados de revólveres, viejas escopetas, palos y machetes decidieran salir en busca del causante de tanta desgracia. Sucede que todos querían participar, unos enojados por la pérdida de sus animales y otros

fascinados por el misterio de las desapariciones. Así pues, a la mañana siguiente , muy temprano marcharon a la zona y apostados en una quebrada , después de una larga y angustiosa espera, cuando parecía que todo había sido en vano ; un lugareño que se encontraba un tanto alejado del grupo divisó desde una chacra a Pedro Huaygua y les pasó la voz, de inmediato se escondieron entre los arbustos. Fue entonces que atónitos y sorprendidos, observaron como el hombre se desnudaba al mismo tiempo que comía las flores de simora, para luego, como algo sobrenatural, fue transformándose hasta convertirse en un león; como todos quedaron paralizados, el león desapareció como por encanto, pues se había trasladado al lugar donde se encontraban los rebaños y los atacó con cruel fiereza, dejando a unos heridos y a otros muertos, incluso había devorado a una cabra. Pasado el susto, reaccionaron lanzándose al ataque disparando sus armas de fuego y lanzándole piedras; sin embargo, la bestia logró fugarse, pero como estaban seguros de haberle alcanzado con un balazo, lo siguieron y grande fue su sorpresa que al encontrarlo ya no era el león sino Pedro Huaygua que se encontraba herido y sangrando , recostado junto a una roca revestida de achupallas. De pronto se escuchó una voz, ¡ Terminemos con el malvado de una vez ! y en ese preciso instante que se le iba a dar el tiro de gracia, el hombre se puso de rodillas y entre sollozos les imploró que no lo maten, que no depende de él lo que le pasaba , que seguramente alguien que lo odia le ha hecho daño embrujándolo y es por eso que el demonio es el causante de lo que le sucedía y les suplicaba que le perdonen la vida, entre sollozos volvió a implorar ¡ No me maten hermanitos !,¡ les prometo por lo más divino devolverles sus animales!. Ante ello el grupo se calmó y ya mas serenos, sintieron compasión del

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infeliz y decidieron perdonarlo; pero sólo con la condición que acepte ser exorcizado, efectivamente así sucedió. De todas maneras le volvieron a repetir, te perdonamos la vida, si cumples tu prometes , lo que él respondió," Tengo una deuda con ustedes que lo pagaré mientras tenga vida".

Desde entonces volvió a reinar la tranquilidad en el pueblo. Lo curioso de todo es que cuando en la actualidad se pierde un animal, creen que el culpable es don Pedro Huaygua, que ha roto su promesa.

Colaboración: Complejo Educativo "Virgen del Rosario" De Zamba ADE Paimas

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EL ENCANTO DE LAS HUANCAS

DE CHOCAN"

Cuenta una antigua leyenda que al aproximarse cualquier creyente a la Huanca de Chocán escucha flautas y bombos. En ese instante, quien haya osado aproximarse a este lugar queda irremediablemente "Encantado".

La escultura de piedra que preside la huanca tiene un poder sobrenatural que los hace dormir a sus pies. Más tarde, cuando el intruso se encuentra profundamente dormido, un ancestro que mora en la huanca se acerca y, aprovechando que el creyente está descansando y por lo tanto es un hombre indefenso, sus antepasados Guayacundos le roban su espíritu, que no es otro que su sombra.

Colaboración: ADE de Ayabaca

LA IMAGEN DE LA VIRGEN PURA Y LIMPIA DE SAPILLICA”

La Virgen Pura y Limpia se le apreció a una niña, cuando sus padres la mandaban a pastar una vaca, allí donde hoy es su iglesia. Por aquel entonces, era una ciénega y la vaca tenía la costumbre de ir a comer pasto verde todos los días por este lugar. Fue entonces que una mañana

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se le apreció a la pastorcita, una niña muy bonita, tierna y dulce que la invitó a jugar, pero ésta se asustó y no quiso, porque su mamá le había puesto un" copo" de lana para que hilara todo el tiempo de pastoreo. Sin embargo, la niña insistió en su invitación a jugar. No te preocupes que yo te ayudaré a hilar tu "copo"...Así sucedió, cuando terminaron de jugar, la lana ya estaba hilada. Al día siguiente pasó lo mismo y así

sucesivamente. Fue entonces que su mamá un tanto sorprendida le preguntó:¿Por qué avanzas a hilar la lana tan rápido? y la pastorcita le respondió: una niña muy bonita se aparece y me invita a jugar y por la tarde me entrega toda la lana hilada. Sus padres preocupados le dijeron ,nosotros nos vamos a esconder, para que cuando aparezca la niña, la coges fuerte de sus brazos. La pastorcita salió de su casa como de costumbre con su vaca a realizar su tarea cotidiana seguida de sus padres un poco retrasados deciden descubrir lo que sucedía. De repente apareció la angelical niña y fue sujetada muy fuerte por la pastorcita y llamando a gritos a sus padres para que vinieran a verla. Grande fue su sorpresa al ver que la niña en ese instante se convirtió en una piedra tomando la imagen de una virgen. Sus padres la llevaron a su casa y la colocaron en un

cuartito. Al día siguiente la fueron a ver donde la habían dejado y su sorpresa fue que no la encontraron, había desaparecido. Fueron a buscarla a la ciénega y allí la encontraron. De pronto desde el interior del lugar escucharon una voz que decía :¡Yo soy la Virgen PURA y LIMPIA!....Somos tres hermanas :La VIRGEN DEL ROSARIO, LA VIRGEN DE SANTA LUCIA Y YO...Los padres de la pastorcita comunicaron a los demás pobladores y decidieron construir una pequeña capilla de oración. Con el transcurrir de los años se edificó la actual iglesia matriz de Sapillica. Desde entonces del 15 al 20 de noviembre se realiza la fiesta Patronal en honor a la virgen PURA y LIMPIA del distrito de Sapillica - provincia de Ayabaca.

Colaboración: Coordinación Sapillica

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LEYENDAS DE LA PROVINCIA DE TALARA

TEOFILO "EL PESCADOR"

Cuentan viejos pescadores que desde mucho tiempo atrás, del puerto de San Pedro del distrito de Pariñas - Provincia de Talara, todos los días y a muy tempranas horas de la madrugada numerosos pescadores se hacían a la mar en sus “balsillas” (pequeñas embarcaciones artesanales, confeccionadas de troncos de palillo entrelazadas con soga, una vela de

tela de lona gruesa y dos remos en ambos costados que le permitían desplazarse con mayor facilidad), con la finalidad de pescar en especial peje blanco, cabrilla, y ojo de uva, por ser más apreciados por su sabor, tanto para el consumo familiar como en el mercado donde alcanzaban mejores precios y por consiguiente obtenían mejores ingresos.

Como era natural, por tratarse de una actividad riesgosa, por lo general tenían que afrontar serios problemas, pero a veces la situación se les complicaba, sobre todo cuando tenían que enfrentarse a fuertes remolinos con riesgo de perder sus vidas. Por ello a pesar de su desesperación de no

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poder seguir avanzado a la zona de pesca, no tenían más remedio que regresar, lamentando su mala suerte, para volver a intentarlo al día siguiente y en otras zonas.

Sin embargo, para un personaje la cosa era completamente diferente. Todos los pescadores recuerdan con asombro, la gran suerte que siempre acompañaba a un pescador llamado Teófilo, que a excepción de los demás, era el único que lograba hacer faena, pues regresaba con su pequeña balsilla cargada de pescado. Esta hazaña sin precedentes, era el tema cotidiano de los comentarios que se hacían en el pueblo.

Cuentan los pescadores que cuando salían de pesca, Teófilo sin dar razón alguna como siempre se alejaba de ellos en dirección de la zona del cerro La Capullana. Por lo general siempre se encontraba parado sobre un peñazco, dando la impresión como si se hubieran puesto de acuerdo, porque un negrito con el cordel en la mano y alzando el brazo le indicaba con gran acierto el lugar preciso donde se encontraba el banco de pescado. Por este motivo la pesca de Teófilo era exitosa y

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consecuentemente retornaba al puerto con gran exactitud, a las seis de la mañana con su balsilla llena de pescado.

Comenta mucha gente que conoció a Teófilo, que esta suerte que Dios le había concedido le acompañó por muchos años, hasta que un día la noticia de que no había regresado sorprendió a todo el puerto. Según parece a causa de un gigantesco remolino que se lo llevó al fondo del mar. Otros afirman que fue el mar que se apoderó de su cuerpo. Sólo se sabe que parte de su ropa fue encontrada en el interior de una de las cuevas del cerro de La Capullana, donde el ánima de Teófilo permaneció encantado por mucho tiempo.

Refieren que un buen día sus familiares recibieron el consejo de un curandero experto en asuntos de encantamientos, quién les planteó que

la única forma de que Teófilo se libere del "encanto", era llevando un niño recién nacido y moro (sin bautizo) y dejarlo sobre una pequeña balsilla en el lugar donde se hundió el pescador. Para felicidad de sus seres queridos fue así como Teófilo logró liberarse del "encanto".

Desde entonces todos los Viernes Santos este "encanto" se manifiesta, pero sólo son los familiares de Teófilo los únicos que llegan hasta la cueva y afirman que en varias oportunidades lo ven con un parecido a la figura de un pastor con su rebaño. Aseguran también que es así como se ha cumplido la misión que el "encanto" le pidió en agradecimiento y retribución por el buen pescado que generosamente el pescador todos los días ofrendaba al cerro La Capullana.

Colaboración: ADE de Talara

LEYENDAS DE LA PROVINCIA DE PAITA

"EL HOMBRE DEL PERRO"

La peste bubónica aparecida en la Huaca en el año de l904 no solamente dejó una secuela de dolor, angustia y pánico, sino que a raíz de ella se tejieron leyendas que aún se siguen contando, alimentadas con la influencia de otras de lugares vecinos.

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La leyenda presente fue naciendo por el miedo que se sentía por una casa abandonada cerca de la hacienda "Santa Ana", la que por los años de la peste bubónica sirvió de lugar de "cuarentena", donde los arrieros y visitantes tenían que permanecer l5 días en observación para asegurarse de que no estuvieran contaminados y poder ingresar al pueblo de la Huaca.

La peste estaba diezmando a los pueblos vecinos como Paita y Colán; especialmente al puerto donde atracaban barcos extranjeros, refugios de ratas que eran las primeras en salir a tierra dejando a su paso infestada la población, de pulgas transmisoras del terrible flagelo.

Los moradores preocupados formaron un cordón humano a lo largo del perímetro de la población y las autoridades solicitaron al Prefecto de Piura la suspensión del tránsito del Ferrocarril Paita-Sullana, para evitar

el contagio. A pesar de esta medida, justo en la casa de la "cuarentena" estalló el mal, muriendo diariamente gente del lugar y foráneos. Nulos eran los esfuerzos de los médicos y "acomedidos" por evitar la propagación de la peste. Los muertos eran sepultados en fosa común, envueltos en sábanas o sacos y el temor de la gente aumentada cada día.

Según cuentan algunos, el pánico hacía que sepultaran a las personas aún con vida y que, en un grado máximo de psicosis, la gente llegara a quemar la casa de la "cuarentena" con todos sus ocupantes : muertos y agonizantes.

Cuando la peste fue dominada, la tranquilidad y la calma animaron a los pobladores a visitar la quemada casa de la "cuarentena", la que solamente exhibía escombros, horcones carbonizados y formas humanas ennegrecidas que el viento, la arena y el tiempo se encargaron de cubrir.

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Después de unos años, las lluvias constantes trajeron nueva vida a la Huaca, y en lugar de la casa siniestrada nació un frondoso vichayo que daba unos anaranjados y olorosos frutos, pero que ni el más travieso de los " churres " osaba tomar como si algo se quemara, y al borde de la media noche se veía salir de entre sus ramas a un hombre con el cuerpo y las ropas quemadas jalando un perro en dirección al cementerio.

El respeto y temor que por muchos años ganó esa zona traspasó las fronteras del distrito, y uno de los tantos encargados de difundirlos fue aquel vendedor de las cachemas que, queriendo estar en la madrugada en

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el mercado para vender su mercancía, salió de Colán al anochecer y a la media noche se topó con el hombre del perro que hizo que su burra se espantara golpeándolo y botando las alforjas con pescado. Al día siguiente, un pastor que buscaba una cabras extraviadas, al ver la gran cantidad de gallinazos que revoloteaban a la altura de la hacienda "Santa Ana", se encaminó presuroso hacia ese lugar, quedando sorprendido al ver que lo que las aves festinaban eran pescados.

De no haber encontrado al pescador acurrucado en una acequia que fuera de sí decía ¡He visto al diablo !...he visto al diablo!, y tartamudeando contar lo sucedido, el pastor hubiese creído que en aquella noche, hace mucho tiempo atrás, habían llovido peces.

Autor: Pablo Medina Sanginez

"LA LUNA DE PAITA Y EL SOL DE

COLAN"

En el Puerto de Paita, hace muchos años vivieron dos jóvenes llamados Mercedes y Juan , los cuales eran grandes amigos desde muy pequeños, casi como hermanos. Siempre andaban juntos por la orilla de mar, es así como a Mercedes le fascinaba contemplar el atardecer, especialmente en las temporadas cuando salía la LUNA y a Juan le encantaba ver el amanecer para apreciar la salida del SOL. Ellos vivían en el propio puerto, en razón que sus padres eran pescadores. Ambos jóvenes cada vez que veían al radiante SOL o la hermosa LUNA se sentían más atraídos e identificados. Mercedes cuando salía la LUNA, contemplaba su serenidad, candidez, ternura, melancolía y ese resplandor maravilloso que transmitía; lo curioso era que dichas características eran también propias de ésta dulce joven porteña. Por otro lado, Juan al ver al vigoroso, ardiente, resplandeciente y majestuoso SOL, sentía que éstas características eran también de su persona. Pero aun así dentro de cada uno de los corazones de ambos jóvenes había nacido un sentimiento de inquietud y nostalgia hacia la LUNA y el SOL; tal vez se podría decir que

añoraban ser como ellos, ya que tenían las mismas cualidades de los astros.

Tanto a Mercedes como a Juan les gustaba preguntar a los pescadores cuando retornaban de sus faenas ¿Cómo ven al SOL y a la LUNA en el mar en sus horas de trabajo?. Los pescadores luego de descargar la preciada carga de sus botes, en seguida se sentaban en las rocas y daban respuesta a dicha interrogante: por las tardes el SOL en el cielo ilumina

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el mar, calienta sus aguas y a ellos les llenaba de energía y les daba fuerza para seguir trabajando. Más tarde el SOL le daba pase a la LUNA en una forma tan elegante como el TONDERO y coqueta como la MARINERA.

La LUNA que sale a iluminar con sus rayos de plata el firmamento y refleja su belleza en el cálido y rico mar. También los pescadores les decían que al ver a la Luna se sentían tranquilos y seguros, sentían paz en sus corazones y era la voz que les indicaba que ya es hora de regresar a sus hogares. Cuando terminaban de hablar los pescadores, los jóvenes les agradecían y regresaban a sus casas encantados y con ganas de seguir soñando. Al menos la característica propia y principal de Mercedes era ser soñadora y de JUAN ser valiente. De estos jóvenes su gran anhelo era llegar a la LUNA y al SOL. En sus ojos brillaban las posibilidades de que algún día lo harían.

Pasado algunos días, Juan tuvo que decirle a Mercedes algo horrible y conmovedor que iba a afectar a ambos. Fue una mañana de verano, cuando le comunicó a ella que tenía que partir del puerto de Paita para irse al pueblo de Colán, en ese momento al escuchar Mercedes la sorpresiva noticia sus lágrimas cayeron mojando la arena y sintió que el SOL de aquella mañana de intenso verano se debilitó. Echóse a llorar entre los brazos de Juan y le pidió desconsoladamente que no se fuera, que no podía vivir si él, ya que lo quería demasiado. Pero Juan le explicó que tenía que irse por cuestiones de negocios, ya que su padre debía atender la venta de pescado y mariscos en Colán.

Después de esto, Mercedes se tranquilizó; sin embargo, ambos jóvenes sentían que se había desgarrado algo dentro de su alma y corazón. El tenía que partir al día siguiente, al amanecer, para Juan ya no sería esto tan agradable como antes, porque el amanecer significaría su partida. Pero antes de partir cada uno prometió que siempre que contemplaran uno al SOL y la otra a la LUNA, pensarían uno del otro, día a día y noche a noche.

Llegó el momento y Juan se marchó, las olas del mar chocaban en las peñas y desembocaban sus aguas frías en la arena como una forma de

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reclamo y de tristeza- El SOL no brillaba mucho, y el corazón de Mercedes parecía ya no latir. Después de la partida pasaron muchos días

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y noches de estar distanciados. Mercedes y Juan seguían cumpliendo su promesa.

Mercedes todas las noches, se iba a sentar en la arena a contemplar a la LUNA y a la vez pensaba en Juan. Por otro lado, Juan todas las tardes miraba el SOL y pensaba en ella.

El distanciamiento había hecho dar cuenta a los jóvenes de un sentimiento oculto que jamás imaginaron ; ya que ellos sólo se querían como amigos. Ese sentimiento fue el "amor" que brotó de sus corazones y que sin querer se fue formando en ellos.

Un 15 de marzo en Colán y en Paita como de costumbre los jóvenes cumplían su promesa.

Una tarde de aquel día Juan se experimentó algo extraño, al mirar el sol sentía una fuerza interior que lo atraía como un imán hacia el sol. Y es que era tanto el deseo de llegar al sol, que de repente sintió que su

alma poco a poco se elevaba hacia el SOL. Mientras tanto en Paita se oscureció de pronto el cielo y salió la luna.

Mercedes fue de prisa a la playa del Puerto y se sentó a contemplar a la LUNA, como siempre la veía maravillada y encantada, esta noche era especial, Mercedes también deseaba llegar a ésta , es más ,quería ser como ella y también sintió lo mismo Juan en su interior , ese imán que la atraía a la Luna . En Colán estaba el SOL y en Paita la LUNA. En un mismo instante ambos jóvenes se pusieron en contacto mental, Mercedes escucha, que Juan la llamaba y le decía ¡Es la hora! y Juan también escuchaba decir a Mercedes Sí es cierto, ¡Es la hora! entonces ambos jóvenes se elevaron y volaron cada uno de ellos a sus astros preferidos Juan al sol y Mercedes a la luna, poco a poco se acercaron y llegaron a estos dos astros, en ese momento su alma y cuerpo se compenetraron uno con el sol y el otro con la luna. Fue un momento mágico, que ambos brillaron como dos estrellas luminosas y la luna y el sol se tornaron más resplandecientes.

En Paita alguien que se encontraba merodeando por la playa contempló esto y se quedó impactado, no lo podía creer. Por otro lado en Colán alguien también vio lo mismo, estas personas los conocían. Después de

esto la LUNA y el SOL o mejor dicho Juan y Mercedes se unieron en el mismo firmamento, y uno se escondió y otro se quedó en el cielo era la

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luna de Paita, (Mercedes) que se quedó a iluminar la playa y el mar del puerto de Paita hasta dar pase a el sol de Colán (Juan) que a partir de ese día se turnarían para dar belleza a estos dos lugares.

Es por ello que se dice que la luna de Paita te invita a soñar ya que Mercedes era una chica soñadora, y además se creó el dicho popular "ESTAS EN LA LUNA DE PAITA Y EL SOL DE COLAN" que quiere decir que estas distraído y soñador, porque como ambos astros son tan bellos y encantadores que cuando los vez te quedas encantado, y es que ya sabemos porque pasa esto, ¿cierto?.

Colaboradoras: Sandoval Jimenez Creysler y Valdez Camacho Calola-CSM “SAN FRANCISCO”

CICATRIZ DE LA VIRGEN DE LAS

MERCEDES

La preciosa imagen de Nuestra Señora de las Mercedes, que se venera en Paita, parece haber sido confeccionada por escultores de la escuela quiteña. Cuéntase que cuando fue traída, trájose más bien, para la ciudad de Piura; pues, para Paita habíase pedido la Imagen del Rosario, y al ser recibido el cajón que la contenía, descubrióse que había sufrido un cambio. Pues la imagen del Rosario, para Paita, había sido entregada a Piura; y la imagen de las Mercedes, para Piura, se había traído a Paita. Quísoce rectificar el error y hecho el cambio de las imágenes como un misterio divino, nuevamente estaban cambiadas; por lo cual no dudaron que la venerada imagen de las Mercedes era la escogida advocación por la Reina del Cielo, para recibir culto y veneración en este puerto de San Francisco de Buena Esperanza. Este portento hizo que la incipiente devoción a la Virgen de la Merced, se arraigara y se extendiera por todos los contornos piuranos.

El 3 de Enero de 1587, Sir Thomas Gavendish, salió de Plymout, con tres bajeles tripulados por 123 hombres, más sorprendidos por las fuerzas de Quito, entró al puerto de Paita, el mismo que había reunido bastante dinero, destinado a la compra de géneros, que debían venir en la flota mercante desde Panamá al Callao. Con este caudal hizo Gavendish abundante botín y luego incendió la ciudad, las llamas devoraron las

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iglesias, el Convento de las Mercedes y las casas de los vecinos; por lo cual muchos abandonaron Paita y se fueron a vivir en el Valle de Catacaos (esto, según lo indicado en el Manual de Ensayo Pastoral, editado por el Equipo Pastoral Arquidiocesano de Paita), quedando en el puerto el corregidor y poca gente, la misma que reiteró al Virrey de la época, la súplica, de que trasladase la población a otro lugar. Por este tiempo los vecinos del Monte de los Padres, lugar de la segunda fundación de San Miguel, ya habían hecho abandono de este sitio, y vivían en Paita, pero las continuas incursiones de los piratas, la destrucción del puerto por Gavendish y otros inconvenientes, como la falta de agua y leña, los obligaron a trasladarse al sitio que ocupa Piura hoy definitivamente. ¿Se habría ido también, la excelsa Patrona de Paita?, ¿Habría desertado de su templo y habría abandonado su conquista? Parece que no. Pues aún no hay prueba de ello; habiendo desaparecido todos los documentos (por los diversos y continuos incendios de la ciudad).

Pretenden algunos; que un devoto suyo, cuyo nombre no ha conservado la tradición al ver las llamas que todo devoraban, penetró en la iglesia y

arrastrando el peligro, subió el Camerín, cogió en sus brazos la preciosa efigie de Nuestra Señora de las Mercedes, amada de los paiteños; y la llevó a su casa, cuidándola cual si fuese un miembro de la familia; hasta que cuando vuelvan los fugitivos, se construyera un nuevo templo.

Con el renacer de la ciudad, renováronse los paiteños, en su devoción a Nuestra Señora de las Mercedes, y luego pasaron a reconstruir su Santuario. El actual Templo de la Merced en Paita, cuyos muros de piedra tienen seis pies de espesor, tuvo anexo a esta iglesia un convento y un colegio en el sitio que hoy ocupa los almacenes fiscales. Se sabe por tradición que frente a la iglesia, donde ahora está la Aduana, en terrenos ganados al mar los barcos que zarpaban, se detenían poniéndose al pairo, para que los navegantes, se encomendaran a la Virgen de Merced y les depare buena travesía. En tiempos de largos viajes en los veleros, época del romance de la navegación a vela, cuando al amanecer se reunían los tripulantes; antes de emprender otras faenas, entonaban su acostumbrado cántico divino, cuya letra es:

Bendita sea la luz

Y la Santa Vera Cruz

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Y la Santa Trinidad.

Bendita sea el alba

Y el Señor que la manda.

Bendito sea el día

Y el Señor que nos la envía

Con sus tres naves, el Santuario, no carece de mérito; sin ser de los que pueden calificarse de obras maestras: De pié en ancho camarín, la Santísima Virgen, bien ataviada, parece presidir los destinos de Paita. Tiene los brazos abiertos en ademán de llamarnos y cual si nos dijera “Venid a mí, vosotros todos, cuantos andáis agobiados por trabajos y penas; que yo, os aliviaré. Su rostro claro y hermoso, da la impresión que respira; a la vez que es dulzura y majestad. Una cicatriz de color encarnado, que adorna su cuello, ostentase, cual trofeo, que al recordar una brillante victoria, patentiza el cariño maternal, que la Reina de los Cielos, tiene a los paiteños. Figura en primer término el hecho imborrable de la herida con arma blanca; existe la cicatriz, nadie lo

puede negar. Pero “¿Cuál es su Origen”?. Varias son las versiones; las cuales manifiestan ciertas divergencias, en algunos pormenores de poca importancia; son unánimes es decir que la mano sacrílega, que hirió a la sagrada efigie, es la de un hereje y corsario inglés. Ved aquí su versión acreditada:

En la noche del 12 de Noviembre de 1741, Paita, fue sorprendida por piratas ingleses al mando del protestante Lord George Anson, más, porque no obtuvieron los piratas en el pandillaje, la aceptación de los paiteños el rescate propuesto por Anson; éste procedió a incendiar la ciudad con alquitrán y otros combustibles que había en abundancia en los depósitos. Sólo se salvaron de este voraz incendio las dos iglesias: San Francisco y las Mercedes. Anson inspirado en su odio, a las Santas imágenes, pretendió repetir las profanaciones, que casi dos siglos antes hiciera su coterráneo Gavendish: e intentó decapitar a la Virgen de las Mercedes; pero salieron burladas las tentativas; embotase su espada y quedó estampada en una sangrienta herida el indeleble estigma de su impía hazaña. Loco de furor, mandó que llevaran la imagen a la nave, sin duda para destrozarla. Pero no bien llegó la imagen a la nave, estalló una horrible tempestad y espantados los tripulantes echaron al agua la portentosa estatua a cuya presencia atribuyeron el infausto suceso. Por

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eso afirman los pescadores de hoy, que en las escamas de algunos peces, especialmente en la corvina dorada cuando se expone al sol, se vé representada la imagen de la Virgen de las Mercedes.

Al día siguiente, cuando los ingleses ya habían levado anclas, unos paiteños que salieron a la plaza, divisaron algo a lo lejos que parecía un ser

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humano bien vestido y tendido sobre la arena. Acercáronse y vieron con asombro, que lo que había tomado como ser humano era una perfecta y bien ataviada escultura, delante de sus ojos maravillados, tenían a la Patrona de Paita, cuya desaparición ya lamentaban. Cayeron de hinojos y le rindieron el homenaje de su veneración. Una vez satisfecho este primer impulso, partieron a la ciudad en la que dieron parte del feliz hallazgo. No es posible describir el júbilo que causó a los paiteños, esta inesperada noticia; acudieron a la playa y en magnifica procesión, llevaron a su excelsa protectora en hombros, en medio de las más entusiastas aclamaciones a colocarla sobre su trono.

Visible y patente es la cicatriz, y no se ha borrado jamás; sea porque como pretenden algunos, la Santísima Virgen por otro milagro lo haya

impedido; sea mas bien porque al renovar los colores, los artistas por respeto hayan tenido el cuidado de no tocar a una herida tan gloriosa como expresiva que desde dos siglos viene repitiendo “María ha triunfado del hereje; María no ha querido separarse de Paita”.

De la Obra: Historia de Paita

Abraham Gonzáles Castillo

CERRO EL EREO

El Ereo es un cerro que se eleva cosmogónico y señorial como el más grande otero dominador de dos ríos de posición ventajosa y características peculiares, este cerro enraizado en la fábula y amaneceres de la región, es el guardián celoso de buena parte de los valles del Chira y Piura al treparse majestuoso y querer ganar al cielo en su afán de cumplir mejor el papel vigilante, bien llamado tutelar.

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Los pueblos del mundo sea cual fuere su ubicación geográfica, lo primero que crean es el lenguaje por la necesidad de comunicarse; nace así la comunicación gesticular, oral y escrita desarrollándose formas perfectas. A la materialización comunicante se suma la necesidad de entender el por qué de las cosas, de qué somos, de donde venimos y la razón de estar aquí dominando la naturaleza en sus múltiples aspectos.

El Ereo es un cerro cosmogónico, vinculado a la imaginación prehispánica tallán y ligado a la vivencia, y mentalidad campesina del Medio Piura y Alto

y Medio Chira. Testigo de infinidad de hechos unidos a la historia regional y dueño de una entraña mineral magnética cuya evidencia está demostrada en estudios científicos.

En cuentos y relatos populares se advierte lo estrecho del vínculo Hombre – Cerro. Las Fábulas y tradiciones del lugar no pueden prescindir del vigilante Ereo. Su relación con los bandoleros es inagotable y el cerro es el protagonista principal en los recuerdos de nuestros abuelos transmitidos de una generación a otra. Aún es posible encontrar a quienes fueron victimas de algún asalto en el camino, por el que seguro nuestras abuelas pasaron santiguándose temiendo al salteador. El cerro es el señor no superado entre los recuerdos de una

generación ya casi desaparecida, centenaria y testigo de los cambios advertidos en el lugar.

Bajo las laderas del cerro se ubican los sectores 15-8, Valle de San Juan, C-P 5, Somate y Lloque Yupanqui, desde donde las retinas de sus cotidianos moradores se detienen ya por costumbre a observar el cerro, que en tonalidades diversas pareciera transmitir mensajes irreversibles. Sus caprichosas formas se detectan desde Sullana, Marcavelica, Querecotillo, la ruta Sullana–Piura, Las Lomas, Tambogrande y toda la Colonización San Lorenzo, Malingas, el camino entre Las Lomas y Suyo, Poechos, es decir su área de influencia es mayúscula y sirve para entender la vinculación que debió tener con los hombres pretéritos de los sitios mencionados, si pensamos en el vientre mineral de que es dueño y en la estratégica posición con que nació.

El Ereo no es como el Huascarán ni como el Aconcagua, es un cerro aislado, pequeño pero dominador, guarda más embrujos que el Pilán en Morropón; sin embargo falta el compilador que dé forma literaria a los relatos acumulados en las neuronas de los vigías del cerro, en los

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custodios de este patriarca, porque en sus inmediaciones aún se encuentran personas que han pasado toda la vida a su alrededor.

No hace mucho un incendio destruyó gran parte de la flora y fauna del Ereo, un descuido muy condenable fue la causa de que las llamas acabaran con colambos, macanches, corales, palo santos, gualtacos, vichayales, obelares y otras formas de vida cuyo habitat era el cerro. Dicen que desde Tambogrande y zonas adyacentes, por las noches cuando se apagó el fuego, el cerro parecía un enorme nacimiento con luces que se encendían y apagaban como intermitentes en el pesebre navideño.

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Este punto de atención es un hito saltante en la cartografía regional. Aparece en mapas desde el siglo X VII y en los croquis de rutas que ilustran algunos viajes del siglo XVIII. No es nada descartable que el Ereo fue contemplado por los conquistadores españoles en 1532 ya que su ruta de ingreso a Tangarará los llevó a atravesar el Medio Chira, cuando salieron de la recién fundada San Miguel tomaron el camino del Tambo – Grande en la dirección a Cajamarca. La ruta de la Santa Visita del obispo Martínez Compañón en 1783 se traza entre Pelingará y la Punta (actual Sullana), de donde podemos deducir que el ilustrísimo

obispo contempló el cerro en marzo de 1783, cuando en el cumplimiento de su labor pastoral solucionó problemas temporales de sus feligreses. Pero quien nos da una visión mayor sobre el Ereo en sus viajes es don Antonio Raymondi anotando las distintas posiciones desde donde lo observaba.

No muy lejos del Ereo en el sector 8 – 4 se encuentra el Monasterio de la Encarnación de los padres y hermanos benedictinos. Desde ese lugar se contempla el cerro en una de sus majestuosas y principescas versiones.

El color del cerro varía de acuerdo a la estación de año, a la distancia y a la condición de los años secos o lluviosos. El tono celeste que adquiere algunos meses, desde la distancia lo hacen más mágico y patriarcal al observador. Hay posiciones estratégicas desde donde al contemplarlo parece surgir en medio de una sábana verde. Ése es el Ereo, el vigilante pétreo de la zona que en las noches estrelladas rivaliza con el Orión constelador.

Sólo estudios posteriores afirmarán o desmentirán si sobre el cerro se organizaron romerías en tiempos prehispánicos, en esos siglos el cerro

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debió significar mucho para nuestros antepasados en un perímetro muy amplio incluyendo Suipirá y Suyo. El círculo geográfico del Ereo, sin lugar a dudas motivó un halo divino en torno a él, deificado por los piuranos de ayer. La influencia del cerro en la vida piurana prehispánica se nota en los relatos de la zona que hacen girar a su alrededor innúmeros sucesos de la vida regional; los recuerdos de la actual generación centenaria se contagian entre los relatos heredados de sus predecesores, aún se pueden rescatar leyendas confiadas a la memoria de los vigías eternos que con muchos años a cuestas siguen haciendo girar sus vidas alrededor del místico cerro.

Desde el Kilómetro 35 de la carretera Sullana – Tambogrande, el cerro tiene, una envidiable forma volcánica, y casi a la altura del kilómetro 22 parece una zapatilla antigua desafiando al tiempo o tratando de avanzar en el horizonte. De otros lados es posible observarlo en su forma

característica de dos coronas y nebulado de un celeste divino. Desde la mágica Greda, Locuto, Angostura, Serén, Ocoto y otros lugares del Medio Piura es tan soberbio que da la impresión de un semidiós haciendo girar los relatos locales siempre a su alrededor.

Esta innegable influencia del Ereo en la vida regional forma parte de la PIURANIDAD IRREDENTA. Tenemos una identidad especial como

piuranos que nos diferencia de toda la costa. Nuestra identidad cultural se perfila a través de valores históricos, geográficos, lingüísticos, etnológicos, literarios, musicales, pictóricos, de religiosidad popular, industria casera, cosmogonía y en otros aspectos que el arte y la vida tienden a resaltar. A nosotros como PIURANIDAD VIVIENTE nos compete colaborar para que las generaciones futuras hereden una PIURANIDAD EDIFICANTE sin perder el nexo espiritual perpetuado desde hace milenios hasta el día de hoy.

Miguel Arturo Seminario Ojeda

Historia de Tambogrande

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Sullana,es la capital de la provincia de Sullana, en el Departamento de Piura, Perú. Conocidatambién como “La Perla del Chira”, “La Ciudad del Eterno Verano” o la “Novia del Sol”; fuefundada en 1783 por el obispo Baltasar Jaime Martínez Compañón y Bujanda, con el nombrede “Santísima Trinidad de la Punta” siendo concebida para convertirse desde sus inicios comouna ciudad guía. Hoy en día la Ciudad es un centro urbano-comercial-administrativo yfinanciero, la cual se precia de ser una de las ciudades más grandes y desarrolladas del país.Su valle, irrigado por el Río Chira, permite tener una intensa actividad agrícola en productospara la exportaciónLa provincia deSullanaconocida comoLa Perla del Chirao la provinciaVerde.Es una de las8 provincias que integran el Departamento de Piura, bajo la administración del GobiernoRegional de Piura. Limita al norte con el Departamento de Tumbes, al este con el Ecuador y laprovincia de Ayabaca,

al sur con la provincia de Piura y al oeste con la provincia de Paita y laprovincia de Talara.

División AdministrativaLa provincia tiene una extensión de 5 423,61km²y se divide en ocho distritos. Sullana Bellavista Ignacio Escudero Lancones Marcavelica

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Miguel Checa Querecotillo SalitralDemografíaGráfico de población 2010En el siguiente cuadro, la distribución de la población provincial en los 8 distritos que laconforman. Sullana - Población pordistritos - Censo 2007 Distrito Habitantes Sullana 156 601Bellavista 36 072Marcavelica 26 031Querecotillo 24 452Miguel Checa 7 446Lancones 13 119Ignacio Escudero 17 862Salitral 6 097Macrocefalia SullanenseLa provincia de Sullana excluyendo su capital,Sullana,suma cerca de 136 234 habitantes,cerca de 300 000 incluyendo la capital. Se da una marcadamacrocefaliaya que más del 62%de la población total de la provincia reside en la ciudad deSullana.La

macrocefaliasullanense es el resultado de la escasez de poblaciones de una cierta entidad a excepcióndelValle del Chiracon ciudades comoBellavistaoMarcavelicaambas con más de 20 000 habitantes. En la zona central de Sullana, es donde se concentra la mayor parte de lapoblación por la ubicación deSullanaen esa parte de la provincia rodeada de poblacionescon cierta importancia con las que se alcanzan los 230 000 habitantes.Geografía y Clima

http://www.slideshare.net/delmib enites/conociendo-sullana-14759610

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Localizada en Marcavelica (aproximadamente 2 km. Desde Sullana)

CERRO "NARIZ DEL DIABLO"Para los tallanes el lagarto, que abundaba en el río Chira, era considerado una divinidad, por lo que confeccionaron con oro su imagen. El culto al sagrado “lagarto de oro” se efectuaba en los alrededores del cerro de los marcahuillcas, conocido hoy como “la nariz del diablo”, nombrado así por su siniestra apariencia. Es probable que los marcaveles al tener conocimiento de la llegada de las hordas de Pizarro, codiciando oro y plata, enterraron el sagrado “lagarto de oro” en las entrañas de este misterioso y legendario cerro. Dicen que el lugar era un cementerio tallán, que en algunos días del año brotan “encantos” de las huacas de los gentiles. Años atrás en los días de viernes santo se “huaqueaba” en el lugar.

Este cerro se encuentra ubicado entre Marcavelica y Salitral, en la margen derecha del río Chira, al costado de la laguna de Marcavelica. Geográficamente corresponde a un elevado y macizo cerro de naturaleza gredosa (arcilla), integrante de una cadena de estribaciones en la parte media del valle del Chira. Es fácil llegar en cualquier vehículo que transita hacia Querecotillo.

Nombre Original: Nariz del DiabloLocalizacion Geogràfica: Sullana, Piura, Peru, SudamèricaCoordenada Geograficas: 4° 11' 32" Sur , 80° 51' 59" Este

La leyenda del lagarto de oro:

Este cerro es conocido como “La nariz del diablo” debido a que tiene dos orificios parecidos a las fosas nasales. Nos sentamos al frente a aquel cerro y empezó:

- En este cerro aparece un pequeño Lagarto de oro, que duerme a las orillas del río, que siempre sale iniciando la mañana y terminando la noche; encantando a los que deambulan por ahí con su brillo y los adormece llevándolos dentro del cerro del cual no vuelven a salir jamás. En el mes de abril para semana santa los marcaveliquences huaquean pasado el medio día y se alejan antes de medianoche rogando que el lagarto no se les aparezca.

Un día llegaron al hospedaje unos periodistas que habían escuchado la leyenda de este lagarto en muchas formas, y me pidieron que le contara la leyenda yo se las conté y los previne de aquel

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lagarto, aunque su curiosidad de ver si era verdad pudo más, ellos decidieron ver si esta leyenda era realidad o simplemente una leyenda más.

Así que al día siguiente se levantaron de madrugada y los acompañe a la falda de aquel cerro.

Me senté frente al cerro y los observe. Veía como se reían entre ellos, mientras esperaban, uno de ellos bajo para tomar una foto al cerro.

Y cuando fue a ver a sus amigos vio como el lagarto de oro salía y como ellos se encantaron y comenzaron a seguir al lagarto. Éste empezó avanzar y con él avanzaban ellos deslumbrados por el brillo del oro.

Mientras más se adentraba, el lagarto, iba dejando pedazos de oro; que ellos iban recogiendo hasta desaparecer de su vista. Él salió de aquel cerro asustado mientras se escuchaban unos gritos espantosos.

Cuando bajó de aquel cerro; corrió como si el diablo lo siguiera y entró muy raudo a la casa; fui detrás de él para preguntarle dónde estaban sus amigos y aquel forastero me contó lo que había pasado y como su amigos se habían dejado

cautivar y encantar por aquel lagarto quien los adentro en aquel cerro.

Ese día esperó a que sus amigos aparecieran, y los demás días que estuvo ahí los buscó en vano; ellos no aparecieron jamás.

Cuando el viejo terminó el cuento me dijo: -Señorita, si usted desea comprobar si la leyenda es verdad o mentira puede ir a comprobarlo.-

En ese momento miré hacia el cerro; le agradecí que me haya contado aquella leyenda y sin decir otra palabra me levanté y caminé hacia la plaza de Marcavelica y aquel viejo al lado mío. Y nunca visité el cerro de “La nariz del Diablo”.

Aquel viejo nunca pudo ver al lagarto de oro y quien lo vio se fue y nunca más volvió.

Historia contada por Miriam Garcia:

http://www.jpsica.com/concurso1/blog/?p=320

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