Érase una vez, en un lejano país…

…un dragón monstruoso.

Aquella bestia que solo verla daba miedo,

podía andar y volar.

El dragón mataba y se tragaba todo lo

que se encontraba por delante…

...ovejas, bueyes y caballos…

...hombres, mujeres y niños…

...destrozaba las casas.

Para que el dragón no hiciera tanto daño a las

personas del pueblo deciden darle de comer y par de

corderos al día. Y cuando se acabaron los corderos

le dieron bueyes y otros animales.

Pero llego un día en que ya no queda ni un animal

y, entonces, el pueblo se pone de acuerdo para, antes

de que mate a todo el mundo, darle por sorteo, cada

día, una persona para que se las coma.

Un día le toca la mala suerte a

la hija del rey.

El rey no tenia ninguna

más y estaba desesperado.

No quería entregarle su

hija al dragón…

...pero el pueblo exigió que hiciera como todo

el mundo. Si no, el dragón se los comería a

todos…

...así que llevaron a la princesa ante el

dragón

… pero cuando el

dragón va y abre

la boca para

comerse a la

princesa aparece

San Jorge

montando en un

caballo blanco…

...San Jorge mata al dragón de una

lanzada en el corazón.

De la sangre del dragón brota un rosal

de rosas rojas.

San Jorge le da una rosa a la princesa

en señal de amor.

Todo el mundo está contento… La gente

grita: ¡Viva San Jorge!

San Jorge

vuelve a montar

en su caballo

blanco y se va

a galope

sonriendo.