Levantándome Sospechas

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Levantándome sospechas María Julia Jorge Auad

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Versos secos, versos que son ecos, algunos huérfanos, y otros orgullosos. Versos huecos, chuecos, que anudan a mi mismisidad.

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Levantándome sospechas María Julia Jorge Auad

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A mis inmerecibles. Transmitiendo siempre vivos y en directo.

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-A veces siento que mis palabras cobran vida, se despegan y juntas forman un ejército, que quieren devorar mis ojos, detener mis manos, silenciar mi boca. Solamente debería escuchar, para ser humana, y luego callar. –

Julia

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Condición

Animal soy.Animal nací. Animal moriré.Por eso soy humana.

Animal: en ayunas, en ahogo.En este proceso de catarsisSilencio, ausencia, frío.En vez de buenas letras, Surge mi metamorfosis.

Allí…

Soy humana: Entonces pienso y luego callo.Si soy humana, siento.Entonces, destruyo.

Esta idea paralela, de vivir condicionado por una condición misma del ser, la condición humana por ser animal, la condición animal por ser humanos.

Cuando me encuentren Ya no seré nadie.

Técnica para salir del ser.

Sentarse frente al espejo.Pensando en “No soy yo “es aquel.Después de muros de la mente, que unen, encierran y separan. -Enfocarse en cualquier espejo corriente.

Mirar al reflejo. (Fijamente al rostro).Hasta solamente ver los ojos, profundos.¿Qué esconden? ¿Qué gritan? ¿Qué sensación provocan?-Interrogantes, que vendrán a tu cabeza.

Ya perdido el reflejo.Se consigue ver el panorama real.Que es...Como el ruido de un disparo.La caída de un suicida.El ultimo suspiro, tuyo o mío… ¿de quien?¿Acaso nos pertenece?

Escrutinio

Los días me despiertan siempre en cualquier ayerMe aflojan la cuerda, condisgusto, les ladro.Indiscreta, insultada, insólita.

¿Para que te paras en esa baldosa floja?

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Me vesTratas resolverme.Déjame así, así como estoy.

Si me aflojas la cuerda, me desenrollo, y no me cuido de no gritar.Andas intentando tentarme dejando las riendas sueltas de mi cordura.Entonces, no me cuidas,y como perro ciego, desconozco, desespero y muerdo.

No te sientas así (te siento)No vale la pena bajarte el pantalónNo es soluciónNo es venganza

Es tarde,para vos y me. (la que ves no soy)

Ya fue el fuego por                     contra NOSOTROS                     con

Tranquilo, que es un relato de piedraNo tiene vida, pero sirven de armapara atacar (primitivamente)Después de dos puntos, Tal vez premisas insensatas.O puntos suspensivos.

Para no volver a despedirse en la vida

Me dejo tentar, me dejo eliminar, me dejo y me voy.

Prohibido retomar palabras corrientes.

Deseo, ¡escóndete! que no te quiero encontrar.El tiempo imprescindible transcurre en el ámbito de la pesadumbre¡Cuidado! Abro los brazos vuelo a caer.

Si sigo hablando de lo extraño. Nunca lo voy a entender.Yo soy, vos soy, soy con vos, vos conmigo nunca vos yo.No se va a saber, ni siquiera si vos sos yo.

Rompecabezas.

Para considerar mi existencia, espero la reconquista del diablo.

Tiempo

El tiempo me persigue, me presiona, me consume.Es como el calor de verano sobre la espalda.Denso. (Hace que se tornen aburridos mis juegos.)

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La idea de creer que es infinito.Me asusta. El tiempo nos define y nos manipula.

Tiempo, es el personaje mitológico mas sabio, el que viste de blanco y siempre es inocente.

Sujeto tácito

Cuidado con mi corazón.Puedes errarle.

Muy lejos de la niebla, no puedo deshacerme de mi frío.Por mas que escriba mil poemas. Nada podrá salvarme de estado que se oculta de mis

propios ojos.

(Papeles húmedos)

No debo exhibir más gritos, ojos, flores, etcétera. Dejare de ser, nunca seré tampoco.

Quiero despertarme en una caverna donde este mal no se sienta incomodo. Donde mi sangre pueda correr también fuera de mi cuerpo y por el suelo.

Pulso, silencio.Un pez, un ángel, un humano.

Literalmente, la nada.

Momento I

Tiempo temblando al compás de un pénduloNavegas en sus líneas perfectas. Fuego, llamas. Gritos. Imposible escapar de los ojos ciegos. No me despiertes si sueño tus sueños,Sueños, que como el tiempo tiemblan. Matas al placer con  tu miseria. A mi, no me destruyas. 

Momento II(Clair de lune)

Sentada en el umbral, escuchando el cielo reventar, deje caer mi cabeza para leer la página:

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Cuando no puede uno ayudar, debe callar. Nadie debe empeorar con su desesperanza el estado del paciente. Por ello mismo deben ser destruidos todos mis garabatos. No soy una luz. Solo eh quedado enganchado en mis propias espinas. Soy un callejón sin salida

Pensé en mí. Levante mi cabeza. Ya goteaba, como si las gotas me afirmaran mi presentimiento sobre las últimas líneas leídas.

Agarre el lápiz y en el margen escribí:

“Me acuso a mí, por cargar este nombre, que es solo un rayón más. Por que no puedo armarme de paciencia para desenredar el nudo que ata mis manos y poder explicar de qué se trata esta pasión que bullese en mi sangre.”

Me nuble. Deje de escribir.El suelo estaba completamente mojado.

En estos últimos días, las grietas de mi cuerpo, arden.

Momento III Dibujando con los pies la luna.

¿Que quedara para después, si rompemos el cristal ahora?

Mirémonos por un segundo, pero que ese segundo se torne eterno, para que esa mirada se haga penetrante, para que la piel se nos cure.

Se ennegrece la imagen. Ensueños.

 Después, esta nublado, hay una pesadez. Al levantarse, la imagen de una bestial mujer en la frente, pero que esta ausente. En pie, aunque todavía algo perturbado, escribe un poema maldito.

- De alguna manera mentimos y estas palabras sucias no bastaran para sanarme.-

Intento

Desarmo, armo. Intento escribir.

Es como si fuera que un ventilador en mi cabeza hace revolotear unos papelitos con diversas frases o palabras. Entonces, mis ojos quedan colgados en cualquier cosa que pueda describir con las letras, o algún absurdo hecho que pueda reemplazar por precisas/preciosas palabras para explicar cualquier emoción que corre por mis venas.

Escribo, borro, abuso de mí. Vuelta. Intento escribir.

Entonces cuando empiezo, no puedo controlar mis manos, parecen dos insectos que van y vienen enloquecidos por el temporal que esta por venir lejos de mi lengua. Las compadezco, como a Gregorio, nunca podría matarlas.

Sepan: ¡Los ojos locos no ven lo que yo veo! demasiados obsesivos con lo que no hay.

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La belleza se encuentra en lo íntimo de la realidad, en el mensaje entre líneas, el carozo de la fruta, el polvo que seremos el día que las ultimas flores se marchiten.

Recorro

Camino por el pasillo, un pasillo sin ventanas, y no quiero levantar la cabeza, tampoco quiero saber donde va a terminar.

Camino sin elocuencia, ya hasta mis palabras la perdieron. Pero mi idea sigue allí. Involuntariamente.

Cuando cayó una nube en mi jardín Debí soplar.

Entonces corro por mundos de papel y metal, me sumerjo en el agua, Tengo re reinventar un formato para mí.

Me miro al espejo, sonrío impaciente, me observo detenidamente un ojo y el otro, observo mi cuerpo. Me observo de nuevo. Tengo que grabarme en la cabeza que ese reflejo existe conmigo y para todos los demás, sin mí.

No quiero que la línea de fuego me tenga, pero mis pies descalzos no soportaran al arder. Por más que para saciar la sed deba atravesarla, mi cuerpo no quiere sacrificarse por mí.

Disuadido.

Desde aquí te veo.Aun la niebla no te ha vuelto difícil de distinguir.Todavía no es la hora, pero igual me esfuerzo para verte.

Entre mi sitio y el tuyo, hay un espacioque no es un abismo, ni un avernoes un invierno lerdo.

Y esa niebla, mi niebla,esa que esta cubriéndotetiene un color ceniza de papeles que aun no llenadode mis sueños de despierta,y de mi labia… Inservible

Y así, como tu invierno,que usurpa ese espacio. (Justicia)Que no es ni mío, ni tuyo. Es nuestro.Se abrela espera. Una espera perdida.Pero igual, me esfuerzo para verte.

Sensible vos.

Salto al vuelvo. ¿Intentas agarrarme? ¿Me vas a seguir? Toma de mis pies, intenta agarrarlos en pleno salto.

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Yo intento caer, entre más caigo mas vuelo, y no vuelvo.Voy envuelta y sin vuelta.Miro el suelo, y suelo no reconocerlo.

¿A donde voy? Pregúntatelo a vos mismo.

Yo, en esta caída en vuelvo (sin fin)Me divido y no diviso tu figura.

Pregúntate a vos mismo.

Rodeados.

Nubes negras bajan hasta mí, hasta mi propia luz puedo sentir desvanecer

Hay un frío que repercute en este sitio,Sitio donde ningún lugar te orienta para llegar…

Y desarmándose en la arenaSopla sus lágrimas hacia el mar

Una persecución de razones, regulan el aliento de mi alma

Pero aquí muchos ya conocemos el infiernoY estamos cayendo en seco, casi inertes.Dándonos la espalda sin salvarnos

Haciendo que los sueños se vuelvan espadas en la cotidianeidad.

Presuncion

Con tu rostro desafinadoSi mis manos van a contramanoTu cuerpo se eleva sin necesidad de desgarrarse del mismo tu alma.No, ya no es un hundimientoTe escribo –yo-Y no de mi necesidad de ser o estar, como verbo o adjetivo.Si no de inexistencias dulces.

Mi grito que frena mi caída.Yo no uso tu lengua te digo.Vos estas completamente exento de esto.

No, no es un pensamiento morboso.

No me avergüenza.

Te pido cordialmente, que saques la basura.

De poeta disfrazadaRecito silencios, espacios, desvirtúes

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con miedos, encierros, y espadasclavadas

Te nombro sofisticado como un regalo con moño de tela.Hago confesiones.Y aunque exige que me calle, sigo hipo-criticando.

En estas veredas que caminono demandan tal vicio míode mentir.Pero lo necesito, si no¿Por donde me destriparía?

Si me revisas en el tiempoyo cambio, me transformo.

Y mi influencia, la misma que la tuya, esla que nos va a dejar igual de revueltos.

Pierdo mi nombre al paso

Luz de luna derramadaEs la sombra de lo profundo del color.

Y así empiezan todos mis poemas

Y estoy sentada mirandoY estoy guardando mis gritosCamino, caigo y corro.

Poco bizarro aquel hombreQue el desenfreno lo hizo polvo

Pero ya tengo un vuelo altoVuelo a nubes grises, vuelo sin mirarlasY el amanecer deja idiotas a los pecadores

Tranquilos.

La tierra, para mi es infierno

Pecas, pesca, pecar.

Lo que uno mama no se derrama.Mentira que soy verdad, Como poeta me defino profesional: Mintiéndoles.

No creo en eso, sexoNi en versos secos comoecos que son huecosen mi corazón chueco

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Arrojas los huevos al suelo, reventándolosTus sueños rocosos, como muros mohososTodo te pone coloso y no quiero más.

Me buscas en rutas, brumas, grutas.Mis curvas brutasTe vuelven a atrapar.

Lo que mamo lo derramoMentira que no soy verdad

Como poeta me defino profesional: Mintiéndome.

Palabras al querido viejo autor ¡de mal destino!

Desahuciado e inerte,Con la lengua atada al estomago.Un remolino de nada, que te sujeta a ese sillón.

Mientras…

Está reventando allá afuera, te lo están dictando a los gritosDonde se incendian tus penas, donde se derriten tus tatuajes.Desde allí... pájaros saldrán de tu boca, -Si te sueltas y te dejas desarmar

¿Que te inspira hoy?¿Que han visto tus ojos? ¿Que ha sentido tu piel?Hasta la fragancia mas agria puede serLo que amontone oraciones en tu garganta, -Alguna tosca palabra es correcta para dejar sangría, y empezar.(Sabes que tu cuerpo sentiría estallar, como todas las veces)

Y te lo digo yo,No hay que quite ese frenesí de mi. (Me sirve para amar)

Memoria, memoria, memoria.

Caras de agonía silenciadase reflejan en la nueva realidad.

Cuando se intenta borrartrazos tan fuertes del papel históricosiempre quedan rastros.

EntoncesMemoria, memoria, memoriamucho no se puede hacer.

Ahora en la escuela

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Me hablan de vos.Pero pretenden Memoria, memoria, memoriaY creo quemucho no se puede hacer.

Y la gente lo hablalo llorase arrepiente.Y es igualMemoria, memoria, memoriamucho no se puede hacer.

Son ideas perpetuas.Y no hablo de fundamentosde igualdad, ni libertad.Si no que, quiero explicarque haciendoMemoria, memoria, memoriamucho no se puede hacer.

No me calles.Yo se que recito palabras que vos no entiendes,pero alguien con mi corazón duplicado ,lo va a defender.

Clemente

Pequeña sensibilidad Interna ternuraRedondos mis ojos

Ahoralagrimas de agua bendita

Me descubre a carne vivaPartes irreales,Como los huesos del corazónTodos los demás carecen de esto.

El cielo queda muy cerca de aquíEn la primera letra de cada cuentoSomos.

Dentro de una caja musical ponemos una semilla.Mal regada, mala planta.Siempre una raíz

“Cuando toques el agua del marcada destello que te llegue.Senti-me-nos.Existimos. ”

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La flor, Marchita.

Sentada en mi balcón se me ocurrió plantarme en el cuero cabelludo una flor marchita.

En mi balcón caen flores, de un árbol que lo atraviesa. Aun no sé cual será la especie del árbol, solo sé que las flores que caen y se marchitan en mi balcón, tienen un color púrpura.

En el suelo de mi balcón como hay flores marchitas, hay flores maduras las cuales conservan su espontánea belleza.

A pesar de ser chiquitas en tamaño, cualquier Galán a quien yo quiera encantar, se rendirá a mis pies con solo perfumarlo con el aroma de una flor madura por medio de un soplido. Yo no quiero encantar a nadie. Solo quiero saber si al plantarme una flor marchita en el cuero cabelludo, que pasara.

Las flores no creen en la reencarnación, tampoco hay un paraíso para ellas, y creo que cualquier persona que visite mi balcón y vea una flor marchita no pensara en su destino.

Entonces… ¿A las flores deberíamos hacerles un funeral? Yo pensé que el funeral seria inútil, las flores marchitas algunas vez fueron maduras. Al

fin al cabo fueron bellas. Díganme... ¿Ellas tiene la culpa de haberse echo color canela y haberse arrugado?

Sentada en mi balcón se me ocurrió plantarme en el cuero cabelludo una flor marchita.

Nunca jamás pude levantarme de ese lugar. Entonces, mediante un proceso de lágrimas y sal que se desprendían de mis ojos

lentamente y recorrían de punta a punta mi estructura humana, mi cabello comenzó a añejarse y a caerse. Mi piel se ponía color canela y se arrugaba, y se tornaba muy débil, cualquier pisotón que me dieran me rasgaría entera. Mis uñas y mis orejas se cayeron. Mis piernas se adhirieron una con la otra, mis brazos se soldaron a mi torso. Y por ultimo mis ojos desaparecieron y con ellos las lagrimas y la sal.

Paso mucho tiempo, sentí la conexión con el árbol de donde provenía el origen de esta transformación, (cual bajo mi encanto debo decirle evolución). A pesar de mi estado delicado, no me mandaron a terapia intensiva, me quede donde mi flor marchita mas deseaba.

En mis adentros sentía que la temperatura había aumentado, podía sentir más intensamente mis palpitos, oía atentamente a mi subconsciente que se desenvolvía en cualquier tiempo verbal. Mi corazón conoció el octavo color, entonces supe que estaba bien así.

No espere que viniera mas, todo estaba perfecto. A pesar de ser errante así. Así era mi destino.

Sentada en mi balcón se me ocurrió plantarme en el cuero cabelludo una flor marchita. Esa flor marchita fui yo.

Marchita.

Locuras de papel

17 de Julio 1993: “Esta mañana al fin volví a recibir un llamado de ese maldito lugar. Aunque

no sabia el objetivo de la secretaria que hablada a través del auricular escuche

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atentamente -Señor Casares, solicitamos su presencia ahora, tenemos noticias para usted-. No quise preguntar por que no me dio la noticia por el mismo teléfono, la misma secretaria sabia que cada vez que salía del lugar mi cara tenía el mismo blanco que el de las paredes. Pero aun así mantuve mi tono neutral y conteste con aprobación.

Cuando baje del auto, y leí una vez mas el cartel de “Clínica psiquiátrica Franco Basaglia” petrificadamente. Cuando dije mi nombre por el portero para ser recibido, empecé a descomponerme.

Camine hasta la puerta, y me pare al frente de la secretaria para que le ordenara al guardia que me acompañe hasta la habitación donde Ana se encontraba. Pero instantáneamente me dijo -¿Casares?- le hice un gesto de afirmación. La secretaria se levanto de su asiento se dirigió hacia donde yo estaba. Mis rodillas temblaban. Eche un rápido vistazo a la ventana de afuera. El frió que se notaba no se comparaba con el que habitaba dentro de mi. Un frió de ausencia, un frió que me daba miedo, pero que me salvaría de mi mismo una vez mas. La imagine con todo lo que me comentaban de ella en ese lugar: su desesperación por mí. El niño allí con ella, o si bien dentro de ella. La secretaria me hizo sentar en las sillas donde yo solía esperar varias horas para verla, y con su neutro tono de vos me dijo -Lo siento señor, pero Ana amaneció sin vida- Creo que ella, amaneció muchas veces sin vida, pero esta fue sin mi, y para siempre.”

Víspera navideña, todos caminan por la calle con los ojos encantándos, los niños miran las vidrieras rogando los juguetes para navidad y algunos padres que los tironean para que caminen y no retrasen sus horarios otros parece que les divirtiera estar con ellos y gastar en un juguete que los hará felices hasta que se rompa y desaten en llanto. Y la gente de dentro de los negocios enloquecida con la venta, algunos empleados que saben que su sueldo no aumentara por trabajar mas o menos, y los jefes que las fiestas traen mas dinero y que dentro de un mes la playa será un nuevo lugar para descansar.

Que gente ciega, pensé. Seguí manejando hasta el nuevo lugar al que tendría que llamarle vivienda. El viejo departamento tuve que venderlo, la renuncia en mi trabajo no me traerá dinero de sobra. No se si la nueva casa estará en condiciones para que yo viva en ella. Mi abuelo paterno fue el último que vivió allí, y mi padre se fue de allí muy de chico. El decía que abuelo no era una persona con la que cualquiera pudiera tratar, y que visitarlo tampoco era de buen gusto. El día de su muerte recuerdo que fue como cualquier otro pero mi padre guardo silencio todo el día, y cuando le pregunte a mi madre ella me contesto que era por la muerte del abuelo, y también me comento algo de una enfermedad sin cura, y que mi padre solo había encontrado el cuerpo tibio ese día.

Una verja negra estilo alemán rodeaba la casa. Era bastante grande para ser uno solo el que viviera allí. Tenía vecinos que por el aspecto de sus casas, no eran del todo sociables, aunque por mi parte no me interesaba amistad con nadie.

Desde afuera parecía estar abandonada pero no en tan malas condiciones. Abría que explorarla por dentro mientras trasladaba algunas de mis cosas. Pasaría una noche allí y al amanecer decidiría si pedir que traigan algunos muebles.

Me encamine hasta la puerta de entrada de la casa, busque la llave en mi bolsillo y la observe un segundo antes de introducirla en la cerradura. No se por que , debe ser la antigüedad, pero me parecía bastante extraña la llave, no creía que iba entrar dentro de la cerradura, no resultaba a simple vista.

Introduci la llave en la cerradura sin embargo, abrió. Al entrar y levantar la vista me encontré con un “vestíbulo”, quede observándolo con cierto asombro. Nada estaba limpio, obviamente el piso inundado en tierra, las paredes el techo con algunas manchas de humedad, y cerca de las ventanas y otros rincones rastros de telarañas. Pero mi extrañeza no se debía al trabajo que me costaría limpiar esa casa, por que no lo haría yo, se debía a que se conservaban un par de muebles, entre ellos una mesita de luz, un sofá (que empecé a considerarlo mi cama) y un reloj de pie.

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Me acerque al sofá, para inspeccionar si no tendría alguna rata de compañía para dormir, no encontré nada. Me aproxime al reloj que… no me parecía que funcione, entonces solo, eche un vistazo rápido y proseguí.

En seguida del vestíbulo me encontré con un comedor que compartía el espacio con un living. Hacia un lado encontré una puerta que creí que era la cocina y por casualidad, acerté. A otro lado de la habitación unas escaleras, supuse que llevarían a las habitaciones, y otra vez acerté. Era un pasillo largo, y se podía distinguís dos puertas a cada costado, y una al final del pasillo. Todas las puertas del costado podían abrirse, y todas mostraban una habitación similar, a excepción de una que era un baño

Me extrañe simplemente, por la puerta del fondo no la pude abrir, parecía estar cerrada con llave, observe detalladamente de arriba hacia abajo, y sin tener ninguna sospecha encontré una especie de letras al pie de la puerta. Eran extrañas, como si fuera que lo hubieran tallado con desesperación. Mire cuidadosamente cada una de estas, la primera tenia forma de “R” y la segunda parecía ser una “E” pero mal dibujada, y posterior a esta una “L” y una “O” bien distinguidas, y al parecer quedaba una letra mas, pero en realidad no se entendía parecía ser un simple rayón.

Un sonido proveniente de mi estomago interrumpió mi observación, no había comido todavía y de verdad empezaba a sentir hambre. La puerta no iba a abrirse por arte de magia…me despeje de esa casa y salí a buscar algo para saciar mi hambre.

21 de Mayo 1993: “Son las 5:00 de la madrugada. Me encuentro en este repugnante

hospital. La gente que pasa y me mira impactada por el estado con el que me encuentro escribiendo. Esta bien lo acepto tengo medio cuerpo bañado en sangre, pero tengo todas mis extremidades unidas al cuerpo todavía. Además, prometí guardar cada hecho de lo que me sucediera junto a Ana. Ella me lo había pedido un día antes de nuestra boda, y yo opte por hacer este diario. Ya había tenido experiencias con ella, pero la acepte además de su estado mental que la sobrepasaba. Siempre me había explicado que era algo ligero, un trauma infantil, por su terrible infancia (que en mi perspectiva era más oscura que su sombra).

Y no soy especialista en psicología pero tal vez su infancia tenga algo de relación con lo sucedido. Creí que Ana solo se había levantado como siempre a tejer en la mecedora, esa supuesta manta multicolor para el niño que llevaba en su vientre, causa de mi intranquilidad, algo con tanta importancia en Ana no era para confiarse. Pero tejer a las 3:00 de la madrugada era lo religioso para ella, entonces me quede en la cama. Pero al instante escuche un grito agonizante en la cocina, desesperado me levante, y al entrar a la cocina encontré un charco de sangre en el piso junto con miles de cubiertos desparramados, un cuchillo cocinero en el vientre de Ana y sin ver mas, supe que hijo ya no habría.”

Me desperté sobresaltado, era uno de esos sueños con esos recuerdos que trataba de ocultar, para que no trastornen mi vida aun más. La sangre, elementos de cocina, el hospital… para que recordar. Quede acostado observando una mancha de humedad en el techo. Seguí mirando la habitación y me detuve en una araña que salía por detrás del reloj. En cuanto menos lo pensé estaba de pie, mirando atentamente las agujas del reloj. Me resultaban algo familiares, parecían ser de bronce o de alguno de esos materiales que nunca se romperían muy fácil…era seguro que había visto las agujas. Intente abrir el reloj para poder inspeccionar las agujas, forceje la puertita de vidrio, y cuando quise tomar la aguja mas grande, esta se desprendió fácilmente del reloj. Entonces, me di cuenta que la parte superior de la aguja era parecida a la llave de la casa. Me recosté otra vez en el sofá, mientras seguí observando la aguja.

Pensé por que era tan fácil su desprendimiento del reloj, por que era parecida a la llave de la casa. ¿Y si la aguja abriera algo? ¿Si alguien la hubiera echo disimular por agujas y en realidad abría algo importante? Pero… ¡¿Qué?!

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Entonces lo recordé, la habitación de la planta alta…a la que no pude entrar, cabía una mínima posibilidad...

Mire la cerradura, y mi mano sin que yo lo ordenara se movía para insertar la aguja dentro de la cerradura. Pero me detuvo la idea de que era muy ilógico que… ¡Una aguja abriera una puerta! Recordé las letras que estaban escritas en la parte inferior, “Relo…”, “Reloj...”. Tenía cierta relación… podría ser probable...

En el momento que la aguja entro dentro de la cerradura se escucho un sonido como si, un milagro habría resultado, un milagro que desconcertaba, y al mismo tiempo asustaba… Pero no seguí pensando en eso,y abrí la puerta, y me quede con algunas escaleras… mi estado de confusión aumento… paso por mi cabeza la imagen cuando me aproximaba a la casa, la verdad no suponía que pudiera tener una tercera planta, pero no me detuve a pensar en eso.

Simplemente escaleras…tendrían que tener algún desembocacion hacia mas arriba era muy oscuro pero pensé que encontraría alguna llave de luz por ahí. Comencé a ascender, al séptimo escalón mi pie tropezó con algo, al parecer cilíndrico, y palpando con mis manos aquellas paredes fría las baje hasta el escalón para descubrir el objeto, victorioso con mi búsqueda de la luz, encendí la linterna…mi corazón latía cada vez mas rápido en cada escalón, mi respiración se acentuaba mas y mas, el momento se empezó a tornar vació silencioso casi desesperante… solo se escuchaba el rechino de esos escalones en cada paso que hacia, en ese instante una brisa sobre mi piel me descoloco, como si estuviera otra persona en el mismo lugar que yo, me dejo atónito, congelado pero mi conciencia me dictaba una sutil imaginación mía, mayor era mis ansias saber a donde llegaría. Por unos minutos pensé si era mejor volver hacia la casa… pero la intriga me mataba…y seguí subiendo, esa interminable escalera. En esa trayectoria mi imaginación volaba, mis pensamientos se entrecruzaban, ansioso, desesperado, decidí seguir adelante…

Fue en un momento, que ya no había mas escalones, ya se habían acabado, ya no había que subir más. Alumbre de punta a punta la habitación, que debía tener relativamente el tamaño de las habitaciones de abajo, pero esta se tornaba aun mas vacía y con una temperatura mas baja. Seguí iluminando la habitación ahora un poco mas despacio, presintiendo como si algo se me había escapado, y evidentemente fue así; en un rincón descubrí algo, una especie de cuerda una especie de cuerda, que mientras me acercaba hasta ella, y iluminando un poco mas arriba advertí que esta procedía del techo. Que uso tendría, no lo sabia, pero como por instinto humano tire de ella hacia abajo; sentí un ruido como si de algo se moviera, y sintiendo de nuevo esa brisa congelada, seguí tirando más y más. La cuerda tuvo un final más rápido que la escalera. Al darme vuelta, pude notar que toda la habitación se había iluminado, y compenetrándome con esa fabulosa luz, que no solamente aclaraba mi vista sino que también me traspasaba, llenándome de magia, haciéndome sentir un niño… y mirando hacia arriba descubrí una infraestructura transparente, que no entraba dentro de mi interés, pero que me mostraba el origen de ese prodigio que presenciaba, esa luz que nacía de la luna.

Sin pensarlo fui doblando mis rodillas hasta quedar sentado en el suelo, sin perder la vista de esa bola resplandeciente, fui tratando de apoyar lentamente mis brazos contra el suelo como para cómodamente disfrutar de esa continua irradiación, cuando en ese instante percibí algo en el suelo. Voltee y vi unas hendiduras marcadas en una forma cuadrada, levante mi mano para ver lo que había captado y descubrí un agujero, y una vez mas por instinto humano, al introducir mi mano el sector marcado por las hendiduras, se deslizo un poco hacia la derecha, al ver esto empuje un poco mas con mi mano, y en ese momento pensé ¿que querrían ocultar debajo de el suelo o que podría haber? Era algo misterioso, ya que esas hendiduras no serian fáciles de verse a simple vista… pero mi pensamiento fue interrumpido cuando distinguí algo dentro… entonces metí mi mano y tome el objeto. Al verlo a la luz, descubrí que era un libro, el cual parecía no haber sido tocado hace mucho tiempo. Lo tome con una sola mano y con la otra limpie su portada, entonces vi un nombre… y mi apellido.

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Lo primero que pensé que fuera el diario de mi abuelo, lo dude por el echo que nunca supe su nombre, pues bien mi padre solo lo mostraba como “tu abuelo” y pocas veces hablaba de, “aquel hombre…”.

Abrí el diario, y ojee un poco su contenido. Una caligrafía antigua y perfecta, parecía ser como un libro y no un diario. Mientras pasaba algunas hojas me llamo la atención un tachón en la parte superior de unas de estas y buscando el comienzo desde la fecha comencé a leer:

“Ayer llegue tarde a la casa. Cuando me aproximaba a la puerta ya estaba pensando en la excusa que pondría por mi tardanza. Se que Marta no lo comprendería, siempre descubre en mis movimientos de donde vengo. Sin embargo nunca me rindo, de verdad la taberna me relajaba de la largas jornadas en banco. Cuando abria la puerta de la habitación estaba ella sentada en el centro de la cama como si hubiera estado esperándome…”.

Toda la habitación empezó a tornarse un poco mas calida, mientras leí veía como todo iba cambiando y que me sentía algo preocupado veía como otros pies que se habían transformado en los míos subían despacio para no hacer ruido, entonces deje de leer para tratar de entender lo que me estaba pasando. Levante la vista para ver la habitación donde me encontraba, pero se había desvanecido. Otra vez predominaba la luz en el lugar y tenía en mis manos el diario en la misma página. Pensé que podría haber sido un juego de mi imaginación, pero no muy seguro, aun así seguí leyendo:

“Lo primero que me dijo fue –Se de donde vienes, te dije que no lo hicieras más-…” Volví a sentir la misma sensación de preocupación, los pies que no eran míos y que me

encontraba en otra habitación, pero no le di importancia y proseguí la lectura: “Mi excusa no fue muy buena otra vez, mintiendo que ella no hacia nada por mi, muy

ilógico, por que en mi mesa la comida siempre esta servida. Ella me recalco lo mismo de siempre un hijo con padre ausente. -¡Pero, ¿y que?! Como si mi presencia para el fuera importante, entre la escuela y los juegos, y yo con le trabajo, de que le serviría…”

Me detuve en mi lectura. Mire hacia mi alrededor y me encontré solo en la misma habitación. En una parte, fue ahí que entendí algo de la relación de mi padre con el suyo, por lo que mi abuelo describía en su diario. Tal vez por eso nunca se llevaron bien, y eso llevo a mi padre a nombrarlo nunca, y al ocultar tantas cosas de su infancia. Y en otra parte pensaba… la extrañeza de lo sucedido me llevo a analizar la sucedido… podría ser que no sea mi imaginación. Era como que al leer revivía lo sucedido en esta casa, o tal vez lo que leyera se reviviría. Al dejar de leer todo se desvanecía, pero cuando leía me sentía como si fuera yo el que estaba involucrado en la situación. Dentro de esa habitación me sentía extraño experimentaba diferentes sensaciones, desde las mas agradables, hasta las mas repulsivas. Cerré el diario, me recosté. Otra vez clave los ojos en la luna, y cada vez me sentía mejor. Mientras había estado leyendo el diario me sentía totalmente perturbado, pero en ese momento empezaba a aliviarme.

Las preguntas inundaban mi cabeza, desde la imposibilidad de que un hombre cambiara tan simultáneamente de estado anímico, hasta la posibilidad de que… si yo leyera…podría ser…

Baje precipitadamente las escaleras, asegurándome de que la puerta quedara abierta hasta que volviese. Me dirigí hasta el sofá y busque debajo de los almohadones, recogí mi diario y volví hasta la habitación de la tercera planta. Me senté en el mismo lugar, exactamente en la misma posición. Abrí una de las páginas de mi diario, y comencé a leer:

“21 de Mayo de 1993…”En ese momento, con una leve brisa, apareció Ana, en esa misma habitación donde yo me

encontraba… intacta, conservaba su cuerpo esbelto y su cabello largo que encuadraba su rostro, mientras que con ayuda de su piel blanca resaltaban sus ojos claros y penetrantes.

“Son las 5:00 de la madrugada. Me encuentro en…”

Page 18: Levantándome Sospechas

Pero su voz me interrumpió. Me quede petrificado, congelado, sentía algo inexplicable, una mezcla de felicidad, con desconcierto…esas sensaciones me impedían pensar como reaccionar…

- Hola cariño…-No tenia ninguna palabra mi garganta estaba obstruida…- Lo ves… yo te lo dije, no existe el olvido.- Me miro como si no esperara alguna respuesta y siguió hablando en el mismo tono de

voz...- Yo te lo dije nunca escaparías de mi, ni de mi recuerdo, tampoco de mi dolor, ni

del tuyo. Manteniéndote neutral, y sin querer ganar, ibas perdiendo de a poco… hasta que creíste perderme a mi. Y aun así igual te contagiaste de mi locura, yo te lo dije…nunca escaparas de mi. –

Mi cuerpo seguía petrificado, la miraba atónito, hasta que ella volvió a hablar…- Siempre estaré detrás, haciéndote sentir lo que tratas de ocultar. Y cuando llegue

tu hora, nos volveremos a unir verdaderamente. –

Se desvaneció. Quede mirando hacia el lugar donde ella se había aparecido, pero no había rastro alguno. Sentía una puntada profunda, como se me habrían clavado una espada en el centro de mi pecho. Sentí impotencia, arrepentimiento. En mis oídos retumbaba el sonido de una soledad incomparable, algo atravesado en la garganta y una desagradable sensación que envolvía mi cuerpo. Entonces solté el diario y presione en el lugar donde sentía el dolor punzante; cerré los ojos y lentamente una lágrima rodando por mi mejilla iba aliviando despacio todo el dolor.

15 de diciembre de 1994: Recuerdo aquel día que llegue a esta casa, el día que volví a

encontrarme con Ana. Desde mi estadía en la casa, me marque. Lo que me sucedió una noche de hace exactamente un año atrás, lo recuerdo como si hubiera sucedido ayer. Desde ese suceso, todas las cosas me resultan totalmente desagradables, llegan a provocar en mi, reacciones involuntarias.

Ana sigue apareciéndose, ella nunca hace nada solamente simplemente esta allí, yo lo se. A veces quiero entablarle una charla para saber por que es que me sigue atormentando, pero nunca contesta ninguna de mis preguntas.

Con el tiempo me di cuenta de muchas cosas, a causa de la ausencia y presencia de Ana. Mi vida centrada en ella. Ella podía llenarme de preguntas y yo entraba en crisis, ella podía levantarme y arrojarme otra vez, sin que yo la olvidara y sin que la pudiera sacar de mi cabeza, pero naturalmente yo siempre disimule lo que nunca soporte.

A veces Ana existe y a veces no, pero durante toda mi cotidianeidad yo cargo con el peso de lo que nunca sentí mientras ella Ana respiraba.