leucemia basofilica

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LEUCEMIA BASOFILICA AGUDA REVISION GENERAL DE LOS ELEMENTOS BIOQUIMICOS PARA SU DIAGNOSTICO Autora: MARIA DEL CARMEN ADDUCCI Carrera de Especialista en Hemaología Módulo: Leucemias Docente: Dra. Graciela Lucero 1

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LEUCEMIA BASOFILICA AGUDA

REVISION GENERAL DE LOS ELEMENTOS BIOQUIMICOS PARA SU DIAGNOSTICO

Autora: MARIA DEL CARMEN ADDUCCI

Carrera de Especialista en HemaologíaMódulo: Leucemias

Docente: Dra. Graciela Lucero

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LEUCEMIA BASOFILICA AGUDA

De los múltiples avances de la ciencia que se produjeron en este ultimo siglo ,

la hematologia en general así como la descripción y el reordenamiento de las

Leucemias en particular, fue uno de los que mas se desarrolló. Actualmente el

laboratorio y el bioquimico especialista en hematologia han llegado a

desempeñar un importante papel en el hospital de alta complejidad. La alta

tecnología ha puesto a disposición del mismo un sinnúmero de nuevos

recursos que han permitido un avance acelerado en los conocimientos en este

tema que permitio darle al viejo término “Leucemia Basofilica” una nueva

dimensión así como un enfoque mas racional que desarrollaremos en las

siguiente monografía. El esquema general de la misma consistira en la

presentación de 3 casos clínicos de infrecuente observacion para

posteriormente desarrollar el tema general y resaltar las caracteristicas

llamativas de los cuadros descriptos.

Caso N° 1

Se trata de una mujer de 65 años a la cual se le diagnostica una

trombocitemia esencial (18). Al momento del diagnóstico los datos del

hemograma son : Hemoglobina: 11.9 g/l; Hematocrito: 33.7%; Leucocitos:

6.4 x 10.9/L; con 39% de polimorfonucleares; 5% de formas en banda, 5%

de eosinófilos, 4% de basófilos 43% de linfocitos y 4% de monocitos. El

recuento de plaquetas fue de 1.800 x 10.9/l.

La aspiración y biopsia de médula ósea revelaron un incremento de

megacariocitos asi como de células eritroides, 10% de mieloblastos y

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disminución de los depósitos de hierro. Estudios citogenéticos de la médula

ósea dieron un cariotipo normal 46 XX. Se inicia el tratamiento.

Un año después, la paciente se presenta con fiebre alta , prurito severo y

refiere haber tenido sudoración nocturna. Los datos del hemograma a este

momento son. Leucocitos: 3.4 x 10.9/L con 20% de mieloblastos, 4% de

promielocitos, 20% de basófilos, 24% de polimorfonucleares, 3% de

formas en banda, 22% de linfocitos, 5% de monocitos y 2% de eosinófilos.

El recuento de plaquetas fue de 84 x 10.9/L. El porcentaje de blastos fue

incrementándose progresivamente en sangre periférica hasta alcanzar un

50%. La aspiración y biopsia de la médula ósea revelaros un 37% de

mieloblastos con un 10 % de basófilos maduros con incremento de los

depósitos de hierro. La reticulina se encontraba levemente aumentada.

Dos meses después se observó un progresivo aumento de los basófilos en

sangre periférica llegando a cifras tan elevadas como un 83%. El recuento

de leucocitos también fue incrementándose con el tiempo hasta alcanzar a

225 x 10.9/L. En médula ósea se registro aproximadamente un 50% de

células blásticas con granulación basófila, con metacromasia frente al azul

de toluidina y un aumento de la mielofibrosis.

Los niveles de histamina sérica fueron tan altos como 10.000 ng/ml (valor

normal: 60 ng/ml)

Días después la paciente fallece por severa hipotensión, coagulación

intravascular diseminada y falla renal consecuencia de la

hiperhistaminemia.

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Caso N° 2:

Se trata de un paciente de sexo femenino de 52 años de edad a la cual se le

diagnostica un síndrome mielodisplásico (21). El hemograma inicial

muestro los siguientes datos: Hemoglobina: 5.1 g/dl, leucocitos: 5 x 10.9/L

con 1% de mielocitos, 1% de metamielocitos, 17% de formas en banda,

39% de neutrófilos segmentados, 3% de eosinófilos, 35% de linfocitos, 4%

de monocitos. El recuento de plaquetas fue de 104 x 10.9/L.

El aspirado de médula ósea fue normocelular con 3% de mieloblastos y 3%

de basofilos. Los megacariocitos eran normales. Marcados hallazgos

displásicos se observaron afectando a las tres líneas celulares. Los

sideroblastos en anillo fueron del 13%. El diagnóstico inicial fue de:

Anemia Refractaria; revelando, posteriormente, el estudio citogenético una

alteración en el cromosoma 5 : del 5(q31,q35).

Un año después, la paciente es admitida en el hospital por una neumonía.

En este momento los datos relevantes del hemograma fueron:

Hemoglobina: 5.7 g/dl, leucocitos 2.3 x 10.9/L con un 8% de blastos y 4%

de basofilos. El recuento de plaquetas fue de 72 x 10.9/L. El aspirado de

médula ósea fue normocelular, con un 59% de blastos y un 25% de

basófilos maduros. La diferenciación basófila de los blastos fue confirmada

por el análisis ultraestructural que mostró gránulos basófilos inmaduros. El

análisis citogenético reveló en el 100% de las células la deleción del

cromosoma 5 descripta anteriormente sin el agregado de otra alteración.

Caso N° 3

Se trata de un paciente pediátrico de 9 meses de edad que debuta con una

LAB (22). Los datos del hemograma al ingreso fueron: Hemoglobina: 6.5

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g/L, Leucocitos: 219 x 10.9/L, con un recuento diferencial de: 75% de

blastos, 2% de neutrófilos, 1% de neutrófilos en cayado, 21% de

linfocitos y 1% de monocitos con un 1% de eritroblastos

ortocromáticos/100 leucocitos. El recuento de plaquetas fue de 31 x 10.9/L.

En médula ósea se observó una proliferación de células blásticas del 86%.

Morfológicamente, la tercera parte mostraba numerosos gránulos basófilos.

No se observaron cambios displásicos en las líneas celulares remanentes.

La citoquímica con azul de toluidina, el inmunofenotipo y el análisis

ultraestructural confirmaron la naturaleza basófila de los blastos.

Se inicio el tratamiento con quimioterapia e inmediatamente después de la

primer dosis intravenosa de vincristine, el paciente desarrollo una reacción

anafiláctica severa, con severo broncoespasmo, shock, coagulación

intravascular diseminada (CID) con hemorragia pulmonar masiva. En los

resultados de laboratorio se vio elevados niveles en plasma de dímero D

sugiriendo la CID y una prolongación del APTT. Se dosaron, además, los

niveles de triptasa serica obteniéndose valores normales (menor de 0.5

U/L).

INTRODUCCION:

La basofilia, definida como el aumento del número de basófilos en sangre

(basófilos mayor de 0.2 x 10.9/L) es una característica común en diversos

tipos de enfermedades, se ha asociado a infecciones como tuberculosis,

viruela, varicela; a reacciones de hipersensibilidad y a endocrinopatías

(diabetes, hipotiroidismo). El incremento de basófilos es característico y de

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valor pronóstico en los síndromes mieloproliferativos (Leucemia Mieloide

Crónica, Policitemia Vera) y linfoproliferativos (Linfoma de Hodgkin). La

basofilia observada en el marco de una Leucemia Mieloide Crónica (LMC),

progresa con la enfermedad, resultando ser un excelente marcador de la fase

de aceleración e inicio de la crisis blástica (1). Asimismo también puede

observarse basofilia asociada a Leucemias Mieloides Agudas (LMA) como en

la LMA subtipo FAB M2 variante basófila asociada a la translocación t(6;9)

(2). Sin embargo, las leucemias que afectan a la línea basófila en forma

exclusiva son poco frecuentes y no siempre están bien caracterizadas (3)

El termino “leucemia basofilica” ha sido utilizado en el diagnóstico de

diferentes tipos de desordenes hematológicos desde hace mas de 90 años (4) .

La falta de técnicas apropiadas para una correcta diferenciación morfológica,

citoquímica, e inmunológica de las células leucémicas ha permitido durante

años que se incluyan bajo esta clasificación entidades tan heterogéneas cuya

única característica común era el incremento del número de basófilos. Además

la imposibilidad de realizar el análisis ultraestructural de los blastos ha

llevado, en el pasado, al error de clasificar verdaderas leucemias agudas

basofilicas como leucemias indiferenciadas, con el consecuente error en el

tratamiento. Por otra parte la escasez de casos reportados y la gran

heterogeneidad de los mismos no ha permitido realizar una clara definición de

los criterios diagnósticos de esta entidad. El advenimiento de la microscopia

electrónica, el desarrollo de nuevas tinciones citoquímicas y la generación de

anticuerpos monoclonales nos brinda hoy, la posibilidad de considerar a la

leucemia aguda a basófilos (LAB) como una entidad propia, con

características clínicas, morfológicas, citoquímicas e inmunológicas típicas

que nos permiten realizar el diagnóstico diferencial con otras entidades

neoplásicas y fundamentalmente con la basofilia de origen reactivo no clonal.

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A pesar de esto, la LAB no ha sido considerada dentro del criterio franco-

americano-británico (FAB) para la clasificación de LMA (5). Numerosos

autores discurrieron acerca de la necesidad de incluirla dentro de dicha

clasificación bajo la denominación de LMA M8. (6)

En el año 1999, la Organización Mundial de la Salud (OMS) realiza una nueva

clasificación de las LMA, incorporando e interrelacionando, morfología,

citogenética, marcadores inmunológicos y biología molecular. En virtud de

dicha clasificación, surge la categoría “LMA, sin otra especificación” que

refleja la clasificación FAB con unas cuantas modificaciones significativas,

entre ellas, la inclusión de una nueva entidad: la Leucemia Aguda Basofílica.

(7)

A lo largo de la presente monografía se describirán sucesivamente los

principales hallazgos clínicos, morfológicos, citoquímicos, inmunofenotípicos

citogenéticos y moleculares que caracterizan a esta entidad, se hará una breve

mención al tratamiento, asi como un comentario respecto a los casos clínicos

presentados, para finalmente concluir con la una discusión en la que se expone

brevemene la opinión de la autora.

HALLAZGOS CLINICOS Y DE LABORATORIO:

Se trata de una leucemia inusual en adultos y extremadamente rara en niños.

Representa menos del 1% de los casos de LMA. Se caracteriza por ser de muy

mal pronostico debido a su rápida evolución, resistencia a la terapia

antineoplásica y muerte precoz debida a complicaciones relacionadas con la

enfermedad.

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En general se presenta con una clínica muy variada, dependiendo

fundamentalmente de que el paciente, sin antecedentes de desordenes

hematológicos previos, debute con esta leucemia (LAB de novo), o bien se

presente como secundaria a otra leucemia o síndrome linfo o

mieloproliferativo crónico.

En las escasas descripciones de LAB de novo (aquella que solo afecta a la

línea de las células basófilas) existen pocos reportes con respecto a la

presentación clínica. Sin embargo cabe destacar en ellos la presencia casi

constante de un cuadro de urticaria y/o reacciones anafilactoides asociado en

algunas ocasiones a desórdenes gastrointestinales inespecíficos (náuseas,

vómitos, diarreas, dispepsia) e hiperpigmentación cutánea. La absoluta

ambigüedad e inespecificidad de la presentación clínica es uno de los factores

que atentan contra el diagnóstico precoz de dichos pacientes cuya principal

característica clínica corresponde como se ve a signos y/o síntomas

relacionados con la liberación de histamina y/o heparina a partir de las células

neoplásicas(8). Los datos del hemograma al momento del diagnóstico son

coincidentes con los de otras leucemias agudas, registrándose en la mayoría de

los casos, anemia, plaquetopenia y recuento leucocitario variable (bajo,

normal, o aumentado). Resulta típico el hallazgo de blastos con granulación

azurófila metacromática visible al microscopio óptico, aunque, como veremos

mas adelante, la ausencia de esta granulación no descarta el diagnóstico de

blastos basófilos. También es común que estas leucemias cursen con

eosinofilia ya que los basófilos contienen en sus gránulos factores

quimiotácticos de eosinófilos.

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CRITERIOS MORFOLÓGICOS:

Microscopia óptica:

Del mismo modo que para otros tipos de leucemias así como para todos los

diagnósticos hematológicos, el primer paso para el acercamiento a la leucemia

a basófilos lo constituye la microscopia óptica . La observación del frotis de

sangre periférica y medula ósea con tinción de Wrigth o May Grunwald-

Giemsa (MGG) será fundamental para iniciar el estudio morfológico.

La punción-aspiración de medula ósea suele presentarse como un “dry tap” o

aspirado seco, debido a la fibrosis medular focal característica de esta

patología, la infiltración blástica es de grado variable, pudiendo representar

entre un 30% a 99% de las células totales. Es común observar una

disminución de los progenitores eritroides y megacariociticos, con signos de

diseritropoyesis y presencia de promegacariocitos y micromegacariocitos. La

serie granulocítica puede presentar arresto madurativo. El número de basófilos

maduros es también variable, hallándose por lo general aumentado, aunque no

en todos los casos.(9)

Los blastos basofilos son, por lo común, de talla mediana con alta relación

núcleo-citoplasma. Presentan un núcleo redondo, ovalado o bilobulado con

cromatina finamente dispersa, con uno o mas nucleolos prominentes. El

citoplasma es levemente basófilo con ausencia de Bastón de Auer, y la

presencia en el mismo de gruesos gránulos azurófilos es altamente

significativa ya que constituye el primer indicio de LAB. En ocasiones estos

gránulos son pobremente visibles hallándose solapados por el núcleo. Se han

descripto casos de blastos agranulares muy indiferenciados, cuyo linaje

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basófilo fue confirmado en estudios ulteriores por microscopia electrónica.

También es posible recurrir a la inducción de la diferenciación morfológica de

estos blastos en cultivo por medio del agregado del factor estimulante de

colonias GM-CSF y de diversas interleuquinas (IL-1, IL-3, IL-4) bajo estas

condiciones, se observa la aparición de gránulos metacromáticos en los blastos

indiferenciados, asegurando de esta manera el origen basófilo de los mismos.

(10)

Microscopia electrónica:

El advenimiento de la microscopia electrónica ha sido de vital importancia

para el diagnóstico de estas leucemias que en numerosas oportunidades suelen

presentarse con morfología indiferenciada.

La ultraestructura de los blastos basófilos nos muestra dos tipos de gránulos :

- gránulos basofilos inmaduros: estos gránulos poseen una membrana

limitante y ocasionalmente contienen motas pálidas, a menudo suelen

extraerse en el proceso de fijación de las muestras.

- gránulos Theta: usualmente se agrupan en la zona del Golgi, presentan

membrana limitante conteniendo un pálido material amorfo,

internamente se hallan divididos por una membrana de estructura densa

al microscopio electrónico. Estos gránulos han sido asociados con

diferenciación basófila.

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Ambos tipos de gránulos pueden hallarse presentes en la misma célula.

Los gránulos basofilos inmaduros proveen la evidencia de la diferenciación

basófila de los blastos. Los gránulos theta han sido asociados con una

diferenciación temprana.

En referencia a esto resulta interesante mencionar la investigación

realizada por Peterson M.D. y colaboradores sobre 8 casos de LAB(11) .

En tres de los casos los autores describen el hallazgo de blastos granulares

de morfología similar , por microscopia óptica, a los blastos basofilos, pero

que al ser examinados por microscopia electrónica presentaron variación

en el contenido de los gránulos. En el interior de los mismos se disponían

estructuras de espirales y laminillas rodeadas de material amorfo,

coincidente con gránulos inmaduros de mastocitos. En los mismos casos

los autores referían haber encontrado blastos aislados en los que coexistían

gránulos basofilos inmaduros junto a gránulos inmaduros de mastocitos.

Este hallazgo, según Peterson, podría ser considerado como prueba del

origen común de ambas células.

Mas allá, de los fines científicos, el descubrimiento de Peterson, nos

plantea la necesidad práctica, de realizar un diagnostico diferencial entre la

LAB y la LA a mastocitos, dos entidades indistinguibles desde la clínica y

la morfología convencional. Para ello recurriremos, como veremos mas

adelante, a dos técnicas de suma importancia : la microscopía electrónica y

a la inmunomarcación con anticuerpos monoclonales.

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CITOQUIMICA:

El segundo paso en la identificación de los blastos lo constituye la

citoquímica. Dado que los blastos basófilos suelen ser negativos frente a

las tinciones convencionales utilizadas en la clasificación de LMA como la

mieloperoxidasa, Sudan Black, tinción de PAS (en algunos casos es

positiva) , cloroacetoesterasa, y alfanaftilacetoesterasa, resulta

imprescindible recurrir a técnicas especiales que nos permitan identificar

con certeza el linaje basófilo de los blastos y distinguirlos de los blastos

indiferenciados de una LMA M0 o de blastos no mieloides de una LLA.

La tinción de los preparados con azul de toluidina, alcian blue o astra blue,

pone al descubierto la propiedad metacromática que caracteriza a los

mucopolisacáridos ácidos contenidos el los gránulos basófilos. Una tinción

positiva se aprecia por la coloración rojiza de estos gránulos. Si bien la

metacromasia no es una propiedad exclusiva de los gránulos basofilos

(también se observa en mastocitos), la tinción de azul de toluidina resulta

imprescindible ante la sospecha por morfología de una LAB. Así mismo,

se han descripto casos de blastos basofilos, confirmados por la morfología

ultraestructural de sus gránulos, que presentaron negatividad para

metacromasia, postulándose como causa, la extrema inmadurez de las

células basófilas.(11)

La reacción de fosfatasa ácida resulta siempre positiva en los blastos

basofilos y se presenta con un patrón difuso.

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INMUNOFENOTIPIFICACION:

Tiempo atrás, la utilidad que la inmunotipificación brindaba para el

diagnóstico de esta leucemia era limitado. Su importancia residía, mas

bien, en descartar la posibilidad de que los blastos, morfológicamente

indiferenciados, fuesen de linaje linfoide, eritroide o megacariocítico, mas

que confirmar el orígen basófilo de los mismos. Esto era debido a la

ausencia de un marcador específico de linaje basófilo. Resulta extensa la

bibliografía de casos clínicos de LAB, así como variado el fenotipo

asociado a ellos; en líneas generales, se podría resumir que el blasto

basófilo presenta marcadores inmunológicos asociados a:

un fenotipo mieloide inmaduro: CD34+; CD33+; HLA DR+

un fenotipo mieloide maduro (presentes en basófilos normales):

CD11+; CD13+; CD45+

marcadores de activación: CD25+; CD38+

marcadores de fuerte expresión asociados con LAB: CD9+; CD17+

carece de marcadores de línea linfoide; es CD3-; CD20-; CD22-;

CD10-. Siendo de vital importancia para descartar una LLA.

En el año 1987, el hallazgo de un anticuerpo monoclonal de reactividad

especifica para células basófilas, denominado BSP-1 (12), marca un nuevo

hito en la inmunomarcación de esta leucemia, convirtiendo a esta técnica,

en una herramienta esencial para su diagnostico.

BSP-1 es un anticuerpo monoclonal murino de clase IgM, obtenido por

inmunización de ratones con una línea celular (HEL) proveniente de una

Leucemia eritroblástica humana. Para comprobar su especificidad se testeó

la reactividad del mismo frente a células normales aisladas de sangre

periférica, medula ósea y sangre de cordón, y frente a células leucémicas

provenientes de sangre periférica y medula ósea de pacientes con LLA,

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LMA, LLC, LMC y linfoma de células B, resultando en todos los casos

negativa. Cuando BSP-1 fue enfrentado a basofilos normales obtenidos por

técnicas de enriquecimiento de sangre periférica y a basofilos de una línea

celular leucémica demostró ser altamente reactivo; con lo cual quedaba

demostrado que se había logrado obtener un anticuerpo especifico contra

un antígeno expresado tanto en basófilos maduros como en blastos del

mismo linaje.

También se ha encontrado un marcador especifico para mastocitos, se trata

del YB5B8, idéntico al c-kit.

J. Denburg propone, en uno de sus trabajos (13), un panel de marcadores

inmunológicos útiles para la diferenciación de basófilos y mastocitos

maduros (tabla 1). Ya que este inmunofenotipo parece preservarse en las

células leucémicas, podría postularse su utilización para el diagnóstico

diferencial que nos ocupa: LAB y LA a mastocitos.

TABLA 1: marcadores diferenciales de basofilos y mastocitos

Marcador Basófilos MastocitosBSP-1 + -YB5B8 - +CD11b + -CD14 - +CD25 + -CD54 (ICAM-1) - +CD68 - +

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HALLAZGOS CITOGENETICOS Y MOLECULARES:

Numerosas anormalidades cromosómicas han sido asociadas con la

proliferación de basófilos maduros, tales como la presencia del cromosoma

Philadelphia (Ph), la translocación t(6;9)(923;q34) o el rearreglo del brazo

corto del cromosoma 12. Sin embargo el análisis del cariotipo no aporta

demasiado al diagnóstico de LAB. Como se vera, la citogenética resulta ser

muy heterogénea, no hallándose coincidencias en los casos clínicos

estudiados de LAB de novo. Tampoco se ha hallado un rearreglo clonal

que tenga relación directa con esta patología. Algo mas abundante es la

literatura respecto a la LAB secundaria a otras neoplasias hematológicas.

La mayoría de los casos descriptos se refieren a crisis blásticas basófilas de

LMC caracterizadas por la translocación t(9;22)(q34,q11) y el

reordenamiento bcr-abl positivo. Los blastos basófilos presentan el

cromosoma Philadelphia (Ph) positivo asociado a anomalías adicionales

como ser el isocromosoma del brazo largo del 17, trisomía del 8, trisomía

del 19, inversión del 9 y un segundo cromosoma Ph(14). Por estudios de

biología molecular se comprueban cambios cuantitativos en la expresión

del oncogen híbrido BCR-ABL del cromosoma 22, en el oncogen C-MYC

del cromosoma 8 y en el gen que codifica la proteína p53 del cromosoma

17. De todas las alteraciones del cariotipo descriptas, solo la presencia del

i(17q) en células que conservan el cromosoma Ph es considerada en la

literatura como un marcador de evolución clonal de LMC a crisis blástica

con aumento de basofilia (15).

En otros pacientes con diagnostico de LAB secundaria se han hallado otras

anormalidades del cariotipo como ser trisomía 21, deleción del brazo largo

del cromosoma 7, monosomía del 9, deleción del 11, así como también

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cariotipos normales. Si bien son pocos los casos reportados de LAB de

novo, Dastugue y colaboradores(16) hallaron dos casos en niños que

presentaban la misma anormalidad cromosómica. Ambos presentaban la

translocación t(X;6)(p11;q23), dicha translocación ya había sido descripta

por otros autores pero asociada a Leucemia linfática aguda también en

niños (17)

TRATAMIENTO:

Una pormenorizada descripción del tratamiento de la Leucemia Basofílica

Aguda escapa al alcance de esta monografía. Sin embargo un breve

comentario del mismo podría ayudar a dar un marco mas adecuado al

trabajo.

El tratamiento de cualquier enfermedad aguda reconoce fundamentalmente

dos aspectos. Por un lado el intento de limitar el trastorno y si es posible

erradicarlo, y por el otro el tratamiento de sostén que en el caso que nos

ocupa adquiere una gran jerarquía. Al igual que en otros tipos de tumores

hematológicos el tratamiento de base consiste en cursos quimioterapia. Los

distintos enfoques no son sencillos de comparar debido a la

heterogenicidad de las terapias específicas pero todos comparten el criterio

común de ser cortos y muy enérgicos. En algunos casos se ha llegado al

transplante alogénico de médula ósea, con buenos resultados. Las

complicaciones asociadas a ambos (neutropenias graves, mucositis,

infecciones severas de órganos vitales, etc.) en no pocas ocasiones

complican el pronóstico de estos pacientes.

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Un párrafo aparte merece el tratamiento de sostén de este tipo de procesos.

Como sabemos muchos de los signos y/o síntomas que caracterizan a este

trastorno reflejan la liberación de histamina y heparina por parte de las

células basófilas. Por lo tanto el uso de anti-histamínicos (tanto anti-H1

como anti-H2) así como de protamina adquieren una gran relevancia,

máxime si se tiene en cuenta que las úlceras gastroduodenales pueden

asociarse con diferentes niveles de de alteración del aPTT. Esta

característica es muy importante ya que las hemorragias son la principal

causa de muerte en estos pacientes.

COMENTARIO DE LOS CASOS CLÍNICOS PRESENTADOS.

Caso clínico Nº1:

Resulta interesante la descripción de este cuadro ya que son muy pocos los

casos reportados de leucemia aguda secundaria a una trombocitemia

esencial (19,20); y siendo éste, el único reportado por la bibliografía de la

transformación de una trombocitemia esencial a una LAB. Cabe destacar

que en un 90% de las células se hallo un cariotipo anormal 46, XX 2p+ en

correlación con el curso clínico.

Caso clínico nº2:

La anormalidad cromosómica 5q- sin otra alteración del cariotipo ha sido

descripta como marcador de un síndrome mielodisplásico característico

denominado Síndrome 5q- clasificado de esta forma por la OMS. Sin

embargo, no se ha documentado previamente relación alguna entre este

síndrome y la LAB.

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Los autores de este trabajo sugieren se han identificado un grupo de genes

que codifican para factores de crecimiento hematopoyético (IL-3, IL-4, IL-

5, IL-9, GM-CSF) y sus receptores en una región crítica del brazo largo

del cromosoma 5, siendo el rol de estos genes fundamental para el

crecimiento y la diferenciación de los basófilos . El gen IRF-1 también

mapea en el brazo largo del cromosoma 5. La pérdida funcional de IRF-1,

con actividad anti-oncogénica, junto a la sobrexpresión de los genes que

codifican para los factores de crecimiento parecerían ser los responsables

del incremento de los basofilos.

Caso clínico nº3:

El interés en este caso reside en la potencial complicación del cuadro

clínico del paciente provocada durante el tratamiento por la liberación de

histamina, producto de la degranulación basofílica producida por la lisis

tumoral

Los niveles normales de triptasa sérica sugieren que los eventos

desarrollados se deben mas a una liberación de heparina desde los gránulos

de los blastos basófilos que a una reacción anafiláctica al vincristine.

Como conclusión, los autores sugieren evaluar el uso de antihistamínicos

como medida preventiva antes de comenzar el tratamiento con

quimioterapia en este tipo de leucemias.

DISCUSION:

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La leucemia basofílica aguda es una entidad de presentación infrecuente. Si

bien existen pocos reportes en adultos y menos aún en niños es claro que

la misma existe como entidad propia y debe tener su lugar en la

clasificación de las leucemias. Puede presentarse, raras veces, de novo

como una neoplasia primaria de células basófilas, o bien, en la mayoría de

los casos, como una transformación blástica de leucemias crónicas,

síndromes mielodisplásicos, linfo o mieloproliferativos.

La importancia de la misma como marcador de agudización de la LMC, la

evolución rápida y agresiva cuando se presenta de novo, así como las

complicaciones clínicas que pueden acontecer asociadas a su tratamiento,

marcan la necesidad de realizar un diagnóstico certero de esta entidad,

debiéndola diferenciar claramente de otros procesos oncohematológicos

agudos así como de una proliferación policlonal reactiva. Para ello, resulta

fundamental contar con este diagnóstico en mente al momento de realizar

la microscopía óptica por ser esta la primera aproximación a esta entidad.

Sin embargo la morfología por microscopia óptica puede conducirnos a un

diagnóstico errado debido a que no es extraño que los blastos basófilos se

presenten como blastos indiferenciados sin su característica granulación

azurófila. En estos casos la microscopia electrónica sería la herramienta

necesaria para confirmar la presencia de los gránulos basófilos no

evidenciables por métodos ópticos. Aunque, claro está, el diagnóstico por

microscopía electrónica es prácticamente inaccesible para la mayoría de los

laboratorios hematológicos, siendo muy pocos los que cuentan con este

equipamiento.

Una técnica mas accesible resulta ser la inmunomarcación. Si bien hace

unos años atrás, no se conocía ningún marcador específico para linaje

basófilo y solo se contaba con marcadores asociados, el desarrollo del

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Page 20: leucemia basofilica

anticuerpo monoclonal BSP-1, marcó el inicio de una nueva etapa, dándole

a la inmunofenotipificación, un lugar de privilegio para el diagnóstico de

esta leucemia.

En lo que respecta a la citogenética y la biología molecular aunque no

tienen un rol en el diagnóstico directo de esta entidad, resultan muy

importantes a la hora de darle a ésta un marco etiológico. Actualmente el

análisis del cariotipo no permite asociar una alteración cromosómica en

particular a esta leucemia. Pero es muy probable que estas importantes

herramientas en un futuro no muy lejano puedan brindarnos, un

diagnóstico preciso y un enfoque adecuado de manera que puedan influir

en la posibilidad de hallar un tratamiento efectivo para esta entidad poco

común pero no por ello menos importante como es la Leucemia basofílica.

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