Leslie Bethell - Historia de América Latina Tomo 1 cap 6

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Capítulo 6 LA CONQUISTA ESPAÑOLA Y LAS COLONIAS DE AMÉRICA LOS ANTECEDENTES DE LA CONQUISTA «Quien no poblare, no hará buena conquista, y no conquistando la tierra, no se convertirá la gente: así que la máxima del conquistador ha de ser poblar.» Estas pa- labras corresponden a uno de los primeros historiadores de las Indias, Francisco Ló- pez de Gomara. 1 La filosofía que encierra es la de su señor, el más grande de los conquistadores, Hernán Cortés. Esta filosofía fue la que prevaleció en la empresa española de Ultramar en el siglo xvi e influyó mucho en la formación de la Amé- rica española. Pero su éxito no era inevitable, ni se consiguió sin luchas. Hay mu- chos caminos por los cuales una sociedad agresiva puede expandir los límites de su influencia, y existen precedentes de todos ellos en la España medieval. La reconquista —el gran movimiento hacia el sur de los reinos cristianos de la península Ibérica para recuperar la región ocupada por los moros— ilustró parte de las múltiples posibilidades de las que se podrían extraer estos precedentes. En la lu- cha a lo largo de la frontera que separaba la Cristiandad del Islam, la reconquista fue una guerra que ensanchó los límites de la fe. También ésta fue una guerra por la expansión territorial, dirigida y regulada, si no siempre controlada, por la coro- na y las grandes órdenes militares y religiosas, las cuales adquirieron vasallos a la vez que inmensas extensiones de tierra en el proceso. Fue una típica guerra de fron- tera, con rápidas incursiones en busca del saqueo fácil, ofreciendo oportunidades para el rescate y el trueque, y para premios más intangibles como el honor y la fama. Fue una emigración de la gente y su ganado en busca de nuevos hogares y nuevos pas- tos. Fue un proceso de asentamiento y colonización controlados, basado en el esta- blecimiento de ciudades, a las cuales se concedían jurisdicciones territoriales exten- sivas bajo privilegio real. Conquistar, por lo tanto, puede significar colonizar, pero también puede signi- 1. Francisco López de Gomara, Historia general de las Indias, Madrid, 1852, p. 181. 128 HISTORIA DE AMÉRICA LATINA fícar invadir, saquear y avanzar. Conquistar en el primer sentido da primicia a la ocupación y explotación de la tierra. En el segundo sentido, se concibe como po- der y riqueza en una forma mucho menos estática, en términos de posesión de ob- jetos portables, como el oro, los botines y el ganado, y de señoríos sobre vasallos más que de propiedad de la tierra. Movilidad significaba aventura, y la aventura en una sociedad militar aumentaba enormemente las oportunidades para mejorar la si- tuación de uno mismo a los ojos de los compañeros. El deseo de «ganar honra» y «valer más» era una ambición central en la sociedad de la Castilla medieval, basa- da en la conciencia del honor y los límites que imponía el rango. El honor y la ri- queza se ganaban más fácilmente con la espada y merecían formalizarse en una con- cesión de status más alto por un soberano agradecido. De acuerdo con esta tradición, Baltasar Dorantes de Carranza, escribió de los conquistadores de México que, aunque hubiera algunos hidalgos entre ellos, «ahora lo son por presunción todos porque toda hidalguía de su naturaleza y cosecha tuvo sus principios de los hechos y servicios del Rey». 2 La reconquista se interrumpió pero no se terminó al alcanzar poco a poco sus lí- mites naturales dentro de la propia península Ibérica. El enclave del reino de Gra- nada permanecería en manos de los moros hasta 1492, pero por otra parte, la recon- quista cristiana de la península se completó al final del siglo xm. Como los límites de la expansión interna fueron alcanzados, las fuerzas dinámicas de la sociedad ibé- rica medieval comenzaron a buscar las nuevas fronteras a través de los mares, los catalanes y aragoneses principalmente hacia Sicilia, Cerdeña, norte de África y el este del Mediterráneo; los castellanos, al igual que los portugueses, hacia África y las islas del Atlántico. Este movimiento expansionista de los pueblos ibéricos en el siglo xv, fue un do- ble reflejo de las específicas aspiraciones ibéricas y las más generales aspiraciones europeas a finales de la Edad Media. En el siglo xv, Europa era una sociedad que todavía sufría las desarticulaciones sociales y económicas causadas por los estragos de la peste negra. Había escasa oferta de trabajo; los ingresos de los aristócratas ha- bían disminuido; los monarcas y los nobles competían por poder y recursos. Era una sociedad, a su vez, que se sentía amenazada a lo largo de sus fronteras orientales por la presencia amenazante del Islam y el avance del imperio turco-otomano. Era una sociedad inquieta y relativamente móvil, a la vez inquisitiva y adquisitiva, in- quisitiva hacia el mundo que estaba en sus horizontes inmediatos y adquisitiva en su deseo por lujos exóticos y productos alimenticios, y por el oro que hiciera posi- ble comprar estos artículos de Oriente, con quien se tenía permanentemente una ba- lanza comercial desfavorable. La península Ibérica con su proximidad a África y su larga costa atlántica, esta- ba geográficamente bien situada para tomar la delantera de un movimiento de ex- pansión hacia el oeste, en un tiempo en que Europa estaba siendo acosada por los turcos islámicos en el este. Se había desarrollado una tradición marítima ibérica en el Mediterráneo y en el Atlántico, donde los pescadores vascos y cántabros habían adquirido una rica experiencia para la futura navegación de los mares desconocidos. 2. Baltasar Dorantes de Carranza, Sumaria Relación de las Cosas de la Nueva España fl6041, 2.* edición, México, 1970, p. 12.

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Cap

ítulo

6

LA C

ON

QU

ISTA

ESP

OLA

Y L

AS

COLO

NIAS

DE

AM

ÉRIC

A

LO

S A

NTE

CED

ENTE

S D

E L

A C

ON

QU

ISTA

«Qui

en n

o po

blar

e, n

o ha

rá b

uena

con

quis

ta, y

no

conq

uist

ando

la ti

erra

, no

seco

nver

tirá

la g

ente

: así

que

la m

áxim

a de

l con

quist

ador

ha

de s

er p

obla

r.» E

stas

pa-

labr

as c

orre

spon

den

a un

o de

los p

rimer

os h

istor

iado

res

de la

s In

dias

, Fra

ncisc

o Ló

-pe

z de

Gom

ara.

1 La

filos

ofía

que

enc

ierr

a es

la d

e su

señ

or, e

l más

gra

nde

de lo

sco

nqui

stad

ores

, Her

nán

Cor

tés.

Esta

filo

sofía

fue

la q

ue p

reva

leci

ó en

la e

mpr

esa

espa

ñola

de

Ultr

amar

en

el s

iglo

xvi

e in

fluyó

muc

ho e

n la

for

mac

ión

de la

Am

é-ric

a es

paño

la. P

ero

su é

xito

no

era

inev

itabl

e, n

i se

cons

igui

ó sin

luch

as. H

ay m

u-ch

os c

amin

os p

or lo

s cu

ales

una

soc

ieda

d ag

resiv

a pu

ede

expa

ndir

los

límite

s de

suin

fluen

cia,

y e

xiste

n pr

eced

ente

s de

todo

s el

los

en la

Esp

aña

med

ieva

l.La

reco

nqui

sta —

el gr

an m

ovim

ient

o ha

cia

el s

ur d

e lo

s re

inos

cris

tiano

s de

lape

níns

ula

Ibér

ica

para

recu

pera

r la

regi

ón o

cupa

da p

or lo

s m

oros

— il

ustró

par

te d

ela

s múl

tiple

s po

sibili

dade

s de

las

que

se p

odría

n ex

traer

esto

s pre

cede

ntes

. En

la lu

-ch

a a

lo la

rgo

de la

fro

nter

a qu

e se

para

ba la

Cris

tiand

ad d

el I

slam

, la

reco

nqui

stafu

e un

a gu

erra

que

ens

anch

ó lo

s lím

ites

de la

fe.

Tam

bién

ésta

fue

una

guer

ra p

orla

exp

ansió

n te

rrito

rial,

dirig

ida

y re

gula

da, s

i no

siem

pre

cont

rola

da, p

or la

cor

o-na

y la

s gr

ande

s ór

dene

s m

ilita

res

y re

ligio

sas,

las

cual

es a

dqui

riero

n va

sallo

s a

lave

z qu

e in

men

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exte

nsio

nes

de ti

erra

en

el p

roce

so. F

ue u

na tí

pica

gue

rra d

e fro

n-te

ra, c

on rá

pida

s in

curs

ione

s en

bus

ca d

el sa

queo

fáci

l, of

reci

endo

opo

rtuni

dade

s pa

rael

resc

ate

y el

true

que,

y p

ara

prem

ios

más

inta

ngib

les

com

o el

hon

or y

la fa

ma.

Fue

una

emig

raci

ón d

e la

gen

te y

su

gana

do e

n bu

sca

de n

uevo

s ho

gare

s y

nuev

os p

as-

tos.

Fue

un p

roce

so d

e as

enta

mie

nto

y co

loni

zaci

ón c

ontro

lado

s, ba

sado

en

el e

sta-

blec

imie

nto

de c

iuda

des,

a la

s cu

ales

se

conc

edía

n ju

risdi

ccio

nes

terr

itoria

les

exte

n-siv

as b

ajo

priv

ilegi

o re

al.

Con

quis

tar,

por

lo ta

nto,

pue

de s

igni

ficar

col

oniz

ar, p

ero

tam

bién

pue

de s

igni

-

1.

Fran

cisc

o L

ópez

de

Gom

ara,

His

tori

a ge

nera

l de

las

Ind

ias,

Mad

rid,

185

2, p

. 18

1.

128

HIS

TOR

IA D

E A

MÉR

ICA

LA

TIN

A

fícar

inv

adir,

saq

uear

y a

vanz

ar.

Con

quis

tar

en e

l prim

er s

entid

o da

prim

icia

a la

oc

upac

ión

y ex

plot

ació

n de

la ti

erra

. En

el s

egun

do s

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o, s

e co

ncib

e co

mo

po-

der y

riqu

eza

en u

na f

orm

a m

ucho

men

os e

stát

ica,

en

térm

inos

de

pose

sión

de o

b-je

tos

porta

bles

, com

o el

oro

, los

bot

ines

y e

l gan

ado,

y d

e se

ñorío

s so

bre

vasa

llos

más

que

de

prop

ieda

d de

la ti

erra

. Mov

ilida

d sig

nific

aba

aven

tura

, y la

ave

ntur

a en

una

soci

edad

mili

tar a

umen

taba

eno

rmem

ente

las

opor

tuni

dade

s pa

ra m

ejor

ar la

si-

tuac

ión

de u

no m

ismo

a lo

s oj

os d

e lo

s co

mpa

ñero

s. El

des

eo d

e «g

anar

hon

ra»

y «v

aler

más

» er

a un

a am

bici

ón c

entra

l en

la s

ocie

dad

de la

Cas

tilla

med

ieva

l, ba

sa-

da e

n la

con

cien

cia

del h

onor

y lo

s lím

ites

que

impo

nía

el r

ango

. El h

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y la

ri-

quez

a se

gan

aban

más

fáci

lmen

te c

on la

esp

ada

y m

erec

ían

form

aliz

arse

en

una

con-

cesió

n de

stat

us m

ás a

lto p

or u

n so

bera

no a

grad

ecid

o. D

e ac

uerd

o co

n es

ta tr

adic

ión,

Balta

sar D

oran

tes

de C

arra

nza,

esc

ribió

de

los c

onqu

istad

ores

de

Méx

ico

que,

aun

que

hubi

era

algu

nos

hida

lgos

ent

re e

llos,

«aho

ra lo

son

por p

resu

nció

n to

dos p

orqu

e to

dahi

dalg

uía

de s

u na

tura

leza

y c

osec

ha tu

vo s

us p

rinci

pios

de

los

hech

os y

ser

vici

osde

l Rey

».2

La re

conq

uista

se

inte

rrum

pió

pero

no

se te

rmin

ó al

alc

anza

r poc

o a

poco

sus

lí-

mite

s na

tura

les

dent

ro d

e la

pro

pia

pení

nsul

a Ib

éric

a. E

l enc

lave

del

rei

no d

e G

ra-

nada

per

man

ecer

ía e

n m

anos

de

los

mor

os h

asta

149

2, p

ero

por o

tra p

arte

, la

reco

n-qu

ista

crist

iana

de

la p

enín

sula

se

com

plet

ó al

fina

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sig

lo x

m. C

omo

los

límite

sde

la e

xpan

sión

inte

rna

fuer

on a

lcan

zado

s, la

s fu

erza

s di

nám

icas

de

la s

ocie

dad

ibé-

rica

med

ieva

l com

enza

ron

a bu

scar

las

nuev

as f

ront

eras

a tr

avés

de

los

mar

es, l

osca

tala

nes

y ar

agon

eses

prin

cipa

lmen

te h

acia

Sic

ilia,

Cer

deña

, nor

te d

e Á

frica

y e

les

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el M

edite

rrán

eo; l

os c

aste

llano

s, al

igua

l que

los

portu

gues

es, h

acia

Áfri

ca y

la

s isl

as d

el A

tlánt

ico.

Este

mov

imie

nto

expa

nsio

nista

de

los

pueb

los

ibér

icos

en

el s

iglo

xv,

fue

un

do-

ble

refle

jo d

e la

s es

pecí

ficas

asp

iraci

ones

ibér

icas

y la

s m

ás g

ener

ales

asp

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euro

peas

a fi

nale

s de

la E

dad

Med

ia. E

n el

sig

lo x

v, E

urop

a er

a un

a so

cied

ad q

ueto

daví

a su

fría

las

desa

rticu

laci

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soc

iale

s y

econ

ómic

as c

ausa

das

por l

os e

strag

osde

la p

este

neg

ra. H

abía

esc

asa

ofer

ta d

e tra

bajo

; los

ingr

esos

de

los a

ristó

crat

as h

a-bí

an d

ismin

uido

; los

mon

arca

s y

los n

oble

s co

mpe

tían

por p

oder

y re

curs

os. E

ra u

naso

cied

ad,

a su

vez

, que

se

sent

ía a

men

azad

a a

lo la

rgo

de s

us f

ront

eras

orie

ntal

espo

r la

pre

senc

ia a

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azan

te d

el Is

lam

y e

l ava

nce

del i

mpe

rio tu

rco-

otom

ano.

Era

una

soci

edad

inqu

ieta

y re

lativ

amen

te m

óvil,

a la

vez

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isiti

va y

adq

uisi

tiva,

in-

quisi

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haci

a el

mun

do q

ue e

staba

en

sus

horiz

onte

s in

med

iato

s y

adqu

isitiv

a en

su d

eseo

por

lujo

s ex

ótic

os y

pro

duct

os a

limen

ticio

s, y

por e

l oro

que

hic

iera

pos

i-bl

e co

mpr

ar e

stos

artíc

ulos

de

Orie

nte,

con

qui

en s

e te

nía

perm

anen

tem

ente

una

ba-

lanz

a co

mer

cial

des

favo

rabl

e.La

pen

ínsu

la I

béric

a co

n su

pro

xim

idad

a Á

frica

y su

larg

a co

sta a

tlánt

ica,

esta

-ba

geo

gráf

icam

ente

bie

n sit

uada

par

a to

mar

la d

elan

tera

de

un m

ovim

ient

o de

ex-

pans

ión

haci

a el

oes

te, e

n un

tiem

po e

n qu

e Eu

ropa

esta

ba s

iend

o ac

osad

a po

r lo

stu

rcos

islá

mic

os e

n el

est

e. S

e ha

bía

desa

rrolla

do u

na tr

adic

ión

mar

ítim

a ib

éric

a en

el M

edite

rrán

eo y

en

el A

tlánt

ico,

don

de lo

s pe

scad

ores

vas

cos

y cá

ntab

ros

habí

anad

quiri

do u

na ri

ca e

xper

ienc

ia p

ara

la fu

tura

nav

egac

ión

de lo

s m

ares

des

cono

cido

s.

2.

Balta

sar D

oran

tes d

e Ca

rranz

a, Su

mar

ia R

elac

ión

de la

s Cos

as d

e la

Nue

va E

spañ

a fl6

041,

2.*

edi

ción,

Méx

ico, 1

970,

p. 1

2.

Page 2: Leslie Bethell - Historia de América Latina Tomo 1 cap 6

LA C

ON

QU

ISTA

ESP

OLA

Y L

AS

CO

LON

IAS

DE

AM

ÉRIC

A

129

La c

onqu

ista

de S

evill

a en

124

8 y

el a

vanc

e de

la re

conq

uista

hac

ia e

l estr

echo

de

Gib

ralta

r le

hab

ía d

ado

a la

cor

ona

de C

astil

la y

Leó

n un

nue

vo li

tora

l atlá

ntic

o, c

u-yo

s pue

rtos

esta

ban

pobl

ados

por

mar

inos

de

Portu

gal,

Gal

icia

y la

cos

ta c

antá

bric

a.A

lo la

rgo

de e

ste li

tora

l, la

com

bina

ción

de

los

cono

cim

ient

os n

orte

ños

y m

e-di

terrá

neos

cre

aron

una

raza

de

mar

iner

os c

apac

es d

e pr

omov

er y

saca

r par

tido

a lo

sav

ance

s en

la c

onstr

ucci

ón n

aval

y la

s té

cnic

as d

e na

vega

ción

. Los

prim

eros

via

jes

portu

gues

es f

uero

n re

aliz

ados

en

cual

quie

r em

barc

ació

n ra

zona

blem

ente

ade

cuad

aqu

e es

tuvi

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disp

onib

le, p

ero

a fin

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del

sig

lo x

v la

com

bina

ción

del

apa

rejo

cua

-dr

ado

de lo

s eu

rope

os d

el n

orte

con

la v

ela

latin

a de

l Med

iterr

áneo

pro

dujo

en

laca

rabe

la u

n im

pres

iona

nte

barc

o pa

ra n

aveg

ar e

n el

océ

ano,

la c

ulm

inac

ión

de u

nla

rgo

perío

do d

e ev

oluc

ión

y ex

perim

enta

ción

. Al m

ismo

tiem

po q

ue la

s nue

vas n

e-ce

sidad

es d

e lo

s vi

ajes

atlá

ntic

os a

yuda

ron

a pe

rfecc

iona

r la

s ca

rabe

las,

así t

ambi

énay

udar

on a

mej

orar

las

técn

icas

de

nave

gaci

ón. U

na v

ez q

ue lo

s ba

rcos

nav

egar

onpo

r ag

uas

desc

onoc

idas

fue

ra d

e la

vist

a de

tier

ra,

las

viej

as t

écni

cas

de la

esti

ma

ya n

o fu

eron

ade

cuad

as y

los p

ortu

gues

es s

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lvie

ron

a la

obs

erva

ción

del

cie

lo p

ara

med

ir di

stanc

ias

y de

term

inar

latit

udes

hac

iend

o us

o de

instr

umen

tos

larg

amen

te u

ti-liz

ados

por

los

astró

nom

os: e

l ast

rola

bio

y el

cua

dran

te. E

stos

inst

rum

ento

s se

fue-

ron

mod

ifica

ndo

y pe

rfecc

iona

ndo

suce

sivam

ente

par

a sa

tisfa

cer

las

nece

sidad

es d

elo

s vi

ajer

os a

tlánt

icos

. El c

ompá

s m

agné

tico,

des

arro

llado

par

a ut

iliza

rlo e

n el

Me-

dite

rrán

eo a

fina

les

de la

Eda

d M

edia

, fac

ilitó

a lo

s na

vega

ntes

su

orie

ntac

ión

y el

traza

do d

e su

pos

ició

n en

una

car

ta d

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ción

. De

nuev

o, la

exp

erie

ncia

med

i-te

rrán

ea s

e ut

ilizó

de

cara

a la

s ne

cesid

ades

atlá

ntic

as, y

a qu

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reg

ión

med

iterr

á-ne

a pr

oduj

o la

s pr

imer

as c

arta

s de

nav

egac

ión;

y la

s ha

bilid

ades

car

togr

áfic

as d

e-sa

rrol

lada

s en

la I

talia

med

ieva

l ta

rdía

y tr

asla

dada

s a

la p

enín

sula

Ibé

rica

haría

npo

sibl

e tra

zar

un m

apa

del m

undo

en

expa

nsió

n.C

on u

na r

egió

n in

terio

r ric

a en

recu

rsos

y s

us re

laci

ones

con

el c

ompl

ejo

por-

tuar

io a

ndal

uz, S

evill

a se

con

virti

ó en

la c

apita

l mar

ítim

a y

com

erci

al, a

sí co

mo

agrí-

cola

del

sur

de

Espa

ña. S

erví

a de

cen

tro d

e at

racc

ión

para

los

colo

nos

del i

nter

ior

de la

pen

ínsu

la —

prec

urso

res

de lo

s pos

terio

res

emig

rant

es a

las

Indi

as—

y a

los m

er-

cade

res

med

iterrá

neos

, esp

ecia

lmen

te a

los

geno

vese

s. D

uran

te to

do e

l sig

lo x

v, lo

sge

nove

ses

se e

stabl

ecie

ron

en c

reci

ente

núm

ero

en L

isboa

y S

evill

a, d

onde

visl

um-

brab

an n

ueva

s po

sibili

dade

s pa

ra la

em

pres

a y

el c

apita

l en

una

époc

a en

la q

ue e

sas

activ

idad

es e

staba

n sie

ndo

estre

chad

as e

n Le

vant

e po

r el

ava

nce

de lo

s tu

rcos

. En

el o

este

esp

erab

an d

esar

rolla

r fu

ente

s al

tern

ativ

as d

e ab

aste

cim

ient

os p

ara

valio

sos

artíc

ulos

de

cons

umo

—m

erca

dería

s, se

das

y so

bre

todo

azú

car—

que

se

les

esta

ban

volv

iend

o m

enos

acc

esib

les

en e

l es

te; y

anh

elab

an a

cced

er a

l oro

del

Sah

ara.

No

es s

orpr

ende

nte,

pue

s, en

cont

rar

capi

tal y

con

ocim

ient

o ge

nove

ses

juga

ndo

un im

porta

nte,

y a

vec

es d

ecis

ivo,

pap

el e

n em

pres

as ib

éric

as d

e ul

tram

ar e

n el

si-

glo

xv. L

os g

enov

eses

esta

ban

bien

rep

rese

ntad

os e

n la

s ex

pedi

cion

es a

las

costa

sde

Áfri

ca p

ara

cons

egui

r es

clav

os y

oro

, y a

poya

ron

activ

amen

te e

l mov

imie

nto

dean

exió

n y

expl

otac

ión

a la

s isl

as d

el A

tlánt

ico

orie

ntal

—Ca

naria

s y

Mad

eira

, y la

sA

zore

s—, d

onde

esp

erab

an e

stabl

ecer

nue

vas

plan

taci

ones

azu

care

ras.

Pero

los

geno

vese

s no

era

n m

ás q

ue u

n el

emen

to, a

unqu

e m

uy s

igni

ficat

ivo,

en

la e

mpr

esa

ibér

ica

de u

ltram

ar a

fina

les d

e la

Eda

d M

edia

. Por

tuga

l, en

esp

ecia

l, te

-ní

a un

a im

porta

nte

com

unid

ad m

erca

ntil

autó

cton

a, q

ue a

yudó

a s

ubir

al tr

ono

a la

casa

de

Avi

s en

la r

evol

ució

n de

138

3-13

85. L

a nu

eva

dina

stía

man

tení

a ví

ncul

oses

trech

os c

on m

erca

dere

s pr

omin

ente

s y

resp

ondi

eron

por

su

cuen

ta a

la a

dqui

sició

n

130

HIS

TOR

IA D

E A

MÉR

ICA

LA

TIN

A

de n

uevo

s m

erca

dos

y nu

evas

fuen

tes

de s

umin

istro

de

colo

rant

es, o

ro, a

zúca

r y e

s-cl

avos

. Per

o la

s ex

pedi

cion

es p

ortu

gues

as d

e U

ltram

ar d

uran

te e

l sig

lo x

v ta

mbi

énes

taba

n gu

iada

s po

r ot

ros,

y a

vece

s co

ntra

dict

orio

s in

tere

ses.

La n

oble

za,

afec

ta-

da p

or la

dev

alua

ción

de

la m

oned

a qu

e re

dujo

el v

alor

de

sus

rent

as f

ijas

e in

gre-

sos,

busc

aba

en U

ltram

ar n

ueva

s tie

rras

y n

ueva

s fu

ente

s de

riqu

eza.

Los

prín

cipe

sde

la n

ueva

cas

a re

al c

ombi

naba

n en

var

ios

grad

os su

insti

nto

adqu

isitiv

o co

n su

fer-

vor p

or la

s cr

uzad

as, u

na s

ed p

or e

l con

ocim

ient

o ge

ográ

fico

y un

des

eo d

e pe

rpe-

tuar

sus

nom

bres

.Ba

jo la

ené

rgic

a di

recc

ión

de la

cas

a re

al, e

sta c

ombi

naci

ón d

e m

otiv

acio

nes

pro-

duje

ron

entre

los

portu

gues

es u

n in

tens

o m

ovim

ient

o de

exp

ansió

n ha

cia

Ultr

amar

en u

na é

poca

en

la q

ue C

astil

la n

o ha

bía

dado

más

que

un

prim

er p

aso

vaci

lant

e. L

aco

rona

de

Casti

lla h

abía

tom

ado

pose

sión

nom

inal

de

las

islas

Can

aria

s re

aliz

ando

el p

rimer

int

ento

for

mal

en

una

expe

dici

ón d

e co

nqui

sta e

n 14

02. P

ero

ante

la r

e-sis

tenc

ia d

e lo

s hab

itant

es g

uanc

hes,

la c

onqu

ista

se re

trasó

, y d

uran

te g

ran

parte

del

siglo

xv

los

prob

lem

as in

tern

os y

la e

mpr

esa

inco

mpl

eta

de la

reco

nqui

sta i

mpi

dió

a Ca

stilla

seg

uir

el e

jem

plo

portu

gués

de

una

man

era

sist

emát

ica.

A la

mue

rte d

el p

rínci

pe E

nriq

ue e

l Nav

egan

te, e

n 14

60, l

os p

ortu

gues

es h

abía

npe

netra

do2.

500

kiló

met

ros

haci

a el

sur

, en

la c

osta

occ

iden

tal d

e Á

frica

, y

se h

a-bí

an a

dent

rado

en

el A

tlánt

ico,

esta

blec

iénd

ose

en M

adei

ra,

las

Azo

res

y la

s isl

asde

Cab

o V

erde

. Áfri

ca e

ra u

na fu

ente

pot

enci

al d

e es

clav

os p

ara

traba

jar

en la

s pla

n-ta

cion

es a

zuca

rera

s qu

e su

rgía

n en

esta

s nu

evas

isla

s at

lánt

icas

ane

xion

adas

. La

so-

cied

ad m

edie

val m

edite

rráne

a ha

bía

logr

ado

form

ar i

nstit

ucio

nes

y té

cnic

as p

ara

elco

mer

cio,

el e

scla

vism

o, la

col

oniz

ació

n y

las

conq

uist

as, y

la p

artic

ipac

ión

de lo

sge

nove

ses

en la

exp

ansió

n ib

éric

a de

l sig

lo x

v ay

udó

a as

egur

ar l

a re

apar

ició

n de

esta

s m

ismas

for

mas

y té

cnic

as e

n el

ava

nce

haci

a la

cos

ta o

ccid

enta

l de

Áfri

ca y

en

el m

ovim

ient

o ha

cia

las

islas

de

la r

uta

a tra

vés

del

Atlá

ntic

o.El

ras

go m

ás c

arac

terís

tico

del m

odo

de e

xpan

sión

empl

eado

por

los

portu

gue-

ses

fue

Idife

itoria

(fac

toría

), la

pla

za c

omer

cial

for

tific

ada

del t

ipo

fund

ado

en A

r-gu

in o

Sao

Jorg

e de

Min

a, e

n la

cos

ta a

frica

na.

El u

so d

e la

feito

ria h

izo

posib

le p

res-

cind

ir de

las

conq

uista

s y

los

asen

tam

ient

os h

echo

s a

gran

esc

ala,

per

miti

endo

a lo

spo

rtugu

eses

de

los

siglo

s xv

y x

vi m

ante

ner

su p

rese

ncia

en

gran

des

exte

nsio

nes

del

glob

o sin

nec

esid

ad d

e pr

ofun

das

pene

traci

ones

en

las

regi

ones

con

tinen

tale

s. Se

tra-

taba

de

un ti

po d

e co

loni

zaci

ón q

ue C

olón

, con

su

educ

ació

n ge

nove

sa y

su

expe

-rie

ncia

por

tugu

esa,

hab

ía ll

egad

o a

cono

cer

perfe

ctam

ente

y q

ue le

pro

porc

iona

ríaun

mod

elo

apro

piad

o pa

ra a

plic

ar c

uand

o al

canz

ó la

s isl

as d

el C

arib

e.Si

n em

barg

o, la

exp

ansió

n en

Ultr

amar

pod

ía s

igni

ficar

alg

o m

ás q

ue la

cre

ació

nde

pla

zas

com

erci

ales

, com

o re

alm

ente

suc

edía

con

los

portu

gues

es e

n la

s isl

as d

elA

tlánt

ico

y m

ás ta

rde,

en

Bras

il. E

stabl

ecie

ndo

plan

taci

ones

azu

care

ras,

com

o en

las

Azo

res,

siend

o ne

cesa

ria s

u co

loni

zaci

ón. A

quí,

el m

étod

o m

ás b

arat

o de

sde

el p

unto

de v

ista

de la

cor

ona

era

fom

enta

r la

resp

onsa

bilid

ad p

ara

colo

niza

r y e

xplo

tar e

l te-

rrito

rio p

or u

na p

erso

na in

divi

dual

, que

sería

reco

mpe

nsad

a co

n am

plio

s pr

ivile

gios

.Es

te s

istem

a, p

or e

l cua

l el d

onat

ario

, o

seño

r pr

opie

tario

, era

tam

bién

el c

apitá

ny

jefe

sup

rem

o, c

ombi

naba

per

fect

amen

te lo

s el

emen

tos

capi

talis

tas

y m

ilita

r-señ

oria

lde

la s

ocie

dad

med

ieva

l med

iterr

ánea

. És

te fu

e us

ado

por

la c

oron

a po

rtugu

esa

enel

sig

lo x

v pa

ra e

xplo

tar

tant

o M

adei

ra c

omo

Azo

res,

y en

153

4 se

ext

ende

ría a

lN

uevo

Mun

do, c

uand

o Ju

anIII

divi

dió

el li

tora

l bra

sile

ño e

n do

ce c

apita

nías

her

e-di

taria

s.

Page 3: Leslie Bethell - Historia de América Latina Tomo 1 cap 6

LA C

ON

QU

ISTA

ESP

OLA

Y L

AS

CO

LON

IAS

DE

AM

ÉRIC

A

131

Los

caste

llano

s, en

tonc

es, p

udie

ron

apro

vech

ar lo

s pre

cede

ntes

por

tugu

eses

, tan

toco

mo

sus

prop

ias

expe

rienc

ias

de la

rec

onqu

ista

, cua

ndo

al f

inal

del

sig

lo x

v vo

l-vi

eron

su

aten

ción

hac

ia n

uevo

s m

undo

s de

Ultr

amar

. Ten

ían

ante

ello

s un

a di

ver-

sidad

de

opci

ones

. Pod

ían

com

erci

ar o

pod

ían

inva

dir;

podí

an e

stabl

ecer

se o

seg

uir

viaj

e. L

a op

ción

que

elig

iera

n es

taría

det

erm

inad

a en

par

te p

or la

s co

ndic

ione

s lo

-ca

les

—la

facil

idad

de

ocup

ació

n, la

nat

ural

eza

de lo

s re

curs

os a

exp

lotar

— y

en

parte

por

la c

ombi

naci

ón p

ecul

iar

de p

erso

nas

e in

tere

ses

que

aseg

urab

an y

diri

gían

las

expe

dici

ones

de

la c

onqu

ista.

Inev

itabl

emen

te, m

ucho

dep

endí

a de

l car

ácte

r del

jefe

y d

e la

cla

se d

e ap

oyo

que

fuer

a ca

paz

de c

onse

guir.

El c

onqu

ista

dor,

aunq

ue s

umam

ente

indi

vidu

alis

ta, n

un-

ca e

staba

sol

o. P

eten

ecía

a u

n gr

upo

bajo

el m

ando

de

un c

audi

llo, u

n je

fe, c

uya

ca-

paci

dad

de s

uper

vive

ncia

se

pond

ría a

pru

eba,

en

prim

era

inst

anci

a, p

or s

u ca

paci

-da

d pa

ra m

ovili

zar

hom

bres

y r

ecur

sos,

y de

spué

s po

r su

éxi

to e

n co

nduc

ir a

sus

hom

bres

a la

vic

toria

. El

prim

o de

Cor

tés,

Alo

nso

de M

onro

y, m

aestr

o de

la O

r-de

n de

Alc

ánta

ra, q

uien

se

disti

ngui

ó en

los

conf

licto

s pe

nins

ular

es d

el s

iglo

xv,

era

cono

cido

com

o «s

obre

toda

man

era

vent

uros

o en

la g

uerra

», y

com

o al

guie

n qu

e «l

ave

ntur

a po

r fu

erza

le

segu

ía».

3 Esta

era

la fa

ma

a la

que

el p

ropi

o C

orté

s as

pira

ba,

com

o cu

alqu

ier

caud

illo

del

Nue

vo M

undo

.El

cau

dillo

tení

a qu

e at

ende

r a

los

requ

erim

ient

os d

e su

s se

guid

ores

, y a

l mis

-m

o tie

mpo

sat

isfac

er l

as p

etic

ione

s de

l no

men

os in

divi

dual

ista

grup

o de

hom

bres

que

tem

pora

lmen

te e

staba

n a

sus

órde

nes.

La te

nsió

n, p

or lo

tant

o, e

stab

a si

empr

epr

esen

te e

n cu

alqu

ier e

xped

ició

n de

con

quist

a, la

tens

ión

debi

da a

las

aspi

raci

ones

y ob

jetiv

os,

y a

la d

istri

buci

ón d

e lo

s bo

tines

. La

disc

iplin

a, t

al c

omo

era,

pro

ce-

día,

por

un

lado

, de

la c

apac

idad

del

jefe

par

a im

pone

rse

a su

s hom

bres

, y p

or o

tro,

del s

entid

o co

lect

ivo

del c

ompr

omiso

ant

e un

a em

pres

a co

mún

.Lo

s la

rgos

sig

los

de g

uerr

as f

ront

eriz

as e

n Ca

stilla

ayu

daro

n a

crea

r es

ta m

ez-

cla

espe

cial

de

indi

vidu

alism

o y

sent

ido

com

unita

rio q

ue u

n dí

a hi

zo p

osib

le la

con

-qu

ista

de

Am

éric

a. E

l pro

nom

bre

pers

onal

que

se

lee

en to

das

las

Carta

s que

Her

-ná

n C

orté

s en

viab

a de

sde

Méx

ico,

se

com

pens

a co

n el

org

ullo

so «

noso

tros»

de

lage

nte

com

ún c

on q

ue h

abla

ba u

no d

e el

los,

Bern

al D

íaz

del C

astil

lo, e

n su

Rel

ato

Verd

ader

o de

la C

onqu

ista

de N

ueva

Esp

aña.

Per

o el

gra

n m

ovim

ient

o ex

pans

io-

nista

que

llev

ó a

la p

rese

ncia

esp

añol

a a

travé

s de

l Atlá

ntic

o er

a al

go m

ás q

ue u

nes

fuer

zo m

asiv

o de

una

em

pres

a pr

ivad

a qu

e ad

opta

tem

pora

lmen

te fo

rmas

col

ecti-

vas.

Más

allá

de

la u

nida

d in

divi

dual

y c

olec

tiva

habí

a ot

ros

dos

parti

cipa

ntes

que

colo

caro

n un

sel

lo in

dele

ble

en to

da la

em

pres

a: l

a ig

lesia

y la

cor

ona.

Incl

uso

cuan

do la

s gue

rras

front

eriz

as c

ontra

los á

rabe

s pr

osig

uier

on e

n gr

an p

arte

por b

anda

s de

gue

rrero

s au

tóno

mos

, con

tinua

ron

siend

o di

rigid

as b

ajo

los

ausp

icio

sde

la ig

lesia

y e

l est

ado.

La

Igle

sia p

rove

ía la

san

ción

mor

al q

ue e

leva

ba u

na e

xpe-

dici

ón d

e pi

llaje

a la

cat

egor

ía d

e cr

uzad

a, m

ient

ras

el e

stado

con

sent

ía lo

s re

quer

i-m

ient

os p

ara

legi

timar

la a

dqui

sició

n de

señ

orío

s y

tierr

as. L

a tie

rra

y el

sub

suel

ose

enc

ontra

ban

dent

ro d

e la

s re

galía

s qu

e pe

rtene

cían

a la

cor

ona

de C

astil

la y

, por

cons

igui

ente

, cua

lqui

er ti

erra

adq

uirid

a a

travé

s de

una

con

quis

ta p

or u

na p

erso

napr

ivad

a no

le c

orre

spon

día

por d

erec

ho, s

ino

por

la g

raci

a y

el fa

vor

real

es. E

ra e

lre

y, c

omo

supr

emo

seño

r nat

ural

, qui

en d

ispon

ía e

l rep

artim

ient

o o

distr

ibuc

ión

de

3.

Alo

nso

Mald

onad

o, H

echo

s del

Mae

stre

de A

lcán

tara

Don

Alo

nso

de M

onro

y, e

d. A

.R.

Rod

rígue

z M

oñin

o, M

adrid

, 193

5, p

. 24.

132

HIS

TOR

IA D

E A

MÉR

ICA

LA

TIN

A

las

tierr

as c

onqu

istad

as o

por

con

quis

tar,

y el

que

aut

oriz

aba

los

asen

tam

ient

os c

o-lo

nial

es e

n lo

s te

rrito

rios

conq

uist

ados

. Cua

ndo

los

botin

es d

e gu

erra

se

tení

an q

uedi

vidi

r, un

«qu

into

real

» sie

mpr

e te

nía

que

apar

tars

e. A

unqu

e lo

s ad

elan

tado

s, o

go-

bern

ador

es m

ilita

res

de la

s re

gion

es f

ront

eriz

as,

pose

ían

un a

lto g

rado

de

auto

no-

mía

, era

n go

bern

ante

s pa

ra e

l re

y.En

esto

s y

en m

ucho

s ot

ros

sent

idos

, la

pres

enci

a re

al s

e ha

cía

sent

ir m

ient

ras

que

la re

conq

uista

pro

segu

ía s

u av

ance

hac

ia e

l sur

. Ine

vita

blem

ente

, la

verd

ader

aau

torid

ad d

e la

cor

ona

varia

ba d

e ge

nera

ción

en

gene

raci

ón, p

ero

la m

onar

quía

era

el c

entro

de

la o

rgan

izac

ión

de to

da la

soc

ieda

d m

edie

val c

aste

llana

sie

ndo

exal

ta-

da e

n la

gra

n re

copi

laci

ón d

e la

trad

ició

n le

gal d

e C

astil

la, l

as S

iete

Par

tidas

de

Al-

fons

oX

en e

l sig

lo x

m. L

a vi

sión

de u

na s

ocie

dad

arm

ónic

a, c

onte

nida

en

las

Sie-

te P

artid

as, e

s un

a en

la c

ual e

l rey

, com

o vi

cario

de

Dio

s en

la ti

erra

, eje

rcía

una

cons

tant

e y

activ

a in

spec

ción

den

tro d

e la

estr

uctu

ra d

e la

ley.

Era

el m

onar

ca, c

omo

seño

r na

tura

l de

la s

ocie

dad,

qui

en e

stabl

ecía

el b

uen

gobi

erno

y la

just

icia

, en

else

ntid

o de

ase

gura

r que

cad

a va

sallo

reci

bier

a su

s de

rech

os y

cum

plie

ra la

s ob

liga-

cion

es q

ue le

cor

resp

ondí

an e

n vi

rtud

de su

pos

ició

n so

cial

. En

esta

teor

ía s

e en

cuen

-tra

impl

ícita

una

rela

ción

con

tract

ual e

ntre

el r

ey y

sus

vas

allo

s: la

mon

arqu

ía d

e-ge

nera

en

tiran

ía, s

i tan

to é

l com

o lo

s ag

ente

s qu

e no

mbr

a de

scui

dan

el b

ien

com

ún.

El b

uen

rey,

a d

ifere

ncia

del

tira

no, p

rocu

ra q

ue e

l mal

o se

a ca

stiga

do y

el j

usto

re-

com

pens

ado.

Com

o di

spen

sado

r de

fav

ores

, re

com

pens

a lo

s se

rvic

ios

pres

tado

s,ot

orga

ndo

a su

s va

sallo

s ca

rgos

y h

onor

es d

e ac

uerd

o co

n un

cui

dado

so y

cal

ibra

-do

sist

ema

por e

l cua

l, al

men

os e

n te

oría

, cad

a se

rvic

io d

e un

vas

allo

enc

uent

re su

debi

da c

ompe

nsac

ión

en u

na m

erce

d, o

fav

or,

del

rey.

Esta

era

la s

ocie

dad

patri

mon

ial,

cons

truid

a en

torn

o a

una

conc

epci

ón d

e ob

li-ga

cion

es m

utua

s, si

mbo

lizad

as e

n la

s pa

labr

as s

ervi

cio

y m

erce

d, q

ue s

e de

smor

o-nó

a fi

nale

s de

la E

dad

Med

ia, r

econ

struy

éndo

se e

n C

astil

la d

uran

te e

l rei

nado

de

Fern

ando

e Is

abel

(14

74-1

504)

, y ll

eván

dose

a tr

avés

del

océ

ano

para

im

plan

tars

een

las

islas

y e

n el

con

tinen

te a

mer

ican

o. L

os R

eyes

Cat

ólic

os, F

erna

ndo

e Is

abel

,fu

eron

los

mon

arca

s de

lo q

ue e

ra e

senc

ialm

ente

una

soc

ieda

d m

edie

val

reno

vada

.Pe

ro e

l car

ácte

r de

su p

ropi

a re

alez

a, a

unqu

e tra

dici

onal

en

sus

form

ulac

ione

s te

ó-ric

as, p

oseí

a en

la p

ráct

ica

elem

ento

s in

nova

dore

s qu

e ha

cían

aqu

el p

oder

más

for

-m

idab

le q

ue e

l de

cual

quie

ra d

e su

s an

tepa

sado

s m

edie

vale

s.So

bre t

odo,

fuer

on lo

s prim

eros

sobe

rano

s aut

éntic

os d

e Esp

aña,

una

Esp

aña q

ue co

n-sis

tía en

la u

nión

, en

sus p

ropi

as p

erso

nas,

de la

s cor

onas

de C

astil

la y

Ara

gón.

Aun

que

las d

os co

rona

s seg

uían

sien

do d

istin

tas i

nstit

ucio

nalm

ente

, su

unió

n no

min

al re

pres

en-

tó u

n no

tabl

e au

men

to d

el p

oder

real

. Com

o Re

yes d

e Es

paña

, los

Rey

es C

atól

icos

te-

nían

a su

disp

osic

ión,

al m

enos

en

pote

ncia

, muc

hos m

ás re

curs

os fi

nanc

iero

s y m

ilita

-re

s que

los q

ue po

drían

reun

ir cu

alqui

er fa

cció

n re

beld

e ent

re su

s sub

dito

s. Po

dían

recu

rrir

a la

s pro

fund

as r

eser

vas d

e le

alta

d in

stint

iva

de su

s sub

dito

s, qu

e es

taba

n ha

rtos d

e un

agu

erra

civi

l int

erm

inab

le. E

n la

crec

ient

e cla

se d

e let

rado

s, lo

s mon

arca

s pos

eían

una r

e-se

rva d

e ser

vido

res q

ue ve

ían en

el m

anten

imien

to y

exten

sión

de la

auto

ridad

real

la m

ejor

gara

ntía

de

sus p

ropi

os in

tere

ses.

El h

uman

ismo

rena

cent

ista

y la

relig

ión

resta

blec

ida

con

fuer

tes s

uger

enci

as e

scat

ológ

icas

, pro

duje

ron

idea

s y sí

mbo

los q

ue p

udie

ron

expl

o-ta

rse p

ara r

esal

tar n

ueva

s im

ágen

es d

e la m

onar

quía

, com

o jef

e na

tura

l de u

na g

ran

em-

pres

a co

lect

iva

—un

a m

isión

de

desig

naci

ón d

ivin

a pa

ra d

errib

ar lo

s últi

mos

resto

s de

la d

omin

ació

n ár

abe y

purif

icar

la p

enín

sula

de c

ualq

uier

ele

men

to co

ntam

inan

te, c

omo

prel

udio

par

a lle

var e

l eva

ngel

io a

las p

arte

s m

ás re

mot

as d

e la

tier

ra.

Page 4: Leslie Bethell - Historia de América Latina Tomo 1 cap 6

LA C

ON

QU

ISTA

ESP

OLA

Y L

AS

CO

LON

IAS

DE

AM

ÉRIC

A

133

Fern

ando

e Is

abel

pos

eían

la s

agac

idad

y la

hab

ilida

d pa

ra s

acar

el m

ayor

par

ti-do

pos

ible

de

esta

s va

riada

s ar

mas

en

su a

rsen

al. C

omo

resu

ltado

, las

dos

últi

mas

déca

das

del s

iglo

xv

en C

astil

la —

dond

e la

s ba

rrer

as in

stitu

cion

ales

con

tra e

l eje

r-ci

cio

de la

aut

orid

ad re

al e

ran

muc

ho m

ás d

ébile

s qu

e en

la c

oron

a de

Ara

gón—

con

-te

mpl

aron

una

impr

esio

nant

e re

afirm

ació

n y

exte

nsió

n de

l pod

er r

eal.

La p

rese

ncia

de

un e

stado

inte

rven

tor

llegó

a s

er c

rític

a pa

ra e

l des

arro

llo c

om-

plet

o de

la e

mpr

esa

de C

astil

la e

n U

ltram

ar. L

a in

terv

enci

ón r

eal p

udo

ser

solic

ita-

da a

ctiv

amen

te p

or u

nos

y pr

otes

tada

am

arga

men

te p

or o

tros,

pero

en

ambo

s cas

os,

la a

utor

idad

de

la c

oron

a er

a un

pun

to d

e re

fere

ncia

aut

omát

ico

para

qui

enes

atra

ían

las

expl

orac

ione

s, la

s co

nqui

stas

y la

col

oniz

ació

n de

tier

ras

nuev

as.

Ya

habí

a in

dici

os c

laro

s de

est

o en

los

prim

eros

int

ento

s de

Cas

tilla

par

a co

n-qu

ista

r y

colo

niza

r en

el A

tlánt

ico:

la o

cupa

ción

de

las

islas

Can

aria

s en

las

déca

-da

s de

148

0 y

1490

. Las

Can

aria

s er

an to

daví

a un

a po

sesió

n no

min

al d

e la

cor

ona

de C

astil

la c

uand

o fu

eron

obj

eto

de d

isput

a en

tre P

ortu

gal y

Cas

tilla

, dur

ante

la G

ue-

rra

de S

uces

ión

que

com

enzó

en

147S

. Pot

enci

alm

ente

ric

o en

sí m

ism

o, e

l arc

hi-

piél

ago

cana

rio e

ra ta

mbi

én u

na b

ase

evid

ente

par

a la

s inc

ursio

nes

en la

cos

ta d

e Á

fri-

ca y

par

a lo

s vi

ajes

de

expl

orac

ione

s po

r el

Atlá

ntic

o, d

el m

ismo

tipo

que

los

real

izad

os p

or lo

s po

rtugu

eses

. La

coro

na d

e C

astil

la, o

cupa

da e

n un

a ag

uda

riva-

lidad

con

Por

tuga

l, te

nía

un c

laro

inte

rés

en h

acer

val

er s

us p

rete

nsio

nes,

y en

vió

una

expe

dici

ón q

ue p

artió

de

Sevi

lla e

n 14

78 p

ara

ocup

ar G

ran

Can

aria

. A e

sta e

x-pe

dici

ón le

sig

uió

otra

nue

va y

con

más

éxi

to b

ajo

el m

ando

de

Alo

nso

Fern

ánde

zde

Lug

o en

148

2, p

ero,

aun

que

los

portu

gues

es a

band

onar

on s

us p

rete

nsio

nes

en e

ltra

tado

de

paz

de 1

479,

la re

siste

ncia

de

los i

sleño

s im

pidi

ó un

a fá

cil o

cupa

ción

: Pal

-m

a no

fue

som

etid

a ha

sta 1

492

y Te

nerif

e un

año

más

tard

e. A

la c

onqu

ista

, com

oen

el c

aso

de la

s A

zore

s po

rtugu

esas

, sig

uió

la e

xplo

taci

ón. L

os g

enov

eses

ayu

da-

ron

a in

trodu

cir l

a pr

oduc

ción

de

azúc

ar, y

en

1526

ya

habí

a 12

pla

ntac

ione

s de

azú

-ca

r en

la is

la d

e G

ran

Can

aria

.La

ocu

paci

ón d

e la

s C

anar

ias,

un p

uesto

de

para

da n

atur

al e

n la

ruta

a la

s Ind

ias,

ilust

raba

est

a co

njun

ción

del

inte

rés

públ

ico

y el

priv

ado,

que

hab

ía c

arac

teriz

ado

la re

conq

uista

y ta

mbi

én ib

a a

cara

cter

izar

la e

mpr

esa

de A

mér

ica.

El s

eñor

ío d

e la

sisl

as p

erte

necí

a a

la c

oron

a, q

uien

, por

lo ta

nto,

tení

a qu

e au

toriz

ar to

das

las

expe

-di

cion

es d

e co

nqui

sta.

En

esta

oca

sión

, la

coro

na ta

mbi

én p

artic

ipab

a en

la f

inan

-ci

ació

n de

la e

mpr

esa,

per

o Fe

rnán

dez

de L

ugo,

nom

brad

o po

r la

coro

na a

dela

nta-

do d

e La

s Pa

lmas

, hiz

o su

pro

pio

cont

rato

priv

ado

con

una

com

pañí

a de

mer

cade

res

de S

evill

a. A

ntes

de

que

parti

era

una

expe

dici

ón, s

e fir

mab

a un

con

trato

for

mal

, o

capi

tula

ción

, ent

re la

cor

ona

y el

com

enda

dor,

en la

s lín

eas

de lo

s co

ntra

tos

que

sehi

cier

on e

n el

cur

so d

e la

reco

nqui

sta.

Por

est

as c

apitu

laci

ones

, la

coro

na s

e re

ser-

vaba

cie

rtos

dere

chos

en

los

terr

itorio

s a

conq

uista

r, m

ient

ras

que

gara

ntiz

aban

re-

com

pens

as y

priv

ilegi

os e

spec

ífico

s pa

ra e

l co

men

dado

r y

los

alist

ados

en

suco

mpa

ñía.

Cuan

do e

l obs

esiv

o ge

nové

s vi

sion

ario

, lla

mad

o Cr

istób

al C

olón

, con

venc

ió f

i-na

lmen

te a

Fer

nand

o e

Isab

el e

n 14

91, d

e qu

e pa

troci

nara

n y

resp

alda

ran

su p

roye

c-ta

do v

iaje

hac

ia la

Mar

Oce

ana,

se

enco

ntró

cog

ido

en u

na tr

adic

ión

bien

est

able

ci-

da q

ue c

onsti

tuía

la

rela

ción

ent

re l

a co

rona

y l

os je

fes

de e

xped

icio

nes.

A e

sare

laci

ón a

portó

sus

pro

pias

idea

s, ba

sada

s en

el m

odel

o po

rtugu

és d

e ca

rtas

de d

o-na

ción

a lo

s qu

e de

scub

riera

n tie

rras

al o

este

de

las

Azo

res.

En la

s ca

pitu

laci

ones

apro

bada

s po

r lo

s Re

yes

Cat

ólic

os e

n Sa

nta

Fe, a

las

afue

ras

de G

rana

da, e

n ab

ril

134

HIS

TOR

IA D

E A

MÉR

ICA

LA

TIN

A

de 1

492,

fue

auto

rizad

o sig

uien

do u

na fó

rmul

a tra

dici

onal

, a «

desc

ubrir

» o

«gan

ar»

«isla

s e

tierr

as f

irmes

...

en lo

s di

chos

mar

es o

céan

os...

», e

s de

cir

«con

quist

ar»

enel

sen

tido

de b

usca

r y

ocup

ar ti

erra

s de

sead

as. L

a co

rona

, en

esta

oca

sión

, es

taba

disp

uesta

a h

acer

una

con

tribu

ción

fin

anci

era

rela

tivam

ente

peq

ueña

,y p

ropo

rcio

-na

r los

bar

cos

a C

olón

. Éste

fue

nom

brad

o vi

rrey

here

dita

rio y

gob

erna

dor d

e cu

al-

quie

r nu

eva

tierr

a qu

e en

cont

rara

; «v

irrey

» er

a el

títu

lo q

ue lo

s m

onar

cas

del A

ra-

gón

med

ieva

l co

nced

iera

n al

dip

utad

o no

mbr

ado

para

gob

erna

r lo

s te

rrito

rios

que

el re

y no

pod

ía a

dmin

istra

r en

per

sona

. Col

ón fu

e no

mbr

ado

tam

bién

, deb

ido

a su

espe

cial

insi

sten

cia,

Alm

irant

e he

redi

tario

de

la M

ar O

cean

a. E

ntre

las

reco

mpe

n-sa

s que

se le

pro

met

iero

n en

cas

o de

éxi

to, e

staba

el d

erec

ho a

nom

brar

ofic

iale

s ju

-di

cial

es (

pero

no

adm

inist

rativ

os)

en e

l ter

ritor

io d

e su

juris

dicc

ión,

junt

o co

n el

10

por

100

de la

s ga

nanc

ias

del t

ráfic

o y

el c

omer

cio.

El 3

de

agos

to d

e 14

92, c

uand

o Co

lón

zarp

ó de

l pue

rto a

ndal

uz d

e Pa

los,

esta

-ba

pre

visto

que

, si a

lcan

zaba

las

«Ind

ias»

esta

blec

ería

un

cent

ro d

e di

strib

ució

n co

-m

erci

al a

l esti

lo p

ortu

gués

, bas

ado

en p

eque

ñas

guar

nici

ones

, en

bene

ficio

de

la c

o-ro

na d

e C

astil

la.

Pero

las

notic

ias

que

trajo

cua

ndo

volv

ió a

Esp

aña

en m

arzo

de

1493

, ind

icar

on, a

l men

os a

la c

oron

a, la

con

veni

enci

a de

cie

rtas

mod

ifica

cion

es e

nel

esq

uem

a in

icia

l. H

abía

cie

rto e

scep

ticism

o so

bre

si Co

lón

habí

a al

canz

ado

real

-m

ente

el O

rient

e, c

omo

él m

ismo

insi

stía

. La

reve

laci

ón d

e lo

que

par

ecía

n nu

evas

islas

y n

ueva

gen

te, p

lant

eaba

impo

rtant

es p

regu

ntas

sob

re lo

s tít

ulos

de

las

tierr

asy

el tr

atam

ient

o de

los

isle

ños.

¿Qui

én ib

a a

ejer

cer

el s

eñor

ío s

obre

ello

s, y

quié

nib

a a

enca

rgar

se d

e la

sal

vaci

ón d

e su

s al

mas

?Lo

s Re

yes

Cató

licos

se

dirig

iero

n al

pap

ado,

sig

uien

do e

l pre

cede

nte

sent

ado

por

los

portu

gues

es, q

uien

es h

abía

n as

egur

ado

una

dona

ción

form

al d

el P

apa

de lo

s de-

rech

os d

e so

bera

nía

«des

de C

abo

Boja

dor

haci

a G

uine

a y

más

allá

». D

e un

com

pla-

cien

te p

apa

espa

ñol,

Ale

jand

roV

I,ob

tuvi

eron

lo q

ue q

uería

n: d

erec

hos

simila

res

en«t

odas

y c

ada

una

de la

s tie

rras

firm

es e

isla

s le

jana

s y

desc

onoc

idas

...

desc

ubie

r-ta

s y

que

se d

escu

bran

en

adel

ante

» en

el á

rea

fuer

a de

la lí

nea

naci

onal

de

dem

ar-

caci

ón q

ue s

e ac

orda

ría f

orm

alm

ente

ent

re la

s co

rona

s de

Por

tuga

l y E

spañ

a en

el

Trat

ado

de T

orde

silla

s, en

149

4. L

as b

ulas

de

Ale

jand

roV

I,en

149

3, p

udie

ron

con-

sider

arse

inne

cesa

rias

en v

ista

del p

rinci

pio

del d

erec

ho R

oman

o im

plíc

ito e

n la

s Sie

te

Parti

das,

en c

uant

o a

que

la p

oses

ión

perte

necí

a a

los

prim

eros

ocu

pant

es d

e la

tie-

rra.

Per

o la

aut

oriz

ació

n pa

pal c

once

día

un tí

tulo

ext

ra d

e se

gurid

ad a

las

petic

io-

nes

caste

llana

s co

ntra

cua

lqui

er in

tent

o de

recu

saci

ón p

or p

arte

de

los p

ortu

gues

es,

y el

evó

la e

mpr

esa

de la

s Ind

ias

al g

rado

de

empr

esa

sant

a lig

ando

los

dere

chos

ex-

clus

ivos

de

Casti

lla a

una

obl

igac

ión

igua

lmen

te e

xclu

siva

para

que

se g

anar

an a

los

paga

nos

para

la fe

. Esta

em

pres

a m

isio

nera

, sol

emne

men

te c

onfia

da a

la c

oron

a de

Casti

lla s

e do

tó a

sí de

una

justi

ficac

ión

mor

al p

ara

la c

onqu

ista

y co

loni

zaci

ón, q

uea

la v

ez re

forz

aban

y s

uper

aban

las

conc

esio

nes

en u

na fo

rma

u ot

ra o

bten

idas

del

prim

er d

escu

brim

ient

o.La

cor

ona,

pre

ocup

ada

por a

segu

rar s

u pr

imac

ía e

n la

esc

ena

inte

rnac

iona

l, ta

m-

bién

se

mov

ió p

ara

aseg

urar

su

prim

acía

en

la e

mpr

esa

de C

olón

. La

insta

laci

ón y

pr

epar

ació

n de

la fl

ota

para

su

viaj

e de

regr

eso

a La

Esp

añol

a —

esta

vez

una

flot

a de

die

cisie

te b

arco

s-ea

luga

r de

sólo

tres

— fu

e en

carg

ada

a Ju

an R

odríg

uez

de F

on-

seca

, arc

edia

no d

e Se

villa

, y m

iem

bro

del C

onse

jo d

e Ca

stilla

. Dur

ante

los

sigui

ente

s23

año

s ha

sta la

mue

rte d

e Fe

rnan

do e

l Cat

ólic

o en

151

6, F

onse

ca fu

e de

hec

ho e

ldi

rect

or s

upre

mo

y co

ordi

nado

r de

la e

mpr

esa

amer

ican

a de

Cas

tilla

, enc

arga

ndo-

Page 5: Leslie Bethell - Historia de América Latina Tomo 1 cap 6

LA C

ON

QU

ISTA

ESP

OLA

Y L

AS

CO

LON

IAS

DE

AM

ÉRIC

A

13

5

sele

la ca

si im

posib

le ta

rea

de a

segu

rar

que,

en

cual

quie

r fa

se d

el d

escu

brim

ient

o,la

col

oniz

ació

n y

la c

onqu

ista

, lo

s int

eres

es y

aut

orid

ad d

e la

cor

ona

fuer

an d

ebi-

dam

ente

def

endi

dos.

La in

clus

ión

en e

l seg

undo

via

je c

olom

bino

de

un d

iput

ado

delo

s co

ntad

ores

may

ores

de

Cas

tilla

—lo

s pr

inci

pale

s m

inis

tros

finan

cier

os d

e la

coro

na—

a la

vez

que

un

rece

ptor

par

a re

caud

ar to

dos

los

tribu

tos

real

es, y

un

vee-

dor o

insp

ecto

r de

cue

ntas

, sen

tó e

l pre

cede

nte

de s

uper

visió

n y

cont

rol,

por p

arte

de o

ficia

les

real

es, q

ue c

ontin

uó r

ealiz

ándo

se e

n la

s ex

pedi

cion

es p

oste

riore

s. L

osho

mbr

es d

e Fo

nsec

a se

guirí

an p

aso

a pa

so a

cada

futu

ro e

xplo

rado

r y

desc

ubrid

or,

y ni

ngún

jefe

en

las I

ndia

s po

dría

elu

dir p

or la

rgo

tiem

po la

som

bra

opre

siva

de la

coro

na.

La e

xped

ició

n de

149

3 ta

mbi

én fu

e di

fere

nte

en o

tros

punt

os im

porta

ntes

resp

ecto

a su

ant

eces

ora.

No

habí

a ni

ngún

sac

erdo

te e

n el

prim

er v

iaje

, per

o es

ta v

ez s

e de

-di

có u

n in

teré

s es

peci

al a

la c

onve

rsió

n de

los

isle

ños,

y un

gru

po d

e fra

iles

espe

-ci

alm

ente

sel

ecci

onad

os p

or F

erna

ndo

e Is

abel

y d

irigi

dos

por u

n be

nedi

ctin

o ca

ta-

lán,

Ber

nard

o B

oil,

tuvi

eron

la re

spon

sabi

lidad

de

real

izar

una

em

pres

a m

ision

era

a ex

pens

as d

e la

coro

na. A

dem

ás, l

a co

nver

sión

supo

nía

una

ocup

ació

n pe

rman

en-

te, y

que

toda

la ex

pedi

ción

esp

añol

a se

equ

ipar

a ad

ecua

dam

ente

par

a pa

sar u

na e

s-ta

ncia

larg

a en

el a

sent

amie

nto

de la

s A

ntill

as. E

sta v

ez, e

n lu

gar

de 8

7 ho

mbr

es,

Coló

n fo

rmó

una

expe

dici

ón c

ompu

esta

por

1.2

00, i

nclu

yend

o no

sólo

sol

dado

s, m

a-rin

eros

, cab

alle

ros

y av

entu

rero

s, sin

o ta

mbi

én a

rtesa

nos

y ag

ricul

tore

s. A

hora

se

trata

ba d

e lo

grar

la co

loni

zaci

ón d

e la

s is

las,

aunq

ue e

l res

cate

(tru

eque

con

los

in-

dios

) se

guía

teni

endo

el i

nter

és c

entra

l de

la e

mpr

esa.

De

hech

o, u

na c

olon

ia m

o-de

lo q

ue e

mba

rcab

a en

mas

a en

Sev

illa,

era

mod

elo

exce

pto

en u

n as

pect

o cr

itica

-bl

e: n

o in

cluí

a m

ujer

es.

Ya

en 1

493,

ele

men

tos

nuev

os s

e ib

an a

intro

duci

r en

el j

uego

par

a m

odifi

car o

tra

nsfo

rmar

la

empr

esa

inic

ial c

omo

Coló

n la

con

cibi

ó. E

l com

erci

o y

la e

xplo

ra-

ción

sig

uier

on s

iend

o un

os c

ompo

nent

es p

oder

osos

de

la em

pres

a; y

el e

stabl

ecim

ien-

to d

e un

pob

lam

íent

o pe

rman

ente

en

las

Ant

illas

esta

ba m

uy e

n la

líne

a co

n el

mod

oem

plea

do p

or lo

s por

tugu

eses

y g

enov

eses

en

sus a

ctiv

idad

es d

e U

ltram

ar, c

omo

yase

pra

ctic

aba

en M

adei

ra y

a lo

larg

o de

la co

sta o

este

de

Áfri

ca.

Pero

las t

radi

cio-

nes

naci

das

en la

reco

nqui

sta d

e la

vie

ja C

astil

la ta

mbi

én te

nder

ían

a co

nfirm

arse

,im

pulsa

das

en p

arte

por

el h

echo

de

que

el n

uevo

mun

do d

escu

bier

to e

n la

s Ant

i-lla

s ap

arec

ía d

ensa

men

te o

cupa

do p

or u

na p

obla

ción

no

cris

tiana

, y la

cua

l pos

eía

obje

tos

de o

ro. E

ntre

la v

arie

dad

de o

pcio

nes

exis

tent

es, C

astil

la e

scog

ió la

que

im-

plic

aba

la co

nqui

sta e

n gr

an e

scal

a de

ntro

de

la tr

adic

ión

med

ieva

l pen

insu

lar:

la a

fir-

mac

ión

de la

sobe

raní

a, e

l esta

blec

imie

nto

de la

fe, i

nmig

raci

ón y

ase

ntam

ient

o, y

un

a do

min

ació

n ex

tens

iva

de la

s tie

rras

y la

s per

sona

s. Pe

ro, a

l mom

ento

de

empr

en-

der l

a pr

imer

a co

loni

a es

paño

la d

el N

uevo

Mun

do s

u pr

ecar

ia a

ndad

ura,

no

qued

a-ba

nad

a cl

aro

si c

onqu

ista

y as

enta

mie

nto,

o co

nqui

sta y

mov

imie

nto,

¡ier

ía la

for-

ma

de co

nqui

sta q

ue p

reva

lece

ría.

EL

MO

DEL

O D

E L

AS

ISLA

S

El p

robl

ema

con

que

se e

ncon

tró la

coro

na y

sus

agen

tes

en L

a Es

paño

la p

refi-

gura

ba e

n m

inia

tura

el p

robl

ema

que

suby

acía

en

toda

la em

pres

a es

paño

la e

n A

mé-

rica:

cóm

o im

pone

r esta

bilid

ad e

n un

mun

do d

onde

cas

i tod

o es

taba

cam

bian

do rá

-

'36

HIS

TOR

IA D

E A

MÉR

ICA

LA

TIN

A

pida

men

te. I

ntro

duci

dos

en e

l rec

ién

desc

ubie

rto p

araí

so c

arib

eño,

con

sus

pro

pias

aspi

raci

ones

, sus

val

ores

—y

no m

enos

sus

enf

erm

edad

es—

, Co

lón

y su

s ho

mbr

espr

onto

lo tr

ansf

orm

aron

en

un e

spac

io y

erm

o.Lo

s es

paño

les

habí

an v

uelto

a la

s A

ntill

as c

on id

eas

muy

pre

cisa

s. Po

r en

cim

ade

todo

, que

rían

oro.

Mie

ntra

s qu

e Co

lón

cont

inua

ba s

u bú

sque

da d

e la

Indi

a y

elim

perio

del

Gra

n K

han

la m

ayor

ía d

e su

gru

po s

e es

tabl

eció

en

La E

spañ

ola,

don

-de

des

cubr

iero

n qu

e el

prim

er a

sent

amie

nto

se h

abía

des

truid

o en

su

ause

ncia

. Por

ello

, se

cons

truyó

uno

nue

vo a

l que

den

omin

aron

La

Isab

ela,

en

un s

itio

de la

pla

-ya

nor

te, q

ue r

esul

tó s

er in

salu

bre.

Se

supo

nía

que

los

colo

niza

dore

s co

nstru

irían

una

ciud

ad, p

lant

aría

n su

s co

sech

as, c

uida

rían

sus

gana

dos

y co

nstru

irían

una

ca-

dena

de

alm

acen

es b

ien

defe

ndid

os,

en lo

s qu

e lo

s in

dios

—en

tonc

es y

a so

met

idos

a la

influ

enci

a ed

ifica

nte

del c

ristia

nism

o—, d

epos

itaría

n dó

cilm

ente

gra

ndes

can

-tid

ades

de

oro.

Este

sue

ño p

ront

o se

rom

pió.

La

cant

idad

de

OTO

reci

bida

del

tráf

ico

con

los

in-

dios

res

ultó

ser

muy

des

alen

tado

ra, y

Col

ón, a

nsio

so p

or ju

stifi

car

esa

inve

rsió

n a

sus

sobe

rano

s, tra

tó d

e su

plir

la d

efic

ienc

ia c

on o

tra m

erca

ncía

con

veni

ente

: los

pro

-pi

os in

dios

. Al e

mba

rcar

indi

os c

arib

eños

de

vuel

ta a

Esp

aña

para

ven

derlo

s co

mo

escl

avos

, Col

ón f

orm

uló

una

cues

tión

agud

a, q

ue d

omin

aría

la h

isto

ria d

e Es

paña

en A

mér

ica

dura

nte

los

sigu

ient

es 5

0 añ

os, l

a de

l sta

tus

de la

pob

laci

ón i

ndíg

ena.

Los

«bár

baro

s» p

odría

n se

r, de

acu

erdo

con

las

prev

ision

es d

el d

erec

ho ro

man

o,es

clav

izad

os le

gítim

amen

te, y

«bá

rbar

os»

llegó

a c

onsid

erar

se p

or e

l cris

tiani

smo

me-

diev

al c

omo

el e

quiv

alen

te a

«in

fiel»

. Y

aun

que

la c

oron

a pa

recí

a de

seos

a de

apl

i-ca

r es

ta in

terp

reta

ción

al p

rimer

env

ío d

e ta

inos

que

lleg

ó a

And

aluc

ía, l

a in

fluen

-ci

a de

los

teól

ogos

con

dujo

a se

gund

os ra

zona

mie

ntos

. Un

infie

l era

un

hom

bre

que

habí

a re

chaz

ado

la v

erda

dera

fe,

per

o es

tas

nuev

as g

ente

s ha

bían

viv

ido

apar

ente

-m

ente

, aun

que

inex

plic

able

men

te, e

n un

a to

tal i

gnor

anci

a de

ella

. Por

lo ta

nto,

de-

bería

n se

r cla

sific

ados

com

o pa

gano

s y

no in

fiele

s, al

men

os h

asta

que

se le

s pr

edi-

cara

el

evan

gelio

, y

lo h

ubie

ran

rech

azad

o. L

a re

ina

Isab

el,

acon

seja

da p

or s

uco

nfen

sor,

Xim

énez

de

Cis

nero

s, su

spen

dió

el c

omer

cio.

Esta

s ge

ntes

era

n su

s sub

-di

tos;

y e

n 15

00 la

cor

ona

decl

aró

a lo

s in

dios

«lib

res

y no

suj

etos

a s

ervi

dum

bre»

.Es

ta r

egla

apa

rent

emen

te d

ecis

iva,

estu

vo d

e he

cho

lejo

s de

ser

com

pren

dida

. To-

daví

a se

per

mití

a es

clav

izar

a lo

s in

dios

cap

tura

dos

en «

guer

ra ju

sta»

—un

térm

ino

que

dem

ostró

su

emin

ente

ada

ptac

ión

al e

mpl

ears

e en

el C

arib

e y,

más

tard

e, e

n el

cont

inen

te,

incl

uyen

do e

n él

tod

o, d

esde

los

ind

ios

«reb

elde

s» a

los

car

ibes

caní

bale

s—. L

a co

nsec

uenc

ia in

med

iata

que

tuvo

la d

ecisi

ón d

e la

cor

ona

fue

fom

en-

tar e

xped

icio

nes

para

cap

tura

r esc

lavo

s en

las

islas

de

las

Ant

illas

aún

no

habi

tada

spo

r esp

añol

es, c

on e

l obj

eto

de a

baste

cer e

l mer

cado

con

esc

lavo

s «l

egíti

mos

». C

omo

los

abus

os s

e m

ultip

licab

an,

así m

ismo

crec

ió la

rep

ulsa

con

tra e

llos,

pero

no

fue

ante

s de

las

«ley

es n

ueva

s» d

e 15

42 c

uand

o, o

pera

ndo

tant

o re

trosp

ectiv

amen

te c

omo

de c

ara

al fu

turo

, la

escl

avitu

d de

los

indi

os fu

e de

finiti

vam

ente

, au

nque

no

umve

r-sa

lmen

te,

abol

ida.

El re

chaz

o de

la e

scla

vitu

d de

los

indi

os, a

l men

os a

l prin

cipi

o, e

limin

ó un

a de

las o

pcio

nes

expu

esta

s an

te lo

s col

onos

de

La E

spañ

ola

y, e

n co

nsec

uenc

ia, e

xace

rbó

los

prob

lem

as d

e su

perv

iven

cia

que

ya ll

egab

an a

agu

diza

rse.

La

enfe

rmed

ad e

ntre

los

colo

nos

les

habí

a fo

rzad

o a

desp

laza

rse

haci

a la

par

te s

ur d

e la

isla

, don

de s

unu

evo

asen

tam

ient

o, S

anto

Dom

ingo

, fun

dado

por

Bar

tolo

Coló

n en

149

8, se

con

-ve

rtiría

en

el c

entro

neu

rálg

ico

de la

s Ind

ias

a lo

larg

o de

una

gen

erac

ión

o m

ás. P

ero

Page 6: Leslie Bethell - Historia de América Latina Tomo 1 cap 6

LA C

ON

QU

ISTA

ESP

OLA

Y L

AS

CO

LON

IAS

DE

AM

ÉRIC

A13

7

la s

uper

vive

ncia

de

Sant

o D

omin

go, c

omo

una

colo

nia

viab

le, d

epen

día

de q

ue s

ees

tabl

ecie

ra u

n eq

uilib

rio e

ntre

los c

olon

os, q

uien

es c

omo

todo

s lo

s co

lono

s, lle

ga-

ron

con

expe

ctat

ivas

exa

gera

das

y un

os r

ecur

sos

que

no s

ólo

eran

lim

itado

s, sin

oqu

e di

smin

uyer

on r

ápid

amen

te.

La fa

mili

a de

Col

ón, g

ozan

do d

e la

juris

dicc

ión

sobr

e la

s is

las,

dem

ostró

su

ine-

ficac

ia.

Com

o te

nían

raí

ces

geno

vesa

s, co

men

zaro

n co

n un

a de

sven

taja

nat

ural

, y

por

su c

arác

ter,

ni e

l alm

irant

e ni

sus

her

man

os e

staba

n pr

epar

ados

par

a tra

tar

con

la in

disc

iplin

a en

dém

ica

de u

n m

ontó

n de

esp

añol

es c

uyo

únic

o pe

nsam

ient

o er

a el

de •e

nriq

uece

rse

fáci

lmen

te. L

a er

a de

Col

ón e

n la

s In

dias

occ

iden

tale

s te

rmin

ó co

nel

def

initi

vo r

egre

so d

e D

iego

Col

ón a

Esp

aña

en 1

524;

per

o, a

nter

iorm

ente

, des

dem

edia

dos

de la

déc

ada

de 1

490,

la c

oron

a es

taba

cui

dado

sam

ente

con

teni

endo

y re

-co

rtand

o la

juris

dicc

ión

de la

fam

ilia.

El v

erda

dero

fun

dado

r de

La

Espa

ñola

y, a

tra

vés

de e

lla, d

e la

s In

dias

esp

añol

as, f

ue F

ray

Nic

olás

de

Ova

ndo,

nom

brad

o go

-be

rnad

or e

n 15

01. D

e or

igen

ext

rem

eño,

pos

eía

unos

con

ocim

ient

os p

olíti

cos

y un

asap

titud

es a

dmin

istra

tivas

que

se

habí

an d

emos

trado

en 1

a re

form

a de

la O

rden

Mi-

litar

de

Alc

ánta

ra;

fue

nom

brad

o pa

ra ll

evar

la e

stabi

lidad

a u

na is

la, d

onde

la c

o-m

unid

ad d

e co

lono

s se

hab

ía d

esga

rrad

o en

facc

ione

s y

esta

ba a

men

azad

a de

ext

in-

ción

deb

ido

a la

fal

ta d

e al

imen

tos

y tra

bajo

.En

los

ocho

año

s de

su

gobi

erno

, Ova

ndo

cons

igui

ó po

ner

los

cim

ient

os d

e un

resu

rgim

ient

o ec

onóm

ico

y lo

gró

un e

fect

ivo

cont

rol c

entra

lizad

o. C

omen

zó re

cons

-tru

yend

o la

pro

pia

ciud

ad d

e Sa

nto

Dom

ingo

, des

truid

a po

r un

cicl

ón p

oco

desp

ués

de s

u lle

gada

en

la p

rimav

era

de 1

502.

Edi

ficad

a en

un

sitio

lige

ram

ente

dife

rent

e,Sa

nto

Dom

ingo

se co

nvirt

ió e

n la

prim

era

auté

ntic

a ci

udad

del

Nue

vo M

undo

esp

añol

—la

prim

era

que

daría

la b

ienv

enid

a a

toda

una

gen

erac

ión

de n

uevo

s vi

sitan

tes

dela

s In

dias

—, q

ue p

ropo

rcio

naría

el p

roto

tipo

de la

s ci

udad

es q

ue s

e er

igirí

an e

n el

cont

inen

te a

mer

ican

o. E

n su

Sum

ario

de

la N

atur

al H

istor

ia d

e la

s In

dias

[15

26],

el o

rgul

loso

cro

nist

a de

La

Espa

ñola

, Gon

zalo

Fer

nánd

ez d

e O

vied

o, la

des

crib

iría

supe

rior

incl

uso

a Ba

rcel

ona

y al

res

to d

e la

s ci

udad

es d

el V

iejo

Mun

do q

ue h

abía

vist

o: «

porq

ue c

omo

se h

a fu

ndad

o en

nue

stro

s tie

mpo

s ...

fue

traz

ada

con

regl

a y

com

pás,

y a

una

med

ida

las

calle

s to

das»

.4 El p

lano

de

parri

llas

de h

ierr

o, s

igui

endo

los m

odel

os y

a ad

opta

dos

en E

urop

a —

incl

uso

el d

el c

ampa

men

to d

e lo

s Re

yes

Ca-

tólic

os e

n Sa

nta

Fe, e

n G

rana

da—

hab

ía h

echo

el v

iaje

tra

nsat

lánt

ico.

Muc

hos

de lo

s m

étod

os e

insti

tuci

ones

que

más

tard

e se

tras

lada

ron

al c

ontin

en-

te a

mer

ican

o er

an e

l pro

duct

o di

rect

o de

l rég

imen

de

Ova

ndo

en L

a Es

paño

la, q

uien

a su

vez

se

habí

a ap

rove

chad

o de

las

expe

rienc

ias

de la

reco

nqui

sta e

n Es

paña

y d

ela

con

quist

a de

Can

aria

s. Si

los

espa

ñole

s ib

an a

ser

indu

cido

s a

perm

anec

er,

de-

bían

tene

r in

teré

s en

los

recu

rsos

nat

ural

es y

hum

anos

de

las

isla

s. La

s es

pera

nzas

en u

na e

cono

mía

de

tráfic

o de

oro

se

habí

an id

o pe

rdie

ndo

con

la e

scas

ez d

el o

ro,

aunq

ue p

odía

obt

ener

se m

ás e

n lo

s río

s y e

n la

s m

inas

. Esto

requ

ería

trap

ajo,

y C

olón

ya h

abía

intro

duci

do u

n sis

tem

a de

trab

ajo

indí

gena

for

zoso

que

ayu

daría

a p

rodu

-ci

r tri

buto

al r

ey y

pro

vech

o pa

ra lo

s co

lono

s.In

tent

os p

ara

reem

plaz

ar é

ste p

or u

n sis

tem

a de

trab

ajo

volu

ntar

io b

asad

os e

n di

s-tin

tas

form

as d

e pa

gos

no d

iero

n re

sulta

do c

omo

era

de p

reve

r en

una

soc

ieda

d en

la c

ual e

l con

cept

o eu

rope

o de

«tra

bajo

» er

a to

talm

ente

ext

raño

. Por

lo ta

nto,

la c

o-

4.

Gon

zalo

Fer

nánd

ez d

e O

vied

o, S

umar

io d

e la

natu

ral h

isto

ria

de la

s Ind

ias,

ed. J

osé

Mira

nda,

Méx

ico, 1

950,

pp.

88-

89.

138

HIS

TOR

IA D

E A

MÉR

ICA

LA

TIN

A

roña

, sig

uien

do O

vand

o, a

prob

ó en

150

3 un

sist

ema

de m

ano

de o

bra

forz

osa,

por

el c

ual s

e au

toriz

ó al

gob

erna

dor

a re

parti

r m

ano

de o

bra

indi

a en

las

min

as o

en

los

cam

pos,

debi

endo

pag

ar lo

s sa

lario

s aq

uello

s qu

e re

cibi

eron

el

repa

rtim

ient

o.A

l dar

le a

Ova

ndo

el p

oder

par

a ad

judi

car

man

o de

obr

a in

díge

na a

su p

ropi

a di

s-cr

eció

n, la

cor

ona

le e

ntre

gó la

s ba

ses

para

mod

elar

la v

ida

de la

isla

a s

us p

ropi

osre

quer

imie

ntos

. El

rep

artim

ient

o o

dist

ribuc

ión

de lo

s in

dios

fue

un a

cto

de f

avor

por p

arte

de

la c

oron

a y,

por

lo ta

nto,

impl

icab

a ci

erta

s ob

ligac

ione

s qu

e te

nían

que

cum

plir

los

conc

esio

nario

s. Lo

s in

dios

tení

an q

ue s

er c

uida

dos

e in

strui

dos

en la

fe,

lo q

ue s

igni

ficab

a qu

e, e

n ef

ecto

, esta

ban

tem

pora

lmen

te «

depo

sitad

os»

o co

nfia

dos

a es

paño

les

indi

vidu

ales

. Era

un

siste

ma

que

se p

arec

ía a

la a

signa

ción

, o e

ncom

ien-

da, d

e lo

s po

blad

os m

oros

a m

iem

bros

de

las

órde

nes

mili

tare

s en

la E

spañ

a m

edie

-va

l, y

la p

alab

ra e

ncom

iend

a re

apar

ecer

ía e

n es

ta n

ueva

em

pres

a am

eric

ana,

aun

-qu

e tu

vier

a un

sig

nific

ado

muy

dis

tinto

.5 La

enco

mie

nda

del

Nue

vo M

undo

no

incl

uía

el re

parto

de

tierr

a o

de re

ntas

. Era

sim

plem

ente

una

asig

naci

ón p

úblic

a de

man

o de

obr

a ob

ligat

oria

, lig

ada

a re

spon

sabi

lidad

es e

spec

ifica

das

haci

a lo

s in

dios

asig

nado

s al

dep

osita

rio o

enc

omen

dero

.Ta

les

resp

onsa

bilid

ades

no

podí

an, e

n te

oría

, asig

nars

e al

eato

riam

ente

. Deb

ería

nre

caer

en

los

más

cap

acita

dos

para

eje

rcer

las;

en

el m

erito

rio y

el e

stab

leci

do —

yel

esta

blec

ido

en e

l mun

do h

ispán

ico

era

un p

ropi

etar

io q

ue te

nía

resid

enci

a ur

bana

—.

Así

el c

ontro

l que

eje

rcía

Ova

ndo

sobr

e el

sum

inist

ro d

e m

ano

de o

bra

le se

rvía

par

afo

men

tar

el a

sent

amie

nto

de lo

s es

paño

les

en p

eque

ñas

com

unid

ades

urb

anas

, cad

aun

a co

n su

cab

ildo,

o a

yunt

amie

nto,

seg

ún e

l mod

elo

espa

ñol.

La m

ano

de o

bra

in-

dia

tení

a qu

e se

r as

igna

da s

ólo

a ve

cino

s.Pa

ra fa

cilit

ar e

l pro

ceso

de

repa

rtim

ient

o, lo

s in

dios

era

n ta

mbi

én r

edist

ribui

dos,

y su

s ca

ciqu

es, o

jefe

s, se

res

pons

abili

zaba

n de

sum

inist

rar

la m

ano

de o

bra

a lo

ses

paño

les.

Mie

ntra

s un

a pa

rte d

e la

man

o de

obr

a co

nsist

ía e

n in

dios

de

enco

mie

n-da

, otro

s in

dios

, con

ocid

os c

omo

«nab

oría

s», s

erví

an a

las

fam

ilias

esp

añol

as c

omo

cria

dos

dom

éstic

os. E

stos

nab

oría

s se

hal

laba

n a

ambo

s la

dos

de la

líne

a qu

e di

vi-

día

la so

cied

ad a

rmón

ica

que

Ova

ndo

habí

a co

nceb

ido

—un

a so

cied

ad e

n la

cua

l coe

-xi

stier

an la

s co

mun

idad

es in

dias

y e

spañ

olas

baj

o el

con

trol d

el g

ober

nado

r rea

l—,

intro

duci

endo

a lo

s in

dios

en

los

bene

ficio

s de

la c

ivili

zaci

ón c

ristia

na y

ofre

cien

-do

a c

ambi

o el

trab

ajo

que

era

lo ú

nico

que

pod

ían

ofre

cer.

En a

lgún

mom

ento

,O

vand

o fo

men

tó l

a cr

ía d

e ga

nado

y lo

s cu

ltivo

s de

azú

car,

espe

rand

o lib

erar

a la

soci

edad

de

La E

spañ

ola

de la

exc

esiv

a de

pend

enci

a de

l oro

, artí

culo

tan

difíc

il de

cons

egui

r, y

proc

uró

que

los

colo

nos

se v

incu

lara

n a

la t

ierr

a.Po

r lo

tant

o, b

ajo

el g

obie

rno

de O

vand

o, L

a Es

paño

la h

izo

la tr

ansic

ión

desd

ece

ntro

de

dist

ribuc

ión

a co

loni

a, p

ero

su p

roye

cto

cont

enía

en

sí m

ismo

las

sem

i-lla

s de

su p

ropi

a de

struc

ción

. El e

stabl

ecim

ient

o fo

rmal

de

traba

jo f

orzo

so e

ntré

lapo

blac

ión

indí

gena

sól

o pr

ecip

itó u

n pr

oces

o qu

e ya

esta

ba re

sulta

ndo

cata

stróf

ico,

su to

tal e

xtin

ción

. A lo

s 20

año

s de

la ll

egad

a de

Col

ón, l

a po

blac

ión

de la

que

ha-

bía

sido

una

isla

dens

amen

te p

obla

da, d

esap

arec

ió p

or la

gue

rra,

las

enfe

rmed

ades

,lo

s m

alos

trat

os y

el t

raum

a pr

oduc

ido

por l

os e

sfue

rzos

que

hic

iero

n lo

s in

vaso

res

por a

dapt

arla

a u

nas

form

as d

e vi

da y

com

porta

mie

ntos

tota

lmen

te d

istin

tos

a su

ex-

perie

ncia

ant

erio

r.

5.

Para

un tr

atam

iento

más

deten

ido

del s

istem

a de l

a enc

omien

da, v

éase

Elli

ot, H

ALC

, II,

cap.

1, y

Mac

Leo

d, c

ap. 2

; ade

más

, Gib

son,

HAL

C,I

V,c

ap. 6

.

Page 7: Leslie Bethell - Historia de América Latina Tomo 1 cap 6

LA C

ON

QU

ISTA

ESP

OLA

Y L

AS

CO

LON

IAS

DE

AM

ÉRIC

A13

9

En u

n in

tent

o de

sesp

erad

o po

r m

ante

ner

el s

umin

istro

de

man

o de

obr

a, lo

s co

-lo

nos

inva

dier

on m

asiv

amen

te la

s Ba

ham

as y

dep

orta

ron

a su

pob

laci

ón lu

caya

a L

aEs

paño

la. P

ero

cuan

tos

más

gru

pos

de e

mig

rant

es ll

egab

an d

e Es

paña

en

busc

a de

una

fortu

na r

ápid

a, la

intro

ducc

ión

de la

man

o de

obr

a fo

rzad

a de

las

islas

vec

inas

no s

erví

a m

ás q

ue c

omo

palia

tivo.

La

esta

bilid

ad q

ue O

vand

o bu

scab

a de

mos

tró s

erim

posib

le d

e lo

grar

, y e

l int

ento

de

impo

nerla

por

med

ios

auto

mát

icos

pro

vocó

vio

-le

ntos

rese

ntim

ient

os e

n co

ntra

del

gob

erna

dor.

Esta

blec

iend

o un

mod

elo

que

se re

-pe

tiría

a m

enud

o en

las

Indi

as, l

os d

iside

ntes

loca

les

logr

aron

mov

iliza

r a d

efen

so-

res

influ

yent

es e

n la

Cor

te.

Ova

ndo

fue

cesa

do d

e su

car

go e

n 15

09, v

íctim

a de

Fons

eca

y su

s of

icia

les

de L

a Es

paño

la. D

iego

Col

ón, q

ue le

suc

edió

com

o go

ber-

nado

r, no

cor

rió m

ejor

sue

rte. L

as p

rete

nsio

nes

de la

fam

ilia

Coló

n le

hic

iero

n ap

a-re

cer c

omo

sosp

echo

so a

nte

la c

oron

a, q

ue e

n 15

11 d

io u

n pa

so im

porta

nte

al li

mi-

tar

su p

oder

, es

tabl

ecie

ndo

un t

ribun

al l

egal

per

man

ente

, la

aud

ienc

ia d

e Sa

nto

Dom

ingo

. La

audi

enci

a, b

asad

a en

el m

odel

o de

las c

anci

llería

s de

Val

lado

lid y

Gra

-na

da, s

irvió

tam

bién

com

o m

odel

o pa

ra o

tros

tribu

nale

s qu

e la

cor

ona

espa

ñola

es-

tabl

ecer

ía d

uran

te e

l tie

mpo

en

que

exte

ndió

su

dom

inio

sob

re e

l con

tinen

te a

mer

i-ca

no.

Los

agen

tes

del

gobi

erno

rea

l es

tuvi

eron

en

el f

utur

o ba

jo l

a in

spec

ción

cons

tant

e de

los

agen

tes

de la

just

icia

rea

l.El

con

tinuo

dec

live

de lo

s in

díge

nas

de L

a Es

paño

la y

de

la p

obla

ción

no

blan

-ca

impo

rtada

, tra

jo d

os r

espu

esta

s di

stin

tas,

cada

una

con

las

may

ores

con

secu

en-

cias

par

a el

futu

ro d

e la

Am

éric

a es

paño

la. E

n pr

imer

luga

r, pr

ovoc

ó un

pod

eros

om

ovim

ient

o de

indi

gnac

ión

mor

al e

n la

pro

pia

isla

y en

la E

spañ

a m

isma.

El m

ovi-

mie

nto

era

dirig

ido

por

los

dom

inic

os h

orro

rizad

os p

or la

s co

ndic

ione

s en

que

en-

cont

raro

n la

s isl

as c

uand

o lle

garo

n en

151

0. S

u m

ayor

exp

onen

te f

ue A

nton

io d

eM

onte

sinos

qui

en, e

n un

ser

món

pre

dica

do e

n Sa

nto

Dom

ingo

el d

omin

go a

ntes

de

las

navi

dade

s de

151

1, d

enun

ció

los

mal

os tr

atos

infri

ngid

os a

los

indi

os y

se

negó

a da

r la

com

unió

n a

los

enco

men

dero

s qu

e co

nsid

erab

a m

ás re

spon

sabl

es. S

u pa

rti-

dario

más

impo

rtant

e fu

e Ba

rtolo

de la

s C

asas

, qui

en e

n 15

14 re

nunc

ió a

su e

n-co

mie

nda

y a

sus i

nter

eses

com

erci

ales

en

las i

slas

, ded

ican

do lo

s 52

año

s que

le q

ue-

daba

n de

su

vida

turb

ulen

ta, a

una

def

ensa

apa

siona

da d

e lo

s su

bdito

s in

dios

de

laco

rona

esp

añol

a.La

s re

perc

usio

nes

de e

ste m

ovim

ient

o pr

onto

se

sintie

ron

en la

cor

te d

e Fe

rnan

doel

Cat

ólic

o, d

onde

el c

inism

o so

bre

la e

xplo

taci

ón d

e la

s riq

ueza

s de

las

Indi

as s

em

oder

ó po

r un

con

ocim

ient

o de

las

oblig

acio

nes

que

la c

oron

a im

puso

a tr

avés

de

una

suce

sión

de b

ulas

pap

ales

que

cul

min

aron

en

la d

el 2

8 de

julio

de

1508

, que

con

-ce

dió

un p

atro

nato

uni

vers

al, o

der

echo

de

pres

enta

ción

de

los

bene

ficio

s de

l Nue

-vo

Mun

do, c

omo

reco

mpe

nsa

a lo

s on

eros

os d

eber

es q

ue c

ompr

endí

a la

eva

ngel

i-za

ción

de

la p

obla

ción

indí

gena

. Se

nece

sitab

a cl

aram

ente

un

nuev

o có

digo

legi

slativ

opa

ra p

rote

ger a

los

indi

os d

e lo

s abu

sos

horr

ible

s qu

e M

onte

sinos

y su

s co

lega

s des

-cr

ibie

ron,

las

ley

es d

e Bu

rgos

de

1512

fuer

on u

n in

tent

o, s

i bie

n, in

genu

o de

pro

-te

cció

n, p

ara

regu

lar c

uida

dosa

men

te e

l fun

cion

amie

nto

de la

enc

omie

nda,

una

ins-

tituc

ión

que

no e

ra in

com

patib

le —

dada

s la

s de

bilid

ades

y d

efic

ienc

ias

de la

may

oría

de lo

s in

dios

— c

on e

l prin

cipi

o de

la li

berta

d de

los

indi

os, q

ue la

ley

tam

bién

pro

-cl

amab

a.La

s le

yes

de B

urgo

s se

mur

iero

n en

la m

isma

plum

a de

sus

legi

slad

ores

: no

ha-

bía

auto

ridad

en

las

islas

que

qui

siera

o p

udie

ra a

segu

rar s

u ej

ecuc

ión.

Per

o en

151

6,a

la m

uerte

de

Fern

ando

, el r

egen

te C

arde

nal

Cis

nero

s, ba

jo l

a in

fluen

cia

de L

as

140

HIS

TOR

IA D

E A

MÉR

ICA

LA

TIN

A

Cas

as, h

izo

un n

uevo

inte

nto

por

abor

dar

el p

robl

ema,

env

iand

o un

a co

misi

ón d

e3

Jeró

nim

os p

ara

gobe

rnar

en

la is

la. L

os 2

año

s de

gob

iern

o de

los J

erón

imos

de-

mos

traro

n cl

aram

ente

las

dific

ulta

des

que

se d

eriv

aban

al a

plic

ar la

s bu

enas

inte

n-ci

ones

ant

e he

chos

des

agra

dabl

es.

Resu

ltaba

difí

cil

erra

dica

r lo

s ab

usos

, y e

l des

-ce

nso

de la

pob

laci

ón i

ndíg

ena

no p

odía

det

ener

se.

Ace

ptan

do d

e m

ala

gana

que

la e

cono

mía

de

la is

la e

ra in

sufic

ient

e pa

ra la

su-

perv

iven

cia

sin la

man

o de

obr

a fo

rzad

a, l

os Je

róni

mos

lleg

aron

a la

con

clus

ión

dequ

e la

úni

ca s

oluc

ión

era

impo

rtarla

de

fuer

a, e

n fo

rma

de e

scla

vos

negr

os. L

a in

s-tit

ució

n de

la e

scla

vitu

d ne

gra

ya s

e co

nocí

a en

la s

ocie

dad

med

ieva

l med

iterr

ánea

.Lo

s co

mer

cian

tes

portu

gues

es h

abía

n im

porta

do n

egro

s pa

ra P

ortu

gal,

proc

eden

tes

de la

cos

ta «

bárb

ara»

, des

de m

edia

dos

del s

iglo

xm

, y e

l núm

ero

de e

scla

vos

negr

osen

la p

enín

sula

Ibé

rica

aum

entó

con

sider

able

men

te e

n el

sig

lo x

v, c

uand

o la

pen

e-tra

ción

por

tugu

esa

al s

ur d

e la

cos

ta d

e G

uine

a cr

eó n

ueva

s fu

ente

s de

sum

inis

tro.

Goz

ando

de

un m

onop

olio

de

com

erci

o ef

icaz

, lo

s co

mer

cian

tes

portu

gues

es a

bas-

teci

eron

am

plia

men

te a

l mer

cado

esp

añol

des

de la

déc

ada

de 1

460.

Mie

ntra

s qu

e Li

s-bo

a er

a la

ciu

dad

con

la m

ayor

pob

laci

ón n

egra

en

la p

enín

sula

, pro

nto

hubo

un

nú-

mer

o su

stanc

ial

de e

scla

vos

—al

guno

s de

ello

s m

ás b

ien

mor

os q

ue n

egro

s— e

nm

ucha

s de

las

prin

cipa

les

ciud

ades

esp

añol

as, d

onde

se

empl

eaba

n, e

n ge

nera

l, pa

rael

ser

vici

o do

més

tico.

Sev

illa,

con

una

pob

laci

ón to

tal d

e un

os 1

00.0

00 h

abita

ntes

en lo

s añ

os d

e 15

60, t

enía

en

ese

mism

o tie

mpo

uno

s 6.0

00 e

scla

vos,

la m

ayor

ía d

eel

los

negr

os.

Por l

o ta

nto,

no

es s

orpr

ende

nte

que

la m

ano

de o

bra

de e

scla

vos

negr

os le

s pa

-re

cier

a a

los

espa

ñole

s qu

e of

recí

a un

a re

spue

sta n

atur

al a

los

prob

lem

as d

e La

Es-

paño

la. E

l prim

er e

mba

rque

de

negr

os la

dino

s (d

e ha

bla

espa

ñola

) lle

gó a

la is

la e

n15

05; a

éste

le s

igui

eron

más

con

sign

acio

nes,

hasta

que

Cis

nero

s pr

ohib

ió lo

s em

-ba

rque

s, de

bido

a q

ue la

pre

senc

ia d

e cr

ecie

ntes

mas

as d

e la

dino

s pr

ovoc

aban

gra

-ve

s de

sórd

enes

. Per

o en

151

8, d

espu

és d

e su

mue

rte y

con

la b

endi

ción

de

los J

e-ró

nim

os, l

os c

arga

men

tos

empe

zaro

n de

nue

vo b

ajo

los a

uspi

cios

de

la c

oron

a, c

onCa

rlos

V,c

once

dien

do l

icen

cia

a un

mie

mbr

o de

su

casa

de

Borg

oña

para

env

iar

4.00

0 es

clav

os a

las

Indi

as e

n el

cur

so d

e 8

años

, qui

én r

ápid

amen

te v

endi

ó su

li-

cenc

ia a

los

geno

vese

s. U

n nu

evo

y lu

crat

ivo

tipo

de c

omer

cio

trans

atlá

ntic

o se

em

-pe

zó a

cre

ar, c

uand

o el

Vie

jo M

undo

de

Áfri

ca v

ino

a co

mpe

nsar

la b

alan

za d

emo-

gráf

ica

del N

uevo

Mun

do d

e A

mér

ica.

La c

atás

trofe

dem

ográ

fica

que

habí

an s

ufrid

o lo

s ha

bita

ntes

indí

gena

s de

La

Es-

paño

la tu

vo o

tro e

fect

o m

ás in

med

iato

y p

oten

te. E

l exc

eso

de c

olon

os e

spañ

oles

en

la is

la, o

blig

ando

a im

porta

r m

ano

de o

bra

para

ase

gura

r su

pro

pia

supe

rviv

enci

a,ta

mbi

én f

orzó

por

raz

ones

par

ecid

as, a

exp

orta

rla. L

a ur

genc

ia p

or la

exp

lora

ción

fue,

en

cual

quie

r cas

o, in

stint

iva

para

la m

ayor

ía d

e aq

uello

s ho

mbr

es, y

a qu

e la

ne-

cesid

ad e

incl

inac

ión

traba

jan

man

o a

man

o. E

l ter

cer y

cua

rto v

iaje

s de

Col

ón, e

n14

98 y

150

2-15

04, h

abía

n re

vela

do m

ucho

sob

re lo

s co

ntor

nos

del C

arib

e y

perm

i-tie

ron

traza

r la

línea

cos

tera

de

Am

éric

a Ce

ntra

l y p

arte

de

Tier

ra F

irme

(Ven

ezue

la).

Los

desc

ubrim

ient

os d

el a

lmira

nte,

com

o la

s ric

as p

esqu

ería

s de

per

las

en la

cos

tade

Ven

ezue

la, a

nim

ó a

otro

s a

segu

ir el

rast

ro. E

n 14

99, A

lons

o de

Hoj

eda

hizo

laca

rta d

e na

vega

ción

de

la c

osta

ven

ezol

ana

hasta

el g

olfo

de

Mar

acai

bo; e

n 15

04 Ju

ande

la C

osa

expl

oró

la c

osta

de

Dar

ién;

y a

la v

ez q

ue c

recí

a el

radi

o de

l esp

acio

ex-

plot

ado

en t

orno

a S

anto

Dom

ingo

, au

men

taba

n la

s pr

esio

nes

para

con

quis

tar

y em

igra

r.

Page 8: Leslie Bethell - Historia de América Latina Tomo 1 cap 6

LA C

ON

QU

ISTA

ESP

OLA

Y L

AS

CO

LON

IAS

DE

AM

ÉRIC

A

141

Des

de 1

508,

los

inqu

ieto

s co

lono

s de

San

to D

omin

go s

e fu

eron

ace

rcan

do rá

pi-

dam

ente

hac

ia la

s isl

as c

erca

nas.

La c

olon

izac

ión

de P

uerto

Ric

o em

pezó

en

1508

,y

la d

e Ja

mai

ca e

n 15

09. D

os a

ños

más

tard

e, D

iego

Vel

ázqu

ez c

omo

dipu

tado

de

Die

go C

olón

, em

pren

dió

la c

onqu

ista

de lo

que

iba

a se

r un

gran

pre

mio

, la

isla

deFe

man

dina

, o C

uba,

que

se

conv

ertir

ía e

n un

a ba

se p

ara

los

viaj

es d

e ex

plor

ació

ny

conq

uista

del

con

tinen

te a

mer

ican

o, y

su p

uerto

de

La H

aban

a, q

ue se

vol

vió

a em

-pl

azar

en

un lu

gar

prot

egid

o, e

n la

cos

ta n

orte

en

1519

, ree

mpl

azar

ía a

San

to D

o-m

ingo

com

o pu

erta

hac

ia la

s In

dias

.D

esat

endi

endo

las

pet

icio

nes

de la

fam

ilia

Coló

n, l

a co

rona

esta

ba e

xped

iend

oen

tonc

es li

cenc

ias

para

el d

escu

brim

ient

o y

conq

uist

a de

las

mas

as d

e tie

rra

apar

e-ci

das

repe

ntin

amen

te y

que

par

ecía

n ob

stru

ir la

rut

a ha

cia

el e

ste.

Jua

n Po

nce

deLe

ón, e

l con

quis

tado

r de

Pue

rto R

ico,

des

cubr

ió F

lorid

a en

151

3, p

ero

no a

prov

e-ch

ó la

aut

oriz

ació

n pa

ra c

olon

izar

la. P

rem

ios

más

bril

lant

es p

arec

ían

hace

r señ

as en

otra

par

te. A

lo la

rgo

de la

s co

stas

del g

olfo

de

Dar

ién,

ase

ntam

ient

os d

e tra

ncan

-te

s ha

bían

ido

bro

tand

o pa

ra e

l res

cate

de

oro

que

pose

ían

los

indi

os l

ocal

es. E

n15

13, V

asco

Núñ

ez d

e Ba

lboa

, ac

orta

ndo

el c

amin

o a

travé

s de

l is

tmo,

div

isó e

lO

céan

o Pa

cífic

o de

sde

Dar

ién.

Tre

s m

eses

ant

es d

e di

visa

r es

te p

anor

ama,

se

ha-

bían

dad

o la

s ór

dene

s op

ortu

nas

en E

spañ

a pa

ra e

l env

ío d

e un

a ex

pedi

ción

des

dela

pen

ínsu

la b

ajo

el m

ando

de

Pedr

aria

s D

ávila

, par

a re

aliz

ar la

con

quist

a de

est

asre

gion

es d

el c

ontin

ente

, aho

ra b

autiz

adas

com

o C

astil

la d

el O

ro, l

a tie

rra

del o

ro.

En la

bús

qued

a sa

lvaj

e po

r el o

ro P

edra

rias

saqu

eó y

sem

bró

el te

rror

; y e

n el

cho

-qu

e in

evita

ble

con

Balb

oa, r

esul

tó v

ence

dor.

Bajo

la d

irecc

ión

de P

edra

rias,

se d

es-

pleg

aron

exp

edic

ione

s pa

ra h

acer

des

cubr

imie

ntos

a tr

avés

de

Am

éric

a C

entra

l; la

may

oría

lo h

icie

ron

por

la c

osta

del

Pac

ífico

, en

don

de P

edra

rias

fund

ó la

ciu

dad

de P

anam

á en

151

9. E

n es

te m

ismo

año,

Cor

tés

dese

mba

rcó

en M

éxic

o, y

Mag

a-lla

nes

zarp

ó en

el v

iaje

de

circ

unna

vega

ción

que

pro

porc

iona

ría a

Esp

aña

dem

asia

-do

tard

e, s

u ru

ta m

aríti

ma

occi

dent

al h

acia

el e

ste.

Con

cada

nue

va in

curs

ión

de lo

s in

truso

s es

paño

les,

el r

adio

de

dest

rucc

ión

seam

plió

. Una

tras

otra

, las

áre

as d

e pe

netra

ción

esp

añol

a pe

rdía

n su

s pob

laci

ones

abo

-ríg

enes

ant

e la

con

stant

e y

prog

resiv

a m

arch

a de

rom

pim

ient

o, d

esm

oral

izac

ión

y en

ferm

edad

es,

de m

odo

que

los

inva

sore

s ha

cían

esf

uerz

os f

rené

ticos

par

a re

pobl

arla

men

guad

a m

ano

de o

bra

nativ

a, o

rgan

izan

do e

xped

icio

nes

para

cap

tura

r es

clav

osen

las

regi

ones

cer

cana

s. A

las

inva

sione

s en

las

Baha

mas

y la

s isl

as m

ás p

eque

ñas

del C

arib

e pa

ra re

stabl

ecer

la p

obla

ción

abo

rigen

de

La E

spañ

ola,

les

sigui

eron

otra

sa

Flor

ida

y el

gol

fo d

e H

ondu

ras

para

repo

blar

la d

e Cu

ba. M

ucho

ant

es d

e qu

e Co

r-té

s za

rpar

a pa

ra C

uba,

las

incu

rsio

nes

de e

scla

vos

tam

bién

hab

ían

sido

activ

as e

nla

cos

ta d

e Y

ucat

án. P

ero

fue

en e

l per

íodo

que

sig

uió

a la

ocu

paci

ón d

el is

tmo

dePa

nam

á y

el d

escu

brim

ient

o y

conq

uista

del

Per

ú, c

uand

o la

s in

curs

ione

s de

esc

la-

vos

se c

onvi

rtier

on e

n un

a fo

rma

de v

ida

regu

lar

y su

mam

ente

org

aniz

ada.

La

de-

sapa

rició

n de

la p

obla

ción

indi

a de

l istm

o de

Pan

amá

signi

ficó

que

los

espa

ñole

s ha

-bí

an d

ejad

o el

terr

itorio

sin

man

o de

obr

a pa

ra p

oder

cul

tivar

los

cam

pos,

sepa

rar

el o

ro y

llev

ar la

pes

ada

carg

a qu

e ha

bía

que

trans

porta

r a

travé

s de

l istm

o pa

ra e

m-

barc

arla

hac

ia P

erú.

Par

a ha

cer

frent

e a

sus

nece

sida

des,

los

colo

nos

se v

olvi

eron

no s

ólo

a la

s ár

eas

tradi

cion

ales

pro

veed

oras

de

escl

avos

en

el C

arib

e, s

ino

tam

bién

haci

a la

den

sa p

obla

ción

que

hab

itaba

la re

gión

lacu

stre

de N

icar

agua

,don

de la

s in-

curs

ione

s pa

ra c

aptu

rar e

scla

vos

alca

nzar

on u

n nu

evo

grad

o de

inte

nsid

ad. P

ero

ento

dos

los l

ugar

es la

esp

eran

za d

e re

prod

ucir

la p

obla

ción

indi

a pe

rdid

a de

mos

tró s

er

142

HIS

TOR

IA D

E A

MÉR

ICA

LA

TIN

A

iluso

ria. L

os e

scla

vos

impo

rtado

s su

cum

bier

on ta

n rá

pida

men

te c

omo

la p

obla

ción

loca

l a la

que

hab

ían

veni

do a

ree

mpl

azar

, y

la d

evas

taci

ón d

e un

a re

gión

no

iba

acom

paña

da,

com

o lo

s es

paño

les

habí

an c

onfia

do,

de la

res

taur

ació

n de

otra

.Si

n em

barg

o, e

l neg

ocio

lucr

ativ

o de

l trá

fico

de e

scla

vos

hizo

aum

enta

r su

stan-

cial

men

te e

l con

ocim

ient

o ge

ográ

fico,

ya

que

los

inva

sore

s ex

plor

aron

las

costa

s de

Tier

ra F

irme,

Pan

amá,

Hon

dura

s y

Flor

ida,

tra

zand

o lo

s m

apas

de

las

Baha

mas

y

las

pequ

eñas

Ant

illas

. Tam

bién

se

prom

ovió

el t

ráfic

o lo

cal e

n el

Car

ibe,

impu

lsán-

dose

los

prim

eros

int

ento

s de

con

struc

ción

nav

al p

ara

hace

r fre

nte

a la

s ne

cesid

a-de

s de

los

hom

bres

que

era

n co

mer

cian

tes

e in

vaso

res,

a la

vez

. El «

perío

do d

e la

sisl

as»

del d

escu

brim

ient

o, c

onqu

ista

y co

loni

zaci

ón q

ue c

ompr

endi

ó lo

s añ

os 1

492

a 15

19, c

ulm

inó,

por

lo ta

nto,

en

un p

erío

do d

e ac

eler

ada

e in

tens

a ac

tivid

ad, e

sti-

mul

ada

en s

egui

da p

or e

l fra

caso

ini

cial

de

Sant

o D

omin

go p

ara

man

tene

r su

s in

-qu

ieto

s in

mig

rant

es y

por

las p

ersp

ectiv

as rá

pida

men

te p

ropa

gada

s de

saq

ueos

, co-

mer

cio

y be

nefic

io c

uand

o em

peza

ron

a de

scub

rirse

las

tierr

as d

el c

ontin

ente

.En

esta

épo

ca, y

con

una

fron

tera

en

cons

tant

e m

ovim

ient

o, la

s esp

eran

zas

de p

er-

suad

ir a

hom

bres

fron

teriz

os p

or n

atur

alez

a, a

ech

ar ra

íces

, esta

ban

aboc

adas

al f

ra-

caso

. Era

cie

rto q

ue L

a Es

paño

la, c

on su

cre

cien

te m

ano

de o

bra

negr

a, c

on e

l tie

mpo

cons

igui

ó so

brep

oner

se a

las

dific

ulta

des

para

alc

anza

r una

mod

esta

via

bilid

ad e

co-

nóm

ica,

bas

ada

en la

exp

orta

ción

del

azú

car

y cu

ero.

Sin

em

barg

o, S

anto

Dom

in-

go n

o po

día

nunc

a es

pera

r qu

edar

se c

on e

l pue

sto d

e su

prem

acía

que

Gon

zalo

Fer

-ná

ndez

de

Ovi

edo

le h

abía

con

cedi

do c

omo

capi

tal d

el im

perio

esp

añol

de

las I

ndia

s.U

na v

ez q

ue e

l con

tinen

te s

e co

nqui

stó y

col

oniz

ó, e

staba

sen

tenc

iado

a e

ncon

trar-

se a

l mar

gen

de lo

s ac

onte

cim

ient

os. P

ero

toda

la e

xper

ienc

ia d

e La

Esp

añol

a, la

po-

blac

ión

aniq

uila

da y

sus

recu

rsos

mal

ogra

dos

en b

usca

de

un b

enef

icio

ins

tant

áneo

,se

esta

blec

ió c

omo

una

adve

rtenc

ia te

rrib

le d

e lo

s ef

ecto

s de

la m

enta

lidad

con

quis-

tado

ra, l

ibre

de

escr

úpul

os m

oral

es o

del

con

trol i

nstit

ucio

nal.

El m

ismo

proc

eso

sere

pitió

de

nuev

o en

el i

stmo

de P

anam

á de

Ped

raria

s D

ávila

. A m

enos

que

la c

olo-

niza

ción

se

vinc

ular

a m

ejor

a la

con

quis

ta q

ue e

n lo

s pr

imer

os a

ños

del C

arib

e es

-pa

ñol,

las

expe

dici

ones

que

se

esta

ban

dirig

iend

o al

con

tinen

te a

mer

ican

o só

lo c

on-

quis

taría

n tie

rra

bald

ía.

LA

OR

GA

NIZ

AC

IÓN

Y E

L A

VA

NC

E D

E LA

CO

NQ

UIS

TA

Podr

ía d

ecirs

e qu

e la

Am

éric

a es

paño

la c

ontin

enta

l se

con

quis

tó e

ntre

151

9 y

1540

, en

el se

ntid

o de

que

eso

s 21

años

vie

ron

el e

stabl

ecim

ient

o de

la p

rese

ncia

es-

paño

la a

trav

és d

e zo

nas

exte

nsas

del

con

tinen

te, y

una

afir

mac

ión

de la

sob

eran

íaes

paño

la, m

ás e

fect

iva

en u

nas

regi

ones

que

en

otra

s, so

bre

los

pueb

los

que

no h

a-bí

an c

aído

den

tro d

el á

rea j

urisd

icci

onal

adj

udic

ada

a Po

rtuga

l por

el T

rata

do d

e To

r-de

silla

s, un

áre

a qu

e in

cluí

a el

des

cubr

imie

nto

reci

ente

de

Bra

sil.

La p

enín

sula

Ibé-

rica,

exc

luye

ndo

Portu

gal,

tení

a un

a su

perfi

cie

de m

ás d

e 50

0.00

0 km

2 . La

supe

rfici

e de

las

Am

éric

as q

ue se

hal

laba

n ba

jo e

l dom

inio

esp

añol

dur

ante

esa

s do

sdé

cada

s er

a de

2.0

00.0

00 k

m2 . L

a co

rona

tení

a un

os s

eis

mill

ones

de

subd

itos

enC

astil

la y

otro

mill

ón e

n A

ragó

n, y

ent

once

s ad

quiri

ó au

nque

de

mod

o tra

nsito

rio,

ante

s de

que

la m

uerte

y la

des

trucc

ión

cobr

aran

su

terri

ble

núm

ero

de v

íctim

as, u

nos

50 m

illon

es d

e nu

evos

sub

dito

s en

las

Am

éric

as.

Dos

gra

ndes

arc

os d

e co

nqui

sta,

mov

iénd

ose

haci

a fu

era

de la

s A

ntill

as, c

om-

Page 9: Leslie Bethell - Historia de América Latina Tomo 1 cap 6

LA C

ON

QU

ISTA

ESP

OLA

Y L

AS

CO

LON

IAS

DE

AM

ÉRIC

A

143

plem

enta

ron

la s

ubyu

gaci

ón d

el c

ontin

ente

am

eric

ano.

Uno

, org

aniz

ado

desd

e Cu

baen

tre 1

516

y 15

18 re

corr

ió M

éxic

o en

tre 1

519

y 15

22, d

estru

yend

o la

con

fede

ra-

ción

azt

eca,

y d

espu

és s

e irr

adió

hac

ia e

l nor

te y

el s

ur d

esde

la m

eset

a ce

ntra

l me-

xica

na. H

acia

152

4 el

mov

imie

nto

dirig

ido

haci

a el

sur

se

habí

a ex

tend

ido

haci

a lo

sac

tual

es G

uate

mal

a y

El S

alva

dor,

pero

pas

aron

otro

s 20

año

s an

tes

de q

ue lo

s cen

-tro

s m

ayas

más

impo

rtant

es d

e Y

ucat

án f

uera

n so

met

idos

a a

lgún

tipo

de

gobi

erno

espa

ñol.

El a

vanc

e ha

cia

el n

orte

des

de M

éxic

o Ce

ntra

l tra

tó d

e se

r inc

luso

un

pro-

ceso

más

lent

o. E

ntre

152

9 y

1536

, Ñuñ

o de

Guz

mán

, des

truye

ndo

el n

orte

y e

l oes

tede

Méx

ico

creó

el a

mpl

io re

ino

de N

ueva

Gal

icia

. La

expl

orac

ión

cont

inuó

con

Her

-na

ndo

de S

oto,

qui

en e

n 15

39 se

disp

uso

a ex

plor

ar e

l sud

este

de

Am

éric

a de

l Nor

-te

y F

ranc

isco

Váz

quez

Cor

onad

o bu

scan

do e

n va

no la

s 7

ciud

ades

de

Cíb

ola,

en

las

prad

eras

al o

este

del

Miss

issip

pi e

ntre

154

0 y

1542

. Per

o el

frac

aso

de e

stas

dos

expe

dici

ones

mar

có lo

s lím

ites

extre

mos

del

ava

nce

espa

ñol.

Las

tierr

as f

ront

eriz

asde

l nor

te d

e N

ueva

Gal

icia

fue

ron

aban

dona

das

al le

nto

mov

imie

nto

de la

s em

pre-

sas

misi

oner

as a

vanz

adas

de

las

haci

enda

s y

las

min

as; y

no

será

ant

es d

e 15

62-1

575

cuan

do o

tra g

ran

regi

ón d

el n

oroe

ste m

exic

ano,

Nue

va V

izca

ya, f

ue p

uesta

bajo

do-

min

io e

spañ

ol g

raci

as a

Fra

ncis

co d

e Ib

arra

.El

otro

arc

o de

la c

onqu

ista,

com

enza

ndo

en P

anam

á, s

e m

ovió

bre

vem

ente

ha-

cia

el n

orte

en

1523

-152

4, h

asta

lleg

ar a

Nic

arag

ua, y

ent

once

s, de

spué

s de

una

pe-

queñ

a pa

usa,

tom

ó la

rut

a de

l Pac

ífico

hac

ia e

l sur

par

a lle

var

a ca

bo la

con

quist

ade

l im

perio

Inca

en

1531

-153

3. D

esde

Per

ú, lo

s co

nqui

stado

res

se m

ovie

ron

haci

ael

nor

te h

asta

Qui

to (

1534

) y

Bogo

tá (

1536

), en

don

de s

e en

cont

raro

n a

otro

s gr

u-po

s qu

e ba

jaba

n de

las

costa

s de

Ven

ezue

la y

Col

ombi

a. M

ient

ras

que

una

expe

di-

ción

al m

ando

de

Gon

zalo

Piz

arro

sal

ió d

e Q

uito

en

1541

par

a ex

plor

ar e

l Am

azo-

nas,

otro

s co

nqui

stado

res

se tr

asla

daro

n ha

cia

el s

ur, a

dent

ránd

ose

en C

hile

, don

dePe

dro

de V

aldi

via

fund

ó Sa

ntia

go e

n 15

42. L

a co

nqui

sta d

e Ch

ile s

e m

alog

ró e

n un

agu

erra

de

agot

amie

nto

con

los

indi

os a

rauc

anos

. En

la o

tra p

arte

del

con

tinen

te, u

naex

pedi

ción

eur

opea

baj

o el

man

do d

e Pe

dro

de M

endo

za, t

rató

aun

que

sin é

xito

de

ocup

ar la

regi

ón d

el R

ío d

e la

Pla

ta e

n 15

35-1

536,

term

inan

do p

or d

ejar

un

leja

nopu

esto

ava

nzad

o de

col

oniz

ació

n en

Par

agua

y. B

ueno

s A

ires,

fund

ada

inic

ialm

ente

en 1

536

y de

strui

da e

n 15

41, s

e re

stab

leci

ó en

158

0, e

sta v

ez d

esde

Asu

nció

n, n

ode

sde

Euro

pa.

Aun

que

las r

egio

nes

mar

gina

les,

ya fu

era

en e

l nor

te d

e M

éxic

o o

en la

par

te m

e-rid

iona

l de

Am

éric

a de

l Sur

, res

ulta

ban

refra

ctar

ias

a la

acc

ión

colo

niza

dora

, las

po-

blac

ione

s in

díge

nas

de la

s re

gion

es m

ás p

obla

das

y co

loni

zada

s se

som

etie

ron

al d

o-m

inio

esp

añol

en

una

sola

gen

erac

ión.

¿Có

mo

se p

uede

exp

licar

la

extra

ordi

naria

rapi

dez

de e

ste p

roce

so d

e co

nqui

sta?

Está

den

tro d

e la

mism

a na

tura

leza

de

la c

onqu

ista

que

las

voce

s de

los

venc

e-do

res

teng

an m

ayor

rep

ercu

sión

que

las

de

los

venc

idos

.6 Est

o es

esp

ecia

lmen

teci

erto

en

las

Am

éric

as,d

onde

un

mun

do c

onqu

istad

o m

uy p

ront

o ib

a a

ser u

n m

un-

do d

estru

ido.

En

cual

quie

r ca

so, s

e tra

taba

de

un m

undo

de

infin

ita v

arie

dad,

des

-de

los

dens

os a

sent

amie

ntos

de

pobl

acio

nes

com

o en

Mes

oam

éric

a y

los

And

es h

asta

los

pueb

los

parc

ialm

ente

sed

enta

rios

de la

per

iferia

de

esas

reg

ione

s, pa

sand

o po

rgr

upos

de

caza

dore

s y

reco

lect

ores

com

o lo

s qu

e va

gaba

n al

nor

te d

e M

éxic

o y

las

6.

Para

un

tratam

iento

más

ampli

o de

los i

ndio

s y la

conq

uista

espa

ñola,

véa

se H

idalg

o,H

ALC

, I, c

ap. 4

, y W

acht

el, H

ALC

, I, c

ap. 7

.

144

HIS

TOR

IA D

E A

MÉR

ICA

LA

TIN

A

llanu

ras

arge

ntin

as.

Entre

alg

unos

de

esto

s pu

eblo

s, la

trad

ició

n or

al y

el

folk

lore

man

tení

an v

iva

la h

isto

ria d

e la

con

quis

ta. E

ntre

uno

s, la

mem

oria

col

ectiv

a se

ex-

tingu

ió ju

nto

con

la p

ropi

a ge

nte

y en

tre a

lgun

os o

tros,

espe

cial

men

te lo

s az

teca

s y

los

may

as, q

ue h

abía

n de

sarr

olla

do s

istem

as d

e es

critu

ra,

los

episo

dios

de

la c

on-

quist

a se

man

tuvi

eron

fre

scos

en

la c

anci

ón y

la p

oesí

a, b

ien

porq

ue fu

eran

con

ta-

dos

a lo

s fra

iles

quie

nes

las

pusie

ron

por e

scrit

o, o

por

que

las

reco

gier

on p

or e

scrit

osqu

iene

s, au

nque

no

tení

an e

xper

ienc

ia d

e la

con

quis

ta p

or s

í mis

mos

, lo

hubi

eran

apre

ndid

o de

los

mie

mbr

os d

e la

gen

erac

ión

ante

rior.

Dad

a la

var

ieda

d de

pue

blos

, la

rela

tiva

esca

sez

de r

ecur

sos

y la

nat

ural

eza

dela

s ci

rcun

stanc

ias

en la

s qu

e se

pro

duje

ron,

ser

ía d

emas

iado

dec

ir qu

e lo

s te

stim

o-ni

os q

ue s

obre

vivi

eron

nos

dan

una

visi

ón «

indi

a» d

e la

con

quist

a. S

in e

mba

rgo,

nos

prop

orci

onan

una

ser

ie d

e re

cuer

dos

paté

ticos

, filt

rado

s a

travé

s de

la le

nte

de lo

sde

rrot

ados

, o d

el e

fect

o pr

oduc

ido

en c

ierta

s re

gion

es p

or la

rápi

da ir

rupc

ión

de fo

-ra

stero

s in

truso

s cu

ya a

parie

ncia

y c

ompo

rtam

ient

o es

taba

n m

uy a

leja

dos

de lo

ha-

bitu

al. L

a Re

laci

ón d

e M

icho

acán

, por

eje

mpl

o, r

ecop

ilada

por

un

franc

iscan

o es

-pa

ñol

haci

a 15

40 s

obre

un

mat

eria

l re

cogi

do a

nter

iorm

ente

de

unos

nat

ivos

tará

scan

os, c

omo

se c

ita a

con

tinua

ción

, rec

oge

las

impr

esio

nes

que

los

tará

scan

oste

nían

de

los

espa

ñole

s:

Lueg

o co

mo

vier

on lo

s in

dios

los

espa

ñoles

, de

ver

gent

e tan

estr

aña

y ve

r que

no co

mían

sus

com

idas

de

ello

s, y

que

no se

embo

rrach

aban

com

o el

los,

llam

ában

-lo

s tu

cupa

cha,

que

son

dio

ses,

y te

repa

cha

que

son

gran

des

hom

bres

; y ta

mbi

éntom

an e

ste v

ocab

lo p

or d

iose

s, y

acaz

echa

, que

s ge

nte

que

traien

gor

ras

y so

mbr

e-ro

s. Y

des

pués

anda

ndo

el ti

empo

, los

llam

aron

cris

tiano

s, de

cían

que h

abían

ven

ido

del c

ielo

los v

estid

os q

ue tr

aían

, dec

ían q

ue er

an p

ellejo

s de

hom

bres

com

o lo

s que

ellos

se v

estía

n en

sus

fiesta

s; a

los c

aball

os ll

amab

an v

enad

os, y

otro

s tuy

cen,

que

eran

uno

s com

o ca

ballo

s que

ello

s ha

cían

en u

na su

fies

ta de

cui

ngo,

de

pan

de b

le-do

s; y

que

las c

rines

que

era

n ca

bello

s po

stizo

s qu

e les

pon

ían a

los

caba

llos.

De-

cían

al c

azon

i lo

s in

dios

que

prim

ero

los

vier

on,

que

habl

aban

los

cab

allos

, que

cuan

do e

staba

n a

caba

llo lo

s esp

añol

es q

ue le

s de

cían

los c

aball

os p

or ta

l par

te h

a-br

emos

de

ir.7

El c

hoqu

e de

la s

orpr

esa

que

caus

ó la

apa

rició

n de

los

espa

ñole

s y

sus

caba

llos

dier

on a

los

inva

sore

s un

a im

porta

nte

vent

aja

inic

ial.

Pero

los

rela

tos

carg

ados

de

pres

agio

s de

los v

enci

dos p

rodu

cido

s bajo

el i

mpa

cto

abru

mad

or d

e la

der

rota

no

pro-

porc

iona

n un

a ba

se a

decu

ada

para

com

pren

der

el tr

iunf

o es

paño

l. Po

r su

nat

ural

e-za

, esta

s na

rraci

ones

se

mue

ven

inex

orab

lem

ente

hac

ia la

cat

ástro

fe,

que

desd

e el

prin

cipi

o se

sim

boliz

a po

r m

ister

ioso

s pr

esag

ios,

com

o el

inex

plic

able

ince

ndio

de

los

tem

plos

o la

apa

rició

n de

un

pája

ro e

xtra

ño c

on u

n es

pejo

en

la c

abez

a. E

l sen

-tid

o de

lo in

evita

ble

aum

enta

de

man

era

inco

nmen

sura

ble

el p

atet

ismo

de lo

s re

la-

tos

de lo

s ve

ncid

os, p

ero

sigue

n sie

ndo

rela

tos

que

refle

jan

más

bie

n la

per

cepc

ión

poste

rior

a la

con

quist

a de

un

hech

o de

mas

iado

am

plio

par

a qu

e se

pue

da c

ompr

en-

7.

Rela

ción

de

las

cere

mon

ias y

rito

s, po

blac

ión

y go

bier

no d

e lo

s in

dios

de

la p

rovi

n-ci

a de

Mec

huac

an, C

olec

ción

de

docu

men

tos

inéd

itos

para

la h

istor

ia d

e Es

paña

, vol

. LH

I,M

adrid

, 18

45-1

985,

p.

108.

Page 10: Leslie Bethell - Historia de América Latina Tomo 1 cap 6

LA C

ON

QU

ISTA

ESP

OLA

Y L

AS

CO

LON

IAS

DE

AM

ÉRIC

A

145

der y

asim

ilar e

n su

tota

lidad

, en

luga

r de

prop

orci

onar

una

val

orac

ión

fided

igna

de

las

posi

bilid

ades

de

los

espa

ñole

s en

el m

omen

to d

e su

lle

gada

.La

arro

lladu

ra s

uper

iorid

ad n

umér

ica

de la

pob

laci

ón i

ndíg

ena

podr

ía p

arec

er,

a pr

imer

a vi

sta,

que

ofre

cía

poca

s op

ortu

nida

des

a lo

s pe

queñ

os g

rupo

s de

esp

año-

les

unid

os a

sus

bas

es le

jana

s só

lo p

or la

s lín

eas

de s

umin

istro

más

pre

caria

s. Pe

ro

en la

s pr

imer

as f

ases

de

la c

onqu

ista

la c

ompl

eja

dive

rsid

ad d

e aq

uella

s po

blac

io-

nes

obra

ban

en fa

vor

de lo

s es

paño

les,

aun

si en

una

eta

pa p

oste

rior

supo

ndría

n se

-ria

s di

ficul

tade

s. Tr

ibus

nóm

adas

y s

emise

dent

aria

s sit

uada

s en

una

s re

gion

es d

ébil-

men

te p

obla

das,

enco

ntra

ron

difíc

il im

pedi

r el

pas

o de

eur

opeo

s re

suel

tos

y fu

erte

men

te a

rmad

os, a

unqu

e la

s fle

chas

env

enen

adas

que

usa

ban

en a

lgun

as p

ar-

tes

de la

s A

mér

icas

cau

saro

n ví

ctim

as e

ntre

los

inva

sore

s. El

pro

blem

a m

ás in

me-

diat

o pa

ra lo

s es

paño

les

fue

cóm

o co

nqui

star

y de

spué

s m

ante

ner

las

zona

s de

ma-

yor i

nter

és p

ara

ello

s, co

n la

s gr

ande

s po

blac

ione

s se

dent

aria

s en

Mes

oam

éric

a y

los

And

es, d

onde

las

posib

ilida

des

de ri

quez

as m

iner

ales

y u

na m

ano

de o

bra

disc

ipli-

nada

just

ifica

ban

el e

sfue

rzo

de la

con

quis

ta.

Pero

la m

isma

exte

nsió

n y

el c

arác

ter d

e es

tas

pobl

acio

nes

de M

esoa

mér

ica

y lo

sA

ndes

resu

ltaba

fina

lmen

te s

er m

ás b

ien

una

vent

aja

que

una

desv

enta

ja p

ara

los e

s-pa

ñole

s. En

los

impe

rios

azte

ca e

inca

, una

mul

tiplic

idad

de

tribu

s co

mpe

tidor

as b

ro-

taro

n ba

jo u

na fo

rma

de c

ontro

l cen

tral q

ue e

ra m

ás o

men

os p

rote

stad

o. E

sto p

er-

miti

ó a

los

espa

ñole

s en

frent

ar u

n gr

upo

triba

l co

ntra

otro

y v

olve

r a

los

pueb

los

cont

ra s

us o

diad

os je

fes.

Tam

bién

sig

nific

ó qu

e, u

na v

ez q

ue e

l pod

er c

entra

l que

-dó

der

rota

do, l

os e

spañ

oles

suc

esiv

amen

te s

e co

nvirt

iero

n en

los j

efes

de

pobl

acio

-ne

s ya

acos

tum

brad

as a

alg

unos

gra

dos

de s

ubor

dina

ción

. Sin

em

barg

o, lo

s pu

eblo

sde

la p

erife

ria d

e es

tos

«im

perio

s», y

los

que

se h

alla

ban

disp

erso

s po

r las

árid

as ti

e-rr

as p

oco

pobl

adas

del

nor

te d

e M

éxic

o o

las

regi

ones

sel

vátic

as d

e la

Am

éric

a de

lSu

r mer

idio

nal,

resu

ltaro

n se

r inc

ompa

rabl

emen

te m

ás d

ifíci

les

de d

omin

ar, e

n es

-pe

cial

cua

ndo

habí

an to

mad

o la

med

ida

de la

form

a de

com

bate

de

los

espa

ñole

s y

habí

an a

pren

dido

a u

sar

arm

as d

e fu

ego

y ca

ballo

s. D

ispe

rsos

am

plia

men

te, s

emi-

nóm

adas

y d

esac

ostu

mbr

ados

a la

disc

iplin

a im

pues

ta d

esde

fuer

a, r

evel

aron

una

ca-

paci

dad

dese

sper

ante

par

a el

udir

o re

sist

ir cu

alqu

ier

inte

nto

espa

ñol p

or i

ntro

duci

ral

guna

form

a de

dom

inac

ión.

Una

sol

ució

n er

a de

jarle

s ha

cer l

o qu

e qu

isier

an y

ver

-da

dera

men

te e

sto

era

lo q

ue a

men

udo

ocur

ría. P

ero

no s

iem

pre

era

posi

ble

igno

-ra

rlos,

ya q

ue a

lgun

as tr

ibus

, com

o la

s de

l nor

te d

e M

éxic

o, s

e en

cont

raba

n en

tie-

rras

ric

as e

n ya

cim

ient

os d

e m

iner

ales

y o

tras

amen

azab

an l

as t

enue

s ru

tas

desu

min

istro

s a

los

encl

aves

esp

añol

es, o

cre

aban

una

per

man

ente

inse

gurid

ad e

n lo

slím

ites

de la

s re

gion

es q

ue e

staba

n es

casa

men

te o

cupa

das.

Las

cara

cter

ístic

as d

e la

s so

cied

ades

rec

epto

ras

en la

s re

gion

es m

ás c

odic

iada

spo

r lo

s es

paño

les

dan

una

mej

or e

xplic

ació

n al

éxi

to d

e la

con

quist

a y

la p

oste

rior

ocup

ació

n. P

ero,

aun

que

la n

atur

alez

a se

dent

aria

de

la p

obla

ción

en

esta

s re

gion

esy

el g

rado

de

cont

rol c

entra

l al

cua

l esta

ban

ya s

omet

idas

, dem

ostra

ron

ser

vent

a-ja

s co

n la

s qu

e lo

s es

paño

les

podí

an c

onta

r, el

hec

ho e

s qu

e en

muc

hos

punt

os, l

osin

vaso

res

se e

nfre

ntab

an a

una

resis

tenc

ia fu

erte

men

te m

ilita

rizad

a, c

on fu

erza

s qu

esu

pera

ban

ampl

iam

ente

las

suya

s.El

cab

allo

les

dio

a lo

s es

paño

les

una

gran

ven

taja

en

térm

inos

de

sorp

resa

ini-

cial

y d

e m

ovili

dad,

per

o C

orté

s só

lo te

nía

diec

iséi

s ca

ballo

s en

su

mar

cha

haci

a el

inte

rior d

e M

éxic

o. L

os in

vaso

res

tam

bién

sac

aron

un

prov

echo

inco

nmen

sura

ble

alpe

rtene

cer

a un

a so

cied

ad c

on u

na s

uper

iorid

ad t

ecno

lógi

ca d

ecis

iva.

Cua

ndo

un

146

HIS

TOR

IA D

E A

MÉR

ICA

LA

TIN

A

mun

do d

e ac

ero

y pó

lvor

a en

tró e

n co

lisió

n vi

olen

ta c

on u

n m

undo

de

pied

ras,

pa-

rece

ría q

ue la

der

rota

de

este

últi

mo

esta

ba p

rede

stina

da. P

ero

el im

pact

o de

esta

su-

perio

ridad

técn

ica

no e

staba

tan

bien

def

inid

a ni

era

tan

inco

ndic

iona

l, co

mo

pued

epa

rece

r a

prim

era

vist

a. E

n pa

rte, s

e de

bía

a qu

e lo

s in

vaso

res

esta

ban

pobr

emen

teeq

uipa

dos

en c

ompa

raci

ón c

on e

l mod

elo

euro

peo

del s

iglo

xvi

. La

may

oría

de

los

hom

bres

de

Corté

s es

taba

n ar

mad

os c

on n

ada

más

com

plic

ado

que

espa

das,

pica

sy

cuch

illos

; y la

s ar

mas

de

fueg

o de

que

disp

onía

n co

nsist

ían

únic

amen

te e

n tre

cem

osqu

eton

es, j

unto

con

die

z ca

ñone

s de

bro

nce

y cu

atro

cañ

ones

lige

ros.

Sólo

con

las

may

ores

difi

culta

des

podr

ían

arra

stra

r es

tos

caño

nes

a tra

vés

de lo

s bo

sque

s y

subi

r las

mon

taña

s; la

pól

vora

se

hum

edec

ía a

l atra

vesa

r lo

s río

s y

debi

do a

las

llu-

vias

torr

enci

ales

; e in

clus

o cu

ando

esta

ba s

eca,

la fr

ecue

ncia

del

fueg

o de

los

mos

-qu

eton

es n

o po

dían

com

para

rse

con

los

arco

s de

los

nativ

os.

En M

esoa

mér

ica

y en

los

And

es, l

os e

spañ

oles

enc

ontra

ron

soci

edad

es a

costu

m-

brad

as a

gue

rras

en

gran

esc

ala,

aun

que

eran

un

tipo

de g

uerr

as c

on u

n rit

mo

y un

ritua

l dife

rent

es a

los

de lo

s eu

rope

os. L

as a

rmas

de

pied

ra y

mad

era

no s

e po

dían

com

para

r co

n el

ace

ro d

e lo

s es

paño

les,

y es

a ot

ra a

rma

mor

tífer

a, l

a m

aza

de o

b-sid

iana

de

los

amer

ican

os, c

onoc

ida

com

o m

acua

huitl

, se

queb

ró c

ontra

el y

elm

o y

la a

rmad

ura

del e

spañ

ol. P

or lo

tant

o, e

n un

a ba

talla

cam

pal,

las

fuer

zas

de lo

s az

-te

cas

e in

cas,

a pe

sar d

e su

am

plia

sup

erio

ridad

num

éric

a, te

nían

poc

as e

sper

anza

sde

em

plaz

ar a

una

fuer

za e

spañ

ola

com

pues

ta d

e ca

balle

ría e

infa

nter

ía,

con

tan

sólo

cinc

uent

a ho

mbr

es, a

men

os q

ue c

onsig

uier

an r

educ

irlos

por

ago

tam

ient

o. L

a m

e-jo

r pos

ibili

dad

cons

istía

en

atra

par p

eque

ños

grup

os d

e es

paño

les d

espr

even

idos

fue

rade

sus g

uarn

icio

nes,

o at

acar

los

en lu

gare

s do

nde

no tu

vier

an la

opo

rtuni

dad

de re

or-

gani

zars

e ni

man

iobr

ar.

Los

indi

os te

nían

la g

ran

vent

aja

de o

pera

r en

un e

ntor

no fa

mili

ar,

al q

ue lo

s es-

paño

les

aún

tení

an q

ue a

clim

atar

se.

La s

uper

iorid

ad t

ecno

lógi

ca s

erví

a pa

ra p

oco

cuan

do, c

omo

pasa

ba a

men

udo,

los

espa

ñole

s te

nían

que

com

batir

los

efec

tos

del

calo

r y la

altu

ra, y

las e

nfer

med

ades

pro

duci

das

por l

os a

limen

tos

y be

bida

s qu

e no

les

resu

ltaba

n fa

mili

ares

. Más

aún

, las

arm

adur

as p

esad

as s

upon

ían

un la

stre

en e

stos

clim

as, y

los

espa

ñole

s al

cam

biar

a la

arm

adur

a de

alg

odón

aco

lcha

do d

e lo

s m

e-xi

ca c

omo

susti

tuci

ón, p

agar

on u

n tri

buto

inco

nsci

ente

al m

odo

en e

l que

las c

ircun

s-ta

ncia

s am

bien

tale

s pu

dier

on a

nula

r la

s ve

ntaj

as te

cnol

ógic

as. A

un a

sí, e

l hec

ho e

raqu

e lo

s in

vaso

res

disp

onía

n de

may

or p

eric

ia té

cnic

a, a

la q

ue re

curr

ían

en c

aso

deem

erge

ncia

. Esto

resu

ltaba

esp

ecia

lmen

te n

otor

io e

n el

man

ejo

de lo

s bar

cos.

La h

a-bi

lidad

de

los

conq

uista

dore

s de

Méx

ico

y Pe

rú p

ara

arm

arse

por

mar

, y la

sup

erio

-rid

ad d

e Co

rtés

en e

l lag

o Te

xcoc

o al

des

pleg

ar b

erga

ntin

es e

spec

ialm

ente

con

strui

-do

s, in

dica

par

te d

e la

s re

serv

as d

e fu

erza

s qu

e po

seía

n lo

s eu

rope

os c

uand

oem

barc

aron

par

a la

con

quist

a de

Am

éric

a.

El c

arác

ter d

e la

s so

cied

ades

a la

s qu

e se

enf

rent

aron

y su

pro

pia

supe

riorid

ad te

c-no

lógi

ca o

rigin

aron

bril

lant

es o

portu

nida

des

para

los

inva

sore

s eu

rope

os. P

ero

esta

sop

ortu

nida

des

toda

vía

tení

an q

ue a

prov

echa

rse

y, e

n es

te a

spec

to, s

e pu

so a

pru

eba

laca

paci

dad

de o

rgan

izac

ión

e im

prov

isaci

ón d

e lo

s eu

rope

os d

el s

iglo

xvi

. El h

echo

de

que

hubi

eran

fra

casa

do la

men

tabl

emen

te a

nte

algu

nos

de s

us e

nem

igos

, com

o lo

s in

-di

os a

rauc

anos

de

Chile

, ind

ica

que

el tr

iunf

o no

se p

rodu

jo a

utom

átic

amen

te. R

egio

-ne

s di

fere

ntes

pre

sent

aban

pro

blem

as d

ifere

ntes

y e

xigí

an re

spue

stas

dife

rent

es, y

cad

aex

pedi

ción

o in

tent

o de

col

oniz

ació

n po

seía

sus

pro

pias

pec

ulia

ridad

es.

Page 11: Leslie Bethell - Historia de América Latina Tomo 1 cap 6

LA C

ON

QU

ISTA

ESP

OLA

Y L

AS

CO

LON

IAS

DE

AM

ÉRIC

A

147

Pero

mie

ntra

s qu

e, e

spec

ialm

ente

dur

ante

los

prim

eros

año

s, no

hab

ía u

n pr

o-ce

dim

ient

o ún

ico

para

la c

onqu

ista

y co

loni

zaci

ón, c

ierto

s m

odel

os te

ndía

n a

esta

-bl

ecer

se,

simpl

emen

te p

orqu

e la

s ex

pedi

cion

es m

ilita

res

nece

sitab

an o

rgan

izac

ión

y ab

aste

cim

ient

os,

y la

s ex

pedi

cion

es c

omer

cial

es p

ront

o se

die

ron

cuen

ta q

ue n

opo

dían

pre

scin

dir

del a

poyo

mili

tar.

En V

enez

uela

cen

tral,

los

banq

uero

s de

Car

-lo

sV

,los

Wel

ser,

inte

ntar

on c

olon

izar

ent

re 1

528

y 15

41; s

e es

tabl

eció

, com

o se

podí

a es

pera

r, un

fue

rte e

lem

ento

com

erci

al e

n su

pos

tura

hac

ia l

a co

loni

zaci

ón.

A p

esar

de

esto

, sin

em

barg

o, la

s ex

pedi

cion

es c

omer

cial

es p

ront

o de

gene

raro

n en

incu

rsio

nes

para

la c

aptu

ra d

e es

clav

os m

uy p

arec

idas

a la

s de

las

Ant

illas

y P

anam

á.A

l igu

al q

ue lo

s in

tere

ses

com

erci

ales

con

sider

aron

nec

esar

io a

cudi

r a

mét

odos

mili

tare

s, la

s ban

das

de g

uerr

eros

org

aniz

ados

no

pudi

eron

por

muc

ho ti

empo

pre

s-ci

ndir

de lo

s se

rvic

ios

de lo

s co

mer

cian

tes.

Lo m

ás c

erca

no a

est

o qu

e lle

garo

n a

hace

r, fu

e en

la r

egió

n de

l istm

o en

los

años

pos

terio

res

a 15

09, c

uand

o la

aus

en-

cia

del c

apita

l —y

de la

nec

esid

ad d

el c

apita

l tan

to g

rand

e co

mo

pequ

eño,

las e

xpe-

dici

ones

terr

estre

s, hi

cier

on s

u no

rma—

, hiz

o po

sible

la fo

rmac

ión

de b

anda

s de

gue

-rr

eros

, o c

ompa

ñías

, con

un

cará

cter

fue

rtem

ente

igu

alita

rio. E

stas

com

pañí

as d

egu

erre

ros

basa

das

en u

n ac

uerd

o pr

evio

sob

re la

dist

ribuc

ión

del b

otín

, esta

ban

muy

bien

ada

ptad

as a

l tip

o de

com

bate

por

incu

rsio

nes

que

se h

acía

en

el C

arib

e, e

l ist-

mo

de P

anam

á y

las

zona

s fro

nter

izas

com

o V

enez

uela

. Ind

udab

lem

ente

, era

n el

pro

-du

cto

de la

s co

ndic

ione

s de

fron

tera

y n

o es

sor

pren

dent

e qu

e hu

bier

an r

eapa

reci

-do

de

una

form

a m

uy s

emej

ante

a la

del

Bra

sil p

ortu

gués

, con

las

band

eira

s, qu

esu

rgie

ron

al fi

nal d

el s

iglo

xvi

, y e

n el

sig

lo x

vn. G

rupo

s de

hom

bres

muy

coh

esio

-na

dos,

pose

ían

grac

ias

a su

s cab

allo

s la

s ve

ntaj

as d

e la

mov

ilida

d. S

us g

asto

s, ap

arte

del c

oste

de

los

caba

llos,

eran

peq

ueño

s. A

rmas

de

fueg

o, q

ue e

ran

costo

sas

y qu

ede

toda

s for

mas

se

dete

riora

ban

rápi

dam

ente

por

la c

orro

sión

y la

hum

edad

de

la se

l-va

, ape

nas

se n

eces

itaba

n pa

ra la

cla

se d

e op

osic

ión

con

la q

ue se

tení

an q

ue e

nfre

n-ta

r. A

rmad

os c

on e

spad

as d

e ac

ero

y ac

ompa

ñado

s po

r pod

eros

os m

astin

es, p

erse

-gu

ían

a lo

s in

dios

ate

rror

izad

os,

mat

ándo

los,

escl

aviz

ándo

los,

y ap

oder

ándo

se d

eto

do e

l oro

que

pod

ían

enco

ntra

r.Si

n em

barg

o, ta

n pr

onto

com

o se

pla

nteó

el p

robl

ema

de r

ealiz

ar e

xped

icio

nes

a m

ayor

dis

tanc

ia, e

spec

ialm

ente

aqu

ella

s en

las q

ue s

e ne

cesit

aban

bar

cos,

form

asm

ás c

ompl

ejas

de

orga

niza

ción

se

hici

eron

nec

esar

ias.

Los j

efes

de

las

expe

dici

o-ne

s fac

tible

s de

real

izar

tuvi

eron

que

recu

rrir

a m

erca

dere

s o

func

iona

rios

con

gran

-de

s re

curs

os a

su d

ispo

sici

ón, c

omo

el li

cenc

iado

Gas

par d

e Es

pino

sa, a

lcal

de m

a-yo

r de

Cas

tilla

del

Oro

, baj

o el

man

do d

e Pe

drar

ias

Dáv

ila, q

uien

fue

una

fig

ura

dom

inan

te e

n la

fina

ncia

ción

de

expe

dici

ones

des

de P

anam

á, e

n lo

s pr

imer

os a

ños

de la

con

quis

ta d

el c

ontin

ente

.En

esta

s ci

rcun

stanc

ias

era

norm

al q

ue s

e fo

rmar

an s

ocie

dade

s: ag

rupa

cion

es e

n-tre

los

mism

os c

apita

nes

y en

tre c

apita

nes

e in

vers

ores

. En

Pana

má,

por

eje

mpl

o,Fr

anci

sco

Piza

rro

y D

iego

de

Alm

agro

form

aron

una

soc

ieda

d m

uy p

rove

chos

a en

asoc

iaci

ón c

on H

erna

ndo

de L

uque

, cuy

a co

ndic

ión

de c

lérig

o no

impe

día

sus a

ven-

tura

s em

pres

aria

les.

Los

soci

os te

ndía

n a

divi

dir

sus

func

ione

s, co

mo

suce

día

en la

rela

ción

de

Piza

rro

y A

lmag

ro, e

n la

que

Piz

arro

pro

porc

iona

ba la

dire

cció

n m

ili-

tar m

ient

ras

Alm

agro

recl

utab

a a

los

segu

idor

es y

pre

para

ba e

l em

barq

ue d

e lo

s hom

-br

es y

sum

inist

ros

fijan

do l

as e

scal

as a

lo la

rgo

de la

rut

a.Lo

s in

vers

ores

ped

ían,

com

o se

gurid

ad p

ara

su in

vers

ión,

com

parti

r lo

s bo

tines

acum

ulad

os p

or lo

s hom

bres

que

hab

ían

obte

nido

cab

allo

s o

equi

pam

ient

os a

cré

dito

.

148

HIS

TOR

IA D

E A

MÉR

ICA

LA

TIN

A

Por

lo ta

nto,

muc

hos

mie

mbr

os d

e la

trop

a, a

l men

os q

ue o

btuv

iera

n un

bot

ín e

x-ce

pcio

nalm

ente

rico

, ten

dían

a c

onve

rtirs

e en

per

man

ente

s de

udor

es, y

a fu

era

de e

m-

pres

ario

s ab

sent

ista

s o

de s

us p

ropi

os c

apita

nes.

La c

onqu

ista

de

Am

éric

a fu

e, d

ehe

cho,

pos

ible

gra

cias

a u

na re

d de

cré

dito

s, qu

e ci

rcul

aban

por

inte

rmed

io d

e ag

en-

tes

loca

les

y em

pres

ario

s re

spal

dado

s po

r fun

cion

ario

s re

ales

y ri

cos

enco

men

dero

sde

las

Ant

illas

, y a

ún m

ás le

jos,

al o

tro la

do d

el A

tlánt

ico,

por

Sev

illa

y la

s gr

an-

des

casa

s ba

ncar

ias

de G

enov

a y

Aus

tria.

Per

o lo

s ho

mbr

es q

ue fo

rmab

an l

as 6

an-

das

de g

uerr

eros

no

esta

ban

com

plet

amen

te in

defe

nsos

. Muc

hos

de e

llos,

haci

endo

un d

epós

ito c

omún

de

los

recu

rsos

que

tení

an, f

orm

aban

sus

pro

pias

soc

ieda

des

alin

terio

r de

la b

anda

, con

tribu

yend

o ju

ntos

a c

ompr

ar u

n ca

ballo

y p

erm

anec

iend

oju

ntos

dur

ante

muc

hos

años

sob

re la

bas

e de

una

con

fianz

a m

utua

y u

na d

ivisi

ón p

ac-

tada

del

bot

ín.

Esta

s so

cied

ades

priv

adas

ent

re la

trop

a pr

opor

cion

aron

un

elem

ento

de

cohe

sión

en lo

s ag

rupa

mie

ntos

esp

ontá

neos

que

form

aron

las

ban

das

guer

rera

s. La

s af

iliac

io-

nes

regi

onal

es, a

dem

ás, a

yuda

ron

a pr

opor

cion

ar c

ohes

ión

aunq

ue ta

mbi

én, e

n oc

a-sio

nes,

podí

an s

er u

nos

foco

s de

mar

cada

s di

visio

nes,

com

o cu

ando

una

nue

va f

uerz

aex

pedi

cion

aria

bajo

el m

ando

de

Panf

ilo d

e N

arvá

ez d

esem

barc

ó en

la c

osta

de

Mé-

xico

, en

may

o de

152

0 pa

ra d

ispu

tar

a C

orté

s la

sup

rem

acía

. Ber

nal D

íaz

com

entó

mor

dazm

ente

sob

re lo

s re

cién

lleg

ados

: «co

mo

nues

tro e

mpe

rado

r tie

ne m

ucho

s re

i-no

s y s

eñor

íos,

hay

en e

llos

muc

ha d

iver

sidad

de

gent

es, u

nas m

uy e

sfor

zada

s y

otra

sm

ucho

más

, y q

ue n

osot

ros

som

os d

e de

ntro

de

Cas

tilla

la V

ieja

, y n

os d

icen

cas

-te

llano

s, y

aque

l cap

itán

que

está

en

Cem

poal

, y la

gen

te q

ue tr

ae, e

s de

otra

pro

-vi

ncia

que

llam

an V

izca

ya, y

se ll

aman

viz

caín

os, q

ue h

abla

n co

mo

los o

tom

íes,

cer-

ca d

e M

éxic

o».8

Mie

ntra

s qu

e la

s riv

alid

ades

reg

iona

les

en la

pen

ínsu

la s

e re

fleja

ban

inev

itabl

e-m

ente

ent

re lo

s co

nqui

stad

ores

, tam

bién

era

cie

rto q

ue e

l pre

dom

inio

de

una

regi

ónen

una

ban

da d

e gu

erre

ros,

podí

a pr

opor

cion

ar u

n nú

cleo

cen

tral d

e le

alta

des

vin-

cula

ndo

hom

bre

a ho

mbr

e y

a to

dos

ello

s co

n su

s jef

es. L

a re

laci

ón e

ntre

los

extre

-m

eños

resu

ltó s

er u

n fo

co d

e en

orm

e fo

rtale

za p

ara

Corté

s y

Piza

rra.

Pro

cedi

endo

a m

enud

o de

una

sol

a ci

udad

o d

e un

gru

po d

e ci

udad

es, l

os a

mig

os, l

os p

arie

ntes

y se

guid

ores

de

esto

s do

s cap

itane

s fo

rmar

on u

na u

nida

d de

ntro

de

la u

nida

d, u

n gr

u-po

estr

echa

men

te u

nido

bas

ado

en u

nos

ante

cede

ntes

com

unes

, act

itude

s co

mpa

rti-

das

y un

nex

o es

trech

o de

rela

cion

es f

amili

ares

y p

erso

nale

s. Pa

ra s

us c

ompa

ñero

sex

trem

eños

, el t

acitu

rno

y ta

caño

Fra

ncis

co P

izar

ra e

ra, s

i no

sim

pátic

o, a

l men

osun

tipo

com

pren

sivo

.Lo

s jef

es n

eces

itaba

n es

ta c

lase

de

apoy

o si

tení

an q

ue c

ondu

cir

sus

expe

dici

o-ne

s al

triu

nfo.

Des

de e

l pun

to d

e vi

sta d

e lo

s ca

pita

nes,

la c

onqu

ista

de A

mér

ica

era

un b

uen

nego

cio,

alg

o m

ás c

ompl

ejo

que

la v

icto

ria s

obre

una

des

mor

aliz

ada

pobl

a-ci

ón in

díge

na p

or p

eque

ñas

pero

det

erm

inad

as b

anda

s de

sol

dado

s, qu

e di

sfru

taba

nde

una

dec

isiva

sup

erio

ridad

técn

ica

sobr

e su

s ad

vers

ario

s y

esta

ban

impu

lsada

s po

run

a co

nsag

raci

ón c

omún

al o

ro, l

a gl

oria

y e

l eva

ngel

io. C

ualq

uier

jefe

de

una

ex-

pedi

ción

sab

ía q

ue lo

s in

dios

no

eran

sus

úni

cos

adve

rsar

ios,

ni n

eces

aria

men

te lo

sm

ás te

mib

les.

Los e

nem

igos

esta

ban

tam

bién

en

la re

tagu

ardi

a, d

esde

los

min

istro

sre

ales

que

esta

ban

deci

dido

s a

impe

dir l

a fo

rmac

ión

de fe

udos

o re

inos

inde

pend

ient

es

8.

Bern

al Dí

az de

l Cas

tillo

, His

tori

a Ve

rdad

era

de la

Con

quis

ta d

e la

Nue

va E

spañ

a, e

d.Jo

aquí

n Ra

míre

z Ca

bana

s, M

éxico

, 194

4, v

ol.I

I,p.

27.

Page 12: Leslie Bethell - Historia de América Latina Tomo 1 cap 6

LA C

ONQ

UIST

A ES

PAÑO

LA Y

LAS

CO

LONI

AS D

E AM

ÉRIC

A 14

9

en la

s re

gion

es to

daví

a sin

con

quist

ar, a

los

rival

es lo

cale

s que

tení

an in

teré

s en

frus-

trar

su tr

iunf

o. C

uand

o H

erná

n C

orté

s za

rpó

de C

uba

en 1

519,

lo h

izo

desa

fiand

oal

gob

erna

dor

de C

uba,

Die

go V

eláz

quez

, qui

en re

curr

ió a

cua

lqui

er p

lan

conc

ebi-

ble

que

pudi

era

prod

ucir

su c

aída

. Po

r en

cim

a de

todo

, ten

ía e

nem

igos

en

su p

ro-

pio

cam

po, d

esde

los

capi

tane

s qu

e qu

ería

n oc

upar

su

pues

to a

los

gruñ

ones

sol

da-

dos d

e a

pie,

qui

enes

pla

neab

an tr

aici

ones

por

que

su v

erda

dera

leal

tad

esta

ba e

n ot

rapa

rte o

por

que

esta

ban

insa

tisfe

chos

con

la d

istrib

ució

n de

los

botin

es.

El m

ando

, por

lo ta

nto,

exi

gía

cono

cim

ient

os p

rofu

ndos

tan

to m

ilita

res

com

o po

-lít

icos

si u

na e

xped

ició

n te

nía

que

evita

r la

desi

nteg

raci

ón d

esde

el i

nter

ior y

la d

e-rro

ta d

esde

el e

xter

ior.

Pero

la p

rese

ncia

de

indi

os h

ostil

es, g

ener

alm

ente

en

núm

ero

apla

stan

te, o

blig

ó a

esta

blec

er u

na c

lase

de

com

pañe

rism

o, in

clus

o en

tre lo

s qu

e no

eran

com

pañe

ros.

Ant

e el

pel

igro

y la

des

grac

ia e

ra p

refe

rible

luch

ar ju

ntos

que

mor

irso

lo; y

la p

ersp

ectiv

a de

una

mue

rte h

orrib

le a

man

os d

e en

emig

os p

agan

os e

ra s

u-fic

ient

e pa

ra p

rom

over

un

acer

cam

ient

o de

los

rang

os e

ntre

hom

bres

que

, a p

esar

de s

us e

nem

istad

es p

erso

nale

s y

agra

vios

, era

n al

fina

l uno

, al s

er to

dos

cris

tiano

sy

espa

ñole

s. U

n je

fe ta

n di

estro

com

o C

orté

s, sa

bía

cóm

o ju

gar

con

el re

cuer

do d

elo

s pel

igro

s y

los t

riunf

os c

ompa

rtido

s pa

ra m

ante

ner l

a co

hesi

ón y

la m

oral

de

sus

segu

idor

es. «

Sant

iago

y Es

paña

» er

a un

grit

o de

com

bate

que

pod

ría a

nula

r tod

as la

sdi

fere

ncia

s en

una

cau

sa c

omún

.Er

a un

grit

o de

com

bate

y a

la v

ez d

e de

safío

y d

e tri

unfo

, el g

rito

de h

ombr

esfir

mem

ente

con

venc

idos

que

ser

ían

los

venc

edor

es. E

sta c

onfia

nza

en s

u pr

opia

su-

perio

ridad

sob

re u

n en

emig

o qu

e le

s su

pera

ba e

n nú

mer

o, e

staba

bas

ada,

al m

enos

en p

arte

, en

una

actu

al s

uper

iorid

ad d

e té

cnic

a, o

rgan

izac

ión

y eq

uipa

mie

nto.

Per

o,de

trás

de c

ualq

uier

fac

tor

mat

eria

l esta

ba u

n co

njun

to d

e ac

titud

es y

reac

cion

es q

ueda

ban

a lo

s es

paño

les

vent

aja

en m

ucha

s de

las

situa

cion

es e

n la

s qu

e se

enc

ontra

-ro

n; u

na c

reen

cia

insti

ntiv

a en

la n

atur

al s

uper

iorid

ad d

e lo

s cr

istia

nos

sobr

e sim

-pl

es «

bárb

aros

»; u

n se

ntid

o de

la n

atur

alez

a pr

ovid

enci

al d

e su

em

pres

a, q

ue h

acía

cada

triu

nfo

cont

ra u

nas f

uerz

as e

n ap

arie

ncia

abr

umad

oram

ente

sup

erio

res u

na n

ueva

prue

ba d

el fa

vor

de D

ios;

y u

n se

ntim

ient

o de

que

hab

ía u

na re

com

pens

a úl

tima

para

cada

sac

rific

io a

lo la

rgo

de la

ruta

. La

pers

pect

iva

del o

ro h

acía

sop

orta

ble

cada

fa-

tiga:

«te

nem

os y

o y

mis

com

pañe

ros

—de

cía

Corté

s— m

al d

e co

razó

n, e

nfer

med

adqu

e sa

na c

on [

oro]

».9 S

entía

n ta

mbi

én q

ue to

mab

an p

arte

en

una

aven

tura

his

tóri-

ca y

que

la v

icto

ria s

igni

ficar

ía la

insc

ripci

ón d

e su

s no

mbr

es e

n un

a lis

ta d

e in

mor

-ta

les

junt

o a

los

héro

es d

e la

ant

igüe

dad

clás

ica.

La c

onfia

nza

que

les

daba

este

sen

tido

de s

uper

iorid

ad m

oral

y e

l fav

or d

ivin

oer

a m

ás v

álid

a do

nde

más

se

nece

sitab

a: e

n la

luch

a co

ntra

sus

adv

ersa

rios

apar

en-

tem

ente

más

tem

ible

s, lo

s «i

mpe

rios»

de

los

azte

cas

y de

los

inca

s. En

la c

onqu

ista

de M

éxic

o ce

ntra

l por

par

te d

e C

orté

s, en

tre 1

519

y 15

21, y

la d

e Pe

rú p

or P

izar

roen

tre 1

531

y 15

33, l

os e

spañ

oles

des

pleg

aron

una

apt

itud

casi

mist

erio

sa p

ara

ex-

plot

ar la

deb

ilida

d de

sus

adv

ersa

rios,

una

capa

cida

d qu

e po

r sí

mism

a te

stim

onia

-ba

su

prop

ia f

uerz

a su

byac

ente

.

Cuan

do C

orté

s pa

rtió

de C

uba

en fe

brer

o de

151

9, c

on 1

1 ba

rcos

, lle

vand

o 50

8so

ldad

os y

110

mar

iner

os, l

o hi

zo e

n la

firm

e in

tenc

ión

de c

onqu

ista

r. La

s do

s ex

-

9.

Fran

cisco

Lóp

ez d

e G

omar

a, H

isto

ria

de la

Con

quis

ta d

e M

éxic

o, ed

. de

Joaq

uín

Ra-

míre

z C

aban

as, 2

vol

. M

éxic

o, 1

943;

vol

. I,

p. 1

06.

150

HIS

TOR

IA D

E A

MÉR

ICA

LA

TIN

A

pedi

cion

es a

nter

iore

s qu

e ha

bían

exp

lora

do la

s co

stas

de M

éxic

o y

Yuc

atán

, en

1517

y 15

18 b

ajo

el m

ando

de

Fran

cisc

o H

erná

ndez

de

Cór

doba

y J

uan

de G

rijal

va,

seha

bían

pro

yect

ado

sólo

con

el p

ropó

sito

de

expl

orar

y re

scat

ar.C

orté

s in

tent

ó al

goin

com

para

blem

ente

más

am

bici

oso.

A lo

s poc

os d

ías d

e su

des

emba

rco,

el 2

2 de

abr

ilde

151

9, s

upo

que

en a

lgún

luga

r del

inte

rior v

ivía

un

gobe

rnan

te p

oder

oso,

«M

oc-

tezum

a» (c

omo

le ll

amab

an lo

s es

paño

les)

, cuy

o do

min

io in

cluí

a a

los

pueb

los

de la

llanu

ra c

oste

ra. P

ara

una

men

te e

spañ

ola,

esta

info

rmac

ión

indi

caba

una

est

rate

gia

natu

ral:

un g

ober

nant

e qu

e ej

ercí

a el

dom

inio

sob

re m

ucho

s pu

eblo

s, de

bía

él m

is-

mo

ser

cond

ucid

o, p

or la

fue

rza

o po

r en

gaño

, par

a qu

e re

cono

cier

a a

un s

eñor

íoto

daví

a m

ás a

lto, e

l del

rey

de E

spañ

a. P

or lo

tant

o, e

l obj

etiv

o su

prem

o de

bería

ser

llega

r has

ta M

octe

zum

a; u

n ob

jetiv

o al

canz

ado

por l

a pe

ligro

sa m

arch

a ha

cia

el in

-te

rior,

y el

enc

uent

ro e

ntre

el c

apitá

n es

paño

l y e

l gob

erna

nte

azte

ca e

n Te

noch

ti-tla

n, e

l 12

de n

ovie

mbr

e de

151

9. R

ecib

idos

en

la c

iuda

d co

mo

invi

tado

s, lo

s es

pa-

ñole

s es

taba

n en

situ

ació

n de

lleg

ar, g

raci

as a

la e

strat

egia

de

Cor

tés,

a su

con

clus

ión

lógi

ca, t

oman

do d

e m

ala

gana

bajo

cus

todi

a a

Moc

tezu

ma

y co

nsig

uien

do d

e su

hué

s-pe

d, c

onve

rtido

aho

ra e

n in

vita

do in

volu

ntar

io, e

l rec

onoc

imie

nto

de la

sob

eran

íade

l rey

de

Espa

ña.

El s

upue

sto tr

ansla

tio im

perii

de

Moc

tezu

ma

a Ca

rlos

V,d

escr

ito p

or C

orté

s en

la in

geni

osa

serie

de

verd

ad y

ficc

ión

con

que

agra

dó a

l em

pera

dor

en s

us c

éleb

res

carta

s de

rel

ació

n, m

arcó

el c

omie

nzo,

no

el f

in,

de la

con

quis

ta d

e M

éxic

o. P

ero

mos

tró d

ecisi

vam

ente

dón

de se

enc

ontra

ba la

inic

iativ

a. C

orté

s hab

ía c

onse

guid

o lle

-ga

r tan

lejo

s y

tan

rápi

dam

ente

deb

ido

a su

ext

raor

dina

ria c

apac

idad

par

a fo

rmar

seun

a id

ea d

e un

a sit

uaci

ón y

sac

arle

pro

vech

o. A

pare

ntem

ente

, la

conf

eder

ació

n az

-te

ca, c

on u

n go

bern

ante

sup

rem

o y

una

estru

ctur

a de

est

ado

orga

niza

da,

repr

esen

-ta

ba u

n ad

vers

ario

inco

mpa

rabl

emen

te m

ás te

mib

le q

ue n

ingu

na o

tra s

ocie

dad

que

los

espa

ñole

s ha

bían

enc

ontra

do e

n el

Car

ibe

o en

el i

stm

o. P

ero

el g

rado

de

orga

-ni

zaci

ón y

de

cont

rol c

entra

l de

Teno

chtit

lan

crea

ron

opor

tuni

dade

s qu

e C

orté

s ex

-pl

otó

con

extra

ordi

naria

rap

idez

. La

dom

inac

ión

mex

ica

sobr

e lo

s ot

ros

pueb

los

deM

éxic

o ce

ntra

l —

una

dom

inac

ión

que

exig

ía u

n tri

buto

opr

esiv

o y

un s

umin

istro

cons

tant

e de

víc

timas

par

a el

sac

rific

io—

hab

ía g

ener

ado

un o

dio

y un

res

entim

ien-

to q

ue p

erm

itió

a C

orté

s, en

su

mar

cha

haci

a el

inte

rior,

pres

enta

rse

ante

las

tribu

sso

met

idas

com

o un

libe

rtado

r. Es

to, j

unto

con

la a

lianz

a co

n Tl

axca

la,q

ue lo

s me-

xica

nun

ca h

abía

n co

nseg

uido

som

eter

, le

perm

itier

on s

egui

r una

ruta

hac

ia T

enoc

h-tit

lan

a tra

vés

de u

n te

rrito

rio r

elat

ivam

ente

aco

gedo

r. Ta

mbi

én s

e do

tó d

e un

ejé

r-ci

to d

e re

fuer

zo e

ntre

la p

obla

ción

indí

gena

, des

eosa

de

veng

arse

con

tra M

octe

zum

ay

la é

lite

mex

ica.

Las

razo

nes

de M

octe

zum

a al

per

miti

r que

Cor

tés

entra

ra e

n Te

noch

titla

n sie

m-

pre

perm

anec

erán

en

el m

iste

rio. E

ra c

ompr

ensib

le q

ue n

o es

tuvi

era

segu

ro d

el o

ri-ge

n de

los

intru

sos

ni d

el o

bjet

o de

su m

isión

, per

o se

pue

de p

regu

ntar

si,

com

o m

ásta

rde

lo in

dica

ron

los

cron

istas

esp

añol

es, u

tiliz

ando

info

rmad

ores

ind

ios,

sus

reac

-ci

ones

resp

ondr

ían

a la

con

vicc

ión

de q

ue C

orté

s no

era

otro

que

el l

egen

dario

jefe

tolte

ca, Q

uetz

alcó

atl,

que

volv

ía d

el e

ste

para

recl

amar

sus

tier

ras.

Por e

sto

es m

áspr

obab

le q

ue r

ecib

iera

a C

orté

s y

a su

s ho

mbr

es c

on e

l mism

o tra

tam

ient

o qu

e lo

sm

exic

a de

dica

ban

a lo

s em

baja

dore

s, qu

iene

s tra

dici

onal

men

te g

ozab

an d

e in

mun

i-da

d, a

unqu

e ta

mbi

én p

odía

n ha

ber p

ensa

do q

ue a

l atra

er a

Cor

tés

haci

a el

int

erio

r,le

s se

ría m

ucho

más

fác

il ac

abar

con

él,

si fu

era

nece

sario

. No

hay

duda

, sin

em

-ba

rgo,

que

el s

istem

a co

smol

ógic

o de

los

azte

cas,

con

su in

siste

ncia

fat

alist

a en

la

Page 13: Leslie Bethell - Historia de América Latina Tomo 1 cap 6

LA C

ON

QU

ISTA

ESP

OLA

Y L

AS

CO

LON

IAS

DE

AM

ÉRIC

A

151

nece

sidad

de

calm

ar a

los

dios

es im

plac

able

s co

n sa

criñ

cios

hum

anos

, no

era

com

-pa

tible

con

la r

esue

lta c

ristia

ndad

de

sus

adve

rsar

ios

espa

ñole

s. Se

trat

aba

de u

naco

smol

ogía

más

fáci

l de

insp

irar

a su

s se

guid

ores

con

una

res

igna

ción

a la

mue

rtehe

roic

a, q

ue c

on u

na d

eter

min

ació

n po

r sob

revi

vir;

una

cosm

olog

ía q

ue ta

mbi

én h

a-bí

a cr

eado

un

estil

o rit

ual d

e gu

erra

ded

icad

o a

capt

urar

al e

nem

igo

más

que

a m

a- _

ta

rlo, p

ara

prov

eers

e de

un

cons

tant

e su

min

istro

de

víct

imas

par

a el

sac

rific

io.

Lade

rrot

a en

est

e tip

o de

gue

rra

sum

amen

te c

erem

onia

l sól

o po

dría

des

honr

ar a

l dio

sde

la g

uerr

a, H

u'itz

ilopo

chtli

, la

deid

ad ti

tula

r de

los

mex

icas

, de

quie

n M

octe

zum

a,er

a sa

cerd

ote.

Por

lo ta

nto,

cap

tura

ndo

a M

octe

zum

a, C

orté

s ha

bía

dado

un

deva

stado

r go

lpe

al s

istem

a po

lític

o y

relig

ioso

de

los a

ztec

as. P

ero

esto

hiz

o m

ás d

ifíci

l dar

el s

igui

en-

te p

aso

en s

u po

lític

a qu

e co

nsist

ía e

n co

nser

var

la e

stru

ctur

a fis

cal y

adm

inis

trati-

va q

ue s

e ha

bía

enco

ntra

do, m

ante

nien

do a

Moc

tezu

ma

com

o un

a m

ario

neta

, pe

rore

empl

azan

do e

ficaz

men

te s

u au

torid

ad p

or la

de

los

espa

ñole

s. La

cas

ta s

acer

dota

lha

bía

form

ado

una

parte

inte

gral

del

sist

ema

azte

ca, y

el a

salto

de

los

espa

ñole

s a

las

deid

ades

azt

ecas

con

stitu

yó i

nevi

tabl

emen

te u

n de

safío

a e

sta c

asta

; al

mism

otie

mpo

, la

insa

ciab

le d

eman

da e

spañ

ola

por e

l oro

cre

ó un

des

asos

iego

gen

eral

que

culm

inó,

des

pués

de

la m

atan

za d

e la

nob

leza

rea

lizad

a po

r el

futu

ro c

onqu

istad

orde

Gua

tem

ala,

Ped

ro d

e A

lvar

ado,

en

un m

asiv

o le

vant

amie

nto

popu

lar.

Des

espe

-ra

dam

ente

sup

erad

os e

n nú

mer

o, lo

s es

paño

les

logr

aron

sal

ir lu

chan

do d

e Te

noch

-tit

lan

en la

«no

che

trist

e», l

a no

che

del 3

0 de

juni

o de

152

0, a

pes

ar d

e la

s pe

sada

spé

rdid

as. N

eces

itaría

n ot

ros

cato

rce

mes

es p

ara

volv

er a

con

quis

tar

la c

iuda

d qu

epe

rdie

ron

por

la d

erro

ta d

e aq

uella

noc

he.

La re

ndic

ión

de lo

s úl

timos

ele

men

tos

de re

siste

ncia

ent

re la

s ru

inas

de

Teno

ch-

titla

n, e

l 13

de a

gosto

de

1521

fue

más

un

triun

fo d

e la

s en

ferm

edad

es l

leva

das

por

los

espa

ñole

s qu

e de

sus

arm

as. L

a vi

ruel

a tra

nsm

itida

por

un

escl

avo

negr

o en

trelo

s pa

rtida

rios

de C

orté

s ca

usó

estra

gos

entre

los

defe

nsor

es d

e la

ciu

dad

y re

veló

una

vez

más

lo q

ue y

a ha

bía

resu

ltado

evi

dent

e en

las

Ant

illas

: que

los

habi

tant

esde

l Nue

vo M

undo

tend

rían

que

paga

r un

alto

pre

cio

por

sus

siglo

s de

aisl

amie

nto.

La c

onqu

ista

de A

mér

ica

fue

un c

onqu

ista

real

izad

a ta

nto

por

mic

robi

os c

omo

por

hom

bres

, alg

unas

vec

es a

dela

ntán

dose

a lo

s pr

inci

pale

s co

ntin

gent

es e

spañ

oles

, y

otra

s sig

uien

do su

este

la. E

spec

ialm

ente

en

regi

ones

den

sam

ente

pob

lada

s co

mo

Mé-

xico

cen

tral,

la p

arte

que

rep

rese

ntar

on l

as e

pide

mia

s en

min

ar la

cap

acid

ad,

y la

volu

ntad

par

a re

sist

ir, t

uvo

un p

apel

impo

rtant

e pa

ra e

xplic

ar la

rap

idez

y la

per

-fe

cció

n de

l éxi

to e

spañ

ol.

A p

esar

de

esto

, el d

erru

mba

mie

nto

del i

mpe

rio m

exic

a, d

e un

os 2

5 m

illon

es d

eha

bita

ntes

, por

el a

salto

de

unos

cie

ntos

de

espa

ñole

s no

pue

de e

xplic

arse

exc

lusi-

vam

ente

en

térm

inos

de

inte

rven

cion

es d

e ag

ente

s ex

tern

os, p

or m

uy d

estru

ctor

esqu

e fu

eran

. Se

deb

ió ta

mbi

én a

las

falla

s ge

ológ

icas

de

la e

stru

ctur

a de

l pro

pio

im-

perio

y, e

n es

peci

al, a

la n

atur

alez

a re

pres

iva

de la

dom

inac

ión

mex

ica

sobr

e lo

s pue

-bl

os d

e M

éxic

o ce

ntra

l. La

con

quist

a de

Cor

tés

fue

tant

o un

a re

vuel

ta d

e la

pob

la-

ción

som

etid

a co

ntra

sus

señ

ores

sup

rem

os, c

omo

una

solu

ción

im

pues

ta d

esde

el

exte

rior.

Lo q

ue n

o re

sulta

cla

ro e

s si

este

impe

rio, q

ue a

ún e

ra jo

ven

y se

enc

on-

traba

en

un p

roce

so d

e ev

oluc

ión

podr

ía h

aber

lleg

ado

a co

nten

er y

reso

lver

sus

pro

-pi

as c

ontra

dicc

ione

s in

tern

as p

or s

us p

ropi

os m

edio

s. C

ierta

men

te, m

ostra

ban

sig-

nos

de u

na e

lasti

cida

d in

terio

r y

una

capa

cida

d de

ada

ptac

ión

de la

s qu

e pa

recí

aca

rece

r la

civ

iliza

ción

and

ina

a la

que

Piz

arro

se

enfr

entó

, el

impe

rio d

e lo

s in

cas.

152

HIS

TOR

IA D

E A

MÉR

ICA

LA

TIN

A

Piza

rra,

com

o C

orté

s, pu

do e

xplo

tar l

a de

bilid

ad in

tern

a y

las d

iscor

dias

, que

pa-

recí

an e

star

en

su p

eor

fase

en

el m

omen

to d

e su

lleg

ada.

Las

prim

eras

not

icia

s se

-ria

s de

un

esta

do ri

co y

pod

eros

o éa

el s

ur h

abía

n lle

gado

a P

anam

á en

152

3. E

stoan

imó

a Pi

zarr

a y

a A

lmag

ro a

org

aniz

ar e

xped

icio

nes

de p

rueb

a ha

cia

la p

arte

sur

de la

cos

ta d

el P

acífi

co, q

ue d

iero

n nu

evos

indi

cios

de

la e

xiste

ncia

de

un n

uevo

rein

oqu

e po

día

ser c

onqu

ista

do. P

izar

ra m

ismo

estu

vo e

n Es

paña

des

de 1

528

a 15

30, c

a-pi

tula

ndo

con

la c

oron

a so

bre

el g

obie

rno

de la

s tie

rras

que

esp

erab

a co

nqui

star

, y

recl

utan

do s

egui

dore

s en

su

Extre

mad

ura

nata

l. Co

n 18

0 ho

mbr

es y

uno

s 30

cab

a-llo

s dej

ó Pa

nam

á en

ene

ro d

e 15

31 c

on s

u ex

pedi

ción

de

conq

uist

a. C

uand

o se

hiz

oa

la m

ar, m

ucho

s de

los

que

habí

a re

clut

ado

en E

spañ

a ya

esta

ban

mue

rtos,

atac

a-do

s po

r las

enf

erm

edad

es t

ropi

cale

s qu

e af

ecta

ban

a un

a gr

an p

ropo

rció

n de

los

re-

cién

lleg

ados

a la

s In

dias

. Por

lo ta

nto,

sól

o un

puñ

ado

de s

us se

guid

ores

hab

ían

te-

nido

exp

erie

ncia

mili

tar e

n Eu

ropa

. Por

otra

par

te, m

ucho

s de

ello

s er

an v

eter

anos

en la

s In

dias

, pro

babl

emen

te la

form

a m

ás ú

til d

e ex

perie

ncia

dad

as la

s ci

rcun

stan

-ci

as. D

e és

tos,

sólo

uno

o d

os h

abía

n es

tado

en

Méx

ico.

La

may

oría

hab

ía a

dqui

ri-do

su

expe

rienc

ia,

tant

o de

l clim

a co

mo

de lo

s in

dios

, en

las

Ant

illas

y A

mér

ica

Cen

tral.

El im

perio

con

el q

ue se

enco

ntró

esta

ba o

rgan

izad

o m

ás ti

rant

e qu

e el

de

los m

e-xi

ca, p

ero

la p

ropi

a tir

ante

z de

su

orga

niza

ción

ser

vía

para

mul

tiplic

ar s

us te

nsio

-ne

s in

tern

as. L

a es

truct

ura

del e

stad

o in

ca, c

on s

u de

man

da d

e m

ano

de o

bra

insi

s-te

nte

y re

gula

da m

etic

ulos

amen

te, p

resio

naba

fue

rtem

ente

los

ayl

lus,

los

clan

es d

ela

s co

mun

idad

es d

e al

dea,

cre

ando

una

pob

laci

ón s

omet

ida

que,

aun

que

dóci

l, es

-ta

ba ta

mbi

én r

esen

tida,

esp

ecia

lmen

te e

n la

regi

ón d

e Q

uito

, don

de e

l dom

inio

inca

era

rela

tivam

ente

rec

ient

e. A

med

ida

que

el á

rea

de c

onqu

ista

inca

se

exte

ndía

, los

prob

lem

as d

el c

ontro

l cen

tral d

el C

uzco

aum

enta

ban,

no

obsta

nte

toda

s la

s gu

arni

-ci

ones

cui

dado

sam

ente

situ

adas

y la

com

plej

a re

d de

com

unic

acio

nes.

Este

ríg

ido

siste

ma

de c

ontro

l uni

form

e, m

ante

nido

por

una

cas

ta d

e go

bern

ante

s in

cas,

sólo

po-

dría

fun

cion

ar c

on e

ficac

ia m

ient

ras

que

la p

ropi

a ca

sta m

antu

vies

e su

coh

esió

n y

unid

ad i

nter

na. P

ero

la m

uerte

de

Hua

yna

Cápa

c en

152

7 co

nduj

o a

una

luch

a po

rla

suc

esió

n en

tre s

us h

ijos

Huá

scar

y A

tahu

alpa

. Este

últi

mo

esta

ba e

n el

cam

ino

dela

vic

toria

, per

o aú

n no

la h

abía

con

solid

ado

cuan

do P

izar

ro ll

egó.

Piza

rra,

com

o C

orté

s en

Méx

ico,

y c

omo

una

gene

raci

ón a

nter

ior

de e

spañ

oles

que

habí

an b

usca

do s

acar

pro

vech

o de

las

dise

nsio

nes

inte

rnas

del

rei

no n

asrid

de

Gra

nada

, era

n pe

ritos

en

man

ipul

ar e

stas d

isens

ione

s pa

ra fa

vore

cer

sus p

ropi

os fi

-ne

s. Pi

zarro

lleg

ó in

clus

o a

utili

zar e

l mét

odo

empl

eado

por

Cor

tés

en M

éxic

o y

por

los

conq

uista

dore

s en

Am

éric

a C

entra

l, qu

e co

nsist

ía e

n ar

riesg

ar to

do p

ara

capt

u-ra

r al

«ca

ciqu

e», e

n es

te c

aso,

el e

mpe

rado

r in

ca,

Ata

hual

pa.

El e

mpe

rado

r es

tabl

ecid

o en

Caj

amar

ca,

al n

orte

de

Perú

, res

pond

ió a

las

noti-

cias

de

los

inva

sore

s ex

tranj

eros

en

la r

egió

n co

ster

a de

una

for

ma

perfe

ctam

ente

natu

ral p

ara

un h

ombr

e cu

ya v

isión

del

mun

do h

abía

sid

o fo

rmad

a po

r la

expe

rien-

cia

que

le h

abía

n pr

opor

cion

ado

las

tierr

as a

ltas

de lo

s A

ndes

. Los

que

man

daba

nen

las

mon

taña

s ef

ectiv

amen

te m

anda

ban

en la

s co

stas

, y m

ás a

llá d

e la

s co

stas

se

enco

ntra

ba e

l inf

ranq

ueab

le m

ar. M

ient

ras

que

los

espa

ñole

s pe

rman

ecie

ron

en la

regi

ón c

oste

ra, s

u pr

esen

cia

no e

ra u

n pr

oble

ma

que

les

afec

tara

muc

ho, p

orqu

e ta

npr

onto

com

o se

mov

iera

n a

las

regi

ones

mon

taño

sas,

segu

ram

ente

cae

rían

en su

s m

a-no

s. Po

r lo

tant

o, A

tahu

alpa

no

hizo

nin

gún

inte

nto

de m

oles

tar

a lo

s ho

mbr

es d

ePi

zarr

o cu

ando

em

peza

ron

el p

enos

o as

cens

o, y

los

espa

ñole

s aú

n go

zaba

n de

la s

u-

Page 14: Leslie Bethell - Historia de América Latina Tomo 1 cap 6

LA C

ON

QU

ISTA

ESP

OLA

Y L

AS

CO

LON

IAS

DE

AM

ÉRIC

A

153

prem

a ve

ntaj

a de

la s

orpr

esa

cuan

do s

e en

cont

raro

n co

n A

tahu

alpa

y s

us p

artid

ario

sen

el a

ltopl

ano

de C

ajam

arca

, el

16

de n

ovie

mbr

e de

153

2.La

cap

tura

de

Ata

hual

pa, c

omo

la d

e M

octe

zum

a, f

ue c

once

bida

par

a tra

nsfe

rirla

aut

orid

ad s

upre

ma

a m

anos

de

los

espa

ñole

s en

un

simpl

e y

deci

sivo

golp

e. E

n-to

nces

, com

o en

Méx

ico,

la in

tenc

ión

era

usar

la e

stru

ctur

a ad

min

istra

tiva

exis

ten-

te p

ara

cana

lizar

los

ben

efic

ios

del d

omin

io a

los

espa

ñole

s. A

unqu

e el

trib

uto

enel

impe

rio in

ca, a

dife

renc

ia d

el d

e lo

s az

teca

s, co

nsis

tía ín

tegr

amen

te e

n m

ano

deob

ra, e

l vie

jo s

istem

a im

peria

l tod

avía

fun

cion

aba

sufic

ient

emen

te b

ien

com

o pa

rapr

oduc

ir a

los

espa

ñole

s, en

form

a de

resc

ate

por A

tahu

alpa

, la

enor

me

sum

a en

oro

y pl

ata

de 1

,5 m

illon

es d

e pe

sos,

un te

soro

muc

ho m

ás g

rand

e qu

e ni

ngún

otro

de

los q

ue h

asta

ent

once

s se

con

ocía

en

las

Indi

as y

equ

ival

ente

a la

pro

ducc

ión

euro

-pe

a en

med

io s

iglo

. Sin

em

barg

o, la

reco

mpe

nsa

de A

tahu

alpa

no

signi

ficó

la li

ber-

tad,

sin

o la

mue

rte ju

dici

al.

El 1

5 de

nov

iem

bre

de 1

533

los

conq

uista

dore

s to

mar

on C

uzco

, el c

oraz

ón d

elde

stroz

ado

impe

rio in

ca. P

izar

ra a

ún s

entía

la n

eces

idad

de

tene

r a u

n in

ca c

omo

jefe

nom

inal

de

la m

aqui

naria

adm

inist

rativ

a y

mili

tar q

ue h

abía

caí

do e

n su

s m

anos

, lo

indi

ca la

ele

cció

n qu

e hi

zo d

el h

erm

anas

tro d

e A

tahu

alpa

, Man

co In

ca, p

ara

suce

-de

rle. P

ero

la tr

anqu

ila tr

ansic

ión

de la

dom

inac

ión

inca

a lo

s es

paño

les,

en P

erú,

que

pasa

ba p

or e

l nom

bram

ient

o de

un

empe

rado

r mar

ione

ta, s

e hi

zo m

ás d

ifíci

l por

el c

ambi

o de

siti

o de

l cen

tro d

el p

oder

. Cor

tés

al d

ecid

irse

a co

nstru

ir su

nue

va c

a-pi

tal d

e la

ciu

dad

de M

éxic

o en

el s

itio

de la

s ru

inas

de

Teno

chtit

lan

logr

ó pr

eser

-va

r un

impo

rtant

e el

emen

to d

e co

ntin

uida

d en

tre e

l gob

iern

o az

teca

y e

l de

los

es-

paño

les.

Cuzc

o po

r otra

par

te, e

staba

dem

asia

do a

lto, e

n la

s mon

taña

s, y

dem

asia

dole

jos

de la

cos

ta p

ara

ser u

na c

apita

l sat

isfac

toria

par

a el

Per

ú es

paño

l, qu

e, a

l con

-tra

rio q

ue su

pre

cede

nte,

insti

ntiv

amen

te d

aría

su

cara

al m

ar. E

n 15

35, P

izar

ra f

un-

dó su

nue

va c

apita

l, Li

ma,

en

la c

osta

, y a

l hac

erlo

así

debi

litó

grav

emen

te s

us o

por-

tuni

dade

s de

man

tene

r el

con

trol

sobr

e la

s tie

rras

alta

s de

los

And

es.

Tam

bién

las

debi

litó

al fa

llar

en m

ante

ner e

l con

trol s

obre

sus

sub

ordi

nado

s. La

disc

ordi

a cr

ecie

nte

entre

los v

ence

dore

s ac

erca

de

la d

istrib

ució

n de

los b

otin

es, a

ni-

a M

anco

Inca

a re

agru

par

el re

sto

de la

s fu

erza

s in

cas

en u

na te

ntat

iva

dese

spe-

rada

por

der

rota

r a

los

espa

ñole

s. La

s re

vuel

tas

de 1

536-

1537

sac

udie

ron

tem

pora

l-m

ente

, per

o no

det

uvie

ron,

el p

roce

so d

e la

con

quist

a es

paño

la.

Dur

ante

el c

erco

que

los

espa

ñole

s so

met

iero

n a

Cuz

co, l

os in

dios

dem

ostra

ron

que

habí

a ap

rend

ido

algo

de

los

mét

odos

em

plea

dos

por s

us a

dver

sario

s, au

nque

no

lo s

ufic

ient

e. E

l mé-

todo

cer

emon

ial e

mpl

eado

en

la g

uerr

a, q

ue lo

s azt

ecas

hab

ían

opue

sto d

e m

odo

pa-

reci

do a

nte

los

espa

ñole

s, se

hab

ía fi

jado

tan

prof

unda

men

te e

n su

men

talid

ad q

uege

nera

lmen

te p

refe

rían

lanz

ar s

us a

taqu

es b

ajo

la lu

z de

la lu

na ll

ena.

Si l

a co

nqui

staaú

n pe

rman

eció

inc

ompl

eta

una

vez

supr

imid

a la

rev

uelta

de

Man

co, s

e de

bió

so-

bre

todo

a q

ue lo

s gu

erre

ros

de P

izar

ra y

Die

go d

e A

lmag

ro h

abía

n de

svia

do s

usen

ergí

as lu

chan

do u

nos

cont

ra o

tros.

Pero

la g

eogr

afía

difí

cil d

e lo

s alto

s A

ndes

per

-m

itió

la c

ontin

uaci

ón d

e un

mov

imie

nto

de re

siste

ncia

que

hub

iera

sid

o im

posib

leen

la m

eset

a m

exic

ana.

Has

ta 1

572

la fo

rtale

za in

ca d

e V

ilcab

amba

no

cayó

en

ma-

nos

de lo

s es

paño

les,

y to

daví

a qu

edab

an b

olsa

s ai

slada

s de

resi

sten

cia,

que

per

tur-

baba

n la

tris

te tr

anqu

ilida

d de

l Per

ú co

loni

al.

Prec

isam

ente

deb

ido

a qu

e ha

bían

form

ado

soci

edad

es o

rgan

izad

as c

entra

lmen

-te

con

una

fuer

te d

epen

denc

ia d

e la

aut

orid

ad d

e un

sol

o je

fe, l

os im

perio

s de

Moc

-te

zum

a y

de A

tahu

alpa

cay

eron

con

rela

tiva

facil

idad

en

man

os e

spañ

olas

. Sem

ejant

es

154

HIS

TOR

IA D

E A

MÉR

ICA

LA

TIN

A

área

s de

terr

itorio

s ta

n ex

tens

os n

unca

pod

ían

habe

r si

do c

onqu

istad

as t

an r

ápid

a-m

ente

, si n

o hu

bier

an e

stado

dom

inad

as a

nter

iorm

ente

por

un

pode

r cen

tral c

on u

nam

aqui

naria

esm

erad

a de

stina

da a

man

tene

r el

con

trol d

e su

s re

gion

es r

emot

as. E

nM

éxic

o y

en P

erú,

los

inva

sore

s se

enc

ontra

ron

sin d

arse

cue

nta

com

o lo

s he

rede

-ro

s de

un

proc

eso

de e

xpan

sión

impe

rial q

ue n

o ce

só p

or s

u lle

gada

. La

prop

aga-

ción

con

tinua

en

la é

poca

inm

edia

tam

ente

pos

terio

r a

la c

onqu

ista

del n

áhua

tl y

elqu

echu

a, la

s le

ngua

s de

los

mex

icas

y lo

s in

cas,

indi

ca la

exi

sten

cia

de u

na d

inám

i-ca

inte

rna

dent

ro d

e es

tas

regi

ones

hac

ia u

n m

ayor

gra

do d

e un

ifica

ción

, qu

e só

lopo

día

actu

ar a

favo

r de

los

conq

uist

ador

es. L

a tra

nsla

tio im

perii

pod

ía s

er u

na c

on-

veni

ente

ficc

ión

lega

l, pe

ro te

nía

su ju

stific

ació

n en

form

as q

ue lo

s es

paño

les

sólo

cono

cían

con

fusa

men

te e

n he

chos

que

ya

exis

tían.

La m

isma

ause

ncia

en

otra

s pa

rtes

del c

ontin

ente

am

eric

ano

de la

s co

ndic

ione

squ

e pr

edom

inab

an e

n la

s ci

viliz

acio

nes

de lo

s A

ndes

y M

éxic

o ce

ntra

l, su

pone

un

impo

rtant

e pa

so p

ara

expl

icar

las

dific

ulta

des

que

enco

ntró

el m

ovim

ient

o de

la c

on-

quist

a en

otra

s re

gion

es d

el c

ontin

ente

. En

el m

undo

may

a de

Yuc

atán

, los

esp

año-

les

se e

ncon

traro

n co

n ot

ra c

ivili

zaci

ón c

ompl

eja,

per

o qu

e ca

recí

a de

la u

nida

d po

-lít

ica

corr

espo

ndie

nte

a lo

s im

perio

s az

teca

e i

nca.

Por

un

lado

, el

los

tení

an l

aop

ortu

nida

d de

juga

r al

jueg

o en

que

era

n su

perio

res,

el d

e en

frent

ar a

una

com

u-ni

dad

con

otra

. Per

o po

r el

otro

, se

dila

tó e

l pro

ceso

de

impl

anta

ción

del

dom

inio

espa

ñol,

porq

ue n

o ha

bía

un s

olo

cent

ro d

esde

el q

ue s

e pu

dier

a ej

erce

r el

con

trol.

Fran

cisc

o de

Mon

tejo

inic

ió la

con

quist

a de

Yuc

atán

en

1527

, per

o en

la d

écad

a de

1540

, los

esp

añol

es te

nían

úni

cam

ente

una

peq

ueña

par

te d

e la

regi

ón, y

el i

nter

ior

efec

tivam

ente

no

fue

conq

uista

do h

asta

des

pués

de

pasa

do u

n si

glo.

No

hay

duda

de

que

si Y

ucat

án h

ubie

ra p

oseí

do re

serv

as m

ás g

rand

es d

e riq

ue-

zas,

los e

spañ

oles

hub

iera

n he

cho

cons

ecue

ntem

ente

inte

ntos

más

ené

rgic

os p

ara

con-

quis

tar.

Las

regi

ones

per

iféric

as d

e A

mér

ica

más

allá

del

lím

ite d

e lo

s gr

ande

s im

-pe

rios

ante

riore

s a

la c

onqu

ista

, a m

enud

o re

sulta

ron

ser d

ecep

cion

ante

s en

cua

nto

a la

var

ieda

d de

recu

rsos

de

inte

rés

para

los

espa

ñole

s, co

mo

cuan

do D

iego

de

Al-

mag

ro d

escu

brió

por

su

daño

, en

la m

alog

rada

exp

edic

ión

a Ch

ile d

e 15

35-1

537.

Sin

emba

rgo,

esto

no

impi

dió

el e

nvío

de

una

nuev

a ex

pedi

ción

, baj

o el

man

do d

e Pe

-dr

o de

Val

divi

a en

154

0-15

41, c

ompu

esta

por

gen

te d

ecep

cion

ada

y sin

trab

ajo

en-

tre lo

s co

nqui

stad

ores

del

Per

ú.D

e lo

s 15

0 m

iem

bros

de

la e

xped

ició

n de

Val

divi

a, 1

32 ll

egar

on a

ser e

ncom

en-

dero

s. Su

s re

com

pens

as, s

in e

mba

rgo,

fuer

on d

ecep

cion

ante

s an

te la

s ex

pect

ativ

asge

nera

das.

Viv

ían

entre

una

pob

laci

ón in

dia

empo

brec

ida,

que

util

izab

an c

omo

man

ode

obr

a a

su se

rvic

io, e

spec

ialm

ente

en

el la

vado

del

oro

. Per

o ha

cia

1560

hab

ía m

uypo

co o

ro y

la p

obla

ción

nat

iva

esta

ba d

ismin

uyen

do. L

a sa

lvac

ión

llegó

con

el c

re-

cien

te m

erca

do p

erua

no d

e pr

oduc

tos

agríc

olas

. El i

ncre

men

to d

e la

col

oniz

ació

n ch

i-le

na s

e ad

aptó

a la

agr

icul

tura

y la

gan

ader

ía, c

rean

do c

omun

idad

es c

ampe

sinas

mo-

dera

dam

ente

pró

sper

as e

n lo

s va

lles

férti

les

al n

orte

del

río

Bío

-Bío

. Sin

em

barg

o,su

frían

la

esca

sez

de m

ano

de o

bra

nativ

a y

la p

roxi

mid

ad d

e lo

s in

dios

ara

ucan

os,

tribu

s gu

erre

ras

cuya

car

enci

a de

aut

orid

ad c

entra

lizad

a lo

s ha

cía

unos

adv

ersa

rios

pelig

rosa

men

te e

squi

vos.

Los

arau

cano

s, un

pue

blo

«poc

o co

mpl

ejo»

en

rela

ción

con

los

habi

tant

es d

e la

sso

cied

ades

situ

adas

en

Méx

ico

y Pe

rú,

reve

laro

n un

gra

do m

ayor

de

com

plej

idad

cuan

do a

dapt

aron

sus

técn

icas

de

luch

a a

la d

e lo

s esp

añol

es. T

an p

ront

o co

mo

1533

,in

fligi

eron

una

apl

asta

nte

derr

ota

a lo

s es

paño

les

en T

ucap

el, d

onde

Val

divi

a m

u-15

53(

Page 15: Leslie Bethell - Historia de América Latina Tomo 1 cap 6

LA C

ON

QU

ISTA

ESP

OLA

Y L

AS

CO

LON

IAS

DE

AM

ÉRIC

A

155

rió, y

al f

inal

de

la d

écad

a de

156

0 se

hab

ían

conv

ertid

o en

jine

tes

y ha

bían

em

pe-

zado

a d

omin

ar e

l uso

de

la a

rcab

uz. L

as «

guer

ras

de a

rauc

o» d

e fin

ales

del

sig

loxv

i y e

l sig

lo x

vn, a

unqu

e pr

opor

cion

aron

a lo

s co

lono

s m

ano

de o

bra

en fo

rma

dees

clav

os p

risio

nero

s de

gue

rra,

tam

bién

sup

usie

ron

una

gran

pér

dida

par

a la

eco

no-

mía

col

onia

l chi

lena

. Des

de p

rinci

pios

de

la d

écad

a de

157

0, h

ubo

que

envi

ar d

ine-

ro a

Chi

le d

esde

Per

ú, p

ara

ayud

ar a

los

gasto

s de

def

ensa

. En

esta

s re

gion

es a

leja

-da

s, lo

s cab

allo

s es

case

aban

y lo

s co

stes d

el m

ater

ial d

e gu

erra

era

n m

uy a

ltos;

per

oel

aba

ndon

o de

este

rem

oto

pues

to a

vanz

ado

del i

mpe

rio p

arec

ía s

er u

na o

pció

n im

-po

sibl

e, d

ada

su p

osic

ión

estra

tégi

ca a

l dom

inar

el e

strec

ho d

e M

agal

lane

s. M

adrid

se v

io o

blig

ada,

pue

s, a

acep

tar

lo in

evita

ble,

a m

ante

ner,

desd

e 16

03, u

n ej

érci

tope

rman

ente

de

unos

2.0

00 h

ombr

es y

con

tar c

on u

n pr

esup

uesto

regu

lar p

ara

su ab

as-

teci

mie

nto.

Una

rep

rodu

cció

n en

min

iatu

ra d

e la

gue

rra d

e Fl

ande

s es

taba

en

vías

de fo

rmar

se, u

na g

uerra

fron

teriz

a pr

olon

gada

y c

osto

sa, e

n la

que

ni l

os e

spañ

oles

ni lo

s in

dios

pod

ían

alca

nzar

un

dom

inio

dec

isiv

o.A

l igu

al q

ue la

resis

tenc

ia d

e lo

s ar

auca

nos

dete

nía

el m

ovim

ient

o de

la c

onqu

ista

espa

ñola

hac

ia e

l sur

y s

e pr

oduc

ía la

col

oniz

ació

n de

l Per

ú, l

a re

siste

ncia

chi

chi-

mec

a de

tení

a el

ava

nce

haci

a el

nor

te d

esde

Méx

ico

cent

ral.

La p

rese

ncia

de

tribu

sso

met

idas

o s

emiso

met

idas

en

los

límite

s de

los

impe

rios

azte

ca e

inca

, cre

aron

a

los

espa

ñole

s pr

oble

mas

que

car

ecía

n de

una

sol

ució

n se

ncill

a, p

ero

que

no p

odía

nig

nora

r. La

rebe

lión

mix

teca

de

1540

-154

1, o

rigin

ada

entre

las n

umer

osas

trib

us a

únno

pac

ifica

das

de N

ueva

Gal

icia

y e

xpan

dida

ráp

idam

ente

hac

ia e

l sur

, m

ostra

ba,

en to

no m

uy a

larm

ante

, la

amen

aza

cons

tant

e qu

e pl

ante

aban

esta

s in

quie

tas

regi

o-ne

s fro

nter

izas

par

a la

s zo

nas

más

col

oniz

adas

de

la c

onqu

ista.

Tam

bién

mos

traba

las

limita

cion

es d

e la

con

quist

a m

isma,

con

cebi

da e

n té

rmin

os e

stric

tam

ente

mili

-ta

res.

A m

edia

dos

del s

iglo

xvi

, los

esp

añol

es h

abía

n es

tabl

ecid

o su

pre

senc

ia s

o-br

e am

plia

s zo

nas

de A

mér

ica

Cen

tral y

del

Sur

gra

cias

a s

us té

cnic

as m

ilita

res

o a

su h

abili

dad;

per

o la

ver

dade

ra c

onqu

ista

ape

nas

habí

a em

peza

do.

LA

CO

NSO

LID

AC

IÓN

DE

LA

CO

NQ

UIS

TA

En v

ista

de lo

s co

ntra

stes

extre

mos

que

se

encu

entra

n en

los

nive

les

de «

civi

li-da

d» a

lcan

zada

por

los

dife

rent

es p

uebl

os d

e la

Am

éric

a de

la p

Teco

nqui

sta,

forz

o-sa

men

te h

ubo

gran

des

varia

cion

es r

espe

cto

al c

arác

ter d

e la

con

quist

a de

una

regi

óna

otra

y e

n cu

anto

a lo

que

se

nece

sitab

a pa

ra e

l con

sigui

ente

con

trol d

e la

pob

la-

ción

con

quist

ada.

Una

vez

que

los

impe

rios

azte

ca e

inca

fuer

on d

estru

idos

, fue

po-

sible

par

a lo

s es

paño

les

cons

olid

ar s

u nu

evo

régi

men

sob

re a

mpl

ias

zona

s te

rrito

-ria

les

en M

éxic

o ce

ntra

l y P

erú

con

nota

ble

rapi

dez.

Su

tare

a se

hiz

o m

ás fá

cil p

orla

sup

ervi

venc

ia d

e un

a pa

rte s

usta

ncia

l de

la m

aqui

naria

fisc

al y

adm

inist

rativ

a de

la p

reco

nqui

sta e

n el

áre

a y

por l

a do

cilid

ad d

e la

may

oría

de

la p

obla

ción

, muc

hos

de e

llos

aliv

iado

s al

ver

der

roca

dos

a su

s an

tiguo

s se

ñore

s. El

hec

ho d

e qu

e la

s es

-pe

cial

es m

edid

as m

ilita

res

que

los

espa

ñole

s pr

onto

pus

iero

n en

prá

ctic

a re

sulta

ran

inne

cesa

rias,

se m

ostró

com

o un

efe

cto

sinto

mát

ico

del é

xito

que

hab

ían

teni

do a

les

tabl

ecer

su

cont

rol s

obre

los

antig

uos

terr

itorio

s de

los

azte

cas

e in

cas.

«La

paci

-fic

ació

n», u

n eu

fem

ismo

empl

eado

por

Her

nán

Cor

tés

y ad

opta

do c

omo

term

inol

o-gí

a of

icia

l dur

ante

el r

eina

do d

e Fe

lipe

II,f

ue m

ás p

rolo

ngad

a en

Per

ú de

bido

prin

-ci

palm

ente

a q

ue lo

s con

quist

ador

es s

e pe

leab

an e

ntre

ello

s m

ismos

. Tra

s la

rebe

lión

156

HIS

TOR

IA D

E A

MÉR

ICA

LA

TIN

A

inca

de

1536

-153

7 y

la g

uerr

a m

ixte

ca e

n 15

40-1

541

no h

ubo

ning

ún le

vant

amie

n-to

indi

o de

stac

able

, ni e

n N

ueva

Esp

aña

ni e

n Pe

rú d

uran

te e

l rei

nado

de

los

Aus

-tri

as, y

los

espa

ñole

s es

taba

n ta

n co

nfia

dos

de s

u se

gurid

ad q

ue n

unca

se

tom

aron

la m

oles

tia d

e fo

rtific

ar s

us c

iuda

des

cont

ra p

osib

les

revu

elta

s na

tivas

.M

ient

ras

que

los

espa

ñole

s tu

vier

on u

n éx

ito c

onsi

dera

ble,

al m

enos

en

la in

te-

grac

ión

nom

inal

en

las

nuev

as s

ocie

dade

s co

loni

ales

de

los

indi

os q

ue v

ivía

n de

n-tro

de

los

límite

s de

los

impe

rios

de la

pre

conq

uist

a, s

e en

frent

aron

con

pro

blem

asm

enos

man

ejab

les

en o

tras

parte

s de

Am

éric

a. A

llí, a

men

udo

tení

an q

ue tr

atar

con

tribu

s y

pueb

los

cuya

man

era

de v

ivir

pare

cía

prim

itiva

en

com

para

ción

con

las

nor-

mas

eur

opea

s. M

ient

ras

que

algu

nos

viví

an e

n al

deas

com

pact

as o

en

asen

tam

ien-

tos

más

dis

pers

os, o

tros

simpl

emen

te e

ran

band

as d

e ca

zado

res

o re

cole

ctor

es, q

uepr

imer

o tu

vier

on q

ue s

er s

ojuz

gado

s y

cong

rega

dos

en a

sent

amie

ntos

org

aniz

ados

,an

tes

de p

roce

der

al tr

abaj

o de

his

pani

zarlo

s.A

lgun

os d

e es

tos

pueb

los,

espe

cial

men

te lo

s ch

ichi

mec

as d

el n

orte

de

Méx

ico

y lo

s in

dios

ara

ucan

os d

e C

hile

, res

ulta

ron

ser

adve

rsar

ios

tem

ible

s un

a ve

z qu

e se

adap

taro

n a

los

mét

odos

de

guer

ra e

spañ

oles

. De

mod

o pa

reci

do, l

os in

dios

apa

ches

de la

s lla

nura

s am

eric

anas

res

pond

iero

n al

ace

rcam

ient

o de

los

espa

ñole

s tra

nsfo

r-m

ándo

se e

n jin

etes

con

sum

ados

y a

dopt

ando

la g

uerr

a co

mo

med

io d

e vi

da.

El é

xito

o e

l fra

caso

de

los

espa

ñole

s en

pac

ifica

r es

tas

regi

ones

fron

teriz

as d

e-pe

nder

ía d

e la

s co

stum

bres

y m

odel

os c

ultu

rale

s de

las

varia

das

tribu

s co

n la

s qu

etu

vier

on c

onta

cto

y de

la m

aner

a qu

e lo

s m

ismos

esp

añol

es e

nfoc

aron

su

tare

a. E

lm

isio

nero

, a m

enud

o, te

nía

éxito

allí

don

de fa

llaba

el s

olda

do; y

las

com

unid

ades

mis

ione

ras,

usan

do la

s ar

mas

del

eje

mpl

o, la

per

suas

ión

y la

disc

iplin

a, o

btuv

iero

nre

sulta

dos

nota

bles

con

cie

rtas

tribu

s, es

peci

alm

ente

las

que

no e

ran

dem

asia

do n

ó-m

adas

, ni e

staba

n ta

n es

trech

amen

te o

rgan

izad

as e

n co

mun

idad

es d

e al

deas

com

pac-

tas,

com

o pa

ra n

o se

r re

cept

ivas

a la

s ve

ntaj

as m

ater

iale

s y

a la

s of

erta

s cu

ltura

les

y es

pirit

uale

s qu

e la

misi

ón p

odía

pro

porc

iona

rles.

La c

onqu

ista

de A

mér

ica,

por

lo ta

nto,

res

ultó

ser

un

proc

eso

sum

amen

te c

om-

plej

o en

el q

ue lo

s so

ldad

os n

o sie

mpr

e er

an lo

s que

dom

inab

an. S

i al m

enos

, al p

rin-

cipi

o, fu

e un

a co

nqui

sta m

ilita

r,ta

mbi

én p

osey

ó de

sde

sus p

rimer

as e

tapa

s, ot

ras

ca-

ract

eríst

icas

que

em

peza

ron

a pr

edom

inar

tan

pron

to c

omo

los

sold

ados

con

sigui

eron

lo q

ue p

udie

ron.

Esta

ba a

com

paña

da p

or u

n m

ovim

ient

o qu

e ap

unta

ba h

acia

la c

on-

quist

a es

pirit

ual,

por m

edio

de

la e

vang

eliz

ació

n de

los i

ndio

s. A

esto

sigu

ió u

na m

a-siv

a em

igra

ción

des

de E

spañ

a qu

e cu

lmin

ó en

la c

onqu

ista

dem

ográ

fica

de la

s In

-di

as.

Post

erio

rmen

te,

a m

edid

a qu

e el

mer

o cr

ecie

nte

de

espa

ñole

s se

esta

blec

iero

n, l

a co

nqui

sta

efec

tiva

de la

tier

ra y

la m

ano

de o

bra

se p

uso

en m

ar-

cha.

Per

o lo

s ben

efic

ios

de e

sto fu

eron

, só

lo e

n pa

rte, p

ara

los

colo

nos,

porq

ue le

spi

saba

n lo

s ta

lone

s lo

s bu

rócr

atas

, dec

idid

os a

con

quis

tar

o re

conq

uist

ar e

l Nue

voM

undo

par

a la

cor

ona.

Tod

os e

stos

mov

imie

ntos

pro

duje

ron

una

soci

edad

con

quis

-ta

dora

que

reco

rdab

a, p

ero

no c

onsig

uió

repr

oduc

ir, e

xact

amen

te la

de

la m

etró

po-

li es

paño

la.

La c

onqu

ista

mili

tar d

e A

mér

ica

fue

real

izad

a po

r un

grup

o de

hom

bres

que

dis

-ta

ban

muc

ho d

e se

r sol

dado

s pr

ofes

iona

les.

Toda

vía

no s

e ha

em

pren

dido

un

ampl

ioex

amen

de

los a

ntec

eden

tes

y la

s ca

rrera

s pr

evia

s de

los c

onqu

istad

ores

, per

o el

aná

-lis

is d

e la

lista

de

los

enco

men

dero

s de

la n

ueva

ciu

dad

de P

anam

á, r

edac

tada

en

1519

, nos

mue

stra

que:

de

los

93 n

ombr

es d

e lo

s cu

ales

pod

emos

obt

ener

alg

unos

Page 16: Leslie Bethell - Historia de América Latina Tomo 1 cap 6

LA C

ON

QU

ISTA

ESP

OLA

Y L

AS

CO

LON

IAS

DE

AM

ÉRIC

A

157

porm

enor

es e

n es

te g

rupo

esc

ogid

o de

96

conq

uist

ador

es, s

ólo

la m

itad

eran

sol

da-

dos y

mar

iner

os d

e pr

ofes

ión;

en

el g

rupo

, no

men

os d

e 34

hab

ían

sido

cam

pesin

oso

arte

sano

s y

otro

s 10

pro

cedí

an d

e la

s cl

ases

med

ias

y pr

ofes

iona

les

de l

asci

udad

es.10

No

hay

razó

n pa

ra p

ensa

r qu

e el

gru

po d

e Pa

nam

á no

sea

rep

rese

ntat

ivo

de lo

sho

mbr

es q

ue c

onqu

istar

on A

mér

ica,

e in

dica

par

te d

e la

com

plej

idad

del

mov

imie

nto

mig

rato

rio tr

ansa

tlánt

ico,

inc

luso

en

los

prim

eros

año

s de

spué

s de

l de

scub

rimie

n-to

, cua

ndo

la m

ayor

par

te d

el N

uevo

Mun

do q

ueda

ba p

or d

escu

brir.

La

conq

uista

fue

desd

e el

prin

cipi

o al

go m

ás q

ue u

na p

ugna

por

la fa

ma

y lo

s bo

tines

par

a un

aca

sta m

ilita

r qu

e bu

scab

a nu

evas

tier

ras

para

con

quis

tar

desp

ués

de la

der

rota

del

rein

o m

oro

de G

rana

da. N

atur

alm

ente

, el e

lem

ento

aris

tocr

átic

o-m

ilita

r de

la s

ocie

-da

d pe

nins

ular

esta

ba b

ien

repr

esen

tado

en

la c

onqu

ista

de A

mér

ica,

aun

que

los g

ran-

des

nobl

es d

e C

astil

la y

And

aluc

ía f

uero

n no

tabl

es p

or s

u au

senc

ia. E

sto s

e pu

ede

expl

icar

en

parte

por

la d

eter

min

ació

n de

la c

oron

a pa

ra p

reve

nir

el e

stabl

ecim

ien-

to e

n la

s nu

evas

tier

ras

de u

na s

ocie

dad

dom

inad

a po

r m

agna

tes

basa

da e

n el

mo-

delo

pen

insu

lar.

Pero

, los

hom

bres

con

alg

ún tí

tulo

de

naci

mie

nto

nobl

e —

hom

bres

proc

eden

tes

de c

apas

infe

riore

s de

cab

alle

ros e

hid

algo

s— e

stab

an p

rese

ntes

en

nú-

mer

o co

nsid

erab

le e

n to

da la

con

quis

ta, c

omo

se p

odía

esp

erar

. N

o re

sulta

ba f

ácil

para

un

hom

bre

pobr

e co

n pr

eten

sion

es d

e no

blez

a so

brev

ivir

en e

l mun

do d

e C

as-

tilla

y E

xtre

mad

ura,

com

o C

orté

s y

Piza

rra

pudi

eron

tes

timon

iar.

A p

esar

de

que

los h

idal

gos

form

aran

un

elem

ento

min

orita

rio, l

as a

ctitu

des

y as

-pi

raci

ones

de

este

gru

po te

ndie

ron

a in

spira

r tod

o el

mov

imie

nto

de la

con

quist

a m

i-lit

ar. U

n hi

dalg

o o

un a

rtesa

no d

ispue

sto a

arri

esga

r tod

o al

cru

zar e

l Atlá

ntic

o, o

b-vi

amen

te lo

hac

ía c

on la

esp

eran

za d

e m

ejor

ar s

u sit

uaci

ón.

En lo

s pr

imer

os a

ños

desp

ués d

el d

escu

brim

ient

o, e

l med

io m

ás rá

pido

par

a en

gran

dece

rse

era

parti

cipa

ndo

en la

s ex

pedi

cion

es d

e co

nqui

sta q

ue n

eces

itaba

n lo

s se

rvic

ios

de h

ombr

es c

on c

o-no

cim

ient

os p

rofe

siona

les

—ca

rpin

tero

s, he

rrer

os, s

astre

s— y

al m

ismo

tiem

po q

uees

tuvi

esen

pre

para

dos

para

em

puña

r una

esp

ada

cuan

do la

oca

sión

se p

rese

ntar

a. P

ara

esto

s ho

mbr

es jó

vene

s, la

may

oría

de

ello

s en

tre lo

s 20

y lo

s 30

año

s, la

idea

del

oro

y la

pla

ta q

ue p

odría

n co

nseg

uir

de u

n pi

llaje

con

éxi

to, l

es d

aba

la v

isión

de

un m

odo

de v

ida

más

allá

de

todo

lo q

ue n

unca

hub

iera

n po

dido

imag

inar

. El m

o-de

lo d

e es

te ti

po d

e vi

da lo

hab

ía p

ropo

rcio

nado

el m

agna

te c

aste

llano

o a

ndal

uz,

un h

ombr

e qu

e vi

vía

para

gas

tar.

«Tod

os lo

s esp

añol

es»,

esc

ribió

el f

ranc

iscan

o Fr

ayG

erón

imo

de M

endi

eta,

«ha

sta e

l más

vil

y de

sven

tura

do, q

uier

en s

er s

eñor

es y

vi-

vir

por

sí, y

no

serv

ir a

nadi

e sin

o se

r se

rvid

os».

"

Los

hom

bres

, sol

dado

s pr

ofes

iona

les

o no

, que

hab

ían

vivi

do y

luch

ado

junt

osy

alca

nzad

o he

roic

as p

roez

as, n

atur

alm

ente

se

sent

ían

con

dere

chos

a u

na c

onsid

e-ra

ción

esp

ecia

l por

par

te d

e un

mon

arca

gen

eros

o. L

os s

ervi

cios

com

o sie

mpr

e, m

e-re

cían

mer

cede

s, y

¿qué

serv

icio

s m

ás g

rand

es p

odría

un

hom

bre

rend

ir a

su re

y qu

ega

nar

nuev

os te

rrito

rios

para

él?

Hab

er s

ido

el p

rimer

o en

ava

nzar

hac

ia r

egio

nes

no c

onqu

istad

as e

ra u

na c

ausa

de

espe

cial

org

ullo

: los

607

hom

bres

que

al p

rinci

-

10.

Véa

se M

ario

Gón

gora

, Los

gru

pos

de C

onqu

ista

dore

s en

Tie

rra

Fir

me,

15

09-1

530,

Sa

ntia

go d

e C

hile

, 19

62,

cap.

3.

11.

Cita

do p

or J

osé

Dur

and,

La

tran

sfor

mac

ión

soci

al d

el C

onqu

ista

dor,

Méx

ico,

195

3,vo

l. n

, p.

45.

158

HIS

TOR

IA D

E A

MÉR

ICA

LA

TIN

A

pió

acom

paña

ron

a C

orté

s, gu

arda

ron

celo

sam

ente

su

priv

ilegi

o fre

nte

a lo

s 534

que

se le

uni

eron

más

tard

e. P

ero

luch

aron

junt

os e

n un

fren

te c

omún

con

tra lo

s que

lle-

garo

n m

ás ta

rde

aun,

y fi

nalm

ente

, \sn

154

3, o

btuv

iero

n de

un

reac

io C

arlo

sV

una

decl

arac

ión

por

la q

ue lo

s pr

imer

os «

desc

ubrid

ores

» de

la N

ueva

Esp

aña

—el

mo-

narc

a re

husó

em

plea

r la

pal

abra

con

quist

ador

es—

era

n «l

os q

ue s

e ha

llaro

n en

ga-

nar

y re

cobr

ar la

dic

ha c

iuda

d de

Méx

ico

y lo

s qu

e pr

imer

o en

traro

n en

dic

ha ti

e-rr

a al

prin

cipi

o qu

e se

des

cubr

ió y

con

quist

ó».

Este

reco

noci

mie

nto

de p

rimac

ía, m

ás b

ien

poco

gen

eros

o, r

epre

sent

ó la

máx

i-m

a co

nces

ión

que

esta

ba d

ispue

sta a

dar

la c

oron

a, in

dica

que

la v

olun

tad

del s

obe-

rano

se

habí

a vu

elto

en

cont

ra d

e la

form

ació

n de

una

nue

va s

ocied

ad fe

udal

en

Am

é-ric

a, y

aun

que

algu

nos

conq

uista

dore

s re

cibi

eron

con

cesio

nes

de h

idal

guía

, m

uypo

cos,

a pa

rte d

e Co

rtés

y Pi

zarr

o, re

cibi

eron

títu

los

de n

oble

za. P

or lo

tant

o, ¿

cóm

oib

an a

ser

reco

mpe

nsad

os p

or s

us s

acrif

icio

s lo

s su

perv

ivie

ntes

ent

re 1

0.00

0 ho

m-

bres

más

o m

enos

, que

ver

dade

ram

ente

con

quist

aron

Am

éric

a? E

l pro

blem

a er

a m

uydi

fícil

de s

oluc

iona

r, ya

que

nin

gún

conq

uista

dor

pens

ó nu

nca

que

su r

ecom

pens

aer

a pr

opor

cion

al a

sus s

ervi

cios

. Des

de el

prin

cipi

o, lo

s con

quist

ador

es e

ran

una

clas

equ

e se

sen

tía a

grav

iada

, au

nque

alg

unos

tení

an m

ucho

s m

ás m

otiv

os q

ue o

tros.

La lu

cha

por l

os b

otin

es d

e co

nqui

sta in

evita

blem

ente

con

dujo

a a

guda

s di

spar

i-da

des

en su

repa

rtim

ient

o. C

uand

o Co

rtés,

por e

jem

plo,

hiz

o el

prim

er r

epar

timie

nto

de lo

s in

dios

mex

ican

os a

sus s

egui

dore

s en

152

1, lo

s hom

bres

aso

ciad

os c

on su

ene

-m

igo,

el g

ober

nado

r de

Cuba

, ten

dían

a se

r exc

luid

os. I

gual

men

te, e

n Pe

rú h

ubo

mu-

chas

am

argu

ras

en la

dis

tribu

ción

del

teso

ro d

e A

tahu

alpa

, sie

ndo

la p

arte

del

león

para

los

hom

bres

de

Truj

illo,

los

seg

uido

res

de P

izar

ro, m

ient

ras

que

los

sold

ados

que

habí

an ll

egad

o de

Pan

amá

con

Die

go d

e A

lmag

ro e

n ab

ril d

e 15

33, s

e qu

eda-

ron

al m

arge

n. L

as g

uerr

as c

ivile

s pe

ruan

as, e

n el

cur

so d

e la

s cu

ales

mur

ió A

lma-

gro,

en

abril

de

1538

, y F

ranc

isco

Piz

arro

fue

ases

inad

o po

r los

hom

bres

de

Alm

a-gr

o en

154

1, fu

eron

un

resu

ltado

dire

cto

de la

s dec

epci

ones

y ri

valid

ades

pro

duci

das

en la

dis

tribu

ción

de

los

botin

es c

onqu

ista

dos,

aunq

ue é

stas

a la

vez

fuer

on p

rovo

-ca

das,

en p

arte

, por

tens

ione

s de

índo

le p

erso

nal y

regi

onal

ant

es d

e qu

e el

teso

rose

hub

iese

adq

uirid

o.En

tre lo

s re

cept

ores

del

bot

ín e

xist

ía ta

mbi

én u

na in

tríns

eca

desig

uald

ad e

n lo

sre

parto

s, qu

e se

bas

aba

en la

pos

ició

n so

cial

y en

las

supu

esta

s va

riaci

ones

en

el v

alor

de lo

s se

rvic

ios.

Los

hom

bres

a c

abal

lo re

cibí

an n

orm

alm

ente

dos

par

tes,

mie

ntra

squ

e lo

s de

infa

nter

ía s

ólo

una,

aun

que

Her

nand

o Pi

zarr

o pr

onun

ció

pala

bras

rev

o-lu

cion

aria

s so

bre

este

asp

ecto

, pos

ible

men

te p

ara

anim

ar a

sus

sold

ados

de

a pi

e en

la v

ísper

a de

la b

atal

la c

on A

lmag

ro. H

abía

sido

info

rmad

o, d

ijo, q

ue c

uand

o se

pro

-ce

dier

a a

las

distr

ibuc

ione

s de

la ti

erra

, los

sol

dado

s qu

e no

tuvi

eron

cab

allo

ser

ían

men

ospr

ecia

dos.

Sin

emba

rgo,

les

pro

met

ió q

ue ta

l pen

sam

ient

o no

hab

ía p

asad

onu

nca

por

su c

abez

a po

rque

«lo

s bu

enos

sol

dado

s no

se

han

de ju

zgar

por

los

ca-

ballo

s sin

o po

r el

val

or d

e su

s pe

rson

as .

.. ; p

or lo

tant

o, q

ue c

ada

uno

se s

eñal

eco

mo

buen

o, q

ue, c

onfo

rme

al s

ervi

cio,

hab

ía d

e se

r cad

a un

o gr

atifi

cado

; pue

s no

tene

r ca

ballo

s er

a co

sa d

e fo

rtuna

y n

o m

enos

cabo

de

sus

pers

onas

».12

Sin

em

bar-

go,

por

regl

a ge

nera

l, lo

s jin

etes

ten

ían

vent

aja,

a p

esar

de

que

incl

uso

el s

im-

12.

Cita

do p

or A

lber

to M

ario

Sal

as, L

as a

rmas

de

la C

onqu

ista

, Bue

nos

Air

es,

1930

,pp

. 14

0-14

1.

Page 17: Leslie Bethell - Historia de América Latina Tomo 1 cap 6

LA C

ON

QU

ISTA

ESP

OLA

Y L

AS

CO

LON

IAS

DE

AM

ÉRIC

A

159

pie

sold

ado

de a

pie

pod

ía o

bten

er s

umas

impo

rtant

es e

n la

s gr

ande

s di

strib

ucio

nes

de b

otin

es, c

omo

en la

del

teso

ro d

e A

tahu

alpa

.La

s ve

rdad

eras

reco

mpe

nsas

de

la c

onqu

ista,

en

form

a de

saq

ueos

, enc

omie

ndas

,re

parti

mie

ntos

de

la ti

erra

, car

gos

mun

icip

ales

, y —

no m

enos

— p

rest

igio

, era

n de

hech

o m

uy c

onsi

dera

bles

, inc

luso

si l

a co

rona

esc

atim

aba

el re

cono

cim

ient

o of

icia

lde

l ser

vici

o o

éste

no

exis

tía. S

e lo

grar

on h

acer

fortu

nas,

aunq

ue a

men

udo

se p

er-

dían

con

rap

idez

ent

re h

ombr

es q

ue e

ran

juga

dore

s na

tos,

y m

ient

ras

que

algu

nos

de lo

s co

nqui

stado

res

—en

esp

ecia

l, al

par

ecer

, los

pro

cede

ntes

de

las

mej

ores

fam

i-lia

s— d

ecid

iero

n re

gres

ar a

sus

hog

ares

con

sus

gan

anci

as, o

tros

espe

raba

n en

rique

-ce

rse

perm

anec

iend

o al

gún

tiem

po m

ás e

n la

s Ind

ias,

y nu

nca

logr

aría

n ab

ando

narla

s.

Fue

difíc

il pa

ra e

stos

hom

bres

arr

aiga

r. Co

n to

do, c

omo

Cor

tés

lo v

ería

ráp

ida-

men

te, a

men

os q

ue fu

eran

ind

ucid

os a

hac

erlo

, Méx

ico

sería

saq

uead

o y

destr

uido

com

o ha

bía

suce

dido

ant

es c

on la

s A

ntill

as. U

n pl

an a

nter

ior,

ya e

mpl

eado

en

LaEs

paño

la y

Cub

a, c

onsis

tió e

n co

nver

tir a

los

sold

ados

en

ciud

adan

os. E

sto

fue,

en

prim

er lu

gar,

un a

cto

estri

ctam

ente

leg

al. T

ras

su d

esem

barc

o en

las

costa

s m

exi-

cana

s, lo

s ho

mbr

es d

e C

orté

s se

con

stitu

yero

n fo

rmal

men

te e

n m

iem

bros

de

lo q

ueaú

n er

a un

a co

rpor

ació

n im

agin

aria

, la

mun

icip

alid

ad d

e V

erac

ruz.

Los

fun

cion

a-rio

s m

unic

ipal

es fu

eron

deb

idam

ente

esc

ogid

os e

ntre

los

capi

tane

s, y

se in

stitu

yó u

nca

bild

o o

cons

ejo

mun

icip

al. S

ólo

más

tard

e la

Vill

a Ri

ca d

e V

erac

ruz

llegó

a a

d-qu

irir

las

cara

cter

ístic

as f

ísica

s de

una

ciu

dad.

Aun

que

el o

bjet

o in

med

iato

de

fund

ar l

a ci

udad

de

Ver

acru

z er

a pr

opor

cion

ar a

C

orté

s un

rec

urso

lega

l par

a qu

e se

libe

rara

de

la a

utor

idad

eje

rcid

a po

r el

gob

er-

nado

r de

Cub

a, s

ituan

do a

los

terr

itorio

s co

ntin

enta

les

bajo

el c

ontro

l dire

cto

de la

coro

na a

insta

ncia

s de

los

sold

ados

-ciu

dada

nos,

prop

orci

onó

el m

odel

o pa

ra p

roce

-so

s sim

ilare

s de

inco

rpor

ació

n m

unic

ipal

al q

ue se

segu

iría

cuan

do lo

s so

ldad

os c

on-

quis

tado

res

se d

espl

azar

on a

trav

és d

e M

éxic

o. S

e cr

earo

n nu

evas

ciu

dade

s, al

gu-

nas

vece

s, co

mo

la p

ropi

a Ci

udad

de

Méx

ico,

en

el s

itio

de la

s ci

udad

es o

ald

eas

indí

gena

s, y

otra

s ve

ces

en z

onas

don

de n

o hu

bier

an g

rand

es c

once

ntra

cion

es d

e in

-di

os. A

lgun

as d

e es

tas

nuev

as c

iuda

des

y pu

eblo

s de

sde

el p

rinci

pio

tení

an v

ivie

n-da

s o

barr

ios

rese

rvad

os p

ara

los

indi

os, y

muc

hos

otro

s lo

s ad

quiri

rían

más

tard

e.Ba

sada

s en

el m

odel

o de

las c

iuda

des

espa

ñola

s, co

n su

pla

za c

entra

l —la

igle

sia p

rin-

cipa

l en

una

parte

y e

l ayu

ntam

ient

o en

la o

tra—

y tr

azad

as, s

iem

pre

que

fuer

a po

-si

ble,

seg

ún u

n pl

ano

de p

arril

la c

on in

ters

ecci

ón d

e ca

lles c

omo

se h

izo

en la

con

s-tru

cció

n de

San

to D

omin

go, l

a ci

udad

del

Nue

vo M

undo

pro

porc

iona

ba a

l exp

atria

doun

mar

co f

amili

ar p

ara

su v

ida

diar

ia e

n un

ent

orno

ext

raño

.El

sol

dado

con

verti

do e

n du

eño

de u

na c

asa

podr

ía,

al m

enos

así

se

espe

raba

,ec

har r

aíce

s. Ca

da v

ecin

o te

ndría

su

parc

ela

de te

rreno

; y ti

erra

, en

los b

arrio

s y

fue-

ra d

e la

s ci

udad

es, s

e di

strib

uyó

gene

rosa

men

te e

ntre

los

conq

uista

dore

s. Pe

ro p

ara

quie

nes

traía

n de

sus

regi

ones

de

orig

en la

idea

rigu

rosa

del

car

ácte

r deg

rada

nte

del

traba

jo m

anua

l, pa

ra q

uien

es a

spira

ban

a un

sta

tus

seño

rial,

la ti

erra

tení

a po

co v

a-lo

r sin

una

man

o de

obr

a fo

rzad

a qu

e la

trab

ajar

a. A

unqu

e Co

rtés

era

inic

ialm

ente

hosti

l a la

idea

de

intro

duci

r en

Méx

ico

el s

istem

a de

enc

omie

ndas

, que

él y

muc

hos

otro

s co

nsid

erab

an r

espo

nsab

le d

e la

des

trucc

ión

de la

s A

ntill

as, e

stuv

o ob

ligad

o a

cam

biar

de

idea

cua

ndo

vio

que

sus

segu

idor

es n

unca

ser

ían

conv

enci

dos

para

co-

loni

zar,

mie

ntra

s no

obt

uvie

ran

los

serv

icio

s de

la m

ano

de o

bra

indi

a. E

n su

ter-

cera

car

ta a

Car

losV

,fec

hada

el 1

5 de

may

o de

152

2, e

xplic

aba

cóm

o se

hab

ía v

isto

160

HIS

TOR

IA D

E A

MÉR

ICA

LA

TIN

A

oblig

ado

a «d

epos

itar»

indi

os e

n m

anos

de

los

espa

ñole

s. La

cor

ona,

aun

que

se re

-sis

tía a

ace

ptar

una

pol

ítica

que

par

ecía

am

enaz

ar la

con

dici

ón d

e lo

s in

dios

com

oho

mbr

es li

bres

, fin

alm

ente

ace

ptó

lo in

evita

ble,

com

o ya

hab

ía h

echo

Cor

tés.

La e

n-co

mie

nda

iba

a to

mar

su

luga

r al

lado

- de

la c

iuda

d co

mo

base

de

la c

olon

izac

ión

es-

paño

la e

n M

éxic

o, y

des

pués

, a s

u de

bido

tiem

po, e

n Pe

rú.

Se tr

atab

a, s

in e

mba

rgo,

de

un n

uevo

esti

lo d

e en

com

iend

a, r

efor

mad

a y

mej

o-ra

da a

la v

ista

de la

exp

erie

ncia

del

Car

ibe

espa

ñol.

Cor

tés

era

por

natu

rale

za u

nco

nstru

ctor

, no

un

dest

ruct

or,

y es

taba

dis

pues

to a

con

stru

ir un

a «N

ueva

Esp

aña»

en M

éxic

o so

bre

unos

cim

ient

os q

ue fu

eran

dur

ader

os. A

caric

iaba

la id

ea d

e un

a so

-ci

edad

de

colo

niza

ción

en

la c

ual l

a co

rona

, los

con

quis

tado

res

y lo

s in

dios

, est

u-vi

eran

vin

cula

dos

todo

s el

los

en u

na c

aden

a de

obl

igac

ione

s re

cípr

ocas

. La

coro

naib

a a

reco

mpe

nsar

a su

s hom

bres

con

man

o de

obr

a in

dia

en p

erpe

tuid

ad, b

ajo la

for-

ma

de e

ncom

iend

as h

ered

itaria

s. Lo

s enc

omen

dero

s, po

r su

parte

, ten

dría

n un

a do

ble

oblig

ació

n: d

efen

der

el p

aís,

libra

ndo

de e

ste m

odo

a la

cor

ona

de lo

s gas

tos d

e m

an-

teni

mie

nto

de e

jérc

ito p

erm

anen

te, y

cui

dar d

el b

iene

star e

spiri

tual

y m

ater

ial d

e su

sin

dios

. Los

indi

os d

esem

peña

rían

sus

serv

icio

s de

trab

ajo

en s

us p

ropi

os p

uebl

os,

bajo

el c

ontro

l de

sus p

ropi

os c

aciq

ues,

mie

ntra

s qu

e lo

s enc

omen

dero

s vi

viría

n en

las

ciud

ades

, en

las

que

tant

o el

los

com

o su

s fa

mili

as s

ería

n lo

s ci

udad

anos

prin

ci-

pale

s. El

tipo

y la

can

tidad

de

traba

jo a

real

izar

por

los

indi

os e

staba

cui

dado

sam

ente

regu

lado

par

a ev

itar l

a cl

ase

de e

xplo

taci

ón q

ue lo

s ha

bía

hech

o de

sapa

rece

r de

las

Ant

illas

: per

o la

supo

sició

n qu

e se

esc

ondí

a en

el p

roye

cto

de C

orté

s er

a qu

e el

pro

-pi

o in

teré

s de

los

enco

men

dero

s, an

sioso

s po

r tra

nsm

itir

sus e

ncom

iend

as a

sus d

es-

cend

ient

es, a

ctua

ría ta

mbi

én in

tere

sado

por

sus

indi

os e

ncom

enda

dos,

impi

dien

dosu

exp

lota

ción

par

a fin

es p

uram

ente

pas

ajer

os.

Por l

o ta

nto,

Cor

tés

cont

empl

aba

a la

enc

omie

nda

com

o un

mec

anism

o qu

e do

-ta

ba a

los

conq

uista

dore

s y

a lo

s co

nqui

stado

s de

un

pues

to e

n el

futu

ro d

e N

ueva

Espa

ña.

La c

asta

gob

erna

nte

de lo

s en

com

ende

ros

sería

una

cas

ta g

ober

nant

e re

s-po

nsab

le, e

n be

nefic

io d

e la

cor

ona,

que

obt

endr

ía in

gres

os s

usta

ncia

les

de u

n pa

íspr

óspe

ro. P

ero

la e

ncom

iend

a ta

mbi

én tr

abaj

aría

en

bene

ficio

de

los

indi

os, q

uie-

nes

sería

n cu

idad

osam

ente

ind

ucid

os h

acia

una

civ

iliza

ción

cris

tiana

.A

med

ida

que

se fu

eron

con

cedi

endo

las

enco

mie

ndas

en

Nue

va E

spañ

a, A

mé-

rica

Cent

ral y

Per

ú, e

sta p

oten

cial

cas

ta d

e go

bern

ante

s co

men

zó a

con

stitu

irse.

Pro

-ce

dían

de

un g

rupo

de

élite

ent

re lo

s so

ldad

os d

e la

con

quis

ta, y

su n

úmer

o er

a in

e-vi

tabl

emen

te p

eque

ño e

n re

laci

ón c

on t

oda

la p

obla

ción

esp

añol

a de

las

ind

ias:

alre

dedo

r de

600

enco

men

dero

s en

Nue

va E

spañ

a en

la d

écad

a de

154

0 y

alre

dedo

rde

500

en

Perú

. Viv

iend

o de

los

ingr

esos

pro

duci

dos

por l

a m

ano

de o

bra

de su

s in-

dios

, los

enc

omen

dero

s se

con

sider

aban

ello

s m

ismos

com

o se

ñore

s na

tura

les

de" l

atie

rra.

Per

o ha

bía

de h

echo

pro

fund

as d

ifere

ncia

s en

tre s

u sit

uaci

ón y

la d

e lo

s no

-bl

es d

e la

Esp

aña

met

ropo

litan

a. L

a en

com

iend

a no

era

un

esta

do y

no

com

porta

batít

ulo

algu

no s

obre

la ti

erra

ni d

erec

ho d

e ju

risdi

cció

n. P

or lo

tant

o, n

o po

día

lle-

gar a

con

verti

rse

en u

n fe

udo

en e

mbr

ión.

A p

esar

de

sus

esfu

erzo

s, lo

s en

com

en-

dero

s no

logr

aría

n tra

nsfo

rmar

se e

n un

a no

blez

a he

redi

taria

de

tipo

euro

peo.

La

co-

rona

se

nega

ba c

onsta

ntem

ente

a la

per

petu

ació

n fo

rmal

de

las e

ncom

iend

as a

trav

ésde

la h

eren

cia,

y e

n la

s «l

eyes

nue

vas»

de

1542

, dec

reta

ron

que

ésta

s vo

lver

ían

a la

coro

na a

la m

uerte

del

pro

piet

ario

ord

inar

io. E

n la

s ci

rcun

stan

cias

en

que

se p

ro-

mul

gó, e

ste

decr

eto

era

casi

irre

al. E

n N

ueva

Esp

aña,

el v

irrey

, pru

dent

emen

te s

ede

sent

endi

ó. E

n Pe

rú, d

onde

Vas

co N

úñez

de

Balb

oa in

tent

ó ha

cer q

ue s

e cu

mpl

ie-

Page 18: Leslie Bethell - Historia de América Latina Tomo 1 cap 6

LA C

ON

QU

ISTA

ESP

OLA

Y L

AS

CO

LON

IAS

DE

AM

ÉRIC

A

161

ra e

n 15

44, p

rovo

có u

na re

vuel

ta d

e en

com

ende

ros

enca

beza

dos

por e

l her

man

ó m

e-no

r de

Fran

cisc

o Pi

zarr

a, G

onza

lo, q

uien

dur

ante

cua

tro a

ños

fue

el s

eñor

de

Perú

. En

154

8 fu

e de

rrot

ado

y ej

ecut

ado

acus

ado

de tr

aici

ón p

or e

l lic

enci

ado

Pedr

o de

la G

asea

, qui

en ll

egó

prov

isto

con

un d

ecre

to re

cien

te re

voca

ndo

las c

láus

ulas

ofe

n-siv

as d

e la

legi

slaci

ón r

ecie

nte.

Aun

que

la c

oron

a se

hab

ía r

etira

do, s

u re

tirad

a fu

e co

mo

una

táct

ica.

Con

tinuó

cons

ider

ando

la s

uces

ión

de h

ijos

a su

s pa

dres

en

las

enco

mie

ndas

com

o un

a cu

es-

tión

de p

rivile

gio

más

que

un

deíe

cho,

priv

ando

así

a lo

s en

com

ende

ros

de la

cer

-te

za d

e la

suc

esió

n qu

e er

a un

a ca

ract

eríst

ica

esen

cial

de

la a

risto

crac

ia e

urop

ea. R

e-su

ltó p

osib

le p

ara

la c

oron

a ac

tuar

de

esa

form

a y

en g

ran

med

ida

con

éxito

por

que

las

fuer

zas

soci

ales

de

las

Indi

as e

staba

n ta

mbi

én a

favo

r de

esa

pol

ítica

. Los

enc

o-m

ende

ros

eran

una

peq

ueña

min

oría

en

la c

reci

ente

pob

laci

ón e

spañ

ola.

Incl

uso

aun-

que

dier

an h

ospi

talid

ad y

trab

ajo

a m

ucho

s de

los n

uevo

s in

mig

rant

es, h

abía

n m

ucho

sm

ás q

ue s

e se

ntía

n ex

clui

dos

de e

ste a

tract

ivo

círc

ulo

de p

rivile

gio.

Los

des

pose

í-do

s y

los

excl

uido

s —

algun

os d

e el

los

acum

ular

on s

us p

ropi

as fu

ente

s de

riqu

eza

alad

quiri

r tie

rras

para

la a

gric

ultu

ra y

al e

mpr

ende

r otra

s ac

tivid

ades

em

pres

aria

les—

natu

ralm

ente

mira

ban

celo

sam

ente

las

enco

mie

ndas

y s

u ca

utiv

a m

ano

de o

bra

in-

dia.

La

derr

ota

de G

onza

lo P

izar

ro p

erm

itió

a La

Gas

ea e

mpr

ende

r la

rea

signa

ción

de e

ncom

iend

as a

gra

n es

cala

; y la

hab

ilida

d pa

ra r

easi

gnar

enc

omie

ndas

, ya

fue-

ran

conf

iscad

as p

or la

reb

elió

n o

vaca

ntes

por

mue

rte, l

legó

a s

er u

n in

strum

ento

polít

ico

deci

sivo

en m

anos

de

los

suce

sivos

virr

eyes

. Por

una

par

te, s

e po

día

utili

-za

r par

a sa

tisfa

cer

las

aspi

raci

ones

de

los

no-e

ncom

ende

ros,

y po

r otra

ser

vía

com

om

edio

par

a co

nten

er y

rest

ringi

r la

enc

omie

nda

mism

a, y

a qu

e ca

da e

ncom

ende

rosa

bía

que,

si n

o es

taba

de

acue

rdo

con

la c

oron

a y

sus r

epre

sent

ante

s, te

ndría

cien

hom

-br

es p

isánd

ole

los

talo

nes.

Al m

ismo

tiem

po q

ue la

cor

ona

esta

ba lu

chan

do c

ontra

el p

rinci

pio

here

dita

rio d

ela

tran

smisi

ón d

e en

com

iend

as, t

raba

jaba

par

a re

duci

r el g

rado

de

cont

rol q

ue lo

s en-

com

ende

ros

ejer

cían

sob

re s

us in

dios

. Aqu

í, el

pas

o m

ás d

ecisi

vo s

e di

rigió

a a

bolir

en 1

549

el d

eber

que

tení

an lo

s in

dios

de

efec

tuar

el s

ervi

cio

pers

onal

obl

igat

orio

. En

adel

ante

, los

indi

os s

ólo

esta

rían

sujet

os a

l pag

o de

trib

utos

, cuy

a pr

opor

ción

se

esta

-bl

eció

en

una

cant

idad

men

or q

ue la

que

ant

es h

abía

n te

nido

que

pag

ar a

sus

seño

res.

Inev

itabl

emen

te, l

a ley

de

1549

fue

más

fácil

de

decr

etar

que

de

hace

rla c

umpl

ir. L

atra

nsfo

rmac

ión

de la

enc

omien

da b

asad

a en

el s

ervi

cio p

erso

nal e

n un

a en

com

ienda

ba-

sada

en

el tr

ibut

o fu

e un

pro

ceso

lent

o, q

ue s

e cu

mpl

ía m

ás fá

cilm

ente

en

unas

regi

o-ne

s que

en o

tras.

En g

ener

al, e

l vie

jo e

stilo

de

enco

mie

ndas

, con

el e

ncom

ende

ro c

omo

figur

a do

min

ante

loca

l, ba

sado

fue

rtem

ente

en

la m

ano

de o

bra,

el t

ribut

o o

en a

m-

bos,

era

más

fácil

que

sobr

eviv

iera

en

las

regi

ones

mar

gina

les,

com

o Y

ucatá

n o

el su

rde

Méx

ico,

las

tierra

s al

tas

de lo

s A

ndes

o C

hile

. En

toda

s pa

rtes

la e

ncom

iend

a se

trans

form

ó du

rant

e las

déc

adas

cen

trales

del

sig

lo, b

ajo la

pre

sión

de lo

s of

iciale

s re

ales

y de

las

cam

bian

tes

cond

icio

nes

econ

ómic

as y

soc

iale

s. Lo

s en

com

ende

ros

que

sólo

tení

an a

ldea

s po

bres

en

sus

enco

mie

ndas

se

enco

ntra

ron

con

seria

s di

ficul

tade

s ya

que

los t

ribut

os d

ismin

uyer

on ju

nto

con

la p

obla

ción

indí

gena

. Los

enc

omen

dero

s m

ás ri

-co

s, in

terp

reta

ndo

los

signo

s co

rrect

amen

te, e

mpe

zaro

n a

usar

su

rique

za p

ara

dive

r-sif

icarla

y se

dier

on p

risa

en a

dqui

rir n

ueva

s tie

rras y

con

strui

r hac

ienda

s ag

rícol

as a

ntes

de q

ue fu

era

dem

asiad

o ta

rde.

Se p

odía

hac

er d

iner

o co

n la

expo

rtació

n de

los p

rodu

ctos

loca

les,

com

o el

cac

ao e

n A

mér

ica

Cent

ral,

y de

la p

rodu

cció

n de

gra

no y

de

carn

epa

ra a

limen

tar

a la

s ci

udad

es e

n cr

ecim

ient

o.

162

HIS

TOR

IA D

E A

MÉR

ICA

LA

TIN

A

Mie

ntra

s qu

e la

cor

ona

perm

anec

ía in

tens

amen

te s

ospe

chos

a de

los

enco

men

de-

ros

com

o cl

ase,

la e

ncom

iend

a co

mo

insti

tuci

ón te

nía

sus d

efen

sore

s, e

iróni

cam

ente

su n

úmer

o e

influ

enci

a te

ndía

a a

umen

tar a

med

ida

que

eran

gra

dual

men

te d

espo

ja-

dos d

e su

pod

er c

oerc

itivo

y se

con

vertí

an e

n na

da m

ás q

ue u

nos p

rivile

giad

os p

en-

sioni

stas

de la

cor

ona.

Cua

ndo

las

«ley

es n

ueva

s» in

tent

aron

abo

lir la

enc

omie

nda,

los

dom

inic

os d

e N

ueva

Esp

aña,

trad

icio

nalm

ente

men

os d

ispue

stos

a ac

epta

r es

tain

stitu

ción

que

los

franc

iscan

os,

se d

ecla

raro

n a

su f

avor

. La

cor

ona

estu

vo té

cni-

cam

ente

cor

rect

a al

est

able

cer

en u

n de

cret

o en

154

4 qu

e «e

l obj

eto

y or

igen

de

las

enco

mie

ndas

era

el b

iene

star

espi

ritua

l y te

mpo

ral d

e lo

s in

dios

»; y

en

esta

épo

caha

bía

una

fuer

te c

onvi

cció

n en

tre m

ucho

s de

los

mis

ione

ros

del N

uevo

Mun

do d

equ

e la

suer

te d

e m

ucho

s de

los i

ndio

s se

ría p

eor d

e lo

que

era

ant

es, s

in la

frág

il pr

o-te

cció

n qu

e le

s pr

opor

cion

aba

la e

ncom

iend

a.

Esta

con

vicc

ión

refle

jaba

una

hon

da d

esilu

sión

, con

el r

esul

tado

de

una

empr

e-sa

que

hab

ía e

mpe

zado

ent

re ta

n al

tas

espe

ranz

as, u

na g

ener

ació

n an

tes.

A m

edia

-do

s de

l sig

lo x

vi, e

l mov

imie

nto

para

la c

onqu

ista

espi

ritua

l de

Am

éric

a ha

bía

em-

peza

do a

dec

aer,

com

o re

sulta

do d

e la

s pr

ofun

das

divi

sione

s so

bre

la e

stra

tegi

a a

segu

ir y

el d

esal

ient

o an

te lo

s fra

caso

s. El

des

alie

nto

era

tan

gran

de, e

n pa

rte, p

or-

que

las

expe

ctat

ivas

inic

iale

s de

los

prim

eros

misi

oner

os q

ue ll

egar

on a

l con

tinen

team

eric

ano

habí

an s

ido

muy

ele

vada

s, po

r ra

zone

s qu

e te

nían

men

os q

ue v

er c

on la

real

idad

del

Nue

vo M

undo

que

con

las

idea

s pr

econ

cebi

das

del V

iejo

Mun

do.13

La e

vang

eliz

ació

n de

Am

éric

a fu

e di

rigid

a en

sus

prim

eras

eta

pas

por m

iem

bros

de la

s ór

dene

s re

gula

res,

dist

into

s de

l cle

ro s

ecul

ar.

Los

prim

eros

mis

ione

ros

que

llega

ron

a M

éxic

o fu

eron

los

fran

cisc

anos

, lo

s «d

oce

após

tole

s» b

ajo

la d

irecc

ión

defra

y M

artín

de

Val

enci

a, q

uien

es ll

egar

on e

n 15

24. D

os a

ños

más

tard

e, le

s si

guie

-ro

n lo

s do

min

icos

, y d

espu

és lo

s ag

ustin

os e

n 15

33. A

med

iado

s de

l sig

lo h

abía

al-

rede

dor

de 8

00 fr

aile

s en

Méx

ico

y ot

ros

350

en P

erú.

Los

men

dinc

ante

s ta

mbi

énle

die

ron

a M

éxic

o su

prim

er o

bisp

o y

arzo

bisp

o (1

528-

1548

), el

fran

cisc

ano

Fray

Juan

de

Zum

árra

ga, u

n di

stin

guid

o re

pres

enta

nte

de la

trad

ició

n hu

man

ista

cris

tia-

na d

e Es

paña

.En

tre la

prim

era

gene

raci

ón d

e m

ision

eros

del

Nue

vo M

undo

, hab

ía m

ucho

s qu

esin

tiero

n la

influ

encia

del

hum

anism

o cr

istian

o y

de la

mile

naria

y a

poca

líptic

a cr

istia

n-da

d, q

ue fu

e un

ele

men

to v

ital e

n la

vid

a re

ligio

sa a

Ana

les

del

siglo

xv

y pr

inci

-pi

os d

el x

vi e

n Eu

ropa

. Fra

y M

artín

de

Val

enci

a, p

or e

jem

plo,

par

ecía

esta

r in

flui-

do p

or e

l míst

ico

del s

iglo

xn,

Gio

acch

ino

da F

iore

con

sus

pro

fecí

as d

e la

ven

ida

de u

na te

rcer

a «e

dad

del e

spíri

tu».

Los

que

sal

iero

n de

Esp

aña

para

con

verti

r a

los

indi

os s

e vi

eron

a s

í mism

os c

omo

entre

gado

s a

una

misi

ón d

e es

peci

al i

mpo

rtan-

cia

en e

l div

ino

esqu

ema

de la

his

toria

, la

conv

ersió

n de

l mun

do e

ra u

n pr

elud

io n

e-ce

sario

de

su fi

nal y

par

a el

seg

undo

adv

enim

ient

o de

Cris

to. T

ambi

én c

reía

n qu

e,en

tre e

stas g

ente

s in

ocen

tes

de A

mér

ica

aún

no c

onta

min

adas

por

los

vici

os d

e Eu

ro-

pa, s

ería

n ca

pace

s de

con

stru

ir un

a ig

lesia

que

se

apro

xim

aría

a la

de

Cris

to y

sus

prim

eros

apó

stole

s. La

s prim

eras

eta

pas

de la

misi

ón a

mer

ican

a co

n el

bau

tism

o m

a-siv

o de

cie

ntos

de

mile

s de

indi

os, p

arec

ía p

rom

eter

el t

riunf

o de

est

e m

ovim

ient

o

13.

Para

un

trat

amie

nto

más

det

enid

o so

bre

la e

vang

eliz

ació

n de

la A

mér

ica

Hisp

ana,

véa

-se

Bar

nada

s, H

ALC

,II

,ca

p. 6

.

Page 19: Leslie Bethell - Historia de América Latina Tomo 1 cap 6

LA C

ON

QU

ISTA

ESP

OLA

Y L

AS

CO

LON

IAS

DE

AM

ÉRIC

A

163

de re

torn

o al

prim

itivo

crist

iani

smo

que t

an re

petid

amen

te h

abía

sido

frus

trado

en

Euro

pa.

Muy

pro

nto,

sin

em

barg

o, la

s du

das

que

algu

nos

misi

oner

os h

abía

n m

ante

nido

siem

pre,

em

peza

ron

a sa

lir a

la s

uper

ficie

. Al p

rinci

pio,

par

ecía

com

o si

los

indi

osm

exic

anos

pos

eyer

an u

na a

ptitu

d na

tura

l par

a el

cris

tiani

smo,

en

parte

, qui

zás,

por-

que

el d

escr

édito

de

sus p

ropi

os d

iose

s po

r la

der

rota

en

la g

uerr

a ha

bía

crea

do u

nva

cío

espi

ritua

l y c

erem

onia

l que

los

pred

ispon

ía a

ace

ptar

la d

irecc

ión

de lo

s fra

i-le

s co

mo

los

hom

bres

san

tos

de la

raz

a co

nqui

stad

ora.

La

mer

a in

struc

ción

en

los

prin

cipi

os d

el c

ristia

nism

o qu

e lo

s m

isio

nero

s im

partí

an,

el u

so d

e la

mús

ica

y la

pint

ura

para

exp

licar

su

men

saje

, y la

mov

iliza

ción

de

gran

des

grup

os d

e in

dios

par

aco

nstru

ir lo

s gr

ande

s co

nven

tos

e ig

lesia

s pa

reci

dos

a fo

rtale

zas

que

cam

biar

on e

lpa

isaje

arq

uite

ctón

ico

de M

éxic

o ce

ntra

l en

las

déca

das

inm

edia

tas

a la

con

quist

a,le

s ay

udó

a lle

nar e

l vac

ío q

ue h

abía

dej

ado

la d

esap

aric

ión

de lo

s sa

cerd

otes

nat

i-vo

s y e

l fra

caso

de

la ru

tina

del t

raba

jo c

erem

onia

l diri

gido

por

el c

alen

dario

azt

eca.

Pero

aun

que

el n

úmer

o de

con

vers

ione

s fu

e es

pect

acul

ar, s

u ca

lidad

dej

aba

mu-

cho

que

dese

ar. H

abía

indi

caci

ones

ala

rman

tes

de q

ue lo

s in

dios

que

hab

ían

adop

-ta

do la

nue

va fe

con

apa

rent

e en

tusi

asm

o, a

ún v

ener

aban

a s

us v

iejo

s íd

olos

en

se-

cret

o. L

os m

ision

eros

tam

bién

luc

haro

n co

ntra

mur

os d

e re

siste

ncia

en

aque

llos

punt

os e

n lo

s qu

e su

s in

tent

os p

or in

culc

ar la

s en

seña

nzas

mor

ales

del

cris

tiani

smo

choc

aban

con

mod

elos

de

com

porta

mie

nto

larg

amen

te e

stabl

ecid

os. L

as v

irtud

es d

ela

mon

ogam

ia, p

or e

jem

plo,

no

eran

fác

iles

de tr

ansm

itir

a un

a so

cied

ad q

ue v

eía

a la

s m

ujer

es c

omo

cria

das

y la

acu

mul

ació

n de

muj

eres

com

o fu

ente

de

rique

za.

Para

alg

unos

mis

ione

ros,

espe

cial

men

te lo

s de

la p

rimer

a ge

nera

ción

, esto

s co

n-tra

tiem

pos

serv

ían

com

o in

cent

ivo

para

inda

gar c

on m

ayor

pro

fund

idad

en

las c

os-

tum

bres

y c

reen

cias

de

sus e

ncom

enda

dos.

Cuan

do e

l prim

er m

ovim

ient

o ha

bía

sido

para

bor

rar

todo

s lo

s ve

stigi

os d

e un

a ci

viliz

ació

n pa

gana

, lue

go e

mpe

zó u

n in

ten-

to d

e ex

amin

arla

, reg

istra

rla e

inve

stig

arla

. El

dom

inic

o fra

y D

iego

Dur

an in

dicó

que

«erra

ron

muc

ho lo

s qu

e, c

on b

uen

celo

, per

o no

con

muc

ha p

rude

ncia

, que

ma-

ron

y de

stru

yero

n al

prin

cipi

o to

das

las

pint

uras

de

antig

ualla

s qu

e te

nían

, que

nos

deja

ron

tan

sin lu

z, q

ue d

elan

te d

e nu

estro

s oj

os id

olat

ran

y no

los

ente

ndem

os».

14

De

acue

rdo

con

esta

líne

a de

razo

nam

ient

o el

gra

n fra

ncisc

ano,

fra

y B

erna

rdin

o de

Saha

gún,

ded

icó

su v

ida

a re

coge

r da

tos

y co

mpr

ende

r un

a cu

ltura

nat

iva

que

ha-

bía

sido

rápi

dam

ente

des

truid

a. M

ucho

s de

sus

col

egas

luch

aron

con

éxi

to p

or d

o-m

inar

las

leng

uas

indi

as y

com

pone

r gr

amát

icas

y d

icci

onar

ios.

El h

echo

de

com

-pr

ende

r que

la v

erda

dera

con

vers

ión

requ

ería

un

ente

ndim

ient

o pr

ofun

do d

e lo

s mal

esqu

e te

nían

que

ser

ext

irpad

os p

ropo

rcio

nó e

l im

pulso

nec

esar

io p

ara

acom

eter

im-

porta

ntes

estu

dios

ling

üísti

cos

e in

vesti

gaci

ones

etn

ográ

ficas

que

a m

enud

o, c

omo

pasa

ba c

on S

ahag

ún, m

ostra

ban

un a

lto g

rado

de

sofis

ticac

ión

en la

dire

cció

n de

los

info

rman

tes

nativ

os.

No

obst

ante

, est

o er

a m

ás c

ierto

en

Méx

ico

que

en P

erú,

don

de la

s co

ndic

ione

sin

esta

bles

del

per

íodo

pos

terio

r a la

con

quist

a re

trasó

el t

raba

jo d

e la

eva

ngel

izac

ión,

que

en a

lgun

as z

onas

no

se re

aliz

ó sis

tem

átic

amen

te h

asta

el s

iglo

xvn

. Ya

a m

edia

-do

s de

l sig

lo x

vi, a

l mism

o tie

mpo

que

las

prim

eras

misi

ones

se

esta

ban

fund

ando

en P

erú,

la g

ener

ació

n hu

man

ista

de m

endi

ncan

tes

esta

ba p

asan

do a

la h

isto

ria. E

nlo

suc

esiv

o, h

abría

men

os c

urio

sida

d so

bre

la c

ultu

ra d

e lo

s pu

eblo

s co

nqui

stado

s

14.

Die

go D

uran

, His

tori

a de

las

Ind

ias

de N

ueva

Esp

aña

y is

las

de T

ierr

a F

irm

e, e

d.Jo

sé F

. R

amír

ez,

2 vo

ls.,

Méx

ico,

186

7-18

80;

vol.

II,

p. 7

1.

164

HIS

TOR

IA D

E A

MÉR

ICA

LA

TIN

A

y un

a co

rresp

ondi

ente

tend

enci

a a

cond

enar

en v

ez d

e tra

tar d

e co

mpr

ende

r. Es

to se

fo-

men

tó a

trav

és d

e al

guno

s fra

caso

s es

pect

acul

ares

que

ayu

daro

n a

aum

enta

r las

dud

asso

bre

los s

upue

stos o

rigin

ales

ace

rca

de la

aptit

ud d

e los

indi

os p

ara

el c

ristia

nism

o. E

lCo

legio

Fra

ncisc

ano

de S

anta

Cru

z de

ikat

elol

co, f

unda

do e

n 15

36 p

ara e

duca

r a lo

s hijo

sde

la a

risto

crac

ia m

exic

ana,

fue

un o

bjet

o na

tura

l de

rece

lo p

ara

todo

s los

espa

ñole

s, ya

fues

en la

icos

o c

lérig

os, q

uien

es e

ran

hosti

les a

cual

quie

r int

ento

par

a co

loca

r al m

exi-

cano

en el

mism

o ni

vel d

e ed

ucac

ión

que

los e

urop

eos,

o ed

ucar

los

para

el s

acer

doci

o.Cu

alqu

ier a

posta

sía p

or p

arte

de u

n es

tudi

ante

del

col

egio

, com

o do

n Ca

rlos d

e Tex

co-

co, q

ue fu

e de

nunc

iado

en

1539

y q

uem

ado

en la

hog

uera

com

o un

dog

mat

izad

or, s

ir-vi

ó, p

or lo

tant

o, c

omo

un p

rete

xto

conv

enie

nte

para

soca

var u

n m

ovim

ient

o qu

e hab

íaad

quiri

do co

mo

prin

cipi

o qu

e los

indi

os er

an u

nos s

eres

raci

onal

es co

mo

los e

spañ

oles

.In

evita

blem

ente

, las

pro

fecí

as d

el d

esas

tre d

emos

traro

n qu

e se

cum

plía

n. L

os in

-di

os, a

nte

la p

rohi

bici

ón d

e po

der p

repa

rars

e pa

ra e

l sac

erdo

cio,

tend

iero

n na

tura

l-m

ente

a m

irar

al c

ristia

nism

o co

mo

una

fe a

jena

im

pues

ta p

or s

us c

onqu

ista

dore

s.A

dqui

riero

n aq

uello

s el

emen

tos

que

se a

justa

ban

a su

s pr

opia

s ne

cesid

ades

esp

iri-

tual

es y

ritu

ales

, y lo

s m

ezcl

aron

con

ele

men

tos

de s

u fe

anc

estra

l par

a cr

ear

bajo

la a

parie

ncia

de

un c

ristia

nism

o sim

ulad

o un

a re

ligió

n es

enci

alm

ente

sin

crét

ica,

con

su p

ropi

a vi

talid

ad. A

su v

ez, e

sto

sirv

ió ú

nica

men

te p

ara

conf

irmar

la

conv

icci

ónde

qui

enes

afir

mab

an q

ue d

ebía

n pe

rman

ecer

en

una

cons

tant

e tu

tela

por

que

no e

s-ta

ban

prep

arad

os p

ara

ocup

ar u

n lu

gar

en la

civ

iliza

ción

eur

opea

.Po

r lo

tant

o, la

s id

eas

gene

ralm

ente

exa

gera

das

sobr

e la

cap

acid

ad e

spiri

tual

e

inte

lect

ual d

e lo

s in

dios

, sos

teni

das

por l

a pr

imer

a ge

nera

ción

de

misi

oner

os te

ndie

-ro

n a

gene

rar,

a m

edia

dos

de s

iglo

, un

conc

epto

no

men

os e

xage

rado

de

su in

capa

-ci

dad.

La

reac

ción

más

fáci

l era

mira

rlos

com

o si

fuer

an n

iños

sim

pátic

os, a

unqu

etra

vies

os, q

ue n

eces

itaba

n un

cui

dado

esp

ecia

l. Re

acci

onar

on a

sí lo

s fra

iles

con

tant

om

ás fa

cilid

ad y

a qu

e ve

ían

en p

elig

ro s

u m

onop

olio

sob

re lo

s in

dios

por

la ll

egad

ade

l cle

ro s

ecul

ar. E

sto s

e al

entó

tam

bién

por

su a

utén

tica

preo

cupa

ción

por

la s

uer-

te d

e su

s in

dios

enc

omen

dado

s en

las

cond

icio

nes

de r

ápid

os c

ambi

os a

med

iado

sde

l sig

lo x

vi. T

an p

ront

o co

mo

la v

isión

hum

anist

a de

los

prim

eros

misi

oner

os s

ede

svan

eció

y p

arec

ió c

ada

día

men

os p

osib

le q

ue e

l Nue

vo M

undo

pud

iera

lleg

ar a

se

r el a

sent

amie

nto

para

una

nue

va J

erus

alén

, los

frai

les

luch

aron

par

a co

nser

var

loqu

e aú

n pe

rman

ecía

, con

greg

ando

a su

s re

baño

s de

fiel

es e

n co

mun

idad

es d

e al

deas

dond

e po

dría

n pr

oteg

erse

mej

or d

e la

s in

fluen

cias

cor

rupt

oras

del

mun

do.

Se tr

atab

a, p

ues,

de u

n su

eño

men

os h

eroi

co q

ue e

l de

la g

ener

ació

n de

los p

rime-

ros m

ision

eros

y n

o m

enos

cond

enad

a in

exor

ablem

ente

al f

raca

so. P

orqu

e ca

mbi

os p

ro-

fund

os s

e es

taba

n pr

oduc

iend

o en

la c

ompo

sició

n de

mog

ráfic

a de

la A

mér

ica

espa

ñola

al m

ultip

licar

se el

núm

ero

de in

mig

rant

es, m

ientra

s que

la p

oblac

ión

indí

gena

dism

inuí

a.A

med

iado

s de

l sig

lo x

vi, h

abía

pro

babl

emen

te e

n A

mér

ica

alre

dedo

r de

100

.000

blan

cos.

Las

notic

ias

de la

s op

ortu

nida

des

que

ofre

cía

el N

uevo

Mun

do p

ara

cons

e-gu

ir un

a vi

da m

ejor

ani

mar

on a

un

crec

ient

e nú

mer

o de

esp

añol

es a

em

barc

arse

des

-de

Sev

illa

para

Am

éric

a, c

on o

sin

lice

ncia

ofic

ial p

ara

emig

rar.

En u

na c

arta

env

ia-

da a

la fa

mili

a, c

arac

terís

tica

de to

das l

as e

scrit

as p

or lo

s em

igra

ntes

a la

s Ind

ias,

Juan

de R

oble

s es

crib

ió a

su h

erm

ano

en V

alla

dolid

en

1592

: «No

repa

re e

n na

da, q

ue D

ios

nos

ayud

ará,

y e

sta ti

erra

tan

buen

a es

com

o la

nue

stra,

pue

s qu

e D

ios

nos

ha d

ado

aquí

más

que

allá

, y p

odre

mos

pas

ar m

ejor

».15

1S.

Enri

que

Ott

e, «

Car

tas

priv

adas

de

Pueb

la d

el s

iglo

xvi

», J

ahrb

uch

filr

Ges

chic

hte

von

Staa

t, W

irts

chaf

t und

Ges

ells

chaf

t lat

eina

mer

ikas

, 3

(196

6), p

. 78.

Par

a un

a se

lecc

ión

de e

stas

car

tas

Page 20: Leslie Bethell - Historia de América Latina Tomo 1 cap 6

LA C

ON

QU

ISTA

ESP

OLA

Y L

AS

CO

LON

IAS

DE

AM

ÉRIC

A

165

Aun

que

las

Indi

as e

ran

ofici

almen

te p

oses

ión

exclu

siva

de la

cor

ona

de C

astil

la, n

ose

con

oce

ning

una

ley

en e

l sig

lo x

vi q

ue p

rohi

bier

a a

los

habi

tant

es d

e la

cor

ona

deA

ragó

n em

igra

r, au

nque

los

arag

ones

es, c

atal

anes

y v

alen

cian

os, p

arec

en h

aber

esta

-do

exc

luid

os p

or la

ley,

si n

o sie

mpr

e en

la p

ráct

ica,

par

a oc

upar

pue

stos

y ob

tene

rbe

neñc

ios

en la

s pos

esio

nes

caste

llana

s de

Ultr

amar

. Los

em

igra

ntes

de

Nav

arra

, que

fue

oñci

alm

ente

inco

rpor

ada

a la

cor

ona

de C

astil

la e

n IS

IS, s

e en

cont

raba

n en

una

posic

ión

legal

más

favo

rabl

e. Pe

ro el

des

bord

ante

núm

ero

de e

mig

rant

es, l

legad

os d

esde

And

aluc

ía, E

xtre

mad

ura

y la

s do

s Ca

stilla

s, ju

nto

con

el n

úmer

o de

vas

cos

aum

entó

conf

orm

e av

anza

ba e

l sig

lo.

Alg

unos

de

esto

s em

igra

ntes

lleg

aban

par

a re

unirs

e co

n su

s fa

mili

ares

que

hab

ían

emig

rado

ant

es, o

tros

para

esc

apar

de

las

cond

icio

nes

que

por

unas

u o

tras

razo

nes,

hací

an im

posib

le q

ue c

ontin

uara

n en

su

luga

r de

orig

en. A

lgun

os d

e lo

s ve

ncid

os e

n15

21, c

uand

o la

revu

elta

de

los c

omun

eros

fue

apla

stada

, sal

iero

n su

brep

ticia

men

te h

a-ci

a el

Nue

vo M

undo

; y lo

mism

o le

s su

cedi

ó a

aque

llos

cuya

san

gre

judí

a pe

rjudi

ca-

ba s

us p

osib

ilida

des

de é

xito

en

su p

ropi

o pa

ís, a

unqu

e ex

istía

n rig

uros

as p

rohi

bici

o-ne

s en

cont

ra d

e la

em

igra

ción

de ju

díos

y c

onve

rsos

. Es d

ifícil

cre

er q

ue la

em

igra

ción

de lo

s sie

te h

erm

anos

de

sant

a Te

resa

de

Ávi

la n

o es

tuvi

era

rela

cion

ada

con

el h

echo

de q

ue s

u fa

mili

a er

a de

orig

en c

onve

rso.

En lo

s prim

eros

año

s, co

mo

era

de e

sper

arse

, la

pres

enci

a m

ascu

lina

en e

l mov

i-m

ient

o m

igra

torio

era

abr

umad

ora.

Per

o, p

ara

prom

over

la c

olon

izac

ión,

la c

oron

a in

-sis

tió e

n qu

e to

dos

los

conq

uista

dore

s y

enco

men

dero

s te

ndría

n qu

e es

tar

casa

dos,

y es

to p

rodu

jo u

n nú

mer

o cr

ecie

nte

de m

ujer

es e

mig

rant

es. S

i las

muj

eres

rep

rese

nta-

ban

un 5

o 6

por

100

de

núm

ero

tota

l de

emig

rant

es d

uran

te e

l per

íodo

de

1509

-153

9,es

ta c

antid

ad s

ubió

al 2

8 po

r 10

0 en

los

años

156

0 y

1570

. Per

o la

esc

asez

de

muj

e-re

s esp

añol

as e

n lo

s pr

imer

os a

ños

de la

con

quist

a na

tura

lmen

te fo

men

tó lo

s mat

rimo-

nios

mix

tos.

Balta

sar

Dor

ante

s de

Car

ranz

a, e

scrib

iend

o so

bre

los

conq

uista

dore

s de

Méx

ico,

exp

lica

que

«en

aque

llos

quin

ze a

ños

que

la ti

erra

se

ganó

no

vini

eron

mu-

gere

s es

paño

las

a el

la, d

igo

cant

idad

»; a

lgun

os d

e lo

s con

quist

ador

es n

o se

hab

ían

ca-

sado

toda

vía,

mie

ntra

s qu

e ot

ros

lo h

icie

ron

con

indi

as.16

Esto

era

esp

ecial

men

te c

ierto

con

indi

as d

e sa

ngre

real

o n

oble

s, y

los h

ijos

de e

stas

unio

nes,

cono

cido

s co

mo

mes

-tiz

os, t

uvie

ron

dere

cho

a su

cede

r las

her

enci

as d

e su

s pad

res.

Pero

el a

umen

to rá

pido

de m

estiz

os e

n la

s In

dias

no

era

tant

o el

resu

ltado

de

mat

rimon

ios

form

ales

com

o de

lco

ncub

inat

o y

la v

iola

ción

. Dur

ante

el s

iglo

xvi

, al m

enos

, el m

estiz

o de

scen

dien

te d

ees

tas

unio

nes

tend

ía a

ser

asim

ilado

sin

exc

esiv

a di

ficul

tad

en e

l mun

do d

e su

mad

reo

el d

e su

pad

re. A

unqu

e la

cor

ona

pron

to m

ostró

su

preo

cupa

ción

por

su

mod

o de

vida

, no

fue

hasta

el s

iglo

xvn

, al m

ultip

licar

se s

u nú

mer

o, q

ue e

mpe

zaro

n a

cons

ti-tu

irse

com

o un

a ca

sta d

istin

ta.

No

eran

sól

o lo

s bl

anco

s, sin

em

barg

o, lo

s ún

icos

que

esta

ban

trans

form

ando

la

com

posic

ión

étni

ca d

e la

pob

laci

ón d

e la

s In

dias

. Tam

bién

hab

ía u

na fu

erte

cor

rient

ede

em

igra

ción

afri

cana

, a

med

ida

que

se im

porta

ban

escl

avos

neg

ros

para

aum

enta

r la

man

o de

obr

a. L

lega

ndo

a ex

cede

r en

núm

ero

a lo

s bl

anco

s en

las

Ant

illas

, tam

bién

cons

tituí

an u

n gr

upo

min

orita

rio im

porta

nte

en M

éxic

o y

Perú

. Los

des

cend

ient

es d

esu

s un

ione

s co

n bl

anco

s o

indi

os, c

onoc

idos

com

o m

ulato

s y

zam

bos,

resp

ectiv

amen

te,

trad

ucid

as,

véas

e Ja

mes

Loc

khar

t y

Enri

que

Otte

, Let

ters

and

peo

ple

afin

e Sp

anis

h Ir

idie

s. Th

e si

xtee

nth

cent

ury,

Cam

brid

ge,

1976

.16

D

oran

tes

de C

arra

nza,

Sum

aria

Rel

ació

n de

las

cos

as d

e la

Nue

va E

spañ

a Í1

6041

, p. 1

1.

166

HIS

TOR

IA D

E A

MÉR

ICA

LA

TIN

A

ayud

aron

a a

umen

tar

el n

úmer

o de

aqu

ello

s qu

e, y

a fu

eran

bla

ncos

o h

íbrid

os, p

reo-

cupa

ban

cada

vez

más

a la

s au

torid

ades

por

su

evid

ente

car

enci

a de

arra

igo.

Las

In-

dias

esta

ban

en c

amin

o de

pro

duci

r su

pro

pia

pobl

ació

n de

des

ocup

ados

vol

unta

rios

o in

volu

ntar

ios,

hara

gane

s, va

gabu

ndos

y p

aria

s, lo

que

par

ecía

am

enaz

ar la

socie

dad

or-

dena

da y

jera

rqui

zada

que

con

stitu

ía e

l ide

al e

urop

eo d

el s

iglo

xvi

.La

pre

senc

ia d

e es

ta p

obla

ción

des

ampa

rada

sól

o pu

do a

ñadi

rse

a la

s fu

erza

s qu

eya

con

ducí

an a

la d

esin

tegr

ació

n de

la ll

amad

a «r

epúb

lica

de lo

s in

dios

». A

pes

ar d

elo

s en

érgi

cos

esfu

erzo

s qu

e hi

cier

on m

ucho

s de

los

fraile

s po

r se

greg

ar la

s co

mun

i-da

des

indí

gena

s, só

lo e

n la

s re

gion

es re

mot

as d

onde

los e

spañ

oles

esta

ban

esca

sam

ente

asen

tado

s se

pud

o m

ante

ner

el m

undo

ext

erio

r de

ntro

de

sus

límite

s. La

pro

xim

idad

de la

s ci

udad

es fu

ndad

as p

or lo

s co

nqui

stado

res;

la m

ano

de o

bra

que

pedí

an lo

s en

-co

men

dero

s y

el tr

ibut

o qu

e ex

igía

la c

oron

a; la

usu

rpac

ión

por p

arte

de

los

espa

ño-

les

de la

s tie

rras

indi

as; l

a in

filtra

ción

de

los b

lanc

os y

los

mes

tizos

; tod

os e

stos

ele-

men

tos

ayud

aron

a d

estru

ir la

com

unid

ad in

dia

y lo

que

que

daba

de

su o

rgan

izac

ión

socia

l ant

erio

r a

la c

onqu

ista.

Al m

ismo

tiem

po q

ue e

staba

som

etid

a a

las

pode

rosa

s pr

esio

nes

desd

e fu

era,

la

«rep

úblic

a de

los

indi

os»

tam

bién

esta

ba s

ucum

bien

do a

nte

una

catá

strof

e de

mog

ráfi-

ca. L

a ep

idem

ia d

e vi

ruel

a du

rant

e el

cur

so d

e la

con

quist

a fu

e tan

sól

o la

prim

era

deun

a su

cesió

n de

epi

dem

ias

euro

peas

que

dev

asta

ron

la p

obla

ción

ind

ígen

a de

l con

ti-ne

nte

amer

ican

o en

las

déca

das

sigui

ente

s. La

inci

denc

ia d

e es

tas

epid

emia

s fu

e de

si-gu

al. P

erú,

con

sus

pob

laci

ones

disp

ersa

s, pa

rece

hab

er e

scap

ado

más

fáci

lmen

te q

ueM

éxic

o, e

n do

nde

fue

espe

cial

men

te g

rave

en

1545

-154

7. T

odas

las

regi

ones

cos

te-

ras d

e A

mér

ica

resu

ltaro

n es

peci

alm

ente

vul

nera

bles

y, t

anto

allí

com

o en

las A

ntill

as,

los

afric

anos

em

peza

ron

a re

empl

azar

a la

pob

laci

ón in

dia

que

habí

a su

cum

bido

cas

ien

su

tota

lidad

.La

s enf

erm

edad

es e

urop

eas

ataca

ron

a un

a po

blac

ión

que

estab

a de

sorie

ntad

a y

des-

mor

aliz

ada

por

las

expe

rienc

ias

de la

con

quist

a. S

us a

ntig

uos

mod

os d

e vi

da e

staba

nqu

ebra

ntad

os, e

l equ

ilibr

io p

reca

rio d

e la

pro

ducc

ión

de a

limen

tos

se h

abía

alte

rado

por l

a in

trodu

cció

n de

cul

tivos

y g

anad

o eu

rope

os, y

la d

eman

da e

urop

ea d

e m

ano

deob

ra h

abía

em

pujad

o a

la p

obla

ción

indi

a a

real

izar

un

traba

jo a

l que

no

estab

an a

cos-

tum

brad

os, a

men

udo

bajo

con

dici

ones

ext

rem

adam

ente

dur

as. A

unqu

e hu

bo a

lgun

osot

ros

signo

s de

ada

ptac

ión

satis

fact

oria

, esp

ecia

lmen

te p

or p

arte

de

los

indi

os d

e la

re-

gión

de

Ciud

ad d

e M

éxic

o du

rant

e el

per

íodo

inm

edia

tam

ente

pos

terio

r a

la c

onqu

is-ta

, no

es so

rpre

nden

te q

ue m

ucho

s de

los i

ndio

s hub

ieran

enc

ontra

do e

l cho

que

del c

am-

bio

dem

asia

do fu

erte

y p

erdi

eran

el d

eseo

de

vivi

r. Lo

s su

perv

ivie

ntes

apa

rece

n en

los

rela

tos

cont

empo

ráne

os c

omo

una

gent

e pa

siva

e in

dife

rent

e bu

scan

do la

s sa

lidas

a su

sm

ales

en

los

narc

ótic

os y

los

licor

es, c

omo

el p

ulqu

e en

Méx

ico,

y la

coc

a en

los

And

es.

Si b

ien

la p

obla

ción

de

la p

reco

nqui

sta e

n M

éxic

o ce

ntra

l des

cend

ió d

e 25

mill

o-ne

s en

151

9 a

2,65

mill

ones

en

1568

, y la

de

Perú

lo h

izo

de 9

mill

ones

en

1532

a

1,3 m

illon

es e

n 15

70, e

l im

pact

o de

mog

ráfic

o de

la c

onqu

ista

euro

pea

era

abru

mad

oren

su

exte

nsió

n y

su v

eloc

idad

.17 N

ingú

n pl

an p

reco

nceb

ido,

ni p

ara

la s

alva

ción

ni

para

la e

xplo

taci

ón d

e lo

s in

dios

, ten

ía p

osib

ilida

des

de re

sistir

ínte

gram

ente

los

efec

-

17.

Para

un

tratam

iento

más

dete

nido

del d

errum

bam

iento

dem

ográf

ico, v

éase

Sán

chez

-Al

born

oz H

ALC

,IV

,cap

. 1.

Page 21: Leslie Bethell - Historia de América Latina Tomo 1 cap 6

LA C

ON

QU

ISTA

ESP

OLA

Y L

AS

CO

LON

IAS

DE

AM

ÉRIC

A

167

tos

de u

na tr

ansfo

rmac

ión

tan d

rásti

ca. A

med

iados

del

sig

lo x

vi, l

a A

mér

ica e

spañ

ola

era

un m

undo

com

plet

amen

te d

ifere

nte

del q

ue se

hab

ía p

revi

sto e

n la

s co

nsec

uenc

ias

inm

edia

tas

de la

con

quist

a.

Las

pres

unci

ones

sob

re la

s riq

ueza

s pr

oced

ente

s de

la c

onqu

ista

de la

s In

dias

da-

ban

por s

upue

sto la

exi

stenc

ia d

e un

a am

plia

y d

ócil

pobl

ació

n in

díge

na q

ue p

rodu

cía

serv

icio

s de

trab

ajo

y tri

buto

s pa

ra lo

s con

quist

ador

es. I

nevi

tabl

emen

te la

caí

da to

tal-

men

te im

prev

ista

de e

sta p

obla

ción

, obl

igó

a in

trodu

cir r

eaju

stes

seve

ros

en la

pol

íti-

ca y

los

com

porta

mie

ntos

. Des

de la

mita

d de

l sig

lo x

vi, e

l con

flicto

se

inten

sificó

en-

tre lo

s co

lono

s, y

entre

la c

oron

a y

los

colo

nos,

para

una

par

ticip

ació

n m

ayor

en

unsu

min

istro

de

una

man

o de

obr

a en

dism

inuc

ión.

El d

escu

brim

ient

o de

yac

imie

ntos

de

plat

a en

154

0, ta

nto

en M

éxic

o co

mo

en P

erú,

y e

l com

ienz

o de

act

ivid

ades

min

eras

a gr

an e

scal

a su

puso

con

cede

r la

prio

ridad

en

la d

istrib

ució

n de

man

o de

obr

a in

dia

para

la e

xtra

cció

n m

iner

a y

activ

idad

es a

uxili

ares

. La

abol

ició

n de

la e

ncom

iend

a de

serv

icio

per

sona

l, sig

uien

do e

l dec

reto

de

1549

, priv

ó a

los

enco

men

dero

s de

trab

aja-

dore

s in

dios

, que

así

pudi

eron

mov

iliza

rse p

ara

los

serv

icios

púb

licos

ese

ncial

es a

trav

ésde

los

repa

rtim

ient

os o

rgan

izad

os p

or o

ficia

les

del

rey.

Al m

ismo

tiem

po q

ue la

esc

asa

man

o de

obr

a in

dia

se h

acía

men

os a

sequ

ible

par

alo

s pa

rticu

lare

s, se

des

ocup

aron

gra

ndes

ext

ensio

nes

de ti

erra

com

o re

sulta

do d

e la

ex-

tinci

ón d

e su

s pro

piet

ario

s in

dios

. Esto

coi

ncid

ió c

on u

na rá

pida

y c

reci

ente

nec

esid

adde

tier

ra e

ntre

la c

omun

idad

de

colo

nos,

para

sat

isfac

er la

s ne

cesid

ades

nut

ritiv

as d

eun

a po

blac

ión

hisp

ánic

a en

aum

ento

, que

se

cong

rega

ba e

n las

ciu

dade

s, y

que

per-

man

ecía

fiel

a s

us h

ábito

s y

gusto

s tra

dici

onal

es. D

esea

ban

carn

e y

vino

, y p

refe

rían

el p

an b

lanc

o al

maí

z. P

or lo

tant

o lo

s en

com

ende

ros

y ot

ros

pobl

ador

es i

nflu

yent

esy

ricos

con

sigui

eron

que

la c

oron

a le

s ot

orga

ra m

erce

des

de ti

erra

, en

las

que

podr

ían

culti

var e

l trig

o (d

e pr

oduc

ción

más

cos

tosa

que

el m

aíz

y qu

e ne

cesit

aba

más

terre

nopa

ra p

rodu

cir l

a m

isma

cose

cha)

y c

riar g

anad

o eu

rope

o (v

acas

, ove

jas)

. Mie

ntra

s que

la A

mér

ica e

spañ

ola

iba

a se

guir

siend

o un

a civ

iliza

ción

esen

cialm

ente

urb

ana,

ya

desd

ela

mita

d de

l sig

lo x

vi h

abía

cla

ras

mue

stras

de

que

la b

ase

de e

sta c

ivili

zaci

ón ib

a a

ser

el d

omin

io d

el c

ampo

por

par

te d

e un

puñ

ado

de g

rand

es p

ropi

etar

ios.

Al f

inal

de

la p

rimer

a ge

nera

ción

de

la c

onqu

ista

, ya

esta

ba c

laro

que

el n

uevo

mun

do d

e la

s In

dias

esp

añol

as e

staría

con

stitu

ido

por s

ocie

dade

s nu

evas

y d

istin

tas.

Los

conq

uist

ador

es, a

l ins

tala

rse,

tom

aron

el c

ontro

l de

la ti

erra

y la

gen

te; a

unqu

eha

bían

des

truid

o en

una

esc

ala

mas

iva,

tam

bién

esta

ban

empe

zand

o a

crea

r. Tr

aje-

ron

cons

igo

una

conv

icci

ón q

ue fu

e ga

nand

o te

rreno

gra

dual

men

te e

n la

Eur

opa

del

siglo

xvi

: que

el h

ombr

e es

taba

cap

acita

do p

ara

cam

biar

y m

ejor

ar e

l mun

do q

ue le

rode

aba.

«Y

lo q

ue e

s más

de

mar

avill

ar d

esta

s [s

ic]

grue

sas

haci

enda

s», e

scrib

ió F

er-

nánd

ez d

e O

vied

o, «

es q

ue ..

. nin

gún

desto

s ha

llam

os e

n es

tas I

ndia

s, y

que

por n

ues-

tras

man

os e

indu

stria

s se

han

hec

ho e

n ta

n br

eve

tiem

po».

I8 H

erná

n C

orté

s, ex

plo-

tand

o la

s am

plia

s tie

rras

que

hab

ían

adqu

irido

en

el v

alle

de

Oax

aca,

dem

ostró

que

los

conq

uista

dore

s ta

mbi

én t

enía

n su

s am

bici

ones

em

pres

aria

les.

La c

lase

de

soci

edad

que

los

conq

uista

dore

s y

emig

rant

es d

ecid

iero

n cr

ear

ins-

tintiv

amen

te,

era

la q

ue m

ás s

e pa

recí

a a

la q

ue h

abía

n de

jado

en

Euro

pa.

Por

18.

Fern

ánde

z de

Ovi

edo,

His

tori

a ge

nera

l y n

atur

al d

e la

s In

dias

, Mad

rid,

1959

, vol

.I,

p. 1

10.

168

HIS

TOR

IA D

E A

MÉR

ICA

LA

TIN

A

cons

igui

ente

, el

des

tino

de l

os p

uebl

os s

omet

idos

esta

ba y

a pr

eord

enad

o. S

ería

ntra

nsfo

rmad

os,

tant

o co

mo

fuer

a po

sibl

e, e

n ca

mpe

sinos

y v

asal

los

de ti

po e

spañ

ol.

Deb

ería

n aj

usta

rse

a lo

s co

ncep

tos

euro

peos

de

traba

jo, e

inco

rpor

arse

a su

sist

ema

de s

alar

ios.

Se c

onve

rtiría

n al

cris

tiani

smo

y se

«ci

viliz

aría

n» e

n la

med

ida

en q

uesu

s pr

opia

s na

tura

leza

s dé

bile

s lo

per

miti

eran

. No

en v

ano

Cor

tés

baut

izó

a M

éxi-

co c

on e

l nom

bre

de N

ueva

Esp

aña.

Sin

emba

rgo,

una

de

las

cara

cter

ístic

as m

ás n

otab

les

de la

pro

pia

Espa

ña e

ra la

pres

enci

a ca

da v

ez m

ás p

oder

osa

del e

stad

o. T

ras

la m

uerte

de

Isab

el e

n 15

04, p

a-re

cía

que

la la

bor

de lo

s Re

yes

Cató

licos

par

a re

forz

ar l

a au

torid

ad e

n Ca

stilla

se

mal

ogra

ría. E

l res

urgi

mie

nto

de la

s fa

ccio

nes

arist

ocrá

ticas

am

enaz

ó m

ás d

e un

a ve

za

Casti

lla d

e hu

ndirs

e de

nue

vo e

n lo

s de

sórd

enes

que

hab

ían

teni

do lu

gar e

n el

si-

glo

xv. P

ero

Fern

ando

de

Ara

gón,

qui

en s

obre

vivi

ó 12

año

s a

su e

spos

a, g

ober

nóhá

bilm

ente

par

a co

nser

var

la a

utor

idad

de

la c

oron

a. E

l car

dena

l X

imén

ez d

e C

is-

nero

s, qu

e ac

tuó

com

o re

gent

e tra

s la

mue

rte d

e Fe

rnan

do e

n 15

16, d

emos

tró p

o-se

er la

s m

ismas

dot

es p

ara

el m

ando

, y a

sí, C

arlo

s de

Gan

te, n

ieto

de

Isab

el, h

ere-

dó e

n 15

17 u

n pa

ís en

paz

.Pe

ro s

e tra

taba

de

una

paz

prec

aria

, y lo

s ac

onte

cim

ient

os in

icia

les d

el n

uevo

rei-

nado

no

hici

eron

nad

a po

r as

egur

arla

. La

ele

cció

n de

Car

los

com

o em

pera

dor

del

Sacr

o Im

perio

Rom

ano,

en

juni

o de

151

9, d

os m

eses

más

tar

de d

el d

esem

barc

ode

Cor

tés

en M

éxic

o, y

su

post

erio

r sa

lida

haci

a A

lem

ania

, sir

vier

on p

ara

prec

i-pi

tar

una

revu

elta

en

las

ciud

ades

de

Casti

lla c

ontra

el g

obie

rno

de u

n re

y ex

tran-

jero

y a

usen

te. L

a re

vuel

ta d

e lo

s co

mun

eros

(152

0-15

21) c

aló

prof

unda

men

te e

n la

stra

dici

ones

con

stitu

cion

alis

tas

de l

a C

astil

la m

edie

val

y, d

e ha

ber

triun

fado

,se

hub

iera

n im

pues

to li

mita

cion

es in

stitu

cion

ales

al d

esar

rollo

de

la m

onar

quía

cas

-te

llana

. Pe

ro la

der

rota

de

los

rebe

ldes

en

la b

atal

la d

e V

illal

ar, e

n ab

ril d

e 15

21,

perm

itió

a Ca

rlos

y su

s co

nsej

eros

la

liber

tad

de v

olve

r a

esta

blec

er y

ext

ende

r la

auto

ridad

rea

l sin

nin

gún

impe

dim

ento

ser

io. B

ajo e

l rei

nado

de

Car

los,

y m

ás a

ún,

con

Felip

eII

,su

hijo

y s

uces

or (

1556

-159

8), u

n go

bier

no c

ada

vez

más

aut

orita

rioy

buro

crat

izad

o hi

zo s

entir

su

pres

enci

a en

inn

umer

able

s as

pect

os d

e la

vid

a de

Cas

tilla

.Er

a in

evita

ble

que

esta

s cr

ecie

ntes

mue

stra

s de

ene

rgía

por

par

te d

el e

stad

o tu

-vi

eran

tam

bién

su

impa

cto

en la

s pos

esio

nes

caste

llana

s de

ultr

amar

. Las

asp

iraci

ones

de in

terv

enci

ón d

el e

stad

o se

hab

ían

hech

o pr

esen

tes

allí

desd

e el

com

ienz

o, c

omo

ates

tigua

ban

las

capi

tula

cion

es e

ntre

la c

oron

a y

los a

spira

ntes

a c

onqu

istad

ores

. Per

oel

pro

ceso

de

la c

onqu

ista

pudo

esc

apar

se m

uy fá

cilm

ente

del

con

trol r

eal.

El ti

em-

po y

la d

ista

ncia

juga

ron

a fa

vor

de lo

s co

nqui

stad

ores

, y, s

i Cor

tés

mos

tró m

ayor

resp

eto

que

muc

hos

otro

s en

su

com

porta

mie

nto

haci

a la

cor

ona,

fue

por

que

com

-pr

endí

a la

nec

esid

ad d

e te

ner

defe

nsor

es p

oder

osos

en

Espa

ña y

por

que

tuvo

la c

a-pa

cida

d su

ficie

nte

para

apr

ecia

r que

le re

sulta

ría p

rove

chos

o ex

plic

ar s

us a

ccio

nes,

con

tal

que

actu

ara

él p

rimer

o.Pe

ro e

l em

pera

dor

Car

los

V,c

omo

Fern

ando

e Is

abel

ant

es q

ue é

l, no

tení

a la

inte

nció

n de

per

miti

r qu

e su

s re

inos

rec

ién

adqu

irido

s se

esc

apas

en d

e su

con

trol.

En N

ueva

Esp

aña,

Cor

tés

se v

io d

espl

azad

o sis

tem

átic

amen

te p

or lo

s of

icia

les

rea-

les.

Se fu

ndó

una

audi

enci

a se

gún

el m

odel

o de

San

to D

omin

go (

1511

) en

Méx

ico

en 1

527,

bajo

la p

resid

enci

a, q

ue d

emos

tró s

er d

esas

trosa

, de

Ñuñ

o de

Guz

mán

. Este

prim

er in

tent

o de

con

trol r

eal c

reó

muc

ho m

ás m

ales

que

los

que

curó

, per

o el

pe-

ríodo

de

gobi

erno

de

la s

egun

da a

udie

ncia

(153

0-15

35),

com

pues

to p

or h

ombr

es c

on

Page 22: Leslie Bethell - Historia de América Latina Tomo 1 cap 6

LA C

ON

QU

ISTA

ESP

OLA

Y L

AS

CO

LON

IAS

DE

AM

ÉRIC

A

169

may

or c

apac

idad

que

en

la p

rimer

a, d

ejó

clar

o qu

e no

hab

ría s

itio

para

los

conq

uis-

tado

res

en la

Nue

va E

spañ

a de

los

buró

crat

as.

Corté

s sa

lió re

lativ

amen

te a

iroso

, per

o en

Per

ú el

esta

blec

imie

nto

del c

ontro

l rea

lse

logr

ó ún

icam

ente

des

pués

de

una

amar

ga l

ucha

. El p

rete

xto

para

la r

evue

lta d

elo

s pi

zarr

ista

s en

el p

erío

do 1

544-

1548

fue

el in

tent

o pa

ra im

pone

r la

s «l

eyes

nue

-va

s»; p

ero

detrá

s de

esto

se

halla

ba la

mal

a di

spos

ició

n de

los

hom

bres

de

la e

spa-

da p

ara

acep

tar e

l man

dato

de

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bres

de

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lum

a. F

ue s

imbó

lico

que

la re

be-

lión

no fu

era

apla

stada

por

un

sold

ado,

sin

o po

r uno

de

esos

func

iona

rios

expe

rtos

en le

yes,

que

eran

el p

rinci

pal o

bjet

o de

la h

ostil

idad

del

con

quis

tado

r. El

lice

ncia

-do

Ped

ro d

e la

Gas

ea tr

iunf

ó so

bre

los

piza

rrist

as p

orqu

e er

a, s

obre

todo

, un

polí-

tico

con

la h

abili

dad

de e

xplo

tar

las

divi

sione

s qu

e ex

istía

n en

el i

nter

ior

de la

co-

mun

idad

de

conq

uist

ador

es,

entre

los

enc

omen

dero

s y

los

sold

ados

de

a pi

e, q

ueco

dici

aban

sus

pos

esio

nes.

En N

ueva

Esp

aña

desd

e la

déc

ada

de 1

530,

en

Perú

des

de la

de

1550

, la

hora

del c

onqu

ista

dor

habí

a pa

sado

. Una

nue

va c

onqu

ista

, de

tipo

adm

inis

trativ

o, e

sta-

ba to

man

do p

osic

ione

s, di

rigid

a po

r las

aud

ienc

ias

y lo

s vi

rrey

es. N

ueva

Esp

aña

lo-

gró

su p

rimer

a vi

ctor

ia e

n 15

35, e

n la

per

sona

de

Ant

onio

de

Men

doza

, que

sirv

ióal

lí co

mo

virre

y ha

sta 1

550;

y P

erú,

don

de s

e ha

bía

esta

blec

ido

en 1

543

una

audi

en-

cia

empe

zó a

apa

cigu

arse

baj

o el

gob

iern

o de

otro

Men

doza

, el m

arqu

és d

e Ca

ñete

(155

6-15

60).

Poco

a p

oco,

baj

o el

man

dato

de

los

prim

eros

virr

eyes

, el a

para

to g

u-be

rnat

ivo

de la

aut

orid

ad r

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ogró

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ners

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bre

las

nuev

as s

ocie

dade

s qu

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sco

nqui

stad

ores

, los

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iles

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s co

lono

s es

taba

n co

nstru

yend

o. L

as I

ndia

s ya

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-pe

zaba

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ar s

u lu

gar d

entro

de

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mpl

ia e

stru

ctur

a in

stitu

cion

al d

e la

uni

ver-

sal m

onar

quía

esp

añol

a.

Cap

ítulo

7

LOS

IND

IOS

Y L

A C

ON

QU

ISTA

ESP

OLA

Am

éric

a, a

islad

a de

l res

to d

el m

undo

dur

ante

mile

s de

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s, tu

vo u

na h

isto

riadi

fere

ncia

da,

libre

de

influ

enci

as e

xter

nas.

Era,

por

lo ta

nto,

una

com

plej

a in

tera

c-ci

ón d

e fa

ctor

es i

nter

nos

que

tuvo

luga

r a

prin

cipi

os d

el s

iglo

xvi

, y c

onfir

ió a

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varia

das

soci

edad

es in

díge

nas

form

as m

uy d

ifere

ntes

: est

ados

sum

amen

te e

stru

ctu-

rado

s, je

fatu

ras

más

o m

enos

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able

s, gr

upos

y tr

ibus

nóm

adas

y s

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ómad

as. Y

,ha

sta e

se m

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to e

ra u

n m

undo

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plet

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te a

utoc

onte

nido

, el c

ual d

e re

pent

eex

perim

entó

un

golp

e br

utal

y s

in p

rece

dent

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a in

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n de

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bres

bla

ncos

de

Euro

pa,

el c

hoqu

e co

n un

mun

do c

ompl

etam

ente

dife

rent

e.La

reac

ción

de

los

nativ

os d

e A

mér

ica

ante

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n de

los

espa

ñole

s fu

e co

n-sid

erab

lem

ente

var

iada

: des

de e

l ofre

cim

ient

o de

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nzas

has

ta la

col

abor

ació

n m

áso

men

os f

orza

da,

desd

e la

resis

tenc

ia p

asiv

a ha

sta u

na h

ostil

idad

con

stan

te. E

n to

-da

s par

tes,

sin e

mba

rgo,

la ll

egad

a de

esto

s se

res

desc

onoc

idos

cau

só e

l mism

o as

om-

bro,

no

men

os in

tens

o qu

e el

exp

erim

enta

do p

or lo

s m

ismos

con

quist

ador

es: a

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spa

rtes

esta

ban

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ubrie

ndo

una

nuev

a ra

za d

e ho

mbr

es c

uya

exist

enci

a ni

siq

uier

aha

bían

sos

pech

ado.

Este

cap

ítulo

exa

min

ará

los

efec

tos

de la

inva

sión

espa

ñola

so-

bre

los

impe

rios

azte

ca e

inca

, dur

ante

la p

rimer

aet

apa

de la

dom

inac

ión

colo

nial

(en

la d

écad

a de

157

0), c

on p

artic

ular

inte

nsid

ad e

n el

cas

o de

los

And

es; y

tam

bién

cons

ider

ará

brev

emen

te la

s ár

eas

perif

éric

as,

del n

orte

de

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a ce

ntra

l mex

i-ca

na, d

el s

ur y

sud

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de

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And

es c

entra

les,

a fin

de

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enta

r un

cuad

ro m

ás a

m-

plio

de

la «

visió

n de

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venc

idos

».

EL T

RAUM

A D

E LA

CON

QUIS

TA

Inm

edia

tam

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, tan

to e

n M

éxic

o co

mo

en P

erú

los d

ocum

ento

s in

díge

nas

exha

lan

una

atm

ósfe

ra d

e te

rror

rel

igio

so a

nte

la ll

egad

a de

los

espa

ñole

s. A

unqu

e és

tas

eran

inte

rpre

taci

ones

ret

rosp

ectiv

as, t

ales

des

crip

cion

es te

stim

onia

n el

trau

ma

expe

rimen

-ta

do p

or lo

s na

tivos

am

eric

anos

: pro

fecí

as y

por

tent

os v

atic

inab

an e

l fin

de

los t

iem

-po

s; lu

ego,

de

repe

nte,

apa

reci

eron

uno

s m

onstr

uos

de c

uatro

pat

as m

onta

dos

por

cria

tura

s bl

anca

s de

asp

ecto

hum

ano.

En T

enoc

htitl

an, d

uran

te to

do e

l año

, cad

a no

che

se il

umin

aba

por u

na c

olum

nade

fueg

o qu

e ap

arec

ía e

n el

este

y se

veí

a su

bir d

esde

la ti

erra

has

ta e

l cie

lo. U

n m

is-