Lefort- El Problema de La Democracia

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  • 8/12/2019 Lefort- El Problema de La Democracia

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    opolones

    Director: HeraldoMufloz

    Comit de

    Redaccin: Rodrigo

    Alvayay,

    Enri-

    que

    d'Etigny, Cristin

    Gazmuri,

    CarlosHuneeus,

    Carlos Bascufln,Heraldo Muiioz,

    Carlos

    Ruiz,

    Sol Serrano.

    Opciones

    es

    la

    revista

    acadmica del

    Centro

    de

    Estudios

    de

    la Realidad

    Contempornea

    (CERC),

    de

    la

    Academia de

    Humanismo

    Cris-

    tiano.

    El

    titulo de

    la

    publicacin

    simbolizava -

    rios de los propsitos del CERC, como, por

    ejemplo, el deseode

    representar

    decuadamente

    las

    distintas

    disciplinas

    presentes

    en el

    trabajo

    del Centro,

    a intencin de introducir

    y

    discutir

    diversas opciones tericas

    en el

    anlisis de los

    problemasplanteados,

    el

    propsito

    de recoger

    aportes

    acadmicos nacionales

    y

    extranjeros

    tendientes a

    la formulacin

    de visiones

    alterna-

    tivas de

    la

    sociedad

    chilena.

    La Academia de

    Humanismo

    Cristiano

    (AHC)

    es

    una

    corporacinde

    rabajo

    ntelectual,destinada

    a

    promover

    la

    investigacin,

    esarrollo comu-

    nicacinde as ciencias ociales humanas, fu e

    creadaen noviembre

    de 1975

    por

    resolucin

    de l

    entoncesArzobispo de

    Santiago,Cardenal

    Raril

    Silva

    Henrfquez.

    Actualmente,

    la

    AHC

    est

    dirigida

    por

    un

    Di -

    rectorio

    presidido

    por

    el Exmo.

    Arzobispo de

    Santiago,

    MonsefrorJuan FranciscoFresno.

    La

    administracinde

    la

    Academia est

    constituida

    por:

    Vicepresidente: nrique

    d'Etigny

    Secretario

    jecutivo:

    Duncan

    Livingston

    Secretario

    e Finanzas:

    Reinaldo

    Sapag

    CoordinadoraAcadmica:

    Maria Teresa ladser.

    Director

    de Administracin

    y

    Finanzas:

    Carlos

    Santa

    Maria

  • 8/12/2019 Lefort- El Problema de La Democracia

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    Opciones

    aparece

    regularmente res

    veces

    al aiio, aunque

    ocasionalmente e

    contempla

    a

    publicacin

    de

    nirmeros e-

    mticos

    o monogrficos

    especiales. a

    revistaaceptamanus-

    critos

    originales

    para posible publicacin,

    siempre

    que

    se

    ajusten a

    los

    propsitos

    antesmencionados

    se

    enmarquen

    en

    las reas

    actualmente epresentadas

    n el CERC: ciencia

    politica,

    estudios internacionales,

    historia

    y

    filosofia.

    La s

    contribuciones debern

    entregar

    informacin

    e interpreta-

    cin, pero sin entrar en temas demasiadoespecializado s e

    cada disciplina.

    Los

    trabajos,mecanografiados

    doble

    espa-

    cio, debern

    cefrirse la

    estructura

    y

    esti lo

    que

    se

    observa n

    los articulosde la

    revista.

    Toda

    correspondencia

    elativa

    a la

    revistadeber

    dirigirse

    a:

    Revista

    Opciones,

    Centro

    de

    Estudios de

    la Realidad

    Con-

    tempornea,

    Academia

    de Humanismo

    Cristiano,

    Catedral

    1063, 50

    piso,

    Fonos:

    6980864

    -

    6989915

    Santiago,

    hi le.

    Valor de

    la subscripcin

    anual

    (tres

    nmeros

    ms volumenes

    especiales):

    Chile:

    Amrica

    Latina:

    EstadosUnidos,

    Europa

    y

    otras

    egiones:

    40 dlares

    via

    area)

    Enviarcheque

    cruzado

    a

    nombre

    de

    a

    Academia

    de Humanis-

    mo Cristiano

    a

    la direccin

    de

    a revista.

    Valor de

    cada ejemplar:

    Chi le:

    AmricaLatina:

    EstadosUnidos,

    Europa

    otras

    egiones:

    $

    I

    . s00

    30

    dlares

    v ia

    area)

    $

    400. -

    I 0 d lar esv iaarea)

    I 2 dlares

    via

    area)

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    57

    73

    87

    OPCIONES

    Mayo

    -

    Agosto 1985

    No

    6

    MARXISMO

    Y DEMOCRACIA

    Ignacio

    Walker

    El

    Joven Marx

    y

    la

    Democracia.

    Frank

    Cunningbam

    Marxismo

    y

    Reduccionismo

    de

    Clase.

    Norbert

    Lecbner

    De

    la

    Revolucin

    a

    la

    Democracia.

    El

    Debate

    Intelectual

    en

    Amrica

    del Sur.

    Claude Lefort

    El Problemade a Democracia.

    Carlos

    Ruiz

    Tres Crfticas

    a

    la

    Teorfa Elitista

    de la

    Democracia

    (C.

    B. Macpherson,

    Peter

    Bachrach,

    Carole Pateman).

    ARTICULOS

    Sofia Cotea

    Algunos Antecedentes Histricos del

    Proyecto

    Neoliberal

    en

    Ctrile

    (1955-

    19s8) .

    Cristin

    Gazmuri

    I"as Tesis Historiogr:ificas

    de Don Gon-

    zalo

    Vial.

    106

    r17

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    ACERCA

    DE

    LOS

    COLABORADORES

    N

    ESTE

    NUMERO

    Ignacio

    Walker

    P.

    Abogado.

    Licenciado

    en

    Ciencias

    urfdicas Sociales

    Univer-

    sidadde Chile).Master candidato Doctor en Ciencias oliti-

    cas

    (Princeton

    University).

    nvestigador

    sociado

    e

    CIEPLAN.

    Profesor

    e

    Ciencias

    oliticas

    Universidad

    at6lica)'

    Frank

    Cunningham

    Director

    del Departamento

    de Filosofia

    de

    la Universidad

    de

    Toronto.

    Autor

    de

    numerosos

    estudios sobre

    epistemologia

    y

    filosoffa

    politica. Entre sus

    obras

    ms

    importantes

    se

    cuentan

    Objetivity

    in

    Social

    Science,

    University

    of Toronto

    Press, 1973

    y

    Understanding

    Marxism:

    A Canadian

    Introduction,

    Progrest

    Publ ishers, 977.

    Claude

    Lefort

    Fil6solb

    francs.

    Profesor

    de

    la

    Universidad

    de

    Paris, miembrc

    de

    la

    revista Socialismo

    y

    Barbaie,

    autor

    de

    importantes

    librot

    como

    "Maquiavelo,

    el

    Trabajo

    de

    la Obra"

    y

    "La

    Invenci6n

    De '

    mocrtica".

    Norbert

    lchner

    Licenciado

    en Derecho

    y

    Doctor

    y

    Ciencia

    Politica

    (Freiburg,

    RFA),

    es desde

    1974

    profesor

    del

    Programa

    Santiago

    de

    FLACSO.

    Carlos

    Ruiz

    Licenciado

    en Filosofia.

    Doctor

    (C)

    en Filosofia,

    Universidad

    de

    Paris,

    Investigador

    del

    Centro

    de Estudios

    de

    la Realidad

    Contempornea

    (CERC),

    Academia

    de Humanismo

    Cristiano'

    Autor

    de

    trabajos

    sobre

    filosofia

    politica e historia

    de

    las ideo-

    logias

    politicas

    en

    Chile.

    Sofia Correa

    Profesora en Historia. Universidad Cat6lica, autora de numerosos

    trabajos sobre

    Historia

    de Chile.

    Cristin

    Gazmuri

    Abogado

    y

    hofesor de

    Historia.

    Master

    en Historia' Universidad

    de

    Cal i fornia

    (Berkeley,

    EE.UU.).

    Invest igador

    del Centro

    de

    Estudios

    de

    la Realidad

    Contempornea

    (CERC)

    de

    la

    Acade

    mia

    de Humanismo

    Cristiano.

    Autor

    de investigaciones

    sobre

    historiosrafia

    chilena

    e historia

    de

    las deas

    en Chile.

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    ..EL

    JOVENMARX

    Y

    LA

    DEMOCRACIA''*

    Ignacio llalker P

    En las ltimas dcadas a surgidoun creciententersaca-

    dmico

    por

    la obra

    del

    joven

    Marx.

    Ello

    no

    es

    de

    extraflar

    si

    consideramos

    ue

    buena

    parte

    de los trab ajos escritos

    por

    Marx en

    el

    periodo

    1843-1844, uandobordeabaos

    25

    afros

    de

    edad,

    slo

    fueron

    publicados

    en

    la dcadade los veinte

    y

    de los treinta.

    Es

    asi,

    por

    ejemplo,

    como la

    "Critica

    de la

    fi-

    losofia

    del

    estado

    de

    Hegel", a

    la

    que

    nos referiremosen las

    prximas

    pginas,

    y

    nada menos

    que

    los

    "Manuscritos

    eco-

    nmicos

    y

    filosficos",

    slo

    fueron

    publicados stumamen-

    te, en 1927

    y

    1932, respectivamente. s

    interesante onsta-

    tar

    por

    lo tanto,

    que

    los marxistas

    clsicos, e

    Plekhanov

    a

    Lenin,

    pasandopor

    Kautsky

    y

    Bernstein,no tuvieron acce-

    so, en su etapade formacin ntelectual,a estosvaliososes-

    critos

    del

    joven

    Marx.

    Su

    conocimiento

    de

    Marx

    gir

    espe-

    cialmente

    en

    torno a las deascontenidasen

    "El Capital",

    y

    en

    general

    n los escritos conmicos.

    En

    estas ineas nos

    concentraremos

    rincipalmente

    en

    la

    "Critica

    de la

    filosofia

    del estadode Hegel",

    escrita

    en 1843,

    y

    ms especificame nte n el

    problema

    de la democracia. a

    crit ica de Marx al estadomoderno es

    doble:

    por

    un lado, es-

    t la

    separacin divorcio

    entre a

    sociedad

    ivil

    y

    la vida

    po -

    litica,

    y por

    otro lado,

    el

    sistemade

    representacin st

    i-

    gado

    a la

    propiedadprivada.

    Esto

    produce

    una alienacin a-

    dical del

    pueblo

    respecto de la

    estructura

    politica.

    A

    partir

    *

    Agradezco

    los comentarios

    del

    profesor

    Sheldon

    bre marxismo

    (Universidad

    de

    Princeton) escribi

    bilidad sobre el contenido es s6lo

    del

    autor.

    6

    Wolin,

    para

    cuyo

    curso

    so-

    este

    trabajo. La responsa-

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    de

    esta doble

    real idad

    del

    estadomoderno,

    Marx

    plantear

    una

    "sintesis superior",

    eu

    estardada

    por

    la

    "democracia

    real o verdadera".

    En esta, a sociedad

    ivil

    recupera

    u

    "exis-

    tencia

    politica

    autntica",

    de la

    que

    ha

    sido

    privada

    bajo

    el

    estado

    epresentativo

    moderno.

    En el "Rhenische Zeitung"

    En 1841. a s nuevasnstrucciones obre a censura,mpar-

    tidas

    por

    el

    rey Federico

    Guil lermo,

    fueron recibidas

    on

    en -

    tusiasmo

    en toda Alemnia,

    pues

    estaban

    dirigidas

    a mejorar

    la

    precaria

    i tuacinde

    la l ibertad

    de expresin.

    u en este

    contexto

    que

    Marx

    pas

    a

    desempefrarse

    omo

    editor

    del

    "Rhenisclte

    Zeitung"

    (R.2.), puesto

    en el

    que

    permaneci

    entre

    Abri l de

    1842

    y

    Marzode 1843.

    Influido

    por

    la ilustracin

    y

    la

    revolucin

    rancesa,

    l

    pen-

    samiento

    de

    Marx experiment

    una

    fuerte radicalizacin

    du-

    rante su desempeflo omo

    periodista.

    Despus e cinco

    aflos

    en la Un ivers idade

    Ber l in

    (1836-1841) ,

    luegode

    haberse

    sumado

    a los

    "Hegel ianos venes", ntre

    quienes

    as deas

    de la "monarquia l iberal" atin pesabanuertemente,Marx 11e-

    g

    a oponerse

    decididamentea

    las nuevas disposiciones

    seudo-liberales

    elacionadas

    on la

    prensa,

    doptando

    una

    po -

    sicin

    en favor

    de

    la democracia

    olitica:

    "Marx

    se

    vali del

    periodismo

    para

    afirmar

    los

    principios

    del

    liberalismo

    alemn

    y

    europeo, en una

    versinmarcadamente emocrtica

    en -

    cubiertamente

    epubl icana"(

    ) .

    Sus

    primeros

    articulos

    fueron una defensadecididade

    la

    libertad

    politica, que

    no

    erams

    que

    una lusin

    en la

    Alema-

    nia

    de la dcada

    e 1840.

    En

    un comentario obre

    a censura

    prusiana,

    Marx recordaba

    as

    palabras

    de

    Tcito: "

    ;Oh

    rara

    felicidad de los tiempos,

    donde

    es

    pe,rmitido

    pensar

    o

    qu e

    quierasy

    decir 1o

    que

    piensas"

    2).

    La

    necesidad e abrir

    el

    espacio

    polit ico

    lo ms

    posible.

    u

    para

    Marx una

    preocupa-

    cin

    fundamental n ese

    periodo.

    La censura obre

    a

    prensa

    alemana

    oncit

    especialmente

    u inters, onsiderando

    ue

    "sin l ibertad

    de

    prensa,

    as

    dems

    ibertades

    e

    ransforman

    n

    una ilusin"

    (3).

    Como

    otros l iberales

    de su

    tiempo, enfati-

    z el rol

    de

    los

    part idospol i t icos,

    y

    la

    necesidad

    e

    un reco-

    nocimiento amplio de a

    libertad de

    asociacin.

    n

    uno

    de sus

    primero

    articulos en el R.2.,

    Marx sefralaba

    ue

    "sin

    partidos

    (1)

    Richard Htnl.

    The

    Political deas

    of

    Marx

    and

    Engels.

    University

    of Pitts-

    burgh

    Press, 97 )

    p

    39 .

    (2) I-awrenceand Wishart (eds.)Karl Marx - Frederick Engels;collected works,

    (Vo l .

    1 ,London,1975.

    nero, 842)p.131.

    (3)

    Hal

    Draper.Karl

    Marx's

    theory

    of revolution,

    Vol

    1. Monthly

    review

    press,

    197 '7)

    .38.

  • 8/12/2019 Lefort- El Problema de La Democracia

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    no

    hay

    desarrollo,

    y

    sin separacinde

    poderes

    no hay

    con-

    greso" 4).

    Como

    peridico progresista

    de su tiempo,

    el

    R.Z. daba

    cuenta de las ms

    avanzadas

    deas iberales uropeas.

    unque

    se

    trataba de un

    peridico

    iberal,

    que

    no

    se

    dentif icabaco n

    ningn

    sistema

    polit ico

    especifico,estaba

    decidido a defen-

    der la libertad

    polftica

    frente al

    gobierno

    autoritario

    de

    la

    poca.

    En

    sus

    notas

    personales

    Marx sefrala

    ue

    "en

    gene-

    ral . . . el R.Z. nunca ha dado atencinpreferencial alguna

    forma

    de estado en

    especial.

    Su

    inters estabadado

    por

    la

    existencia

    e una comunidadmoral

    y

    racional;

    mirabaa

    las

    aspiraciones

    rovenientes

    e

    ese

    ipo de

    comunidad

    como

    as -

    piraciones

    que

    debian

    realizarse

    ajo cualquiera

    orma

    de

    es-

    tado"

    (5) .

    Aunque

    es un hecho

    que

    ciertas deas iberales

    i

    existian

    en el

    pensamiento

    e Marx,

    estono

    significa

    que

    en esosafros

    l mismo

    fuera

    un

    liberal. Junto

    con

    su

    adhesin la idea de

    libertad,

    puso

    mucho nfasisen el

    problema

    de la

    igualdad,

    llegando a consideraral mismo R.Z. como un medio de

    ex-

    presin

    "popular". En una

    carta

    escrita en Noviembre

    de

    1842, seflalaba ue el R.Z. procurabaexpresar la verdadera

    voz del

    pueblo",

    en una forma independiente

    6).

    Estaesun a

    afirmacin

    nada ingenua,si consideramos

    ue

    por

    esosdias

    la l inea

    polf t ica

    del R.Z. estaba

    iendocuestionada

    or

    las

    autoridades

    prusianas.

    Como algo similar ocurrfa con

    otros

    peridicos,

    a travsde

    sus articulos Marx insisti

    en la nece-

    sidad

    de defenderel

    derechode

    expresin

    del

    pueblo.

    Escri-

    biendo

    sobre

    la

    clausura del Leipziger

    Allgemeine

    Zeitung,

    impuesta

    por

    la autoridad

    politica,

    sefralaba

    ue

    "condenar

    la

    prensapopular,

    es condenar el espiritu

    polftico

    del

    pue-

    blo"(7).

    La idea de

    una

    prensapopular

    est

    basada

    n un

    principio

    democrtico ms

    amplio, segn

    el

    cual todos deberian

    ener

    acceso ibre e igual a la prensa.De estamanera,es a prensa

    misma

    la

    que

    debe llegara ser una institucin democrtica:

    "en

    el mbito

    de

    la

    prensa,gobernantes

    gobernados

    ndis-

    tintamente

    tienen la

    oportunidad

    de criti car sus

    principiosy

    demandas, o ms en

    relacin

    de subordinacin, ino

    en

    tr-

    minos

    de gualdad, omo ciudadanos el

    estado"

    8).

    Una de las cosas nteresantes obre a

    posibilidad

    de una

    Iawrence ndWishart.

    op.

    cit. Junio,1842)p.202.

    Ibid.

    Febrero,

    843)

    .

    363.

    Cartaa Oberprasidenton Schaper.bid. p. 285.

    Ib id .

    Enero,

    843)

    .

    313.

    Ibid.

    Enero,

    843)

    .

    349.

    (4)

    (s)

    (6 )

    (7)

    (8)

  • 8/12/2019 Lefort- El Problema de La Democracia

    10/172

  • 8/12/2019 Lefort- El Problema de La Democracia

    11/172

    Marx desarrollar

    l contenido

    bsico

    de

    un sistema

    demo-

    crtico

    real o verdadero,

    en

    que

    el

    pueblo

    pueda

    superar

    su

    alienacin

    especto

    de

    la

    estructura

    polftica.

    Es al estudio

    de

    estosaspectos

    ue

    dedicaremos

    as

    prximas

    ineas,ba-

    sndonos

    undamentalmente

    n las deasde

    Hegel,

    el

    joven

    Marx

    y

    Rousseau.

    La

    cuestin

    de

    la soberania

    En su critica de la filosofia del estadode Hegel,es a tra-

    vs del

    concepto

    de soberania

    ue

    Marx nos leva

    a la discu-

    s in

    sobre

    a

    democracia.

    echazando

    a

    "mist i f icacin"de

    la soberania

    monrquica

    Hegeliana,

    que

    ignora

    a los seres

    humanos concretos,

    Marx desarrollar

    n

    argumento

    en

    fa-

    vor d e la soberania

    popular,

    en

    que

    las

    "personas eales",

    en

    su

    "part icular existencia

    humana", consti tuyen

    el cuerpo

    soberano.

    Tambin

    veremos

    cmo la

    nocin de sober ania

    expuesta

    por

    Marx, difiere

    de la

    de Rousseau,

    uya

    obra

    ley

    durante sus

    dias

    en Kreuznach.

    En

    trminos

    muy

    generales,

    i la soberania

    dice

    relacin con la

    nocin de

    "auto-determinacin",

    ntonces a

    pregunta que

    surge

    es:

    a la auto-determinacin e quin, o de quienes, os esta-

    mos

    refiriendo.

    En otras

    palabras, quin

    es

    el

    soberano.

    Es a este

    problema,

    a su

    relacin

    con

    el estadomoderno

    y

    la democracia,

    l cual

    pasamos

    referirnos.

    Hegel distingue

    res

    poderes

    diferentes

    al interior

    del

    esta-

    do:

    el

    legislador,

    on

    el

    poder para

    determinar

    establecer

    1o universal;

    el

    eiecutivo,

    con el

    poder para

    subsumir

    casos

    particulares

    y

    las

    esferas

    de

    particularidad

    bajo

    lo universal:

    y

    la corona,

    que

    es

    el

    "poder

    soberano",

    a instanciade

    "riltima decisin

    de la

    voluntad",

    el

    "acto absoluto de

    auto-

    determinacin".

    De tal

    manera

    que,

    para

    Hegel,

    e l

    monarca

    es

    el soberano.

    La

    soberania

    es

    "lo

    individual

    del

    estadoco-

    mo tal, el cual slo en estoes uno . . Estemomentoabso-

    lutamente

    decisivo

    de la

    totalidad

    no

    es,

    pues,

    a individuali-

    dad

    en

    general,

    ino

    un individuo,

    el monarca"

    12).

    La co-

    rona es en sf

    mismael

    estado.

    Esteesel

    poder

    "real"

    dentro

    del

    estado, a

    personif icacin

    el

    estado:

    " la

    personal idad

    del

    Estado,

    se

    hace

    real slo como

    persona,

    en el monar-

    ca"

    (13).

    De

    acuerdo

    a

    esto,

    a "sociedad",

    a

    "comunidad",

    y

    la "familia",

    son todas

    ellas"

    personas

    artificiales"

    (per-

    sonas

    morales),

    que,

    como

    Hegel seflala, erivan

    del

    estado,

    que

    es el

    "todo". El monarca

    es el

    nico

    poder

    "no

    deriva-

    do, sino algo

    que

    simplemente

    oma su

    comienzo

    en

    si

    mis-

    m o "

    ( 1 4 ) .

    ( 1 2 )

    b i d .

    . 3 2 .

    (1

    3) Ib id .

    p .

    37.

    (14)

    b id .

    .

    38

    l 0

  • 8/12/2019 Lefort- El Problema de La Democracia

    12/172

    La

    rplica

    de

    Marx

    es

    que

    esto no es

    ms

    que

    una "mistifi-

    cacin",

    que

    corresponde

    las contradiccion es

    el sistema

    e-

    presentat ivo

    moderno,

    en el

    que

    la consti tucin parece

    o-

    mo una "esfera

    eligiosa",

    desligada

    e a

    "existencia

    oncre-

    ta de

    su

    real idad

    ctual"

    (15).

    La ideahegel iana

    e

    a

    sobera-

    nia monrquica

    es

    una inversin de la realidad,en

    que

    lo

    "feal"

    es

    considerado

    omo

    "abstracto",

    lo

    abstracto omo

    real:

    "Hegel

    describecomo

    abstracto a misma

    forma

    de la

    especie,en que la personaconcreta realizasu contenido en

    ex is tenc ia

    c tua l "

    16) .

    Es

    cierto

    que

    Hegel

    se

    refiere

    a algunas

    ormas

    de

    sobera-

    nia

    popular,

    pero

    Marx

    dir

    que

    no todasel las

    orresponden

    a la idea

    genuina

    de soberania

    popular.

    En

    efecto, Hegel su-

    giere

    cuatro formas

    posibles

    de soberania

    opular:

    1.

    Soberan[a omo

    "nacionalidad".

    De acuerdoa

    esto,

    se

    puede

    hablar

    de

    soberania

    opular

    en el

    sentidode

    que

    un

    pueblo

    es

    autnomo

    para

    el

    exterior

    y

    constituye

    un estado

    part icular"

    (17).

    MientrasHegel

    considera

    ue

    esta

    nocin

    de soberania

    opular

    no es

    del

    todo

    ncompatible on

    su

    dea

    de

    soberaniamonrquica,Marx replica

    que

    en

    verdad

    esto

    no

    correspondea un concepto correcto de soberaniapopular.

    No es ms

    que

    una

    "trivialidad".

    y

    slo significa

    que

    un

    esta-

    do

    es

    soberano

    n relacina otr os estados,

    in

    que

    tenga

    a-

    da

    que

    ver con

    a

    soberanfa

    opular;

    2. Soberania

    en

    "asuntos

    domsticos'1Hegel aflade

    que

    tambin

    "Puede

    decirse

    que

    la

    soberania

    ntrinseca eside

    en

    el

    pueblo,

    cuando

    se

    habla en

    general

    de

    una totalidad, asi

    como

    precedentemente

    e demostr

    que

    la soberania orres-

    ponde

    al Estado"

    (

    I B).

    Pero esteesel

    caso e

    "soberania

    el

    estado"

    ms

    que

    de "soberania

    opular",

    dir

    Marx.

    Considerando

    ue

    para

    Hegel

    el

    monarca

    es "el estadomis-

    mo",

    aiiadeMarx,

    la soberania

    el

    estadono esotra cosa

    que

    la

    soberaniadel monarca.

    De tal

    manera

    que

    esta

    segunda

    o-

    cin tambin correspond e una mistificacin,que ignora a

    existencia

    umana: "

    ;Cmo

    si

    el

    pueblo

    no fueseel Estado

    real El Estado

    es

    1o abstracto.

    Slo

    el

    pueblo

    es o concre-

    to"

    (

    19). De

    tal manera

    ue

    ambas

    ociones e

    soberania

    o-

    (15)

    Texto

    en

    ingls.Karl

    Marx.

    Critique

    of

    Hegel'sDoctine of

    the

    State.

    F,n

    Quintin

    Hoare

    (ed.),

    KARL

    MARX; EARLY

    WRITTINGS.

    Con introduc-

    cion

    de Lucio

    Collett i .

    Vintage

    Books,Neu,' ork,

    1975).

    p.

    89

    (Nota:

    as

    traducciones

    e

    os

    extos

    en ngls onhechas

    or

    el autor).

    (16)

    b id .

    .

    84.

    (17) "Crit icade a Fi losofia . .", op.cit. p. 38 .

    ( 1 8 )

    b i d .

    . 3 8 .

    (19)

    b id .

    p .38.

    l 1

  • 8/12/2019 Lefort- El Problema de La Democracia

    13/172

    pular

    son

    rechazadas

    or

    Marx,

    por

    su

    traccin".

    respectivamente.

    3. Soberania

    en el

    sentido

    "vulgar".

    Aflade Hegel:

    "Pero

    la soberania

    el

    pueblo,

    omada

    como anti tesis

    e a sobera-

    nia

    que

    reside

    en el monarca,

    en el sentido

    vulgarcon

    el cual

    se

    ha empezadoa

    hablar

    de

    soberania

    opular

    en los

    tiltimos

    tiempos;

    en esta

    oposicin, la sob erania

    del

    pueblo

    forma

    parte

    de las

    confusas deas

    a las

    que

    sirve de

    fundamento a

    representacinnculta del pueblo" (20). Esta nocin, propia

    de

    las deasde la

    revolucin

    rancesa,

    muy cercana

    al

    pen-

    samiento

    de Rousseau,

    es

    ciertamente

    ncompatible

    con

    el

    concepto

    orgnicodel

    estadode

    Hegel,

    pues

    "el

    pueblo

    con-

    sideradosin su

    monarca

    y

    sin

    su

    autorizacin,

    que

    es

    su

    com-

    plemento

    necesario inmediato,

    constituye

    a masa

    nforme

    que

    no es

    ya

    un

    Estado

    ."

    (21).

    Sin

    su

    insercin

    en

    el

    "todo", el

    pueblo

    se transforma

    en una "aglomeracin

    de

    tomos", una

    "abstraccin ndeterminada".

    Lo

    que

    ha

    sido

    desechado

    or

    Hegel como

    inconcevible,

    en

    relacin a la "Idea del

    Estado", esconsiderado

    or

    Marx

    como

    la interpretacin

    correcta

    de la soberania

    popular.

    Ambos conceptos, "soberania del monarca" y "soberania

    del

    pueblo",

    son

    de

    hecho incompatibles,

    y

    en

    este

    sen-

    tido Hegel

    es correcto.

    Pero

    esto es

    precisamente

    e lo

    qu e

    toda

    la discusinse

    trata:

    "soberania

    del

    monarca

    o del

    pue-

    blo

    -he

    aqui

    el

    dilema"

    (22),

    dir Marx. Lejos

    de ser

    un a

    cuestin

    "trivial",

    es bastante

    crucial.

    Es asf como

    llega-

    mos,

    finalmente,a una interpretacin

    democrtica

    e

    a

    sobe-

    rania

    popular,

    dentro de

    la

    ri lt ima caTegoria

    eflalada

    or

    Hegel;

    4.

    Soberania

    en su

    "formn

    democrdtica".

    "Si

    se

    entiende

    por

    soberania

    del

    pueblo

    la

    forma

    de

    la

    repblica, con ma-

    yor

    precisin,

    a

    forma de

    la democracia,

    o es

    posible

    ra -

    tar una nocin semejanteen lo

    que

    concierne

    a la Idea del

    estado en su desarrollo

    otal

    ."

    (23).

    Dentro de

    estal-

    tima

    categoria,

    podemos

    distinguir

    tres

    formas

    de

    gobierno

    a las

    que

    nos

    referiremos

    n esta s ineas

    y

    que

    corresponden

    nociones diferentes

    de soberania:

    el

    gobierno

    monrquico,

    que

    corresponde

    la

    "Idea

    de estado

    en su desarrollo

    otal",

    apoyado

    por

    Hegel;el

    gobierno

    democrtico,

    espaldado

    or

    Marx;

    y

    el republicano, poyado

    por

    Rousseau.

    De

    acuerdo

    a Marx, la

    ltima nocin

    de soberania

    opu-

    (20)

    b id .

    .39.

    (21) b id . . 39.

    (22)

    Ibid.

    p.39.

    (23)

    Crit ique

    of

    Hegel 's . .",

    op.

    cit.

    p.

    87 .

    12

  • 8/12/2019 Lefort- El Problema de La Democracia

    14/172

    lar

    sefralada

    or

    Hegel, como incompatible con el

    principio

    monrquico,

    "es

    perfectamente

    orrecta siempre

    que

    se

    ten-

    ga

    una

    nocin

    semejante'

    obre a democracia no una

    "Idea

    totalmente desarrollada' e la misma"

    (24).

    Aparte del

    ue-

    go

    exquisito

    de

    palabras,

    ue

    expresa

    u ntencin de contra-

    poner

    la

    "Idea

    del estado" a la

    "Idea

    de democracia", st a

    afirmacin es

    bastante

    elevante,no

    slo

    porque

    Marx

    rei-

    vindica

    una

    nocin

    semejante" e a democracia omo

    esen-

    cialmente correcta,sino porque declarasu intencin de dis-

    cut ir enseguida una idea totalmente

    desarrol lada e

    la de-

    mocracia".

    El

    punto

    de

    part ida

    de

    la

    discusin

    st

    dado

    por

    la cues-

    t in de la consti tucin

    ol i t ica.

    De acuerdo Marx,

    1o

    carac-

    terist ico del estado

    democrtico

    es

    que

    la consti tucin pa-

    rece

    como la

    expresin

    de la

    "auto-determinacin

    del

    pue-

    blo". No

    son

    as consti tucionesas

    que

    hacena los

    pueblos,

    sino los

    pueblos

    os

    que

    hacen

    as consti tuciones. a cons-

    titucin,

    como creacindel

    pueblo,

    representa

    lo una

    for-

    ma

    particular

    de

    su

    existencia.

    En

    ella,el

    pueblo

    es el

    sujeto,

    el

    actor

    principal:

    " la democracia

    arte

    del hombre

    y

    hace

    del Estadoel hombr e objet ivado" 25). Estoes adicalmente

    opuestoal

    sistema

    Hegel iano, n

    que

    el ho mbre es el estado

    subjet ivado.

    e

    acuerdo

    a Hegel,es a

    consti tucin

    sujeto)

    la

    que

    haceal

    pueblo (predicado);

    quel laes el " todo"

    y

    no

    una

    forma

    particular

    de la

    existencia

    de ste. Marx seflala

    que

    la

    democracia

    s la cons ti tucin

    genrica",

    en la

    que

    concurren

    orma

    y

    contenido:

    "La

    democracia

    s el enigma

    descifradode todas

    las

    consti tuciones.

    n el la

    la consti tu-

    cin

    no

    slo

    es

    en si, segn

    u

    esencia,

    ino

    ambin

    segun

    u

    existencia,

    egnsu

    real idad

    constantemente

    eferida a

    su

    fondo real:

    al hombre

    real,

    a l

    pueblo

    real,

    y

    planteada

    omo

    su

    propia

    obra.

    La constitucin aparece omo lo

    que

    es: un

    producto ibre del hombre" (26).

    En consecuencia,

    o caracteristico

    e a forma

    democrtica

    de

    la

    soberania

    opular

    es

    que

    la consti tucinconsidera l

    hombre

    como un ser "concreto"

    y

    no como

    "abstraccin",

    como ocurre

    con

    el resto

    de

    las consti tuciones n el estado

    moderno.

    Slo bajo

    un sistema emocrtico l hombre

    "es

    una existenciahumana,mientras

    que

    en las otras formas

    pol i t icas,

    el hombre es a existenciaegal. al es a

    diferencia

    fundamental

    e

    la

    democracia"

    2 '7) .

    Si

    estaes a

    caracterist i -

    (24)

    b id .

    .

    87.

    (25) "Crit icade a Fi losofia . .", op. cit.p.40.

    (26)

    Ibid.

    p.

    40 .

    (2'7)

    bid.

    p.

    41 .

    l 3

  • 8/12/2019 Lefort- El Problema de La Democracia

    15/172

    ca

    fundamental

    e

    la

    democracia,

    a

    conclusin e Marx es

    aun ms relevante.

    Desde

    que

    lo caracterist ico

    el sistema

    democrtico s el

    protagonismo

    e

    las

    personas

    oncretas n

    su

    e'xistenciaumana,

    el

    estado

    deja de

    ser

    el

    "todo",

    y

    d-

    viene

    en

    una

    forma "part icular"

    de

    a existencia

    e as

    perso-

    nas.

    A su vez,esto

    conduce

    la

    desaparicinel estadomis-

    mo,

    lo

    que

    a estasalturas

    de

    la

    vida de Marx

    es

    una idea

    bastante

    revolucionaria, aunque

    ya

    ha

    sido sugerido

    por

    otros; "Los franceses

    odernos

    an

    nterpretado sto

    dicien-

    do

    que

    en

    la verdadera

    emocracia esaparecel

    Estado

    po-

    l i t ico.

    Es

    cierto, en el

    sentido de

    que

    en

    tanto es

    Estado

    pol i t ico,

    en

    tanto

    es

    consti tucin,

    a

    no vale

    para

    la

    tota-

    l idad"

    (28).

    De tal manera

    que

    la

    "democracia

    eal

    o verda-

    dera"

    es incompatible

    con

    el "estado

    moderno representa-

    tivo". De hecho,

    como

    veremos,

    aquellaes a

    superacin e

    ste.

    Vemos

    pues,

    que

    es a travs

    de

    la nocin

    de

    soberania

    o-

    pular,

    en

    su

    forma

    democrtica,

    ue

    Marx

    se

    ha

    aproximado

    a

    una

    "idea

    totalmente

    desarrol lada

    e la democracia",

    n a

    que

    las

    personas

    oncretas, n

    su

    verdadera

    xistencia uma-

    na, aparecen omo "la caracteristica istintiva undamental".

    En esta

    "sintesis

    superior".

    que

    corresponde

    la ideade una

    democracia eal

    o verdadera, l

    pueblo,

    como

    cuerpo sobera-

    no, recupera

    u

    existencia

    ol i t ica,

    de

    a

    que

    ha

    sido

    privado

    ba-

    jo

    el estado epresentat ivo oderno.

    Como sabemos,

    sta

    ue-

    va

    sintesis er

    osteriormente

    esarrol lada

    or

    Marx,hasta l

    punto

    de

    pretender

    bol ir,no

    slo

    a

    al ienacin

    el

    hombre

    respecto

    e la

    estructura

    ol i t ica,

    como ocure en

    estacri t i -

    ca a Hegel,

    sino con toda otra forma

    de alienacin,

    ncluyen-

    do la

    religin. Es

    asi como llegar

    afirmar

    que

    para

    el hom-

    bre, "el

    ser supremoes el hombre". Esta

    nocin

    de un hom-

    bre

    totalmente

    soberano onduce

    a

    la necesidad

    de

    derri-

    bar todas as condiciones n lasque el hombreaparece omo

    ser

    esclavizado,

    lvidado,

    abatido

    y

    menospreciado"

    29).

    Si

    dentro

    del Crist ianismo,

    e acuerdoa Marx, a

    soberania el

    hombre no es

    ms

    que

    una

    "fantasia",

    un "sueflo",

    dentro

    de

    una

    "democracia

    perfeccionada"

    el

    hombre

    pasa

    a

    ser

    "una

    real idad

    resente

    material ,

    na mxima

    secular"

    30).

    lCorresponde

    a nocin

    de soberania

    opular

    de

    Marx

    a

    una nuevaversin

    del concepto

    de sobrania

    popular

    desarro-

    l ladoantes

    or

    Rosseau?

    Sabemos

    ue

    Marx

    ley al

    pensador

    rancs

    n

    susdias

    en

    (28) b id . . 42.

    (29)

    Karl Marx. A contribution

    to the critique of H egel's

    philosophy

    of risht

    Intoduction.

    In

    Quintin

    Hoare,

    p. cit.)

    p.

    251.

    (30)

    KarlMarx.On

    he

    Jewish

    uestion.

    In

    Quintin

    Hoare, p.

    ciT.)

    .226.

    t 4

  • 8/12/2019 Lefort- El Problema de La Democracia

    16/172

    Kreuznach.

    No obstante,

    aunque hay

    evidentes

    simil itudes

    entre

    ambos

    autores

    este especto,

    ensamos

    ue

    a nocin

    democrtica

    de

    soberania

    popular

    expuesta

    or

    Marx,

    va ms

    all

    de las ideas

    epublicanas

    de Rousseau.

    ncluso

    creemos

    poder

    llegar a

    sostener

    que

    el

    concepto

    de Marx es radical-

    mente

    dist into

    al de Rousseau,

    n el

    sentido

    que

    las deas

    "republicanas"

    de

    ste

    irlt imo,

    an

    se sitan,

    desde la

    perspectiva

    de Marx,

    en el

    mundo

    pol i t ico

    "abstracto".

    De acuerdoa Rousseau,a soberania, que no esotra cosa

    que

    el ejercicio

    de la voluntad

    general,

    nunca

    puede

    ser

    ena-

    jenada;

    .

    . .

    el

    soberano,

    ue

    es

    simplemente

    l

    ser

    colect ivo,

    no

    admite epresentacin"31

    .

    Esto

    seaproxima

    bastante

    la nocin

    de Marx, en

    cuanto

    a

    que

    la

    soberania o

    puede

    ser enajenada,

    no

    admite representacin.

    unque ambos

    autores

    omparten

    estos

    aspectos

    entrales,

    u aproximacin

    a la

    cuestin

    de la

    soberaniaes ms

    bien diferente.Mientras

    que

    Rousseau

    e concentra

    bsicamente

    n

    su "existencia"

    -la

    soberania o es

    otra cosa

    que

    el

    "ejercicio"

    de la volun-

    tad

    general-,

    Marx

    se

    remite

    a

    su

    "esencia",

    su

    "naturaleza

    verdadera".Pero

    hay

    otras

    diferencias,

    dems

    e

    esta

    de en-

    foque.

    Una

    de

    las

    diferencias

    sicas

    e

    efiere

    a la

    separacin

    ue

    hace

    Rousseauentre "cuerpo

    politico"

    y

    "miembros". Esta

    separacin,

    erdadera

    "alienacin"

    desde a

    perspectiva

    de

    Marx, nos

    aproxima

    ms

    al

    Leviatn

    de Hobbes,

    que

    a la

    "democracia

    real

    o

    verdadera"

    de

    Marx.

    Como seflala

    Rousseau,

    el

    mismo "acto

    de

    soberania",

    basado

    en

    el

    * 'pacto

    social", es un

    "convenioentre

    el

    cuerpo

    y

    cadauno

    de

    sus

    miembros"

    (32).

    Es

    propio

    de toda convencin

    con-

    trato

    el

    de ser un acto entre

    diferentes

    personas,

    iferentes

    voluntades.

    Rousseau a

    incluso

    ms all,

    al

    sostener

    ue

    "el

    pacto

    social

    confiere

    al cuerpo

    politico

    un

    poder

    absoluto

    sobre odos susmiembros,

    es

    estemismo

    poder

    el

    que,

    dir i -gido por la voluntad general,

    leva,

    como he

    dicho, el nombre

    de

    soberania"

    33).

    En

    consecuencia,

    l

    "soberano",

    es un

    "poder

    absoluto",

    dirigido

    por

    la "voluntad

    general",

    ncluso,

    si fuere

    preciso,

    en

    contra

    de los

    "miembros"

    del

    "cuerpo

    politico".

    De

    tal

    forma

    que

    no

    slo os

    miembros

    de la

    socie-

    dad

    pueden

    legar a dejar

    de ser

    el

    cuerpo

    soberano,

    ino

    que,

    de hecho,

    pueden

    llegar

    a transformarse

    n

    'Ifctimas"

    de l

    poder

    soberano, l

    que

    es "totalmente

    absoluto,

    otalmente

    (31)

    J.J. Rousseau.

    he socialcontract.

    p . 69.

    (32)

    Ibid.

    p.

    77

    (33)

    b id .

    .

    7a.

    (St.

    Martin'sPress,

    ew York,

    1964),

    l 5

  • 8/12/2019 Lefort- El Problema de La Democracia

    17/172

    sagrado,

    otalmente

    inviolable"

    (34).

    En este

    sentido

    pode-

    mos

    hablar no

    slo

    de

    "separacin"

    entre el cuerpo

    politico

    y

    sus miembros,

    sino incluso

    con mayor

    propiedad

    de

    un a

    virtual

    "oposicin"

    entre los

    mismos, tal

    que

    "quienquiera

    rehuse

    obedecera

    la voluntad

    general,

    er

    obligadoa obede-

    cer

    por

    el cuerpo total,

    lo

    que

    significa implemente

    ue

    ser

    forzadoa ser

    ibre"

    (35).

    Es

    asi

    como, dentro

    de

    estemomento

    Hobbesiano, o

    slo

    se oponen a "voluntad general"a la 'Voluntad particular",y

    al "inters comtln"

    al

    "inters

    privado",

    sino

    tambin

    los

    "sribditos"

    al "soberano"

    de

    hecho Rousseause

    referir

    a

    la "relacin de

    sujeto

    a

    soberano"

    36).

    El

    mismo concepto

    de

    Rousseau e la

    ' loluntad

    general"

    "cuerpo pol i t ico",

    "cuerpo

    total", "ser colectivo")

    es

    fundamentalmentedis-

    tinto a aquel de

    Marx de

    as

    "personas

    oncretas"

    en

    su

    "exis-

    tencia

    humana"

    real. Detrsde

    estasdiferencias,

    st a dis-

    tincin

    fundamental

    entre

    "ciudadanos"

    (repitblica)

    y

    "pue-

    blo"

    (democracia),

    n

    la

    que

    aquel los

    aparecen omo

    una

    abstraccin e

    ste.

    La separacin

    ntre

    "soberano"

    y

    "pueblo"

    se

    hace

    aitn

    ms evidenteen relacin al concepto de Rousseau e poder

    ejecutivo,

    "que

    no

    puede

    pertenecer

    la

    generalidad

    el

    pue-

    blo como

    legislador

    o soberano"

    (37).

    De

    hecho, el mismo

    gobierno

    aparece

    como

    una

    "persona ficticia",

    un "cuerpo

    intermedio

    establecido

    entre

    sribditos

    y

    soberano"

    (38).

    Es -

    te

    rgano,

    "recibe

    del soberano

    as rdenes

    que

    transmite

    al

    pueblo" (39).

    En

    consecuencia,

    l

    rinico mbito

    en

    que

    el

    pueblo

    es eal-

    mente soberano,

    no

    puede

    caberduda

    alguna

    a este espec-

    to,

    es aquel de

    la legislatura:

    hemos visto

    que

    el

    poder

    le -

    gislativo

    pertenecey

    slo

    puede pertenecer

    al

    pueblo"

    (40).

    Es en

    esta esfera, slo

    en estaesfera, iquiendo

    a

    Rousseau,

    en que la soberaniaefectivamenteno se puedeenajenar, i

    admite

    representacin.

    En el mbito

    de la legislatura

    a

    voluntad

    popular

    es a voluntad

    suprema,

    ontra

    la

    que

    nin-

    guna

    otra

    fuerza

    puede

    actuar: "el

    pueblo,

    desde

    que

    debe

    (34)

    Ibid.

    p.77

    (3s)

    Ibid.

    p.

    64

    (36)

    b id .

    .63.

    ( 3 7 )

    b i d .

    . 1 0 1 .

    ( 3 8 )

    b i d .

    . 1 0 2

    (39)

    b id .

    .

    103.

    (40)

    b id .

    p .101.

    l 6

  • 8/12/2019 Lefort- El Problema de La Democracia

    18/172

    sujecin

    as eyes,

    ebeserel autor

    de

    asmismas"

    41).

    Hasta

    aqui,

    y

    gf,

    relacin a Rousseau, emos esbozado

    a

    diferencia entre la

    "forrna

    democrtica"

    de

    la

    soberania

    po -

    pular, y

    la

    "forma

    republicana"

    de

    la

    misma,

    representadas

    por

    Marx

    y por

    Rosseau, espectivame nte.

    a

    primera

    de

    es-

    tas

    es

    radicalmente

    diferente a la segunda esde

    que

    supera

    las "abstracciones"

    contenidasen la nocin republicana .Fi-

    losficamente, sto

    es, desde

    el

    punto

    de

    vista

    de

    a

    "natura-

    leza verdadera" de las cosas,no hacia gran diferenciapara

    Marx

    que

    un

    principio

    "republicano"

    o uno

    de tipo

    "monr-

    quico",

    estuvieraen

    discusin.

    Ello, en razn

    de

    que

    ambos

    se

    ubican

    en el mundo

    pol i t ico

    "abstracto".Es

    asi

    como

    Marx

    seflala

    que

    "la

    repirblicaes a democracia

    dentro de

    la

    forma

    abstractadel estado.

    En

    consecuencia,a repriblicaes

    la forma

    politica

    abstractade la

    democracia"

    42).

    Este

    no

    es el caso

    del sistemademocrtico,

    en

    el

    que

    "el

    estadoabs-

    tracto ha

    dejado de

    ser

    el momento dominante.

    El

    confl icto

    entre monarquia

    y

    repirblica

    permanece

    como

    un confl icto

    en el marco

    del

    estadoabstracto"

    (43).

    En

    otras

    palabras,

    l

    conflicto en tre Hegel

    y

    Rousseau,

    or

    ponerlo

    de algunama -

    nera, es todavia un confl icto al interior del estadopol i t ico

    abstracto.

    En

    todo

    caso,

    es evidente

    que

    Rousseau enia

    poderosas

    reservas especto

    de la democraciamisma:

    "si

    hubiera una

    nacin formada

    por

    Dioses,

    e

    gobernarfa

    emocrticamente.

    Un

    gobierno

    tan

    perfecto

    no

    est

    al alcance de los hom-

    bres"

    (44).

    Como sabemos, a

    forma

    de

    gobierno preferida

    por

    Rousseau ra la

    de

    una

    "aristocracia

    electiva"

    45), y

    el

    estado

    democrtico

    slo

    lo veia

    posible para

    "paises

    peque-

    flos

    y

    pobres"

    (46).

    En relacin a

    su

    propia

    nocin de

    "de-

    mocracia

    real o verdadera",

    muy diferente de

    la

    de

    Marx

    por

    cierto, Rousseau

    eflala

    que

    "en el

    sentido

    estricto del

    trmino, nunca ha exist ido una

    democracia

    erdadera,

    nunca va a existir. Es

    contrario al

    orden natural

    que

    el

    mayor nmero

    gobierne

    el

    menor sea

    gobernado" 47).

    Si

    la democracia s

    slo

    para

    los Dioses,o

    para

    los

    paises

    pobres y pequeflos,

    es evidente

    que

    la

    nocin

    de soberania

    (41)

    b id .

    p .

    83.

    (42)

    Crit ique

    of

    Hegel 's .

    ."

    (op.

    cit.)

    p.

    89.

    (43)

    Ibid.

    p.

    89 .

    (44)

    "The

    social

    ontract",

    p. cit.

    p.

    114 .

    (4s) b id .p . 114.

    (46)

    b id .

    .

    12s .

    (47)

    lbid.

    p.

    112.

    T7

  • 8/12/2019 Lefort- El Problema de La Democracia

    19/172

    popular

    de Rousseau e aproxima

    ms a la idea

    republicana

    que

    a

    la idea democrtica.Ni los

    principios

    monrquicos

    de

    Hegel, ni los republ icanos e

    Rousseau. e

    acuerdoa

    Marx, resuelven n trminos

    eales, no

    slo

    en

    apariencia,

    l

    principal problema

    del

    estadomoderno:

    el

    divorcio

    entre so-

    ciedadcivi l

    y

    existencia

    ol i t ica.

    Slo

    una nocin democr-

    t ica de

    soberanfa

    opular,

    basada

    en

    las

    personas

    oncretas

    y

    su

    existenciahumana

    particular,

    es capaz de superar

    este

    divorcio radical: "En la democracia,el principio formal es

    a la vez el

    principio

    material.

    Por esta azn es a

    primera

    ver-

    dadera nidad

    de

    lo

    part icular

    lo

    universal. anto

    en a mo-

    narquia

    .

    como

    en

    la

    repi.rblica

    . .

    el hombre

    polit ico

    con-

    duce

    su

    existencia

    particular

    al lado del

    hombre no

    politi-

    co,

    el

    ciudadano

    rivado"

    (48).

    Representacin

    sufragio

    universal

    Habiendo

    ya

    establecido

    ue

    en un estado erdaderamente

    democrtico

    es el

    pueblo

    el

    soberano,

    an se

    hace necesario

    descubrir as contradicciones sicas

    el sistema

    epresentati-

    vo, dentro del estado moderno. Si a travs de la discusin

    sobre a

    monarquia u

    que

    Marx l leg a su

    nocin de sobera-

    nia

    popular,

    en su

    forma

    democrtica,

    s en relacin a la

    le -

    gislatura

    que

    desarrollarsus

    objeciones ms

    importantes

    al sistema

    epresentativo.

    De acuerdoa Hegel, a legislatura,

    ue

    es el

    poder

    de

    de-

    terminar

    y

    establecer ouniversal,

    a total idaddel

    estado

    o-

    l i t ico,

    est

    compuesta

    or

    el monarca,

    quien

    pertenece

    a

    "ltima

    decisinde

    la voluntad",

    el ejecutivo,como

    "cuerpo

    asesor", los

    estados, n cua nto "l t imo

    momento"

    de

    la

    legislatura.

    s

    ustamente

    n

    relacina este

    lt imo

    momen-

    to",

    que

    la discusin

    obre

    a

    representacin

    parece. as

    do s

    secciones

    ue

    integran

    os estados, on

    a claseagricola

    la

    clasecomercial.Mientrasque los primerosparticipanen la ls-

    gislaturapor

    derecho

    propio,

    los segundos

    o

    hacen a travs

    de sus

    delegados. os "slidos

    principios"

    en

    que

    se

    basa

    a

    clase

    agricola

    (familia,

    tierra,

    primogenitura),

    a hacen sufi-

    cientemente ndependiente

    como

    para

    part ic ipar

    por

    si

    misma en la legislatura: esta clase

    es

    particularmente

    apro-

    piada

    para

    una

    posicinpol i t ica

    de

    signif icacin,

    n

    el

    sen-

    t ido de

    que

    su

    fortuna es

    gualmente

    ndependiente

    anto

    de

    la

    fortuna

    del

    estado,

    como

    de la inseguridad

    e

    la

    industria,

    de

    la

    sed de

    ganancia,

    cualquier

    ipo de

    fluctuacin

    de la

    riqtteza"

    (49).

    (48)

    "Crit ique

    f Hegel 's

    (49)

    Ibid.

    p.

    140.

    18

    " ,

    op.c i t .

    p .

    88.

  • 8/12/2019 Lefort- El Problema de La Democracia

    20/172

    Esta

    no es

    a si tuacin e la clase omercial ,

    ue

    carece e

    la

    "independencia"

    e la anterior:

    " la

    segunda eccin

    e os

    estados

    omprende l elemento luctuante

    de la

    sociedad

    i-

    vi l .

    Este

    elemento

    slo

    puede

    entrar en

    pol i t ica

    a travsde

    sus delegados"

    50).

    De tal manera

    que

    por

    la naturaleza e

    la act iv idad

    e

    esta

    clase,

    ue

    necesariamente

    onl leva

    l

    ape-

    go

    a intereses

    art iculares,

    si como

    por

    la mult ipl ic idadde

    su miembros

    y

    su

    carencia

    de independencia,

    sta

    seccin

    est mpedidade part ic ipardirectamente n la vida pol i t ica.

    Deben

    "entrar"

    en

    la

    pol i t ica

    a travs

    e

    a eleccin e

    "de-

    legados",

    ara

    cumplir

    con la

    funcin

    que por

    si mismos

    no

    pueden

    ealizar.

    Hegel aflade

    que

    estos

    delegados o representan

    la so-

    ciedad

    civil como tal, sino a las corporacion es n

    las

    que

    la

    sociedad

    se

    organiza: "a veces

    os delegados

    on

    considera-

    dos

    'representantes',

    pero

    slo son representantes n

    un sen-

    tido orgnico

    y

    racional

    si se constituyen en representantes

    no

    de

    individuos

    de un conjunto

    de ndividuos,

    inode

    una

    de las esferas senciales

    e la sociedad

    de sus

    grandes

    nte-

    reses"

    51).

    De

    tal manera

    que

    dentro

    de

    este

    oncepto rg-

    nico del estado, on las corporaciones s que la sociedad

    civil en

    cuanto tal, las

    que

    son

    representadasn

    a legislatura:

    "en

    consideracina la naturaleza

    de

    la

    sociedadcivil, sus

    delegados

    on

    los

    delegados e lasvarias orporaciones.

    "

    (52).

    De acuerdoa

    Hegel, a sociedad ivil es un "campo

    de

    batal la",

    por

    lo

    que

    es

    nconcebible, n

    virtud de

    su

    concep-

    cin orgnica

    del

    estado,

    una

    representacin

    e algo

    que

    no

    es

    otra

    que

    una

    "aglomeracin

    e tomos".

    Este

    es

    su

    concepto acercade la

    "naturaleza

    de la

    sociedad ivil"; una

    nocin

    Hobbesiana

    e

    un estado

    de

    guerra

    de todos contra

    todos

    (bellum

    omnium contra omnes).

    Esta es

    tambin la

    raz6n

    por

    la cual Hegel

    sospecha e

    cualquiera

    participacin

    directa de

    la

    "masa

    nforme" en la

    esfera ol i t ica, medianteeleccionesirectas: la ideade elec-

    ciones l ibres

    y

    universales

    eja

    esta

    importante

    considera-

    cin

    (representacin

    rgnica)a

    merced

    del

    azar"

    (53).

    La

    sociedad

    civil,

    en

    cuanto tal, carece

    de la cualidad

    para par-

    t ic ipar en el

    sistema

    ol i t ico.

    En

    si misma,es enteramente

    "no

    pol i t ica", y

    el r inico

    intersde

    sus

    miembros

    es el

    de

    satisfacer us intereses

    articulares,

    in mayor

    preocupacin

    por

    el inters

    universal,

    ue

    es

    de

    la

    competencia

    e

    la le-

    (50)

    b id .

    .

    180.

    (s1) b id .p . 97.

    (s2)

    b id .

    .

    196.

    (53)

    b id .

    .

    197.

    t 9

  • 8/12/2019 Lefort- El Problema de La Democracia

    21/172

    gislatura.

    Es

    asi como la idea

    del sufragio

    popular

    se

    hace

    inpensable,

    pues

    "se

    llega necesariamen te

    la indiferencia,

    en

    consideracin

    que

    cadavoto, no

    teniendoms

    que

    un

    efecto insignificante en el conjunto, hace

    que

    muchos

    que

    poseen

    l,derecho

    e

    votar no

    acudana las

    elecciones.

    .

    y

    partido;

    es

    decir, del inters

    particular,

    contingente,

    l

    que

    se

    trataba de neutralizar"

    (54).

    Sostener

    que

    todos, como

    in-

    dividuos,

    debierandeliberar decidir en materias

    politicas

    de

    intersgeneral, es equivalentea una proposicinde colocar

    el elemento

    democrtico sin

    forma

    racional algunaen

    el or-

    ganismo

    el

    estado"

    55).

    Debemos ecordar

    que

    la

    soberania

    popular,

    en

    su "forma

    democrtica", no tenia

    sentido

    frente

    "a

    la Idea del estado

    en su

    desarrollo

    otal",

    de acuerdoa Hegel.

    Algo similarocu-

    rre

    aqui

    en

    relacin al

    sufragio

    popular,

    que

    es equivalente

    "a una

    proposicin

    de

    colocar el

    elemento

    democrticosin

    forma racional

    algunaen el organismo

    del

    estado",

    como he-

    mos sefralado. e esta orma, la "irracionalidad"

    de

    a

    demo-

    cracia

    es opuesta

    a la

    "racionalidad"

    de la

    nocin orgnica

    del estado.

    No slo la sociedad ivil, en cuanto tal, es incapazde de-

    sarrollar

    una funcin

    politica,

    ya

    sea

    eligiendo a

    sus

    repre-

    sentantes

    directamente

    a travs

    del sufragiouniversal,

    ino

    que

    os

    propios

    delegados,

    ue

    son

    elegidos

    por

    las

    corpora-

    ciones en las

    que

    la

    sociedadse organiza,no representan

    los intereses

    particularespropios

    de

    la

    sociedadcivil.

    Ms

    bien representan l

    inters

    universal

    propio

    de la legislatura:

    "como la delegacin

    e

    realizaa los fines

    de discutir

    y

    resol-

    ver

    los

    asuntos

    generales,

    ignifica

    que

    la

    confianzadesigna

    para

    ese

    papel

    a individuos

    que

    comprenden

    mejor esos

    asuntos

    que

    los mandantes,como

    tambin

    que

    debenhacer

    valer no el inters

    particular

    de una comuna o

    de una corpo-

    racin,

    contra

    el

    inters comn, sino esencialmente este

    inters. La situacin de los mismosno consiste, ues,en se r

    mandatarios

    omisionados con instrucciones

    ."

    (56).

    De

    tal manera

    que

    llegamosa la

    pradoja

    de

    que

    los electores,

    al

    designar

    a

    sus

    "representantes",

    ebern servir el

    inters

    del

    "todo",

    ms

    que

    el

    propio

    inters: debe asegurarse los

    electores

    ue

    susdelegados

    elarn

    or

    el nters

    eneral" 57).

    Habindonos

    ya

    referido

    al

    concepto de

    soberania

    popular

    en Marx, no es

    dificil

    imaginarcul

    sersu

    reaccin rente

    a

    (54)

    "Cri t lca

    de la

    f i losof ia

    . . . "

    op. c i t .

    p.

    158.

    (55) "Cri t ique of Hegel 's . ." op. ci t . 185.

    (56)

    "Cri t ica de

    la f i losof ia

    . . . " ,

    op. c i t .

    p.

    152.

    (57 )

    "C r i t i que

    o f Hege l ' s . .

    "

    op . c i t . P .

    195 .

    20

  • 8/12/2019 Lefort- El Problema de La Democracia

    22/172

    este

    sistema

    peculiar

    de "representacin".

    Richard

    Hunt nos

    sefrala

    ue

    Marx

    "no

    se

    opuso

    a la representac in

    omo

    tal,

    sino slo a la r epresentacin

    e

    propietarios"

    58),

    de o

    que

    se colige

    que

    Marx

    no

    se

    habria opuesto

    a la verdadera

    epre-

    sentacin e ciudadanos.

    1o

    abria

    echazado l

    sistema

    e

    representacin

    de "estados"; esto es,

    reducida

    a la s seccio-

    nes agricola

    y

    comercial.

    Afradeel autor,

    que

    Marx

    no com-

    partia

    con Rousseaua

    "aversin"

    de

    este iltimo

    a a represen-

    tacinpol i t ica.Pretendemosemostrar n

    as

    fneas

    iguientes,

    en contradiccin

    a 1o

    que

    sugiereHunt,

    que

    Marx

    si se

    opusoa

    la

    "representacin

    omo

    tal". Aunque estim

    que

    el verdade-

    ro

    sistemade

    representacin,

    asado n

    ciudadanos no en

    propietarios,

    era

    efectivamente

    un "paso

    adelante",

    si

    cues-

    tion

    el

    principio

    de representacin

    en cuanto tal". No

    en

    trminos

    pol i t icos,

    pues

    en este

    entido ra

    un

    progreso, ero

    si

    en

    trminos filosficos

    en

    consideracin

    su

    "naLuraleza

    verdadera"),

    pues

    cualquiera

    sea

    el

    grado

    de

    perfeccin

    de

    un

    sistema epresentativo,

    lo constituye

    una

    solucin en apa-

    riencia";

    una

    solucin

    que

    en todo

    caso es

    propia

    de

    la l-

    gica

    del

    estado

    politico

    moderno,

    estado

    que

    presupone

    a

    separacin e la vida politica y la sociedad ivi l.

    La

    primera

    objecin

    de Marx al

    sistema representativo"

    de

    Hegel,

    es

    que

    en

    verdad ni

    siquiera e rata

    de un verdade-

    ro

    sistema

    epresentativo.

    sta "i lusin"

    de

    representacin,

    est

    basada

    en

    una

    doble contradicci n,

    que

    debe ser descu-

    bierta. De un lado, hay

    una contradiccin

    "formal",

    en

    cuanto a

    que

    los representantes,

    ebiendo

    ser delegados,

    n

    verdad no lo

    son. De acuer do

    a esto,

    "los delegados

    e la

    sociedadcivil

    son

    una

    sociedad

    que

    no

    est elacionada

    on

    los mandantes,

    en forma

    de

    'instrucciones'

    o

    de mandato.

    Son

    formalmente

    comisionados,

    ero

    desde

    que

    son

    reales,

    no

    son

    ya

    comisionados.

    eben

    erdelegadosno

    o son"

    (59).

    Del otro lado, hay contradiccin "material", pues "son

    comisionados

    como representantes

    e los asuntos

    genera-

    les,

    pero

    en

    realidad

    representan

    suntos

    particulares" 60).

    En otras

    palabras,

    os

    degadosno nece sitan esponder

    a

    su s

    mandantes,

    sino ms

    bien

    al "todo".

    De estamanera,

    a

    so -

    ciedad civil no

    slo est

    enajenada

    especto

    de

    la estructura

    politica,

    sino tambi n en relacin

    a

    sus

    propios

    delegados. e

    hecho,

    a

    rinica

    existencia

    olitica

    de a sociedad ivil est

    da -

    da

    por

    el

    acto

    rinico

    de

    elegir

    a

    susdelegados. na vez

    que

    stoshan

    sido elegidos,

    ejande

    ser

    "representantes"

    la

    so-

    ciedad civil

    vuelve a

    su condicin de cuerpo "no

    politico".

    (58)

    Richard Hunt. op. c i t .

    p.

    41 .

    (59)

    "Cri t ica de

    la f i losof ia

    . . . "

    op. c i t .

    p.

    153.

    (60)

    Ibid.

    p.

    1s 3.

    21

  • 8/12/2019 Lefort- El Problema de La Democracia

    23/172

    Dicha

    eleccin,

    or

    lo tanto,

    no

    esms

    que

    un

    "acto

    sensa-

    cional,

    un

    momento de

    xtasis e

    la sociedad

    ol i t ica"

    (61).

    Es claro

    entonces

    ue,

    para

    Marx,

    el

    sistema

    e

    representa-

    cin

    de

    estados

    o

    corresponde

    ara

    nadaa

    un verdadero is-

    tema

    representat ivo.

    eroentonces,

    a

    pregunta

    ue

    surge

    s:

    i ,que

    ocurrecon

    un verdadero istema

    e

    representacin,

    n

    que

    los delegados

    an

    sido

    comisionados,

    n virtud de

    un

    mandato,

    por

    la sociedad

    para

    representarla?

    a hemos di-

    cho

    que.

    segn

    Hunt,

    Marx no se habria opuesto a la re-

    presentacin

    omo ta1,sino

    slo

    a la

    representacin

    asada

    en

    la

    propiedad.

    Segrin

    veremos,

    ambin se

    opuso

    a un sis-

    tema

    representat ivo

    perfeccionado",

    a

    una representacin

    "como

    tal".

    Ya en Diciembrede

    1842,

    como

    periodista

    el

    R.2.,

    Marx

    habia manifestado

    sus

    eservas obre

    el

    principio

    de represen-

    tacin:

    "en

    general,

    er

    representado

    s algo

    pasivo:

    lo o

    que

    es material,

    sin

    vida, incapaz

    de descansar

    obre sf

    mis-

    mo

    requierede

    representacin . .

    la representacin

    o

    debe

    ser

    concebida

    como

    la representacin

    e algo distinto

    a

    las

    personas

    mismas.

    Debe

    ser

    concebida

    como

    la auto-

    representacin el subrayadoes de Marx) del pueblo . . . la

    representacin

    o

    puede

    ser

    vista

    como

    una concesin

    la

    debi l idad

    ndefensa,

    la impotencia,

    ino

    mas

    bien

    como

    la

    vital idad

    propia

    de

    a

    fuerza uprema"

    62).

    Si

    a esas

    alturas

    Marx

    se

    oponia

    a la

    representacin

    en

    general",

    en la critica a

    Hegelsostendr

    ue

    ascontradiccio-

    nes

    del sistema

    epresentat ivo.

    ue

    son las contradicciones

    del

    estado

    moderno,

    han de

    encontrarse

    n la misma

    natura-

    leza de dicho

    sistema,

    no slo

    en

    el

    sistema

    equivocado"

    (no-representat ivo)

    e

    Hegel. Sobre

    la di ferencia

    entre la

    consti tucin

    epresentat iva

    la

    consti tucin

    basada

    n los

    estados.

    Marx nos sefrala:

    la

    consti tucin

    epresentat iva

    s

    un gran avance, ueses a expresinabierta, gicay sin dis-

    torsionesde

    la si tuacin

    del

    estado

    moderno.

    Es una co n-

    tradiccin

    indisimulada"

    63).

    En

    consecuencia,

    l inters

    de

    Marx

    por

    el

    sistema

    representativo

    adica

    precisamente

    en descubrir

    sus

    contradicciones

    aturales, on

    el objeto de

    facilitar

    el desarrollode

    una

    nuevasintesis

    ue

    pueda

    superar

    la separacin

    ntrev ida

    pol i t icay

    sociedad

    ivi l .

    No

    pueden

    exist i r dudas

    pues

    de

    que

    un sistema

    e

    repre-

    sentacin

    de

    ciudadanos

    s

    superior

    a

    un

    sistema

    e

    represen-

    tacin

    de

    propietarios.

    erocon la

    mismaclaridad

    debesos-

    tenerse

    que

    aqul

    es slo

    una

    solucin

    aparenteal

    divorcio

    ( 61 )

    "C r i t i que

    o f Hege l ' s . . "

    op .

    c i t .

    p .

    181 .

    (62)

    Laivrence

    nd

    Wishart .

    op. c i t .

    p.

    306.

    (63)

    "Cri t ique

    of Hegel 's . . "

    op.

    ci t .

    p.

    141.

    22

  • 8/12/2019 Lefort- El Problema de La Democracia

    24/172

    cntre existencia

    ol i t ica y

    sociedad

    ivi l .

    En

    una c arta a

    su

    amigo Arnold Ruge,

    en

    Septiembre e

    1843, Marx

    seflala

    que "este

    problema

    (la

    dist incin

    entre la repre sentacin

    tle

    ciudadanos de

    propietarios)

    lo

    expresa l nivel

    pol i t i -

    co la dist incinentre

    el

    gobierno

    de

    personasel

    que

    Marx

    no

    se

    opone, de acuerdo

    a Hunt)

    y

    el

    gobierno

    de la

    pro-

    piedad

    privada

    .

    .

    Al

    demostrar a

    superiodad el sistema

    representat ivo obrc

    e1

    sistema

    stadual, l

    (el

    cri t ico)

    va a

    obtener a adhesin rctrcade un part ido.Al elevarel sis-

    tema

    representat ivo

    esde

    u

    forma

    pol i t ica

    a un nivel

    gene-

    rai ,

    y

    al demostrar

    el

    signif icado

    erdadero

    ue

    subyace

    n

    ste.

    orzar

    a

    este

    part ido

    a transcenderse

    a

    ir ms al l

    de si misrno

    y

    del sistema

    epresentat ivo)

    pues

    su victoria

    es ambinsu derrota'.

    64).

    Es claro

    puesque,

    aunqueel sistema epresentat ivo

    s

    su-

    perior

    al

    sistema

    stadual,

    l inters i l t imo

    de

    Marx no radi-

    ca en

    el

    sistema

    epresentativo

    mismo,

    sino

    en

    "el

    significa-

    do

    verdadero

    ue

    subyace

    n ste".Al descubr ir l "signif i -

    cado verdadero"del

    sistema

    epresentat ivo,s

    posible

    cues-

    t ionar al sist ema

    epresentat ivocomo tal".

    En

    principios,

    y ba.io el estadomoderno. este sistemaes contradictorio

    en

    si

    mismo,

    sin

    que

    ptteda

    mportar

    o

    "perfecto" que

    pueda

    l legar

    a ser.

    S1o

    uando

    el estado e ransform e

    n

    "el

    cuer-

    po y

    la sangre e

    sus

    conciudadanos"

    65).. y

    el

    pueblo

    sea

    "lo verdaderamenteeterminante"

    66),

    ninguno

    de los

    cua-

    les

    es

    posible

    ajo

    el

    sistema

    epresentat ivo,

    odr

    a

    sociedad

    recuperar u

    existencia

    ol i t ica

    autntica.

    l,Pero

    si no esa travsdel

    sistema epresentativo, mo

    po-

    dr la sociedad

    ecuperar u

    existencia

    ol i t ica?

    Recordare-

    mos

    que

    una vez

    que

    Hegel

    hubo

    desechado

    a

    posibi l idad

    de

    que

    "todos

    en

    cuanto

    individuos"

    pudieran part ic ipar

    en las del iberaciones

    decisiones

    en materias

    pol i t icas

    de inters

    general

    lo

    que

    seria

    "irracional"

    desde

    su

    pers-

    pectivaorgnica), pt en cambio por un sistema e repre-

    sentacin

    travsde delegados.

    e ta l manera

    que

    el

    di lema

    para

    Hegel era si

    la

    participacin

    en

    la

    cstructura

    politica

    debia

    tener ugar

    por parte

    de

    "todos en cuanto ndividu os",

    o bien

    mediante delegados".

    ara

    Marx. en cambio,

    este o

    es el

    di lema: "

    el

    problema

    de saber i la sociedad ivi l debe

    part ic ipar

    en el

    poder

    legislat ivo,

    a

    sea

    por

    intermedio

    de

    delegados,

    por

    la

    part ic ipacrn

    irecta

    de

    ' todos

    indivi-

    dualmente'

    es un

    Droblema

    en el

    interior de la abstra ccin

    (64)

    Kul

    Marx.

    Letters

    from

    the

    Franco-German Yearbooks.

    (In

    Quintin

    Hoare,

    op .

    c i t . )

    p .

    208 .

    (65 )

    R icha rdHun t .

    op . c i t .

    p .41 .

    (66)

    "Cri t ique

    of Hegel 's . . " op.

    ci t .

    p.

    192.

    1. )

  • 8/12/2019 Lefort- El Problema de La Democracia

    25/172

    del

    Estado

    pol i t ico

    o en

    el

    interior

    del '

    Estado

    pol i t ico

    abstracto;

    sun

    problema ol i t ico

    abstracto"

    61).

    E-n a opinin de

    Marx, la sociedad

    ivil deberia deliberar

    y

    decidir

    sobre

    estasmaterias como

    tal". Ni "todos

    en

    cuan-

    to individuos",

    ni a travsde

    "delegados",

    ino

    como

    cuerpo

    social.

    El

    problema

    para

    la

    sociedad

    ivil

    no es el de ser

    re -

    presentada

    por",

    o

    el

    de

    participar

    "en", sino

    el de l legar

    a

    "ser"

    una

    sociedad

    olit ica,

    recuperandoasi su

    existencia

    autntica.De hecho, el que todos en cuanto individuosas-

    piren

    a

    participar

    en la legislatura,

    no

    significa

    otra cosa

    que

    la voluntad

    de todos de ser

    miembros

    eales

    miembros

    ac-

    t ivos) del

    Estado,

    o de darse

    una existencia

    ol i t ica,

    o de

    demostrar

    y

    realizar su

    existencia,como

    existencia

    polit i-

    ca .

    Que

    la

    sociedad

    civil

    penetre,

    pues,

    en masa

    y

    si

    es

    posible

    fntegramente

    n el

    poder

    legislativo,

    ue

    la sociedad

    civil real

    quiera

    sustituir

    a

    la

    sociedad

    ivil

    f icticia

    del

    poder

    legislativo,

    o es otra cosa

    que

    la

    tendenciade la sociedad

    i

    vil a darse

    una

    existencia

    olitica

    o a

    hacer

    de la

    existencia

    pol i t ica

    su

    existencia

    eal"

    (68).

    De tal

    manera

    que

    el

    problema

    de la cantidad

    ("pocos",

    "muchos", "todos"), adquiereuna importancia cualitativa,

    pues

    mplica

    "el

    cuestionamiento

    el

    principio

    de

    representa-

    cin desde

    gu

    propio

    interior"

    (69).

    Una

    vez

    que

    a

    sociedad

    civil deviene

    en la "socieda d

    polftica

    real", la legislatura eja

    de ser mportante

    como cuerpo

    epresentativo.

    Pero

    entonces,

    cmo

    es

    posible

    ransformara la

    sociedad

    civil

    en la

    "sociedad

    politica

    real"? Habindose

    a

    opuesto

    al

    principio

    de

    representacin,Marx seflala

    que

    es a travsdel

    "sufragio

    universal"

    que

    la

    sociedad

    uede

    recuperar

    u

    exis-

    tencia

    politica

    autntica: "se

    trata de la extensin

    y

    la

    ge-

    neralizacin

    amplia

    del voto;

    tanto del sufragio

    activo como

    pasivo" (70).

    Esta

    proposicin,que

    puedeparecer

    hasta nge-

    nua,

    tomada dentro de su

    contexto

    histrico,

    y

    desde

    el

    pun-

    to de

    vista

    ilosfico,

    lega

    a

    serbastante

    rucial.En la Alema-

    nia de 1843,

    esta afirmacin

    aparece omo bastante

    adical.

    Pero no

    fu en un

    sentido

    politico

    o de contexto

    histrico

    que

    Marx entendi

    esta

    proposicin,

    sino

    filosfico:

    "consi-

    derar

    el voto

    slo

    en

    relacin al

    poder

    de

    la coronao del

    eje-

    cutivo,

    es faltar a

    su sentido

    ilosfico, en cuanto

    a

    su

    natura-

    leza

    particular" (71).

    En definitiva,

    el inters de

    Marx no

    (67)

    Crft ica

    de a fi losoffa

    .

    ."

    op.cit.

    p.

    145.

    (68)

    Ibid.

    p.

    147.

    (69) Crit iqueof Hegel 's . ." op. cit.p. 189.

    (70)

    b id .

    .

    191.

    (71)

    b id .

    p .

    191.

    24

  • 8/12/2019 Lefort- El Problema de La Democracia

    26/172

    radica en e l voto mismo,

    s ino en el

    signif icado las conse-

    cuencias

    e

    su

    extensin

    universal, entro

    de

    una

    sociedad

    determinada. si como

    su inters

    esidia

    en el

    "signif icado

    verdadero"del

    sistema

    epresentat ivo,

    s

    que

    en el

    sistema

    mismo, asi tambin

    su ntersestaba

    ado

    por

    la "naturale-

    za

    parTicular"

    el sufragiouniversal,ms

    que

    en

    voto mismo:

    "La eleccin

    es

    a

    relacin

    eal de la

    sociedad ivil

    real

    co n

    la sociedad ivil del poder egislativo, n el elemento epre-

    sentat ivo. a eleccines

    a

    relacin

    nmediata,

    irecta, a

    relacin

    que

    no representa

    olamente, ino

    que

    es,

    de a so-

    ciedadcivi l con el Estado

    ol i t ico.

    Es

    evidente

    ues,

    ue

    a

    eleccin

    onsti tuyeel

    principal

    nters

    ol i t ico

    de

    la ver-

    dadera

    sociedadcivil.

    Slo

    en

    la

    eleccin

    absoluta, anto

    activa como

    pasiva,

    a sociedadcivil l lega realmente

    a

    la

    abstraccin

    e si misma, a la existencia

    olf t ica

    como

    su

    existencia

    esencial, erdadera

    y general.

    Pero

    la termina-

    cin de

    esta

    abstraccin salavez la

    supresin

    aufhebung)

    de la abstraccin.

    Por

    el hecho

    de

    que

    la sociedad ivil ha

    formulado

    realmente su

    existencia

    polit ica

    como su exis-

    tencia verdadera,al mismo tiempo tiene que plantear su

    existencia

    civil,

    en

    su

    diferenciacon

    su

    existencia

    olitica,

    como inesencial. la desaparici n

    e una de las

    partes

    se-

    paradas

    entrafla

    a desaparicin

    e

    la

    otra, su contraria.

    La

    reforma

    electorales

    por

    consiguiente, n

    el interior

    del

    Es -

    tado

    pol i t ico

    abstracto, l

    pedido

    de

    su disolucin, anto

    como el

    de

    a

    disolucinde a

    sociedad ivil"

    (J2).

    En otras

    palabras:

    -

    El

    inters

    de

    Marx radica en

    la

    del sufragiouniversalms

    que

    en el

    vo to ;

    "

    naturaleza

    p

    articu ar"

    significado

    polit ico

    del

    Lo

    que

    expresa a natur alezaverdadera

    del voto es la

    relacin

    ambin verdaderaentre la

    "sociedadcivil real"

    y

    la

    "sociedad

    civil

    ficticia

    de

    la legislatura":es

    decir, expresa a

    verdadera

    situacin del

    estado representativo

    moderno, cu-

    ya

    caracteristic

    rincipal

    es el

    divorcio

    entre

    vida

    polftica

    y

    sociedad ivil;

    -

    Con la

    extensin

    generalizada

    el

    sufragiouniversal, a

    sociedad ivil se

    elevaa

    si misma

    hasta

    el

    punto

    de "abstrac-

    cin de si misma".

    En

    otras

    palabras,

    eja

    de

    ser "no

    politi-

    ca",

    que

    es

    su

    condicindentro

    del

    estado

    ol i t ico

    moderno.

    En

    consecuencia,

    lcanza u

    existencia

    erdadera, u

    existen-

    cia

    politica.

    La sociedad ivi l, habiendo

    dejadode ser

    "no

    po-

    (72)

    "Critica

    de la

    filosofia

    "

    o p .

    i t .

    . 1 5 0 .

    25

  • 8/12/2019 Lefort- El Problema de La Democracia

    27/172

    l i t ica".

    deja

    tambin de

    ser sociedad

    civi l" ,

    como dist inta

    de

    a sociedad

    pol i t ica";

    Fluye de lo

    anterior

    que

    el

    "estado representativo

    mo-

    derno"

    es

    sustituido

    por

    la

    "democracia eal o verdadera",

    de

    forma tal

    que

    el

    divorcio

    entre

    existencia

    olitica

    y

    socie-

    dad

    civi l

    queda

    esuelto

    n trminos

    eales

    no slo

    en apa-

    riencia.

    Volviendo

    a

    Rousseau,

    s

    evidente

    que

    existen

    grandes

    semejanzason las deasde Marx sobre a representacin. e-

    cordaremos

    ue,

    de acuerdo

    Hunt,

    Marx

    no habriacompar-

    t ido

    con

    Rousseau

    a "aversin"de

    ste l t imo a la

    represen-

    tacin. Sostenemos

    ue

    Marx

    no

    slo

    compart i a aversin

    de

    Rousseau

    la

    representacin,

    ino

    que

    incluso

    u ms

    al l

    que

    steen su cri t ica

    al sistema

    epresentat ivo.

    De acuerdo

    a Rousseau,

    la

    idea de la

    representacin

    s

    una

    idea

    moderna.

    Nos viene

    del

    gobierno

    feudal, de

    ese

    sistema

    absurdo

    e inicuo

    que

    degrada

    a

    la raza

    humana

    y

    deshonra

    al

    hombre.

    En las

    repitblicas

    hastaen las monar-

    quias

    de

    la

    antigedad,

    l

    pueblo

    nunca uvo

    representantes;

    la

    palabra

    misma

    era

    desconocida"

    73).

    Aunque

    anto

    Marx

    como Rousseau e refirieron a la representacin esdepers-

    pectivas

    distintas,

    ambos

    se

    opusieron

    decididamente

    ella.

    Mientras

    que

    Rousseau e

    opuso a

    una institucin

    de origen

    "feudal",

    desde

    el

    punto

    de

    vista

    "republ icano",Marx se

    opuso

    al

    "estado

    epresentativo

    moderno",

    desde

    el

    punto

    de

    vista

    de la

    "democracia

    eal o verdadera".

    Pero

    ste u in-

    cluso

    ms

    all

    que

    aqul,

    en cuanto

    excluy,

    en definitiva,

    toda

    forma de

    representacin.

    o

    que

    no

    es el caso

    con

    Rousseau.

    Aunque

    el

    pensador

    rancs

    si

    se

    opuso al

    principio

    de

    re-

    presentacin,

    onsider,

    sin

    embargo, algunas

    excepciones.

    En

    principio

    Rousseau

    stim

    que

    la

    representacin

    ra

    in -

    concebible esdeel

    punto

    de vistade las

    deas

    epubl icanas:

    "desde

    el momento

    en

    que

    un

    pueblo

    el ige epresentantes,

    deja de ser

    libre: deja

    de

    tener

    existencia"

    (74).

    Aflade

    el

    autor,

    que

    "la soberania

    no admite

    representacin

    or

    la

    misma

    raz6n

    que

    no

    puede

    ser

    enajenada; u

    esencia

    es la

    voluntad

    general,

    y

    la

    voluntad

    no

    puede

    ser

    representa-

    da

    -o

    bien

    es a

    voluntad

    general

    es algo dist into;

    no

    hay

    posibilidad

    intermedia.

    En

    consecuencia

    os

    delegados

    del

    pueblo

    no son

    y

    no

    podrfan

    ser sus

    epresentantes;

    on

    me-

    ramente

    sus

    agentes;

    y

    no

    pueden

    decidir

    nada definiti-

    vo"

    (75) .

    (73)

    "The

    social

    contract"

    (74)

    'Ct i t ique

    of Hegel 's

    (7s )

    Ib id .

    p .

    141 .

    26

    o p . c i t .p . 1 4 1 .

    . op .

    c i t .

    p .

    143

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    Dijimos

    anteriormente