Lectura coetánea

50

description

LOS MODELOS ICONOGRÁFICOSDEL QUIJOTE: SIGLOS XVII-XVIIII. APUNTES TEÓRICOS

Transcript of Lectura coetánea

Page 1: Lectura coetánea
Page 2: Lectura coetánea

LITT

ERAE

n ú m e r o

Cua

dern

os s

obre

Cul

tura

Esc

rita

00 Indice 28/1/04 19:06 Página 3

Page 3: Lectura coetánea

LITTERAECuadernos sobre Cultura EscritaRevista anual sobre Historia de la escritura, el libro y la lectura

Directores:

EMILIO TORNÉ y ENRIQUE VILLALBA

Secretaria:

VANESSA DE CRUZ

Consejo Científico:

JAMES AMELANG, FERNANDO BOUZA,

ANNE CAYUELA, ROGER CHARTIER,

AURORA EGIDO, LUCIANO GARCÍA

LORENZO, MARIO HERNÁNDEZ,

VÍCTOR INFANTES, PABLO JAURALDE,

CÉSAR ANTONIO MOLINA,

JOSÉ ANTONIO MOREIRO y

ANTONIO RODRÍGUEZ DE LAS HERAS

Consejo de Redacción:

PILAR AZCÁRATE, ANANDA DE CARLOS,

ANTONIO CASTILLO, FEDERICO CASTRO,

JAVIER GALÁN, DAVID GARCÍA HERNÁN,

CRISTINA JULAR, JOSÉ MANUEL LUCÍA,

DIEGO NAVARRO, LUZ NEIRA,

CARLOS OLMEDA, JUAN PIMENTEL y

VIRGINIA ORTIZ-REPISO.

Correspondencia a

LITTERAE

Enrique Villalba

Desp. ..

Facultad de Humanidades, Comunicación

y Documentación

Universidad Carlos III de Madrid

c/ Madrid,

GETAFE (Madrid)

[email protected]

Imagen de cubierta: A partir de un detalle de la

obra Lectura, de Ana Sánchez.

Diseño gráfico: &

La edición de LITTERAE, Cuadernos sobre

Cultura Escrita, ha contado con una ayuda

del Vicerrectorado de Actividades Culturales

de la Universidad Carlos III de Madrid

Edición y venta:

CALAMBUR EDITORIAL, S.L.

c/ María Teresa, , º D. Madrid

Tel.: . Fax: .

[email protected]

www.calambureditorial.com

ISSN: -

DEP. LEGAL: M-.-

00 Indice 28/1/04 19:06 Página 4

Page 4: Lectura coetánea

Í N D I C E

CONVERSACIONESARMANDO PETRUCCI: un paseo por los bosques de la escritura

Una entrevista de ANTONIO CASTILLO GÓMEZ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

ESCRITURASELISA RUIZ GARCÍA

La devoción o la búsqueda de la felicidad (-) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . JOSÉ MANUEL LUCÍA MEGÍAS

Los modelos iconográficos del Quijote: siglos XVII-XVIII. , Apuntes teóricos . . . . . . . . MARÍA ÁNGELES GARCÍA COLLADO

Lectura y lectores de literatura de cordel en Brasil . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ENRIQUE VILLALBA

Sospechosos en la verdad de lo que pasa ante ellos. Los escribanos de la Corte en el Siglo de Oro: sus impericias, errores y vicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

MARINA VIANELLO

La identidad del hipertexto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

LECTURASPETER BURKE, Historia social del conocimiento: de Gutenberg a Diderot,

por DIEGO NAVARRO BONILLA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Historia de la cultura escrita: Del Próximo Oriente Antiguo a la sociedad

informatizada, coord. Antonio Castillo Gómez,por PILAR AZCÁRATE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

PATRIZIA GABRIELLI, Mondi di carta. Lettere, autobiografie, memorie,por VERÓNICA SIERRA BLAS: De la memoria privada a la construcción de la memoria colectiva . . . .

La edición en España (-), dir. Jesús A. Martínez Martín,por GENARO LUIS GARCÍA LÓPEZ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

VERÓNICA MATEO RIPOLL, El clero y los libros / La cultura de las letras,por VERÓNICA SIERRA BLAS: «Libros sobre libros»: una biblioteca eclesiástica en la Edad Moderna . .

litterae, 2 (2002)

00 Indice 28/1/04 19:06 Página 5

Page 5: Lectura coetánea

litterae, 2 (2002)

Refúgios do eu: educação, história, escrita autobiográfica / Destinos das letras: história, educação e escrita epistolar, coords. Ana Chrystina Venancio Mignot, Maria Helena Camara Bastos y Maria Teresa Santos Cunha // MARLON SALOMON, As correspondências: uma histôria das cartas e das práticas de escrita no Vale do Itajaí,

por VANESSA DE CRUZ y VERÓNICA SIERRA BLAS: A invenção do cotidiano: Reflexiones sobre

las escrituras personales en Brasil . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

INVENCIONESFORGES

¡Declárese lector! . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . JOSÉ MARÍA PARREÑO

Relatos de bibliófilos, librosaurios y bibliopiratas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ANDREW LANG

El purgatorio de un bibliófilo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ANA SÁNCHEZ

Lecturas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . EMILIO TORNÉ

La textura del origen: la serie Lecturas de la artista Ana Sánchez . . . . . . . . . . . . . . . . . .

LITTERAEVANESSA DE CRUZ

Hablando sobre lo escrito, II: Memoria de actividades de LITTERAE, Seminario sobre cultura escrita (curso -) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

EMILIO TORNÉ y VANESSA DE CRUZ

Normas de presentación de originales a Litterae . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

00 Indice 28/1/04 19:06 Página 6

Page 6: Lectura coetánea

L O S M O D E L O S I C O N O G R Á F I C O S

D E L Q U I J OT E : S I G L O S X V I I - X V I I I

I . A P U N T E S T E Ó R I C O S

JOSÉ MANUEL LUCÍA MEGÍAS*

.EN , La Ilustración artística dedicó un número especial a la iconografía de las edi-

ciones del Quijote (FIG. ). Con más de cienreproducciones de diferentes portadas y grabados,procedentes de la magnífica biblioteca cervantinaque había reunido en Barcelona D. Isidro Bon-soms, sigue siendo hoy en día una referencia obli-gada para el estudio de la iconografía del autorcomplutense. J. L. Pellicer, ilustrador a su vez delQuijote, publica en sus páginas uno de los pri-meros análisis de conjunto de los grabados quijo-tescos, siguiendo el hilo argumental de los estantesde la biblioteca del bibliófilo catalán. Han pasadomás de cien años de este magnífico ejemplar, ytodavía hoy en día debemos acercarnos a él enbusca de materiales y de análisis de conjunto.

En un conocido pasaje de la Segunda parte(II, ), Sancho Panza, hospedado junto a su amo en una venta en donde ven en«unas sargas viejas» pintadas las historias de Elena y de Dido, le dice a Don Qui-jote: «Yo apostaré que antes de mucho tiempo no ha de haber bodegón, venta ni

* Universidad Complutense de Madrid, Centro de Estudios Cervantinos, [email protected]

LITTERAE. Cuadernos sobre Cultura Escrita, (), pp. -.

FIG. . Portada de La Ilustraciónartística ().

03-JM Lucía 59-103(4ª) 28/1/04 19:11 Página 59

Page 7: Lectura coetánea

mesón, o tienda de barbero, donde no ande pintada la historia de nuestrashazañas». Y así ha sido: pero más que de bodegones o de ventas, o de tiendas debarbero, hoy nos quedan pinturas en libros impresos en todas las lenguas imagi-nables, en frescos de numerosos palacios, o en tapices que decoran hoy museospero que, en su momento, sirvieron para dar calor a las paredes más aristocrá-ticas de media Europa, sin contar los panfletos caricaturescos, los cuadros o lasesculturas que se levantan a lo largo y a lo ancho del mundo.

Valgan estos datos para poner en evidencia las dos limitaciones con quehoy en día, a principios del siglo XXI y unos años antes de la celebración de unnuevo centenario de la publicación de la primera parte del Quijote en el ,es necesario superar para llevar a cabo un estudio de la iconografía cervantina,aunque pensemos limitarnos, como así lo haremos en este estudio, a las edi-ciones impresas durante los siglos XVII y XVIII: la enorme cantidad de edicionesilustradas y la falta de herramientas de trabajo para poder acceder a este materialde manera completa o, al menos, satisfactoria.

Si en el campo iconográfico debemos volver, una y otra vez, a los textos dealgunas introducciones de las ediciones decimonónicas de la obra cervantina, alcitado trabajo de Pellicer, al estudio de H. S. Ashbee de o a los comenta-rios que Juan Givanel Mas y «Gaziel» (Agustín Calvet) fueron desgranando ensu Historia gráfica de Cervantes y del Quijote (Madrid: Editorial Plus Ultra,), tampoco es mucho más alentador el panorama de la catalogación de lasediciones de la obra cervantina. El catálogo de Leopoldo Rius (Bibliografía crí-tica de las obras de Miguel de Cervantes Saavedra, Madrid: M. Murillo, -), en tres volúmenes, y el de los Suñé (Bibliografía crítica de las ediciones del«Quijote» impresas desde hasta , recopiladas y descritas. Barcelona: Perelló,), sin olvidar los generales de Palau o Simón Díaz o de los catálogos elec-trónicos de algunas bibliotecas, siguen siendo hoy en día puntos de partida para

JOSÉ MANUEL LUCÍA MEGÍAS litterae, 2 (2002)

Esperemos que al terminar el no tengamos que hacer un balance tan negativo como el queexpresaron los periódicos de la época en : «Mejor fuera que no se hubiera celebrado. Losque tenían la obligación de organizarlos, llevarán sobre sí para siempre la vergüenza deldesastre» (El Imparcial, de mayo), o «Concluyamos, pues, condoliéndonos de que las fiestaspreparadas en honor de Cervantes resulten un fracaso completo y constituyan una vergüenzanacional» (El Nacional, de mayo).

An Iconography of Don Quixote (-). Printed for the Author at the University Press(Aberdeen). Issued by the Bibliographical Society.

Al que habría que añadir, para ser exactos: Bibliografía crítica de ediciones del Quijote, impresasdesde hasta , recopiladas y descritas por Juan Suñé Benages y Juan Suñé Fonbuena, conti-nuada hasta por el primero de los citados autores y ahora redactada por J. D. M. Ford, Y. C.T. Keller. - A Critical bibliography of editions of the Don Quixote printed between and…, Cambridge, Mass.: Harvard University Press, .

03-JM Lucía 59-103(4ª) 28/1/04 19:11 Página 60

Page 8: Lectura coetánea

conocer el corpus bibliográfico cervantino. Y en muchos de estos trabajos,como así sucede con los espléndidos catálogos de Rius o de los Suñé, se indicala aparición de diferentes grabados, y, en algunos casos, el nombre de sus dibu-jantes y grabadores, pero sin el apoyo de ilustraciones. Un catálogo bibliográficoilustrado con las estampas cervantinas y con variado material facsimilar era(casi) impensable a principios del siglo XX, pero hoy podría incorporarse (casi)sin ningún problema técnico ni tampoco económico si pensamos en lasenormes posibilidades que ofrece el CD-Rom o Internet. Por otro lado, la granmayoría de estos catálogos se basan en la consulta de algunas espléndidas biblio-tecas de tema cervantino, como las que Rius o Suñé, sin ir más lejos, llegaron areunir, y están realizados cuando todavía no se había desarrollado la bibliografíacientífica, tal y como hoy la conocemos. Sus resultados, por estas y otras causas,fueron espléndidos en su momento, pero adolecen de enormes limitacionespara nuestros intereses científicos actuales.

A la falta de herramientas científicas hay que añadir otra dificultad: el valorartístico de las estampas, algunas de ellas firmadas por los más renombradosdibujantes y grabadores de su momento, y si a esta consideración añadimos elhecho de que muchas se encuentren en hojas sueltas, encontramos que es máshabitual de lo esperado (y de lo deseable) su desaparición de los ejemplares con-servados (y que se pueden consultar en las bibliotecas públicas a lo largo yancho del mundo). ¡Cuántas tiendas de anticuario y de grabados antiguos con-servan en sus carpetas algunas de estas imágenes arrancadas de sus preciadoslibros, para los que fueron creadas y que le dan sentido! ¡Cuántas edicionesinteresan sólo por los grabados que contienen, y que son más rentables si se

litterae, 2 (2002) Los modelos iconográficos del Quijote: siglos XVII-XVIII…

A este corpus, habría que añadir una serie de trabajos de catalogación particulares, igualmenteesenciales, como los siguientes, que se citan, eso sí, sin ánimo de exhaustividad: Miguel San-tiago Rodríguez, Catálogo de la biblioteca cervantina de don José Mª de Asensio y Toledo, Madrid:[s.n.], ; Antonio Palau y Dulcet, Bibliografía de Don Miguel de Cervantes Saavedra: conbreves el valor comercial de la mayoría de los impresos descritos y notas críticas, Barcelona: SanFeliu de Guixols, M. Viader, ; Luis María Plaza Escudero, Catálogo de la colección cervan-tina Sedó, Barcelona: José Porter, -; Joseph L. Laurenti, «Presencia de Cervantes en laNewberry Library de Chicago: Los Quijotes del siglo XVIII.» Actas II Congreso AC, Barcelona:Anthropos, , pp. -, Encarnación Sánchez García, «El fondo cervantino (siglos XVII-XIX) de la Biblioteca Nazionale Vittorio Emanuele II de Nápoles», Actas II Congreso AC, Bar-celona: Anthropos, , pp. -, o Works by Miguel de Cervantes Saavedra in the Library ofCongress, comp. Reynaldo Aguirre, ed. Georgette Dorn, Magassy, Washington D.C.: His-panic Division- Library of Congress, . Lamentablemente, el volumen publicado por JoséMaría Casasayas Truyols, Ensayo de una guía de bibliografía cervantina. Vol. . Ediciones caste-llanas del Quijote hasta su tricentenario (-). Relación ordenada y compuesta por… adusum del cervantista bibliófilo, Palma de Mallorca: edición del autor, , no viene a mejorarmucho la desoladora situación anterior.

03-JM Lucía 59-103(4ª) 28/1/04 19:11 Página 61

Page 9: Lectura coetánea

venden sueltos que como una unidad bibliográ-fica! Por este motivo, y siempre que haya dudas, sehace necesaria la consulta de, al menos, dos ejem-plares de una misma edición para poder confirmarque el programa iconográfico que estudiamos esque el se imprimió. En caso contrario, podemosencontrarnos con sorpresas que terminan por con-fundir y crear fantasmas críticos, que, por la difi-cultad de la consulta de las ediciones originales ode herramientas específicas, perduran a través deltiempo. Veamos un solo ejemplo.

Givanel y Gaziel indican que en la edicióninglesa del Quijote que publican los hermanosTonson en Londres en , se utilizan lasmismas planchas de los grabados que habíanusado para su edición en español de la obra cer-vantina de , la primera edición de lujo de laobra; pero al juego inicial se ha añadido una

nueva, que muestra al hidalgo Alonso Quijano en su casa leyendo libros decaballerías:

El editor y el dibujante, que es el mismo Vanderbank, se empeñan en que sea unaimagen de Don Quijote en trance de leer libros de aventuras en su biblioteca. […] A noso-tros, no obstante, nos parece muy otra cosa. Si nos mostraran suelta esta lámina, sin lamenor advertencia, y nos preguntasen: «¿Quién es este?», contestaríamos sin vacilar: «EsShakespeare». (pp. -).

Pero en realidad, esta imagen ya aparece en la edición de (FIG. ) y, curio-samente, en el pie se indica que ha sido grabada por Geo. Vertue en , quinceaños antes de su impresión original. Seguramente el error proceda de su ausenciaen el ejemplar que Givanel y Gaziel estaban utilizando para su análisis, y que leslleva a imaginar un —por otro lado muy sugerente— juego de identidades entreCervantes y Shakespeare, o entre el hidalgo Alonso Quijano y Shakespeare si que-remos ser más exactos y multiplicar el juego de identidades entre ficción y realidad.

La consulta de varios ejemplares de una misma edición ilustrada —en espe-cial en los primeros siglos cuando aparecen en láminas sueltas— para poder pre-cisar el programa iconográfico se hace más que necesario si se lleva a cabo un fac-símil, ya que podemos estar reproduciendo un ejemplar (con su particular historiay mutilaciones) creyendo estar haciéndolo con la edición. En , se publicó elfacsímil de la edición alemana del Quijote de , la primera con ilustraciones

JOSÉ MANUEL LUCÍA MEGÍAS litterae, 2 (2002)

FIG. . El hidalgo Alonso Quijanoleyendo libros de caballerías:Vanderbank (Londres, ).

03-JM Lucía 59-103(4ª) 28/1/04 19:11 Página 62

Page 10: Lectura coetánea

quijotescas. En ningún momento se indica la ubicación del ejemplar que hanusado para llevarla a cabo. Pero en el citado ejemplar faltaba un grabado del pro-grama original: el que representa la Aventura de los Molinos de viento, que sí apa-rece en el ejemplar conservado en la Biblioteca Nacional de Madrid de

(Frankfurt: Thomas Mathias Gotzen), que reutiliza las planchas de la edición de. De este modo, el facsímil de publicado en Hamburgo no está más quereflejando un ejemplar de la edición, un ejemplar impropio al estar mutilado.

Al margen de las diferentes reproducciones en algunas de las ediciones con-memorativas del tercer centenario del Quijote, en catálogos de exposicionesbibliográficas celebradas a lo largo del siglo XX, de los estudios antes mencio-nados o del material —no siempre de la misma calidad— que puede consultarseen algunos portales en Internet, el panorama no puede ser más desalentador…justamente en estos momentos en que la tecnología digital haría sencillo lo quehubiera sido un esfuerzo titánico en otras épocas: en la actualidad contamos conescasas reproducciones de las miles de imágenes que se han impreso en lascientos de ediciones ilustradas del Quijote; escasas reproducciones y, en muchasocasiones, de muy mala calidad. Por este motivo, no puede extrañar que losestudios sobre la iconografía quijotesca vuelvan una y otra vez a las mismasfuentes, agotando en ellas sus conclusiones y puntos de vista. Ante esta situa-ción, y con los ojos puestos en la conmemoración del cuarto centenario de lapublicación de la primera parte de texto cervantino en el , el Centro deEstudios Cervantinos (Alcalá de Henares) está creando un banco de imágenesquijotescas, para su posterior difusión en Internet y en CD-Rom, que recoja,

litterae, 2 (2002) Los modelos iconográficos del Quijote: siglos XVII-XVIII…

E incluso, si queremos rizar el rizo, podríamos ir más allá, ya que sólo hemos consultado unejemplar de la citada edición facsímil, la que se conserva en la Bibliothèque Nationale deFrance (París). ¿La ausencia del grabado que representa la Aventura de los Molinos de vientose ha consumado en la edición facsímil al faltar en el ejemplar que utilizan de modelo, o suausencia hay que buscarla en el ejemplar facsímil conservado en la biblioteca francesa? La con-sulta de más de un ejemplar se hace, más que nunca, necesario para el estudio de la jerarquíaiconográfica que ofrecen las distintas ediciones ilustradas del Quijote.

Por sólo citar unos ejemplos: Catálogo de la exposición antológica de ediciones ilustradas de «ElQuijote», Madrid: Excma. Diputación Provincial de Madrid, (ilustraciones en blanco ynegro); Cervantes y el mundo cervantino en la imaginación romántica, dir. Carlos Reyero, Alcaláde Henares: Ayuntamiento, , o el volumen Cervantes en el arte, con dos artículos de Mar-garita Ramírez Rigo, Alcalá de Henares: Centro de Estudios Cervantinos, .

Entre los más interesantes, pueden consultarse los siguientes: Proyecto Cervantes :http://csdl.tamu.edu/cervantes/english/ctxt/sb/galatea/index.html; Obras Completas deCervantes (Fred Jehle y Eduardo Urbina): http://users.ipfw.edu/jehle/wcimages.htm; Lapágina de Cervantes: http://cervantes.uah.es/galeria.htm; El conjuro de los libros:http://cvc.cervantes.es/obref/conjuro_libros/; Exposición virtual de «Don Quijote de laMancha»: http://quixote.mse.jhu.edu/index-es.html

03-JM Lucía 59-103(4ª) 28/1/04 19:11 Página 63

Page 11: Lectura coetánea

con buena calidad, el corpus completo de los grabados sobre tema quijotescoque se ha impreso hasta el , así como los materiales iconográficos de cual-quier naturaleza: grabados sueltos, caricaturas, cuadros, tapices, dibujos, etc.etc., que tengan a Don Quijote y sus aventuras como motivo. La empresa estitánica, sin lugar a dudas; pero también útil y necesaria; imprescindible meatrevería a escribir. Esta misma idea de divulgación de nuestro patrimonio cul-tural y artístico, me ha llevado a dirigir una colección en la editorial madrileñaOllero & Ramos, «Tesoros iconográficos», en donde se reproducirán en papellos juegos completos de grabados de las ediciones más trascendentales del Qui-jote. Queda mucho por hacer… casi todo por hacer; pero lo importante esromper en algún momento este nudo gordiano que está ahogando y empobre-ciendo los estudios sobre el tema.

. Por otro lado, el estudio de la iconografía del Quijote se ha movido en dospolos diferentes (y en ocasiones sin ninguna conexión entre ellos): el de losestudiosos del arte y el de los amantes de la obra cervantina, que durante dema-siado tiempo —justo en esos años de esplendor de la catalogación y el estudiode la iconografía cervantina—, miraron la obra como la brújula que señalara ala figura del caballero manchego y a otros personajes de la obra como imagendel «alma» española. Ni finales del siglo XIX ni los años posteriores a la GuerraCivil fueron los más propicios para que la ciencia se mantuviera distanciada dela realidad ideológica en que se estaba fraguando. Por este motivo, todo lo quese saliera de un modo «pre-figurado» sobre la representación de los héroes man-chegos, de sus gestos, costumbres, geografía y cronología debía ser perseguido,criticado entre exclamaciones difamatorias. En este sentido, no deja de ser hijade su tiempo esa obsesión por «españolizar» las ilustraciones del Quijote que seaprecia en el libro de Givanel y de Gaziel. En el recorrido que hacen por las dife-rentes ilustraciones de los siglos XVII y XVIII, se lamentan en dos ocasiones (altratar las ediciones madrileñas de y de ) que las imágenes grabadas eimpresas en suelo hispánico sigan de cerca a alguno de sus modelos europeos.Por este motivo, no pueden dejar de exclamar, con un cierto orgullo (que hoyno podríamos compartir) que al terminar el siglo XVIII, ese siglo dominado porla imaginería francesa e inglesa, el mejor Quijote ilustrado sea uno publicado enEspaña. Vale la pena reproducir sus palabras, para así situar en su contexto

JOSÉ MANUEL LUCÍA MEGÍAS litterae, 2 (2002)

En este sentido, pueden consultarse los trabajos de Francisco Calvo Serrallet, Ilustraciones alQuijote de la Academia, Madrid: Turner, ; Vicente Ferrán Salvador, «Ilustradores valen-cianos del Quijote», Revista bibliográfica y documental, , nº - (enero-junio ), pp. -o los trabajos de Margarita Ramírez Rigo en el citado volumen de Cervantes en el arte.

03-JM Lucía 59-103(4ª) 28/1/04 19:11 Página 64

Page 12: Lectura coetánea

—cultural e ideológico— la que es uno de los mejores acercamientos de con-junto a la iconografía cervantina:

En fin: la edición monumental de la Academia Española, hoy conocida universalmentepor el «Quijote de Ibarra», es una obra espléndida. Si España ha tardado mucho en honrareditorialmente, como debía, la obra culminante de su propia literatura, ahora la deuda hasido saldada con creces. A fines del siglo XVIII, el mejor Quijote ilustrado del mundo es unQuijote español (p. ).

Seguramente no podía ser de otra manera: todos somos hijos de nuestrotiempo, y de igual manera hoy podemos caer en los mismos errores de buscar enel pasado modelos de nuestra cultura; la sobrevaloración crítica, como la deno-minan los entendidos. En el conjunto de este panorama —algo desolador en sustrazos más gruesos y sobresalientes— no puede dejar de festejarse la publicacióndel libro de Rachel Schmidt, Critical Images. The Canonization of «Don Quixote»thought Illustrated Editions of the Eighteenth Century (Montreal & Kingston-London: Ithaca-McGill-Queen’s University Press, ), en donde la ilustracionesdel Quijote lejos de servir de pretexto para la búsqueda de un ideal actual —o deun alma nacional—, se intentan comprender en su contexto cultural, con lo quese aprecia cómo la nueva visión que del Quijote se va a ir consolidándose con elromanticismo ya tenía previamente su reflejo en las imágenes que acompañabanal texto cervantino en las diferentes ediciones publicadas durante estos años. Algose está removiendo en las, hasta ahora, tranquilas aguas de los estudios iconográ-ficos sobre el Quijote, a pesar del escaso interés que los cervantistas han manifes-tado sobre el tema, al margen del meramente anecdótico o marginal. Pero ese essólo el principio, ya que quedan muchos caminos por explorar; algunos de ellossorprendentes; todos ellos fascinantes, ya que nos devuelven, con todo suesplendor y con todas sus luces y sus sombras, la lectura de un texto a través deltiempo; de un texto como el Quijote que bien puede vanagloriarse de haber cono-cido todas las caras de la literatura: del libro de caballerías de entretenimiento altratado filosófico; del libro popular al texto académico; de ficción a creador deuna nueva realidad que, en opinión de algunos críticos, ha llegado a convertir aCervantes en un personaje de ficción. A principios del siglo XXI (quizás) haya lle-

litterae, 2 (2002) Los modelos iconográficos del Quijote: siglos XVII-XVIII…

Un ejemplo lo podemos encontrar en el artículo de Anthony G. Lo Ré, «More on the Sadnessof Don Quixote: the First Known Quixote Illustration, Paris, », Cervantes, Bulletin of theCervantes Society of America, . (), pp. -, en donde se quiere ver en el dibujo de lacara de Don Quijote un ejemplo de su «tristeza»: «The most remarkable feature of the drawing is the sensitive manner in which the knight’s face is depicted. The viewer sees thatDon Quixote bears a distinctly drawn, weary, mournful look which surely can be taken asone of sadness» (p. ).

03-JM Lucía 59-103(4ª) 28/1/04 19:11 Página 65

Page 13: Lectura coetánea

gado el momento de mirar la iconografía cervantina como lo que es: una esplén-dida galería de gestos, modos y figuras que ofrecen una riquísima informaciónpara comprender cómo el Quijote se ha transmitido a lo largo de los siglos; cómoel Quijote ha sido leído, y cómo determinados proyectos editoriales han venido amarcar las líneas maestras, los modelos iconográficos que han perdurado a travésdel tiempo y del espacio, que han sobrevivido permitiéndonos una lectura dia-crónica del Quijote, una lectura que ofrece la oportunidad de rescatar retazos ygestos de los lectores de la obra cervantina desde los primeros decenios del sigloXVII hasta nuestros días; imágenes como espejos en donde han quedado impresaslas casas, los trajes, costumbres y paisajes de sus millones de lectores.

. Desde mediados del siglo XVII hasta nuestros días, el Quijote ha sido ilustrado; ylo ha sido, además, por algunos de los artistas que han escrito con letras de oro sunombre en la historia del arte. Como ya indicara J. L. Pellicer en , «la historiade la ilustración del Quijote bien puede decirse que es la del grabado, como con-cepto y como procedimiento, desde el primer tercio del siglo XVII hasta nuestrosdías» (p. ). Pero las ilustraciones, desde el códice medieval hasta el libro impreso,son algo más que el adorno que encarece el precio del producto comercial en quetermina convirtiéndose un manuscrito o un libro. Son también un medio privile-giado para el acercamiento de la lectura coetánea de un texto; hija de una tradiciónartística, la ilustración modela la visión que los lectores tienen del Quijote en cadamomento determinado: funciona como espejo y como proyector a un mismotiempo. Imagen que reproduce la realidad de quien lo lee antes que la realidad quese va construyendo en letras de molde. Pero, al mismo tiempo, imagen que vacreando un modelo, un imaginario, una forma de comprender visualmente lo que seestá leyendo. Una imagen —y sólo en este caso— valdrá más que mil palabras.

¿Cómo son físicamente Don Quijote y Sancho? Cervantes es generoso conla descripción del caballero manchego, y ambiguo con la de su escudero. DeDon Quijote, y vayamos entrando en materia, se ofrece en el primer capítulo lasiguiente imagen: «Frisaba la edad de nuestro hidalgo con los cincuenta años,era de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro, gran madrugador yamigo de la caza». ¿Su vestimenta? Unas armas antiguas, de tiempos de losReyes Católicos («que habían sido de sus bisabuelos«), y una media celada quese había hecho con unos cartones, que, a la primera oportunidad cambiará poruna bacía de barbero, convertida en yelmo de Mambrino gracias a su poderosaimaginación libresca. Por su parte, de Sancho Panza sólo se nos dice que es «un

JOSÉ MANUEL LUCÍA MEGÍAS litterae, 2 (2002)

Las citas de El Quijote proceden de la edición de Florencio Sevilla y Antonio Rey Hazas publi-cada por el Centro de Estudios Cervantinos, Alcalá de Henares, .

03-JM Lucía 59-103(4ª) 28/1/04 19:11 Página 66

Page 14: Lectura coetánea

labrador vecino suyo» (I, cap. ) y más adelantesabremos de su buen humor y de su mejor comer.

Pero Cervantes va más allá y nos ofrece en elcapítulo noveno la descripción de la primeraimagen que ilustraría el Quijote, ese Quijote ori-ginal, escrito en árabe y que un meditabundo Cer-vantes encuentra en unos papeles sueltos en elAlcaná de Toledo dentro de un cartapacio. Si deDon Quijote y del vizcaíno poco se nos dice (sóloel rótulo que habría a sus pies), más generosa serála descripción de Rocinante y, más que intere-sante, la de Sancho Panza:

Junto a él estaba Sancho Panza, que tenía decabestro a su asno, a los pies del cual estaba otro rétuloque decía: Sancho Zancas, y debía de ser que tenía, a loque mostraba la pintura, la barriga grande, el talle corto y las zancas largas; y por esto se ledebió de poner nombre de Panza y de Zancas, que con estos dos sobrenombres le llamaalgunas veces la historia.

En las primeras fiestas en la vida real, pocos años después de publicarse ellibro, en las que aparecen los dos personajes, para divertimento y burla de loscongregados, se debería reproducir una situación semejante a la vivida por donQuijote en Barcelona, cuando sale a la calle con don Antonio: le reconocen máspor el cartel en pergamino que lleva cosido a sus espaldas («Éste es don Quijotede la Mancha») que por su imagen externa, que por el imaginario que se irácreando en los años venideros, y que se aprecia en uno de los pocos grabadosque se hacen eco de este episodio, publicado en la edición londinense de ,en donde los niños le señalan y reconocen, así como el «castellano» que, al leerel «rétulo de las espaldas» le recrimina en alta voz su locura, lo que parece no serdel gusto de nuestro caballero. No se olvide que don Antonio, después de untiempo, le quitó al caballero de La Mancha el cartel a su espaldas para que noaglomerara más gente a su alrededor (FIG. ).

litterae, 2 (2002) Los modelos iconográficos del Quijote: siglos XVII-XVIII…

«Estaba Rocinante maravillosamente pintado, tan largo y tendido, tan atenuado y flaco, contanto espinazo, tan hético confirmado, que mostraba bien al descubierto con cuánta adver-tencia y propriedad se le había puesto el nombre de Rocinante».

La imagen también puede apreciarse en el grabado múltiple que grabó Fred Bouttats para laedición de Bruselas de (véase ejemplar de la Real Academia Española, entre pp. -),a través de la ventana de la casa de don Antonio en Barcelona, mientras que la cabeza encan-tada ocupa la parte central del salón, el protagonismo de la imagen.

FIG. . Londres, J. y R. Tonson, .

03-JM Lucía 59-103(4ª) 28/1/04 19:11 Página 67

Page 15: Lectura coetánea

Hoy en día sabemos cómo sondon Quijote y Sancho Panza: su apa-riencia física va más allá de las des-cripciones que escribiera Cervantes yse sustenta, en gran medida, en elimaginario creado por el romanti-cismo, y sobre todo, por GustaveDoré (FIG. ).

Pero lo cierto es que esta imagen,por más que sea original y novedosadel siglo XIX, también es heredera deunos modelos iconográficos de lossiglos anteriores, en donde las figuras

de don Quijote y de Sancho Panza, así como del resto de los personajes de la obra,sus hábitos, costumbres y vestimentas van a reflejar antes el mundo cotidiano, elmundo más cercano a sus lectores coetáneos que el pintado con palabras por Cer-vantes; y estos reflejos de una determinada época serán proyectados con el paso delos años en nuevos modelos iconográficos. Los cientos de grabados del Quijotedibujan una entrelazada —al tiempo que fascinante— red de imágenes que nosdevuelven la retina de sus millones de lectores en un tenso arco diacrónico que, sólocon el texto impreso —e incluso con las traducciones y adaptaciones—, nopodríamos ni llegar a intuir. Más que ver en las imágenes de los siglos XVII y XVIII

la autenticidad de reflejar el texto de Cervantes, esa españonalidad antes enunciada,hemos de intentar descubrir en sus líneas las claves que expliquen qué aspectos dela obra se han ido valorando y cuáles se han abandonado a lo largo de tantos siglos,en donde la cultura y la sociedad se han transformando de manera tan espectacular.Frente a ese Don Quijote y a ese Sancho Panza universales, los que ahora nosacompañan en nuestro imaginario, en estos primeros siglos descubriremos unospersonajes particulares, cercanos a los modos de vestir y de comportamiento de suslectores, y es aquí en donde la lectura coetánea se filtra con toda autoridad. Comoya indicaran, con un cierto matiz de malestar, Givanel y Gaziel, Don Quijote ySancho Panza se vuelven franceses, ingleses, flamencos, alemanes según el lugardesde que se imprimieran. Sólo hay que comparar algunas de las primeras represen-taciones de los dos personajes en el siglo XVII para darse cuenta de ello (FIGS. -).

Al margen de la estampa alemana de (FIG. ), que se ofrece en un pai-saje y con una indumentaria demasiado particular, en el resto se aprecia la crea-

JOSÉ MANUEL LUCÍA MEGÍAS litterae, 2 (2002)

FIG. . Don Quijote y Sancho Panza vistos porGustave Doré (París, ).

Así se expresan Givanel y Gaziel: «Nuestro caballero es aquí sumamente joven, casi un niño, sinasomo de pelo en el rostro. Y esta indumentaria fantástica —con el casco rodeado de un gran

03-JM Lucía 59-103(4ª) 28/1/04 19:11 Página 68

Page 16: Lectura coetánea

litterae, 2 (2002) Los modelos iconográficos del Quijote: siglos XVII-XVIII…

FIG. . Londres, .

FIG. . Frankfurt, .FIG. . Londres, .

FIG. . Ámsterdam, .

03-JM Lucía 59-103(4ª) 28/1/04 19:12 Página 69

Page 17: Lectura coetánea

ción de un estereotipo, en donde sobresalen algunosdetalles que conformarán una determinada imagenfísica durante estos siglos: la bacía del barbero paradon Quijote y una imagen casi bufonesca deSancho, muy lejos de esas «zancas» con que aparecía«pintado» en el mismo texto, en esos papelesmanuscritos encontrados en Toledo. Tampocopodemos olvidar ese molino de viento (tan pocomanchego, que escribirían Givanel y Gaziel) queaparece en el lateral derecho de la primera imagende don Quijote y de Sancho (imagen, que de París—— pasará a tierras inglesas en ). Elmolino que recuerda una de las aventuras másfamosas del libro, una de esas aventuras que hablande luchas inútiles, de enemigos invisibles. De estemodo, no extraña que en una de las primeras cari-caturas que se conocen de Don Quijote, la que

François Ragot hiciera hacia proponiéndole como la imagen del milesgloriosus español, termine atacando un molino muy parecido al de la imagen fran-cesa, situado en el lateral derecho (FIG. ).

Y en el siglo XVIII se acentuará esta tendencia, ya que también en esta cen-turia encontraremos algunas de las mejores series iconográficas que se han rea-

JOSÉ MANUEL LUCÍA MEGÍAS litterae, 2 (2002)

penacho de plumas, la completa armadura, y la enorme golilla apanalada que le oprime elpecho—, no le abandona ni un momento en todas las ilustraciones de la obra. Rocinante, encambio, está presentado con admirable fidelidad: es puro hueso. Un Sancho cabezudo asomaa un lado, en segundo término. Es un tipo popular alemán del seiscientos, bebedor de cerveza,con barba copiosa, rizada, ligeramente partida bajo el labio inferior y muy poblada a amboslados. Todos los personajes masculinos que figuran en las restantes ilustraciones se asemejan aeste Sancho, aburguesado y luterano, que aun hoy podría aparecer de comparsa en una repre-sentación de Los maestros cantores de Nuremberg, de Wagner, sobre todo en el tempestuoso finaldel segundo acto, cuando el tumulto callejero, los palos y las bofetadas» (pp. -).

El original, grabado en cobre h. , hoy se encuentra en paradero desconocido. VéaseJohannes Hartau, «Don Quijote en la caricatura», en Cervantes y el mundo cervantino en la imaginación romántica…, pp. -. Lo que es objeto de burla en Ragot, lo encontra-mos como objeto de admiración en la epístola dedicatoria que incluye el impresor JuanMommaerte al inicio de la reedición española del Quijote que publica en Bruselas en , endonde Don Quijote (o el propio libro) se transforma en soldado, o en algo más, según seinfiere de sus palabras: «pues viéndose entre los vestidos y armas cortadas y texidas en losreinos de España de tanto metal y papel, se ha venido a estos Estados a buscar nuevas aven-turas, para poder dezir que este libro, como cavallero andante, o soldado aventurero, tambiénha pasado por los bancos de Flandes». Cito por el ejemplar conservado en la Real AcademiaEspañola (Madrid).

FIG. . Caricatura de Don Quijote:François Ragot. h. .

03-JM Lucía 59-103(4ª) 28/1/04 19:12 Página 70

Page 18: Lectura coetánea

lizado para el Quijote en toda su historia. En estesentido, no extraña que en la Francia de CharlesAntoine Coypel, nuestro caballero manchego vistaa la manera cortesana ni se mueva con toda natu-ralidad por jardines y salas propias de Versalles(FIG. ), ni que Don Quijote y Sancho Panzaabandonen sus rústicas prendas, propias de unpueblo de La Mancha en que viven un hidalgopobre y un vecino labrador, para vestirse con laspropias de unos acaudalados ingleses (FIG. ).

El mismo principio (adecuar el imaginarioque acompaña al texto al lector coetáneo) loencontraremos cuando se consuma el primermodelo iconográfico en España: la edición queJoaquín Ibarra publica en para la Real Aca-demia Española. El prólogo de la Academia se haceeco de una estrategia editorial que posee un tras-fondo político, que hemos de situar en el contextode la particular posición que España ocupa en elsiglo XVIII en Europa, y que también se aprecia ensu análisis de la obra, así como en los comentariosde Pellicer y Clemencín de principios del sigloXIX: la supremacía de la iconografía hispánicafrente a todas las anteriores, de matriz y origenextranjero, ya que devuelve al Quijote su paisaje ysus modos, sus rostros y sus vestidos, sus armas ysus ventas… Y así es, como se aprecia en el gra-bado que ilustra la segunda salida de Don Quijotepor los campos de Montiel (FIG. ).

Pero en este imaginar La Mancha, en este ima-ginar a Don Quijote y Sancho, en este imaginar el«lugar de cuyo nombre no quiero acordarme» (que se aprecia al fondo del gra-bado), palpita el mismo principio anteriormente expuesto: no tanto la fidelidadal texto (y así se defiende desde el prólogo de la Academia o desde algunos de losacercamientos críticos actuales) como un modo de «rescatar» para los lectores

litterae, 2 (2002) Los modelos iconográficos del Quijote: siglos XVII-XVIII…

Sobre los primeros comentadores de El Quijote, puede ahora consultarse nuestro trabajo: «Loslibros de caballerías a luz de los comentadores del «Quijote» (Bowle, Pellicer y Clemencín)»,Edad de Oro, (), pp. -.

FIG. . La Haya, .

FIG. . Londres, .

03-JM Lucía 59-103(4ª) 28/1/04 19:12 Página 71

Page 19: Lectura coetánea

cultos hispánicos el texto cervantino,que ha sido difundido por tierraseuropeas en ambientes cultos, mien-tras que en España se ha ido mante-niendo como libro popular, como elformato y calidad de las impresionesrealizadas en Madrid, Barcelona yTarragona exponen con toda cla-ridad. El Quijote, el libro y el perso-naje, se convierte en un arma ideoló-gica en manos de los ilustrados; unarma con que ganar batallas para unimperio que está agonizando. Hanpasado casi dos siglos desde que seimprimiera la primera parte del Qui-jote, se ha llevado a cabo un trabajode documentación en la armería realy en otros centros para intentar res-catar la forma de las armas y de laropas que deberían vestirse a princi-pios del siglo XVII; pero también escierto que la España ilustrada, esaEspaña que acaba de inaugurar di-nastía y que se dispone a vivir un

comienzo de siglo traumático, tampoco se ha distanciado mucho de la España,de la Castilla que conociera Cervantes… la identidad con el lector estaba muycercana, como cercanos se mostrarían los paisajes y los tipos quijotescos con sóloacercarse a estas tierras, con sólo acercarse a otras tierras del campo castellano.¿Acaso no se incorpora a esta edición de un mapa «de una porción delreyno de España que comprende los parages por donde anduvo Don Quijote, ylos sitios de sus aventuras», realizado por el geógrafo real, Tomás López, según«las observaciones hechas sobre el terreno por D. Joseph de Hermosilla, Capitánde Ingenieros», dando carta de realidad a lo que es un paisaje de ficción?

El de mayo de , para conmemorar el tercer centenario de la publica-ción de la primera parte de El Quijote, Blanco y Negro dedica un número espe-cial al evento, y en él se publican diversas fotografías que han sido tomadas enlas mismas tierras manchegas de Don Quijote; tierras en donde, hace casi unsiglo, todavía era posible encontrar personajes que en nada se saldrían de laimaginería creada en , como este don Quijote y este Sancho Panza encon-

JOSÉ MANUEL LUCÍA MEGÍAS litterae, 2 (2002)

FIG. . Madrid, .

03-JM Lucía 59-103(4ª) 28/1/04 19:12 Página 72

Page 20: Lectura coetánea

trados en Argamasilla de Alba y que se sitúan en suportada (FIG. ).

Este imaginario, este ir desgranando gestos ycomportamientos, este espejo que se colocaba antelos lectores de su época, y sobre el que nos volcamosahora en busca de caras y paisajes, en busca de datospara intentar desentrañar cómo el Quijote fue leídoe interpretado a lo largo de su largo caminar portantas imprentas, por tantas geografías, va unido,irremediablemente, a una serie de modelos icono-gráficos, que marcarán en cada momento cronoló-gico, un hito, un punto de referencia, un imagi-nario particular; pero no intentemos atajar ennuestro camino y adelantar acontecimientos. Losmodelos iconográficos se ofrecen como una herra-mienta más para el acercamiento de la lectura coe-tánea del Quijote a través de sus ilustraciones.

. Más allá del estudio arqueológico, artístico eideológico, debemos acercarnos a los grabados quijotescos como un ámbito deinvestigación de primera mano para analizar cómo el texto fue leído y reinter-pretado en diferentes épocas. El Quijote ofrece, además, una posibilidad única:realizar este itinerario desde su inicio hasta la época actual. Para comenzar estecamino, como premisa previa, hemos de tener en cuenta que las imágenes cer-vantinas no intentan reflejar el texto del Quijote, sino explicarlo; desde estaexplicación, nosotros, lectores e investigadores de la obra cervantina del sigloXXI, podemos intentar desentrañar los misterios de su lectura coetánea; y lo

litterae, 2 (2002) Los modelos iconográficos del Quijote: siglos XVII-XVIII…

Desde hace unos años, vengo trabajando en la denominada «Teoría de la lectura coetánea», queintenta organizar un sistema de recogida de datos para que, desde diversas perspectivas,podamos llegar a precisar la «lectura coetánea» de una obra en un determinado momento, o a lolargo de su transmisión. Para cuestiones generales y programáticas, pueden consultarse los tra-bajos: «Entre la crítica del texto y la lectura coetánea: las dos caras de la cultura del manuscritoen la Edad Media», La Corónica, . (), pp. - y «La crítica textual ante el siglo XXI:la primacía del texto», en Propuestas teórico metodológicas para el estudio de la literatura hispánicamedieval, ed. Lillian von der Walde Moheno, México: Universidad Autónoma MetropolitanaIztapalapa-editorial Plaza y Valdes, . Sobre cuestiones de iconografía, vinculadas eso sí, alámbito medieval, pero cuyos presupuestos teóricos he utilizado en este estudio, también puedeconsultarse: «Imágenes del Tristán de Leonís castellano. I. Las miniaturas del códice medieval(BNM: ms. .)», en De re militari, eds. Germà Colón Domènech y Ricardo Pardo Camacho,Boletín de la Sociedad Castellonense de Cultura. Tomo LXXVII ( []), pp. -.

FIG. . Portada de Blanco y Negro: de mayo de .

03-JM Lucía 59-103(4ª) 28/1/04 19:12 Página 73

Page 21: Lectura coetánea

podemos llevar a cabo desde tres perspectivas,desde esas tres caras que puede asumir todo gra-bado dentro de un texto, ya que, por un lado, des-taca; por otro, complementa y, en tercer lugar, inter-preta la voz y la letra en gestos, formas y, enocasiones, colores, gracias a un particular lenguaje.Y en este campo, es posible aprender mucho de lastécnicas y de las herramientas que los teóricos de laiconografía medieval han ido utilizando y afilandoen los últimos veinte años.

.. Jerarquía iconográfica: en primer lugar, losgrabados (así como las miniaturas en los códices)destacan determinados episodios, aventuras, e,incluso, personajes. Que la aparición de un gra-bado siga un determinado modelo editorial o seaoriginal de una nueva reedición será consideradocomo un factor esencial a la hora de utilizar susdatos para el estudio de su recepción coetánea; yen este último caso, también habrá que tener encuenta si los cambios tienen su origen en condi-cionantes editoriales o en particulares interpreta-ciones. Son muchos los casos en que el programaiconográfico viene impuesto por el editor o ellibrero, con una intención meramente comercial.En todo caso, ya nos encontremos ante una jerar-quía iconográfica de tipo original o sea ésta here-dada, lo cierto es que en ambos casos hemos dehablar de una jerarquía iconográfica aceptada; esdecir, en ambos casos, se ofrece una lectura visualcoetánea, un programa iconográfico que debemosanalizar más allá de la mera constatación de unnúmero particular de grabados.

Uno de los episodios quijotescos que hangozado de mayor éxito en las ediciones ilustradasde la obra ha sido el del manteamiento de SanchoPanza (I, cap. ). En el programa iconográficocompleto de casi todas las ediciones, el episodioaparece ilustrado, desde las primeras, como la

JOSÉ MANUEL LUCÍA MEGÍAS litterae, 2 (2002)

FIG. . Manteamiento de Sancho Panza(Ámsterdam, ).

FIG. . Manteamiento de Sancho Panza(Madrid, ).

03-JM Lucía 59-103(4ª) 28/1/04 19:12 Página 74

Page 22: Lectura coetánea

que en Ámsterdam publicara BaltesBoeckholt en (FIG. ), hasta laque Joaquín Ibarra imprimiera enMadrid en (FIG. ).

En ambas imágenes encon-tramos una misma perspectiva, yaque la acción se dibuja desde dentrode la venta: el protagonismo recae enSancho Panza, en las consecuenciasde su «locura» al acompañar en buscade aventuras al hidalgo, ahora caba-llero, Don Quijote de la Mancha.Dolorosa es la situación de SanchoPanza; pero cómica para los ojos quese acercan a este grabado… cómicapor el escudero en el aire y cómicapor la triste imagen de Don Quijotedetrás de la tapia, sin poder ayudarle.Como escribe Cervantes, incidiendoen la risa en un momento aparente-mente problemático.

Pero no hubo llegado a las paredes del corral, que no eran muy altas, cuando vio el maljuego que se le hacía a su escudero. Viole bajar y subir por el aire, con tanta gracia y pres-teza, que, si la cólera le dejara, tengo para mí que se riera.

En otros grabados, como los que aparecen en La Haya en , este aspectocómico aumenta gracias a la expresión de los distintos personajes que, desdedentro de la venta, presencian el absurdo espectáculo. Comicidad que aumentasi se compara con la expresión de desesperación de Don Quijote (FIG. ).

En la edición de la Real Academia Española de se mantiene el mismoepisodio ilustrado, idéntico programa iconográfico, pero un cambio de pers-pectiva en el dibujo ofrece una realidad bien diferente: el episodio de grotescose convierte en trágico; de la risa, a la desesperación de un hombre, de uncaballero, de un héroe que no es capaz de ayudar a su criado: el protagonistavencido por la cólera. De la risa que provocaba Sancho a la desesperación deDon Quijote: un cambio de protagonista que habla bien del cambio ideoló-gico que se está operando en la recepción académica de la obra cervantina.Esta perspectiva ha sido dibujada por Isidro y Antonio Carnicero y grabadapor Fernando Selma (FIG. ).

litterae, 2 (2002) Los modelos iconográficos del Quijote: siglos XVII-XVIII…

FIG. . Manteamiento de Sancho Panza (La Haya, ).

03-JM Lucía 59-103(4ª) 28/1/04 19:12 Página 75

Page 23: Lectura coetánea

Esta propuesta se va a mantener en algunasediciones del siglo XIX, especialmente en lasinglesas, que inciden en esa imagen que prefigurauna lectura romántica de la obra, como se apreciaen la edición inglesa publicada en Londres en ,en donde dejamos a un lado ese «sentimiento trá-gico» del personajes para vestirlo casi de ropajes yarmaduras que recuerdan a algunos de los perso-najes de la Mesa Redonda (FIG. ).

.. Vínculo iconográfico: no sólo el número, sinotambién la relación que establece el grabado conel texto que ilustra, puede ofrecernos datos sobrela «lectura», la interpretación que se está ofre-ciendo, al margen, una vez más, de que nosencontremos ante un grabado original, ante lareutilización de unas planchas, ante una copia, yasea peor o mejor que su modelo, o ante un nuevodibujo que se inserta dentro de un modelo icono-gráfico determinado, como se indicará más ade-lante. Por otro lado, no hemos de olvidar que larelación entre texto e imagen no ha de entendersecomo la «traducción» en imágenes de un frag-mento determinado, ni la dependencia del ele-mento visual al textual. Todo lo contrario, y deahí la capacidad de sugestión que, en muchas oca-siones, poseen los grabados quijotescos. Laimagen, frente al texto, puede ofrecernos otra lec-tura, una determinada interpretación de aquelloque se está narrando y que el receptor está leyendoo escuchando. La capacidad de sugestión del texto(los textos que viven en las lecturas, tanto en lascoetáneas como en las contemporáneas) se supe-dita a la capacidad de interpretación que en unmomento determinado se quiere ofrecer, se quiereimponer. Los dibujantes y grabadores, más allá de

intentar reflejar en sus detalles el texto, se empeñan en ofrecer una imagen llenade significados, plena de contenidos; frente a la anécdota, lo sustancial. Recor-demos, una vez más, cómo se va modificando la ilustración de los personajes

JOSÉ MANUEL LUCÍA MEGÍAS litterae, 2 (2002)

FIG. . Manteamiento de Sancho Panza(Madrid, ).

FIG. . Manteamiento de Sancho Panza(Londres, ).

03-JM Lucía 59-103(4ª) 28/1/04 19:12 Página 76

Page 24: Lectura coetánea

de Don Quijote y de Sancho Panza a lo largo deltiempo y de la geografía, tal y como hemos vistoen las páginas precedentes. Por este motivo, esmuy frecuente en una misma imagen representardiferentes escenas que se suceden en el tiempo: losgrabados múltiples. Y en estos grabados múltiples,unas aventuras se supeditan a otras, lo que puedeestar indicándonos la prioridad de unos determi-nados episodios sobre otros en variados ámbitos derecepción. En el caso del manteamiento de SanchoPanza, al fondo de algunos de los grabados (FIGS. y ), se puede apreciar el resultado (desastroso,como se sabe) de la Aventura de los rebaños, que senarrará en el capítulo de la primera parte. Pero,¿qué episodio entre la pelea contra el vizcaíno o laAventura de los Molinos de viento prefirieron losprimeros lectores de la obra? La imagen queilustra el episodio en la edición de Bruselas de

no deja lugar a dudas (FIG. ).A pesar de lo que esperaríamos,

no es el episodio de los molinos deviento el preferido. Aunque nosiempre sucede así. Los cambiossobre un modelo iconográfico inicialdeben destacarse, ya que puedenestar presentando, dentro de una tra-dición, nuevos ámbitos de recepcióny de lectura de la obra, la creación denuevos horizontes de expectativas,como se aprecia en la edición londi-nense de (FIG. ).

litterae, 2 (2002) Los modelos iconográficos del Quijote: siglos XVII-XVIII…

Incluso, en el primer programa iconográ-fico del Quijote, el que se publica enFrankfurt en , cuyas cinco láminastienen en común los episodios máscómicos de la obra, cuando se representela Aventura de los Molinos de viento, se incide en sus trágicas consecuencias para el caballerode La Mancha, justo en ese momento en que Don Quijote es derribado por una de las aspasdel molino. Un análisis completo de este primer programa iconográfico podrá leerse en lasegunda entrega de nuestro estudio.

FIG. . Aventura de los molinos de viento y peleacontra el vizcaíno (Londres, ).

FIG. . La pelea contra el vizcaíno(Bruselas, ).

03-JM Lucía 59-103(4ª) 28/1/04 19:12 Página 77

Page 25: Lectura coetánea

En un mismo grabado contamos con elcomienzo y final de la Aventura de los molinos deviento, con Don Quijote y Rocinante por los aires,con la pelea entre el caballero manchego y el viz-caíno, y con los rezos de Sancho Panza al lado de surucio. No encontraremos tal riqueza de informaciónen la representación de esta aventura a finales delsiglo XVIII o principios del XIX, en donde elencuentro con el vizcaíno termina por desaparecer,prevaleciendo la imagen del comienzo —y no de lasconsecuencias— del enfrentamiento de Don Qui-jote con unos gigantes transformados en molinos deviento, como puede apreciarse en la ya citada ediciónde la Real Academia Española de (FIG. ) y enuna curiosa edición italiana de El Quijote, publicadaen Venecia en (FIG. ), en donde se ofrecendos imágenes —dos lecturas, dos vínculos icono-gráficos— bien distintos de un mismo episodio.

.. Lenguaje iconográfico: la imagen se ofrece comoun espejo ideal de sus receptores coetáneos. Unespejo ideal por ofrecer el imaginario de un mundoperfecto; un espejo ideal ya que refleja una determi-nada interpretación, una determinada ideología, quedebemos analizar con todo cuidado. En la imagentodo parece existir por una precisa razón: desde eltamaño de los personajes a su disposición dentro dela misma; desde los gestos a la expresión, todos sonfuentes de información a la hora de «leer» un texto através de sus imágenes. Esta perspectiva va más alládel análisis artístico —igualmente válido— y delimpresionista, que es el que, desde nuestro punto devista, ha dominado en los estudios que hasta ahorase han realizado, a excepción del espléndido trabajode Rachel Schmidt (). François Garnier ha ido

JOSÉ MANUEL LUCÍA MEGÍAS litterae, 2 (2002)

Veáse La langage de l’image au Moyen-Age, I: signification des gestes, París: Léopard d’Or, ; yLa langage de l’image au Moyen-Age, II: grammaire des gestes, París: Léopard d’Or, , entreotras obras suyas.

FIG. . Molinos de viento(Madrid, ).

FIG. . Molinos de viento(Venecia, ).

03-JM Lucía 59-103(4ª) 28/1/04 19:12 Página 78

Page 26: Lectura coetánea

litterae, 2 (2002) Los modelos iconográficos del Quijote: siglos XVII-XVIII…

perfeccionando un sistema de lectura de imágenes medievales que tambiénpueden servir a nuestro propósito, en donde se habla de seis categorías de rela-ciones entre los elementos de una imagen, cuyas conclusiones, en ocasiones,deberán ser matizadas, ya que en el imaginario de los siglos XVII y posterioresla representación real se impone sobre la simbólica, más propia de la EdadMedia:

... TAMAÑO: está en relación con la importancia y la grandeza del per-sonaje y no en relación con la realidad: el tamaño es simbólico y no descriptivo.Normalmente, aquel que manda, aquel que rige los destinos de los demás esrepresentado con un tamaño mayor. Este aspecto será muy poco relevante a lahora del estudio de la iconografía de El Quijote, ya que, como se ha indicado, larepresentación se superpone a la simbología. Frente a esta categoría, tan pro-ductiva en la iconografía medieval, se van a potenciar otras, como la «situación»o la «posición».

... SITUACIÓN: se trata de analizar la relación de un elemento con el con-junto o con otros elementos que forman parte de la imagen. El centro de laimagen es un lugar privilegiado, así como la parte superior frente a la inferior, etc.

... POSICIÓN: en este punto, interesa saber en qué posición se encuentrauna persona, o las personas que forman parte de la imagen: si sentado, acostado,de pie, de rodillas…

... GESTO: se analizan ahora los movimientos de las partes del cuerpo,especialmente las manos y los pies, así como la cara.

... EXPRESIÓN: con este concepto, se designa al conjunto de manifesta-ciones que muestran una emoción, unos sentimientos, la intención de los per-sonajes.

... ACTITUD: en este último elemento, se presta atención y se le da unsentido a diferentes gestos y expresiones, que están esencialmente codificados yque deben analizarse desde esta codificación particular. Hay que tener encuenta, como sucedía con la categoría del «tamaño», que la iconografía delQuijote se basará en los siglos XVII y XVIII en unos principios artísticos en dondese dará más importancia a la perspectiva y a la representación que al simbo-lismo, por lo que esta categoría, frente a lo que sucede con la época medieval,será poco productiva para nuestro estudio. En todo caso, no se ha de olvidar queen la «actitud» de las figuras que aparecen en los grabados quijotescos en oca-siones se está retratando los modos cómo se desea que se reciba un determinadoepisodio.

. Pero si se indicaba que uno de los mayores problemas que hay que superar ala hora de estudiar la iconografía del Quijote es la falta de herramientas y de

03-JM Lucía 59-103(4ª) 28/1/04 19:12 Página 79

Page 27: Lectura coetánea

reproducciones de sus diferentes ediciones ilustradas, no se presenta con mejorcara el enorme corpus que se alza, como un nuevo molino de viento, ante nues-tros ojos críticos. La ausencia de catálogos bibliográficos sobre la obra de Cer-vantes basados en principios científicos y la escasez de repertorios que permitanconocer el número y localización de los ejemplares que se conservan de cadauna de ellas, no viene nada más que a complicar un poco más nuestra tarea. Acomplicarla, que no a imposibilitarla.

El Quijote, desde mediados del siglo XVII es un libro ilustrado, inconce-bible una edición que no fuera acompañada de «donosas estampas» como indi-cara Juan Mommarte desde la portada de su edición de Bruselas de . ElCentro de Estudios Cervantinos (Alcalá de Henares) conserva un ejemplar de laedición de Bruselas de del Quijote: esta edición, que apareció sin grabadosen su momento, ha sido enriquecida con dos estampas, incorporadas al cuerpodel texto en época antigua ya que también le han afectado los agujeros reali-zados por las polillas: un Quijote sin grabados es inconcebible, incluso, aunquesea anterior a las primeras imágenes sobre el caballero manchego. Y así lo seráhasta el siglo XIX, cuando nos encontremos con dos tendencias que, con el pasodel tiempo, terminarán por distanciarse: la edición comentada, científica, quepresta especial atención al texto y a su comprensión y que imprime sin adornostipográficos (y así desde la de Bowle); y la edición profusamente ilustrada, endonde el texto literario se convierte en la excusa, en el espacio en donde elpintor, el artista puede colgar sus creaciones.

Se conocen en la actualidad casi ciento cincuenta ediciones ilustradas delQuijote de los siglos XVII y XVIII, desde la que la viuda de Jacques du Clou yDenis Moreau publicaron en París en con su frontispicio que representabaa Don Quijote y a Sancho Panza. Pero esta cifra se dispara cuando nos aden-tramos en el XIX y nos sumergimos en el siglo XX. De muchas de estas edi-ciones, los catálogos bibliográficos actuales indican el número (a veces aproxi-

JOSÉ MANUEL LUCÍA MEGÍAS litterae, 2 (2002)

Así lo indica Francisco Rico en su «Historia del texto»: «A grandes, grandísimos rasgos, la meraevolución material de la obra hace patente que entre y el público va ensanchándosepor la base y el Quijote, de ser un producto para aficionados de alguna holgura económica, sevuelve por momentos más popular: ahora es un libro necesariamente ilustrado, inconcebiblesin las estampas que captan a los lectores menos refinados y les proporcionan unas pautas decomprensión» (en Miguel de Cervantes, Don Quijote de la Mancha, ed. del Instituto Cer-vantes, Barcelona: Crítica, , p. CCVII).

Las dos ilustraciones corresponden al modelo iconográfico de Bruselas, , y representan lossiguientes pasajes: [] Don Quijote es engañado por Maritornes y permanece colgado de unaventana (entre pp. y ): x mm; y [] la aventura de los disciplinantes (entre pp.-): x mm.

03-JM Lucía 59-103(4ª) 28/1/04 19:12 Página 80

Page 28: Lectura coetánea

mado) de grabados que las ilustran, algunos de sus maestros dibujantes y graba-dores más importantes, y poco más: un comentario sobre la calidad artística delos mismos, en el mejor de los casos. Los ejemplos podrían multiplicarse, perotodo aquel que se haya movido por los catálogos bibliográficos del Quijote reco-nocerá frases como las siguientes: «Puede decirse que es una copia de la ediciónde San Martín del año anterior […] Los grabados son malísimos y peor laimpresión» (Suñé, nº , sobre la edición de Madrid, ) o el comentario delos Suñé sobre la edición londinense de , la primera edición de lujo del textocervantino:

A pesar de las libertades que se tomó el corrector, libertades que algunas veces llegan aalterar el texto, es la presente edición la más suntuosa de cuantas se publicaron hasta ,pudiendo decir que a Inglaterra pertenece la gloria de haber impreso la primera edición delujo, adornada con láminas de gran tamaño que fueron dibujadas por J. Vanderbank,

grabadas por Van der Gucht, y las otras por Bern, Baron, Geo, Vertue y Claude du Bosch(nº ).

Para poder adentrarse en este más que abundante corpus de las edicionesilustradas del Quijote (una de sus características más sobresalientes, no lo olvi-demos, dado que permite un estudio diacrónico de su lectura coetánea imposiblepara casi cualquier otra obra), propongo un nuevo concepto, que vendría asumarse, como paso previo, a los tres anteriormente citados de la jerarquía, elvínculo y el lenguaje iconográfico. Me refiero al concepto de modelo iconográ-fico, que resultará útil (eso espero) para el estudio de otras obras, y necesario(casi imprescindible) para poder adentrarse en este bosque tan poblado de papely de ilustraciones que ha convertido al Quijote en un texto universal.

El modelo iconográfico, como herramienta de trabajo, resulta especialmenteproductivo para las estampas de los siglos XVII, XVIII y primera mitad del XIX;a partir de este momento, de la mano del éxito y de la autoridad de GustaveDoré y de las transformaciones que se van a producir en el arte y en la sociedaden el siglo XX, la originalidad y la lectura personal se van a ir imponiendo, cons-tituyendo cada nueva edición ilustrada, cada nueva lectura de un artista en unmodelo iconográfico en sí mismo, que los modernos medios de reproducciónpermiten perpetuar a lo largo de los años, sin que nuevos artistas tengan quegrabar a su vez las imágenes, con los cambios y nuevas interpretaciones quepodemos apreciar en los modos de transmisión de los siglos precedentes. Unavez más, el ejemplo de Gustave Doré resulta paradigmático: muchas de las edi-ciones ilustradas que se han publicado en los últimos años, se han acompañadode algunas de las más de trescientas imágenes que el artista francés imaginó parasu Don Quijote romántico. Un sólo caso: en el se publicó en Pekín una

litterae, 2 (2002) Los modelos iconográficos del Quijote: siglos XVII-XVIII…

03-JM Lucía 59-103(4ª) 28/1/04 19:12 Página 81

Page 29: Lectura coetánea

nueva traducción completa del textocervantino al chino, apoyada por laEmbajada de España y la AgenciaEspañola de Cooperación Interna-cional. La edición es de lujo; no sólose ha cuidado el texto y la impresión,sino que se ofrece en un estuche conencuadernación en piel. Para embe-llecerla aún más, se han incorporadovarias decenas de grabados deDoré… los más conocidos, los que,en su gran mayoría, se evocancuando se habla de la penitencia deDon Quijote o de sus noches en velaatacado por los fantasmas de loslibros de caballerías, de los perso-najes que va creando su mente,mientras lee en voz alta esos razona-mientos tan poco razonables de Feli-ciano de Silva: «La razón de la sin-razón que a mi razón se hace, de tal

manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura»(DQ, I, ) (FIG. ).

Pero ya antes de Doré encontramos lecturas personales que se han quedadoen eso: en la propuesta genial de un artista. Y estoy pensando en el magníficoálbum de ilustraciones quijotescas que Bartolomeo Pinelli realizara y publicaraen con el título: Le azioni più celebrate del famoso cavaliere errante don Chis-ciotte della Mancia, en donde el clasicismo se impone frente a las imágenesrománticas que monopolizan el imaginario de este siglo (FIG. ).

Pero nos hemos situado en pleno siglo XIX. No siempre fue así represen-tado don Quijote, no siempre las ventas manchegas ni Sierra Morena gozaronde esos claroscuros con que los imaginara Doré o con ese detalle clasicista conque los dibujó Pinelli. Dos siglos de tradición iconográfica anterior lo ponen demanifiesto, como se ha podido apreciar en las páginas precedentes.

.. El modelo iconográfico como herramienta de trabajo viene a mostrar líneas derelación y de dependencia entre diferentes ediciones ilustradas, entre diversaspropuestas iconográficas que, en los siglos en que nos movemos, no pretendíantanto ofrecer una lectura personal (la del propio artista, como así sucede con

JOSÉ MANUEL LUCÍA MEGÍAS litterae, 2 (2002)

FIG. . Alonso Quijano leyendo libros de caballerías: Doré (París, ).

03-JM Lucía 59-103(4ª) 28/1/04 19:12 Página 82

Page 30: Lectura coetánea

Doré, o, más modernamente, conDalí o con Antonio Saura) como unainterpretación general, de acuerdo auna serie de condicionantes que ten-dremos ocasión de evocar en lassiguientes entregas de este estudio.

En el modelo iconográfico se con-jugan dos elementos: [] en primerlugar, una propuesta con autoridad,que conseguirá iniciar una «parti-cular» lectura del texto que, pordiversas causas, será admitida por lacomunidad lectora o por la industriaeditorial: el prestigio de un dibujante(como Charles Antoine Coypel), ode un imprenta (las ediciones de Bruselas y Amberes), o de una institución (laReal Academia Española), por sólo citar algunos de los casos paradigmáticosque trataremos en la segunda parte de este estudio. [] Y en segundo lugar, esnecesario contar con una tradición, ya que, como sucede con el mundo natural,ni una golondrina hace verano, ni una edición ilustrada, ni una propuesta delectura puede convertirse en sí misma en un «modelo iconográfico»… a no serque nos situemos ya en las postrimerías del siglo XIX. Esta tradición puedemoverse en un amplio abanico de posibilidades, que van desde la reutilizaciónde las mismas planchas o la copia —lo más exacta— posible de imágenes ante-riores, a la reelaboración de las mismas, anunciando ya una serie de cambios quepueden cristalizar en un nuevo modelo iconográfico.

En cualquier caso, no hemos de pensar en una sucesión cronológica de los«modelos iconográficos», sino en todo lo contrario: lo normal es documentar laconvivencia de los mismos, incluso en la misma geografía. La aparición de unnuevo modelo iconográfico no supone la desaparición del anterior, ya que tam-bién puede documentarse un reparto sociológico y cultural, como veremos alhablar de las ediciones populares del Quijote en España, frente a la lectura cultay cortesana que se había impuesto en el resto de Europa, de la que se hace ecola Real Academia Española en . Por otro lado, como tendremos ocasión deindicar, no podemos olvidar que estamos moviéndonos en un ámbito en dondela cultura, la lectura y la interpretación no son las causas exclusivas de cambioso permanencias y, en ocasiones, ni siquiera sus razones fundamentales: no olvi-demos que trabajamos con materiales que alimentan una industria editorial,que también puede alargar la existencia de unos modelos iconográficos para

litterae, 2 (2002) Los modelos iconográficos del Quijote: siglos XVII-XVIII…

FIG. . Alonso Quijano leyendo libros de caballerías: Bartolomeo Pinelli (Roma, ).

03-JM Lucía 59-103(4ª) 28/1/04 19:12 Página 83

Page 31: Lectura coetánea

beneficio propio. Pero estos, y otros tantos matices, tendremos ocasión de irconcretándolos y ejemplificándolos en la segunda entrega de este estudio.

.. En el mantenimiento y difusión de los modelos iconográficos pueden con-fluir diversas modalidades, que, de manera teórica, estudiaremos más adelante.Estas modalidades muestran, además, cómo el grabado es crisol de voluntades eintereses de diferentes artistas que lo hacen posible, del dibujante al maestro gra-bador. Por otro lado, en el grabado es necesario identificar una doble cara: laprimera muestra el objeto artístico, pero la segunda refleja el entramado econó-mico que hay detrás del mismo; en una determinada imagen puede estar preva-leciendo la lectura de un pintor, de un dibujante, pero lo normal en estos pri-meros siglos es que el protagonismo se decante por las estrategias editoriales: laidentificación de una imagen con un preciso ámbito de recepción explica, enparte, el éxito y la pervivencia de determinados modelos iconográficos.

... REUTILIZACIÓN DE LAS MISMAS PLANCHAS. Como se ha indicado,la edición londinense de que se publica en el taller de J. y R. Tonson ha deser considerada la primera edición de lujo del Quijote. estampas dibujadas porVanderbank (aunque, en realidad, algunas sean de Hogarth, como se indicará ensu momento) dan buena prueba de ello. imágenes de gran tamaño ( x

mm), en su mayoría grabadas por Vandergucht. Estas mismas planchas son lasque utilizarán los hermanos Tonson para la reedición que publican de la traduc-ción inglesa del Quijote en y en la que llevan a cabo en . En la reediciónque publica Baltes Boeckholt del texto holandés en Amsterdam en , se vana utilizar las mismas planchas que en usara Jacobo Savry; pero al cambiar lanumeración, se han tenido que retocar ligeramente en sus laterales para modi-ficar la numeración antigua, o para incluir la nueva; cambios que se hacen espe-cialmente visibles en algunos, como en el grabado que ilustra la escena en queCardenio pega a Don Quijote en Sierra Morena (entre pp. -) o la querepresenta la unión de Luscinda, Dorotea, Cardenio y Don Fernando en la ventade Palomeque el Zurdo (entre pp. -).

... COPIA DE UN DIBUJO O DE UN GRABADO. En esta modalidad,habría que distinguir claramente entre dos posibilidades: copia de un dibujooriginal o copia de un grabado anterior; que ilustra, una vez más, la doble cara—a veces desatendidas— de la estampa antigua, en donde dos artistas, dos arte-sanos (y en ocasiones, tres) unen sus esfuerzos para conseguir una obra única: eldibujante y el grabador. Doble cara que veremos dibujada con nombres a lospies de muchas de estas imágenes.

.... COPIA DE UN DIBUJO ORIGINAL. Charles Antoine Coypel (-) ha pasado por ser uno de los ilustradores más influyentes del Quijote del

JOSÉ MANUEL LUCÍA MEGÍAS litterae, 2 (2002)

03-JM Lucía 59-103(4ª) 28/1/04 19:12 Página 84

Page 32: Lectura coetánea

siglo XVIII, aunque él nunca dibujaraninguna escena cervantina con laintención de acompañar a una edi-ción. Pintó, eso sí, desde ,

cuadros de tema quijotesco para laManufactura de los Gibelinos, quealcanzaron un gran éxito, ya que serealizaron más de tapices hasta. Una colección completa puedecontemplarse en el Palacio de Com-piègne, en el Loira francés. Sontapices en donde el cuadro ocupa unlugar central, rodeado de una barrocadecoración, tal del gusto versallesco(FIG. ).

Sobre estos dibujos de CharlesAntoine Coypel, y llamado por suautoridad y renombre por todaEuropa, en se publicará en Parísuna edición francesa del Quijoteadornada con láminas; diez deellas basadas en estos dibujos. En, se publica en La Haya la pri-mera edición en español de la obracervantina acompañada de estampasque siguen este nuevo modelo icono-gráfico, grabado de nuevo porartistas reputados como Folkema,Fokker o Tanjé. El dibujo de Coypel,tal y como se transformó en tapiz(FIG. ), quedó reflejado en la edi-ción en español como muestra laFIG. .

Los mismos dibujos fueron gra-bados de nuevo en otras edicionesposteriores, pero, sobre todas lasdemás, destacan los volúmenes quese publicaron en La Haya en ,en francés y en holandés, en donde el

litterae, 2 (2002) Los modelos iconográficos del Quijote: siglos XVII-XVIII…

FIG. . Sancho Panza se muere de hambre en Barataria(Getty Museum: h. -).

FIG. . Sancho Panza se muere de hambre en Barataria(La Haya, ).

03-JM Lucía 59-103(4ª) 28/1/04 19:12 Página 85

Page 33: Lectura coetánea

nombre de Coypel, como el de Bon-nard Picart Le Romain, se han deentender como un verdadero re-clamo publicitario con letras encar-nadas desde la misma portada:

Les principales Aventures de l’admirableDon Quichotte, Représentées en figures parCoypel, Picart le Romain, et autres habilesmaitres: avec les explications des XXXI plan-ches de cette magnifique collection

Del total de los grabados queaparecen en este álbum de aventurasquijotescas, antes que de una verda-dera edición de la obra, se hanbasado en los dibujos de Coypel, yen su gran mayoría fueron grabadaspor Picart, uno de los más renom-brados grabadores del momento,que no pudo ver acabada su obraporque le sorprendió la muerte. Elmismo motivo que hasta ahora

hemos visto, quedó grabado por Picart de manera mucho más majestuosa(FIG. )

.... COPIA DE UN GRABADO ANTERIOR. Las diferencias que puedenencontrarse entre su modelo iconográfico y la copia se concretan en la pericia delgrabador, el cambio de formato o de técnica de grabado, pero la voluntad es la demantener la misma imagen, en donde podemos encontrarnos tanto una mejoracomo un empobrecimiento de la misma. Veamos con un ejemplo ambos casos.La edición que en publica en Dordrecht Jacobo Savry ofrece en sus

estampas el primer programa iconográfico completo del Quijote. Uno de los epi-sodios que se destaca tiene un marcado carácter bufonesco: el encuentro amorosoentre don Quijote y Maritornes en la venta de Palomeque el Zurdo; imagen quese copiará cuando se reedite la obra en español en Bruselas en , en el taller deJuan Mommaerte. Las diferencias son mínimas y en ellas puede apreciarse unamejora en la imagen (FIGS. y ).

En otras ocasiones, en especial en el caso de ediciones de peor calidad, des-tinadas a un público que busca en el Quijote el «más gustoso y menos perjudi-cial entretenimiento que hasta ahora se haya visto» (II, cap. ), la copia se hace

JOSÉ MANUEL LUCÍA MEGÍAS litterae, 2 (2002)

FIG. . Sancho Panza se muere de hambre en Barataria:Coypel y Picart (La Haya, ).

03-JM Lucía 59-103(4ª) 28/1/04 19:12 Página 86

Page 34: Lectura coetánea

invirtiendo el motivo. Así, y sin salirse de estaimagen, cuando en Lyon se publica en unanueva reedición francesa de la obra, se hará acom-pañada del grabado representado en la FIG. .

También la escena ya comentada, igualmentebufonesca, del hambre que padece el gobernadorSancho Panza en la Ínsula Barataria vamos aencontrarla invertida en una reedición del sigloXVIII. En este caso, la escena aparece en la primeratraducción danesa del Quijote, la que realizaraCarlota Dorotea Boehl, y que se publicó enCopenhague en (FIG. ).

En otras ocasiones, la copia se realiza paraadecuar la imagen a nuevos formatos, normal-mente más pequeños y, por tanto, más econó-micos, como así sucede en algunas de las impre-siones que la Real Academia Española impulsaradespués del éxito de su propuesta de , o de lareedición inglesa que se publicó en Dublín en

litterae, 2 (2002) Los modelos iconográficos del Quijote: siglos XVII-XVIII…

FIG. . Dordrecht, Jacobo Savry, . FIG. . Bruselas, Juan Mommaerte, .

FIG. . Lyon, .

03-JM Lucía 59-103(4ª) 28/1/04 19:12 Página 87

Page 35: Lectura coetánea

, en donde se recogen, en tamaño muchomenor varios de los grabados de la magna edi-ción londinense de , de la que tantas veceshemos hablado, y de la que lo seguiremoshaciendo. La copia interesa ahora porque recogetres de las modalidades de cambios (sin querermodificar su modelo iconográfico) más corrientesy que hemos ejemplificado anteriormente: lacopia invertida, cambio de tamaño y empobreci-miento del grabado que le sirve de modelo.¡Nuestra delicada Marcela de se ha conver-tido casi en un personaje con rasgos bufonescos!(FIGS. -).

La copia de unos pocos grabados de enla edición de Dublín de sigue de cerca unade las estrategias editoriales más comunes de laépoca, y que permite explicar el éxito de deter-minados modelos iconográficos en los siglos XVII

y XVIII: la vinculación de unos grabados con edi-ciones destinadas a un público culto permite su reutilización con la finalidadde conceder prestigio a otras ediciones que siguen más de cerca características

JOSÉ MANUEL LUCÍA MEGÍAS litterae, 2 (2002)

FIG. . Copenhague, .

FIG. . Londres, . FIG. . Dublín, .

Aparición de Marcela y entierro de Grisóstomo.

03-JM Lucía 59-103(4ª) 28/1/04 19:12 Página 88

Page 36: Lectura coetánea

propias de la difusión popular, como el formato (en octavo o en cuarto) o laescasa calidad del papel y la pésima impresión ponen de manifiesto. Asísucede con algunos grabados de la edición canónica de la Real AcademiaEspañola de en algunas ediciones francesas e italianas de principios delsiglo XIX, en especial el retrato de Cervantes, o alguno de sus frontispicios,como se aprecia en la edición en italiano en cuatro volúmenes impresa enVenecia en , en donde se realiza un nuevo juego de imágenes (recuérdeseFIG. ), pero cada volumen comienza con la copia, reelaborada parcial-mente, de un frontispicio de los que adornan la edición madrileña antescitada (FIGS. y ).

Curiosamente, sólo el motivo del lateral derecho se ha mantenido, incor-porando a Sancho Panza en el izquierdo, que viene a sustituir la imagen de la«demencia» que termina por vencer al caballero de La Mancha.

Una última modalidad tiene que ver con el cambio en la técnica del gra-bado. Como veremos más adelante, en la reelaboración de una determinadaimagen suele ser habitual el despliegue de diversas técnicas. Pero no lo es tantocuando se trata de la copia de un grabado anterior, sin ninguna intención dereelaboración, como se documenta en los tres últimos grabados de la reediciónespañola impresa en Bruselas en , a costa de Pedro de la Calle; quedé-

litterae, 2 (2002) Los modelos iconográficos del Quijote: siglos XVII-XVIII…

FIG. . Frontispicio tomo I(Madrid, ).

FIG. . Frontispicio tomo IV(Venecia, ).

03-JM Lucía 59-103(4ª) 28/1/04 19:12 Página 89

Page 37: Lectura coetánea

monos ahora con el episodio de Clavileño y comparémoslo con la imagen queaparece en la edición que en la misma ciudad se imprimiera nueve años antes

(FIGS. y ).En esta curiosa —y problemática— edición, se documenta una peculiar

mezcla de modalidades hasta ahora analizadas: [] copia de un grabado anterior;[] copia modificando la técnica del grabado (FIG. ) y [] copia invertida(FIG. ).

Esta mezcla de modalidades de copia pone en evidencia, una vez más, otrade las características de los modos de pervivencia de un determinado modelo

JOSÉ MANUEL LUCÍA MEGÍAS litterae, 2 (2002)

Los otros dos grabados ilustran el final del gobierno de Sancho Panza en la Ínsula Barataria(entre pp. -) y la derrota de Don Quijote ante el Caballero de la Blanca Luna (entre pp.-).

Sin llegar a ser especular, la copia que se realiza para la edición francesa de (París: Com-pagnie des Libraires, impreso en Orleans) presenta similar motivo del manteamiento, aunquedon Quijote ocupe la posición opuesta: un cambio parcial, por tanto, de su modelo.

FIG. . Clavileño (Bruselas, ). FIG. . Clavileño (Bruselas, ).

03-JM Lucía 59-103(4ª) 28/1/04 19:12 Página 90

Page 38: Lectura coetánea

litterae, 2 (2002) Los modelos iconográficos del Quijote: siglos XVII-XVIII…

iconográfico: la tensa relación entre propuestasartísticas (el propio modelo iconográfico) y lasposibilidades o imposibilidades editoriales para sudifusión. Los cambios que hasta aquí hemos rese-ñado (ya sea la copia mejorada o empobrecida deun grabado anterior, la copia invertida o el cambiode técnica utilizado por el maestro grabador) noafectan a la identidad del modelo iconográfico;mas bien, nos hablan de las dificultades o de lasnecesidades editoriales de cada centro impresor, decada geografía. Por este motivo, en el estudio com-parado de las diferentes ediciones que puedenenglobarse dentro de un determinado modelo ico-nográfico, no hemos de buscar informacionesesenciales de cambios de recepción (todo lo con-trario); pero sí que es necesario conocerlas parapoder precisar las transformaciones que se hanconsumado que, en ocasiones, ofrecerán datossobre las estrategias editoriales que en estemomento se están desplegando. El banco de datosde las ediciones ilustradas de El Quijote del Centrode Estudios Cervantinos (Alcalá de Henares)vendrá a posibilitar, de manera cómoda y científica, lo que no puede ser hoy endía más que un acercamiento parcial a la materia.

... LA IMITACIÓN DE UN GRABADO. En otras ocasiones, sobre unmismo modelo iconográfico, se lleva a cabo una reelaboración artística, quepuede dar lugar a futuras copias, en donde se van modificando tanto las técnicasde grabado, el tamaño como la calidad de la imagen final, como hemos vistoanteriormente. Un buen ejemplo de esta permanencia del imaginario cervan-tino, vinculado a un determinado modelo de literatura popular, se aprecia en lasestampas que Diego de Obregón grabara de nuevo para la edición que en

publicaran en Madrid Andrés García de la Iglesia y Roque Rico de Miranda, acosta de María Armenteros, quien, siguiendo el modelo iconográfico nacido enBruselas en , lleva a cabo un cambio en la técnica, en el dibujo y en lasdimensiones de la imagen (FIG. ):

Este nuevo juego de grabados, los primeros que se realizan en España, mar-

El juego completo de los grabados, a excepción de los dos frontispicios, puede ahora consul-tarse en la edición de Francisco Rico del Quijote cervantino, Barcelona: Crítica, .

FIG. . Manteamiento de Sancho Panza(Bruselas, ).

03-JM Lucía 59-103(4ª) 28/1/04 19:12 Página 91

Page 39: Lectura coetánea

carán las líneas maestras de las reedi-ciones populares del Quijote (for-mato en cuarto, cada vez con peorcalidad en el papel y en la impresión,e introducción de los grabadosdentro del texto y no como estampassueltas) que se sucederán hastafinales del siglo XVIII, y en ellas per-durarán las mismas imágenes, man-teniendo el nuevo formato. En oca-siones, la copia realizada consumaráun empobrecimiento de la imagen(por ejemplo, en —FIG. — oen la de , estos últimos reutili-zados en la reedición de —FIG.—), pero en otras se intentará unamejora, como en la edición de

(FIG. ), en donde Maritornes deser una doncella «ancha de cara,llana de cogote, de nariz roma, delun ojo tuerta y del otro no muysana» (DQ, I, cap. ) se ha conver-tido en una mujer hermosa, de pelorizado; aunque todavía tendremosocasión de reseñar cambios másespectaculares.

Como ya se ha indicado, la apari-ción de un nuevo modelo iconográ-

fico, incluso de un nuevo modelo iconográfico con éxito, no ha de ser entendidacomo la carta de defunción de los anteriores, ya que las necesidades editoriales ydeterminadas estrategias comerciales permiten su coexistencia, en ocasiones por unreparto cultural, sociológico o económico. En , la Real Academia Española res-cata con su magnífica edición en folio el Quijote para el público culto hispánico,frente a ese Quijote popular que ha triunfado a lo largo de la centuria en las prensas

JOSÉ MANUEL LUCÍA MEGÍAS litterae, 2 (2002)

En la edición de de Gabriel de Sancha, con los comentarios de Pellicer, se incluye unaimagen para ilustrar la curación de Don Quijote en la venta; en el lateral derecho, con uncandil en la mano, aparece la «verdadera» Maritornes, muy lejos de la imagen a la que nostenían acostumbrados los modelos iconográficos de los siglos XVII y XVIII. Véase reproduccióny comentario en Givanel y Gaziel, Historia gráfica…, p. .

FIG. . Trágico encuentro entre don Quijote yMaritornes: Diego de Obregón (Madrid, ).

FIG. . Madrid, .

03-JM Lucía 59-103(4ª) 28/1/04 19:12 Página 92

Page 40: Lectura coetánea

españolas, y de las que los tres gra-bados anteriores son una buenamuestra de ello. Ya lo había intentadoJoaquín Ibarra en , a costa de laReal Compañía de Impresores yLibreros del reino, cuando publica suedición del Quijote con láminas dibu-jadas de nuevo por José Camarón(vinculadas, eso sí, al modelo icono-gráfico de Bruselas ). A finales delsiglo XVIII, en la península, un lectordel Quijote podía acercarse al textogracias a esta edición, a la monu-mental publicada por la Real Aca-demia Española de , o a las reedi-ciones, en formato menor y connuevas láminas, de los años suce-sivos… pero también podría acercarsea las aventuras del Caballero de laTriste Figura gracias a una edición queAntonio Sanz publica en en sutaller madrileño en la «Plazuela de lacalle de la Paz»; una nueva ediciónpopular, que retoma los grabados quese habían utilizado en la edición de. Un mismo episodio, Don Qui-jote es armado caballero por el ven-tero, puede contemplarse a finales de la centuria de tres maneras diferentes. Tresimágenes que permiten mostrar la simultaneidad cronológica de diferentesmodelos iconográficos (FIGS. -).

... LA REELABORACIÓN DE UN GRABADO. Como última modalidaddentro de este esquema, que no puede dejar de ser más que un punto de partidapara análisis posteriores, hemos situado la «reelaboración», que, alguna vez,puede estar en la frontera, casi nunca clara, entre el paso de un modelo icono-gráfico a otro. En ocasiones, un juego de imágenes, por estilo o por maestríatanto del grabador como del nuevo dibujante, puede presentarse a nuestros ojoscomo un modelo diferente dentro de la historia de la iconografía quijotesca.Pero un análisis más atento permite englobar esta nueva propuesta dentro de undeterminado modelo. Es lo que sucede, o al menos así lo vemos en este

litterae, 2 (2002) Los modelos iconográficos del Quijote: siglos XVII-XVIII…

FIG. . Madrid, .

FIG. . Madrid, .

03-JM Lucía 59-103(4ª) 28/1/04 19:12 Página 93

Page 41: Lectura coetánea

momento, con el juego de grabados que acompaña la edición inglesa del Quijoteque imprimiera en su taller londinense Thomas Hodgkin en . La edición,en gran formato y excelente impresión, viene adornada con estampas fir-madas por «J.P.». En ellas se destacan algunos temas que hasta el momento nohabían interesado a los ilustradores (como la aventura del barco encantado portierras del Ebro), pero otros sí, como el repetido episodio del trágico encuentro

JOSÉ MANUEL LUCÍA MEGÍAS litterae, 2 (2002)

FIG. . Madrid, Antonio Sanz, .

FIG. . Madrid, Joaquín Ibarra, . FIG. . Madrid, Joaquín Ibarra, .

03-JM Lucía 59-103(4ª) 28/1/04 19:12 Página 94

Page 42: Lectura coetánea

nocturno entre Don Quijote y Maritornes en la venta de Palomeque el Zurdo.Deténgamonos un momento en la imagen (FIG. ).

En los detalles, poco tiene que ver, en un principio la representación deDon Quijote y de Sancho Panza, frente al grabado que representa el mismo epi-sodio de la edición de Bruselas de (FIG. ), como puede verse en los deta-lles tanto de Don Quijote y Sancho Panza como de Maritornes (FIGS. -).

En la reedición de se aprecia un Don Quijote más delgado, con su«característica» barba, y a una Maritornes que, al tener levantado su brazoizquierdo, muestra uno de sus pechos (similar, que no idéntica, a la que apare-cerá años después en la edición madrileña de —FIG. —). Pero, encambio, Sancho Panza aparece con un bigote, alejado de un imaginario que seimpondrá en los siglos posteriores y que tampoco gozó de ninguna predicaciónen los precedentes, como vamos viendo en los diferentes grabados de esta época.El grabado de se ha llenado de detalles; el artista ha dejado volar su imagi-nación y los personajes se involucran en ese cortejo amoroso que a todos ter-mina maltratando. Pero a pesar de los detalles, a pesar de que cambian las carasy algunos de los gestos, la disposición de la escena no deja lugar a dudas: «J.P.»,

litterae, 2 (2002) Los modelos iconográficos del Quijote: siglos XVII-XVIII…

FIG. . Londres, .

03-JM Lucía 59-103(4ª) 28/1/04 19:13 Página 95

Page 43: Lectura coetánea

JOSÉ MANUEL LUCÍA MEGÍAS litterae, 2 (2002)

FIG. . Maritornes (Bruselas, ). FIG. . Maritornes (Londres, ).

FIG. . Sancho Panza (Bruselas, ). FIG. . Sancho Panza (Londres, ).

FIG. . Don Quijote (Londres, ).FIG. . Don Quijote (Bruselas, ).

03-JM Lucía 59-103(4ª) 28/1/04 19:13 Página 96

Page 44: Lectura coetánea

el magnífico dibujante y grabador de , a la hora de crear su «particular»imaginario tiene presente el modelo iconográfico creado en en la imprentade Jacobo Savry.

La edición de se presenta, dentro de la originalidad y destreza de sudibujo y calidad de su grabado, como una «reelaboración» del modelo icono-gráfico holandés, a pesar de que modifica claramente su programa iconográficoe introduzca variaciones en la relación texto-imagen, lo que permite hablar deuna particular lectura del Quijote dentro de un mismo modelo iconográfico. Enesta posibilidad, centraremos la diferencia entre la copia y la reelaboración de ungrabado anterior.

Pero en otras ocasiones, la reelaboración —como así también se comentópara las diferentes modalidades de copia con el ejemplo de la reedición deBruselas — se produce de manera parcial, afectando sólo a unos determi-nados grabados. Esta modalidad se documenta, esencialmente, a finales delsiglo XVIII, cuando los diferentes modelos iconográficos de los siglos prece-dentes se han difundido y perviven de manera simultánea. En los nuevosjuegos de grabados que adornan a las reediciones cervantinas, participan variosmaestros y dibujantes, por lo que las influencias convierten al nuevo programaen un crisol de las anteriores. Así sucede con la edición que entre y

publica Gabriel de Sancha en Madrid, y que se considera una de las másimportantes al ser la primera en editar los comentarios de Pellicer. Pero ediciónimportante, además, por los grabados con que se acompaña «cuyas ala-banzas correrán a cargo de sus respectivos profesores», como se indica en elprólogo. Son ilustraciones originales, que intentan alejarse de los modelos ico-nográficos de moda de la época; pero en ocasiones se queda sólo en eso, en unaintención. En el prólogo a la edición, Pellicer comenta las diferentes estampasque han aparecido en ediciones precedentes; al llegar a las basadas en losdibujos del pintor francés Charles Antoine Coypel (y se comenta la edición deLa Haya de ), crítica su falta de «conformidad y semejanza en las actitudesy usos españoles» (p. XX). Pero estos «defectos tan notables» no impidieron aldibujante Paret que tuviera en cuenta la imagen que en el modelo iconográficofrancés ilustra la aventura de Clavileño para recrear este episodio a finales delsiglo XVIII (FIGS. y ).

El jardín versallesco ha desaparecido, así como los trajes y peinados de lospersonajes parecen adecuarse más a los usos de la época, tal y como indica, con uncierto orgullo, el editor desde el prólogo, pero las dos poseen un aire de familia.

litterae, 2 (2002) Los modelos iconográficos del Quijote: siglos XVII-XVIII…

«Estos defectos tan notables [los de la edición de La Haya, ] se observan constantementeenmendados en las tres ediciones, que con tan bellas y delicadas estampas ha dado á luz la Real

03-JM Lucía 59-103(4ª) 28/1/04 19:13 Página 97

Page 45: Lectura coetánea

Por otro lado, la participación de diversos maestros dibujantes y graba-dores (como también sucede en la edición canónica de ) hacen que lasinfluencias y las líneas de dependencia se multipliquen. Un último ejemplo tansólo, que nos permitirá acercarnos a uno de los ilustradores ingleses más impor-tantes de la obra: Hayman, cuyos grabados aparecieron publicados en la edicióninglesa del Quijote en (Londres: A. Millar). La escena en la que ahora nosdetenemos ha sido muy poco ilustrada, por lo que su mera aparición ya puedeconsiderarse un dato elocuente: el descubrimiento de la hija de Diego de laLlana disfrazada de muchacho durante la ronda nocturna que el gobernadorSancho Panza realiza por Barataria (FIGS. -).

En este último ejemplo, los detalles se filtran, se diluyen y son tantas lassemejanzas como las transformaciones. Son reelaboraciones parciales, comovenimos viendo, que hacen que, a medida que llegan los últimos años del sigloXVIII y los primeros del XIX, los modelos iconográficos se expandan, se abren avisiones más particulares, que será una de las características sobresalientes de laiconografía cervantina decimonónica, como ya se apuntara con anterioridad.

.. Terminaremos estas notas teóricas para comprender los modos de difusión,permanencia y cambio de los distintos modelos iconográficos que se sucedieron

JOSÉ MANUEL LUCÍA MEGÍAS litterae, 2 (2002)

FIG. . Clavileño (La Haya, ). FIG. . Clavileño (Madrid, -).

Academia Española […]. No menor puntualidad se ha procurado observar tambien en losdibuxos y en el grabado de las estampas que adornan la presente edicion […]; como asimismoen la propiedad de los trages, en que ha tenido parte el Editor» (pp. XX-XXI).

03-JM Lucía 59-103(4ª) 28/1/04 19:13 Página 98

Page 46: Lectura coetánea

en los siglos XVII y XVIII en la iconografía cervantina, con un factor que nohemos de obviar a la hora de concretar los límites de transformación de undeterminado modelo iconográfico: en su transmisión y difusión el programaiconográfico inicial puede ampliarse o reducirse; e incluso podemos documentarla ampliación o reducción de información dentro de las propias imágenes(recuérdense las FIGS. y ); en ambos casos, estamos ante una fuente esencialde información para comprender en sus implicaciones determinadas lecturascoetáneas de la obra. El hecho de que en una reedición se halle un númeromenor de estampas puede deberse a una imposición editorial (que ha de bus-carse en cada caso); así, en muchas ediciones del siglo XVIII, en donde soncomunes el formato más pequeño y un número cada vez mayor de volúmenes,como principio iconográfico se seguirá la introducción de un número determi-nado de grabados en cada uno de ellos. En ocasiones, sólo encontraremos ungrabado al inicio de cada volumen, a modo de frontispicio, aunque nada tengaque ver la imagen con el contenido de esta parte en concreto.

Pero, al contrario, la ampliación del número de estampas puede ofrecernosinteresantes informaciones de los ámbitos de recepción a los que el editor olibrero quería destinar el Quijote, y a los que pensaba seducir gracias a estasnuevas imágenes, que suponen, no lo olvidemos, una inversión económica de laque se quiere obtener también un resultado económico. No extraña, porejemplo, como tendremos ocasión de ver en la segunda parte de este estudio,que en las ediciones quijotescas que se imprimen en la Península Ibérica a lo

litterae, 2 (2002) Los modelos iconográficos del Quijote: siglos XVII-XVIII…

FIG. . Londres, . FIG. . Madrid, -.

03-JM Lucía 59-103(4ª) 28/1/04 19:13 Página 99

Page 47: Lectura coetánea

largo del siglo XVIII, se haga hincapiéen las aventuras más grotescas y esca-tológicas de la obra, por más que donQuijote no muestre su cara máscaballeresca. Nada de extraño: setrata de ediciones populares desti-nadas a un público que busca en laobra fuente de entretenimiento y dediversión. En este sentido, resultamás que elocuente lo que sucede conel episodio de los batanes, en los queDon Quijote y Sancho muestran suspersonalidades (valiente uno y

cobarde el otro). Este episodio estaba ausente del programa iconográfico deBruselas () y de sus continuadores en tierras europeas; pero cuando elmodelo iconográfico llega a tierras hispánicas, con la edición de Madrid de y los grabados debidos a Diego de Obregón, el episodio aparece con todasu crudeza, a pesar de la falta de relación con el texto de Cervantes, como hapuesto de manifiesto la crítica (FIG. ).

Pero lo importante no es tanto reflejar con exactitud fotográfica los detallesde una aventura de Don Quijote (o una de sus nuevas derrotas), sino el deincidir en el aspecto escatológico con el que juega el mismo Cervantes a la horade contar el particular dilema con que a Sancho sorprende el amanecer: por unlado «la voluntad y deseo de hacer lo que otro no pudiera hacer por él», y porotro el «miedo que había entrado en su corazón, que no osaba apartarse unnegro de uña de su amo» (I, cap. ). La escena vendría a representar elmomento en que don Quijote se tapa las narices al sentir el olor de Sancho y leexclama: —«Paréceme, Sancho, que tienes mucho miedo».

El grabado que representa idéntica escena en la reedición madrileña de

cambia un tanto esta imagen inicial, y en sus detalles se acerca más al texto cervan-tino, ya que don Quijote permanece en su cabalgadura toda la noche y Rocinantese muestra sumiso, con la cuerda atada a sus patas delanteras. Pero el detalle va másallá de querer ser fiel al texto cervantino, ya que incide, una vez más en la escato-logía, haciendo evidente lo que Cervantes supo esconder en una frase (FIG. ).

JOSÉ MANUEL LUCÍA MEGÍAS litterae, 2 (2002)

Tampoco hemos de olvidar cómo este es uno de los cuatro episodios destacados en la primeraedición ilustrada del Quijote, que se publica en Frankfurt en , para acompañar la traduc-ción alemana de un selección de aventuras de la obra cervantina, y que se analizará en lasegunda parte de este estudio.

FIG. . La aventura de los batanes: Madrid, .

03-JM Lucía 59-103(4ª) 28/1/04 19:13 Página 100

Page 48: Lectura coetánea

Imagen que se repite en la reedi-ción del Quijote que en publicaen Madrid Antonio Sanz. En el casode ediciones destinadas a un públicoculto, el interés del episodio se bus-cará en la estratagema de SanchoPanza para convencer a su amo deque está encantado y así impedir quese aleje, como sucede en la ediciónlondinense de (FIG. ), o en elresultado de la aventura, la risa deSancho Panza al descubrir la causa desus miedos y de la valentía de su amo(FIG. ).

En este último grabado, la figura de SanchoPanza funciona como «narratario» de la imagen,como la representación de la reacción de los lec-tores: a pesar del formato, a pesar de la calidaddel papel y de la impresión, a pesar de la bri-llantez de las imágenes y de la elección de un«culto» programa iconográfico, el Quijote seguíasiendo un libro que se leía para el entreteni-miento y la risa, al tiempo que educaba; sólo asípuede explicarse que en el programa iconográficode esta edición, junto a representaciones muycultas, como la visita de Don Quijote a laimprenta de Barcelona, en donde aparece elimpresor de la obra, Gabriel de Sancha (Givanely Gaziel, Historia gráfica…, p. ), se sigan ilus-trando episodios escatológicos y cómicos comolos resultados que el Bálsamo de Fierabrás oca-sionan en Don Quijote y en Sancho Panza.

. Estas primeras modalidades de copia y de transmisión permiten englobar unnúmero mayor de posibilidades y de matices, que se irán desgranando a medidaque analicemos los diferentes modelos iconográficos del Quijote que se suce-derán durante los siglos XVII y XVIII, y que hemos identificado en los cuatrosiguientes:

litterae, 2 (2002) Los modelos iconográficos del Quijote: siglos XVII-XVIII…

FIG. . La aventura de los batanes (Madrid, ).

FIG. . La aventura de los batanes (Londres, ).

03-JM Lucía 59-103(4ª) 28/1/04 19:13 Página 101

Page 49: Lectura coetánea

a) El modelo holandés: el Quijote como un libro de caballerías de entretenimiento.

b) El modelo francés: de los dibujos de Coypel al Quijote cortesano.

c) El modelo inglés: hacia el Quijote de lujo.d) El modelo español: la canonización del Quijote.

Pero esa será otra historia que espero quevuelva a llenar de imágenes quijotescas el próximonúmero de Litterae, y en ellas tendremos ocasiónde dar a conocer grabados que, hasta el momento,sólo habían podido ser disfrutados por un númeromuy reducido de amantes de la obra cervantina;imágenes que más allá de su valor artístico —quees innegable, por otro lado— permiten descubrirclaves para conocer cómo fue la lectura coetánea delQuijote durante los siglos XVII y XVIII.

[Madrid, octubre del ]

JOSÉ MANUEL LUCÍA MEGÍAS litterae, 2 (2002)

Para la realización del presente estudio, me he servido, en primer lugar, de las riquísimas yespléndidas bibliotecas del Centro de Estudios Cervantinos y de la Casa Museo de Cervantes,ambas situadas en Alcalá de Henares, así como he consultado los fondos cervantinos de la Biblio-teca Nacional de Madrid y de la Real Academia Española, especialmente ricos en esta temática.Muchas de las reproducciones de los grabados cervantinos proceden de los ejemplares conser-vados en ambos centros. Quisiera manifestar mi más sincero agradecimiento a sus representantes,Carlos Alvar y Mª Rosario Malero, por las facilidades que me han dado para la realización de estetrabajo. Sin poder contar con este fondo, este estudio, sin lugar a dudas, hubiera sido imposible.

FIG. . La aventura de los batanes(Madrid, ).

03-JM Lucía 59-103(4ª) 28/1/04 19:13 Página 102

Page 50: Lectura coetánea

RESUMEN En este artículo, ofrece la primera aproximación a una nueva herramienta de análisis, deno-minada «modelo iconográfico». Las distintas ediciones ilustradas del Quijote a lo largo de lossiglos XVII y XVIII (frente a lo que sucederá en el XIX y el XX) pueden agruparse en unnúmero limitado de modelos iconográficos; para que se pueda hablar de modelo iconográficoes necesario contar con una propuesta artística de autoridad y con una continuidad, que vadesde la reutilización de las mismas planchas a la reelaboración artística. En esta primeraentrega, se precisan estos conceptos con numerosas reproducciones, y en una segunda entregaanalizará las características esenciales de los cuatro modelos iconográficos identificados paralos siglos XVII y XVIII en las más de ediciones ilustradas del Quijote que se publicaron eneste tiempo.

PALABRAS CLAVEDon Quijote, Cervantes, iconografía, modelo iconográfico, ediciones ilustradas,grabados

ABSTRACTThis article offers an initial approach to a new analytical instrument, that of «iconographicmodels». The various illustrated editions of Don Quijote published in the th and thcenturies, as opposed to their successors in the th and th centuries, can be classified in alimited number of iconographic models. In order to speak of such models one needs to identifyan authorized and continuous artistic project, which can range from the reuse of the sameprinting plates to artistic reelaboration. In this first part, these concepts will be definedthrough the use of numerous reproductions; the second part will analyze the basiccharacteristics of the four iconographic models identified from among the more than illustrated editions of the Quijote published during the th and th centuries.

KEYWORDSDon Quijote, Cervantes, iconography, iconographic model, illustrated editions,engravings

litterae, 2 (2002) Los modelos iconográficos del Quijote: siglos XVII-XVIII…

03-JM Lucía 59-103(4ª) 28/1/04 19:13 Página 103