Lectura-2
-
Upload
sandrabonilla -
Category
Documents
-
view
214 -
download
0
description
Transcript of Lectura-2
CATÁSTROFES, NI TAN INESPERADAS, NI TAN INEVITABLES
Introducción
La historia del hombre sobre la tierra no podría ser contada sin mencionar sus creaciones:
tanto las monumentales obras como las devastadoras catástrofes. De estas últimas, un
elevado número hubieran podido ser evitadas.
Tema
Transcurría un día apacible del año 27 de nuestra era. Más de 50.000 personas confluían
para observar el espectáculo que tendría lugar en el nuevo anfiteatro de Fidias. Se trataba
de un combate entre gladiadores. El anfiteatro, un enorme edificio de madera, parecía
majestuoso y eterno. La gente aglomerada esperaba ansiosa. ¡Por fin el comienzo!. El
viejo ritual etrusco, que los romanos copiaron, se iniciaba. La exaltación, los gritos, la
emotividad, impidieron que el desplazamiento se advirtiera. Un segundo después, era
inevitable la pérdida de estabilidad del edificio: se vino abajo y sepultó a cientos de
personas. Al decir del historiador Cornelio Tácito “la catástrofe inesperada tuvo más
víctimas que una guerra sangrienta”. El Senado Romano concluyó que las causas del
desastre se debieron al incumplimiento de las leyes de construcción y la insuficiente
investigación de la fiabilidad del suelo.
No han sido pocos los hechos de semejante naturaleza que ha sufrido la humanidad. Por
el contrario, han sucedido de manera continua, incluso hasta hoy día. ¿Las razones? Muy
variadas. Pero un número importante de fallas catastróficas – en obras hechas por el
hombre- ocurrió por la falta de previsión, la irresponsabilidad y los errores de diseño. No
se trata de culpar a los proyectistas o ingenieros desconocedores, en su época, de las
leyes que regían la dinámica de los sistemas; sino de alertar sobre aquellos que
conociendo dichas leyes no fueron o no son consecuentes con ellas, ya sea por
subestimación o falta de dominio. Y es que en ambos casos da igual, pues tanto social
como profesionalmente cualesquiera de las dos manifestaciones son inadmisibles y casi
siempre cuestan vidas y daños materiales severos. Ejemplos existen varios. En marzo de
1938, inesperadamente se derrumbó el puente soldado sobre el canal Alberto en Bélgica.
También, el 7 de noviembre de 1940 se destruyó espectacularmente el puente del
estrecho de Tacoma en Estados Unidos. Y en 1962 cayó el puente Real en Melbourne,
Australia. Las investigaciones arrojaron, en los tres hechos, que el origen de las catástrofes
residía en errores de proyección.
Especial significación tuvo el desastre del puente de Tacoma. Este caso trascendió por su
carácter sui generis, al ser considerada la mayor calamidad en la historia de la
construcción de puentes en Estados Unidos. Tuvo el privilegio de que se filmara su
destrucción y la suerte de no provocar víctimas humanas. El puente, recién construido,
presentaba mucha sensibilidad al viento que al batirlo producía vibraciones con
amplitudes de hasta un metro y medio (¡!). Calculado para una carga estática generada
por un empuje de 180 Km/h, el Tacoma comenzó a sufrir oscilaciones de flexión y torsión
de inusitada amplitud, cuando el viento mantenía una velocidad promedio de sólo 70
Km/h. Después de vibrar durante una hora, se deshizo, ahogándose así, en el mismo año
de su fabricación el tercer puente mayor de la época. ¿Pero cuál podría ser la razón, si la
velocidad del viento constituía solamente el 40% de lo que, por diseño, soportaba?
Sencillamente, todo ocurrió por haberse omitido el necesario cálculo que prevé la
resistencia al influjo de fuerzas variables.
En efecto, impredecibles daños provocan los errores de cálculo. Pero el resultado podría
ser muchas veces más nefasto, si a ellos se les unen las insuficiencias en la explotación.
Nunca se insistirá demasiado en la importancia que tiene el mantenimiento y la correcta
operación en el uso y la seguridad de las obras civiles e industriales. En nuestros tiempos
de avance impetuoso de la ciencia y la tecnología, de la era nuclear, de la conquista del
cosmos, de la informática y la biotecnología un error de diseño o explotación podría
significar una catástrofe con mayúsculas, implicando incluso al medio ambiente. Algo así
ya vivió el mundo en la madrugada del 26 de abril de 1986, cuando se averió seriamente el
bloque energético número cuatro de la Central Electronuclear de Chernobil, Ucrania. La
explosión ocurrió a la una y veintitrés minutos de la madrugada. Con anterioridad se
habían producido desperfectos que requerían detener el reactor, pero nadie tomó esa
decisión. Indagaciones posteriores determinaron que la causa inmediata del accidente
radicó en el incorrecto trabajo del personal de Operaciones. Sin embargo, las causas de
fondo y definitivas fueron las serias insuficiencias en el diseño. La potencia del reactor
resultó ser en la práctica muy superior a lo previsto. El mayor accidente ocurrido en una
electronuclear causó graves daños a la población y al medio ambiente, y fue necesario
poner en juego millonarios recursos para controlar la energía desbordada. Los resultados
de la investigación manifestaron que el desastre resultó consecuencia de errores de
concepción, explotación y construcción. Los reactores de la planta de Chernobil no
cumplían ni siquiera con las normas de seguridad existentes en el país. Todo dependía de
la estricta observancia de los parámetros de operación y mantenimiento. Pero
indudablemente, no es posible estar de acuerdo en asumir un riesgo semejante cuando
las consecuencias de un fallo pudieran ser devastadoras.
El 28 de enero de 1986, el transbordador espacial Challenger estalló con siete astronautas
a bordo al minuto de haber despegado. ¿La causa inmediata? El recalentamiento en unas
juntas de gomas que portaban los cohetes auxiliares. Estas se incendiaron y la llama
atravesó el tanque de combustible. El accidente silenció los vuelos espaciales
norteamericanos por dos años. Este accidente sobresale por ser el fracaso más dramático
de la Agencia Espacial de Estados Unidos (NASA) y de su programa.
Con lo expuesto no se agota el tema ni mucho menos, pero se deja ver con transparencia
que el proyectista, el ingeniero, el investigador, el mantenedor además de su misión
técnica o científica tienen una elevada responsabilidad social. Y es precisamente en
nombre de ella por lo que se debe ser amigo de las fechas, de los cumplimientos, del
compromiso, pero mucho más de la verdad científica y del rigor profesional. El
mantenedor resulta una pieza clave por estar justo en la primera línea de combate frente
a la ocurrencia de averías catastróficas.
El hombre de mantenimiento tiene sobre sí una pesada responsabilidad al tener que
responder no sólo por la explotación sostenible de las instalaciones, sino también por la
seguridad. La valoración de los riesgos, los planes de contingencia y la innovación no les
son ajenos. Por tal razón se precisa, hoy más que nunca, convertir el conocimiento en
tecnología. Y la tecnología en resultado tangible de calidad. Mantener es conservar.
Salvaguardar las instalaciones, el ambiente y al propio hombre. La dimensión del concepto
se ha extendido. Y con esto las exigencias.
La serie de ejemplos descrita revela que las catástrofes no fueron tan inesperadas ni tan
inevitables como parecían. No pueden apreciarse como hechos aislados, independientes
de sus autores. En todos los casos, encaja perfectamente la sentencia del filósofo que
alude a que “el hombre es la medida de todas las cosas” o, al menos, de las cosas que
hace, de las buenas y de las malas.
MANTENIMIENTO Y SEGURIDAD
Introducción
La empresa moderna ha cambiado sus objetivos a un ritmo sostenido en los últimos tiempos de
manera que lo que hasta no hace mucho tiempo se ponía en tela de juicio sobre si era beneficioso
o no para mejorar la calidad de los procesos hoy en día son verdades absolutas que ya muy pocos
discuten.
Entre estos objetivos debemos incluir a los sistemas de mantenimiento que han pasado de ser una
simple buena intención de algún sector de la empresa a un objetivo para lograr la mejora continua
encabezado por la alta gerencia, única forma que el proyecto tome forma y de los frutos buscados.
Los sistemas de seguridad paralelamente sufrieron cambios enfocando sus actividades a la calidad
de vida y mejora de condiciones de trabajo de la gente.
Una empresa organizada no puede dejar de tener entre sus planes la mejora del mantenimiento y
de la seguridad de aquellos que la componen.
Pero que es lo que relaciona estos dos grandes objetivos? Parece ser que la mayoría de las veces
las organizaciones afrontan estos desafíos en forma separada, pero, nos sorprenderá ver los
puntos de contacto que tienen ambos y los beneficios de una implementación en conjunto para
lograr resultados aun mejores.
De La Teoria A La Práctica
Durante la implementación de un sistema de gestión de mantenimiento como Jefe de
Mantenimiento Preventivo en la empresa frecuentemente la gente me preguntaba acerca de los
beneficios que tendrían con su aplicación y su preocupación acerca de si esto no sería una forma
más de completar más papeles y de agregar más trabajo al ya existente.
En parte tenían razón, seguramente ahora tendrían un trabajo más intenso, solo que más
organizado y llevarían algunos papeles más de lo acostumbrado pero con objetivos claros:
construir un historial hasta ahora inexistente y generar las estadísticas que a lo largo del tiempo
nos ayudarían a rediseñar el sistema y mejorar la calidad del mantenimiento.
Como habitualmente se dice, la mejor forma de educar es con el ejemplo y justamente eso es lo
que en todo principio de implementación de un sistema de este tipo no puede transmitirse a la
gente de manera que se identifique con él, ya que para que el mantenimiento dé buenos ejemplos
a partir de un sistema preventivo se necesita tiempo y muchas veces algunos no están dispuestos
a esperar.
Al cabo de un tiempo, cuando los índices mejoran, cuando el trabajo a deshora se reduce, cuando
los costos bajan, encuentran los ejemplos que necesitan para educarse en el sistema.
Al identificar aquellos indicadores que nos servirán para hacer un seguimiento del estado de
nuestro mantenimiento debemos pensar que estos serán los que nos ayudarán a corregir el
camino.
Al igual que en seguridad los índices nos indican hacia donde nos dirigimos y frecuentemente en
base a ellos tratamos de hacer lo que todos en el fondo deseamos: controlar las pérdidas, del tipo
que sean, personales, de tiempo, de equipamiento.
El control de perdidas es, finalmente, uno de los puntos de contacto entre seguridad y
mantenimiento.
A medida que mejora el mantenimiento lo hace la seguridad, mejora la calidad de los procesos,
debido a un proceso de realimentación del que todos aprenden de los errores y aciertos.
Orden Y Limpieza
Para un buen trabajo nada mejor que hacerlo en un sitio ordenado y limpio, quizás las dos
primeras cosas que aprendemos desde que comenzamos nuestra educación.
No hay mejor forma de mantener una máquina que mantenerla limpia.
Que ventajas nos da esta tarea que parece tan básica y simple?
Tomemos como ejemplo un motor, si lo limpiamos a diario aprendemos a observarlo y además:
• Lo escucharemos a diario de manera de identificar ruidos extraños
• Detectaremos sus pérdidas para así prevenir futuras fallas
y en general:
• El impacto visual de un ambiente ordenado favorecerá la motivación al trabajo y generará más
orden.
• Tendremos un lugar de trabajo mas seguro
Si no podemos asegurar un ambiente de trabajo ordenado y limpio difícilmente podamos tener
total éxito con nuestro plan de mantenimiento y mucho menos hacer ese ámbito seguro para
quienes trabajan en el.
Control De Pérdidas
Cuando un sistema de mantenimiento comienza a funcionar como tal muchos se preguntan
cuánto costará o si el mantenimiento será caro. Normalmente todo apunta a disminuir costos y a
la impaciencia de obtener resultados a corto plazo.
Pero, no podemos fundar nuestro proyecto solo en el corto plazo, una buena administración
centra sus objetivos en su visión de futuro y en la ventaja competitiva que implica comenzar hoy lo
que muchos harán mañana cuando nosotros ya estemos obteniendo los resultados deseados.
Hay algo que quizás no muchos tienen en cuenta, para lograr esos objetivos se necesita un
proceso donde el sistema se realimente y mejore y donde la gente se capacite y aprenda con la
experiencia.
Cuando los costos de un trabajo seguro se ponen en la mesa de discusión y muchos comienzan a
preguntarse si se puede “ahorrar” es en este momento donde comenzaremos a transitar el
camino que nos lleve al principio del fin de nuestro sistema.
Por otro lado, en la búsqueda del camino de la mejora constante y del éxito de un sistema
conjunto de seguridad y mantenimiento debemos tener en cuenta el factor más importante que
interactúa con ambos: la gente.
A menudo debemos preguntarnos: Cual es el costo de no capacitar? Cuanto perdemos si no
motivamos? quizás sean medidas no magnificables en los resultados finales cuando analizamos
costos pero seguramente afectan la calidad del trabajo.
Algunos Ejemplos
Como Gerente de Logística comencé por acercar el mantenimiento a la seguridad, en primer lugar
explicando cuales serían nuestros objetivos, luego formando lo que llamé “equipo de prevención
de logística” cuyos integrantes eran los jefes de sectores pertenecientes a mantenimiento,
transportes, almacenes, compras y contrataciones.
Todos los sectores estaban involucrados y compartían sus problemas e iniciativas, comenzamos a
hacer más charlas de capacitación referidas a seguridad y cada sector debía generar
procedimientos seguros de trabajo para su sector referidos a las tareas más básicas en principio y
las más complejas después.
El trabajo en conjunto de los diferentes sectores con el objetivo de formar un equipo con objetivos
claros y con bases en el trabajo seguro nos ayudó mucho a mejorar la calidad del trabajo final y a
descubrir nuevas zonas de mejora.
Los beneficios de un trabajo en equipo enfocado a la seguridad y a la mejora constante
básicamente fueron los siguientes:
Comunicación fluida entre los diferentes sectores, todos con el mismo objetivo en común
Incremento de la capacitación al personal en temas referidos a mantenimiento y
relacionados con seguridad.
Confección de procedimientos de trabajo teniendo en cuenta las normas de seguridad y
medio ambiente.
Incremento de tarjetas de observación de tareas inseguras en trabajos de mantenimiento,
tareas de almacenes y transportes.
Mejora en los indicadores de mantenimiento.
La Motivación – La Gente
Cuando comenzamos a desarrollar nuestros planes de mantenimiento las primeras preguntas que
nos vienen a la mente son: ¿Qué tipo de maquinaria tenemos? ¿Qué software usaremos?
¿Tenemos algún tipo de historial que nos sirva? ¿Hasta que nivel de detalle serán las rutinas de
mantenimiento que implementaremos?
Sugiero en base a la experiencia que analicemos estas otras: Quienes son las personas que
componen nuestro departamento? ¿Están debidamente capacitados para la función que
cumplen? ¿Están motivados? ¿Qué tienen para decirnos del nivel actual de mantenimiento y de
las condiciones de seguridad con las que trabajan?
Podríamos enumerar muchas más pero encontraremos en cada respuesta un denominador
común: las capacidades humanas con las que contamos para el desarrollo de nuestros planes de
mantenimiento y seguridad.
El factor más importante a tener en cuenta es la gente y cuanto más la conocemos nos es más fácil
motivarla, darle ánimo, capacitarla y ayudarla a que trabaje en equipo.
Hagamos que el sistema sea de ellos, deben participar activamente en su desarrollo e
implementación, lo sentirán como “suyo” y eso facilitará las cosas.
Si no sabemos qué los motiva hablemos con ellos, no todos se motivan de la misma manera,
estimulemos el trabajo en equipo de manera que sea algo voluntario y no una imposición.
Consideraciones Finales:
Brevemente podríamos enumerar algunos puntos claves:
El desarrollo y la decisión de implementar un sistema de seguridad y mantenimiento debe
ser un objetivo de la alta gerencia.
El recurso clave a tener en cuenta son las capacidades de los individuos que aplicaran el
sistema.
El desarrollo de un plan de mantenimiento y seguridad en forma paralela e interactuando
entre si mejora la calidad del trabajo en todo sentido, logrando también mejores índices.
Orden y limpieza es el primer paso.
Capacitar y motivar es esencial para lograr la mejora continua.