Lección 58 Espíritu Santo

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PARACLETOLOGADoctrina del Espritu Santo Paracletologa es derivada del vocablo griego "paracletos" que quiere decir abogado o maestro. Este ttulo lo lleva el Seor Jesucristo. "Abogado, tenemos para con el Padre, a Jesucristo el Justo." (I Juan 2:1) Pero es ma frecuentemente usado para designar la funcin del Espritu Santo para con los creyentes de esta dispensacin. La palabra "consolador" que se usa en castellano no es del todo propia, pues su funcin no se limita a consolar. Su ministerio se extiende a auxiliar, ensear, guiar a toda verdad", dar valor para testificar, etc. I. La Personalidad del Espritu Santo. Hay muchas personas que piensan que el Espritu Santo es una fuerza o un lquido. Quiz toman esta idea de que, a diferencia de Dios y de Cristo, ste se le llama Espritu. Vamos a estudiar a continuacin algunos argumentos para demostrar que el Espritu Santo es una persona como lo es el Padre (Dios) y el Hijo (Jesucristo). Recuerde que la personalidad radica en el espritu y no en el cuerpo. A. Sus Funciones o Ministerio. 1. Abogar o consolar. (Juan 14:16). Ese "otro consolador" vendra a continuar la obra de Cristo. Podra una fuerza o algo impersonal continuar esa obra? Necesariamente el Espritu Santo tiene que ser una persona. 2. Ensear. (Juan 14:26) El Espritu Santo es designado aqu como un maestro y slo una persona puede tener esa funcin. 3. Glorifica, pide por nosotros, reparte dones, se puede contristar. (Juan 16:14, Rom. 8:26, I Cor. 12:11, Ef. 4:30) Todas estas cosas nos hablan claramente de la personalidad del Espritu santo. B. Su Asociacin con Dios y con Cristo. 1. Si creemos en la Trinidad, tenemos que aceptar la personalidad del Espritu Santo porque Dios y Cristo son personas divinas y para que haya Trinidad el Espritu Santo tiene que ser una persona tambin. La negacin de la personalidad del Espritu Santo destruye la doctrina de la Trinidad. 2. En la frmula bautismal (Mat. 28:19), se manda bautizar en el nombre del Padre, del Hijo y del Espritu Santo. Es inconcebible que las dos primeras personas (El Padre y el Hijo) van a ser puestos a la par de una fuerza, influencia o fluido. Adems, la expresin "en el nombre" nos habla de la personalidad igual en los tres - El Padre, El Hijo y El Espritu Santo. II Deidad del Espritu Santo. Queremos decir por "La deidad del Espritu Santo" que el Espritu Santo es Dios. No que sea un Dios, sino que es Dios igualmente que el Padre y el Hijo. Esto no es un dogma inventado sino una verdad revelada en las Escrituras.

A.El Espritu Santo se llama Dios. (Hech. 5:3-4). En el versculo tres Pedro dice que Ananas ha mentido al Espritu Santo y en el versculo cuatro, como para qu el pueda comprender la magnitud de su pecado le dice: "No has mentido a los hombres, sino a Dios". El Espritu Santo es llamado sencilamente Dios. B. En la frmula bautismal. (Mat. 28:19) El nombre del Espritu Santo es puesto a la par del de Dios y de Cristo. Cmo sera posible que ocupara este sitio si no fuera igualmente que el Padre y el Hijo? C. El Espritu Santo tiene atributos divinos. 1. Eternidad - Heb. 9:14. 2. Omnisciencia - I Cor. 2:10. 3. Omnipotencia - Rom. 8:11. Estos atributos son exclusivamente de Dios y si el Espritu Santo los tiene, se sigue lgicamente que el Espritu Santo es Dios. D. Al Espritu Santo se le atribuyen obras divinas. 1. En la Creacin. De acuerdo con Gnesis 1:2, "el Espritu de Dios se mova sobre el haz de las aguas" como la gallina cubre sus huevos para darles calor y para desarrollar la vida. Adems aade Job, "Su Espritu Santo como Dios y Cristo estuvo activamente trabajando en la creacin. Ahora podemos entender mejor la palabra: "Hagamos" de Gn. 1:26 en relacin a la cracin del hombre. 2. En el Ministerio de Cristo. Cristo echaba fuera los demonios y haca los milagros "por el Espritu de Dios". (Mat. 12:28) San Pablo afirma en I Cor. 12:8-10, que los milagros son obras sobrenaturales que slo Dios puede hacer y si el Espritu hace milagros, sto prueba que es Dios. III. Ministerio del Espritu Santo. Nos referimos aqu solamente a Su ministerio de la gracia o sea despus de Su descendimiento. Para mayor facilidad en la discusin de este asunto lo dividiremos en dos aspectos. Su ministerio con los inconversos y Su ministerio para los creyentes. A. Su Ministerio con los inconversos. 1. Redargir. (Juan 16:7-11) En este pasaje el Seor ensea que el Espritu Santo tendra como ministerio primario el de redargir al mundo o sea a los pecadores, de pecado, de justicia y de juicio. En otras palabras, les convencera de su pecado de incredulidad al no aceptar a Cristo; les convencera de la justicia manifestada en la muerte de Cristo; y les convencera del hecho de que Satn (el prncipe de este mundo) fue vencido en la cruz por Cristo y es ahora un enemigo vencido (Juan 12:31-32), juzgado y sentenciado al lago de fuego. El Espritu Santo, al redargir as al pecador y convencerlo de su pecado y de su suerte, le hace ver la conveniencia de aceptar a Cristo para ser perdonado y para ingresar en la familia de Dios. Unos sienten con mayor intensidad que otros, esa obra del Espritu. No todos los que son convencidos o redargidos se convierten. Hay algunos que endurecen sus corazones.

2. Regenerar. "Es evidente que las Escrituras hacen referencia a un gran cambio que experimentan todos los que llegan a ser cristianos. Tal cambio se designa con expresiones como las que siguen: "Nacer de nuevo", "nacido del Espritu", "nacido de Dios", "creado en Cristo", "nos dio vida juntamente con Cristo", "una nueva criatura", "renovado", "muertos al pecado ms vivos a Dios". (Juan 3:3, 5, 1:13; Ef. 2:5, 10; II Cor. 5:17) A este cambio se le llama generalmente "regeneracin" en los escritos teolgicos y es inseparable del arrepentimiento hacia Dios y la fe hacia Nuestro Seor Jesucristo". J.M. Pendleton. Cuando el pecador ha sido convencido y viene arrepentido a Dios y acepta a Cristo por fe, entonces se opera esa regeneracin. Esa regeneracin es una obra milagrosa operada por el Espritu Santo usando como medio el Evangelio y aplicando los beneficios del sacrificio de Cristo a favor del pecador. (I Cor. 4:15, I Ped. 1:23). B. Su Ministerio con los Creyentes. 1. Santificar. Cuando el hombre es regenerado, el Espritu hace su morada en el. (Juan 14:17, Rom. 8:9, I Cor. 6:19, II Tim. 1:14, I Juan 3:24) El gran propsito de esta morda es la santificacin del creyente. El Espritu permanece en el creyente ayudndole a vivir "en novedad de vida", dndole deseos por las cosas buenas y santas y odio para el pecado. Es obra es progresiva y tendr su culminacin cuando Cristo venga o cuando nosotros vayamos a El. 2. Dar Poder. La recepcin del Espritu Santo est intimamente vinculada con la capacitacin para el servicio, para ser testigos. (Hech. 1:8) Los discpulos y muy especialmente Pedro, despus de recibir el Espritu Santo en Pentecosts pudieron testificar con valor y con xito. (Hech. 2:14-41, 4:8-20, 5:40-42). 3. Adems de estos dos aspectos hay muchas otras cosas que el Espritu Santo hace. Slo daremos las citas: Juan 14:26; Hech. 4:31, 6:10, 13:2-4, 16:6; Rom. 8:11-16. Fjese en el mandamiento dado en Ef. 5:18.

. La Persona y la Obra del Espritu Santo. a) Su Deidad. El Espritu Santo es Dios, juntamente con El Padre y con El Hijo; siendo la Tercera Persona en el Orden de Prelacin de la Santsima Trinidad. 1Jn. 5:5-7; 2Co.13:13; 1P. 1:2 De toda eternidad, "procede" del Padre e Hijo juntamente.

Jn. 14:26; Jn. 15:26; Jn. 16:7."Procede" implica que el Padre, juntamente con El Hijo, de Su misma Sustancia Eterna, la cual es "Espritu" (Jn. 4:24), suscita eternamente, en el santo seno de la Deidad Inmanente, la Subsistencia Personal del Espritu Santo. No es una "engendracin" como El Hijo, pues sta conlleva el designio de encarnar para obrar la salvacin del hombre sobre la Cruz. No as El Espritu Santo, que por eso no lleva el Nombre de "Hijo" sino el mismo Nombre de la Sustancia Divina, "Espritu", pues en Ella se halla la Base Espiritual Eterna de Su "procedencia". Por eso tambin se le llama "Espritu de Dios"(Mt. 3:16,17), o "Espritu del Seor". (2Co. 3:17,18). Posee todos los Atributos y Perfecciones de las otras Personas de la Trinidad; por ejemplo: Espiritualidad y Santidad, como Su propio Nombre lo indica: Eternidad (He. 9:14); Omnipresencia (Sal. 139:7), Omnisciencia y Omnipotencia. (1Co. 2:10,11; Is. 11:2 comparar Gn.1:2); etc. b) Su Personalidad. El Espritu Santo no es una mera influencia o virtud Espiritual del Padre o del Hijo. Es una Persona, con todos los Atributos y Acciones propios de la Personalidad. I. Argumento ntico (o del Ser) Racional. Posee facultad Cognoscitiva o de la Mente o Pensamiento Inteligente. Is. 40:13,14; Ro.8:27; 1Co. 2:12. Posee Facultad Volitiva o Voluntad Individual o Particular. (1Co. 12:11). Posee Facultad Sensitiva o Sensibilidad o Sentimientos Perfectos. Ro.5:5; Ga. 5:22,23; Ef. 5:9,10. II. Opera o Acta como Una Persona. Habla (Hch. 10:19; Ap. 2:7 y 22:17); Redarguye (Jn. 16:8); Da rdenes (Hch. 13:2-4 y 16:6,7); Guia (Jn. 16:13); Ensea y Recuerda (Jn. 14:26); Hace obras portentosas (Hch. 8:29,39); Intercede (Ro. 8:26); Testifica (Jn. 15:26; Ro 8:16); Consuela (Jn. 14:16). III. Se le Designa como una Persona. (Jn. 14:16). Aunque "Pneuma" (Espritu) es neutro, se le aplican pronombres personales masculinos (Jn. 16:7,8,13,14), lo mismo que a Cristo (1Jn. 2:6; 3:3,5,7,16). IV. Se le puede tratar como a Una Persona. Benvolamente: Hch. 15:28; Ef. 5:18,19. Malvolamente: Is. 63:10; Hch. 5:3,4; Hch 7:51; Ef. 4:30; 1Ts. 5:19. La blasfemia contra El Espritu Santo no tiene perdn. Mt. 12:32; He. 10:29. c) Su Obra. Su Obra en la Creacin. Gn. 1:2; Job, 26:13; Sal. 33:6.

Habl a y por los profetas en el Antiguo Testamento. Neh. 9:30; 1S. 16:13,14; 2S.. 23:2; Ez. 11:24,25; Mi. 3:8 comparar Zac. 7:12 Inspir las Santas Escrituras y l es Quin nos ilumina para conocerlas e interpretarlas correctamente. 1Ts. 2:13; 2Ti. 3:15-17; 2P. 1:21; 1Co. 2:7-16 comparar 2Ti. 2:15. El Espritu Santo es el Divino Agente que obr la engendracin virginal de Cristo. Lc. 1:31-35 comparar Mt.1:18-25, comparar Is. 7:14 y Ga. 4:4. En forma corporal como paloma, descendi sobre Cristo en Su bautismo en el Jordn, con lo cual demostr Su dominio sobre "el prncipe de poder del aire", que es Satans. Mt. 3:16 comparar Ef. 2:2,3. Llev a Cristo al desierto para ser tentado del Diablo. Mt. 4:1; Mr. 1:12,13; Lc. 4:1. Dios ungi a Cristo de Espritu Santo y Potencia. Mt. 12:15-18; Lc. 4:16-21; Hch. 10:38. El Espritu Santo actu en la Resurreccin de Cristo (Ro. 1:4); y ser el Agente Divino que en el da de la Venida del Seor, vivificar el cuerpo de los creyentes a la semejanza del Cuerpo de Cristo, en forma conjunta con El Seor. Ro. 8:11; Fil. 3:20,21; Jud. vs. 24,25. Es Espritu de Gracia y de Oracin (Zac. 12:10 a.) y nos ayuda y ensea a orar segn la Voluntad de Dios. Debemos orar "en" y "por" o "por medio" del Espritu Santo. Ro. 8:26,27; Ef.6:18; Jud. v. 20; 1Co. 2:10 Es el nico Vicario del Seor Jesucristo en la Tierra, y a l glorifica. Jn. 14:16,17,26; Jn.15:26 y 16:7 y vs. 14 y 15 Enviado del Seor en el da de Pentecosts, estableci la Iglesia viniendo a morar en los creyentes y constituyndolos como el Cuerpo de Cristo. Jn. 14:16-18; Hch. 1:8; Hch. cap. 2; 1Co.12:13,27 comparar Ef. 1:22,23 y 4:4-6. d) El Espritu Santo es Quin forma a la Iglesia del Seor y le da dones espirituales. Sus tareas para ello, son las siguientes: a) Redarguye, convence de pecado e ilumina al pecador. (Jn. 16:8 comparar He. 6:4-9).

b) Gua a arrepentimiento. (Hch. 5:31 y 11:18; Ro. 2:14.). c) Gua a la Verdad que es en Cristo Jess. (Jn. 16:13,14). d) Da el don precioso de la Fe al pecador arrepentido que habiendo odo el Evangelio, desea de corazn ser salvo. (Ro. 10:17; Ef. 2:8; Ga. 5:22). e) Engendra y regenera al creyente y lo hace as hijo de Dios, viniendo a morar en su corazn y bautizndole en el Cuerpo de Cristo. Da testimonio a su espritu, de que ahora es hijo de Dios. (Jn. 1:12,13 y 3:5,6; 2Co. 1:21,22 comparar Ga. 4:4-7, Ef. 1:13,14 y Tit. 3:4-7; Ro. 8:15,16; 1Co. 12:13). f) Santifica al renacido (1P. 1:12 y vs. 13-16); y lo transforma a la imagen de Cristo (Ro. 8:29; 2Co. 3:17,18). g) Produce en el renacido el "fruto del Espritu" (Ga. 5:22,23; Ef. 5:9); y lo llena con Su plenitud, en la medida en que aqul se niega a s mismo y se rinde al Seor. (Mt. 11:25-30 comparar Lc. 9:23; Ga. 2:20 y 5:16-26; Ef. 5:1-21; 1P. 5:1-11). h) Da dones espirituales. Segn Su voluntad, El Espritu Santo reparte dones espirituales a los hijos de Dios, para la edificacin del Cuerpo de Cristo y su perfecto funcionamiento y testimonio, tanto en y al mundo como a los ngeles en los Cielos. (1Co. 12:1-11; Ro. 12:1-13 ; Ef. 4:7-16; 1Ti. 3:1-13; Tit. 1:5-9; 1P. 4:10,11; Jn. 17:14-21con Ef. 3:10 y 1P. 1:10-12). Dones manifiestos actualmente: Predicacin o profeta; enseanza, junto con sabidura y ciencia; pastores; diconos o ayudas; evangelistas; dones de servir; repartir bienes; obras de misericordias; exhortacin y consolacin; dones de proteccin: discrecin de Espritu, discernir, redargir errores y herejas; capacitacin para obras de fe: presidir. El don de apstol fue dado solo a un pequeo grupo en el Siglo I y no ha sido transferido ni delegado a nadie. Su vigencia actual lo es solo en sentido de que la autoridad apostlica ha quedado perpetuada en sus enseanzas, que se hallan nicamente en el Nuevo Testamento. Los apstoles pusieron el Fundamento de la Fe, sana doctrina y prcticas. "Profetas", con los apstoles originalmente dieron la Revelacin. Luego y hasta hoy, los profetas se definen como predicadores y exhortadores. (1Co. 14:3). Dones manifestados especialmente en el Siglo I, por individuos particulares: Son los dones llamados "de seales": operacin de milagros, lenguas y sanidades. El Nuevo Testamento revela que esos dones portentosos sirvieron a determinados propsitos, especialmente en el tiempo histrico del inicio de la Era Cristiana: I. Las maravillas obradas por El Seor en Su ministerio terrenal, confirmaban Su Autoridad Mesinica, Sus enseanzas y Misin Redentoras, como el mismo Seor lo declar (Jn. 14:11; Mt. 11:20-24, comparar Jn. 3:1,2). II. Los dones de seales manifestados por los discpulos y especialmente por los apstoles, sirvieron al propsito de autenticar su testimonio como de Dios y no de los hombres. (Hch. caps. 3 y 4; 2Co. 12:12).

"Lenguas", (hablar idiomas no conocidos previamente), fueron "seal para los infieles", especialmente para los Judos (Hch. 2:1-13; 1Co. 14:21-25). Pablo permiti su uso controlado y no enftico en Corinto, siempre que hubiese intrprete (1Co. 14:17,28). Cuando el Evangelio fue predicado a los gentiles, las "lenguas" confirman que la Voluntad de Dios era que tambin ellos fuesen salvos, leccin que a los judos les cost aprender. (Hch. 10:44-11:18; Hch. 15:8-12). La razn principal de esas manifestaciones portentosas, fue que el Evangelio contena misterios de la Gracia y de la Iglesia de Cristo no revelados antes, siendo necesario acreditar en forma sobrenatural al mensaje y a los mensajeros de la nueva revelacin (Ef. 3:1-12; Mt. 11:24-29; He. 2:1-4). Pero una vez completada y registrada la misma en los escritos Inspirados del Nuevo Testamento, el hecho observable es que El Espritu Santo ces de manifestar esos dones por individuos particulares pues su designio era cumplido. (1Co. 13:8). En el Cielo s, se manifiesta el don de lenguas, en manera solo all conocida. (2Co. 12:1-4; comparar Ap. 6:9 y 7:9-12). "Sanidades". Es digno de notarse que el don de "sanidad" no se manifest en ciertos momentos en que la enfermedad de santos obreros pareca requerirlo (Fil. 2:26,27; 1Ti. 5:23; 2Ti. 4:20 comparar 2Co. 12:7-10). Adems, en la Epstola de Santiago se dan nuevas instrucciones respecto a los enfermos: deba llamarse a los ancianos de la Iglesia para orar por ellos y El Seor los levantara (expresin sta que deja al Seor el hacerlo segn Su Voluntad; no se mencionan individuos particulares que tuvieran o ejercieran el "don" de sanidad. (Stg. 5:13-16). III. Dones de "operaciones de milagros" sern manifestados otra vez sobre la Tierra, pero durante "la Tribulacin, la Grande", por los "dos testigos" aparejados por Dios para profetizar con "seales" al mundo impo (Ap. 11:3-12). Ello no tiene nada que ver con la Iglesia, que no estar entonces sobre la Tierra y cuya edificacin se opera en el tiempo presente por medio de dones diferentes (Ef. 4:7-16). Conclusin: dones de "seales" sirven a propsito predeterminados, a travs de siervos escogidos en tiempo tambin determinado. (Jn. 9:1-7). Esto no significa que hayan sido "retirados" por completo, pues obras divinas y sanidades ocurren a diario, pero le son en respuesta a la oracin y/o por accin directa del Espritu, en Quin los dones estn y se manifiestan cuando y en la manera que l quiere. Renovacin "carismtica"? "Lenguas", en Pentecosts, fueron idiomas reales y corrientes hablados sin conocerlos previamente, y contaron las maravillas de Dios a extranjeros presentes (Hch. 2:1-11). En lugar de eso, y dicho esto con todo respeto por las personas, las as llamadas "lenguas" que se dan en predicadores "carismticos", son por lo general meras interjecciones que nadie entiende, mechadas dentro o al final de una frase. Por lo tanto no pueden ser estimadas como "restauracin del don de lenguas" Tales experiencias suelen iniciarse por persistente presin sicolgica de enseanzas errneas tales como: "si no hay lenguas no est el Espritu", o "lenguas muestran el "bautismo del Espritu". En otros casos, surgen del desmedido deseo de "nuevas experiencias" por "nuevos bautismos" espirituales. Otras veces, suelen ser el producto de la gran tensin que se experimenta en reuniones masivas donde las oraciones escasean pero las apelaciones emocionales sobreabundan. Si acaso "traduce"algn "intrprete" y ste ofrece alguna palabra correcta, lo que dice es tan elemental y fcil de hallar en la Biblia y decirlo en lenguaje corriente, que resulta pueril pensar que hagan falta dones milagrosos para saberlo. En cuanto a "revelaciones", quede claro que toda "revelacin" ms all de lo que ya tenemos en las Escrituras o que las contradigan, es falsa. (1Co. 4:16).

"Sanidades": Vase la frase pertinente en "Dones manifestados especialmente en Siglo I". Aqu, la sana doctrina impone prevenir que: hacer ostentacin de poder y autoridad y an exaltarse al plano de pequeos "dioses" (como lo hacen ciertos "carismticos") es totalmente antibblico. Adems, la publicidad que de s mismo va exponiendo el "sanador" junto con el "crescendo sicoemocional" de cantos, salvas, aplausos, danzas y mensajes, que enfervoriza por igual al sanador y a los enfermos, hacen que si alguna sanidad se proclama, quede la pregunta:- de qu fuente proviene el "poder"? Pues mtodos antibblicos no producen fruto Bblico. (Is. 8:20; Sal. 138:6; 1P. 5:5,6). En casos extremos, puede tratarse de obreros de maldad, cuyo fin ser perdicin, mientras van obrando aparentes "milagros" en el Nombre de Cristo. (Mt. 7:21-23; 2Co. 11:13-15). "Ecumenismo carismtico". Finalmente, esos "movimientos" practican un activo "ecumenismo"(pues tales "experiencias" se dan en muy contrarias agrupaciones religiosas: ciertos evanglicos, juntos con "modernistas" o liberales y romanistas, etc.)-, lo cual promueve el "yugo desigual" entre fieles e infieles, (aunque ellos se autogratifican intercalificndose como siendo "distintas denominaciones cristianas"); "yugo desigual", del cual la Palabra manda apartarnos (2Co. 6:14 a 7:1; Ef. 5:16,17). Tal "ecumenismo carismtico", debiera bastar para alertar a sinceros hermanos que se hallan envueltos en tales cosas. Errores Doctrinales. Afirmar que la enfermedad no debe estar en el cuerpo del creyente, sin ver que aquella, puede an manifestarse en nosotros (2Ti. 4:20 b.), hasta que tengamos el cuerpo nuevo en la resurreccin. (Ro. 8:23-25; Fil. 3:20,21). Creer que "bautismo del Espritu" es experiencia en que se debe hablar en lenguas: sin entenderse que el bautismo ocurre al renacer y no tiene nada que ver con lenguas (1Co. 12:13). Hablar de "gua" y "revelaciones" del Espritu, sin reparar si estn o no en conformidad con las Escrituras (Ez. 13:1-3; 1Ts. 2:13). Autopublicarse egocntricamente en contras de claras advertencias Bblicas (2Co. 10:12,18; Lc. 9:23; Ga. 2:20). Utilizar mtodos no Bblicos en la obra del Seor, lo cual es pragmtico inconsulto y ciego a lo Espiritual (1Co. 2:12,13). Y hay ms, pero en otras connotaciones. Conclusin: Las experiencias, mtodos y creencias antedichos y afines, no se ajustan a las Escrituras. La entera cuestin es no Bblica y no tiene nada que ver con una real "restauracin de dones de seales". e) Semblanzas Bblicas del Espritu Santo. "Viento y Fuego". Jn. 3:8; Hch. 2:2,3; comparar Ez. 37:9,10. (Virtud y Potencia Purificadora y Dinmica, Creativa y Activa)! "Sello, Prenda, Arras". 2Co. 1:22; Ef. 1:13,14. (Autenticidad y Autoridad; Garanta y Anticipo de Bienes Eternos). "Uncin". 1Jn. 2.20. (Devocin, Sabidura, Espiritualidad). "Agua Viva". Jn. 4:14 comparar Jn. 7:38,39. (Virtud Vivificante y Satisfaciente; Plenitud). "Paloma". Mt. 3:16; Jn. 1:32,33. (Libertad, Sencillez, Reverencia, Paz, Comunin). 2. La Santa Biblia. Es la Palabra Inspirada de Dios, Inerrable e Inefable.

a) Su Inspiracin. Creemos en Su Inspiracin Verbal y Plenaria por El Espritu Santo, a los santos profetas, evangelistas, y apstoles que escribieron los sesenta y seis libros cannicos que lo integran, siendo preservados por el mismo Espritu Santo de todo error o contradiccin en su cometido. "Verbal y Plenaria", significa que el total contenido Bblico, sean los temas como las palabras, fueron Inspirados por Dios, Quin revelaba al escritor sagrado los asuntos a registrar y le daba, as como escoga del lenguaje propio del mismo, las palabras adecuadas, guindole de modo tal, que el escritor registraba todas las cosas con exactitud. Tal obra del Espritu Santo garantiza que toda la Biblia,- (y no solamente "algunas de sus partes")-, es la Palabra Inspirada de Dios. Sal. 12:6; Sal.119:140; 2Ti. 3:15-17; 2P. 1:21; 1P. 1:9-12; 1Jn. 5:11-13; Lc. 24:27 y 44-48; Mt. 22:29; Jn. 5:39-47; Ro. 1:2. b) Su Canon. Confesamos que los libros cannicos total y universalmente reconocidos como Inspirados de Dios, son: I. Los treinta y nueve libros del Antiguo Testamento (Gnesis a Malaquas), que provienen del Cnon de Esdras (siglo quinto antes de Cristo) y del Texto Masortico Hebreo ("Masoretas" eran eruditos judos tradicionalistas expertos en las Escrituras). Esto excluye a los libros apcrifos o espurios, (Tobas, Judit, Sabidura, Eclesistico, Baruc, Primero y Segundo de los Macabeos y las adiciones a los libros cannicos de Esther y Daniel), nunca citados por Cristo ni los apstoles pues contienen errores y contradicciones que los inhabilitan como Palabra de Dios. II. Los veintisiete libros del Nuevo Testamento (Mateo a Apocalipsis), enlistados en los Concilios de Laodicea y Cartago (363 y 397 AD); tal como contenidos en el Texto Griego conocido como "Textus Receptus" o "Texto Recibido", de los aos 1546/ 1624. De esos textos hebreo y griego, provienen las traducciones correctas de la Biblia desde los das de la Reforma (Siglo XVI). Textos posteriores (Westcot-Hort. por ej.), y los preparados por Sociedades Bblicas ecumnicas, con sus numerosas e innecesarias "nuevas versiones", contienen cambios que afectan la "Sana doctrina", por lo cual solo utilizamos las Versiones antiguas (en castellano, la del ao 1909). Los sesenta y seis libros cannicos, son pues una "Biblioteca Divina" que editaba en un volmen llamado "Santa Biblia" (Biblia significa "los Libros"). Algunos editores, infiltrados de "modernismo", han omitido de sus tapas la palabra "Santa", lo que trae dudas sobre la Inerrancia e Inspiracin de las Sagradas Escrituras (2Ti. 3:15,16), dadas por "santos hombres de Dios que hablaron siendo Inspirados del Espritu Santo"(2P. 1:21; 1Ts. 2:13). c) Su Autoridad.

Por ser la Palabra Inspirada de Dios, la "Santa Biblia" es Inerrable e Inefable en todo cuanto registra, por lo cual es nuestra nica Autoridad en materia de fe, doctrina, prcticas, norma de conducta, forma de gobierno y disciplina eclesial. Jn.20:30,31 y 21:24,25; 1Ts 2:11-13; 2Ts.2:15-17 y 3:6; Ga.1:8,9, comparar Dt. 4:2 y Ap.22:18-21. d) Su Interpretacin. Su sana interpretacin y correcto entendimiento, requiere iluminacin del Espritu Santo, Quin faculta al lector reverente y humilde a discernir la Palabra sin error. Sal. 119:18; Sal. 36:7-9; Jer. 33:1-3; 1Co. cap.2; 1Jn. 2:20,21 Como reconocido mtodo hermenutico, confesamos que "La Biblia es su propio intrprete" (1Co. 2:12,13). Esto implica cotejar Escritura con Escritura o el Texto con su contexto y las referencias relacionadas (comparar Jn. 5:46,47), respetando su significado gramatical, histrico y literal. Asimismo, una vista "Dispensacional" de las Escrituras, ayudar a aplicar sus Textos al perodo histrico correcto, sin perjuicio de la trascendencia y valor permanente de las enseanzas de cada pasaje. La vista "Dispensacional" no es un sistema de interpretacin "superpuesto" a la Biblia (como algunos acusan), sino que es la leccin que "emerge" de su reverente estudio. Las Escrituras revelan distintos tratos de Dios para con los hombres, puestos bajo distintas responsabilidades; asimismo la progresiva revelacin de la Gracia Divina. La salvacin siempre ser por la fe en la Palabra de Dios, en Sus Promesas y obras centradas en la Persona de Cristo, anticipadas profecas y cumplidas en la Cruz. Las "Dispensaciones", o la "Administracin" Divina de la Gracia y los Juicios de Dios, as como los perodos de tiempo y las Escrituras que los abarcan, se disciernen en trminos generales, segn el siguiente detalle: "Inocencia", desde la Creacin del hombre hasta su cada en pecado (Gn. 1:27 a 3:24); "Conciencia", desde la expulsin del Edn hasta el Diluvio (Gn. 4:1 a 8:19); "Gobierno Humano", desde No luego del Diluvio hasta la confusin de lenguas en Babel (Gn. 8:20 a 11:9); "Promesa", desde la vocacin de Abraham hasta Moiss, la liberacin de la esclavitud de Israel en Egipto y la llegada al monte Sina (Gn. 12:1 a Ex. 19:1); "Ley", desde el Sina hasta la crucifixin del Seor (Ex. 19:1 a Mt. 27:33); "Gracia", desde Cristo hasta el Arrebatamiento de la Iglesia antes la Tribulacin y del Anticristo (Ap. 6:1 a 118:24); "Reino", desde la venida corporal del Seor a la Tierra hasta el fin del Milenio (Ap. 19:11 a 20:10); Juicio Final bajo Cristo sentado en el Gran Trono Blanco (Ap. 20:11 a 20:15); Nuevos Cielos y Tierra (Ap. cap. 21 y 22). Tal clasificacin de Textos Bblicos, no constituye una codificacin estricta o limitativa, pues pasajes en una divisin pueden contener partes que refieren a otras Dispensaciones. Adems, hay principios fundamentales que se aplican en todos los tiempos; as como lecciones histricas, o revelaciones y enseanzas espirituales, promesas, amonestaciones, prevenciones, ejemplos, o smbolos y

figuras para nosotros, segn los casos, pues "la Palabra del Seor permanece perpetuamente". 1Co. 2:12,13 comparar 2Ti. 2:15; Ef. 3:1-10; 1Co. 10:1-12; 1P. 1:24,25.

- El Espritu Santo

Texto para memorizar: Juan 3:6 Introduccin: En las lecciones acerca de la Trinidad, aprendimos que el Espritu Santo es la tercera persona de la Trinidad, y que es igual en sustancia y naturaleza con el Padre y con el Hijo, el Seor Jesucristo. Tambin vimos que tiene los atributos o cualidades como Dios. El Espritu Santo es Dios! En esta leccin vamos a pensar principalmente en su persona y algo de su obra. I. El Espritu Santo es Dios--Queremos reafirmar que el Espritu Santo es divino. Vamos a ver un ejemplo: Hechos 5:3-4. En el versculo 3 dice: "... mintieses al Espritu Santo". En el versculo 4 dice: "No has mentido a los hombres sino a Dios". El Espritu Santo y Dios son la misma persona. II. El Espritu Santo tiene personalidad--Algunos ensean que el Espritu Santo es la fuerza o influencia impersonal de Dios manifestado en el mundo. Entonces sera una cosa y no una persona. Cualquier enseanza que niega que el Espritu Santo es una persona es falsa. A. Los nombres dados al Espritu Santo implican que es una persona: Juan 14:16 y 16:7 nos dicen que es llamado el Consolador. Como Consolador toma el lugar de Cristo--una influencia no puede hacer esto. B. El Espritu Santo muestra que es una persona por su asociacin con otros individuos.

1. Mateo 28:19. Los dos primeros nombres son de personas, tambin el tercero. 2. II Corintios 13:14 Cmo tener comunin con una influencia? 3. Hechos 15:28. Se identifica como una persona igual como los creyentes. C. El Espritu Santo tiene caractersticas personales: 1. Tiene inteligencia: 1a Corintios 2:10-11. Piensa, determina y tiene propsitos. 2. Tiene voluntad: 1a Corintios 12:8-11. l dio a los cristianos primitivos los dones segn su voluntad ("como l quiere"--versculo 11). 3. Tiene emociones: a) Ama: Romanos 15:30; b) Se entristece: Efesios 4:30; c) Puede ser insultado: Hebreos 10:29; d) Puede ser ofendido:

Mateo 12:3132. D. El Espritu Santo es capaz de acciones como una persona: 1. Habla: Apocalipsis 2:7 2. Intercede: Romanos 8:26 3. Ensea Juan 14:26 4. Gua: Romanos 8:14 y Hechos 16:6-7 5. Llama a los obreros: Hechos 13:2 III. La obra del Espritu Santo: A. Entre los perdidos: 1. Contiende con ellos. Gnesis 16:6-7; 6:3-6. 2. Testifica de Cristo a ellos por medio de testigos. Hechos 5:32 3. Convence al mundo de pecado, justicia, y juicio. Juan 16:8-11. B. Entre los creyentes: No hay esperanza de salvacin aparte de la obra del Espritu Santo. Las personas que llegan a creer en Cristo, nacen de nuevo. Es un nacimiento espiritual porque es la obra del Espritu Santo. Juan 3:5-7 y Tito 3:5. Conclusin: El Espritu Santo es una persona divina. Sin l no hay salvacin. Ha nacido del Espritu? Juan 3:6. El Espritu Santo (2)

Texto para memorizar: Efesios 5:18 Introduccin: Ya vimos que para ser salvo, la persona tiene que nacer de nuevo. El nacimiento nuevo es la obra del Espritu Santo (Juan 3:5-7). Tambin es llamado la regeneracin. Seguiremos estudiando la obra del Espritu Santo en la vida de los creyentes. I. El Espritu Santo habita en los salvos A. Los creyentes en Cristo ahora tienen un privilegio que ni los grandes profetas del tiempo del Antiguo Testamento tuvieron. Es el de tener el Espritu Santo morando en ellos todo el tiempo (Juan 14:17). "...y estar en vosotros", es una promesa para cada creyente de esta edad. B. Romanos 8:9 y 1a Corintios 6:19-20. II. El Espritu Santo sella a los salvos A. Efesios 1:13-14; 4:30. Pertenecemos a Dios. Nadie puede romper el sello del Espritu. B. Es el Espritu que nos da la seguridad de nuestra salvacin (Romanos 8:16). Tiene usted esta confianza, esta seguridad en su corazn? III. Cada persona salva debe ser llena del Espritu Santo A. Hay una diferencia entre poseer el Espritu y ser lleno del Espritu. El poseer el Espritu es el privilegio de cada creyente. El ser lleno del Espritu es el deber de cada creyente. (Efesios 5:18). "Sed llenos" quiere decir ser controlados por el Espritu Santo (igual que el borracho es controlado por el vino).

B. El cristiano puede contristar al Espritu Santo por el pecado (Efesios 4:30). Puede apagar su obra en su vida por resistirle (1a Tesalonicenses 5:19). Hay que apartarse del pecado y rendirse a l para ser controlado por l. Solamente as podemos tener el poder de servir al Seor. C. No se trata del bautismo del Espritu Santo, el cual vino una vez para siempre en Pentecosts. IV. El Espritu Santo gua a los salvos. A. Solamente los verdaderos cristianos tienen este privilegio (Romanos 8:14). B. El Espritu quiere guiar en todos los detalles de la vida. Si no se sabe que hacer, "andad en el Espritu" y l le guiara. (Glatas 5:16-17). V. El Espritu Santo ensea a los salvos Juan 16:13-14 y I de Juan 2:27. An cuando tenemos maestros y predicadores, no se puede aprender nada de la Biblia sin el Divino Maestro, el Espritu Santo. VI. El Espritu Santo ofrece a Dios las oraciones de los salvos (Romanos 8:26-27; Judas 20). VII. El Espritu Santo produce fruto en la vida del cristiano que honra a Dios (Glatas 5:22-23). Qu contraste con las obras de la carne! (Glatas 5:19-21). Conclusin: Cada persona que es salva debe buscar ser lleno (controlado) por el Espritu Santo (Efesios 5:18). Cada persona que no es salvo debe recibir a Cristo para nacer del Espritu (Juan 3:6). El Espritu SantoPor causa de las muchas enseanzas errneas acerca del Espritu Santo que han sido propagadas en todas partes, millares de personas que profesan creer en el Seor Jesucristo viven en la ms completa confusin e incertidumbre.

Sin duda, se trata de una de las doctrinas principales que "los indoctos e inconstantes tuercen, como tambin las otras Escrituras, para su propia perdicin (2 Pedro 3:16). Por consiguiente nos proponemos examinar algunas de las distinciones y contrastes en el ministerio del Espritu Santo, que tenemos que comprender para "trazar bien la Palabra de verdad" en lo referente a l. (2 Timoteo 2:15). 1 DISTINCIN: EL ESPRITU SANTO ES UNA PERSONA, NO UN PODER El Espritu Santo no es una "influencia benfica", "una fuerza impulsora", "un poder mgico", "una emanacin" o "una corriente", ni siquiera es un "atributo" de Dios. Tampoco es una entidad nebulosa o abstracta que nosotros podamos adquirir para alcanzar las cumbres de nuestra experiencia cristiana, o para hacer obras milagrosas con que asombrar a la gente. Empero, el Espritu Santo s es una PERSONA DIVINA, santa, soberana, infinitamente poderosa, sabia y bondadosa. As como el Padre y el Hijo son Personas, el Espritu Santo es la tercera Persona gloriosa de la Trinidad divina (Mateo 28:19). Siendo Dios mismo, el Espritu Santo desea ejercer su dominio y voluntad en nuestra vida, para usarnos segn Su propsito. Esta es en verdad una fundamental distincin. Conviene, pues, que cada hijo de Dios se rinda al control del Espritu Santo, sin reservas y de todo corazn, para que cumpla en l todo lo que el Espritu vino a hacer. En prueba de lo que afirmamos, consideremos lo siguiente: 1) Que el Espritu Santo manifiesta todos los atributos de personalidad Voluntad (1 Cor. 12:11) Mente (Romanos 8:27) Conocimiento (1 Cor. 2:10-11) Amor (Rom.15:30) Palabra (Mr. 13:11; Hch. 1:16; 13:2; 21:11; 28:25; He.3:7) 2) Que el Espritu Santo es el verdadero autor (e inspirador) de las Escrituras, (1 Pedro 1:10-12; 2 Pedro 1:21), el enseador (Jn.14:26; 1 Cor.2:13) y el testigo ( Hch. 5:32; He. 10:15; 1 Jn. 5:7) 3) Que el Espritu Santo es el "parakletos" (Jn. 14:16) Aunque en nuestro idioma el trmino se traduce: "consolador", este significado es muy limitado como para expresar plenamente la amplitud del contenido del vocablo griego original. Bsicamente se refiere a alguien mandado a llamar para ayudar en algo y cumplir determinado servicio. El Seor Jesucristo, habiendo ascendido al cielo, ha enviado al Espritu Santo, delegndole diferentes funciones. En relacin con los creyentes su ocupacin es ayudarlos, consolarlos, ensearles, guiarlos y fortalecerlos, entre otros cometidos que desarrolla para la gloria del Seor. Asimismo en el mbito de la Iglesia tiene facultades supremas para: a) enviar obreros a la obra (Hch.13:2 y 4) b) dirigir la obra evangelizadora, o misionera (Hch. 11:12; 16:6) c) Constituir obispos (sobreveedores) dentro de las iglesias Hch. 20:28) d) establecer las normas de vida, obra y orden en las iglesias (Hch. 15:28-29) El Espritu Santo es, entonces, el verdadero vicario de Cristo a la Iglesia, como que es el nico encargado de representar en la tierra al Seor en la continuacin de Su obra. (Es blasfemia llamar a un mero hombre pecador "el vicario de Jesucristo"). 4) Que el Espritu Santo es tratado como se la trata a una persona Los hombres le mienten (Hch. 5:3) - Lo tientan (o prueban) (Hch. 5:9) - Lo resisten (Hch. 7:51) - Lo contristan (Ef.4:30) - Lo afrentan (Heb. 10:29) - Blasfeman contra l (Mr. 3:29) 5) La obra que el Espritu Santo hace entre los creyentes tambin demuestra que es una Persona Los regenera y renueva (Tito 3:5) - Los gua (Lc.4:1 Ro.8:14) - Los fortalece (Hch. 9:31) - Los consuela (Jn. 16:7) - Derrama el amor de Dios en sus corazones (Ro. 5:5) - Los santifica (Ro. 15:16) - Tiene comunin con ellos (2 Cor.13:14) - Les da poder para una vida santa (1 Cor. 6:11) - Les da poder para todo servicio (Hch. 1:8; 1 Tes. 1:5; Heb. 2:4) 2 DISTINCIN: EL MINISTERIO DEL ESPRITU SANTO ANTES Y DESPUS DEL DA DE PENTECOSTS

1) Antes de Pentecosts "no haba venido el Espritu Santo porque Jess no haba sido an glorificado" (Juan 7:39) Si bien es cierto que Dios, en sus tres personas, Padre Hijo y Espritu Santo, es omnipresente (es decir, que est presente simultneamente en todas partes), debemos considerar que el Espritu Santo, antes del acontecimiento de Pentecosts, habitaba en el cielo con el Padre en un sentido distinto de como estaba en la tierra. De la misma manera, el Hijo omnipresente estaba con el Padre en el cielo antes de venir a la tierra naciendo en Beln, y ahora est otra vez en el cielo a la diestra de Dios, en un sentido muy diferente de como est al mismo tiempo en la tierra. Todo esto, por cierto, es de una dimensin insondable, imposible de comprender con nuestras mentes finitas, pero lo creemos porque Dios mismo as lo ha revelado en Su Palabra. El Seor dijo: "Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuese, el Consolador no vendra a vosotros; mas si me fuere, os lo enviar." (Jn.16:7) El Espritu Santo no poda venir hasta que la deuda del pecado fuese liquidada enteramente a plena satisfaccin de Dios (Jn. 7:37-39) Los sacrificios levticos no eran nada ms que promesas a pagar (pagars) pero en virtud de ellos Dios cubri y pas por alto, en su paciencia, los pecados pasados de los israelitas en anticipacin a la cruz. Pero los pecados no fueron quitados (Hch. 17:30; Heb. 10:4) Despus, en la cruz, cuando el Seor Jess, el Cordero de Dios, quit el pecado del mundo de una vez para siempre, abri la puerta para el recibimiento del Espritu Santo (Jn.1:29; Rom.3:25). 2) En el Antiguo Testamento, el Espritu Santo vena sobre ciertos hombres para un servicio peculiar. Bezaleel (x. 31:1-4), Balaam (Nm.24:2), Samsn (Jue.14:6 y 19), Sal (1 Sam. 10:10) Ezequiel (Ez. 2:2 y 3:24), entre otros. Aunque en el A.T. dice que el Espritu Santo llenaba ciertas personas, nunca leemos que l "moraba" en corazn alguno. Otra caracterstica era que el Espritu vena solamente sobre algunas personas, no sobre todo el pueblo de Dios, y se retiraba cuando y como quera, segn Su soberana voluntad. 3) En los libros del Evangelio comprobamos que hasta Pentecosts el Espritu sigui, en lneas generales, el mismo ministerio. Juan el Bautista (Lc. 1:15 ), Simen (Lc. 2:25 y 27), y el Seor (Mt.12:28, Lc. 4:14 y 18, Hch. 1:2) Sin duda, los milagros que hicieron los discpulos fueron hechos en el poder del Espritu Santo. Sin embargo fue durante ese mismo perodo que el Seor les prometi que mandara al Espritu para estar en ellos para siempre (Lc.24:49, Jn. 14:16, 17, 26; 15:26, 16:13-14, Hch.1:4-5). Por lo tanto, el Espritu estaba con ellos pero an no estaba en ellos. "El Espritu de verdad... mora con vosotros, y estar en vosotros." (Jn. 14:17) EL MINISTERIO DEL ESPRITU SANTO EN EL DA DE PENTECOSTS Cuatro cosas acontecieron en relacin con el ministerio del espritu Santo en el da de Pentecosts: 1) El Espritu vino del Padre a la tierra para establecer su residencia en todos los hijos de Dios. En Hechos 2:1-4 leemos: "Cuando lleg el da de Pentecosts, estaban todos (como 120 discpulos, segn Hch.1:15-) unnimes juntos. Y de repente VINO DEL CIELO un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llen toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentndose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espritu Santo..." Es til considerar que no se trataba en realidad de viento, sino de un estruendo como de un viento, y no se les aparecieron lenguas de fuego verdadero, sino de lenguas como de fuego. Ambas figuras, el viento (Jn.3:8) y el fuego (Mt.3:11) simbolizan al Espritu Santo. Sin duda, lo que ocurri aquel da fue de trascendental importancia para la iglesia, por cuanto todos y cada uno de los creyentes fueron hechos morada del Espritu Santo. 2) Todos fueron bautizados con el Espritu Santo (Hch.1:5) El bautismo con el Espritu Santo no es una experiencia exttica que nos otorga poder para

predicar sermones poderosos, obrar milagros maravillosos y hablar en lenguas extraas. El bautismo con el Espritu Santo es la obra de Cristo, mediante el Espritu Santo, por la cual el creyente es unido a Cristo y a todos los dems que son de l. El bautismo con el Espritu es lo que hace la diferencia entre la posicin del incrdulo y la del creyente delante de Dios. El incrdulo est en Adn y en la carne, el creyente est en Cristo. Pero, Cmo lleg a estar en Cristo? Por el bautismo con el Espritu Santo. En el instante en que uno recibe a Cristo como Salvador, su posicin es cambiada totalmente delante de Dios, de manera que su identidad se sumerge en la de Cristo, como dice la Escritura: "Porque por (o con) un solo Espritu fuimos todos (los que creemos) bautizados en un cuerpo." (1 Cor.12:13). Este cuerpo es Cristo (Col. 2:17) y su Iglesia (Ef. 1:22-23 y 5:30). Entonces, en el da de Pentecosts, por el bautismo con el Espritu Santo, se form el cuerpo de Cristo en la tierra, que es la Iglesia. El Seor declar "sobre esta roca" es decir, sobre s mismo (1 Cor.3:11) "edificar (tiempo futuro) mi iglesia" (Mateo 16:18). Despus de Pentecosts la Escritura dice: "Y el Seor aada (por medio del bautismo con el Espritu) cada da a la Iglesia los que haban de ser salvos" ( (Hechos 2:47). 3) Todos fueron llenos del Espritu Santo (Hch. 2:4a) Significa que fueron totalmente controlados, o dominados por el Espritu Santo. Nadie es completamente autnomo. Cada persona est gobernada por alguien. Los creyentes espirituales se sujetan al Espritu Santo. El incrdulo est sometido a Satans, por medio de su naturaleza carnal. Asimismo, los creyentes carnales le dan lugar al diablo, por no sujetarse al Espritu Santo, y actan segn su naturaleza carnal, "Y los que viven segn la carne (en sujecin a los deseos de la carne) no pueden agradar a Dios. (Rom.8:8). 4) Y comenzaron a hablar en otras lenguas, segn el Espritu les daba que hablasen (Hch. 2:4b) Lo que ocurri en el da de Pentecosts presenta notables comparaciones y contrastes con lo que aconteci cuando Dios confundi las lenguas en la tierra de Sinar: a) En Sinar el hombre se propona edificar una ciudad y una torre (Gn.11:4) En Pentecosts, Cristo comenz a edificar Su Iglesia. (Mt.16:18), la cual es la Nueva Jerusaln (Apoc. 21:2). La torre de Babel fue construida de ladrillos de barro, figura de las filosofas y religiones humanas. La Iglesia est siendo edificada de piedras vivas, es decir, creyentes (1 Pedro 2:4-5), sobre la Roca, que es Jesucristo. (1Cor 3:11). b) En ambos casos, Dios descendi a la tierra. (Comp. Gn.11:5 con Hch.2:2). c) En ambos casos, ocurri un notable milagro. En Sinar Jehov confundi el lenguaje de manera que ninguno entenda el habla de su compaero. (G.11:7) En Pentecosts, cada uno les oa hablar (a los creyentes) en su propio idioma (Hechos 2:6-11). d) En ambos casos, el efecto del milagro de las lenguas fue universal "En toda la tierra" (Gn.11:9) "De todas las naciones bajo el cielo" (Hch.2:5). e) Como resultado de la confusin de lenguas, los hombres fueron esparcidos sobre la faz de la tierra (Gn.11:8), pero el milagro de las lenguas en Pentecosts fue una manifestacin visible de que los creyentes se unan en uno para formar la Iglesia (Hch.2:41-47). f) La confusin de lenguas fue un terrible castigo de Dios, con enormes consecuencias a lo largo de toda la historia del mundo. El milagro de las lenguas en Pentecosts fue una seal para atraer particularmente la atencin de los judos incrdulos (1 Cor.14:21-22). Con el desarrollo de la iglesia, la necesidad de seales ces. Sin embargo, aquella fue una bendicin incalculable que dej sus efectos en todo el mundo, y especialmente en la Iglesia. As se proclam a todos el gran hecho de que el Espritu Santo haba venido para que el bendito Evangelio se hiciera conocer a todas las naciones bajo el cielo, y aunque ningn gentil estuvo presente cuando aquello ocurri, los idiomas de los gentiles fueron odos de labios judos, mostrando que el Evangelio sera predicado hasta lo ltimo de la tierra. As como no se puede repetir el nacimiento o la crucifixin del Seor Jesucristo, tampoco puede repetirse la experiencia de Pentecosts. Fue una manifestacin maravillosa del poder milagroso de Dios en el cumplimiento de Su Palabra..

Los libros del Evangelio (Mateo, Marcos, Lucas y Juan), y el libro de Los Hechos, representan un intervalo de transicin entre las relaciones del Espritu segn la revelacin del Antiguo Testamento y las que son permanentes en esta dispensacin de la Gracia de Dios. Los ejemplos de las experiencias con el Espritu Santo que se registran en Hechos, no son necesariamente los mismos que debemos esperar en el da de hoy. EL MINISTERIO DEL ESPRITU SANTO DESPUS DEL DA DE PENTECOSTS El seor, respecto del Espritu Santo, haba dicho: "estar en vosotros" Una de las caractersticas de la presente dispensacin de gracia, que comenz el da de Pentecosts, es que el Espritu Santo mora en todos los verdaderos cristianos. (Ro. 8:9-11, G. 4:6, Ef. 2:22, 1 Cor. 6:19). Esto es verdad no solamente en el caso de creyentes especiales o muy adelantados y espirituales, dotados de muchos dones del Espritu. Entre los corintios, por ejemplo, haba creyentes manifiestamente carnales. No obstante el apstol les escribi as: "No sabis que sois templo de Dios, y que el Espritu de Dios mora en vosotros? (1 Cor.3:16 Comp .v.3) Tampoco es necesario agonizar, o siquiera pedir que venga el Espritu, porque ya est en cada genuino creyente. En el instante en que uno recibe a Cristo como su nico y suficiente Salvador, por la fe y de todo corazn, el Espritu entra en su vida, para morar en l para siempre. "Y si alguno no tiene el Espritu de Cristo, no es de l." (Rom.8:9) No obstante, segn el relato de las Escrituras del Nuevo Testamento, hay dos ocasiones especiales, al principio de la Iglesia, en que los creyentes recibieron el Espritu Santo recin cuando los apstoles les impusieron las manos. Se trata del caso de los samaritanos, en Hechos 8:17, y el de los discpulos de Juan el Bautista, en Hechos 19, (que haban sido bautizados en el bautismo de arrepentimiento, de Juan) stos ltimos no haban comprendido debidamente el Evangelio hasta que Pablo los instruy. Al creer, fueron bautizados nuevamente, esta vez en el bautismo cristiano, "y habindoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban" (v.6). Aqu debemos recordar que el rito judo de la imposicin de manos, en relacin con la recepcin del Espritu Santo, fue administrado por los apstoles como un testimonio simblico de la plena identificacin de los creyentes de distinto origen tnico o religioso, con los judos cristianos, y viceversa, mostrando el fin de sus ancestrales desavenencias cuando stas eran particularmente ostensibles en algn lugar. En el primer caso, en Samaria (Hechos 8:17), era por dems evidente la hostilidad que exista entre samaritanos y judos (que segn Juan 4:9 no se trataban entre s). En el segundo caso, en Efeso (Hechos 19:6), igualmente notamos la rivalidad existente entre judos y gentiles, que se confirma por el v.34: "Pero cuando le reconocieron que era judo, todos a una voz gritaron casi por dos horas: Grande es Diana de los efesios!" Entonces, por medio de la imposicin de manos era necesario hacer notorio que aquellos creyentes, que originalmente procedan de grupos naturalmente antagnicos e irreconciliables, se identificaban definitivamente entre s, y con todos los dems cristianos, tal como lo expresa la Palabra de Dios en Santiago 2:1: "Hermanos mos, que vuestra fe en nuestro glorioso Seor Jesucristo, sea sin acepcin de personas". Simultneamente recibieron el Espritu Santo, y fueron hechos participantes de un mismo cuerpo. As, sin exclusin alguna, el testimonio del Evangelio pudo proseguir poderosamente, tanto en Samaria, donde "en muchas de las poblaciones de los samaritanos anunciaron el evangelio (Hch.8:25), como en Efeso y lugares de influencia, "de manera que todos los que habitaban en Asia, judos y griegos, oyeron la Palabra del Seor Jess. (Hch.19:10). Reiteramos, entonces, que la imposicin de manos era slo una seal exterior visible, (simultnea con la recepcin del Espritu Santo, pero no necesariamente vinculante) que tena por objeto "identificar" simblicamente en uno a los creyentes que se encontraban en las condiciones antes sealadas, samaritanos con judos, y judos con gentiles, evitando que sus divergencias se perpetuaran en la iglesia; mientras que el bautismo por el Espritu Santo los introduca efectivamente, de un modo invisible, pero real, en un mismo cuerpo (la Iglesia).

Aquello se hace claro en el caso de Cornelio, relatado en Hch.10, donde notamos que no hubo imposicin de manos, ya que, pesar de ser gentil, simpatizaba abiertamente con los judos, no existiendo ningn antagonismo manifiesto. En cambio, Pablo recuper la vista y fue lleno del espritu Santo recin cuando Ananas le impuso las manos Todos saban que Pablo haba sido un enemigo declarado de los cristianos. (Hch. 9:13 y 21) Por la imposicin de manos se identific con ellos. Cumplido el objetivo inicial, la imposicin de manos perdi su finalidad. Quien cree en el Seor Jesucristo y lo recibe como su Salvador, recibe inmediatamente el Espritu Santo, sin ninguna intermediacin humana, "En l (en Cristo) tambin vosotros, habiendo odo la Palabra de Verdad, el Evangelio de vuestra salvacin, y habiendo credo en l, fuisteis sellados con el Espritu Santo de la promesa." (Ef.1:13). 3 DISTINCIN: LA PRESENCIA DEL ESPRITU SANTO: "MORANDO" EN EL CREYENTE y "LLENANDO" AL CREYENTE. a) LA HABITACIN O MORADA DEL ESPRITU SANTO. La Biblia menciona diferentes templos establecidos en distintos tiempos para la habitacin de Dios en la tierra. 1) EL TABERNCULO (Tienda sagrada judaica): Fue la primera morada de Dios en la tierra (xodo 25:8 y 34:26) Cuando fue dedicado, "una nube cubri el tabernculo de reunin, y la gloria de Jehov llen el tabernculo." Era el sitio de la adoracin de Jehov (xodo 33:7-11), durante los primeros quinientos aos despus de la liberacin de Israel de la tierra de Egipto. 2) EL TEMPLO: Cuando los israelitas ya estaban establecidos en la tierra prometida, Salomn construy un templo de piedras en Jerusaln. En la dedicacin del mismo, Salomn dijo: "Yo, pues, he edificado una casa de morada para ti, y una habitacin en que mores para siempre." (2 Cr.6:2) Y leemos que "no podan los sacerdotes estar all para ministrar, por causa de la nube; porque la gloria de Jehov haba llenado la casa de Dios." (2 Cr.5:14). Sin embargo, resulta evidente, como dijo Esteban, que "el Altsimo no habita en templos hechos de mano." (Hch. 7:47-50). No muchos aos despus, cuando la medida de la maldad de los israelitas haba llegado a su colmo, el resplandor de la gloria de Jehov abandon el templo por completo. (Ez. 10:4, 18, 19, 11:22 y 23). Poco despus, Nabucodonosor destruy el templo y dej la santa ciudad en ruinas. 3) EL CUERPO DEL SEOR JESS tambin era un templo (Jn.2:19-21). Juan dice del Seor: "Y aquel Verbo fue hecho carne, y habit entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como la del unignito del Padre), lleno de gracia y de verdad (Jn.1:14). La palabra que se traduce como "habit" realmente significa que el Seor Jess hizo su tabernculo entre los hombres. Los judos procuraron destruir ese maravilloso templo cuando crucificaron al Seor, pero Dios lo levant tres das despus. 4) LA IGLESIA DEL SEOR JESUCRISTO: En el Nuevo Testamento tenemos la revelacin ms maravillosa: que la Iglesia del Seor Jesucristo, es ahora "templo para morada de Dios en el Espritu" La Escritura dice: "edificados sobre el fundamento de los apstoles y profetas, siendo la principal piedra del ngulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Seor; en quien vosotros tambin sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espritu. (Ef.2:21-22) Por fin, pues, Dios tiene un templo, no hecho de manos, que se est edificando sin ruido ni ostentacin alguna (Comp, 1 R. 6:7). Cada uno de nosotros, los creyentes, como piedras vivas, somos edificados como casa espiritual para Dios. (1 Pedro 2:5) 5) EL CUERPO DEL CREYENTE: Adems del templo anterior, el cuerpo de cada verdadero creyente en Cristo es tambin un templo del Espritu Santo. (1 Cor. 6:19) El Seor habita en nosotros (Ef. 3:17) y ello se refiere a una residencia permanente, ya que est en "su propia casa", y

no como una visita. De acuerdo con esta gloriosa verdad, de que Cristo habita en el creyente por el Espritu, en Glatas 2:20 encontramos en pocas palabras el secreto de la vida espiritual. Examinmoslo frase por frase: "Con Cristo estoy juntamente crucificado" En qu sentido puede afirmarse que el creyente ha sido crucificado con Cristo, quien muri hace dos mil aos? Esto se refiere a su identificacin con Cristo. Los creyentes verdaderos estn unificados con Cristo, tan orgnicamente, por el bautismo con el Espritu Santo, que todo lo que el Seor hizo, como nuestro representante, vale por nosotros tan exactamente como si lo hubiramos hecho nosotros mismos. "O no sabis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jess (por el Espritu Santo), hemos sido bautizados (es decir sumergidos en, identificados con, y hechos participantes de Cristo) en su muerte?" (Ver Ro. 3:6-13) "y ya no vivo yo" Qu es lo que no vive ya? Es el "yo" el que ha muerto. Ese "yo" es la naturaleza pecaminosa que recibimos de nuestro padre, Adn. Es la inclinacin al mal que es propia de la naturaleza de todos los hombres. Cada incrdulo est muerto en el pecado, y cada creyente, sea carnal o espiritual est muerto al pecado (Ro. 6:2 y 7), a la ley (Ro. 7:4) y al mundo (G. 6:14). Cmo es posible afirmar que el creyente est muerto al pecado, cuando sabemos muy bien, por nuestra propia triste experiencia, que la naturaleza pecaminosa est muy activa en nuestras vidas? La Biblia lo explica, al decir: "...que si uno muri por todos (Cristo, como nuestro representante), luego todos murieron. (2 Cor. 5:14-15) "porque en cuanto muri, al pecado muri (Ro. 6:10) En consecuencia, nosotros estando identificados con l por el bautismo con el Espritu Santo, estamos muertos al pecado en l. "Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con l, para que el cuerpo del pecado sea destruido (anulado), a fin de que no sirvamos ms al pecado." (Ro. 6:6). Debemos creer que estamos muertos al pecado, pero vivos para Dios. En vez de presentar nuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, debemos presentarlos a Dios como instrumentos de justicia. (Ro. 6:11-13) "mas vive Cristo en m" En el instante mismo en que alguien recibe a Cristo como su Salvador (Juan 1:12) es hecho morada de l por el Espritu Santo, para habitar all para siempre "El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida" (1 Juan 5:12) (vase Ef. 3:17, Col. 1:27; 3:3-4) "O no os conocis vosotros mismos, que Jesucristo est en vosotros?" (2 Cor.13:5). y lo que ahora vivo en la carne (el cuerpo fsico), lo vivo en (o por) la fe del (o en el) Hijo de Dios, el cual me am y se entreg a s mismo por m. Por la fe recibimos a Cristo en el corazn, y por la fe vivimos en el poder de su vida. b) LA PLENITUD DEL ESPRITU SANTO El Seor Jess dijo: "Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia" (Juan 10:10). "En el ltimo y gran da de la fiesta, Jess se puso en pie y alz la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a m y beba. El que cree en m, como dice la Escritura, de su interior corrern ros de agua viva. Esto dijo del Espritu que haban de recibir los que creyesen en l..." (Juan 7:37-39) Como la gloria de Jehov llen el tabernculo y el templo -ambos hechos de mano-, y como se manifest la misma gloria en la Persona del Seor Jess -un templo santsimo no hecho de mano-, as es la voluntad de Dios que se manifieste la plenitud del Espritu en el nuevo edificio espiritual -la Iglesia-, y en el cuerpo del creyente. En el tabernculo y en el templo esa gloria se manifest en una luz fsica y visible. Pero cuando el Seor Jess estuvo en la tierra, su persona no se cubri con ningun fulgor perceptible, salvo una vez en el monte de la transfiguracin. En esa ocasin "se transfigur delante de ellos, y resplandeci su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz" (Mt. 17:2). La gloria que Juan dijo que vieron (Jn. 1:14) no era simplemente una gloria o luz visible (Is. 53:2), sino una gloria divina y espiritual, as como luego la describe: "gloria como del unignito del Padre, lleno de gracia y de verdad". Es la misma gloria que Dios quiere que resplandezca desde dentro del corazn y la vida de cada hijo suyo (G. 1:22-24; 1 Pedro 2:9; Hch. 6:15). "Porque Dios, que mand que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeci en nuestros corazones,

para iluminacin del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo. Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios y no de nosotros (2 Cor. 4:6-7). QU ES, PUES, LA PLENITUD DEL ESPRITU SANTO? Se refiere a ser lleno del Espritu Santo. En las Escrituras leemos de personas que se llenaron de ira (Lc. 4:28), de temor (Lc. 5:26), de furor (Lc. 6:11), de asombro y espanto (Hch. 3:10), etc. La palabra griega empleada en estos casos es la misma que se traduce como "lleno" del Espritu. Qu quiere decir, entonces, ser lleno de ira, de temor, de furor, etc. Claramente, quiere decir: estar dominado por una de esas emociones. Por consiguiente, ser lleno del Espritu significa estar gobernado y dominado por el Espritu Santo. Cmo se manifiesta la plenitud del Espritu? La Escritura dice: "No os embriaguis con vino, en lo cual hay disolucin; antes bien sed llenos del Espritu." (Ef. 5:18) Aqu se ponen dos cosas en oposicin, la una a la otra: la embriaguez con vino y el ser lleno con el Espritu Santo. El vino de elevado grado alcohlico, y otras bebidas embriagantes, se califican como "espirituosas". El que bebe mucho vino llega a ser esclavo del vino, dominado por una influencia ajena a s mismo. Su ser entero es afectado, desde su mente hasta sus manos y sus pies, de modo que bajo los efectos del vino hace y dice cosas ridculas, belicosas o an perversas que jams hara o dira en sus momentos normales. El Espritu Santo es una Persona divina, santa y bendita, y hace que el creyente, bajo su dominio, acte de manera diametralmente opuesta a la anterior. El Espritu gobierna benficamente sobre toda su personalidad, y se manifiesta en maneras razonables, agradables, pacficas y bien ordenadas. Es un grave error pensar que ser lleno del Espritu significa tener una experiencia extraa, exttica o emocional. Harry Ironside, en su libro "In the Heavenlies" escribe que l haba asistido a algunas reuniones de gente que hablaban mucho de la plenitud del Espritu. "En estas reuniones -dijo- vi cosas que pocos aos atrs no hubiera credo posible fuera de un manicomio. Algunos se revolcaban en el suelo como maniticos, y espumaban por la boca, mientras que a todo eso le seguan llamado la plenitud del Espritu o el bautismo del Espritu Santo." R. A.Torrey ha escrito la misma cosa, diciendo: "En una de las reuniones ms prominentes de esa naturaleza, en Los ngeles, California, ha habido desrdenes, disturbios y confusin indescriptibles. Gran nmero de personas quedaron postrados en el suelo o en la plataforma, en un estado inconsciente o hipntico, hasta muy avanzadas horas de la noche. El lder, una mujer de renombre, indujo esa condicin sobre desgraciados hombres y mujeres, usando mtodos claramente hipnticos, exactamente como lo hacen los salvajes en el frica y los aventureros hipnticos espiritualistas, as como otros grupos en este pas. Todo esto resulta repulsivo a cualquiera que conoce las enseanzas de la Biblia y lo que son las verdaderas operaciones del Espritu Santo. La verdad es que muchas personas desean tanto ser gobernadas por algn espritu sobrenatural que no tienen cuidado de distinguir si ese ser sobrenatural que los gobierna es realmente el Espritu Santo." Uno de los mayores peligros es ignorar que Satans procura hacer pasar a sus ministros como ministros de justicia "Y no es maravilla, porque el mismo Satans se disfraza como ngel de luz, as que no es extrao si tambin sus ministros se disfrazan como ministros de justicia..." (2 Cor. 11:14-15). Esos ministros disfrazados emplean mtodos para el control de la mente, originados en religiones y filosofas orientales, echando mano de recursos espirituales paganos. As resulta que los que asisten a esas sesiones gritan, caen, ren, cantan y bailan sobreexcitados al son de msica pagana (mundana, aunque pretendan calificarla como cristiana). Pero eso, muy amados hermanos, no es la plenitud del Espritu. No se engaen, el hombre que est lleno del Espritu Santo no cae en un estado de incontrolable confusin y aturdimiento fantico, sino que anda discreta y cautelosamente con Dios, y su testimonio tiene poder ante los hombres. "El Espritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarn de la fe, escuchando a espritus engaadores y a doctrinas de demonios (1 Tim. 4:1) y "Dios no es Dios de confusin sino de paz" (1 Cor.14:33) Si queremos saber qu es verdaderamente ser lleno del Espritu Santo, imprescindiblemente debemos ir a la Palabra de Dios. Si escudriamos todas las referencias relacionadas con este tema, descubriremos que hay ocho manifestaciones de la plenitud del Espritu Santo, que son: 1) Poder para testificar del Seor. Juan el Bautista (Lc.1:15-16), los discpulos, especialmente

Pedro, en Pentecosts y tambin despus. (Hch. 2:4, 14; 4:8, 31) Esteban (Hch. 6:5,15; 7:1-2) Pablo (Hch. 9:17,20) y Bernab (Hch. 11:24). 2) Poder para alabar y adorar a Dios. Elizabeth (Lc. 1:41) y Zacaras (Lc. 1:67-79). 3) Poder para regocijarse an en las tribulaciones. Hechos 13:52; Comprese Ef.5:18-20 con Hch. 16:20-25). 4) Poder para conocer y hacer la voluntad de Dios, an cuando pueda resultar difcil de cumplir. (Lc.4:1). 5) Poder para resistir las tentaciones (Lc.4:1-2). 6) Poder para servir a las mesas, es decir, servir a Dios en las cosas materiales y humildes. (Hch. 6:2-5). Debemos ser llenos del Espritu no solamente para predicar la Palabra sino tambin para las cosas ordinarias y rutinarias de la vida. (Ef.5:18, 21-33) 7) Poder para reprender a los malos hombres que trastornan los caminos del Seor (Hch.13:9-10). 8) Poder para sufrir persecuciones, o an el martirio, por el Nombre del Seor (Hch. 5:40, 7:55-60, Fil.1:28, 1 Pedro 4:12-19) c) QU DEBEMOS HACER PARA GOZAR DE LA PLENITUD DEL ESPRITU SANTO? El creyente tiene dos naturalezas: la naturaleza nueva y la naturaleza vieja. La primera es corrupta, admica, que recibimos de nuestros padres por el nacimiento natural, y se llama tambin "la carne" (Rom.7:5, 18, 25; 8:3-13; 13:14), "este cuerpo de muerte" (Rom.7:24), y "nuestro viejo hombre" (Rom.6:6, Ef. 4:22, Col.3:9). La naturaleza nueva es la que recibimos de Dios por el nuevo nacimiento (Jn.3:3-7, 1 P. 1:23, 2 P.1:4), y se llama tambin "el hombre interior" (Rom.7:22; 2 Cor.4:16, Ef.3:16) y "el hombre nuevo" (Ef.4:24, Col. 3:10). Estas dos naturalezas son acrrimas enemigas e irreconciliables la una con la otra. "Porque el deseo de la carne es contra el Espritu, y el del Espritu es contra la carne; y estos se oponen entre s, para que no hagis lo que quisiereis" (Gl. 5:17). Un creyente es "espiritual" cuando est gobernado por el Espritu Santo. En cambio si su mente est dominada por la carne, resulta ser un creyente "carnal" (Rom. 8:7, Col. 2:18). La espiritualidad es la manifestacin de la plenitud, o la llenura del Espritu Santo. No slo es cuestin de tener el Espritu morando en nosotros. Para tener la plenitud del Espritu debemos dejar que "gobierne" en nosotros, evitando que lo haga la naturaleza carnal. Nunca puede haber alianza o coalicin alguna entre las dos naturalezas del creyente. Tampoco es posible mejorar, cambiar o erradicar la naturaleza carnal, ya que permanecer con nosotros hasta el fin de nuestra vida terrenal. En cambio, debemos tener la plenitud del Espritu, es decir, permitir que el Espritu nos gobierne completamente. Para que ello ocurra, son necesarias cinco cosas: 1) ARREPENTIRNOS Y CONFESAR NUESTROS PECADOS A DIOS (1 Juan 1:9). 2) CONSIDERAR QUE ESTAMOS MUERTOS AL PECADO. (Rom. 6:11, 8:12-13). El Seor Jess muri por el pecado (1 Cor.15:3) y de ese modo hizo posible la salvacin de la culpa y del castigo del pecado para todos los que creen. Tambin muri al pecado (Rom. 6:10, 2 Cor.5:14-15) y as posibilit que el creyente sea libertado de la esclavitud de la carne. (Lanse los cap. 6 y 7 de Romanos) En cuanto a su posicin, es decir, desde el punto de vista de Dios, el viejo hombre est crucificado, y al creyente se le exhorta que haga de esto una realidad en su propia experiencia, entendindolo como el acto definitivo de "despojarse" del viejo hombre, y de "revestirse" del nuevo (Col.3:8-14). 3) PRESENTAR NUESTROS CUERPOS A DIOS (Rom. 6:13, 16, 19) Rendirnos al gobierno total del Espritu Santo para que l haga en y por nosotros todo lo que sea su propsito. 4) CONFIAR PLENA Y CONTINUAMENTE EN LA PRESENCIA Y EL PODER DEL ESPRITU SANTO. Digo pues: Andad (por la fe) en el (poder del) Espritu, y no satisfagis los deseos de la carne (Gl. 5:16, -significado del original griego-). Se trata de una confianza implcita sin interrupcin en el poder del Espritu, para obrar en un todo de acuerdo con lo que l quiere hacer

(y que slo l puede hacer), entendiendo que no es posible lograrlo por nuestro propio esfuerzo, sino por el poder del Espritu de Dios. 5) ANDAR EN CONSTANTE OBEDIENCIA A LA PALABRA DE DIOS (Rom. 6:16-23; Juan 15:10, 12, 14; 1 Juan 2:3-11). Para poder obedecer, uno tiene que saber la voluntad de Dios. Para saber la voluntad de Dios hay que estudiar la Biblia. d) LA DIFERENCIACIN ENTRE DOS CONCEPTOS FUNDAMENTALES: LA PRESENCIA DEL ESPRITU Y LA PLENITUD DEL ESPRITU 1) La presencia del Espritu se refiere a la recepcin del Espritu Santo y su habitacin en cada creyente, que por lo tanto es hecho templo de Dios. Esto es equivalente a recibir la "uncin" del Espritu Santo, es decir, el acto de Dios, aplicado al creyente, por el cual enva al Espritu Santo para morar permanentemente en el creyente. Entonces tener el Espritu Santo es haber recibido la uncin del Espritu Santo, sin ninguna "manifestacin" visible ms all de los efectos inherentes a la conversin. 2) La plenitud del Espritu se refiere al hecho de ser lleno del Espritu Santo. Entonces, la presencia implica que el Espritu ha entrado en el creyente para morar en l, mientras que la plenitud implica que el Espritu no slo mora en el creyente, sino que tambin gobierna completamente su vida. La presencia del Espritu, segn la doctrina desarrollada en el Nuevo Testamento, es una de las caractersticas ms distintivas de la presente dispensacin de la gracia. Nadie en el Antiguo Testamento, o en el perodo inmediatamente anterior a la Iglesia, recibi al Espritu de este modo. Nadie fue morada del Espritu Santo antes de Pentecosts. La nocin de que una persona pudiera ser templo de Dios, est completamente ausente en el Antiguo Testamento. En cambio, s encontramos que algunas personas fueron momentneamente llenas del Espritu Santo para servicios especiales. La presencia del Espritu Santo es absolutamente esencial para la salvacin de una persona. La plenitud del Espritu Santo es absolutamente esencial para la santificacin del creyente En un verdadero creyente, la presencia del Espritu, as como la regeneracin (Tit. 3:5), el sello (Ef. 3:13), y la uncin del Espritu (1 Jn. 2:27) son incondicionalmente permanentes, pero la plenitud contina nicamente en tanto se cumpla la condicin de permitir que el Espritu gobierne toda las reas de la vida. La nica condicin para recibir la uncin, o presencia, del Espritu es creer en Cristo (Jn. 7:38), Para ser lleno del Espritu la condicin primordial (que encierra a todas las dems) es: "Presentad vuestros miembros (a Dios) para servir a la justicia" (Rom. 6:19). La presencia, o uncin, del Espritu Santo le es dada a todos los que creen. Por lo tanto no hay ningn creyente genuino que no haya recibido "la promesa del Padre, el don del Espritu Santo". En cambio, lamentablemente, muy pocos creyentes tienen la plenitud del Espritu Santo, porque son pocos los que quieren cumplir las condiciones. A nadie se le manda recibir la presencia, o uncin, del Espritu Santo. Lo que s se le manda es creer en el Seor Jesucristo para ser salvo, recibindole por fe. Cuando lo hemos hecho, automticamente recibimos el Espritu Santo, sin ningn signo exterior. En cambio Dios nos ha dado un solemne mandamiento en relacin con la plenitud del Espritu: "Sed llenos del Espritu" (Efesios 5:18). "As que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios. que presentis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional ." (Romanos.12:1) Nota: Las referencias citadas en este estudio merecen ser buscadas y ledas en las Escrituras. No solamente documentan las enseanzas, sino que las explican e ilustran.

el Espritu Santo: Su advenimiento

La venida del Espritu al mundo en el da de Pentecosts debe verse en relacin a su obra en dispensaciones previas. En el Antiguo Testamento el Espritu Santo estaba en el mundo como el Dios omnipresente; sin embargo, se dice que El vino al mundo en el da de Pentecosts. Durante la edad presente se dice que El permanece en el mundo, pero que partir fuera del mundo en el mismo sentido como vino en el da de Pentecosts- cuando ocurra el arrebatamiento de la iglesia. Con el propsito de entender esta verdad del Espritu Santo, deben ser considerados varios aspectos de la relacin del Espritu con el mundo. A. El espritu santo en el antiguo testamento A travs del extenso perodo antes de la primera venida de Cristo, el Espritu estaba presente en el mundo en el mismo sentido en el cual est presente en cualquier parte, y El obraba en y a travs del pueblo de Dios de acuerdo a su divina voluntad (Gn. 41:38; Ex. 31:3; 35:31; Nm. 27:18; Job 33:4; Sal. 139:7; Hag. 2:4-5; Zac. 4:6). En el Antiguo Testamento el Espritu de Dios se ve teniendo una relacin con respecto a la creacin del mundo. El tuvo parte en la revelacin de la verdad divina a los santos profetas. El inspir las Escrituras que estn escritas, y tiene un ministerio en general hacia el mundo restringiendo el pecado, capacitando a los creyentes para el servicio y ejecutando milagros. Todas estas actividades indican que el Espritu era muy activo en el Antiguo Testamento; sin embargo, no hay evidencia en el Antiguo Testamento de que el Espritu morara en cada creyente. Como indica Juan 14:17, El estaba con ellos pero no en ellos. De la misma manera, no hay mencin de la obra de sellar del Espritu o acerca del bautismo del Espritu Santo antes del da de Pentecosts. De acuerdo a ello, poda anticiparse que despus de Pentecosts habra una obra mucho mayor del Espritu que en las edades precedentes. B.El espiritu santo durante la vida de cristo en la tierra Es razonable suponer que la presencia encarnada y activa de la Segunda Persona de la Trinidad en el mundo afectara los ministerios del Espritu, y encontramos que esto es cierto. 1. En relacin a Cristo, el Espritu era el poder generador por medio del cual el Dioshombre fue formado en la matriz virginal. El Espritu tambin es visto descendiendo, en la forma de una paloma, sobre Cristo en el momento de su bautismo. Y otra vez se revela que era solamente a travs del Espritu eterno que Cristo se ofreci a s mismo a Dios (He. 9:14).

2. La relacin del Espriritu para con los hombres durante el ministerio terrenal de Cristo era progresiva. Cristo les dio primeramente a sus discpulos la seguridad de que ellos podran recibir el Espritu pidindolo (Lc. 11:13). Aunque el Espritu haba venido previamente sobre los hombres de acuerdo a la soberana voluntad. de Dios, su presencia en el corazn humano nunca haba estado antes condicionada a la peticin, y este nuevo privilegio nunca fue reclamado por ninguno en aquel tiempo, con respecto a lo que las Escrituras muestran. Al trmino de su ministerio y justamente antes de su muerte, Cristo dijo: Y yo rogar al Padre, y os dar otro Consolador, para que est con vosotros para siempre: El Espritu de verdad (Jn. 14:16-17). De igual manera, des pus de su resurreccin el Seor sopl sobre ellos y dijo: Recibid el Espritu Santo (Jn. 20:22); pero, a pesar de este don temporal del Espritu, ellos deberan de permanecer en Jerusaln hasta que fueran investidos permanentemente con poder de lo alto (Lc. 24:49; Hch. 1:4). C. La venida del espritu santo en pentecostes Como fue prometido por el Padre (Jn. 14:16-17, 26) y por el Hijo (Jn. 16:7), el Espritu -quien como el nico Ommipresente haba estado siempre en el mundo- vino al mundo en el da de Pentecosts. La fuerza de esta repeticin aparente de ideas se ve cuando queda comprendido que su venida en el da de Pentecosts era para que El pudiera hacer su morada en el mundo. Dios el Padre, aunque Omnipresente (Ef. 4:6), es, en cuanto a su morada, Padre nuestro que ests en los cielos (Mt. 6:9). De la misma manera, Dios el Hijo, aunque omnipresente (Mt. 18:20; Col. 1:27), en cuanto a su morada ahora est sentado a la diestra de Dios (He. 1:3; 10:12). Del mismo modo, el Espritu, aunque Omnipresente, est ahora aqu en la tierra en lo que respecta a su morada. El ocupar su morada en la tierra era el sentido en el cual el Espritu vino en el da de Pentecosts. Su lugar de habitacin fue cambiado del cielo a la tierra. Fue por esta venida del Espritu al mundo que se dijo a los discpulos que esperaran. El nuevo ministerio de esta edad de gracia no podra comenzar aparte de la venida del Espritu. En los captulos que siguen ser presentada la obra del Espritu en la edad presente. El Espritu de Dios primeramente tiene un ministerio hacia el mundo, como se indica en Juan 16:7-11. Aqu El est revelado convenciendo al mundo de pecado, de justicia y de juicio. Esta obra que prepara a un individuo para recibir a Cristo inteligentemente es una obra

especial del Espritu, una obra de gracia, la cual ilumina a las mentes de los hombres incrdulos, cegados por Satans, respecto a tres grandes doctrinas. 1. Al incrdulo se le hace entender que el pecado de la incredulidad en Jesucristo como su Salvador personal es el nico pecado que permanece entre l y su salvacin. No es cuestin de su justicia, sus sentimientos o cualquier otro factor. El pecado de la incredulidad es el pecado que impide su salvacin (Jn. 3:18). 2. El incrdulo es informado en lo que concierne a la justicia de Dios. Mientras que en la tierra Cristo fue la viva ilustracin de la justicia de Dios, luego de su partida el Espritu es enviado para revelar la justicia de Dios hacia el mundo. Esto incluye el hecho de que Dios es un Dios justo, quien demanda mucho ms de lo que cualquier hombre puede hacer por s mismo, y esto elimina cualquier posibilidad de obras humanas como base para la salvacin. Ms importante, el Espritu de Dios revela que hay una justicia obtenible por la fe en Cristo, y que cuando uno cree en Jesucristo puede ser declarado justo, justificado por la fe y aceptado por su fe en Cristo, quien es justo en ambas cosas, su persona y su obra en la cruz (Ro. 1:16-17; 3:22; 4:5). 3. Se revela el hecho de que el prncipe de este mundo, esto es, el mismo Satans, ha sido juzgado en la cruz y est sentenciado al castigo eterno. Esto revela el hecho de que la obra en la cruz est terminada, que ese juicio ha tenido lugar, que Satans ha sido vencido y que la salvacin es obtenible para aquellos quienes ponen su confianza en Cristo. Mientras que no es necesario para un incrdulo comprender completamente todos estos hechos para ser salvado, el Espritu Santo debe revelar lo suficiente de manera que, a medida que l cree, inteligentemente recibe a Cristo en su persona y su obra. Hay un sentido en el cual esto fue parcialmente cierto en las edades pasadas, ya que incluso en el Antiguo Testamento era imposible para una persona creer y ser salvada sin una obra del Espritu. Sin embargo, en la edad presente, siguiendo a la muerte y la resurreccin de Cristo, estos hechos se vuelven ahora mucho ms claros, y la obra del Espritu, al revelarlos a los incrdulos, es parte de la razn importante para su venida a la esfera del mundo y hacer de ella su residencia.

En su venida al mundo en el da de Pentecosts, la obra del Espritu en la iglesia tom lugar en muchos aspectos nuevos. Esto ser considerado en los ltimos captulos. Se dice que el Espritu Santo regenera a cada creyente (Jn. 3:3-7; 36). El Espritu Santo mora en cada creyente (Jn. 7:37-39; Hch. 11:15-17; Ro. 5:5; 8:9-11; 1 Co. 6:19-20). Habitando en el creyente, el Espritu Santo es nuestro sello hasta el da de la redencin (Ef. 4:30). Luego, cada hijo de Dios es bautizado dentro del cuerpo de Cristo por el Espritu (1 Co. 12:13). Todos estos ministerios se aplican igualmente a cada creyente verdadero en esta edad presente. En adicin a estas obras que estn relacionadas a la salvacin del creyente, est la posibilidad del ser lleno del Espritu y el andar por el Espritu, lo cual abre la puerta a todo el ministerio del Espritu en cuanto al creyente en esta edad presente. Estas grandes obras del Espritu son la llave no solamente de la salvacin sino que tambin para una vida cristiana efectiva en la edad presente. Cuando el propsito de Dios en esta edad sea completado por el arrebatamiento de la iglesia, el Espritu Santo habr cumplido el propsito de su especial advenimiento al mundo y partir del mundo en el mismo sentido de que El vino en el da de Pentecosts. Puede verse un paralelo entre la venida de Cristo a la tierra para cumplr su obra y su partida hacia el cielo. Como Cristo, sin embargo, el Espritu Santo continuar siendo omnipresente y seguir una obra despus del arrebatamiento similar a aquella que fue verdadera antes del da de Pentecosts. La poca presente es, de acuerdo a esto, en muchos aspectos, la edad del Espritu, una edad en la cual el Espritu de Dios est obrando en una manera especial para llamar a una compaa de creyentes de los judos y los gentiles a formar el cuerpo de Cristo. El Espritu Santo continuar trabajando despus del arrebatamiento, como lo har tambin en la edad del reino, la cual tendr sus propias caractersticas y probablemente incluir todos los ministerios del Espritu Santo en la edad presente excepto aquel del bautismo del Espritu. La venida del Espritu debera ser vista como un acontecimiento importante, esencial para la obra de Dios en la edad presente, as como la venida de Cristo es esencial para la salvacin y el propsito elemental de Dios para proveer salvacin para todo el mundo y especialmente para aquellos que creeran.

PREGUNTAS. 1. En qu sentido el Espritu Santo estaba en el mundo antes de Pentecosts?

2. Qu obras importantes del Espritu Santo se encuentran en el Antiguo Testamento? 3. Distinguir el significado de que el Espritu Santo estuvo con los santos del Antiguo Testamento, en contraste a la edad presente, en la que el Espritu Santo est en ellos. 4. Cmo se relaciona el Espritu Santo con la concepcin y el nacimiento de Cristo? 5. Qu ministerio tuvo el Espritu Santo en el perodo de los Evangelios? 6. Por qu tuvieron que esperar los discpulos hasta Pentecosts para la venida del Espritu Santo aun cuando el Seor haba soplado sobre ellos? (Jn. 20:22). 7. En qu sentido la promesa de Cristo de dar otro Consolador, quien habitara con sus discpulos para siempre, prometi un nuevo ministerio del Espritu? 8. En qu sentido el Espritu Santo vino en el da de Pentecosts, y cmo se relaciona esto con su omnipresencia? 9. Qu tres doctrinas son enseadas por el Espritu en lo que se refiere a convencer al mundo? 10 En su venida en el da de Pentecosts, qu obras importantes del Espritu pueden contemplarse? 11. Dnde est el hogar del Padre y el Hijo durante la era presente? 12. Dnde est el sitio de morada del Espritu Santo durante esta edad presente? 13. Qu cambio en el ministerio del Espritu Santo tendr lugar en el tiempo del arrebatamiento? 14. Continuar obrando el Espritu Santo en la tierra despus del arrebatamiento? 15. Qu puede esperarse del ministerio del Espritu en el milenio? 16. Cun importante es el ministerio del Espritu para el propsito presente de Dios?

Dios el Espritu Santo:Su morada y Sellamiento

A. UNA NUEVA CARACTERISTICA DE LA EDAD PRESENTE Aunque el Espritu de Dios estaba con los hombres en el Antiguo Testamento y era la fuente de sus nuevas vidas y los significados de la victoria espiritual, no hay evidencia de que todos los creyentes en el Antiguo Testamento tenan al Espritu morando en ellos. Esto se explica por el silencio en el Antiguo Testamento sobre esta doctrina y por la enseanza expresa de Jesucristo, cuando contrasta la situacin del Antiguo Testamento con la edad presente en las palabras porque mora con vosotros, y estar en vosotros (Jn. 14:17). El creyente como morada del Espritu es una caracterstica de la edad presente que se repetir en el reino milenial, pero que no se encuentra en otro perodo. B. LA MORADA UNIVERSAL DEL ESPIRITU SANTO EN LOS CREYENTES Aunque los cristianos pueden variar grandemente en poder espiritual y en la manifestacin de frutos del Espritu, la Escritura ensea plenamente que cada cristiano tiene al Espritu de Dios morando en l desde el da de Pentecosts. Algunas demoras temporales de esta experiencia que se ven en algunas ocasiones en Hechos (8:14-17; 19:16) fueron circunstancias excepcionales, no normales, y debidas al carcter transitorio del libro de los Hechos. El hecho de su morada est mencionado en tantos pasajes en la Biblia que no debera ser cuestionado por nadie que reconozca la autoridad de la Escritura (Jn. 7:37-39; Hch. 11:17; Ro. 5:5; 8:9, 11; 1 Co. 2:12; 6:19-20; 12:13; 2 Co. 5:5; G. 3:2; 4:6; 1 Jn. 3:24; 4:13). Estos pasajes dejan en claro que antes del da de Pentecosts la dispensacin del Antiguo Testamento -en la cual solamente algunos tenan ese privilegio estaba en vigencia, pero despus de Pentecosts la obra normal del Espritu ha sido el morar en cada cristiano. Romanos 8:9 sostiene la morada universal del Espritu declarando que en la era presente si alguno no tiene el Espritu de Cristo, no es de El. De igual manera, en Judas 19 a los no creyentes se les describe como no teniendo el Espritu. Aun los cristianos que estn viviendo fuera de la voluntad de Dios y estn sujetos al castigo de Dios, sin embargo tienen cuerpos, los cuales son los templos del Espritu Santo. Pablo usa este argumento en 1 Corintios 6:19 para exhortar a los corintios carnales a que eviten los pecados contra Dios, porque sus cuerpos son hechos santos por la presencia del Espritu Santo. Se declara repetidamente que el Espritu Santo es un don de Dios, y un don, por su naturaleza, es algo sin mrito de parte del que lo recibe (Jn. 7:37-39 Hch. 11:17; Ro. 5:5; 1 Co. 2:12; 2 Co. 5:5). De igual manera, el alto nivel de vida que se requiere de los cristianos que quieren caminar con el Seor presupone la presencia interna del Espritu Santo para

proveer la capacitacin divina necesaria. As como los reyes y sacerdotes eran ungidos y puestos aparte para sus tareas sagradas, de igual forma el cristiano es ungido por el Espritu Santo en el momento de la salvacin, y por la presencia interna del Espritu Santo es puesto aparte para su nueva vida en Cristo (2 Co. 1:21; 1 Jn. 2:20, 27). El ungimiento es universal, ocurre en el momento de la salvacin, y doctrinalmente es lo mismo que el morar del Espritu. La enseanza de que uno es ungido en forma subsiguiente a la salvacin y que es una segunda obra de gracia, o que slo es posible cuando se est lleno del Espritu Santo, no es la enseanza de la Escritura. C. PROBLEMAS EN LA DOCTRINA DEL MORAR DEL ESPIRITU El hecho de que cada creyente es morada del Espritu ha sido a veces desafiado sobre la base de pasajes problemticos. De acuerdo a tres pasajes en el Antiguo Testamento y los evangelios (1 5. 16:14; Sal. 51:11; Lc. 11:13), algunos han credo que uno que posea el Espritu puede perderlo. La oracin de David (Sal. 51:11) para que no le fuera quitado el Espritu de Dios, como fue la experiencia de Sal (1 5. 16:14), est basada en la vigencia del Antiguo Testamento. Entonces no era normal que todos le tuvieran consigo morando, y, de acuerdo a ello, lo que les haba sido dado en forma soberana, de la misma manera podra serle quitado. Tres pasajes en los Hechos parecen tambin implicar un problema en la morada universal del Espritu. En Hechos 5:32 se describe al Espritu Santo como Uno el cual ha dado Dios a los que le obedecen. Sin embargo, la obediencia, aqu, es la obediencia al Evangelio, puesto que la Escritura indica claramente que algunos quienes son parcialmente desobedientes an poseen el Espritu. La demora en administrar el Espritu a aquellos quienes oyeron el evangelio a travs de Felipe en Samaria fue ocasionada por la necesidad de conectar esta nueva obra del Espritu con la de los apstoles en Jerusaln. De acuerdo a esto, el dar el Espritu fue demorado hasta que les impusieron las manos (Hch. 8:17), pero sta no era la situacin normal, como se ilustra en la conversin de Cornelio, quien recibi el Espritu sin la imposicin de manos. La situacin en Hechos 19:1-6 parece referrse a aquelos quienes haban creido en Juan el Bautista, pero que nunca haban credo en Cristo. Ellos recibieron el Espritu cuando Pablo impuso sus manos sobre ellos, pero otra vez sta es ms bien una situacin anormal que normal y no se ha vuelto a repetir. El ungimiento en 1 Juan 2:20 (referido como uncin) y en 1 Juan 2:27, si se interpreta correctamente, se relaciona al acto inicial de morar, ms que a una obra subsiguiente del Espritu. En cada ocasin de ungimiento en el Nuevo Testamento, ya sea que se refiera al

perodo antes o despus de Pentecosts, el ungimiento del Espritu es un acto inicial (Lc. 4:18; Hch. 4:27; 10:38; 2 Co. 1:21; 1 Jn. 2: 20, 27). As las dificultades en esta doctrina desaparecen con un estudio cuidadoso de los pasajes en los cuales se plantean los problemas. D. EL MORAR DEL ESPRITU EN CONTRASTE CON OTROS MINISTERIOS Dado que algunas obras del Espritu acontecen simultneamente en el creyente en el momento de su nuevo nacimiento, debe hacerse una cuidadosa distincin entre estas obras del Espritu. Por consiguiente, el morar del Espritu no es lo mismo que la regeneracin del Espritu, aunque acontecen al mismo tiempo. De igual manera, la regeneracin y el morar del Espritu Santo no son lo mismo que el bautismo del Espritu, el cual ser tratado prximamente. El morar del Espritu no es lo mismo que la plenitud del Espritu, puesto que todos los cristianos son morada del Espritu pero no todos estn llenos del Espritu. Adems, el morar del Espritu sucede una vez y para siempre, mientras que la plenitud del Espritu puede ocurrir muchas veces en la experiencia cristiana. El morar del Espritu es, sin embargo, lo mismo que la uncin del Espritu y el sellamiento del Espritu. El hecho del morar del Espritu o de su uncin es un rasgo caracterstico de esta era (Jn. 14:17; Ro. 7:6; 8:9; 1 Co. 6: 19-20; 2 Co. 1:21; 3:6; 1 Jn. 2:20, 27). Por medio del morar del Espritu el individuo es santificado o apartado para Dios. En el Antiguo Testamento el aceite de la uncin tipifica a la uncin presente por medio del Espritu, siendo el aceite uno de los siete smbolos del Espritu. 1. Cualquier cosa tocada con el aceite de la uncin era, por lo tanto, santificada (Ex. 40:915). De igual manera, el Espritu ahora santifica (Ro. 15:16; 1 Co. 6:11; 2 Ts. 2:13; 1 P. 1:2). 2. El profeta era santificado con aceite (1 R. 9:16), de igual forma Cristo era un profeta por el Espritu (Is. 61:1; Lc. 4:18), y el creyente es un testigo por el Espritu (Hch. 1:8). 3. El sacerdote era santificado con aceite (Ex. 40:15), igualmente lo fue Cristo en su sacrificio por medio del Espritu (He. 9:14), y el creyente por medio del Espritu (Ro. 8:26:12:1; Ef. 5:18-20). 4. El rey era santificado con aceite (1 S.16:12-13), de la misma manera lo fue Cristo por medio del Espritu (Sal. 45:7), y el creyente est llamado a reinar por medio del Espritu.

5. El aceite de la uncin era para sanidades (Lc. 10:34), sugiriendo la sanidad del alma en la salvacin por el Espritu. 6. El aceite hace que la cara brille, lo cual era el aceite del gozo (Sal. 45:7), y se requera el aceite fresco (Sal. 92:10). El fruto del Espritu es gozo (G. 5:22). 7. En el mobiliario para el tabernculo se especifica el aceite para las lmparas (Ex. 25:6). El aceite sugiere el Espritu, el pbilo al creyente como un canal, y la luz el brillo visible de Cristo. El pbilo debe descansar en el aceite; as el creyente debe caminar en el Espritu (G. 5:16). El pbilo debe estar libre de obstruccin: as el creyente no debe resistir el Espritu (1 Ts. 5:19). El pbilo debe estar arreglado; as el creyente debe ser limpiado por la confesin del pecado (1 Jn. 1:9). El aceite de la santa uncin (Ex. 30:22-25) estaba compuesto por cuatro especias aadidas al aceite como base. Estas especias representan virtudes peculiares que se encuentran en Cristo. As, este compuesto simboliza al Espritu tomando la misma vida y carcter de Cristo y aplicndola al creyente. Este aceite en ninguna manera poda ser aplicado a la carne humana (Jn. 3:6; G. 5:17). No poda ser imitado, lo cual indica que Dios no puede aceptar nada sino la manifestacin de la vida, la cual es Cristo (Fil. 1:21). Cada artculo del mobiliario en el tabernculo deba de ser ungido y, por consiguiente, apartado para Dios, lo que sugiere que la dedicacin del creyente debe ser completa (Ro. 12:1-2). E. EL SELL