Lección 4 - Celebra la victoria
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Lección 4 ¡Celebra la victoria! Apocalipsis 5.6-‐13 Texto áureo «Y decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza».
—Apocalipsis 5.12
Propósito
• En esta lección veremos el tes=monio bíblico sobre la victoria final de Cristo, descendiente de David, sobre toda forma y estratagema de maldad e iniquidad humana. Esa victoria de Cristo es extensiva a todos cuantos creen en Él, le confiesan y viven de acuerdo a sus enseñanzas, a su ejemplo de vida y la esperanza en el cumplimiento de sus promesas. Esa victoria de Cristo =ene efectos saluNferos aun para la creación.
Bosquejo de la lección I. La visión del trono de Dios y del Cordero (Apocalipsis 5.6-‐8).
A. Cuatro seres vivientes (v. 6a). B. Los vein=cuatro ancianos (v. 6b). C. Un Cordero como inmolado (v. 6c). D. El Cordero toma el libro del que está sentado en el trono
(v. 7). E. Adoración al Cordero que fue inmolado (v. 8).
II. Contenido del nuevo cán=co al Cordero (vv. 9-‐10). A. Reconocimiento a la dignidad del Cordero (v. 9). B. Nos ha hecho reyes y sacerdotes (v. 10).
III. Adoración universal (vv. 11-‐13). A. Nueva declaración de la dignidad del Cordero (vv. 11-‐12). B. Adoración de la creación entera (v. 13).
Vocabulario bíblico
«LOS CUATRO SERES VI-‐ VIENTES»: Evoca los seres angelicales de Ezequiel 1.4-‐16, que teñían caras humanas y de animales, simbolizando los poderes terrenales. «SIETE CUERNOS»: Símbolos de autoridad y el poder perfecto. «EL LIBRO SELLADO»: Símbolo del arcano divino, sellado para todos, pero abierto para el Cordero de Dios, Jesucristo, digno de darlo a conocer. «LOS VEINTICUATRO AN-‐ CIANOS»: Símbolos del pueblo de Dios.
Apocalipsis 5.6
RVR
6 Miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes y en medio de los ancianos estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la =erra.
VP
6 Entonces, en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, vi un Cordero. Estaba de pie, pero se veía que había sido sacrificado. Tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete espíritus de Dios enviados por toda la =erra.
Apocalipsis 5.7
RVR
7 Él vino y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono.
VP
7 Aquel Cordero fue y tomó el rollo de la mano derecha del que estaba sentado en el trono;
Apocalipsis 5.8
RVR
8 Cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los vein=cuatro ancianos se postraron delante del Cordero. Todos tenían arpas y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos.
VP
8 y en cuanto tomó el rollo, los cuatro seres vivientes y los vein=cuatro ancianos se pusieron de rodillas delante del Cordero. Todos ellos tenían arpas, y llevaban copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones del pueblo santo.
Apocalipsis 5.9
RVR
9 Y cantaban un cán=co nuevo, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje, lengua, pueblo y nación;
VP
9 Y cantaban este canto nuevo: Tú eres digno de tomar el rollo y de romper sus sellos, porque fuiste sacrificado; y derramando tu sangre redimiste para Dios gentes de toda raza, lengua, pueblo y nación.
Apocalipsis 5.10-‐11
RVR
10 nos has hecho para nuestro Dios un reino y sacerdotes, y reinaremos sobre la =erra. 11 Miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, de los seres vivientes y de los ancianos. Su número era millones de millones,
VP
10 De ellos hiciste un reino, hiciste sacerdotes para nuestro Dios, y reinarán sobre la =erra. 11 Luego miré, y oí la voz de muchos ángeles que estaban alrededor del trono, de los seres vivientes y de los ancianos. Había millones y millones de ellos,
Apocalipsis 5.12
RVR
12 y decían a gran voz: «El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza».
VP
12 y decían con fuerte voz: ¡El Cordero que fue sacrificado es digno de recibir el poder y la riqueza, la sabiduría y la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza!».
Apocalipsis 5.13
RVR
13 A todo lo creado que está en el cielo, sobre la =erra, debajo de la =erra y en el mar, ya todas las cosas que hay en ellos, oí decir: «Al que está sentado en el trono y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos».
VP
13 Y oí también que todas las cosas creadas por Dios en el cielo, en la =erra, debajo de la =erra y en el mar, decían: ¡Al que está sentado en el trono y al Cordero, sean dados la alabanza, el honor, la gloria y el poder por todos los siglos.
Resumen -‐ 1
• Proclamemos a Jesucristo, Cordero de Dios que fue inmolado por el bien de toda la humanidad, como Rey y Señor, aun de la creación «porque también la creación misma será́ liberada de la esclavitud de la corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios» (Ro 8.21). Jesucristo es el Ungido de Dios, el Salvador, Dios con nosotros.
Resumen -‐ 2
• Adoremos con gozo al que fue inmolado y sirvamos al mundo como comunidad de fe, consciente de nuestra responsabilidad para con los seres humanos. Nuestra celebración, consciente y deliberada, debe surgir de una experiencia de cambio profundo, pues al encontrarnos con Jesús y aceptarlo como dueño y Señor de nuestra vida, todo cambió en nosotros y para nosotros. Somos nuevas criaturas en Cristo Jesús.
Resumen -‐ 3
• Recordamos a un hermano de University Gardens que tes=ficaba, emocionado, diciendo: «Yo acepté al Señor como mi Señor en un culto en un hogar en Carolina. Recuerdo el gozo que experimenté. Casi no podía conciliar el sueño por lo conmovido que me senNa. Recuerdo muy bien que al día siguiente, al mirar hacia el cielo, las nubes, los árboles, las casas, la gente, me decía a mí mismo: ¿Dónde estaba yo que no había visto tanta belleza?». Es que era un nueva criatura salvada de la ru=na, del vacío, de la enajenación por el Cordero que fue inmolado.
Oración
• Gracias, Dios bueno y poderoso, por la victoria que le diste a tu Hijo Jesús, resucitándole de los muertos, haciéndole vencedor sobre las fuerzas y poderes que imperan en el mundo, sentándole a tu diestra, afirmando su señorío eterno y para siempre. Gracias porque en nombre de tu Hijo, respaldados por el Espíritu Santo, podemos pelear la buena batalla de la fe y declararnos más que vencedores por medio de aquel que nos amó, tu Santo Hijo, en cuyo nombre oramos. Amén.