Lección 1- Jesús para el corazón SEDIENTO

1
,"-$"&.) !"##$%& ()* + Algo nos hace falta. Nada sacia. Después de un placer corremos tras otros. Algunos querrán añadir a la primera propiedad, otra y otra más. O anteponer un título antes del nombre, porque el nombre solo no parece suficiente. Algo hace falta. Llevamos una persistente sed interior. Ansiamos ser saciados sin ser chasqueados. Después de fallidos intentos nos cansamos de probar. La vida pareciera ser la búsqueda de encontrar esa plenitud. Dios sabe de qué se trata. Desde que el ser humano tuvo que salir del jardín del Edén a causa de su debosebiencia, este anda en búsqueda de ser saciado, y Dios, incansable, quiere dar toda su plenitud a los anhelos más íntimos de cada ser humano. De ahí que él vino y anduvo en las sandalias polvorientas de un sencillo Galileo, para ofrecerse como nuestra agua viva porque con él, el ser humano “no volverá a tener sed jamás, sino que dentro de él esa agua se convertirá en un manantial del que brotará vida eterna”, (Juan 4:13b). 1. ¿Cómo intentó saciar su sed de amor la mujer samaritana? “-No tengo esposo -respondió la mujer. Bien has dicho no tengo esposo. Es cierto que has tenido cinco, y el que ahora tienes no es tu esposo” (Juan 4:17). ______________________________________________ ANTES DEL ENCUENTRO 2. ¿Qué nos asegura Dios con su amor? “-Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed - respondió Jesús-, pero el que beba del agua que le daré, no volverá a tener sed jamás, sino que dentro dentro de él esa agua se convertirá en un manantial del que brotará vida eterna” (Juan 4:13, 14). ______________________________________________ EL ENCUENTRO 3. ¿Qué petición deseamos decirle a Dios? Señor, dame de esa agua para que no vuelva a tener sed ni siga viniendo aquí a sacarla” (Juan 4:15). ______________________________________________ “Señor Jesús, vengo vacío ante ti. Acepto que no puedo ser saciado con nada y con nadie. Lléname con el manantial de tu amor . Recibo hoy tu plenitud para ser saciado. Amén”.

Transcript of Lección 1- Jesús para el corazón SEDIENTO

Page 1: Lección 1- Jesús para el corazón SEDIENTO

,"-$"&.) !"##$%&'()*'+

Algo nos hace falta. Nada sacia. Después de un placer

corremos tras otros. Algunos querrán añadir a la primera

propiedad, otra y otra más. O anteponer un título antes del

nombre, porque el nombre solo no parece suficiente. Algo

hace falta. Llevamos una persistente sed interior.

Ansiamos ser saciados sin ser chasqueados. Después de

fallidos intentos nos cansamos de probar. La vida pareciera

ser la búsqueda de encontrar esa plenitud. Dios sabe de qué

se trata. Desde que el ser humano tuvo que salir del

jardín del Edén a causa de su debosebiencia, este anda en búsqueda de ser saciado, y

Dios, incansable, quiere dar toda su plenitud a los anhelos

más íntimos de cada ser humano. De ahí que él vino y

anduvo en las sandalias polvorientas de un sencillo

Galileo, para ofrecerse como nuestra agua viva porque con él, el ser humano “no volverá

a tener sed jamás, sino que dentro de él esa agua se

convertirá en un manantial del que brotará vida eterna”,

(Juan 4:13b).

1. ¿Cómo intentó saciar su sed de amor la mujer samaritana?

“-No tengo esposo -respondió la mujer. Bien has dicho no tengo esposo. Es cierto que has tenido cinco,

y el que ahora tienes no es tu esposo” (Juan 4:17).

______________________________________________

ANTES DEL ENCUENTRO

2. ¿Qué nos asegura Dios con su amor?

“-Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed -respondió Jesús-, pero el que beba del agua que le daré,

no volverá a tener sed jamás, sino que dentro dentro de él esa agua se convertirá en un manantial

del que brotará vida eterna” (Juan 4:13, 14).

______________________________________________

EL ENCUENTRO

3. ¿Qué petición deseamos decirle a Dios?

“Señor, dame de esa agua para que no vuelva a tener sed ni siga viniendo aquí a sacarla” (Juan 4:15).

______________________________________________

“Señor Jesús, vengo vacío ante ti. Acepto que no puedo ser saciado con nada

y con nadie. Lléname con el manantial de tu amor . Recibo hoy tu plenitud para ser saciado. Amén”.