Lavado de manos

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MEDICINA NATURISTA, 2008; Vol. 2 - N.º 2: 123-129I.S.S.N.: 1576-3080

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El agua es un bien muy preciado en nuestra cultura.Es de cotidiano reconocimiento que el agua es la sus-tancia básica e imprescindible para las actividades de lavida diaria de cualquier persona. Una de estas finalida-des fundamentales es el empleo en la higiene. Comoprofesionales sanitarios su valor se ve incrementado demanera considerable en nuestro ámbito profesional.

Ya desde antiguo distintos personajes pusieron demanifiesto el hecho de que las manos de médicos ycomadronas eran potencialmente vehículos de infec-ción (24). Una especial relevancia tiene la prontadeducción de que las manos se consideraban transmi-soras de infecciones, aún cuando todavía se descono-cía el agente infeccioso (11). El conocimiento de lanecesidad del lavado de manos antes de atender a unpaciente data de más de 150 años, cuando en 1847Semmelweis fue el verdadero precursor de la antisep-sia, descubriendo la relación existente entre la sepsispuerperal y la falta del lavado de manos (48). Observóque la mortalidad por sepsis puerperal era mayor en elHospital General de Viena que en la clínica de coma-dronas. En el primero, los médicos iban a la sala de lospartos directamente al salir de la sala de disección.Entonces hizo que se lavaran las manos con agua de

cloro al entrar en la maternidad y al cabo de un mes lamortalidad por fiebres puerperales había pasado de un27% a un 0,2%, un descenso considerable y demos-trativo (18). La medida tomada fue la obligación dedesinfectarse las manos con agua de cloro antes deexaminar a las mujeres y atender partos (26).

Actualmente el hospital es un lugar que se visitasin recelo y donde se recupera la salud. Se acude a élpor alteraciones triviales en busca de la seguridad queofrece, aunque, paradójicamente en los hospitales seadquieren infecciones. Día a día se lucha contra lainfección hospitalaria, creyendo que se necesitabantécnicas caras para combatir el problema. Nada máslejos de la realidad, existe una técnica sencilla, eco-nómica y eficaz que ofrece resultados muy satisfacto-rios, se trata del lavado de manos; terreno en el quelos países anglosajones llevan ventaja gracias a unatradición en la realización de campañas sanitarias yestudios sobre este asunto y que estimaba que po-drían reducir hasta un 50 por ciento las infeccionesgastrointestinales, un 40 las respiratorias y en menorproporción las dermatológicas (16, 47).

Las infecciones hospitalarias han sido investiga-das desde muy diversos ángulos, ya que constituyen

RESUMEN:Hoy en día el lavado de manos es la medida más importante para prevenir y reducir las infecciones que se producen enel ámbito hospitalario. En un intento de actualizar nuestra práctica diaria como profesionales sanitarios llevamos a caboesta revisión sobre la importancia del lavado de manos, cuyo objetivo es presentar y discutir los aspectos más relevantesy las nuevas recomendaciones.

Palabras clave: lavado de manos, infección hospitalaria, enfermería.

ABSTRACT:Nowadays handwashing is the most important measure to prevent and reduce the infections that take place at hospital sco-pes. In an attempt to update our daily practice as sanitary professionals we carried out this revision on the importance ofhandswashing.

Key Words: handwashing, nurse and infections.

El impacto actual del lavado de manosMaría Luisa Jiménez Sesma, Vanesa Pardo VicastilloD.U.E.

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un serio riesgo para todos aquellos enfermos queingresan en un centro y a nivel epidemiológico, losgérmenes cada vez se muestran más resistentes a losdistintos tratamientos. En lo que respecta al costesanitario, también hay un incremento importante delmismo (26).

Los pacientes admitidos en un hospital estánexpuestos al riesgo de adquirir una infección hospita-laria (20, 39). Este hecho sigue siendo un problema apesar de los recursos empleados para controlarlas,provocando morbilidad, secuelas y mortalidad eleva-da, prolongando los días de hospitalización y gene-rando costes extras elevados. Se calcula que en 2005un 6,9% de los ingresados se infectaron en un centrohospitalario y un 3% de esas infecciones hospitalariaspodrían haber tenido solución (22). Los sujetos mássusceptibles a la infección son los recién nacidos, laspersonas debilitadas por alguna enfermedad, tambiénes especialmente susceptible el paciente que presen-ta una herida abierta (31).

Hace tiempo las autoridades hospitalarias descu-brieron que de todas las técnicas empleadas paralograr la asepsia en el hospital, nada es tan funda-mental como el frecuente y completo lavado de lasmanos (33). Por ello, este procedimiento es conside-rado la medida más importante para prevenir y reducirlas infecciones relacionadas con la atención sanitaria(24). Es uno de los métodos más antiguos, sencillos,eficaces y económicos para la disminución de lasinfecciones cruzadas, de paciente a paciente o a tra-vés de las manos del personal sanitario (19). El des-cuido de esta practica, disminuye la eficacia de otrosprocedimientos científicos más avanzados (31).

En la literatura hay muchas evidencias de que ellavado de manos reduce la tasa de infecciones hospi-talarias y la mortalidad (49). La infección hospitalariase define como una enfermedad transmisible, apareci-da en un centro hospitalario por cualquier mecanismo,que afecta al paciente y al personal sanitario. Sigueconstituyendo un problema sanitario y social de enor-me trascendencia (32). De todos los mecanismos des-critos, la transmisión de la infección a través de lasmanos del personal sanitario es uno de los más impor-tantes (28). Como criterio general podemos decir queel lavado de manos es una técnica básica para preve-nir y controlar la transmisión de dichos agentes pató-genos (1, 2).

Las manos de los sanitarios que están al cuidadode las personas sirven como vectores para la transmi-sión de organismos de un enfermo a otro, del trabaja-

dor sanitario al enfermo y viceversa, y son con fre-cuencia también un depósito importante para los pató-genos con resistencia antimicrobiana constituyendouno de los principales eslabones en la cadena epide-miológica de transmisión en enfermedades (19, 26,30, 53). El contacto directo entre el personal sanitarioy los pacientes se considera generalmente la vía prin-cipal para la mayoría de las infecciones exógenasadquiridas (4, 32).

En nuestro país en cada hospital existe una comi-sión de infecciones y un servicio de medicina preven-tiva con competencias sobre la epidemiología de lainfección hospitalaria, higiene del hospital y progra-mas preventivos (1).

En un intento de actualizar nuestra práctica diariacomo profesionales sanitarios llevamos a cabo estarevisión sobre la importancia del lavado de manos,cuyo objetivo es presentar y discutir los aspectos másrelevantes y las nuevas recomendaciones.

MATERIAL Y MÉTODOSEl presente trabajo pretende ser una revisión y

actualización del lavado de manos. Se centra princi-palmente en las variaciones con respecto a conceptosclásicos o innovaciones desprendidas de las últimasinvestigaciones. En un intento de actualizar nuestrapráctica diaria y unificarla, realizamos esta revisión decincuenta y ocho artículos sobre la técnica del lavadode manos y otros aspectos a tener en cuenta, reco-giendo las variaciones que se derivan de las reco-mendaciones más actuales y con mayor nivel de evi-dencia científica.

Para elaborar este documento se han consultadolas bases de datos sanitarios MEDLINE, COCHRANE,AMED, CUIDEN y ENFISPO para detectar los estu-dios publicados entre 1995 y 2008, sobre el tema dellavado de manos. La estrategia de búsqueda se habasado principalmente en los términos handwashing,nurse and infections en inglés y como palabras claveen español; lavado de manos, infección hospitalaria yenfermería.

Los estudios seleccionados según las citadasbases se han distribuido de la siguiente manera, vein-tiocho artículos de MEDLINE, doce de CUIDEN, ochode la base de datos de ENFISPO, hemos encontradoseis en COCHRANE y para finalizar cuatro artículosen AMED.

La búsqueda se ha completado consultandomanualmente las referencias bibliográficas de los artí-

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culos seleccionados para encontrar otras publicacio-nes importantes.

RESULTADOSUn caso de infección hospitalaria supone un cos-

te de 3.150 libras y consume un promedio de 14 díasde cama extra (45). La mayoría de estas infeccionesson causadas por bacilos Gram negativos y una de lasvías de transmisión más importante para estos micro-organismos es la representada por las manos conta-minadas del personal sanitario (28). Pensamos queuno de los factores que pueden incidir en este hechosea dicho lavado de manos, como paso previo a laaplicación de cualquier técnica, y que si este requisitono se cumple con las mínimas condiciones de asepsiase convierte en uno de los factores de predisposiciónmás importante, puesto que cualquier manipulaciónque se realice con las manos contaminadas, se con-vierte en un foco de infección y vehículo de transmi-sión (3).

Los estudios demuestran que la práctica adecua-da del lavado y desinfección de las manos como pra-xis habitual en el oficio de la enfermería es el métodomás eficaz para reducir la transmisión de la infecciónhospitalaria y el más barato para disminuir infeccionesen el hospital, previniendo la transmisión de microor-ganismos entre pacientes (6, 4).

La prevalencia del lavado de manos basal es baja,pero lo que sí es cierto que un alto grado de contami-nación indica una baja frecuencia del lavado demanos entre el personal sanitario (28, 48).

Los resultados obtenidos muestran un bajo cum-plimiento de la higiene de las manos, al mismo tiempoque se observa que esta actividad se realiza más confines de protección propia que de protección delpaciente, llegando a ser algo banal y rutinario para lasenfermeras, ya que lo hacen pero incorrectamente,rápido y sin tener conciencia de por qué lo hacen, aun-que cuando son ellas las que tienen riesgo de conta-giarse, el lavado lo realizan a conciencia (16, 33). Porotro lado, en muchos casos en los que se realiza ellavado de manos, no se hace con una técnica correc-ta ni se consigue el resultado deseado (18).

Además, hemos podido observar una baja adhe-rencia a las recomendaciones internacionales del lava-do de manos. Numerosos estudios evidencian que elgrado de cumplimiento de este sencillo procedimientoes muy bajo (14). Por categorías profesionales, son lasenfermeras en general, las que con mayor frecuencia

se lavan las manos, seguidas por las auxiliares deenfermería y en tercer lugar por los médicos (18).

Se distingue el lavado de manos higiénico, queconsiste en frotar las manos enjabonadas de formaenérgica y breve, aclararlas después con un chorro deagua y el lavado de manos quirúrgico, que es un pro-ceso dirigido a eliminar el mayor numero de microor-ganismos en manos y antebrazos mediante lavadomecánico y antisepsia química (1, 38). El lavado higié-nico de manos está indicado al iniciar y terminar cual-quier procedimiento enfermero, después de tocarcualquier equipo o material empleado por el usuario,tras tocar material contaminado, antes y después detocar al usuario y al comenzar o finalizar el turno, tam-bién necesario para aislamientos tanto inverso, estric-to, de contacto como el respiratorio; el quirúrgico, sinembargo, es necesario para intervenciones, partos ytécnicas que requieren máxima esterilidad (38, 12).

La técnica correcta implica lavarse las manos nosolo cuándo las notes sucias, sino también periódica-mente en el curso del día, antes y después de lascomidas, antes y después de tomar contacto con cadapaciente, antes y después de administrar la medica-ción, en momentos precisos como después de sonar-se la nariz o coger pañuelos contaminados, tras ir albaño o antes de cocinar (31). Además la Guide Prac-tique por la lucha contra la infección hospitalaria de laOMS, aconseja lavarse, al iniciar y finalizar el trabajo,antes y después de atender a un paciente, cada vezque se use el retrete, antes y después de comer, des-pués de manipular el material contaminado, tras estor-nudar, toser, tocarse la nariz o el pelo, siempre que sesientan las manos sucias y al entrar y salir de áreas deaislamiento, en situaciones de alto riesgo, como trasmanipular carne cruda o ante una epidemia de gastro-enteritis (11, 47).

Para emplear la técnica correcta, hay que mojarsecompletamente las manos, incluyendo el antebrazo,usar jabón en abundancia, mantener las manos deba-jo del chorro de agua corriente mientras se aplicajabón, frotarse las manos con un movimiento rotatorioy secarlas bien, preferentemente con una toalla depapel desechable, y no volver a tocar el grifo con lasmanos después de lavadas (3, 31, 43). Además debe-mos evitar llevar anillos y retirar joyas, relojes, pulse-ras y sortijas antes del lavado, no tocar la pila de lava-do, evitar utilizar el agua caliente ya que esta tiende aabrir los poros y a eliminar los aceites que recubren lapiel, si se lleva reloj de pulsera, deslícelo hacia el codo(20, 38, 39). No debemos llevar uñas postizas o exten-

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siones, siendo necesario que las uñas sean cortas ysin esmalte durante el trabajo, ya que todo ello podríadificultar la eliminación de microorganismos (11).

El uso de guantes no evita el lavado de manos,porque éstos ofrecen protección, pero en ningún casollega a ser total. Añadido a este hecho, se encuentranel riesgo de roturas o accidentes de desgarro. Ade-más el guante favorece la sudoración de las manos,lo que lleva a una migración de la flora residente portanto hay un incremento de gérmenes (11). Por todoello, el uso de guantes no excluye el lavado de manos(38, 12).

Una alta frecuencia del lavado de manos puedeprovocar alteraciones en la piel, y como consecuenciala aparición de irritación, sequedad o lesiones, por loque se aconseja aplicar regularmente lociones quecontengan emolientes (38). Es de gran importanciamantener la piel íntegra y sin irritaciones, porque de locontrario aumentaría la facilidad para colonizarse (1).Por ello se debe proporcionar crema de manos a lostrabajadores con la finalidad de minimizar la incidenciade dermatitis (39).

Los productos empleados en la higiene de lasmanos tienen una relevancia significativa en este pro-cedimiento (13, 58). Según la bibliografía revisadaencontramos estudios que comparan la eficacia dellavado de manos con diferentes productos (con solu-ción de alcohol y sin él). La reducción de la flora bac-teriana es mayor cuando se emplean soluciones dealcohol con respecto a otras formas (18). Tal comohemos podido comprobar el lavado de manos a basede alcohol es más eficaz para la higiene de las manos,porque favorece la reducción bacteriana (19). Con ellopodemos decir que los centros para el control y pre-vención de enfermedades recomiendan el uso dellavado de manos con alcohol para los profesionalessanitarios (13).

Los profesionales planteamos algunos problemasa la hora de llevar a la praxis este procedimiento. Laalta ocupación y la falta del personal son las más des-tacadas (4, 59). Otros autores señalan otras razones,tales como la carencia del hábito, la pereza, la faltade conocimiento, la negligencia, la rutina, la carenciade utensilios necesarios y la escasez de profesiona-les para poder llevar a cabo una adecuada actuación(9). La falta de tiempo por la presión asistencial, la no-disponibilidad de un lavabo próximo, la irritación de lapiel por los jabones debido a eliminación de lípidos,células dérmicas y cambios en el pH; la ausencia odesconocimiento de protocolos de lavado de manos,

el escepticismo respecto al valor de la higiene de lasmanos y creer que el uso de guantes obvia la necesi-dad de lavarse las manos o simplemente por olvido(8). Otras como la irritación de la piel, el lavado fre-cuente, el acceso deficiente a lavabos y material ade-cuado, falta de información científica que relacione elimpacto del lavado sobre la reducción de las tasas deinfección y fracaso de las administraciones parahacer de la higiene de las manos una prioridad insti-tucional (39).

En la literatura hay evidencias que muestran quese han logrado incrementos en la prevalencia del lava-do de las manos mediante diferentes tipos de progra-mas (48). Dichos estudios demuestran que los progra-mas de entrenamiento en la higiene de las manos sonbien valorados por el personal de enfermería, por ellose recomienda la realización de talleres a las propiasenfermeras para que puedan extrapolar este saber alos demás profesionales y personas que estén a sucargo (18).

Consideramos que como profesionales del cuida-do que somos y debido a que nuestras funciones vandirigidas a atender a las personas, ellas esperan reci-bir una atención correcta con una higiene adecuada.Por ello los estudios demuestran que los pacientesvaloran positivamente que los profesionales sanitariosse laven las manos antes de realizar exploraciones yprocedimientos clínicos, llegando a sentirse menosintranquilos y angustiados (17).

CONCLUSIONESEl lavado de manos frecuente es la base de una

buena asepsia (31). A pesar de que en estos últimosaños se ha venido investigando y publicando al res-pecto, el lavado de manos sigue sin realizarse como sedebiera en la mayoría de los centros sanitarios (26).

Efectivamente las manos son un vehículo impor-tante en la transmisión de los microorganismos cau-santes de la infección hospitalaria, independientemen-te de que formen parte de la flora residente o de laflora transitoria de la piel dada la supervivencia deestos agentes (28).

Aunque parece a todas luces razonable y eficaz,la inmensa mayoría de estudios sobre el lavado demanos han demostrado que el porcentaje de cumpli-miento es repetidamente bajo (39, 33).

Creemos que los resultados y las conclusiones apesar de ser excesivamente desfavorables, describenperfectamente la evolución experimentada en la adop-

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ción de hábitos, actitudes y costumbres higiénicasponiendo también de manifiesto el gran trecho quequeda todavía por recorrer (26).

Deberemos tener en cuenta que a pesar de la evi-dencia científica que justifica un cambio de paradigma,los hábitos profesionales en la realización de proce-dimientos y técnicas son difíciles de variar (39). Consideramos que el cambio de paradigma en lasautoridades de las instituciones de la salud influyepositivamente en el cambio de la conducta de los pro-fesionales (48). Es necesario en primer lugar un nuevoenfoque en las intervenciones, orientándolas hacia lamodificación de hábitos y actitudes y en segundo lugarque las medidas aplicadas actúen a distintos niveles,tanto de forma individual como institucional (33).

En la actualidad es cada vez más evidente que lasmedidas de control de la infección no deben limitarseal ámbito hospitalario, sino que deben abarcar otraslocalizaciones en las que también se presta atenciónsanitaria, como los centros de atención primaria, cen-tros de larga estancia, socio sanitarios, geriátricos y elpropio domicilio de los pacientes (39).

Todas las medidas para estimular y aumentar elcumplimiento del lavado de las manos en los trabaja-dores sanitarios irán encaminadas a subsanar losmotivos argumentados para justificar su bajo cumpli-miento. Sabiendo que generalmente no existe un moti-vo único sino que se trata de una conjunción de facto-res, muchos de ellos relacionados entre sí, se debenestablecer estrategias de actuación de enfoque múlti-ple para conseguir unos mejores resultados. Estasestrategias deben contemplar programas de forma-ción y educación sanitaria, facilitar los recursos mate-riales necesarios y contar con un buen apoyo institu-cional (18).

De los resultados obtenidos se deduce como unaconclusión clara y precisa que hay que elevar el gradode educación sanitaria para fomentar el lavado demanos en el hospital (28). Serían necesarios cursos

de reciclaje sobre este tema para fomentar una técni-ca tan elemental y de sentido común como es el lava-do de manos (16). Son necesarios esfuerzos en for-mación, vigilancia y motivación. Para ello desde lapropia institución se debe potenciar la higiene demanos como una prioridad. Es importante que el per-sonal con más experiencia, de ejemplo de buen cum-plimiento que motive a los de nueva incorporación (24,26, 28).

Es necesario aumentar el cumplimiento del lavadode manos en todo el personal sanitario, dándose másimportancia en los estudios de enfermería y medicina,en la prevención y control de infecciones en general ya la higiene de manos en particular (19). Por ello, losservicios de Medicina Preventiva deben trabajar conti-nuamente con estrategias dirigidas a estos profesio-nales para que tiendan a incrementar la práctica dellavado de manos y fomenten la correcta realizacióndel procedimiento. Deben también investigar y propo-ner otros métodos alternativos, con el objetivo de con-trolar y prevenir la infección (18).

Un lavado de manos eficiente puede reducir sus-tancialmente las infecciones, aunque hay pocos estu-dios de los efectos en un periodo de tiempo largo. Poresto es de agradecer un amplio estudio hospitalario yde larga duración que demuestre que una política delavado de manos puesta en práctica de forma efectivareduce las infecciones hospitalarias a la mitad y aho-rra preciados recursos (45).

La enfermería es una profesión de entrega y dedi-cación total a los demás, con lo que le dan más impor-tancia a otros hechos como atender al paciente en suintegridad y olvidan que sin la asepsia toda su entregaes inútil, porque se traducirá en una peor recuperacióndel paciente, cuándo eso es lo no que deseamos (16).A escala individual es necesario que los profesionalessean conscientes del problema y crean que las manosjuegan un papel primordial en la transmisión de lasinfecciones (33).

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