Las Voces Del Terruño_p40001

8/18/2019 Las Voces Del Terruño_p40001

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t.j\

SI de unidos ,r de· solitarios, amada mía, qué

~ bien está el adormecer el dolor de

la

vida con

las palabras (·álidas y los besos de pa

s ió n,

aquí en

este sitio silencioso, rozados dulcemente por la brisa

y por las horas de la noche. Allá lejos se contempla

la luminar ia del centro de la urbe: en él estará pl

placer resr.nante, el bullicio de siempre, la fel'ia

mundan , y un poco hufa , los tedios profundos Y las

ref'inadn s locu rlls. . .. , ...

Abajo, estn el l-arric de las callejuelas, de los vie

jos mesones, de la sórdida pobretería, ne los organi-

llos rodantos, señcres del suburbio en donde vive el

hampa

y

ag itase, al desnudo, todo vicio, Hay allí

también su placer con su poco de música bohemia

y

pobretonn, con El18 parej.s amantes que buscan los

escaños de lr.s puentes, con sus tabe rnas

y

sus pros-

tíbnlo l en dor.de estarán los trasnochados buscador es

de olvido y de goces brut-les ... Sí, esos pobres,

llenos de pesadumbre y de tristeza, buscen remedio

al mal de sus espfr itus en la hartura material sin re

cordal' al poeta que nos dice que la carne es la triste

za Yo, como ellos, amada. en otras horas, per-

dida la lumbre de la altura

y

sin el rumbo seguro,

he gustado de adormecerme a 108 cantos da malsanas

sirenas

y

abre ar en I( s ritmos en que la musa del

-161-


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. :'-

. .

~~ NTRE los dolores humanos, ninguno tan acerbo

~ como el dolor oculto en lo profundo de las almas;

el dolor que no sabrá nuestro mejor hermano, por-

que no es hecho para el consuelo de una confidencia.

pues ha sellado nuestros labios y ha hecho inc«m

prensible, para nosotros mismos, su magnitud ea-

bal , .... _ __. Es el cuervo cuyas gllrrfH sujetan ~I

alma del celeste Edgardo , condenándola a llevar-lo,

inexorablemente, hasta la muerte del amado de Li-

geia.

l'I'riste maridaje del M u' do y la Vida, cuyo hi

jo este dolor-imp~dirá a nuestro espíritu ascender a

la completa alegria. al goce impecable, al placer aca-

bado

y

posible en la tierra A me rgada así nuestra

jocunda simiente, la Razón apagará el lsmpadario ce-

leste del ensueño, de aquel primero

_ v

fresco ensue-

ño de la adolescencia, y será Juno maligna pa rti las

ninfas felices en brazos del Cronida; todo plac.j

Se

rá complemetsdo con tristeza y toda sed de ver-

dad habrá de resolverse en duda o en aciduladaa be-

rr n c i ó n .

Y he aquí entonces al poeta, al místico, al

filósofo, que nos hablan desde el trípode maravillo-

BO:

sus palabras rezuman un hondo lamento y año-

165


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ran o bus can es e algo in as ible, tortu ran te .

He aqu i tam b'én al todopod eros o s eñor de un gran -

de im perio .Y de v id as n um erosas , q ue u n día s e lo

e nc u en tra can s ado

y

di splic en te; n l v iajero qu e espe

1'..1 de gol l \r s u (-8}) Cf JI, ein m urria

y

melanc olía en

todo pais , en la ti err n o en el m ar ; al apó stol do las

c ienc i as exp eri m en tales . ta n es cép ti co com o el v iejo

Fausto: 31 don

.Iua n

s e n sual

y

van o, co rri do

y

l leno

de pav or:

al

fé rv ido am an te de gloria . m ord ido por

el gra o des en gaño: s l pobre i lu s i o nado que gus t6 de

rr to za r en para is os de art if icio jin eteado por las m úl

Ili

ti u lo s m is eri as .

\ 9 Aposen bará la fe li c idad perfect a en 'o s epíritua

s in n oc ió n de b ien y de m al ? O en los s im ples del

n iño 1) del salvaje ? Ü tal vez en lo s cas i n nu lados

del dem en te o del torpe? Para ello s • 'dolor y fe

l ic idad son pa labra s s in s en tido n i valor algun o. Y a

co n oc em os •.1 en cu en tro qu e h ic ie ra del hom bre feliz

:\quPl pe rs on aj e dp , Anntole Franc»: es e hom bre era

un pa s to r pr im itivo .r tos co

(]\I0

n i s iq u ier a u s aba ea

m is a. . . . .. . .. O bi-n , la h is to ria de es e otro perso

n aje de Azor in , q ue había lleg ado a real iz ar el ideal

de M onta igne : u n tiro y a c iv il iz ado, alegr e fr ec u e n -

t ndor de un cas in o dr~ pr ov inc ia , don de bailaba est ra-

fa lari as dan zas , be bía. comía. hablaba, reía de m o-

do im petuoso y res pi raba su s ati s facc ió n por todos

lo po ros ,

.v

qu e, en aten c ió n a es e carác ter, era ten ido

com o el hom br e

m ás

feli de la tierra , Cuan do es te

er priv i le giado m urió , un c iru jan o am igo y cu r io so

le Ee rró el c rá n eo y halló den tro un cerebro peque-

fí o, pequeñís imo , q u izá un a cu arta o qu in ta parte

del cerebro n orm al de un hom bre ... . , .. ,

Qué hacer de es ta llaga s an gran te? Con qu is tar

I~ m ay or raciedum bre para el alm a

y

obten er la con

c ienc ia c lar- ís im a de que el dolor, para ti art is ta , poe

ta , hé ro e o san to , es el cáli z don de habrá de con s a-

gr ar s e el m ilagro de tll obra. B eethoveu , Dan te,

B oli var, Fran ci s co de B o rj a c u lti va ro n es te s ilen cio

s o dol or,

y

es a9Í que tem pla s u án im o en belleza, he

-166-

ro ic id ad , fe rv or. y rec i oen el bes o de la gloria o las

palm as de la bien aven tu ranza . y por qu é n o pen -

s ar en que un a felic idad perfec ta torn aría abu rridos

el M un do y la V id a, obligándonos a desesperar co-

m o le ocu rriera al i lu s tr e Odiseo en la is la de Calip-

s o. don de el esplendor total allí goz ado DO impidió

la i n con form idad sec reta del valeroso n au ta ~ La fe

licidsd,

al cabo , es fría , m arm ó rea, dese speran te . al

dec ir de Eca d e Q ue iro z.

A s í pues , ben d igam os al dolor s i lenc ioso ,

escon

dido

en

nuestro columbario

es piri tual : qu izá s ea é l

ese

s uave din am ism o creador de la s on ri s a n oble ,

1 1 1

lum bre o la voz de fortaleza en el rec io con ten der,

la du lce palabra que quisiéramos dec ir en un len to

s u sp iro de am or.

·-).67-


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risa combinada de pena y de

alegría.

El organillo

e8 el alma del suburbio. Canijo y destartalado, va

rodando por plazuelas . v encrucijadas, como uno de

esos tr ovsdores criollos , medio galantes y un tanto

pillos. Su vida es la de un mendigo errante

y

DO'

cherniego. El os dirá de la insans francachela del

prostíbulo; del vocerío alcoholado de las tabernas,

de las camorras de fesquina, del covachuelismo an,

dante, del mangorreriamo trapisondista, de la alga.

rabia

y

locura de todos los bohemios. del ardor de

mozas y galanes que gustan de embriagar SUBvidas

trlst.ieimas y laboriosas con un placer sonoro, entra-

da ya la noche de los l ábadoB.

Yo también como tú, barrio sórdido yaparta·

do, esta noche consigo un poco de alegría para el es-

ptritu que fatiga un callado dolor ... Otras veces,

en las noches

más

negras, cuando a la vuelta de los

recodos de los solares se esfuman siluetas sospecho-

sas o se insinúan como antros los callejones

y 108

ho-yos de las tapias, yo he pasado por esta calle,

corno una sombra, como un sonámbulo. como un me-

I s ncó l ico

rondador .... Acaso entonces ya he lleva-

do el corazón triste de fiestas .

Inesperada, como para tí, barrio antiguo y siem-

pre silencioso, es para mí esta alegria; alegria que

rasga la tristeza y el ailencio que parecieron llama-

dos Ilperdurar toda una vida __ .

Sea la risa en nuestras vid is Mañana, cuando

no haya una luna, cuando no SUAneun beso, cuando

falte una' música sencilla

y

buena, tornaremos a la

hora de antes, a la hora de los minutos ooncientes,

del dolorido sentir

y

de las voces amargas .

-172-

RETORNA AQUEL FRESOOR PRiMERO


7/30

· y he aquí que han vuelto, hall vuelto todu«

las delicadas flores que

oetauara«

antCtíiú;

azucenas (le ento'liCe3en tus manús dcslludas,

camelias en

tt¿

cuerpo, ?'endido sin cansanciú.

(}~lY

Laoaud

Como de un letargo antiguo y mvlsano , mi psl-

quis que antes adoró la salud de una vida amplia

y

generosa , despir rts esta mañana fresca de septiembre.

Despierta, cual un ave que hub iés e estado uterida,

y

que, al cantar jubiloso de un mañana de

S) ,

Sacu-

diera nuevamente sus alaa para volar

.Y

trinar mejor

que nunca en la campiña ubérrima.

Sanear el espíritu con un viento serrano; buscar

el beso de un amanecer robusto de armonía; abolir

los absurdos

y

lívídos senderos .... Eran los senderos

que dictaba la vibración maligna de un vida aró-

mala. Y opté por apartar la mugre profana

y

de-

jar el alma desnuda

y

clara. tal un ánfora impeoa-

ble o el agua de la albarca. en el más claro despertar

de primavera ... ,.

Y, es en esta mañana con premuras de llovizna

y

un tanto neblinosa, en que escucho inesperadas

voces de palingenesia y emoci6n. Un sagrado can,

-175-


8/30

ts r ge6rgico, 00000 una unción de optimismo

y

de

verdad, sucede en.mí a la adipsia desoladora

y

a. las

tristes perturbaciones ... iO lss larvas de 108 esca

lofrlos, las violentas nocturnales. las redes del arra-

bal, los desoovuntamientos malévolos. las

visio-

nes menguadas, el menoscabo de tantas horas pré-

vidas .

Lázaro redivivo, mi espíritu se humedece de

aquella suave adolescencia. Quiere el silencio, que

es prof ícuo; quiere ser sonoro 1a a. captar rumores

supremos y líricas canciones de frescura; quiere ser

como un v ittal

y

arder en las luces del QoJ, en los

caprichos del iris y en la sonrisa de las rosas .

¡Bien venida seas. mañana de septiembre, ama-

ble virgiliana deleitosa

-176-

.EL

ROJ lf LJNT[C 18 1UOIRRE lJfEDIABLE


9/30

(

E l q /le 1 J o e esa copa SIt

oU t le

1/0 se cura

I

u ¡¡CIl.

y poseidos de la e.ubria-

/11eZ del bien. del vértigo

del uturo 3et)uimos la

uiarclui.

BARRE' '.

Q L U A N D O aplicamos el adjetivo ,

pensamos ya en un mal sin esperauz s , Es un

mal entonces el romanticismo' Entendido como

exaltación generosa, como impulso (le lIentimentali-

dad y amor, BU misma esencia luminosa despierta la

asechanza de todas las penumbras. Porque nuestro

amor, escondido o difuso, es trino despertando a la

serpiente q uo habrá de devoramos: es 010 consagra-

do ahora para que mañana lo apetezcan manos viles;

es Tabor de elevación que vislumbra la próxima tra

gedia. Y, centro de luz, sus radios son de sombra,

de dolor. dElmal ... . . Solamente Jesús pudo sal-

varse cel Triángulo amargo, asumiendo la gloria de

su resurrección: el supremo gesto de rebeldía con-

tra todas lBS tinieblas.

-1'79-


10/30

El roma n t ic i sm o es juv en tud

y

am or; pero ' t amo

hi01 J , com o la . po es ía ,

el m elodioso pája ro, s en ti r la m i l '

g il de lo be llo . ji n etear ola v il eños de ideal. amar lo.

co m pr en derlo todo, fac etas s on del c laro d iam an te

rle l rnm s n t. ic ism o. Q l1 i~n explora O Cé 'lD O S i gn o to s

y

de s co no cidos co n ti n e n t-s ; o redim e .v orgu n iza

pue-

hl os pn rn s um ar -lo s n la v as ta a rm on ia del

planeta;

o

dem uda el en if . m a y ha lla fó rm u la

salvadora,

de~de

1 1 s ec ret o de s u labora to rio: o en tien de el

sugrado

s o rtil egi o ( 1 1 1 arte: o ln brn ev nn gelios con tra la m al-

da d . v el err o r; o abraza a todos los hum ildes y s e

d i f unde en el alm a

de

la s cosas ; qu e le dic en s u s vo-

cps infinitas, ¿n o es acaso u n románt ico , u n gen uin o

rom án t i co? Y n o v ien e 11 com pletar a es a con dic ió n

FI\l,íR

ln m elig n idad am biente , el v i tuperio, la m uerte

de s u s m ejores sueños . e l s ac ri fic io q ue cas i s iem pre

Ilr¡.r,\

co m o la in exorn b le v i s i ta de la

muerte

l

El romnn t ic i smo , pues . e je rce s u acc ió n hoy 00-

m o n v er ,\ ' c om o 10ej erc erá m añan a . La vorac idad

m ate ri alis ta del rn om en t« , s i en parte ha degollado

n lg- lÍn gén rro de rom an tic i sm o , ha creado n u evos

a l·

jll'c to de és te , H n v u n o . IlC'\'O é l m ás n uevo de e·

1 1 0 ' - ; : e l roman t ic i smo de la av ia c ión . Y ha s ido D '

An n unz io , el lirico s ucerdote d~ es ta época máx ima ,

nuien

lo

ha

consagrado

viviendo

a plen itu d el impo-

tu

cel es te de l es pac io .

A s Í, pu es , n o 8e as u s te el respetable fili s teo , n i

el hon orab le m ercader. n i el i lu s tr e

farsante,

n i e l

re v err n r.lo im béc il : e l rom an tic i sm o es verdad v raíz

de ln hum an a flores ta . Altiv os , con s u s ecreta pa-

s ió n ,

los rom án ti co s pa s an

.Y nada

le p iden a

Io s

go r

dos 8p iíore[l . Su re i no . com o qu izá lo pres ien ten San

('h09,

B ert o ldos , Tar tu fos y Cn libau es es la oon s te -

-180-

lao ión rad ian te del es píri tu . Y su ím bolo m ás pre-

c ios o es tá en aquel pers on aje de l Laearillo: un an ti -

guo hida lgo español ven ido a m en os por cos as de m a

la fortu na,

ya

qu ien s u con d ic ió n ari s tocrática le

obliga

Q

mantenerse dign o en s u ex trem a m is eria.

Lo m ism o, e l rom án tico: s u ari s toc rac ia interior.e-

el m al de pen s ar b ien , el m al de am ar m ucho-,

le

obliga

a

v iv ir de

su

propia con c ien c ia , de s u 580·

gre m ism a B ello, n ob le , irrem ed iable m al de l

r oman t i c i smo .

-181-

·


11/30

,

. .

í\

LLA, en la ciudad, hemos soñado en la fuga 11

é \-

este pueblo de paz, a esta campiña sonora de

cigarras. Ahora, ya en el pueblo, frente a la am-

plitud de los campos. cada horizonte sij ue siendo un

reclamo. Tras el dorso violento de aquella colina,

sorprende la

perspr

cti va más ancha; tal vez más

allá de esa arboleda, e~té el valle florecido, al-

guna oculta región de ensueño, acaso, siguiendo

108

distintos caminos del

lt

gar, hallemos la sombra más

fresca, el sosiego mejor. la soñada sonrisa Ya

en el pueblo, poseídos dp ambiente rural, las sensa-

ciones de la realidad visible

y

las emociones educidas

por ella. son Ahora viva

rer

or.ancia en el espíritu, un

rumor más en el seno.de nuestras aguas recónditas.

El Anhelo


12/30

cen d imos ; ras gam os s u veste az ulad a, h olla do s fu ero n

s u s fres cos s en dero s , tras pas ado el c ris ta l m ilagroso

de s u s paisajes, sorprendida to da s u m arav illa. Lue-

go, un a espeoie de angustia nos sobrecoge: u n des eo

rep en t in o de baja r n os in vade; un deseo loco. exigen-

te co m o la voz de la carn e, de vol ver

n i

llan o , al va-

lle , o

marchar al

valle en trev is to en la lejan ía ....

Ir.

m ás al lá, s iem pr e m ás le jos .

Ahorn,

lo m ism o. Todo el s abor de poes ía

ro- -

bus t a J flor ida que n os rod ea, n o ha podido apagar

I R

luz de la i n qu ie tu d

andariega,

la i n te rrogac ió n

siempre

H

biertn

al

sortilegio

de lo cnmiuos

C6.

m o J lv idRr 11 \ canc ió n de la v i da e rr ab un da, gu s tada

en el libro de IR 'Shora s le janas Cóm o n o en v id iar

la s

pupilas

de los mar in eros , los anchos ojos de los

git a no s , la lum i n ar ia febri l de l vi ajero poeta

De la su jec -ió n de todo im pctu an dariego, acaso

B e hay a plas m ad o m ucha de es ta vaga. ac ti tu d n ues -

tra. de es ta ac ti tud un poco de~gRnada'y m elancól ica ,

f rente a la v ida d iv ers a co n tem {lada desde um sola

Ten t·Rn a ., ..

-186-

LA

GLMA

ESPIRITUA.L

·

~


13/30

Detrás de cada osa e.c-:

ouisita ¡¡ay algo

tl lí(Jico.

; Cuánto deben sufrir l o l S

mundos

antes que sobre

ellos se entreabra

11

na.ff or

OSOARW rr.n s .

~ O es sino la esperanza de que algún dí a se en

C - I

treabrirá esta flor para

s at i s fa cc ié n

de nues-

tro espíritu. que el dolor más profundo se nos

torna gozoso y musical. Pero antes de adqui-

rir la esperanza, menester es deri var del tráu-

sito amargo el gran sentido místico que fecunda, en

nuestra misma substancia. intuiciones de bondad

y

de belleza eternas; maravillosas intuiciones reserva-

das para aquellos pocos espíritus que pueden OIR y

VER. para los escogidos que saben aprisionar las

claves del conocimiento absoluto.

En un principio este dolor es tan amargo como

la hiel más condensada. y así unula nuestro mundo

psíquico sumiéndolo en tiniebla y aflicción. La ma-

teria. agitando su soberbia. confunde nuestras almas,

apaga los divinos lampadarios .....• Vacilemos, y

casi nos sumamos a la sombra total .... De la clari

189


14/30

dad de oro de Arcadia pas am os a la tierra de K irae-

ría, llen a de un a pen um bra lív ida y crepuscular .

Pero he nqui el milngro : de la cav ern a terror ífi-

cs , o del fan go pe s ti len te en don de es tá con fin ado n ues -

tr o

ser.

Bro ta la chis pa dcl z afi ro o germ in a la du lce

val in cer ia, .'- el es pír i tu, aterido y s in alas , adv ierte

que unn onda misteriosa .v s agrada llega has ta él re-

m ov ien do an t.ign as v ibracion es de v ida. de arm on ía .

E

ll egado en to n ce s el m om en to de la en un c ia-

c ió n , D il atam os ln s ag ó n icas pupi las y la chis pa n os

da lum br e in u s i ta da: n os es tr echam os al ta llo que as -

(' ipn de poc o a poc o has ta la s al udable superf ic ie, lle-

n os

e]

UIl an helo de s eren idad .v e spera n za in fin i tas .

Nos dps rn t: 'r m am o' ps ra trn nsmigrar en los c ic los ra-

dia n tcs d A

todn perfecc ió n , y as í, libres de detes ta-

bl e li z nd u ru s , pu rif icado s por el m ism o dolor que

n 09 llen ara dc mugre cuan do aún n o era pos ible s u -

je ta rle Il. la co n c ien c ia en fr-rmn, n os a ce rc am o s a la

c im a espir i tual. s upr em a bajo el c laror de las dos

con s te laci on es de la verdadera s abidu ría: hu mildad

y

am or.

J Iumildad

.i' amor. palom as de

gracia

en los

hu ert os dpl du lce Nazar en o, milagrosas ané rnonas de l

vergel de Francisco dr A s ís , e l s uave am ador de la

Perf'ec 'n A lpgría: lám paras eiderales en el oleaje in -

tenso. doloro so, arm on ioso el tu a lm a , m a gn íf ic o Os-

cRr

\nlde.. .. _

-190-

.~;

. .

-

LA MUCHACHA AQUB LLA BONITA

y

CAPRICHOSA


15/30

'ñ

contarme han Tenido que a la muchacha aque-

é'~

la , bonita

y

caprichoso, que me amó de un mo-

do tan raro, la vieron una tarde frente al mar

dis tan

te· Dicen que arin conserva su palidez lunar y el

mismo aire taciturno y un poco desdeñoso.

Ella comenzó a escanciar un poco de vino Il lo

mejor de esta mi cau c ió n desolada que comencé 8.

cantar cierta vez , a la hora misma de la fu~iI. de

aquel amor lejano

y

IIC HO ún ico .. ..

Comencé a amarls ;

.Y

en .los -diálogos escasea.

breves y emotivos, cuando mis frases cálidas derro-

charon el champaña que ardía en los cristales de mi

espíritu donde hasta entor.ces toda vibración era apa'

gada

y

todo néctar volcado. Ella siempre, a pesar de

su fiebre, me miraba no más con aquel su mirar gi.

tano y perverso. mientras sus tabios asugrientoa

eran picados por las más leves de las son ri s as mal Y a.

das ....

y

permanecía inquietante, muda, fatal como

una mujer de la Tragedia antigua.

Y

aeí, siempre,

siempre Aún en el momento anormal y supre-

mo .

y aquellas sonrisas que acudieron

Il

sus labios

en todos

QSOS

instantes como un retoño de mand rá-

-193-


16/30

gnras n flor de una tierra insalubre y engañosa, em-

ponzoñé

lo que pudo ser otro amor -. .

y

así hube de ir cierta vez 1 1 encaminar a ese po

hre sentimiento por un senderito perdido .. y al

retorno,

va

venía yo

triste

y con un pl co de frío. _..

Ella acudió después muchas vec s

en

mi

busca;

pero siempre con el mismo silencio, su mirar perver-

la y gitano y

I n

misma sonrisita malvada. _

Un día me avisaron que se había mercheco

quién

sabe

a dónde. La habían visto

partir

en el

barrio.

y

hasta hov no he sabido de Ella: vive frente al

mar lejano y musica l, ante el movimiento mismo,

Ella que es una

i nmóv i l

pitonisa de amor.

•

19{

.

t

LAS VOOES AROANAS


17/30

Pobre hombre inquieto

II

lleno de suprema a

oonia,

isabe» p01 qu¿ no

(lozal con

tus t'ieles

he,.mano8~

Porque

tú

no eres ya. como en días lejanos,

un hombre que en Dios,

sencillamente

fía. . .. '

UARL ()S

oUERIN.

í\

veces vivimos etapas de cansancio v de tristeza

t '-¡ncomprensi bles, venidas de modo inmoti vado.

El cneL 'ro fastidio

y

la lenta amargura> de

B au de-

laire, carcomen toda

nuestra

alegría

y

los momentos de

optimismo que nos ofrece la vida. Hay en nosotros

unansia iusospechada de llorar. una sensación de in -

certidumbre, algo nsí como un convencimiento de que

nuestra naturaleza humana ha pérdido aquel aroma

de nobleza, generador de toda

asp i raci ó n

hacia la

Causa Suprema.

y

cuvs presencia en el espíritu, es-

t imuló en Renán una conclusión consoladora , pues

que rompía las mallas onerosas de una vida vulgar.

Aún en nuestras horas adolescentes. cuando se

canta con la aurora

y

nuestras ~emaB fulguran into

cadas, las empalizadas jubilosas y las próvidas vlñas

del Ciclo de la Rosa, adquieren tonalidades de atarde-

-19'1-


18/30

ceres llvidos v advierten rumores como hojas otoña-

les. Parece vivirse la hora que sorprendi6 a Peer

Gvnt en la u.ontana, por el solitario sendero escan-

dinavo ,

y lIf'go a creer que los hombres sufrimos estos

e=tadoa del alma. osta sobra de sentimentalidad y este

adven im ionto de fatign. cuando se despereza en n oso-

tros el acervo de las primitivas

v

antiquísimas reli-

z ioucs , que. n I n uspi ~io de la hora . se torna en un re

c lamo

8

la orac i ó n , corno la voz de

10B muezeiues

orien

tales, -les de los blan cos alm in ares , o la canción cre-

pu scn la r de la aU/ OI (l, el triste pájaro nocturno de

nuestros

cam pn- ,

s 'giado en el naluuiiismo sutécto-

no v que marcaba la labor de los indígenas. RR que-

dado en I(lB lrombres UD vacío que se ahonda má en

este instante. un va-io que crr6 la Duda

y

amplia

ron in Ecll~df 'F ; n( Ín tr

nr ht oso de

c i s tern a n bs n do.

n s

dn ,\' fJ ll('

al » ¡tn

1 D

f ~

gol' de 8Q:Ufi

celes te . Si

pu~

diera IIcn'HsP, en

In ~

h l'flS de desasosiego inexplica-

ble. con In gr :\( 'i ~

rlf)

un fervor s ag rado , cargarse

con If< (;,\f\Jtaci(.¡1 d, h m; y ln sed

infinita de

fe li -

cidnd

c ierta , n

luoi n s dn, aor'l't1iJte.v Jichosa., .. que

aquel buen britan o =ucont.rn ra en la m uy s anta ciu-

rlflrl de Benfl' é~, l'l fe

1

ic id, ,( 1 ser ín en los melancóli-

co'

c 1 f '1 ~iglo .

Es ta t.arrk -, J ¡ Inrdo s il en ciosa d~ un Viernes

fRlltO, en

c~te~Uli

r:

tiro que

dice

de uuietudes convsn

IIlr.lr


19/30

,

,

~~

,

« a

epopeya de una zíngara>-un amargo

ouento de Joaquín Dicenta-aparece caminando

baje un sol implacable y en una llanura amodorrada

de Oastilla, una caravana compuesta de una mujer,

tres niños y un asno flaco. La mujer, prematuramen-

te estropeada en su belleza por una vida de dolor y

de miseria. marcha adelante. amamantando entre sus

harapos al más pequeño de sus chicos; y los otros dos

van en el asno. metidos en unos alf'orjones que cuel-

gan a uno v a otro lado de la albarda, haciéndose así

mutuo contrapeso. El detalle éste, el de los chico

metidos en los alforjones, ha laborado hoy en mi me-

moria un ya borroso recuerdo de mi infancia. Frente

a la casa an tañona donde canté la canción de algunos

de mis primeros años, situada a la orilla de uua am

plia carretera, una tarde luminosa de verano pasaron

unos lentos gitanos en pint iresca romería: Hombres

de largas barbas y de sombreros de anchas alas, mu

jeres exóticas de trajes pintar rajeados, caballos lace-

rados, perros escuálidos, oarneros lamentables, un

OBO negro, una carreta toda llena de jergones y de

bultos, un agrio son de herramientas metálicas, U 1

vocerío confundido y hostil. y

)0

mismo que estos

churumbeles de Dicenta que van por la agostada lla-

-203-


20/30

Dura de Castilla, varios chiquillos en flaquÍsim09 bo-

rricos.

Se me había dicho que aquellos hombres que

nquellas'mujeres, que

aquellos n iños

camiDRba~ a la

s om bra en con ada de un a m nld io ion ; que atraían siem-

pre a los lugares donde arribaban las plagas má de-

soladorae; que su planta no cesaba nunca de mar-

char, incansable siempre por todos 109 caminos de la

tierra. Sin embargo,

r

o experiment~ por ellos algo

I'xtraño. muv distinto de

I n

adversión que preten

rliprll8e inyectarrne, algo así como una simpatía que

no supiera interpretar

y

que hizo extremecer mi co-

rn z ó n , es pec ialm en te

por aquellos chiquillos que

iban

('nn fundidos en aquella baraúnda nómada y extrava.,

gan t~ . •

Recuerdo que largo tiempo quedéme comentan-

do el ao on to c im ien to de esa tarde, s in llegar a

COD-

crpt'\f los anhelos ares nos y las interrogaoiones in.

quiet'l.ntes que turbaron esa vez la psicología de mis

siete anos.

Dcs n ués , allegó se

el olvido

.v

cogó aquel recuar.

rln: .v. hasta hoy, con la lectura de este cuento aciba-

rado de D iceu ta , en esta otra tarde de verano, l um i -

nO~1\como aquélla en que pasaron las s: itanos frent-e

, ,1

ca s e rón familiar. vuelvo a

laborarlo

con la mesura

y

el amor de una arañ s que tornase 11 renovar los

hilo s de su tela. Algo así como ua encnntRmiento

viene a mí. tras la evocación. Cabe aun el rumor de

II)~ an helos n rcanos .v Id~ in terroaac iones inquietan_

te~~ .... iQué lejana fraternidad desnudaron a mis ojos

lllq oansinos git


21/30

q~enos aquí. con esta mañana parladora de Irescu-

e ra

y

de vida fuerte en la campiña; recluidos en

la vulgaridad de una oficina y encadenados-como

siempre-a la meticulosa labor diario.

Suena la con el sonar de un instru-

mento inexorable, sonar como llamado a eternizarse

bajo las manos de correctos o

IR

horiosos, o silenciosos

amanuenses. 1

desenvué l: .

se el

trajín

del día, frí-

volo cuad ro de una acost e b rada comedieta, A fuera,

en el parque carca DO, pían los pájaros jocundos y

hay un rondar de abejas melarosas.

El pobre lírico, DO obstante la influencia de estos

días amables, labora

C':D

desasosiego y con una lenta

fatiga,

Repentinamente entre los visitantes del día.

llega una monja

y

un.i colegiala. Est'l colegiala, por

su gracia de plegaria matinal. por

8U

palidez de rosa

enferma, por sus cabellos de soles tempraneros, por

la eS()RSlI florescencia de su boca menuda, por el

dulce fulgor de sus ojos castaños. parece macerarse

en un anhelo místico y caudoroso. Y entonces el alma

del cansado oficinista-este pobre lírico-animase ~

un reclamo de vida más honda, más quieta, más

clara Siente las inquietudes

m és

férvidas .

-209-


22/30

Da vida a los vuelos intensos: locos vuelos los suyos;

locos vuelos hacia un amor óptimo, hacia una lumbre

dilecta

y

a una noble serenidad Ve, con más

alta visión, la mugre de muchas almas vulgares que

pasan junto a él ..... Comprende la inut

il idad

de

tornar en serio esto, fr ivolos momentos del prosafsmo

circundante : r el desarrollar un mérito. Organiza

FlU

conciencia ~. sacude el amargo esceptisiamo, gene-

rador de las disoluciones morales. Conoce en sí

mismo un nuevo fuego¡--que anima sus alas ateridas:

dir

ínse

que aquella blonda colegiala. inusitada apar i-

ci ón

para el poeta, hubiera acudido a encenderlo con

lA unción rle UDa doncella de Vasta. Es la hora de la

ELEVACION que llega a su espíritu, elevación en

donde bebe , tal como dice el poeta ... Elevación desde la

cual se avizofa con mejor clarividencia. toda esta

miseria que nos cerca, todo el tinglado de la farsa,

todos los CÍrculos de la vulgaridad

y

todos los baja

fondos de la vida y. de cuyo amargo conocer, brote,

rara las almas sileuoiosas, un hilo de optimismo, un

sedante beso de poesía, un amor celestial para todos

1 0 5

seres

.Y

pnrn todas las cosas .

Luego. este milagro viviente de gracia, esta pá-

lida novia de anunciación. esta dulce colegiala que

aún lleva sobre sí el aroma de los jazmineros del

convento

S

la. claridad angélica de un agua cristal, se

va recatada . Y sile ncioaa, tal como viniera .

El Poeta bendice la mnñana

Vuelve a sonsr la con el sonar de

un instrumento inexorable. sonar como llamado

8

eternizarse bajo las manos de correctos, o laboriosos.

o sllenciosos amanueoses .. .

-210-

f .

-

~ I

si. PARQUEOITO DE SAN JA01N lO


23/30

Loe que odiáis el cine, el tráfago de autos y C8-

miones, ) eontamlnaeién corriente, el mundano

0:> -

rretear del centro urbano, que ll8.béis laborado todo

un día en agrios menesteres, arribad a ese quieto

lugar en las noches de luna y viviréis una hora san-

tificante y suave, ya que sois amadores del goce re.

posado

y

del irremediable sortilegio romántico.

-214-

,

LA FIESTA DEL BARRIO

; ¡


24/30

: ¡ ¡ t I e todos los rincones de este San Sal vador reso-

~ nante, luminoso, qu.zá ninguno tenga la suges-

tión romántica del parquecito de San Jacinto. Y

cuando decimos sugestión

ro m ántloa,

pensamos en el

deliciose divorcio con el tráfico urbano, en

101-

ena-

morados que gustan mentiras dulces CO SRS en quieto

apartamiento, en las noches de luna i. tensamente

gustadas. Porq ue habéis de saber q ue e~td 1ugar

tiene un sello de vida. más original, un sabor nativo

que le hace educir en el alma de quienes vengan a él

alguna de esas añoranzas en que hay reminicencias

de los pueblos, sonrisas de la buena edad pritnera,

cálidos primoros de alguna pasiencilla olvidada.

Des pués de la Avenida Indeper.dsneia, def Jar-

dín de San José y del Parque Barrios, otrora más

quietos, menos saturados de luz eléctrica, con inofen-

sivos y amenos resabios de antaño, he aquí el Par

queeito de San J acinto que os atrae con BU encanto

aingular, el mismo de hace tantos arios, fresco, emo-

cional. _.No se trata de un parque en toda forma, ni

de un jardín completo, ni mucho menos de una abier

ta plazuela ... Es de un género intermedio entre todo

esto. Y quizá por ello nos guste más: habemos tan-

tos que amamos algo porque en realidad ignoramos

su condición única y precisa ... _

-213-


25/30

-217-

1\ ntenocbe, el barrio de Candelaria cobraba ex-

é \- trema animación, la mayor alegría de su fiesta.

Nunca quizá, como esta vez, la celebrara con pareci-

do esplendor. Luces innumerables. florecer de caro

, mines por doquiera. rumores de todos los matices,

música para to Io contentamiento, campanas de alga-

rabía oomode pascua. cohvtes en desvarío hacia el

cielo, todo ello era prestig iide algún tablado aluci-

nante. El alma popular ha tenido su feria. V más

de un burgués a descendido al saboreo barato y no-

vedoso. Quienes fueron en procura. de ganancia, de

seguro apilaron sus buenas monedas; quienes, por la

curiosidad, gustaron su sensación; aquéllos, que por

mover la lápida del aburrimiento, abriéronse una

ventana de júbilo; aquéllos, que por inteligencias de

amor, es posible acordaran la encendida vendimia. __ •

Mientras tanto, ¿quién ha pensado en la hora

abierta al pavor. ya lejana? Un día, sobre esa mis.

ma plazuela, plazuela de todo decoro en el presente,

hemos visto la premura tormentosa de la inundaci6n,

Agua llena de todas las violencias, agua de cataclis-

mo y de dolor, agua tripulada por una maldición ab-

soluta, regida por la muerte y la locura. ¿ Quién

.

> •


26/30

recordado entonces aquella mañana de oscuridad y

de duelo] Allí, no más, hay un túmulo que memo-

ra a quienes dieron sus vidas al turbión, urgidos por

la voluntad inaplazable de las OOS \S, cancelados por

la curva tremenda del Destino ... T dos h-m vivido

su instante de fiesta, y nadie, seguramente ha con-

cretado un recuerdo por el dolor de aq uel día de JU -

nio. Para qué? Hay necesidad. acaso, de renacer

a toda hora pasada

Hemos de revocar, por fnerza, un momento que

mareé en nosotros su expresi6n total l Vivimos pa-

ra el presente que

DO

hay lugar para el ayer. Vi-

no una vez el dolor, el visitante que nunca falta a

la cita , y fuese también. Vino después la alegría,

y, lo mismo, habrá que alejarse pronto, tal vez un

poco tarde .. El coroz6n, mientras tanto. no tiene

sino que cortar su gajo di vid y exprimir el jugo en

lo copa de todos los días .....

El barrio de Candelaria ha olvidado la amargu-

ra lejana, y su fiesta, esta vez, acaso ha sido el gran

desquite contra la premura tormentosa de la inunda-

ci6n. Allí, aquel viejo poeta: la miseria y au anti-

guo padecer le perseguían de continuo. y él, en dee-

quite, acudía al alcohol: el alma tornábasele, enton-

ces, toda música y cascabeles, bien es cierto que pa-

ra renovarse después en el sufrimiento ..•.

-218-

NUESTRA SUPREMA RELAOION co«

LA NATURALEZA -


27/30

A Salvador Oaitas, con la

mas intensa Fraternidad:

l f t n secreto vibrar de nuestra conciencia y la cifra

de contemplación de lo externo, nos han llevado

a presentir en la Naturaleza u n á misteriosa facultad

de inteligencia

y

un maravilloso orden de sentimien-

tos relacionados con los de todos los human os. Para

un espíritu que se allegue a ella, atento

y

propicio a

escuchar'su ritmo. gozará el conocimiento musical de

oír su ritmo propio, y, en su sagrado columbario,

en vuelo inusitado, sentirá levantarse el milagro de

toda emoción y sensación, divinas palomas de nuestra

eucaristía interior. El bosque umbrío nos dará el

arcano de una religiosidad pretérita, con terror sa-

.grado o saludable sencillez pagana; el yermo solitario

nos llevará a los tren os del quietismo, un rudo quie-

tísmo de ardor

y

renunciamiento; la montaña intoca-

da y azul, nos agitará en un temblor desconocido,

amplificando nuestra visión de horizontes, e impe-

li éndon os

a toda elevaci6n suprema por los senderos

de la verdad, el amor y la serenidad; el mar, solemne

padre de la antigua fábula, nos elegirá la basílica de

una inmensa armonía, nos promoverá la gesta de toda

-221-


28/30

renovación por virtud de la figura, el movimiento y

el cambio, como en el símbolo del númen de las

aguas- Proteo-tal como lo preconiza el magno uru-

guayo, Y asimismo seremos pe~turbados, as~ influjo,

del anhelo de evadimos a una inacabable odisea. ha-

cia una fecunda libertad o a las frescas riberas donde

nos espere la novia exótica que adoramos desde ha

muchos tiempos, .....

La humanidad clásica e histórica, cuya sabiduría

no se fundamentó sino en la verdad sencilla e inge-

nua. escuchó atenta la

pulsación

universal y hubo de

uncionarse en la más bella liturgia: el panteismo,

dulce fontana donde abrevó más tarde el alma del

seráfico de Asís, impregnada, en celeste amalgama,

del ardor del evangelio

y

del amor matinal a los seres

y a las cosas; y por eso de su espiritu encerrado en

los breviarios que, segun la voz oriental, , Be desprende

un perfume agreste y capitoso y fue esa fresca

fontana primitiva, la que un día se agostó con los

fuegos del monoteismo semítico

y

derramó a los so

plos tacituruos de la Edad Media. .

Mas, por sobre todas las transformaciones

y

doctrinas. iltravés del encadenamiento de las edades

y como obediencia a un círculo filosofal, perdurá en

todos los espíritus-cualquier raza o religión-e-un

sedimento de aquella

ad orac ión

pagana, sedimento

que se despereza más vi vamente en el alma moderna,

de suyo oomplics da enfermiza por el malsano galva-

nismo de las ciudades de fiebre

y

por el vulgar festi

val d~ esta época de las democracias resonantes e

industriales.

El martillo de la fuerza imperante, el rudo posi-

tivismo la perenne vibración, todo ello nos deja un

sabor acre

y

el indispensable cansancio .....

y

he allí

entonces nuestro anhelo de purificación y de reposo,

el reclamo a. una vida sumergida. en las aguas de la

naturaleza y encendida de una dulce llama de medi :

taci6n Y contemplación, las dos maneras de conocer

'-

.-

t~:

t

t • •

¡ I , . _

~

-222-- ...

que nos señala el poeta místico. Del dolor de tra-

jinar así por entre 108 hilos de los maleficios pertur-

badores y de los pe q ueños dolores con que la ci viliza-

ción alucinante nos defrauda las alas que buscan la

Verdad, florece en los espíritus esta nueva flor, ex-

quisita

y

delicada: la melancolía ... , ..

-223-


29/30

í f : ; r .

¡

h· ,

l · ,f

.

,

.

I .

. ~ ~

. t· ...•·

PROLOGO

Palabras preliminares .....

LAS VOCES DEL TERRUÑO .

La voz del Terruño

El Hombre que siente la montaña.

El Cantar del Guauce .

El Maculihue : .

Las cigarras se van. . . .. . .

La Fuga del Venado. .. .

Las Primeras Chiltotas... ..... . . . . . . . . .

Las muchachas. que van al beneficio .

Músicas del Domingo. . . . . .. .

La Muerte de la Aurora .

La Canción de Mayo.. . . .

La Muerte del Organillo... . .. . , .

El Cantar del Trapiche . . . . . .. . .

EJ Florecer de los Madre-Cacaos .

Fragmento. . . .. .' : .

Frontispicio Lírico. '. .. . . . . . . . . .. . ..

•

.... ~

.

XII~

1


30/30

Al

~ . r ,

l Ríi5., ... : .....

« ..

En el ntiguo Camposantd

Recinto de' Ensueño . ',' .... . . '.

La Vieja .Fuente .. .. ...,..... , .' -, ,

El Ttllapo ., ,. , '.

La

Sombra

de.la Koche _..

Rarahü ' .

El Barrio de la Vega .

Marra de

los

Angeles

El Misterio del Cerro . . . . . . . . .

El

Poeta recuerda

a Rarahü . . .. ~: .' _ .

HORARIO DE PROSAS EMOTIVAS

La Inquietud

d e

Partir .

El Corazón

Canta

un Amargo Cantar .

Antífona .. .. . .

Unción

~Ií~tico-r)anteísta .. . .

Tl

el

Organillo. . . -:

Llama de Redenoión . . . .. . .,

Ei. Dolor Siloncioso . .. . '

Alegría

del

Barrio. . . . . .. '.

Retorna aquel

frescor.

primero ~ .

El

Romanticismo

Irremediable, •

Eterna Inquietud.. . . .. .

La Cima Espiritual .. .

La

muchacha aquella

bonita ycaprichosa .

LaR

Voces Arcanus : . . . .... . . . .. . .Los Cansinos Gitanos de

aquel

día ..

Anunciación, . .. .

El Parquecito de San Jacinto : ' .

(,el

Fi('fija del

Barrio.. .. . .

\ lH'81

ra Suprema Relación con la Natura-

lo zn . .. . . .. . ..

, t •.

1 3 7

1 4 3

1 4 7 r

1 5 1

1 5 5

1 5 9

1 6 3

1 6 9

1 7 3

1 7 7

1 8 3

1 8 7

1 9 1

1 9 5

2 1

207

2 1 1

2 1 5

Las Voces Del Terruño_p40001

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