Las Trece Vidas de Cecilia
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LA LLAMADA
Una noche del mes de abril de 1999 cuando me dispona a retirar de mi
consultorio revis, como es mi costumbre, la agenda de llamadas no urgentes que
se haban realizado durante el da. Mi secretaria me refiri que slo haba una. Se
trataba de una joven recomendada por una colega siquiatra quien atenda a la
paciente por problemas de violacin sexual. Me llam la atencin que la paciente
comentara que ya estaba siendo atendida y solicitara cita conmigo. Pens que a
lo mejor requera de una segunda opinin sobre el caso, lo cual es relativamente
frecuente, as que tom nota del da y la hora de la cita. Al salir del consultorio
olvid el asunto. Abord mi auto y me dirig a casa, ubicada en los suburbios del
sur de la ciudad. Mientras iba ascendiendo por las laderas a la zona montaosa,
gigantes verdes aparecieron dando una apariencia campirana al paisaje. De
noche el macizo de montaas boscosas resultan impresionantes. Mis cavilaciones
terminaron. Haba llegado a casa. No imaginaba, ni remotamente, que a partir de
ese momento mis concepciones acerca de ciertos aspectos de la vida daran un
vuelco sorprendente, una aventura mstica apasionante estaba por comenzar y los
primeros indicios estaban emergiendo como tiernos brotes.
Lleg el jueves. El da de la cita de la joven que me remita mi colega.
Termin de ver a mi paciente anterior y entonces apareci ante m una chica de
veintin aos. Se llamaba Cecilia y su naturaleza era dulce y atractiva. De piel
morena, tena cierto aire de las mujeres hindes. En realidad provena de la costa
sureste del pas. Su vestido era impecablemente blanco y calzaba sandalias de
cuero. Adornaba su cuello con un lindo collar de obsidiana y turquesas. Daba la
impresin de fragilidad y durante los primeros momentos se mostr algo
reservada. Tras la angustia reflejada en su rostro. Sus ojos color miel dejaban
traslucir una fina sensibilidad. Su trato era refinado y su discurso dejaba claro que
era una persona con amplia cultura. Al preguntarle sobre su ocupacin, me
coment que era estudiante universitaria que trataba de graduarse en la escuela
de estudios superiores de pintura, escultura y pirograbado. Tena la inquietud de
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realizar una sesin de hipnosis para ver si poda recordar una de sus vidas
pasadas. Mi colega saba que como parte de mis inquietudes espirituales desde
haca tiempo me dedicaba a ello, as que decidi remitirla a mi consultorio.
Al llegar a mi casa despus de la sesin con ella no pude conciliar el sueo
de inmediato. Por alguna extraa razn estaba inquieto. Una rara premonicin se
fue apoderando de mi ser. No era la primera vez que me suceda. Mi
entrenamiento en una escuela inicitica me haba familiarizado con el despertar
de las facultades intuitivas. Durante muchos aos fui adiestrado para escuchar
esa pequea voz interior propia de los profundos estados de meditacin. Saba
que poda aportarme una gua en los momentos difciles. Record que la forma
ms frecuente en que se ha manifestado en mi vida ha sido siempre a travs de
un poderoso impulso a comprar cierto libro. He observado que cuando tengo
algn problema que objetivamente no he podido resolver, me surge una imperiosa
necesidad de ir a una librera. Por lo general esa intuicin me orienta a elegir un
libro en particular. Descubro, posteriormente, que la respuesta que buscaba se
encuentra en l o bien que sta surge durante la lectura. Un ejemplo de ello
est contenido en Walden, Sobre mi vida en los bosques de Thoreau. Cierto da
fisgoneaba en una librera y el libro atrajo poderosamente mi atencin lo compr y
al llegar a casa pude extraerle la miel a un maravilloso fragmento que reflej mis
ms profundas inquietudes.
Fui a los bosques porque quera vivir con un propsito: para hacer frente slo a los hechos esenciales de la vida, para ver si era capaz de aprenderlo que aqulla tuviera que ensear, y para no descubrir, cuando llegase mi hora, que no haba siquiera vivido. No deseaba vivir lo que no es vida, es tan caro el vivir!, ni practicar la resignacin a menos que fuese absolutamente necesario. Quera vivir de manera profunda y extraer de ello toda la mdula: de modo tan duro y espartano que eliminara todo lo espurio, haciendo limpieza drstica de lo marginal y reduciendo la vida a su mnima expresin: y si sta se revelare mezquina, obtener toda su genuina mezquindad y drsela a conocer al mundo: pero si fuere sublime, conocerla por propia experiencia y ofrecer un verdadero recuento de ella en mi prxima manifestacin.
stas son las palabras de un hombre que se retir a la soledad de un
bosque a encarar los aspectos esenciales de la vida. Construy con sus propias
manos su cabaa y se sostuvo a s mismo durante varios aos. Recuerdo que
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cuando termin de leer ese prrafo me pregunt: acaso estamos condenados a
una angustiante resignacin en la cual la vida parece carecer de sentido?
INQUIETUDES ESPIRITUALESLa creencia en la reencarnacin del alma en la Tierra que yo profesaba haba
nacido en mi adolescencia y se fue cimentando mucho ms slidamente en mi
juventud. Durante esos aos haba descubierto en m mismo una veta de
profundo misticismo. Me aficion, por consecuencia, a las lecturas de Lobsang
Rampa respecto a los poderes que desarrollaban los lamas tibetanos, entre ellos
el viaje astral. sas y otras lecturas sobre las culturas orientales, en particular la
budista y la hind, me enriquecieron enormemente de manera espiritual. Desde
ese entonces me dediqu, casi con obsesin a investigar el tema de una manera
concienzuda. Recuerdo que durante muchos momentos en mi adolescencia me
repeta que cmo era posible el que una vez muertos se acabase todo. Sera se
el verdadero fin? Luego surgan otras preguntas como Para qu existimos?
Es sta una existencia creada al azar o dirigida con algn propsito especfico
por algn ser superior?. Una pregunta que particularmente me atormentaba era
la de Y si nunca hubiera existido nadie, nunca habra habido nada? No pude,
en ese entonces, responder a tales preguntas, y sin embargo me pareci, y sigo
convencido de ello, que no hay una doctrina que explique mejor la evolucin
espiritual del ser humano que la de la reencarnacin.
Una vez que termin mi formacin como mdico, e influido por la
metodologa cientfica propia de la carrera, quise saber si haba una tcnica que
pudiera acercarse a la obtencin de datos ms slidos sobre el tema. No lo logr.
El mtodo cientfico no resultaba ser el adecuado ya que est ideado para dar una
explicacin de los fenmenos naturales. La existencia del alma y su probable
reencarnacin en diferentes cuerpos no corresponda a este tipo de abordaje. Sin
embargo, tambin saba que esto no significaba que no existiera el fenmeno.
Simplemente la forma de estudiarlo no era la adecuada. Con un fuerte propsito
de bsqueda de la verdad me propuse encontrar las herramientas que sirvieran
para corroborar o desechar esta fascinante teora. Como parte de un inters y
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curiosidad en los aspectos emocionales y espirituales de la naturaleza humana,
pronto me vi impulsado a estudiar la sicologa del hombre, as que me matricul
en la universidad para realizar la licenciatura en sicologa y posteriormente la
especializacin en siquiatra. La naturaleza de estos estudios me permiti
incursionar en importantes reas del comportamiento humano mucho ms all de
las limitaciones fsicas. Pude entender que el mtodo clnico, mediante hipnosis,
incluso cuando no se apega a los lineamientos cientficos por completo, era una
forma ms adecuada de acceder a los propsitos que me haba planteado. An
as saba que pisaba en terreno resbaloso. Como una forma de bsqueda
alternativa investigu el tema tambin en varias escuelas de tipo inicitico y fui
descubriendo tambin que la meditacin y la introspeccin suelen ser algunas de
las maneras de acceder a los estados alterados de conciencia. Como stas
prcticas me parecieron an menos rigurosas que la hipnosis, decid probar con
sta, convencido de que era, si bien no la mejor forma, al menos la ms
prometedora. Fue de esta manera que decid abordar el estudio de la
reencarnacin. Desde entonces y hasta el momento actual he practicado la
hipnosis con fines de investigacin y descubrimiento de vidas pasadas durante un
periodo de quince aos. En todo este tiempo he logrado recabar cierta experiencia
en el tema. Uno de los aspectos ms importantes que he podido observar es que
no todos los pacientes pueden llegar al nivel de trance necesario para que se lleve
a cabo la regresin y que otros imaginan algunas escenas, llevados por un fuerte
deseo de ver algo. Sin embargo, un gran nmero de personas han podido
recordar, no una, sino varias vidas pasadas. He podido notar, tambin, que es
muy difcil poder inventar y sostener de manera reiterativa los datos de una
regresin a vidas pasadas. Otro aspecto que al menos a m me ha quedado claro
es el relativo a que el dato crucial para saber si una regresin es autntica o no
radica en el hecho del alto contenido emocional de las regresiones reales. Es lo
mismo que sucede con una hipnosis regresiva a un evento de la vida actual, el
cual suele estar cargado de muchas emotividad y el paciente suele vivenciarlo
recrendolo intensamente. El mtodo, al menos por el momento, no es
susceptible de cubrir todos los lineamientos cientficos, como ya mencion y no s
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si en un futuro lo llegue a hacer, pero eso no lo invalida como una herramienta til
para fines de investigacin y exploracin de las vidas pasadas. Quizs el
elemento que nos puede resultar ms til para evaluar su valor es la eficacia en la
mejora de los sntomas del paciente. Muchos de ellos experimentan, en efecto,
una sustancial mejora en sus padecimientos. Por si fuera poco, los elementos
ms contundentes, a mi parecer, son los relacionados a los contenidos que se
obtuvieron en estas regresiones. La exploracin de la subjetividad por este tipo de
mtodo ha resultado sorprendente. Tal es el caso de Cecilia, no slo obtuve los
datos de regresin a las vidas pasadas que le interesaban sino que pudimos
incursionar en terrenos metafsicos hasta ahora insospechados por muchos. En
particular me refiero a la vida despus de la muerte. Antes de relatar lo que a gran
parte del pblico le resultar asombroso me pareci pertinente revisar si haba
antecedentes de este tipo de temas. Los ms confiables nos lo brindan varios
investigadores. En primer lugar se encuentra Raymond Moody, doctor en
medicina y en sicologa, quien ha realizado una recopilacin de cerca de 3,000
casos de personas que han vivido experiencias al borde de la muerte. En la
mayora de estos casos las personas han experimentado profundos cambios en
sus vidas. En los reportes del doctor Moody las personas que las han vivenciado
regresan con la conviccin de que la vida no termina con la muerte.
El siquiatra Brian Weiss, reconocido mdico del hospital Monte Sina, relata
haber practicado la hipnosis con varios pacientes a quienes dicha terapia les ha
proporcionado grandes beneficios. El doctor Weiss es un pionero en este tipo de
investigaciones. Los hallazgos que l reporta en su trabajo han merecido el inters
de una buena parte de la poblacin y la atencin de los cientficos de varias
disciplinas ya que aborda uno de los problemas fundamentales de la humanidad
planteado en el cuestionamiento: existe la posibilidad de que una parte de mi
siga viviendo una vez que haya muerto?
El valor del trabajo de los doctores Moody y Weiss radica en el hecho de
que sus hallazgos estn socavando los cimientos, no muy slidos por cierto, de la
endeble certidumbre que tenemos respecto de que la vida termina de manera
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inexorable con la muerte. Pero vale la pena detenernos a analizar este hecho que
durante mucho tiempo se ha dado por sentado.
Antroplogos y filsofos han ofrecido explicaciones de lo que ocurre
despus de la muerte, planteando que el hombre tiene la necesidad de contar con
una figura paternal o protectora con la cual identificarse, con la cual dialogar.
Dicen que el hombre necesita crear a Dios para calmar su angustia. sta es una
explicacin del porqu el hombre necesita esa figura. Es una explicacin
interesante, una ms, pero en realidad no resuelve el problema. En realidad
existe dios? Existe un mundo espiritual tal y como lo han planteado los santos,
los msticos y los religiosos? Al no contar por el momento con una certidumbre
absoluta, la postura ms adecuada, a mi parecer, es la de la duda razonable. En
este marco se inscribe lo que a continuacin presentamos: una propuesta ms,
basada en los hallazgos realizados bajo hipnosis en un estado de trance
profundo.
S que al abordar temas como el de la reencarnacin del alma en la Tierra
me aventuro en reas que pueden ser consideradas como de difcil comprobacin
y, por lo tanto, muy polmicas. sta ms bien parecera una tarea propia de la
filosofa y la religin. Qu va a suceder cuando muera? Volver a vivir
nuevamente? Ser el fin de todo? Tengo un alma? Sobrevive sta a la
muerte?
Desde mi punto de vista, tales preguntas no slo conciernen a la filosofa y
a la religin. Nos afectan directamente a todos. Me parece que cualquier intento
que trate de esclarecer estos cuestionamientos debe ser bienvenido. Desde hace
siglos los argumentos que han impedido un avance de estas disciplinas provienen
de dos grupos. Uno, de crculos cientficos. Sus principales postulados son que no
hay estudios que puedan demostrar que tal cosa sea cierta y que, por lo tanto, el
tema no merece una consideracin formal. En parte tienen razn. Que yo sepa,
hasta el momento no hay investigacin alguna concluyente que pruebe la
existencia de la reencarnacin. Pero evidenciemos una trampa implcita en ese
argumento: no podemos concluir con sencillez simplona que, por lo tanto, la
reencarnacin no existe. Tan poco serio es afirmar algo sin tener las pruebas de
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ello como descartarlo sin poseerlas. La ciencia misma no avanza as. Cuando
descubre un problema trata de darle una explicacin. Para pasar de las meras
creencias a la obtencin de datos slidos se deben elaborar hiptesis, teoras y
leyes. En todo este proceso no se puede ni se debe descartar ningn modelo que
intente dar una explicacin razonable. Hacerlo significara privarse, en algunos
casos, de la solucin misma del problema. sta es la mdula del proceso de
construccin del conocimiento humano. Los juicios a priori son, por lo tanto,
opuestos a la verdadera esencia del desarrollo cientfico.
El segundo crculo es el de algunas religiones opuestas por completo a la
posibilidad de la reencarnacin. El dogma prevaleciente en cada una de ellas
como fuente de fe ancla muchas veces el desarrollo del conocimiento. Es curioso
observar que aun cuando su religin no permite una creencia en la reencarnacin,
muchos feligreses mantienen una opinin contraria y ello es debido a que en
pocas recientes se ha venido generando una bsqueda espiritual cada vez ms
profunda.
Despus de haber terminado todo el proceso regresivo con Cecilia, mi
visin de las cosas han cambiado de manera radical. Me queda absolutamente
claro que el tema que se busca estudiar no es un fenmeno natural, as que en un
sentido estricto su estudio no es competencia de la ciencia, aun cuando ciertos
aspectos de la misma pueden ayudarnos a resolver algunas interrogantes, como
ms adelante veremos. Los datos aqu expuestos, por lo tanto, no pueden ser
comprobados de manera rigurosa puesto que no pertenecen al mbito de los
fenmenos estudiados por la ciencia. Es preciso, pues, echar mano de los
mejores recursos disponibles en la actualidad. S de antemano que muchas de
las objeciones que surgen cuando se abordan estos temas se refieren a la gran
dosis de subjetividad implcita: sin embargo, lo que pareciera constituirse en una
limitante, a mi juicio se transforma en una circunstancia de excepcional riqueza:
nos permite incursionar libremente en sectores de la sique poco explorados o casi
desconocidos.
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Salvado este escollo metodolgico, debemos proceder a plantear los
hechos tal y como han acontecido y dejemos que el tiempo y otros estudios en el
futuro, si esto es posible, se encarguen de darles mayor claridad y certidumbre.
Entremos en materia. Al realizar las primeras regresiones a Cecilia not
que poda entrar en un trance profundo fcilmente. Esto no es sencillo, slo de
diez a quince por ciento de las personas a las que se les puede inducir un estado
hipntico pueden entrar en trance profundo. Era entonces una magnfica
oportunidad para tratar de probar si algunos aspectos de la reencarnacin eran
ciertos. A qu me estaba aventurando, sin embargo? An no lo saba del todo.
Pronto mi intuicin, poderosa herramienta, me lo revelara.
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EN LA CASA DE HUSPEDESMir el reloj.
Eran las nueve y media de la noche de un 9 de mayo de 1999.
Observ detenidamente su cuarto y volvi a su realidad por un momento. Se pudo
ver como una de tantas chicas provincianas que vienen a la capital a proseguir
sus estudios. Debido a su condicin de estudiante sus ingresos eran bajos, pero
se las haba arreglado para encontrar un empleo en una galera de arte como
vendedora a comisin. Poda haberle sucedido algo ms maravilloso? Haba
encontrado un trabajo dentro de una de las reas de mayor inters para ella y as
costeaba sus estudios. La casa de huspedes donde viva era una casa modesta,
sin muchas pretensiones, pero romntica para un estudiante de su edad. En su
pequeo cuarto, tena todo a su alcance; una cama individual, un armario con su
ropa, una mesita que serva para comer y para realizar sus trabajos de escultura,
suficientes libros como para seis meses de lectura ininterrumpida. Bueno, tena
casi todo, lo nico que realmente le faltaba era una computadora. Debido a su
gran aficin a escribir y a la necesidad de realizar los diseos de sus trabajos, la
mquina le resolvera muchos problemas. Pero estaba esperanzada en que
vendran tiempos mejores.
Vivir en la ciudad de Mxico era un enorme reto para ella. Estaba
prcticamente sola a excepcin de un primo al cual visitaba con cierta frecuencia.
Sus recuerdos cesaron de manera sbita.
La crisis de angustia haba vuelto. No acertaba a comprender lo que le
estaba sucediendo. Aunque tena algunas sensaciones extraas. S. Eran tan
extraas que quizs eso era lo que la asustaba ms. Pens que quiz la
responsable de sus estado era la persistente fatiga que desde haca tiempo la
acompaaba. Despus de todo haba estado trabajando de ms. Se dispuso a
dormir para alejar la sensacin en ese momento se oyeron tres leves golpes en la
puerta. Pens en lo abrir.
Recapacit.
Podra tratarse de una llamada de su familia desde provincia. Se levant y
algo molesta y preocupada dirigi sus temblorosos pasos hacia la puerta. Era
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Gisela, una compaera de la casa de huspedes. La visita la incomod un poco,
pero no tuvo las fuerzas suficientes para pedirle que se retirara. Sin embargo, no
sospechaba que aquel encuentro resultara providencial para la solucin de sus
problemas. La conversacin con Gisela no hubiera tenido la mayor relevancia a no
ser por el hecho de haber tocado el tema de la reencarnacin.
Conforme su compaera avanzaba en el relato algo empez a gestarse en
Cecilia. Un mortal escalofro se fue anudando lentamente en su garganta. Call
durante un rato, sintindose, sin saber porque, terriblemente angustiada. No pudo
ms. Tena que deshacerse de la amiga y estar a solas. La despidi
argumentando que se hallaba exhausta. Antes de que se fuera, la detuvo en la
puerta con una pregunta.
T crees e las regresiones?
No s. Creo que s.
Debo saber si una regresin me puede ayudar. Podrs investigar algo?
S yo te averiguo dijo desconcertada la amiga . Ah!, se me
olvidaba, te voy a traer una msica que te va a gustar.
Una vez que la amiga hubo salido. Ceci comenz a entrar en pnico. A su
mente acudieron escenas muy dolorosas de su infancia. Por alguna extraa
razn, y sin saberlo con claridad, el relato de su amiga haba despertado
recuerdos remotos, recuerdos ancestrales, imgenes perdidas en el ayer de los
tiempos.
La msica que le trajo la amiga era dulce y flua con rtmicas ondulaciones.
Entonces y aparentemente sin conexin alguna record y llor por la vida de su to
Andrs, hermano de su madre, como si fuera la propia, pero por qu acuda esta
imagen a su mente? Fue entonces cuando algo la sobresalt ms an. Comenz
a murmurar entre sollozos: lo siento mucho, perdn, perdn. Estoy avergonzado
de lo que hice, por favor perdnenme. Se sorprendi enormemente al notar que
estaba hablando en gnero masculino. Qu significaba eso? Cmo poda
hablar de s misma como si fuera varn? Qued muy desconcertada, pero se
prometi resolver este extrao pensamiento y el por qu vena arrastrando una
culpa aparentemente sin sentido. Hizo un alto. Una llamarada intuitiva le
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sobrecogi: esa culpa vena de mucho tiempo atrs. No saba de dnde, pero una
certidumbre envolvente le deca que as era. Desde haca cunto? Tampoco lo
saba a ciencia cierta. Fue entonces cuando se inici otro ms de los sntomas:
tuvo que hacer un enorme esfuerzo por controlar el intenso y aterrorizador impulso
de arrancarse la piel a mordidas. Su mandbula temblaba de furia, mientras
pensaba: Cmo es posible que me odie tanto? Esa rabia contenida la asust al
punto de sentir que no la poda dominar. A partir de ese momento, la aterroriz el
pensamiento de no saber si podra protegerse de s misma.
El explosivo amanecer anaranjado del da siguiente fue recibido con alivio.
A pesar de no haber dormido casi nada, se levant y su primer pensamiento fue ir
a un panten. As lo hizo. Vagabunde por entre las tumbas sin saber con
exactitud qu buscaba. Confundida, abandon el camposanto y llam a Tere, su
amiga de toda la vida. Cuando ella lleg, los sntomas se haban incrementado.
Tere la toc para tranquilizarla y slo obtuvo como respuesta un extrao arqueo
en la espalda, una serie de espordicas convulsiones y de nuevo habl en gnero
masculino: ya me descubrieron. Estoy muy arrepentido Por fortuna para la
atribulada amiga, la crisis dur pocos minutos. La llev a su casa y permaneci
cerca de su cama hasta que se qued dormida. Al verla relativamente mejor,
confundida y preocupada, se retir.
Cuando los ruidos de la calle se renovaron debido a un nuevo amanecer.
Ceci se pudo dar cuenta de que haba pasado otra noche ms casi sin poder
dormir. Apenas fue hora conveniente, sali a hablarle a su terapeuta desde haca
algunos meses haba acudido a ella para resolver el trauma de la violacin que
haba sufrido por aos a manos de su to Andrs. Despus de marcar, se sinti
profundamente irritada al darse cuenta que tena que dejar su recado en la
contestadora. No saba si hacerlo o no, finalmente lo hizo: Es urgente para m
que hablemos. Necesito que me ayudes en algo. Si acaso t no estuvieras
capacitada para eso, ojal e pudieras contactar con alguno de tus colegas.
Entre tanto, los sntomas iban en aumento. Ese da haba vuelto a llamar a
Tere para que se quedara con ella, ya que no se senta segura consigo misma.
Ella acudi sin demora pues pens que por algo eran excelentes amigas. Cuando
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lleg a la casa le prepar un refrigerio, pero su desconcierto aument cuando
observ asombrada que Cecilia dejaba escurrir hilillos de leche por su cuello hasta
que rodaban pausadamente por su inmaculada blusa. La amiga, apesadumbrada
pregunt: Qu puedo hacer por ti? Cecilia con una mirada lejana slo acert a
responder en un tono de abatimiento: Slo quiero paz.
Los siguientes dos das insisti con su terapeuta dejando recados cada seis
horas, sin que ella se comunicara, y sin que Cecilia tuviera otra forma de
localizarla. Los sentimientos de ese entonces quedaron plasmados en sus propias
palabras:
Ante la angustia que senta, me aferr a un pedazo de meteorito que un gua de la Zona del Silencio me haba obsequiado una tarde en la que intent, sin xito, llegar hasta esa regin ubicada en el desierto de Mapim. Con el meteorito acunado en mi mano izquierda, empec a decorar mi habitacin, la cual estaba desnuda de mi personalidad.
Precisamente sobre la pared de color rosa mexicano, Cecilia haba pegado
un cartoncillo con una cita del Chilam Balam:
Quin soy yo? Se preguntaba en su espritu el hombre . Soy ste que soy? Soy acaso un nio que llora? dice en medio de la Tierra.
Revelaban estos cuestionamientos solamente un deseo de conocer algo
ms de s misma o estaba empezando a perder la cordura? Los sntomas
proseguan su inescrutable carrera:
Alrededor de la frase del Chilam Balam coloqu mis identificaciones del trabajo y de la universidad, mi credencial de elector y mi cdula del registro federal de contribuyentes. Todo en un guio amargo, irnico. Impulsiva, contine mi decoracin, sacando del ropero una mueca pequea a la que met entre las ropas el fragmento de una fotografa ma, y la colgu del cuello con los cordones del recorredor de cortinas, dejando que oscilara con los pies rgidos. Ya imbuida en ese humor cido, clav un cuchillo sobre la puerta del ropero, busqu un moo rojo con l amarr el mango negro del arma blanca. Guard un retrato mo que estaba sobre el bur; en su lugar puse un marco vaco, en cuyo vidrio pequ con cinta adhesiva mis lentes carentes de una mica. Ah est tu autorretrato, me susurr con profundo desprecio.
Me tend sobre la alfombra, satisfecha por haber expresado algo de mi interior en las paredes de ese espacio. Pero tambin conteniendo la
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impaciencia, Cunto tiempo ms me iba a seguir agrediendo con ese odio en dique? Y si ya no fuera posible contenerlo? De qu sera capaz? Acaso ahora en verdad empezaba a enloquecer?
El mircoles 12 de mayo de 1999 en la casa de huspedes le notificaron
que tena una llamada. Por fin, se comunicaba su terapeuta:
Hola, Ceci, anduve de viaje una semana. Hoy escuch todos tus recados,
estoy preocupada por ti, qu ha sucedido?
Estoy desesperada, es que descubr algo
De tu historia?
No, de mi prehistoria (risas nerviosas).
Tienes que explicarme eso. Ve maana al hospital. Nos vemos a la una
de la tarde. Si tengo algn otro paciente, esprame un poco.
A la 1:20 p.m. estaba ya dentro del consultorio de la terapeuta. Resumi.
Ella escuch con suma atencin.
Yo s que es por medio de ti que me llegar la persona indicada para
hacerme la regresin. No es casualidad que, de entre todos los siquiatras del
hospital, me tocara la mstica.
La siquiatra sonri no saba con exactitud cmo orientar a Cecilia. Titube.
Finalmente tom una decisin.
Curiosamente hace tiempo me interes mucho en ese tema, pero lo dej. Y
justo en estas semanas me ha llegado la informacin de quin lo puede hacer.
Djame pedir los datos de esta persona y yo te hablo maana en la noche. Si
tienes la inquietud, es bueno que lo busques, slo que no olvides que sigues
necesitando terapia. Bueno, y que sea lo que dios quiera.
Al da siguiente recib la llamada de la siquiatra. tan pronto colg, sta se
comunic a mi consultorio. En su historia Cecilia se escriba un nuevo y
conmovedor captulo.
Mi secretaria le dio una cita para el da siguiente, viernes 14, a la 1:00 p.m.
esa noche Cecilia pudo conciliar el sueo durante algunas horas. Al da siguiente
se concretaba la primera cita conmigo. Pocos minutos antes de la 1:00 p.m.
estaba yo en la pequea sala de espera. Tensa, sostena un silencio tembloroso,
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segua con la vista los movimientos de la recepcionista, me zambulla en
especulaciones, aguardaba.
Termin la consulta del siquiatra a quien esperaba, se aproxim a la estancia y, cuando confirm que era l, tuve dos sensaciones contradictorias: me caus confianza de inmediato cierta emanacin de espontaneidad que posea, aunque, por otro lado, su mirada penetrante me haca sentir vulnerable entre la condicionante subterrnea de estar ante alguien a quien no poda, de ninguna manera, mentir.
Una vez ms expliqu a otro interlocutor qu pasaba conmigo, no terminaba una frase cuando encimaba ya la siguiente, en una ansiedad de ser comprendida y ayudada.
Me impresion que l diera importancia a mis premoniciones, a los contactos intuitivos con mi madre, a mis desprendimientos astrales, pues era algo que yo prefera mantener en privado, para no parecer una persona poco seria.
Le cont sobre una fotografa que haba causado un hondo impacto en m, se trataba de mi primer cumpleaos, mi to Andrs me cargaba vindome a los ojos. Las miradas de ambos destilaban odio. S, odio, por ms increble que resultara ese sentimiento entre una niita de un ao y un pariente cercano. No eran expresiones de alguna situacin ordinaria de berrinche por parte ma, o de enojo pasajero por parte de l. Cuando otras personas vean el lbum familiar y llegaban a esa foto, se quedaban extraados y callaban sus preguntas, por discrecin, o por pensar que estaban magnificando lo que observaban. Eso era una clave de que algo muy raro suceda entre mi to y yo, desde esa edad, aunque la lgica lo sealara como inverosmil.
Le pregunt, como lo hago regularmente cuando se me consulta para llevar
a cabo una regresin, sobre los motivos que la inducan. Por lo regular slo realizo
estos procedimientos cuando estn sustentados en una condicin siquitrica de
difcil o imposible tratamiento por los mtodos teraputicos convencionales y en la
bsqueda de una eventual mejora de su situacin actual. Le pregunt que si de
verdad estaba dispuesta a ver sus vidas anteriores y a responsabilizarse de lo que
se pudiera encontrar. Le expuse los aspectos generales en los cuales se basaba
la doctrina de la reencarnacin. Ella estuvo de acuerdo.
En vista de la urgencia que ameritaba mi estado, concertamos cita para el da siguiente a las 9:00 a.m. Me pidi que llevara una grabadora y un casete conmigo.Cuando abandon el consultorio prefer caminar varias calles. Estaba confusa, atemorizada, pero ms tranquila: las avenidas transpiraban un dulzor viscoso, que yo reciba con secos escalofros de impaciencia y cansancio emocional. Me detuve ante una cabina telefnica y le marqu a Tere.
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Por fin me llam mi siquiatra, me dio los datos de la persona que
yo buscaba, habl con l hace rato y me va a hacer la regresin maana.
Qu bueno, porque t ya estabas desesperada. Tengo miedo,
pero est bien. Es mejor que ya sepas de una vez.
S, es mejor. quiero pedirte que maana, cuando salga, ests
esperndome cerca: no tengo la menor idea de cmo voy a salir y no me parece
conveniente estar sola, puedes?
Regres a su casa. En su habitacin, el desasosiego volvi a invadirla.
Llor y llor sin saber exactamente por qu, en una extraa mezcla de aoranza,
dolor y deseos de mejora.
Esa noche logr conciliar el sueo durante escasas pero reconfortantes
horas. Despert sobresaltada. Eran las 8:05 a.m.
Despus de invertir unos cuantos minutos en su aseo personal, abord
precipitadamente un taxi; su respiracin se hallaba entrecortada.
Pronto estaba ya en el consultorio, donde me encontr a Tere. Salud con nerviosismo a la recepcionista, entr al consultorio. A sugerencia del siquiatra, me sent sobre un cmodo sof, mientras l preparaba una grabadora.
Ests nerviosa? le pregunt
S respondi todava agitada.
Comenc a platicar con ella durante unos momentos para crear un clima de
tranquilidad. Una vez que se hubo relajado le ped que se recostara sobre el sof
y comenc a guiarla en un proceso de relajacin progresivamente profundo. Le
ped que se imaginara una playa con arena fresca y el sol cubrindole por
completo.
As lo hice, aunque demasiado a la expectativa, pues yo esperaba que una regresin fuera tan aparatosa como una sesin de juegos pirotcnicos mentales, o algo similar. Sigui dirigindome con una voz que me iba sedando. De pronto algo dentro de m inici un camino de retroceso a travs de espacio y tiempo. Se fueron mis pupilas hacia arriba, repiqueteaban sin sonido, punzaban sin dolor, hacan movimientos intermitentes desconocidos para m.Aunque con dificultad al principio y bastante reticencia debido al aguijoneante miedo, tuve a m la primera imagen de una vida anterior.
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Comenz a relatar la escena donde haba un hombre de aproximadamente
cincuenta aos detrs de una especie de mesa plegable. El ambiente era algo
brumoso. Lo ms vvido eran las intensas emociones que poda percibir, mucho
ms que las escenas. Se pudo dar cuenta que senta un gran enojo. Poco a poco
se fueron presentando algunas imgenes. Se vio a s misma como un varn de
temperamento flemtico, explosivo y con cierto desequilibrio mental.
Pude reconocer que el hombre maduro era mi to Andrs y que en aquella vida haba sido mi padre. Tenamos una psima relacin con odios acumulados, as que, azuzado por mi falta de cordura, tom una especie de martillo y lo estrell contra su crneo muchas veces, primero con rabia, con movimientos rpidos y contundentes, despus de forma maquinal, casi sin percatarme de lo que segua pasando entre ese cuerpo desplomado al lado de la mesa y yo. Al abandonar el cadver me recorri una oleada de liberacin. Ya estaba harto de l. Qued perdido por algunos segundos porque yo no senta que la polica me hubiera apresado, y tampoco que me hubiera dado a la fuga. Sencillamente enloquec despus de aquel acto.
Durante la regresin, Cecilia gritaba y lloraba llena de rabia. Su cuerpo se
contorsionaba y las lgrimas afloraban incontenibles. El estrecho sof pareci por
momentos incapaz de poder contener su agitacin.
De acuerdo con su descripcin, el joven que acababa de cometer este
homicidio era de aspecto quebradizo, cabello ralo color miel. Se vio internado en
un hospital para enfermos mentales hasta que finalmente muri en su pabelln.
En la regresin, Cecilia haba retrocedido hasta una poca en la que los
sentimientos de odio se tradujeron en una furia incontenible hacia el que era su
padre, a quien termin asesinando. Experiment, en consecuencia, enormes
sentimientos de culpa, los cuales parecan haberse filtrado hasta la presente
vida. Estos hallazgos le daban sentido a algunos de los sntomas que previamente
haba presentado.
Las imgenes cesaron. Una vez que se recuperara por completo de la
regresin saba que tendramos que dedicar largos momentos a analizar la
informacin obtenida como si se tratara de un hecho de esta vida. As haba
trabajado durante aos y me haba funcionado muy bien.
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-
La primera parte del proyecto se haba cumplido a satisfaccin. La
segunda, sin embargo, quedaba pendiente. Era preciso adentrarnos en lo que
suceda despus de la muerte de ese joven en el pabelln siquitrico. La conduje,
por lo tanto, al momento preciso de su muerte en esa vida. Habitualmente en mi
trabajo de regresin a vidas pasadas ste no era un rea que decidiera investigar.
Me limitaba a buscar y analizar los hechos ms sobresalientes de las vidas
previas. Ahora me adentrara en lo que pasa despus de la muerte del cuerpo
fsico. La induje a recordar esos momentos.
Qu pasa despus de que mueres?
Relat cmo, de manera suave y sin dolor, algo sala de su cuerpo. De
hecho, pudo verlo desde arriba.
Habiendo ledo que el alma, despus de la muerte, se remontaba a
estadios espirituales le suger que se hiciera consciente del lugar hacia donde
sta se diriga.
Experiment la neblina de somnolencia que la muerte dejaba en mi respiracin. Ascend hasta un crculo de luz, donde varios seres con ropas blancas y un intenso halo luminoso me recibieron fraternales. No levant la mirada, paralizado por la vergenza de mi desquiciamiento. Me hablaban, pero no entenda nada de lo que hablaban, pues mi anulada capacidad intelectual me lo impeda. El terapeuta me sugiri que le pidiera a la parte ms sabia de m que me tradujera lo que ellos decan. Empec a comprender que estaban analizando mi vida, la relacin con mi to, el crimen, la prdida de la razn. Lo conocan todo de m. Eso era impactante.
Con el reporte de reconocer a seres de luz estbamos arribando a las
mismas experiencias relatadas por los pacientes del doctor Raymond Moody,
salvo que en esta ocasin no se haba registrado una experiencia al borde de la
muerte de la cual el paciente hubiera regresado. No. Este joven estaba
traspasando el umbral que divide al mundo de los vivos y haba ido ms all. A la
muerte? Pero si estaba muerto, cmo poda relatar esto? Qu parte de l
permaneca consciente? Las sorpresas apenas comenzaban.
Ellos planeaban, junto conmigo, que en mi prxima encarnacin me encontrara de nuevo con mi to para ajustar nuestro karma. Una parte de m se pregunt cmo sera eso. Ellos me llevaron directamente a las escenas de
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-
esa otra vida. Pude ver como l era amigo mo y yo lo enga con su esposa. Cuando l se enter se puso fuera de s y me estrangul. Reviv con intensidad la sensacin de asfixia y luego mi muerte.
Cuando termin la regresin y me qued solo comenc a reflexionar sobre
el relato. Estos seres de luz, que ms tarde se identificaron como maestros de
sabidura, haban aparecido en otros relatos. A mi memoria acudieron de
inmediato los recuerdos de la monumental obra, en seis tomos, de La doctrina
secreta de madame Blavatsky la cual, segn ella, fue dirigida e inspirada por
algunos de ellos. En iguales circunstancias se encuentra el libro Mensajes del
sanctum celestial del filsofo Raymond Bernard. Otro libro relacionado en Cartas
desde la luz de Elsa Barker. Ms recientemente el siquiatra Brian Weiss da
testimonio de estas enseanzas en su libro Muchas vidas muchos maestros.
Mientras tanto Cecilia, completamente recuperada de la regresin, haba
abordado junto con Tere el metro para reunirse con Karla, otra de sus amigas. Las
vivencias despus de la regresin fueron registradas por Ceci de esta manera:
Una vez concluida la regresin y la pltica posterior a ella, sal un poco dbil, le habl por telfono a Karla, a quien haba considerado mi otro yo. Le supliqu que suspendiera lo que estaba haciendo y nos viramos afuera del palacio de Bellas Artes en una hora. Me traslad all en compaa de Tere. Al llegar a Bellas Artes la esperamos varios minutos con el ritmo de mi impaciencia. Cuando lleg compartimos un abrazo largo y profundo. Ya instaladas sobre el pasto de la Alameda, comenc a explicarle. Llor en silencio ante mi relato, hasta que me interrumpi.
Era el momento de las confesiones. Karla dijo:
Acaso yo era tu amante en la segunda vida?
S dijo Cecilia, t eras ella mientras bajaba la mirada con
vergenza.
Ahora comprendo argument sorprendida Karla por qu cada vez
que hablabas de tu to, yo no senta que lo detestara
Se pueden experimentar remordimientos por hechos ocurridos en otras
vidas? Al parecer esto es lo que estaba sucediendo.
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Ante la dimensin que iba adquiriendo la reconstruccin de sus vidas
pasadas, Cecilia requera de algunas sesiones a fin de poder acomodar estos
recuerdos en su marco de vida presente. Result de mucho inters observar
cmo los recuerdos de otras vidas, una vez trados a la presente, mantenan las
emociones generadas en ese entonces. Esto confirmaba una vez ms lo que los
sabios durante cientos de aos han dicho respecto de la reencarnacin del alma
en la Tierra: lo que se busca es la comprensin de cada leccin, merced a la toma
de conciencia del hecho. En la doctrina de la reencarnacin se asevera que en
uno de los procesos las almas desarrollan un camino de ascenso hacia la
perfeccin, el regreso a la fuente original, como muchos msticos le llamaran.
Las diferentes vidas aportaran las experiencias necesarias para enriquecer al
alma con todas las vivencias requeridas para alcanzar tal fin. De esta manera, los
eventos considerados como negativos, tales como crmenes, odios y guerras, por
slo mencionar unos cuantos, son parte de un desarrollo inicial del alma y, ms
que necesarios, son comprensibles como parte de un plan maestro perfecta y
amorosamente planeado. Uno se pregunta entonces cmo puede un plan
disearse con amor si contempla la destructividad y el mal? La respuesta de la
doctrina de la reencarnacin manifiesta que dios ha proporcionado al alma
humana el mayor regalo de cuantos se puedan concebir: el libre albedro. El alma,
convertida en humano al encarnar, posee el poder de experimentar lo que ella
desee, incluso el llamado mal. La destructividad, la crueldad, el egosmo y dems
aspectos considerados como aberrantes son parte de un proceso en el que una
voluntad entrenada y evolucionada llegar eventualmente a transmutar. Pero es
evidente que el proceso no puede circunscribirse a una sola vida. La
reencarnacin del alma le permitir ir afinando estos aspectos. Al terminarlos,
todas las almas regresarn a esa fuente primaria de vida, pero dotadas ahora de
un conocimiento vivencial y, por lo tanto, ms profundo y completo.
Pero volvamos con Cecilia. Movida por un impulso nacido de lo profundo
pidi a Tere que buscara una iglesia, la ms cercana que hubiera. Tena una
imperiosa necesidad de realizar una introspeccin. No importa que sea de la
religin que sea dijo , slo necesito entrar.
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Localizaron una sobre la avenida Hidalgo. La amiga la ayud a entrar y
despus observ cmo Cecilia se diriga hacia las bancas ms solitarias. Se sent
e inclin la cabeza. Un llanto suave comenz a manar de sus dulces ojos. Llor
con suavidad primero, despus convulsivamente, hasta que se dio cuenta de que
haba entrado a una segunda e involuntaria regresin. En esta ocasin las
imgenes que haba visto estticas, cobraban dinamismo. Pudo ver claramente
los dedos de su to sobre su garganta. Jams olvidara la penetrante y furiosa
mirada mientras la estrangulaba. La amiga se acerc sorprendida al notar que
Cecilia mantena sus propias uas en su cuello, en un infructuoso intento por
despegar las manos de su to y evitar una tragedia.
Una vez que hubo pasado la escena y que Cecilia se hallaba menos
alterada, la amiga le sugiri ir a comer a un restaurante cercano.
Al entrar al restaurante y buscar una mesa disponible, sucedi otro
imponderable. Haban elegido un apartado el cual se hallaba decorado con
espejos en las paredes. Sorpresivamente y de manera casi releja, al mirarse en
ellos sinti cmo de nuevo algo deseaba manifestarse desde su interior. La
visin de su propia figura en los espejos haba funcionado como el detonador de
una espontnea regresin. De manera instintiva los rehuy dando pasos hacia
atrs. La amiga comprendi la situacin y la tom del brazo llevndola hacia la
barra pero la manifestacin no se detuvo recargada sobre el servilletero, las
pupilas nuevamente se le desviaron hacia arriba.
De nuevo haba cado en trance.
y comenc a ascender, iba llegando hacia ese crculo de luz en el que me estaban esperando las entidades superiores con las que haba estado esa maana.
An estando en ese trance conservaba parte, al menos, de sus funciones
objetivas.
Tuve pudor de la imagen que pudiera dar: estaba en un sitio pblico y lo que pensaran no es que estaba en trance, sino que haba consumido algn tipo de droga. Fui al bao para ocultar mi estado. Sin embargo, me segua yendo, le ped a mi amiga que me sacudiera, que me sacra de ese trance.
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Asustada, me dirig a una cabina telefnica para llamarle al doctor que me haba hecho la regresin todava con las pupilas hacia arriba, tratando de controlarlo, le expliqu entre frases que me costaba mucho esfuerzo hilvanar que los maestros queran hablar conmigo. Me pidi que regresara al consultorio en ese momento.
Durante todo el trayecto luchaba por no caer en trance. El tiempo entre estacin y estacin del metro se alargaba ante mi angustia.
Al llegar, le ped que se recostara sobre el sof y la induje con relativa
facilidad a las escenas que luchaban por emerger. Lo que surgi de inmediato
fueron escenas del estado intermedio entre una vida y otra. Los seres espirituales
con quienes ella haba estado en contacto por la maana se identificaron como
entidades que se dedican al anlisis de las diferentes encarnaciones. Tenan un
mensaje para ella. Nos aclararon que la funcin de quienes haban jugado esos
dos importantes papeles en sus vidas anteriores haba concluido ya y que ella
tena que liberarse de esos recuerdos. Una vez que hubo terminado la sesin nos
tomamos cerca de una hora para interpretar su contenido. Parte de lo que
comentamos fue lo siguiente:
Cecilia le dije, de acuerdo con lo que s, estas imgenes tienen un
significado que es necesario analizar, pero debe quedarte claro que ellas son tu
pasado. Tu angustia no disminuir hasta que entiendas el proceso de crecimiento
que vienes realizando desde hace tiempo. Por lo regular, la mayor parte de
nosotros hemos cometidos actos negativos como asesinatos y crueldades de
diferente tipo y tambin hemos sido vctimas de ellos. Parte del proceso de
crecimiento es entender que t no podas hacer nada mejor de lo que hiciste
porque no estabas en el nivel de conciencia para actuar con madurez, pero
puedes cambiar esas experiencias dndoles un nuevo significado.
Ceci consign en sus memorias esta experiencia:
En el camino de regreso le fui contando todos los detalles a mi amiga. Somos seres eternos le dije, la prueba est en que, despus de esas dos muertes que vi, estoy aqu, platicando contigo. No caba de gusto ya que una nueva comprensin se iba apoderando de m.
El viernes 21 Ceci acudi de nuevo a mi consultorio. Despus de varios
das de reflexin surgieron una serie de dudas. Vena impaciente y fue directa:
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En estas regresiones que he tenido veo mucho de mi subconsciente,
entonces me han surgido dudas no ser que lo que est emergiendo son las
capas ms profundas de mi inconsciente? Cmo puede saber en qu momento
habla mi espritu, y en cul, mi inconsciente? Y si todo lo que vi fue producto de
una violencia contenida que pudo encontrar la va de proyeccin? No ser que
hace esto cuando ya las posibilidades de la sicoterapia se han agotado? Cmo
puede saber que no lo estoy manipulando para que me diga lo que quiero or? Y
si no es cierto que mi amiga estuvo conmigo en otras vidas, sino que al sentir que
yo me iba alejando cada vez ms, quiso retenerme incluyndose en mi historia?
No cree que pudiera suceder que existen ciertas imgenes guardadas en el
inconsciente colectivo en el caso de que ste fuera comprobable y por eso
vimos exactamente lo mismo? Y, por otro lado, qu tal si yo me estoy haciendo
una trampa, y quiero en realidad negar mis vidas pasadas reales porque es algo
demasiado duro?
Sin saberlo, Cecilia estaba esbozando algunas dudas que yo mismo me
haba planteado. Pero antes de que pudiera responder a sus argumentos ella dio
la pauta a la respuesta ms razonable.
Mire, yo no s qu ocurri aqu, slo s que es como si me hubiera
practicado una operacin, porque los odios se me arrancaron de tajo. Es increble,
me asfixiaba de tanto odio, y ahora eso se acab. Usted es siquiatra no es as?,
pues explquemelo como cientfico.
Cecilia le dije, en las regresiones que considero que son genuinas
siempre se obtiene un resultado teraputico muy difcil de conseguir con la terapia
convencional.
Le expuse algunos casos en los que no se haba tratado de regresiones
sino de fantasas o actos histrinicos y que, por lo tanto no se presentaban datos
de mejora real en la sintomatologa del paciente.
Que yo sepa prosegu ningn medicamento, ninguna terapia puede
arrancar odios de aos en forma casi instantnea.
Para m sa es la prueba de que has tenido una autntica regresin.
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Le coment que adems haba presentado sntomas fsicos como el
parpadeo intermitente, la inquietud corporal y el revivir las emociones de forma
intensa, los cuales se asociaban con una vivencia real. Ella anot en su diario la
impresin que le causaron estos comentarios:
S, era cierto, y estaba conmovida de agradecimiento. Ped que me diera bibliografa sobre el tema, pues yo era as: tena que procesar todo tambin a nivel intelectual. Me pregunt si quera ver ms vidas para analizarlas. Aunque tena miedo a causa de la intensidad de las dos primeras regresiones, asent.Finalmente, despus de ms de 60 horas en vigilia, logr dormir, pidindole antes al ser supremo que me permitiera un da ms para avanzar. Lo nico que solicitaba como un regalo eran las siguientes noches de sueo.
Posterior a esta sesin le ped que acudiera con su otra terapeuta pues
deba proseguir con su sicoterapia convencional. Al entrevistarse con ella la
terapeuta se dio cuenta de los araazos que llevaba en el cuello.
Quin te hizo eso? pregunt.
Yo.
Le narr todo lo que haba experimentado en las regresiones. La terapeuta
expuso que, aunque se haba dado una transformacin prodigiosa en su manera
de concebir los hechos de la infancia, no deba abandonar la sicoterapia.
Todos estuvimos de acuerdo.
S, yo lo s le coment a su terapeuta. Descubr cul era la raz de
mi miedo obsesivo hacia la locura. Comprend porqu tuve que vivir todo eso,
pues existimos seres que necesitamos ms pruebas que otros. Muchos aspectos
de mi personalidad han quedado explicados en estos das, mas no resueltos. Por
ejemplo: tengo pareja? No, no la tengo an, sigo sin apertura. S que debo
seguir luchando por mi salud mental. Slo que ahora por primera vez, tengo
cimientos: cada da tiene su porque y su para que. Ya no estoy enferma de
sinsentido.
El martes 25 de mayo tuvimos una nueva cita en mi consultorio. Hablamos
sobre los avances que haba tenido. Le pregunt si deseaba realizar una tercer
regresin. Ella se mostr un poco renuente ya que las imgenes pasadas le haba
causado una honda impresin. Le volv a plantear que trabajramos en el estado
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intermedio, sin realizar regresiones sino slo un anlisis con los seres de luz.
Acept. Esta decisin aparentemente incidental nos permiti descubrir la facilidad
de Ceci para entrar en ese estado de conciencia alterada. Si nos lo hubiramos
propuesto con detalle probablemente no hubiera salido tan bien. As iniciamos una
serie de contactos con esos seres, que una vez analizados en toda su
profundidad resultaron tremendamente inspiradores.
En esta tercera ocasin le ped a Cecilia que solicitara formalmente hacer
contacto con ellos para conocer acerca del estado intermedio, esto es, entre una
vida y otra.
De nuevo en aquel crculo estuve frente a aquellos seres que resplandecan con sutiliza. La peticin de nosotros fue sometida a anlisis entre los 8 o 10 maestros presentes y aunque el maestro al que yo llamaba el ms sabio mostraba confianza en m, los dems dudaron mucho en aceptarlo por ser un alma muy joven; de hecho, pude percibir la gran distancia que exista entre mi bajo nivel vibratorio y sus altsimas frecuencias. Dije que tenan razn en desconfiar de m, pero que yo quera ser canal como una manera de agradecimiento, por la paz y comprensin que haba recibido. Decid, entonces, espiritualizarme por medio de meditacin, mantras, oracin y manejo de pensamientos positivos. No obstante, la responsabilidad me apabullaba. Finalmente un dolor en el lado izquierdo de mi cabeza se agudiz hasta obligarme a descender.
Ellos haban aceptado. Qu segua ahora? En realidad nos
encontrbamos preparados para ello? Dimensionbamos realmente la empresa
que estbamos por iniciar? Ahora tenamos la oportunidad de corroborar mucho
de lo que se ha dicho sobre el mundo espiritual. De resultar esto cierto, grandes y
maravillosas revelaciones estaban en puerta. Una intensa emocin y desasosiego
me comenzaron a invadir. Me llam la atencin que ellos comentaran que Cecilia
era un alma joven. Me qued pensando un rato. Claro! sta era la pista por
donde acceder! Le pregunt a Cecilia si estara dispuesta a revisar cada una de
sus encarnaciones. Hasta donde yo saba, no exista ningn documento de la
historia completa de una alma sobre la Tierra. Me propuse tambin, como parte
del plan, solicitarles a los maestros, o seres de luz, sus comentarios sobre cada
una de las encarnaciones. As tendramos un recuento sobre la historia del alma
de Ceci con las explicaciones del porqu se va diseando cada vida. El proyecto
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resultaba muy atractivo. En un nuevo contacto les propusimos este plan a los
maestros. Aceptaron. Los captulos siguientes son las diferentes vidas de Cecilia
reconstruidas, desde la primera hasta la actual. He respetado al mximo la
sintaxis tal y como fue expresada por Ceci a fin de que el lector pueda apreciar los
cambios en la forma de expresin de una regresin a otra.
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BAGUIRO
Anochece ya y un clima ideal nos acompaa. Es el da de la regresin a su
primera vida. Suaves ruidos de un trfico lejano apenas se perciben. He decorado
mi consultorio con delicados tonos pastel, propicios para inducir estado de paz y
tranquilidad. La luz indirecta completa una atmsfera sugestiva. As las cosas. Le
ped a mi secretaria no ser interrumpido. Cuando uno realiza una sesin de este
tipo debe asegurarse el mximo nivel de confianza, confort y que la sesin est
libre de cualquier incidente. Por tal motivo prefiero hacer las regresiones por la
noche, cuando hay pocos ruidos y menos interferencias.
Qu sorpresas nos deparara esta regresin? Hasta el momento haba
realizado un gran nmero de ellas, pero en ninguna haba retrocedido hasta la
primera como ser humano. sta era una oportunidad nica para corroborar lo que
durante milenios se ha credo sobre a la reencarnacin. Me descubr un tanto
expectante y nervioso.
Cecilia yaca recostada sobre el sof.
Le haba pedido que se fuera relajando poco a poco. Como un suave fondo
se poda escuchar el Ave Mara de Gounod. Me he provisto de un aparato de
msica que pueda repetir la misma pieza sin interrupciones. Cuando hubo
alcanzado el mayor nivel de relajamiento le ped que visualizara una especie de
tnel con varias puertas.
Puedes verlas? le pregunt.
S respondi ella.
Una es de metal le dije, otra de madera y una ms de cristal. Ahora
llama a tu parte ms sabia y deja que elija una de las puertas. Tras de ella
encontrars la encarnacin que ests buscando. Previamente le haba dado
indicaciones a su subconsciente de buscar su primera encarnacin
Puedes contactar a tu parte superior?
Desde hace tiempo el trabajo con hipnosis ha reportado beneficios en cierto
tipo de trastornos.
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S, la puedo veres como un anciano sabio y amoroso.
Bien, deja que l elija la puerta.
(pausa de unos segundos.)
Ya la eligi.
Cul fue?
La de madera.
Ahora brela, Qu ves?
Pasaron algunos momentos en lo que ambos estbamos a la expectativa
de lo que podra surgir. Contuve la respiracin durante algunos segundos.
Despus de unos momentos, Ceci alcanz a decir con voz apenas audible:
Tengo la boca llena de sangre.
Por qu? le pregunt.
Estamos en crculos.
Quines?
Mis compaeros.
Por qu tienes la boca llena de sangre? qu ha pasado? Castigamos
comindonos a un prisionero, su cabeza est al lado de nosotros, est pintada
con colores amarillo, blanco; a m no me importa tener su cabeza. Es un triunfo,
somos poderosos. La carne est dura, los nervios
Es una escena cruenta de, al parecer, un tribu antropfaga. Recordemos
que dentro del proyecto de reconstruccin de las vidas pasadas de Cecilia, sta
es la primera.
Quizs el lector pueda preguntarse si estas escenas son reales o no. Ceci
no parece tener otro motivo para exponer todo esto ms que su deseo de mejorar
su estado. Despus de haber analizado todas sus vidas, stas parecen tener una
cierta conexin lgica. El deseo de protagonismo de algunos pacientes con rasgos
de personalidad histrinicos no aparecen en ella. En ninguna de sus vidas es un
personaje famoso o al menos destacado por alguna razn mundana. Pero todas
sus vidas tienen, eso s, la caracterstica de haber vivenciado emociones muy
intensas y dolorosas.
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Muchas preguntas comenzaban a surgir con este tipo de escenas: La
primera vida de un sujeto siempre comienza con una encarnacin primitiva como
sta? Cuntas vidas se requieren para evolucionar por completo? Hay leyes
que rijan la evolucin del alma? Todos estamos sujetos a esas leyes?
Pero sigamos con el relato. ste nos dara la pista a la larga.
Qu parte del cuerpo ests comiendo t?
Debe ser el muslo porque tiene mucha carne, no lo s bien.
Por qu se lo comen? Qu significa eso para el ritual?
Nos comemos su principio vital.
Debo investigar qu simbolismo hay detrs de ello. De paso averiguar si
Ceci proporciona datos peculiares de la escena.
Qu obtienen con ello?
Doblegamos a sus dioses, porque ellos son los hijos de sus dioses y si
nos los comemos vamos a tener ms poder frente a las otras tribus. Nos tienen
miedo, si no nos los comiramos no nos tendran tanto miedo.
Dnde ocurre esto? Conctate con tu parte superior y pdele la fecha y
el lugar, tal y como lo conocemos ahora.
Brasil, 1135.
ste es un dato crucial para realizar investigaciones histricas y tratar de
corroborar lo que est refiriendo.
Cmo se llama tu tribu?
No s.
Y a ti cmo te llaman?
Baguiro.
T eres una parte de la tribu o eres un dirigente?
Soy una parte de la tribu.
Ahora debemos saber ms de l en esa vida.
Hblanos de ti. Cmo eres fsicamente? Qu edad tienes?
Tengo los pies descalzos. Estoy desnudo, tengo la piel muy seca, un
collar de huesos, tengo pintada la cara, una franja azul cerca de los ojos, cabello
negro. Soy delgado e insignificante, no significo mucho para la tribu y soy tonto
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porque a veces mi cabeza se queda en blanco y no s qu pensamientos poner,
no s qu son pensamientos; soy tonto.
Probablemente se trate de un ser con escasa dotacin de inteligencia, o
en estas condiciones nacemos todos en nuestras primeras encarnaciones?
Acaso el despertar de la conciencia crece con el lento proceso de la evolucin
del alma?
Obedeces a los otros?
S, los obedezco. No sabra cmo desobedecerlos.
Sin querer, mis pensamientos volaban de un lado a otro. Realizaba
conjeturas y comparaciones con lo que hasta ahora saba de la personalidad
madura. Record, por los estudios que haba realizado en mi preparacin como
siquiatra, que una de las caractersticas de la personalidad madura consiste en
tener una cierta capacidad de liderazgo. Baguiro creca de ella.
Cules son los principales hechos que ocurrieron en tu vida? Vamos a
ellos.
Es necesario realizar esta pregunta despus de haber precisado los datos
importantes de la persona en la encarnacin de estudio. La finalidad es ubicar las
experiencias cumbre de esa vida. Dichas experiencias son las que marcan, por
as decirlo, a un sujeto.
Ando entre la selva, estoy cerca de un ro. Soy joven, me alej de la tribu.
Luego llegan dos enemigos y me capturan. Me llevan a su tribu, me presentan con
el dirigente, es un anciano de barba blanca y ojos enrojecidos. l pide que me
aten a un palo.
Ceci comienza a inquietarse. Su voz adquiere tonos de angustia. Su
respiracin se entrecorta. Algo grave va a suceder sin duda.
No quiero sentir el fuego! Me estn quemando y yo estoy gritando! Me
meten algo en la boca con un palo para que no grite y eso me asfixia y pierdo el
conocimiento y ya no voy a sentir dolor. Ya! Que me maten pronto!
Pasan algunos segundos en silencio y de tranquilidad para Ceci. Cuando
considero el tiempo conveniente en que se ha producido el fatal desenlace
arriesgo una pregunta.
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Se consumi tu cuerpo totalmente?
No, porque me asfixi. Ellos me estn bajando del palo y estn cortando
mi cuerpo, se lo reparten. Ahora ellos tienen la boca llena de sangre. No quiero
que se venguen en mi tribu, pero ya nadie se va a enterar.
Existe en realidad alma? Esta pregunta ha dado lugar a debates durante
siglos. Muchos filsofos y religiosos han intentado demostrar su existencia. Para
algunos cientficos, al no se susceptible de demostracin, simplemente no existe.
Intentaremos conocer por medio de las profundidades del subconsciente otra
dimensin de lo que pasa despus de la muerte.
Qu pas con tu alma despus de que sali de tu cuerpo?
Est caminando entre la selvaahora se acerca un hombre que brilla
mucho. Es grandote y al principio me da miedo. No le tengo confianza, sigo
caminando. En mi tribu ya no soy nadie. Soy chiquito, quiero que l se encargue
de m.
Quin?
Ese seor que brilla mucho.
No atino a saber a quin se refiere.
Quin es?
Es un espritu.
De otro habitante de la tribu? apenas alcanzo a decir ante mi
desconcierto.
Es un espritu bueno, que no se parece a nosotros porque l si tiene ropa
y tiene el cabello corto.
Pregntale a tu parte ms sabia quin es l y qu hace ah.
Es un gua encargado. Viene por m porque yo no entiendo muy bien y e
va a llevar a donde voya a estar ms tranquilo, a donde no debo tener miedo.
En los relatos de los pacientes del doctor Moody se deja claro que hay una
serie de seres luminosos que acuden a dar un recibimiento a la nueva alma. Se
tratar de estos seres? Qu suceder ahora? Hacia dnde nos remontaremos?
Esta parte de la regresin a vidas pasadas es una de las ms prometedoras de la
informacin que buscamos.
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Vamos ah, cmo es ese lugar?
Est oscuro y hay seres que estn movindose mucho porque estn
inquietos, y yo le pregunto que a dnde me va llevar porque ese lugar es aburrido.
l me dice que me voy a quedar ah. Para qu me trajeron aqu si es aburrido?
Aqu tampoco se piensa. l dice que debo esperar. Ah cerca estn los otros
muertos de las tribus y estn unos que me com. Unos estn enojados contra m,
otros no me hacen caso.
Te pueden hacer algo lo que estn enojados o nada ms molestarte?
No, no me pueden hacer nada porque hay otros seres que estn
brillando mucho y cuidan ese lugar. Somos como animalitos porque nos cuidan.
Yo creo que no me com a sus dioses porque no soy poderoso.
Por lo que despus supimos, ese lugar es una de las primeras etapas del
estado intermedio (entre una vida y otra) en donde las almas recin
desencarnadas pasan un periodo de depuracin de las emociones ms intensas
que experimentaron en la Tierra. Por lo que respecta a Baguiro, se puede ver que,
a pesar de su reciente ingreso al nivel humano, hay ya ciertos primordios de
anlisis.
Ya no quiero estar en ese lugar viendo sus caras. Se les volvi a armar
su cuerpo.
Cmo es eso?
Porque nos los habamos comido en pedazos y ah estn enteros.
sta es una forma peculiar de ver a un ser que ha muerto. En contactos
posteriores, los seres de luz comentaron que un alma puede ser vista con la
personalidad y cuerpo que manifest en una encarnacin en particular, muchas
veces la ltima.
Parece como que estn vivos otra vez? Cmo si estuvieran
encarnados?
S, se parecen mucho, como antes de que los capturramos. Unos estn
haciendo cantos para entretenerse. Es aburrido estar aqu! A m nadie me habla y
yo estoy empezando a sentir tristeza. Nunca haba sentido eso. Pero es
entretenido tener tristeza.
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Al parecer, a Baguiro le incomoda mucho el aburrimiento.
Pregntale a tu parte superior por qu los tienen ah o qu es lo que
tienen que aprender.
l dice que no podemos analizar nada an, porque no entendemos; pero
vindonos los unos a los otros caemos en cuenta de nuestros errores y sabemos
que no nos comemos a los dioses y que somos iguales. l dice que ellos tambin
son como yo y que se les vuelve a armar su cuerpo y entonces no tengo que
cargar con sus recriminaciones. l dice que ya no voy a volver a hacerlo porque
fue un error. Yo no saba que era un error. Los de la tribu decan que estaba bien,
pero este seor tiene rezn porque los de la tribu no estn aqu para ver cmo
me mira. Me quiero ir de ah o hacer otra cosa, es tan aburrido estar aqu!
Pregntale a tu parte superior si en esa encarnacin tuviste contacto con
los seres de luz (que ms tarde identificamos como maestros de sabidura) para
analizar tu vida.
No, no hubo contacto con ellos porque no estoy en edad de entender (se
refiere a su evolucin por el nmero de encarnaciones); slo comprendo por
medios de sensaciones y voy a experimentar a travs del remordimiento, tristeza y
comprensin emocionalsta es la primera encarnacin, por eso no son duros
conmigo, es suficiente con la inquietud que siento en ese lugar para que yo
empiece a querer ser diferente de lo que fui.
En resumen, qu lecciones tuviste que aprender en esa encarnacin?
Que ellos son igual que yo, son mis hermanos y todos tenemos el mismo
principio y poder, todos somos limpios adentro, tenemos una semillita que es
limpia y yo no me debo comer esa semillita, nunca me la debo comer y no debo
hacerles dao. Tengo que convivir con ellos despus.
Sin lugar a dudas es una leccin sencilla, pero importante. Un aspecto que
comienza a resaltar en esta regresin es que el error de Baguiro queda saldado
con un acto de comprensin. Panorama muy diferente al postulado por ciertas
religiones en donde los errores graves son pagados con severas penalidades. En
lugar de un infierno, tenemos un espacio de reposo y meditacin sobre las
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acciones realizadas. Los actores deben analizar la actuacin de los personajes
que representaron en el acto o vida que ha terminado.
Bueno, quin programa tu siguiente encarnacin? Pregntale a tu parte
superior.
Dice que son los maestros, pero que todava no quieren hablar conmigo.
Ellos la planean sin m porque yo an no s bien qu es lo que me conviene
seguir aprendiendo. Le dicen al seor que brilla mucho lo que decidieron.
Qu decidieron?
Que voy a regresar. Que voy a ser un niito. Creo que estoy ya
regresando no puedo ver bien.
Podemos saber antes de que regreses, qu es lo que se tiene preparado
para ti? Cul es el plan de vida de tu segunda encarnacin?
Voy a volver a estar en la selva, en una tribu que ya no come gente.
Dnde va a ser esto? Puedes ver el lugar y la fecha?
Cecilia procedi a narrar su segunda encarnacin, la cual describiremos en
el siguiente captulo. Ahora nos debe ocupar la etapa en la cual los maestros de
sabidura accedieron a realizar un anlisis de la vida de Ceci con comentarios de
mucho inters para conocer ms acerca de los misterios de la encarnacin del
alma en la Tierra. ste y otros anlisis por lo regular fueron obtenidos en sesiones
aparte de las de regresin. Los seres de luz dijeron que deseaban particularizar
cada vida y entregar un mensaje especial.
El estado de Morelos es una provincia de Mxico famosa por su clima
agradablemente clido todo el ao. por estar tan cerca del D.F., es costumbre de
muchos pasar el fin de semana en alguna de sus ex haciendas, ahora convertidas
en hoteles o balnearios. Es frecuente observar reas de espesa y florida
vegetacin, lo cual hace de un da de campo una verdadera delicia.
A fin de tener la sesin de anlisis de la primera vida pasada de Ceci
llevamos a cabo un contacto ms con los maestros y, a sugerencia de ellos, nos
trasladamos a un lugar ubicado en esa zona, ya que dijeron que el contacto con el
agua facilita cierto ro de experiencias de esta naturaleza. Las Estacas es un
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centro turstico que cuenta con enormes jardines. Un ro de aguas cristalinas
divide el lugar. As, a la sombra de un enorme amate y arrullados por el mgico
correr del agua procedimos a realizar un encuentro con ellos.
Tendimos una manta sobre el csped a manera de improvisado sof.
Estando Cecilia dispuesta y en un estado de trance le suger:
Trasldate al estado intermedio. Vamos con los seres de luz; quisiera
hacerles algunas preguntas sobre tu primera vida. Esper un momento y cuando
cre conveniente pregunt:
Puedes ubicarlos?
Como de costumbre, hubo un ligero entornamiento de los ojos y sus labios
se entreabrieron despacio.
Dulcemente dijo:
Ellos estn escuchando.
Algunas dudas asaltaron mi mente en esos momentos. Accederan a
brindar esta informacin? Les estar permitido hablar de las encarnaciones de
otros? Ante lo apremiante de la situacin. La agenda que tena preparada me
pareci muy rgida. Inicialmente deseaba hacerles preguntas tales como de qu
manera se disea cada vida? Qu se toma en cuenta para ello? Qu lecciones
se tienen que aprender? Sobre qu criterios se planea la siguiente encarnacin?
Por qu no otra? En fin, aspectos que ellos podran considerar tiles para
nosotros en la Tierra. No pude ir directo a estos temas, pero, como veremos ms
adelante, no fue necesario: en los contactos se estableca una especie de
sincronizacin de ideas.
Analizando las respuestas que nos dieron pudimos confirmar que ellos haban
percibido claramente nuestros objetivos.
De manera ms prudente trat de plantearles el tema.
Maestros, nosotros respetuosamente quisiramos hacerles algunas
preguntas respecto a Cecilia. Como ustedes saben, estamos tratando de seguir
su historia vida tras vida. Para nosotros sera sumamente importante que
pudiramos realizar un anlisis de sus vidas, desde la primera hasta la ltima a fin
de tener claro su ciclo completo de encarnaciones creo que esto aclarar muchos
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puntos que aqu en la Tierra an permanecen oscuros. Nuestro propsito es
publicar estos datos en forma de un libro y tratar de ayudar a que la gente pueda
tener una mejor comprensin de las vicisitudes de un alma en el largo camino
ascensional. Si ustedes pudieran hacernos el favor de comentar algo sobre cada
una de las vidas, nos sera de mucha utilidad para estos propsitos.
Cecilia permaneci en silencio unos segundos avivando ms nuestra
incertidumbre. Despus, con un tono firme pero suave, algo que caracteriz a casi
todos sus contactos, se dej sentir la voz de un maestro:
Nosotros estuvimos presentes en las regresiones pasadas cuando ella
empez a ver el origen de su alma, as que tenemos los anlisis completos. Mis
hermanos y yo hemos convenido en acceder a esta peticin.
Se propag un silencio como si quisiera dar un nfasis especial a lo que
prosegua. Estbamos a punto de llegar al clmax del proyecto que nos habamos
propuesto. Qu expresaran ellos? Cmo perciben las vicisitudes de nuestro
mundo? Sus mensajes son siempre acertados? Muchos cuestionamientos
surgan en esos momentos. Ellos hablaron a travs de Ceci:
En su caso, la primera encarnacin fue necesaria para que ella
experimentara un periodo transicional de desprendimiento completo del estado de
la animalidad. Un periodo donde no se daba una completa individualidad de su
alma. Por esta razn no tuvo una conciencia desarrollada de que los dems eran
seres humanos igual que ella, as que en su forma de ver las cosas crey que
poda comerlos. Su conciencia era muy limitada. No perciba an la gran
responsabilidad de respeto hacia los dems, un logro que, alcanzado en su
totalidad, implica finalmente llegar a convertirse en un ser humano en toda la
extensin de la palabra. Pero esta experiencia tuvo el valor de empezar toda esta
aventura.
Por un momento me qued sin habla. Esto resultaba en verdad
conmocionante pues cambiaba de tajo la visin de nuestro mundo respecto al
proceso evolutivo al que hemos estado acostumbrados. Dnde quedaba
entonces a teora de la evolucin de las especies? Haba modo de compaginarla
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con estas revelaciones? Tenamos, sin embargo, que seguir un orden, por lo que
de inmediato plante algunas preguntas:
Todo ser humano pasa por esta etapa o por una similar? Cmo
nacera una gente primitiva en un mundo moderno? Cmo se podra dar esa
transicin de la animalidad al reino humano?
Aunque a la distancia me parece que mis preguntas fueron atropelladas a
causa de mi inquietud y nerviosismo, ellos contestaron.
En estos casos hay un aspecto bsico que se plantea como objetivo y es
que debe cubrirse un cierto grado de comprensin, aun cuando haya una escasa
conciencia, de que pertenecen al gnero humano y de que los otros seres
merecen respeto total. Si partimos de esto, no es necesario que se lleve a cabo el
acto de la antropofagia como tal, ya que si hacen un recuento matemtico del
nmero de almas encarnadas en la Tierra las comunidades antropfagas. Son
muy reducidas, en comparacin con el nmero completo de almas encarnadas en
la Tierra las comunidades antropfagas son muy reducidas, en comparacin con
el nmero completo de almas. Por ello, slo pocas almas pueden vivir estas
primeras experiencias, aunque hay otras similares que, vividas de manera
subjetiva, tambin son diseadas para que puedan experimentar la transicin del
estado de animalidad y de falta de conciencia de humanidad al estado
propiamente humano. Dichos estadios iniciales de crecimiento de un alma pueden
ser reconocidos porque se da en personas con una alta disposicin a la
criminalidad y a la brutalidad. Aunque debemos aclarar que la experiencia de un
criminal sdico no necesariamente implica que se est viviendo las primeras
encarnaciones; algunos, por el contrario, llevan a cabo estos actos criminales por
un cmulo de sentimientos de venganza, de dolor no expresado en encarnaciones
pasadas o de encadenamientos con su grupo de almas. Cada caso es particular
esto es debido a que son tantas las experiencias por las que tienen que pasar
ustedes, que un determinado tipo de decisin puede implicar muchos
aprendizajes y muchos procesos y no uno solo.
Qu estamos escuchando? Todo esto resulta abrumador. Con una gran
seguridad estn afirmando que algunas de las personas con francas tendencias a
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la criminalidad y a la brutalidad pueden deber su estado a un incipiente desarrollo
como almas humanas encarnadas. En pocas palabras, debido a que son seres
poco desarrollados espiritualmente. Y entonces, los hallazgos de la gentica
dnde quedan? Cmo explicar entonces las leyes de la herencia en donde cada
da se va estableciendo con mayor precisin el porcentaje de riesgo para ciertas
enfermedades? Acaso se pueden reconciliar ciencia y espiritualidad?
Peo el mensaje no haba concluido:
Otra forma de conciencia an adormecida puede ser la enajenacin
mental, ya que algunos de los seres que la experimentan no viven la plenitud
humana, sino que gran parte del tiempo permanecen en estados de conciencia
primitiva. Sin embargo, hay excepciones y, al igual que el caso anterior, algunos
enfermos mentales no estn viviendo un proceso de conciencia primitiva, sino que
su estado obedece a la necesidad de experimentar encarnaciones en un estado
de supraconciencia en donde el trabajo de esa alma se realiza en niveles
superiores y el estado orgnico del cerebro, en lugar de ser un obstculo, facilita
esa misin. En los estados iniciales un alma no sabe manejar an su carga de
instintos y como estn experimentando los aspectos de su parte ms baja llamada
ser inferior contaminan a la parte sagrada y divina que todo ser posee llamada
ser superior. Esta etapa inicial de desarrollo de un alma, por muy rudimentaria y
cruel que pueda parecer a algunos de tus hermanos, es necesaria para que e
alma madure. El ser inferior con sus instintos es un regalo de la naturaleza para
esa alma y, mientras ms grande sea esa carga y el trabajo ms arduo le ofrecer
la posibilidad de depurar una gran cantidad de su ser inferior.
Esta parte del mensaje nos gener grandes dudas, as que das despus
de ese contacto y una vez que reflexionamos sobre l solicitamos una nueva
entrevista par que se nos aclararan algunos puntos. Ellos estuvieron de acuerdo.
El primero era respecto de que una persona con enfermedad mental podra estar
experimentado un estado de supraconciencia. Ellos explicaron que en muchas
ocasiones el ama decida por s misma familiarizarse en esa vida en particular con
planos de energa superiores y que las alteraciones cerebrales facilitaban tal
condicin. El segundo punto que solicitamos aclarar era el relativo a la necesidad
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de experimentar a nivel individual y colectivo situaciones de crueldad, desarmona
o injusticia. Argumentaron que el plan maestro contemplaba que el alma humana
no poda conocer a fondo la perfeccin sin vivir en forma intensa la imperfeccin.
El dolor y el sufrimiento intensos que se experimentaban a nivel humano no eran
una condicin permanente, sino temporal y con una finalidad precisa. Dijeron que
ayudaban a sensibilizarnos ante una parte de la creacin.
Lo que ellos haban declarado hasta este momento hizo bullir una gran
cantidad de interrogantes. Ms que aclarar algunas dudas, estas declaraciones
tuvieron un efecto multiplicador. Trat de organizar mi pensamiento. Como norma
he tratado de ser ordenado y esquemtico en mis pensamientos. En esta ocasin
me result de gran utilidad aunque ellos ya haban dejado en claro lo referente a
algunas caractersticas del paso del animalidad a niveles superiores me arriesgu
a hacer una nueva pregunta para precisar el nmero de encarnaciones que esa
transicin consumira.
Maestro, hay algn nmero promedio de vidas en las que se deje la
animalidad como una primera etapa de desarrollo?
La respuesta lleg de inmediato
Esto depende de las decisiones de cada alma en particular y del grupo
de almas que las estn ayudando, porque habrs de saber que las almas que
encarnan por primera vez como humanos lo hacen acompaadas de otras almas
con las que se han venido desarrollando en niveles previos al humano. Cada
experiencia de un nuevo ser humano, por muy cruenta e intensa que pueda
parecer, en realidad es un regalo que su grupo de almas le hace a manera de
bienvenida. Sin embargo, nos hemos dado cuenta que en muchos casos slo se
necesitan tres o cuatro encarnaciones para dejar este estadio de vivencias
impulsivas. No obstante, tambin hemos de decir que esta carga instintiva
permanece a lo largo de todas las encarnaciones, aunque se va experimentando y
depurando mediante un proceso de espiritualizacin progresivo.
La sesin termin.
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Cecilia temblaba ligeramente. Ya antes haba notado que cierto tipo de
espordicos sacudimientos a manera de sobresaltos haban estado presentes a lo
largo de la sesin.
Durante algunos momentos despus de que ella sali del trance ambos nos
quedamos en silencio. Pequeas aves acuticas jugaban a patinar en el ro
mientras el gorjeo de los zenzontles nos solaz por un buen rato. Una vez
terminado el contacto nos quedamos comentando los mensajes, los cuales
sobrepasaban con mucho nuestras expectativas iniciales. Estbamos realmente
azorados. Pero an no alcanzbamos a dimensionar el alcance de lo que
habamos escuchado. No. Este tipo de mensajes meses despus lo pudimos
entender requeriran de mucho tiempo para ser asimilados a plenitud. No
obstante, estuvimos intercambiando nuestras impresiones por cerca de una hora
hasta que nuestros estmagos nos recordaron para qu estaban hechos.
Decidimos ir al restaurante.
Mientras comamos la charla prosigui durante dos horas ms. Pero el
tema no se agot, ni tampoco el material por descubrir. Nuevas y misteriosas
revelaciones relacionadas con la maravilla del libre albedro nos aguardaban, pero
no adelantemos hechos. El siguiente escaln en nuestro proyecto era realizar un
viaje a travs del tiempo y del espacio hasta la segunda encarnacin de Cecilia.
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NUEVAMENTE EN LA SELVA
Aun cuando, merced a mi formacin en una escuela inicitica, estaba enterado de
varios de los datos mencionados por los maestros, no dejaron de asombrarme los
contactos en s mismos. Debido a mi mentalidad occidental y mi formacin
cientfica, nuevamente las dudas me tomaron por asalto. Realmente estbamos
manteniendo un genuino intercambio de informacin con entidades espirituales?
Todo lo que ocurra desde haca unas semanas era parecido a estar viendo una
pelcula de ciencia ficcin. Pero el destino (en realidad existe?) estaba tejiendo
una nueva trama. Los seres de luz y los denomino as pues Cecilia no hallaba
mejor manera para describirlos comentaron que cada ser antes de su
nacimiento programa las experiencias que va a vivir en su inminente encarnacin.
Entonces surga un cuestionamiento. Es que todo ha sido planeado de
antemano? Qu lugar ocupa entonces el libre albedro? En mi mente priv el
desconcierto. Pero poco a poco ellos dejaran sentir su grado de evolucin en
profundos y reveladores mensajes. Pronto entenderamos la prueba clave de
toda nuestra bsqueda. sta se hallaba precisamente en los mensajes. Ninguna
respuesta cientfica, ninguna prueba irrefutable. No. Ellos no se conducan as. Es
ms, para ellos la comprobacin no tiene importancia. Despus sabramos por
qu.
An con una mezcla de asombro y excitacin acordamos llevar a cabo la
regresin que ubicara la segunda encarnacin en una locacin no muy distinta de
donde se desarroll la primera. Conocer con ms detalle el despliegue de
personajes y lugares donde se llev a cabo esta encarnacin nos maravill, pues
pudimos darnos cuenta de la meticulosa preparacin que cada alma realiza
cuando va a materializar su espritu en la Tierra.
El incienso que esta vez haba colocado cerca del sof desprenda
delicados aromas. La msica suave proporcionaba una atmsfera adecuada para
el trabajo. Era momento de iniciar y as lo hicimos. Le ped a Ceci que se relajara
y comenc con las sugerencias hipnticas que la induciran a un trance profundo.
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Esta etapa, desde la fase de relajamiento hasta el inicio propiamente de la
regresin, por lo regular no transcurren ms de cinco minutos.
Ella inicia su relato. Se ha transportado hasta una remota poca en un pas
de Amrica del Sur. Un calor sofocante inunda el ambiente; los aromas y sonidos
de la jungla impregnan sus poros.
En dnde ests? le pregunto.
Es Venezuela. El ao 1253. Es una selva espesa y hace mucho calor,
llueve mucho. Mi mam tiene los pechos desnudos y yo estoy comiendo