LAS TOMAS CUANDO EL «ALLEGADO» TOMA LO SUYO

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SOCIEDAD LAS TOMAS CUANDO EL «ALLEGADO» TOMA LO SUYO JOSÉ ALDUNATE L, S.J. Los medios de comunicación del 22 y 23 de septiembre anun- ciaron los hechos, cada uno con- forme a su perspectiva. "Vuelven las tomas", clamaba La Tercera; "Toma ilegal de terrenos", amo- nestaba La Segunda; ."Ocupan en forma ilegal terrenos particula- res", precisaba El Mercurio; "Desalojaron tierra ocupada íle- galmente", creyó anunciar La Na- ción. La madrugada del 22, entre 1.500 y 1.900 familias, hombres y mujeres y también hijos pe- queños, amanecieron en un gran campo abandonado en Lo Blan- co con San Francisco, a la altura del Paradero 36 y medio de San- ta Rosa. Rápidamente instalaron sus carpilas de frazadas, nylon u otra tela e izaron sobre ellas la m- faltable banderita chilena. Era una "toma" con todas las de la ley..., la ley del pueblo. Tampoco podía faltar el en- cuentro de la "toma" con la otra ley, la de la legalidad vigente. A las 9.00 A.M. aparecieron los ca- rabineros. Desalojaron a la po- blada. Pero es claro que 2.000 familias no podían esfumarse en el aire... Entraron, pues, a ocupar un antiguo basural. San Ricardo, más cercano a Santa Rosa. Nue- vamente hubo desalojo, esta vez con gases, lumazos y patadas, y también perdigones..., pues se trataba de una reincidencia. Bajo la sombra protectora de la noche, los "sin casa" volvieron a ocupar el primer campo., y con nuevos refuerzos también el segundo. En la mañana se contaban 5.000 familias acampadas. Los alcaldes de La Granja, Cis- terna y San Bernardo se juntaron esa mañana con el Intendente de Santiago para deliberar sobre la emergencia. Se resolvió no pro- ceder a nuevos desalojos y bus- car otras soluciones. Los pobla- dores levantaron un escudo de Chile, perdido en San Ricardo en la primera refriega y recuperado a la mañana siguiente, como tro- feo de su victoria. Quedó coloca- do sobre un palo en el centro del campamento. Esta toma" reci- bió el nombre del cardenal Raúl Silva Henríquez; la otra, de mon- señor Juan Francisco Fresno. La buena nueva de una toma lograda recorrió las poblaciones del Gran Santiago. Confluyeron a La Granja miles de allegados, mientras otros improvisaron en diversas parles nuevos ensayos de tomas, todas fuertemente re- primidas. En La Granja ya se apretujan, carpa contra carpa, unas 9.000 familias. Ellas mis- mas han resuelto no admitir a nuevos allegados. Tampoco ca- brian. Los acampados han debido afrontar las últimas lluvias y los últimos frios de septiembre. Aho- ra viene el calor, las moscas, la falta de agua... y, en realidad, la falta de todo para resolver las ne- cesidades de higiene, alimenta- ción, educación y también traba- jo. Muchos han sido cortados de su empleo en el POJH y PEM, al saberse que habian participado en la 'loma". Pero hay algo que han recuperado y que vale más para ellos que todo esto: es la es- peranza, una esperanza que arraiga en ese pedacito de sue- lo que ocupa cada uno y que ya siente como propio. "Avenida No Pierda la Esperanza", le pu- sieron a una huella que atraviesa la toma. El 4 de octubre se tuvo una amplia reunión de autoridades y de representantes de los pobla- dores donde se les ofrecieron dos líneas de solución. Una era trasladarse a campamentos de tránsito en los sectores de Cura- caví y Colina y el otro el traslado a algunas regiones donde ten- drían techo y trabajo, al menos el del POJH (Programa de Ocupa- ción para Jefes de Hogar). Los portavoces de los ocupan- tes rechazaron ambas solucio- nes, desconfiando básicamente de las promesas involucradas. Pidieron "operación sitio". "Las mujeres no nos vamos a ir", dijo una pobladora al Intendente en la asamblea. "Un pedacito de terre- no, eso es todo lo queremos, y no regalado. Lo compraremos con el 10% de nuestras entradas". Los allegados ¿Quiénes son los protagonis- tas de estas acciones? Constituyen una categoría muy conocida en todas las pobla- ciones, pero sorprendentemente desconocida en los proyectos y programas oficiales y no tocada por las ayudas reales: los allega- dos. Las autoridades metropoli- tanas han explicado que se en- cuentran abocadas al problema de las erradicaciones de campa- mentos; éstas deberían terminar- se en 1985. Después se ocupa- rían de los allegados. Pero éstos no han sabido es- perar, y comprendemos por qué. El "allegado" es el que ocupa una pieza o una mejora en pro- piedad ajena. Los dueños pue- den ser un familiar o un extraño. Pero el allegado no es un arren- datario cualquiera. No dispone li- bremente de un espacio hogare- ño. Depende en mil formas del beneplácito de otros, lo que signi- fica estar a la merced de sus tiempos y necesidades, de sus caprichos y voluntad. Depende en el uso del baño común, de la entrada única y del patio trasero MENSAJE N°324 NÜVILMBRL 1933 649

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SOCIEDAD

LAS TOMASCUANDO EL «ALLEGADO»TOMA LO SUYOJOSÉ ALDUNATE L, S.J.

Los medios de comunicacióndel 22 y 23 de septiembre anun-ciaron los hechos, cada uno con-forme a su perspectiva. "Vuelvenlas tomas", clamaba La Tercera;"Toma ilegal de terrenos", amo-nestaba La Segunda; ."Ocupanen forma ilegal terrenos particula-res", precisaba El Mercurio;"Desalojaron tierra ocupada íle-galmente", creyó anunciar La Na-ción.

La madrugada del 22, entre1.500 y 1.900 familias, hombres ymujeres y también hijos pe-queños, amanecieron en un grancampo abandonado en Lo Blan-co con San Francisco, a la alturadel Paradero 36 y medio de San-ta Rosa. Rápidamente instalaronsus carpilas de frazadas, nylon uotra tela e izaron sobre ellas la m-faltable banderita chilena. Erauna "toma" con todas las de laley..., la ley del pueblo.

Tampoco podía faltar el en-cuentro de la "toma" con la otraley, la de la legalidad vigente. Alas 9.00 A.M. aparecieron los ca-rabineros. Desalojaron a la po-blada. Pero es claro que 2.000familias no podían esfumarse enel aire... Entraron, pues, a ocuparun antiguo basural. San Ricardo,más cercano a Santa Rosa. Nue-vamente hubo desalojo, esta vezcon gases, lumazos y patadas, ytambién perdigones..., pues setrataba de una reincidencia. Bajola sombra protectora de la noche,los "sin casa" volvieron a ocuparel primer campo., y con nuevosrefuerzos también el segundo.En la mañana se contaban 5.000familias acampadas.

Los alcaldes de La Granja, Cis-terna y San Bernardo se juntaronesa mañana con el Intendente deSantiago para deliberar sobre laemergencia. Se resolvió no pro-ceder a nuevos desalojos y bus-

car otras soluciones. Los pobla-dores levantaron un escudo deChile, perdido en San Ricardo enla primera refriega y recuperadoa la mañana siguiente, como tro-feo de su victoria. Quedó coloca-do sobre un palo en el centro delcampamento. Esta toma" reci-bió el nombre del cardenal RaúlSilva Henríquez; la otra, de mon-señor Juan Francisco Fresno.

La buena nueva de una tomalograda recorrió las poblacionesdel Gran Santiago. Confluyeron aLa Granja miles de allegados,mientras otros improvisaron endiversas parles nuevos ensayosde tomas, todas fuertemente re-primidas. En La Granja ya seapretujan, carpa contra carpa,unas 9.000 familias. Ellas mis-mas han resuelto no admitir anuevos allegados. Tampoco ca-brian.

Los acampados han debidoafrontar las últimas lluvias y losúltimos frios de septiembre. Aho-ra viene el calor, las moscas, lafalta de agua... y, en realidad, lafalta de todo para resolver las ne-cesidades de higiene, alimenta-ción, educación y también traba-jo. Muchos han sido cortados desu empleo en el POJH y PEM, alsaberse que habian participadoen la 'loma". Pero hay algo quehan recuperado y que vale máspara ellos que todo esto: es la es-peranza, una esperanza quearraiga en ese pedacito de sue-lo que ocupa cada uno y queya siente como propio. "AvenidaNo Pierda la Esperanza", le pu-sieron a una huella que atraviesala toma.

El 4 de octubre se tuvo unaamplia reunión de autoridades yde representantes de los pobla-dores donde se les ofrecierondos líneas de solución. Una eratrasladarse a campamentos de

tránsito en los sectores de Cura-caví y Colina y el otro el trasladoa algunas regiones donde ten-drían techo y trabajo, al menos eldel POJH (Programa de Ocupa-ción para Jefes de Hogar).

Los portavoces de los ocupan-tes rechazaron ambas solucio-nes, desconfiando básicamentede las promesas involucradas.Pidieron "operación sitio". "Lasmujeres no nos vamos a ir", dijouna pobladora al Intendente en laasamblea. "Un pedacito de terre-no, eso es todo lo queremos, y noregalado. Lo compraremos con el10% de nuestras entradas".

Los allegados

¿Quiénes son los protagonis-tas de estas acciones?

Constituyen una categoríamuy conocida en todas las pobla-ciones, pero sorprendentementedesconocida en los proyectos yprogramas oficiales y no tocadapor las ayudas reales: los allega-dos. Las autoridades metropoli-tanas han explicado que se en-cuentran abocadas al problemade las erradicaciones de campa-mentos; éstas deberían terminar-se en 1985. Después se ocupa-rían de los allegados.

Pero éstos no han sabido es-perar, y comprendemos por qué.

El "allegado" es el que ocupauna pieza o una mejora en pro-piedad ajena. Los dueños pue-den ser un familiar o un extraño.Pero el allegado no es un arren-datario cualquiera. No dispone li-bremente de un espacio hogare-ño. Depende en mil formas delbeneplácito de otros, lo que signi-fica estar a la merced de sustiempos y necesidades, de suscaprichos y voluntad. Dependeen el uso del baño común, de laentrada única y del patio trasero

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donde juegan los niños; muchasveces de la cocina con su balón,del agua y de la electricidad. Queel ruido de la radio, que el lloro delas guaguas, que la pelea de losniños..., todo lleva a tensiones yconflictos.

Buena parte de los casos queconocimos habían llegado a si-tuaciones imposibles. "Mi papi securaba y cuando volvia tarde...";"el niño ya tiene 14 años y cuan-do veía todo esto..."; "vivíamosapiñados cuatro en una piezachica..."; "ya no podimos' pagarel arriendo..."; "nos vinimos a latoma por el problema de los ni-ños..."; todo esto destruyó nues-tro matrimonio: yo ahora soy se-parada, con mi hijo".

Lo que más buscan los milesde sin casa, que lo han jugado to-do en la toma de La Granja, es unespacio libre que puedan consi-derar como propio, donde "notengamos que estarle mirando lacara a nadie" y donde los hijospuedan, finalmente, "conocer unhogar".

Sonaeando más adentro, des-cubrimos en los de la "toma" un

La "toma" hay que comprenderla bajo asta luz. la de la necesidad de un pueblo

sentimiento que aflora conmove-doramente: es el de la dignidadUna dignidad herida, humilladamil veces en largos años de "alle-gados", los ha llevado a la "to-ma". Esa misma dignidad se yer-gue ahora para retener lo quehan debido conquistar despuésde la frustración de tantas prome-sas. Y la esperanza que fortalecee ilumina su lucha es nuevamen-te la imagen de una vida digna dehogar donde puedan recibir yeducar a sus niños.

¿Averiguar por qué?

Se ha dicho que con los allega-dos que hay en Santiago podríaformarse otra ciudad, que seríala segunda de Chile en pobla-ción. Y así debe ser: faltan enSantiago unas 350.000 vivien-das, to que podría representaruna población de un millón y me-dio de habitantes. En todo Chileel déficit es de 750.000 vivien-das.

Este déficit habitacional se haagravado notablemente en estosúltimos años por la baja tasa deconstrucción: un promedio de29.240 viviendas por año, frentea 50.000 durante la Unidad Po-pular y 40.000 en el gobierno an-terior (cifras redondas). Y deesas 29.240 viviendas, buenaparte estaba destinada a secto-res medios y altos de la pobla-ción, mientras que la vivienda po-pular era postergada. Compáre-se esta cifra con la de 80.000 ca-sas que deberían construirse alaño simplemente para noaumentar el déficit.

La presión, pues, por tener ca-sa propia ha ido creciendo en lossectores populares, año tras año,como crecen las aguas de unarepresa. El control autoritario del

espacio público ha silenciado surumor y el sistema económico noha registrado su existencia. Esapresión debía traducirse en de-manda de casa, pero por "de-manda" el sistema entiende ofer-ta de dinero comprador. Comolos empobrecidos pobladores notienen dinero ni pueden hacerofertas interesantes para el capi-tal privado, simplemente, para elrégimen, no hubo demanda. Así,se ignoró olímpicamente estagran necesidad popular.

No es que se ignorara estricta-mente. Muchos allegados esta-ban organizados en Comités deViviendas, han hablado mil vecescon los alcaldes y con el Ministe-rio de Vivienda, han escrito a laSra. Lucia y al general Pino-chet... Pero estas voces han sidomás que ignoradas: rechazadas.Rechazadas como subversivas.Las autoridades han visto detrásde ellas la sombra de políticos einstigadores. Aquí mismo, frentea la "toma", la reacción del Inten-dente es humanamente incom-prensible: "Investigaré dónde hanacido esta iniciativa, por quéconcurrieron y quién organizó.Voy a demostrar quiénes son losinstigadores" (Las Ultimas Noti-cias, 24 de septiembre).

¿Qué tendría que averiguar yver el Intendente: la situación deinhumana marginación de estosciudadanos, los más pobres delos pobres, cesantes y emplea-dos del PEM y del POJH, sin na-da que perder, pero con un anhe-lo de dignidad.

Hay, sin duda, activistas polí-ticos en la "toma", pero actúansobre la base de esta situación.Es imperdonable, desde todoslos puntos de vista el descono-cerla.

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Protesta contra el ordenvigente

La loma" hay que compren-derla bajo esta luz, la de la nece-sidad de un pueblo. Poner en pri-mer término ta legalidad o el de-recho de propiedad no tiene nin-gún sentido. Previos a este ordende derechos jurídicamente cons-tituidos están los derechos fun-damentales del hombre: el dere-cho a vivir, a crecer y a disponerde lo que es absolutamente ne-cesario para la vida. En este or-den fundamental y prioritario es-tá el derecho a una vivienda dig-na y suficiente.

Santo Tomás de Aquino en-seña una doctrina que es tradi-cional en la Iglesia El destinofundamental de los bienes esservir a las necesidades de todoslos hombres, servir a la comuni-dad humana. Sólo en segundotérmino viene la apropiación par-ticular de los bienes, el derechode propiedad. Viene en la medidaen que asegura adecuadamenteel fin primordial.

Por esto afirma Santo Tomásque quien se halla en extremanecesidad puede apropiarse delo que necesita y, al hacerlo, lohace suyo.

Buena parte de los allegadosque confluyeron a La Granja es-tan en extrema necesidad de unhogar digno y suficiente y hanagotado los otros caminos paraobtenerlo- La 'loma" les parecióla única opción conducente queles quedaba.

Tienen razones históricas parapensar así. Muchos han nacidobajo un techo obtenido a impul-sos de una "toma". Les parece,pues, natural recurrir al mismométodo. La experiencia ha de-mostrado que es eficaz y aun ne-cesario.

Se podrá objetar a este argu-mento que no lodo lo que es efi-caz es legítimo o moral. Si la "to-ma" fue eficaz, esto se debió a ladebilidad de gobiernos anterio-res. El actual, en cambio, no pue-de permitir que las "tomas" seconviertan en caminos de solu-ción para el problema habitacio-nal, porque esto serfa el caos.

A esto respondemos: es ciertoque si todo allegado se tomara el

sitio y techo que necesita, ten-dríamos un caos. Pero el verda-dero responsable de este caosno serían las lomas" sino el "or-den vigente", que niega a cente-nares de miles de allegados suderecho fundamental. Este ordenvigente es el verdaderamentecaótico, pues no realiza su fun-ción esencial.

El sentido, por tanto, de las 'lo-mas" es una protesta contra el or-den vigente, una exigencia decambio radical, que la ley y el Go-bierno cumplan con su funciónque no es defender los derechoshumanos concebidos como losderechos de los "felices posee-dores", sino un orden de dere-chos por crear en que los "no po-seedores" accedan a lo que leses debido.

La "toma" es, en realidad, unacto de justicia. Es cierto que ha-cer justicia es, en toda ciudadbien organizada, competencia dela autoridad. La tendría que ha-cer a través de sus diversas ac-tuaciones: legislativa, judicial,ejecutiva. Pero cuando la autori-dad no hace justicia, cuando selesionan derechos fundamenta-les de los grupos humanos, en-tonces surge en la sociedad ysus organismos pertinentes elderecho de hacerse justicia porsí mismos.

Hacer justicia uno mismo con-tra el "orden vigente" es un actode justa rebelión. Rebellón, por-que rompe ese pretendido ordenque no es sino una camisa defuerza jurídica, una verdaderaviolencia institucional, impuesta ala comunidad humana y a sus de-rechos más fundamentales. Esjusta rebelión precisamente por-que va en defensa del hombre,de la vida, del auténtico desarro-llo.

Pensamos que, a raíz de las'tomas", no nos queda a todoslos chilenos otro camino que re-conocer una vez más la funestapolítica económica que se ha lle-vado a cabo desde hace nueveaños, y enmendar radicalmentelos rumbos, a través de la ejecu-ción de una drástica política habi-tacional, sin perjuicio de las solu-ciones de emergencia que sondebidas a los allegados de LaGranja.D

MENSAJF NT 324, NOVIEMBRE 1983 651