LAS RUINAS DE PACHACÁMAC

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LAS RUINAS DE PACHACÁMAC ° NOMBRES Y APELLIDOS: LAURA CAMILA VIDAL HERNANDEZ. ° PROFESOR: MANUEL VEGA HERNANDEZ. ° GRADO Y SECCIÓN: “C” ° AÑO: 2015 Laura Camila Vidal Hernandez

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Laura Camila Vidal Hernandez

LAS RUINAS DE PACHACÁMAC

° NOMBRES Y

APELLIDOS:

LAURA CAMILA VIDAL HERNANDEZ.

° PROFESOR:

MANUEL VEGA HERNANDEZ.

° GRADO Y SECCIÓN:

4° “C”

° AÑO:

2015

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CONCEPTO:Pachacámac es un sitio arqueológico ubicado en la margen derecha del río Lurín, muy cerca al Océano Pacífico y frente a un grupo de islas del mismo nombre. Se halla en el distrito de Lurín de la provincia de Lima, en el Perú. Contiene los restos de diversos edificios, que datan del Intermedio Temprano (siglo III d.C.) hasta el Horizonte Tardío (siglo XV d.C.), siendo los edificios del periodo Inca (1450-1532 d.C.) los mejor conservados.

Allí se hallaba un antiguo oráculo de la época prehispánica construido básicamente con ladrillos de adobe, que, a la par que el Cuzco en la sierra, era en la costa el principal lugar del culto de la época al dios Pachacámac, al que se le atribuía la creación del universo y de todo lo que éste contiene.Laura Camila Vidal Hernández

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ESTRUCTURAS ARQUITECTÓNICAS:

Templo de Sol, la construcción más imponente, erigida por los incas.

Templo de la Luna o Acllahuasi, también de la época inca. Fue restaurado por J.C. Tello, quien lo llamó Mamaconas.

Templo Viejo, el más antiguo, de la Cultura Lima, se halla actualmente en ruinas.

Templo Pintado, de la época Huari.

Palacio de Tauri Chumpi, donde presumiblemente se alojó el último gobernador local de la época inca.

Nunciaturas regionales o conjunto de palacios con rampa, de la cultura Ichma.

Plaza de los peregrinos, de la época inca.

Se puede visitar los palacios, los templos, las plazas y el Museo de Sitio que conserva piezas de valor encontradas en este lugar.

Asimismo, el distrito de Pachacamac (distrito vecinal) es habitado por una población en continua expansión horizontal en medio del fértil valle del río Lurín.

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CRONOLOGÍA:Intermedio Temprano (100-650 d.C.). Es la época más antigua que corresponde a la Cultura Lima. De esta época son el Templo Viejo (o Templo de Pachacámac), el Templo de Urpi Huachac (la esposa mitológica del dios Pachacamac) y el Conjunto Adobitos, construidos a base de pequeños adobes o “adobitos”.

Horizonte Medio (650-900 d.C.). Es la época de la dominación de la cultura Huari. Pertenece a ella el Templo Pintado y el Cementerio Uhle.

Intermedio Tardío (900-1450 d.C.). Pachacámac se convierte en el principal centro del Señorío Ichma. De esta época son unos 16 edificios con rampas de acceso, que los arqueólogos han denominado Templos con Rampa o las Nunciaturas.

Horizonte Tardío (1450-1532 d.C.). Es la época de la dominación de los incas, quienes remodelan Pachacámac, adaptándola a sus fines políticos y religiosos. De esta época son el Templo del Sol (la edificación más imponente), el Templo de la Luna o Acllahuasi, el Palacio de Tauri Chumpi (o del gobernador incaico) y la Plaza de los Peregrinos.

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ESTUDIOS E INVESTIGACIONES:Las primeras excavaciones arqueológicas de carácter científico en Pachacámac fueron llevadas a cabo por el arqueólogo alemán Max Uhle en 1897, y se concentraron en dos edificios a los que se denominó Templo del Sol y Templo de la Luna (Acllahuasi). Sobre estos estudios el sabio alemán publicó en 1903 la magnífica obra titulada Pachacamac, que fue muy elogiado y todavía se utiliza como texto básico para el estudio de la arqueología sudamericana. Uhle fue el primero en notar en las cerámicas, textiles y otros artefactos desenterrados, iconografías propias de Tiahuanaco (cultura del altiplano), que hoy sabemos que en realidad se trata del estilo de la cultura huari, pero que en su momento llevó a teorizar sobre la existencia de un imperio tiahuanacota en la región andina. Asimismo, fue el primero en América en usar en sus excavaciones el método estratigráfico, lo que le permitió evaluar la antigüedad de unos restos con relación a otros sobre la base de su posición en los estratos analizados.

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ESTUDIOS E INVESTIGACIONES:

Años después, en 1938, el estadounidense Albert Giesecke dirigió un proyecto de la reconstrucción del sitio con el patrocinio del Museo Nacional, el mismo que puso al descubierto importantes vestigios en el área del Templo del Sol, como fibras de tejido y utensilios bien conservados. También inició la reconstrucción del Acllahuasi. La labor de Giesecke, que no era arqueólogo de profesión (era en realidad economista y maestro), fue enérgicamente criticada por Julio C. Tello, entonces director de Museo Antropológico del Magdalena de Lima, quien asumió dicha labor en 1939. Tello reveló los detalles arquitectónicos del Templo del sol que había sido cubierto por depósitos de arena y descubrió una plaza rectangular al este del templo, probablemente usada para acoger a la gente que iba de romería al santuario, por lo que fue denominado Plaza de los Peregrinos. Tello también descubrió un sistema de cisternas y acueductos que recogía el agua de los estratos acuíferos del subsuelo, uno de los cuales era aún visible al sur del Acllahuasi, edificio que Tello denominó Mamaconas. Este último fue completamente restaurado, pero se cuenta que cuando Max Uhle, después de largos años de ausencia, estuvo nuevamente en el Perú en 1941, fue a ver Pachacamac y se irritó al ver las restauraciones que había hecho Tello. Moviendo la cabeza dijo: “¡Esto no es el Pachacamac que conocí!”.Laura Camila Vidal Hernández

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TEMPLO DEL SOL:Es la edificación más grande y mejor conservada de Pachacámac. Se levanta también sobre un promontorio rocoso, muy cerca del mar, alzándose a unos 40 m desde el nivel del suelo, y dominando todo el conjunto. Fue construido por los incas alrededor de 1450 d.C. como santuario del dios Sol, la divinidad oficial del Tahuantinsuyo. Está constituida por cinco plataformas superpuestas, que en conjunto conforman una pirámide trunca. Sus bases están constituidas mayormente por muros de piedra canteada; el resto del edificio está construido con grandes adobes, unidos con argamasa de barro. Tanto las piedras como los adobes estaban enlucidos con capas de tierra fina, con evidencias de haber estado pintado en toda su extensión con color escarlata o bermellón intenso. En su frontis occidental, que da al mar, se distinguen una fila de hornacinas trapezoidales, de inconfundible estilo incaico.

Este fue el templo que los españoles, comandados por Hernando Pizarro, profanaron en enero de 1533, según relato del cronista Miguel de Estete. Los españoles, que andaban en busca de oro y plata, subieron a la cima de la pirámide, donde se guardaba dentro de una bóveda pequeña, el ídolo del dios Pachacámac, tallado en madera, el cual fue sacado y quemado. El suceso conmovió a los nativos, quienes temieron una catástrofe como castigo; sin embargo, nada ocurrió. A partir de entonces los sacerdotes españoles se esforzaron en extirpar lo que llamaban “idolatrías” y en destruir los “adoratorios del demonio”, de acuerdo a la concepción católica. Pero, de acuerdo a estudios hechos por la investigadora María Rostworowski, el viejo culto a Pachacámac se ha perennizado con la moderna veneración católica al Señor de los Milagros, llamado también Cristo de Pachacamilla y que, coincidentemente, tiene también como color simbólico el morado, similar al escarlata o bermellón, usado profusamente en el ceremonial del dios de Pachacamac (o Ichma, su nombre original).

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TEMPLO DE LA LUNA O MAMACONAS:

Llamado también Santuario de la Pachacámac. Fue Max Uhle quien lo denominó Templo de la Luna, mientras que Julio C. Tello lo llamó Mamaconas. Fue restaurado por Alberto Giesecke en 1938 y luego por Tello en 1940. Los daños serios que se notan actualmente en su estructura fueron causados por el terremoto de 1940 y a otros temblores posteriores.

Fue indudablemente un Acllahuasi o casa de las acllas, residencia de las mujeres escogidas, que los españoles equipararon a las vestales de la antigua Roma. Se sitúa en la parte baja del área ocupada por las ruinas de Pachacámac. Presenta graderías, patios, sitios ceremoniales, reservorios de agua, depósitos e innumerables habitaciones. Es en este edificio donde se distingue, más nítidamente que en otros, el estilo arquitectónico incaico, no sólo por sus hornacinas y puertas trapezoidales de doble jamba, sino también por las piedras de sus muros que se ven por extensos tramos, de inconfundible factura cuzqueña. Las hornacinas sobrepasan los 2 m de alto y posiblemente sirvieron como nichos de ídolos traídos de diversas provincias.

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«NUNCIATURAS» REGIONALES:

Se conoce como «nunciaturas» a un conjunto de 16 edificios piramidales con rampas, que datan de entre 1100 y 1450 (periodo de la cultura Ichma). La base de cada una está hecha de piedras canteadas y el resto es de adobe; sus paredes estaban enlucidas.

Cuando llegaron los españoles se hallaban ya abandonados. Actualmente la mayor parte de ellos está en situación ruinosa. Uhle los calificó de «palacios». El nombre de «nunciatura», deriva de unos informes consignados en la crónica de Antonio de la Calancha (1639), de las que se infiere que en Pachacámac se erigieron unas especies de sedes diplomático-religiosas, que representaban a las diversas naciones del mundo andino que rendían culto al dios (Kauffmann 2002).

Dos de estas pirámides han sido estudiadas:

La Pirámide con Rampa I o edificio JB (Jiménez Borja), que entre 1968 y 1969 fue sometido a obras de limpieza y consolidación por Arturo Jiménez Borja y Alberto Bueno. Este edificio nos da una clara idea de cómo era la planta de una pirámide con rampa: un gran patio delantero, luego el volumen piramidal al que se accede por medio de rampas. En el tope de la pirámide un despliegue arquitectónico en forma de herraje se abre una serie de pequeños ambientes. Detrás de la mole piramidal existen grandes depósitos para alimentos.

La Pirámide con Rampa II, fue estudiada científicamente entre 1981 y 1983 por el arqueólogo Ponciano Paredes con la supervisión de Jiménez Bor.

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