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LAS PATAS EN LA FUENTE

Del 17 de octubre al 27 de octubre dos hechos fundacionales.

Hoy escribiré una pequeña parte, de una historia de vida, que no me pertenece.

Sin embargo, es una pequeña historia de la cual yo también formo parte, porque

se trata de la historia de un vecino, al que conocí desde un tiempo de mi niñez o

adolescencia, que se pierde en las noches de los tiempos, de igual manera en que

vemos “esfumarse o disgregarse” a las nubes movilizadas, por el “dios” viento.

Es una historia que también pertenece, en forma inequívoca, a un gran cantidad de gente, de la

república argentina, y le corresponde a un movimiento político popular, como lo es el Peronismo,

cuya masa critica, a igual que una gran nube, también se disgrega en otros planos del espacio, y

no es empujada por ningún “dios viento”, sino por el devenir de las nuevas generaciones, de las

dinámicas y revoluciones sociales, tecnológicas y culturales.

Es decir, también es parte de mi historia, dado que acepto estar involucrado. Primero por haberla

escuchado de su propio protagonista, en segundo lugar porque soy abogado y escritor.

Es una pequeña historia de vida, que todos los 17 de octubre, en mi querido país llamado

Argentina, es recordada por gran cantidad de gente, aunque cada vez menos, por una simple

sucesión de generaciones. Es ley de la historia, es ley de la naturaleza, es ley de pachamama.

Es una pequeña historia, es una anécdota, pero que sin duda NO SERA NEUTRA, habrá algunos

a los que les gustara, otros la odiaran, para otros será indiferencia, para algunos simples cuentos,

otros desplegaran opiniones de burlas y jactancias, de sarcasmos o ironías, de algo estoy

absolutamente seguro, que para algunos, no sé, si muchos o pocos, les será de interés, y la mayor

certeza que tengo, es que no es neutra o sea, no es cultura del envase, no es cultura del glamour,

ni de la ambigüedad. Son tan solo aportes, como una gota de agua, pero de gotas de agua están

llenos los océanos y las tormentas.

La fotografía.

Es una pequeña historia de vida, y/o anécdota, que se articula a una fotografía, muy conocida, por

la militancia política, social, económica y cultural de Argentina. Quizás no lo sea por los “nuevos

jóvenes”, pero si por los adultos y los adultos mayores, a los que se denomina “ancianos”.

Es una fotografía que documento un hecho social, que también fue conocido en todo el mundo. Un

hecho social, ocurrido el 17 de octubre de 1945.

Es una pequeña historia de vida, que como abogado-escritor tengo que saldar, antes de partir a

otros escenarios de la existencia, sean mundanales o metafísicos.

Es la pequeña-gran historia de un militante peronista, de aquellos llamados “Peronistas de Perón”,

(hoy en extinción) y de un apasionado socio del Club de futbol Colon, de la ciudad en la que vivo.

De lo cual obviamente abundan sobrevivientes a los ciclos vitales.

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Mientras escribo esta historia, estoy escribiendo también sobre una ley, para el surgimiento de una

nueva y/o renovada civilización humana. Estoy escribiendo, sobre lo que es “la incubadora”, estoy

escribiendo sobre lo que es la fábrica de miniciudades o pueblos, estoy escribiendo y fabricando

nuevos sitios web, en lo que es este siglo XXI, en una cultura de la informática, a la que muchos

asocian con la palabra globalidad.

Es una pequeña historia de la cual existen muchísimas similares, tengo una lista de más de

cincuenta para narrar, y dejar plasmadas en la escritura. Desde la historia, allí en la época de la

guerra fría, de aquel dirigente ferroviario, que fue acusado de intento de asesinato y de comunista,

y sentenciado a 25 años de cárcel, la de su mujer, que intento suicidarse, arrojándose por las

escaleras de tribunales, luego la intervención de un abogado que se preocupo y ocupo de saber

toda la verdad, logrando evidenciarla, pero sin que ello, hubiera podido reparar los perjuicios.

O también, la de aquella historia de una prostituta, que revolver 38 en mano, defendió con honor y

dignidad, el acoso de un cliente que pretendía servicios gratuitos puñal en mano. Lo mato en

legítima defensa, pero pago “su error táctico”, con la privación de la libertad por años en la cárcel y

con “reiterados servicios sexuales” a sus carceleros.

Algunos intelectuales, le llamarían contradicciones del sistema.

También tengo en mi inventario, la historia de aquel general, que en la ciudad de Tucumán, realizo

una limpieza de indigentes callejeros, más de 200 humanos pobres y desamparados, fueron

subidos a los camiones del ejército y arrojados a la buena de Dios, en el desierto de Catamarca,

en plena noche, sin agua y sin comida.

Solo unos pocos sobrevivieron, pero en Argentina, no tenemos la industria del cine, que tiene

Hollywod, y en mi país, muchos callan al público, historias que deberían ser narradas.

Sin duda, que el “inventario de historias”, es mucho más extenso que el que yo tengo, dado que no

puedo olvidar otra “pequeña historia”, de aquella vez, que yo mismo salí, siendo estudiante

universitario y en plena dictadura militar, a pintar con aerosoles las paredes, reclamando por los

derechos de los trabajadores. Para la misma época, otros compañeros, habían salido a hacer lo

mismo, algunos de ellos fueron capturados, y por el hecho de haber hecho una pintada, fueron

puestos sobre una pared y ejecutados, sin juicio previo, ni nada que se le parezca.

Obvio que existen inventarios para contar historias, no solo en mi país, sino en el mundo y que

supera en mucho a las 30.000 historias, cuyo número es símbolo, polémica y marca, aquí en

Argentina.

Son historias, de épocas donde no había internet, ni computadoras. , sino que son “anécdotas”,

que se articulan a otras historias, ni siquiera tampoco es una “historia de vida”, porque habría que

hacer una biografía, habría que escribir anécdotas y secretos, habría que describir muchas

circunstancias.

No solo se trata de historias de militancias y dinámicas sociales. No solo se trata de eso.

En el escritorio de un abogado, desfilan historias de larga data, de siglos, de milenios, que se

repiten.

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Porque también están las historias de “corrupciones”, que algunos clientes cuentan como

repetitivas y normales, si allí, en mi escritorio de abogado. También están las historias de algunos

grandes empresarios, que recibieron créditos, desde y para la política, es decir no son tan solo los

bancos, los que tienen “facultades para manejar” el ahorro de los pueblos.

También existen historias de mujeres despechadas, donde también existen mujeres asesinas y

asesinadas. O la de aquel marido, que revolver en mano, ejecuta en la cama a su mujer y su

amante, luego de “un iter criminis” previamente estudiado y planificado.

En pocas palabras, son muchas las historias, son muchos los festivales de imputaciones de culpa,

desaciertos , aciertos y ambigüedades.

Pero todos los años, cuando se acerca el 17 de octubre, vuelve a resurgir en mí, la idea de poner

los dedos en el teclado y escribir esta historia.

Lo intente varias veces, quizás realice algunos borradores perdidos, espero poder esta vez

terminarla, así dejo saldada la deuda literaria que poseo.

Por eso, estimado lector, se trata de una “pequeña historia”, en el océano social, donde las

historias abundan.

Una pequeña historia que voy a escribir, mientras sigo intentando darle forma a la ley-aporte, que

estoy escribiendo, para una nueva y/o renovada civilización humana, si allí, donde las historias no

son pequeñas, sino que son macrosistemicas.

Sucede estimado lector, que ya escribí libros, entre ellos, que la HUMANIDAD, tuvo, tiene y

tendrá respuestas. Ya escribí, que las Cooperativas de Trabajo, eran la opción del presente y la

esperanza del futuro. Ya escribí, libros sobre EL TRABAJO, ya escribí, sobre los “cinco hombres y

las cinco mujeres”, ya escribí sobre “los inmortales”, ya escribí sobre el Proyecto Mundial (o sea mi

enfoque sobre los problemas mundiales de los 17 objetivos).

Ya escribí, tantas cosas, para un programa de radio que tengo, cuyo título es “Abogacía del siglo

XXI”, allí donde utilizo como método a la dialéctica, la mayéutica y las dinámicas sociales, entre

otras herramientas.

Así que pensé que tenía “varias deudas

literarias”, que yo había contraído con el

destino y por esto de andar, utilizando

como herramientas, la pluma y la palabra.

Te lo escribí antes, es como una gota de

agua, en el rio de las historias.

En fin, el omnipresente, sabrá porque me

hace escribir, existen situaciones de la

vida, donde yo me veo solo como un

instrumento de metafísicas indescifrables.

No tengo verdades cósmicas, que me

permitan descifrar lo indescifrable, pero

¿Quién acaso no ansia encontrarlas?

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¿Cómo será esta historia?

Estimado internauta, esta historia, solo será como un pequeño cuento ilustrado, con algunas

fotografías que nos genera el google maps, recorriendo un itinerario, desde 1945 hasta la fecha.

Que solo algunos podrían entender, dado que en la pirámide social, los que la protagonizaron, ya

no existen, solo quedan lectores del segmento de la juventud, son lectores/as de internet, no de

libros, pero es el mayoritario.

Quizás esta historia, algo aporte o de algo sirva, para esa mayoría de gente convertida en juventud

y esperanza, detrás de un monitor.

Son historias, donde obviamente existen “situaciones emocionales”, que nada tienen que ver con

la cultura del glamour, ni con el sexismo televisivo, ni mucho menos, con los protocolos de palacio.

Si tienen que ver, con la lucha por los derechos y obligaciones, de las personas y los pueblos.

Si hoy escribiré una historia, que subiré a mi blog y a las redes sociales.

Lo hare en forma “semi novelada” o como también dicen en mi país, “al estilo landricina”, es decir

una persona que cuenta historias y chistes cortos, pero largamente condimentadas, con aspectos

particulares, si se prefiere como “un pequeño cuento, basado en hechos reales”, ilustrado con

imágenes.

Esta historia ocurre, en la Republica Argentina, en la Provincia de Santa fe y en su capital, la

ciudad de Santa fe, llamada “la ciudad cordial”.

La “subida” a Internet.

No la subiré, a esta historia, cualquier día, sino que será (Dios mediante), el día 17 de octubre

del año 2019, cuando falten tan solo diez días de las elecciones generales, allí en Argentina,

cuando los sectores oligárquicos, se enfrenten en las urnas a los sectores populares.

La escribo como recordatorio, y si se quiere como arenga, para que el contenido del 17 de octubre

de 1945, tenga el mismo hecho fundacional, o más, pero en el 27 de octubre del 2019. Quizás

tenga utilidad para ese año o para otros. Solo Dios lo sabe.

Esta vez, la movilización, no será en las plazas históricas, será en Internet , allí en las redes, en

los correos llamados email, en la campaña publicitaria, y también en las banderas tradicionales.

Para decidir una vez más, “como otras tantas”, el camino de la liberación o dependencia.

Solo que esta vez nuestro “amo”, se llama F.M.I y su instrumento es el anatocismo

internacional y la fotocopiadora de papel moneda imperial, las cadenas a romper, son los ardides

y maquinaciones, de una megaestafa y usura encubierta, no solo a nuestro pueblo, sino a toda

Sudamérica.

Es por ello, que adjunto la imagen del google maps, y que sirva como ilustración a todos aquellos a

los que pueda ser útil, esta historia.

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Sera ese día, el 17 de octubre del 2019, cuando subiré esta historia ilustrada y/o novelada, con

mapas y viñetas, como homenaje y recordatorio a un vecino mío, un obrero sencillo, un vecino de

sentarse las tardes en la vereda de su casa, ya sea para tomar mates, o tan solo meditar y

saborear nostalgias, de su pasado, de su tiempo, que no era cualquier pasado, sino que era el de

su juventud, allá por el año 1945.

En esta nota, te adjunto una imagen del google maps, de la zona donde transcurre la narración de

esta historia. La misma fue narrada, contada y comprobada, en calle Luciano torrent al 1800 de la

ciudad de Santa fe.

En el circulo amarillo, allí fue donde “salió a la luz” esta historia que hoy escribo, puedes ver en el

mapa un gran parque tan solo a dos cuadras. Ese parque “ahora se llama federal”, pero fue en

otras épocas, el lugar donde funcionaban los talleres del ferrocarril. Ahora ves césped, antes veías

trenes y muchos, muchos vagones. Allí trabajan cientos de obreros ferroviarios y de grandes

empresas, si obreros como mi vecino.

Incluso la actual foto que ves, del google, también ha cambiado, dado que en dicho parque ahora

se levantan grandes torres de edificios, los que viven en esas actuales torres, ni siquiera saben

que fue un gran lugar de estacionamientos y movimiento de vagones y trenes.

Si es la pequeña

historia de un vecino,

pero que a su vez,

no es tan solo su

historia, es la historia

de gran parte de un

pueblo.

El velatorio (I)

Yo estuve, al momento de su velatorio, al lado del féretro haciendo una oración intima, rindiendo

como creyente, el ceremonial , respeto y tributo a la hermana muerte. Medite también, allí ante el

cuerpo inerte, que quizás no tendría que haber sido la bandera del club Colon, la que lo

acompañara a los destinos mas allá de la frontera de la vida y la muerte, sino al menos la de la

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bandera del sindicato de trabajadores, para el cual sirvió o adhirió, dado que estuvo trabajando

mas allá, de su edad jubilatoria.

El había sido también un anónimo seguidor, de líderes populares, pero que decidió a igual que los

gauchos de San Martin o los de Güemes, Belgrano y otros tantos, jugarse la vida si era necesario,

en la ocasión que voy a escribir.

Por eso al 17 de octubre, se lo conoce en Argentina, como el día de la lealtad por una gran parte

de su población. El día fundacional de un movimiento histórico en Argentina.

Claro está, que no fue el único día histórico en los calendarios de la patria, cabe aclararlo y

escribirlo, solo que en este caso, tengo una “promesa deuda”, con un vecino que hace años

partió a otros escenarios.

Años antes de morir él, fui su “abogado confesor”, me había querido contar algunos secretos de su

vida personal, pidiéndome que me llevara yo, algunos secretos a la tumba. Le conteste, que

algunos “secretos”, me los podía llevar, pero otros no, eso lo decidiría yo, y si es que yo seguía

viviendo tanto como él, dado que tampoco a mí me gusta partir, con mochilas cargada de piedras

de esta nuestra vida terrenal.

Dejo constancia, no fue un secreto.

Tengo que escribirlo y dejar constancia, la historia que voy a escribir, para él no fue un secreto,

al contrario, lo exhibía en una foto, con orgullo juvenil y pasión popular. (Una foto, que si bien, era

y es conocida, yo conocí su existencia y protagonismo, prácticamente al final de esta historia)

Lo que no cabe dudas, es que esa fotografía, fue y es “un secreto”, para una parte del pueblo

argentino, de aquellos que nos hablan de la gente chusma, de los cabecitas negras, de aquellos

que dicen que los pobres no pueden ir a las universidades, de aquellos que nos hablan de talentos,

sin tener la menor idea de lo que significa la palabra esfuerzo y sacrificio, si quizás aquí, en esta

historia, seguramente conocerán LA VERDADERA HISTORIA, ahora cuando yo la escriba, de tan

solo uno de los protagonistas, de la famosa foto. Una persona sencilla del pueblo.

Más aun, gran parte del pueblo argentino conocerá, que no fue “glamour” anticivilizatorio o de

“militantes grasas”, ni de los “cabecitas negras”, el haber puesto, “las patas en la fuente”.

Porque “las patas en la fuente”, tenía en parte otra historia, que hoy estoy escribiendo.

Y sin duda, que tampoco es un gran “ secreto”, de algún invento importante o algo por el estilo.

Pero si creo que en estas épocas electorales, y en las futuras que vendrán, basadas en el

marketing político, podemos extraer enseñanzas superadoras a los discursos vacios y ambiguos

de muchos líderes políticos. Mi vecino, se trataba de un humilde obrero, o sea no fue una persona

famosa, pero hay miles, decenas de miles como él.

En realidad más que miles, millones como él, y están en todo el mundo.

Muchos hoy están en la guerra de Yemen, o en la resistencia a la invasión mercenaria en Siria, o

aquellos que resisten en Venezuela la presión y las sanciones del Imperio de la fotocopiadora,

cuya tecla de impresión tiene EEUU. Allí también están “mis vecinos”, actualmente, mientras

escribo esta historia en Ecuador, descendiendo en caminatas las montañas, como también lo

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estuvieron los centroamericanos que caminaron y acamparon, cientos de kilómetros, para ir a

protestar ante el muro que hoy levanta EEUU, allí ante México. En realidad, más que levantarlo

“contra México”, EEUU, lo hace contra toda Sudamérica.

En realidad, e insisto, mi vecino no fue, una persona famosa, porque era uno más, entre millones.

Solo lo hizo famoso (sin él saberlo) , una fotografía, una simple fotografía ocasional y fue una

fotografía, que es prueba de la anécdota que el orgullosamente me contara, la de los pies

hinchados, la de haber andado muchos kilómetros en bicicleta, junto a sus compañeros,

sacándoles tiempos al reloj, con la consigna de “La vida por Perón”.

Pero esa era una anécdota íntima que este humilde escritor y algunos pocos conocían

Nadie nunca le hizo un reportaje, el resto de sus vecinos tampoco conocía la historia, ni siquiera yo

mismo la conocía. Ahora te vas a enterar lector, como fue que yo la conocí.

Durante años fui su vecino y realmente no conocía esa historia, hasta que la fui escuchando

gradualmente y en un determinado contexto. Como gradualmente te la estoy escribiendo y también

en un contexto, tome noticia de ella. No es casualidad que hoy la escriba. La madre de las

inspiraciones y circunstancias decreto su necesidad y yo como escritor solo estoy cumpliendo.

La crisis del campo en el 2008

Me entere de “un fragmento” de esa “anécdota intima” , recién en el año 2008, cuando “las

fuerzas del mal llamado campo”, rodeaban las principales ciudades Argentinas, para presionar

al gobierno nacional, popular, democrático y progresista de Cristina Fernández, una líder político-

social, que estaba emergiendo, hacia los escenarios internacionales.

En Argentina esa etapa se conoce como “la crisis del campo” . Eran épocas donde yo estaba

escribiendo los primeros borradores de mi libro base, o sea “La humanidad…”, al que luego le

seguirían otros libros.

No fui el primero que se entero, de la anécdota de la fotografía, quizás si fui el primero que “le

creyó fehacientemente” , insisto en lo de fehaciente, o como dicen los jueces de Argentina y del

mundo, era una “historia verosímil, acreditada por una fotografía”, teniendo en cuenta factores

de; tiempos, espacios, personas y circunstancias.

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Hubo como siempre hay, gente que dudo de esa historia, gente que no le creyó o que dudaba de

él. Es aceptable, es razonable, insisto ni siquiera yo que fui “su vecino de enfrente”, conocía esa

historia

La diferencia, en EL GRADO DE CREDIBILIDAD O NO, hacia mi vecino, estaba en que yo

también había estado en ese lugar, al que él había ido, pero fue en otros años.

Mi historia, fue en un 1 de mayo de 1974, cuando yo era a los 19 años, parte de una juventud

“con barba” y con muchos sueños, en un país que tenía todo para “ser potencia” y con un “líder

espiritual”, que prometía la liberación nacional, el desarrollo popular y dejar “de ser colonia”

Si aunque algunos no me lo crea, era un líder que hablaba de “dejar de ser colonia”, allí en

1974.

Aunque quizás etimológicamente “lo de colonia”, no hubiera correspondido, porque habíamos

declarado la independencia en el siglo XIX. En fin, da para mucho, “esta sutileza gramatical”, de

todas maneras, si o si, era un líder que decía y lo recuerdo perfectamente, que el año 2000 nos

encontraría “unidos o dominados”.

Yo escribo que hoy, en el año 2019, a los argentinos, nos encuentran “recontra” sometidos y

dominados y “recontra” endeudados, y con algunas “grietas”.

Pero sin embargo yo estoy escribiendo (por sobre “las grietas”) a las generaciones presentes y

futuras, sobre algo llamado cooperativismo científico, y también el “éxodo urbano o remedio

Avicena”, el cual saldara todas las deudas, con la usura internacional y permitirá la potenciación

prometida.

La cual “fue prometida”, allí en 1974, cuando había muchos jóvenes de barba, y mujeres de

ponchos llevar.

Si yo estuve en la misma plaza, que mi vecino, pero no fue un 17 de octubre de 1945, época en la

que yo ni siquiera había nacido, sino que fue un 1 de mayo de 1974, con 19 años, siendo

estudiante universitario, “con barba” y con la esperanza de querer ser abogado, para poder blandir

la legítima espada y equilibrar las asimetrías de una milenaria y muy antigua balanza, que fiscaliza

Anubis, siendo Némesis compañía y el Misterio, de los misterios, el Soberano

Obvio entonces, que “mi presencia”, en esa plaza, fue con otras expectativas, con otros proyectos,

en mi época, se lo llamaba “movilidad social ascendente” y tratar de ser potencia digna, en el

concierto de las naciones.

En la época de mi vecino, (y también en la de mis padres) era tan solo desear “la dignidad del

trabajador”. O sea no ser “tratados como esclavos”.

Si debo escribirlo, yo también escuche, “in situ”, o sea en la misma plaza, en una turbulencia de

contradicciones, presiones, pasiones y pensamientos oníricos, en esa realidad social, la cual

estuve protagonizando la vieja consigna del año 1947, o sea la consigna de “la vida por

Perón”.

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Preguntas y respuestas

Obvio que “mis expectativas”, a los 19 años, no eran dar la vida por Perón, ni mucho menos, que

menos.

Fui educado con otros códigos, si podía dar la vida por la familia, por la patria, por la justicia, por la

dignidad, pero “dar la vida por Perón”, una persona-líder de unos 80 años, que había estado en el

exilio, y que volvía para morir en su tierra. Aunque algunos creyeron que nunca iba a morir, si era

una música que yo no conocía, una melodía que me parecía solo exageración y nostalgia

Si quizás, por mi efervescencia juvenil, “me jugaba por otras cosas” , que no eran nostalgias,

sino porvenir y esperanza. Eran, los deseos de todos los barbudos y los no barbudos. Era la

esperanza de tener mi propia familia, mi propia casa, mi propio trabajo, mi propio título

universitario, por un proyecto de liberación y desarrollo, lo cual fue promesa, muy prometida, y

era, es y sigue siendo algo distinto.

Sin duda que le pregunte y/o interrogue, a mi vecino, después de entérame de su especial

anécdota, por el “sentimiento y racionalidad de aquella consigna” de “la vida por Perón”.

Lo cual, debo ser honesto, a mí, en lo particular, me había confundido y mucho, aquel 1 de mayo

de 1974. Si en la misma plaza donde mi vecino había sido fotografiado, allí en la ciudad de Buenos

Aires. Si allí, donde viven “los porteños”.

Él fue quien, a partir de mis preguntas, me fundamento de manera sencilla, contundente y sin

apelación posible, las respuestas que yo buscaba a los 19 años, en aquella plaza “porteña”,

del 1 de mayo de 1974, solo que yo me estaba enterando de semejante respuesta en vivo y en

directo, ya siendo abogado, conocedor de las dialécticas, mayéuticas y síntesis, de exilios e inxilios,

de crisis y discrimaciones varias, de caminatas y paisajes de la patria.

Si cabe reflexionar, fue a los 53 años de edad, yo tuve “la suerte de entenderla, porque la

dialogue, con uno de los protagonistas de aquel 1947, un dialogo que se produjo en plena

“crisis del campo”, o “mal llamada del campo”, mientras emergía del océano de la sociedad, una

líder popular, con sabor a Mística y Trascendencia a Destino y Racionalidad.

Ya te darás cuentas estimado lector-internauta, de aquellos momentos que se vivieron cuando la

patria argentina, aspiraba a ser potencia entre las potencias, dejar el “colonialismo real atrás” y

cristalizar las tres clásicas banderas como las de la independencia económica, la justicia social

y la soberanía política.

Mi vecino, el que protagonizo la fotografía del hecho histórico, no entendía “mucho” de esas

banderas, a pesar de ser el mismo “testigo del momento” fundacional en el que nacieron. Sin

embargo yo allí, entendí cabalmente, compartiendo unos mates y la supuesta mejor receta de

sopa con ajo, ¿Por qué era, aquella consigna de “la vida por Perón”?.

Una anécdota, que luego yo me enteraría, estaría respaldada por una fotografía, muy famosa, pero

la fama de esa fotografía, no hubiera podido ser, sino fuera también por otra anécdota de un

viaje en bicicleta de cientos de kilómetros, lo escuche muy atentamente cuando él me la conto,

fueron pocos los que le creyeron.

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Yo le creí, en gran parte, pero no fue “así nomas”, fue todo un “proceso de autoconvencimiento”,

un proceso, que es el contenido de esta historia, que estoy escribiendo para mis conciudadanos

argentinos y sudamericanos, especialmente para las juventudes, que lo leen no en un libro, sino

delante de un monitor.

Yo si le creí, luego de no pocas indagatorias, mayéuticas, manejo de argumentos, y de evidencias

reconstructivas, donde la fotografía, término siendo irrefutable prueba de verosimilitud y

convicciones.

Yo le creí, por la sencilla razón de que yo conocí, de riesgos y temores, para ir a pintar una

estúpida pared con una consigna obrera, en donde si te agarraban “in fraganti”, corrías riesgos de

muerte. Eso no fue en 1945, si fue, allá por 1977, después del golpe militar o dictadura de 1976, en

este, mi país, llamado Argentina.

Quizás algo similar a lo que está ocurriendo en estos momentos, si lector/a en estos precisos

momentos, mientras escribo esta historia, pero está ocurriendo, en este octubre del 2019, si allí,

ante el toque de queda en Ecuador, o quizás en la milenaria Siria, que resiste a los ejércitos de

mercenarios, pagados por la usura y el petróleo. Allí en la heroica Venezuela, a la que EEUU

sanciona, por querer caminar los caminos de la liberación y la pluralidad internacional, Si allí en los

territorios calientes, donde el anatocismo y la esclavitud por deudas, no pueden entrar, sino es a

sangre y fuego.

No se trata de cualquier historia, porque también sucedió en Argentina, fue en aquellas épocas

del setenta y del ochenta, o de los “petrodólares”, si quieres una “mirada economicista”, donde “las

fuerzas imperiales”, construyeron “deuda externa”, sobre montañas de cadáveres vaciados en el

mar.

Una deuda externa, que fue y es ilegitima, fraudulenta y corrupta, no lo dice, ni lo escribe la pluma

de este abogado escritor. Lo ha dicho y escrito, el fallo del Juez Ballesteros, o sea una historia

ignorada, la de este Juez y todo lo que, alrededor de ello ha girado, tan ignorada o quizás mucho

más, que la de mi vecino, que se fue en bicicleta desde la ciudad de Santa fe hasta Buenos Aires,

o por lo menos en grandes tramos de la kilométrica distancia, hechos, que da fundamento racional,

humano y dignidad trascendental, a la famosa y difundida fotografía, de “las patas en la fuente”

Yo dude bastante de ese viaje, en bicicleta, hasta que vi la fotografía y aun viéndola, también

desconfié de la anécdota.

Después le termine creyendo y si lo hice, no fue porque sea condescendiente, sino porque

también, como ya lo escribí, conocí a otros

militantes de la misma y de otras

organizaciones, y de otros pensamientos y

pasiones, que no solo iban en bicicleta, sino

que entregaron sentimientos, pasión,

convicciones y hasta vida, por el mismo o

similar motor, que hace que un obrero sencillo

y modesto, viaje unos 500 km en bicicleta,

como mayor herramienta ofensiva, para

decir tan solo ¡PRESENTE! , y exclamar con

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legitimo orgullo, pasión y racionalidad, la consigna de “La vida por Perón”.

Una consigna que yo no entendía a mis jóvenes 19 años, solo la entendí, a la edad de los 53,

en una crisis que se llamo “la del campo”, mientras yo escribía, el libro cuyo título, es: LA

HUMANIDAD, tuvo, tiene y tendrá respuestas.

Mi vecino “Don Pepe”.

A mi vecino, pocos lo conocían por su nombre y apellido, todos lo tratábamos por su apellido, que

era López y/o por su apodo, que era “Pepe”. De mi parte, y en la mayoría de los saludos era

¿Cómo andas “ Pepe”? .

El a su vez, tampoco conocía por sus nombres y apellidos a sus propios vecinos. Sin duda que

conoció a mi padre y madre, con los cuales compartió el progreso del barrio, es decir dejar de ser

barrio de “calle de tierra” a “calle asfaltada”.

Bien sabía él, que yo era abogado y que había viajado, vivido y trabajado en otras tierras y

paisajes, pero él no conocía ni mi especialidad laboral, ni tampoco sabía que yo (su vecino

también) había estado en la misma plaza que él estuvo, pero en un 1 de mayo de 1974. Vivía

frente a mi casa, la suya estaba en el pasillo

que ves en la foto, al final del mismo.

Yo para él era, solamente “El tito”, dado que

ese es mí apodo, entre los muy pocos vecinos

del barrio, que van quedando de antiguas

décadas.

Más aun, las fotografías del google hear, ya

son “antiguas”, es un barrio, que ahora está

tomando “otro perfil”, un barrio habitado hoy,

por consumidores de “centros de compras y

shopping”, de usuarios de tarjetas de créditos

y débitos, un barrio con historia, sin duda

alguna, pero donde ya son pocos, “los que se quedan a tomar mates en la vereda”, desafiando las

inseguridades, de un sistema esclavista.

“Don Pepe”, no ha sido una persona conocida, ni mucho menos millonaria, pero si debo escribir,

que “el mismo levanto su casa”, desde los cimientos. Era un obrero, pero también fue albañil y

habilidoso con los trabajos manuales, aprendió por imitación y por experiencia, no por el aula.

Por eso estoy escribiendo sobre alguien de “todos los días”, que aprendió en la universidad de la

vida, todo ello mientras yo estoy escribiendo, otros libros y otras historias, otros análisis, que

aprendí en las dos universidades, la de la vida, y la del sistema formal.

El aula universitaria, nos enseña, que son historias que se reiteran a través de décadas y siglos.

Son historias de esfuerzos y pasiones, antes de que naciera Cristo e incluso después de Él.

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Pero bueno, el “aula universitaria”, también nos enseña, que la estupidez humana, las discordias,

la codicia, los hipócritas y un sinnúmero de disvalores también son de antigua data.

Solo que hoy en 2019, y en Argentina, la cultura de la hipocresía, el festival de las “atribuciones de

culpas”, contradicciones globos y banderas, tienen prensa sistémica a granel y a favor del disvalor.

Por eso yo voy a dar a esta historia, una narrativa militante, a favor de las conductas a valorizar, allí

en la dinámica de la vida.

No voy a escribir, algunos detalles polémicos, si deseo cultivar semillas de construcción y

esperanzas. Porque estas historias, en lo esencial también son antiguas, muy antiguas. Es decir

es una historia que trasciende los años, trasciende a los personajes, es una muy pequeña historia,

es la historia de una fotografía popular, que sin embargo ha sido protagonista de un hecho

histórico y trascendental para un país como lo es Argentina.

Estoy escribiendo, esta historia querido internauta o lector, mientras escribo, como debería ser el

futuro de nuevas ciudades autosustentables, o sea la de los “Pueblos Cooperativos”, la estoy

escribiendo mientras reviso bibliografías de gente muy importante, de gente conocida por cientos,

miles o millones.

La escribo, porque tengo que hacerlo, en un mundo donde la juventud, es adicta a los celulares, al

sedentarismo y al exitismo.

La tengo que escribir, porque LA HIPOCRESIA, hoy enseña a esas

juventudes, que leen en los monitores, que la Historia Argentina, estuvo

signada durante los últimos SETENTA u OCHENTA AÑOS de

desaciertos, lo cual es absolutamente falso. Que hubo errores y

tragedias, no cabe la menor de las dudas, pero solo los HIPOCRITAS y

MANIPULADORES, se pueden presentar, utilizando “palabra y pluma”,

imputando “la paja en el ojo ajeno, desconociendo la propia viga en los

suyos”.

Quizás aprendan algún día, que una vez abierto el envase, el rey es el

contenido.

Una juventud, que guste o no, tendrá que aprender a andar en bicicleta, mucho más en Argentina

donde son decenas de cientos de miles, los que ya no tienen, ni para una vivienda, ni para la nafta

del auto, y ni siquiera para pagar el colectivo.

La escribo porque yo también vivencie, un tiempo, en que tuve cabellos y barba negra. Jamás

hubiera dado “la vida por Perón”, un líder octogenario. Quizás si por otras necesidades, por

otras banderas, por otras promesas fallidas.

Hoy también en el 2019, se repiten promesas y fracasos sistémicos, y se justifican conductas, que

suelen ser cíclicas o recurrentes.

Hoy mientras escribo, millones de personas, en Argentina, llamados indigentes, revuelven

tachos de basura, y timbrean casas, pidiendo pan y ropa.

Otros millones dejan las escuelas y decenas de miles abandonan sus carreras profesionales

universitarias, ante la no rentabilidad de tanto esfuerzo académico y del intelecto.

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No fue de un día al otro, el rosario de las esperanzas y frustraciones, tiene varias cuentas.

La escribo, a esta historia, porque yo también estuve en esa plaza de mayo. Pero eran otros los

escenarios.

El mío fue, cuando la gente de la plaza se dividió en dos, habíamos viajado en una gran caravana

de colectivos, yo tenía 19 años, mi vecino había viajado en bicicleta, junto a algunos de sus

compañeros, recorriendo cientos de kilómetros, para llegar a la plaza de la “Ciudad Porteña” y

decir PRESENTE con los pies hinchados y allí en la “fotografía esta la prueba” .

Hoy, en el año 2019, estoy más que convencido, que ni la juventud ni los adultos, no viajarían, ni

siquiera en auto, dado que el combustible cuesta. Para eso está el email, el whatsapp, el face y el

instagram. Por eso estoy narrando con imágenes, planos y fotografías, para que leas esta historia,

para que “la épica” del 17 de octubre, quizás se repita pero en el 27 de octubre del 2019, allí

cuando el “pueblo ciudadano”, vaya a las urnas.

Dicen que en una potencial segunda vuelta, las diferencias se equilibrarían, yo no lo creo, en una

segunda vuelta electoral, si o si, el porcentaje tendría que ser un 90% para el movimiento

popular y un 10% para la oligarquía. Y aclaro que es muy generoso, mi análisis, para aquellos

que hoy reemplazaron globos amarillos, por banderas celestes y blancas, pero que sin embargo

rindieron banderas sociales y de dignidad, ante la usura internacional.

En el escenario del 27 de octubre del 2019, lo que vale son los contenidos de una caja de cartón

llamada urna. Allí lo que valen, son tu decisión llamadas votos, y para colmo de colmo, en un clima

de incertidumbre, es decir “con empresa y consultoras contratadas, de graves fricciones

informáticas”.

Si allí, donde se subasta la verdad, por algo de dinero y por mucha hipocresía.

Si allí ante la sospecha de los “engaña pichangas”, la de los “espejitos de colores”, y la del

glamour de la oligarquías nativas y extranjeras con olor a usura y chiqueros de cerdos.

Hay que volver a andar en bicicletas, recorriendo y saboreando los caminos de la patria.

Si allí para que la TV, no nos intoxique hablando de “porcentajes”, de “paridad”, de “alzas y bajas

en el termómetro de la intención”, para que ya, no nos hablen del envase y de sus formas o

etiquetas, mas aun cuando nuestro pueblo, solo tiene “grandes porcentajes %” de hambre de

alimentos y de contenidos. Y ansias de superar rápidamente, postergaciones y exclusiones”.

Es y fue trágico, lo que ocurrió con el “marketing político televisivo”, nuestro pueblo

acostumbrado al sacrificio, además tiene que ver y escuchar por TV y otros medios, burlas,

sarcasmos, ironías, contradicciones y “falsas cátedras de aquellos”, que no saben ni siquiera andar

en bicicleta algunas pocas cuadras, y mucho menos aun, caminar distancias, paisajes, montañas,

recursos naturales e historias condimentadas con pueblos y patria.

Sin duda alguna, que allí están las “graves sospechas de interferencias informáticas y

electrónicas no hipotéticas”, sino probables y desconocidas.

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Hoy no están los militares, hoy están “los contratos usureros con firmas soberanas y las sanciones

a los incumplimientos”, que se traducen en “cañones electromagnéticos desde alturas

satelitales”.

Pero también están “las emociones y las iras populares”, allí ante el escenario de sometimiento

y esclavitud, en un país llamado Argentina.

También tenemos los campos y de la reforma agraria ya se comienza nuevamente a hablar.

Mientras se habla, yo escribo sobre el éxodo urbano y las infanterías de comandos

cooperativistas.

No de un millón de soldados profesionales, no se trata de eso, tampoco se trata de milicias

populares. Se trata de decenas de millones de “ciudadanos soldados autogestionados”,

convertidos en pueblo con banderas identificadas, para defender “mercados, territorios y patria”

La bicicleta de “Don Pepe”

Tenía una bicicleta color negro (como la de antes), sencilla, ruedas balón y doble caño, espejo y

equipaje. Le pregunte si había viajado en ella. Me respondió, que no, que esa ya la tenía como

hace unos treinta o cuarenta años, que la otra también era buena, pero más liviana.

-- Le dije varias veces. No te creo “Pepe”, no creo que hayas ido en bicicleta, hasta Buenos Aires,

sos un viejo que me estas chamuyando.

--- Respondió: No tito, créeme no te estoy cuenteando. Es la pura verdad, te lo juro. (Hasta ese

entonces yo no había visto, ni por asomo, ninguna fotografía, que acredite fehacientemente su narración)

--Replique (chicaneándolo). Cállate Pepe, que vas a ir vos hasta Buenos Aires, si todos los

obreros ferroviarios lo que hacían eran rascarse y no laburar, así perdimos un montón de guita los

argentinos.

--Respondió: No tito, yo no era de esos, yo laburaba tantas horas por día, si yo trabaje más de

cuatro años de lo que me correspondía. Además trabaje en la EPE (empresa provincial de

energía), yo hice de todo Tito, créeme.

--Conteste: ¿Vos Pepe?, déjate de joder, que me vas a decir, que ahora le regalaste años de

servicios al Estado.

-- Respondió: Pero Tito, te estoy diciendo la verdad. Y cuando hablaba conmigo utilizaba la

frase; “Vos estudiaste, me tenes que creer” . A lo cual yo siempre le respondía; ¿Pero qué tiene

que ver eso, Pepe, déjate de joder, me estas chamuyando.

--- Agrego: Te cuento Tito, te cuento. Le respondí, ¿A ver que tenes para contarme?.

--- Respondió- Yo estaba con la pala y trabajando con el carbón, hasta que llegaron el encargado

y el delegado y me dijo. ¿Vos sos lopez?, y conteste que sí.

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--- El encargado me dijo, larga la pala y anda a vestirte, te tenes que ir.

--- Cuenta Pepe: Yo le pregunte ¿Adonde me tenía que ir?, y ellos me dijeron, que yo me tenía

que haber jubilado hacía varios años, que ya no tendría que trabajar más.

--- Le pregunte : ¿Y qué hiciste Pepe?,.

--- Respondió: Me fui a dar una ducha, me cambie, fui a la oficina, firme unos papeles, y ese fue

mi último día de trabajo.

--- Lo observe, diciéndole: Déjate de joder Pepe, me estás diciendo, que nadie sabía, que ya te

tenías que haber jubilado.

--- Respondió: Y bueno Tito, yo no estudie, yo lo único que hacía era trabajar. Para eso estaba

el encargado.

--- Le objete: ¡ Pero déjate de joder Pepe, me estas cuenteando. Respondió: Pero te lo juro, Tito

te lo juro.

--- Le exigí: ¿Por quién me lo vas a jurar?, si vos no vas a la iglesia, ni nada por el estilo.

-- Respondió. Te lo juro por Ema (su esposa fallecida)

--- Le dije: . Déjate de joder Pepe, ¿Cómo vas a jurar por tu esposa fallecida?, mira que se puede

vengar desde el mas allá.

--- Le pregunte: ¿Decime la verdad la querías o no la querías? --- Me respondió. Tito no sabes,

cuanto la extraño, se emociono y se puso a lagrimear.

Así que ahí nomas, “la corte” y nos pusimos a hablar de su condición de socio fanático, del Club

Colon y de que ahora todos juegan por la plata y que nadie juega por la camiseta, y que los

dirigentes son todos unos comerciantes, y etc

A los varios días posteriores.

El galpón, uno, dos y tres, por

esta fila, los otros por la otra

fila.

“Menem”, “La Cristina”. y la

“vida por Néstor y Cristina”

En la foto, de google hear, que adjunto, allí había un Galpón, que también tiene “sus ricas

historias”.

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Fue donde hubo talleres de auto, distribuidoras comerciales, y varios etc. uno de los galpones, que

en la década del noventa, tuvo su protagonismo esencial, en lo que se refería a abastecimiento de

Alimentos, por mayor y por menor.

Toda la ciudad, lo conocía y lo apreciaba por sus buenos precios y calidad. Hasta que llego la

“invasión de los empresarios extranjeros”, como Wal Mart, Carrefour y otros “nacionales”

provenientes de la ciudad porteña de Buenos Aires.

Ahora tiene otro destino y otra historia.

En ese Galpón, en el 2008, en “la crisis del supuesto campo” , yo también tuve una

computadora, y un escritorio, y “dialogue y/o discutí” varias veces con “Don Pepe”.

Yo alternaba mi profesión de abogado, con la escritura y con la atención entre otros trabajos, de

ese “Galpón”, en realidad “con otro Galpón,” luego devenido en “cierres de persianas”, y para en

este tiempo terminar publicitando una incubadora de cooperativas y emprendedores, tal cual se

observa en la fotografía actualizada.

En ese “Galpón”, donde yo

también escribía en mis ratos

libres, en la computadora, sobre

sistemas económicos,

estructuras empresarias , en una

humilde oficina.

Allí se acercaba

prácticamente todos los días

“Don Pepe”, o sea el “vecino

que vivía enfrente”.

No solo me visitaba para hablar

un rato y matar los tiempos que

rodean a la soledad de un jubilado, sino también para recordar los “tiempos de gloria de ese

galpón”.

Si estimado lector, “Don Pepe”, estuvo trabajando, en los tiempos de gloria, de un galpón que

también tiene sus historias, en todo este barrio y en la ciudad de Santa fe.

Allí en ese Galpón, “Don Pepe”, ya no era un obrero, sino “un jubilado”, y él trabajaba, disfrutando

el trabajo. Por eso, se acercaba a dialogar conmigo y matar el tiempo dedicado a las nostalgias.

Fue allí, dialogando de anécdotas, y en la “mal llamada crisis del campo” y de un día cuya

fecha no recuerdo.

--- Saludo: Hola Tito, como va todo, que estas escribiendo.

--- Conteste: Hola Pepe, bien, en la lucha.

--- Volvió a Preguntar. ¿Qué estas escribiendo?. Le conteste, si te lo explico, no lo entenderías.

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--- Repregunto en tono ofendido: ¡ Eh Tito, como me decís eso, si vos me lo explicas, yo lo

puedo entender?

--- Conteste: Estoy escribiendo sobre los principales problemas de la Humanidad y sobre el

Cooperativismo. ¿¡Entendiste algo!?

--- Contesto: Bueno tito, bueno, vos estudiaste. --- Replique no tiene nada que ver, que yo haya

estudiado. Lo estoy escribiendo para que lo pueda entender cualquier obrero.

Lo que pasa, es que vos solo estás con el club Colon y con “la vida por Perón” y así no lo vas a

entender nunca.

--- Agrego: Y bueno si estaría Perón ahora, esto del campo, no estaría pasando

--- Le objete. Déjate de joder Pepe, si estaría Perón, ya lo hubieran sacado a patadas, te lo puedo

asegurar.

--- Me retruco. Pero no Tito, lo que pasa es que vos estudiaste, pero no conociste, lo que fue esa

época. Había que estar en esos momentos Tito, había que estar.

Eso no está en los libros, Tito, no está.

--- Conteste: Hasta cuando con la misma historia Pepe, hoy cambiaron las cosas. Ahora esta

Cristina.

--- Replico: Si pero “la Cristina”, no es peronista de Perón. Le retruque: Pero “Pepe” ya no

existen “los peronistas de Perón”, no existen, entendela, se murieron todos. ¿Qué pensaste que

iban a vivir 100 años?

Escucha bien, Pepe, ni siquiera Menem era peronista de Perón

Contesto: Bueno Tito, lo de Menem, al principio era peronista de Perón, pero después no.

Le pregunte: Ah mira vos, explícamela.

Y se pone a contar: Vos Tito no vivías aquí, estabas en Tucumán, en la primer época de Menen.

Yo trabaje aquí en el Galpón.

Interrumpí y dije: Pepe, yo no vivía, aquí, pero conocí toda la historia.

--- Respondió: Si Tito, pero no es lo mismo, venia muchísima gente, cuadras enteras de cola, yo

me encargaba de organizar a los clientes. Venían de Yapeyu, de Alto verde, de Monte Vera, de la

Costanera, de todos los barrios. Había camiones estacionados desde la avenida hasta la plaza,

un movimiento de gente, que vos no viste, porque vos no vivías aquí. ¿Sabes que pasa Tito, hay

que ver para creer?

--- Pregunte: ¿Y vos que hacía, eras el gerente de compras?. ----- Responde: No tito, yo me

ponía en la entrada y separaba a la gente en dos filas, a los que venían por “una, dos o tres cosas”,

para un lado y los otros para el otro lado. Y así, estaba todo el día, “una, dos o tres cosa por

aquí” y los “otros por la otra fila”. También les decía a los camiones donde estacionar, créeme Tito,

había mucha gente de todos lados. Lo que pasa es que vos no me crees. Era este galpón y el del

frente. En serio te lo estoy diciendo, fue una buena época.

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---- Le hago Preguntas reflexivas. ¿Decime Pepe, vos pensabas que el gobierno de Menem,

fue bueno, porque en este galpón y el otro, se trabajaba mucho, pero no te pusiste a pensar, que

en muchos lugares del país, la gente la estaba pasando mal o recontramal ?. ¿Acaso vos no fuiste

ferroviario, no te acordas que Menen desactivo muchos ferrocarriles?, ¿Entonces?

--- Contesto: Bueno Tito, ahí es cuando Menem, dejo de ser “Peronista de Perón”

--- Le pregunto: ¿Decime Pepe, ahora que pensas vos de la gente del campo, que la están

boicoteando a “la Cristina” ?

--- Responde: Y bueno Tito, vos estudiaste, me parece que a los tipos del campo se le está yendo

la mano. ¿Decime vos? Como es la cosa.

--- Conteste: Es muy parecido al 17 de octubre, allí cuando vos decís que fuiste a dar “la vida

por Perón”

--- Responde: Bueno tito, pero era otra época, antes estaba Perón.

--- Yo le respondo: Y bueno Pepe, pero antes de Perón estaba Gardel, estaba Irigoyen. Ahora

está “Cristina” y la cantante “Soledad”, es todo similar. ¿O acaso no me vas decir que Cristina, no

se parece a Evita?

--- Me responde: Ah no Tito, eso sí que no, ¡Como me podes decir eso!. Evita es evita.

--- Le contesto: No señor, Evita fue evita, ahora ya no existe más. ¿Acaso no conoces la canción

de Mercedes Sosa, esa que dice “cambia todo cambia”. Bueno yo te digo que Cristina se parece

a Evita.

--- Me advierte: Así no se puede seguir hablando Tito, no me podes decir eso, no voy a venir

más aquí.

--- Conteste: Bueno Pepe, discúlpame. Pero te digo, “algún parecido debe tener con Evita”,

viste como Cristina habla y dice los discursos, bastante polenta tiene.

--- Me retruca. Si pero Gardel era Gardel, hay muchos que quisieron cantar como él. Sin

embargo Gardel es Gardel.

---- Lo consiento. Tenes razón Pepe, Gardel cada día canta mejor. Ahora te pregunto ¿Te gusta

Cristina o no te gusta?

---- Responde. Que queres que te diga Tito, yo no sé de política, vos estudiaste, que me decís

vos.

---- Le recordé: Te acordas de mi viejo Pepe. ---- Responde: si, como no. Le respondí:

bueno el decía que “cada generación o época, tiene sus representantes”. Te puedo asegurar, que

Cristina, es la representante de los adultos, de los jóvenes y de otros jóvenes que van a venir,

hasta que surja algún nuevo representante, o sea “nuevas generaciones”.

----- Exclamo: Pero viste Tito, ¿Cómo está la juventud?

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------Respondí: ¿Y cómo esta Pepe, yo la veo igual que a la juventud de hace 2.000 años atrás?.

Lo que sucede Pepe, es que ahora, ya no hay cines, ¿Acaso no tenes video cable?, ahora todos

usan teléfono, incluso en la calle ¿Acaso no tenes teléfono vos?.

La gente ya no va más a los clubes, ahora miran televisión todo el día. Pero no te preocupes,

Gardel canta cada día mejor y Evita es evita.

------ Preguntó: ¿ Tito, pero a vos te gusta Cristina?. Respondí: Si me gusta, es una buena

dirigente.

----- Repregunta Pepe: ¿Pero vos darías la vida por Néstor y Cristina?.

----- Respondí: ¿Pero qué estás diciendo Pepe, vos estás loco? Yo no doy la vida por nadie,

salvo por mi familia y poder defender a la Argentina si esta es invadida o si estamos en guerra

como la de Malvinas.

Ya me vas a salir, con eso de la vida por Perón y Evita. Déjate de joder.

A los pocos días después.

La vida por Perón y las tres banderas.

--- Hola Tito, ¿Cómo andas?

--- Aquí andamos Pepe, en la lucha

--- Pregunta. Decime Tito, cuando se va a terminar esto del campo.

--- Respuesta. No tengo idea Pepe, ahora parece que al tema lo va a tratar el congreso de la

nación

--- Pregunta: Crees Tito, que pueda existir un golpe militar

--- Respuesta. No Pepe, olvídate, las fuerzas armadas, ya no están más. Las fuerzas armadas,

que tienen que venir son de un nuevo formato, no será como antes, te lo puedo asegurar, lo estoy

escribiendo en mi libro.

Ahora si vos queres Pepe, ir a dar la vida, por Néstor y Cristina, me parece bien.

Después de todo, vos sos peronista del 45. Además, ya no tenes esposa, tus hijos son

grandes, y encima estas jubilado, tenes un buen auto, una linda casa, te la pasas paseando por el

barrio, no estaría mal morir en combate.

---- Respuesta. Ah no, por Néstor y Cristina no. Ahora por Perón y Evita sí.

---- Lo chicaneo. Ah pero que vivo que sos, me estas tomando el pelo. Los otros ya están

muertos, Néstor y Cristina, están vivos. Así cualquiera.

---- Responde: Tito, en serio te digo, que íbamos a “dar la vida por Perón”, cuando íbamos

viajando con las bicicletas, íbamos cantando “la vida por Perón”, lo que pasa que vos no me crees.

20

--- Contesto. Si en parte te creo Pepe, yo creo que vos fuiste a dar la vida por Perón e ibas

cantando. Pero que hayas ido todo el camino en bicicleta, salvo que sean esas que venían con

motores. Así cualquiera. ¿Decime cuantos eran ustedes?

--- Exclama. Pero Tito, íbamos en un grupo, íbamos a jugarnos la vida, si había problemas. Iban de

distintos lugares, vos no lo viste, yo estuve ahí, yo sé lo que te estoy diciendo.

--- Pregunto. Pero ustedes llevaban armas, cuchillos, machetes, palos o algo parecido.

--- Respuesta: Pero no Tito, nosotros íbamos en bicicleta, los delegados dijeron que teníamos que

ir a defender a Perón y fuimos en la bicicleta con algo de comida y agua para el camino. Y cuando

llegáramos teníamos que buscar a los muchachos del sindicato. Tito, vos conoces de política, yo no

te estoy cuenteando.

--- Mi respuesta. Bueno, bueno Pepe te voy a creer, yo también estuve alguna vez en Plaza de

Mayo, pero era otra plaza de Mayo. Te digo más, lo vi de cerca a Perón, y a la Isabelita , yo tenía

19 años y recién había ingresado a la facultad.

--- Exclamo: ¿ Vos estuviste en plaza de Mayo Tito?, ¿ Pero si vos estabas con los zurdos?. No

te creo Tito.

--- Exclame. Ah pero que pícaro que sos vos Pepe, o sea que yo te tengo que creer a vos y vos a

mi no me podes creer.

Yo estuve Pepe en plaza de Mayo, ese día que se armo la podrida, en todo el peronismo.

Fue el 1 de mayo de 1974. Lo de los zurdos fue después de haberse quebrado el peronismo y

cuando estaba la dictadura militar. Después apoye la democracia con la que se come y con la que

educa, o sea la real. Después vino

la Revolución Productiva, si

hasta lo salude y le di un abrazo a

Menem, allí en el cementerio,

cerca de la tumba de Carlitos, que

te digo de revolución productiva

no tuvo nada, fue todo lo contrario,

pero yo allí, en la adversidad,

descubrí el cooperativismo y desde

esa época estoy en eso, militando

y escribiendo.

---- Me pregunta: ¿ Y en que

viajaste vos Tito, a la plaza, en

bicicleta?-

---- Respondí. ¿Pero vos estás

loco Pepe, mira que yo voy a viajar en bicicleta hasta Buenos Aires, ni loco?. Pero déjame de joder

Pepe, fuimos en colectivos, que alquilo el centro de estudiantes. Viajábamos sentados, nos

llevamos sándwich de milanesa, algunos huevos duros y gaseosas para el viaje, cantábamos la

marcha peronista y recordábamos las “tres banderas”

21

---- Me pregunto. ¿De qué tres banderas me hablas Tito?

--- Conteste: ¿Cómo me preguntas eso Pepe, es imperdonable, no puede ser? Son las tres

banderas ideológicas del Peronismo. Se “inventaron” allá por los cincuenta Pepe, vos te la tendrías

que saber de memoria, de memoria entendiste, además vos estuviste en la plaza del 45

¿¡ O acaso me estas cuenteando !?

--- Reflexiono. Bueno Tito, ya estoy medio viejo, no me acuerdo algunas cosas. Vos estudiaste,

decime ¿Qué banderas son esas?

--- Respondí: La independencia económica, la justicia social y la soberanía política, Pepe.

--- Pregunto. Vos fuiste a la plaza, cuando Perón, llego y hubo muertos y tiros.

--- Respondí. No Pepe, eso fue cuando no pudo aterrizar en Ezeiza, allí si hubo tiros y peleas, y

hay muchas fotos. Yo estuve en la plaza de Mayo, pero fue en 1974. Allí también hubo quilombos

para repartir, allí también estaban los que gritaban, Perón Evita la patria Peronista y también los

que gritaban Perón y evita la Patria socialista, y había otras consignas también, la que nunca

entendí ni entiendo, es eso de “La vida por Perón”

---- Pregunta. ¿Tito de verdad, estuviste en plaza de Mayo y lo viste a Perón?

---- Respuesta: Pero si Pepe, te puedo contar todo lo que paso, pero que yo iba a gritar, “la vida

por Perón”, y agarrarme a las trompadas y las piñas, como estaba el ambiente, olvídate Pepe,

olvídate.

Yo fui porque era joven y creía y sigo creyendo en las tres banderas y otras más. Ahora eso sí, yo

me envolví el pulóver en el brazo izquierdo y en la otra agarre un palo y lo sostenía como si fuera

un machete, si alguien me daba yo también daba, si me tenía que ir, a alguno me llevaba. Pero de

ahí, a dar “la vida por Peron”, déjate de joder Pepe.

¿Sabes que pasa Pepe?, el asunto, era que se trataba de una supuesta fiesta, para superar

fricciones anteriores y donde todos estarían “unidos y organizados”. Pero eso de andar a

agarrándose a las piñas, y demás, déjate de joder Pepe.

Lo del zurdaje y lo del radicalismo o de los socialistas, eso ya fue, otra historia, que viene después

de andar deambulando, y de ahí también me termine yendo.

Ya te dije, ahora estoy en el tema del cooperativismo, es lo único disponible y digno que le

queda al sistema, por lo menos para este siglo.

---- Pregunta: Decime Tito, como fue, eso de plaza de mayo.

---- Respuesta. Pero si ya te conté ¿Para que queres saber más? Pepe, si vos lo sabes mejor que

yo, ¿Acaso no sos fanático del futbol?.

Fue como dos barras de clubes enfrentadas, por boludeces, así de sencillo por boludeces.

La diferencia estaba y está, en que cuando esa situación sucede en los clubes de futbol, el

quilombo dura una semana o dos, como mucho la bronca se extiende algunos meses, porque

todos se dan cuenta que es una boludez.

22

En cambio cuando esa situación sucede en la política dura décadas y si es en las religiones,

puede durar siglos.

Y cuando eso sucede, pasa lo mismo que dice el refrán o sea “a rio revuelto ganancias de

pescadores”, te puedo asegurar que ninguno de los “pescadores” estaban allí, a lo mejor estaban

mirándonos de un decimo piso, tranquilos, tomando mates y sacándonos fotos.

--- Pregunta. Te pregunto una cosa Pepe, Eso de “la vida por Perón”, yo nunca lo asimile, ni lo

sentí. ¿Pero como vos fuiste del 45, allí cuando se armo todo, contame, por qué “miércoles”,

gritaban la vida por Perón?

---- Respuesta. ¿¡sabes que pasa Tito, es que vos estudiaste!? ---- Lo interrumpo: Otra vez, con

eso Pepe, déjate de joder, me estas rompiendo la “paciencia”.

Mis estudios no tienen nada que ver, yo quiero saber lo que vos pensabas y lo que vos

sentías.

---- Prosigue: Bueno te estoy diciendo, cuando yo fui a la plaza el 17 de octubre, era joven, y no

teníamos nada, estaban los sindicatos y Perón nos había dado beneficios.

Antes de eso éramos como esclavos, siempre trabajando, trabajando y nunca teníamos nada.

Perón reconocía la dignidad de los trabajadores y nos daba alegría escucharlo, antes estaban los

ricos y los pobres, nosotros éramos los pobres, que no teníamos derecho a reclamar nada.

En cambio vos estudiaste Tito, te recibiste en la universidad, vos la vez de otro lado, vos sabes

escribir, sabes hablar, te defendes solo, es otra cosa.

Vos sos lo que todos nosotros queríamos que fueran nuestros hijos. Tu papa Tito tenía razón,

cada generación tiene su representante.

Nosotros no teníamos a nadie, hasta que apareció Perón y Evita, a tu papa también le gustaba

Perón y ahora a vos te gusta Néstor y Cristina, es como colon y unión, lo que yo no entiendo es

porque las peleas en la política y la religión duran tanto.

---- Respuesta. Te entiendo Pepe, te puedo asegurar que te entiendo, y también entiendo porque

duran tanto las peleas en la política y en las religiones. Pero bueno es largo de explicar.

---- Pregunta. Decime Tito, ¿Te sacaron alguna foto en plaza de mayo?

---- Respuesta. A mí no, que se yo, en realidad los que sacaban fotos, supongo que eran los

servicios de inteligencia. No tengo la menor idea, lo único que yo sé, es que estuve ahí, donde

estaban las sogas que dividían a los dos bandos y que fue, como te lo conté, o sea no te estuve

chamuyando

--- Manifiesta. Yo Tito tengo una foto, de cuando estuve el 17 de octubre en plaza de mayo.

--- Pregunta. ¿Y quién te la saco Pepe?

--- Respuesta. No se Tito, quien me la saco

23

--- Observación. Déjate de joder Pepe, otra vez queriendo hacerme el cuento. En esa época ni

siquiera había cámaras de sacar fotos.

Yo nací en el 55 y cuando era chico, me llevaron al Palomar, allí había un tipo que para sacar fotos

tenía que tener un armatoste, con tres patas y meterse adentro de una caja y taparse con una tela

negra y bla, bla, déjame de joder. Si tuviste una foto, es porque alguien te la saco.

---- Respuesta. Tito, te lo juro, no sé quien me la saco, pero la tengo y fue en 1945. Lo que pasa

es que vos no crees en nada, eso es

lo que pasa con vos.

---- Observo. Déjate de joder Pepe,

me estas cuenteando, a ver anda

tráeme la foto y la vemos , a ver si es

cierto.

---- Contesta: La tengo colgada en

un cuadro, si queres vamos a mi casa

y te la muestro, para que veas que es

verdad.

---- Reflexión. Dude en hacerlo y

“andar perdiendo tiempo”. Pero

bueno, le seguí la corriente y lo

acompañe hasta la vereda de enfrente, donde estaba su casa. Caminamos por el pasillo, abre la

puerta de su casa y me muestra el cuadro, colgado en la pared del living, con la famosa fotografía,

que muchos argentinos conocen como la foto emblemática del 17 de octubre.

Si allí estaba colgada en un cuadro, la fotografía de “las patas en la fuente”

24

Pregunte: ¿ Vos Pepe, sos uno de los que estas ahí?, ¡déjame de joder!.

Respondió. Si Tito, yo estoy ahí.

Me acerque a la foto histórica y me puse a “mirar-observando” detalle por detalle, durante varios

minutos.

Decime Pepe, ¿Cuál de estos tipos sos? ------ Respondió. Y bueno Tito fíjate vos, a ver si

adivinas, ahí yo estaba mucho más joven.

Le pregunto: ¿Decime Pepe, quien te dio este cuadro?

Respuesta: Fue Nadim, el marido de Samira, me dijo que hubo una reunión en el partido

justicialista, y que trataron de juntar a los que estuvieron en esa foto.

Conteste: Ah mira vos, está bien. Porque él en Buenos Aires, tiene contactos. Mira Pepe, yo te

digo lo que veo, aquí se ven cinco tipos. Para mi estas entre los dos del medio, estos de saco y

me juego por este. ¿Es así o no es así?

Pepe, sonrió y contesto ¿Viste que estuve?

Análisis: Te voy a explicar por qué. El del extremo derecho, no tenes pinta de ser vos, mas bien, el

fulano vivió siempre en Buenos Aires, medio juvenil y atorrante. El otro es un descamisado típico,

ese se la jugaba por Perón, pero vos no. Además no le veo la cara, así que lo descarto y encima

el descamisado es bastante flaco, no tiene pinta de obrero ferroviario, ni de la EPE siquiera.

En el otro extremo, esta uno de camisa, pero no le veo la cara, y encima el pantalón no tiene cintos,

ir de Santa fe a Buenos Aires, sin cintos en el pantalón, lo descarto. Después están los dos típicos

provincianos de Santa fe, que fueron a la aventura a la capital, o sea la ciudad de los porteños, de

saco y pantalón de vestir, y encima con sombrero.

No te acordas quien era tu amigo, porque vos tenes pinta de ser el de la mirada medio de cabron,

que ya tenias. Para colmo te pusiste gomina por todo el cabello, y encima los dos bien afeitados,

no veo a ningún barbudo.

Se ve que en las manifestaciones ya había mujeres en aquel entonces, ahí veo a tres que estaban

bien, una linda pechugona, fornida, tipo madraza, cara blanca triangular y fuerte, mirada de arriba

hacia abajo en posición de control, cabello negro. La otra de espalda con cabello en rodete y ropa

o uniforme de trabajo, espalda algo encorvada, medio delgada, cuello largo, quizás una

trabajadora textil. La otra de espalda, con trajecito de secretaria, empleada o funcionaria pública,

cabello lacio, seguramente castaño claro y peinado a la época, típica porteña de las grandes urbes.

En cambio vos y tu amigo, típicos provincianos en “la capi” en lugar de ir, a dar “la vida por

Perón”, con facón, poncho y machete, se fueron a “cazar porteñas”. Para mí, de los dos trajeados,

vos sos el de la derecha, el de la izquierda tiene la cara más triangular, la tuya es mas cuadrada y

la mirada pensante, no la tenes, en la casa de gobierno, sino en las piernas de alguna mujer, que

las tenía en el agua.

Si Pepe, este sos vos, al menos es lo que yo pienso.

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--- Le Pregunto. Ahora Pepe, decime la verdad, la foto te jugo en contra.

--- Responde. Pero porque Tito, no te entiendo.

--- Interrogante: Pepe, en la foto, no está la bicicleta, vos y tu amigo o quien sea, están

engominados y trajeados para “salir de caza”, ustedes eran provincianos, pero en “la capital”.

Es decir, no estaban como descamisados, la CGT o el sindicato, te deben haber pagado el pasaje,

para que vos y tu amigo fueran. Esa es la verdad de la milanesa.

Mira Pepe, si dos, cien o mil provincianos se van a Buenos Aires, en bicicleta, no la abandonan,

¿Cómo volves después caminando?. Es como si un soldado aparece en una batalla sin fusil,

déjate de joder.

Así que reconoce, que viajaste en vagón o colectivo o lo que sea, te cambiaste, te engominaste, te

perfumaste y fuiste a gritar a la plaza “la vida por Perón”, mientras mirabas a algunas “discípulas o

seguidoras de Evita”.

Te acepto lo de la foto, pero lo de la bicicleta no.

--- Pregunta. A ver Tito, si me entendes, ¿tu Papa, también era obrero y escribía como vos, el

también andaba y se vestía de saco, corbata y usaba sombrero?. ¿Entonces?

--- Respuesta. Pero era distinto Pepe, mi viejo además, era un “sheij” de la comunidad árabe-

musulmana, o sea una especie de cura, tenía que andar yendo a los casamientos, a los

nacimientos y a los entierros de la gente, rezarles y etc. , era todo un laburo.

Por eso andaba de saco y corbata. Pero en el barrio, nunca andaba de saco y corbata. Es como el

vecino Mohamad, el que era verdulero, el también cuando iba a una fiesta usaba saco y corbata.

Pero imagínate que él me hubiera dicho, que fue hasta la plaza de mayo en el 45 con su caballo y

carro de cuatro ruedas, y después lo veo en una foto, sin el carro y vestido de saco y corbata.

Déjate de joder Pepe, te fuiste de joda y en tren, no convences a nadie.

Seamos razonable Pepe, lo de la foto está bien, pero lo de la bicicleta, no aparece. Ningún

provinciano y menos si es obrero de pico y pala, deja su bicicleta, para andar engominado, mirando

las piernas de las seguidoras de Evita. ¿No te parece?

--- Responde: Tito, ya te conté, lo que pasa es que vos no me crees, fuimos en bicicleta, a veces

alguien nos llevaba o acercaba en algún camión, pero nosotros estuvimos pedaleando y llegamos

pedaleando, nos juntamos un montón de compañeros, dejamos las bicicletas en un lugar, nos

limpiamos un poco, sacamos los trajes de nuestros bolsos, nos peinamos y engominamos un poco

y después fuimos hasta la plaza. Y si, es cierto también había mujeres, que gritaban por Evita.

--- Aclaración. Ah bueno, bueno Pepe, entonces se va aclarando el tema.

O sea que estaban “los hombres de Perón” y por la otra vereda estaban “las mujeres de Evita”.

O sea que no fue, como el bombardeo de la libertadora sobre la plaza y tampoco fue, como la plaza

de mayo de 1974, aclaremos entonces.

--- Contesta. Y bueno tito, algo de eso existe en todos lados. Ahora hasta en las canchas de

futbol van mujeres. Pero nosotros fuimos a dar “la vida por Perón”.

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---- Pregunto. Si claro, Gardel canta cada día mejor. Ahora decime Pepe ¿Por qué “miércoles”,

pusieron los pies en la fuente?

---- Respuesta. Porque muchos venían caminando de lejos y nosotros en bicicleta desde Santa

fe, había muchos pies que estaban hinchados, no era tan solo el calor. Lo que pasa Tito, es que

vos no me crees.

---- Le aclaro. Mira Pepe, te voy a decir algo, pero no te ofendas, en serio te digo, no te ofendas, la

“Vida por Perón”, fue tan solo una “consigna”. Te guste o no te guste, vos fuiste por algo mucho,

mucho más grande que Perón. Te lo explico Pepe y no te ofendas, si te ofendes no te hablo mas.

Vos fuiste por la dignidad de los trabajadores y del pueblo argentino, vos fuiste por una

Argentina, donde la mayoría del pueblo quería Justicia Social, Independencia Económica y

Soberanía Política, esas eran las banderas, y esos eran los tiempos, con gomina o sin gomina,

con traje o sin traje, con Perón o sin Perón, y por más que “Perón a igual que Gardel, canten cada

día mejor”

---Pregunta: Decime Tito, ¿Y cómo son los tiempos ahora?

--- Respuesta: Que te puedo decir Pepe, más o menos lo mismo, no solo se trata de las tres

banderas, sino de otras más, habrá que ver cómo termina esta crisis del campo y que sucede

con Cristina.

Pero te puedo asegurar que habrá que agregar banderas, y que del libro que yo estoy

escribiendo dos más, estoy seguro hay que agregar, y son “el cooperativismo” y el “éxodo

urbano”.

----- Pregunta: -Decime Pepe, ¿Vos me crees, cuando te digo que yo estuve en el 74 en plaza de

Mayo, allí en el medio del quilombo, donde había dos sogas que dividían a los muchachos?

---- Respuesta: Mira Tito, si te creo. Pero vos no fuiste a dar “La vida por Perón”.

--- Retruco: Escúchame Pepe, ya me tenes cansado con eso de, “La vida por Perón”, o “los

peronistas de Perón”, es recontraobvio que yo no fui a dar “La vida por Perón”, ni tampoco soy un

“peronista de Perón”.

Yo fui, por las tres banderas y nada más, y ahora ni siquiera iría, ni tan solo por las tres, sino es

que me la explican detalladamente y si no me la firman y que me den garantías encima.

¿Acaso vos crees que fuiste el único que anduvo gritando “La vida por Perón”, o que se la estuvo

jugando en momentos mucho más difíciles, acaso no sabes las historias que se cuentan de lo que

sucedió, con los militares, con Malvinas y mucho más, te puedo asegurar que no tenes la menor

idea, de la cantidad de historias que conozco y muchas de ellas pasaron por mi escritorio de

abogado y otras me entere, en el “Palacio de la Justicia”, y en los caminos que yo camine, y que te

puedo asegurar Pepe, que no fueron con el cabello engominado.

---- Pregunta de López. ¿Tito, se que se trata eso del cooperativismo y el éxodo urbano?

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--- Respuesta. Ah bueno, ese es mi tema preferido desde que volvió la democracia, pero

dejémoslo ahí nomas Pepe, otro día seguimos conversando. Es un tema muy largo de explicar.

“La vejez se le vino encima, a un colonista y peronista”

Pasaron los días, los meses y años

después de la “crisis del campo”.

La última vez, que lo vi a “Pepe” el

“peronista de Perón”, fue un día

antes, al que unos vecinos me dijeron

que al parecer, se había caído en

horas llegando la noche, entre la

calle y la vereda donde “ donde antes

estaba” el escudo de los muchachos

del Club Unión. En otro de los

galpones del barrio, de los pocos que

quedan y que también hizo historia. Allí cerca del mismo, al parecer estuvo un prolongado tiempo o

algo más de una hora tirado. En un barrio, donde ya no existe el bullicio, de camiones y de grandes

colas de gente comprando y trabajando hasta altas horas de la noche. Ni siquiera ya hay galpones

con ruidos. Ahora es la tranquilidad de calles asfaltadas y familias encerradas mirando televisión.

El Pepe, se debe haber caído despacio, sin estridencias, como acostándose a dormir y quizás con

sueños de nostalgias.

Hasta que alguien que paso en una camioneta, alumbro la zona y bajo para auxiliarlo, el resto fue

protocolo social y solidario.

Menos mal que no murió allí, los muchachos fanáticos de Unión, quizás hubieran dicho que su

símbolo-escudo, impregnado en la Pared, hizo justicia. Vinieron los familiares, la atención médica

y protocolos de la vida, para terminar internado en un geriátrico, donde tuvo un pasar de tiempos y

nostalgias, donde ya ni siquiera escuchaba partidos de futbol, ni les interesaba los resultados, allí

cuando los huesos y la Pachamama, nos

recuerdan presencia efectiva, de que a su

vientre volveremos, mientras los guardianes

del universo, hacen cola y sacan turnos,

para recolectar nuestras almas.

Hoy ya no está más aquel escudo de unión, y

aquel galpón, ahora está escribiendo otras

historias, como el galpón del almacén.

Ya no quedan galpones en el barrio, se

demolieron y se hacen monoambientes.

Ya no desfilan por la calle Luciano torrent,

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obreros ferroviarios hacia los talleres del ferrocarril. Sin duda que es como canta Mercedes Sosa,

aquella canción de “cambia, todo cambia”.

Pero con la frase del supuesto cambio, “engaña pichanga”, porque cambio significa también

REVOLUCION, sin embargo los “neoliberales y los sofistas del siglo XXI”, nos llevaron a la

edad media.

Pero está bien, si está bien, ya que “todo cambia” y existen a granel “revoluciones tecnológicas”,

no estaría mal que exista alguna “revolución social”, que sacuda el ambiente y para que no

existan tantos zombies o loros zombies, en nuestro pueblo.

La sala de Velatorio. (II)

Seguimos conversando con Pepe, en tardes de verano. Y como ya escribí, hasta la “caída” que

tuvo en el escudo de los unionistas. Pero llego un día, la noticia, de que en el geriátrico ya no

seguiría estando, si fue una noticia de partidas, hacia “el mas allá” de las fronteras como sin

duda lo haremos todos.

Ya te escribí lector, en sala de velatorio (I), que había, poca gente, allí, en la sala de velatorio de

“Pepe” o “Don Pepe”, el ya había pasado los ochenta años, y murió en un geriátrico, quizás

conversando con los demás residentes, su historia de la Plaza de Mayo de 1945.

Generalmente hay muy poca gente, en las salas de velatorios de los ancianos de mucha edad, y

que han vivido en el bajo perfil de la fama. Este era uno de esos tantos miles de casos.

Te escribí lector/a, que consideraba que la bandera de su sindicato, tendría que haber

acompañado la ceremonia. Pero bueno, son las cosas de la vida, en muchas situaciones, las

“ceremonias austeras” tienen tanto valor, como las de la alta nobleza, allí en las fronteras de la

metafísica.

Allí, como lo dijo el Papa Francisco, nadie lleva camiones de mudanza, aunque sin embargo existe

gente que lo cree y engalana sus féretros con oro y diamantes

Llegue a la sala y veo a sus hijas, a algunos vecinos, y a uno de sus yernos, que había viajado

desde la ciudad de Buenos Aires, también estuvieron algunos de sus nietos. Típico velatorio, de un

anciano, fallecido en un geriátrico. Allí cuando los amigos ya no están, y los conocidos menos.

Cuando los familiares de cada uno está ocupado en sus quehaceres, o peor aún, cuando los

mismos, son escasos o inexistentes a esa edad. Si allí cuando el cuerpo se vuelve frágil, y la

mente comienza a desconocer el presente y olvidar su pasado.

Salude y exprese mi pésame, como es uso y costumbre. Luego me dirigí al féretro para observar el

último recuerdo del cuerpo inerte. Después converse con alguno de los pocos vecinos antiguos,

del barrio, de aquellos que van quedando. Solo reinaba, como en todo velatorio, la resignación y

las grandes preguntas de la filosofía, del “así es la vida”.

Pregunte a los pocos vecinos, que se podían contar con los dedos de una mano, si había llegado

el cura, para decir algunas palabras. Dado que todo velatorio, también es una ceremonia, algunos

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cantan, otros rezan, otros leen, otros recitan oraciones o poesías. Con cura o sin cura, alguien tiene

que hacerlo, aunque más no sea algunas palabras, por respeto y tributo, a la hermana muerte.

Las miradas se intercambiaron, en forma interrogativa y nadie me supo responder.

Aguarde un tiempo prudencial, y avise a mis vecinos, que me acercaría un rato al féretro, para

unas palabras intimas y antes de que lo cerraran. Allí estaba yo, ante el cuerpo inerte, meditando y

recitando, para mis adentros, unas palabras intimas.

Fui adoctrinado por mi padre desde niño, a celebrar solemnidad y respeto a la hermana muerte, así

que estaba yo, con mis brazos abiertos y los dedos de las manos extendidas, en similar posición a

la de cualquier creyente en las metafísicas de la vida, justo ahí, en la frontera y en ceremonial

guardia.

Cuando de repente se escuchan a unas personas gritando a ¡Viva Voz y estruendo”! e ingresando

en la sala de velatorio, no solo para mi sorpresa y estupor, sino también la de la familia. Obvio que

me pregunte ¿Quién era este grupo de trastornados mentales?.

Al grito de VIVA COLON, VIVA COLON, desplegaron una bandera de su club de futbol favorito, y

se dirigieron hacia el féretro aun sin cerrar, envolviendo el cuerpo inerte. No solo eso, cantaron

versos de la marcha Peronista, al grito de VIVA PERON, LA VIDA POR PERON, en plena sala de

velatorio. Todo ello, mientras la solemnidad se resquebrajaba, como el silencio con el ruido de un

rayo. Por segundos mi mente, percibió canchas de futbol llenas, y plazas de mayo agitadas.

Yo había retrocedido unos prudenciales pasos, para dejar libre, cualquier obstáculo a la

“insurgencia futbolera”, ante los ceremoniales de la metafísica.

Luego uno de ellos, me hace un ademan cordial, como para que me acerque al féretro y proceda a

terminar lo que estaba meditando o rezando yo en silencio. Luego se acerca el empleado de la

sala de velatorio, para proceder al cierre, mientras familiares y vecinos dan el último adiós.

Si hace varios años ya, me había hecho en silencio y en meditación, una promesa, que era una

deuda-literaria, la de escribir, sobre la foto, de “las patas en la fuente” y de uno de sus

protagonistas.

La inspiración.

Pasaban los años y cada 17 de octubre, me daban ganas de escribirla. No encontraba ni la

inspiración ni el momento propicio.

Pues bien, esto es lo que pude escribir, lector/a, espero que a algunos les pueda agradar, servir

y/o informarse, en una Argentina que hoy, atraviesa dificultades serias, muy serias, demasiados

serias. Solo te puedo asegurar que esta historia, no es ambigua ni neutra, ni mucho menos tiene

frases vacías de contenido.

Se lo había dicho a Pepe, no se trataba tan solo de hombres y mujeres, se trataba de banderas,

que representan algo más que frases, o pedazos de telas.

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Dedico esta historia a una Argentina, que este 27 de octubre del 2017, votara a elecciones

presidenciales y quizás se decida un destino, no para cuatro años más, sino para muchas décadas

y generaciones futuras.

NO ESTARIA MAL, HACER UNA REVOLUCION ELECTORAL, para que se “recontramil confirmen

los resultados de las PASO” y que no quede duda alguna de ¿Cuáles deben ser los caminos,

que hay que caminar y los errores que hay que corregir?

Espero que todo sea para bien, de algunas “banderas”, de las cuales ya escribí, que son

universales y milenarias, entre ellas el llamado BIEN-ESTAR GENERAL.

Dios mediante, votare el 27 de octubre por las banderas que escribí, pero si con esta historia,

narrada y basada en hechos reales, ayudo a alguien indeciso, dubitativo o intoxicado por el

marketing político, a votar en el sentido correcto, seguramente no estaré dando un voto, sino que

estaré militando y no será en los cuestionarios múltiple choice de las encuestas, ni en el televisor

siendo o viendo a panelistas controlados por el reloj, la pauta y los periodistas.

Cantaba, el querido Horacio guarany, “si se calla el cantor, calla la vida…”, a lo cual agrego, si el

escritor calla, y no escribe, se pierde la memoria histórica de los pueblos, de las décadas, de los

siglos y de los milenios.

Que este 27 de octubre del 2019, no calle la memoria histórica de los pueblos y se ponga fin, a

la usura, nacional e internacional y a la hipocresía.

Hasta aquí llegue con esta historia. PROMESA CUMPLIDA PEPE.

Dr. Norberto Carlos Yosef – abogado, escritor, dirigente y militante cooperativista (alias El tito)

17 de octubre del 2019 -